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LA PUNTA DEL ICEBERG

Este libro tiene como propósito identificar los escenarios futuros de Bolivia y en base a
ellos determinar los desafíos que Chile enfrentará en esta materia desde la perspectiva
de la seguridad y defensa en los años venideros.
De esta manera, buscan comprender este conflicto y las acciones que se pueden
promover desde este sector para la resolución del mismo, entendiéndose que esto
corresponde a una acción de Estado.
En el desarrollo de este libro, se observa que existió la aplicación de ciertos métodos
como base de su investigación; una de ellas fue la metodología para la resolución de
conflictos propuesto por Matthew Levinger (2013) en su libro El análisis del conflicto:
Las causas Comprensión, Liberar Soluciones (Conflict Analysis. Understanding Causes,
Unlocking Solutions), el mismo es una guía para los profesionales que tratan de evitar
conflictos graves o mitigar la inestabilidad política, la cual se complementó con un
análisis multidimensional y el modelo de conflicto de Johan Galtung. De este modo, la
investigación se estructura en términos prácticos en seis pasos.
En primer lugar, se realiza el mencionado análisis multidisciplinario abarcando lo
histórico, geográfico, político, económico, social y militar.
Seguidamente, se distinguen los divisores y conectores del conflicto, entendiéndose por
ellos todos los que tengan la potencialidad de polarizar y cohesionar a las partes en
conflicto, respectivamente.
En tercer lugar, se identifican a los actores claves del conflicto, ya sean internacionales,
estatales o subnacionales.
En cuarto lugar e integrando los conceptos anteriores, se determinan las tendencias
que influyen en el conflicto.
En quinto lugar, se desarrollan tres escenarios futuros de Bolivia a partir de las
tendencias anteriormente descritas; para los cuales, se identifican las oportunidades y
vulnerabilidades en relación al conflicto.
Finalmente, se desenvuelven las implicancias que estos escenarios futuros tendrían
para la seguridad y defensa de Chile.
TENDENCIAS EN TORNO A LA ASPIRACIÓN MARÍTIMA BOLIVIANA
Efectuando una relación de los resultados obtenidos en la primera parte de este libro,
junto con el análisis relativo a los divisores y conectores y actores involucrados en el
conflicto, es posible identificar las principales tendencias que subyacen a la aspiración
marítima desde la perspectiva interna de Bolivia.
El gráfico 23 muestra la dinámica de tendencias que subyacen a la Aspiración marítima
de Bolivia. Las flechas en color negro indican que una fuerza o tendencia impacta

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positivamente sobre otra(s) fuerza(s) acrecentándola. Al contrario, las flechas de color
gris muestran un impacto negativo o decreciente de una fuerza hacia otra.
En este sentido, al centro de la figura se observa el núcleo de un anillo compuesto por
cuatro tendencias principales: Reivindicación, Descolonización, Refundación e
Identidad Boliviana.
Reconociéndose a la Reivindicación la fuerza principal que aglutina a los movimientos
sociales que el Hno. Presidente Evo Morales lidera para llegar al poder; la fuerza se
mantiene constante en el tiempo y se expresa de distinta manera en las diversas
demandas de la población.
La Refundación y Descolonización son tendencias operacionales para la construcción
del proyecto plurinacional y adoptan a la Reivindicación como bandera de lucha. Como
consecuencia de la dinámica anterior, se fortalece la construcción de la Identidad
Boliviana del Estado Plurinacional.
Como se observa en el Gráfico 23, estas cuatro tendencias se potencian entre sí
generando un sistema virtuoso. A continuación se explica cada una de ellas en
profundidad.

