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Antonio Gramsci

Notas sobre Maquiavelo,


sobre la política
y sobre el Estado
moderno

Madnd
Ediciones NueY<I Visión
Buenos Aires
Título Ucl original italiano:
NOTE SUL MACHIAv l:LL!, Sl!LLA POLI TIC A
l
E SULLO STA'rO MODERNO El príncipe moderno

Traducción y not<t'i: José Arieó,

Edición: Diciembre 19!-10. Madrid.

by Ediciones Nueva VIsión. Buenos Aires, 1972


q;.

© by Ediciones Nueva ViSión. Madrid, ! 980


Hilarión Eslava, !4, p, baja
Madrid-15 / España

ISBN: 84-7519-00Q-6

Depósito k:gal: M. 43.541 ~ 1980

Imprenta FARESO, S, A.
Paseo de la Dirct:ción. 5 Madrid

Impreso en España
PrirHcd ¡n Spain
El príncipe moderno

Apuntes sobre la política de Maquiacelo. El carácter fundamen-


tal de El Príncipe no consiste en ser un tratado sistemático, sino un
libro "viviente", en el que la ideología política y la ciencia política
se fundan en la forma dramática del "mito". Entre la utopía y
el tratado escolástico, formas bajo las cuales se configuraba la
ciencia política de la época, lvfaquíavelo dio a su concepción una
forma imaginativa y artística, donde el elemento doctrinal y ra-
cional se personificaba en un condottlero que representa en forma
plástica y "antropomórf ica" el símbolo de la "voluntad colectiva".
El proceso de formación de una determinada voluntad colectiva,
que tiene un determinado fin político, no es representado a través
de pedantescas disquisiciones y dasifícaciones de principios y
criterios de un método de acción, sino como las cualidades, los
rasgos característicos, los deberes y necesidades, de una persona
concreta, despertando así la fantasía artística de aquellos a quie-
1 nes se procura convencer y dando una forma más concreta a las
J pasiones políticas.'
1

1 Será necesario buscar en los escritores poUticos que precedieron a 't,<'laquia-


velo la existencia de escritos configurados como El Príncipe. Su misma conclu-
sión está HJ:;<l_(la .a este carácter ..mítico" del libro. Luego de haber represenLado
al condottiero ideal en un pasaje de gran eficacia artística, Maquiavelo m..
voca al condottiero real que históricamente Jo personifique¡ y es esta invoca...
ción apasionada, que se refleja en todo el libro, la que le confiere precisa-
mente el carácter dramático. En los Prolegomeni de Luigi Russo, Maquiavelo
es llamado el artista de la política y una vez se encuentra también la expresión
'"mito'~, pero no precisamente en el sentido arriba indicado.

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El Príncipe de Maquia velo podría ser estudiado como una las voluntades asociadas) que no preveía una verdadera fase'
ejemplificación histórica del "mito" so rellano, es decir, de una "activa y constructiva". En Sorel, pm consiguiente, se enfrenta-,
ideología política que no se presenta como una fría utopía, ni ban dos necesidades: la del mito y la de la crítica del mito, en:
como una argumentación doctriuaria, sino como la creación de cuanto "todo plan preestablecido es utópico y reaccionario" La
una fantasía concreta que actúa sobre un pueblo disperso y pul- solución era abandonada al impulso de lo irracional, de lo "ar-
verizado para suscitar y organizar su voluntad colectiva. El ca- bitrario" (en el sentido bergsoniano de "impulso vital") o sea,
rácter utópico de El Príncipe reside en el hecho de que el Príncipe de la "espontaneidad". 2
no existía en la realidad histórica, no se presentaba al pueblo ¿Pero puede un mito, sin embargo, ser "no constructivo"?
italiano con caracteres de inmediatez objetiva, sino que era una ¿Es posible imaginar, en el orden de intuiciones de Sorel, que sea
pura abstracción doctrinaria, el símbolo del jefe, del condottiero productivo en realizaciones un instrumento que deja la voluntad
ideal; pero los elementos pasionales, míticos, contenidos en el colectiva en la fase primitiva y elemental del mero fonnarse, por
pequeño volumen y planteados con recursos dramáticos de gran distinción (por "escisión." • ), aunque sea con violencia, es decir,
efecto, se resumen y convierten en elementos vivos en la conclu- destruyendo las relaciones morales y jurídicas existentes? Pero
sión, en la invocación a un príncipe "realmente existente". En el esta voluntad colectiva, fonnada de manera elemental, ¿no cesará
pequeño volumen, Maquiavelo trata de cómo debe ser el Prín- súbitamente de existir, disolviéndose en una infinidad de volun-
cipe que quiera conducir a un pueblo a la fundación de un nuevo tades singulares que en la fase positiva seguirán direcciones di-
Estado, y la investigación es llevada a cabo con rigor lógico y ferentes y contradictorias? Al margen de la cuestión de que no
desapego científico. En la conclusión, Maquiavelo mismo se vuel- puede existir destrucción, negación, sin una construcción y una
ve pueblo, se confunde con el pueblo, mas no con un pueblo
concebido en forma "genérica", sino con el pueblo al que Maquia- 2 Habría que anotar aquí una contradicción implícita en el modo en que
vclo previamente ha convencido con su trabajo, del cual procede y Croce plantea. su problema de historia y antihistoria con respecto a otros modos
se siente la conciencia y expresión y con quien se identifica total- de pensar del mismo autor: su aversión a los ..partidos polítk'Os.. y su forma de
plantear la cuestión de la ..previsibilidad'~ de los hechos sociales ( dr. Con-
mente. Parece que todo el trabajo ..lógico" no fuera otra cosa versazioni critiche, serie primera, pp. 150-152, reseña del libro de Ludovico
que una autorreflexión del pueblo, un razonamiento interno que Limentani, La pred~ione dei fatti sociaU» Bocea~ Turin, 1907}. Si los hechos
se hace en la conciencia popular y que concluye con un grito apa- sociales son imprevisibles y el mismo concepto de previsí6n es puro sueño~ lo
sionado, inmediato. La pasión, de razonamiento sobre sf misma, irracional no puede menos que dominar y toda organización de hombres es
so transforma en "afecto", fíebre, fanatismo de acción. Por <'SO antihistérica, es un "prejuicio"'. Sólo corresponde resolver en cada caso y con
criterio inmediato~ los particulares problemas prácticos planteados por el des-
el epílogo de El Príncipe no es extrínseco, "pegado" desde afuera, arrollo histódco (cfr. el artículo de Croce, "D partito come giudizio e come
retórico, sino que, por el contrario, debe ser explicado corno un pregiudizio", en Cultum e t:ita morale) y el oporhmismo es la única Hnea po-
elemento necesario de la obra o, mejor, como el elemento que lítica posible.
ilumina toda la obra y que aparece corno su "manifiesto político". 4
Para Sorcl es vital que la clase obrera no establezca ninguna clase de -com-
Es posible estudiar aquí cómo Sorel, partiendo de la con- promiso con la burguesía, tanto en el dominio poHtico ( antiparlamentarismo)
cepción de la ideología-mito, no llegó a comprender el fenómeno como en el dominio económico (organización de la cooperación obrera), La or-
del partido político y se detuvo en la concepción del sindicato ganización cooperativa posibilítaría el paso del instinto de clase a la conciencia
de clase del proletariado, vale decir~ el triunfo de la ~·escisión" de la sociedad.
profesional. Aunque es verdad que para Sorcl el "mito" no en- Dicha escisión, ..sin Ja cual seria imposible para el socialismo enrnplir con su
contraba su mayor expresión en el sindicato como organización papel histórico'~, peligra a veces cuando la burguesía, temerosa de su futuro,
de una voluntad colectiva, sino en la acción práctica del sindicato cede en parte a las exigencias del proletariado. Esto explica la importancia que
y de una voluntad colectiva ya actuante. La realiza.ción máxima tiene en So re! la teoría de la "huelga genero!": "Graeí.>S a ella el socialismo
de dicha acción práctica debía ser la huelga general, es decir, subsiste joven. parecen infantiles las tentativas encaminadas al !ogro de 1a pa:¡o;
social, y las deserciones de los compañeros que se aburguesan, además de no
una "actividad pasiva" de carácter negativo y preliminar (el ca- desanimar a 1as masas, las impelen más a la rebeldh1.. En suma: la escisión no
rácter positivo está dado solamente por el acuerdo logrado en corre peligro de desaparecer" (Sorel, op. cit., p. 123). (N. del T.)

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afirmación implícitas, entend ida ésta no en un sentido "metafí- tener vigencia donde se suponga que una voluntad colectiva ya
sico", sino práctico, o sea, políticamente, como programa de par- existente, aunqu e dcsmem brada, dispersa, haya sufrido un .co-
tido. En este caso se ve con claridad que detrás de la esponta- lapso peligroso y amenazador, mas no decisivo y catastrófico,
neidad se supone un mecanicismo puro, detrás de la liberta d y sea necesario reconcentrarla y robustecerla. Pero no podrá . te-
(libre impulso vital), un máximo determinismo, detrás del idea- ner vigencia donde hay que crear ex novo una voluntad colectiva,
lismo, un materialismo absoluto. encauz ándola hacia metas concretas y racionales, pero de una
El príncipe moderno, el mito-príncipe, no puede ser una per- concreción v racionalidad aún no verificadas y criticadas por una
sona real, un individuo concreto; sólo puede ser un organismo, experi encia' histórica efectiva y universalmente conocida.
un elemento de sociedad complejo en el cual comience a con- El caráct er "abstracto" de la concepción soreliana del "mito"
cretarse una voluntad colectiva reconocida y afinna da parcial- aparec e en la aversión (que asume la forma pasional de una re-
mente en la acción. Este organismo ya ha sido dado por el des- pugna ncia ética) por los iacobinos, quienes fueron ciertam ente
arrollo histórico y es el partido político: la primer a célula en una "encam ación categórica" del Príncipe de Maquiavelo. El
la que se resumen los gérmenes de voluntad colectiva que tiende n Prínci'l'e moder no • debe tener una parte destin ada al iacobinismo
a devenir universales y totales. En el mundo moderno, sólo una (en el significado integral que esta noción ha tenido histórica-
acción histórico-política inmediata e inminente, caract erizad a por mente y debe tener conce ptualm ente), en cuanto ejemplificación
la necesidad de un procedimiento rápido y fulminante, puede de cómo se formó y operó en concreto una voluntad colectiva
encarnarse míticamente en un individuo concreto. La rapide z se que al menos en algunos aspectos fue ?reación ex novo, orig~n-al.
toma necesaria solamente cuando se enfrenta un gran peligro y es nee<,sario que la volunt ad colecb~t y la voluntad pohtic
inminente que provoca la inmediata exacerbación de las pasiones a
en general sean definidas en el sentid o moderno; la voluntad como
y del fanatismo, aniquilando el sentido critico y la corrosividad
conciencia activa de la necesidad histórica, como protagonista de
irónica que puede n destruir el caráct er "carismático, del condot-
tiero (eso es lo que ha ocurrido en la aventu ra de Boula nger). un dmma histórico efectivo y real.
Una de las primeras partes deberí a estar dedicada, precisa-
Pero una acción inmediata de ese tipo, por su misma naturaleza,
mente, a la "voluntad colectiva", plante ando así la cuestión:
no puede ser de vasto alcance y de caráct er orgánico. Será casi
"¿,Cuándo puede decirse que existen las condicio~es par~ que se
siempre del tipo restauración y reorganización y no del tipo ca-
pueda suscitar y desarrollar una voluntad colectiva naclOnal-po-
racterístico de la fundación de nuevos Estados v nuevas estruc-
turas nacionales y sociales (tal como en el cas¿ de El Príncipe pular?", o sea efectuando un análisis histórico ( ec?nó~ico)
estruc tura social del país dado y una representaciÓn dramat!Ca
?? 1:
de Maquiavelo, donde el aspecto de restauración sólo era un
de las tentativas realizadas a través de los siglos, para suscitar
elemento retórico, ligado al concepto literario de la Italia des-
esta voluntad y las razones de sus sucesivos fraca;-os. ¿Por qué
cendiente de Roma y que debía restau rar el orden y la potencia
en Italia no se dio la monar quía absolu ta en la epoca de Ma-
de Roma );' será de tipo "defensivQ, y no creativo original. Podrá
quiavelo? Es necesario remontarse hasta el Imperio Romano
.a Más que por el modelo ejempla r de bs grandes monarq uías
(cuestiones de la lengua, los intelectuale~, ~t::·), comprende~ .la
~1hs.olnt.1<; de función de las Comunas medievales, el s¡gmfJcado del catohcJS·
Francia y de Españn, ~. faquiavelo fue impulsa do a su concepción
p<Jlític<.t de la mo, etc. Es necesario, en suma, hacer un esbozo de toda la historia
necesidad de un Estado unitario italiano por el recuerdo del pasado de
Roma.
E:s necesario poner de relieve sin embarg o que Maquiavelo no debe italiana, sintético pero exacto. •
por ello ser
confundido con la tradició n litewria-retór¡ca.. Primero . porque este
elemento no
es exclusivo, ni a{m domina nte, y la necesid ad de un gran Estado naciona qué no encontr aría entonces la virtud militar? etc. Habrá que
l reagrup ar las
no es deducid a de él, y además porque el hecho mismo de invocar otras menciones del mismo tipo para establec er su carácte r exacto.
a Roma
es menos abstrac to de lo que parece si es colocado puntual mente
en el clima • Grarnsci se reHere aquí. con la designa ción de .. Príncip e modern
del Humanismo y del Rcnadm icato. En ei libro VII del ~4rte o"'. al par-
de la gueTTa tido político de la clase obrera. (N. del T.)
se lee: ·~Esta provincia ( Italin) parece nacida paril resucitm las
cosas muer- 0 Record amos a 1os lectores que Gramsci desarrolla in e:ctenso estos
tas, como se ha visto en el caso de la pocs)a> la pintura y 1a es~_·ultu proble-.
ra". ¿por mas tanto en Los intelectuales y la organización de la cultura
(:N neva Visión~
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Las razones de los sucesivos fracasos de las tentativas de crear que identificar un jacobinismo precoz, el germen (más o menos
una voluntad colectiva nacional-popular hay que buscarlas en la fecundo) de su concepción de la revolución nacional. Toda la
historia desde 1815 en adelante muestra el esfuerzo de las clases
existencia de determiñados grupos sociales que se forman· con la
disolución de la burguesía comunal, en el carácter particular de
1 tradicionales por impedir la formación de una voluntad colectiva
otros grupos que reflejan la función internacional de Italia como de este tipo, para mantener el poder "económico-corporativo" en
sede de la Iglesia y depositaria d~l Sacro Imperio Romano. Esta un sistema internacional de equilibrio pasivo.
función y la posición consiguiente determinan una situación in- Una parte importante del Príncipe moderno deberá estar
terna que puede denominarse "económica-corporativa", es decir, dedicada a la cuestión de una reforma intelectual y moral, es
políticamente, la peor de las formas de sociedad feudal, la forma decir, a la cuestión religiosa o de una concepción del mundo.
menos progre.siva y más estancada. Faltó siempre, y no podía También en este campo encontramos en la tradición ausencia de
constituirse, una fuerza jacobina eficiente, precisamente la fuerza jacobinismo y miedo del jacobinismo (la última expresión filo-
que en las otras naciones ha suscitado y organizado la voluntad sófica de ese miedo es la actitud malthusiana de B. Croce hacia
colectiva nacional popular fundando los Estados modernos. Fi- la religión). El Príncípe moderno debe ser, y no puede dejar de
nalmente, ¿existen las condiciones para esta voluntad?, o bien, ser, el abanderado y el organizador de una reforma intelectual
¿cuál es la actual relación entre estas condiciones y las fuerzas y moral, lo cual significa crear el terreno para un desarrollo ul-
hostiles? Tradicionalmente las fuerzas hostiles fueron la aristo- i terior de la voluntad colectiva nacional popular hacia el cumplí-
cracia terrateniente y más generalmente la propiedad de la tierra
en su conjunto, con el característico elemento italiano de una
"burguesía rural" especial, herencia de parasitismo legada a los
¡
' miento de una forma superior y total de civilización moderna.
Estos dos puntos fundamentales, la formación de una volun-
tad colectiva nacional-popular, de la cual el moderno Príncipe es
tiempos modernos por la destrucción, como clase, de la burguesía al mismo tiempo el organizador y la expresión activa y operante,
comunal (las cien ciudades, las ciudades del silencio). • Las y la. reforma intelectual y moral, deberían constituir la estructura
condiciones positivas hay que buscarlas en la existencia de ·grupos del trabajo. Los puntos concretos de programa deben ser incor·
sociales urbanos, convenientemente desarrollados en el campo de parados en la primera parte, es decir, deben resultar "dramática-
la producción industríal y que hayan alcanzado un determinado mente" del discurso y . no ser una fría y pedante exposición de
nivel de cultura histórico-política. Es imposible cualquier forma- razonamientos.
ción de voluntad colectiva nacional-popular si las grandes masas ¿Puede haber una reforma cultural, es decir una elevación
de campesinos cultivadores no irrumpen simultáneamente en la civil de los estratos más bajos de la sociedad, sin una precedente
vida política. Esto e~ lo que intentaba lograr Maquiavelo a través reforma económica y un cambio en la posición social y en el
de la reforma de la milicia; esto lo que hicieron los jacobinos en m·undo económico? Una reforma intelectual y moral no puede
la Revolución francesa. En esta comprensión de Maquiavelo hay dejar de estar ligada a un programa de reforma económica, o
mejor, el programa de reforma económica es precisamente la
manera concreta de presentarse de toda reforma intelectual y
Buenos Aires) 1972), como en Literatura y vida nacional. Sobre las Comunas;
cfr. Il Risorgimento (Einaudi), abra en la que Grnmsci analiza las eausas que ·moral. El Príncipe moderno, al desarrollarse, perturba todo el sis-
impidieron a las Comunas superar la fase "econ6rnica-corporativa,. para consti~ tema de relaciones intelectuales y morales en cuanto su desarrollo
tuirse en estados capitalistas plenos. (N. del T.). significa que cada acto es concebido como útil o dañoso, virtuoso
• Ciudades del silencio (le cit:tá del silenzio) fueron llamadas por Gabriele o perverso, sólo en cuanto tiene como punto de referencia al
D'Annunzio; en sus Laudi, las ciudades italianas que luego de haber conocido Príncipe moderno mismo y sirve para incrementar su poder u
un período de pleno florecimiento en el pasado, decayeron y se redujeron a oponerse a él. El Príncipe ocupa, en las conciencias, el lugar de
centros burocrático-administrativos de escasa importancia. De su pasado es~ la divinidad o del imperativo categórico, deviene la base de un
plendor aún conservan rastros en los monumenlos y joyas arquitectónicas, lo
cual las convierte en centro del turismo mundial) por ejemplo: Ravena, Sjena~ laicismo moderno y de una cómpleta laicización de toda la vida y
Bérgamo, etc. (N. del T.) de todas las costumbres.

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La ciencia de la política. La innov ación funda ment al introd nea. Sin emba rgo, es verda d que Maqu iavel o ha ~cub
ucida ierto algo Y
por la filosofía de la praxis en la ciencia de la políti no sólo teoriz ado sobre lo real. ¿Pero. cuál era el fin
ca y de la de tal descu-
historia es la demostración de que no existe una «natu brimiento? ¿Un fin mora lista o político? Se suele decir
raleza hu- que las nor-
mana " abstr acta, fija e inmu table (conc epto que deriv
a del pen- mas de Maqu iavelo para la activi dad políti ca "se aplica
samie nto religioso y de la trasce nden cia), sino que n, mas no s.e
la natur aleza dicen". Los grand es políticos -se dice - comi enzan
huma na es el conjunto de relaciones sociales histór por maldec1r
icame nte de- a Maquiavelo, por decla rarse antim aquia vélico s,
termi nadas , es decir, un hecho histórico verificable, dentr preci same nte
o de cier- para pode r aplic ar las normas "santa ment e". N habra ''d
tos límites, con los métodos de la filología y de la crític ¿ o" s1 Mo a:
a. Por lo quiav elo poco maquiavélico, uno de aquel los que saben
tanto , la ciencia políti ca debe ser conce bida en su conte el JUeg~
nido con- v tonta ment e lo enseñ an mientras el maqu iaveli smo
creto (y tamb ién en su formulación lógic a) como un vulga r ensen a
organismo ~ hacer lo contrario? Croc e afirm a que, siend o el
en desarrollo. Hay que hacer notar, sin emba rgo, que maquiavelismo
la formu- una ciencia. sirve tanto a los reaccionarios como a
lación dada por Maqu ia velo a la cuestión de la políti los democrá-
ca (y la ticos, así c~mo el arte de la esgrim a sirve a los señor
afirm ación implícita en sus escritos de que la políti es y a los
ca es una bandi dos, tanto para defen derse como para asesinar,
ciencia autónoma, con sus principios y leyes, difere y que en t~l
ntes de los sentid o es necesario enten der el juicio de Foscolo. Esta
pertenecientes a la moral y a la religión, proposición afinn acwn
que tiene es verda dera en abstr acto. El mismo Maqu iavel o anota
una gran impo rtanc ia filosófica, porqu e implí citam 1 que las
ente inno- cosas que escrib e son aplicadas, y han sido siemp
va la concepción de la moral y de la religión, es 1 re aplica das,
decir , innov a por los más grand es homb res de la historia. De allí
toda la concepción del mund o) es aún hoy discu tida
cha, no habie ndo logrado convertirse en "sent ido comú
y contr adi- 1 rezca quere r sugerirlas a quien es ya las conocen. Su
que no pa-
estilo no es
n". ¿Qué tampono el de una desin teresa da activ idad científica,
significa esto? ¿Significa solam ente que la revolución ni pued e
intele ctual y pensa rse que haya llega do a sus tesis de ciencia políti
moral, cuyos elementos están contenidos in nuce en el ca por vía
pensa mien to \ de la especulación filosófica, lo que en esta mate
de Maquiavelo, no se ha realizado todavía, no ha deven ria partic ular
ido una tendr ia algo de milagroso para su época , puest o que
forma públi ca y manifiesta de la cultu ra nacional? ¿O \ aún actua l-
quizás tiene ment e se enfre nta con tanta hostil idad y oposición.
un mero significado político y actual, que sirve para
indic ar la Se pued e supon er, por consiguiente, que Maqu iável o
separ ación existente entre gobe rnant e y gober nados , tiene en
para indic ar vista a «quie n no sabe", que inten ta realiz ar la educa
que existen dos cultu ras: la de los gober nante s y ción politic a
la de los go- de "quie n no sabe", no la educa ción políti ca negat
berna dos; y que la clase dirigente, al igual que la iva de los
Iglesia, tiene homb res que odian a los tiranos, como parec e enten
una actitu d hacia los ~simples" dicta da por la neces der Foscolo,
idad de no sino la educa ción positi va de quien debe reconocer
separ arse de ellos, por una parte , y por la otra de como necesa-
mant enerl os rios deter mina dos medios, aunq ue propios de tirano
en la convicción de que Maqu iavel o no es nada más s, porqu e
que una quier e deter mina dos fines. Quien ha nacid o en la
apari ción diabólica? tradic ión de
los homb res de gobierno, por todo el complejo de
Se plant ea así el probl ema de la significación que tuvo la educa ción
Ma- que absor be del ambi ente familiar, en el cual predo
quiav elo en su tiempo y de los fines que se propo nía mina n los
escrib iendo intereses dinásticos o patrimoniales, adqu iere casi autom
sus libros y especialmente El Príncipe. La doctr ina de áticam en-
Maqu iavelo te los carac teres del político realista. Por consi guien te,
no era en su tiemp o puram ente '1íbresca", un monopolio ¿quié n "no
de pen· sabe"? La clase revolucionaria de su tiemp o, el «pueb
sadores aislados, un libro secreto, que circu laba entre lo" y la
iniciados. "naci ón" italiana, la demo craci a ciuda dana de cuyo
El estilo de Maqu íavelo no es el dé un tratad ista seno surge n
sistemático, los Savonarola y los Pier Sode rini y no los Castr uccio
como los había en el Medioevo y en el Huma nismo , ni los Va-
sino todo lo lentino. Se pued e consi derar que Maqu ía vdo quier
contrario; es el estilo de un homb re de acción, de e persu adir a
quien quier e estas fuerzas de la neces idad de tener un "jefe" que
impu lsar la acción; es el estilo de un "manifiesto" de sepa lo que
partid o. La quier e y cómo obten er lo que ·quiere, y de acept arlo
interp retac ión "moralista" dada por Foscolo es, por con entusias-
cierto , erró- mo, aun cuand o sus acciones pued an estar o parec
er en contr a-
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dicción con la ideología difundida en la época, la religión. Esta po- aún en la fase inmediata de mera afirmación voluntaria, indis-
sición de la polítiea de Maquiavelo se repite en el caso de la tinta y elemental. .
filosofla de la praxis. ~e repite la necesidad de ser "antimaquia- ¿En qué sentido se puede identificar la política eon la his-
vélico", desarrollando una teoría y una técnica de la política que toria y, por consiguiente, toda la vida con la política? ¿Cómo
puedan servir a las dos partes en lucha, aun cuando se piense puede concebirse por ello a todo el sistema de las superestruc-
que ellas concluírán por servir especialmente a la parte que "no turas como distinciones de la política y cómo se justifica la in-
sabía", porque se considera que es allí donde se encuentra la troducción del concepto de distinción en una filosofía de la praxis?
fuerza progresista de la histmia. Y en efecto se obtiene de in- ¿Pero puede hablarse de dialéctica de los distintos? ¿Cómo puede
mediato un resultado: el de destruír la unidad basada en la entenderse el concepto de círculo entre los grados de la superes-
ideología tradicional, sin cuya ruptura la fuerza nueva no podría tructura? Concepto de "bloque histórico", es decir unidad entre
adquirir conciencia de la propia personalidad independiente. El la naturaleza y el espíritu (estructura y superestructura), unidad
maquiavelismo, al igual que la política de la filosofía de la pra- de los contrarios y de los distintos.
xis, ha servido para mejorar la técnica política tradicional de los ¿Se puede introducír el criterio de dbtinc:íón también en la
grupos dirigentes conservadores; pero esto no debe enmascarar estructura? ¿Cómo habrá que entender la estructura? En el
su carácter esencialmente revolucionario, que es sentido aún hoy sistema de las relaciones sociales ¿cómo podrá distinguírse los
y que explica todo el antimaquiavelismo, desde el expresado por elementos "técnica", "trabajo", "clase", etc., entendidos en un
los jesuitas hasta el antimaquiavelismo pietista de Pasqualc Villari. sentido histórico y no "metafísico"? Crítica de la posición de Croce
para quien, con fines polémicos, la estructura llega a ser un "dios
oculto", un "noumeno" en contraposición a las "apariencias" de
La política como ciencia autónoma. El problema inicial que debe la superestructura. "Apaliencias" en sentido metafórico y en sen-
ser planteado y resuelto en un trabajo sobre Maquiavelo es el tido positivo. ¿Por qué "históricamente" y como terminología se
problema de la política como cíencia autónoma, es decir, del habló de "apariencias"?
puesto que ocupa o debe ocupar la ciencia política en una con- Es interesante establecer cómo Croce extrajo de esta con-
cepción del mundo sistemática (coherente y consecuente), en cepción general su particular doctrina del error y del origen prác-
una filosofía de la praxis. tico del error. Para Croce el error nace de una "pasión" inmedia-
Respecto de esto, el progreso aportado por Croce a los estu- ta, es decir, de carácter individual o de grupo. Pero ¿qué produ-
dios sobre Maquiavelo y sobre la ciencia política consiste prin- cirá la "pasión" de importancia histórica más vasta, la pasión como
cipalmente (como en otros campos de la actividad crítica cro- "categoría"? La pasión-interés inmediata que es origen del "error"
ciana) en haber disipado una serie de problemas falsos, inexis- es el momento que en las Glosas a Feuerbach es llamado schmut-
tentes o mal planteados. Croce se ha basado sobre su distinción zig-¡iidisch. Pero así como la pasión-interés schmutzíg-¡üdisch de-
de los momentos del espíritu y sobre la afirmación de un momento termina el error inmediato, así la pasión del grupo social más
de la práctica, de un espíritu práctico, autónomo e independiente, vasto determina el "error" filosófico (con un intermediario, el
aunque ligado circularmente a la realidad entera por la dialéctica error-ideología, que .Croce analiza aparte). Lo importante en esta
de los distintos. En una filosofía de la praxis, la distinción no serie: "egoísmo (error inmediato) -ideología-filosofía" es el tér-
será por cierto entre. los momentos del Espíritu absoluto, sino mino común "error", ligado a los diversos grados de pasiones y
entre los grados de la superestructura y se tratará, por lo tanto, que habrá que entender no en el significado moralista o doctri-
de establecer la posición dialéctica de la actividad política (y de nario, sino en el sentido puramente "hist6rico" y dialéctico de
la ciencia correspondiente) como determinado grado superes- "aquello que es históricamente caduco y digno de caer", en el
tructura]. Se podrá decir, como primera indicación y aproxima- sentido del "carácter no definitivo" de toda filosofía, de la "muer-
ción, que la actividad política es justamente el primer momento te-vida", "ser-no ser", es deCir, del término dialéctico que se ha
o primer grado, el momento en el cual la superestructura está de superar en el desarrollo.

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El ténnino "aparente", "apariencia", significa esto y nada Si el concepto crociano de la pasión como momento de la política
mis que esto, y es necesario justificarlo contra el dogmatismo: choca con la dificnltad de explicar y justificar las formaciones
es la afirmación de la caducidad de todo sistema ideológico, junto poHticas permanente s, como los partidos y aún más los ejércitos
a la afirmación de la validez histórica y de la necesidad de todo nacionales y ]os Estados Mayores, ya que no se puede concebir
sistema. ("En el terreno ideológico el hombre adquiere conciencia una pasión organizada permanente mente sin que se convierta en
de las relaciones sociales", al decir esto ¿no afirmamos la necesi- racionalida d y reflexión ponderada y deje por lo tanto de ser
dad y la validez de las "apariencia s"?). pasión, la solución sólo puede encontrarse en la identificación de
polítiea y economía. La política es acción permanent e y da na-
cimiento a organizaciones permanente s en cuanto se identifica con
La concepción de Croce de la política-pasión excluye a los par- la economía. Pero esta última se distingue también de la política
tidos, porque no se puede concebir una "pasión" organizada y y por ello se puede hablar separadam ente de economía y de po-
permanente; la pasión permanent e es una condición orgiástica y lítica y se puede hablar de "pasión política" como de un impulso
espasmódica que determina ineptitudes en el obrar. Excluye a
inmediato a la acción que nace en d terreno "permanen te y or-
los partidos y excluye todo "plan" de acción concertado de an- gánico" de la vida económica, pero lo supera, haciendo entrar
temano. Sin embargo, los partidos existen y los planes de acción en jttego sentimientos y aspiraciones en cuya atmósfera incandes-
son elaborados, aplicados y frecuentem ente realizados en una
cente el mismo cálculo de la vida humana individual obedece a
medida muy considerable: existe, por con.~iguiente, un "vicio" en
leyes diferentes de las que rigen el pequeño interés individual.
la concepción de Croce. Y de nada sirve decir que si los partidos
existen, esto no tiene una gran importancia "teórica" porque en
el momento de la acción el "partidow que actúa no es el mismo
"partido" que existía antes. Esto puede ser cierto en parte, pero Junto a los méritos de la "maquiavelística" moderna, derivada de
sin embargo, entre los dos "partidos" las coincidencias son tantas Croce, es necesario señalar también las "exageraciones" y desvia-
que en realidad puede decirse que se trata del mismo organismo. ciones a que ha dado lugar. Se formó el hábito de considerar
Pero para que ~sta concepción fuese válida debería poder demasiado a Maquiavelo como el "político en general", como el
aplicarse también a la "guerra" y por consiguiente explicar el he- "científico de la política", de actualidad en todas las épocas.
cho de los ejércitos permanente s, de las academias militares, de Es preciso considerar fundame-ntalmente a Maquiavelo como
los cuerpos de oficiales. La guerra en los hechos es también expresión necesaria de su tiempo, vinculado en forma estrecha a
"pasión", la más intensa y febril, es un momento de la vida políti- las condiciones y exigencias de su tiempo, caracteriza do por: 1)
ca, la continuación, bajo otras formas, de una determinad a polltica. 1 hts luchas internas de la repúblí ca florentina y por la particular
Es necesario explicar entonces cómo la "pasión" puede convertí1·se estructura dd Estado que no sabía liberarse de ]os residuos co-
en "deber'' moral y no deber de moral polltíca, sino de étic't. munales·m unicipales, es decir, de una forma de feudalismo que
Sobre los "planes políticos" vinculados a los partidos como se había convertido en una traba; 2) por las luchas entre los
1 Estados italianos por un equilibrio en el ámbito italiano, que era
formaciones permanentes, recordar lo r¡ue decía Moltke de los
planes militares en el sentido de que dichos planes no pueden ' obstaculizado por la existencia del Papado y de los otros residuos
ser elaborados y fijados previament e en todos sus detalles, sino 1 feudales, municipalistas, y por la forma estatal ciudadana y no
sólo en sn núcleo central, ya que bs particularid ades de la acción territorial; 3) por las luchas de los Estados italianos más o menos
dependen, eu cierta medida, de los movimientos del adversario. 1 solidarios con nn equilibrio europeo, o sea por las contmdiccionc.s
La pasión se manifiesta justamente en los particulares, pero no entre las necesidades de nn equilibrio interno italiano y las exi-
me parece que el principio de Moltke pueda justificar la concep- gencias de los Estados europeos en luclm por la hegemonía.
ción de Croce. En todo caso, quedará por explicar el género de 1 Sobre Maquiavelo influye el ejemplo de Francia y de España,
"pasión" del Estado Mayot· que elaboró el plan con mente fria que alcanzaron una fuerte nnidud estatal territorial. Maquiavelo
y "desapasionada". · !mee un "parangón elíptico" (para usar la expresión crociana) y

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extrae las reglas para un Estado fuerte en general e italiano en Maquiavelo la trata sólo en cuanto es necesaria para su c.onstruc-
particular. ).1aquiavelo es en todo un hombre de su época; y su ci6n política. Mas no sólo El arte de la guerra de~e ser vmculado
-ciencia política representa la filosofía de esa época, que tiende a El Príncipe, sino también las Historias florenhnas, que de~en
a la organización de las monarquías nacionales absolutas como servir justamente como un análisis de las condiciones reales Ita-
formas políticas que permiten y facilitan un desarrollo ulterior de lianas y europeas, de donde surgen las exigencias inmediatas
las fuerzas productivas burguesas. En Maquiavclo se puede des- contenidas en El Príncipe.
cubrir in nuce la separación de los poderes y el parlamentarismo De una concepción de :t;.faquiavelo más adecuada a los tiem·
(el régimen representativo): su "ferocia" • está dirigida contra pos deriva subordinadamente una valoración más historicista ~e
los residuos del mundo feudal y no contra las clases progresistas. los denominados "antimaquiavelistas", o al menos de los mas
El Príncipe debe poner término a la anarquía feudal; y es esto "ingenuos" entre ellos. No se trata en realidad, de antimaquiave-
lo que hace Valentino en Romagna, apoyándose en las clases pro- listas, sino de políticos que expresan exigencias de su tiempo o de
ductivas, comerciantes y campesinos. Dado el carácter militar- condiciones diferentes de las que actuaban sobre Maquiavelo; la
diCtatorial del jefe del Estado, tal como se requiere en un período torma polémica es entonces puro accidente literario. El ejemplo
de lucha por la fundación y la consolidación de un nuevo poder, típico de estos "antimaquiavelistasw hay que buscarlo, me parece,
la indicación de clase contenida en El arte de la guerra debe ser en Jea.n Bodin ( 1530.1596), que fue diputado a los Estados Ge-
entendida también en su aplicación a la estructura general dd nerales de Blois en 1576 y que hizo rechazar allí por el Tercer
Estado. Si las clases urbanas desean poner fin al desorden interno Estado los subsidios exigidos por la guerra civil. '
y a la anarquía externa deben apoyarse en los campesinos como Durante las guerras civiles en Francia, Bodin es el exponente
masa, constituyendo una fuerza armada segura y fiel, de un tipo del tercer partido, llamado de los "políticos", que s~ ~ol.oc~ en el
absolutamente diferente del de las compañías de mercenarios. Se punto de vista del interés nacional, o sea, de un eqmhbno mtemo
puede decir que la concepción esencialmente política es tan do- de las clases en donde la hegemonla pertenece al Tercer Estado
minante en Maquiavelo que le hace cometer erro,·es de carácter a través del monarca. Me parece evidente que clasificar a Bodin
militar; de allí que piense especialmente en la infantería, cuyas entre los "antimaquiavélicos" es una cuestión absolutamente e~­
masas pueden ser enroladas en virtud de una acción política, y trínseca y superficial. Bodin funda la ciencia política en Franc~a
desconozca el significado de la artillería. en un terreno mucho más avanzado y complejo que el que !taha
Russo (en los Prolegomeni a Machiavelli) anota justamente habla ofrecido a Maquiavelo. Para Bodin no se trata de fundar
que El arte de la guerra integra El Príncipe, pero no extrae todas el Estado unitario-territorial (nacional), es decir, de rct?rnar a
las conclusiones de su observación. También en El arte de la la época de Luis XI, sino de equilibrar las fuerzas. soc1ales en
guerra Maquiavelo debe ser considerado como un político que se lucha en el interior de este Estado ya fuerte y enraizado; no es
ocupa de arte militar. Su unilateralidad (así como otras "curiosi- el momento de la fuerza el que interesa a Bodin, sino el momen~o
dades- del tipo de la tcorla de la falange, que dan lugar a bromas del consenso. Con Bodin se tiende a desarrollar la monarq~1a
fáciles como las lanzadas por Bandello, que son las más conoci- absoluta: el Tercer Estado es tan consciente de su fu;rza Y dig-
das) deriva del hecho de que no es la cuestión técnico-militar la nidad, conoce tan bien que el éxito de la monarqma absoluta
que está en el centro de su interés y de su pensamiento y por ello
• Obras de Bodin: Methodus ad facílem historiarum cognitionem (1566)
0 ..Ferocia"~
ánimo fuerte e impetuoso, evoca la violencia de las bestias sal~ donde indica la ínfluencia del clima sobre la forma de los Estados, hace al~~
vajes. Recuérdese el capítulo XVIII: '"Debéis en consecuencia saber que hay sión a una idea de progreso, etc .• Républiqoo ( 1576), donde expr_esa las Opl·
dos maneras de combatir: una con las leyes y la otra con la fuerza; In primera niones del Tercer Estado sobre la monarquía absoluta y sus relactones con el
es propia del hombre y Ja segunda de !as bestias ... Por lo tanto, es necesa- pueblo; Heptaplomeres (inédito hasta la época moderna), en el cual co~­
rio a un príncipe sn.ber utilizar bien a 1a bestia y al hombre'' (ob. cit .• p. 59). front:l todas las religiones y las justifica como expresiones diverSas de la zeh-
El simbolo de la necesidad de la unión de esbs dos naturalezas es el Cen- gión natural, la única razonable y todas igualmente dignas de respeto Y de
tauro, mitad hombre y mitad caballo. (N. del T.) tolerancia.

