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ECONOMÍA DEL MERCADO DE TRABAJADO

APLICADO AL CASO COLOMBIANO

CARLOS ANDRÉS ROMERO LOSADA


(cromerol@unal.edu.co)

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA


Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales
Teoría general del trabajo y regulaciones jurídicas

Bogotá, miércoles 04 de abril de 2018


INTRODUCCIÓN

Muchas de las grandes revoluciones socio-económicas mundiales han significado la lucha


en contra de la esclavización laboral del hombre por parte de las industrias. Los aportes
para controlar el poder empresarial frente al individuo obrero siguen hasta el día de hoy, y
la lucha del hombre por no reducir su existencia a ser un objeto de valor productivo es una
lucha que ha de seguir hasta el final de los tiempos. Uno de los varios frutos producto de
dichas revoluciones fue la reivindicación de la población trabajadora frente a la opresión de
las industrias, a través del uso de los diferentes reglamentos y códigos laborales que se
fueron creando a medida de que las voces de las masas eran escuchadas por las elites
dominantes. Producto de esto y debido también a una rápida propagación del modelo
industrial alrededor del planeta, los estados entraron en necesidad de participar activamente
de un intercambio económico transnacional para potenciar su desarrollo y así generar
riquezas que pudieran mejorar la calidad de vida de la sociedad, entonces, el trabajo y la
fuerza productiva de las masas empezaron a tener un papel fundamental para el estado y
principalmente para las industrias, pues de ahí dependía qué tan productiva podría ser una
nación y su población en general. He aquí la importancia del mercado de trabajo, porque
nos permite analizar el equilibrio entre la oferta de trabajadores que poseen en sí
capacidades productivas diferentes y la demanda de las industrias de estos trabajadores con
ciertas cualidades.
En la actualidad la sociedad lleva un ritmo de crecimiento cada vez mayor, la complejidad
sistémica que ha creado el hombre con sus múltiples formas de organización social
demandan un compromiso mayor por parte de la población para mantener el mecanismo en
marcha con el pasar del tiempo. A su vez esto pone a prueba la eficiencia de los organismos
estatales destinados a lograr un equilibrio económico entre la población, organizándola de
tal modo que genere desarrollo entre ella misma, o eso se esperaría luego de tantas
revoluciones, esto significa pensar en que cada individuo con capacidad productiva tenga
acceso al trabajo para así contribuir al desarrollo en general, cumpliendo siempre con un
mínimo derecho establecido para estos trabajadores. La forma en que una sociedad logre
organizar todo el potencial productivo de su población influirá en la capacidad de
enriquecimiento de la misma, por lo tanto, también en el bienestar de la población en
general.
El estado actual, que persigue los ideales capitalistas de libertad de industria y crecimiento
económico, se ve entonces en la necesidad de cooperar en conjunto con las grandes
entidades privadas industriales para lograr este tan preciado balance, pues aunque las
industrias velan por sacar el máximo provecho productivo de las masas obreras, el estado
en su calidad de garante de los derechos de los trabajadores no permite que se excedan
ciertos límites y así también que las condiciones de trabajo sean prosperas. Es aquí en
donde nos interesa analizar el mercado de trabajo a fondo, porque sabiendo la importancia
de tal información podremos analizar el funcionamiento de una sociedad y conocer sus
aspectos fuertes y débiles en materia de trabajo productivo para que así se puedan
aprovechar al máximo sus capacidades. Es también necesario el análisis central de este
mercado en nuestra sociedad colombiana, porque de ahí provienen tan útiles herramientas
que permiten el punto de partida para promover un cambio tanto económico como social
que beneficie a toda nuestra población en general.
1. Generalidades del mercado del trabajo

