Andrés García Guerra

SOLO TRES
CUENTOS
“Y YA”

Una Versión Diferente De

Historias Rancias

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Ilustración de la portada: Marketplace Designers
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“Silueta del Ángel”

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Contenido
La Promesa ................................................................................. 5
El Humanista ............................................................................ 14
La Compañera Fiel ................................................................... 24

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 Prologo
Esta es mi primera publicación, estoy totalmente
convencido que publicare otros más.
Si alguien se pregunta el porqué del título, esta es la
respuesta:
En el año 2017 uno de los mejores comediantes de
Latinoamérica, el señor “Franco Escamilla”, publicó
en su canal de Youtube la obra “Y Ya”. Al inicio de
esta obra, explica que la expresión “Y Ya” es muy
poderosa en la comunicación de los latinos, porque
permite poner fin a cualquier reclamo, discusión,
diferencia conceptual, enumeración o descripción.
Además, limita las esperanzas, ilusiones o
expectativas que alguna persona pueda tener sobre
cualquier situación.
Por ese motivo y con la intención de ser honesto y
no engañar a nadie, decidí titular esta publicación
por lo que es y nada más, “Solo tres cuentos Y Ya”.
No hay más, no tiene mensajes ocultos, leer estos
cuentos no cambiara su vida, tampoco expandirá su
mente y mucho menos le enseñara algo.
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Cuando lea estos cuentos es posible que los
disfrute, le genere entretenimiento o le permitan
un momento de distracción en su rutina.
Si es asi, recomiéndelo a aquellas personas que
usted considere también les pueda agradar, amigos,
familiares, compañeros de trabajo o de estudio, en
fin, a todo aquel que aprecie y estime.
Pero si, la lectura de estos cuentos le resulta
tediosa, aburridora y una pérdida de tiempo,
recomiéndeselo a todas las personas que no le caen
bien, a los que detesta o aborrece y permítales
pasar un mal momento como el que usted paso.

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 La Promesa
La extinción y desaparición de todos los dinosaurios
causo tristeza y desconcierto en el reino de los
cielos. Un desafortunado accidente causo la muerte
de las criaturas mas evolucionadas de la creación
hasta ese momento.
El creador consideró necesario diseñar una especie
con la capacidad de adaptarse a la naturaleza del
entorno, aprender de todo cuanto le rodeara y con
la habilidad de cuidarse a si mismo y cuidar de las
demás creaciones.
Para alcanzar tales expectativas, diseño a la especie
humana y los dotó del principal don o capacidad
más útil para su supervivencia, este fue el libre
albedrío.
Gracias a esta herramienta la especie humana
podría tomar decisiones de comportamiento según