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La Reivindicación tiene profundos antecedentes que se remontan al pasado colonial. En
este contexto, el fin que se persigue es la recuperación de lo que ha sido históricamente
usurpado en los ámbitos territorial, social, económico, cultural y político. Por ello,
consideran que es importante tener en cuenta que esta fuerza ha sido el motor de
varias de las demandas internas y externas; por ejemplo, se hace presente
internamente tanto en las luchas y movimientos sociales que sitúan al Presidente en el
poder, como en la valorización de la tradición y cultura ancestral. Asimismo, este libro
sustente que en el ámbito internacional, la fuerza de la Reivindicación se proyecta para
exigir el acceso soberano al Océano Pacífico, intentando recuperar el territorio que
obtuvieron mediante los Tratados de 1866 y 1874, posteriormente cedido a Chile en
1904.
Para entender la reivindicación en la visión política del actual gobierno de Bolivia,
consideran que este concepto es definido tanto filosófica como políticamente dentro del
paradigma de la justicia social. Desde una rama de la filosofía, definen la reivindicación
como la “redistribución igualitaria de recursos”. De igual manera, desde otra
perspectiva, la reivindicación emerge de los movimientos sociales en un sentido de
“reconocimiento” basado en la integración o asimilación de minorías étnicas, raciales o
sexuales.
De lo explicado anteriormente, se destacan las tendencias que dan sustento a la
aspiración de Bolivia que se resumen en el Gráfico N° 24, en la página 165 del libro.

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Esta aspiración debe ser vista como la punta de un iceberg; para comprenderla es
necesario profundizar en el campo político, económico y social que está bajo la
“superficie”. En este sentido, el libro identifica como tendencias principales a la
Reivindicación Marítima, Descolonización, Refundación e Identidad Boliviana.
Por razones que se explican en el libro, se establecen que la descolonización y la
refundación son las principales incertidumbres que se tiene que estudiar para explicar la
situación actual de Bolivia, identificándose tres escenarios futuros. Se hace mención
que debido a la situación actual de Bolivia se puede denominar a Bolivia como un
Estado Plurinacional en Desarrollo, caracterizado por una creciente estabilidad política,
gracias a la figura cohesionadora de Evo Morales y su capacidad de controlar el
histórico caudillismo boliviano, además de los avances que ha logrado en materia
económica.
ACTORES CLAVES DEL CONFLICTO.
En el Capítulo 9: Análisis de Actores y Dinámicas, se identifican a los actores claves del
conflicto, ya sean internacionales, estatales o subnacionales. Estos podrán ser
individuos, instituciones públicas o privadas, grupos informales, partidos políticos, y
otros. En el contexto del conflicto entre Chile y Bolivia es posible identificar a diversos
actores. Por un lado, se encuentran los actores de nivel estatal o internacional, donde
se identifica a Bolivia, Chile, Perú, Brasil, Argentina, Estados Unidos y el ALBA. Por
otro, están los actores subnacionales, donde se distinguen el MAS, la Oligarquía
Oriental de Bolivia y los “narcotraficantes bolivianos”, así como el movimiento chileno
Mar para Bolivia. El Gráfico 22 hace un mapeo de este conflicto y el rol que juega en
este cada uno de los actores mencionados.

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De acuerdo con el Gráfico 22, se distingue analíticamente la existencia de actores
principales, actores secundarios y actores con influencia. Los actores principales son
quienes se encuentran directamente involucrados en el conflicto, sus intereses se
encuentran en disputa y tienen la capacidad para influir determinantemente en los
resultados de la divergencia. A continuación, en el centro de la figura se sitúa a Bolivia y
Chile como actores principales, los que mantienen un conflicto en torno a la demanda
Marítima. En el libro se plantea que Bolivia estima que Chile le debe entregar una salida
soberana al Océano Pacífico, este último plantea que de acuerdo con el Tratado de
1904, no existen temas limítrofes pendientes y que la aspiración boliviana carece de
fundamento.
En el análisis, Perú también es mencionado como un actor principal por el papel que
cumple en la relación trilateral. En primer lugar, mantiene una situación de conflicto con
Chile canalizada por la demanda que interpone ante la Corte Internacional de Justicia
en enero de 2008 en la que solicita establecer el límite marítimo a partir de una línea
equidistante proyectada desde el Punto Concordia.
Como es de conocimiento público, la Corte comunica la sentencia en enero de 2014 y
conmina a ambos países a implementar el fallo. A Perú se le otorga desde la milla 80 el
llamado triángulo exterior marítimo reduciendo el territorio chileno correspondiente a la
Zona Económica Exclusiva. Desde entonces, Lima abre un nuevo foco de conflicto,
ahora en torno a la supuesta soberanía del llamado “triángulo terrestre”. A lo anterior, se
agrega el hecho que una parte importante de la población peruana comparte la
esperanza de recuperar la ciudad de Arica, denominada por ellos como: “la provincia
cautiva”.
Como un segundo aspecto a tomar en cuenta, en el libro se considera que Perú posee
una fuerte influencia sobre Bolivia, la que utiliza para avanzar en sus propios intereses
nacionales, de acuerdo con lo observado en el artículo dedicado a la Dimensión de la
Relación Trilateral, indicando que en ocasiones, Lima contiene a La Paz para evitar que
alcance arreglos sustantivos con Santiago, en miras a evitar que efectúen las
pretensiones territoriales de Bolivia, limitando su capacidad de administrar las
relaciones de ambos países en el marco del conflicto. En síntesis, Perú mantiene una
política de incitación y contención respecto de la aspiración marítima boliviana, la que
va equilibrando en función de sus propios intereses, lo que explica, en parte, la relación
histórica de “amor y odio” entre Bolivia y Perú.
Se distinguen como actores secundarios a aquellos que tienen un interés en el conflicto,
pero que no se involucran directamente. En este sentido se ha identificado al ALBA
como actor secundario, ya que los países que lo conforman apoyan la aspiración
boliviana (especialmente Venezuela y Ecuador), situándose en una posición conflictiva
con Chile y generando un escenario regional adverso para nuestro país, que debe
establecer acciones de carácter bilateral y multilateral para neutralizar este mensaje a
nivel sudamericano.

