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Infectados
Infectados
Una habitación con paredes corroídas, esta tiene todos los elementos que la puedan definir una
gran habitación (Mesas, sillas, una cama, televisión, radio, cuadros, fotografías, electrodomésticos
etc.) El ambiente es un poco sombrío y hay luces de neón que entran por las ventanas, lo que nos
hace recordar un poco a Sin City. Hay un hombre sentado en una cama y una mujer se encuentra al
lado derecho de la habitación inmóvil. Hay otras dos mujeres que se pasean por la habitación, se
miran entre las 3 con complicidad.
Dramaturgia.
Mujer 1: Son 60 la hora, si quieres bien hecho el trabajo se alarga la jornada, si no llegas en una
hora, media hora es gratis, si llegas antes de la hora pues simple, te vas o si alcanzas el segundo
polvo antes de la hora es permitido. El recargo es de 40 por otra hora.
Mujer 3: Ay disculpa, es que la semana pasada se metió un ratón y no encontró mejor lugar en
donde morir.
Mujer 1: Si desea ofrecemos el servicio de mansajes por 20 más. Tenemos a las mejores masajistas
de la ciudad.
Mujer 1: El masaje incluye, cuello, espalda, zona baja de las nalgas, dícese del ano y también se
implementará la masturbación.
Mujer 3: Las cosas van difíciles en estos días señor. La muerte nos abruma por los ríos que pasan
detrás de esta gran casa.
Mujer 3: La carne es muy fácil de desaparecer. Los soldados nos traen los cuerpos y nosotros los
ocultamos, también los asesinamos si es necesarios.
Mujer 1: Después del masaje podemos pasar a la cámara de calentamiento pre-sexo. Ahí se la dará
una mamada nivel experto por las mejores bocas. Tenemos labios de Angelina, Scarlet, hasta de
Hilary Clinton para los pervertidos coquetos.
Hombre: Aló.
Hombre: En un rato.
Hombre: Sí.
(Cuelga)
Mujer 3: Nos gusta guardar los cadáveres como recuerdos de cuanto nos aman los hombres.
Mujer 2: Sí. El que está debajo de este suelo es de ella. (Señala a la Mujer 1)
Mujer 1: El calentamiento viene incluido con lubricante sabor cereza por si los penes huelen un
poco mal, ante todo nuestras chicas tienen una higiene muy importante que conservar. Nada de
sexo sin condón, pues el herpes es un mal que no deseamos en este local. Las chicas que son
infectadas con algún virus serán enviadas al “Recinto de María Magdalena”
Mujer 4: (Sale debajo de la cama) Es un lugar donde nos cuidan a todas después de la jubilación.
Mujer 2: Fue un centro hecho por las seguidoras de María Magdalena.
Mujer 4: (Todas se ríen) Preferimos guía espiritual. Si todas las religiones tienen a alguien a quien
seguir, ¿Por qué nosotras no podemos tener nuestra propia deidad? Sería poco verosímil que
tomemos en serio nuestro trabajo si no tenemos alguien que nos proteja de la lujuria.
Hombre: No creo que uno pueda morir tranquilamente mientras se le cae a pedazos el cuerpo.
Mujer 3: ¿Y no es eso lo que vivimos día a día? No vas con tu cara baja caminado a todos lados
rogando que el autobús que debes coger a casa te arroye… o cuando estás entrando por el camino
de piedra del jardín te resbalas con la nieve y mueras de un golpe en la cabeza. Todos los días se
nos van cayendo lentamente pedazos del cuerpo, pedazos negros mohosos he infectados que vas
dejando para que otros sientan tus penas… No me das lastima, yo podría ser la que acabe con tu
vida si así lo deseas. (Las mujeres ríen)
Hombre: ¿O sea que las mujeres enfermas las llevarán a ese lugar?
Mujer 4: Una vez el ejército acaudaló la zona y se escuchaban disparos por todos lados, parecía
diciembre estallando pólvora después de la quema de algún marrano. Eso fue una purga. Se dice
que muchas de ellas tenían información de los partidos políticos y las guerrillas. Las noticias locales
aseguraban que las pandillas en guerra se metieron a la casa a pelear entre ellos y asesinaron a
todas esas mujeres por negocios de drogas. Nosotros no manejamos drogas, no las consumimos y
no las promovemos. Los soldados fueron los últimos en entrar al recinto y los únicos en salir.
Después de eso, debemos esconder los cuerpos que ellos traen para que no pase esa purga y las
infectadas puedan morir en paz bajo medicamentos fuertes.
Mujer 1: Las infecciones tienen un riesgo para nuestras mujeres así que ellas le harán una revisión
al pene y a sus últimos exámenes médicos para verificar que no se encuentra nada bajo cuerda.
Mujer 3: No vengas a hablar de vida. (Mujer 3 señala a Mujer 4) Ella está infectada.
Mujer 4: Y no sufro por eso, solo me oculto en la oscuridad de mi cama para que no me
encuentren y me disparen. (Se ríe a carcajadas.)
Mujer 4: No sé nada, pero por eso me van a matar. El que menos cree saber, es el que más sabe.