22 23
está ligado a su propio éxito y desarrollo, que pone condiciones
para su consenso, presenta exigencias, tiende a limitar el abso-
lutismo. En Francia, Maquiavelo servía ya a la reacción por-
que podía ser utilizado para justificar que se mantuviese perpe·
tuamente al mundo en la "cuna" (según la expresión de Bertrando
l
1

1
1
directo. Las teorías económicas de Maquía velo han sido est~dia­
das por Gino Arias (en los Annali d'Economi~ de la Univ~rsJdad
Boceoni), pero hay que preguntarse si :tvfaqmavclo ha t~mdo al-
guna teoría económica. Se trata de ver si el len~uaje esencial,m~nt~
político de Maquiavelo puede traducirse en termmos cconom~c?s
Spaventa). Era necesario, por consiguiente, ser "polérnicamente" l y en qué sistema puede encuadrarse. Ver si Maquiavelo, que ':"v1a
antimaquiavélicos. ~n el período mercantilista, ha precedido políticamente a los tiem-
Hay que subrayar que en la Italia estudiada por Maquiavelo
l1 pos y anticipado algunas exigencias que luego encontraron su
no existían instituciones representativas ya desarrolladas y signifi- ' expresión en los Fisiócratas.'
cativas para la vida nacional corno aquéllas de los Estados Gene-
rales en Francia. Cuando, en la época moderna, se observa ten- j Elementos de política. En este dominio, es preciso decir que los
denciosamente que las instituciones parlamentarias en Italia son
primeros en ser olvidados son justamente los primer?s el.en;e?tos,
importadas del exterior, no se tiene en cuenta que ello refleja sólo
las cosas más elementales. Y, sin embargo, como se repiten mfimdad
una condición de atraso y estancamiento de la historia italiana
polltica y social del 1500 al 1700, condición que en gran parte de veces, esos elementos se convierten en los pilares de la pohtlca
se debía a la preponderancia de las relaciones internacionales y de cualqukr acción colectiva.
sobre las interna,;, paralizadas y petrificadas. El hecho de que la El primer elemento es que existen rea.Ime?te gobernado;>
estructura estatal italiana, debido a la preponderancia extranjera, y gobernantes, dirigentes y dirigidos. Toda .la Ciencia y el arte;poh-
haya pennanecido en la fase semifeudal de un objeto de suzerai- tico se basan en este hecho primordial, n'reduct!blc (en Ciertas
neté extranjera ¿puede ser considerado como una "originalidad" condiciones generales). Sus orígenes constituyen un, problern~ en
nacional destruida por la importación de las formas parlamentarias? sí, que deberá ser estudiado en sí (por lo menos podra Y dc~era es-
tudiarse cómo atenuar y hacer desaparecer el hecho modificando
rNo son ellas. en cambio, las que dan forma al proceso de libera-
ción nacional y al pasaje al Estado territorial moderno (indepen- aquellas condiciones que sean identificadas como actuantes ~n este
diente y nacional)? Por otra parte, han existido instituciones repre- sentido), pero sigue existiendo el hecho de que existen dmgeutc~
sentativas, especialmente en el Mediodía y en Sicilia, pero con un y dirigidos, gobernantes y gobcmados. Parhc~do ~e est; hecho ?a
carácter más rcstingiclo que en Francia a causa del escaso des- brá que anaÍizar cómo dirigir de la manera m<Js ~frcaz \dados CIC~-
la meJor forma . a' los
de di-
anollo del Tercer Estado en estas regiones. De allí entonces que tos fi ncs ) y por lo tanto cómo preparar de . la
los Parlamentos fuesen instrumentos para mantener la anarquía rí entes (y en esto consiste precisamente la pnrnera secc1o~
de los barones contra las tentativas innovadoras de la monarquía, cwnc1a . ademas,
·g · y d e1 a 1·tc político). · Pero habrá que anahzar , . por

que debían apoyarse en los mendigos (lazzari) en ausencia de otro la d o, e6rno se Conocen las líneas de menor res1stencra o lUCIO·

una burguesía.; Que el programa y la tendencia a vincular la


e El mismo Rousseau ¿habría sido posible sin 1a cultura fisi~cnítlca? No me
ciudad al campo tuviese en Maquiavelo sólo una expresión militar parece justo afirmar que los FisMcratas representan- meros mt~eses . ~1:ico­
es comprensible sí reflexionamos que el jacobinismo francés sería las y que sólo con la economía clásica se afirman los mtereses ~. C.lptt.'t J.Sm<i
inexplicable sin el presupuesto de la cultura fisiocrática, con su ur b ano. Los F 1s1 • representan la ruptura con el mercant1hsmo
. ··ócr atas ll l Y con 'a e
demostración de la importancia económica y social del cultivador régimen de las corporaciones y constítuyen una fase para egar a a ecor:omd Jd
. ·
e las1ca ·
pero prec1saroen -.. por ello me ¡1 arcce que represento:n una soc1eb'éa
t~
y taro 1 n
f utura ' mue110 m á s com pleJ'a que aquella contra la cual f' combaten
. S ]e "UaJ· e
::. Hecuérdese el estudio de Antonio Panel1a sobre los ••Antimaqui;lvélicos~·f pu- que a
l socl'eda d q11e resulta
· '
inmediatamente de 1rmacwnes.
sus a d. ·• · d' t n'"' t~
u
blicado en Marzacco de 1927 (¿o también en 1926?, en once attículos): ver · d · d
esta emo.sw. o 1ga o
¡· d a la época y expresa la contra
, d ¡ ICCIOn
't
mrne
¡· agrire
ta ¡a en
cómo ~e juzg;t allí a lloUiu en cump.•raci6n um ~hc¡niavclo y cómo es plan~ ciudad y campo, pero deja prever una ampliacion,. e cap1_a JSmo a ~ .. -
teaJo en general el problema del antimaquiavelismo. [Los primeros tres artícu- cultura. La fórmula de ..dejar hacer, dejar pas~r , es dec~ 1 de. 1a hb~t,~,1~l
los fueron publicados en 1926, los restantes en 1927. J.". del T.] jndustrio.l y de )a iniciativa, no está ligada, por c1erto, a los totereses agr.1.1 10..

24 25
nales para obtener la obediencia de los dirigidos o gobernados. (políticos) ocurren porque no se ha tratado de evitar e1 sacrificio
Para formar los dirigentes, es fundamental partir de la siguiente inútil, o se ha demostrado no tener en cuenta el sacrificio ajeno Y
premisa: ¿se quiere que existan siempre gobernados y gobernan-
tes o, por el contrario, se desea crear las condiciones bajo las
·, se jugó con la piel de los demás. Todo habrán oído narrar a :os
oficiales del frente cómo los soldados arriesgaban realmente la v1da
cuales desaparezca la necesidad de que exista tal división? O
sea, ¿se parte de la premisa de la perpetua división del género
1 cuando realmente era necesario, pero cómo en cambio se rebe-
laban cuando se era desconsiderado para con ellos. Una compañía
humano o se cree que tal división es sólo un hecho histórico, que era capaz de ayunar varios días si veía que los víveres no alcan-
responde a determinadas condiciones? Sin embargo, es necesario
tPner claro que la división entre gobernados y gobernantes, si bien 1J zaban por razones de fuerza mayor, pero se amotinaba si por des-
cuido o burocratismo se omitía una sola comida.
en última instancia corresponde a una división de grupos sociales, l Este principio se extiende a todas las acciones que exigen
existe también en el seno del mismo grupo, aunque este sea homo- ! sacrificio. Por lo cual siempre, luego de todo acontecimiento, es ne-
géneo desde el punto de vista social. En cierto sentido, se puede
decir que esta división es un producto de la división del trabajo,
l cesario ante todo buscar la responsabilidad de los dirigentes, enten-
dida ésta en sentido estricto (por ejemplo: un frente está constitui-
es un hecho técnico. Sobre esta coexistencia de motivos espL>culan do por muchas secciones y cada sección tiene sus dirigentes. Es
quienes, para no plantearse el problema fundamental, ven en 1l posible que de una derrota sean más responsables los dirigentes de
todo solamente la "técnica", la necesidad "técnica". una sección que los de otra, pero se trata de una cuestión de grados
Dado que también en el mismo grupo existe la división entre v no de eximir de responsabilidades a ninguno).
gobernantes y gobernados, es preciso fijar algunos principios in- . Planteado el principio de que existen dirigentes y dirigidos,
destructibles. Y es justamente en este terreno donde se cometen los gobernantes y gobemados, es verdad que los "partidos" son hasta
"errores~ más graves, donde se manifiestan las incapacidades más ahora el modo más adecuado de formar los dirigentes y la capaci-
criminales y difíciles de corregir. Se cree que, una vez plantea- dad de dirección (los "pmtidos" pueden presentarse bajo los nom-
do el principio de la homogeneidad de un grupo, la obediencia bres más diversos, aun con el nombre de anti-partido y de "nega-
no sólo debe ser automática y existir sin una demostración de su ción de los partidos". En realidad, los llamados "individualistas"
"necesidad" y racionalidad, sino que debe ser también indiscutible son también hombres de partido, sólo que desearían ser "jefes de
(algunos piensan, y lo que es peor actúan, según este pensamiento: partido" por la gracia de Dios o por la imbecilidad de quienes
que la obediencia "vendrli." sin ser exigida, sin que se indique el lv signen).
camino a seguir). Es así difícil extirpar de los dirigentes el "cador- Desarrollo del concepto general contenido en la expresión "es-
nismo". ~ o sea la convicción de que una cosa debe hacerse porque píritu estatal". Esta expresión tiene un significado preciso, histó:
1
¡
el dirigente considera justo y racional que se baga. Si no se ricamente determinado. Pero se plantea el problema de saber SI
hiciera, la "culpa" se atribuirá a quienes "hubieran debido", etc. De existe algo similar al llamado "espíritu estatal" en todo movimiento
allí que sea difícil también extirpar el hábito criminal del descuido serio, que no sea la eJ¡presíón arbitraria de individualismos más
en el esfuerzo por evitar sacrificios inútiles. Y, sin embargo, el sen- o menos justificados. En primer lugar, el "espíritu estatal" presu-
tido común muestra que la mayor parte de los desastres colectivos pone lu "continuidad", tanto hacia el pasado, o sea hacia la tradi-
ción, como hacia el porvenir. Es decir, presupone que cada acto es
0
El término proviene dei general Luigi Caclorna) jefe del Estado Mayor del un momento de un proceso complejo, que ya comenzó y que con-
ejército italiano durante la retirada de Caporetto (1917), de la cual fue el 1 tinuaní. La responsabilidad de este proceso, la de ser sus actores
principal responsable. Caporetto puso en evidencia el carácter erróneo de la ! y de ser solidarios con fuerzas "desconocidas" materialmente, pero
conducción del ejército italiano~ y el "cadornismo" simboliza aqui el burocra~

l
tísmo o el autoritarismo de los dirigentes que consideraban como superfluo el
que se h1s siente como activas y operantes y se las considera como
trabajo de persuasión de los '(dirigidos" para obtener su adhesión voluntaria. si fuesen "materiales" y estuviesen físicamente presentes, se llama
(N. del T.) en ciertos casos "espíritu estatal". Es evidente que tal conciencia de

26 1 27
la "duración" debe ser concreta y no abstract a y que, en cierto sen- Es preciso observa r cómo eu los regímenes que se presenta n
tido, no debe sobrepa sar determinados límites. Supongamos que di- como totalitarios, la función tradicional de la Corona es en realidad
chos límites mínimos estén constituidos por dos generaciones: la asumida por un determi nado partido, que es totalitario precisa-
precede nte Y la futura, lo cual ya es bastante si consideramos a las mente porque cumple esta función. Cada partido es la expresión de
generaciones no desde el punto de vista de los años -treinta años un grupo social y nada más que de un sólo grupo social. Sin em-
antes para una, treinta años después para la otra- sino desde el bargo, en determin adas condiciones sociales, algunos partidos re-
punto de vista orgánico, en un sentido histórico, lo que al menos presenta n un solo grupo social en cuanto ejercen una función de
para el pasado es fácil de compren der. Nos sentimos solidarios con equilibr io y de arbitraje entre los intereses del propio grupo y los
los ho';'bws que hoy son muy viejos y que represen tan el "pasado" de los dcrnús grupos y procura n que el desarrollo del grupo repre-
que aun V1ve entre nosotros, que es necesario conocer ' con el cual sentado se produzc a con el consentimiento y con la ayuda de los
.
es necesano ancglar cuentas, que es uno de los elementos del pre- grupos aliados y, en ciertos casos, c0n el de los grupos adversarios
s~nte Y de lus premisas del futuro. Y con los niños, con las genera- más hostiles. La fórmula constitucional del rey o del presiden te
ciOnes nacwntes y crecientes, de las cuales somos responsable!>. de la repúblic a, que "reina pero no gobierna", es la fónnula jurí-
(Muy diferente es el "culto" de la "tradición", que tiene un valor dica que expresa esta función de arbitraje , la preocup ación de los
tendencioso, implica una elección y un fin determin ado, es decir, partidos constitucionales por no "descub rir" a la Corona o al Pre-
que está en la base de una ideología.) Sin embargo, si se puede sidente. Las fórmulas que establec en la no-responsabilidad por los
ciccir que un "espíritu estatal" así entendid o estú en todos es nece- actos de gobierno del Jefe del Estado y hacen recaer dicha respon-
sario n veces luchar contm las deformttciones que lo afc~tan o las sabilida d en el gabinete , son la casuística del principi o general de
desviaciones que produce. tutela de la concepción de la unidad estatal, del consentimiento
. "El gesto por el gesto", la lucha por la lucha y espccbh nente, de los gobernados a la acción estatal, cualquie ra sea d personal
el .m<lrv•d.nalhmo estrecho y pequeño , no son más que la satisfac- inmedia to que gobiern a y el partido al que pertenez ca.
cron ca¡mchosa de impulsos momentáneos. (En realidad, se trata Con el partido totalitario, estas fónnulas pierden signiFicación
swmpre del "npo1itid :ano" it::lliano, que aclopt.l cs't1.s formas varia- y son menospr eciadas por consiguiente las instituciones que funcio-
das pintorescas y caprichosas.) El individualismo no es más que un naban en el sentido de tales fónnulas. Dichas funciones pasan a ser
apoliticismo animalesco, el sectarismo es "apoliticismo" y, si se absorbid as por el partido, que exaltará el concepto abstract o de
observa bien, el sectarismo es, en efecto, una forma de "clientela" "Estado " y tratará de diversas maneras de dar la impresión de que
personal, mientras falta el espíritu de partido que es el element o b función de "fuerza imparcia l" es activa y eficaz.
fundame ntal del "espíritu estatal". La demostración de que el espÍ·
ritu de partido es el elemento fundame ntal del espíritu estatal es
una de las tesis más importantes a sostener; viceversa, el "indivi- ¿Es necesaria la acción política (en sentido estricto) para que
dualismo" es un elemento de carácter animal, "admiw do por los se pueda hablar de "partido poHtíco"? En el rnunclo moderno se
forasteros", como los movimientos de los habitant es de un jardín puede observa r que en muchos países los partidos orgánicos y fun-
zoológico. damentales, por necesidades de lucha o por otras razones. se han di-
vidido en fracciones, cada una de las cuales asume el nombre de
El ¡Jartido político. Dijimos anterior mente que en la época mO·
¡ "partido " y hasta de partido indepen diente. Debido a ello con mu-
clra frecuencia el Estado :\·layor intelectu al del partido orgánico no
derna el protagonista del nuevo Príncipe no podría ser un héroe 1
pertenec e a ninguna de tales fracciones pero actúa corno si fuese
personal, sino un partido político, el determinado partido que en 1 nna fuerza dirigent e totalmen te indepen diente, superior a los par·
cada momento dado y en las diversas relaciones internas de las di- !
1 ti dos y a veces consider ada así ·por el público. Esta función se pue-
ferentes naciones intente crear (y este fin está racional e históri-
de estudiar con mayor precisión si se parte del punto de vista de
camente fundado ) un nuevo tipo de Estado.
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28
1
que un periódico (o un grupo de periódicos), una revista (o un indirectamente, por interpósita persona y por "interpósita ideolo-
grupo de revistas), son también "partidos" o "fracciones de partido~ gía"). La masa es simplemente de "maniobra" y se la mantiene
o "función de determinado partido". Piénsese en la función de "ocupada" con prédicas morales, con estímulos sentimentales, con
Times en Inglaterra y del Corriere della Sera en Italia, pero tam- mesiánicos mitos de espera de épocas fabulosas, en las cuales todas
bién en la función de la llamada "prensa informativa", que se las contradicciones y miserias presentes serán automáticamente
llama a sí misma "apolítica" y hasta de la prensa deportiva y téc- resueltas y curadas.
nica. Por otra parte, el fenómeno ofrece aspectos interesantes en
los países donde existe un partido único y totalitario de gobierno,
porque ese partido ya no cumple funciones estrictamente políticas, Cuando se quiere escribir la historia de un partido político es ne-
sino solamente técnicas, de propaganda, de policía, de influencia cesario en realidad afrontar toda una serie de problemas, _mucho
moral y cultural. La función política es indirecta, pues si no menos simples de lo que cree un Robert ~ic~els, por e¡cmp~o,
existen otros partidos legales, existen siempre de hecho otros quien, sin embargo, es considerado un espccmhsta en la matcn.a.
partidos y tendencias que escapan a la coerción legal, contra los ·Cómo deberá ser la historia de un partido? ¿,Será la mera narracw~
cuales se polemiza y se lucha como en una partida de gallina ciega. ~e la vida interna de una organización política, cómo nace, los pr~­
De todas maneras, es verdad que en tales partidos predominan las meros gmpos que la constituyen, las polémicas ideológicas a traves
funciones culturales, dando lugar a un lenguaje político .de jerga: de las cuales se forma su programa y su concepción del mundo
es decir, que las cuestiones políticas revisten formas culturales v y de la vida? Se trataría, en tal caso, de la historia de grupos res-
como tales se vuelven irresolubles. Pero hay un partido tradicion;l tringentes de intelectuales y a veces de la biograf~a política de un~
que tiene un carácter esencial "indirecto", o sea, se presenta como sola personalidad. El marco del cuadro debera ser, por consl-
puramente "educativo" ( lucus, etc.), moralista, de cultura (sic): es guiente, más vasto y comprensivo.
el movimiento libertario. Aun la llamada acción directa ( terroris- Se deberá hacer la historia de una determinada masa de hom-
ta) es concebida como "propaganda" por el ejemplo, lo cual per-
' bres que siguió a Jos promotores, Jos s_ost';'vo con su c2nfia_nz~; con
mite reforzar el juicio de que el movimiento libertario no es autó- 1
su lealtad, con su disciplina o Jos cntico en forma re~hst~ . dls-
nomo, sino que vive al margen de los otros partidos "para educar- l persándose 0 permaneciendo pasiva frente a algunas 1mcmt1vas.
los". Se puede hablar de un "liberalismo" inherente a cada partido Pero esta masa ¿estará constituida solamente por los adherentes al
orgánico. (¿"Qué son los 'libertarios intelectuales o cerebrales'
sino un aspecto de tal "marginalismo" con respecto a los grandes i partido? ¿,Será suficiente seguir los congres_os, la~ votaciOnes Y el
conjunto de actividades y de modos de ex1stencm con los cualc~
partidos de los gmpos sociales dominantes?) La mismcl. "secta de
los economistas" era un aspecto histórico de este fenómeno.
l una masa de partido manifiesta su voluntad? Evidentemente, sera
necesario tener en cuenta el grupo social del cual el partldo en
Se presentan, por lo tanto, dos formas de "partido" que pare- cuestión es la expresión y la parte más avanzada. La historia de un
cen hacer abstracción de la acción política inmediata: el que está partido, en snma, no podrá ser menos que 1;'- historia de un deter-
constituido por una élite de hombres de cultura que tienen la minado grupo social. Pero este grupo no esta mslado; t!Cne am1gos.
función de dirigir desde el punto de vista de la cultura, de la ideo- aliados, adversarios, enemigos. Sólo del complejo cuadro de todo el
logía general, un gran movimiento de partidos afines (que son conjunto social y estatal (y frecuentemente también con interfe-
en realidad fracciones de un mismo partido orgánico); y en el rencias internacionales) resultará la historia de un determinado
período más reciente, el partido no de élite sino de masas, que partido, por lo que se puede decir que escribir la historia de
en tal carácter no tiene otra función política que la de una fidelidad un partido no significa otra cosa que escribir la historia general de
genérica de tipo militar a un centro político visible o invisible un país desde un punto de vista monográfico, para subrayar un
(frecuentemente el centro visible es el mecanismo de comando aspecto característico. Un partido habrá tenido mayor o menor
de fuerzas que no desean mostrarse a plena luz sino operar sólo significado y peso, justamente en la medida en que su actividad

30 31
particular haya pesado más o menos en la determinación de la
j tres elementos fundamentales (es decir tres grupos de elem.entos):
historia de un país. 1' 1) Un elemento indefinido, de hombres comunes, medros, que
ofrecen como participación su disciplina Y su fídcli?,ad, ',!'"' no
1
He aquí por qué del modo de escribir la historia de un par-
tido deriva el concepto que se tiene de lo que un partido es y debe el espíritu creador y con alta capacidad de orgamzacw~., Sm ellos
ser. El sectario se exaltará frente a }os pequeños actos internos que el partido no existiría, es verdad, pero es verdad tamb_ren que el
tendrán para él un significado esotérico y lo llenarán de místico partido no podría existir "solamente" con ellos. Constituyen una
entusiasmo. El historiador, aun dando a cada cosa la importancia fuerza en cuanto existen hombres que los centrahzan, orga~rzan Y
que tiene en el coadro general, pondrá el acento principalmente disciplinan, pero en ausencia de esta fuerza cohesiva. :e drspcrsa-
sobre la eficiencia real del partido, sobre su fuerza determinante, dan y se anularían en una hojarasca inútil. No es cuestron de negar
positiva y negativa, sobre el hecho de haber contribuido a crear que cada uno de estos elementos pueda transformarse en una de las
un acontecimiento y también de haber impedido que otros se pro- fuerzas de cohesión, pero de ellos se habla precisamente en el mo-
dujesen. . mento en que no lo son y no están en co~di.ciones ~c. serlo, o s.r lo
son actúan solamente en un círculo restrmgtdo, polrtrcamente me-
ficaz v sin consecuencia.
El problema de saber cuándo se forma un partido, es decir, cuándo 2-) El elemento de cohcsi6n principal, centralizado en el ~am·
tiene un objetivo preciso y pennanente, da lugar a muchas discu· po nacional, que transforma en potente y eficiente a un conJunto
siones y con frecuencia, desgraciadamente, a una fonna de va- de fuerzas que abandonadas a sí mismo serían cero o po.co más.
nidad que no es menos ridícula y peligrosa que la "vanidad de las Este elemento está dotado de una potente fuerza de cohesrón, que
nacion<'s" de la cual habla Vico. Se puede decir, es verdad, que centraliza v disciplina y, sin duda a cansa de esto, está dotado
un partido jamás está acabado y formado en el sentido de que todo igualmentC: de inventiva (si la "inventiva" s~ entiende en c:erta
desarrollo crea nuevas tareas y nuevas cargas, pero también en el dirección según ciertas líneas de fuerzas, ctertas perspectrvas Y
sentido de que en ciertos partidos se verifica la paradoja de que también ~iertas premisas). Es verdad también que un part~do no
terminan de fonnarse cuando no existen más, es decir, cuando su podría estar formado solamente por este elemento, el cual ~m ~~1-
existencia se vuelve históricamente inútil. Así, ya que cada partido bargo tiene más importancia que el primero par~ su constrtuct?~·
no r;s mús que una nomenclatura de clase, es evidente que para el Se habla de capitanes sin ejército, pero en realrdad, es más f~crl
partido rpw se propone anular la división en clases, su perfección tormar un ejército que formar capitanes. Tanto es as1 que un. ejér-
y acabado consiste en no existir más, porque no existen clases y, cito ya existente sería destruido si le llegasen ~ faltar los cap1tanes
por lo tanto, tampoco sus expresiones. Pero aquí se quiere hacer mientras que la existencia de un grupo de caprtanes, acordes entre
resaltar un momento particular de este proceso de desarrollo, el sí, con fines comunes, no tarda en formar un ejército aun donde
momento subsiguiente a aquel en que un hecho puede o no existir, no existe.
debido a que la necesidad de su existencia no se convirti6 aún en 3) Un elemento medio, que articula el primero Y ~1 segundo,
"perr;ntoria" y depende en "gran parte" de la existencia de perso- que los pone en contacto, no sólo "f~ico" :ino mor:'! ~ mtcl~ctnal,;
nas de enorme poder volitivo y de extraordinaria voluntad. En la realidad, para cada partido extsten, proporcroncs ?efundas
¿Cn:índo un partido se vuelve "necesario» históricamente? entre estos tres elementos y se logra el maximo de ef¡cacta cuando
Cuando las condiciones para su "triunfo", para su ineludible trans- tales "proporciones definidas" son alcanzadas. .
formarse en Estado c>tlm al menos en vías de formación y dejan Partiendo de estas consideraciones, se puede dccrr que ~n par-
prever normalmente su desarrollo ulterior. Pero en tales condiciones, tido no puede ser destruido por medios normales cuan~o exrste ne-
¿.cuándo se puede decir que un partido no puede ser destruido por cesariamente el segundo elemento, cuyo nacimiento esta lrgado a la
los medios normales? Para responder es necesario desarrollar un existencia de condiciones materiales objetivas (y SI este elemento no
razonami<'nto: para que exista un partido es preciso que coexistan existe todo razonamiento es superfluo)' aunque sea diSperso y
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errante, ya que no pueden dejar de formarse los otros dos, o sea el orden interno de los Estados antagonistas son irnmrnerables, hasta
primero, que forma necesariamente el tercero como su continua- tal punto que cuando se habla, por ejemplo, de la política "oriental"
ción y su medio de expresarse, de Cavour, el problema consiste en saber si se trata de una "polí·
Para que esto ocurra es preciso que haya surgido la convic- tica", vale decir de una línea permanente, o de una estratagema
ción férrea de que es necesaria una detem1inada solución de los del momento para debilitar a Austria con vistas a 1859 y a 1866. Así,
problemas vitales. Si esta convicción no se formará más que el se- en los movimientos mazzinianos de principios de 1870 (ejemplo: el
gundo elemento, cuya destmcción es más fácil a causa de su peque- asunto Barsanti) se ve la intervención de Bismarck, quien previen·
ño número. Sin embargo, es necesario que este segundo elemento, do una guerra con Francia y el peligro de una alianza ítalo-france-
en caso de ser destruido, deje como herencia un fermento que le sa, pensaba debilitar a Italia mediante conflictos internos. Tam-
permita regenerarse. Pero, ¿dónde subsistirá y podrá desarrollarse bién en los sucesos de junio de 1914 algunos ven la intervención
mejor este fem1cnto que en el primero y en el tercer elemento, del Estado Mayor austríaco preparando la guerra que después so-
que, evidentemente, son los más homogénos con el segundo? La brevendría. Como observamos, la casuistica es numerosa y es pre-
actividad que el segundo elemento dedica a la constitución de ciso tener ideas claras al respecto. Si se admite que con cualquier
est10 fennento es por ello fundamental, debiéndoselo juzgar en fun- actitud que se adopte se le hace siempre el juego a alguien, lo im-
ción: 1) de lo que hace realmente; 2) de lo que prepara para el portante es buscar por todos los medios hacer bien el propio juego,
caso de que fuera destruido. Entre estos dos hechos es difícil indi- esto es, vencer claramente. De todas maneras, es necesario despre-
car el más importante. Ya que en la lucha siempre se debe prever ciar la "vanidad" de partido y sustituirla por hechos concretos.
la derrota, la preparación de los propios sucesores es un elemento Quien sustituye los hechos concretos por la vanidad o hace la
tan importante como los esfuerzos que se hacen para vencer. política de la vanidad, de inmediato es sospechoso de poca serie-
A propósito de la "vanidad" de los partidos se puede decir dad. No es necesario agregar que los partidos tienen que evitar
que es peor que la "vanidad de las naciones" de la cual habla· aun la apariencia "justificada" de que se hace el juego a alguien,
Vico. ¿Por qué? Porque una nación no puede dejar de existir y en especialmente si ese alguien es un Estado extranjero. Que luego se
el hecho de su existencia siempre es posible considerar, aunque especule sobre ('sto, es algo que nadie puede evitar.
sea con buena voluntad y forzando la expresión, que su existencia
está plena de destino y de significación. Un partido puede en cam-
bio no existir en virtud de una necesidad interna. Es necesario no Es difícil pensar que un partido político cualquiera (de los grupos
olvidar ¡amás que en la lucha entre las naciones, cada una de ellas dominantes, pero también de los grupos subalternos) no cumpla
tiene interés en qne la otra sea debilitada por las luchas internas y asimismo una función de policla, vale decir, de tutela de un cierto
que los partidos son justamente los elementos de dicha lucha. Res- orden político y legal. Si esto se demostrara taxativamente, L1.
pecto a los partidos, por consiguiente, siempre es posible preguntar cuestión debería ser planteada en otros ténninos: sobre los modos
si existen por sus propias fuerzas, en virtud de una necesidad inter- y direcciones en que se ejerce tal función. ¿Se realiza en el sen·
na, o si, por el contrario, existen solamente en función de intereses tido de represión o de difusión? ¿Es de carácter reaccionario o
extranjeros (y, en efecto, este punto no es olvidado jamás en las progresista? El partido considerado, ¿ejerce su función de policía
polémicas sino que, por el contrario, es un tema sobre el cual se para conservar un orden exterior, extrínseco, obstaculízador de las
insiste aun en aquellos casos en que la respuesta no es dudosa, fuerzas vivas de la historia, o la ejerce en el sentido de que tiende
lo cual significa que este punto penetra y deja dudas). Natural· a conducir al pueblo a un nuevo nivel de civilización del cual
mente, es una tonteda dejarse atormentar por esta duda. Políti- el orden político y legal es una expresión programática? En efecto,
camente, la cuestión tiene una importancia sólo momentánea. En la una ley encuentra quienes la infringen: 1) entre los elementos so-
historia del llamado principio de las nacionalidades, las interven- ciales reat:cionarios que la ley há desposeído; 2) entre los elemen-
ciones extranjeras en favor de los partidos nacionales que turban el tos progresistas que la ley oprime; 3) entre los elementos que no

