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G. W. FRIEDRICH HEGEL PRINCIPIOS | DE LA FILOSOFIA DEL DERECHO Oo DERECHO NATURAL Y CIENCIA POLITICA TRADUCCION Y¥ PROLOGO DE JUAN Luis VERMAL GPactass Ieeyacro a é el honor y el deshonor, el conocimiento y la ignorancia, De esta manera, el concepto de lo verdadero, o la ley de lo ético, no son mas que opi y los principios mas criminales son colocados, en cuanto convicciones, en el mismo plano que aquellas leyes. Cual- quier objeto particular ¢ insignificante y cualquier mate- ria sin importancia adquieren asi la misma dignidad que lo que constituye el interés de todo hombre pensante y los vinculos del mundo ético. Por ello debe considerarse afortunado para la ciencia aunque en realidad es, como se ha sefialado, la necesidad la cosa que esta filosofia, que poduia haberse desartollado como wna doctrina académica, se haya puesto en estrecho contacto con la realidad, en Ja que los principios del derecho y del deber son-algo serio y que vive a la luz de Ja concieux cia de estos dtimos, Hegando de esta manera a una abierta reptura. Es precisamente a esta pasicidn de la filosofia frente « a realidad a la que se refieren los equivoces, con lo que vuel- vo alo que ya he sefiaiado anteriormente, que la Blosofia, por ser la investigacién de lo racional, consiste ena ia captaciés: de re ones y convieciones subjetivas, fo presee y de lo real, y no en Ia posicién de un mds alld que sabe Dios donde tendria que estar, aunque en realidad bien puedé decirse dénde esté: en el a: de un razonas vacio y unilateral. En el curso de este tratado he sefalado gue incluso la repGblica platéwica, que proverbialmente se consi~ dera como un idea! vecfo, no hace en esencia mis que captar Ja naturaleza de Ie eticidad griega. Con la conciencia de un principio més profundo que ixrumpfa en esa eticidad y que inmediatamente sélo podia aparecer como un anhelo aim no satisfecho y por lo tanto sélo como corrupeién, Pla- ton tuvo que buscar a partir del anhelo mismo una ayuda 0 nien contra él: pero esta ayuda, que habria de provenir de Io alto, sélo pudo buscatla en uma forma particular exterior a aque- la eticidad, con lo que crefa dominar Ia corzupeién, pero en realidad heria profiindamente su impulso mis hondo, la libre personalidad infinita. Con ello, Platén se ha revelado, sin embargo, como un gran espi dor del cual gira lo decisivo pues el principio alrede- u idea es justamente el eje alrededor del cual se movia entonces la inminente revolu- ciéna del mundo. i a \ Lo que es racional es real, \ y lo que ¢s real es racional Esta conviccién Ik pose toda conci bign la dlosufia, yue yu nie verso expiritual como el natural, Sila veMlexiéa, el sentimiento, © cualquier otra forma que adopte le conciencia subjeti- va, considera el presente como algo vara, va mis alld y sabe mds que él, entonces se encuentra en un elemenco vano y, puesto que sélo tiene realidad en el presente, es ella 1 ia ingenua, y tam- 4e de ella al considezar eanto et wna idea, una representacién atribuible a una opiniéa, la filosofia le opone el conacimiento de que le unico e: va te real es la idea. De lo que se trata, entonces, es de reconocer en Ja spariencia de lo temporal y p: 0, que es presente, Pues Jo racional, que es sinénimo de ia idea, en con su realidad entra al mismo tiempo-en la ior, se despliega en una riqueza infinita de formas, fend~ mienos y configuraciones, y recubre su niécleo con la cor seza multicolor en la que en un primer momento habita la ajero la sus tancia, que es in nedida en que ‘stencia exte~ $ conciencia, pero que el concepto atraviesa para encontrar cl pulso interior y sentirlo también palpitar en las confign- raciones exteriores. Estas relaciones infinitamente variadas que se constrnyen en la exterioridad gracias al aparecer en ella de la esencia, este infinito material y su regulacién, no son, sin embargo, objeto de la filosofia, Se inmiscuiria en cosas que no le coneiernen y harfa mejor en no dar bue- nos consejos sobre estos asuntos. Platén podria haber evi- tado recomendar a las nodeizas que no permvanecieran mun— ca quietas sino que mecieran siempre a los nifios en sus brazos; y Fichte constncir, tal comio se lo ha amado, la per- feccién del contro! policial de phsaportes hasta el extremo de establecer que en el documento de los sospechosos no solo deberian constar las sefias sino también tendria que dibujarse su retrato. Bn semejantes aplicaciones no hay que ver ya ninguna huella de la filosofia, y ésta puede aban- donar esta sabiduria extrema con tanta mayor facilidad cuan- to que debe moscrarse liberal en grado sumo respecto de esta infinita cantidad de objetos. De este modo podré man- tenerse alejada la ciencia del odio que la vanidad de saber lo todo provoca hacia una serie de circunstancias ¢ institu ciones, odio en el que se complace especialmente la mezquindad porque es el dnico medio que posee para lle- un sentimiento de si Este tratado, pues, en cuanto contiene la ciencia del ado, no debe ser otra cosa que el intento de concebir y cponer el Estado como algo en si mismo racional. La ensefian- gar za que puede radicar en él no consiste en ensefiar al Esta- do cémo debe ser, sino en ensefiar céme él, el universo co, debe ser conocido. e , Hic Rhodus, hic saltus.? La tarea de la filosofia es concebir lo que es, pues lo que es es Ia raz6n. Bn lo que respecta al individuo, cada uno es, de todos modos, hijo de su tiempo; de la misma manera, la filo- sofia es st tiempo aprehendido en pensamientos. Es igualmente insensato creer que una filosofia puede ir més allé de su tiem~ po presente como que un individuo puede saltar por enci- ma de su tiempo, mis alli de Rodas. Si su teoria ve efecti- vamente més alld y se construye un mundo tal como debe ser, éste existir4, por cierto, pero sélo en su opinar, elemento dactil en el que se puede plasmar cualquier cosa. Akteréndola un poco, aquella expresién diria Agu esti la rosa, baila aqui. Lo que esté entre la raz6n como espititu autoconsciente y Ja raz6n como realidad presente, lo que separa aquella raz6n de ésta y no le deja encontrar en ella su satisfaccién, es el obsticulo de algo abstracto que no se ha liberado para lle~ gar al concepto. Reconocer Ja razén como la rosa en la cruz del presente y con ello gozar de éste, esta visién racio~ ral es la reconciliacién con la realidad que concede la filo- sofia a aquellos que alguna vez han sentido la exigencia de concebir y tanto de conservar la Libertad subjetiva en aque~ Tlo que ¢s sustancial como de no estar con ella en lo par ticular y contingente sino en Jo que es en y por si Esto es también lo que constituye el sentido concreto de lo que antes se designé de un modo mis abstracto como. 7.Dela fibula de Bsopo, : 4% tunidad de ta forma y del contenido, pues la forms, en su sign: ficado mas concreto, es la razén en cuanto conocimiento conceptual, y el contenido, la razon en cuanto esencia sus- tancial tanto de la realidad ética como natural; Ia unidad consciente de ambas es la idea Gloséfica. Es una gran obstinacién, obstinacién que hace honor hombre, no querer reconocer nada en Jos sentimientos que no haya sido justisicado por el pensamiento. Esta obstina- cin es lo caracteristico de la modernidad y, por otra parte, el principio propio del protestantismo. Lo que Luteo ini- cio como creencia en el sentimieato y en el testimonio del espirita es lo mismo que posteriormente el espiriua mis maduro se ha esforzado por captar en el concepto, para libe- razse asi en el presente y por lo mismo encontrarse en él. Asi como, segiin una expresién que se ha vuelly fiunusi, v filosofia a medias aparta de Dios ~y es esta misma media~ nia Ja que hace del conocimiento tn seercantiento a Ta v dad- mientras que la verdadera Filosofia, en cambio, condu— cea Bl,lo mismo ocurre con el Estaclo. Asi como Ja razén ho s€ contenta con ef acercamiento -que no es ni fifo 1 caliente y por fo tanto debe ser vonitado~® tampoco se con- tenta con ls fifa desesperacién que acmite que en esta tem- poralidad todo anda mal 0, a lo sumo, mediocrentente, pero que afirma que en ella no se puede tener nada mejor y g s6le por ello hay que estar en paz con la realidad; es uaa paz mils célida la que proporciona el conocitniento. Para agregar algo mis a la pretensién de en: debe ser e] mundo, sefialemos que, de todos modos, ia filo- sofia Uega siempre demasiado tarde, En cuanto p. jar como 8. Apocs 16 oeceeecntinees 63 del mundo, aparece en el tiempo sélo después de que la rea~ lidad ba consumado su proceso de formacién y se halla ya lista y terminada, Lo que ensefia el concepto lo muestra co: Ja misma necesidad la historia: s6lo en la madurez de la rea- lidad aparece Jo ideal frente a lo real y erige a este mismol mundo, aprehendido en su sustancia, ea la Agura de ua rei-| no intelectual. Cuando la filosofia pinta con sus tonos gti ses, ya ha envejecide una Sgura de Ja vida que sus penum-| bras no pueden rejuvenecer, sino'sélo conocer; el buho de| Minerva sélo alzz su vuelo en el ocaso, © ® Pero ya es tiempo de terminar este prefacio, que, como blur de una manera exterior y subjetiva del punto de vista del escrito que precede. Si se debe hablar flo~ séficamente de un contenido, lo Gnico que corresponde es un cratamiento cientifico objetivo; del mismo modo, toda zéplica que no sea un tratado cientifico de la cosa misn sélo valésd para el cutor como un comentario subjetivo una afirmacién arbitraria, y le seré por lo tanto indiferente. tal, a Berl 5 de junio de 1820 INTRODUCCION § 1. La ciencia filosdfica del derecho tiene por objeto la Idea del Derecho, es decir, el concepto del derecho y su realizacién. ls. La filosofia trata con ideas, y no con lo que suele lamar meros conceptos. Ella muestra, por el contrario, la uni~ lateralidad y falta de verdad de estos tiltimos, asi como que el concepto (no lo que con frecuencia recibe este nombre y no es més que una determinacién abstracta del entendi- miento) es lo tinico que posee realidad, pues se la da a si mis mo.Todo lo que no es esta Tealidad puesta por el concepto mismo, es existencia pasajera, contingencia exterior, opinion, apariencia inesencial, falsedad, engafio, etcétera, La configu- raci6n que se da el concepto en su realizaci6n es, para el cono- cimieato del concepta mismo, el momento esencial de la idea, que difiere de su forma de ser slo come concepto, Agregado, El concepto y su existencia son dos lados separados y unidos, como cuerpo y alma. E] cuerpo es la misma vida que el alma y sia embargo se los puede nombrar como si estuvieran uno sepatado del otro. Un alma sin cuerpo no seria algo viviente, y viceversa.Del mismo modo, la existencia del concepto es su cuer= po, que lo mismo que éste obedece al alma que lo produjo. El ger- men tiesie ya en si el drbol y contiene toda su fuerza, aunque toda- via no es él mismo, El érbol corresponde completamente a la simple imagen del germen. Si el cuerpo no cortesponde al alma resulta algo miserable, La unidad de la existencia y el concepto, del ener ae & web g oer nem eee 66 sima,¢s Is idea, Bla no s6lo es armors .ci6n- Nada vive que no sea de algun: 1 ia sino perfecta com- poy? penett™ idea del igebe CONDCEE en st concepto y en Ia existencia que adopta wanera la idea. La, derecho es la ibestad,y para aprehender verdaderamente seJa sa concer 2p, La ciencia del derecho es una parte de ie flesofia. Debe jo tanto desarrollar, a pacti¢ del concepto, la Hea como ei on 1 qilo q2¢ constituye Ja razén de un objeto, o lo que es fail jomo, observar el propio desarvollo inmanente de la cosa Jo mils wa. Por ser Una parte, tiene un punto de partida deter~ mistjo, que es el resultado y la verdad de lo que precede, y min? stituye lo que se denomina demostecién del mismo. gue “opto del derecho queda, pues, en cuanto a.m deve- EI omyera de la ciencia del derecho; su deducciéa esté aqui me y el concepto mismo debe aceptarse como dada. Sept js Segtin el métode formal, no flos6fico, de las cien- Jo primero que se busca y reclama para tener por lo Class Mia forma cxtetior de lo cleatifico es la defiiidn. Por pe artes esto no puede servir de mucho a le ciencia pos cura Pv derecho, que se ocapa principalmente de indicar g tiv Mgerecho, es decit, cuiles son las determinaciones legales eee ee en aaa ary yards definitio in jure civliperculosa.°Y de hecho, cuan ancl” jsconexas y conteadictorias sean las determinaciones to mi gereco, mens posibles serin en 6l las definiciones, de oh jue deberian contener preferentomente determina- Gado Generales que mostracian de modo inmediato y en Sep co desmuder Jo conttadictor . As. ning c , en este caso lo injusto. por gemplo, pars el devecho romano no seria posible a deGnicion del hombre, pues no se podria subsumiz en ella al clavo, cuya condicién es, por el contrat aquel concepto, Del mismo modo, en muchos catos resultaria peligrosa la definicién de la propiedad y del pro~ taro. La deduccién de la definicién se hace, por ejem- . 