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Más de la mitad de los jóvenes latinoamericanos matriculados en centros docentes no adquiere

una capacitación de nivel básico en las materias de lectura, matemáticas y ciencias, según los
resultados de PISA (OCDE, 2016a). Menos del 1% de los alumnos de ALC se sitúa entre los niveles
más elevados de competencia en matemáticas, lectura o ciencias.

Andreas Schleicher, director de educación de la OCDE, escribió este artículo para la BBC
desmitificando la popular idea de que tener cursos más pequeños siempre es bueno. La evidencia
demuestra que puede aumentar los costos y alcanzar pocos resultados a cambio.

Los resultados de las últimas pruebas Pisa no muestran ninguna asociación entre el
tamaño promedio de las clases y el rendimiento de los alumnos en Ciencias. De hecho, los
países asiáticos como Singapur y China, a menudo encabezan las clasificaciones tanto en
términos de rendimiento como en clases numerosas.

Otro dato que tal vez puede ser inesperado es que los resultados en ciencia muestran
puntajes más altos en estudiantes en clases más grandes y en escuelas con maestros que
deben enfrentar aulas más populosas.

Hattie (2008; 2012); Black y Wiliam (2009)

(Dunn y Mulvenon, 2009)

mejoría de la motivación de los estudiantes por aprender (Cauley y McMillan, 2010)

De acuerdo a Heritage (2007) La evaluación formativa supone conocimientos específicos,


donde los y las docentes requieren ser capaces de:
Formulación del problema

En las funciones propias del docente está inmersa la planeación y realización de diferentes

actividades didácticas que den cuenta en los estudiantes de la construcción de aprendizajes

significativos, generando en ellos motivación y expectativa, por lo regular estos elementos

no han sido tomados en cuenta a la hora de dar a conocer por parte del docente los procesos

evaluativos dentro del aula.

Por consiguiente la evaluación no debe concebirse como un momento especifico en el que

se realiza un examen una vez terminado el proceso de enseñanza, por el contrario debe ser

un proceso continuo y permanente que acompañe y oriente al docente durante todo el

proceso de enseñanza aprendizaje, pero hoy se puede evidenciar que dicha evaluación se

está siendo asumida como punto final del proceso y pese a que es de amplio conocimiento

que el examen es un instrumento de ella, generalmente el docente continua no solo

considerándola una estrategia, si no como la única forma de dar cuenta de cómo ha sido el

proceso aprendizaje, condicionando de manera inconsciente la forma de estudiar y aprender

de los estudiantes, privilegiando la memorización y la repetición de procedimientos

conceptos matemáticos que si bien es cierto puede llevar al alumno a la consecución de un

logro, mas no un aprendizaje significativo.

Es precisamente al tenor de lo anteriormente expuesto que los estudiantes están presentando

dificultades al momento de responder satisfactoriamente, pruebas diseñadas con base al

desarrollo de competencias, siendo el principal inconveniente aplicar el saber a la solución

de una situación problema en un contexto determinado, cabe señalar que el estudio de la

memoria y la repeticion es importante; el problema surge cuando se privilegia la


memorización y se le resta importancia a los procesos de comprensión, y particularmente

cuando es el método de estudio prevaleciente, con mucha frecuencia se escuchan voces de

profesores que manifiestan “que los estudiantes no piensan, se limitan a la consecución de

una nota para lo cual memorizan formulas, métodos y procedimientos matemáticos, sin

tener en cuenta que esto es consecuencia de los procesos evaluativos que se están aplicando

en las instituciones educativas.

Asi las cosas y en contraposición a lo anterior, los instrumentos evaluativos deben ser

diseñados de forma transversal al proceso de enseñanza- aprendizaje, al principio, durante y

al final, para recabar y consolidar información, referente a las capacidades, los

conocimientos, las habilidades, los rasgos personales y el progreso y/o dificultades de los

estudiantes y resumir su evaluación por medio de conceptos generales de carácter

calificativo. Es preciso mencionar que la evaluación tiene una clasificación complementaria

y necesaria para la consecución de una valoración integral y objetiva de lo que ocurre en

una situación de enseñanza aprendizaje: evaluación diagnostica, formativa y sumativa.

Es importante implementar en las aulas, los tres tipos de evaluación con el objeto de

indagar e identificar la realidad de los estudiantes, lo que permitirá tomar mejores

decisiones haciendo el proceso de enseñanza aprendizaje más eficaz y significativo.