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:alcanzaron el nivel de civilización que la ley puede representar. La ejemplo en 1919 y en 1926). Por otro lado, existen estrechos
función de policía de un partido puede ser, por consiguiente, intereses permanentes entre agrarios e industriales (especialmente
progresista o regresiva; es progresista cuando tiende a mantener ahora que el proteccionismo se transformó, en general, en agrario e
en la órbita de la legalidad a las fuerzas reaccionarias desposeídas industrial) y es innegable que los agrarios están "políticamente"
y a elevar al nivel de la ·nueva legalidad a las masas atrasadas. Es mejor organizados que los industriales, atraen más a los intelec-
regresiva cuando tiende a oprimir las fuerzas vivas de la historia y a tuales, son más "permanentes" en sus directivas. La suerte de los
mantener una legalidad superada, antihlstórica, transfonnada en partidos "industriales" tradiéionales, como el "liberal-radical" inglés
extrínseca. Por otro lado, el funcionamiento del partido ·en cuestión y el radical francés (que, sin embargo, siempre se diferenció mu-
suministra criterios discriminatorios; cuando el partido es progre- cho del primero) es interesante (lo mismo que el "radical italia-
sista funciona "democráticamente" (en el sentido de un centralis· no", de tan buen recuerdo). ¿Qué representaban esos partidos? Un
mo democrático), cuando el partido es regresivo funciona "buro- nexo entre clases altas y bajas, y no una única gran clase; de allí
~ráticamcnte" (en el sentido de un centralismo burocrático). En sus permanentes apariciones y desapariciones, La base de "ma-
este segundo caso, el partido es meramente ejecutor, no deliberante; niobras" estaba dada por la clase baja, que se encontraba en con-
técnicamente es un órgano de policía y su nombre de "partido po· diciones siempre diferentes en el interior del grupo, hasta transfor-
lítico" es una pura metáfora de carácter mitológico. marse por completo. Hoy suministra la base de los "partidos dema·
gógicos" y se comprende que ·asi sea.
En general, se puede decir que en esta ·historia de los par-
1ndustriales y agrarios. Se presenta el problema de saber si los tidos la comparación entre los distintos países es de lo más instruc-
grandes industriales pueden tener un partido poHtico pennanente tiva y decisiva para encontrar el origen de las causas de las trans-
propio. La respuesta me parece que debe ser negativa. Los gran· formaciones. Y esto también respecto de las polémicas entre los
des industriales utilizan alternativamente todos los partidos exis· partidos de los países "tradicionalistas" o sea donde están repre-
lentes, pero no tienen un partido propio. Mas no por ello son, de sentados los "retazos" de todo el "catálogo" histórico.
alguna manera, "agnósticos" o "apolíticos". Su interés correspon·
de a un determinado equilibrio que obtienen precisamente refor-
zando con sus medios, en cada oportunidad, este o aquel partido Un elemento primordial de juicio tanto para las concepciones
del vmiado panorama político (con excepción, se entiende, del par- del mundo como -y especialmente- para las actitudes prácticas,
tido antagónico cuya afirmación no puede ser ayudada ni aun es el siguiente: la concepción del mundo o el acto práctico ¿pueden
por cuestiones tácticas). Cierto es, sin embargo, que si esto ocurre ser concebidos "aislados", "independientes", conteniendo toda la
en la vida "normal", en los casos extremos, que por otra parte son responsabilidad de la vida colectiva; o esto es imposible y la con-
los que cuentan (como la guen-a en la vida nacional), el partido cepción del mundo o el acto práctico deben ser concebidos como
de los grandes industriales es el de los agrarios, quienes en cambio "integración", perfeccionamiento, contrapeso, etc., de otra concep-
tienen permanentemente un partido propio. Se puede ver como ción del mundo o actitud práctica? Si se reflexiona se ve que este
ejemplo de lo aquí señalado el caso de Inglaterra, donde el Partido criterio es decisivo para un juicio ideal sobre los motivos ideales
conservador absorbió al Partido liberal, que sin embargo aparecía y los motivos prácticos y se observa también que tiene una gran
tradicionalmente como el partido de los industriales. importancia práctica.
La situación inglesa, con sus grandes Trade Unions, explica U no de los prejuicios más comunes consiste en creer que todo
este hecho. Es cierto que en Inglaterra no existe fonnalmente un lo que existe es "natural" que exista, que no puede menos que exis-
gran partido antagónico de los industriales. Pero existen las orga- tir y que las propias tentativas de refonnas, por mal que resulten;
nizaciones obreras de masa y se ha observado cómo ellas, en cier- no interrumpirán la vida porque las fuerzas tradicionales continua-
tos momentos decisivos, se transforman constitucionalmente des- rán actuando y precisamente continuarán la vida. Este modo de
de abajo hacia arriba, destruyendo la envoltura burocrática (por pensar es, por cierto, parcialmente justo; pobres de nosotros si

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no ocuniese asi. Sin embargo, más allá de ciertos límites, este va de la filosoHa de la praxis y de las doctrinas económicas del
modo de pensar se tram.forma en peligroso (ciertos casos de la libre cambio, o sea, en última instancia, del liberalismo. Y por ello
política de lo peor) y de cualquier manera, como se dijo, subsiste hay que ver si el economismo, en su forma más acabada, tiene
el criterio de juicio filosófico, político e histórico. Es cierto que, una filiación directa en el liberalismo y si, igualmente, en sus orlge·
si se llega al fondo de las cosas, algunos movimientos se conciben nes, tuvo relaciones con la filosofía de la praxis, relaciones que
a sí mismos sólo como marginales; o sea presuponen un movimien- sedan, de todas maneras, extrínsecas y puramente verbales.
to principal sobre el cual pueden insertarse para reformar ciertos Es necesario analizar desde este punto de vista la polémica
males presuntos o verdaderos, lo que quiere decir que algunos mo- Einaudi-Croce,V surgida a raíz del nuevo prefacio (de 1917) al
vimientos son puramente rcfmmistas. volumen sobre el Materialismo hist6rico. La exigencia, adelantada
Este principio tiene importancia política porque la verdad teó- por Einaudi, de tener en cuenta la literatura de historia económica
rica, según la cual cada clase tiene un solo partido, está demostra- suscitada por la economía clásica inglesa puede ser satisfecha en el
da en los cambios decisivos por el hecho de que los distintos sentido de que tal literatura, por una contaminación superficial
agrupamientos, que se presentaban cada uno como partidos "inde- con la filosoHa de la praxis, originó el economismo, Es por esto
pendientes", se reúnen y fonnan nn bloque único. La multiplicidad que cuando Einaudi critica (a decir verdad de una manera im-
existente al principio era sólo de carácter "reformista", o sea, con· precisa) algunas degeneraciones economistas, no hace más que ti-
cernía a cuestiones parciales. En cierto sentido, era una división rar piedras sobre su propia cabeza. El nexo entre ideología libre-
del trabajo politico (útil en sus Hmites). Pero cada parte presu- cambista y sindicalismo teórico es sobre todo evidente en Italia,
ponía las otras, de modo qt:c en los momentos decisivos, cuando donde es conocida la admiración por Pareto de los sindicalistas
las onestíones fundamentales se pusieron en juego, la unidad como Lanzillo y C1a. Sin embargo, el significado de estas dos
se formó, el bloque se verificó. De esto deriva la conclusión de tendencias es muy diferente: la primera, es propia de un grupo
que en la constmcciÓi! de los partidos es necesario basarse sobre social dominante y dirigente; la segunda, de uno aún subalterno,
un canlcter ~<monolítiCo" y no sobre cuestiones secundarias, se debe que todavía no adquirió conciencia de su fuerza, de sus posibili·
velar por ]¡¡ existencia de homogeneidad entre dirigentes y diri· dades y de sus modos de desarrollo y no sabe por ello salir de la
gidos, entre jeft's y masa. Si C'n los monwntos dec,isivos los jefes fase de primitivismo.
p<Isan a su "verdadero partido", las masas quedan truncas en Las posiciones del movimiento del libre cambio se basan en
su impul~o. inertes y sin eficacia. Se puede decir cruc ningún un error teórico cuyo origen práctico no es difícil de identificar,
movimiento real adquiere conciencia repentina de su carácter de pues reside en la distinción entre sociedad polltica y sociedad civll,
totalidad, sino sólo a través de una experiencia sucesiva, o sea distinción metódica que es transfonnada en distinción orgánica
cuando toma conciencia, gracias a los hechos, de que nada de lo y presentada como tal. Se afirma así que la actividad económica
que csiste es natural (en el &entido inusual de la palabra) sino que es propia de la sociedad civil y que el Estado no debe intervenir
existe porque se dan ciertas condiciones, cuya desaparición no en su reglamentación. Pero como en la realidad efectiva sociedad
puede dejar de tener consecuencias. Es así como el movimiento civil y Estado se identifican, es necesario convenir que el libera-
se perfecciona, pierde los caracteres de arbitrariedad, de "simbio· lismo es también una "reglamentación" de carácter estatal, intro-
sis", se transfom1a en verdaderamPntc independiente, en el sentido ducida y mantenida por vía legislativa y coercitiva. Es un acto
tlc que para lograr determinadas consecuencias crea las premisas de voluntad consciente de los propios fines y no la expresión espon-
necesarias, empeñando en dicha creaciÓn todas SllS ruprzas. tánea, automática, del hecho económico. El liberalismo, por lo
tanto, es un programa político destinado a cambiar, en la medida
en que triunfa, el personal dirigente de un Estado y el programa
Algunos aspectos teóricos !! prácticos del "economismo". Econo·
mismo: movimiento teórico por el libre cambio, sindicalismo teó-
rico. E' necesario ver en <1ué medida el sindicalismo teórico deri-
7 Cfr. la Riforma Sociale, julio-agosto 1918, p. 415. (N. del E.)

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económico del mismo Estado, o sea a cambiar la distribución de la miso, es decir que el grupo dirigente hará sacrificios de orden
renta nacional. económico-corporativo, pero es también indudable que tales sacrifi-
Diferente es el caso del sindicalismo teórico en cuanto se refie- cios y tal compromiso no pueden concernir a lo esencial, ya que
re a un grupo subalterno al que con esta teoría se impide conver- si la hegemonía es ético-política no puede dejar de ser también eco-
tirse alguna vez en dominante, desarrollarse más allá de la fase nómica, no puede menos que estar basada en la función decisiva
económica corporativa para elevarse a la fase de hegemonía ético- que el grupo dirigente eíerce en el núcleo rector de la actividad
política en la sociedad civil y dominante en el Estado. En lo que económica.
respecta al liberalismo, nos enfrentamos con una fracción del grupo Además del liberalismo y el sindicalismo teórico, el economis-
dirigente que no quiere modificar la estructura del Estado sino mo se presenta bajo muchas otras formas. Le pertenecen todas las
únicamente la orientación de gobierno, que quiere reformar la le- formas de abstencionismo electoral ·(ejemplo típico: el abstencio·
gislación comercial y sólo indirectamente la industrial (ya que es nismo de los clericales italianos luego de 1870, el cual se atenuó
innegable que el proteccionismo, en especial en los países de mer- cada vez más luego de 1900 hasta 1919 y la formación del Par-
cados pobres y restringidos, limita la libertad de iniciativa indus- tido popular. La distinción orgánica que l<acían los clericales
trial y favorece morbosamente el nacimiento de los monopolios). Se entre la Italia real y la Italia legal era una reproducción de la dis-
trata de una rotación de los partidos dirigentes en el gobierno, no tinción entre mundo económico y .mundo político-legal). Tales for-
de la fundación y organización de una nueva sociedad política y mas son numerosas en el sentido de que puede haber semiabsten-
tanto menos de un nuevo tipo de sociedad civil. En el movüniento cionismo, un cuarto, etc. Al abstencionismo está ligada la fórmula
del sindicalismo teórico la cuestión se presenta más compleja. Es de "tanto peor, tanto mejor" y también la fórmula de la llamada
innegable que en tal movimiento la independencia y la autonomía "intransigencia» parlamentaria de algunas fracciones de diputados.
del grupo subalterno que se dice expresar son sacrificadas a la No siempre el economismo es contrario a la acción polftica y al
hegemonía intelectual del grupo dominante, ya que el sindicalismo partido político, que sin embargo es considerado como un mero
teórico es precisamente sólo un aspecto del liberalismo, justificado organismo educativo de tipo sindical. Un punto de referencia para
por medio de algunas afirmaciones mutiladas, y por consiguiente el estudio del economismo y para comprender las relaciones entre
banales, de la filosofía de la praxis. ¿Por qué y cómo ocurre este estructura y superestructura está constituido por ese pasaje de
"sacrificio"? Se excluye la transformación del grupo subordinado Miseria de la f{losofía donde se dice que una fase importante en
en grupo dominante, sea porque el problema no ha sido aún plan- el desarrollo de un grupo social es aquélla en que los miembros de
teado ( fabianismo, De Man, una parte importante del laborismo), ·un sindicato no luchan únicamente por los intereses económicos,
sea porque es presentado en forma incongruente e ineficaz (ten- sino por la defensa y el desarrollo de la organización misma. • Es
dencia socialdemócrata en general), o porque se afirma el salto necesario recordar, al mismo tiempo, la afirmación de Engels de
inmediato del régimen de los grupos al de la perfecta igualdad
y de la economía sindical. 8 Ver la fórmula exacta. Miseria de lt; filosof{a. es un momento esencial de
Es por lo menos extraña la actitud que el eeonomismo asume la formaci6n de Ja filosofía de la praxis; puede ser considernda corno el des-
con respecto a las expresiones de voluntad, de acción y de inicia- arrollo de las Tesis sobre Feuerbach, mientras que La Sagrada Famllla es una
fase intermedia indistinta y de origen ocasional, como aparece en los párrafos
tiva política e intelectual, eomo si éstas no fuesen una emanación dedicados a Proudhon y especialmente al materialismo francés El párrafo
orgánica de necesidades económicas o, mejor aún, la única expre- dedicado al materialismo franc.oés es más que todo un capítulo de historia do
sión eficiente de la economía. Es también una incongruencia que la cultura y no una página teórica, como se considera frecuentemente, y
el planteamiento concreto de la cuestión hegemónica sea interpre· como historia de la cultura es admirable. Recordar )a observación de que
tado como un heeho que subordina al grupo hegemónico. El hecho 1a crítica contenida en Miseria de la filosofía contra Proudhon y su inter-
de la hegemonía presupone indudablemente que se tienen en cuen- pretación de la dialéctic..'l hegeliana puede ser extendida a Gioberti y al
hegelianismo de los liberales moderados italianos en general. El paralelo
ta Jos intereses y las tendencias de los grupos sobre los cuales se Proudhon-Giobertí, no obstante representar fases histórico-políticas no homo-
ejerce la hegemonía, que se fonna un cierto equilibrio de compro- géneas) o mejor precisamente por esto, puede ser interesante y fecundo.

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que la economía sólo en "última instancia" es el resorte de la gas penaks. 2) La doctrina que Teducc el desarrollo económico a la
historia (en las dos cartas sobre la filosofía de la praxis publicadas sucesión de los cambios técnicos en los instrumentos de trabajo. El
también en italiano), afirmación que es necesario vincular direc- profesor T~oria hizo una muy brillanté exposición de esta doctrina
tamente al pasaje del prefacio a la Crítica de la ecorwmía política aplicada en el artículo sobre la influencia social del aeroplano, pu-
donde se dice que es en el terreno de las ideologías donde los blicada en la Rassegna co11temporanea de 1912. 3) La doctrina por
hombres toman conciencia de los conflictos que se manifiestan la cual el desarrollo económico e histórico depende inmediatamente
en el mundo económico. de los cambios de cualquier elemento importante de la producción,
En distintas ocasiones se afirma en estas notas ' que la filosofía como el descubrimiento de una nueva materia prima, de un nuevo
de la praxis está mucho más difundida de cuanto se quiere aceptar. combustible, etc., cambios que entrañan la aplicación de nuevos
La afirmación es exacta si se desea hacer referencia a la difusión del métodos en la construcción y el funcionamiento de máquinas. En
economismo histórico, como el profesor Loria llama ahora a sus ca- estos últimos tiempos existe toda una literatura sobre el petró-
prichosas concepciones, lo cual significa, por lo tanto, que el am- leo; al respecto es típico un articulo de Antonino La vi osa en
biente cultural ha cambiado completamente con respecto a la época la Nuova Antologia del 16 de mayo de 1919. El descubrimien-
en que la filosofía de la praxis comenzó a luchar. Se podría decir, to de nuevos combustibles y de nuevas energías motrices, asi
con tmminología crociana, que la más grande herejía nacida en el co¡no de nuevas materias primas a transfon11;u, tiene por cierto
seno de la "religión de la libertad' sufrió también, como la religión gran importancia porque puede cambiar la posición de los di-
ortodoxa, una degeneración que se ha difundido como "supersti- ferentes Estados, pero no determina el movimiento histórico, etc.
ción", es decir, que ha entrado en combinación con el liberalismo Ocurre con frecuencia que se combate al economismo histó-
y ha producido el economismo. Habría que analizar sin embargo si, rico creyendo combatir al materialismo histórico. Es éste el caso,
mientras la religión ortodoxa se extinguió, la superstición herética por ejemplo, de un artículo de L'Avenir de París del 10 de octubre
no conservaba siempre un f~:rmento que la haría renacer como re- de 1930 (citado en la Rassegna Settimanale della Stampa Estera
ligión superior. En otros términos, habrá que analizar si las esco- del 21 de octubre de 1930, pp. 2303-2304) y que citamos como
rias de superstición no son más fácilmente liquidables. típico: "Se nos dice desde hace mucho tiempo, pero sobre todo
Algunos puntos característicos del economismo histórico: 1) después de la guerra, que las cuestiones de intereses dominan a
En el estudio de los nexos históricos no se distingue lo que es '"re- los pueblos y llevan el mundo hacia adelante. Son los marxistas
lativamente permanente" de lo que es fluctuación ocasional y se quienes inventaron esta tesis, bajo el apelativo un poco doctrinario
entiende por hecho económico el interés personal o de un pequeño de 'materialismo histórico'. En el marxismo puro, los hombres to-
grupo, en sentido inmediato y "sórdidamente judaico'"." No se tie- mados en masa no obedecen a las pasiones sino a las necesidades
ne en cuenta la fmmación de una clase económica, con todas las re- económicas. La política es una pasión. La patria es una pasión.
laciones inherentes, sino el interés mezquino y usuario, sobre todo Estas dos exigencias cumplen en la historia sólo una función de
cuando coincide con formas delictuosas contempladas por los códi- apariencia porque en realidad la vida de los pueblos, en el curso
de los siglos, se explica por un juego cambiante y siempre renova-
9 Ver Gramsci, Il materialismo storico e la filosofia di B. Croce [trad. cast.: do de causas de orden material. La economía es todo. Muchos
El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce, Nneva Visión, filósofos y economistas 'burgueses' tomaron esta consigna. Ellos
Buenos Aires, 1971].
9
Esta expresión fue empleada por }.farx en la primera de bs Tesis sobre
asumen un cierto aire de entendidos paru explicarnos por las
Feuerbach: "Por eso~ en La esencia del cristianismo, sólo se considera como fluctuaciones del cereal, del petróleo o del caucho, la gran política
auténticamente humano el comportamiento teórico, y en cambio b pütctica internacional. Se ingenian para demostrarnos que toda la diplo-
sólo se capta y se plasma bajo su forma sórdidamente judaica de manifestarse. macia está dirigida por las cuestiones de tarifas aduaneras y de
De ahí que Feucrhach no comprende la importancia de la actividad "revo- precios de costo. Estas explicaciones están muy en boga. Tienen un
lucionaría", de la actividad "critico-práctica"'. (Con respecto a este problema
leve barniz científico y nacen· de un cierto escepticismo superior
Yéase Marx-Engels, La ideología alemanu, Pueblos Unidos, Montevideo, 1958.)
(N. del T.) que intenta pasar por suprema elegancia. ¿La pasión en política

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exterior? ¿oE] sentimiento en n1uteria nacional? ¡Vamos! Esto con- la investigación en el sentido de los intereses inmediatos debería
vence a los simples, a los crédulos. Los grandes espíritus, los inicia- ser válida para todos los aspectos de la historia, tanto para los
dos saben que todo está dominado por el debe y el haber. Ahora hombres que representan la "tesis" como para aquellos que repre-
bien, esto es una seudoverda d absoluta. Es completam ente falso sentan la "antítesis". Se ha olvidado además otra proposición de
que los pueblos no se dejan guiar más que por consideraci ones de la filosofía de la praxis: aquella de que las "creencias populares"
interés y es completam ente cierto que ellos obedecen por sobre o las creencias del tipo de las populares tienen la validez ele fuer-
todo a consideraciones dictadas por un deseo y por una fe ardiente zas materiales. Los errores de interpretac ión en el sentido de la
de prestigio. Quien no comprende esto no comprende nada". La búsqueda de los intereses "sórdidame nte judaicos" fueron a veces
continuació n del artículo (titulado "La manía del prestigio") toma groseros y cómicos e incidieron así negativame nte sobre el pres-
como ejemplos la política alemana e italiana, que serían de "pres- tigio de la doctrina originaria. Es por ello necesario comtmtir al
tigio" y no dictadas por intereses materiales. El artículo condensa economismo no sólo en la teoría de la historiogra fía sino también
gran parte de los puntos más triviales ele polémica contra la filoso- y especialme nte en la teoría y en la práctica política. En este
fía ele la praxis, pero en realidad la polémica es contra un desali- campo la lucha puede y debe ser conducida desarrollan do el con-
ñado economismo de tipo loriano. Además, el autor no está, en cepto de hegemonía , de la misma manera que lo fue práctica-
otros aspectos, muy consustanci ado con el tema. N o comprende que mente en el desarrollo de la teoría del partido político y en el
las "pasiones" pueden no ser sino un sinónimo de los intereses desarrollo práctico de la vida de determinad os partidos· políticos
económicos y que es difícil sostener que la actividad política sea (la lucha contra la teoría de la llamada revolución permanente ,
un estado permanente de pasión exasperada y de espasmo; mien- que se contraponí a al concepto de dictadura democrátic a revolu-
tras que la política francesa es presentada como una "racionalid ad'' cionaria, la importanci a del apoyo dado a las ideologías constitu-
sistemática y coherente, es decir purificada de todo elemento cionales, etc.). Se podría hacer un estudio sobre los juicios emiti-
pasional. dos a medida que se desarrollab an ciertos movimientos políticos,
En su forma más difundida de superstición economista , la tomando como ejemplo el movimiento boulangista (<le IB86 a
filosofía de la praxis pierde gran parte de sus posibilidad es de 1890, más o menos) o el proceso Dreyfus o directamen te el golpe
expansión cultural en la esfera superior del grupo intelectual, mien- de Estado del 2 de diciembre (un análisis del clásico libro sobre
tras que las gana entre las masas populares y entre los intelectuale s el 2 de diciembre, " para estudiar la importanci a relativa que allí
de medianos alcances que no quieren fatigar su cerebro, pero de- se asigna al factor económico inmediato y el lugar que se da, en
sean aparecer como muy astutos. Como escribe Engels, es muy cambio, al estudio concreto de la:¡ "ideologías "). Frente a estos
cómodo para muchos creer que puc•clcn a buen precio y sin fatiga acontecimie ntos, el economism o se plantea la pregunta: .. ¿a _quién
alguna procurarse y meterse en el bolsillo toda la historia y toda la sirve inmediatam ente la iniciativa en cuestión? Y responde con un
ciencia política y filosófica concentrad a en algunas formulitas. razonamien to tan simplista como paralogista : sirve inmediatam en-
Como se han olvidado que la tesis según la cual los hombres te a una cierta fracción del grupo dominante y, para no eiTar,
adquieren conciencia de los conflictos fundamenta les en el terre- esta elección recae sobre aquella fracción que evidenteme nte cum-
no de las ideologías no es de carácter psicológico o moralista, sino pla una función progresista y de control sobre el conjunto de las
orgánico gnoseológico, se han creado la forma mentis de conside- fuerzas económicas. Se puede estar seguro de no equivocarse
rar la política, y por consigLliente la historia, como un continuo porque, necesariam ente, si el movimiento examinado llegara al
marché de dupes, un juego de ilusionismos y prestidigita ción. La poder, la fracción progresista del grupo dominante acabaría, an-
actividad "crítica" ha sido reducida a descubrir trucos, a suscitar tes o después, por controlar al nuevo gobierno y por convertirlo
escándalos, a entrometer se en la vida personal de los hombres en un instrument o para volcar en su propio beneficio el aparato
representativos.
estatal.
Se ha olvidado así. que siendo el "economismo", o presumiend<>
serlo, un canon objetivo de interpretac ión (objetivo-c ientífico), 10 El Dieciocho Bromario de Luis Bonaparle, de Marx. (N. del E.)

44 45
Se trata, por consiguiente, de una infalibilidad poco seria, caso el análisis de los diferentes grados de relación de las fuer-
que además de no tener ningún significado teórico posee muy zas sólo puede culminar en la esfera de la hegemonía y de
escasa importancia política y eficacia práctica. En general, no las relaciones ético-políticas.
provoca más que prédicas moralistas o interminables cuestiones
personales. Cuando se produce un movimiento de tipo bonlangista
el análisis deh<'ría ser conducido, siguiendo una visión realista, Un elemento que debe ser agregado como ejemplificación de las
según esta línea: 1 ) contenido social de la masa que adhiero al llamadas teorías de la intransigencia, es el de la rígida aversión
movimiento; 2) ¿qué función tiene en el equilibrio de fuerzas de principio a los compromisos y que tiene como manifestación
que se va transformando, como lo demuestra el nuevo movimiento subordinada lo que se puede denominar "el miedo a los peligros"
por el hecho de nacer?; 3) ¡,qué significado, .desde el punto de Es evidente por qué la aversión de principio a los compromisos
vista político y social, tienen las reivindicaciones que presentan los está ligada estrechamente al economismo. La concepción sobre la
dirigentes y que encuentran aprobación? ¿a qué exigencias cual se funda esta aversión no puede ser otra que la certeza inque-
efectivas corresponden?; 4) examen de la conformidad de los brantable de que en el desarrollo histórico existen leyes objetivas
medios con el fin propuesto; 5) sólo en última instancia y presen- del mismo carácter que las leyes naturales, a lo cual se agrega la
tada en forma política y no moralista, se plantea la hípóte8Í8 de creencia en un finalismo fatalista similar al religioso. Si las con-
que un movimiento de este tipo será necesariamente desnaturali- diciones favorables deben verificarse ineludiblemente, derivándose
zado y servirá a fines muy distintos de aquellos que esperan las de ellas, en forma bastante misteriosa, acontecimientos palingené-
multitudes adheridas. Por el contr;:nio, esta hipótesis es afirmada sicos, es evidente no sólo la inutilidad sino el daño de toda iniciativa
en previsión, cuando ningún elemento concreto (y que aparezca voluntaria tendiente a planificar estas situaciones según una idea
por lo tanto con lrr evidencia del sentido común y no a través de prefijada. Junto a estas convicciones fatalistas está, sin embargo, la
un análisis "científico" esotérico) existe aún para confirmarla. De tendencia a confiar "siempre", ciegamente y sin criterio, en la
allí que tal hipótesis aparezca como una acusacwn moral de virtud reguladora de las armas, lo cual, por otro lado, no deja de
doblez y ele mala fe o de poca astucia, de estupidez (para los tener algo de lógica y de coherencia, ya que se piensa que la
secuaces). 1 intervención de la voluntad es útil para la destrucción, y no pm·a
La lucha política se convierte así en una serie de hechos la reconstrucción (ya en acción en el momento mismo de la des-
personales entre quienes lo saben todo, y han pactado con el 1
trucción). La destrucción es concebida mecánicamente y no como
diablo, y quienes son objeto de burla por parte de sus propios clestrucción-reconstrucción. En tales modos de pensar no S<' tiene
dirigentes, sin querer convencerse de ello a causa de sn incurable j en cuenta el factor "tiempo" y en última instancia ni 1~ misma
estupidez. Por otro lado, mientras estos movimientos no toman el 1 "economía", en el sentido de que no se entiende cómo los hechos
!
poder siempre se puede pensar que fracasarán y algunos, en ideológicos de masa están siempre en retraso con respecto a los
efecto, fracasaron (el mismo boulangismo, que fracasó como tal 1 fenómenos económicos de masa y cómo, por lo tanto, el impulso
y fue destrozado completamente por el movimiento dreyfw¡ard; automático debido al factor económico es en ciertos momentos
el movimento de Georg es Valois; el del general Gaida). La bús- demorado, trabado y hasta destruido momentáneamente por los
queda debe tender, por consiguiente, a la identificación de los elementos ideológicos trudicionales. No se entiende que por ello
elementos de fuerzas, pero también de los elementos de debilidad 1 debe haber una lucha consciente y preparada para hacer "com-
que ellos contienen intrínsecamente; la hipótesis ~economista" afir- 1 prender" las exigencias de la posición ceon(m1iea d0 masa qu0
ma un elemento inmediato de fuerza, es decir, la disponibilidad \ pueden estar en contradicción con las directivas de los jefes tra-
de un cierto aporte financiero directo o indirecto (un gran perió- ! dicionales. Siempre es necesaria nna iniciativa política apropiada
dico que apoye el movimiento es también un aporte financiero para liberar al impulso económico de las trabas de la política
indirecto) y eso es todo. Es demasiado poco. También en este tradicional, o sea para cambiar la dirección política de ciertas

4\'i 47
fuerzas que es preciso absorber para realizar un nuevo bloque exactitud los elementos fundamentale s y permanentes del proceso.
histórico económico-político, homogéneo, sin contradicciones in· Pero es absurdo pensar en una previsión puramente "objetiva''.
temas. Y ya que dos fuerzas "similares" no pueden fundirse en Quienes prevén tienen en realidad 'un "programa" para hacer
un organismo nuevo sino a través de una serie de compromisos o triunfar y la previsión es justamente un elemento de ese triunfo.
mediante la fuerza de las armas, por la unión en el terreno de las Esto no significa que la previsión deba siempre ser arbitraria y
alianzas o por subordinación de la una a la otra mediante la gratuita o puramente tendenciosa. Se puede decir mejor que sólo
coerción, la cuestión es saber si se dispone de esta fuerza y si en la medida en que el aspecto objetivo de la previsión está vineu·
es "productivo" emplearla. Si la unión de dos fuerzas es necesaria lado a un programa, adquiere objetividad: 1) porque sólo la
para vencer a una tercera, el recurso de las annas y de la coerción pasión aguza el intelecto y contribuye a tornar más clara la intuí·
(dado que se tiene la disponibilidad de ellas) es una pura hipó- ción; 2) porque siendo la realidad el resultado de una aplicación
tesis metódica y la única posibilidad concreta es el compromiso, de la voluntad humana a la sociedad de las cosas (del maquinista
ya que la fuerza puede ser empleada contra los enemigos y no a la máquina), prescindir de todo elemento voluntario o calcular
contra una parte de si mismo que se desea asimilar rápidamente y solamente la intervención de las voluntades ajenas como elemento
de la cual es preciso obtener su "buena voluntad" y entusiasmo. objetivo del juego general mutila la realidad misma. Sólo quien
desea fuertemente identifica los elementos necesarios para la reali-
zación de su voluntad.
Previsión y perspectiva. Otro punto que es necesario fijar y desa- Por ello, considerar que una determinada concepción del
lTollar es el de la "doble perspectiva" en la acción política y en mundo o de la vida contiene en si misma un poder superior de ca·
la vida estatal. Diferentes grados en que puede presentarse la pacidad de previsión es un error que proviene de una grosera fatui-
doble perspectiva, de los más elementales a los más complejos, dad y de un carácter superficial. Es cierto que en cada pre-
pero que pu0dc·n reducirse teóricamente a dos grados fundamen- visión está impllcita una concepción del mundo y el hecho de
tales, correspondientes a la doble natur<tlcza del Centauro maquia- que sea una desconexión de actos arbitrarios del pensamiento o
vélico, de la bestia y del hombre, de la fuerza y del consenso, de una visión rigurosa y coherente no deja de tener importancia, pero
la autoridad y de la hegemonía, de la \~olencia y de la civilización, la importancia la adquiere precisamente en el cerebro viviente de
del momento individual y dd universal (de la "Iglesia" y del "Es- quien hace la previsión y la vivifica con su firrne voluntad. Esto
tado"), de la agitación y de la propaganda, de la táctica y de la se observa en las previsiones realizadas por los pretendidos "de-
estrategia, etc. Algunos redujeron la teoría de la "doble perspec- sapasionados", quienes abundan en digresiones gratuitas, en suti·
tiva" a algo mezquino y trivial, o sea a nada más que dos formas les minucias, en elegancias conjeturales. Sólo la existencia en el
de "inmediatez" que se suceden mecánicamen te en el tiempo con "previsor" de un programa por realizar hace, si, que éste se atenga
mayor o menor "proximidad". Puede ocurrir por el contrario que a lo esencial, a aquellos elementos que siendo "organizables ",
cuanto más "inmediata" y elemental es la primera "perspectiva", susceptibles de ser dirigidos o desviados, son en realidad los úni-
tanto más "lejana" (no en el tiempo, sino como relación dialéctica), cos previsibles. Esto va contra la ll!anera habitual ele considerar
compleja y elevada debe ser la segunda; o sea, puede ocurrir como la cuestión. Generalmente se piensa que todo acto de previsión
en la vida humana, que cuanto m!¡s obligado está un individuo a presupone la determinación de leyes de regularidad del tipo de
defender su propia existencia física inmediata, tanto más sostiene las leyes de las ciencias naturales. Pero como estas leyes no existen
los complejos y elevados valores de la eivilizaeión y de la huma· en el sc'ntido absoluto o mecánico que se supone. no se tiene en
nidad, partiendo desde su punto de vista. enenta la voluntad de los demás y no se "prevé" su aplicación.
Se construye por lo tanto sobre una hipútcsis arbitraria y no sobre
Es cierto que prever significa solamente ver bien el presente y la realidad.
el pasado en cuanto movimiento; ver bien, es decir, identificar con