2 pattir de la etimologfa, tendiendo generalmente a bs act de los casos particulates fandamento el sentimiento y Is representacién de los hombres. La corsec~ cién de la definicién se mide entonces por la adecuacién ntaciones existentes, Con este mécodo se deja de lado lo tinico cientificamente esencial: en cuanto al conte ido, la necesidad de la cosa en y por si misma (en este caso, el di nto a la forma, la naturaleza dal concep~ to. En el conocimiento floséfico, por el contratio, la nee ed de un concepto es lo principal, y el camino que se pre- fe un deven i el contenido es por sf necesario, el segunde paso consistira entonces en buscar qué le corres ponde en la representacién y el Jenguaje. El modo en que este concepto con has reps senta como el 4 constituye su demostraci ny deducciéa, s por si en su verdad y el modo en que esté ea la zepresentacion, no s6lo pueden sino que también deben ser distintos, en cuanto a su forma y su configuracién, No obs a en cuanto 3 50 conten no el ute, si la representacién no es también fal ido, se puede perfectamente mostrar c6 concepto esti incluido y presente en ella de un modo ¢: cial en otras palabras, la sepresentacién puede ser elevada a a forma del concepto, Pero no puede ser de ninguna mane~ ta medida y ctiterio del concepto por si mismo necesario y verdadero, sinc que, por el contrario, debe tomar de éste su verdad, y rectificarse y conocerse a partir de 61 Pero si aquel modo de conocimiento, con su formalis- mo de definiciones, silogismes y demostraciones, a mis © fagios (y una necedad es al mismo tiempo una inconse- cuencia) para salvar la letra de las tablas, tal como ocurre con la fictio, tindyprerg, de que una filia es un filius Hleinecio, Antig. Rom., ib. 1, i. IL, § 24). Por otra parte, resulta gra- cioso ver que s¢ compara a los juristas clésicos con Kant por algunas divisiones tricatSmicas sobre todo con los ejemplos que da en la misma observacién 5.‘ y que se lame a es0 desarrollo de los conceptos. § 4JEI terreno del derecho es lo espiritual; su lugar mas pre~ Giso y su punto de partida es la voluntad, que es libre, de modo tal que la libertad constituye su sustancia y determi- nacién, y el sistema del derecho es el reino de la libertad rea- lizada, el mundo del espiritu que se produce a partir de si mismo como una segunda naturaleza. Obs. Respecto de la libertad de voluntad se puede recor dar cuil era anteriormente el modo de proceder del cono- cer. Se suponia Ja representacién de la voluntad y a partir de ella se trateba de extraer y establecer una definicién. A. par- tir de diferentes sensaciones y fenémenos de la conciencia comin, tales como el arrepentimiento, la culpa y ottos simi~ lares, que s6lo pueden explicarse si la voluntad es libre, se le~ va a cabo la larnada demostracién de Ja libertad de la volun- tad, siguiendo los procedimientos de la vieja psicologta empfrica, Pero es atin mas cémodo atenerse directamente a que la libertad est4 dada como un hecho de Ia conciencia y afir- mar que se debe creer en ella. La deduccién de Ja libertad de Jn voluntad y de Ia naturaleza de ambas sélo puede tener lugar, como ya se ha sefialado (§ 2), en conexién con el todo. En mi Bnciclopedia de las ciencias filosdficas (Heidelberg, 1817) es adecuada a Js libertad, y la negacién de esta determinacién es la cesfera de la monalidad. Ya no soy solamente libre en esta cosa inme- Giata, sino que también lo soy en In inmediatez eliminada, es decit, en ai mismo, en lo subjetivo. En esta esfera todo depende de mi comprensién y mi propésito, de mi Ginalidad, mientras que la extetioridad es puesta como indiferente. El bien, que es aqui cl fin universal, no debe permanecer meramente en mi interior, sino que debe sealizarse. La voluntad subjetiva exige que su inte- rior, es decir, su finalidad, reciba existencia exterior, que el bien Hegue a su consumacién en la existencia exterior, La moralidad y el momento anterior del deretho formal son abstracciones cuya verdad sélo es Ja eticidad, Esta ¢s la unidad de Ja voluntad en su concepto y Ia voluntad del individuo, es decir, del sujeto. Su pri- mera existencia es nuevamente algo natural, que aparece en Ia forma de amor y e! sentimiento: Is familia, En ella el individuo hha eliminado sa esquiva personalidad y se encuentra con su conciencia en una toralidad, Pero en el estado siguiente se obser -vala péscide de la auséntica eticidad y la unidad sustancial:Ia fami- lia se desincegra y sus miembros se comportan entre sf en forma independiente al estar unidos s6lo por el lazo de la recfproca nece- sidad. Este estadio de la sociedad civil ha sido Secuentemente toma do por el Estado mismo, Pero el Estado s6lo es el tervero; es Ja eti- cidad misma y el espirieu, en el que tiene lugar la unin dela independencia de la individualidad y la sustancialidad universal El derecho del Estado esti, por Jo tanto, en un nivel superior al de los otros estadios; es la Tibertad en su configaracién mis con- creta, que sélo se subordina a la suprema verdad absoluta del espi- situ del mundo. PRIMERA PARTE EL DERECHO ABSTRACTO 118 sommes determinada. Al comienzo, por el contrario, no existe esa dife~ rencia, ya que en la primera unidad abstracta no hay atin ningtin proceso ni ninguna mediacién: la volentad esti en la forma de la inmediatez, del ser. Ahora bien, la comprensién esencial que habria que alcanzar aqui es la de que esta primera indeterminacién es ya una determinacién. En efecto, la indeterminacién radica en que no hay ninguna diferencia entre la voluntad y su contenido, pero ella misma, opuesta a lo detern ser algo determinado. Lo que constituye Ja identidad abstracta; de este modo, le voluntad se torna voluntad individual: Ie persone. ilo, ene en Ja determinacién de i la detesminacién es § 35. La wniversalidad de esta voluntad libre por sf es la rela cién simple y formal consigo mismo en su individualidad, Jacién autoconsciente, pero, fuera de ello, carente de con- tenido. De este modo el sujeto es persona. En el concepto de personalidad se expresa que yo, en cuanto este, soy finito y perfectamente determinado en todos los aspectos (tanto ‘en lo que respeca al arbitrio interior, instintos y deseos, como en lo que hace a Js existencia exterior inmediata), y, a pesar de ello, libre relacién conmigo mismo que, de esta manera,me sé en ls finitud como infinito, universal y libre. (063, La personalidad slo comienz2 cuando el sujeto ene conciencia de si no meramente como alge conereto, determinado de alguna manera, sino como yo abstracto, en él cual coda limituci6n y validez comerets es negada y care- ce de valor, En lr personalidad est, por lo tanto, x de sf como objeto, pero como objeto que ha sido elevado por ef pensamiento a Ja simple infinitad y es por ello puramente idSntico consige mismo. Los individuos y los pueblos 20 tienen afin personalidad si no han legado a este pensamiento Conuply de 119) puro y a este saber de si. El espiritn existente en y por si se distingue del espiritu fenoménico en que,en ta misma deter~ minacién en gue éste es s6lo eutoconclencia -es decir, concien- cia de si, pero s6lo segiia la voluntad natural y sus contra posiciones aiin exteriores (Fenomenologia del espfritu, Bamberg y Wiirzburg, 1807, p. 101, y Enciclopedia de las ciecias filoss- “fieas, § 344) el espirice, como yo abstracto y en realidad libre, se siene como objeto y fin, y es asf persona. Agregado, La voluntad existente por si o absteacta es la persona. Le iis elevado del hombre es ser persona,a pesar de Jo cual Ja mera abstraccin de la persona es algo despreciable. La persona se dife~ rencia esencislmente del sujeto; el sujeto es sélo la posibilidad de i personalidad, ya que todo viviente es un sujeto. La persona es por lo tanto el sufeto para el cual es esta subjetividad; en ella soy absolutamente para mi: es la individualidad de Ia libertad en el puro ser por sf. En cuanto persona me sé en mi mismo libre y pue- do abstraerme de todo, ya que como libre personalidad nada per- manece ante mi y, sin embargo, en cuanto éste, soy algo totalmente determinado, con cierta edad, cierta altura, en este lugar, etcétera. La persona es, por lo tanto, al mismo tiempo lo elevado y lo mis bajo; en ella radica Ja unidad de lo infinito y lo sencillamente fni- 10, del limite determinado y Io absolutamente ilimitado. La gran- deza de la persona consiste en poder resistir esta contiadicciéa que no tiene ni podeia soportar en sf nada natural, § 36. 1) La personalidad contiene la capacidad jutidica y constituye el concepto y el fundamento ~éi también abs- tracto~ del derecho abstracto y por ello formal. El precepto 20, Fenomenolegte, ed. eit, pp. 107 y es. Bncidepedis, 3. ee. § 424 del derecho es, por lo tanto: sé una persona y respeta a los demés | comma persona § 37.2) La particularidad de la voluntad, si bien es un momento de Ja totalidad. de la conciencia de la voluntad (§ 34), no esté todavia:contenida en la personalidad abstracta como tal. Por Io tanto existe, pero como algo diferente de In personalidad, de la determinacién de la Ehertad, como deseo, necesidad, ins-~ tinto, voluntad arbitraria, etcétera. En el derecho formal no se consideran, pues, los inteveses particulares ~mi interés o mi poco la causa particular que haya determi~ aida provecho= ni t nado mi voluntad, mi conocimiento o mi & Agrsode. Dado que en Ja persona lo particular no existe afin come Iibertad, todo Jo que pertenece a lz particularidad es aqui indife- rente, Si alguien no tiene mis intereses que su derecho formal, éstos se convertirin seguramente en una mera terquedad, tal como suce- de a menudo con las personas més limitadas, En efecto, el hom= bre menos cultivado es el que con mayor frecuencia se mantiene rigido on sus derechos, mientias que el mis elevado ve que la cosa tiene ademas otros aspectos. El derecho abstracto es por Jo tanto s6lo una mera posibilidad y por ello algo formal frente a Ia tota- lidad de la situacién. Esto hace que la determinactén jutidica otor- gue un derecho, pero que no sea a Jo siga, porque es s6lo un aspecto de la situacién total. La pesibi- lidad es el ser que'tiene también el signifidado de no ser. solutamente necesatio que yo § 38. Respecto de la accion concreta y de la situacién moral ¥ btica, el derecho abstracto es s6lo una posibilidad frente a | va contenido ulterior, por lo cual Ja determinacién juridi-_| ca es s6lo un permiso o una avtorizacin. A causa de su mis- a |, existencia eve © 121 sma abstracci6n, la necesidad de'este derecho se limita a algo negativo: no lesionar la personalidad y lo que de ella se sigue. Sélo hay por lo tanto prohibiciones jurldicas, y la forma posi- tiva de los conceptos juridicos, segiin su contenido, tiene como fundamento, en tiltima instancia, la prohibicién. § 39.3) La individualidad inmediata de Ta persona que deci- de se relaciona con una naturaleza dada a la que se opone a la personalidad de la voluntad como algo subjetivo. Pero por sex Ia voluntad en sf misma infinita y universal, Ja limi tacién de ser sélo subjetiva es contradictoria y nula. Ela es In actividad de superar este limite y darse realidad, 0, lo que elo mismo, de poner aquella existencia como suya. § 40. El derecho es en primer lugar la existencia inmediata que se da la libertad de un modo también inmediato, segin Jos siguientes momentos 2) Posesién, que es propiedad. La Hbertad es aqui propia~ mente la libertad de la voluntad abstracta, 0, por eso, la liber- tad de una persona individual que se relaciona sélo consigo 8) La persona, diferenciiindose de si se relaciona con ofr persona, y cada uno de ellos tiene existencia para el otro sélo como propietario. Su identidad en sf recibe existencia por medio del traspaso de la propiedad de uno al otro por volun- tad comiin y con conservacién de sus derechos, es decir, en el contrat, 9) La voluntad, en cuanto en su relacién consigo mis— ma (a), no se diferencia de otra persona (}) sino sélo en si misma, difiere de y se opone como voluntad particular a sa y por st y es injusticia y delito i | / ls, La division del derecho en derecho personal, real y de procedimientas tiene, lo mismo que otras ¢ similares, la Gnalidad de dar un orden ex ior ala multipli- cidad de la materia inorginica dads, En esta division se come= te sobre todo el error de mezclar de manera indiscrimin da derechos que tienen sus supuestos en relaci¢ sustanciales como la familia y el Estado, y derechos que se zeflexen 2 Ia mera personalidad abstracts. En esta confusién cae la divi- sién Kantiana ~por otra parte may en bogs~ de derechos rea- les, personales y personates reales. Nos Nevaria demasiado lejos demostrar el cardcter equivoco y aconceptual de la division entre derecho real y personal @ esta en la base del dere~ cho romano (el derecho de procedimientos corresponde a Ja administracién del derecho y no entra en este ordena- miento). Resulta aqui sin embargo suScientemente claro que s6lo la personalidad da derecho a las casas y que por lo tanto el derecho personal es esencialmente derecho real (cosa se toma aqui en el sentido universal de lo que es en general exterior a la Hbertad, entre lo que se cuenta también mi cuer po, mi vida), Este derecho zeal es l derecho de la personali- dad como tal. Ex lo que se refiere al lamado derectio personal del derecho romano, el hombre es una persona s6lo si se le considera con un cierto status (Heiecio, Elem, Jur Civ, § LXXV); en él incluso Ja personalidad misma, opuesta a la esclavicud, es pues s6lo un estado, una condicién. El conteni- do del amado derecho personal zornano se