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Colombia tiene una superficie continental de 114.174.800 has de las que 31,5 %
(36 millones de has) se encuentran tituladas como territorios indígenas.
La población nacional es de 41.468.384 personas, y un 3.3 % es indígena
(1.378.884 personas), de acuerdo al Censo 2005 del Departamento Administrativo
Nacional de Estadística. Existen 87 pueblos indígenas, la gran mayoría en la
Orinoquía (ecosistemas de sabana) y en la Zona Andina. Sólo un 5 % de la
población indígena colombiana habita en resguardos de la Amazonía (70.000
personas en resguardos y otros 30.000 en pequeños centros urbanos fuera de los
resguardos).
En la Amazonía existen 156 resguardos que conforman un 64 % del total de las
tierras amazónicas (25,6 millones de has). Algunos resguardos son de grandes
dimensiones, como el Predio Putumayo (6.000.000 has) y el Gran Resguardo del
Vaupés (4.000.000 has). Aún son demandadas 1.500.000 has por 87.000 familias
indígenas que se encuentran en áreas de explotaciones mineras e
hidrocarburíferas (por ejemplo Tarapacá, el Trapecio, el Putumayo). El
desplazamiento forzado y el peligro de extinción representan amenazas para
muchos pueblos de la Amazonía.
En la Orinoquía altos porcentajes de tierras han sido tituladas a favor de los
pueblos indígenas. En la Cuenca del Pacífico, donde entre 1996 y 2006, se
titularon 5.128.830 hectáreas de tierra a las comunidades negras (un 57% en el
Chocó). En cambio, en la zona andina el acceso a la tierra continúa siendo un
derecho insatisfecho.
Hoy, Colombia se enfrenta a tres grandes retos en relación con los pueblos indígenas:
Colombia, sin embargo, ha iniciado un largo viaje por la defensa de sus tribus más representativas,
tratando de preservar los aspectos culturales de los pueblos wayú, arhuaco o emberá, entre otros, de
los que vamos a hablar a continuación con más detalle.
Los emberá, o chocó en Colombia, viven en parcelas construidas a lo largo del caudal del
río Curiche, aunque otras familias de la comunidad también habitan zonas de montaña, de
selva y mar; tienen su propia organización social, centrada en la caza y la pesca y han
preservado su lengua: el waunaan. Sin embargo, quizá lo más interesante sea su visión
cosmológica: el jaibanismo, que considera prioritario el contacto con los espíritus o jai del
agua (Dojura), los espíritus madre de animales y plantas (Wandra) y los jai de animales
selváticos, que consideran transformaciones del espíritu de los humanos que han fallecido
(Antumiá).
Sus poblaciones varían entre unos cientos de individuos y decenas de miles, pero cualquiera
de estas comunidades indígenas en Colombia guarda una historia, una visión del mundo y
una cultura que en Ayuda en Acción creemos que es digna de ser preservada y
empoderada como parte de nuestro conocimiento como especie y por derecho propio de
los pueblos.