Está en la página 1de 13

POLIÉTICA 2009 - Año 2 Nº 9 pp.

28-39

El antiimperialismo Necesario
Daniel Hernández

El “Acuerdo Complementario para la Cooperación y Asistencia Técnica en Defensa


y Seguridad entre los Gobiernos de la República de Colombia y de los Estados Unidos de
América”, constituye la más seria amenaza a la revolución bolivariana y latinoamericana.
Derrotado el golpe de Estado, el paro-sabotaje petrolero, la violencia callejera, el
paramilitarismo y los intentos de hacerse con el poder mediante elecciones; reducida la
ofensiva mediática y los esfuerzos desestabilizadores a través del acaparamiento y la
especulación; desarticulados muchos de los esfuerzos por aislar a Venezuela en el
concierto de las naciones; preocupados por el reto que significa para su política el avance
de la revolución bolivariana, la ALBA y la creciente influencia de Hugo Chávez a nivel
global; y urgido de frenar el potencial auge de la lucha por el socialismo, el gobierno de
EE.UU. ha decidido desplegar una contraofensiva de largo alcance contra los gobiernos y
los pueblos que en América Latina y el Caribe, vienen fortaleciendo una alternativa no sólo
al neoliberalismo, sino al propio capitalismo.

Esta contraofensiva tiene un propósito central: la derrota de la revolución


bolivariana, y con ella, el debilitamiento decisivo del proceso revolucionario en el ámbito
latinoamericano y caribeño. Por eso la lucha en los próximos años es determinante para el
futuro de la revolución. Estamos en una coyuntura en la que es necesario tensar todas
nuestras fuerzas, elevar la conciencia política, fortalecer la disciplina y el espíritu de
unidad, trabajo y sacrificio, y sobre todo, acercarnos a una comprensión más profunda de la
realidad que vivimos. Es vital develar la estrategia del enemigo, conocer su alcance, sus
coberturas y espacios de maniobra para poder contrarrestarla.

Estamos urgidos de ser buenos guerreros, pues como decía Sun Tzu en su Arte de la
Guerra “Los buenos guerreros toman posición en un terreno en el que no pueden perder, y
no pasan por alto las condiciones que hacen a su adversario proclive a la derrota. Un
ejército victorioso, gana primero y entabla la batalla después; un ejército derrotado lucha
primero e intenta obtener la victoria después”. ¿Cómo obtener la victoria primero, antes de
entablar la batalla? Ordenando las ideas, conociendo en profundidad nuestras propias
fuerzas y las del enemigo, conociendo en detalle su estrategia y su táctica, para definir
POLIÉTICA 2009 - Año 2 Nº 9 pp. 28-39

nuestra estrategia con más claridad y evitar cometer errores tácticos. En una palabra,
ganando la batalla de las ideas. Las ideas [y las prácticas sociales que motivan] son el más
poderoso ejército con que cuentan nuestros pueblos para tomar posición en el terreno en el
que no pueden perder, porque su causa es justa y noble, y porque en este terreno nuestro
enemigo, lleno de ignominia, está condenado a la derrota. De allí la importancia de la
reflexión, del estudio y del debate colectivo que con tanta urgencia viene reclamando el
comandante presidente.

¿Cuál es la estrategia de EE.UU.?

Desde el primer número de Poliética hemos venido


Las ideas [y las prácticas
sociales que motivan] denunciando la política exterior guerrerista de EE.UU. En el
son el más poderoso artículo Imperialismo, hegemonía global y revolución
ejército con que cuentan
nuestros pueblos para [Poliética Nº 1] escribimos que bajo el mandato de G.W. Bush
tomar posición en el
los sectores más conservadores del complejo militar-industrial-
terreno en el que no
pueden perder, porque su financiero de EE.UU. se proponen colonizar el planeta bajo el
causa es justa y noble, y
porque en este terreno lema de “el planeta para los americanos” que de hecho pretende
nuestro enemigo, lleno derogar la doctrina Monroe de “América para los americanos”.
de ignominia, está
condenado a la derrota. Explicamos cómo la política de EE.UU. está dirigida a
De allí la importancia de
la reflexión, del estudio preservar su hegemonía frente a los reacomodos globales que
y del debate colectivo vienen adelantándose a partir del ascenso de China al estatus de
que con tanta urgencia
viene reclamando el potencia mundial, el reposicionamiento de Rusia, la emergencia
comandante presidente.
de India y el fortalecimiento de gobiernos revolucionarios y
progresistas en América Latina y el Caribe.

