La etapa más importante es la de niño, dura hasta los
cinco años (algunos autores la sitúan hasta los 16 años). Durante ése periodo, aprendemos prácticamente todas nuestras pautas de comportamiento para el futuro, relacionados con nuestras actitudes frente al amor, la auto- estima, como “manejarnos” en nuestras vidas afectivas y la relación con nuestros padres. Ese “personaje” que se crea lo llamamos el “niño interior” y se manifiesta en múltiples ocasiones en nuestro día a día. Cuando ese niño interior ha sido cuidado y mimado y es sano, sabemos recibir amor, tenemos auto-estima y tenemos una relación sana con nuestros padres y hermanos. Como nos comportamos ahora, está marcado por lo que ocurrió en esas etapas desde la concepción. Somos muchos los que llevamos dentro un niño perdido y solitario que se siente tremendamente rechazado, la baja autoestima, la sensación de inherente imperfección e indignidad, es una experiencia común entre aquellos que tenemos heridos nuestro niño interior así como también para aquellos que han acabado con enfermedades como el alcoholismo, dependencia química, codependencia, un desorden alimentario o una afección similar. Quizás el único contacto que hayamos mantenido durante largo tiempo con nuestro niño interior haya consistido en reñirlo y criticarlo. ¡Y después no entendemos por qué somos desdichados! No podemos rechazar una parte de nosotros mismos y seguir manteniendo nuestra armonía interior. El proceso de sanar incluye el hecho de volver a unir todas las partes de nosotros mismos para poder alcanzar la plenitud. El sufrimiento, el vacío, la insatisfacción y la angustia, provienen en gran parte del ego y de la desconexión con el niño interior. El ego no promueve el amor ni la armonía, y lo que menos le interesa es que el adulto haga una conexión con su niño interior. El niño interior tiene dos aspectos: La parte herida y la parte sana. La parte sana es sabiduría pura, y la herida es el compendio de la infancia en sus diversas fases. El niño sano puede aportar soluciones para los problemas, y el cuidado del niño herido puede aportar paz interior Casi todos los adultos tienen abandonado a su niño interno. Hay que integrar al niño y satisfacerle sus necesidades. Si esto no se hace, la vida se convierte en una experiencia desagradable. Quizás su niño solo necesite un abrazo por parte de usted o bien un tiempo para que puedan jugar ambos, otra manera. No es exagerado decir que muchos de los problemas son causados por estar separados del niño interior. Si alguien no cuida de su niño(a) interior, menos estará capacitado para cuidar de otros niños. La realidad es interna, y nadie da lo que no tiene. Muchos padres no áman realmente a sus hijos, porque no áman a sus niños interiores. "La caridad comienza por casa." El que no se ama no puede amar a otro. El niño interior es el que atrae en gran medida las circunstancias, para muchos es el subconsciente (sede de las emociones). Cuando se siente soledad, hambre, ira, tristeza, es el niño interior el que las siente, porque el niño es visceral. El niño interior necesita amor, cuidados, y atención. La mayoría de los problemas se originaron en la infancia, y si no se atiende al niño interior, este complicará la vida adulta a través de adicciones, dificultades para relacionarse, y baja autoestima. Por eso es necesario recuperar la inocencia, la imagen, la alegría, resolver los traumas del pasado, perdonar a nuestros padres. El niño interior es un camino hacia nuestra Alma y el principio de una consciencia compasiva Es importante conocer que siendo adultos, y aunque. ya no somos lastimados de la misma manera en la que fue lastimado nuestro niño interior. Los mismos patrones que se plegaron en nuestro subconsciente siguen actuando a lo largo de toda nuestra vida. Es poco probable que podamos iniciar una vida en equilibrio
y exitosa como adultos si no hemos sanado las heridas