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También se consideran los actores con influencia como aquellos que no tienen
intereses en juego en el conflicto, sin embargo, poseen la capacidad para influir en los
acontecimientos. En el contexto sudamericano se identifica a Argentina como un actor
con influencia tanto por su condición de país limítrofe con Bolivia, como por mantener
en la actualidad buenas relaciones con Chile. En este sentido, con Bolivia mantiene
afinidad ideológica, histórica y de dependencia energética; mientras que con Chile ha
logrado construir un acercamiento a partir del Tratado de 1984 y la Declaración
Presidencial de 1991, cuando se solucionó la mayoría de las situaciones territoriales
conflictivas entre ambos. Además, es importante destacar que también ha contribuido el
apoyo que actualmente Chile le entrega a dicho país respecto de su demanda sobre
Islas Malvinas. Se estima que todo lo anterior, influye para que Argentina adopte una
posición neutral respecto de la aspiración marítima boliviana, en la medida en que se
mantengan los actuales términos de su relación bilateral con ambos países.
Brasil también es un actor con influencia que se mantiene neutral en el conflicto entre
Bolivia y Chile. Este aspecto se considera por el peso geopolítico que tiene en la región.
Se estima que su posición neutral se origina a partir del interés por proyectar al mundo
la imagen de un país capaz de mantener a Sudamérica libre de conflictos armados
interestatales, como una forma de sustentar sus propias aspiraciones globales.
Asimismo, por su deseo de concretar la interconexión bioceánica, sea en el eje Brasil-
Bolivia-Chile, o según se ha informado últimamente, en un enlace Brasil-Bolivia-Perú,
que le permitiría alivianar el déficit de infraestructura que posee hoy en las regiones
sudeste y centro-oeste y proyectarse hacia el Pacífico. En este sentido, el
distanciamiento entre Bolivia y Chile ha sido una de las mayores dificultades para lograr
mejores avances en la interconexión regional deseada.
Finalmente, en el ámbito internacional se identifica también a EE.UU. como un actor
con influencia. Como se evidencia en la primera parte de este libro, históricamente
supuestamente ha tenido una postura más proclive a la aspiración de Bolivia, aunque
actualmente las relaciones diplomáticas entre Washington y La Paz se encuentran
debilitadas; específicamente, desde la expulsión de la DEA y el embajador
norteamericano de Bolivia. Paradójicamente, Chile y EE.UU. hoy gozan de una muy
buena relación.
A nivel subnacional, destaca como actor secundario relevante la oligarquía de la
llamada “medialuna” boliviana, la que en un comienzo del gobierno del presidente
Morales era extremadamente reticente al proyecto del Estado Plurinacional. Sin
embargo, a partir de la estabilidad política y económica que le ha brindado el gobierno,
hoy no representa una mayor influencia ni amenaza en contra del orden establecido,
apoyándolo en la aspiración marítima. El partido del MAS es también un actor
secundario a considerar. Su relación de alianza constituye la base ideológica del
gobierno y ha servido de plataforma del Gobierno desde que incursiona en la política a
nivel nacional.