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las circunstancias del entorno, partiendo de sus
experiencias y conocimientos.
Decidió además que seria prudente permitirles
crecer y desarrollarse en un ambiente controlado,
antes de liberarlos en la tierra.
Para tal fin diseño el paraíso, un espacio similar a la
tierra en cuanto a recursos, ambiente y clima, pero
sin los peligros del mundo real. Los humanos
podrían aprender se su entorno al interactuar con
él, sin el riesgo de lastimarse o terminar con su vida.
Los primeros humanos en el paraíso fueron Adán y
Eva, hombre y mujer. Dios les dio reglas simples
para observar su comportamiento y capacidad de
adaptación.
Podían disponer de todos los recursos existentes en
el paraíso, gobernar sobre todos los animales y
disfrutar de toda la creación. Solo tendrían una
prohibición, una única limitante, no podrían comer
del fruto del árbol prohibido.
El propósito de esta restricción era determinar a
partir del comportamiento de Adán y Eva su nivel
de obediencia, respeto a la norma, confiabilidad,
curiosidad, sinceridad, capacidad de tomar
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decisiones y entereza para asumir las
consecuencias.
En conclusión, el árbol supuestamente prohibido,
era solo una prueba de comportamiento para estos
humanos, porque les permitiría ejercitar su libre
albedrio.
Pasaron los días en los que Adán y Eva respetaban
en todo momento la regla que el creador les había
indicado. Por lo tanto, fue necesario añadir un
elemento catalizador que permitiera acelerar las
posibles acciones y reacciones de los humanos.
El creador le solicito a uno de los serafines que
adoptara la forma de un animal para resultarles más
familiar a los ojos de Adán y Eva. Con el fin de
incitarlos después a contradecir la prohibición.
El serafín designado por el creador para cumplir la
tarea de tentar a los humanos con transgredir la
norma consideró que adoptar la forma de una
serpiente sería conveniente, asi podría permanecer
en el árbol prohibido a la espera de una
oportunidad.
Eva fue la primera en acercarse, disfrutaba sentarse
bajo la sombra del árbol que desprendía un aroma
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muy agradable. La serpiente descendió del árbol e
inicio una conversación con Eva.
Después de saludarla con amabilidad le comento
que todos eran muy afortunados al poder estar en
un lugar maravilloso donde nada les faltaba y
podían disponer de todo cuanto los rodeaba. Eva le
respondió que estaba de acuerdo.
La serpiente le comento que lo que mas disfrutaba
era comer del fruto del árbol que proporcionaba la
sombra que a ella tanto le gustaba. Por eso
permanecía en ese árbol para siempre tener acceso
a los frutos.
Eva le dijo que nunca los había probado, porque el
creador se los había prohibido. La serpiente pareció
asombrarse ante esta prohibición y le indico a Eva
que posiblemente ella había malinterpretado las
órdenes del creador. Porque todos los animales
comían de los frutos que caían del árbol y no pasaba
nada malo.
Tal vez, la prohibición consistía en no arrancar los
frutos directamente del árbol, pero con los que ya
estaban en el suelo, la cuestión podría ser diferente.

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Además, no solo se caían los frutos maduros,
también se caían por fuertes vientos o cuando un
animal, incluso ella misma, los rosaba y estos se
desprendían del árbol accidentalmente.
Eva miro a la serpiente levantando ligeramente una
ceja, al tiempo que le decía que no importaba, si el
fruto estaba o no en el árbol, pues la prohibición era
bastante clara para ella, “No comerás del fruto
prohibido”, por lo tanto, no tenía intención de
desobedecer al creador. Agradeció a la serpiente
por tan agradable conversación y se despidió para
seguir su camino.
Eva continuo su paseo por el paraíso
maravillándose con todo lo que allí existía. Cuando
termino de dar su paseo volvió donde estaba Adán.
Grande fue su sorpresa, al observar con
desconcierto como Adán devoraba con gran apetito
lo que parecía ser el quinto fruto prohibido,
teniendo en cuenta los residuos de fruta que tenía
a su alrededor.
Eva no daba crédito a lo que veían sus ojos. Adán
estaba quebrantando la prohibición del creador.
Inmediatamente lo recrimino por desobedecer al
creador y hacerlos merecedores de un castigo.
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Adán sonriendo le dijo que no había nada de que
preocuparse, porque se había ganado esos frutos
limpiamente en una competencia contra una
serpiente. Eva, le pidió que le explicara como estaba
todo eso de la competencia.
Adán le contó que había ido a buscarla esperando
encontrarla a la sombra del árbol prohibido, pero
cuando llego solo encontró una serpiente, que de
forma muy amable le informo que ese era su día de
suerte. Porque solo por ese día tendría la
posibilidad de probar y degustar el mejor y más
fantástico fruto de todo el paraíso. Existía una
condición, tendría que competir con ella,
recogiendo todos los frutos caídos de ese árbol.
Aquel de los dos, que en un minuto lograra
recolectar el mayor numero de frutos, seria el
ganador y podría quedarse con ellos para
consumirlos.
En ese punto de la narración, Adán se retorcía de la
risa y algunas lagrimas rodaban por sus mejillas. Le
causaba mucha gracia lo estúpida y pendeja que se
había comportado la serpiente al creer que le podía
ganar a él esta competencia, sin tener en
consideración que él tenia manos y ella no.