refiere no sélo al derecho sobre los esdlaves —en el que estin més o menos indluidos también los nifiosy ala sttuacién de privactén de derechos (capitis dirsinutio), sino también a las relaciones fas liares, Kant incluye a estas tiltimas en su desechos personales de modo real. idad entre los Bl derecho personal romano derecho de Ja persona come tal, sino nna particular or consiguiente el wine de la pesso- | firndamento sus- tancial de las relaciones familiares es, por el ct és adelante se mostraré dono de Ia personalidad. Por ahora sélo se puede indicar lo absurdo de twatar el derecho de la pe: nada antes del derecho general d sona partic Ja personalidad, Los derechos personales son para Kant los que surgen d: un contrato por ef que doy 0 efectito algo, el jus ad rem dell derecho romano que surge de una obl wr deter Por cierto sola~ mente una persona puede efectuar algo segiin un contrato | y s6lo una persona puede adquirir e] derecho a una presta-) cién tal, pero semejante derecho no puede por ello ser ll-| mado personal. Tods tipo de derecho corresponde sélo a unal persona, y ubjetvamente un derecho que nace de un cone] trato no es un derecho sobre una persona, sino sobre algo! para ella ex cho sobs ferior 0 que elle puede enajenas; es siempre der una cosa. io, el aban- f I. LA PROPIEDAD Se § 41. La persona, para existir como idea, tiene que darse para su libertad una esfera exterior Puesto que la persona es la volun— tad infinita existente en y por si en su primera determina- ci6n ain totalmente abstracta, lo diferente de ella, que pue- de constituir la esfera de su libertad, se determina al mismo tiempo como lo inmediatamente distinto y separable, } Agregado. Lo racional de la propiedad no radica en que sea la satis- faccin de necesidades, sino en que supera fa mera subetvidad de 1h personalidad. Sélo en la propiedad existe la persona como razén, Aunque la primera realidad de mi libertad en una cosa exterior ¢s por ello mismo una mala realidad, la personalidad abstracta no puede tener en su inmediatez una existencia que no tenga pre- cisamente la determinacién de la inmediatez, § 42. Lo inmediatamente distinto del espiritu libre es para aly en silo exterior en general: una cose, algo carente de liber- tad, de personalidad, de derecho. Obs. La cosa, como lo objetivo, tiene dos significados contrapuestos. Por un lado, cuando se dice «ésta es la cosa», adepende de Ja cosa y no de la personar, tiene el significa do de lo sustancial; pero, por otro lado, la cosa opuesta a la persona (no al sujeto particular), es lo opuesto de lo sustancial, Jo que segiin su determinacién es sélo exterior. Lo que es exterior para el espiritu libre —que debe ser claramente dife- — KO 12 renciado de Ja mera conciencia— Jo es en y por sfj por ello Ja determinacién conceptual de la naturaleza es ser en ella misma exterior Agregado, Puasta gue la cosa se separa de la subjecividad, es ela mis mua exterior y no sélo para el sijeto, Espacio y tiempo son exte- riores de este modo. Yo, en cuanto sensible, soy exterior, espacial yy temporal. Ea cuanto tengo intuicionas sensibles tengo intui- cién de algo que es en si mismd exterior. Bl animal puede intuis, ma mo tiene como objeto e! alma, si misma, sino algo pero sual exterior § 43. La persona, en cuanto concepto inmediato y por ello esencialmente individuo, tiene una existencia natural, por un lado en si misma y por otro como aquello con Jo que se relaciona como mundo exterior. Respecto de la persona, gue se encuentra ella misma en su primera inmediatez, s6lo se habla de las cosas tal como son inmediatamente, y no como pueden Hegar a ser por la mediacién de la voluntad. Obs, Apticudes espirituales, ciencias, artes, Jo religioso mismo (prédicas, misas, oraciones, bendiciones de las cosas sagradas), invenciones, etcétera, devienen objetos de con- twato y son equiparadas en Ja compra, la venta y Jas opera ciones similares a lo que normalmente se reconoce como cosas, Se podria preguntar si el artista, el sabio, evcétera, e en posesién juridica de su arte, su ciencia, su capacidad de predicar o decir misa, es decir, si tales objetos son cosas. Se dudaria seguramente en calificar asi tales aptitudes, cono- cimientos y facuitades; puesto que, por una parte, se nego- cia y se toma posesin de ellos como si fueran cosas, y por otra parte son algo interior y espiritual, el entendimiento 27 € puede caer en el dilema de cudl es su calificacién juridica, ya que sdlo se le ocurre la oposicién segiin la cual o es una cosa o no es una cosa (lo mismo que o es infinita 0 es fini- ta). Conocimientos, ciencias, talentos, etcétera, pertenecen sin duda al espiritu libre y no son algo exterior, sino inte- rior a él, pero al mismo tiempo el espiritu puede darles por medio de ln exteriorizacién una existencia exterior y ena- jenarlos (wéase més adelante), con lo cual se los pone bajo la determinacién de casas. No son por Jo tanto en primer lugar algo inmediato, sino que lo devienen por la mediacién del espiritu que rebaja lo que le ¢s interior a Ja inmediatez y a I exterioridad, Segiin la injusta e inmoral determinacién del derecho romano, los nifios eran cosas para el padre, que estaba asi en, posesin juridica de sus hijos y mantenfa sin embargo con ellos una telaci6n ética en el amor (que seguramente debe~ ria estar muy debilitado por aquella injusticia). Aqué tiene jugar, pues, una reunién, aunque totalmente injusta, de ambas determinaciones, cosa y no cosa. El derecho abstracto, que sélo tiene como objeto la per- sona como tal ~y con ello lo particular que pertenece ala existencia y a la esfera de su libertad~ en la medida en que es algo separable e inmediataments distinto de ella (ya cons- tituy esto su determinacién esencial 0 lo reciba sélo por mediacién de la voluntad subjetiva), las aptitudes espiritua~ les, ciencias, etcétera, entran en consideracién sélo respec to de su posesién juridica. La posesién del cuerpo y del espi- rite que se adguiere por medio de Ja cultura, el estudio, el hAbito, etcétera, y que configuran una propiedad interior del espiritu, no ha de ser tratada aqui. Del trdnsito de esa pro- piedad espiritual a la exterioridad, en la que se Ja compren- to se habla de bajo la determinaciéa de propiedad juxicica, 14 mis adelante a propésito de la enajenacisn. § 44. La persona tiene el derecho de poner su voluntad en coda cosa, que de esta manera es mila y recibe a mi volun- tad como su fin sustancial (gue ella en sf misma no ti como su determinacién y su alma. Es el derecho de apropia- cién del hombre sobre toda cosa. (Ols, La llamada filosofia que atribuye a las cosas indivi- duales immediatas, a lo impersonal, zealidad en el sentido de independencia y verdadera i,1o m mo que la que afirma que el espiritu no puede con saber la verdad, lo que Ja cosa es en si, son refutadas diatamente por el comportamiento de la vohunta te a estas cosas, Si para la conciencia, el iatuls y el rep sentar, las Hamadas cosas exteriores tienen apariencia de independencia, Ia voluntad libre el idealismo~ es por el contrario Ja verdad de esa realidad. coriovidad y sex p. Aagregails. Todas las cosas pueden devenir propiedad de} hombze porque éste es voluntad libre y como tal en y por si, gue lo que esté frente a &l no posce esta propiedad, Todos tenon, el derecho de lievar su voluntad a ls cosa 0 la cosa a Ja volunind, es decie, en otras palabras, eliminar la cosa y convertisla on algo suyo, puss fa cosa, en cuanto exterioridad, no dene wn fin pro- pio, no es la infinitarelacién consigo misma, sino que es el for de este ad es lo infini~ mise ma exterior. Lo viviente (el animal) es tambi mod se sentido, una cosa. Sélo Ja vole: to, absoluto frente 2 todo otzo, mientras que lo otra es por sit lado s6lo relativo, Por eso apropiarse quiere decir findamentalmente manifestar ante las cosas la grandeza de mi voluntad y mostrar Ew gue éstas no son en y por si, no tienen un Ain propio, Esta mani- festacién acontece cuando doy a la cosa un n diferente del que tiene inmediatamente: en cualito es mi propiedad le alma que la que tenfa,e doy mi alma. La volun~ tad libre es por ello el ideals je! realistio Jas toma en cambio como abso- ungue se encuentsen en la £ nal no sostiene ya este realismo al consumit las cosss y demostrar asf que no so: viviente 0 las cosas tal como son Iutas, ol ani ma de uso. solutamente § 45. EL que yo tenga algo bajo mi poder ext tuye Ja posesidn. Su aspecto particular, dado por el hecho de gue conviexto algo en mio llevado por lis necesidades nett rales, Jos instintos o el arbitrio, consticuye el interés partic ar de la posesion. Pero, por otro lado, el aspecto segiin el cual yo como voluntad libre soy objetivo y por lo tanto sélo enton ces efectivamente voluntad, constituye lo que en Ia posesi es verdadero y justo, la determinaci6n de la propiedad. Obs. Respecto de la necesidad, la propiedad aparece como un medio siempre que se cologue a aguélla en pr: mer lugar. Pero la verdadera posicién es que, desde el pu to de vista de la li libertad, la libertad es ou prime: a, un fin esencial por sf § 46. Puesto que en la propiedad mi voluntad deviene obje- tiva en cuanto voluntad personél y por lo tanto del duo, aquélla adguiere el carécter de propiedad privada. La pro- piedad comin que por su naturaleza pueda ser poseida individualmente tiene la determ: en sl disoluble, en la que sélo de mi arbitrio. ndivi- Unacién de una comunidad indono de mi parte depende —$<$<—< fc ote denne Cetin segundo lugar, las cosas exteriores tienen una extensién mayor que Ja que yo puedo asir. Cuando poseo algo, entran también en rela- ign otras cosas, Ejerzo la posesién con la mano, pero su aleance puede ser ampliado, La mano es ese gran Srgano que no tiene nin- gin animal y que hace que lo que tomo con ella puede ser a su ‘vez un medio para asir otra cosa. Si poseo algo, el entendimiento pasa por alto que no s6lo es mio lo poseido inmediatamente, sino también que esti en conexién con ello, El derecho positive debe establecer las disposiciones definitivas, pues del concepto no se puede deducir nada mis. § 56.8) Por medio de la elaboracién la determinacion de que algo es mio recibe una exterioridad existente por sf y deja de estar limieada a mi presente en eife espacio y an ate tlem= po yal presente de mi saber y mi querer Obs, La elaboracién es la toma de posesién mis ade- cuada a Ia idea porque retine en silo objetivo y lo subjeti- vo, siendo, por otra parte, infinitamente diversa por Iz natu raleza cualitativa del objeto y por la diversidad de Jos fines subjetivos. También entra aqui la elaboracién de lo orginico, enh cual lo que hago no permanece como algo exterior, sino que es asiimilado: trabajo de la tierza, cultivo de plantas, domesticacién, alimentacion y cuidado de animales, alo que se agregan las instalaciones que pérmiten la utilizacién de fuerzas elementales y materias primas, la organizaci6n de la accion de una nisteria sobre otra, etcetera, Agregado. Esta elaboracién puede adquirir empiricamente las con~ figoraciones mis vatiadas, La tierra que cultivo resulta de ese modo elaborada. Respecto de lo inorginico la elaboracién no es siem~ pre divecca. Si constenyo, por ejemplo, un molina de viento, no ee ba tachewbuc womens 141 elaboro el viento, pero sf hago una forma para utilizarlo que no me puede ser quitada por el hecho de que no he elaborado el viento mismo. También se puede considerar como un modo de claboracién el cuidado de animales salvajes, pues es una conduc ta ditigida a la conservaci6n del objeto, aunque, por supuesto, st domesticacién ser‘a una elaboracién mas ditecta, que saldria més de mi § 57. Segin su existencia inmediata, el hombre es en si mis mo algo natural, exterior a su concepto. Sélo por medio del cultive de su propio cuerpo y espiritu, esencialmente cuando sx anroconciencia se aprehende como libre, se toma él en posesion y deviene propiedad de si mismo y frente a los otros. Este tomar en posesion es, a la inversa, el poner en la realidad lo que &l es segiin su concepto (como una posi bilidad, fcultad, disposicién), con lo cual se pone al mis- mo tiempo como lo suyo y como objeto separado de la simple autoconciencia, tornindose asi susceptible de adqui- rir la forma de la cosa (cf. Obs. al § 43) Obs, La pretendida justificacién de Ja esclavitud (en todas sus fiindamentaciones: la fiterza fisica, Ia prisién de guerra, ta salvacién y conservaci6n de la vida, el mantenimiento,Ta edu- cacién, los beneficios, el propio consentimiento, etcéters),1o mismo que la justificacién de una dominacién como mero dere cho de sefiorio y todas las perspectivas histvicas sobre el deve- cho de la esclavitud y el sefiorfo, se basan en el punto de vis ca que toma al hombre como ser natval, segiin una existencia gue no es adecuada a su concepto (en Jo cual entea también, el arbitrio). La afirmacién de la absoluta injusticia de la escla~ vitud se atiene, por el contrario, al concepte del hombre como espirita, como en sf libre, y es unilateral al considerar que el & 142. a -¢ € hombre es por naturaleza libre 0,10 que es lo mismo, al no tomar Ja idea como fo verdadero, sino al concepto en cuan- to tal en su inmediatee, Bsta antnor tiene su origen en el pensamniento tone separados Jos dos momentos de une