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Finalmente, se identifican en Chile otros actores secundarios a nivel subnacional.
Emergen movimientos minoritarios que abogan “mar para Bolivia” en forma
relativamente organizada. El discurso ideológico de la nueva elite boliviana y del ALBA
tiene una proyección sobre movimientos de izquierda en Chile que, de la mano de la
“diplomacia de los pueblos”, moviliza a un sector de la sociedad civil chilena afín a la
petición boliviana. El objetivo es influir a la opinión pública con la intención de presionar
a las autoridades chilenas a negociar una salida soberana al océano Pacífico. Una
mayoría de la población se articula de manera desorganizada en oposición a cualquier
cesión territorial de carácter soberano. A partir de la demanda boliviana en La Haya
aumentan las expresiones en favor de la defensa de la soberanía nacional, tanto de
representantes políticos como de una creciente opinión pública. Al constatar la
existencia de estos movimientos destaca que al interior del país existen perspectivas
divergentes, mientras unos prefieren buscar una solución a la aspiración marítima, otros
prefieren resguardar la soberanía territorial.
CONCEPTOS ANTERIORES QUE DETERMINAN LAS TENDENCIAS INFLUYENTES
EN EL CONFLICTO.
En el libro se establece que en Bolivia se observan diversos tipos de reivindicación en
razón de las demandas coyunturales propias de cada lucha. Es así que desde que
asume Víctor Paz Estenssoro en 1985, la lucha se centra contra el intervencionismo
norteamericano y su política antidrogas. En ella, la defensa de la hoja de coca como
patrimonio histórico cultural es la demanda principal; de ello deriva en gran parte el
discurso patriótico y anti-imperialista de la época. En la Guerra de la Coca (2002), por
ejemplo, se entremezclan con la demanda principal temas propios de la reivindicación
tanto clásica como moderna: el reconocimiento de la identidad nacional étnico
campesina, la dependencia económica, la pobreza, exclusión y desigualdad. Por otra
parte, en la Guerra del Agua (2000) y del Gas (2003), las demandas reivindicacionistas
se expresan manifestando disconformidad respecto del Estado central, criticando el
modelo neoliberal, formulando demandas autonómicas, e incluso demandan el control y
la gestión de los recursos naturales. Se identifica, por tanto, en la Guerra del Agua el
momento en que el pueblo, por primera vez, toma conciencia de su poder político y
capacidad movilizadora cuyo fin es generar un cambio en el sistema político y
económico.
Considerando todo lo anterior, en Bolivia la reivindicación se expresa como un ideal
superior que se sustenta en la justicia social, y que se manifiesta como temática
recurrente en las reiteradas y diversas luchas sociales de la sociedad civil boliviana. Al
respecto, es importante tener claro que, desde la perspectiva boliviana, este ideal
conlleva una cuota importante de emocionalidad que se refleja tanto en la acción
colectiva como en el discurso político. Tener esto en cuenta aporta a la comprensión del
proyecto político de Evo Morales, así como también el impacto que ha tenido en el país
la corriente del socialismo del siglo XXI. Esta corriente continental nutre el fenómeno de
las luchas sociales y es asimilada por el indigenismo donde cobra un nuevo significado.

