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LIDERAZGO PARA SERES HUMANOS

Lic. Renny Yagosesky

El mundo no sería lo que es sin la existencia del liderazgo. En virtud de


que no todos los seres evolucionan al mismo ritmo, y de que
algunos parecen disponer de una capacidad especial para dirigir, el
liderazgo emerge como una necesidad en la dinámica vincular de la
gente en el mundo.

Ser líder o actuar como tal, implica una gran responsabilidad, ya que en
manos de los conductores de masas suelen estar miles o millones
de destinos. Hay ejemplos loables y otros vergonzosos. Ejemplos
positivos como los de Jesús el Cristo, Buda, Gandhi y Sai Baba
contrastan con otros indiscutiblemente cuestionables como los de
Atila, Mussolini o Hitler, cuyas ideas y actos han sembrado de
oscuridad sus momentos históricos y deben a su dogmatismo y
egolatría, grandes dosis de muerte y sufrimiento.

Esa misma egolatría ha producido una dinámica social en la que el


privilegio de pocos ha creado enorme caos en la vida de una
mayoría pasiva, confiada y anhelante. Lamentablemente, buena
parte de los líderes de ayer y hoy se han prestado para vender su
poder y han servido de animadores y colaboradores en ciertos
eventos que deshonran la raza humana y nos hace dudar de la tan
cacareada "superioridad humana" sobre el resto del reino natural.

Pobreza, hambre, ignorancia, guerras, corrupción, explotación,


terrorismo, narcotráfico, drogadicción y otros males, se deben en
mucho a la complicidad de pseudolíderes, que actúan como
verdaderos marginales de la política, que no consideran la
importancia del amor o de la consciencia en sus decisiones y actos,
sino que en cambio privilegian lo pragmático y lo material, sin
comprender que es y debería ser lo humano el destino obligado de
todo acto.

La autodestrucción que algunos "líderes" apoyan, exige la determinación


de cada persona sensible y despierta, de revisar pautas y
paradigmas, para volver a sembrar semillas de liderazgo que
retornen a la comprensión, la empatía y la compasión, la
solidaridad, parámetros que han llegado a parecernos estupideces
románticas y que han sido base de culturas milenarias como las de
India, Japón y China.

Las cifran pueden ayudarnos a comprender mejor algunas cosas: la


Comisión contra el Hambre Mundial estimó que el gasto que se
realiza en el planeta en cuatro días por efecto de inversión en
armas, bastaría para resolver el hambre del mundo durante un año
(algo más de seis mil millones de dólares) lo que revela que el
hambre es un problema perpetuado por la negligencia de quienes
deciden, más que por la ausencia de recursos suficientes.

En lo laboral, muchas empresas estiman demasiado la competitividad, la


calidad y la productividad, y olvidan variables como: dignidad o
educación de los trabajadores. Dijo Gandhi que "en el mundo hay
suficiente para satisfacer la necesidad de todos, pero no la codicia
de todos". Nunca como ahora es acertada la frase de Erich From
toma la siguiente reflexión: "El hombre de hoy vive con la
consciencia anestesiada y con una escala de valores alterada".

Necesitamos líderes integrales con mensaje constructivo y predica


ejemplar, que ayuden a sus semejantes a desarrollarse de manera
global: material, intelectual y espiritualmente. Y esto no puede
hacerse sino teniendo por norte el éxito, pero con felicidad. Un
éxito ecológico que combine logro y bienestar.

Para ser líder, verdadero líder de seres humanos, se requiere más que
buena oratoria, astucia y poder. Sentido de misión, alma de líder,
buena intención, claridad mental y respeto por las personas, deben
ser parte del equipaje moral del líder.

Los problemas del mundo no son económicos, pues la economía se


subordina a la psicología. El resultado sigue a la acción, la acción
sigue a la emoción, la cual deriva a su vez del pensamiento. La falta
de amor en acción y un sano criterio del hombre son las raíces del
problema. Sin autoestima, no hay liderazgo ni verdadero ni
duradero. Los líderes humanos, vuelan sobre el egoísmo, la
ignorancia y la violencia. Sin ánimos de ser reduccionista: O
usamos el amor o usamos el miedo. O nos autocomplacemos o
servimos a otros con un criterio elevado.

El líder nuevo, el de la gente, no sólo deberá definir su visión, sino que


tendrá que revisar su ética y su responsabilidad, las consecuencias
de sus actos. No podrá ser un depredador, un goloso enamorado de
sí mismo, indiferente a la suerte del resto. Deberá pensar y sentir
como un grupo. Deberá trascenderse, ser ecológico y entender que
no está solo.

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