A saber el trabajo como definición es: la aportación física e intelectual que realiza el ser
humano a las actividades económicas a cambio de una remuneración salarial. Además,
“El trabajo es uno de los factores de producción con los cuales se elaboran los bienes y
servicios, que son el resultado tangible de la actividad económica.” (Resico, 2010. P 255)
En las sociedades actuales la organización del trabajo ha sido un objeto de fuerte atención,
se organiza de acuerdo con las necesidades del mercado en general y responde a la división
del trabajo racionalmente. La necesidad de que se respeten unas condiciones mínimas para
el trabajo ha llevado a la población obrera a manifestarse por medio de sindicatos y
organizaciones colectivas que tengan una voz dentro de las decisiones de las industrias y
permitan generar un nivel racional de equilibrio entre el poderío de las empresas y la masa
trabajadora. Así mismo los estados en su evolución han tenido que incorporar en sus
normativas un adyacente que garantice y regule estos derechos que los trabajadores
reclaman, generando por su lado, derechos fundamentales en materia laboral, códigos
laborales y políticas de protección obrera, además de permitir la libre expresión en
sindicatos y organizaciones colectivas. Todo esto para alcanzar un ideal de protección
social y equidad en conjunto con una eficiencia económica, pues el ideal del estado,
contrario al de las industrias es buscar un bien social general y no uno de enriquecimiento
individual. Esto ha sido fruto de las grandes revoluciones que se encargaron de reivindicar
al ser humano que hasta hace unos siglos había sucumbido ante la imponencia industrial
que lo había reducido.
Como cualquier otro mercado, el mercado del trabajo está sujeto a la ley de la oferta y la
demanda, pues la población en capacidad de trabajo representa la oferta y las empresas e
industrias representan esta demanda. En otras palabras, el mercado de trabajo “organiza la
producción y distribución como una relación de intercambio entre salario y prestación”
(Offe y Hinrich, p57). Sin embargo, las relaciones que forman un balance de este mercado
distan de las de cualquier otro mercado convencional.

Los mercados de trabajo son diferentes de casi todos los demás, porque la demanda de
trabajo es una demanda derivada. La mayoría de los servicios de trabajo, en lugar de
ser bienes finales listos para ser disfrutados por consumidores, son factores que se
emplean para producir otros bienes. (Mankiw, 2002. p.244)

Dentro del mercado del trabajo también existen diferentes situaciones en donde se afecta
de manera considerable la demanda de trabajo, ejemplo de esto es el avance tecnológico del
cual hacen uso las empresas dentro de sus cadenas productivas. Con el desarrollo
exponencial que se viven en las comunidades actuales, la tecnología avanza a pasos
agigantados y esto repercute directamente en las empresas cuando estas adecuan sus líneas
productivas con máquinas cada vez más y más eficientes, desplazando así a los trabajadores
humanos puesto que duplican o triplican su producción haciendo más rentable para la
empresa, que se contextualiza en el marco de maximizar utilidades, adquirir este tipo de
insumos productivos antes que mano de obra trabajadora calificada afectando de manera
directa la tasas de empleo en el mercado laboral.
Así mismo también hay ocasiones en donde se afecta la oferta de trabajo proveniente por
parte de las empresas, que se de este fenómeno es un tanto más complicado que el de la
variación en la demanda. Un ejemplo de que esto puede ocurrir es cuando en un mercado
de trabajo específico las condiciones y prestaciones laborales son malas haciendo que las
personas decidan orientar su labor a mercados diferentes para así obtener una mejor
remuneración. Esto ocurre principalmente porque la empresa en sí está teniendo problemas
para poder realizar con éxito la venta de sus productos o porque los insumos que necesita
para producir cambiaron de precio o de abundancia afectando directamente el mercado o
por otras muchas posibles razones.
Así como estos eventos que se manifiestan en el mercado de trabajo también existen índices
que son de fundamental importancia para saber cómo se desenvuelve este mercado en una
sociedad en específico, por eso es que a nuestro análisis entran los diferentes esquemas
estadísticos que denotan un porcentaje específico de la sociedad y su población en relación
al trabajo, esto es, que podemos hacernos de estas herramientas estadísticas para saber con
más precisión estos datos y relacionarlos con los niveles de empleo y desempleo así como
las diferentes necesidades de los estados y la atención que este ha de brindarle a los
diferentes sectores productivos. Los datos pueden ir desde la medición total de la
población trabajadora, como su diferenciación en rangos de edades, habilidades, sexo,
etnicidad entre otros.
En la actualidad el esquema organizativo de las diferentes corporaciones productivas y su
alto nivel de desarrollo exigen que esa población trabajadora tenga acceso a un mínimo
educativo necesario para que puedan cumplir funciones dentro de la misma. Esto, como
consecuencia, lleva a que en los estados se piense y priorice la educación como una
herramienta fundamental de desarrollo, o esto se esperaría.
Como en la realidad los complejos modelos políticos han de ser tan poco confiables muchas
veces estos ideales se desvanecen en normativas que benefician solo a un pequeño sector de
la población en general, creando una brecha social de gran envestidura pues aunque se
posea un gran colectivo de fuerza productiva, que no es más que el sector poblacional
dispuesto a trabajar por una remuneración, no se ha de potenciar el desarrollo en toda su
capacidad y genera que las empresas no puedan hacerse de la mano de obra calificada que
necesitan y las grandes masas obreras no tengan el acceso al tan preciado trabajo,
fomentando el desempleo y la desigualdad social. Debido a esto es tan importante la
atención tanto de las industrias como de los estados de generar para su disposición una
mano de obra calificada, consistente y productiva.
2. Aplicación al caso colombiano.

