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Economía Del Mercado Del Trabajo
Economía Del Mercado Del Trabajo
A saber el trabajo como definición es: la aportación física e intelectual que realiza el ser
humano a las actividades económicas a cambio de una remuneración salarial. Además,
“El trabajo es uno de los factores de producción con los cuales se elaboran los bienes y
servicios, que son el resultado tangible de la actividad económica.” (Resico, 2010. P 255)
En las sociedades actuales la organización del trabajo ha sido un objeto de fuerte atención,
se organiza de acuerdo con las necesidades del mercado en general y responde a la división
del trabajo racionalmente. La necesidad de que se respeten unas condiciones mínimas para
el trabajo ha llevado a la población obrera a manifestarse por medio de sindicatos y
organizaciones colectivas que tengan una voz dentro de las decisiones de las industrias y
permitan generar un nivel racional de equilibrio entre el poderío de las empresas y la masa
trabajadora. Así mismo los estados en su evolución han tenido que incorporar en sus
normativas un adyacente que garantice y regule estos derechos que los trabajadores
reclaman, generando por su lado, derechos fundamentales en materia laboral, códigos
laborales y políticas de protección obrera, además de permitir la libre expresión en
sindicatos y organizaciones colectivas. Todo esto para alcanzar un ideal de protección
social y equidad en conjunto con una eficiencia económica, pues el ideal del estado,
contrario al de las industrias es buscar un bien social general y no uno de enriquecimiento
individual. Esto ha sido fruto de las grandes revoluciones que se encargaron de reivindicar
al ser humano que hasta hace unos siglos había sucumbido ante la imponencia industrial
que lo había reducido.
Como cualquier otro mercado, el mercado del trabajo está sujeto a la ley de la oferta y la
demanda, pues la población en capacidad de trabajo representa la oferta y las empresas e
industrias representan esta demanda. En otras palabras, el mercado de trabajo “organiza la
producción y distribución como una relación de intercambio entre salario y prestación”
(Offe y Hinrich, p57). Sin embargo, las relaciones que forman un balance de este mercado
distan de las de cualquier otro mercado convencional.
Los mercados de trabajo son diferentes de casi todos los demás, porque la demanda de
trabajo es una demanda derivada. La mayoría de los servicios de trabajo, en lugar de
ser bienes finales listos para ser disfrutados por consumidores, son factores que se
emplean para producir otros bienes. (Mankiw, 2002. p.244)
Dentro del mercado del trabajo también existen diferentes situaciones en donde se afecta
de manera considerable la demanda de trabajo, ejemplo de esto es el avance tecnológico del
cual hacen uso las empresas dentro de sus cadenas productivas. Con el desarrollo
exponencial que se viven en las comunidades actuales, la tecnología avanza a pasos
agigantados y esto repercute directamente en las empresas cuando estas adecuan sus líneas
productivas con máquinas cada vez más y más eficientes, desplazando así a los trabajadores
humanos puesto que duplican o triplican su producción haciendo más rentable para la
empresa, que se contextualiza en el marco de maximizar utilidades, adquirir este tipo de
insumos productivos antes que mano de obra trabajadora calificada afectando de manera
directa la tasas de empleo en el mercado laboral.
Así mismo también hay ocasiones en donde se afecta la oferta de trabajo proveniente por
parte de las empresas, que se de este fenómeno es un tanto más complicado que el de la
variación en la demanda. Un ejemplo de que esto puede ocurrir es cuando en un mercado
de trabajo específico las condiciones y prestaciones laborales son malas haciendo que las
personas decidan orientar su labor a mercados diferentes para así obtener una mejor
remuneración. Esto ocurre principalmente porque la empresa en sí está teniendo problemas
para poder realizar con éxito la venta de sus productos o porque los insumos que necesita
para producir cambiaron de precio o de abundancia afectando directamente el mercado o
por otras muchas posibles razones.
Así como estos eventos que se manifiestan en el mercado de trabajo también existen índices
que son de fundamental importancia para saber cómo se desenvuelve este mercado en una
sociedad en específico, por eso es que a nuestro análisis entran los diferentes esquemas
estadísticos que denotan un porcentaje específico de la sociedad y su población en relación
al trabajo, esto es, que podemos hacernos de estas herramientas estadísticas para saber con
más precisión estos datos y relacionarlos con los niveles de empleo y desempleo así como
las diferentes necesidades de los estados y la atención que este ha de brindarle a los
diferentes sectores productivos. Los datos pueden ir desde la medición total de la
población trabajadora, como su diferenciación en rangos de edades, habilidades, sexo,
etnicidad entre otros.
En la actualidad el esquema organizativo de las diferentes corporaciones productivas y su
alto nivel de desarrollo exigen que esa población trabajadora tenga acceso a un mínimo
educativo necesario para que puedan cumplir funciones dentro de la misma. Esto, como
consecuencia, lleva a que en los estados se piense y priorice la educación como una
herramienta fundamental de desarrollo, o esto se esperaría.
Como en la realidad los complejos modelos políticos han de ser tan poco confiables muchas
veces estos ideales se desvanecen en normativas que benefician solo a un pequeño sector de
la población en general, creando una brecha social de gran envestidura pues aunque se
posea un gran colectivo de fuerza productiva, que no es más que el sector poblacional
dispuesto a trabajar por una remuneración, no se ha de potenciar el desarrollo en toda su
capacidad y genera que las empresas no puedan hacerse de la mano de obra calificada que
necesitan y las grandes masas obreras no tengan el acceso al tan preciado trabajo,
fomentando el desempleo y la desigualdad social. Debido a esto es tan importante la
atención tanto de las industrias como de los estados de generar para su disposición una
mano de obra calificada, consistente y productiva.
2. Aplicación al caso colombiano.