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Mientras más se reía, seguía comentando que él
inmediatamente había identificado esa ventaja que
a la serpiente se le había pasado por alto, por eso
aceptó participar en esa competencia sabiendo de
ante mano que él ganaría.
Adán se sentía victorioso y estaba lleno de orgullo,
miró a Eva esperando ser felicitado, reconocido por
su ingenio o felicitado por su triunfo, pero Eva no lo
hizo. Ella con la cara enrojecida de furia y respirando
agitadamente guardaba silencio sin comprender
como Adán podía ser tan ignorante.
La alegría se esfumo del rostro de Adán, le indico a
Eva que había guardado los mejores frutos para
compartirlos con ella. Durante un breve momento
hubo entre los dos un silencio incómodo. Pero Eva
no logro contenerse más y estallo.
Con tono agudo en la voz y hablando tan
rápidamente que parecía que el aire se le acabaría,
le dijo que era un pendejo, que la serpiente lo había
engañado aprovechándose de su orgullo. Él por su
torpe vanidad había permitido que la serpiente se
burlara de él, al convencerlo de actuar en contra de
la prohibición del creador.

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Adán no lograba comprender aun lo sucedido,
cuando apareció Dios y los recrimino por haber
comido del fruto prohibido. Adán se apresuro a
decir que Eva no había tenido nada que ver en esa
situación, que todo era su culpa y solo de él.
Entonces Dios les indicó que Adán tendría que ser
expulsado del paraíso para vivir en la tierra y
sobrevivir de la mejor manera posible asumiendo
las consecuencias de sus actos.
Eva sintió pena por Adán, no era malo, solo era
torpe y pendejo. Ella le dijo a Dios que también era
responsable, pues lo había convencido de probar el
fruto prohibido y por esa razón debía compartir el
destino de Adán.
Dios sonrió ligeramente y les dijo que así seria, en
adelante tendrían que ganarse el alimento y
sustento con esfuerzo, trabajo y sacrificio.
Adán y Eva emprendieron el camino hacia la salida
del paraíso, pero Dios llamo a Eva y le hablo en
privado. Le dijo que sabia que ella no había
participado, que solo Adán era responsable por
dejarse engañar de la serpiente. Además, ella
saldría del paraíso porque ella misma lo había
decidido.
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Pero le encomendó la tarea de cuidar mucho de
Adán, porque los riesgos y peligros en la tierra eran
muchos, además las principales debilidades de
Adán eran su vanidad y orgullo.
Ella prometió cuidarlo, vigilarlo y corregirlo para
evitar que se comportara continuamente como un
pendejo.
Desde entonces, cada vez que una mujer regaña,
cantaletea y corrige a su hombre, marido,
compañero, amante o novio, por comportarse
como un pendejo, lo único que está haciendo es
honrar la promesa que Eva le hizo a Dios.

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 El Humanista
Cuando los primeros hombres en la tierra lograron
dominar el fuego, como fuente de calor para
afrontar el frio, iluminación para luchar contra las
tinieblas, arma para espantar depredadores y
demás funciones que con el tiempo descubrirían
gracias a este maravilloso descubrimiento humano,
en el reino celestial se armó un gran alboroto.
Todos, Ángeles, Arcángeles, Serafines y Querubines
buscaban el mejor lugar para observar esta
divertida novedad. Resultaba muy entretenido
contemplar una especie tan básica, simple y
primitiva maravillarse y asombrarse por algo tan
ordinario como el fuego.
Además, al principio resultaba hilarante presenciar
los torpes accidentes que esta especie primitiva
experimentaba al utilizarlo.
Pero, cuando uno de estos accidentes se
descontrolo de forma desproporcionada y