(Silencio, todos se retiran de la habitación y la Mujer 4 se queda sola. El hombre entra, prende la
televisión y están en un canal musical, se escucha Una Palabra de Carlos Valera)
Mujer 4: 26 de septiembre del año 84 secuestraron a mi familia unos militantes de derecha para
inculparnos por unos daños hechos a las haciendas de los ricachones del pueblo. Entraron a
nuestra casa con fusiles y machetes. Preguntaban constantemente ¿Quién fue? ¿Van a pagar o hay
que mocharle la cabeza partida de hijueputas? Entonces que agarran a la Abuela y le cortan una
mano… no hay respuesta por parte de nosotros. Nos agarran a todos, nos sacan al patio y después
nos guían a la cochera. Antes de que los marranos empezaran a gritar le pegaron un tiro en la
cabeza a mi mamá, mi hermano salió corriendo y lo cogieron a machete en el cafetal y a mi papá
también le dispararon en la cabeza antes de caer junto a los marranos que habían sido acribillados
por las balas. A los que trabajaban cerca de la casa los fusilaron a todos y a mí me vendieron a una
pandilla esclavizante de blancas, mestizas y latinas. Lo más gracioso de todo esto es que nosotros
no teníamos la culpa de nada de eso, solo fue una mala información que fue mal digerida y llegó a
las personas equivocadas. Pasé por muchas manos y muchos genitales tanto de hombres como
mujeres. Y estoy en la orilla de mi cama ahora después de 14 años rebuscando mi libertad. En la
orilla de mi cama donde me ahogo. Por eso me oculto, para que no me encuentren los militantes
de derecha.
(Entran las mujeres, el hombre saca un arma y les dispara a todas menos a la Mujer 1)
2. Contaminatĭo
(Las mujeres se encuentran con máscaras calaveritas, el hombre está fumándose un cigarrillo
viendo las luces de neón. La Mujer 4 se mete bajo la cama dejando solo su cabeza y manos afuera.
Las otras dos mujeres cambian por el espacio. La mujer 1 no se ha movido de su lugar. Las mujeres
se vuelven más exageradas en sus acciones.)
Mujer 1: La muerte le llega a todas nosotras como ustedes, por eso este establecimiento les
ofrece servicios funerarios gratuitos si mueren en nuestras habitaciones. Serán enterrados aquí
con nosotras.
Mujer 3: ¡Poeta no! Ella está en otro plano astral. Ella está iluminada.
Mujeres: ¡Iluminada!
Mujer 2: ¡Shh shitoo! Escuchen… La muerte es el descanso del vivo, el sueño del muerto, el
recuerdo del decapitado, el aire del ahogado, la piel del quemado y… la muerte es un sueño, un
simple sueño que retumba en el viento porque este es veneno que te mata lentamente.
Mujeres: ¡Iluminada!
Mujer 1: El servicio funerario cumple con: un ataúd si es conseguido por nuestras chicas, flores y
por supuesto una corona con su nombre si quedo en el registro, si no pues se enterrara como NN
bajo el suelo. También tendremos Tinto para los invitados a su despedida.
Hombre: El cuento de los NN siempre me ha fascinado, el misterio del cuerpo y la búsqueda para
encontrar la familia del occiso, claro si es que la familia no fue enterrada con él.
Hombre: La búsqueda es lo que da espereza, creo que desde hace un tiempo la esperanza se
volvió sinónimo de búsqueda… Es difícil comprender la situa…
Hombre: Yo estoy pagando los servicios que son dispuestos en este resiento. Lo mínimo que
merezco es que escuchen lo que tengo que decir.
Mujer 3: Bueno, pero a nadie le importa (Ríen)
Mujer 3: (Se para sobre la cama) ¡Aquí estamos reunidos para despedir el alma de esta buena
mujer!
Mujer 2: ¿Dónde la vamos a enterrar? Nadie se puede enterar que la teníamos aquí.
Mujer 4: ¡No! Quiero que me dejen morir debajo de la cama, aquí me siento cómoda.
Mujer 2: Es cierto.
Mujer 1: Tenemos el servicio funerario de aromatizantes para que no jodas a todo el mundo con
tu olor. Solo que últimamente no tenemos suficientes esencias para todos los muertos que caen
como moscan en nuestro local, así que le pedimos que no se mueran en estos días mientras nos
llegan los nuevos aromas tropicales.
Mujer 4: Quiero que me dejen debajo de la cama, es el lugar más cómodo de toda esta gran casa.
Mujer 3: No la molestes.
Hombre: ¿Y qué tal si la tiran al rio que está atrás? (Todas se queda en silencio) Solo decía
Mujer 2: No es gracioso.
Mujer 3: ¿Qué crees que estamos locas? Eso era en otras épocas, ahora es diferente.
Hombre: A ustedes sí que les encanta pelear, me fastidian (Silencio. La Mujer 4 sale de la cama y
se le acerca. Ella lleva una minifalda y coge las manos del hombre y se manosea las nalgas
lentamente para excitarlo) Aunque a veces me sorprenden. (La mujer 2 y 3 se unen y empiezan a
desvestirlo hasta dejarlo completamente desnudo.)