Más tarde, en el trabajo Obama: ¿cambia el imperio?, considerando el cuadro de


designaciones de Obama para altos cargos, planteamos que la política exterior de EE.UU.:
“lejos de lanzar mensajes sobre una política exterior signada por el diálogo diplomático,
puede interpretarse como una señal de que el presupuesto armamentista y la presencia
militar de EE.UU. en Irak, Afganistán y Oriente Medio se va a consolidar así como la
disposición a emprender nuevas incursiones…” [Poliética Nº 4].
POLIÉTICA 2009 - Año 2 Nº 9 pp. 28-39

Después, en Consideraciones sobre la política exterior de Barack Obama,


[Poliética Nº 6] señalamos que EE.UU. busca renovar su imagen exterior apoyándose en la
teoría del poder blando, una política “que se vale de medios culturales e ideológicos y no
de medios coercitivos (poder duro), como la acción militar o la presión económica” y nos
preguntábamos: esta “nueva” política “¿está realmente destinada a cambiar las bases
profundas, las raíces del actual sistema imperialista global, o se trata, apenas, de darle un
nuevo aire y otra imagen a EE.UU., forzados por los descomunales y peligrosos errores de
la administración Bush?” Respondimos que el poder imperial trasciende de largo la
intencionalidad de cualquier presidente, en este caso de Obama, por buenas intenciones que
tenga, y que la política exterior de EE.UU. fluctuaría entre el poder blando y el poder duro
de acuerdo a las circunstancias. La retórica y el nuevo look del inquilino de la Casa Blanca
impidieron ver, por poco tiempo, la contraofensiva agresiva de EE.UU.

En efecto, apenas un año después, las políticas desarrolladas por la Casa Blanca han
venido a demostrar, una vez más, la verdadera cara del poder imperial. [Véase en esta
misma edición la Estrategia de recuperación imperial de Obama]. Y es que la Estrategia de
Seguridad Nacional de EE.UU. (ESN) definida durante el gobierno de G.W. Bush, aún con
los “retoques” parciales que ha sufrido, seguirá dictando por mucho tiempo la política
exterior de EE.UU., por encima de eventuales ajustes [Véase en esta edición La estrategia
de Seguridad Nacional de EE.UU.] ¿En qué consiste esta estrategia?

La Estrategia de Seguridad Nacional de EE.UU.

La ESN considera que el capitalismo ha triunfado definitivamente sobre cualquier


otra alternativa de modelo social y concluye que “Las ideas militantes de clase, nación,
raza, que prometieron una utopía y resultaron en miseria han sido derrotadas y
refutadas… (Hoy existe) un solo modelo sostenible de éxito nacional: libertad, democracia
y libre empresa” Esta victoria ha dejado a EE.UU. en “…una posición de fuerza militar sin
paralelo (...) con poder e influencia sin precedentes y sin igual” en el mundo entero. En esta
situación EE.UU. se propone colonizar el planeta entero, profundizando las doctrinas
Monroe y del “Destino Manifiesto”: “Trabajaremos activamente para llevar la esperanza de
democracia, desarrollo, mercados libres y libre comercio a todos los rincones del
mundo”. Por si quedara alguna duda sobre este propósito de las elites de poder de EE.UU.
POLIÉTICA 2009 - Año 2 Nº 9 pp. 28-39

el documento en cuestión dice: “La ESN de EE.UU. se basará en un internacionalismo


inconfundiblemente norteamericano que refleje la unión de nuestros valores y nuestros
intereses nacionales”. La crudeza del planteamiento nos exonera de cualquier comentario.