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En este sentido, la revaloración de lo étnico se proyecta en el continente empleando
como instrumento el ideario político bajo el concepto de la reivindicación.
En lo que respecta a la Descolonización Boliviana, esta tiene como fin lograr el pleno
desarrollo del país en forma soberana, donde el lema es la autodeterminación de los
pueblos. Sus raíces se remontan al pasado de dominación colonial española y se
proyectan luego al predominio de la elite blanca y de potencias extranjeras capitalistas.
En la actualidad cobra forma como una resistencia ideológica al neoliberalismo y a la
asimilación de los pueblos indígenas al modelo capitalista. Como consecuencia, la
descolonización constituye una fuerza que no solo tiene matices económicos, sino que
también ideológicos, sociales, históricos y culturales.
En consecuencia, el aspecto clave para la Descolonización se encuentra en la
recuperación y control de los territorios, en la gestión de los recursos naturales y en el
desarrollo de una economía sustentable capaz de permitir este control a largo plazo. Tal
es el esfuerzo plasmado en el modelo económico plurinacional implementado por el
gobierno.
Un aspecto que se toma en cuenta en este libro es la Refundación de Bolivia, la misma
que emerge desde el proyecto del Gobierno de Evo Morales y cuyo espíritu se expresa
claramente en el Preámbulo de la Constitución Política del Estado (2009:7): “Dejamos
en el pasado el Estado colonial, republicano y neoliberal. Asumimos el reto histórico de
construir colectivamente el Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional
Comunitario, que integra y articula los propósitos de avanzar hacia una Bolivia
democrática, productiva, portadora e inspiradora de la paz, comprometida con el
desarrollo integral y con la libre determinación de los pueblos”.
Por tanto, el proyecto plurinacional del gobierno de Morales pretende acabar con todas
aquellas cadenas que impidieron el desarrollo autónomo del pueblo boliviano. Al
respecto, es necesario tener en cuenta que la Refundación no solo apunta a la creación
de un nuevo concepto de Estado, tampoco implica, únicamente, la inclusión de las
minorías que tradicionalmente habían sido marginadas de la participación política y el
usufructo de los beneficios económicos. Evaluando los antecedentes recopilados en el
estudio multidimensional, se observa que la Refundación involucra principalmente la
institucionalización del Estado Plurinacional, para lo que es fundamental el respeto a los
principios democráticos y la alternancia en el poder de las distintas fuerzas políticas.
Finalmente, la Identidad Boliviana fragmentada a lo largo de la historia, cobra sentido y
se potencia bajo el proyecto plurinacional de Evo Morales. En este sentido, la fuerza de
la Identidad emerge desde los movimientos sociales, generando una conciencia de
poder popular que se expresa en la participación concreta en el ámbito político y que se
extrapola a lo social y económico. Todo ello implica una concientización del “ser
boliviano” y con ello la valoración y reconocimiento de la existencia de este crisol de
pueblos, comunidades y naciones que comparten en común la tradición y un pasado
histórico.

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Una vez que el pueblo toma conciencia de su propia identidad individual y colectiva se
genera un sentido de unidad, solidaridad, compromiso y pertenencia, que es la base de
la cohesión social, el que se fortalece con los movimientos sociales y luego se asienta
por medio de la denominada “Revolución Democrática Cultural Boliviana”. Es
importante recalcar que la construcción de esta identidad se sostiene mayormente en
una visión indigenista del mundo, que es la que prima hoy en el gobierno de Evo
Morales, y es en este contexto que deben entenderse los objetivos de desarrollo y
crecimiento de Bolivia, incluyendo en ello la aspiración marítima.
Como se ha mencionado previamente, estos cuatro elementos medulares forman una
suerte de motor interno cuya dinámica genera una mayor Cohesión Social la que, a su
vez, retroalimenta la Identidad Boliviana potenciando el anillo central descrito. El
proceso de Refundación ha contribuido en originar y mantener una Estabilidad Política
nunca antes vista en el país, la que impacta positivamente en el Desarrollo de Bolivia
mejorando las condiciones de vida de la población. De igual manera, la nueva
concepción de la Seguridad y Defensa Plurinacional, la que asigna un rol fundamental a
las Fuerzas Armadas, han contribuido de manera significativa en el desarrollo del país y
en la credibilidad interna del proyecto de Evo Morales.
La Integración Sudamericana siempre ha sido una aspiración en los países de la región,
la que se ha acrecentado aún más debido a los desafíos que plantea la economía
mundial y el valor que ha adquirido el comercio por el Océano Pacífico. La ubicación
geográfica de Bolivia en el corazón del continente la convierte en un potencial núcleo de
desarrollo comercial que podría incrementar el desarrollo de todos los países del cono
sur. En este sentido, Brasil ha incentivado el comercio por territorio boliviano; sin
embargo, las difíciles condiciones geográficas de la región del Amazonas y de la
Cordillera de los Andes, sumado a la tardanza en la construcción de la infraestructura
necesaria en territorio boliviano lleva a Brasil a potenciar el corredor en dirección al
puerto de Ilo en Perú, sin pasar por Bolivia.
Todo lo anterior genera una suerte de segundo anillo virtuoso que potencia a todas las
tendencias descritas.
Dentro de los dos anillos mencionados se observa también la emergencia de algunas
tendencias que impactan de forma negativa sobre las otras. La primera corresponde al
Caudillismo que de aumentar afectaría negativamente a la Estabilidad Política
alcanzada por el gobierno.
Tal como ha sido descrito en la dimensión histórica, el caudillaje ha sido una fuerza
negativa a lo largo de toda la vida republicana del país. Su presencia incide en el
aumento de la Corrupción interna sobre todo a nivel de los cargos públicos, impidiendo
la institucionalización del régimen y el desarrollo de un sentido de pertenencia nacional
que permita afianzar la Cohesión Social.
Al igual que el Caudillismo, el Narcotráfico y el Contrabando son considerados como
una amenaza a la estabilidad política, ya que su aumento se asocia también a una