48 49
El realismo político "excesivo" (por consiguiente superficial y individuo o un libro cambien la realidad sino sólo que la interpre-
mecánico) conduce frecuentemente a afirmar que el hombre de ten e indiquen una línea posible de acción. El limite y la angustia
Estado debe operar sólo en el ámbito de la "realidad efectiva", no de Maquiavelo consiste en haber sido una "persona privada", un
interesarse por el "deber ser" sino únicamente por el "ser". Lo escritor y no el Jefe de un Estado o de un ejército, que siendo una
cual significa que el hombre de Estado no debe tener perspectivas sola persona tiene sin embargo a su disposición las fuerzas de un
que estén más allá de su propia nariz. Este error condujo a Paolo Estado o de un ejército y no únicamente ejército de palabras. No
Treves a encontrar en Guicciardini y no en Maquiavelo el "polí- por ello se puede decir que :\<faquiavelo fue también un ·'profeta
tico verdadero". desarmado", pues eso sería hacer del espíritu algo barato. Maquia-
Es necesario distinguir no sólo entre "diplomático" y "políti- velo jamás afirmó que fuer;¡.n sus ideas o sus propósitos los de cam-
co", sino también entre científico de la política y político de acción. biar él mismo la realidad, sino única y concretamente los de
El diplomático no puede dejar de moverse únicamente en la reali- mostrar cómo deberían haber actuado las fuerzas históricas para
dad efectiva, porque su actividad específica no es crear nuevos ser eficientes.
equilibrios, sino conservar dentro de ciertos cuadros jurídicos
un equilibrio existente. Así también e~ científico debe moverse sólo
en la realidad efectiva en cuanto mero científico. Pero Maquiavelo
no es un mero científico; es un hombre de partido, de pasiones po- Análisis de las situaciones. Relaciones de fuerw.s. Un estudio
derosas, un político de acción que quiere crear nuevas relaciones de sobre la forma en que es preciso analizar las "situaciones", o sea
fuerzas y no puede por ello dejar de ocuparse del "deber ser", no la forma en que es preciso establecer los diversos grados de rela-
entendido por cierto en sentido moralista. La cuestión no debe por ciones de fuerzas, puede prestarse a una exposición elemental de
consiguiente ser planteada en estos términos. Es mucho más com- ciencia y arte político, entendida como un conjunto de cánones
pleja. Se trata de analizar si el "deber ser" es un acto necesario o prácticos de investigación y de observaciones particulares, útiles
arbitrario, es voluntad concreta o veleidad, deseo, sueño en las nu- para destacar el interés por la realidad efectiva y suscitar intui-
bes. El político de acción es un creador, un snscítador, mas no crea ciones políticas más rigurosas y vigorosas. Al mismo tiempo hay
de la nada ni se mueve en el turbio vacío de SltS deseos y sueños. que agregar la exposición de lo que en política es necesario
Se basa en la realidad efectiva, pero, ¿qué es esta realidad efectiva? entender por estrategia y táctica, por "plan" estratégico, por pro-
¿Es quizás algo estático e inmóvil y no sobre todo una relación de paganda y agitación, por "orgánica" o ciencia de la organización
fuerzas en continuo movimiento y cambio de equilibrio? Aplicar y de la administración en politic.'l.
la voluntad a la creación de un nuevo equilibrio de ]as fuerzas Los elementos de observación empírica que por lo general
realmente existentes y operantes, fundándose sobre aquella que se son expuestos en forma desordenada en los tratados de ciencia
considera progresista, y reforzándola para hacerla triunfar, es mo- política (se puede tomar como ejemplo la obra de Mosca Elementi
verse siempre en el terreno de la realidad efectiva, pero para di scienza politica) en la medida en que no son cuestiones abstrac-
dominarla y superarla (o contribuir a ello). El «deber ser" es por tas o sin fundamento, deberían encontrar ubicación en los diversos
consiguiente lo concreto o mejor, es la única interpretación realis- grados de las relaciones de fuerza, comenzando por las relaciones
ta e historicista de la realidad, la única historia y filosofía de la de las fuerzas internacionales (donde se ubicarían las notas escri-
acción, la única política. tas sobre lo que es una gran potencia, sobre los agrupamientos de
La oposición Savonarola-Maquiavelo no es la oposición entre Estados en sistemas hegemónicos y, por consiguiente, sobre el
ser y deber ser (todo el parágrafo de Russo sobre este punto es concepto de independencia y soberanía en lo que respecta a las
pura literatura), sino entre dos deber ser, el abstracto y difuso de potencias medi:1nas y pequeñas) para pasar a las relaciones obje-
Savonarola y el realista de Maquiavclo, realista aunque no haya tivas sociales, o sea al grado· de desarrollo de las fuerzas pro-
devenido realidad inmediata, ya que no se puede esperar que un ductivas, a las relaciones de fuerza política y de partido (sistemas

50 51
hegemónicos en el interior del Estado) y a las relaciones políticas relaciones. 1 ' A partir de la reflexión sobre estos dos cánones se
inmediatas (o sea potencialmente mílitares). puede llegar al desarrollo de toda una serie de otros principios de
¿Las relaciones internacionales preceden o siguen ( lógicamen- metodología histórica. Sin embargo, en el estudio de una estructura
te) a las relaciones sociales fundamentales? Indudablemente las es necesario distinguir los movimientos orgánicos (relativamente
siguen. Toda renovación orgánica en la estructura modifica también pennanentes) de los movimientos que se pueden llamar "de co-
orgánicamente las relaciones absolutru y relativas en el campo in- yuntura" (y se presentan como ocasionales, inmediatos, casi acci-
ternacional a través de sus expresiones técnico-militares. Aun la mis- dentales). Los fenómenos de coyuntura dependen también de
ma pcsición geográfica de un Estado nacional no precede sino signe movimientos orgánicos, pero su significado no es de gran impor-
(lógicamente) las innovaciones estructurales, incidiendo sobre ellas tancia histórica; dan lugar a una crític-a política mezquina, coti-
sin embargo en cierta medida (precisamente en la medida en que diana, que se dirige a los pequeños grupos dirigentes y a las
las superestructuras inciden sobre la estructura, la política sobre la personalidades que tienen la responsabilidad inmediata del poder.
economía, etc.). Por otro lado, las relaciones internacionales inciden Los fenómenos orgánicos dan lugar a la crítica histórico-social que
en fonna pasiva o activa sobre k~ relaciones políticas (de hege- se dirige a los grandes agrupamientos, más allá de las personas
monía de los partidos)_ Cuanto más subordinada a las relaciones inmediatamente responsables y del personal dirigente. Al estudiar
internacionales está ]a· vida económica inmediata de una nación, un período histórico aparece la gran importancia de esta distinción.
tanto más un partido detenninado representa esta situación y la Tiene lugar una crisis que a veces se prolonga por decenas de
explota para impedir el adelanto de los partidos adversarios (¡re- años. Esta duración excepcional significa que en la estmctura se
cordar el famoso discurso de Nitti sobre la revolución italiana han revelado (maduraron) contradicciones incurables y que las
técnicamente imposible!). De esta serie de datos se puede llegar fuerzas políticas, que obran positivamente en la conservación y
a la conclusión de que con frecuencia el llamado "partido del ddensa de la estructura misma, se esfuerzan sin embargo por
extranjero" no es precisamente aquel que es vulgannente indicado sanear y por superar dentro de ciertos límites. Estos esfuerzos
corno tal, sino el partido más nacionalista que, en realidad, más incesantes y pt'rscverantcs (ya que ninguna fonna social querrá
que a las fuerzas vitales del propio país, representa la subordina- confesar jamás que está superada) forman el terreno de lo "ocu-
ción y el sometimiento económico a las naciones o a un grupo síonal" sobre el cual se organizan las fuerzas antagónicas que ticn·
de naciones hegemónicas." den a demostrar (demostración que en última instancia se logm
y es "verdadera" si se transfonna en una nueva realidad, si las
fuerzas antagónicas triunfan; pero inmediatamente se desarrollan
Es el problema de las relaciones entre estructura y superestructuras una serie de polémicas ideológicas, religiosas, filosóficas, políti-
el que es necesario plantear exactamente y resolver para llegar a cas, jurídicas, etc., cuyo carácter concreto es valorable en la medida
un análisis justo de las fuerzas que operan en la historia de un pe- en que son convincentes y desplazan la anterior disposición de
ríodo dctcnninado y definir su relación. Es preciso moverse en el las fuerzas sociales) que existen yu las condiciones necesarias y
ftrnbito de dos principios: 1) ningnna sociedad se propone tareas suficientes para que determinadas tareas puedan y por consiguien-
para cuya solución no existan ya las condiciones necesarias y su-
n ..Ninguna formación social desaparece r~ntes d'e que se desarrollen todas
ficientes o no estén, al menos, en vía de aparición y de desarrollo; las fuerzas productivas que caben dentro de ella y jamás aparecen uucvas y
2) ningnna sociedad desaparece y pu<?.dc ser sustituida si antes más altas reluciones de producción antes de que las condiciones materiales
no desarrolló todas las fonnas de vida que están implícitas en sus para su exístencia hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua.
Por eso, lo. humanidad se propone siempre únicamente los ohjetivus que pued.e
alcanzar, pues, bien mimd"s ]as cosas, vemos siempre que estos objetivos sólo
11 Una mención a este elemento internacional .. represivo'" de las energías in- nacen cuando ya se dan o, por lo Iqenos, se están gest:tntlo, lus condiciones
temas se encuentra en los artículos publicados por G. Volpe ·en el Corriere materiales para su realización" (Marx, ..Prólogo .. a 1a Ctitica de la Economía
de/14 Sera del 22 y 23 de m trzo de 1932. Política).

52 53
te deban ser resueltas históricamente (en cuanto todo venir a latán, o sea, el demagogo es la primera víctima de su demagogia.
menos del deber histórico aumenta el desorden necesario y prepara Estos criterios metodológicos pueden adquirir visible y didác-
catástrofes más graves). ticamente todo su significado si se aplican al examen de los hechos
El error en que se cae frecuentemente en el análisis históri- históricos concretos. Se lo podría hacer con utilidad en el caso
co-político consiste en no saber encontrar la relación justa entre de los acontecimientos desarrollados en Francia de 1789 a 1870.
lo orgánico y lo ocasional. Se llega así a exponer como inmediata- Me parece que para mayor claridad en la exposición sería nece-
mente activas causas que operan en cambio de una manera me- sario abrazar todo este período. En efecto, sólo en 1870-71 con
diata, o por el contrario a afirmar que las causas inmediatas la tentativa de la Comuna, se agotan históricamente todos los
son las únicas eficientes. En un caso se tiene un exceso de "eco- gérmenes nacidos en 1789, lo cual significa que la nueva clase
nomismo" o de doctrinarismo pedante; en el otro, un exceso de que lucha por el poder no sólo derrota a los representantes de
"ideologismo"; en un caso se sobrees timan las causas mecánicas, la vieja sociedad que se niegan a considerarla pcrimida, sino tam-
en el otro se exalta el elemento voluntarista e individual. La bién a los grupos más nuevos que consideran como superada
distinción entre "movimientos" y hechos orgánicos y de "coyuntu- también la nueva estructura surgida de los cambios promovidos
ra" u ocasionales debe ser aplicada a todas las situaciones, no sólo en 1789. Dicha clase demuestra así su vitalidad frente a lo viejo
a aquellas en donde se verifica un desarrollo regresivo o de crisis y frente a lo más nuevo. Además, en 1870-71 pierde eficacia el
aguda, sino también a aquellas en donde se verifica un desarrollo conjunto de principios de estrategia y de táctica política nacidos
progresivo o de prosperidad y a aquellas en donde tiene lugar un prácticamente en 1789 y desarrollados en forma ideológica alrede-
estancamiento de las fuerzas productivas. El nexo dialéctico entre dor de 1848 (y que se resumen en la fórmula de "revolución per-
los dos órdenes de movimientos y, en consecuencia, de investiga- manente"- 0 Sería interesante estudiar cuánto de esta fórmula ha
ción es difícilmente establecido con exactitud; y si el error es pasado a la estrategia mazziniana -en el caso, por ejemplo, de la
gra;e en la historiografía, es aún más grave en el arte político, insurrección de Milán de 1853- y si ocurrió en forma consciente
cuando no se trata de reconstruir la historia sino de construir la o no). Un elemento que muestra lo acertado de este punto de
presente y la futura." Son los mismos deseos de los hombres y sus vista es el hecho de que los historiadores no están en absoluto de
pasiones menos nobles e inmediatas las causas del error, en cuanto acuerdo (y es imposible que lo estén) cuando se trata de fijar
se superponen al análisis objetivo e imparcial y esto ocurre no los límites del conjunto de acontecimientos que constituyen la
como un "medio" consciente para estimular a la acción sino como Revolución Francesa. Para algunos ( Salvemini, por ejemplo) la re-
un autoengaño. La serpiente, también en este caso, muerde al char-
0 La expresión .. revolución permanente" se encuentra en el Mensafe del Con-
1:1 El hecho ele no haher considewclo el elemento inmediato de las ''rclacio- sejo Central a la Liga de los Comunistas. (Véase K. Marx, Re~?laciones sobre
nC's de fuerza" está vinculado a residuos de la concepción liberal vulgar, de la -el proceso a los comunistas, Lautaro, 1946, pp. 201 y 209): Nuestro deber
cual el sindicalismo es una manifestación que creía ser más avanzada cuando es el de lograr la revolución permanente" [ ... ] "su grito de guerra debe
en realidad daba un paso atrás. En efecto, la concepción liberal vulgar, ser: .. .la revolución en permanencia". De esta consigna de la revolución de
dando importancia a la relación de las fuerzas políticas organizadas en las 1848 Trotski partió para elaborar su teoría fundamental de la revolución per-
diYersas formas de partido (lectores de periódicos, elecciones parlamentarias manente, criticada por Grarnsci en diversas partes de esta obra y en los demás
y locales, organizacíones de masa de los partidos y de los sindicatos en sentido Cuadernos de lá cárcel. En una nota de Passato e Presente, p. 71, titulada
estricto) era más avanzada que el sindicalismo que daba una importancia pri- "Pasado de la guerra de movimiento {y del ataque frontal) a la guerra de
mordial a la relación fundamental económica-social y sólo a ésta. La concep- posición, también en el terreno político", Gamsci considera a Trotski como
ción liberal vulgar tenía en cuenta también, en forma implícita, tales relaciones "el teórico político del ataque frontal en un período en que este tipo de
(corno tantos elementos lo demuestran) pero insistía sobre todo en la relación ataque sólo puede conducir a la derrota". Enemigo declarado de las revolu-
de las fuerzas políticas, que eran una expresión de las otras y que en realidad ciones democráticas, basadas en un amplio frente de clases, Trotski proclama
las contenían. Estos residuos de la concepción liberal vulgar se pueden hallar la necesidad de la revolución socialista mundial y combate la tesis del "socia-
en toda una serie de exposiciones que se dicen ligadas a la filosofía de la praxis lismo en un solo país". Al respecto, ver más adelante el escrito de Gramsci
y ílue facilitaron el desarroHo de furmas infantiles de optimismo y de necedad. "Internacionalismo y política nacional". (N. del T.)

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volución se cumplió en Valmy. Franc ia creó el Estad o nuevo sicas. Sobre la base del grado de desarrollo de las fuerzas mater
y supo
organizar la fuerza político-militar que afirmó y defendió ia-
su so- les de produ cción se dan los grupo s sociales, cada uno de
beran ía territorial. Otros consideran que la Revolución contin los cua-
úa les repres enta una función y tiene una posición determ inada
hasta Thermidor, o mejor, habla n de varias revoluciones (el en la
10 de misma producción. Esta relación es lo que es, una realid ad rebeld
agosto sería una revolución en sí, etc.) 14 El modo de interp e:
retar a nadie puede modificar el núme ro de las empre sas y de sus
Thenn idor v la obr<1 de Napoleón, ofrece las más ásperas contra emple a-
dic- dos, el núme ro de las ciuda des y de la pobla ción urban a, etc.
ciones: ¿,se. trata de una revolución o de una contrarrevol Esta
ución? funda menta l disposición de fuerzas permi te estod iar si existe
Según otros, la historia de la revolución contin úa hasta 1830, n en
1848, la sociedad las condiciones necesarias y suficientes para su
1870 v aun hasta la guerra mund ial de 1914. En todos estos tnms-
punto s formación, es decir, permi te contro lar el grado de realism
de vi;ta existe una parte de verdad. En realid ad, las contradiccio o y de
nes posibilidades de realización de las diversas ideologías que
internas de la estruc tura social francesa, que se desarrollan nacie-
des- ron en ella misma, en el terren o de las contradicciones que
pués de 1789, sólo encue ntran un equilibrio relativo con la gener ó
tercer a duran te su desarrollo.
repúb lica y Franc ia conoce entonces sesen ta años de vida
poHtica 2) Un mome nto sucesivo es la relación de las fuerzas políti-
equili brada luego de ochenta años de conmociones produ cidas
en cas; es decir, la valoración del grado de homo genei dad, autoc
oleadas cada vez más espad adas: 1789, 1794, 1804, 1815, 1830, on-
1848, ciencia y organización alcanzado por los diferentes grupos
1870. El estadi o de estas "oleadas" de ampli tudes difere sociales.
ntes es Este momento, a su vez, puede ser analizado y dividi do en
precis ament e lo que permi te recon stmir las relaciones entre difere n-
estruc- tes grados que corres ponde n a los diferentes momentos de
tora y super estruc tora por un lado, y por el otro, entre el desarr la con·
ollo ciencia política colectiva, tal como se manif estaro n hasta ahora
del movimiento orgánico y del movimiento coyun toral de en
la <'-5- la historia. El prime ro y más eleme ntal es el económico-corpo
tructu ra. Se puede decir, por lo tanto, que la media ción dialéc rati-
tica vo: un come rciant e siente que debe ser solidario con otm
entre los dos principios metodológicos enunc iados al comie comer-
nzo de ciante, un fabric ante con otro fabricante, cte., pero el comer
esta nota puede encontrarse en la fórmula política-histórica ciante
de la no se siente aún solidario con el fabric ante; o sea, es sentid
revolución perma nente . a la
., unida d homogénea del grupo profesional y el deber de organ
Un aspecto del mismo probl ema es la llama da cuesti_on de izarla
l~s pero no se siente aún la unida d con el grupo social más
relaciones de fuerza. Se lee con frecuencia en las narrac10nes vasto.
his- Un segun do mome nto es aquel en el que se logra la conciencia
tóricas la expresión genérica: ~relaciones de fuerza favorables, de la
des- solidaridad de intereses entre todos los miembros del grupo
favorables a tal o cual tendencia". Plant eada así, en abstra
esta fórmula no explica nada o casi nada, porqu e no se hace
cto,
más
i
1
pero toda vía en el campo meram ente económico. Ya en este
mento se plante a b cuestión del Estad o, pero sólo en el
social,
mo-
que repeti r el hecho que debe explicarse presen tándo lo una terren o
vez de lograr una iguald ad político-jurídica con los grupos domin
como hecho v otra como ley abstra cta o como explicación. 1 antes,
El ya que se reivindica el derec ho a partic ipar en la legislación
error teórico ~onsistc, por lo tanto, en ofrecer como "caus y en
a histó- la admin istrac ión y hasta de modificarla, de reformarla,
rica" un canon de búsqu eda y de interp retaci ón. 1
! los cuadr os funda menta les existentes. Un tercer mome nto es
pero en
En la "relación de fuerza", mient ras tanto, es necesario distin aquel
- en el que se logra la. conciencia de que los propios intereses corpo
guir diversos momentos o grados, que en lo funda menta l ra-
son los tivos, en. su desarrollo actual y futuro, super an los límite
siguientes: s de la
1) Una relación de fuerzas sociales estrec hame nte ligadas a cori>oración de grupo puram ente económic-o y puede n y
la deben
esbuc tma, objetiva, indep endie nte de la volun tad de los hombr convertirse en los intereses de otros grupos subordinados.
e~, Esta es
que puede ser medid a con los sistemas de las ciencias exacta la fase más estric tamen te política, que señala el neto pasaje
s o h- de la
estruc tura a la esfera de las s_uperestructuras complejas.
" Cfr. La Révolution Fran¡;aise, de A. Mathiez, colección
[trad. cast.: La Recolución Francesa, 3 t., Labor, Barcelona,
Annand Colín
1935. N. del T.]. l fase en la cual las ideologlas ya existentes se transf orman en
tido", se confro ntan y entran en lucha hasta que una
Es In
"par-
sola de
56
l 57
ellas, o al menos una sola combinación de ellas, tiende a prevalecer, Esta relación entre fuerzas internacionales y fuerzas naciona-
a impcnerse, a difundirse por toda el área social, determinando les se complica aún más por la existencia, en el interior de cada
además de la unidad de los fines económicos y políticos, la unidad Estado, de muchas secciones territoriales, de estructuras diferentes
intelectual y moral, planteando todas las cuestiones en torno a las y de relaciones de fuerza también diferentes en todos los grados
cuales hierve la lucha no sobre un plano corporativo sino sobre un (la Vendée, por ejemplo, estaba aliada a las fuerzas reaccionarias
plano "universal" y creando así la hegemonía de un grupo social y las representaba en el seno de la unidad territorial francesa. Del
fundamental sobre una serie de grupos subordinados. El Estado mismo modo, Lyon, en la Revolución francesa, presentaba un nú-
es concebido como organismo propio de un grupo, destinado a cleo particular de relaciones).
crear las condiciones fa vorablcs para la máxima expansión del 3) El tercer momento es el de la relación de las fuerzas
mismo grupo; pero este desarrollo y esta expansión son concebidos militares, inmediatamente decisivo según las circunstancias. (El
y presentados como la fuerza motriz de una expansión universal, desarrollo histórico oscila continuamente entre el primer y el ter-
de un desarrollo de todas las energías "nacionales". El grupo do- cer momento, con la mediación del segundo.) Pero este no es un
minante es coordinado concretamente con los intereses generales momento de carácter indistinto e identificable inmediatamente en
de los grupos subordinados y la vida estatal es concebida como una forma esquemática. También en él se pueden distinguir dos grados:
formación y una superación continua de equilibrios inestables (en uno militar en sentido estricto, o técnico-militar, y otro que puede
el ámbito de la ley) entre los intereses del grupo fundamental Y denominarse político-militar. En el curso del desarrollo histórico,
los de los grupcs subordinados, equilibrios en donde los intereses estos dos grados se presentaron en una gran variedad de combina-
del grupo dominante prevalecen pero hasta cierto punto, o sea, ciones. Un ejemplo típico que puede servir corno demostración-lí-
hasta el punto en que chocan con el mezquino interés económico- mite, es el de la relación de opresión militar de un Estado sobre
corporativo. una nadón que trata de lograr su independencia estataL La relación
En la historia real estos momentos se influyen recíprocamente, no es puramente militar, sino político-militar· v en efecto un tipo
en forma horizontal y vertical, por así expresarlo. Vale decir: según tal .de opresión sería inexplicable sin el es~~do de disg'regación
las actividades económicas sociales (horizontales) y según los te- SOCial del pueblo oprimido y la pasividad de su mayoría; por lo
rritorios (verticales), combinándose y cscindiéndose de diversas tanto la independencia no podrá ser lograda con fuerzas puramente
maneras; cada una de estas combinaciones puede ser representada militares, sino militares y polltíco-militares. En efecto, si la nación
por su propia expresión organizada, económica y po~ítica. ~in em- oprimida, para iniciar la lucha por la independencia, tuviese que
bargo, es· necesario tener en cuenta que estas relaciOnes mternas esperar que el Estado hegemónico le permita organizar un ejército
de uu Estado-::-Jación se confunden con las relaciones internacJO- propio en el sentido estricto y técnico de la palabra, tendría que
nales creando nuevas combinaciones originales e históricamente esperar bastante (puede ocurrir que la reivindicación de un ejérci-
conc;etas. Una ideología nacida en un país muy desarrollado se to propio sea satisfecha pot la nación hegemónica, pero esto signi-
difunde en paises menos desarrollados, incidiendo en el juego local fica que una gran parte de la lucha ya ha sido desarrollada y
de las combinaciones."· vencida en el tetreno político-militar). La nación oprimida, por lo
tanto, opondrá in;cialmentc a la fuerza militar hegemónica una
t;¡ La religión, por ejemplo, ha sido siempre una fuente para tales :o~bma~ fuerza que será sólo "político-militar", o sea, una forma de acción
dones ideológico~políticJ.s nacionales e internacionales, y con la rel_tgt~n las política que posea la virtud de determinar reflejos de caráctet
otras formaciones mtewacionules~ la masonería, el Rotary Club, los )Ud1os, la
diplomacia de carrera, q11e sugieren expedientes politices de diversos orígenes
militar en el sentido: 1) de que sea eficiente para disgregar ínti-
históricos y los hacen triunfar en determinados países, funcionando como pat· mamente la eficacia bélica de la nación l1egemónica; 2) que cons-
tido político internacional que opera en cada nación con todas sus fuerzas
internacionales concentradas. Religión. masonería, Hotnry, judíos, etc., pueden
entrar en la categoría social de los "intelectuales'', cuya función, en escala técnicos que hacen funcionar toda actividad cle dirección, 1a de encontrar los
íntemacional, es b tle mediar los extremos 1 la de "socia1ízar" los expedientes compromisos y los medíos de escapar a las soluciones extremas.

58 59
triña a la fuerza militar hegemónica a diluirse y dispersarse en de la ciudad y del campo, especialmente de aquéllas, atormen-
un gran territorio, anulando en gran parte su capacidad bélica. En tadas. P?r una miseria endémica. En todo caso, la ruptura del
el Risorgimento italiano, se evidencia la trágica ausencia de una eqmhbno de fuerzas no ocurre por causas mecánicas inmediatas
dirección político-militar, especialmente en el Partido de Acción de empobrecimiento del grupo social que tiene interés en romper
(por incapacidad congénita), pero también en el Partido piamon- el eqmhbno Y de hc.cho lo rompe; ocurre, por el contrario, en el
tés-moderado, tanto antes como después de 1848, no ciertamente cuadro ele conflictos superiores al mundo económico inmediato
por incapacidad, sino por "malthusianismo económico-político", vinculados al "pr;stigio" ele clase (intereses económicos futuros):
esto es, porque no se quería ni siquiera mencionar la posibilidad de a ~na exasperac10n del sentimiento ele independencia, de autono-
una reforma agraria y porque no se deseaba la convocatoria de nua Y de poder. La cuestión particular del malestar o bienestar
una asamblea nacional constituyente y sólo se tendía a que la mo- económ.ico como causa. de nuevas realidades históricas es un aspec-
narquía piamontesa, sin condiciones o limitaciones de origen po- to parcml de la cuest10n de las relaciones de fuerzas en sus diver-
pular, se extendiese por toda Italia mediante la simple sanción de so~ grados. Pueden p.roducirse novedades tanto porque una situa-
los plebiscitos regionales. <:!On ele bienestar esta amenazada por el egoísmo mezquino de un

Otra cuestión ligada a las precedentes es la de determinar si grupo adversario, como porque el malestar se ha hecho intolerable
las crisis históricas fundamentales son provocadas inmediatamente Y no se vislumbra en la vieja sociedad ninguna fuerza que sea
por las crisis económicas. La respuesta a la cuestión está contenida capaz ele mitigarlo Y de restablecer una normalidad a través de
en forma implícita en los parágrafos precedentes, donde se tratan rned10s legales. Se puede decir, por lo tanto, que todos estos ele-
cuestiones que no son n1ás que otra manera de presentar las que mentos son la manifestación concreta de las fluctuaciones de
tratamos ahora aquí. Sin embargo, es siempre necesario por razo- ~oyuntura del conjunto de las relaciones sociales de fuerzas, so-
nes didácticas, dado el público a las que están dirigidas, examinar bre cuyo tL·rreno adviene el pasaje de éstas a relaciones políticas
toda forma de presentarse de una misma cuestión como si fuese un de fuerzas para culminar en la relación militar decisiva.
problema independiente y nuevo. Se puede excluir que bs crisis Si falta este proceso ele desarrollo que permite pasar de un
económicas produzcan, por sí mismas, acontecimientos fundamenta- . momento al otro, y si es esencialmente un proceso que tiene por
les; sólo pueden crear un terreno más favorable a la difusión de actores a los hombres y su voluntad y capacidad, la situación
ciertas maneras ele pensar, de plantear y resolver las cuestiones que permanece sin cambios, y pueden darse conclusiones contradicto-
hacen a todo el desarrollo ulterior de la vida estatal. Por otro lado, rias. La vieja sociedad resiste y se asegura un período de "respiro",
todas las afirmaciones que conciernen a los períodos de crisis o de exterminando físicamente a la élite adversaria y aterrorizando a las
prosperidad pueden dar lugar a juicios unilaterales. En su compen- n1asas de reserva; o bien ocurre la destrucción recíproca de las
dio de historia de la Revolución francesa, Mathiez, oponiéndose a la fuerzas en conflicto con la instauración ele la paz de los cementerios
vulgar historia tradicional que a priori "encuentra" una crisis y, en el peor ele los casos, bajo la vigilancia de un centinela
coincidente con la gran ruptura del equilibrio social, afirma que extranjero.
hacia 1879 la situación económica era más bien buena en lo Pero la observación m:ís importante que surge a propósito de
inmediato, por lo que no puede decirse que la catástrofe del Estado todo análisis concreto de las relaciones ele fuerzas, es la siguiente:
absoluto sea ele biela a una crisis de empobrecimiento. Es necesario <[~e tales análisis no pueden ni deben convertirse en fines por sí
observar que el Estado estaba enfrentado a una mortal crisis fi- 1111smos (a menos que se escriba un capítulo ele historia uel pasado)
nanciera y se planteaba la cuestión de saber sobre cuúl de los tres Y que aclqmeren un significado sólo en cuanto sirven para justifi-
estratos soci~les privilegiados debían recaer los sacrificios y las car una acción práctica, una iniciativa de voluntad. Ellos mues-
cargas para poner en orden las finanzas del Estado y del rey. tran cuáles son los puntos de menor resistencia donde la fuerza
Además, si bien la posición económica ele la burguesía era flore- de la voluntad puede ser aplicada de manera mús fructífera, su-
ciente, no era buena por cierto la situación de las clases populares gieren las operaciones tácticas inn1cdiatas, indican cón1o S(~ puede

60 61
lanzar eficazmente una campaña de agitación política, qué lengua- cual requirió o impuso por la fuerza el consenso de las grandes
je será el que comprenderán mejor las multitudes, etc. El ele- masas (la guerra, por ejemplo), o bien porque vastas masas (es pe·
mento decisivo de toda situación es la fuerza permanentemente cialmente de campesinos y de pequeños burgueses intelectuales)
organizada y predispuesta desde hace mucho a la que se puede pasaron de golpe de la pasividad a una cierta actividad y plantea-
llevar adelante cuando se juzga que una situación es favorable (Y ron reivindicaciones que en su caótico conjunto constituyen una
lo es sólo en la medida en que una fuerza semejante existe y está revolución. Se habla de "crisis de autoridad" y esto es justamente
impregnada de ardor combativo). Es por ello una tarea esencial la crisis de hegemonía, o crisis del Estado en su conjunto.
velar sistemática y pacientemente por formar, desarrollar y tomar La crisis crea peligrosas situaciones inmediatas porque los di·
cada vez más homogénea, compacta y consciente de sí misma a versos estra~o~ de la población no poseen la misma capacidad de
esta fuerza. Esto se ve en la historia militar y en el cuidado con que onentarse rap1damente y de reorganizarse con el mismo ritmo. La
en todas las épocas los ejércitos fueron preparados para iniciar una clase dirigente tradicional, que tiene un numeroso personal adies-
guerra en cualquier momento. Los grandes Estados han llegado a trado, cambia hombres y programas y reasume el control que se le
serlo precisamente porque en todo momento estaban preparados estaba escapando con una celeridad mayor de cuanto ocurre en las
para insertarse eficazmente en las coyunturas internacionales fa- clases ~ubalternas; si es necesario hace sacrificios, se expone a un
vorables y éstas lo eran porque ofrecían la posibilidad concreta ~orvemr oscuro cargado de promesas demagógicas, pero se man-
de insertarse eficazmente en ellas. tlene en el poder, lo refuerza por el momento y se sirve de él para
destruir al adversario y dispersar a su personal directivo que no
puede ser muy numeroso y adiestrado. El pasaje de las masas de
Observacumes sobre algunos aspectos de la estructura de los par- muchos partidos bajo la bandera de un partido único, que represen·
tidos políticos en los períodos de crisis orgánica. En cierto mo- ta mejor y resume las necesidades de toda la clase, es un fenómc·
mento de su vida histórica, los grupos social~ se separan de sus no orgánico y normal, aunque su ritmo sea rapidísimo y casi
partidos tradicionales. Esto significa que los partidos tradicion~­ fulminante en relación a las épocas tranquilas. Representa la fusión
les, con la forma de organización que presentan, con los determi- de todo un grupo social bajo una dirección única considerada como
nados hombres que los constituyen, representan y dirigen, ya no la única capaz de resolver un grave problema existente y alejar un
son reconocidos como expresión propia de su clase o de una frac- pehgro mortal. Cuando la crisis no encuentra esta solución orgáni·
ción de ella. Cuando estas crisis se manifiestan, la situación inme- ca, sino la solución del jefe carismático, ello significa que existe un
diata se torna delicada y peligrosa, porque el terreno es propicio e;¡.11ilibrío estático (cuyos factores pueden ser eliminados, prevale·
para soluciones de fuerza, para la actividad de oscuras potencias c1endo sin embargo la inmadurez de las fuerzas progresistas), que
representadas por hombres providenciales o carismáticos. ningún grupo, ni el conservador ni el progresista, tiene fuerzas
·Cón1o se forn1an estas situaciones de contraste entre ~'rcpre­ como para vencer, y que el mismo gmpo conservador tiene neccsi·
sent~~los y representantes" que desde el terreno de los pmtidos dad de un jefe."
(organizaciones de partido en sentido estricto, campo ckctnral·par· Este tipo de fenómenos está vinculado a una de las cuestiones
Iamentario, organización periodística) se transmiten a todo el más importantes que conciernen a los partidos políticos: a la capa-
organismo estatal, reforzando la posición relativa del poder d? la cidad del partido de reaccionar contra el espíritu de rutina, contra
burocracia (civil y militar). de las altas finanzas, de la Igles1a Y la tendencia a anquilosarse y a devenir anacrónico. Los partidos
en general de todos los organismos relativamente ind,ependientes nacen y se constituyen en organizaciones para dirigir las situacio-
de las fluctuaciones de la opinión pública? En cada pa1s el proceso nes en momentos históricamente vitales para sus clases; pero no
es diferente, aunque el contenido sea el mismo. Y d contenido. es siempre saben adaptarse a las nu.evas tareas y a las nuevas épocas,
la crisis de hegemonía de la clase dirigente, que se produce o b1en 1 16 Cfr. El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte.
porque dicha clase fracasó en alguna gran empresa política para la