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perecieron mas de veinte humanos, quedaron
heridos mas de cincuenta y se perdieron destruidos
por el fuego grandes extensiones de bosque y
cientos de animales desaparecieron, todo dejo de
ser divertido y se volvió angustia y preocupación.
En ese momento el creador en persona designo un
observador celestial, encargado de vigilar
continuamente el comportamiento de estos seres
primitivos e informar de cualquier alteración en el
orden que presentara un riesgo potencial para la
supervivencia de la especie.
La tarea de observador celestial de la especie
humana le fue asignada al Querubín que respondía
al nombre de Azael, el mejor intencionado y
servicial de todos los colaboradores celestiales.
Hasta ahí la designación parecía adecuada. El único
problema es que este Querubín en particular, era el
mas torpe, pendejo, descuidado, desmemoriado y
distraído de todos, incluidos Arcángeles, Ángeles y
Serafines.
Cabe aclarar, que el motivo real y verdadero por el
que el creador omnisapiente designo a este torpe
Querubín para esta tarea es porque no encontró
otra más fácil y sencilla para mantenerlo ocupado,
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minimizando la posibilidad de causar mas desastres,
como los que en el pasado había provocado y por
los que era objeto de burla por todos allá arriba.
Dios mismo, en diferentes momentos había
intervenido en la situación, para evitarle malos
momentos a Azael, por el acoso del que era victima.
Pero a pesar de las buenas palabras y
recomendaciones de tolerancia que Dios compartía
con todos los miembros de su ejército divino, no
lograba erradicar las burlas contra el torpe de Azael.
Esto no ocurrió por falta de buena voluntad de los
ángeles y demás, ni por falta de caridad, empatía o
tolerancia, no. Simplemente el torpe de Azael no
perdía la oportunidad para hacer un desastre.
El mas reciente y por el que actualmente recibía el
mayor número de burlas, era la extinción de los
dinosaurios. Aun, no estaba del todo claro como
había hecho para causar semejante catástrofe, pero
lo que, si estaba claro, es que mientras cumplía con
la simple tarea de hacer girar los anillos de Saturno,
que en ese momento era la tarea más fácil que le
podían encomendar, de alguna forma consiguió que
un meteorito se saliera de su orbita y se fuera
derechito a estrellarse contra la tierra causando la
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devastación que actualmente le merecía el mayor
número de burlas.
Por eso, precisamente le asignaron la tarea de
observar y reportar las situaciones potencialmente
peligrosas que afrontaran los humanos. Durante
algún tiempo todo funciono muy bien.
Observaba con detalle y entregaba cumplidamente
informes minuciosos y completos. Esta buena labor
ayudo a disminuir las burlas recibidas. El buen
desempeño de Azael en esta labor tenía como
principal justificación que él disfrutaba mucho
observando a los humanos, analizándolos,
estudiándolos he intentado comprender los
progresos que tenían cada día.
Los humanos le resultaban fascinantes, conforme
se hacían mas complejos en sus interacciones entre
sí y con el entorno, mas interesantes le resultaban.
Rápidamente empezó a sentir cariño y afecto por
estos seres primitivos. Los veía nacer, crecer y
desarrollarse, también aprender y equivocarse una
y otra vez, los veía tener miedo y superarse,
progresar y multiplicarse.
Pero a pesar de todos sus progresos, siempre los
veía morir. Esas muertes le causaban gran dolor,
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tantas dificultades y sufrimientos, tantos peligros
superados, muchos avances en conocimiento y a
pesar de todo, al final la muerte inevitable.
Azael no era el único que se interesaba en los
humanos, en diversas ocasiones había observado
como algunos de sus compañeros celestiales,
descendían a la tierra, compartían, interactuaban y
se divertían con los humanos de una forma mal
sana.
Todo esto estaba consignado en los reportes y por
este motivo el creador prohibió los descensos a la
tierra sin su autorización expresa, so pena de ser
expulsados del cielo y no poder regresar.
La tentación era mucha para los que ya se habían
acostumbrado a visitar de vez en cuando la tierra,
por lo que hicieron caso omiso a la prohibición y
quedaron expulsados para siempre del cielo. Entre
ellos estaban Belial, Grigori, Lucifer, Mefistófeles y
Semyazza.
En represalia por haber sido condenados a
permanecer para siempre en la tierra, comenzaron
a atormentar a los humanos, causándoles mas
dolor, sufrimientos y muertes prematuras.

