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El Piano Viejo
El Piano Viejo
Profesor: Alumno:
C.I: 25.579.918
Villalobos, Jeanhaiver
C.I.: 27.475.608
Esta obra es un cuento literario del autor Venezolano Rómulo Gallegos, en donde destaca la
familia, el poder de decisión y el que nunca hay que olvidar nuestras raíces, siempre
valorando aquellos que nos ayudaron a formarnos, a ser quienes somos, como nuestros
padres.
La obra relata la historia de cinco hermanos los cuales se fueron alejando poco a poco dejando
Luisana.
Carlos.
Ramón.
Ester.
María.
Estos hermanos que componen el núcleo familiar. Cuatro de ellos tomaron caminos
diferentes: Primero fue Ester quien casada con un hombre rico se alejó de todos. Luego María
quien se enamoró de un hombre sin brillo, y con fama sin limpieza. En seguida Carlos un
hombre aventurero, de carácter impulsivo y aventurero. Ya por último Ramón una persona
arisca al que siempre le gustó el dinero. Todos tomaron caminos diferentes con un poco de
Su padre, recordaba mucho a sus ingratos hijos, ya que no lo iban a visitar, sin embargo,
en su último lecho de muerte, pidió a su hija mayor que siempre las puertas de su hogar
estuvieran abiertas para sus hijos y le dijo “Tú serás la paz y la concordia”.
Luisana fue una joven que toda su vida se sintió apartada de su familia con un dolor interno,
una tristeza, era una persona cohibida ya no era incluida en actividades cotidianas, tanto así
era, que hasta su padre se olvidaba de contarla entre sus hijos. Ella, al crecer, al convertirse
Ella con aquella paz se sentaba al piano de su madre, tocaba aunque muchas teclas ya
no sonaban, pero una, rompía las armonías, sonaba a destiempo o no sonaba, esta tecla hacia
feliz a Luisana ella decía “Se parece a mí, no servimos sino para romper las armonías” Al
cabo de un rato esa tecla sonaba y ella decía “Oigan a Luisana ahora es cuando viene a
sonar”.
Una mañana Luisana muere tranquilamente sobre el piano, presionando aquella tecla.
Estos hermanos, secretamente se odiaban, se tenían envida, era una dulce violencia,
un rencor que los amargaba, pero, había algo que no les dejaba estallar… Luisana quien
siempre intercedía por los demás para que no pelearan entre ellos y se incluyeran unos a
otros. Ahora sin Luisana cada uno comprendía que ya no había nada que los unía y todo ese
momento se dieron cuenta del porque ese respeto inmenso hacia Luisana y del papel tan
importante que desempeñaba, un papel honorable, mantenerlos a todos unidos como lo quería
su padre.
Repartiéndose los bienes, empezó una disputa por ver quien se quedaría con la mejor
parte de esa fortuna, esa discusión empezó a crecer y crecer, cada uno exclamaba de manera
agresiva lo que le tenía que decir a los demás, los hombres saltaron de sus asientos
ruido por la discusión, en lo más recóndito de aquella casa se escuchó una nota, una nota que
sale del piano viejo y abandonado en el que callo Luisana, presionando su tecla favorita.
Todos guardaron sus armas, sintieron que Luisana había vuelto con ese suave sonido,
dulce y destemplado, ahí estaba ella, su alma simple pero buena, sí, era ella quien al morir su
dedo permaneció sobre aquella única tecla, su tecla favorita, la cual de pronto sonó, como
“Oigan a Luisana”.
Fin