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mayor corrupción interna, un aumento en el crimen y violencia, generando un
sentimiento de inseguridad y desorganización social. Por este motivo, la Seguridad y
Defensa Plurinacional cumplen un rol fundamental dentro del territorio debido a que su
acción contribuye a contrarrestar ambos fenómenos, y a reforzar la presencia del
Estado, lo que potencia aún más el desarrollo del país.
Como se aprecia, Caudillismo, Narcotráfico y Contrabando son tendencias
potencialmente peligrosas para la Estabilidad Política, las que al aumentar su poder de
acción podrían poner en peligro la consolidación del proyecto plurinacional ideado por el
gobierno de Morales.
El sistema de tendencias que se ha dilucidado hasta aquí tiene un efecto concreto en el
desarrollo discursivo de una Conciencia de Poder en Bolivia, la que se expresa en la
estrategia comunicacional del gobierno de Morales y en el empleo de instrumentos de
poder político y diplomático tanto al interior como al exterior del país. El tono desafiante
del discurso en contra de Estados Unidos, el posicionamiento del satélite boliviano en
órbita, el fortalecimiento de relaciones con China y la capacidad de generar lazos de
dependencia con Argentina y Brasil empoderan al gobierno boliviano a acrecentar una
actitud hostil hacia Chile, condicionando cualquier iniciativa de Integración
Sudamericana a la obtención de una salida soberana al Océano Pacífico a través de
territorio chileno. Lo anterior deja entrever la intencionalidad de multilateralizar su
aspiración marítima explotando las necesidades de integración económica de los
países del cono sur -específicamente de Brasil- generando un clima regional adverso
contra Chile.
En el esquema se evidencia que tanto la Necesidad de Integración Sudamericana como
la Reivindicación Boliviana fomentan directamente la Conciencia de Poder. En este
sentido, se genera un anillo de tendencias que se potencian entre sí, es decir, en la
medida en que se refuerza la Reivindicación se retroalimenta aun más la idea de una
Conciencia de Poder, y viceversa. En este contexto, el Desarrollo alcanzado por el
gobierno en los últimos 10 años viene a fortalecer dicha dinámica.
En síntesis, todas las tendencias positivas descritas confluyen en el desarrollo
discursivo de una Conciencia de Poder nunca antes vista en Bolivia y es este fenómeno
el que permite comprender la actual estrategia boliviana de interponer la Demanda
Marítima ante la Corte Internacional de Justicia.
Complementario a la mirada interna de Bolivia existen tendencias externas, que
directamente a lo largo de la historia fomentan la aspiración marítima boliviana y el
conflicto con Chile.
Se identifica la Política Exterior Peruana como una poderosa fuerza que, de acuerdo
con las circunstancias, acrecienta o contiene la aspiración boliviana. En este sentido, se
observa que dicha política es proactiva, incide en la perpetuación del conflicto entre La
Paz y Santiago y frena toda posibilidad de acuerdo entre ambos países que contradiga
sus intereses nacionales.