La experiencia ha enseñado que la libertad de la que habla el gobierno de EE.UU. es


la libertad de imponer sus intereses a los demás pueblos y países del mundo bajo el sofisma
de la democracia liberal y el libre comercio, tal como lo confirma la propia historia por la
que EE.UU. llegó a ser la primera potencia del mundo. [Véase en esta edición La expansión
y violencia de EE.UU. en América Latina]

EE.UU. se ha planteado mantener su hegemonía eliminando cualquier amenaza del


tipo de la que representó la antigua Unión Soviética. O lo que es lo mismo, se plantea
sofocar y eliminar cualquier lucha política de los pueblos. Por eso, después de los sucesos
de las torres gemelas en New York, en 2001, EE.UU. construyó el fantasma del terrorismo,
al cual une a su conveniencia la “lucha contra el narcotráfico”, para invadir, asesinar y
saquear donde sus objetivos de dominación estratégica global lo aconsejen, bajo la excusa
de que son “amenazas potenciales” a sus intereses.

Establecida la premisa de que “El enemigo es el terrorismo premeditado, la


violencia por motivos políticos perpetrada contra seres inocentes” que en abstracto es justa
porque todos rechazamos la victimización de inocentes, la lógica de la dominación
imperial se legitima con la excusa de la necesidad de defender “a los EE.UU., al pueblo
estadounidense y a nuestros intereses dentro y fuera del país, mediante la identificación y
destrucción de la amenaza antes que llegue a nuestras fronteras”. El problema ético es
que las elites de EE.UU. consideran una amenaza que hay que destruir a toda aquella
situación que no se subordine a su “destino manifiesto” de llevar “la libertad de comercio a
todos los rincones del mundo”.

El genocidio y la tortura como métodos políticos

Y no importa los métodos, ni a cuantos haya que torturar o asesinar como lo ha


demostrado hasta el cansancio el genocidio de los pueblos de Afganistán e Iraq y la cárcel
de Abu Ghraib que ha obligado a un debate público en EE.UU. sobre las torturas
POLIÉTICA 2009 - Año 2 Nº 9 pp. 28-39

infringidas a prisioneros políticos. Y esta política se realiza arrastrando o imponiéndosela a


la comunidad internacional, ONU por medio, pues “Si bien Estados Unidos tratará
constantemente de obtener el apoyo de la comunidad internacional, no dudaremos en
actuar solos, en caso necesario, para ejercer nuestro legítimo derecho a la defensa
propia, con medidas preventivas contra esos terroristas”

Para crear matrices Por ejemplo, nadie encontró jamás las evidencias de las
que legitimen las
“…pruebas irrefutables de que los designios de Iraq no se limitan
atrocidades de la
“lucha contra el a las armas químicas que había utilizado contra Irán y su propio
terrorismo” EE.UU.
ha creado una pueblo, sino que abarcan la adquisición de armas nucleares y
monstruosa red
agentes biológicos” con que EE.UU. justificó el genocidio del
mediática en el
ámbito global que pueblo iraquí. Y el embargo criminal a Cuba se impone contra las
difumina los valores
sociales más resoluciones de la totalidad de países miembros de la ONU,
negativos y que excepción hecha de EE.UU., Israel y la isla Palau. Cínicamente, el
funciona a la vez
como red de contra- principal terrorista de Estado del mundo, utiliza la supuesta lucha
información y
manipulación contra el terrorismo para imponer su voluntad y subordinar a otros
ideológica. Las países en el desarrollo de su estrategia, tal como sucede hoy con
Tecnologías de
Información y Colombia. “Una vez que la campaña regional localice la amenaza a
Comunicación (TIC)
son usadas
un Estado determinado, nos esforzaremos por asegurar que el
masivamente para Estado disponga de los medios militares, coercitivos, políticos y
imponer sus valores
y fomentar el odio. financieros necesarios para llevar a buen término su tarea”.