idea, cada uno por sé, con lo cual no son adecuados a ella y carecen de verdad. El espirins libre consiste precisamente en no ser n ia, como toda antinomia, 0 con~ cepto 0 s6lo en si, sino en superar este formalismo def mis mo y con él la existencia natural inmediata, y datse la exis- tencia sélo como suya y libre. El lado de ls antinomia que afirma el concepto de libertad tiene por ello la ventaja de con- tener el punto de partida absoluto para la verdad, pero sélo el Punto de partida, mientras que el oto Tado, que permanece en la existencia carente de concepto, no contiene de ningu- na mausta el punto de vista de Ia racionalidad y del dere~ cho.E] punto de vista de la veluntad libre, con el que comien- za el derecho y la ciencia del derecho, esté mis alld de la falsa posicién que considera ai hombre como un ser natural y sélo como concepto existente en s{,apto por lo tanto para la escla- vinud. Esta antigua apariencia no verdaders cotssaponde a espiritu que sélo lua Hegado al estadio de su concien dialéctica del concepto y de la con: diata de la libertad provoca la Iucha por ef ree relaciGn de seferio y sen iniento.y Ta duumbre (v. Penomenologta del espiri Pp. 115 y ss., y Enciclopedia de las ciencias filosificas, §§ 352 y Pero Gnicariente con el conocimiento de que la idea de la libertad es sdlo verdadera como Estado se asegura gue cl expititu objetivo, el contenido del derecho, no sea nuevamente reducido a su concepto subjetive, y que, por lo tanto, no se 25. Fenomenolgio, ed. cit. p. 117. E fapedia, 32 e8., $6 430 ys iS y sep enenereneoostnsererensrrmmeremmennemnsnnrnscrn 143 vuelva a aprehender como un mero deber que el hombre no esti determinado en y por sia la esclavitud Agregado, Si se mantiene el lado segin el cual el hombre es en y por si libte, se condena la esclavitud, Pero que a +vo radica en su propia voluntad, asi como raclica en Ja voluntad d un pueblo cl que sea subyugado. No hay, por Jo tanto, sélo ticia de parte del q y subyaga, sino tam vizado o subyugado, La esclavitud tiene luger en el pasaje de la natualidad del hombre a su verdadera condicién do en el que algo lien sea escla- escla én del eschi- sto es todavia justo. Aq lo injusto ene velidez y se encuentra necesariamente en su lugar. § 58. 7) La toma de posesion que no es por si zeal, sino que sélo representa mi voluntad, es un signa sobse la cosa euyo significado es que he depositade mi voluntad en extensién de su objeto y el significado de esta toma de pose~ sign son muy indeterminados, La Agregado. Li fecta de vodas, porque también los dems tipos tienen ea mayor 0 toms de posesioa por le designacién es la ms a cosa menor grado el influjo del sigua. Cuando me apodero de © la claboro, el kino significado es también un signo, un signo para los otros, que los excluye y les seftala que he depositado mi voluntad sobre esa cosa. EI concepto de signo es precisamente que Jo que es sino por el significado que se le . por ejemplo, significa el ser cin Estado, aunque los colores, que representan a Ja naciéa y no la cosa no vale ps buye.La es dane de un signoy te su dominio sobze las cosas. s,no tienen ninguna conexién con ella. Al proporcionat t oder ad it algo con i, el hombre sefiala precisamen- comunidad exterior de la voluntad, es llevado por la volun~ tad particular a una voluntad s6lo aparente. Esto constitu ye el frnude Agregodo, En este segnndo estadio de la injusticia se respeta la volun ad lesiona la voluntad particular porque se le hace creer al perjudi- ticular pero no el derecho universal. En el fraude no se cado que la accién es justa. El derecho cxigido es puesto, por lo 0, como algo subjetivo y meramente aparente, lo cual consti- tuye el fiaude, § 88. En el contrato adquiero una propiedad en vistud de las cualidades particulares de la cosa y, al mismo tiempo, por su universalidad interna, que reside en el valor y en el ser propiedad de otro. Por el arbitrio del otro se me puede pre- sentar una falsa apariencia, de tal manera que el contrato sea corrects en cuanto libre consentimiento bilateral sobre el intercambio de esta cosa, segtin su individualidad inune- diata, pero falte en él el Jado de la universalidad existente en sf. (Bl juicio infinito segtin su expresién positiva o sig- nificacién idéntica. Véase Enciclopedia de las ciencias floséfi- eas, § 121.) § 89. Que frente a esta aceptacién de Ja cosa meramente en cuanto ésia y frente ala voluntad arbitearia que mera— mente opina, lo objetivo o universal sea reconocible como for y sea vélide como derecho, ante el cual se elimina el as que una arbitrio subjetivo, no es aqui en principio » exigencia, 6173, aK & Agregado, En cl caso de la injusticia civil o de buena fe no hay nin- 65 no se ha querido nada contra el derecho. Si las guna pena, hay en cambio para el fraude, posque el lesionado es el derecho. C.VIOLENCIAY DELITO Vora Cag) cae alfe ech ne § 90. Puesto que la propiedad se deposita en una cosa exte- Je voluntad, en cuanto reflejada en ella, es al mismo tiem- po capturada por la cosa y sometida a la necesidad. Por ello puede en general padecer una firerza 0 por medio de ella serie impuesto un sacrificio o una accién como condiciéa de alguna posesién o existencia positiva. En otras palabras, se le puede ejercer violencia, Agregade, La auténtica injusticia es el Aelito, en el cual no se res ppeta el derecho ni en sini como se me aparece a mi,con lo que se lesionan ambos lados, el objetivo y el subjetiva, § 91. Bn cuanto viviente, el hombre puede por cierto ser sojuzgado, es decir, puestos sus aspectos fisicos y exteriores bajo la fuerza de otro. La voluntad libre, en cambio, no pue- de ser en y por si violentada (§ 5), sino sélo en cuanto ella misma so setorna a sf de Ia exterioridad en que se Ja mantie~ ne o de su representacién (§ 7). Sélo se puede violentar a algo a quien quiere dejarse violentar, § 92. Puesto que la vohuntad es idea y efectivamente libre sélo en la medida en que tiene existencia, y la existencia en que se ha colocado es el ser de Ja libertad, la fuerza y Ja vio~ Jencia se destruyen en sa concepto inmediatamente a s{ mis- 180 seer eens ene tamara} mias, en cuanto exteriorizacién de una voluntad gee ¢ mina le exteriorizacién o existencia de una voluntad. Por ello, la fuerza y Ia violencia, tomadas abs injustas Daléchur ce § 93. La exposicién real de que la violencia se su propio concepto es que Ia violencia se elimina con ia vio. lencia. Por Jo tanto, en cuanto segunda violencia, que es eli- minacién de una primera, es legitima, no sélo en ciertas con- diciones sino necesariamente. Obs. La violacién de un contrato por no cumplimien- to de Jo estipulado, o la lesién de los deberes juridicos de Ia familia o del Estado por una accién 0 una omision, es una primera violencia, o por lo menos wna frerza en Ja medida en que reteago © tamente, son Na wales ag yr fe vole eee. jestraye en taigo wna prugiedad que es de otro 0 Jo privo de una prestacién que le debo. La violencia pedagégica, o la que se ejerce contra el sal- vajismo 0 la barbarie, aparece como si fin violencia que no sign tal es en sf una viole: una primera 2 ota previa. Pero la voluntad na! contra la idea de la libertad existen- te en sf, que tiene que hacerse valer y ser protegida frente aaquella voluntad no cultivada. © bien ya esta puesta una existencia ética en Ja familia o en el Estado, contra la cual aquella naturalidad es an acto de violencia, o bien existe sélo una situacién natural, una situacién de violencia, frente a Ja que la idea funda’un derecho de héroes, Agregeds. En el Estado ya no puede haber héroes: éstos aparecen s6lo en una situacién de falta de cultura, Su finalidad es justa, nece- saria y apropiada al Estado, y ellos la evan a cabo pia. Los héroes que fandaron Es sano cosa pro los ¢ intwodujeron el matri- oy ve oe monio y ja agricultura ne lo hi cho reconocide y sus 2e: fon, por cierto, como un dere 0 el elevado derecho de Is idea con~ ia de los héroes ones arecen todavia ¢ volun esta vices tues por las buenas poco es lo que se puede alcanzar ante la fiterza de le » raleza, § 94. El derecho abstracto es derecho forzose porgue Ja injus- ticla contra él es una fiserea contra la existencia de mi liber 1m de es frente a la fuerza-es, por lo tanto, rambii elimi rior y una fuerza que elimina la primera Obs. Definir pues el derecho absteacto o estricto desde un principio como un derecho al que se puede for: vale a aprehenderlo a partir de una consecuencia a se gue solo se llega haciendo el zedeo que pata por la inju: Aagregade, Bn este punto hay que tener especisimente en cuente la diferencia entve lo juri En lo mor reflexién sobre mi, hay también una duplicidad, pues lo bueno es para mi fa y debo determinarme de acuerdo con esa idea. La exis tencia de lo bueno es 7 yo la existencia es totalmente interna y no puede tener lugar, to, ninguna violencia, Las leyes del Estado no pueden tender extenderse al car ico y lo moral es de i dechsi6 alizo en msi, pevo asta ¢ Jo tana Pues, pre moral soy de cada une, pues en lo pata mai mismo y la feerza no tiene ningiin sentido. Cmapr c& ete § 95. La primera violencia ejercida como fuerza por el indi- viduo bre, que lesiona la existencia de la libertad en su sen- tido conaet, el dexecho en cuanto derecho, ee deli Esun su sentido completo (ease Légica, x*——¥ 11, B, p. 99),7 mediante el cual no sélo se niega lo particu- Jar, la subsunci6a de una cosa bajo mi voluntad (§'85), sino también Jo universal, lo infinito en el predicado de lo mio. es decir, que se niega no s6lo la capacidad jurldica, sin la media | cién de mi opinién (como en el fraude, § 88), sino preci- samente en contra de ella, Esto constituye la esfera del dere- | cho penal f (Obs, El derecho cuya lesién es el delito ha adoptado has- > {2 este momento les configuraciones determinadas que hemos | estudiado, y el delito tiene por ello su significado més preci- | so en relacién con eéas determinaciones. Pero lo sustancial en. esas formas es lo universal, que permanece en su posterior desarrollo y configuracién, con lo cual su lesi6n sigue siendo, segiin su concepto, un delito, Por ello la determinacién que r | se considera en el proximo parigrafo afecta también al con- tenido particular que se determine ulteriormente, por ejem- plo en el perjurio, los delitos de Estado, la falsificacién de moneda y letras de cambio, etcétera. § 96. Puesto que lo tinico que puede ser lesionado es la volun tad existente, pero &sta, al penetzar en Ja existencia, ha entra- do en la esfera de la extensién cuantitativa y de las determi- naciones cualitativas, y se diversifica de acuerdo con ellas, también surge una diferencia correlativa en el lado objetivo del delito segrin que aquella existencia y sus determinaciones sean lesionadas en la totalidad de su extensién ~y por lo tan- to en la infinitud igual a su concepto (como por ejemplo en| el asesinato, la esclavitud, la persecucién religiosa, etcétera)— 0 sélo parcialn nte o en alguna determinacién cualitativa. § is 37. Ciencia dela Lépica, od. cit, 7. S66 ae rss | 83 Obs. La opinién estoica, para la cual hay s6lo una vir tud y un vicio, Is legislacién deaconiana que castiga con la muerte todo delito, y Iz primitivez del honor formal que en toda lesién pone Ia personalidad infinita, tienen en comiin que permanecen en el pensamiento abstracto de Ja voluncad libre y de Ja personalidad, y no Ia toman en a existencia concreta y determinada que debe tener como idea. La diferencia entre robo y hurto se basa en el factor cua Iitative de que en el primero soy también lesionado eis cuan- to conciencia presente, por lo tanto en cuanto esta subjetiva infinitud, y se ejerce contra mi una violencia personal. ‘Muchas determinaciones cualitativas, tales como la peli- grosidad para la segurided piiblica, tienen on fondamento en las relaciones que se determinan ulteriormente, pero con fre- cuencia se las aprehende sélo a partir de consecuencias y no del concepto de Ia cosa. Por otra parte, el delito més peli- groso por su caracteristica inmediata es precisamente la lesin mis peligrosa segrin la extensién o la cualidad. La cuslidad moral subjetiva se refiere a la diferencia mis elevada acerca de la medida en que un acontecimiento o un hecho constituyen uns accién, y concierne a la naturaleza subjetiva misma. De ella se hablaré més adelante. Agregade. Cémo se debe castigas cada delito no puede indicarse por medio de pensamientos sino que requiere determinaciones positivas, Con el progreso de Ja cultura la opinién sobre el delito se hace mis suave y hoy no se castiga de manera tan dura como se hacia hace cien sfos, Lo que cambia no son los delites 0 las sino su relacién, Cares Se Cocky ere US §.97. La lesiéa del derecho en cuanto de 184 se Leak cuk echo tiene por cier to una existencia positiva, exterior, pero esta existencia es ¢ sf misma aula. La manifestaciin de esta nulidad s quilacién de la lesidn, que también entes en tacib | . } es la ani ig existencia, | Bota es la realidad efectiva del derecho, su necesidad que se media consigo misma por Ia eliminacién de ou lesiéa A Agregado, Con un delito se alters algo, y en est a alteracién Ia | cosa existe, pero esta existencia es Io contrario de ella misma y por lo tanto en detecho en cuanto d f misma nula. Lo nulo es haber eli inado el recho, El derecho, en cuanto absolute, no puede eliminarse, por Jo cual | exteriorizacién del delito es en simula y esa nulidad es la esencia del tuar delictivo. Peto lo gue es ntlo debe manifestarse como tal, es decir, ponerse a su vez como lesionable. ! hecho delictivo no es un primero, posi~ tive, al que segs { fala pena como su negacién, sino que es un cién. El derecho ‘on; peecisamente ex} ello muestra su vs © una existencia nece~| Mego ~ cu vid Cereule cs § 98.La lesién, en cuanto afecta sélo [2 existencia exterior © la posesién, es un peywicio, un dailo sobre algtin aspecto de la propiedad o de la riqueza. La eliminacién de la lesion como dafio es la indemnizacion medida en que éste pueda tener lugar Obs. En este aspecto de la indemnizaciéa, si el dao ha consistico en una destrucci6n y es irreemplazable, el lugar de la cazacteristica cualitativa especifica del daiio lo debe ocupar la caracteristica universal, el valor. 