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Las diferentes aproximaciones con que los distintos gobiernos chilenos han abordado a
lo largo del siglo XX la petición boliviana de salir soberanamente al Océano Pacífico se
transforman en una fuerza que alimenta en el tiempo su aspiración marítima, motivando
al gobierno boliviano a buscar nuevas fórmulas para conseguir el logro de su objetivo.
La Política Exterior chilena es cíclica no solo por las presiones que históricamente
Bolivia ha ejercido buscando sentar a Chile en la mesa de negociaciones, sino que
también porque al interior del país han existido visiones divergentes respecto de la
solución del conflicto, donde se contraponen las propuestas de quienes quieren dar una
salida soberana al vecino y quienes observan que una eventual cesión territorial no
solucionaría el conflicto de fondo. La divergencia incita una postura flexible y cambiante
para abordar el problema boliviano.
A lo anterior se suma el tipo de disuasión que ejerce Chile. Como está centrada en lo
militar, permite una política exterior flexible. Debido a la superioridad de las capacidades
militares chilenas, propicia que Bolivia exprese sus intenciones por medios no militares.
Se observa la persistencia de la aspiración marítima boliviana en el tiempo, que tiene
como efecto el corroborar la convicción que se tiene en Chile respecto de la necesidad
de mantener una fuerza militar de carácter disuasivo.
Lo expresado en este apartado permite identificar la dinámica de tendencias que
subyacen a la Aspiración Marítima Boliviana. Como se muestra en el Gráfico 24, en
este estudio se plantea que esta tendencia constituye apenas la punta de un gran
iceberg, en el que se observa la expresión de una compleja dinámica de tendencias que
se ocultan bajo el agua, y que permiten comprender de mejor forma su origen, sustento
y desarrollo futuro. En la medida que esto se advierta, será posible tener más claridad
respecto de los temas de fondo que subyacen a la denominada reivindicación marítima,
que en última instancia se expresa en la demanda marítima ante la Corte Internacional
de Justicia en La Haya.
Se observa que el conflicto se complejiza aún más al agregar a los narcotraficantes, los
que son considerados en el análisis como un grupo con influencia. Por un lado, si bien
el Gobierno de Bolivia se encuentra actualmente realizando acciones para combatir a
los narcos, estos constituyen un problema de gran alcance a nivel nacional y regional.
De acuerdo con el modo de actuar de las organizaciones criminales vinculadas al
narcotráfico, privilegian siempre sus intereses, por lo que buscan constantemente las
maneras de influenciar a las autoridades políticas y la toma de decisiones. Se suma a
esta complejidad que Bolivia no solo es un país de tráfico de drogas, sino que además
es productor de hoja de coca, elemento esencial para la elaboración de la cocaína y sus
derivados.
Todo lo anterior podría incidir en la corrupción y el debilitamiento de las bases
institucionales del país.

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TRES ESCENARIOS FUTUROS DE BOLIVIA
1. El primer escenario que se plantea es el de Estado Plurinacional Consolidado, el
cual se daría en la medida que se cumplan dos condiciones.
a. La primera es que el modelo económico plurinacional demuestre ser
sustentable, lo cual exigiría a Bolivia descubrir nuevas reservas de gas natural,
debido a que las existentes le alcanzan solo hasta el 2025 aproximadamente,
considerando la proyección de demanda interna y compromisos internacionales
adquiridos con Brasil y Argentina.
b. La segunda condición es que el proyecto plurinacional se institucionalice lo cual
requiere que surja un líder alternativo a Evo capaz de ganar las elecciones
democráticamente y continúe con su proyecto plurinacional. Este es un
escenario de desafío, por cuanto entrega las mayores oportunidades de
acercamiento con Bolivia dado que neutraliza el argumento de subdesarrollo
producto de su mediterraneidad. Además, comparativamente, el proyecto
plurinacional tiene un efecto cohesionador al interior de Bolivia superior al que
ejerce la demanda. Sin embargo, al mismo tiempo este escenario es donde
Bolivia desarrollará un mayor poder nacional para insistir en su demanda, lo que
implica que el desafío estará en explotar la ventana de oportunidad señalada y
neutralizar la de vulnerabilidad.
2. El segundo escenario es el de Estado Plurinacional en Peligro, el cual se daría en la
medida que Evo busque una nueva reelección, o bien, perpetuarse en el poder.
Esto provocaría una creciente oposición, especialmente de las fuerzas caudillistas
que hoy en día están más controladas.
Este es un escenario de ciclo decadente que podría ser reversible en la medida que
la autoridad boliviana decida las acciones correctas.
3. El tercer escenario es el de Estado Plurinacional Fallido, el cual se manifestaría en
la medida que se agrave el escenario anterior; que le suceda algo a Evo,
generando un vacío de poder; o bien, que la economía no demuestre ser
sustentable y Evo no logre dar sustento a su mensaje político.
Este es un escenario de fin de ciclo.