Legitimada la matriz antiterrorista, EE.UU. la usa a su antojo. La ESN establece


que: “EE.UU. ayudará a aquellos países que necesitan de nuestra ayuda para combatir el
terrorismo. Y hará responsables a aquellos países comprometidos con el terrorismo,
incluso aquellos que dan refugio a terroristas, porque los aliados del terrorismo son
enemigos de la civilización” Con esta excusa EE.UU. maniobra a sus anchas “hacia el
exterior en busca de posibilidades de expandir la libertad”, colocándose por encima de
cualquier ordenamiento jurídico internacional, haciendo valer su “fuerza militar sin
paralelo” para incriminar, intimidar y chantajear a aquellos países soberanos a los cuales
califican de “estados fallidos”, “miembros del eje del mal”, o “refugios de terroristas”.
POLIÉTICA 2009 - Año 2 Nº 9 pp. 28-39

Para crear matrices que legitimen las atrocidades de la “lucha contra el terrorismo”
EE.UU. ha creado una monstruosa red mediática en el ámbito global que difumina los
valores sociales más negativos y que funciona a la vez como red de contra-información y
manipulación ideológica. Las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) son
usadas masivamente para imponer sus valores y fomentar el odio. Un ejemplo de ello es un
video-juego cuyo objetivo es la destrucción de Venezuela bajo la excusa de la lucha contra
el terrorismo. La ESN dice al respecto que: “Esta guerra supone, entre otras cosas, hacer
pleno uso de la influencia de EE.UU. y trabajar en estrecho contacto con aliados y amigos
para hacer evidente que todos los actos de terrorismo son ilegítimos”. Se trata de la llamada
Guerra de IV Generación, que asume el campo de las ideas como un escenario operativo
más.

Este aparato mediático trabaja para crear la matriz según la cual en los años 90
habrían surgido gobiernos que “… tratan brutalmente a sus pueblos y malgastan sus
recursos nacionales en beneficio personal de sus mandatarios; no muestran respeto al
derecho internacional, amenazan a sus vecinos y violan sin reparos los tratados
internacionales de que forman parte; están decididos a obtener armas de destrucción
masiva, junto con otras tecnologías militares avanzadas, para usarlas como amenaza u
ofensivamente para lograr los propósitos agresivos de sus regímenes; auspician el
terrorismo en el mundo y rechazan los valores humanos básicos y detestan a EE.UU. y
todo lo que él representa”, los EE.UU. desarrollan campañas mediáticas globales de
ablandamiento de los gobiernos críticos [“que detestan a EE.UU.”] para crear las
condiciones para su derrocamiento. ¿Alguien puede dudar que este no sea el guión de las
campañas mediáticas de la oposición contra el presidente Chávez y la revolución
bolivariana?

Veamos. Estas campañas mediáticas muestran al Presidente Chávez como un tirano


que desarrolla un proyecto personal, que ha malgastado el ingreso petrolero en fantasías
comunistoides [en contra de la libertad de comercio y el libre mercado], que no respeta el
derecho internacional ni los acuerdos suscritos por la nación tipo Convención Americana de
los Derechos Humanos –CIDH de por medio–, que amenaza a sus vecinos con la guerra
como es la cínica denuncia interpuesta por Colombia ante instancias internacionales, que
POLIÉTICA 2009 - Año 2 Nº 9 pp. 28-39

desarrolla una carrera armamentista, [con seguridad la relación con Irán será usada en algún
momento para imputarnos que estamos buscando hacernos de armas nucleares, pero hoy se
cuestiona el reequipamiento de la FANB], que rechazamos los valores humanos básicos –
de allí la constante denuncia ante la CIDH por supuestas violaciones a la libertad de
expresión, derechos políticos y civiles, etc.– y sobre todo, que “detestamos a EE.UU.”
porque no nos subordinamos a sus dictados y promovemos la lucha antiimperialista. En
esta dirección EE.UU. desarrolla “… una diplomacia pública eficaz para promover el libre
movimiento de información e ideas, (…) para ayudar a la gente de todo el mundo a
aprender acerca de Norteamérica y entenderla (…) a fin de avivar las esperanzas y
aspiraciones de libertad de quienes viven en sociedades gobernadas por los patrocinadores
del terrorismo mundial (…)”. En otras palabras, el desarrollo de la Guerra de IV
Generación dirigida a construir un mundo inconfundiblemente norteamericano como una de
la condiciones previas de la dominación global de EE.UU.

Reafirmar la función del poderío militar norteamericano

Uno de los ejes fundamentales de la estrategia de dominación global de los EE.UU.


está dirigido a “reafirmar la función esencial del poderío militar norteamericano”. Tal
reafirmación consiste, entre otros elementos, en “… crear una capacidad mejor y más
integrada en materia de inteligencia para proveer información oportuna y precisa sobre las
amenazas, donde quiera que puedan surgir… Los datos de inteligencia –y cómo usarlos–
son nuestra primera línea de defensa contra los terroristas y la amenaza que plantean los
Estados hostiles”. Este trabajo de inteligencia, al cual se le asigna gran importancia, se
despliega a través de la vigilancia y el espionaje, lo que supone a la vez, una utilización y
desarrollo de las TIC adecuadas. Por eso EE.UU. se plantea el desarrollo de “sensores
avanzados a distancia, las capacidades de ataque de precisión de largo alcance y fuerzas de
maniobra y expedicionarias transformadas” capaces de enfrentar los nuevos retos.

Con la dominación del planeta como objetivo, con centros de comando y flotas
navales diseminadas por el mundo entero, con diversos teatros de operaciones que atender y
con un creciente movimiento político antiimperialista, resulta clave para la elite de poder
imperial contar con fuerzas de despliegue rápido “sumamente móviles”, [para no perder el
factor sorpresa] para lo cual “EE.UU. necesitará bases y estaciones dentro y más allá de
POLIÉTICA 2009 - Año 2 Nº 9 pp. 28-39

Europa Occidental y el nordeste de Asia, y también arreglos de acceso temporal para el


despliegue de las fuerzas de EE.UU. a gran distancia (…) y asegurar el acceso
estadounidense a teatros de operaciones distantes y proteger la infraestructura y los bienes
esenciales de EE.UU. en el espacio exterior”.

Colombia enclave para el desarrollo de la estrategia de EE.UU. contra la revolución


bolivariana

La ESN de EE.UU. nos proporciona el marco adecuado para comprender los


verdaderos alcances del Acuerdo entre los gobiernos de EE.UU. y Colombia. El documento
en que el Pentágono justifica ante el Congreso de EE.UU. la solicitud de financiamiento de
sus planes para el 2010, (Fiscal Year 2010 Military Construction Program budget estimate,
Congress, May 2009) deja al descubierto los verdaderos objetivos de este acuerdo, y en
particular, la importancia que para la “reafirmación de la función del poderío militar
norteamericano” tiene la base aérea de Palanquero.

El verdadero objetivo En efecto, se trata de establecer en Palanquero una


del despliegue de Localidad de Cooperación en Seguridad (CSL por sus siglas en
fuerzas militares de
EE.UU. es enfrentar la inglés) para reforzar las actividades del Comando Sur
revolución bolivariana
y el avance de las (SOUTHCOM) aumentando la capacidad de despliegue rápido
luchas populares en de fuerzas móviles a gran distancia. [Si se dispone de
América Latina
consideradas hostiles a combustible, aviones supersónicos pueden cubrir todo el
los intereses
estadounidenses. continente -excepción hecha de Cabo de Hornos- en menos de 30
Como hemos señalado minutos]. El acuerdo permite a EE.UU. ampliar su presencia en
ya, toda política que
no se subordine a los la región, aumentar su capacidad de respuesta rápida ante
intereses de EE.UU. es
cualquier situación de crisis y acceso temporal y de relevo para el
considerada hostil y
debe ser atacada y despliegue de tropas y equipos a largas distancias. El documento
eliminada en nombre
de la libertad. del Pentágono también reconoce explícitamente que contar con la
base de Palanquero le permitirá a EE.UU. incrementar su
“capacidad de conducir operaciones de Inteligencia, Espionaje y Reconocimiento”, labores
que indudablemente tienen como objetivo la revolución bolivariana y el avance de las
luchas de Latinoamérica.
POLIÉTICA 2009 - Año 2 Nº 9 pp. 28-39

Pero donde se pone de manifiesto toda la intencionalidad política del acuerdo es


cuando afirma que “El desarrollo de este CSL nos da una oportunidad única para las
operaciones de espectro completo en una subregión crítica en nuestro hemisferio, donde la
seguridad y estabilidad están bajo amenaza constante por las insurgencias terroristas
financiadas con el narcotráfico, los gobiernos anti-estadounidenses, la pobreza endémica
y los frecuentes desastres naturales”. El verdadero objetivo del despliegue de fuerzas
militares de EE.UU. es enfrentar la revolución bolivariana y el avance de las luchas
populares en América Latina consideradas hostiles a los intereses estadounidenses. Como
hemos señalado ya, toda política que no se subordine a los intereses de EE.UU. es
considerada hostil y debe ser atacada y eliminada en nombre de la libertad. En esto consiste
el cambio estratégico de las guerras disuasivas de la postguerra a las guerras preventivas de
hoy.

El acuerdo con el gobierno colombiano permite a EE.UU. convertir a Colombia en


un enclave en el corazón de América Latina, en una inmensa base de operaciones, pues no
sólo continuará permitiendo el acceso y uso a las instalaciones de Palanquero, Malambo,
Tolemaida, Larandia, Apíay, y las Bases Navales en Cartagena y Málaga, sino que además
permitirá “el acceso y uso de las demás instalaciones y ubicaciones en que convengan las
Partes o sus Partes Operativas”. [Por “instalaciones y ubicaciones convenidas se entiende:
los sitios, emplazamientos e infraestructuras cuyo acceso y uso sea autorizado por
Colombia a los EE.UU. para llevar a cabo actividades en el marco del presente Acuerdo”].
Se utilizarán además los aeropuertos internacionales que las partes consideren necesarios.

Por otro lado, el personal de EE.UU. (militares, civiles, contratistas y empleados de


los contratistas) tendrán el “acceso y la capacidad de moverse libremente dentro y entre las
instalaciones y ubicaciones mutuamente convenidas que se requieran para llevar a cabo
actividades en el marco del presente Acuerdo”. En la práctica, el personal de EE.UU. o
personal bajo su cargo, es decir, mercenarios, no sólo pueden transitar y utilizar
“libremente” el territorio colombiano, sino que además tendrán inmunidad diplomática –no
podrán ser juzgados por ningún tipo de delito–, no requerirán de pasaporte o visa, no
pagarán ningún tipo de impuesto (por entrar o salir del país) ni ningún tipo de tributo por el
movimiento de mercancías. Tampoco habrá ningún tipo de supervisión, control o
POLIÉTICA 2009 - Año 2 Nº 9 pp. 28-39

inspección de los vehículos en los cuales se movilizarán ni de sus buques o aviones de


guerra, que eufemísticamente han sido rebautizados como buques y aviones “de Estado”

En concordancia con el propósito de la ESN de fortalecer la vigilancia, el espionaje


y la labor de inteligencia, el gobierno colombiano “permitirá a los Estados Unidos el uso
de la infraestructura de red de telecomunicaciones requerida, como se define
“telecomunicaciones” en la Constitución y la Convención de 1992 de la Unión
Internacional de Telecomunicaciones, para el logro de las actividades que se lleven a cabo
en el marco del presente Acuerdo, sin trámite o concesión de licencias y sin costo alguno,
para los Estados Unidos” Por si fuera poco “Los Estados Unidos podrán establecer
estaciones receptoras por satélite para la difusión de radio y televisión, sin trámite o
concesión de licencias y sin costo alguno para los Estados Unidos. Dichas difusiones
podrán transmitirse a las instalaciones y ubicaciones convenidas por mutuo acuerdo entre
las Partes, en consulta con las autoridades competentes”. Obviamente el uso de esta
infraestructura está dirigido a recopilar datos de inteligencia para procesar “la amenaza
que plantean los Estados hostiles” de la región.