Ya mencionado lo anterior podemos hacer un breve análisis sobre la situación colombiana


frente a este mercado. Para esto hemos de recurrir a las estadísticas para así tener una
noción más acertada de lo que la nación debe priorizar para mejorar su desarrollo.
De acuerdo con esto usaremos la última versión de la GEIH (gran encuesta integrada de
hogares) que es una herramienta generada por el DANE (Departamento administrativo
nacional de estadística).
La GEIH “tiene como objetivo principal proporcionar información básica sobre el
tamaño y estructura de la fuerza de trabajo (empleo, desempleo e inactividad) de la
población del país, así como de las características sociodemográficas de la población
colombiana, permitiendo caracterizar a la población según sexo, edad, parentesco con
el jefe del hogar, nivel educativo, la afiliación al sistema de seguridad social en salud
entre otros.” (DANE, GEIH. 2018).
Para comenzar debemos hacer un análisis sobre la realidad del país que es evidente a los
ojos de sus pobladores, esto es la noción general del estado del país. Sabemos como
pobladores que la situación actual no es la mejor, las tasas de desempleo en general
aumentan y las condiciones laborales muchas veces son precarias, también sabemos que el
gobierno actual no prioriza la educación como medio de desarrollo sino que más bien ha
descuidado sus recursos públicos en este ámbito como es evidente en nuestra misma
Universidad Nacional de Colombia, en donde puede respirarse la falta de atención estatal a
esta su epicentro de formación intelectual para las masas trabajadoras. Por otro lado, vemos
que las empresas públicas cada vez son menos y la privatización existente en los diferentes
sectores productivos hacen que las riquezas sean desviadas en muchas ocasiones a otras
naciones desaprovechando los recursos naturales que están a disposición de toda nuestra
población. Pero bueno, entremos en materia estadística, según el GEIH desde feb de 2015 a
feb de 2018 ha aumentado en un punto el desempleo en Colombia, pasó de 9.9% a 10.8%,
significando que en febrero de 2018 el desempleo era de un 10,8% de la población
concentrándose principalmente en las ciudades de Cúcuta, Armenia y Quibdó, más sin
embargo este aumento de desempleo ha sido de mayor impacto en las principales ciudades
pues en las áreas rulares este ha decrecido. Si pensamos en esto y en el impacto en nuestra
economía a causa de la inmigración masiva por parte de los hermanos venezolano nos
damos cuenta de que el panorama no es para nada satisfactorio pues es casi seguro que
estos índices de desempleo aumenten para el próximo año.
Por otro lado “en el total nacional, el trabajador por cuenta propia y el obrero, empleado
particular fueron las posiciones ocupacionales que tuvieron en conjunto la mayor
participación en la población ocupada con 82,3%.” (GEIH, 2018.)
Con esto podemos inferir que de la población ocupada que haciende a los 22.0 millones de
personas en Colombia, el 82,3% son empleados activos de empresas, muchas veces
empresas extranjeras. De este porcentaje poblacional ocupado, las ramas de actividad
económica que más concentraron a la población obrera fueron el comercio, hoteles y
restaurantes, agricultura, ganadería, caza, pesca entre otros. Y las qué han propiciado un
crecimiento económico frente al año anterior han sido la agricultura, ganadería, caza y
pesca, seguida por la industria manufacturera y la construcción. Con esta información
podemos ver que, aunque el crecimiento económico de la nación se oriente al agro también
es necesario potenciar los otros sectores económicos que han de ser menos fructuosos para
la nación. Pero al analizar la relación de los sectores productivos con el nivel educativo de
nuestra sociedad podemos encontrar la razón del por qué las estadísticas muestran esto. En
las industrias y sectores productivos que requieren un nivel educativo mayor en la
población obrera en general son en donde más problemas de crecimiento económico
observamos, ahora veamos los porcentajes de población dedicada al estudio. Del total de
personas en estado inactivo de la nación el 42,6% se dedican a labores del hogar y el 35,4%
se dedica a sus estudios. Contrastando estos datos con los del año pasado se evidencia un
decrecimiento en la población que decide aportar a sus hojas de vida estudios de diferentes
calidades (pregrados, postgrados, maestrías, especializaciones, etc.)
Para el año 2016, la proporción de personas de la población económicamente activa
(PEA) que habían completado la educación media fue 32,9%. La distribución de los
demás niveles educativos en la PEA fue la siguiente: el 23,3% había completado la
educación básica primaria, el 6,0% la educación básica secundaria, 10,9% la
educación técnica profesional o tecnológica, 7,7% la educación universitaria y el 3,3%
postgrado. (GEIH, 2018.)
Las estadísticas nos brindan un punto de vista relevante sobre el nivel educativo del país
y nos brindan una razón más para creer que muchos de los potenciales sectores productivos
del país no han de ser aprovechados al máximo no porque no se posean los recursos para
efectuarlos sino porque nuestra misma población no se encuentra en capacidades para
efectuarla.
Otro aspecto que considerar en nuestra nación es que “El 44,5% de los ocupados que
completaron la educación universitaria y/o postgrado reportó ser obrero o empleado
particular mientras que el 27,8% manifestó trabajar como cuenta propia.” (GEIH, 2018)
Esto quiere decir que de la población que tiene acceso a la educación profesional, el 44,5%
se vinculo a una empresa privada a través de un contrato laboral y solo el 27,8% decidió
trabajar por cuenta propia, fomentando la industria colombiana y aumentando las tasas de
empleo para la población en general. Si miramos la realidad que es evidente nos damos
cuenta de que la mayor parte de las empresas privadas en Colombia son empresas
extranjeras que contratan a la poca población capacitada para incluirlas en sus esquemas
corporativos impidiendo así la creación y esparcimiento de la industria nacional que tanto
necesita nuestro país.