En estos dos últimos escenarios el proyecto plurinacional pierde su efecto


cohesionador, lo que aumenta el interés de la Autoridad boliviana de continuar
explotando su aspiración marítima para estos efectos. La diferencia está en que
producto de la inestabilidad interna y potencial intermitencia de los mandatarios, la
estrategia para alcanzar este objetivo carece de la audacia y articulación que
muestra en la actualidad la ideada por Evo Morales. Por otro lado, en estos
escenarios el narcotráfico escala, lo cual afecta negativamente a la seguridad de
Chile.
Por otro lado, en todos los escenarios se ve una alta ideologización de las FF.AA. de
Bolivia. La diferencia está en que en el “Estado Consolidado” esta viene aparejada de
una fuerte lealtad hacia el gobierno, en el “Estado en Peligro” de una creciente
fragmentación de las mismas y en el “Estado Fallido” en un quiebre entre quienes se

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mantienen leales al proyecto plurinacional versus aquellos que optan por desmarcarse.
Esta ideologización sería un obstáculo para alcanzar mayores niveles de acercamiento
entre las FF.AA. de ambos países. Asimismo, en todos los escenarios se afectaría la
cohesión nacional de Chile en su Norte Grande.
En el “Consolidado” producto de la mayor capacidad de Bolivia para influir en nuestro
territorio y en los otros dos debido al aumento del narcotráfico y otras amenazas
transnacionales.
IMPLICANCIAS QUE ESTOS ESCENARIOS FUTUROS
Finalmente, para identificar las implicancias para la seguridad y defensa de Chile se
toma en consideración el modelo de conflicto de Galtung y sus postulados que para
resolverlo es necesario ejercer acciones que contribuyan tanto a la:
 Paz negativa.
 Contención del conflicto.
 Paz positiva.
 Resolución del conflicto.
En este sentido, se identifican algunas de las siguientes implicancias y los aportes que
se pueden realizar desde la seguridad y defensa para resolver el conflicto:
Paz Negativa:
1. Mantener la disuasión que ha sido efectiva para evitar un conflicto armado con
Bolivia. No obstante, se identifica la necesidad de construirla a partir de todo el
poder nacional y no tan solo del militar para evitar situaciones como la demanda
actual en la CIJ.
2. Contribuir a la cohesión nacional de Chile a través de una mayor presencia en el
Norte Grande; educación cívica de la población; y mantención y mejoramiento de la
respuesta ante catástrofes, entre otras.
3. Los esfuerzos que deben orientar a la inteligencia estratégica.
Paz Positiva:
1. Generación de confianza bilateral tanto a nivel gubernamental como de los pueblos.
Desde la Defensa esto se puede hacer dando cumplimiento a las MCM, explotando
instancias multilaterales y cooperando con Bolivia en situaciones de catástrofes,
entre otras.
2. Desarrollar una estructura de seguridad permanente que permita articular a todos
los instrumentos del poder nacional para intentar resolver el conflicto con Bolivia.
3. Generar consciencia en la necesidad de mantener la soberanía nacional de Chile y
no entregar territorio.
Esto último fundamentado en que aquellos que arguyen la entrega de una franja al
Norte de Arica, lo hacen bajo el supuesto equivocado que permitirá resolver el
conflicto y no toman debida consideración que el carácter reivindicacionista de la
aspiración marítima boliviana busca hacer de la Región de Antofagasta, territorio
boliviano. La entrega de esta franja solo alimentará la reivindicación. Además,

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significaría, en la práctica, entregar Arica porque no sería posible contener el flujo
boliviano; provocando con ello, supuestamente, el flujo del narcotráfico en el
territorio chileno; generando nuevas situaciones de conflicto
Cuando Bolivia explote el mar, implicaría el desarrollo de nuevas capacidades
militares de Bolivia en Chile.

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