de nuestro niño interior. Cuanto más heridas y dolores de tu niño interior sanes y lleves a tu corazón, tanto más crearás tu propia realidad (la realidad que anhelas), no te hallarás entorpecido siempre por tu niño interior pidiendo ser sanado. Te volverás más auténtico, serás más fiel a lo que realmente eres, y con la autenticidad viene el poder, un poder pacífico, profundo y significativo que te impulsará hacia un mundo en el que tus sueños se manifiestan con mayor rapidez, los sueños que realmente estás buscando y que verdaderamente quieres vivir. Afrontaras sin coraza, ni engaños y con la realidad cruda, pormenores del pasado sanando el subconsciente de situaciones vividas. Podrás enfrentar el miedo paralizante, que impidedía tú crecimiento interior y el contacto con muchas oportunidades con el mundo exterior. Inclusive aquellas oportunidades que internamente e inconscientemente boicoteabas. Por lo tanto, es primordial buscar ayuda para sanar tu niño interior herido, lastimado y que él se libere del dolor. Las 5 heridas emocionales de la infancia que persisten cuando somos adultos En resumen. Los problemas vividos en la infancia dejan heridas emocionales que persisten y vaticinan nuestra calidad de vida cuando seamos adultos. Además, estos pueden influir
Significativamente en como nuestros niños y adolescente de
hoy actuarán mañana y como, afrontaran las adversidades. Estas 5 heridas emocionales o experiencias dolorosas de la infancia, conformaran una parte de su personalidad. La Investigadora Lise Bourbeau resume en su libro Las cinco heridas que impiden ser uno mismo.
Las 5 Heridas más importantes del Ser
Humano, a saber:
1. Herida de Rechazo: 260.
2. Herida de abandono: 154. 3. Herida de Humillación: 314. 4. Herida de Traición: Cs218. 5. Herida de La injusticia Cs= 907
1. Herida de Rechazo: 260
Esta herida se genera cuando en su momento sentimos
temor a ser criticado. Evaluado o juzgado por los demás, Genera pensamientos de rechazo, de nuestro interior. El interior hace referencia a nuestros pensamientos, vivencias y sentimientos de no ser deseado y de descalificación hacia uno mismo. Esta herida impide que aceptemos nuestros sentimientos, nuestros pensamientos y nuestras vivencias.
El dolor que se genera por esta herida impide una
construcción adecuada de la autoestima y del amor propio de la persona que lo padece. Genera pensamientos de rechazo, de no ser deseado y de descalificación hacia uno mismo. Ese niño rechazado no se siente merecedor de afecto ni de comprensión y lo que le hace aislarse por temor a volver a experimentar este sufrimiento. Cómo sana tu herida: Autoafirmación y contacto
2. Herida de abandono: 154./ El Cs 61124 .
Accede a esos recuerdos de abandono gravados en la memoria emocional y sanarlos
Esta herida se genera cuando en su momento sentimos que
no tengo apoyo, de mi familia, mis ideas no son escuchadas, las ideas de los demás se imponen y no estoy dispuesto a soportar esto. Se manifiesta un miedo interno a las soledad, mis amigos son mis panas, ellos me entienden, me comprenden. El niño interno (NI) no se siente amado: Cuando el NI no se siente amado, desarrolla necesidad de agradar para ser aceptado y amado, alejándose del comportamientos sanos irreales, fantasiosos, desarrollándose considerablemente necesidades de angustia frustraciones, no se siente valorado se siente subestimado aumentando y desarrollando necesidades de reprimir sentimientos, el Ni se siente abandonado, criticado, comparado, humillado culpable.
Como consecuencia, cuando el niño desamparado sea
adulto, intentará prevenir el hecho de volver a sufrir el abandono. Por lo tanto, quien lo haya padecido, tenderá a abandonar tanto a sus parejas como a sus proyectos de forma temprana. Esto responde, única y exclusivamente, al temor que le ocasiona revivir aquel sufrimiento. Provoca que tengamos unas carencias y miedos a que la pareja nos abandone. Las relaciones se hacen insanas e imposibles de llegar a buen puerto.