4 del rem zo, en la -¥ & op. Deus te ee srerranetanenennerensee 15 awe cols tine Bu § 99. La lesién que afecta en cimbio la voluntad existente en sf (y por consiguiente tanto la del que la efectiia como la del que la padece y la de todos los dems) no tiene ningu- istencia positiva en dicha voluntad ducto. La voluntad existente en es lo que por sino puede existir te y es, por io tanto, ilesionable, La lesin es, pues, para le voluntad parti- cular del lesionado y de los demis, sdlo algo negative, Su nica existencia positive es como voluntad particular del delin~ cients. La lesion de ésta en cuanto voluntad existenite es por lo tanto Ja climinacién del delito -que de otro modo seri cién del derecho. a teoria de la pena es una de lis n ni en su mero pro~ sf (el derecho, la ley en si) exteriormen vili- do-y la Obs, tadas en la moderna ciencia positiva del d ar erias peor cho, porque en uficiente, sino que se trata ella el entendimsento no es cialmente esen- concepto, Si se considera el delito y su eli naci6n, a la que por otra parte se determina como pena, sim= jente como un perjuicio, aparecerd por cierto come algo isracional quoter un perjuicio meramente porque ya « un perjuicio anterior QSlein, Tratado dle derecho penal, § 9 ys) 8 En las diversas teorfas sobre la pena ~de la prevencién, inti- midaciéa, amenaz: este cardcter super~ ficial del peyjuicio es supuesto como elemento primordial, y lo que, por el conttario, debe resultar se determina de almente superfi no es sin embargo de un pexjuicio ni de sino, de un modo determinade, de lo injust aguel pu sistle ane- 20 ¥ Jo just, Con ‘0 de vista superficial se deja de lado la conside- 38.Ernst Festinand K Tien Rach (2743-2810), Grunditize dr geneinan deste + del dexecho penal erdinavio alemf! ct okweeusly 186 preteens —f racién objetiva de la justicia, que es lo primero y sustancial en el tratamiento del delito, De ese modo se convierte en esencial el punto de vista moral, el lado subjetivo del deli- to, mezclado con triviales représentaciones psicol6gicas sobre In fuerza y atraccién de los estimulos sensibles en contra de la raz6n, sobre la violencia psicolégica y su influencia en la representacién (como si ésta no fuera rebajada por la liber- tad a algo meramente contingente). Las diversas considera~ ciones que corresponden a la pena como fenémeno y a su relaci6n con la conciencia particular o que se refieren a las consecuencias sobre la representacién (intimidar, corregix, etcétera) tienen en su lugar, es decir, en lo que atafie mera mente a la modalidad de la pena, una importancia esencial, pero suponen la fundamentacién de que la pena sea en y por si justa, En esta discusién lo Ginico que importa es que el delito debe sereliminado no como la produccién de un pesiuicio, sino como lesién del derecho en cuanto derecho. A partir de alli se debe averiguar cudl es la existencia que tiene el delito y que debe ser eliminada. Esta existencia es el verdadero perjuicio que hay que hacer desaparecer, y deter- minar dénde se encuentra es el punto esencial, Mientras los conceptos sobre esta cuestién no se conozean de un modo determinado, seguixd reinando la confusién en la conside- raciéa de la pena. Agregadto. La teorfa de la pena de Feuerbach” funda Ja pena en la a y opina que si a pesar de ella ocurre un delito, la ame~ tn von Feuerbach (1775-1833), Revitiow der Grinds ven penficnen Rechis (Revisién de los prineipios 2s del derecho penal posit), Giessen, 1801 se nd Granboprife des vy conceptos fundamen: * 187 — znaza debe cumplirse porque el delincuente ya Ia conocia previa- mente. Pero, qué sucede con el carfcter juridico de la amenaza? Esta teoria no supone que cl hombre es bre y quiere obligar por Ja representacién de un perjuicio. EI derecho y Ia justicia deben, sin embargo, tener su lugar en Ja Jibertad y la voluntad y no en Ia falta de libertad ala que se disige la amenaza, Con esta fanda- mentacién de la pena se actiia como cuando se Je muestra un palo aun perro, y el hombre, por su honor y su libertad, no debe sex trstado como un perro. La amenaza, que puede sublevar al hom- bre y levaslo a mostrar su libertad conta ella, deja completamente de lado Ia justicia, La violencia psicolégica s6lo puede referisse a ln diferencia cuslitativa y cuantitativa del delita, pero no a su natu raleza misma;]os cddigos que hayan surgido de esta docteina care gen pot lo tanto de fandamento propio. Pur caus Cates ck celiduutt § 100. a lesién que afeeta al delincuente no es s6lo justa en uh por sez justa es al mismo tiempo su voluntad existente en si, una existencia de su libertad, su derecho. Bs por lo tan- to un derecho en el delincvente mismo, es decir, puesto en su voluntad existente, en su accién. En efecto, en su accién, en. cuanto accién de un ser racional, est4 implicito que es algo universal, que por su intermedio se formula una ley que él ha reconocido en ella para si y bajo la cual puede por lo tan— to ser subsumido como bajo sw derecho (Obs. Como se sabe, Beccaria%® ha negado al Estado el derecho a la pena de muerte por la raz6n de que no se podia presumir que en el contrato social estuviera incluido el con- sentimiento de los individuos para dejarse matas,sino que se tendsia que suponer mis bien lo contrario, Pero el Estado no 40.8 Becearia (1 |, Dei dete delle pene, Livorno, 1764 _—— | I 118 meteor nen reeternersrnn stn 2 es en absoluto un contrato (véase § 75), ni su esenci tancial es de un modo incondicional la prateccién y Ja segurie dad de la vida y de la propiedad de los individuos singulares. inismo es por el contrario lo més elevado, que reivindica pata si aquella vida y propiedad y exige su sacrificio. Por otra parte, no se trata s6lo del concepto de delito, de lo zacional del mismo ett y por sf, que el Estado debe hacer valer con o sin el consentimiento de los individuos, sino que, adem: accién niisma del delincuente esté Ja racionalida querer del individio, Al considerar que la pena contiene su pro- pio derecho, se howra al delincuente como un ser racional. No se le concederfa este honor si el concepto y la medida de la pena no se tomaran del hecho mismo, si se lo consi- dera como un animal daitino que hay que hacer inofins vo, © si se toma como fimalidad de Ja pena la intiasiduciGu o Ja comteccién. Por otra parte, respecto del modo de existen- cia de la justicia, la forma que ella tiene en ef Estado, es decir, Ja pena, no es la tinica forma, ni el Estado es la suposicién que condiciona la justicia en si sus is, en la formal, el Agregado. Lo que Beccaria pide, que el ho: consentimiento para el delincuente lo otorga ya ps Ieza del delito, lesién que parte de él sea eli nbre tiene que das astigo, ¢8 totalmente correcto, pero el Es porlo tanto fa natusa- ‘ome Ja propia voluntad del di 9c su hech incuente, que la ar de elfo, la preocup: cién de Beccatia por eliminar la pena de muerte ha tenido efec~ tos ventajosds. Aungiue ni Jos$ II ni los fanceses han podido impo- nner nunca su total derogacién, sin embargo, se examinar qué delitos merecen Ia pena de mueste y cusles no. Gra- cias a ello Ja pens 2 comenzado a jerte se ha tornado menos freeuente, tal como corresponde a la mids alta pena Me medids en-que, segiin su concepto, es } y,segéin su existencia, el delito tiene una tativa y cuslitativa determinada, por lo cual también la tie- ne que tener su negacién en cuanto existencia. sta iden tidad basada en el concepto no es empezo una igualdad en las caracteristicas especificas de a lesion, sino en sus carac- teristicas existentes en si, es decir, Obs, En la cien minac’ segtin su valor > definicién de una deter pena, se toma de la representacién gica de la conciencia. Bsca 0 universal de los pueblos e indi- viduos respecto del delito es y ha sido que me ¥ que ef delinenente debe sufiir lo mismo que ha hecho. No se couprcude LGmio estas ciencias que tienen fa fuente de sus determinaciones en la representacién genexal admiten por otra parte proposiciones gue se contradicen con los Yama- dos hechos universales de la conciencia. La determinacién de igualdad introduce una seria difi- ad on Ja representacién de la compensacién, pero la justi- cia de las disposiciones penales por su aspecto cunlitativo y cuantitativo es, de todos modos, posterior a lo sustancial dela cosa misma, Aungue para estas determinaciones ulteriores bub sscar ot0s principios que para lo universal Ja pena, esto il ordinaria, jn, en este caso general de la experiencia psicol mostraria que el sent mic ca imo seguiria siendo lo que es. Sélo el cepto mismo puede contener él principio fundamental ta ign para lo partic del concep- to es precisamente la conexién de necesided por la cual el delito, en cuanto voluntad en si nula, contiene en si mismo sn aniquilacién, gue aparece coi es lo que p: ‘ mo pena. La id niento se refleja en la jg existencia exterior. La constitucién cualitativa y cuantitativa del delito cae entonces en la esfera de la exterioridad, en la que de todos modos no es posible ninguna determinaciéa absoluta (cf. § 49). Esta es; en el campo de la finitud, sdlo una exigencia que el entendimiento tiene que limitar cada vez ‘mis, lo cual ¢s de la mayor importancla, pero que continta al infinito y s6lo permite una apravimacién perenne. Si no sélo no se tiene en cuenta esta naturaleza de la fnitud sino ademis se permanece por completo en la abs tracta igualdad especifica, no s6lo suxgen dificultades insupe~ rables para determ’ psicologia agrega la magnitud de los motivos sensibles con el preten val de ta fuerza de la mala voluntaé o disminuiciSn proporcional de la fuerza de Ja libertad de la voluntad), sino que ademés es muy Sicil pre~ sentar Ia compensacién de la pena como un absurdo (como hurto por hurto, robo por robo, ojo por ojo, diente por dien- te,con lo que es posible imaginarse al deliacuente tuerto y desdentado}, Pero con todo esto no tiene nada que ver el concepto, sino que el tinico culpable es la igualdad espect- fica que se ha introducido. El valor, en cuanto igualdad inter- na de las cosas, totalmente diversas en su existencia espect- fica, es una determinacién que se presenta, como ya lo habia hecho con los cont 4s arriba), en las acciones civiles contra el delito (§ 95). Por medio de ella Ja repre~ nse eleva de la constitucién inmediaia de la cosa a Ia devermina~ ar las penas (¢spectalmente cuando la do consiguiente aumento propor 8 (véase n sentac io universal. Bn el caso del delito, en el ‘én fundamental es lo inyfinito del hecho, desaparece con mayor razén lo especifico meramente exterior, y la igualdad es la regla basica sélo para lo esencial, para lo que en gene- ral se merece el delincnente, pero no para la forma exterior — 191 ¢ especifica de la pena, Solamenté segin este diltimo aspecto el robo, el burto, la multa y la pena de prisién son simple- mente diferentes; en cuanto a su valor, en cambio, en cuan- to a su caracteristica general de ser lesiones, som compara- bles, Es entonces, como ya se ha sefialado, tarea del entendimiento buscar el acercamienco a Ja igualdad de su valor, Si no se aprehende Ja conexién existente en si entre el delito y su aniquilacién y por consiguiente el pensamiento del valor y Ia comparabilidad de ambos segtin el valor, se puede llegar a ver (Klein, Principios de derecho penal, § 9) en una auténtica pena s6lo una unién arbitraria de un pexjuicio con una accién no permitida Agregado, La compensacion es la conexién interna de dos deter- minaciones que aparecen como diferentes y que tiene también dstencia exterior difevente, La represalia que se toma con ta el delneuiente tiene el aspecto de una determinacién extrafia, que no le pertenece, pero la pena s6lo es, como hemos visto, una manifestacién del delito, es decis,Js otra mitad que la primera supo- ne necesariamente, En un primer momento la compensacién tie- ne en su contra que aparece como algo inmoral, como venganza, y puede valer de esta manera come algo personal. Pero lo que eje- cata Ia compensacisn no es lo personal sino el concepto mismo. A onl me pertencce la venganze, dice Dios en la Biblia, y cuando en Ja palabra compensacién se quiera ver una ocurrencia particular de la voluntad subjetiva, se debe afirmar en cambio que su signi- Aicade es el de wna inversién contra si misma de la propia figura del delito, Las Buménides