62 l 63
no siempre saben adecuarse al ritmo de desarrollo del conjunto produzcan las divergencias del país y desaparezca en consecuencia
<le las relaciones de fuerza (y por ende de la posición relativa de el poder determinante del Estado Mayor a causa de la disgregación
sus clases) en un país determinado o en el campo internacional. del mstrumento militar. Todos estos elementos de observación no
Cuando se analizan estos desarrollos de los partidos, es preciso son, por cierto, absolutos; tienen un peso muy diferente según Jos
distinguir el gmpo social, la masa de los partidos, la burocracia momentos históricos y según los países.
y el Estado ~-layar de los partidos. La burocracia es la fuerza La primera investigación a realizar es la siguiente; ·existe en
consuetudinaria y conservadora más peligrosa; si ella termina por algún país un estrato social generalizado para el cual fu carrera
constituir un cuerpo solidario y aparte y se siente independíente buro:rá:ica, civil y militar, sea un elemento muy importante de vida
de la masa, el partido se convierte en anacrónico y en los momen- econormca y de afirmación política (participación efectiva en el
tos de crisis aguda desaparece su contenido soda] y queda como poder, aunque sea indirectamente, por "chantaje")? En la Europa
en las nubes. Véase lo ocurrido a una serie de partidos alemanes moderna, este estrato se puede identificar en la burgu~;sía mral
con la expansión del hitlerismo. Los partidos franceses constituyen m~d1a Y p~qucña, que está más o menos difundida en los diversos
un campo Iico para tales investigaciones: todos ellos son anacró- paises segun. el desarr?llo de las fuerzas industria]('s por un lado,
nicos y están anquilosados, son documentos histórico-poHticos de Y d~ la re:o.I ma a grana por el otro, Ciertamente, la carrera buro-
las diversas fases de la historia pasada de Francia, que repiten una c:átiCa (civil Y militar) no es un monopolio de este estrato social.
terminología envejecida; su crisis puede llegar a ser aún más Sm. embargo, le es particularmente adecuada debido a la función
~atastrófica que la de los partidos alemanes. socral que este estrato desempeña y a las tendencias psicológicas
Al examinar este tipo de acontecimientos no se da habitual- que la función determina o favorece, Estos dos elementos dan al
mente una adecuada ubicación al elemento burocrático, civil y conJ~nto.?el gmpo social una cierta homogeneidad y energía en
militar y no se tiene presente, además, que en tales análisis no la dneccwn y, por ende, un valor político y una función frecuen-
deben entrar solamente los elementos militares y burocráticos en temente decisiva en el conjunto del organismo social. Los miembros
acción, sino también los estrados sociales entre los cuales, en los de este gmpo están habituados a mandar directamente a núcleos
complejos estatales que estamos considerando, se recluta tradici o- de hombres, aunque sean a veces exiguos, y a mandar desde un
nalmente la burocracia. Un movimiento político puede ser de punt~ de ~fsta "político", no "económico"; es decir, que en su arte
carácter militar aunque el ejército como tal no participe alli abier- de drreccwn no hay una aptitud para ordenar las "cosas" para
tamente. Un gobierno puede ser de carácter militar aunque el ord enar "wml bres y cosas " en un todo orgánico, como ocurre ' en
ejército como tal no participe en el gobierno. En determinadas la pr:oducción industrial, porque este grupo no tícne funciones
circunstancias puede ocurrir que convenga no "descubrir" al ejér- economicas en el sentido moderno del término. Tiene una renta
cito, no hacerlo salir de la constitucionalidad o, como se dice, ,no porque jurídicamente es propietario de una parte del suelo nacio-
llevar la política entre los soldados, para mantener la homogeneidad nal ?' su funci¿n consiste en impedir "políticamente" al campesino
entre oficiales y soldados en un terreno de aparente neutralidad y culttvadon'_l~JOrar s~ propia existencia, porque todo mejoramiento
supclioridad, más allá de las facciones. Y sin embargo, es el de la ,posict?n relativa del campesino sería catastrófica para su
ejército, es decir el Estado J\1ayor y la oficialidad, quien deter- posicion socml. La mt:eri.a crónica y el trabajo prolongado del
mina la nueva situación y la domina. Por otro lado, no es cierto ';ampesmo, ~on el consJgmente embrutecimiento, constituyen para
que el ejército, según l.t Constitución, jamás deba hacer politica. el una ne~es1dad pnmordial. Por ello despliega la máxima energía
El ejército debe justamente defender la Constitución, esto es, la en la rcsrstencm y en el contraataque a la menor tentativa de
forma legal del Estado, con sus instituciones conexas. De allí que organización autónoma del trabajo campesino y a todo mnvimi<:-nto
la llamada neutraliJad significa solamente el apoyo a la parte cultural camp~ino que escape del ámbito de la rellgión oficial.
más reaccionaria. Pero en tales situaciones es necesario plantear Este grupo soc1al encuentra sus' límites y las razones de su debi-
la cuestión de cst<r manera para impt•dir que en el ejército se re- lidad intrínseca en su dispersión territorial y en la "falta de

64 65
y prepa rado en forma orgánica. En este movimiento consc
homogeneidad" que está vinculada estrec hamen te a tal disper iente
sión; entran los esfuerzos sistemáticos para hacer surgir y para mante
esto explica tambi én otras características como la volubilidad ner
, la de una mane ra establ e las diferentcs asociaciones de milita
multiplicidad de los sistemas ideológicos seguidos, la misma res
rareza en retiro y de ex comb atient es de los difere ntes cuerpos y
de las ideologías a veces adopt adas. La volun tad está orient amms,
ada espec ialme nte de oficiales, que están ligados a los Estados :\laya
hacia un fin, pero es lenta y necesita, por lo general, de un res
largo y puede n ser movilizados oport unam ente sin necesidad de
proceso para cenu·alizarse organizada y políticamente. El movi-
proceso lizar el ejército de leva, que mante ndría así su carác ter de
se acelera cuand o la "voluntad" específica de este grupo coinci reser-
de va de alarma. reforz ada e inmun izada contra la descomposi
con la voluntad y los intereses inmediatos de la dase alta; ción
no sólo políti ca por estas fuerzas "priva das" que no podrá n dejar de
el proceso se acelera sino que se manifiesta de inmediato la influir
"fuer- en su "moral", sosteniéndola y robusteciéndola. Puede decirs
za militar» de este estrato, que a veces, estand o organizada, e que
dicta se verifica un movimiento de tipo "cosaco", no en forma
su ley a la clase alta, al menos en lo que respec ta a la "form ciones
a" escalonadas a lo largo de la fronte ra nacional, como ocurrí
de la solución, si no al contenido. Se ven aquí actua r las a con
mismas los cosacos zaristas, sino a lo largo de las ..fronteras~ de
leyes observadas en las relaciones ciuda d-cam po en lo que cada
res- grupo social.
pecta a las clases subalternas: la fuerza de la ciuda d se transf
orma En toda una serie de países, por lo tanto, la influencia del ele-
autom áticam ente en fuerza del campo, pero ya que en el mento milita r en la vida estatal no significa sólo influencia
campo
los conflictos asume n de inmed iato una forma aguda y «perso y peso
nal", del elemento técnicornílitar, sino tambi én influencia y peso
por la ausencia de márgenes económicos y de la presión del es-
normal- trato social de donde el elemento técnicomílitar (sobre todo
mente más fuerte que se ejerce de arriba hacía abajo, en el de los
camp o oficiales subalt ernos ) extrae su origen. Esta S<'Iie de ob.>er
los contra ataqu es deben ser más rápidos y decisivos. El vaciones
grupo son indispensables para analiz ar el aspec to más íntimo de
en cuestión comp rende y ve que el origen de sus males está aquel la
en la determ inada forma política que suele llamarse cesarismo
ciuda d, en la fuerza de las ciudades y por ello comp rende o bona-
que partismo, para distinguirla de otras formas, "n las cuales
"debe " dictar la solución a las clases altas urban as, a d de-
fin de mento técnic omilit m como tal predo mina bajo f01mas quizá
que el fo<.'O princi pal sea apaga do, aunqu e esto no conve más
ng~ de visibles y exclusivas.
inmediato a las altas clases urban as, ya sea porqu e es demas
iado Españ a y Grecia ofrecen dos ejemplos típicos, con eleme ntos
dispendioso o porqu e a la larga se transforma en peligroso
(estas símiles y disímiles. Para Españ a es necesario tener en cuent
clases parten de la visión de cid os más amplios de. desa;r~l?,. a al-
e~, gunas partic ularid ades: extensión del territorio y escasa densid
los cuales es posible maniobrar, y no solam ente del mt~res ad
. f1s1CO de la población campesina. Entre el noble latifundista y el
inmed iato). En P.ste sentido debe enten derse la func10n dll'ect campe-
iva sino no existe una numerosa burgu esía rural; tiene, por consig
del estrat o en cuestión y no en un sentid o absoluto; sin emba uien-
rgo no te, una escasa impor tancia la oficialidad subal terna como fuerza
es poca cosa." Es preciso anota r cómo el carác ter ~militar" ~e en
dicho sí (tenía en camb io una cierta impor tancia antag ónica la
~rupo social, que tradicionalmente era un re~e]O espontaneo oficia-
de lidad de las am¡as sabias: artille ría e ingenieros, de origen
ciertas condiciones de existencia, es ahora consc ientem ente educa bur-
do gués urbano, que se oponía a los generales e intent aba tener
una
17 Un reflejo de este grupo se ve
en k, activíd ad ideológica de l,os ~ntelec­ ! política propi a). Los gobiernos militares son por lo tanto
nos de ..grand es" generales; Pasividad de las masas campe
gobier-
tuales conservadores de dcre;Jut. El Hbro de Gaetan o
Mosca, 1 eortca. dei '
1 sinas
govem i e goterrw parlamentare ( 2:;t ed., 1925, 1 :;t ed., 1~83), como ciuda danía y como tropa. Si en el ejército se verifica
ejemplo al respect o; desde 1883 Mosca estaba aterronz~d-~
contact o entre la ciudad y el campo . ~fosca, por su poSlCio
puede sen·rr. de
por un .posible ! gregación política, es en un sentido vertical, no horizontal,
la dis-
por la
contraa taque) comprendia mejor en 1883 la técnica de Ia
subalternas que la comprensión que tenían de eUa, aun mucha
años después, ]os representantes de estas fuerzas suba1te
n defenslVa (de
polític a de las clases
s decenas. de
¡ competencia de los clanes dirigentes: la tropa se separ a para
a los jefes en lucha entre sí. El gobierno milita r es un parén
entre dos gobiernos constitucionales; el elemento militar es
seguir
tesis
rnas, comprendidas la re-
las urbunas. 1

66 1 67
serva permanente del orden, es una fuerza que opera de "manera tinuando annado bajo el desanne general y amenazando con el pe-
pública" cuando la "legalidad" está en peligro. Lo mismo ocurre ligro de una guerra civil entre sus tropas y el ejército de leva si
en Grecia, con la diferencia de que el territorio griego se extiende la clase alta muestra demasiada veleidad de resistencia. Estas obser-
en un sistema de islas y que una parte de la población más enér- vaciones no deben ser coneebidas como esquemas rígidos, sino
gica y aetiva está siempre sobre el mar, lo cual hace más fácil únicamente como criterios prácticos de intc111rctación histórica
la intriga y el complot militar. El campesino griego es pasivo como y política. En los análisis concretos de los acontecimientos reales
el español, pero en el cuadro de la población total, al ser el griego las formas históricas están bien caracterizadas y son casi "únicas".
más activo y enérgico y a la vez marino, es decir al estar casi César reprcscnta una combinación de circunstancias reales muy
siempre lejos de su centro de vida política, la pasividad general diferentes de las representadas por Napoleón I, así como las de Pri-
debe ser analizada en forma diferente y la solución del ¡woble- mo de Rivera difieren de las de Zivkovitch, etc.
ma no puede ser la misma (los fusilamientos de los miembros de En el análisis del tercer grado o momento del sistcma de las
un gobierno derrocado, ocurridos en Grecia hace nlg1mos años, relaciones de fuerzas existentes en una situación determinada, se
deben ser explicados quizás como un arrebato de cólera de este puede recurrir con utilidad al concepto que, en la ciencia militar,
elemento enérgico y activo que quiere dar una lección sangrienta). se denomina "coyuntura estratégica"~ o sea. con n1ayor ¡1redsión)
Debe subrayarse especialmente el hecho de que en Grecia y en el grado de preparación estratégica del teatro de la lucha, uno de
España la experiencia dd gobierno militar no ha creado una cuyos elementos principales está dado por las condiciones cuali-
ideología política y social permanente y orgánica desde un punto tativas del personal dirigente y de las fuerzas activas que se pueden
de vista formal, como ocurre en cambio en los países potencial- llamar de primera línea (compr<'ndidas también las de asalto). El
mente bonapartistas, por así decir. Pero las condiciones histódca' grado de preparación estratégica puede dar la victoda a fuerzas
generales de los dos tipos son las mismas: equilibrio de los grupos "aparentemente" (es decir cuantitativamente) inferiores a las
urbanos en lucha. lo cual impide el juego de la democracia "nor- adversarias. Se puede decir que la preparación cstratégíca tiende·
mal", el parlamentarismo; es difcr<'ntc, sin t'mhargo, la influencia a n·dncir a cero los llamados "factores imponderables", esto es, las.
del campo en este t'quilibrio . .En los países como España, el cam- reacciones inn1cdiatas y sorpresivas de parte, en un momento dado,
po. <'Ornpletamcntc pasivo, pem>itc a los generales de la nobleza de las fuerza.< tradieioualmente inertes y pasivas. Entre los ele-
tcrratenimte servirse políticumcnte del cjérdto para restablecer mentos de la preparación de un;1 coyuntura estratégica favorable
el <"quilibrio amenazado, o sea la supremacía de las clases altas. deben incluirse justamente a<¡ucllos consi<krndos en las observa-
En otros países,('] campo no es pasivo, pero sn movimiento: <:csdc ciones sobre la cxi ....;tpncía y 1a organización de un grupo mílit<n
,.¡ punto de vista político, no está coordinado con el mm:umento junto ni organí:;uw téenico del ejército m1cional. 1 ;-;
urbano: el ejército debe ¡wrmancccr neutral ya quc ,., pns1hlc que
de otra manera se disgregue horizontalmente (permanecerá neu-
tral hasta ciPrto punto, se entiende), y entra en C'ambio en acción ~s A propósitu tlcl ..gTu1_1o milit~u'" es interes;mte lo t1HC escribe T. Tittoni en
los *'Hicordi pt•r.son:lli íli politica inlerru". Xueca At~tolo,t!ia, 1~.'~16 de abril
la clase militar burocrática. que, con medios militares, sofoca el
de HJ:2~}. TiUoni ctu·ut.t qt:(' kt -meditado sobre d hecho d,, que para r<:unit·
movimiento del campo ( mns peligroso en lo inmediato). Tal sector a la fuerza púhlk.t m•ccs,trüt p~1r::t h<tC(•r frente a los tunmltos sm¡.;klos en una
logra cn esta lucha una cierta müfícadón política e ideológica, localidad, Pra necesario dt''i?!:tlllfllt'cer otr;ts rr-!.!iones: dur;1t1h' la :l>em~tn<l roja
encuentra aliados en las clases medias mhan:ts ( mcdms c;n sen- de junio de 191-i, para rq•rlmír los motinL"S de Ancona se hahí.t desguarnt'cido
tido italiano) reforzadas por los cst11diantes de origen mral que a Ranmna, doudc hw;.;o d 1wdccto, priYado de l.t fuer:t<l t1úl1lk.t. tll\() que
encerr,m;C" en b. prd;..x_·tnra, ;tll;mdnnnndo la dudad a los rP\ultosn~ ."~luchas
están en la ciudad, impone sns métodos políticos a las cbscs _altas, veces me pregunté qnt': h~thrí,t pudidn hacer el ¡:;ohiernn sl nn moYimiento
que d<'ben hacerle muchas concesiones y permitir una detcrrmnada revolucionario hubiese surgido simult{meamente en toda la peninsub/' Títtoní
legislación favorable; logra hasta cierto punto impreg~ar al Estado propone al gobierno eJ enroh1micnto de los ·•voluntarios del orden", ex cnmlm~
de sus intereses y sustituir una parte dd personal dmgcnte, con- tientes or,t~anizach;s por oficiales retir;!dos. El proye<.:to de Tiltoui pareció digno
de consideración, pc'rQ no tuvo <.-onthmadon:s.

fl8
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Otros elementos pueden ser elaborados partiendo de este frag- El cesarismo. César, Napoleón I, Napoleón III, Cromwell, etc.
mento del discurso pronunciado en el Senado el 19 de mayo de Compilar un catálogo de los acontecimientos históricos que cul-
1932 por el Ministro de Gu¡¡rra, general Gazzera ( efr. Corriere minaron en una gran personalidad "heroica".
del/a Sera del 20 de mayo): "El régimen disciplinario de nuestro Se puede dech· que el cesarismo expresa una situación en la
ejército, gracias al fascismo, aparece hoy como norma directiva cual las fuerzas en lucha se equilibran de una manera catastrófica,
que tiene valor para toda la nación. Otros ejércitos han tenido y o sea de una manera tal que la continuación de la lucha no puede
todavía conservan una disciplina formal y rígida. Nosotros tene- menos que concluir con la destrucción recíproca. Cuando la fuer-
mos siempre presente el principio de que el ejército está hecho za progresiva A lucha con la fuerza regresiva B, no sólo puede ocu-
para la guerra y que para ella debe prepararse; la disciplina de rrir que A venza a B o viceversa; puede ocurrir también que no
paz debe ser, por consiguiente, la misma que la de tiempo de vellZa ninguna de las dos, que se debiliten recíprocamente y que
guerra, encontrando esta última su fundamento espiritual en la una tercera fuerza e intervenga desde el exterior dominando a lo
época de paz. Nuestra disciplina se basa en un espíritu de cohe- que resta de A y de B. En Italia, luego de la muerte de Lorenzo
sión entre los jefes y los simples soldados que es fruto espontáneo el Magnifico, • ocurrió precisamente eso.
del sistema seguida. Este sistema ha resistido magníficamente Pero si bien el cesarismo expresa siempre la solución "arbitra-
durante una larga y durísima guena hasta la victoria; es mérito ria", confiada a una gran personalidad, de una situación histórico-
del régimen fascista haber extendido a todo el pueblo italiano una poHtica caracterizada por un equilibrio de fuerzas de perspectiva
tradición disciplinaria tan insigne. De la disciplina de cada uno catastrófica, no siempre tienen el mismo significado histórico. Puede
depende el éxito de la concepción estratégica y de las operaciones existir un cesarismo progresista y uno regresivo; y el significado
tácticas. La guerra ha enseñado muchas cosas y entre ellas que exacto de cada forma de cesarismo puede ser reconstruido, en
hay una separación profunda entre la preparación de paz y la rea- última instancia, por medio de la historia concreta y no a través
lidad de la guerra. Es cierto que cualquiera que sea la preparación, de un esquema sociológico. El cesarismo es progresista cuando su
las operaciones iniciales de la campaña ponen a los beligerantes intervención ayuda a las fuerzas progresivas a. triunfar aunque sea
ante problemas nuevos que dan lugar a sorpresas de ambas partes. con ciertos compromisos y temperamentos limitativos de la victo-
No es preciso sacar de esto la conclusión de que no sea útil tener ria; es regresivo cuando su interveneíón ayuda a triunfar a las
una concepción a priori y que de la guerra pasada no se puede fuerzas regresivas, también en este caso con ciertos compromisos
derivar ninguna enseñanza. Se puede obtener de ella una doctrina y limitaciones, los cuales, sin embargo, tienen un valor, una impor-
de guerra que debe ser entendida con disciplina intelectual y como tancia y un significado diferente que en el caso anterior. César y
medio para promover modos de razonamiento no discordantes y Napoleón I son ejemplos de cesarismo progresivo. Napoleón III
una uníf01midad de lenguaje tal que permita a todos comprendl>I"- y Bismarck de cesarismo regresivo.
se y hacerse comprender. Si a veces la unidad de doctrina amena- Se trata de ver si en la dialéctica "revolución-restauración" es
zó degenerar en esquematismo, se reaccionó de inmediato, impri- el elemento revolución o el elemento restauración el que prevalece,
miendo a la táctica una rápida innovación, que era requerida ya que es cierto que en el movimiento histórico jamás se vuelve
también por los adelantos técnicos. Tales reglamentaciones, por atrás y no existen restauraciones in toto. Por otro lado, el cesarismo
consiguiente, no son estáticas, ni tmdicionales como creen algunos. es una fórmula polémica-ideológica y no un canon de interpreta-
La tradición sólo es considerada C'omo fuerza y los rcgln.mentps es- ción histórica. Se pueden dar soluciones cesaristas aun sin un
tán siempre en curso de revisión no por un deseo de cambio, sino César, sin una gran personalidad "heroica" y representativa. El
para poder adecuarlos a la realidad". (Un ejemplo de "preparación sistema parlamentario dio también un mecanismo para tales solu-
de la coyuntura estratégica" se puede encontrar en las Memorias
0
de Churchill, donde habla de la batalla de Jutlandia.) A la mumte de Lorenzo el Magnífi9o ( 1492) se produce en Italia la ruptura
del equílibri.o existente entre los diversas Estados y se uhre un perlado de
decadencia total y de desmemhramiento de la Península. (N, del T,)

70
71
dones de compromiso. Los gobiernos "laboristas" de Mac-Douald 1848, luego de la expansiOn dPI parlamentarismo, dd régimen ,¡,,
eran basta cierto punto soluciones de este tipo; el grado de cesa- asociación sindiC'al o de partido, de la fol"mal'ión tlP vastas hnrn-
rísmo se intensificó cuando se formó el gobierno con Mac-Donald cracias estatales y "privadas" (político-privadas, de partido y sill-
como presidente v la mayoría conservadora. Así cn Italia, en dical<'s) y las transformaciones producidas en la mganizadón .¡,.
octubre de 1922, hasta la separación de los "populares, • Y luego la policía en sentido amplío, o sea, no sólo d<'l servicio <'statal
gradualmente basta el 3 de junio de. 1952, y, ~un i;as;~, el 8 de destinado a la r<•prcsión de la dclín<'n<•ncia, sin tamhic'n del con-
noviembre de 1926, se dio un movimlcnto pollhco-histouco en el junto de las fuerzas organizadas del Estado y <k los particulares
cual se sucedieron diversas formas de cesarismo hasta una forma para tutc·1m· el dominío político y <'C'On{nnit'o de las clases diri-
más pura y permanente, aunque no inmóvil y estática. Todo go- gentes, En <'stc sentido, partidos "político.<'' enteros y otms organi·
bierno de coalición es un grado inicial de cesansmo, que puede zacioncs económicas o de otro tipo deben ser considerados orga-
0 no desarrollarse hasta los grados más significativos (natural- nismos de policía polítim, de carúc!N prcw·nlivo y d" inv<'stiga-
mente la opinión generalizada es, en cambio, la de que los gobJer- ción. El esquema gcnórico de las ftt<'l'las A y R cn lucha con una
nos de coalición son el m•ls "sólido baluarte" contra el cesarismo)· perspectiva catastrófica, es '-keír, con la p<'rsp<'('tiva de f11H' no
En el mundo moderno, con sus grandes coa lícioncs de carácter venza ninguna de las dos en la lm•ha por constituir (o recons-
económico-sindica l y político de partido, el mecani,mo del feno- tituir) un equilibrio orgánico del cual nace (puede nacer) <'l <'<'Sa-
meno cesarista es muy diferente del que existió en la época d~ rism01 es pr<'císamcntc una hipbtC'sis p:Pnt5rka, nn (•squcma sodo-
Napoleón IIL En el período hasta Napoleón III las fuc.r~as nnh- lógico (cómodo para el arte político), Esta hipótesis puede tornar-
tares regulares o de línea constituhían un clcmcnto deciSIVO para se cada vez más Cóncr('ta+ elevarse n un grado mayor de aproxima~
el advenimiento del cesarismo, que se verificaba a través de golpes ción a la rmlidad históri<'a concreta si se pr('('isan algunos de-
de Estado bicn precisos, con acciones militares, cte. ,, mentas fundamentales.
En d mundo moderno, las fuerzas sindicales y pohticas, con Así, bablamlo de A y de B Sf' dijo solamente qm' se trataba
medios financieros incalculables puestos a disposición de peque- de dos fuerzas, progr<?Sista una y regresiva la otra, pern en un
ños grupos de ciudadanos, complican el probl~ma. Los funciOna- sentido general. Se puede precisar de qué tipo de fuerzas progre-
rios de los partidos y de los sindicat?s cconómic?s pued~? ser co- sistas o r<'~n·sivas se trata y obtener así nna mayor aproximaeión~
rrompidos 0 aterrorizados, sin neceSidad de acciones m1htmcs en En el caso de César o de Napokón T, pnC'clc decirse r¡uC' :.tnn
vasta escala, tipo César o 18 Brumario. Se ,reproduce en cst: siendo A y B distintas y contradictorias. no <'ran sin <'mhargo
campo la misma situación examinada a propos1to de la fórmul.~ tales como para que no pudi0sen en •'ahsoluto" llq;ar a una
jacobino-cuarcntio chcsca de la llamada "revolución permanente fusión y una asimilación recíproca lnegn <In un Jli'O<·cso molecular;
La técnica política moderna ha cambiado por cornplcto luego de lo cual <'n efecto ocnrrf', al menos <'n cierta nwdida (wficicnte
no obstante para los fines histórico-políticos dd ces<' de la lucha
orgánica fundamental y por ende de la snpcracic>n dP la fase
o D •, ]" 1· . r··h" sohrc Ronm y del triunfo (le }.ínssoHni, los ".popu-
catastrófica). Este es un elemento de mayor aproxinHH'ít'm. Otro
cspues: ( ~; .t 01•1 "" " i' d '
lares" ( antece~ores directos del actual partido cleric.al ita 1ano ernucra_t .l-en~~
·
elemento es el siguiente: la fase catastr[,fica puede emerger por una
tiano) surn;uon sus votos a lus fascistas en las elcCClOIII..'S del 17 d~ novlcm~¡e
de 1922, participando luego en el gobierno. Lue~o de algnn.1s _J.IScrep..tn~t~ts deficiencia polítka "momentánea" de la fuerza dominante tradi-
tre el tliri•rente Don Sturzo y hs altas jerarqu1as de la Igles1a, el parbdo cional, y no ya por una deficicnda orgúnica ncccsarimncntc insu-
en " en form:t separad ,t en ¡:1S e1LCctone.
, " , del 26
decide presentarse , , de enero de , perable. Hecho que se verificó cn el caso de Kapolcún Il T. La
1924, recha1.rmdo posteriormente su incorporacU)n ~ un frente ll.~lC? de op~s1~ fuerza dominante en Franela de 1815 a 1848 se había escíndiilo
ción ai f;.ts:dsmo. El 3 tlc enero de hJ:2.-J, el g:oh1~rno t~~~ ~l~t.-.solmt _supnme
l.t libertad tle prensa y el g de noviembre de 1926, la Cam<tl ~\ ~e Dlpt:tados políticamente ( facdosamcntc) en <·natro fraecioncs: legitimista,
declara disueltos a Jos partidos de la oposición y expulsa de dwha Camara orleanista, bonapartista y jacobino-rcpnblim na. Las luchas inter-
a sus representantes. (!-J. del T.) nas de faeción eran tales como para tornar posible d avane<' de

72 73
la fuerza antagónica B {progresist") en forma "precoz"; sin em- se comprendería el golpe de Estado del 2 de diciembre sin estudiar
bargo: la forma social existente no había agotado aún sus posi- la función de los grupos militares y de los campesinos franceses.
bilidades de desarrollo, como lo demostraron abundantemente los Un episodio histórico muy importante desde este punto de
acontecimientos posteriores. Napoleón III representó (a su modo, vista es, en Francia, el affaire Dreyfus; él también entra en esta
según su estatura, que no era grande) estas posibilidades latentes serie de observaciones, no porque haya conducido al "cesarismo"
e inmanentes; su cesarismo tuvo por consiguiente un colorido par- sino justamente por lo contrario: porque impidió el advenimiento
ticular. El cesarismo de César y Napoleón I ha sido, por así decir, de un cesarismo que se estaba preparando y que tenía un carácter
de carácter cuantitativo-cualit ativo, o sea representó la fase hls- completamente reaccionario. Sin embargo, el movimiento Drcyfus
tórica del paso de un tipo de Estado a otro tipo, un pasaje en el es característico porque son los elementos del bloque social domi-
cual las innovaciones fueron tantas y de características tales como nante quienes desbaratan el cesarismo de la parte más reaccionaria
para representar una verdadera revolución. El cesarismo de Napo- del mismo bloque, apoyándose no en los campesinos, en el campo,
león III fue únic" y limitadamente cuantitativo, no hubo un pasaje sino en los elementos subordinados de la ciudad guiados por el re-
de un tipo de Estado a otro tipo de Estado, sino sólo una "evolu- formismo socialista (pero apoyándose también en la parte más
ción" del mismo tipo, según una línea ininterrumpida. avanzada del campesinado). Del tipo Dreyfus encontramos otros
En el mundo moderno los fenómenos de cesarismo son total- movimientos histórico-políticos modernos, que no son por cierto
mente diferentes tanto de los de tipo progresista César-Napo- revoluciones, pero que tampoco son por completo reaccionarios, al
león I, como también de aquellos del tipo Napoleón III, si bien menos en el sentido de que destruyen en el campo dominante las
se aproximan a estos últimos. En el mundo moderno el equilibrio cristalizaciones estatales sofocantes e imponen en la vida del Esta-
de perspectivas catastróficas no se verifica entre fuerzas que en do y en las actividades sociales un personal diferente y más nu-
última instancia pudiesen fundirse y unificarse, aunque fuera luego meroso que el precedente. Estos movimientos pueden tener tam-
de un proceso fatigoso y sangriento, sino entre fuerzas cuyo con: bién un contenido relativamente "progresista" en cuanto indican
traste es incurable desde un punto de vista histórico, y que se pro- que en la vieja sociedad existían en forma latente fuerzas activas
fundiza especialmente con el advenimiento de formas cesaristas. que no habían sido explotadas por los viejos dirigentes; "fuerzas
Sin embargo, el cesarismo tiene también en el mundo moderno un marginales", quizás, pero no absolutamente progresistas en cuanto
cierto margen, más o menos grande según los países y la fuerza no pueden "hacer época". Lo que las torna históricamente eficien-
que ellos posean en la estructura mundial, ya que una forma social tes es la debilidad constructiva de la fuerza antagónica y no una
"siempre " tiene posibilidades marginales de desarrnllo ulterior y fuerza íntima propia; de allí entonces que estén ligadas a una
de sistematización organizativa y especialmente puede basarse en situación determinada de equilibrio de fuerzas en lucha, ambas
la relativa debilidad de la fuerza progresista antagónica, por la incapaces de expresar en su propio campo una voluntad propia de
naturaleza y el modo peculiar de vida de la misma, debilidad que reconstrucción.
es necesario mantener: por ello se ha dicho que el cesarismo mo-
derno es, más que militar, policial.
Sería un error de método (un aspecto del mecanicismo socio- Lucha política y guerra militar. En la guerra militar, logrado d
lógico) considerar que en los fenómenos de cesarismo, tanto pro- fin estratégico de la destrucción del ejército enemigo y de la ocu-
gresista como regresivo o de carácter intermedio episódico, todo el pación de su territorio, se da la paz. Es preciso señalar, por otro
nuevo fenómeno histórico se deba al equilibrio de las fuerzas lado, que para que concluya la guerra basta con que el fin estra-
"fundamentales": es necesario ver también las relaciones existentes tégico sea alcanzado sólo potencialmente; o sea basta con que no
entre los grupos principales (de distintos géneros, social-económico exista duda de que un ejército no puede combatir más y que el
y técnico-económico ) de las clases fundamentales y las fuerzas ejército victorioso "puede" ocupar el territorio enemigo. La lucha
auxiliares guiadas o sometidas a la influencia hegemónica. Así, no política es enormemente más compleja. En cierto sentido puede