Es muy común que estas personas hablen o piensen de esta
forma: “Te dejo antes de que tú me dejes a mí”, Victima “nadie me apoya, no estoy dispuesto a soportar esto”, “si te vas, no vuelvas…”. No sabe poner límites, Dramatiza los problemas, Teme la autoridad. Emoción adicta: Sufrimiento, Cualidad Mayor: Empatía, solidaridad, creatividad. Trabajo comunión. Cómo sana: Disciplina y Estructura, límite 3- La humillación Cs= 314
Esta herida se genera cuando en su momento sentimos que
los demás nos desaprueban y nos critican. Esto destruye la autoestima infantil. Las heridas emocionales de la humillación generan con frecuencia una personalidad dependiente Podemos crear estos problemas en nuestros niños diciéndoles que son torpes, malos o unos pesados, o bien comparándolos con otros, primos amigos etc., así como aireando sus problemas ante los demás (algo que es, tristemente, muy común). Esto, sin duda, destruye la autoestima infantil y, por tanto, dificulta la posibilidad de cultivar un amor propio saludable. Haber sufrido este tipo de experiencias requiere que trabajemos nuestra independencia, nuestra libertad, la comprensión de nuestras necesidades y temores, así como nuestras prioridades.
4. Herida de Traición o el miedo a confiar:
Cs218. Esta herida se abre cuando personas cercanas al niño no cumplen sus promesas, haciendo que se sienta traicionado y engañado. Como consecuencia, se genera una desconfianza que se puede transformar en envidia y en otros sentimientos negativos, por no sentirse merecedor de lo prometido y de lo que otros tienen. Padecer estos problemas en la infancia construye personalidades controladoras y perfeccionistas . Son personas que quieren tenerlo todo atado y reatado, sin dejar nada al azar. Si has padecido estos problemas en la infancia, es probable que sientas la necesidad de ejercer cierto control sobre los demás. Esto se justifica, frecuentemente, por la presencia de un carácter fuerte; sin embargo, digamos que obedece a un mecanismo de defensa, un escudo de protección ante el desengaño. Estas personas suelen confirmar sus errores por su forma de actuar, haciendo así que se cumplan sus prejuicios. Tienen que trabajar la paciencia, la tolerancia y el saber vivir, así como aprender a estar solos y a delegar responsabilidades. Es muy común que estas personas hablen piensen o actúen de esta forma: Piensa Rápido. Controlador, no confía. Imagen de arrogancia. Impaciente e Intolerante. Defensiva.
Como sana: Restitución de la confianza y aprendiendo a ser
cuidado, no manipular
5. La Injusticia: Cs= 907
La injusticia como herida emocional se origina en un
entorno en el que los cuidadores principales son fríos y autoritarios. . Una exigencia excesiva genera sentimientos de ineficacia y de inutilidad, tanto en la niñez como en la edad adulta. Albert Einstein sintetizó esta idea muy bien con su archiconocida frase “Todos somos genios. Pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar un árbol, vivirá toda su vida creyendo que es estúpido”. Como consecuencia, quien experimente este dolor, puede llegar a ser una persona rígida que no admita medias tintas en ningún orden de su vida. Suelen ser personas que intentan ser muy importantes y alcanzar un gran poder. Es probable que se haya creado un fanatismo por el orden, el perfeccionismo o, incluso, por el caos. La cuestión es que son personas que radicalizan sus ideas y, por ello, tienen dificultades para tomar decisiones con seguridad. Para hacer frente a estos problemas hay que trabajar la suspicacia y la rigidez mental, con objeto de generar una mayor flexibilidad y permitir la confianza en los demás. El primer paso, como todo en la vida, es aceptar que las heridas pueden estar en nosotros, darnos permiso para enfadarnos y, sobre todo, darnos tiempo para sanarlas. Ahora que ya conocemos las cinco heridas del alma que pueden afectar a nuestro bienestar, a nuestra salud y a nuestra capacidad para desarrollarnos como personas, podemos comenzar a sanarlas. Como sana: Flexible, Aceptarse, expresar su emotividad, ser libre