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membrana que recubre la pared interna del abdomen y que envuelve y protege los órganos
que se alojan en él. Esta suele producirse cuando una infección bacteriana u otros
problemas de salud hacen que se acumulen sangre, fluidos corporales o pus en el
abdomen. Se clasifica:
Según su extensión, la peritonitis puede ser:
Sepsis: es una respuesta grave e inflamatoria del organismo frente a una infección,
que puede causar un fallo multiorgánico y progresar hacia la forma más grave, que
es el llamado shock séptico.
Insuficiencia respiratoria.
Insuficiencia renal aguda.
Insuficiencia hepática.
Infección de la herida quirúrgica y absceso de pared abdominal.
Las complicaciones también pueden manifestarse de forma más tardía:
Abscesos intraabdominales.
Obstrucciones intestinales por adherencias o bridas.
El tratamiento de la peritonitis aguda varía en función de la causa que la ha provocado, de
su gravedad y de la presencia de infección, pero normalmente consiste en la estabilización
del paciente con un tratamiento de soporte, en la administración de antibióticos y, en la
mayoría de las ocasiones, en la corrección quirúrgica de la causa subyacente de manera
urgente, teniendo en cuenta que habitualmente las peritonitis son secundarias y requerirán
este tipo de abordaje, aunque no siempre.
La perforación del divertículo puede producir abscesos intrabdominales, localizados en la
pelvis, o más alejados; y en algunas oportunidades peritonitis purulenta y aun estercorácea.
La perforación acompañada de peritonitis purulenta o estercorácea es una emergencia
quirúrgica, que requiere un tratamiento precoz una vez lograda la resucitación del enfermo,
con aseo peritoneal y resección del segmento comprometido para luego practicar una
colostomía. Operación de Hartman
Los hombres
Alcoholismo y drogadicción
Diabetes mellitus
Leucemia
Obesidad mórbida
Trastornos del sistema inmunitario (por ejemplo, VIH , enfermedad de Crohn 3)
Son más susceptibles de desarrollar gangrena de Fournier las mujeres que han
tenido:
Infección bacteriana con pus (absceso) en el área vaginal
Incisión quirúrgica en la vagina y el periné para evitar el desgarro de la piel durante
el parto de un niño (episiotomía)
Aborto que resulta en fiebre y una infección del revestimiento del útero (aborto
séptico)
Extirpación quirúrgica del útero (histerectomía)
Complicaciones:
La gangrena de Fournier puede ser fatal si la infección entra en el torrente sanguíneo. El
desbridamiento incompleto (extirpación quirúrgica de tejido muerto) permite que la infección
de la herida siga propagándose. En este caso, se realiza la cirugía de seguimiento.
Sin un tratamiento temprano, la infección bacteriana entra en el torrente sanguíneo y puede
causar delirio, ataques al corazón, insuficiencia respiratoria y muerte.
La gangrena de Fournier es una urgencia urológica que requiriere antibióticos intravenosos
y desbridamiento (extirpación quirúrgica) del tejido necrótico. Además de la cirugía y los
antibióticos, oxigenoterapia hiperbárica (OHB) puede ser útil y actúa para matar e inhibir el
crecimiento de las bacterias anaeróbicas.
La derivación urinaria o fecal puede ser necesaria dependiendo de los focos de origen de
la enfermedad. Los pacientes pueden necesitar una cistostomía o una colostomía.
A pesar de que los testículos no suelen quedar afectados, a veces puede ser necesaria
una orquiectomía (eliminación del testículo).
Fascitis necrotizante: Destrucción celular de piel y tejido subcutáneo. Las bacterias se
multiplican y liberan toxinas y enzimas que resultan en la trombosis (formación de coágulos)
en los vasos sanguíneos. El resultado es la destrucción de los tejidos blandos y la fascia
(una funda de tejido que recubre el músculo). Cuando esto ocurre en los genitales, se
llama gangrena de Fournier.
Aneurisma: Es una dilatación patológica de un segmento de un vaso sanguíneo,
normalmente se produce a nivel arterial. El aneurisma aórtico se asocia con frecuencia a la
aterosclerosis. Otra de las causas del aneurisma es la necrosis quística de la capa media,
o infecciones. Los síntomas y la evolución de los aneurismas de la aorta torácica dependen
de su localización, mientras que el aneurisma abdominal no produce síntomas.
Las pruebas mediante las que se puede diagnosticar un aneurisma son: exploración y
radiografía del abdomen, radiografía de tórax, eco, TAC, RMN y aortografía.
Tratamiento de un aneurisma
Estas son las vías de tratamiento de un aneurisma en función de la aorta afectada: torácica
o abdominal. Conoce el riesgo de la cirugía y sus complicaciones.
Prevención de aneurismas
Para prevenir un aneurisma debes controlar los factores de riesgo cardiovascular,
especialmente la tensión arterial, así como prevenir la arteriosclerosis.
Es una pequeña protuberancia con forma de globo y llena de sangre que se forma en las
paredes de los vasos sanguíneos. Cualquier vaso puede presentarlo pero es más común
en la arteria aorta, los vasos cerebrales, la arteria poplítea, la arteria mesentérica y
la arteria esplénica.
Aneurisma cerebral: Los síntomas de un aneurisma cerebral se producen cuando el
aneurisma comprime una estructura en el cerebro. En el caso de un aneurisma cerebral,
los síntomas de un aneurisma que se ha roto y que no se ha roto pueden diferir entre sí.
Síntomas de un aneurisma que no se ha roto:
Fatiga
Pérdida de percepción
Pérdida de equilibrio
Problemas en el habla
Visión doble
Dolores de cabeza
Síntomas de un aneurisma roto: