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Büyülü Gerçekçi̇li̇k Tahsi̇n
Büyülü Gerçekçi̇li̇k Tahsi̇n
El término "realismo mágico" apareció por primera vez en 1925, aplicado por el
crítico alemán Franz Roh a la pintura post-expresionista. Poco después, el
escritor italiano Massimo Bontempelli, amigo del pintor De Chirico, calificaba
así a una novela suya aplicando también el concepto a la obra literaria.
Se puede decir, pues, que el realismo mágico es una corriente literaria ligada al
surrealismo, cuyo rasgo principal es la deformación de la realidad a través de
una acción fantástica, que se describe de un modo realista, sobre todo dentro
de la narrativa. En definitiva, mezcla la realidad con elementos fantásticos,
mostrando lo común y cotidiano como algo irreal o extraño. O lo extraño y
maravilloso como algo real. El escritor se enfrenta a lo real y trata de
esclarecerlo, de descubrir todo lo que hay de misterioso en las cosas
cotidianas, en la vida y en las acciones del hmbre. Pero también los sucesos
más fantásticos no se presentan, como sucedería en el cuento fantástico
tradicional, como algo que asombra tanto a personajes como a lectores, sino
como parte de la misma realidad cotidiana. Ambas vertientes de la unión de
realidad y fantasía se mezclan en las novelas hispanoamericanas.
Si bien esta tendencia a fundir lo real con lo fantástico ya existía en las obras
de novelistas de todos los tiempos, principalmente en escritores como François
Rabelais y Laurence Sterne; otros precedentes más inmediatos pueden ser las
novelas del ruso Vladimir Nabokov o del alemán Günter Grass.
Pero el realismo mágico floreció con esplendor en la literatura latinoamericana
de los años sesenta y setenta, a raíz de las discrepancias surgidas entre
cultura de la tecnología y cultura de la superstición, y en un momento en que el
auge de las dictaduras políticas convirtió la palabra en una herramienta
infinitamente preciada y manipulable.
“Mi problema más importante era destruir la línea de demarcación que separa
lo que parece real de lo que parece fantástico. Porque en el mundo que trataba
de evocar, esa barrera no existía. Pero necesitaba un tono inocente, que por su
prestigio volviera verosímiles las cosas que menos lo parecían, y que lo hiciera
sin perturbar la unidad del relato. También el lenguaje era una dificultad de
fondo, pues la verdad no parece verdad simplemente porque lo sea, sino por la
forma en que se diga.”
Los hechos son reales pero tienen una connotación fantástica, ya que
algunos o no tienen explicación, o son muy improbables que ocurran.
Se refiere a la novedad de los personajes, aparentemente irreales, que
siempre actúan sin actuar; es decir, que la magnitud profusa del
personaje se ve reflejada en cada letra de la novela.
Los Personajes
Los personajes presentes en las obras de esta corriente suelen viajar, no sólo
físicamente; también cambian de espacios y tiempos desde sus pensamientos
y sus estados oníricos.
El Tiempo