74 75
ser parangonada con las guerras coloniales o con las v¡e¡as guerras miento aparte, ya que están ligados a condiciones particulares del
de conquista, cuando el ejército victorioso ocupa o se propone ocu- ambiente físico-geográfico regional, a la formación de las clases
par en forma estable todo o una parte del territorio conquistado. rurales e igualmente a la eficiencia real de los gobiernos. Lo mismo
Entonces, el cjérc·ito vencido es desarmado y dispersado, pero la para el caso de las bandas irlandesas, cuya forma de guerra y de
lucha continúa en el terreno político y en el de la "preparación'" organización estaba ligada a la estructura social de ese país. Los
militar. comitad¡is, los irlandeses y las otras formas de guerra de guerri-
Así, la lucha política de la India contra los ingleses (y en cierta llas deben ser separadas de la cuestión del arditismo, si bien pare-
medida de Alemania contra Francia o de Hungría contra la Pe- cen tener puntos de contacto con ella. Estas formas de lucha son
queíía Entente) conoce tres formas de guerras: de movimiento, de propias de minorías débiles pero exasperadas, contra mayorías
posición y subterrúnea. La resistencia pasiva de Gandhi es una bien organizadas, mientras que el arditismo moderno presupone
guerra de posición, c¡ue en algunos momentos se convierte en gue- una gran reserva, inmovilizada por diversas razones pero poten-
rra de movimiento y en otros en guerra subterránea: el boicot cialmente eficiente, que lo sostiene y lo alimenta con aportes
es guerra de posición, las huelgas son guerra de movimiento, la individuales.
prc¡xuación clandestina de armas y de elementos combativos de
asalto es guerra subterr,\nca. Hay una forma de "arditismo": pero
es empleada con mucha ponderación. Si los ingleses tuviesen la
convicción de que se prepara un gran movimiento insurreccional La relación existente C'n 1917-18 entre las formaciones ele "arcliti"
destinado a destruir su actual superioridad estratégica (que con- y el ejército en su conjunto puede conducir y condujo ya a los
siste, en cierto sentido, en su posibilidad de maniobrar a través de dirigentes políticos a erróneas formulaciones en sus planes de lucha.
líneas interiores y ele concentrar sus fuerzas en el punto "esporádi- Se olvida: 1) que los "arditi" son simples formaciones tácticas
camente" más peligroso) con el ahogamiento de masa (es decir, <]UC presuponen un ejército poco eficiente, mas no inerte por com-
constriiíéndolos a diluir sus fuerzas en un teatro bélico genera- pleto, puesto que si la disciplina y el espíritu militar se relajaron
lizado en forma simultánea), les convendría provocar la salida hasta aconsejar una nueva disposición táctica, a pesar de todo
prematura de las fuerzas combatientes indias para identificarlas y c•xisten en cierta medida, y, en correspondencia con ella, se da
decapitar el movimiento generaL Así, a Francia le convendría que justamente la nueva formación táctica; de otra manera se produ-
la derecha nacionalista alemana fuese envuelta en un golpe de ciría inevitablemente la derrota y la fuga; 2) que es preciso no
Estado aventurado c¡ue impulsara a la presunta organización militar -considerar al "arditismo" como un signo de la combatividad gene-
ilegal a manifestarse prematuramente, permitiendo una interven- ral de la masa militar, sino, por el contrario, como un signo de su
ción afortunada desde d punto de vista francés. He aquí por qué pasividad y de sn relativa desmoralización. Esto sea dicho mantc·
en estas formas mixtas ele lncha, cuyo carácter militar es funda- niendo implícito el criterio general de que los parangones entre el
mental y el carácter político preponderante (toda lucha política mil' militar y la política deben ser establecidos siempre cum
tiene siempre un sustrato militar), el empleo de los "arditi" deman- grano saTis, es dceir sólo como estímulos para el pensamiento y
da un desarrollo táctico original, para cuya concepción la experien- como términos de simplificación ad absurdum. En efecto, en la
cia de guerra sólo puede dar un estímulo y no un modelo. militancia política falta la sanción penal impbcablc para quien
El problema de los comitadiis o balcánicos merece un trata- yerra o no obedece exactamente, falta la ley marcial, sin contar
con el hecho ele que la disposición de las fuerzas políticas no es
0 Durante la gnerra mundial ( 1915-1913) se denominó "arditi" a los grnpos. ni de lejos comparable al encuadramiento militar.
de élite especializados en hs acciones n'Lpicbs y ¡1elígrosas, separados de la
tropa por insignias diferentes y un régimen particular. (N. del T.)
En la lucha política, ademús de la guerra de movimiento y de
0
Se llamaban así las h.mdas de comhüientes irregulares que Qperaban en.
la guerra de asedio o de posición, existen otras formas. El verdadero
la península balcánica y preparaban la lucha contra los turcos. {N. del T.) "arditismo", o sea el "arditismo" moderno, es propio de la guerra

76 77
ligada a la moderna guerra de posición y función político-militar:
de posición, tal como se reveló en 1914-18. La guena de movi-
como función de arma especial el arditismo existió en todos los
mietlto y la de asedio de los períodos precedentes tenían también,
ejércitos que participaron en la guerra mundial; como función
en cierto sentido, sus "arditi". La caballería ligera y pesada, los
político-militar existió en los países que tenían como expresión un
bersaglierí, etc., las tropas veloces en general, cumplían en parte
ejército nacional poco combativo y un Estado Mayor burocrati-
una función de ''arditi"; así, por ejemplo, en el arte de organizar
zado y fosilizado en la carrera.
las patrullas estaba contenido el germen del arditismo moderno.
Eri la guerra de asedio dicho germen existía más que en la guerra
de movimiento: servicio de patrullas más extendido y, sobre todo, A propósito de la comparacwn entre los conceptos de guerra de
el arte de organizar salidas y asaltos imprevistos por medio de ele-
maniobra y guerra de posición en el arte militar y los conceptos co-
mentos escogidos.
rrespondientes en el arte político, debe recordarse el folleto de
Otro elemento digno de tenerse presente es el siguiente: en la Rosa," traducido del francés al italiano en 1919 por C. Alcssandri.
lucha política es preciso no imitar los métodos de lucha de las En el folleto se teorizan un poco apresuradamente y en forma
clases dominantes, para no caer en fáciles emboscadas. En las superficial las experiencias históricas de 1905. En efecto, Rosa des-
luchas actuales este fenómeno se verifica con mucha frecuencia. cuidó los elementos "voluntarios" y organizativos que en aquellos
Una organización estatal debilitada es como un ejército que ha acontecimientos eran mucho más eficientes y numerosos de lo que
perdido todo su vigor; entran en el campo los "arditi", o sea las ella creía, víctima de un cierto prejuicio "economista" y cspon-
organizaciones armadas privadas que tienen dos objetivos: hacer taneísta. Sin cm bargo este folleto (y otros escritos de la misma
uso de la ilegalidad, mientras el Estado parece permanecer en la autora) es uno de los documentos más significativos de la teori-
legalidad, como medio de reorganizar al mismo Estado. Creer zación de la guerra de maniobra aplicada al arte político. El ele-
que a la actividad privada ilegal se le puede contraponer otra acti- mento económico inmediato (crisis, etc.) es considerado como la
vidad similar, es decir, combatir el arditismo con el arditismo es artillería de campaña que, en la guerra, abre una brecha en la
algo estúpido; significa creer que el Estado permanecerá siempre defensa enemiga, brecha suficiente como para que las tropas pro-
inerte, lo cual no ocurre jamás, al margen de las otras condiciones pias irrumpan y obtengan un éxito definitivo (estratégico) o al me-
diferentes. El carácter de clase lleva a una diferencia fundamental: nos importante en la dirección de la línea estratégica. Natural-
una clase que debe trabajar todos los días con horario fijo no puede mente, en la ciencia histórica la eficacia del elemento económico
tener organizaciones de asalto permanentes y especializadas como inmediato es considerado como mucho más complejo que el de fa
uqa clase que tiene amplias disponibilidades financieras y no está artillería pesada en la guerra de maniobra, ya que este elemento
ligada, con todos sus miembros, a un horario fijo. A cualquier hora !
era concebido como causante de un triple efecto: 1) <lbrir una
del día y de la noche, estas organizaciones convertidas en profe- brecha en la defensa enemiga, luego de haber llevado la confu-
sionales pueden descargar golpes decisivos y utilizar la sorpresa. 1
1 sión a los cuadros adversarios, abatida su confianza en sí mis-
La Úctica de los "arditi" no puede tener, por lo tanto, la misma mos, en sus fuerzas y en su ¡1orvenir; 2) organizar con una
importancia para una clase que para otra. Para ciertas clases es rapidez fulminante las propias ,tropas, crear sus cuadros, o al
necesaria, porque le es propia, la guerra de movimiento y de 1
1 menos ubicar con una celeridad fulminante los cuadros existen-
maniobra que, en el caso de la lucha política, puede combinarse con 1
tes (elaborados hasta entonces por el proceso histórico general) en
un útil y hasta indispensable uso de la táctica de los "arditi". Pero su puesto de encuadre de las tropas Jiseminadas; 3) crear en
fijarse en un modelo militar es una tontería: la política debe ser, forma instantánea la concentración ideológica de la identidad de los
también aquí, superior a la parte militar. Sólo la política crea la
posibilidad de la maniobra y del movimiento. 1 9 Rosa Luxemhurg, Lo sciopero generale
- Il partito e i sindicati, Societa Edi-
De todo lo dicho se advierte que en el fenómeno del arditismo trice "Avanti!", Milán, 1919. (N. del E.) [Trad. cast., Huelga de masa.1·.
partido u sindicatos. Cuadernos de P. y P. nrJ 13, Córdoba, 1970].
militar es preciso distinguir entre función técnica de arma especial
79
78
fines a alcanzar. Era una forma de férreo determinismo economista, ,\Veygand en la línea comandada por los oficiales franceses. Los
<·on el agravante de que los efectos eran concebidos corno inrne- mismos técnicos militares que ahora se atienen fijamente a la gue-
<liatos en el tiempo y en el espacio; se trataba por ello de un ver- rra de posición como antes se atenían a la guerra de maniobra, no
dadero misticismo histórico, de la espera de una especie de des- sostienen por cierto que el tipo precedente debe ser suprimido de
tello milagroso. la ciencia; sino c¡ue en las guerras entre los Estados más avanzados
La o bscrvadón del general Krasnov (en su novela) " de que industrial y civilmente se debe considerar a ese tipo corno redu-
la Entente (que no quería una victoria de la Rusia imp('rial para cido a una función más táctica que estratégica, se lo debe consi-
que no fuese resuelta definitivamente a favor del zarismo la cues- derar en la misma posición en que se encontraba en una época ante-
tión oriental} impuso al Estado Mayor ruso la guerra de trinchera rior la guerra de asedio con I'(.'Specto a la de maniobra.
(absurda dado el enorme desarrollo del frente del Báltico al rnar La misma reducción debe ser realizada en el arte y la ciencia
Negro, con grandes zonas palúdicas y boscosas) mientras que la política, al menos en lo que respecta a los Estados más avanzados,
única posible era la guerra de maniobra, es una tontería. El ejér- donde la "sociedad civil" se ha convertido en unrr estrnctura muy
cito mso en realidad intentó la guerra de maniobra y de profun- !'nmpleja y resistente a las "irrupciones" catastróficas del elemento
dización, especialmente en el S('Ctor austríaco (pero tam hién en económico inmedinto {crisis, depresiones, cte.): las supcrcstroc·
la Prusia Oriental) y obtuvo éxitos brillantísimos aunque ('fí- Juras de la sociedad civil son como el sistema de trincheras en la
meros. La verdad es que no se puede escoger la forma de ¡1;uerra gu!'rra moderna. Así como en éste ocurría que un <'ncarnizado
que se desea, a menos de tener súbitamente una superioridad ataque de la artillería parecía dcstmir todo el sistema defensivo
abrumadora sobre el enemigo, y sabido es euantas pérdidas costó advC'rsario, cuando en realidad sólo había destruido la super-
la obstinación de los Estados Mayores en no querer recono~r '!"" ficie exterior y en el momento del ataque y del avance los asal-
la guerra de posición era "impuesta" por las relaciones generales de tantes se encontmbnn frente a una línea defensiva todavía efi-
las fuerzas que se enfrentaban. La guerra de posidún, en efecto, ciente, lo mismo ocurre en la política durante las grandes crisis
no está constituida sólo por las trincheras propiamente dichas, económicas. Ni lrrs tropas asaltantes, por efecto de las crisis,
sino por todo el sistema organizativo e industrial del territorio se organizan en forma fulminante en el tiempo y el espacio, ni,
<¡u e está ubicado a espaldas del ejército: y ella es impuesta sobre tanto menos, adquieren un espíritu agresivo; recíprocamente, los
todo por el tiro rápido de los cañones, por las ametralladoras, los asaltados no se desmoralizan ni abandonan la defensa, aun entre
fusiles, la concentración de las armas en un determinado punto y los PScombros, ni pierden la confianza en las propias fuerzas ni en
adC'mús por la abundancia del reabastccimicnto que permite sus- su porvenir. Las cosns~ por cierto, no pcrmancecn tal cual eran,
tituir en forma rápida el material perdido luego de un avance o pero es vcnlad que llegan a faltar los elementos <k rapidez, de
de un retroceso. Otro elemento es la gran masa de hombres que
constituyen las fuerzas desplegadas, de valor muy desigual y que
¡ ritmo acelerado, de marcha progresiva definitiva qnc esperaban
encontrar los estrategas del cadornismo político.
1
justamente sólo pueden operar como masa. Se ve cómo en el frente 1 El último hecho de este tipo en la historia de la política son
oriental una cosa era irrumpir en el sector alemán y otra diferente 1
los acontecimientos de 1917. Ell<rs seilalaron un eamhio decisivo
en el sector austríaco y cómo también en el sector austrbeo, refor-
zado por tropas escogidas alemanas y comandadas por alemanes, el ¡ en la historia del arte y de la cieucia de la política. Se trata, por
<'Onsiguiente, de estudiar con «profundidad" cuáles son los elemen-
ataque de choque como táctica termina en un desastre. Algo análo- tos de la sociedad civil que eon·espondcn a los sistemas de <kfC'nsa
go se observa en la guerra pohlca de 1920, cuando el avance que en la guerra de posición. Se dice con "profundidad" intencionada-
parecía irresistible fue detenido delante de Varsovia por d general mente, ya que fueron estudiados, pero desde puntos de vista
superficiales y triviales, tal como ciertos historiadores de costum-
:!o Pedro Kl';lSrtov, Dall'aquila im¡JCriale alfa bandiera rossa, Salani, Florencia, bres estudian las rarezas de la 'moda femenina desde un punto <le
J'l28. (N. del E.) vista "racionalista", es decir, l)('rsuadidos de qne n dcrtos fenómc-

tlll .
81
í
nos se los destruye tan sólo con explicarlos en forma "realista'', Sólo que Ilich no tuvo tiempo de profundizar su fórmula, aun
coroo sí fuesen supersticiones populares (que por otro lado tam- teniendo en cuenta el hecho de que .podía ser profundizada sólo
poco se destruyen con el hecho de explicarlas). teóricamente, mientras que la tarea fundamental era nacional, es
decir, exigía un reconocimiento del terreno y una fijación de los
elementos de trinchera y de fortaleza representados por los elemen-
Es necesario ver sí la famosa teorfa de Bronstein sobre la per- tos de la sociedad civil, etc. En Oriente el Estado era todo, la so-
manencia n del movimiento no es el reflejo político de la teoría ciedad civil era primitiva y gelatinosa; en Occidente, entre Estado
de la guerra de maniobra (recordar la observación del general de y sociedad civil existía una justa relación y bajo el temblor del
cosacos Krasnov), en última instancia, el reflejo de las condiciones Estado se evidenciaba una robusta estructura de la sociedad civil.
generales económico-cultural-sociales de un país donde los cua- El Estado sólo era una trinchera avanzada, detrás de la cual existía
dros de la vida nacional son embrionarios y desligados, y no pue- una robusta eadena de fortalezas y casamatas; en mayor o menor
den transformarse en "trinchera o fortaleza". En este caso, se medida de un Estado a otro, se entiende, pero esto precisamente
podría decir que Broostein; que aparece como un "occidentalista", exigía un reconocimiento de carácter nacional.
era en cambio un cosmopolita, es decir superficialmente nacional La teoría de Bronstein puede ser comparada con la de ciertos
Y. superficialmente occidentalista o europeo. Ilich,"' en cambio, era sindiealistas franceses sobre la huelga general y con la teoría de
profundamente nacional y profundamente europeo. Rosa expuesta en el folleto traducido por Alessandri. El folleto
En sus memorias, Bronstein recuerda que se le dijo que su de Rosa y sus teorías, por otro lado, influyeron sobre los sindiealis-
teoría había demostrado ser válida luego de ... quince años, y res- tas franceses, tal como se evidencia en ciertos artículos de Rosmer
ponde al epigrama con otro epigrama. En realidad, su teoría como sobre Alemania aparecidos en la Vie OufYI"iere (primera serie en
tal no era válida ni quince años antes ni quince años después; pequeños fascículos). Dicha teoría depende en parte también de
como ocurre con los obstinados, de los que habla Guicciardini, él la teoría de la espontaneidad.
adivinó "grosso modo", es decir, tuvo razón en la previsión prác-
tica más general. Es como afirmar que una niña de cuatro años se
convertirá en madre y al ocurrir esto, a los veinte años, decir: "lo 1 El concepto de revolución pasiva. El concepto de "revolución pa-
había adivinado", no recordando sin embargo que cuando tenía siva~ debe ser rigurosamente deducido de los dos principios fun-
cuatro años se deseaba violarla, en la seguridad de ·que se conver- damentales de ciencia polítiea; 1) que ninguna formación social
tiría en madre. Me parece que Ilich había comprendido que era desaparece mientras las fuerzas productivas que se desarrollaron
necesario pasar de la guerra de maniobra, aplicada victoriosa- 1 en su interior encuentran aún posibilidades de ulteriores movi-
mente en Oriente de 1917, 23 a la guerra de posición que era la única mientos progresivos; 2) que la sociedad no se plantea objetivos
posible en Occidente donde, corno observa Krasnov, en breve lapso para cuya solución no se hayan dado ya las condiciones necesa-
los ejércitos podían acumular interminables cantidades de muni- rias, etc. Se entiende que estos principios deben primero ser
ciones, donde los cuadros sociales eran de por sí capaces de trans- desarrollados críticamente en toda su importancia y depurados de
formarse en trincheras muy provistas. Y me parece que éste es el todo residuo de mecanicismo y fatalismo. Deben ser referidos así
significado de la fórmula del "frente único", que corresponde a a la descripción de los tres momentos fundamentales que pueden
la concepción de un solo frente de la Entente bajo el comando distinguirse en una "situación" o équilibrio de fuerzas, con la
único de Foch. máxima valoración del segundo momento, o equilibrio de las fuer-
zas políticas y especialmente del tercer momento o equilibrio
2l La teoría de Trotzki de la "revolución permanente", (N, del E.) político-militar.
"" Lenin. (N. del E.) Se debe recordar que Pisaéane en sus Ensayos se ocupa preci-
z> En Rusia. (N. del E.) samente de este tercer momento. Pisacane comprende, a diferen-
82
83
cía de l\lazzini, toda la importancia que tiene la presencia en Italia Es nc<:csarío dar un juicio adinánlico" sobre las O(rcstaun.u·itl·
de un ejército austríaco aguerrido, siempre listo para intervenir nes" que serían una "astueiu. de ln providC'ncia", en SC'nticlo vi~
en cualquier lugar de la península y que tiene detrás de sí a toda quiano. He aqu[ un probkma: en la hu::ha Cavour-Mazzi ni, en la
la potencia militar del Imperio de los Habsburgos, o sea una que Cavour es el exponente de la revolución pasiw-guerra de
matriz siempre lista para formar nuevos ejércitos de refuerzo. Otro posición y :\fazzini de la iniciativa popular-guer ra de numinbm ¿no
elemento histórico digno de ser anotado es el desarrollo del crís· son ambas indispensable s, exactamente en la misma medida? Sin
tianismo en el seno del Imperio romano, así como el fenómeno embargo, es preciso tener en cuenta <¡uc mientras Cavour era
actual del gandhismo en la India y la teoría de la no resistencia consciente de sn objetivo (al m<mos en dcrta medida), en cuanto
al mal de Tolstoi, que tanto se aproximan a la primera fase del comprendía el ohjí'tivo de Mazzini, éste no pnrccí:J consciente del
cristianismo (antes del edicto de Mil !in). El gandhísmo y el tols· suyo y dd dP Cavonr. Si Mazzini, en cambio, hubiese tenido
loísmo son teorizaciones ingenuas y de tinte religioso de la "revo- tal conc:ien<:ia, es decir, si hubiese sido un político realista y no
lución pasiva". Deben anotarse también algunos movimientos un apóstol iluminado (o sea no hubiese sido Mazzini), el C'<¡nilibrio
denominados •liquídacionis tas• y las reacciones que suscitaron, resultante de la confluencia de ambas adividades habría sido
en relación con los tiempos y con las formas de determinadas situa· diferente, más favorable al mazzinismo, y Pl Estado Italiano se
dones (especialment e del tercer momento). El punto de par· habría constituido sobre bases menos atrasadas y más modernas.
ti da del estudio será la expresión de Vincenzo Cuoco; • pero es Y ya que en todo evento histórico casi siempre se verifican situa-
evidente que la exp.-esión de Cuoco a propósito de la revolución ciones similares, es preciso ver si de aquí no puede extraí'rsc
napolitana de 1799 no es más que un punto de partida, ya que algún principio general de ciencia y de arte políticas. Se puede
el concepto es modificado y enriquecido por completo. aplicar al concepto de revolución pasiva (y se puede docum<'ntar
en el Risorgimcnto italiano) el criterio interpretativo de las liJO·
dificacíones moleculares que en realidad modifimn progresiva-
El concepto de "revolución pasiva" en el sentido que Vincenzo mente la composición precedente de las fuerzas y se c:onviertcn
Cuoco atribuye al primer período del Risorgimento italiano, ~.puede por lo tanto en matrices de nuevas modificaciones. Así, en el
s<'r relacionado con el concepto de «guerra de posición" campa· Risnrgimcnto italiano se vio cómo el pasaje al cavonrismo (luego
ruda con la guerra de maniobra? Partiendo de que estos concep- de 1848) de elementos siempre nuevos del Partido de Acción
tos surgieron luego de la Revolución francesa y con el binomio modifkó progrcsivanw nte la composición de las fuerzas mod<:-
Proudhon-Gio berti, ¿pueden ser justificados por el pánico crea- radas, liquidando d ncogüelfismo, por una parte, y, por la otra,
do por el terror de 1793, así como el sorelismo por el pánico empobreciend o al movimiento mazziníano (a este proceso perte-
que sucedió a las masacres parisinas de 1871? En otras palabras, ! necen también las oscilaciones de Garibaldi, cte.) Este elemento.
¡existe una identidad absoluta entre guerra de posición y revo-
lución pasiva? O al menos, ¿existe o puede concebirse todo un \ por lo tanto. es la fuse originaria de aquel fenómeno que más
tarde fue llamado "transformism o" y cuya importancia no pnre·
período histórico en el cual ambos conceptos deban identificarse
de tal modo que la guerra de posición se transforme en guerra 1 ce haber sido, hasta ahora, valorizada debidamente como forma
de desarrollo histórico.
de maniobra?
1 Insistir en el desarrollo del c:onccpto <le que mientras Ca-
1 vour era consciente de su objetivo en cuanto cm11prcndia <'ll
f.l El esr.:ritor y político Vincenzo C11oco ( 1770-1823) 11rtrtlcipó en la revo-
lncíón napolitana de 179ü, después de la cual fue encarcelado y posterior- forma erítica del objetivo de Mazzini, este último, por su escasa
mente exilbdo, En su obra principal, Sa{laio storico suTla Rivoluzione napo- o nula c:omprcnsión del objetivo de Cavour, era en realidad pom
letana (1801-1806). el concepto de "revolución pasiva" se vincula al hecho 1 consciente de sn propio objetivo. De ahí sus vacilaciones ( cu
de que la revolución de Nápoles había sido suscitada como respuesta a
acontecimientos externos, vale decir la Revolución Francesat y no había
..,_!hido h1sarse sobre hls concretas necesidades del pueblo. (N. del T.)
¡ Milán en el período que siguio a las Cinco Jornadas y en otras
ocasiones) y sus iniciativas a destiempo, <pe se transformaban
1
! 85
en elementos útiles sólo a la política piamontesa. Es éste un ejem- ción, no se dio tampoco en la forma "difusa" y capilar de la pre-
plo del problema teórico concerniente al modo en que era preciso sión indirecta, la cual en cambio era posible y quizás habría
entender la dialéctica, planteado en la Miseria de la filosofía: sido la premisa indispensable para la primera forma. La forma
el hecho de que cada miembto de la oposición dialéctica debe concentrada y simultánea se había tomado imposible en parte
tratar de ser todo él mismo y arrojar en la lucha la totalidad de por la técnica militar de la época, pero también y fundamental-
sus propios "recursos" político' y morales y que sólo así puede mente porque dicha forma no había sido precedida por una pre-
lograrse una superación real, no era entendido ni por Proudhon paración política ideológica de vasto alcance, orgánicamente
ni por, t;~azzini. Se dirá que tampoco era entendido por Gioberti y predispuesta a excitar las pasiones populares y hacer posibles la
los teoncos de la revolución pasiva o "revolución-restauración""', concentración y la explosión simultánea.
pero la cuestión cambia. En estos últimos la "incomprensión" teó- Luego de 1848 sólo los moderados hicieron una crítica de los
rica era la expresión práctica de las necesidades que constreñían métodos que precedieron a la derrota; todo el movimiento modera·
a la "tesis" a desarrolJarse a sí misma, hasta el punto de lograr do se renovó, el neogüellismo fue liquidado y hombres nuevos
incorporar una parte de la misma antítesis, para no dejarse en ocuparon los primeros puestos de dirección. De parte de los maz-
suma "superar" por la oposición dialéctica. En realidad, sólo la zinianos, en cambio, no hubo ninguna autocrítica o quizás una
tesis desarrolla todas sus posibilidades de lucha, hasta acaparar autocrítica liquidadora, en el sentido de que muchos elementos
a los llamados representantes de la antítesis: justamente en ello abandonaron a Ylazzini y formaron el ala izquierda del partido
consiste la revolución pasivu o revolución-restauración. En este piamontés. La única tentativa "ortodoxa", vale decir desde aden·
punto de la exposición es preciso considerar la cuestión del pasa- tro, estuvo constituida por los ensayos de Pisacane que, a pesar
je de la lucha política de "guerra de maniobra" a "guerra de po- de todo, jamás se transformaron en la plataforma de una nueva
:sición". En Europa esto ocurrió luego de 1848 y no fue compren- política orgánica, aunque el mismo Mazziní haya reconocido que
dido por Mazzini y los mazzinianos, pero sí, en cambio, por otras Pisacane tenía una "concepción estratégica" de la revolución
personas. El mismo pasaje se dio luego de l87l, etc. La cuestión nacional italiana.
era difícil de ser comprendida en la época por hombres como
Mazzini, dado que las guerras militares no habían servido de
modelo y, por el contrario, las doctrinas militares se desarrollaban La relación "revolución pasiva-guerra de posición" en el Risor-
en el sentido de la guerra de movimiento. Habrá que analizar si gimento italiano puede ser estudiada también en otros aspectos,
en Pisaeane, que fue el teórico militar del mazzinismo, existen al- dos de los cuales son muy importantes: uno que se puede llamar
gunas indicaciones en este sentido. del "personal" y el otro de la "concentración revolucionaria". El
Pero también hay que analizar a Pisacane porque fue el aspecto del "personal" puede compararse precisamente con lo ocu-
único que trató de dar al Partido de Acción un contenido no rrido en la guerra mundial en la relación entre oficiales de carre-
sólo formal sino también sustancial: de antítesis superadora de ra y oficiales de reserva, por un lado, y entre soldados de leva
las posiciones tradicionales. Y no se quiere significar con ello y voluntarios arriesgados ("arditi"), por el otro. Los oficiales
que sea necesaria, perentoriamente, la insurrección armada popu- ele carrera corresponden en el Risorgimento a los partidos polí-
lar, tal como pensaba Mazzini hasta la obsesión, en forma no ticos regulares, orgánicos, tradicionales, etc., que en el momento
realista, como misionero religioso. La intervención popular, que no de la acción ( 1848) demostraron ser ineptos (o casi) y en 1848-49
era posible en la forma concentrada y simultánea de la insurrec- fueron superados por la oleada popular mazziniana-democrática,
caótica, desordenada, "extemporánea" por así decir, pero que sin
u Habrá que analizar la literatura políticn sobre 1848 debida a estudiosos embargo, siguiendo a los jefes improvisados o casi improvisados
de la fHosofia de la pm:xls~ mas parece que no hay que esperar mucho en (que de todas maneras no eran de formación preconstituida como
este sentido. Los acontecimientos italianos, por ejemplo, fueron examinados el partido moderado), obtuvieron éxitos indudablemente mayores
sólo en la gula de los libros de Balton King, ele.

86 87
que los obtenidos por los moderados. La República romana y los orleanistas prevalecieron sobre las fuerzas populares, radi-
Venecia evidenciaron una notable forma de resistencia. En el cales, democráticas, y en el fondo también en la Revolución Fran-
período posterior a 1848 la relación entre las dos fuerms, la regu· cesa de 1789, en la que Napoleón representó, en última instancia,
lar y la "carismática", se organizó en torno a Cavour y a Gari- el triunfo de las fuerzas burguesas orgánicas contra las fuerzas
baldi y dio óptimos resultados, sí bien éstos fueron luego apro- pequefio-burguesas jacobinas). Así, en la guerra mnndial los
vechados por Cavour. viejos oficialc.< de carrera prevalecieron sobre los de reserva, etc.
Este aspecto está ligado al otro, al de la "concentración'', En t.odn caso, la falta en las fuerzas radicales populares de una
Hay que observar que la dificultad técnica contra la cual se c??ciCncia de los objetivos de las fuerzas adversarias les impi-
estrellaron siempre las iniciativas mazzinianas fue justamente la dm tener una clara conciencia de los propios y pesar, de esta ma-
de la "concentración revolucionaria". Sería interesante, desde c.>te nera, en el equilibrio final de las fuerzas en forma acorde a su
pnnto de vista, estudiar la tentativa de invadir a Savoya con efectívn poder ?e intervención, y determinar, por consiguiente,
Ramorino, la de los hermanos Bandíera, de I'ísacanc, etc., com- un ~c.mltado mas avanzado sobre la base de un pmgreso más
paradas con la situación que en 1848 se ofreció a Mazzini en COllSldcrablc y de exigencias m(tS modernas.
Milán y en 1849 en Roma y qne no tuvo capacidad para organímr. Siempre alrededor del concepto de "revolución pasiva" o "re-
Estas tentativas de un puñado de hombres estaban necesaria- volución-restauración" en el Risorgimenfo italiano, es preciso plan-
mente destinadas a ser destruidas en germen, pues hubiese sido tear la ncccs1dad de que sea expuesto en los términos exactos el
imposible que las fuerzas reaccionarias, que estaban concentradas problema que algunas corrientes historiográficas acostumbran
y podían operar libremente (es decir, que no encontraban nin- deno:ninar, de las relaciones entre las condiciones objetivas y las
guna oposición bajo las formas de amplios movimientos popula- condiCIOnes subJellvas del acontecimiento histórico. Es evidente
res), no destruyesen las iniciativas de tipo Ramorino, Pisacanc, que en ningún caso pueden faltar las tituladas condiciones sub-
Bandicra, aunque éstas hubiesen sido preparadas mucho mejor jetivas si existen bs condiciones objetivas, va que esta es una
de cuanto lo fueron en la real id:' d. En el segundo periodo ( 1859- simple distinción de carácter didascálico. La discusión puede girar
1860) la «concentra,·ión revolucionaria", como la de los Mil de ~mton:es sobre la medida de las fuerzas subjetivas y sobre su
Gnribaldi, fue posible por el hecho de que Garibaldi se insertó mtcnsJdad y, por consiguiente, sobre la relación dialéctica entre
en las fuerzas estatales piamontesas y además porque la flota la.< fuerzas subjetivas que se contraponen.
inglesa protegió de hecho el desembarco de Marsala y la toma Es preciso evitar que la cuestión sea planteada en términos
de Palermo, esterilizandn a la flota borbónica. En l\Hlán, luego "intelectualistas" y no histórico-políticos. Que la "claridad" ínte-
de las Cinco Jornadas, y en la Homa republicana, Mazzini había lectnal de los términos de la lucha sea indispensable. esto se en-
tenido la posibilidad de constituir plazas de armas para reagru- tiende. Pero dicha claridad tiene un valor político en cuanto devien<'
pamientos orgánicos, pero no se propuso hacerlo y de ahí su una pasión difundida constituyéndose en la premisa de una fuert<·
conflicto con Garíbaldi en Roma y su inutilización en Milán voluntad. En los últimos tiempos, en muchas publicaciones sobre
frente a CattanC'O y al grupo democrático milanés. el Risorgimento, se "reveló" que existían personalidades (jllc veían
De todas maneras, sí el d(•sarrollo del proceso del Risorgi- con claridad. etc. (recordar la valorización de Ornato hecha por
mento puso en evidencia la enorme importancia del movimiento p,~ro Gobetti); pero estas "revelaciones" se dc.struycn por sí
"demagógico" de masas, dirigido por jefes afortunados, impro- mlSmas prcclSamente porque son revelaciones y demuestran que
visados, etc., en la realidad fue retomado por las fuerzas tradi- se trataban de. elucubraciones individuales, C{UC representan hoy
cionales, orgánicas, es decir, por los partidos formados desde una forma de JlllCIO a posteríori. En efecto, jamús se cimentaron
hacía tiempo, dotados de icfes racionalmente elaborados, cte. En en la ~calidad efectiva, jamás de~inícron conciencia popular-nacio-
todos los acontecimientos políticos del mismo tipo se da siempre ~al difundida y actuante. Entre el Partido de Acción y el Par-
el mismo resultado (es lo que ocurrí{¡ en Francia en 1830, dond<· tJdo moderado, ¿quién representó a las "fuerzas subjetivas" efec-