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Azael muy preocupado por esta situación, que cada
vez empeoraba mas las condiciones de vida de los
humanos con guerras, plagas, hambrunas y
enfermedades, acudió al creador para solicitar
terminara con el sufrimiento de estos seres
primitivos. Seria posible que Dios readmitiera a los
ángeles renegados en el cielo, o mejor aún, podría
conceder la inmortalidad a los humanos, incluso
podría enviar un protector celestial para que desde
la tierra los ayudara.
Pero Dios le explico, que le había concedido a la
especie humana el don del libre albedrío y dependía
de cada uno de ellos tomar las decisiones que
condujeran su vida asumiendo las consecuencias de
sus actos. Además, Él ya les había indicado en
diferentes ocasiones normas, leyes o mandatos que
debían servir de guía de buena conducta para vivir
en armonía y en la gracia del señor.
Azael, continuo con su labor cargado con
sentimientos de tristeza e impotencia al no poder
hacer nada para ayudar a los humanos. Pero un día
observo como uno de los ángeles renegados
esparcía una nueva y poderosa peste que
amenazaba con la aniquilación total de la
humanidad.
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Preocupado, gritaba con fuerza a los humanos para
alertarlos del peligro, pero no lograba que lo
escucharan. Desesperado por lo que estaba a punto
de suceder en la tierra, se inclino hacia abajo tanto
como pudo, intentando asi que sus advertencias
lograran ser escuchadas. Pero en un momento de
confusión, perdió su punto de agarre de donde
estaba sostenido y resbalo del mirador celestial.
Su caída fue inesperada y sorpresiva tanto como
destructiva. Cuando impacto sobre la tierra, lo hizo
sobre una de las civilizaciones mas avanzadas hasta
ese momento, de esta manera desapareció a la
Atlántida. Los terremotos y sunamis causados por
su caída ocasionaron muchas muertes, pero
sirvieron de alerta para el resto de los humanos que
se resguardaron del peligro y de esta manera se
logro preservar la especie humana.
La caída de Azael tenia diferentes interpretaciones
dependiendo del narrador y su punto de vista. Para
los colaboradores celestiales, no era mas que otra
de las torpezas de Azael, que seguramente al
quedarse dormido en su labor de vigilancia, se había
resbalado y caído. Por lo que las burlas se
escucharon nuevamente y con mayor intensidad.

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Los ángeles renegados, condenados a permanecer
en la tierra, consideraron que el acto de Azael era
un golpe maestro de maldad y destrucción que
seguramente había planeado, cansado de las burlas
celestiales, para taparles la boca a todos los de
arriba y enseñarles una lección.
Los únicos que sabían la verdad eran Dios y el propio
Azael. Dios le hablo en privado para preguntarle
como se sentía, para decirle que sabia todo lo que
había ocurrido y que no debía preocuparse por el
resultado, porque Él les explicaría a todos en el cielo
que, a pesar de lo catastrófica de su caída a la tierra,
ayudo a preservar la especie humana, porque de no
haber caído en ese preciso momento, el desenlace
pudo haber sido mucho peor.
Pero en el momento en que Dios lo invitaba a volver
al cielo para aclarar lo sucedido y detener las burlas,
llegaron los ángeles rebeldes para informarle que,
por su afrenta descarada y abiertamente desafiante
al cielo, habían decidido nombrarlo su líder, por eso
le habían construido un trono en lo mas profundo
de la tierra para que desde allí atormentara y
pervirtiera toda la creación divina y demostrara asi
su franca oposición al cielo.