duermen, pero el delito las despierta, y ‘es asf el propio hecho el que impone su consecuencia. Aunque para la compensacién no es posible atenerse a la igualdad espec- fica, el caso es diferente pare el asesinato, al que cotresponde nece~ 192 eames mecritetncemneenn sariamente la pena de muerte. Ea efecto, puesto que la vida cons- pena no puede consis- tieuye la extensién total de la ex encia, Hr en ua valos pues no hay ningéia valor ea: la privacién de la vida, ivalente, sino sélo en § 102, La eliminaci6n del delizo es, en esta esfera de la diatez del derecho, en primer lugar vengenza segtin su contenido en Is medida en que es u: cin, pero segtin Ia forma es Is accion de una voluntad sub- Jetiva, que p itsd en cealquier lesion que ocurra, Su justicia es por lo tanto contingente, al mismo tiempo que la voluntad es pera los etree sélo una voluntad particular La venganza, por ser a acciéa positiva de una volun tad particular, se convieste en wna n tradiceiéa cae en el progreso al infinito y eo b mitadamente de generacién en generacién, Obs. Cuando se persigue y castiga los delitos no como crimina publica sino como crimina pri Jndios y los romanos el robo y en algunos casos, etcétera), Esta es jusea a compensa rede colocar si in a les con esta con~ redada dix fa (como entre Jos 1 hurto, entre los ingleses a pena tiene todavia en sf una parte de venganza, El ejercicio de la venganza por parte de Jos héroes, caballeros andantes, eteétera, se diferencia de la venganza privada, Aquélla pertenece al nacimiento de los Estados Aaregado, Cuando en'la sociedad no hay jtieces ni leyes, ia pena tiene siempre forma de venganza, que es deficiente en la medida en que ¢s la acci6n de una voluntad subjetiva y no es adecuada rayon va teibu- nal son, por cierto, también personas, pero su voluntad es la di uuniversalidad de la ley. y no quieren agregar nada a la pena que 20 por lo tanto ai contenido, Las perso: que const se encuer Ja natursleza dé cia, por el c tative y cualitativa, pensacién puede, por lo conducitis su vex a una nueva tos la venganza es impet te A quien s no se le aparece en ratio, dst a limitaciéa cuan- simpler nte como injusticia;en la com- 1, abusar de suis faeeaas, lo que cia, En los pueblos incu -omo ocurre co los Sab de solo puede ser sofocads por una fuerza super imposibilidad de su gjerci gos ac nza al abandonar al individuo la deci ver ono una infaccién ante la justi § 103. La exigencia de resolver esta contradiccién que se presenta en la manera de elimninas la injusticia (lo 1 s contradieciones de los otros modos de injusticia, §§ 8 89), es la exigencia de una justicia liberada de los interes y de Jas formas subj omo de la contingencia del poder; es, pues, la exigencia de una justicia no vengativa sino punitive. Se tiene aqui, en primer lugar, la exigencia de una voluntad que, en cuanto voluntad subjetivs particular, quie~ re lo universal como tal. Este concepto de la moralided no es, sin embargo, sélo una exigencia, sino que ha surgido en este movimiento mismo. as, asi TRANSITO DEL DERECHO A LA MORALIDAD § 104. El delico y Ia justicia de la venganza repvesentan el estadio del desarvolio de la voluntad en que, habiendo desem- bocado en la diferenciacién entre lo universal en sty lo indi- vidual que existe por sf en contra de aquél, la voluntad existen- i ha retornado a sé por te dio de la eliminacién de esa no reconozeo et mio mis que lo subjetiva; exijo ver en ella nuevamence mi conciencia subjesiva § 111. 8) El com do, si bien incluye un elemento parti cular (tomado de cualquier otra parte), tiene, en cuanto con- tenido de la voluntad reflejada sobve si en su determinacién, es decir, en cuanto voluntad universal ¢ idéntica consigo Jo ala voluntad existente en si, 0 sea, de tener la abjetivided del concepto; ) pero dado que la voluntad subjetiva es, en cuanto existen- te por si, al mismo tiempo formal (§ 108),lo anterior es sélo una exigencia y contiene por lo tanto también la posibili Gad de no ser adecuado al concepio. ma, Q) la determinacién de ser adecu: § 112. ¢) Puesto que en le realizacién de mi fin conservo mi subjetividad (§ 110), en su objetivacién supero al mismo tiempo esta subjetividad inmediata, esta subjetividad indivi~ dual mia. Peto la subjetividad exterior, que es idéntica a mf, es la voluntad de los dems (§ 73). El terreno de la existencia de la voluntad es ahora la subjetividad (§ 106), pero la volun ted de los demis es al mismo tiempo Ja existencia distinta de mi que doy a mi voluntad. La realizacién de mi fin tie~ ne por lo tanto en su interior esta identidad de mi voluntad y la voluntad de los otros, tiene una relacién positiva con Ja voluntad de los dems. Obs. Por lo tanto, la objetividad del fin realizado contie~ ne en si los tres significados siguientes, 0 mejor dicho, los reGine en la forma de tres momentos: 0} existencia exterior inmediiata (§ 109), 8) adecuacién al concepto (§ 112) y 7) sub- Jetividad universal. Por su parte, la subjetivided, que se conser- um en esta objetividad consiste en que 0) el fin objetivo es 4 CuGte 205 mio, de manera tal que yo, en cuanto éste, me conservo en 4), mientras que sus momentos f) y 9) coinciden con los res~ pectivos momentos fy de la objetividad El hecho de que estas determinaciones, asi diferencia~ das en el punto de vista moral, s6lo se unan en la contradic. cin, constituye la apariencia fenoménica y Ia fnitud de esta esfe~ 1a (§ 108). El desarrollo de este punto de vista es el desarrollo Ge esta contradiccién y de su solucién, que dentro de esta esfera sélo puede sez, sin. embargo, relating Agrgade. Respecto del derecho formal se dijo que solo contenfa prohibiciones, que la accién estrictamente juridica tenfa por lo tanto tinicamente una determinacién negativa respect de la volun tad de los dems, En lo moral, por el contratio, Ja determinacién, de mi voluntad respecto de los demas es positiva, es decir, que a voluntad subjetiva tiene en lo que realiza a la voluntad existente en si como algo interno. Se presenta agui una produccién o una alteraci6n de Ia existencia que esti en relacién con Ja voluntad de los demis. El concepto de la moralidad es ¢l interno relacionarse consigo de la voluntad. Pero aqui no hay s6lo wna voluntad, sino que su objetivacién tiene al mismo tiempo la determinacién de que en ella se elimina Ja voluntad individual, por lo cul al dest parecer la determinacién de la unilateralidad, resultan puestas dos voluntades y una relacién positiva de una ala otra, En el dere- cho no importa sila voluntad de los dems quite algo en rela~ cién con mi voluntad, que se da su existencia en la propiedad. En, lo moral, por el contrario, se trata también del bienestar de los ottos; esta relacién positiva sélo puede aparecer en este Inga § 113. La exteriorizacién de la voluntad como voluntad sib- jetiva o moral es Ia accién. La accién contiene las determina- los - 2ov, —_# ciones sefialadas de: Q) ser sabida como mia en su exteriori- | K dad.) cener una relacién esencial al concepto en la forma de un deber ser y 7) estar referida a la voluntad de los demas, Obs. La accién s6lo tiene lugar cuando la voluntad moral se exterioriza, En el derecho formal la voluntad se da una existencia en tna casa inmediata; es por lo tanto ella misma inmediata y no tiene por si, en un primer momento, nin- guna relacién exprese con el concepto, que al no haberse enfientado todavia con la voluntad subjetiva, no se ha dife- renciado de ella ni establecido una relacién positiva con la voluntad de los demés; el precepto juridico es, de acuerdo con su determinacién fundamental, sélo prohibicién (§ 8).En el ambito del contrato y de Ja injusticia ya comienza en rea lidad a establecerse una rel: pero la concordancia que tiene lugar en ellos se funda en el arbitvio. Por otra parte, la relacién esencial con la voluntad ajena es alli, en cuanto juridica, s6lo negativa: conservar mi propiedad (segiin el valor) y dejar a los otros lo suyo. Por el contratio, sélo ahora entra en consideracién el aspecto del delito que surge de la voluntad subjeriva, asi como los modos que su existencia toma en ella. La accién judicial (ectio), al no sexme imputable por su contenido, que esti determinado por preseripciones, con tiene sélo algunos momentos de la auténtica accién moral y, en realidad, de un modo exterior, La auténtica accin moral es, por lo tarito, diferente de la accién judicial, icin con Ta voluntad de tos demas, § 114, El derecho de la voluntad moral contiene los tres aspectos siguis @) el derecho abstracto.o formal de la accién de que, tal como ha sid ada en a existencia inmediata, su conte~ 207 nido sea algo mio, 0 sea que la accién responda a un propé- sito de Ia voluntad subjetiva. 8) Lo particular de Ja accién en su contenido interior: @) el modo en que se determina para mf su carécter uni- versal constituye el valor de Ja accién y aquello por lo cual tiene validez para mi: mi intencién; f) su contenido, en cuan- to mii fin particular de mi existencia particular subjetiva, es el bienestan, 6) Este contenido, en cuanto interno, elevado al mismo tiempo a su universalidad, a la objetividad existente en y por si, es el fin absoluto de la voluntad, el bien, al que en la esfera de la reflexién se opone la universalidad subjetiva, por una parte bajo la forma del mal, y por otra de la concen- cia moval.*! Agregedo, Toda aceién, para ser moral, debe en primer lngnr concor dar con mi propésito, pues el derecho de la voluntad moral con siste en que sélo se reconoce en su existencia lo que interior mente existia como propésito. El propésito se reflere tinicamente al elemento formal, segiin el cual la voluntad extesior debe estar también en mii como algo interior. En el segundo momento se pregunta, en cambio, por Ia intencién de la acci6n, es decir, por el valor relativo de la accion en sefesencia a mi. Bl tercer momen- jere ya meramente al valor relativo, sino nal bien, La primera ruptara de la +0, finalinente, no se refi al valor absoluto de Ja accii acciéa es la que se produce entve el propésito y lo existente, 41 Traduzco por sconciencis morale el cérmino alemia Gewisseu, que hay que distinguir de sconcienciae en sentido esticto.Su significade se aproxima al del réeinina wconcitncia» empleado en las expresiones espafiols sbueaa (0 mala) concencen, sproblemas de convencos, ete. CE p €, Fonoianolegia del ep rity, ed. cit, pp. 388 ys. dn segunda enite to que esté presente € tad universal y la particular determinaci6n interior lo cercezo, finalmente, es que la itencién s: nido universal. El bien es lain voluntad, como voli ue yo le doy; también el conte \cién elevada al concepto de la 1. EL pRoposir Y LA RESPONSABILIDAD® roluntad subjetiva en la inmesiater de n_consiste inmediatamente en que para su actuar tie ne wa objern exterior presupneste. acorapa tiplicidad de citeunstancias. El hecho" provoca un cambio en esta existencia previa y la voluntad es responsable de él en la medida en que Ja existencia alterada leva en sf el abstracto predicado de lo mito. ls. Un suceso, una situaciéa que se prochice, es una realidad exterior concrete, que encierma, por lo tanto, en si una cantidad de circunsta ar. Todo: momento r ndicibi, fiado.de una mul- as posible de determi que se muestra como « funda mento 0 causa de tales cixcunstancias, ¥ contribuye asi con lo suyo, puede ser co: cién bie de la sin © como teniendo por Jo menos responsabilidad en ella. “Ante un suceso rico (por ejemplo la Revolucién francesa) el entendimiento form: ideraclo como el respons € ve por lo tanto obligado a ele~ ming espaiiol, poset sresponssbilidade Véate au usa us nls abajo, ‘ido de culpabilidad mona: La voluncid es respon Ambas acepeiones exsin sin embargo esuechames 8 del epi, ed. et, pp. 273 y =) 43.Traduzeo Tir par shechos y Hondiang por eect el cardcter mis indecermia i slente del segundo. CE.§ 118. sido moral 230: deber. A causa de esta determinacién se debe cumplir ef deber por el deber mismo. ‘Agregado. Lo esencial de la voluntad es para mi un deber, Si sélo sé que el bien es para mi un deber, permanezco todavia ent su abs eeacei6n, Debo cumplie con el deber por el deber mismo, y lo que | realizo en el deber es mi propia objetividad, en sentido verdade~ 10: cumpliéndola estoy conmigo mismo y soy libre. El mérito y Ia elevacién de Ia flosofia prictica kantiana han consistido en poner de relieve este significado del deber. § 134. Puesto que el actuar exige por si un contenido par- cular y un fin determinado que la nocién abstracta de deber atin no contiene, eurge Ia pregunta: zqué es el deber? Para esta determinacion solo se presenta en un primer momen- to lo siguiente: actuar conforme al deredidly preocuparse por ce] bienestar)tanto por el propio como por su cién universal, el bienestar de los dems (véase § 119). “Agregado. Bs a rnisma pregunta que te fae ditigida a Cristo cuan= do se quiso saber de él qué se debia hacer para alcangar la vida eterna, Lo universal del bien, lo abstracto, ne, puede sex realizado de modo abstracto,y lene que tener por Jo tanto también la deter de Ja particularidad. 