8ll 89
y
mona_rquía absolu ta ni Napoleón I). Será preciso investigar
tivas del Risorgimento? El Partid o moderado, por cierto, y ello examm ar .las reales relaciones económicas y políticas, que encuen -
justam ente porqu e tuvo conciencia tambié n de los objetivos que tran su forma organizativa, su articulación y su funcionalidad en
se plante aba el Partid o de Acción; debido a esa conciencia, su las diversas manifestaciones de centralismo orgánico y democrático
"subje tividad " era de una calidad superior y más decisiva. En la en. todos los campos: en la vida estatal (unitar ismo, federalismo,
expresión de Víctor :Manuel II (digna del sargento mayor que umón de Estado s federados, federación de Estado s o Estado fede-
era): "al Partid o de Acción nos lo hemos metido en el bolsillo", ral, etc.); en la vida interestatal (alianz as, diversas formas de
hay más sentido histórico-politico que en todo Mazzini. "~onstelac~ó.n" política intern aciona l); en la vida de las asoeia-
~wnes J?oh_t:lCaS y cultura les (maso nería, Rotary Club, Iglesia cató-
hca): smdicale~, económicas (carteles, trusts) ; en un mismo país,
Sobre la burocracia. 1) El hecho de que en el desarrollo histó- en d¡yersos paiSes, etc.
rico de las formas políticas y económicas se fuera formando el
tipo del funcionario de "carrera", técnicamente adiestr ado en el Polé:U~cas sur~ idas en el pasado (antes de 1914) a propósito
s
trabajo burocrático (civil y milita r), tiene una import ancia pri- del domm1? .alen:a n en la vida de la alta cultur a y de alguna
fuerzas pohhc as mternacional es: ¿era real este predom irúo o en
mordia l en la ciencia polltica y en la historia de las formas esta-
tales. ¿Se trató de una necesidad o de una degeneración, con res- qué, c;>nsistía. ef~ct_iva:r:'ente? Se puede decir: a) que ningún nexo
pecto al autogobierno (selfgovernment), como preten den los libe- orgaruco y d1sc•phnano estable cía una suprem acía tal y que por
ralistas "puros"? Es cierto que toda forma social y estatal tuvo 1? tanto era ~n. mero fenómeno de influencia cultural y de alpres-
sus problemas de funcionarios, un modo propio de plante arlo y tigiO muy habll y abstra cto; b) que tal influencia cultur no
rozaba siquie ra la activid ad efectiva, la cual era por el contra rio
resolverlo, un sistema de selección, un tipo de funcionario a edu-
disgregada, localista, sin dirección de conjunto. No se puede ha-
car. Reconstruir el desarrollo de todos estos elementos es de una
importancia capital. El proble ma de los funcionarios coincide en blar por ello de ningún centralismo orgánico, democrático o de
cualqu ier o~ro tipo. La influencia era sentid a y sufrida por esca-
parte con el proble ma de los intelectuales. Pero si es verdad que
so: grupos mtelectuales sin vinculación con las masas popula res
toda forma social y estatal nueva tuvo necesidad de un nuevo tipo ón.
~-JUStamente esta ausenc ia de vínculos caract erizab a la situaci
de funcionario, es verdad, tambié n, que los nuevos grupos diri- de cosas es digno de exame n porqu e con-
, S1_n embar go, tal estado
gentes nunca pudier on presci ndir,,a l menos por un cierto tiempo
de las for- tnbuy c a explicar el proceso que condujo a formular las teorías
de la tradición y de Jos intereses constituidos, es decir
del ccntra limw org{mico, que fuerOn precis ament e una crítica
maciones de funcionarios ya existentes y constituidos antes de su
advenimiento (sobre todo en la esfera eclesiástica y milita r). La
u~ilate:~l, una crítica de intelectuales, a ese desord en y a esa
d1sperston de fuerzas.
unidad del trabajo manua l e intelectual y una vinculación más
y
estrech a entre el poder legislativo el ejecutivo (por el cual los Sin embar go, es preciso distinguir entre las teorías del cen-
funcionarios electos se interes an no sólo por el control sino tambié n tralismo orgánico que oculta n un progra ma preciso de predo-
por la ejecución de los asuntos de Estado ), puede n ser motivo
s mi~io real de una parte sobre el todo (aun cuand o dicha parte
que inspiren tanto una nueva dirección en la solución del pro- este consht mda por una capa como b de los intelectuales 0 por
blema de los intelectuales como en la de los funcionarios. u_n grupo t~~itorial_"privilegiado"), y aquell as otras que son una
stm~le posJclon umlate ral de sectarios y fanáticos y que
aun
2) A la cuestión de la burocr acia y de su organización "ópti- inio (gener almen te de
ma" está vinculada la discusión sobre el llamado "centralismo orgá- pudien do oculta r un progra ma de predom
una person alidad , como la del papa, infalible, respec to del cual
nico" y el "centralismo democrático" (el cual, por otro lado, no
tiene nada que ver con la democracia abstra cta, puesto que la el c~tolicismo se ha transfommdo en una especie de culto del
Revolución francesa y la Tercer a república, por ejemplo, desarrolla- pont1Ílce), no parece n oculta r en lo inmed iato un progra ma tal
ron formas de centralis¡r,o orgánico que no habían conocido ni la cnmo hecho político consciente. El nombr e más exacto sería el

91
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de centralismo burocrático. El carácter "orgánico" sólo puede cíones se produzcan puede ser extremadamente perjudicial y peli·
pertenecer al centralismo democrático, que es un "centralismo" groso en los organismos tradicionales (Sociedad de las Naciones).
en movimiento, vale decir, una continua adecuación de la orga- El centralismo dcmocrútico ofrece una fórmula elástica, que
nización al movimiento real, una capacidad de equilibrar el im- se presta a muchas cnearnaeíuncs; dicha fórmula vive en cuanto
pulso de la base con las directivas de la superioridad, una inser- 1" interpretada y adaptada continuamente a las necesidades. Con·
ción continua de los elementos que surgen de lo profundo de siste en la bús<¡ucda crítica de lo qnc es igual en b aparente
la masa en el sólido marco del aparato de dirección, el cual ase- disco~form~dad, y en cambio distinto y aun opuesto en ht aparen-
gura la continuidad y la acumulación regular de las experiencias. te umformiClad, para organizarlo y conectarlo estrechamente a Jo
Tal centralismo es "orgánico" porque tiene en cuenta el movi- que es similar, aunque de una manera tal que esta organización
miento, que es la forma orgánica en que se revela la realidad Y esta conexión aparezcan cmno una necesidad práctica, "induc·
histórica, y no se esteriliza mecánicamente en la burocracia; al tiva", experimental y no como resultado de un proceso raciona-
mismo tiempo tiene en cuepta que es relativamente estable y per- lista, deductivo, abstracto, o sea, propio de los intelectuales puros
manente o que por lo menos se mueve en una dirección fácil (o puros asnos). Este lento y continuo esfuerzo por separar el
de prever. En el Estado, este elemento de estabilidad se encama elcm~nto "íntcrnacíonal" y "unitario" en la Yealidad nacional y
en el desarrollo orgánico del núcleo central del grupo dirigente. locahs ta es, en esencia, la acción política concreta la única a e ti·
de una manera análoga a lo ocurrido en pequeña escala en la ~dad creadora, de progreso histórico. Exige un; unidad orgú-
vida de los partidos. La preponderancia del centralismo burocrá- ruca entre teona y práctica, entre capas intelectuales y masas
tico en el Estado indica que el grupo dirigente estú saturado, populares, entre gobernantes y gobernados. Desde este punto de
que se ha transformado en una camarilla estrecha que tiende a vista las fórmulas de unidad y federación pierden gran parte de
perpetuar sus mezquinos privilegios regulando, o también sofo- su significado, mientras continúan siendo pernieiosas en In con-
cando, el nacimiento de las fuerzas opositoras, aunque estas fuerzas cepción burocrática; partiendo de ella no llegaremos a la uni-
sean análogas a los intereses dominantes fundamentales (por ejem- dad sino a un pantano, superficialmente calmo y "mudo.. , ni
plo, en los sistemas proteccionistas a ultranza en lucha contra el tampoco a una federación, sino a una "bolsa de papas", vale decir,
liberalismo económico). En Jos partidos que representan a grupos a una yuxtaposición mecánica de "unidades" particulares sin nexos
socialmente subalternos, el elemento de estabilidad es necesario entre sí.
pura asegurar la hegemonía no de los grupos privilegiados sino·
d0 los elementos progresistas, orgánicamente progresivos en rela·
ción con las otras fuerzas afines o aliadll.S, pero heterogéneas y osci- El teorema de las proposiciones definidas. Este teorema puede
lantes. ser empleado eon utilidad para tornar más claros y de un esque-
De todas maneras, vale b pena destacar que las manifes· matismo más evidente muchos razonamientos referidos a la ciencia
taciones morbosas de centralismo burocrático han ocurrido pm- de la organización (el estudio del aparato administrativo, de la
la deficiencia de iniciativa y de responsabilidad existente en la eomp?sición demográfica, etc.) y también la política general (en
base, vale decir, por el primítivismo político de las fuerzas peri- el analms de las situaciones, de las relaciones de fuerza, en el
féricas, aun cuando éstas fueran homogéneas con el grupo terri- problema de los intelectuales, etc.). Vale la pena tener siempre
torial hegemónico (fenómeno del "piamontismo" • en los prime- pre~e~tc <¡:le el hecho de recurrir al teorema de las pm1mrcioncs
ros decenios de la unidad italiana). El hecho de que tales sítua· defm1das tJCnc un valor csqucmútico y metafórico y que por ello
no puede ser aplicado en fomm mednica, ya qne en los grupos
0
Trasposición, luego ele 1a unificación, de los métodos de gobierno ( siste~ humanos el elemento cualitativo (o de capacidad técnica e intc·
ma de impuestos, sistema jurídieo y <..-'con6mico) propios del reino del Pia- lc~!ual de los componentes individuales) cuya función es prcdo-
monh.', n In!. otras fegiunes de lt~di::t. (N, del T.)
mmante, no puede ser medido en fmma malcmútica. De ahi que
92
pueda decirse que cada grupo human o tiene su particu lar prin-
cipio óptimo de proporciones definidas. tidos y los hombres capaces; su ausencia o deficiencia ( cuantita-
tiva y cualita tiva) vuelve estéril al propio "automatismo" (que
La cienda de la organización, en especial, puede recurrir con por lo tanto no es autom atismo ). Las premisas existen en abstracto,
provecho a dicho teorema y esto se evidencia con clarida d en pero las consecuencias no se realizan porqu e falta el factor hu-
el caso del ejército. Pero cada forma de sociedad tiene su. tipo mano. Por ello se puede afirma r que los partid os deben formar
de ejército y cada tipo de ejército su principio de proporciOnes dirigentes capaces y repres entan la función de masa que selec-
definidas, el cual, por otro lado, cambia con las diferentes armas ciona, desarrolla, multiplica los dirigentes necesarios para que un
y especialidades. Existe una determ inada relació·n· entre sold~dos, grupo social definido (que es una cantid ad "fija'", en cuanto puede
graduados, suboficiales, oficiales subalternos, ofiCiales superiOres, establecerse cuántos son los componentes de cada grupa social)
Estados Mayores, Estado Mayor GeneraL Existe relación entre las se articul e y de un caos tumultuoso se transforme en un ejércit
diferentes armas y especialidades entre sí; todo cambi o en una o
orgánicamente predispuesto. Cuand o en sucesivas elecciones del
parte determina la necesioad de un nuevo equilibrio con el todo. mismo grado o de diverso grado (por ejemplo en la Alemania
PoHticamente, el teorema puede ser aplicado a los partid~s, anterio r a Hitler: elecciones para presid ente de la república, para
sindicatos, fábricas, y veremos entonces cómo todo ~po s,ocml el Reichstag, para las dietas de los Liinder, para los consejos comu-
tiene su propia ley de proporciones definidas, ;¡ue var~a. s~g~n el nales y así hasta los comité de empre sas) un partid o oscila en su
1úvel de cultura, independencia mental, espmt u de ll11CJ.atlva Y masa de sufragios de cifras máximas a cifras mínimas que parece n
sentido de la responsal5ilidad y de la disciplina de sus miembros extrañas y arbitrarias, se puede deduc ir que los cuadros de tal
más retrasados y periféricos. partid o son diferentes en cantid ad y en calidad, en cantid ad y
La ley de las proporciones definidas es re,~umida así por Pan- no en calidad (relati vamen te) o en calidad y no en cantid ad.
taleoni en los Principí. di economia pura: ... Los cuerpos se Un partid o que tiene muchos votos en las elecciones locales y me-
combinan químicamente sólo en proporciones definidas _Y toda nos en las de importancia superi or es cualitativamente deficiente
cantid ad de un elemento que supere la cantid ad requer ida por en su dirección -central: posee muchos subalternos o al menos un
una combinación con otros elementos, presentes en can~d.ades número suficiente, pero no posee un Estado Mayor adecua do al
definidas, queda libre; si la cantidad de un elemento es defJC!Cnte país y a su posición en el mundo, etcétera.
con relación a la cantid ad de otros elementos presentes, la com-
binación sólo ocurre en la medid a en que es ~ficiente la canti~~~
del elemento que está presen te en menor cant•dad que los otros ··· Sociología y ciencia política. El éxito de la sociología está en
relación con la decadencia del concepto de ciencia política y de
rodría mos servirnos metafóricamente de esta ley para compr ender
cómo un "movimiento'' o tendencia de opiniones se transforma
en partido, es decir en fuerza política eficiente desde el punto. de
j arte político que tiene lugar en el siglo XIX (con más exactitud
en la segund a mitad, con el éxito de las doctrinas evolucioiÚStas
vista del ejercicio del peder gubernativo, lo cual ocurre precisa- y positivistas). Lo que hay de realmente impor tante en la socio-
mente en ]a medida en que posee (habiéndolos prepar ado en su logía no es otra cosa que ciencia política. "Política" deviene sinó-
interio r), dirigentes de distinta capaci dad y en la medid a ~? que nimo de política parlame:n.taria o de pandillas personales. Existe
1 la convicción de que con las constituciones y los parlamentos se
esos dirigentes hayan adquir ido una determ inada _prepa.racJOn .. El
"automatismo" histórico de ciertas premisas (la exJStencm de c1er·
tas condiciones objetivas) es potenciado políticamente por los par-

Maffeo Pantaleoni, Principi di ecooornia pura~ ~Iilán, 1931, parágr.


l
1
inició una época de "evolución natural"' y que la sociedad encon-
tró sus fundamentos definitivos porqu e eran racionales. He ahí
por qué ia sociedad puede ser estudi ada con el método de las cien-
cias naturales. Empobrecimiento del concepto de Estado que se
2:>
5) deriva de esta maner a de ver. S{ ciencia política significa ciencia
p. 112. (N. del E.) del Estado y Estado es todo el complejo de actividades prácticas

94
95
, l<'úrieas ¡•on las cuales la clase dirigen te no sólo justifica Y
trascen dente? ~.Y el concep to de ciencia como «creación" no signi-
~nunticnc su domini o, sino tambit· n logra obtene r el consenso activo
fica tambié n el concep to <.le ciencia como "polític a"? To<.lo con-
de los ¡.(ohernados, <'S evident e que todas las cuestio nes cst'ndn les
siste en ver si se trat<l de creació n "arbitra ria" o raciona l, es decir
de la sndolo gía no son más que las cuestio nes de la ciencia polí-
"útil" a los hombre s para amplia r su concep to de la vida, para
tica, Si queda algún residuo , sólo puede estar constitu ido por pro-
tornar superio r (desarr ollar) la vida misma ."
blemas falsos, vale decir, ociosos. La cuestió n que se le plan-
tcnba al autor del Ensayo Popula r 0 era, por lo tanto, la de deter-
minar el tipo de relación que debía existir entre la ciencia política
y la filosofía de la praxis; sí entre las dos existe El número y la calidad en los regíme nes represe11tatívos. Uno de
identid ad {afirma -
~ión insostenible, o sosteni ble sólo desde el punto de vista del los lugares comune s más banales que se vienen repitien do contra
más grosero positivismo) o si b ciencia política es el conjun :o el sistema dcetívo de formac ión de los órgano s estatale s es éste:
de print:ípios empíric as y prúdico s <p~c se d':duce n <.le. una ma~ que el "númer o es en él una ley suprem a" y que las "opinio nes
vasta concep ción del mundo o filosof1a propmm ente dwha, o. Sl de cualqu ier imbécil que sepa escribir (y en ciertos países, hasta
.,sta filosofía no es más 1¡uc la ciencia <.le los concep tos o catcgo nas las de un analfab eto) vale, cuando se <.les ea determ inar el curso
gcnen1lcs que nacen de la ciencia política . político del Estado , exactam ente lo mismo que la <.le c¡ukncs
Si es verdad c¡uc el hombre sólo puede ser conceb ido corno dedican al Esta<.lo y a la nación sus mejores fuert.~s", etc."' Pero
hombre históric amente ¡]ctc.rminado, es decir que se ha desarro - lo cierto es que de ningun a manera es verdad que el número ~ca
llado y vive en ciertas con<.liciones, en un deterrnina<.lo ~omplejo "ley suprem a" ni que el peso de la opinión <.le cada elector
so<:ial o conjun to de relaciones sociales, ¿,puede con.c:b usc a la sea ..exactam ente.. iguaL Los número s, tambié n en este caso> tienen
sociología solame nte como el estudio de estas condiClOnes Y de un simple valor instrum ental que dan una mc<.li<.la y una relació n
las leyes c1uc regulan su <ksarrollo'~ Ya que no se pue<.le pres- y na<.la más. Por otro la<.lo, ;,qué se mide? Se mide precisa mente
cindir de la volunta d y de la iniciati va de los mismos hombre s, este la eficacia y la capacid ad de expans ión y <.le persuas ión de las
Limccpto no 1luc<.lc menos que ser falso. Hay que plantea r el pro- opiniones de pocos, <.le las minorías activas , de las élites, de las van-
bicrna de (jlH~ es b. propia "cienci a " . .._;,No guardia s, es decir, su raciona lidad, historici<.lad o funcion alidad
1
es tnm b''
1en " ac f IVI.<.1 a d concret a. Esto significa que no es verda<.l que el peso de las opi·
1
lolíticr ( y pcnsam i<'llto polítko en cuanto trnn~fmma a los "hon;-
hrcs, los torna diferen tes de lo que eran antes? S1 todo es poh- niones de los in<.lividuos sea "exacta mente" igual. Las ideas y las
tica'', par:1 no caer en una fraseología tantoMgica y vaeía, es pre~ opiniones no "nacen " espontá neamen te en el cerebro de cada indi-
viduo: tuviero n un centro de formación, irradiac ión, <.lifusión, per-
ciso disting uir con nuevos concep tos la política ~~~1c eo.r~c;sponde
a la ciencia qnc tra<.licíonalmcnte es llamad a f¡losof¡a , <.le la suasión, un grupo de hombre s o tambié n una particu lar in<.lividua-
politi<:<t que ,.. llama ciencia política en scnti<.lo estricto . Si la lidad que las elaboró y present ó en la forma política de actuali dad.
La numera ción de los "votos" es la manife stación final <.le un
cicm·ia ,,, ><<lcseuhrimiento" de '.ma realid:Iu antes ignorad a, ¿est~
rCaJidad no es concchida~ C'H ctertn scntulo , con1o trascen dente. largo proceso en <>! cual la influen cia máxim a corrcspon<.le justa-
,;.Y 110 se pi<'nsa , uc existe aún algo "ignoto " y por consigu iente mente a quienes "dedica n al Estado r a la nación sus mejores
1 1
1
A propósit o del Ensayo po¡mlar y de su apéndice Teoría y práctica, ver
::!6
" Gram.sci se refiere :Hllli a Nkol:-ti Bnjarin y a su Hb~o Teoría del
~te­ 1 C'n b NHnnz J\nlolodf L del 16 de marzo de HJ.J3 la rcseñ;1 íilosófim
riali~mw histórico. Mamwl voptdar de sociología marxl.Sta [tr::td. cas d Afnw.udo Gtdlni, de b n1al rcsnlta qne la ecuación : .:Teoría: prúctic;'
de
en =
Gtmdemus 1le Pasado y Pre~e:ltc niJ 31, Cúrdnhn . ~~)72]. Dehe recor matemát ica pura: HW!emiltica aplicada . ha ,¡c]o enunchd a })Or'
arse
qtH' e.ste libro motin'1 1m an;'tlisis exhausti vo
y cntlco, en otros. c.nadetn~ 1i (por \\.iftakcr , ow Jt:lrt~ce).
un inglés
de Lt dtrrl (le C:r:11 n-;ci recopibd ns bajo el título de: r El mo~~r~~lt
.c:mo hts~ La'\ fmmubc iones son muchas, alg.unas m\ts felices alm que las aquí
:.!:
trírico y lt1 filo.-.ofía de Jlenedctto Croe e ( tr.,d. cast.: :Nue\·:t \
tswn, llnenos mem:iun;uhs y extraídas de hbrio de Silva en lü Critica Fascista del 15
\ircs, l\Jí2, pp. 12."J-lílJ). (:'\'. ll(•\ T.) de
agosto de 1932, pero el contenid o es siempre jgunJ.

9G
1 97
to:, productivos calificados, se podrá entender la importancia que
fuerzas" (cuando son tales). Si este presunto grupo de caciques,
puede adquirir la manifestación del voto."
no obstante las incontables fuerzas materiales que posee, no
obtiene el consenso de la mayoría, habrá que juzgarlo como inepto
o como representativo de los intereses "nacionales", los cuales no
Analizar la propos¡cwn de qnc "la sociedad no se plantea pro-
pueden dejar de prevalecer entre los elementos que impulsan la
blemas para cuya solución no existan ya las premisas materia-
voluntad nacional más en un sentido que en otro. "Desgraciada-
les". De ella depende en forma inmediata el problema de la for-
mente", cada uno es llevado a confundir lo propio "particular"
mación de una voluntad colectiva. Analizar en forma crítica el
con el interés nacional y por consiguiente a encontrar "horrible"
significado de la proposición importa precisamente investigar cómo
que la "ley del número" sea la que decida; es ciertamente mucho se forman las voluntades colectivas permanentes y de qué modo
mejor llegar a élite por decreto. ?-lo se trata por lo tanto de quien tales voluntades se proponen fines concretos inmediatos y media-
"tiene mucho" intelectualmente y se siente reducido al nivel del
tos, es decir, una línea de acción colectiva. Se trata de procesos
último analfabeto, sino de quien presume que tiene mucho y
de desarrollo más o menos amplios y raramente de explosiones
quiere quitar al hombre "común" incluso aquella fracción inifinite- "sintéticas' improvisadas. Las "explosiones" sintéticas también <,e
simal de poder que posee para decidir sobre el curso de la vida
verifican, pero, si se observa más detenidamente, se ve entonces
estatal. que se trata más de destruir que de reconstruir, de remover obs-
De la crítica (de origen oligárquico y no de élite) al régimen táculos mccánkos y exteriores al desarrollo autóctono y espontá-
parlamentario (es extraño que éste no haya sido criticado porque neo; así, puede tornarse como ejemplo il Vespro siciliano.
la racionalidad historicista del consenso .numérico es falsificada Se podría estudiar en concreto la formación de un movimiento
sistemáticamente por la influencia de la riqueza), estas afhma- histórico colectivo, analizándolo en todas sus fases moleculares.
ciones triviales fueron extendidas a todo sistema representativo, lo que habitualmente no se hace porque tornaría pesado el aná-
aunque no fuese parbn1entario ni fonnado según lo;-; cánones de lisis. Se tornan, en cambio, las corrientes de opinión ya constituidas
la democracia formal. !\'lucho menos exactas son aquí estas afir- en torno a un grupo o a una personalidad dominante. Es el pro~
maciones. En estos otros rerdmenes el consenso no tiene en el blema que modernamente se expresa en términos de partido o de
momento del voto una fase terminal; todo lo contrario." El con- coaliciones de partidos afüws; cómo se inicia la constitución de un
senso es supuesto como permanentemente activo, hasta tal punto partido, de qué modo se desarrolla su fuerza organizada y su
que quienes consienten podrían ser considerados con1o "'funciona- influencia social, etc. Se trata de un proceso molecular minucioso
rios" dd Estado v las elecciones como un modo de enrolamiento de análisis extremo, capilar, cuya documentación está ' constituida'
voluntario de fun~ionarios estatales de un tipo especial, que hasta por nna cantidad interminable de libros y folletos, de artículos de
cierto punto podría vincularse (en planos diferentes) al selfgo- revistas y de periódicos, de conservaciones y debates orales que
cemment. Las elecciones, al no efectuarse sobre la hase de pro- se repiten infinidad de veces y que en su conjunto gigrmtesco
gramas vagos y generales, a partir de un trabajo concreto inme- representan este lento trabajo del cual nace una voluntad colec-
diato, impulsan a quienes consienten en comprometerse a efec- tiv~ con cierto grado de homogeneidad, con el grado necesario y
tuarlas, a hacen· algo más que el común ciudadano legal. Los im- suhciCnte para detcmlinar una acción coordinada y simultánea
pulsa a ser una vanguardia de trabajo activo y responsable. El en el tiempo y en el espacio geográfico en el que se verifica C'l
elemento "voluntariedad" en la iniciativa no podría ser estimu- hecho histórico. ·
lado de otra manera entre las más vastas multitudes. Y cuando
éstas no estén formadas por ciudaJan(lS un1orfo.s, sino por elcn1en" ::
9
Estas o bservacluncs podríun ser desarrolladas m:is amplia v org:inica-
mente, poniendo también de relieve otras diferencias entre los di;'ersos tipos
de elecciones, según que cambk>n las relaciones general e!> socin!es y poJ:ticas:
:!a Alusión al sistema soviético del c(lnh·ul permanente de los clectt1res so-
relación entre· funcionarios ek""Ctivos y funcionados de c;ureta> etc.
bre los electos. {N, del E.)

98 99
Importancia de las utopías y de las ideologías confusas y c1on de las costumbres, las maneras de pensar y de obrar, la
racionalistas en la fase inicial de los procesos históricos de for- moralidad, etcétera.
mación de las voluntades colectivas. Las utopías, el racionalismo Concepto político de la llamada "revolución permanente':,
abstracto, tienen la misma importancia que las viejas concepcio- nacida antes de 1848 como expresión científicamente elaborada de
nes del mundo históricamente elaboradas por la acumulación de las experiencias jacobinas desde 1789 hasta Thermidor. La fórmula
experiencias sucesivas. Lo que importa es la critica que los pri- es propia de un período histórico en el que no existían los gran-
meros representantes de la nueva fase histórica dirigen a dicho des partidos políticos de masa ni los grandes sindicatos econó-
complejo idcolóc;ico; a través de esta crítica se da un pror:~so micos y la sociedad estaba aún, en muchos aspectos, en un estado
de distinción y de rombio r:n la importancia relativa que pose1an de tluidcz: mayor retraso en el campo y monopolio casi com-
los elementos de las vieias ideologlas. Aquello que era secundario, pleto de la eficiencia política-estatal en pocas ciudades o directa-
subordinado o aun accesorio, pasa a ser principal, se transforma mente en una sola (París para Francia); aparato estatal relati-
en el núcleo de un nuevo complejo ideológico y dochinario y la vamente poco desarrollado y mayor autonomía de la sociedad civil
vieja voluntad colectiva se disj;rega <:n sus elementos contradic- respc(-to ele la actividad estatal; sistema determinado de las fuerzas
torios puesto que se desarrollan socialmente aquellos elementos militares y d<:l armamento nacional; mayor autonomía ele las eco-
subordinados. nomías nacionales frente a las relaciones económicas del mercado
Luego de lrt formación del régimen de los partidos, fase his- mundial, ele. En el período posterior al año 1870, con la expansión
tórica lígadG a la estandarización de grandes masas de la pobla- colonial europea, cambian todos estos elementos, las relaciones
-ción (comunicaciones, periódicos, grandes ciudades, cte.) los pro- internas de organización del Estado y las internacionales se tor-
.cesos molecuhr<'S advknen mús rápidamente que en el pasado. nan mús complejas y sólidas y la fórmula cuarentiochcsca de la
<<revoludón pC'rmancnte» es son1etida a una rcelaboración, encon~
trando la cienc-ia política su superación en la fórmula de "hege-
Cuestióll del "lwml>re coll'ffivo" o del "confnrmím;n social". Tarea monía civil". En d arte político ocurre lo mismo que en el arte
educativa y formativa del Estado que tiene siempre el fin de militar: la guerra de ·movimiento se convierte cada vez 1H<ÍS en
crear nuevos v más clevndns tipos de civilización, de adecuar gucrm, en la medida en que la prepara minuciosa y técnicamente
la "C'ivilizació~" y la moralidad di? las más v:Lstas masas popu- en tkmpos de paz. Las "'tructuras macizas de las democracias
lares a las necesidades dd continuo desarrollo del apamto eco- modernas, consideradas ya sea como orgnnlzacioncs estatales o
nómico de prodncci{m y, por ende, de elaborar también HsicGmente bien como complejo de asociaciones operantes en la vida civil,
los nuevos tipos de h11manicbd. éPcro de qnó manera logrará representan <'n el dominio del arte político lo mismo que las "trin·
cada individuo incorporarse al hombre colectivo y en qué sentido cheras" y las fortificaciones permanentes del frente en la gucna
deberá ser dirij;ida la presión educativa sobre los individuos si de posición: tornan sólo "parcial" el elemento del movimiento
se quiere obtener su consentimiento y sn colahomdfm, haciendo que antes constituía "todo" en la guerra, etc.
qnc la ncc~siclud y la coerción se transformen en "lihcrtad"? El La cuestión se planten en los Estados modcmos y no en los
problema del "derecho", cuyo concepto deben\ ser exten~id~, com- países atrasados, ni en las colonias, donde aún tienen vigencia las
prendiendo también ac¡uellas actíviclnclcs que hoy cstan mvolu- formas que en los primeros han sido superados convirtiéndose en
crnclas en la fúrmnb de "jurídicamente indiferente" • y que son anacrónicas. El problema del valor de las ideologías (tal como
del dominio de la sociedad civil, la cnal opera sin "sancioncsn y se deriva de la polémica :\lalagodi-Croce) 30 -con las observa-
sin "oblic:acioncs" taxativas, mas no por ello deja ele ejercer una ciones de Croee sobre e] "mito" soreliano, que se pueden utilizar
presión ~olectiva y de obtener resultados objetivos en In forma-
so Véase CJ'OV~'. C(!ncersaz.ioni ctitich~. sede lV, Bari, 19.12, pp. 143--i.S,
o Actos p::tra los cu:Jles la !ey no prevé sanciones. (N. del T.) {!\.del E.¡