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Azael nunca había sido líder de nada ni de nadie,
tampoco había recibido honores ni
reconocimientos por nada de lo que él hubiera
hecho jamás. Además, sabía que, al volver al cielo
sin importar las explicaciones de Dios, las burlas de
los demás no tendrían fin.
Tomo una decisión rápida y tal vez un poco
apresurada, cargada de muchos sentimientos. Miro
al cielo con los ojos llenos de lagrimas y con voz
fuerte y decidida grito:
“Prefiero reinar en la tierra que ser el bufón del
cielo”.
En silencio le pidió perdón a Dios y le prometió que
protegería a los humanos de todo el mal que los
ángeles renegados quisieran hacerles.
Desde entonces se dedica a estudiar, analizar y
comprender a los humanos, aceptándolos como
son, con sus defectos y virtudes, sin culparlos, ni
recriminarlos o cuestionarlos por su forma de ser o
actuar, solo aprendiendo de ellos y admirando su
desarrollo. Además, también dedica su tiempo a
sabotear todos los planes que sus seguidores
intentan en contra de los humanos.

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Por eso, se acostumbra a decir que el mal nunca
triunfa sobre el bien. Parte de esta afirmación
resulta ser cierta solo porque el líder de los ángeles
caídos es un humanista.

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 La Compañera
Fiel
La tarde estaba avanzada y el sol ocultándose
lentamente en el horizonte anunciaba el fin de otro
largo día.
Había terminado con diligencia sus obligaciones de
forma tal que le quedara tiempo suficiente para
acudir al encuentro de su enamorado. Salió por la
parte trasera de la casa y atravesó el campo de
hortalizas propiedad de su familia, que terminaba
en un robledal que servia de línea divisoria para
determinar que al otro lado de los robles
comenzaba la propiedad del vecino.
Allá se dirigía con gran ilusión, porque ella y su
enamorado acostumbraban a mirar juntos el
atardecer tomados de la mano, mientras se
prometían mutuamente que algún día observarían
atardeceres igual de majestuosos en compañía de
sus hijos y nietos por siempre.

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Pero primero tendría que convencer a sus
respectivos padres de permitirles casarse. Ella
confiaba que no resultaría muy complicado obtener
dichos permisos, porque las familias tenían buenas
relaciones. Además, por ser vecinos se conocían
desde niños y hasta el momento se habían
comportado respetuosa y adecuadamente para
preservar el honor de ambos y de las familias.
La idea del matrimonio por venir la llenaba de
ilusión y parecía que le ayudaba a recorrer con
mayor velocidad la distancia que la separaba de su
enamorado.
Cuando llegó al robledal aminoro su velocidad para
evitar tropezarse con las raíces de los árboles,
camino con calma hasta llegar al limite donde
empezaba la propiedad de sus vecinos, que de
suceder todo como ella imaginaba, serian dentro de
muy poco su familia por matrimonio.
Pero se detuvo con gran preocupación al observar
en la distancia lo que parecía ser una discusión
entre dos hombres jóvenes. Aunque no los veía
claramente, estaba muy segura de que uno de los
hombres que discutía era su enamorado.

25
Su preocupación se transformo raídamente en
terror, horror y pánico paralizante al observar como
el otro hombre golpeaba repetidas veces la cabeza
de su enamorado con un objeto que no lograba
identificar.
La victima se desplomo impactando contra el suelo,
mientras el agresor se alejaba velozmente sin mirar
atrás.
El deseo de auxiliar y socorrer al amor de su vida le
permitió recobrar el movimiento y salir de la
parálisis provocada por el miedo, en la que se
encontraba hasta ese momento.
Corría tan rápido como nunca lo había hecho en su
vida. Cuando llego junto a él aun respiraba, con gran
dificultad, pero respiraba. Cayó de rodillas junto al
cuerpo agonizante, tomando las manos de él entre
las suyas.
A él los golpes recibidos le habían desfigurado el
rostro dejándolo totalmente cubierto de sangre.
Ella comprendió que a él la vida se le escapaba de
forma inevitable. Nada podía hacer ella mas que
confortarlo con su presencia.

