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Batalla de Junín
Mientras las tropas desembarcaban en el puerto de Callao bajo el mando del
general Antonio José de Sucre, el general Andrés de Santa Cruz, que hasta poco tiempo
antes había luchado en las filas realistas, llegó a compartir las ideas libertarias de José de
San Martín y fue enviado a engrosar las tropas de Sucre, iniciando su marcha hacia el Alto
Perú. En agosto de 1823 ingresó en la ciudad de La Paz, y forzado a librar combate, Santa
Cruz sale victorioso en la batalla de Zepita contra una división del general Valdez, el 25 de
agosto de 1823.
Entre los años 1822 y 1823, la situación en el Perú se había tornado caótica: los ejércitos
habían sido derrotados por los realistas y los políticos estaban sumidos en la anarquía. Con
estas condiciones muy lamentables se encontró Simón Bolívar (llamado el Libertador)
al Perú, cuando el 1 de septiembre de 1823 se presentó en Lima. El Congreso le otorgó la
jefatura militar.
La independencia del Perú no estaba consolidada, ya que el 29 de febrero de 1824 los
realistas lograron ocupar nuevamente Lima. Pero esta vez, las conmociones políticas que
vivía en España influyeron decididamente para el fraccionamiento de las tropas españolas
en América.
El general Pedro Antonio Olañeta, absolutista recalcitrante, se rebeló contra el virrey La
Serna, que era de tendencia liberal y constitucionalista, porque le atribuía a éste el deseo
de separarse de la monarquía para liberar a Perú del absolutismo que quería imponer
Olañeta.
Bolívar encontró a los realistas divididos y organizó prontamente un ejército formado por
colombianos, argentinos y peruanos y el 6 de agosto de 1824, derrotó al ejército español del
general José de Canterac con el coronel Manuel Isidoro Suárez en los campos de Junín.
Esta victoria constituye sobre todo, el paso previo para el triunfo final en la batalla de
Ayacucho. Los jefes españoles, Canterac, Valdés y De La Serna, reunidos en
el Cuzco decidieron reorganizar sus fuerzas y salir al encuentro de los vencedores de Junín.
Declaración de la independencia
Convocada nuevamente la Asamblea Deliberante en Chuquisaca, el 9 de julio de 1825, y
concluida se determinó la completa independencia del Alto Perú, bajo la forma republicana,
por soberana de sus hijos. Finalmente, el presidente de la Asamblea José Mariano Serrano,
junto a una comisión, redactó el Acta de la Independencia que lleva fecha del 9 de
agosto de 1825, en honor a la Batalla de Junín ganada por Bolívar.
El acta de independencia, redactada por el presidente del Congreso, José Mariano Serrano,
en su parte expositiva dice en tono vibrante:
El mundo sabe que el Alto Perú ha sido en el continente de América, el ara donde vertió la primera
sangre de los libres y la tierra donde existe la tumba del último de los tiranos. [...] Los departamentos
del Alto Perú protestan a la faz de la tierra entera, que sus resolución irrevocable es gobernarse por
sí mismos.
Acta de la Independencia
El nombre de Bolivia
El 18 de mayo de 1826 Bolívar firmó en Lima un decreto de reconocimiento de la
independencia de Bolivia por parte del Perú.
Mediante un decreto la Asamblea determinó que el nuevo estado llevaría el nombre de
«República Bolívar», en homenaje al Libertador, designado «Padre de la República». Se le
concede también el supremo poder ejecutivo en forma vitalicia, con los honores de Protector
y Presidente.4 Bolívar agradeció estos honores, pero declinó la aceptación del cargo,
designando al general Antonio José de Sucre.
Pasado un tiempo se volvió a debatir el nombre de la joven nación, y un diputado potosino
llamado Manuel Martín Cruz, dijo que al igual que «de Rómulo viene Roma», «de Bolívar
vendrá Bolivia»
Bolívar deseaba que Bolivia formara parte de otra nación, preferentemente Perú, pero lo que
le convenció profundamente fue la actitud de las masas populares. El 18 de agosto, a su
llegada a La Paz hubo una manifestación de regocijo popular. La misma escena se repitió
cuando el Libertador llegó a Oruro, después a Potosí y finalmente a Chuquisaca. Esta
expresión tan ferviente de la población, conmovió a Bolívar, quien llamó su «hija predilecta»
a la nueva Nación.