La argumentación de que toda esta ofensiva militar sea contra el narcotráfico ha


sido desmentida por algunas agencias estadounidenses como la Government Accountability
Office (GAO) en su reporte sobre el futuro del Plan Colombia presentado al Senado de los
EE.UU. en octubre de 2008. El informe concluyó que si bien el Plan Colombia había
ayudado a mejorar las condiciones de seguridad del país, especialmente al reducir el poder
de los grupos armados ilegales para controlar territorio, no logró cumplir las metas de
reducción de cultivos, procesamiento y distribución de drogas. La GAO recomendó
entonces una redefinición del Plan, dirigida a reformular el rol y responsabilidad de los
Estados Unidos.

La revolución bolivariana está en el centro del huracán imperialista

En el contexto actual, considerando la ESN y los intereses de EE.UU., la


experiencia histórica, los antecedentes inmediatos, (golpe de Estado en Venezuela, 2
intentos de Golpe de Estado en Bolivia, golpe de Estado en Honduras) sería una estupidez
monumental no concluir que este acuerdo está dirigido contra la revolución bolivariana, la
POLIÉTICA 2009 - Año 2 Nº 9 pp. 28-39

ALBA, el avance de la lucha revolucionaria y popular en América Latina y cualquier


avance de la lucha por el socialismo.

La política exterior La política exterior de la República Bolivariana de


de la República
Bolivariana de
Venezuela no sólo plantea retóricamente un mundo pluripolar, sino
Venezuela no sólo que trabaja activamente por este objetivo. Las alianzas estratégicas
plantea
retóricamente un con China, Rusia y sobre todo Irán, así como la defensa y
mundo pluripolar,
solidaridad con las luchas del pueblo palestino, la constitución de
sino que trabaja
activamente por este la ALBA y la derrota del ALCA, la constitución de UNASUR, que
objetivo. Las
alianzas estratégicas plantea por primera vez la posibilidad de confrontar la política de
con China, Rusia y EE.UU. en bloque y los avances en la integración de América del
sobre todo Irán, así
como la defensa y Sur con África, son todos elementos que desafían abiertamente la
solidaridad con las
luchas del pueblo hegemonía de EE.UU. en la región.
palestino, la
constitución de la La independencia progresiva de Venezuela de EE.UU. en
ALBA y la derrota
del ALCA, la materia de equipamiento militar, la diversificación de los mercados
constitución de
UNASUR, que petroleros, los múltiples acuerdos con este bloque de aliados en
plantea por primera materia de proyectos productivos, transferencia tecnológica y
vez la posibilidad de
confrontar la política creación de fondos financieros y bancos de desarrollo dirigidos a
de EE.UU. en
bloque…
liberarnos de la dictadura del dólar son situaciones inimaginables
hace tan sólo una década e insoportables para las elites de EE.UU. que ven su poder
amenazado.

Las contradicciones se tornan más agudas en materia energética, pues en buena


medida la disputa por la hegemonía mundial gira alrededor del control de las fuentes
energéticas. El petróleo es en sí un arma política y los países involucrados en la
confrontación por la hegemonía mundial, EE.UU., Europa, China, Rusia, India, articulan
su estrategia alrededor del problema energético [incluida la energía atómica y energías
alternativas]. Lo cierto es que el ajedrez político geoestratégico en el ámbito global se
juega sobre el mapa de las reservas de petróleo y gas, ocupando Venezuela la zona central
del tablero por cuanto es el país poseedor de la mayor reserva mundial de petróleo. En el
ámbito de América Latina, Venezuela y Bolivia (miembros de la ALBA) reúnen las
POLIÉTICA 2009 - Año 2 Nº 9 pp. 28-39

mayores reservas de petróleo y gas, a los que se suma ahora Brasil (una de las economías
emergentes a nivel global) con sus recientes descubrimientos de petróleo.

