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QUIERO SABER / ESPIRITU DE PROFECIA - Marzo de 2006

La historia de la Biblia grande

¿Es cierto que Elena de White levantó una Biblia muy pesada durante media hora?

Responde DANIEL OSCAR PLENC director del Centro de Investigaciones White en la Argentina.

La llegada al Centro de Investigación White de una gran Biblia, igual a la que Elena de

White levantó en una de sus visiones, nos ha motivado a revisar y a compartir una vez más esta

fascinante historia. En realidad, no existe un relato único, sino por lo menos dos historias diferentes.

El primer incidente ocurrió en el hogar de la familia Harmon en Portland, Maine, en 1845.

Elena era en ese tiempo una jovencita de 17 años, delgada y de frágil salud. Durante la visión, se

acercó a una cómoda, tomó una voluminosa Biblia familiar y la sostuvo, cerrada, sobre su mano

izquierda, con su brazo extendido, durante cerca de media hora. Sin muestras de cansancio,

pronunció breves exclamaciones acerca del valor de la Palabra de Dios. La “Biblia grande” se

conserva en el Patrimonio White de la Asociación General. Tiene 46 cm de largo por 28 cm de

ancho, 10 cm de espesor, y pesa 8 kilogramos (18,5 libras). Los nombres de Robert y Eunice

Harmon, los padres de Elena, se encuentran grabados, en oro, en el lomo.1

Lo llamativo es que muy pocas personas son capaces de sostener esa Biblia aun por un

minuto. El récord lo obtuvo un estudiante del Walla Walla College, llamado Robert Van Tassel, que

la sostuvo durante dos minutos y medio.

La crónica de la “Biblia grande” fue contada por la familia White a J. N. Loughborough,

quien la incluyó en un sermón presentado en Battle Creek durante un congreso de la Asociación

General, y fue publicada luego en su libro Rise and Progress of the Seventh-day Adventists

[Surgimiento y desarrollo de los adventistas del séptimo día], publicado en 1892. Loughborough

habla de “una Biblia familiar muy grande”, impresa en Boston en 1822, y proporciona sus medidas
y su peso. William C. White recordaba que sus padres, Jaime y Elena White, le habían contado la

misma historia.

Aquella Biblia de la familia Harmon fue legada a los esposos White en 1866. Ellos

inscribieron sus nombres en el registro que aparece entre el Antiguo Testamento y el Nuevo

Testamento: Jaime y Elena White, y sus hijos, Henry, James Edson, William y John Herbert.2

La otra historia sucedió en una reunión celebrada en casa de un tal señor Thayer, en

Randolph, Massachussets, en el invierno de 1845; y fue narrada por un testigo presencial, el Hno.

Otis Nichols. En ese encuentro vespertino, Elena Harmon comenzó a orar y fue arrebatada en una

visión que se extendió a lo largo de unas cuatro horas hasta el atardecer. Thayer tomó una Biblia

grande y pesada de la familia, y la colocó abierta sobre el pecho de Elena. Con la Biblia abierta en

la mano, Elena caminó hacia el centro de la habitación, levantó la Biblia con los ojos mirando hacia

arriba, y con la otra mano comenzó a dar vuelta las páginas, colocando su dedo sobre ciertos

pasajes, mientras declaraba su contenido con voz audible. Algunos presentes miraron los lugares

que señalaba, y comprobaron que citaba los pasajes correctamente. Elena de White registró este

episodio y parte del testimonio escrito de Otis Nichols en el segundo tomo de Spiritual Gifts,

páginas 77 a 79.3

Se sabe de, por lo menos, otras dos ocasiones en que Elena de White sostuvo una Biblia

mientras estaba en visión, pero las dos mencionadas son las más significativas. Por milagro divino

pudo, en un caso, sostener la “Biblia grande”; y, en el otro, además de sostenerla en alto, citar textos

sin mirarlos.

La “Biblia grande” permaneció en la residencia de Elmshaven, Santa Helena, California, tras

la muerte de la señora White. Muchos visitaban ese lugar con el deseo de ver la Biblia. Muchas

veces fue llevada a congresos de la Asociación General. Cuando el White Estate se mudó a

Washington, también la Biblia fue trasladada a la sede de la Asociación General. Hace unos 25 años

se comenzó a usar copias originales idénticas para exposiciones públicas, a fin de evitar un mayor

deterioro de este ejemplar.4


Pero lo más importante es comprobar que el gran objetivo del ministerio de Elena de White

fue exaltar las Escrituras y a Jesús, de quien ellas dan testimonio. En el Congreso de la Asociación

General de 1909, él último al que Elena de White asistió, de nuevo levantó una Biblia ante los

delegados, y expresó: “Hermanos y hermanas, os recomiendo este libro”.

_______________

Referencias
1
Arthur L. White, Elena de White: Mujer de visión (Buenos Aires: ACES, 2003), p. 32.
2
Ron Graybill, “Ellen G. White and the Big Bible”, Insight (febrero de 1985), pp. 8-10.
3
A. L. White, Ibíd., pp. 32-34; Herbert E. Douglass, Mensajera del Señor: El ministerio

profético de Elena G. de White (Buenos Aires: ACES, 2000), p. 146; Roger Coon, La dinámica de

la inspiración y la revelación en la Biblia y en los escritos de Elena G. de White (Entre Ríos:

Centro de Investigación White, 1989), pp. 14-16.


4
Graybill, pp. 8-10.

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