Mujer 3: ¿Servicio?
Hombre: Completo.
Mujer 1: Algunas de las chicas que están infectadas siguen trabajando bajo cuerda para el placer
de alguno de nuestros participantes. Les podemos ofrecer un sinfín de infecciones serias,
pasajeras, nada serias y comezones, pequeños animales y un mal baño si así lo desea.
Mujer 1: (Se dirige a una pantalla y la gira como si fuera táctil, la rueda gira a gran velocidad y ella
se postra frente al televisor para que el espectador no vean el resultado. Cuando es elegido apaga
el televisor) Ya se decidió.
3. Exstinctio
(Todo esta oscuro, se enciende la luz, hay una mujer entrando por una puerta. Tiene en arma en
sus manos y en silencio busca algo. Una luz ilumina a la Mujer 1 mientras la habitación sigue en
total oscuridad. Las luces de neón se encienden anunciando la noche.)
Mujer 1: Después de la infección, después de pagar un buen dinero, te ofrecemos muerte por:
Estrangulamiento, arma blanca, sofocación, el trago del ácido, degollación simple, degollación
completa, dícese de cortar la cabeza completamente.
Mujer 5: Se sienta en el suelo, abre el arma, mete la bala, recarga, se prepara, se mete el arma a la
boca y ¡Pum! Dispara. Respira porque se da cuenta que en ese lugar no había una bala.
Respirar muchas veces, rápido. ¡Pum! Sigue viva ¿Qué es lo que pasa? ¿Dónde está la
bendita?
(Se enciende las luces, está el hombre sentado en la orilla de la cama desnudo fumándose un
cigarrillo, las mujeres 2, 3, 4 duermen)
Mujer 1: Tenemos fantasías para las parejas que desean un calorcito matrimonial fuera de casa y
de los niños. Volviendo al tema anterior, las muertes tienen diferentes precios dependiendo el
material que debamos utilizar. El cuchillo son 20, el revolver son 40, el ácido son 100, la degollada
completa son 200, la del puerco asado 250, la desmembración 500.
Hombre: Ya la última.
Mujer 5: Lo pensaré.
Mujeres: La muerte es un deseo, la muerte es para el valiente, la muerte no espera a los débiles.
¡Iluminadas!
Mujer 1: Si se lleva una infección que no fue pedida, osea que se le dio por equivocación se la dará
devolución del dinero o su muerte será gratuita escogiendo entre, degollar, disparo, o acido. Las
otras son para V.I.P.
Mujer 2: Muere.
Mujer 4: Vamos, vamos, déjate que es bueno para la salud del mundo.
Mujer 3: Es cierto todos aquí pronto moriremos, menos ella (Todos señalan a la Mujer 1)
Mujer 5: (Da vuelta al tambor, y dispara a las mujer 3, ella cae) ¡Puta ahí estaba la bala! (Todos se
quedan en silencio, la mujer 1 se asusta y prende la televisión, solo se ve radiación)
Mujer 2: ¡No, no, no! Tendré que remplazarla, y ella se acuesta con el cubano.
Mujer 3: (Se levanta) Muerta otra vez esta semana. Disparo el domingo, degollada el martes, sida
el miércoles, un palo en el ojete el jueves, bala en el ojo hoy.
Mujer 1: Ofrecemos…
Mujer 5: Disparo contra la Mujer 1, recuerdo entonces que ya gasté la bala con la Mujer 3. Sonrío,
me rasco la cabeza con el arma, todas me miran extrañados porque estoy hablando en voz alta.
Mujer 5: (Señala a la mujer 2 y 4) Niñas vayan a casa que tu papi y tu mami llegan en un rato.
Mujer 2 y 4: Si mamá.
Mujer 5: Recargo el arma. Juego con ella mientras la otra pendeja cuenta su triste historia.
Mujer 3: Yo Nací en un pequeño pueblo cerca de un rio. En el rio hace muchos años algunas
personas dejaban bajar los cadáveres para que se pudrieran con el agua. Los olores se hacían muy
fuerte en las noches que bajaban tres o cuatro y se quedaban en las playas del rio. Mi padre bajo
el lunes y quedó en la casa de Doña Rosario, la señora que tenía la única tienda cuatro cuadras
más debajo de la casa. Mi hermano bajó el miércoles, sin un brazo y sin un ojo. A ese lo
encontraron cerca de la cascada. Mi mamá solo se le encontró su cabeza en un canasto. A ella le
fue mal, muy mal, demasiado mal… pobre de mi mamá. Me quitaron la casa, o si no seguiría yo,
llegué aquí, compré una habitación, llegué aquí y me dieron trabajo.
Mujer 5: Yo me disparo hasta que por fin sale la bala traspasando mi cabeza. ¡Pum!
Mujer 3: Gracias. (La mujer se desnuda y saca una navaja, se acerca a él. Se bajan las luces
quedando solo la Mujer 1, se escucha un cuchillo entrando y saliendo de la carne.)
Apagón.