26
Le hablo cerca al oído esperando que él pudiera
escucharla. Le agradeció permitirle vivir
maravillosos momentos a su lado, además de ser el
protagonista de sus sueños e ilusiones. Le prometió
amarlo por siempre y jamás olvidarlo.
Su conmovedora declaración fue interrumpida
abruptamente por una aparición celestial. Dios
había llegado para acompañar el alma de este pobre
hombre hasta la otra vida. Ella le pregunto a Dios,
porque su enamorado recibía tan grande honor.
Dios le respondió que no se trataba de ningún
privilegio, simplemente estaba solucionando una
dificultad con sus colaboradores celestiales, pues
les había prohibido a los Ángeles, Arcángeles,
Serafines y Querubines bajar a la tierra hasta nueva
orden. Por ese motivo estaba realizando la tarea de
acompañar las almas de los muertos hasta el otro
mundo, labor que habitualmente realizaban los
Serafines.
Dios le dijo que se despidiera de su amado porque
ya se lo tenia que llevar. Ella inclino su cabeza ante
Dios y le solicito le permitiera acompañar a su único
amor por toda la eternidad.

27
Dios le respondió que aun no era su momento, que
debía vivir su vida de la mejor manera posible y
esperar que le correspondiera el turno de alcanzar
la vida eterna.
Ella en un arrebato de desesperación le dijo a Dios
que, sin la compañía de Abel, el amor de su vida, ya
nada quedaba en la tierra para ella, por lo tanto, si
Dios no la llevaba con Abel, ella no volvería a ver
otro atardecer y se quitaría la vida.
Dios sonrió ante esta especie de chantaje y le aclaro
que, si ella se quitaba la vida, no gozaría de la vida
eterna y por lo tanto no volvería a ver a Abel.
Desconsolada, empezó a llorar sin saber que más
hacer ante la inminente despedida. Entre fuertes
llantos prometió que por siempre vestiría el negro
como símbolo de su dolor, además nunca
contraería matrimonio con nadie.
Dios consideró que esta podría ser una oportunidad
en la que todos podrían salir ganando. Por lo tanto,
le dijo a Eva que existía una posibilidad para volver
a ver cada atardecer al lado de Abel por toda la
eternidad, pero dependía de ella aceptar o no,
porque requería realizar una labor muy importante.

28
Ella, sin dejarse explicar cual era la labor que debía
realizar, se apresuró a decir que aceptaba cualquier
condición, solo por la posibilidad de ver los
atardeceres en compañía de Abel.
Entonces Dios dijo, en adelante y por toda la
eternidad será tu responsabilidad acompañar a
todas las almas a cruzar el umbral de la vida eterna.
Como lo has prometido, vestirás el negro por
siempre, pero en compensación por tu labor podrás
ver todas las tardes la puesta de sol en compañía de
Abel.
Ella le agradeció a Dios esta posibilidad, aunque
limitada, de continuar compartiendo con su
enamorado las puestas de sol. Respiro
profundamente y pregunto qué debía hacer.
Dios le indico que por amenazarlo e intentar
chantajearlo con quitarse la vida, le correspondía
recibir un castigo y por ese motivo solo vería a Abel
cada tarde. Además, cumpliría sin falta y con
fidelidad su labor para continuar recibiendo este
beneficio. Para comenzar, acompañaría su primera
alma y sería la de Abel, que encontró la muerte a
manos de su hermano.

29
Ella lo tomo de la mano y camino con el hasta
atravesar el umbral de la vida eterna.
Desde entonces, la compañera fiel en el ultimo
momento de nuestras vidas, tiene forma de mujer,
vestida de negro por el dolor de una gran pérdida,
pero fiel a su labor por la promesa de una nueva
puesta de sol.

SOLO TRES
CUENTOS
“Y YA”

30