El fortalecimiento de las competencias en evaluación formativa, de los docentes del grado

tercero en el área de matemáticas, les permitirá a los docentes contemplar el hecho de

evaluar como un sistema, este tipo de evaluación posibilitara evidenciar como descubrir,

planear, desarrollar y defender argumentos cuanto propongan la resolución de una pregunta


en formato abierto; implementada durante todo el proceso dará cuenta de cuál es el

progreso en la consecución de los logros y metas de aprendizaje propuestas a si también

hará visibles las dificultades lo que facilita realizar una retroalimentación durante el

proceso de manera oportuna. La evaluación formativa está inmersa en el proceso de

enseñanza aprendizaje, no existe un solo momento, sino que debe realizarse en todos los

momentos necesarios y posibles.


Según datos del Instituto de Estadística de la Unesco, la región y

Colombia van por buen camino. Sin embargo, la calidad es un

desafío pendiente y quedan todavía brechas que afectan

particularmente a la población más vulnerable.

La educación se ha convertido en un tema de agenda y detectar las falencias de los sistemas

educativos en los diferentes países es una prioridad para el progreso y desarrollo de las

naciones. Sin embargo, a pesar de los múltiples esfuerzos, todavía queda mucho camino por

recorrer; y eso es lo que está sucediendo en el mundo, América Latina y sobre todo en

Colombia.

De acuerdo con los datos actualizados del Instituto de Estadística de la Unesco, un total de

617 millones de niños y adolescentes en todo el mundo carecen de un nivel mínimo en

lectura y matemáticas. Según el organismo internacional, más de 387 millones de niños con

edad para estar en primaria (un 56 por ciento) y 230 millones de adolescentes con edad

para cursar el primer ciclo de secundaria (un 61 por ciento) no alcanzan ese nivel mínimo.

Se trata de una “crisis de aprendizaje” que podría amenazar con el cumplimiento de los

Objetivos de Desarrollo Sostenible que se han trazado las Naciones Unidas para 2030.
Uno de los elementos que sorprenden más a la Unesco es que de los 387 millones de los

niños con edad de cursar primaria en el mundo y que no saben leer, 262 millones van a la

escuela.

Según el diagnóstico de la organización, estas estadísticas ponen en evidencia tres tipos de

carencias. La primera se refiere a la de los niños que no están escolarizados, con pocas

posibilidades de conseguir los conocimientos útiles en lectura y matemáticas. Las otras dos

tienen que ver con la incapacidad para mantener escolarizados a los niños, así como la

calidad de la enseñanza.

En cuanto a la región de América Latina y el Caribe, aunque todavía se presenten varias

falencias, los sistemas educativos han podido cubrir las necesidades de la población y los

resultados se están viendo. “Colombia participó en las pruebas Pisa en el año 2012 y sacó

376 puntos, luego en 2015, obtuvo un resultado de 416”, contó Atilio Pizarro, jefe de

Planificación de la Unesco durante la XV asamblea anual de la Fundación Empresarios por

la Educación.

http://198.50.153.154:8080/A_CONSULTORIASX/consultorias/detalles_plantel.xhtml

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A pesar de las falencias, hay que reconocer el avance de la región y de Colombia también

en materia de educación. No obstante, la Unesco ha hecho una serie de recomendaciones

para alcanzar las metas para 2030 en materia educativa.


En el área de matemáticas el desempeño de los estudiantes colombianos fue

menor. El promedio del país llegó a 390 puntos, de nuevo por debajo del

promedio de la OECD. Chile obtuvo 423 y México 408. Brasil apenas logró llegar

a 377.

Aún cuando América Latina presentó un importante avance en educación en los últimos 15

años, la calidad es un desafío pendiente en la región, donde quedan todavía brechas que

afectan particularmente a la población más vulnerable. “La educación debe ser de calidad,

formando estudiantes con habilidades que permitan enfrentar los desafíos del mundo de

hoy, sin que nadie sea excluido. Más de la mitad de los estudiantes se concentran en los

niveles más bajos de desempeño”, contó Pizarro.

Los expertos llevan años advirtiendo que la educación en América Latina


tiene serias deficiencias y esa realidad se verifica año tras año en los
informes que se realizan sobre el tema.

Esta vez es un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo


Económicos (OCDE), basado en los datos de los 64 países participantes en el
Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA, por sus siglas
en inglés), el que señala que la región está por debajo de los estándares globales
de rendimiento escolar.

De hecho, entre las naciones que aparecen en el informe, Perú, Colombia, Brasil y
Argentina se encuentran entre las diez cuyos estudiantes tienen un nivel más bajo
en áreas como las matemáticas, la ciencia y la lectura.
Los cuatro países sudamericanos -junto a Indonesia, Qatar, Jordania, Túnez, Albania y

Kazajistán- son los que presentan mayor cantidad de alumnos de 15 años por debajo

del promedio de rendimiento en matemáticas, lectura y ciencia.


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