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Descripción

Oso polar (Ursus maritimus) saltando en la banquisa o hielo oceánico, al norte de


las islas Svalbard, en Noruega

Presenta un perfil más alargado que el de otros osos y las patas más desarrolladas,
tanto para caminar como para nadar largas distancias. Las orejas y la cola son muy
reducidas, para mantener mejor el calor corporal, al igual que en muchos otros
mamíferos árticos. En esto también colaboran una gruesa capa de grasa subcutánea y
un denso pelaje, que en realidad no es blanco, sino translúcido, formado por miles
de pelos huecos (que al estar llenos de aire, son un buen aislante térmico). Bajo
el pelaje se encuentra la piel, que es negra para atraer mejor la radiación solar y
aumentar así el calor corporal. La luz ordinaria se refleja sobre el pelaje,
generando normalmente la falsa sensación de blancura. No obstante, en determinados
momentos y lugares puede verse amarillenta o incluso parda clara. La pérdida del
calor corporal se encuentra muy reducida, tanto por el pelaje y el color de la
dermis como por el espeso panículo adiposo que se encuentra bajo la piel y que solo
se adelgaza en la cabeza, especialmente en la nariz. Durante el verano estos osos
adelgazan y al poseer muy densamente vascularizados los músculos pueden irradiar
entonces el exceso de calor. Los osos polares del zoológico de Singapur se
volvieron verdes en 2004 al crecer grandes cantidades de algas sobre ellos, algo
que nunca hubiese sucedido en una zona más fría.11 Episodios similares, pero de
menor importancia, se dieron también en San Diego (1979) y Chicago (2005).

Los machos adultos alcanzan normalmente pesos de entre 350 y 680 kg,12 aunque se
conocen ejemplares excepcionalmente grandes que alcanzaron o incluso superaron los
1000 kg.[cita requerida] Las hembras suelen pesar alrededor de la mitad;12 sin
embargo, en el tiempo en el que acumulan grasa antes de dar a luz, pueden pesar
entre 350 y 500 kg. Los machos pueden medir hasta 2,6 m de largo,12 mientras que
las hembras rondan los 2 m.[cita requerida]
Modelo de huella de oso polar que se ubica en el Zoológico de Chapultepec, de la
Ciudad de México.

Esta especie es la más carnívora de todos los osos, aunque ingieren una parte
ínfima de vegetales durante el verano ártico en la tundra. Nadan con facilidad (a
veces cientos de kilómetros), pero capturan a sus presas en tierra o sobre el
hielo, siendo los depredadores dominantes de su hábitat. Las focas y otros
mamíferos marinos, como la beluga, son capturadas cuando abren agujeros en el hielo
para respirar. En verano rastrean el aire con su poderoso olfato, a la búsqueda de
crías de foca resguardadas en cámaras bajo el hielo; más raramente se acercan a las
colonias reproductivas de morsas, donde capturan ejemplares jóvenes, o a las zonas
de anidación de aves marinas, como los araos, para alimentarse de huevos y pollos.
No hibernan, y durante estos meses fríos suelen ser seguidos por decenas de zorros
árticos que devoran las carroñas que dejan a su paso, pero nunca los atacan. Los
hábitos de estos animales son casi siempre solitarios, y son frecuentes las peleas
entre machos para aparearse con las hembras y las peleas entre individuos de
cualquier sexo para apoderarse de la comida. Por lo general las peleas se resuelven
por horripilación; es decir: cuando un ejemplar disuade o intimida a otro haciendo
notar su potencial fortaleza evidenciando su corpulencia. Tampoco parecen tener
problemas con los lobos, siendo su único enemigo pluricelular importante los
humanos.

Algunos ejemplares se acercan a áreas habitadas, donde roban pescado puesto a secar
o rebuscan en la basura. En Manitoba se ha llegado a ver individuos alimentándose
de aceite de motor y grasa abandonada.

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