En conclusión y al analizar estos pocos índices estadísticos ya podemos empezar a hablar


de las falencias que con razón han de impedir nuestro desarrollo y potenciarnos a la punta
del desarrollo mundial, porque los recursos los tenemos lo que nos falta es organización.
Como primer punto de sugerencia pienso en que se es necesario de forma urgente una
reforma educativa que propicie una educación para la mayor parte posible de la población,
por otro lado orientar esta educación en la fomentación de la creación de industria
colombiana para colombianos, esto es, aprovechar al máximo los recursos de los que
dispone nuestra tierra y usarlos en pro de un desarrollo general del país y no como medio
de obtención rápida de dinero con poco esfuerzo (venta de tierras a multinacionales
extranjeras con cobro de regalías). No obstante, esto generaría un cambio en la costumbre
colombiana tan decadente de las últimas décadas en donde lo fácil es lo que rige a la
población y el pensamiento generalizado del mayor beneficio al menor esfuerzo es un
axioma instaurado desde las clases dirigentes.
Por otro lado, al realizar una reforma educativa de trascendencia cambiaríamos la cultura
general de la población gestando una idea de nacionalismo que tanto hace falta y
procurando el ideal de que lo nacional es lo bueno, lo mejor, etc. Si implementamos estos
cambios la sociedad en general enfrentará un cambio drástico, modificando así el panorama
del mercado laboral colombiano y potenciando a la población a un verdadero desarrollo.
Sería muy idealista pensar en que esto sería posible por pura iniciativa general, pero la
verdad es que las élites en su intento de control social no lo permiten y es ahí donde
nosotros, la población obrera de nuestra nación debemos seguir la lucha y alzar nuestras
voces contra la opresión económica que sectoriza a las personas para así conseguir el tan
preciado cambio, y empezar el duro camino del verdadero desarrollo.
BIBLIOGRAFÍA

 Principios de Economía – Gregory Mankiw (2002)


 Estadísticas del DANE en el (GEIH 2018)
 Economía social del mercado de trabajo Cap.2 (lectura de la clase) Offe y Hinrich
 El mercado de trabajo en Colombia: Hechos, tendencias e instituciones. – 2013
 Introducción a la Economía Social de Mercado. Marcelo F, Resico – 2010

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