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El antiimperialismo Necesario
Daniel Hernández
Estamos urgidos de ser buenos guerreros, pues como decía Sun Tzu en su Arte de la
Guerra “Los buenos guerreros toman posición en un terreno en el que no pueden perder, y
no pasan por alto las condiciones que hacen a su adversario proclive a la derrota. Un
ejército victorioso, gana primero y entabla la batalla después; un ejército derrotado lucha
primero e intenta obtener la victoria después”. ¿Cómo obtener la victoria primero, antes de
entablar la batalla? Ordenando las ideas, conociendo en profundidad nuestras propias
fuerzas y las del enemigo, conociendo en detalle su estrategia y su táctica, para definir
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nuestra estrategia con más claridad y evitar cometer errores tácticos. En una palabra,
ganando la batalla de las ideas. Las ideas [y las prácticas sociales que motivan] son el más
poderoso ejército con que cuentan nuestros pueblos para tomar posición en el terreno en el
que no pueden perder, porque su causa es justa y noble, y porque en este terreno nuestro
enemigo, lleno de ignominia, está condenado a la derrota. De allí la importancia de la
reflexión, del estudio y del debate colectivo que con tanta urgencia viene reclamando el
comandante presidente.
En efecto, apenas un año después, las políticas desarrolladas por la Casa Blanca han
venido a demostrar, una vez más, la verdadera cara del poder imperial. [Véase en esta
misma edición la Estrategia de recuperación imperial de Obama]. Y es que la Estrategia de
Seguridad Nacional de EE.UU. (ESN) definida durante el gobierno de G.W. Bush, aún con
los “retoques” parciales que ha sufrido, seguirá dictando por mucho tiempo la política
exterior de EE.UU., por encima de eventuales ajustes [Véase en esta edición La estrategia
de Seguridad Nacional de EE.UU.] ¿En qué consiste esta estrategia?
Para crear matrices Por ejemplo, nadie encontró jamás las evidencias de las
que legitimen las
“…pruebas irrefutables de que los designios de Iraq no se limitan
atrocidades de la
“lucha contra el a las armas químicas que había utilizado contra Irán y su propio
terrorismo” EE.UU.
ha creado una pueblo, sino que abarcan la adquisición de armas nucleares y
monstruosa red
agentes biológicos” con que EE.UU. justificó el genocidio del
mediática en el
ámbito global que pueblo iraquí. Y el embargo criminal a Cuba se impone contra las
difumina los valores
sociales más resoluciones de la totalidad de países miembros de la ONU,
negativos y que excepción hecha de EE.UU., Israel y la isla Palau. Cínicamente, el
funciona a la vez
como red de contra- principal terrorista de Estado del mundo, utiliza la supuesta lucha
información y
manipulación contra el terrorismo para imponer su voluntad y subordinar a otros
ideológica. Las países en el desarrollo de su estrategia, tal como sucede hoy con
Tecnologías de
Información y Colombia. “Una vez que la campaña regional localice la amenaza a
Comunicación (TIC)
son usadas
un Estado determinado, nos esforzaremos por asegurar que el
masivamente para Estado disponga de los medios militares, coercitivos, políticos y
imponer sus valores
y fomentar el odio. financieros necesarios para llevar a buen término su tarea”.
Para crear matrices que legitimen las atrocidades de la “lucha contra el terrorismo”
EE.UU. ha creado una monstruosa red mediática en el ámbito global que difumina los
valores sociales más negativos y que funciona a la vez como red de contra-información y
manipulación ideológica. Las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) son
usadas masivamente para imponer sus valores y fomentar el odio. Un ejemplo de ello es un
video-juego cuyo objetivo es la destrucción de Venezuela bajo la excusa de la lucha contra
el terrorismo. La ESN dice al respecto que: “Esta guerra supone, entre otras cosas, hacer
pleno uso de la influencia de EE.UU. y trabajar en estrecho contacto con aliados y amigos
para hacer evidente que todos los actos de terrorismo son ilegítimos”. Se trata de la llamada
Guerra de IV Generación, que asume el campo de las ideas como un escenario operativo
más.