Venezuela cuenta con las más grandes reservas energéticas del mundo (y materiales
de carácter estratégico), reservas hídricas y una extraordinaria biodiversidad, que sumadas
de conjunto convierten al país en una potencia mundial. Es un país amazónico, andino,
caribeño y con una ubicación geoestratégica fundamental y dentro de los planes
estadounidenses sería una pieza clave para cercar a Brasil. Estos atributos ya convierten al
país en un objetivo principal para EE.UU. pues su dominio [en un escenario tipo Iraq] le
permitiría independizarse energéticamente y colocarse en situación ventajosa frente a
China y Rusia, sus principales competidores.

Pero quizás el problema central para EE.UU. sea la resolución del gobierno
venezolano de avanzar hacia el socialismo y el liderazgo que ha construido el presidente
Chávez y la revolución bolivariana. El proceso venezolano se complica grandemente para
EE.UU. por su carácter democrático, constitucional, electoral y pacífico, lo que dificulta
encasillarlo dentro de su “lucha contra el terrorismo”. De allí la insistencia de asociarnos a
las FARC para justificar cualquier agresión. Y de allí también lo que hemos llamado la
cara oculta de la estrategia de nuestros enemigos: la penetración del paramilitarismo.

La pregunta que hay que responder, a la luz de la argumentación aquí expuesta, es


si existen razones para que la elite de poder de EE.UU. considere a Venezuela un Estado
hostil anti-estadounidense, y si dentro de su lógica política procede cruzarse de brazos o
eliminar esta amenaza. Si dentro de su estrategia y en las condiciones creadas hoy en
Colombia no es una tarea urgente para EE.UU. esforzarse por asegurar que el Estado
colombiano disponga de los medios militares, coercitivos, políticos y financieros
necesarios para llevar a buen término su tarea de eliminar tanto la insurgencia interna
como la externa, creando las condiciones para la intervención de EE.UU.

En esta dirección EE.UU., la oligarquía colombiana y la venezolana, se han trazado


el objetivo de crear un clima de desestabilización, de violencia de calle, de agitación social,
de conatos de alzamientos militares que preparen las condiciones para la intervención de
EE.UU. bajo alguna de sus modalidades [golpe de Estado, revolución de colores, guerra
POLIÉTICA 2009 - Año 2 Nº 9 pp. 28-39

civil]. En este sentido hay que considerar muy seriamente las posibilidades de
provocaciones en la frontera manejadas por las fuerzas de EE.UU, operando a través de los
paramilitares, el ejército y fuerzas civiles informales, a las que las fuerzas de EE.UU
servirían de de retaguardia, contando además con el apoyo del aparato mediático en el país
y la movilización de sectores sociales identificados con la oposición. Por otra parte, a nivel
internacional EE.UU. continuará usando al gobierno de Uribe como una cuña para bloquear
el proceso de integración y unificación en UNASUR, buscando minimizar una de las
condiciones claves para el avance de la revolución en América Latina: la unidad de los
pueblos y los gobiernos.

Esta visión panorámica nos señala con claridad la urgencia de avanzar en la unidad
del pueblo venezolano, la elevación de la conciencia política y la consolidación de la
revolución bolivariana, de la ALBA y UNASUR y de consolidar un movimiento
antiimperialista en todo el ámbito latinoamericano y mundial. La propuesta del presidente
Chávez llamando a constituir la V Internacional como un mecanismo para coordinar a nivel
global la lucha antiimperialista es clave en la elevación de la confrontación del imperio.
Hoy más que nunca el antiimperialismo es una necesidad histórica y su derrota un
compromiso irrenunciable como condición de vida y dignidad de nuestros pueblos.

También podría gustarte