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Montería: Villa, Urbe y Ciudad

Oliva Saudit Berrío Herazo.


Diciembre 2018.

Universidad de Medellín.
Maestría en Comunicación.
Paradigmas de la Comunicación
Montería, Villa, Urbe y Ciudad

Montería es la villa soñada

En las ondas del raudo Sinú

Como la urbe que avanza aclamada

Sobre un valle de espléndido azul.

Gran ciudad que blasonan los cuernos

Con sus arcos de acción y de luz,

Manantial de valores eternos,

Heredera inmortal del Sinú.

En el año de 1964, Rafael Guevara Figueroa compuso la letra del himno de la ciudad de Montería

(Córdoba) (Alcaldía de Montería, 2017), en el coro y en su primera estrofa vemos plasmada la

realidad actual de esta ciudad que transita entre una villa, una urbe y una ciudad, es así como

existen lugares que reflejan esa identidad histórica, arraigada a la vocación agrícola y comercial

de su gente, como son el Mercado del Sur, Puerto Platanito, y el Mercado del Centro. Estos lugares

constituyen espacios de encuentro y comunicación ya que permiten que las personas establezcan

un diálogo cargado de significados, de historia, de identidad. Así mismo, vemos de forma paralela

el crecimiento urbanístico de la ciudad, el flujo constante de personas, el uso de medios de

transporte personales que aceleran el ritmo de vida y acortan las distancias.


En Puerto Platanito, denominado el puerto de los monterianos (EL TIEMPO. Casa Editorial,

1999), persiste una actividad económica de carácter histórico como es la extracción de material

del Río Sinú, específicamente arena y piedra china, en este lugar podemos evidenciar como

conviven los conceptos de villa y de ciudad, ya que se desarrolla una actividad humana ligada a la

tradición que se ha trasmitido por varias generaciones y que hoy se realiza de la misma forma que

hace décadas, a puro pulmón. De igual forma, hasta el puerto llegan los denominados “volcos” o

volquetas que luego de negociar por determinada carga de material lo transportan hasta las

diferentes obras de infraestructura que abundan en Montería, esta dualidad nos confirma que los

nuevos estilos de vida son indudablemente híbridos (Martín Barbero, 1994), y que en un mismo

lugar se encuentran diferentes prácticas y costumbres, unas ligadas a la tradición y a la historia y

otras ligadas al consumo y a la demanda de nuevos y mejores productos y servicios.

El mercado del sur tuvo sus orígenes en los años 80 (EL TIEMPO. Casa Editorial, 1999), debido

a la reubicación de algunos comerciantes que venían trabajando desde hace varias décadas en el

mercado central. Actualmente, el mercado central está en remodelación, la mayoría de

comerciantes que ahí laboraban fueron trasladados a unas nuevas instalaciones denominadas

Supermercado Popular de Oriente, sin embargo, aún existen algunos vendedores estacionarios que

se ubican en los viejos espacios captando a los compradores que circulan por este sector. La ciudad

está creciendo, se está transformando, estos viejos y sucios mercados ya no tienen cabida en las

nuevas calles adoquinadas y demarcadas para darle paso a los ciclistas y peatones, sin embargo,

compradores y vendedores siguen encontrándose en un ritual que se aleja de los prejuicios y que

prioriza el regateo, la negociación, la informalidad, el diálogo, la comunicación, frente al ambiente

climatizado y salubre de los supermercados que se encuentran a la vuelta de la esquina.


Montería no ha sido inmune al paradigma informacional (Martín Barbero, 1994) generalizado en

la sociedad actual, según el cual se busca mantener a los ciudadanos en constante movimiento,

circulando, este fenómeno se evidencia en procesos como la eliminación de las principales plazas

de mercado, la reubicación de comerciantes en sitios periféricos de la ciudad y la recuperación del

espacio público. Así mismo, la creación de unidades residenciales con diferentes servicios

aledaños que ofrecen a sus habitantes todo lo que necesitan sin necesidad de trasladarse a otro sitio

de la ciudad. De igual forma se evidencia en la creación de nuevos centros comerciales y grandes

superficies en diferentes sectores de la ciudad donde prolifera la información antes que la

comunicación.

La coexistencia de la Montería Villa y la Montería Ciudad está dada, entre otros aspectos, por el

azote de la por la violencia rural que obligó a gran parte de la población campesina a migrar al

territorio urbano, lo que Barbero (1994) denomina ruralización de nuestras ciudades. En este

sentido se evidencia como coexiste una generación rural, con arraigos culturales, gastronómicos,

musicales que busca sus espacios en esa Montería Villa que les permite socializar, contar historias,

anécdotas, y que aún sobrevive dentro de la Montería ciudad, urbana, pavimentada, conectada,

informada.
Bibliografía

Alcaldía de Montería. (2017). Símbolos. Obtenido de

http://www.alcaldiamonteria.gov.co/publicaciones/143/simbolos/

EL TIEMPO. Casa Editorial. (1999). LOS DUEÑOS DEL MERCADO. Obtenido de

https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-857702

EL TIEMPO. Casa Editorial. (1999). PUERTO PLATANITO, COMERCIO SINGULAR CERCA

DE MONTERÍA. Obtenido de https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-

873267

Martín Barbero, J. (1994). Dinámicas urbanas de la cultura, en: Comunicación y espacios

culturales en América Latina. En J. Martín Barbero. Bogotá: Cátedra UNESCO de

Comunicación Social, Pontificia Universidad Javeriana.

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