2 Rite ce ad. up Cobre? tas determinaciones no estin, sin. embargo, conte- §.135 nidas en la determinacién misma del deber, sino que, dado que ambas son condicionadss y limitadas, ocasionan ol trin- 0 a Is esfera mas elevada de lo incondicionado del deber. deber mismo, que mientras esti en la autoconciencia constituye Jo esencial 0 lo universal de ella, y en cuan~ } 2 231 to talse refiere sélo a sf en el interior de sf, s6lo le queda la universalidad abstract. Tiene, por lo tanto, como determi- nacién la identidad carente dle contenido, lo positive abstracto, lo que no posee determinacion % Obs, Es sin duda esencial poner de relieve que Ia auto~ determinacién de la voluntad es Ja raiz del deber. Por su intermedio el conocimiento de la voluntad ha ganado en la Alosofia kentigna por primera vez uin fundamento y un pun- to de partida firmes con el pensamiento de su autonomia infinita (véase § 133). Pero, en la misma medida, el perma- necer en el mero punto de vista moral sin pasar al concep- | {to de la eticidad, convieste aquel mérito en wn wrlo forma- | | smo y la ciencia moral en una retérica acerca del deber por | -araeber.mismo. Desde este punto de vista no es posible nin- \ doctrina inmanente del deber. Se puede aportar una | materia dada del exterior y legar asi a deberes particulares; pero si se parte de la determinacién del deber como falta de | contradicciin o concordancia formal consigo mismo, que no es otra | cosa que ef establecimiento de la indeterminacién abstraca, no se puede pasar a la determinaci6n de deberes particulares. | Tampoco hay en ese principio ningiin criterio que permi- ta decidir si un contenido particular que se le presente al | agente es 0 no un deber. Por el contrario, todo modo de | proceder injusto ¢ immoral puede ser justificado de esta mane- | : | ra. La expresiOn kantiana mis precisa que establece la capa- cidad de una accién para ser representada como maxima uni- versal, Neva consigo la representacién mds concreta de una sittacidn, pero no contiene por si otro principio que no sea la carencia de contradiccién y la identidad formal ya cita~ _das(Que no haya minguina propiedad no contiene por si nin- $iima contradiccida, como tampoco la encierra el hecho de ser Fe X 6 142. La eticidad es la idea de la libertad como bien vivien- que tiene en hs autoconciencia su saber, su querer y, por medic de su actuar, su realidad; actuar que tiene a su vez en el ser ético su fundamento en y por sf y su fin motor, Bs el concepto de la libertad que ha de | teza de la autvcoscencia 4 sido mundo existente y natura § 143. Puesto que esta unidad del concepto de Ja voluntad y de su existencia en Ja voluntad particular es un saber, se pre- senta atin Ia conciencia de la diferencia de estos momentos de Ia idea, pero de modo tal que ahora cada uno de ellos es Ja totalidad de'la idea y lz tiene como su fundamento y contenido. § 144. &) Lo ético objetivo, que aparece en el lugar del bien abstracto, es, por medio de Ja subjetividad como forma infini- 4, la sustancia concrete. Tiene por lo tanto en su interior dife- rencias que estin determinadas por el concepto, De este modo Jo ético tiene un contenido fijo que es por si necesatio y una existencia que se eleva por encima de la opinién subjetiva y del capricho: las instituciones y leyes existentes en y por sh Agregado. En cl todo de la eticidad estin presentes tanto el momento objetivo como el subjetivo, pero ambos son sélo for- snus de ella, El bien es agut sustancia, es decir, realizacién de lo ve { \ Obs. A la pregunta de on padve acerca de la mejor mane- | todos los deberes por otto, la totalidad se disolveria, pues la iden —___ ¢—___ 275 a | ra de educar éticamente 2 su hijo, un pitagérico dio la | signiente respuesta (también atribuida a otros): eHaciéado- | Io ciudadano de un Estado con buenas leye. \o Agregado, Los intentos pedagégicos de sustraer alos hombres de Ja vida universal presente y educarlos en el campo (Rousseau en & no pueden lograr que leguen a resal- tasles ajenas las leyes del mando. Aungue Ia educaciéa de Ja juven- lugar en soledad, nc hay por ello que creer que los, fe) ban sido vanes por ud debe tener vientos del espfeitu y del mundo no habrin de legar &nalmente a esta soledad, ni que su poder sea tan débil como para no apo- derarse de estas pactes alejadas, El individuo s6lo alcanza su dere- cho al ser ciudacano de un buen Estado, § 154. Bl derecho de los individues a su particularidad esti también contenido en la sustancialidad ética, pues la parti- cularidad es la manera fenoménica exterior en que existe lo &tico. § 155. En esta identidad de la voluntad universal y parti- cular coinciden por Jo tanto el deber y el derecho; por medio de lo ético el hombre tiene derechos en la medida en que tiene deberes y deberes en la medida en que tiene derechos. En el derecho abstracto yo tengo un derecho y otro el deber correspondiente; en Jo moral el derecho de mi propio saber y querer, asi como el de mi bienestar, slo debe ser objetivo ¢ idéntico con los deberes. . Agregado. E) esclavo no puede tener deberes; s6lo ¢] hombre libre ‘ puede tonerlos. Si todos los derechos estuvieran por un lado y | tidad es el Gnico fiandamento que tenemos que mantener firme, ~ 156. La sustancia ética, como aquello que contiene la auto~ conciencia existente por s{ en unién con su concepto, es el esplritu real de una familia y de un pueblo, % ——— a ——~ Agrgadt. Lo ético no es abstracto como el bien sino real en sen- tido fuerte. El espicita tiene realidad y sus accidentes son los indi viduos, Respecto de lo ético sélo hay por lo tanto dos puntos de vista posibles: 0 se parte de la sustancialidad 0 se procede de modo atomistico, clevindose de la particularidad como fiandamento. Este {ltimo punto de vista carece de espiritu, porque sdlo establece una conexién mientras que el espiricu no es algo individual, sino la tunidad de lo individual y lo universal, § 157.Bl concepto de esta idea sélo es espiritu, lo real y lo que se sabe a si, si ¢s la objetivacién de si mismo, el movimiento a través de la forma de sus momentos. Es por lo tanto: ‘A. Espiritu ético inmediato 0 naturel: la fansilia. Bsta sus tancialidad pasa a Ja pérdida de su unidad, a la dupli~ cidad y al punto de vista de lo relativo, y es asi. B. sociedad civil, unién de los miembros como individuos independientes en una universalidad por lo tanto formal por medio de sus necesidades,®? por medio de la cons- 52. Hlalemin dispone de dor términos porn expresar dos conceptor que en nier- tun idioma se reiinen en ls palabra enecesidads: Nowendighit (necesidad logics, imposibilidad de que sea de otvo modo) y Bedifus aquello de To que no se puede prescindiry af pe. enecesidadese vitals, ete) La imposibilidad de dos ‘versiones diferentes obliga a dejar al contexto la determinacisn del sentido, “En extos conftos ce agrogal ene covcaetes I palabrsalemana cotsesponclent, ~ 216 name ~ f titwcidu juridica como medio para la seguridad de las personas y la propiedad, y por medio de exterior para sus intereses particulazes y comunes. Este Estadio ext ne en la constitucién del Estado, fin y cealidad de la universali- dad sustancial y dea vida péblica consagra rior se retcotrae y n orden { i | § 158.En cuanto sustancialidad inmediata del espiritu, Ja fami- ia se determina por su unidad sentida, el amor De acuerdo con ello, se tiene ew esta unidad, en cuanto esencialidad que es en y por si, a autoconciencia de la propia individualidad, y no se es en ella come persona por si sino como nfentbv, Agnegado, Amor significa conciencia de mi vi manera tal que no estoy para ani zislado, sis conciencia al abandonar mai ser por sy sa cos dad con otro, de 24 ve con sigo mi auto 1 come unidad miz © conmigo, Pero el an: En el Esa do no existe ya esta forma, pues en él se es conselente de la uni dad en la ley:su contenido debe ser tacional y yo debo sabveclo. El primer momento en ¢l independiente para OF &S que no quiero ser una per ras seatiria carente completo. El segundo momento consiste en que me conguisto Jo cual le ocurre a lo tanto una eno: a mi mismo én la otrs persona y valgo en ésta a su vez en a. E] amor es por diceién que ntendimiento no puéde resolver, pues no hay nada ands consistence que esa puntualidad de la autoconciencia que se aloga y qu sat al mismo tiempo la produccién y la solucién de la cont en cuanto solaci6n es la concordia ética. sin embargo debo tener afi nente, El am iceion; § 159. El derecho que corresponde al indi ade Je unidad familiar y que en un primer momento constitu- ‘duo en vir ES t £44 Haas 1. LA FAMILIA § 158.En cuanto sustancialidad inmediata del espivitu, la fami- fia se determina por su unidad sentida, el amor De acuerdo con ello, se tiene en esta unidad, en cuanto esencialidad que es en y por si,]a autoconciencia de la propia individualidad, y no se es en ella como persona por si sino como mienbro, Agregailo, Amor significa conciencia de mi unidad con otro, de manera tal que no estoy para mi aisldo, sino que consigo mi auto- conciencia al abandonar mi ser por sty saberme como tnidad mia con el otro y como unidad del otro conmigo. Peto el amor es sen- timiento, es decir, la eticidad en la forma de lo natural, En el Esta do no existe ya esta forma, pues en él s¢ 5 consciente de la uni- dad en la ley:s: contenido debe ser racional y yo debo saberlo. El primer momento en el amor es que no quiero ser una persona independiente para mi y que silo fuera me sentitia carente © incompleto. El segundo momento consiste en que me conquisto 4 mi mismo en la otea persona y valgo en ella,lo cual le ocusie a ésta 2 su vez en mf, El amor es por lo tanto una enorme contra~ dicei6n que el entendimiento no puéde resolver, pues no hay nada més consistente que esa puntualidad de la autoconciencia que se niega y que sin embargo debo tener afirmativamente. El amor es al mismo tiempo Ja produccién y la solucién de la contradiccién; en cuanto solucién es Ja concordia ética § 159. El derecho que corresponde al individuo en vireud de Ja unidad familiar y que en un primer momento cons | | | | | | | _—— 278 meesceceremes ye su vida dentro de esta unid twa jeridica como una forma del momento absteacto de la individualidad determinada cuando la familia entra en diso- jucion, Los que debian ser miembros devienen entonces en su disposicién y en la realidad personas indepeadientes, y lo que cllos constitufan en Ja familia come momento deter~ minado lo manticnen ahora en Ja separacién, por consi- guiente s6lo en sus aspectos exteriores (bienes, alimentos, costos de educacién, etcétera). Agregada, El derecho de la familia consiste en que sit sustancia debe tener existencia; es por lo tanto sn derecho ante la extetioridad y ante el abandono de esta unidad. Pero, nuevamente, el amor es un sentimiento, ¢s decir, algo subjetivo ante lo cual Ja concordia no puede hacerse valec. Si se exige la concordis, a6lo puede haceree, por Jo tanto, respecto de cosas que por st naturaleza son exte riores y no estin condicionadas por el sentimiento. § 160. La familia se realiza en los tres aspectos siguientes: 4) en la figura de su concepto inmediato, como matri- mono; 8 en la existen 1a familia y su cuida 4 enka educacién de tos hijos y la disolucion de le fi a ext ior, la propiedad y los bienes de A. EL MATRIMONIO § 161. En cuanto relacién ética inmed tiene, en primer lugar, el momento de la vida natural y, mds concretamente, en cuanto zelaci6n sustancial, Ja vida en su nonic con- faicr ail EK cette eclad GVil 310s a jetivided libre que existe infinitamente por si Esta es la pers~ pectiva que revela a la cultura como momento inmanente de Jo absoluto y expresa su valor infinito. Aaregado, Con la expresién hombre culto se puede designar en pri- mer lugar a aquellos que pueden hacer [zobjeto de la conciencia?]