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EL HACCP promueve una mayor conciencia en el comercio de alimentos respecto

de la inocuidad, al intervenir en cada una de las fases de producción de un


alimento, monitorear y controlar toda operación crucial y garantizar que se
establezcan, mantengan y evalúen las medidas adecuadas y eficaces para
asegurar su inocuidad. Esto lo hace 41 una estrategia más eficaz que los
mecanismos tradicionales de inspección y ensayo del producto final, para proteger
la salud del consumidor y evitar las pérdidas económicas ocasionadas por el mal
estado de los alimentos o el retiro de los productos del comercio.

Sin duda la ausencia de quejas y/o devoluciones por falta de inocuidad son un
indicador de eficacia, sin embargo esto no es suficiente para demostrar que los
controles que se han establecido como parte de un Plan HACCP son adecuados
para generar productos inocuos. Para lo anterior se requiere llevar a cabo una
validación
la validación se define como la obtención de pruebas que demuestren que una
medida de control, o la combinación de medidas de control, si se aplican
debidamente, son capaces de controlar un peligro con un resultado especificado.
En este caso el resultado especificado se referiría a un nivel aceptable del peligro
(lo cual no debe confundirse con el concepto de Límite Crítico**).

Para demostrar que las medidas de control establecidas en el Plan HACCP son
capaces de lograr de manera constante el nivel previsto de control del peligro, es
posible utilizar cinco enfoques: referencias de publicaciones científicas o técnicas,
datos experimentales científicamente validados, obtención de datos durante las
condiciones normales de funcionamiento, modelos matemáticos y encuestas.

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