Este aparato mediático trabaja para crear la matriz según la cual en los años 90
habrían surgido gobiernos que “… tratan brutalmente a sus pueblos y malgastan sus
recursos nacionales en beneficio personal de sus mandatarios; no muestran respeto al
derecho internacional, amenazan a sus vecinos y violan sin reparos los tratados
internacionales de que forman parte; están decididos a obtener armas de destrucción
masiva, junto con otras tecnologías militares avanzadas, para usarlas como amenaza u
ofensivamente para lograr los propósitos agresivos de sus regímenes; auspician el
terrorismo en el mundo y rechazan los valores humanos básicos y detestan a EE.UU. y
todo lo que él representa”, los EE.UU. desarrollan campañas mediáticas globales de
ablandamiento de los gobiernos críticos [“que detestan a EE.UU.”] para crear las
condiciones para su derrocamiento. ¿Alguien puede dudar que este no sea el guión de las
campañas mediáticas de la oposición contra el presidente Chávez y la revolución
bolivariana?
desarrolla una carrera armamentista, [con seguridad la relación con Irán será usada en algún
momento para imputarnos que estamos buscando hacernos de armas nucleares, pero hoy se
cuestiona el reequipamiento de la FANB], que rechazamos los valores humanos básicos –
de allí la constante denuncia ante la CIDH por supuestas violaciones a la libertad de
expresión, derechos políticos y civiles, etc.– y sobre todo, que “detestamos a EE.UU.”
porque no nos subordinamos a sus dictados y promovemos la lucha antiimperialista. En
esta dirección EE.UU. desarrolla “… una diplomacia pública eficaz para promover el libre
movimiento de información e ideas, (…) para ayudar a la gente de todo el mundo a
aprender acerca de Norteamérica y entenderla (…) a fin de avivar las esperanzas y
aspiraciones de libertad de quienes viven en sociedades gobernadas por los patrocinadores
del terrorismo mundial (…)”. En otras palabras, el desarrollo de la Guerra de IV
Generación dirigida a construir un mundo inconfundiblemente norteamericano como una de
la condiciones previas de la dominación global de EE.UU.
Con la dominación del planeta como objetivo, con centros de comando y flotas
navales diseminadas por el mundo entero, con diversos teatros de operaciones que atender y
con un creciente movimiento político antiimperialista, resulta clave para la elite de poder
imperial contar con fuerzas de despliegue rápido “sumamente móviles”, [para no perder el
factor sorpresa] para lo cual “EE.UU. necesitará bases y estaciones dentro y más allá de
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mayores reservas de petróleo y gas, a los que se suma ahora Brasil (una de las economías
emergentes a nivel global) con sus recientes descubrimientos de petróleo.
Venezuela cuenta con las más grandes reservas energéticas del mundo (y materiales
de carácter estratégico), reservas hídricas y una extraordinaria biodiversidad, que sumadas
de conjunto convierten al país en una potencia mundial. Es un país amazónico, andino,
caribeño y con una ubicación geoestratégica fundamental y dentro de los planes
estadounidenses sería una pieza clave para cercar a Brasil. Estos atributos ya convierten al
país en un objetivo principal para EE.UU. pues su dominio [en un escenario tipo Iraq] le
permitiría independizarse energéticamente y colocarse en situación ventajosa frente a
China y Rusia, sus principales competidores.
Pero quizás el problema central para EE.UU. sea la resolución del gobierno
venezolano de avanzar hacia el socialismo y el liderazgo que ha construido el presidente
Chávez y la revolución bolivariana. El proceso venezolano se complica grandemente para
EE.UU. por su carácter democrático, constitucional, electoral y pacífico, lo que dificulta
encasillarlo dentro de su “lucha contra el terrorismo”. De allí la insistencia de asociarnos a
las FARC para justificar cualquier agresión. Y de allí también lo que hemos llamado la
cara oculta de la estrategia de nuestros enemigos: la penetración del paramilitarismo.
civil]. En este sentido hay que considerar muy seriamente las posibilidades de
provocaciones en la frontera manejadas por las fuerzas de EE.UU, operando a través de los
paramilitares, el ejército y fuerzas civiles informales, a las que las fuerzas de EE.UU
servirían de de retaguardia, contando además con el apoyo del aparato mediático en el país
y la movilización de sectores sociales identificados con la oposición. Por otra parte, a nivel
internacional EE.UU. continuará usando al gobierno de Uribe como una cuña para bloquear
el proceso de integración y unificación en UNASUR, buscando minimizar una de las
condiciones claves para el avance de la revolución en América Latina: la unidad de los
pueblos y los gobiernos.
Esta visión panorámica nos señala con claridad la urgencia de avanzar en la unidad
del pueblo venezolano, la elevación de la conciencia política y la consolidación de la
revolución bolivariana, de la ALBA y UNASUR y de consolidar un movimiento
antiimperialista en todo el ámbito latinoamericano y mundial. La propuesta del presidente
Chávez llamando a constituir la V Internacional como un mecanismo para coordinar a nivel
global la lucha antiimperialista es clave en la elevación de la confrontación del imperio.
Hoy más que nunca el antiimperialismo es una necesidad histórica y su derrota un
compromiso irrenunciable como condición de vida y dignidad de nuestros pueblos.