® todo Jo que los otzos hacen sin presumic de su particularidad. EI hombre muestra en cambio s las propiedades universales del objeto. Asimismo, en relacién con ot205,la persona inculta los ofende ficilmente, pues simplemente se deja Hevar y no reflexiona sobre los sentimientos del otro. No quiere herir a los dems, pero su comportamiento no coneuerda inculoura cuando no se rige por con su voluntad. La culturs es, pues, el allanamiento de Ja parti- e cosa. La verdadera originalidad, en cuanto productora de la cosa, exige una verdad: absurdidades que sélo se le pueden ocurrir 2 una persona inculta, ‘idad que no se comporia de acuerdo con Ja nataraleza de la altura, mientras que lz que no lo ¢s acepta § 188. La sociedad civil contiene los tres momentos siguientes: A. La mediacién de las necesidades y la satisfaccién del individuo por su trabajo y por cl trabajo y Ja satis~ \ faccién de de las necesidades B, La realidad efectiva de lo universal de la libertad con tenido en ese sistema, la proteccién de la propiedad | por la adnninistracin de justcia, \ecesidades de todos los demds: el sistema » 60, esta pasa comple ta aparentemente cossupea por 8, Moldenhauer y K.M. Michel, editores de G.W.E Hegel, Wes, 20 ., #, Suhrkamp Veelag, 1969 y ss. Cf. 7,p. 345. \ os 311 2 C. La prevenciéa contra Ja contingencia que subsiste en { quel sistema y el cuidado de los intereses particula- or medio del poder de polite! | res como algo com ya corporactin. A.EL SISTEMA DE LAS NECESIDADES § 189. La particularidad es en primer lugar, en cuanto deter minada frente alo universal de la voluntad (6 60), necesidad subjetiva. Bsta alcanza su objetividad, es decir, su satisfaccién, por medio de 0) cosas exteriores que son igualmente la pro- piedad y el producto de otras necesidades y voluntades, y ) de la actividad y el trabajo como lo que media entre los dos aspectos. Puesto que su finalidad es Ja satisfaccién de la par- ticularided subjetiva, pero en la relacién con las necesidades y el libre arbitrio de los otros se hace valer la universalidad, la apariencia de racionalidad que surge en esta esfera de la finitud es el entendimiento. Este es el aspecto que hay que considerar y que constituye en esta esfera el factor de con~ ciliacién. Obs, La economifa politica es la ciencia que tiene en estos puntos de vista su comienzo, pero que tiene que presentar Juego la relacion y el movimiento de la masa de datos con- tingentes en su entelazamiento 0 determinacién cualitati- va y cuantitativa. Es una de las ciencias que ha encontrado sgsiogo molZpfy— ests usado en su acepcién primera y mis nizaciOn y veglamentacion interna de un Escado, Para muarcar wo por epoder de policiar el sustantivo inico que usa Hegel (die Patze, a potici} Gad devienen criterios para juzgar, y los necesidades caen también bajo ellos. Ea tiltima instancie, no ¢5 ya la necesidad misma sino i opinién ls que tiene que ser satisfecha, y pertenece precisamente ala cultura descomponer fo concreto en sus particularidades. En 1a multiplicscién de nt necesidades se produce una inhibiciéa del deseo, pues cuando los hombres se sirven de muchas cosas dife~ rences, el apremio ante una de ellas no es tan fuerte, Jo cual es un signo de que la necesidad en general no es tan poderosa Silwwe oc Wes yucenclee> a § 191, Del mismo modo se dividen y muuitiphian los medios pari las necesidades particularizadas y en general los modos_ / Ge satifacerlas, que devienen a su vez fines sdlatives y nece- | sidades abstractas. Es una multiplicacién que continga al | infinito y gue se lama refinamiento en la medida en que | es la diferenciacidn de estas determinaciones y la apreciaciin | 2 la adecuacién de los medios a los fines. | —~ Aagregale, Lo que los ingleses aman confortable algo inagotable y | ue contintia al infnito, pues toda comotitifd muestra nuevamente | su incomodidad y ls invenciones no legan nunca a un fin, Por eso, | la nevesidad no es producida tanto por los que la poseen de va | modo inmediaco sino por quienes buscan wna ganaaicia con ela oe § 192. Las necesidades y los medios son, en cuanto exis- teniéia real, un ser.para otro, cuyas necesidades y cuyo traba- jo condicionan rbeiprocamente-la satisfaccién. La abstrac~ cién, que es una cualidad de las necesidades y de los medios (véase § anterior), deviene también una determinacién de las relaciones de los individuos entre si. Esta universalidad, en el sentido de reconocimiento, es el momento que con- viexte a las necesidades, los medios y modos de satisfaccién, 315 en su singularidad y abstraccién, en algo concrefo, en cuanto social. Agregedo. La forma de la universalidad aparece aqui porque tengo que regirme de acuerdo con los otros. Yo adquiero de Jos otros el medio para ls satisfaccién y tengo que aceptar por eso su opi- ni6n, Pero al mismo tiempo tengo que producir medios para la satisfaccién de otros. Cada uno indluye en el otro y por.eso est selacionado con él: en esa medida todo Jo particular deviene social En el modo de vestir, en la hora de las comidas, hay una cierta conveniencia que debe aceptarse, porgue en #525 cosas no vale la pena querer mostrar una posicidn propia, sino que lo mis inteli- gente es comportarse come los demnis, § 193. Bxe momento se convierie asi en una particular deter- ‘minacién final para los medios por sf y su posesiéa, asi como. para el modo de satisfacci6n de las necesidades. Contiene inmediatamente la exigencia de jgualdad con los otros en. este aspecto. La necesidad de esta igualdad y la igualacién la imitacién~ por una parte, y Ja necesidad de hacer valer la particularidad igualmente presente por medio de algo que la distinga, por otra, se transforman en una fuente real de mul- tiplicacién y difiasién de las necesidades. § 194. Puesto que en las necesidades sociales, en cuanto uunién de las necesidades inmediatas 0 naturales y las nece- sidades espirituales de la representacidn, es esta Gltima la pre~ ponderante, hay en el momento social un aspecto de ibe- racién. Se oculta la rigida necesidad [Notwendigheit] natural de la necesidad [Bediiefnis] y el hombre se comporta en referencia a una opinién suye, que es en realidad universal, ee CAL OUP gy ba era la opinion contra la cual actuaba, No es por lo tanto inde~ pendiente, sino que surgié de esa situacién social y es un vicioso producto del Ia abyecciéa y la miseria son igualmente grandes, y el cinismo se lo éste se encuentra en su punto mis alto, produce, pues, por la contraposicién del refinamiento. b) El modo del trabajo § 196, La mediacién que prepara y obtiene para las necesi- dades particularizadas medios adecuados igualmente partiai- larizados es el trabajo, que por medio de los mis diversos pro- cesos especifica para esos multiples fines el material inusediatuacute pioporcionado por la naturaleza. Esta cla~ boracién da a los medios su valor y su utilidad, y hace que os hombres en su consumo se relacionen principalmente con producciones humanas y que lo que propiamente con- suman sean esos esfurerzos Aagregado, Es insignificante el material inmediato que no necesita ser elaborado, Incluso el aire hay que trabajatlo, calentindolo; sélo el agua se Ja puede beber tal como se la encuentra. Bl sudor y el ‘trabajo humanos le dan al hombre los medios para la satisfaccién de sus necesidades. § 197. Bn la multiplicidad de los objetos y determinaciones afectados se desarrolla Ja aultura teérica. Esta no consiste sélo en una multiplicidad de representaciones y conocimien- os, sino también en la snovilidad y rapidez del represent \ y del trénsito de una representacién 2 otra, en Ja compren- siéa de relaciones complejas y universales, etc. Es la culeura 318: del entendimiento y por lo tanto también d ultra préctca que se logra por medio del trabajo co: Ia necesidad que se produce a si misma y en el ha ocupade. Consiste ademas en la lintitacién del obrar por la natu raleza del material y sobre todo por el arbitrio de otros, en el habito de una actividad objetiva que se adguieze con esta disciplina, y en habilidades universalmente vdlidas. Agnegads, El baxbaro es perezoso y s# diferencia del civilizado en que se complace en su apatia, pues la cultura cisameate en el habito y Ia necesidad de est carece de habilidad produce ctica consiste pre- ocupado. Quien spre algo diferente de lo que quie- £8, pouque no es dueho ae su propio obra cambio hal se puede Hamar en i al teabajador que produce la cosa tal como debe ser y ne pone en su obrar subjetivo ainguna traba que afecre su finalidad, § 198. Lo universal y objetivo del trabajo reside sin e: go én la abstraccidn que ocasiona la especificacién de los medios y las necesidades, que por lo tanto también especi~ fica la produccién y produce Ja divisién del trabajo, El traba- Jo del individuo se vuelve asi més simple y mayor la habili- Gad en su trabajo abstracto, asi como mayor la cantidad de su produccién.Al mismo tempo, esta abstmaccién de le habi- lidad y de los medios completa y hace totalmente necesaria Ja dependencia y relacidn reciproca de los homabxes paza le satis— faccién de sus vestantes necesidades, La abstracci6n dal pro~ ducir hace ademis que el trabajo sea cada vez mis mecini- co, y permise que finalmente el hombre sea eliminado y coupe su lugar una mégutina, 318 ssn del entendimiento y por lo tanto también del lenguaje, La cultura préctica que se logra por medio del trabajo consiste en li necesidad que se produce a si misma y en el hdbito de estar ocpado. Consiste ademas en Ia limiteciSn del obrar por la natu- raleza del material y sobre todo por el axbitrio de otros, en el habito de una actividad objetiva que se adquiere con esta disciplina, y en habilidades universalimente vilidas. Axregado, El birbavo es perezoso y se diferencia del civilizado en que se complace en su apatia, pues la cultura prictica consiste pre~ cisamente en el hibito y Ia necesidad de estar ocupado. Quien catece de habilidad produce siempre algo diferente de fo que quie~ 1e, porque no es duefio de su propio obrar;se puede Hamar en cambio habil al trabayador que procuce la cosa tal como debe ser y no pone en su obrar subjetive ninguna traba que afecte su Gnalidad § 198. Lo universal y objetivo del trabajo reside sin embar- go en la abstraccién que ocasiona la especificacién de los medios y las necesidades, que por lo tanto también especi- fica la produceién y produce la divisién del trabajo, Bl traba~ jo del individuo se vuelve asi mds simple y mayor la habili- dad en su trabajo abstracto, asi como mayor Ja cantidad de su produccién.Al mismo tiempo, esta absteaccién de la habi- Jidad y de los medios completa y hace totalmente necesaria Ja depensiencia-y relacién reefproca de los hombres para la satis faccion de sus restantes necesidades. La abstraccién del pro~ ducir hace ademis que el trabajo sea cada vez més mecini- , y permice que finalmente el hombre sea eliminado y ocupe su lugar una mdguina. v —— ie Seociecact ure. tach - ———————— @) El patrimonio § 199. En esta dependencia y reciprocidad del trabajo y de Ja satisfaccién de las necesidaces, el egofsmo subjetivo se trans forma en una contribucién a ta satisfaccin de las necesidades de todos los demés, Se convierte en la mediacién de lo particu lar por lo universal, en el movimiento dialéctico en el que cada uno, al ganar, producit y gozar para si, produce y gana para el goce de los demas. Esta necesidad, que reside en el entrelazamiento multilateral de la dependencia de todos, es ahora para cada uno el patrimonio general y permanente (véa- se § 170), que le oftece Ia posibilidad de participar en él de acuerdo con su cultura y habilidad para asegurar su subsis~ tencia, al mismo tempo que el producto obtenido por mediacién de su trabajo la mantiene y acrecienta. § 200. La posibilidad de participacién en el patrimonio gene- ral, es decir, el patrimonio particular, esta condicionada por una base inmediata propia (capital) y por la habilidad. Esta por su parte se halla condicionada por aquélla, pero tam- bién por las circunstancias contingentes, a cuya miultipli- cidad da lugar la diversidad en el desarrotio de Jas condicio— nes corporales y espirituales, ya de por si desiguales. Esta diversidad se muestra en esta esfera de Ja particularidad en todas direcciones y en todo’ los estadios, y, unida con las demés contingencias y arbitrariedades de otro origen, tie- ne como consecuencia necesaria Ja desigualdad de los patti- monies y las habilidades de los individuos. Obs, Pertenece al entendimiento vacfo que toma su abs- traccién y sv deber ser por lo zeal y racional, el oponer Ja exi- gencia de igualdad al derecho objetivo de la particularidad del ——_______.% re (—— $ we. 2 lido en la idea, Este derecho no sélo no elimi ‘na en Ia sociedad civil la desigualdad de ios hombres puesta por la naturaieza ~el elemento de la desigualdad- sino que Ja produce a partir del espiritu y la eleva a desigualdad de la habilidad, al Jectual. Esta esfera de fa particularidad que presume ser Jo universal mantiene al mismo tiempo, en esta identidad séio relativa con éi, la particularidad natural como particulari- dad arbitraria, o sea, un resto del estado natural. Es por otr parte la cazén inmanente al sistema de Jas necesidades huma- as y 2 sui movimiento lo que Jo articula en una totalidad orginica de elementos diferentes (véase el § siguiente). 3 20 erence sao ey rere © espiritu incl atrimonio ¢ incluso a Ia cu wa moral e inte- § 201. Los medios infinitamente variados y su movimiento, que de un modo igualmente infinito se entzelazan en Ia pro- duccién e intercambios recfprocos, se unen por la universa lidad inherente a su contenido y se diferencias: en gripes gene- rales, El conjunto total adopta la forma de sistenta de neces particlare lades, medios y trabajo, de modos de satisface: y de cultura te6rica y prictica, en los que se reparten los individuos, dando lugar a la diferencia de class. Agrgeile. BL modo de la participacién en esti abandonado 1 la patticularidad de los individuos, pero la diver attimonio general sidad general que produce ls particularizacién de la sociedad civil #2co Stand por vclasee cuando esti utilizado en sentido soci y por sestamentor cuande Jo exté en sentido palitico-representativo (asamiblea de 40s eestsmentoss 0 «Estados, §§ 300 y ss.). Hay que recon {que ambos seatidos que al eng: csuechamente ligados {v. § 303) embargo, | | / f ij | } 2 psimers base del Estado, as de~ inca, Reciben su importancia del hecho de que las personas privadas,a pesar de su egofsmo, tienen 1¢ dirigirse nece- soriamente a los demas. Bsta es por lo tanto la taiz que liga el egois- mo al Estado, cuya p sélido y scupacién debe ser que este conjunto sea § 202. De act como clase sust edad no en el sentido amplio de seliginsidsd o en ei de piedad ing ea el de la evoefere ariega (cf. p. «|. Sétcles, Antigone, 9 1a pledid religiosa 9 la Bla 41900

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