101
100
contra la "pasión"-· debe igualmente ser estudiado en un tratado
de ciencia política. por el mismo hábito profesional, es llevado al escepticismo y a la
sordidez conservadora.
En las relaciones internas de un Estado la situación es incom-
Fase económico-corporativa del Estado. En la ciencia política, parablemente más favorable a la iniciativa cel'.tral, a una volun-
Guicciardini representa un paso atrás con respecto a Maquiavelo. tad de comando, tal como la entendía Maquiavelo. El juicio de De
Y este es el único significado del mayor "pesimismo" de Guicciardi- Sanctis sobre Guicciardini es mucho más realista de lo que cree
ni, .quien retorna a un pensamiento político puramente italiano Troves. Hay que plantear la pregunta de por qué De Sanctis estaba
mientras Maquiavelo se bahía elevado a un pensamiento europeo. mejor preparado que Treves para formular este juicio, histórica
No se comprende a Maquiavclo si no se tiene en cuenta que supera Y científicamente más exacto. De Sanctis participó en un momento
la cll:periencia italiana en la experiencia europea (internacional creador de la historia política italiana, un momento en el cual la
en aquella época). Su "voluntad" sería utópica sin la experiencia eficacia de la voluntad popular, dirigida a suscitar fuerzas nuevas
europea. La misma concepción de la "naturaleza humana" se vuelve Y originales y no sólo a especular sobre las tradicionales, concebidas
por este hecho diferente en los dos. En la "naturaleza humana" ésta: ?omo im¡:;osibilitadas de de.,arrollo y de reorganización (es·
de Maquiavelo está comprendido el "hombre europeo", y este hom· cept~ciSmo poh:ico guicciardinista, había mostrado toda su po-
bre, tanto en Francia como en España, ha superado efectivamente tencialidad no solo en el arte de fundar un Estado desde el interior
la fase feudal disgregada con la monarquía absoluta. No es, por sino también en el de dominar las relaciones internacionales des~
consiguiente, la "naturaleza humana" la que se opone a que en brozando los métodos profesionales y rutinarios de la diplomacia
Italia surja una monarquía absoluta unitaria, sino condiciones (con Cavour). La atmósfera cultural era propicia para una con-
transitorias que la voluntad puede superar. Muquiavelo es "pesi- cepción más comprensivamente realista de la ciencia v del arte
mista" (o mejor dicho "realist~") al considerar a· los hombres y político. Pero aun sin esta atmósfera ¿era posible para De Sanctis
los móviles de su obra; Guicciardini no es pesimista, sino escép- comprender a J·-..faquiavelo? La atmósfera dada por el momento
tico y sórdklo. Paolo Treves " comete muchos errores en sus juicios h.istórico enriquece los ensayos de De Sanctis con un pathos sen-
sobre Guicciardiní y Maquíavelo; no distingue bien "política" de b~enta~ ~ue torna más simpático y apasionante el argumento,
"diplomacia" y precisamente en esta falta de distinción reside fa mas arbsbcamente expresiva y cautivante la exposición científica,
causa de sus apreciaciones erróneas Eri efecto, en la política el pero el contenido lógico de la ciencia política podría haber sido
elemento volitivo tiene una importancia mucho mayor que en b p~nsado aun. ,en los períodos de peor reacción. ¿No es quizás la
diplomacia. La diplomacia sanciona y tiende a conservar las situa- m1sma reaccwn un acto constructivo de voluntad? ·Y no es un
ciones creadas por el empuje de las políticas estatales; es creadora acto voluntario la conservación? ¿Por qué entonces se~ía "utópica"
sólo en un sentido metafórico o filosófico convencional (toda la la voluntad de lv1aquiavelo y revolucionaria y no utópica la volun-
actividad humana es creadora). Las relaciones internacionales ta? de quienes quiere~ conservar lo existente e impedir el surgi-
mantienen un equilibrio de fuerzas en el cual todo particular m!ento Y la organizacion de fuerzas nuevas que turbarían y subver-
elemento estatal puede influir muy débilmente. Florencia podía tirían el equilibrio ·tradicional? La ciencia política abstrae el ele-
influir reforzándose a sí misma, por ejemplo, pero este refuerzo, mento "voluntad» y no tiene en cuenta el fin al cual se aplica
aunque hubiese mejorado su posición en el equilibrio italiano y una voluntad determinada. El atributo de "utópico" no es propio
europeo, no podía, por cierto, ser considerado como decisivo para de la voluntad política en general, sino de las voluntades parti-
trastrocar el conjunto del equilibrio mismo. Por ello el diplomático, culares que no saben ligar el medio al fin y por lo tanto no son
tampoco voluntades, sino veleidades, sueños, deseos.
El escepticismo de Guicciardini (no pesimismo de la inteli-
31 Cfr. ll 1·ealismo politico di Francesco Guicciarcl.ini 1 en Nuoca Rioista
Stor!cu, noviembre-diciembre de 1930. gencia, que puede estar unido con un optimismo de la voluntad en
los políticos realistas activos) tiene diversos orígenes: ¡) el hábito
102
103
Iglesia para defender mejor su monopolio con el sostén de aquel
diplomático, es decir, de una actividad subalterna subord~nada,
sector de "sociedad civil" representad a por esta última).
ejecutivo-burocrática, que debe aceptar una volun~d ~xtrana ( 1~
Importanci a esencial de la división de los poderes para el
política del propio gobierno o príncipe) a las convlccmn~s parti-
culares del diplomático (quien puede, es verdad, sentir como liberalismo político y económico. Toda la ideología liberal, con
sus fuerzas y sus debilidades , puede ser comprendi da en el prin-
propia dicha voluntad, en cuanto correspond e a las conviecio?es
propias, pero puede también no sentirla. Al haberse converttdo cipio de la división de los poderes y entonces se pone en evi-
dencia cuál es la fuente de la debilidad del liberalismo: es la
la diplomacia necesariamente en una profesión especializada, con-
burocracia, es decir, la cristalización del personal dirigente, que
dujo a esta consecuencia, la de poder separar al diplomático d.e
ejerce el poder coercitivo y que hasta cierto punto se transforma
la política de los gobiernos cambiantes , etc.), de donde, por consi-
en casta. De ahí la reivindicación popular de la elegibilidad de
guiente, el escepticismo y, en la elaborac.ió~ científica, .los .prej.u~­
todos los cargos, reivindicación que constituye el punto extremo
cios extracíentíficos; 2) las mismas convtccmnes de Gmcciardm l.
del liberalismo y al mismo tiempo su disolución (principio de
que era conservador en el cuadro general d~ !a polí:i~a italia?a
la Constituye nte en permanenc ia, etc.; en las Repúblicas, la elec-
y por ello teoriza las opiniones proptas, la pos'':'ón poht1ca ~rop~a.
ción periódica del Jefe del Estado da una satisfacción ilusoria a
Los escritos de Guicciardini son más un s1gno de los t1empos
esta reivindicación popular elemental) .
que ciencia política y este es el juicio de De San:tis;. así c?'."o Unidad del Estado en la distinción de los poderes: el Parla-
siguo de la época y no ensayo de historia de la cucncJa poilhca
mento, más ligado a la sociedad civil, el poder judicial, situado
es el artículo de Paolo Treves. entre gobierno y parlamento , representa la continuidad de la
ley escrita (aun contra el gobierno). Naturalmen te, estos tres
poderes son también órganos de la hegemonía políti<:a, pero en
una medida diferente: 1) Pa::larnento; 2) map;istratura; 3) gobier-
Heffemonía (sociedad civil) y división de poderes. La división de
0 no. Hay que anotar en especial la impresión desastrosa qnc provo-
Jos poder<'s 'y toda la discusión surgida alrededor de su .realiza-
cao en el público las irregularid ades en la administrac ión judicial:
ción, así como la dogmática jurídica nacida de su advemm1ento,
el aparato hegemónico es más sensible en este sec-tor, al cual pue-
son el resultado de la lucha entre la sociedad civil Y la sociedad
den asimilarse también las arbitrarieda des de la policía y de la
política de un determinad o período histórico, con un cierto equi-
administrac ión pública.
librio inestable de clases, determinad o por el hecho de que algunas
categorías de intelectuales (al servicio directo del Estado, en
especial burocracia civil y militar) están aún ~~masiado liga~as '
a las viejas das es dominantes. Es decir, se venhca en el mtcnor Concepción del derecho. Una conccpcwn del derecho que debe
de la sociedad lo que Cl:occ llama "el perpetuo conflicto entre ser esencialmente renovadora no puede ser encontrada_, integral-
Iglesia y Estado'', donde la Iglesia ~s considerad a como reprcse~­ mente, en ninguna doctrina preexistent e (ni ann ~n la doctrina
tantc de la sociedad civil en su con)nnto ( rmentras que no es mas 1 de la llamada escuela positiva ni, particularm ente, en la doctrina de
que un elemento cada vez menos importante ) y el Estado como '' Ferri). Sí todo Estado tiende a crear y manteucr un cierto tipo
1' de civilización y de ciudadano (y por ende de convivencia y
representan te de toda tentativa de cristalizar en fo~a per:nanent e
una determinad a etapa de desarrollo, una determmad a situaciÓn. ' de relaciones individuale s), tiende a hacer desaparece r ciertas cos-
En este sentido, la misma Iglesia puede transformarse en Estado tumbres y actitudes y a difundir otras. El derecho será el instru-
mento para el logro de este, fin (junto a la escuela y otras insti-
y el conflicto puede manifestarse entre la so~iedad civil laic~ Y
laicizan te y el Estado-Iglesia (cuando la Iglesia se ha convertido tuciones y actividades ) y debe ser elaborado de conformida d
en parte integrante del Estado, de la sociedad política monopo· con dicho objetivo, logrando el 'mliximo de eficacia y resultados
!izada por un determinad o grupo privilegiado que se anexa la positivos.

105
104
La concepción del derecho deberá ser liberada de todo resi-
duo de trascendencia y de absoluto; prácticamente, de todo fana- afirmar que, "por consiguiente", para Maquiavelo "la política"
tismo moralista. Sin embargo, me parece que no se puede pmtir debía entenderse como ciencia y como ciencia de Estado, y que
del punto de vista de que el Estado no "castiga" (si este término esto fue su gloria, etc. (el ténnino ~ciencia de Estado" por "polí-
es reducido a su significado humano) y de lucha sólo contra la tica" habría sido adoptado en el correcto significado moderno,antes
"peligrosidad" social. En realidad, el Estado debe ser concebido de Maquiavelo únicamente por Marsilio da Padova). Azzalini es
con10 "educador" en cuanto tiende precisamente a crear un nuevo bastante frfvolo y superficial. La anécdota del cardenal de Roban
tipo o nivel de civilización. Por el hecho de que se opera esencial- separada del texto no significada nada. En el contexto asume un
mente sobre las fuerzas económicas, que se reorganiza y se des- significado que no se presta a deducciones científicas: se trata evi-
arrolla el aparato de producción económica, que se innova en la dentemente de una agudeza, de un contrapunto sin importancia.
estructura, no debe sacarse la conclusión de que los hechos de El cardenal de Roban había afirmado que los italianos no entendían
superestructura deben abandonarse a sí mismos, a su desarrollo de guerra; en respuesta Maquiavelo le señala que los franceses no
espontáneo, a una germinación casual y esporádica. El Estado, entendían de Estado, ya que de otra manera no habrfan permi·
también en este campo, es un instr:umento de "racionalización", tido al papa ampliar su poder en Italia, lo que iba contra los inte-
de aceleración y taylorización, obra según un plan, urge, incita, ~eses del Estado francés. Maquiavelo estaba muy lejos de pensar

solicita y "castiga", ya que una vez creadas las condiciones en las que los franceses no entendían de asuntos de Estado; por el con-
cuales es .. posible" un determinado modo de vida la "acción" o trario, admiraba la manera como la monarquía (Luis XI) había
la omisión c1iminal deben tener una sanción puni;iva, de impor- logrado la unidad estatal en Francia, y bacía de la actividad esta-
tancia moral y no sólo un juicio de peligrosidad genérica. El dere- tal francesa un término de parangón con la italiana. En su dis-
cho es el aspec-to represivo y negativo de toda la actividad posi- cusión con el cardenal de Rohan hizo "política" de hecho y no
tiva de formación civil desplegada por el Estado. En la concep· "ciencia política" ya que, según él, si era dañoso para la "poHtica
exterior" francesa que el papa se fortaleciese, lo era aún más para
ción del derecho deberían ser incurporadas también las actividades
la política interna italiana.
"destinadas a recompensar" a los individuos, grupos, etc.; se pre-
mia la actividad loable y meritoria así como se castiga la actividad Lo curioso es que partiendo de tan incongmente cita Azzalini
criminal (y se castiga de una manera original, haciendo intervenir 1 continúa diciendo que "aún enunciándose que aquella ciencia
a la "opinión pública" como sancionadora). 1 <lstudia el Estado, se da una definición ( ¡?) absolutamente im-
1 precisa (!) porque no se indica con qué criterio debe ser consi-
'
1 ,derado el objeto de la investigación. Y la imprecisión es absoluta
1

l'oHtica y derecho constitucíorwl. En la Nuova Antología ele] 16 de 1 dado que todas las ciencias jurídicas en general y el derecho pú-
diciembre de 1929 se publica una pequeña nota de un cierto M. 1 blico en particular, se refieren indirecta y directamente a aquel
demento".
Az:mlini, "La política, scienza ed arte di Stato", que puede ser
interesante como presentación de los elementos entre los cuales ¿Qué significa todo esto referido a Maquiavelo? Menos que
\ nada; sólo confusión mental. Maquiavelo escribe libros de "acción
se clebate el esquematismo científico.
Comienza afümando que fue gloria "resplandeciente" de Ma- política inmediata", no escribe una utopía en la que sueña con un
quiavclo "el haber circunscripto en el Estado el ámbito de la polí- 1 Estado ya constihlido, con todas sus funciones y sus elementos
tica". Na es fácil entender qué quiere decir con esto Azz.alini: constituyentes. En su tratado, en su critica del presente, expresa
cuando toma un fragmento del capítulo III de El Príncipe: "Co- conceptos generales presentados en forma aforística, no sistemá-
mo me dijera el cardenal de Roban que los italianos no enten· tica, y una concepción del mundo original, que también podrla
dían en asuntos de guerra, yo le respondí que los franceses Ím ser llamada "filosofía de la praxis" o "neo-humanismo" en cuanto
no reconoce elementos trascendentes o inmanentes (en sentido
entendían en los de Estado", y se basa en esta única cita para
1 metafísico), sino que se basa por completo en la acción concreta
106
l
1
107
del hombre, el cual, impulsado por sus necesidades históricas, rentes son las esferas del orden jurídico y del orden político. Y,
actúa y transforma la realidad. No es verdad, como parece creer en verdad, mientras la primera observa el organismo público bajo
Azzalini, que Maquiavelo no tiene en cuenta el "derecha consti· un punto de vista estático, como el producto natural de una deter-
tucional", ya que en toda su obra se encuentran, dispersos, prin· minada evolución histórica, la segunda observa aquel mismo or-
dpios generales de derecho constitucional. Aún más, Maqui a velo ganismo desde un punto de vista dinámico, como un producto
afirma bastante claramente la necesidad de que en el Estado que puede ser valorado en sus virtudes y en sus defectos y que
domine la ley, los principios fijos, según los cuales los ciudadanos por consiguiente, debe ser modificado según las nuevas exigen-
virtuosos pueden obrar seguros de no caer bajo los golpes de la ar- cias y las ulteriores evoluciones". Por ello se podría decir que "el
bitrariedad. Pero Maquiavelo, precisamente, refiere todo a la polí- orden jurídico es ontológico y analítico, ya que estudia y ana-
tica, vale deeír al arte de gobernar los hombres, de procurarse su liza las diversas instituciones públicas en su ser real", mientras
consenso permanente y, por consiguiente, el arte de fundar los que "el orden político es deontológico y crítico porque estudia los
"grandes Estados" (es preciso recordar que Maquiavelo compren· diferentes institutos no como son, sino cómo cleberían ser, es
día que el Estado no era la Comuna o la República o la Sc1ioría decir con criterios de valoración y juicios de oportunidad que no son
comunal, ya que al no poseer un vasto territorio les faltaba una ni pueden ser jurídicos".
población tal como paru ser la base de una fuerza mílitar <¡ue ¡Y semejante monigote cree ser un admirador y un disdpulo
permitiese una politica internacional autónoma. Comprendía que de Maquiavelo o, mejor aún, perfeccionarlo!
en Italia, con el Papado, persistía una situación de no-Estado De esto se deriva que a la identidad formal antes descrita
y que ella duraría hasta que la religión se transformase en "polí- se opone una sustancial diversidad tan profunda y notable como
tica" del Estado y dejase de ser la política utilizada por el papa para no consentir, quizás, el juicio expresado por uno de los má-
para impedir la formación en Italia de Estados fuertes, intervi- ximos publicistas contemporáneos que consideraba difícil, si no
niendo en la vida interna de los pueblos por él no dominados imposible, crear una ciencia política completamente diferente
temporalmente, impulsado por intereses ajenos a los de aqu!'llos del derecho constitucionaL A nosotros nos parece que el juicio
Estados, resultando por ello perturbadores y disgregadores. expresado sólo es verdadero si se detiene en este punto el aná-
'
Se podría hallar en Maquiavelo la confirmación de todo lo 1 lisis del aspecto jurídico y del aspecto político, pero no si se pro-
que he anotado arriba, vale decir el hcdw de <¡LIC la burguesía sigue más allá, individualizando el campo ulterior que es de
italiana medieval no supo salir de la fase C'orporativa para entrar exclusiva competencia de la ciencia política. Esta última, en e-fec-
en la fase política, por<JUc no supo liberarse por compl<>to de la
concepción medieval cosmopolita representada por el papa, por
!
!
to, no se limita a estudiar la organización del Estado con un
criterio deontológico y crítico y por ello diferente del usado por
el dcro y también por los intelectuales laicos ( humauistas). no el mismo objeto del derecho público, sino que, por el contrario,
supo crcnr un Eslado autónomo pcnuanedendo en el marco me- amplía su esfera u un campo que le es propio, indagando las leyes
dieval y cosmopolita. \ que regulan el surgimiento, el devenir, la dcclinnción de los Es-
Azzalini escribe que "basta la sola definición de Ulpiano y, tados. Ni vale afirmar que tal estudio corresponde a la historia (!)
mejor aún, sus ejemplos extraídos del Digesto para hacC'r apare- entendida en un significado general (!), ya que admitiendo aún
cer la identidad extrínseca (.;y entonces?) del objeto de las do> 1 que sea investigación histórica la búsqueda de las causas, de los
cicndns. "lus ¡m!Jiicwu ad s/atum reí (¡miJiicae) romanae spectact. !• efectos, de los vínculos mutuos de interdependencia de las leyes
- Publicum ius, in sacris, in saccrdotil;us, in. magístratibus con- naturales que gobiernan el ser y el devenir de los Estados, siem-
si.stít." "Se da por consiguiente una identidad de objeto en el pre será de pertinencia exclusivamente política, o sea no histÓ·
dere~ho público y en la ciencia política, identidad no sustancial, rica ni jurídica, la búsqueda (le los medios idóneos para presidir
porque los criterios con los cuales una y otra ciencia consideran prácticamente la dirección política general. La función que Ma-
la misma materia son por completo diferentes. En efecto, dife- quiavelo se comprometía a desarrollar y que sintetizaba diciendo:

108 109
1
bién algunas ideas de Bergson: "La inteligencia no ofrece de la
"Discurriré acerca de cómo estos principados han de gobernarse vida [la realidad en movimiento] más que una traducción en
y conservarse" (El Príncipe, cap. II), por la importancia intrínse~ términos <.le inercia. Ella gira a su_ alrededor, tomando desde
ca de su temática y por su especificación, adquiere no sólo valí~ afuera la mayor cantida<.l posible de percepciones del objeto que
dez para legitimar la autonomía de la política, sino también paro: toma en consideración, en lugar de penetrar en él. Pero en el
consentir, al menos bajo el aspecto antes delineado, una distin- interior mismo de la vida, nos conducirá la intuición y con esto
ción también formal entre ella y el derecho público". ¡He aquí entiendo decir el instinto que se ha vuelto desinteresado," "Nuestro
lo que entiende por autonomía de la política! ojo percibe los rasgos del ser viviente, pero aproximados uno al otro,
Pero, dice Azzalini, ademús <.le ona ciencia política, existe un no organizados entre sí. La intención de la vida, el movimiento
arte político. "Existen hombres que traen o trajeron en la intuición simple que corre ::t través de las líneas, que liga una con la
personal la visión de las necesidades v de los intereses del país otra y les da un significado, se le escapa; y es esta intención la
gobernado, que en la obra de gobierno ejecutaron en el mundo que tiende a aferrar el artista colocándose en el interior del obje-
exterior la visión que traían. Con esto no queremos decir, por to con una especie <.le simpatía, superando con un esfuerzo de
cierto, que la actividad intuitiva, y por tal motivo artística, sea la intuición la barrera que el espacio coloca entre él y el modelo.
única y la prevaleciente en el hombre de Estado; sólo queremos Es verdad, sin embargo, que la intuición estética sólo aferra lo
decir que en tal hombre, junto a las actividades prácticas, econó- individual." La inteligencia está caracterizada por una ineom-
micas y morales, debe subsistir también aquella actividad teó- prensibili<.lad natural de la vi<.la, ya que ella representa clara-
rica antes indicada, tanto bajo el aspecto subjetivo de ht intui- mente sólo lo discontinuo y la inmovilidad". 32
ción como bajo el aspecto objetivo (!) de la expresión y que, Existe por lo tanto una separación entre la intuición política
faltando tales requisitos, no poede existir el hombre de gobierno y la intuición estética, o lírica, o artística. Sólo en sentido meta-
y tanto menos (!) el hombre de Estado, cuyo apogeo se carac- fálico se hablu de arte político. La intuición política no se ex-
teriza justamente por aquella inconquistable (!) facultad. En el presa en el artista sino en el "jefe" y se debe entender por "intui-
campo político, por consiguiente, a<.lemás del científico en quien ción" no el "conocimiento de lo individual" sino la rapidez pam
prevalece la actividad teórica cognoscitiva, subsiste también el vincular hechos aparentement e extraños entre sí y para concebir
artista en quien prevalece la actividad teórica intuitiva. Con esto los rne<.lios adecuados al objetivo <.le encontrar los intereses en
no se agota enteramente la esfera de acción <.le! arte político, el juego y suscitar las p<!siones de los hombres, orientando a éstos
cual, además de ser observado en relación con el estadi,ta que con hacia una acción determinada. La "expresión" del "jefe" es la
las funciones prácticas <.le gobierno exterioriza la representación in- "acción" (en sentido positivo o negativo, desencadenar una ac·
terna de lo intuido, puede ser valorudo en relación con el escritor dón o impe<.lir que ocurra una detenuina<.la acción, congruente
que realiza en el mundo exterior (!) la verda<.l política intuida no o incongruente con el objetivo que se quiere alcnnzar). Por otro
con actos de poder sino con obras y escritos qnc traducen dicha lado, el "jefe" en política puede ser un individuo, pero también
intuición. Este es el caso del hindú Kamandaki (siglo l!I d. C.), un cuerpo político más o menos numeroso. En este último caso
de Petrarca en el Trattatello pei carraresi, de Botero en la Ragion la unidad <.le los intentos será lograda por un individuo o pm· un
di Stato y, bajo ciertos aspectos, de Maquiavelo y de Mazzini". pequeño grupo interno y en el pequeño grupo por un individuo
Verdaderamente. una chapucería, digna de ... ~laquiuvclo, que puede eambíar en cada oportunidad permaneciend o el grupo
pero en especial de Tittoui, <.lirector de la Nuova Antología. Azza- sin embargo, unitario y coherente en su obra consecutiva.
lini no sabe orientarse ni en la filosofía ni en la ciencia de la polí- Si hubiL·sc que traducir al lenguaje político moderno la no-
tica. Pero he querido tomar todas estas notas para desembrollar ción de "Príncipe" tul como aparece en el libro de Maquiavclo.
la intriga y tratar de lograr conceptos claros para mí.
Hay que desenre<.lar, por ejemplo, el significado de "intuí~ :>::! Bergson, I:ecoltdion crJatrice, Paris, 1907, passim. (N. del E.)
ción" en la política y la expresión "arte" político. Hccordar blm-
111
110
tcmlría que hacerse una serie de di,tinciones: "Príncipe" podría Robcrt Michcls y los partidos políticos
ser un jefe de Estado, un jefe de gobierno, pero también un jefe
político que quisiese conquistar un Estado o fundar un nuevo
tipo de Estado: en este sentido "Príncipe" podría traducirse en
la lengua moderna corno "partido político". En la realidad de
cualquier Estado el "jefe del Estado", o sea el elemento equili-
brador de los diversos intereses en lucha contra el interés domi-
nante, mas no exclusivista en sentido absoluto, es justamente el
"partido político". Pero a diferencia del derecho constitucional
tradicional, el partido polítíco no reina ni gobierna jurídicamen-
te; tiene el "poder de hecho", ejerce la función hegemónica y por
consiguiente cquilíbradora de los diversos intereses, en la "socie-
dad civil'', la cual, sin embargo, está tan estrechamente entrela-
zada con la sociedad política que todos los ciudadanos sienten,
en cambio, que d partido rci na y gobierna. Sobre esta realidad "Le partí politique -esctibe Michels- ne sauraít etre étymolo--
en continuo n10vimiento no se puede crear un derecho constitu- giquement et logiquement qu'une partíe de 1'ensemble des citoyens,
cional, del tipo lradicional, sino únicamente un sistema de prin- organisée sur le terrain de la polítique. Le parti n'est done qu'rme
cipios que afirmen <.~mm fin del Estado su propio fin, su propio fraction, pars pro toto" (?}.' Según Max Weber,' tiene su origen
desaparc(;er, o sea, la reabsorción de la sociedad política en la en dos tipos de causas: sería especialmente una asociación espon-
sociedad civil. tánea de propaganda y agitación que tiende al poder para pro-
curar así a sus adherentes activos (militantes) las posibilidades
morales y materiales para realizar los fines objetivos o ventajas
personales, o también las dos cosas juntas. La orientación general
de los partidos políticos consistida por tanto en el Machtstreben,
personal o impersonaL En el ptimer caso los partidos personales
se basarían en la protección acordada a los inferiores por un
hombre poderoso. En la historia (?} de los partidos políticos son
muy frecuentes los casos de este tipo. En la vieja dieta prnsiana
de 1855, que comprendía muchos grupos políticos, todos tenían
el nombre de sus jefes. El único grupo que se dio un nombre
verdadero fue uno nacional, el polaco.' La histmia del movimien-
to obrero demuestra que los sodalistas no despreciaron esta tra-

1 R. ~Hchels, Les partis politiques et la contrainte sociale. Mercure de


France, I• de mayo de 1928, pp. 513-535.
' Wirtscllaft und Gesellsclwft. Gundríss der SozialOkonomik, !Il, 2• edlc.,
Tübingen, 1925, pp. 167, 639 [trad. cast.: Eco1lomia y sociedad, Fondo de
Cultura Económica],
3 Cfr. Friedrich Nauman11, «Die politischen Partelen", Die Hilfe. Berlín,
1910, p. 8.

!12 113
díción burguesa. Frecuentemente, los partidos socialistas tienen
los nombres de sus jefes ("comme pour faire l'aveu public de con todas nuestras voluntades dispersas, forjar un martillo y po-
leur assujettissement complet tl ces chefs"). En Alemania, entre nerlo en las manos de un hombre cuya intt>lig;encia, carácter y
1863 y 1875, las fracciones socialistas rivales eran los marxistas adhesión (dévouement) sean una garantía de que golpeará enér-
y los lassallianos. En Francia, en una época más reciente, las gran- gicamente.• Era el marUllo del dictador. ~Lis tarde las masas exi-
des corrientes socialistas se dividían en broussistas, allemanistas, gieron al menos un simulacro de democracia y de poder colecti·
blanquistas, guesdistas y jauresistas. Es verdad que los hombres vo, se formaron grupos cada vez más numerosos de jdcs que no
que daban el nombre a Jos diversos movimientos personificaban admitían la dictadura de uno solo. Jrwres y Bebel son dos tipos
lo más completamente posible las idellS y las tendencillS que ins- de jefes carismáticos. Bebe!, huérfano de un suboficial de Pomc·
piraban al p¡lTtido y lo guiaron durante toda su evolución.' Exis- rania, hablaba altivameHte (?) y era imperativo. 7 Jaurcs, orador
te quizás alguna analogía entre los partidos políticos y las sectas extraordinario, sin igual, int1amado, romántico y al mismo tiem-
religiosas o las órdenes monásticas. lves Guyot ha observado que po realista, trataba de superar las dificultades "poniendo en serie"
el individuo perteneciente al partido moderno actúa como los los problemas, para abatirlos a medida que se planteuban.• Los
frailes del medievo, que adoptaron el nombre de santo Domingo, dos grandes jefes, amigos y enemigos, tenían en común una fe
san Benedicto, san Agustín, san Francisco.' He aquí partidos-tipo indómita tanto en la eficacia de su acción como en los destinos
que podrían ser llamados partís de patronage. Cuando el jefe de las legiones de las cuales eran abanderados. Ambos fueron
ejerce una influencia sobre sus adherentes por cualidades tan deificados: Bebe! aún vivo, Jaur<:s después de muerto.
sorprendentes que parecen sobrenaturales, puede ser llamado Mussolini es otro ejemplo de jefe de partido con algo de pro·
jefe carismático (carisma = don de Dios, recompensa: cfr. M. feta y de creyente. Pero él, además, no es sólo jefe único de un
Weber, op. cit., p. 140). [Esta nota está numerada 4 bis, o sea, gran partido sino también jefe únieo de un gran Estado. Con él,
insertada en 1~s pruebas; no por cierto para la traducción de el axioma: «El partido soy yo" ha logrado, en el sentido de la
carisma, sino quizás para la cita de Weber. Mícbcls produjo sen· responsabilidad y del trabajo asiduo, el máximo desarrollo.
sación en Italia por "su" descubrimiento del "jefe carismático", Esto es históricamente inexacto. Entretanto está prohibida
que quizás estaba ya (sería necesario confrontar) en ·wcber (se· la formación de grupos y toda discusión de asamblea, puesto que
ría necesario ver también el libro de Michels sobre Sociología demostraron ser desastrosas. Mussolini se sirve del Estado para
política de 1927): ¡ni siquiera menciona que una concepción del dominar al partido y sólo en parte se sirve del partido para domi·
jefe por gracia de Dios haya existido antes!] Sin embargo, esta nar al Estado. Por otro lado, el llamado "carisma", en el sentido
especie de partido se presenta a veces bajo formas más generales. utilizado por .Micbels, coincide siempre en el mundo moderno
El mismo Lassalle, el fefe de los lassaUianos, oficialmente era con una fase primitiva de los partidos de masa, fase en que la
sólo el presidente por vida de la Allgemeiner Deutscher Arbeiter- doctrina se presenta a las masas como algo nebuloso y no cohe-
verein. Se complacía en jactarse ante sus fautores de la idolatría rente, que necesita de un papa infalible para ser interpretada
de que gozaba por parte de las masas delirantes y de las vírge- y adaptada a las circunstancias. Este fenómeno tanto más fre-
nes vestidas de blanco que le cantaban coros y le ofrecían flores. cuente cuanto más el partido que nace y se forma lo hace no
Esta fe carismútica no era sólo fruto de una psicología exuberante sobre la base de una concepción del mundo unitaria y rica en
y un poco me¡:;alómana, sino que correspondía también a una
concepcióu teórica. :-.1osotros debemos -decía a los obreros rena-
nos, expon;éndoles sus ideas sobre la organización del partido-, e Cfr. Michcls, Les pattis politiques, 1914, p .130; no se refiere ~ ia edición
italüma ampliada del año 1924.
~ !\Iaurice Chn.rnay. Les allemanistes, RiviCre, París. 1912, p. 25.
1 1 Hervé lo ll;un6 el Kaiser Bebel; cfr. }..[icheis, Bedeutende Miinnet, Leip..
zig) 1921, p. 29.
5 Ives Cuyot, La comédie socialisle, Clw.rpentierj París, 18D1. p. lii.
s Cfr. Rappoport, )eaa ]aures, thomme, 'e penseu.r~ le socialisle~ 2\L ed.,

114 j París, 1916, p. 366.

115
desarrollos, por ser expreswn de una clase históricamente eseu- La clasificación de los partidos de Michels es muy superfi-
cial y progresista, sino sobre la base de ideologías incoherentes cial y sumaria, pues se atiene a caracteres externos y genéricos:
y desordenadas, alimentadas por sentimientos y emociones que 1) partidos "carismáticos", o sea, agrupados en torno a ciertas
no alcanzaron aún la disolución total porque las clases (o la clase) personalidades, con programas rudimentarios. La base de estos
de las cuales son expresión, aunque desde un punto de vista partidos es la fe y la autoridad de uno solo [tales partidos no
histórico estén en trance de disolverse, tienen todavía una cierta existieron nunca; ciertas expresiones de intereses están represen-
base y apelan a las glorias del pasado para defenderse del pon·e- tadas en cierto momento por algunas personalidades más o menos
nir. El ejemplo que Michels da como prueba ele la resonancia excepcionales: en ciertos momentos de "permanente anarquía"
en las masas de esta concepción es infantil para quien conoce la debida al equilibrio estático de las fuerzas en lucha, un hombre
facilidad con que caen las masas italianas en la exageración sen- representa el "orden", es decir, la ruptura del equilibrio normal a
timental y en el entusiasmo "emotivo": una voz sobre diez mil través de medios excepcionales y en torno a él se reagrupan
presentes ante el Palazzo Chigi habría gritado: "No: tú eres los "aterrados", las "pécoras hidrófobas" de la pequeña burguesía;
Italia" en una ocasión de conmoción objetivamente real de la pero siempre hay un programa, aunque sea general, o mejor gene-
masa fascista. Mussolini habría luego manifestado la esencia ca- ral, justamente, porque tiende sólo a rehacer el barniz político
rismática de su carácter en el telegrama enviado a Bolonia, en el exterior, adaptándolo a un contenido social que atraviesa, más
que afirmaba e.star seguro, absolutamente seguro (y lo estaba que una verdadera crisis constitucional, una crisis debida al nú-
por cierto, pour cause) que nada grave podía ocurrirle antes mero demasiado grande de descontentos, difíciles de dominar
de haber concluido su misión. "Nous n'avons pas ici a indiquer por su mera cantidad y por la simultánea, pero mecánicamente
les dangers que la conception carismatique peut entrainer'' (?). simultánea, manifestación del descontento sobre toda el área na-
La dirección carismática lleva consigo un dinamismo político muy cional]; 2) partidns que tienen como base los intereses ele clase,
vigoroso. Saint-Simon, en su lecho de muerte, dijo a sus discípu- econón1icos y sociales, partidos de obreros, campesinos o de ]Jetits
los que siempre era necesario recordar que para hacer grandes gens, ya que los burgueses no pueden por sí solos formar un par-
cosas es preciso ser apasionado. Ser apasionados significa tener tido; .3) partidn, políticos generados (!) por ideas políticas o mo-
el don ele apasionar a los demás. Es un estimulante formidable. ra1e5. gencra1e5 y abstracta5: cuando esta concepción 5C basa en
Esta es la ventaja de los partidos carismáticos sobre los otros, un dogma más de.sarrollad,, y elaborado hasta en los detalles, se
basados en un programa bien definido y en los intereses de clase. podría hablar ele partidos doctrinarios, cuyas doctrinas serían pri-
Es cierto, sin embargo, que la duración ele los partidos carismá- vilegios de los jefes: partidos libre-cambistas o proteccionistas o
ticos está regulada con frecuencia por la duración de su impulso que proclaman los derechos de libertad o de justicia como: "¡A
y de su entusiasmo, que tiene a veces una base muy frágil. De cada uno el producto de su trabajo!, ¡a cada uno según sus fuer-
allí que veamos en los partidos carismáticos la tendencia a apo- zas!. ¡a cada uno según sus necesidades!".
yar sus valores psicológicos (!) sobre organizaciones más dura- \lkhels descubre, menos mal, que esta distinción no puede
deras ele los intereses humanus. El jefe carismático puede perte- ser neta ni completa, ya que los partidos "concretos" representan
necer a cualquier partido, ya sea autoritario como antiautoritario. por lo general matices intermedios o combinaciones de los tres.
[En el caso de que puedan existir partidos antiautoritarios en A estos tres tipos se les agregan otros dos: los partidos confesio-
cuanto tales; sucede por el contrario que los "movimientos" anti- nales y los partidos nacionales [sería preciso agregar también
autoritarios, anarquistas, anarco-sindicalistas, se transforman en los partidos republicanos en el régimen monárquico y los partidos
'·partido" porque el agrupamiento se da en torno a personali- monárquicos <'11 el régimen republicano]. Según i\fichels los par-
dades organizativamente "irresponsables", en cierto sentido "ca- tidos confesionales, más que una \Veltanschawmg, profesan una
rismáticas"]. U eberu;eltanschauung [que por otro lado es lo mismo]. Los par-
tidos nacionales profesan el principio general del derecho de cada

116
117
pueblo y de cada fracción de pueblo a la soberanía completa sin la diferencia de clase entre jefes y gregarios. La cuestión se torna
condiciones (teorías de P. S. Manci ni). Pero lu0go de 1848 estos política, o sea adquiere un valor real y no sólo de esquematismo
pmtidos desaparecieron y surgieron los partidos nacionalistas sin sociológico, cuando en la organización se producen escisiones de
principios generales ya que niegan a todos. los d~ná;'•. [aun cu~n­ clase: esto ocurrió en los sindicatos y en los partidos socialde-
do los partidos nacionalistas no siempre megan te?ncamente a mócratas. Sí no existen diferencias de clase la cuestión es pura-
los otros pueblos lo que afüman para el suyo: rcmllen la resolu- mente técnica (la orquesta no cree que el director sea un patrón
ción del conflicto a las annas, cuando no parten de vagas concep- oligárquico) de división del trabajo y de educación, es decir, que
ciones sobre misiones nacionales, tal como lo afinna el mi~mo la concentración debe tener en cuenta que en los partidos popu-
:\1ichels ]. " lares la educación y el "aprendizaje" político se verifica en gran
El artículo está lleno de palabras vacías e impreci~as. La parte a través de la participación activa de los gregarios en la
vida intelectual (discusiones) y organizativa de los partidos. La
necesidad de la organización y las tendencias ineluctables (!) de
la psicología humana, individual y colectiva, cancelan a la larga solución del problema, que se complica justamente por el hecho
la mavor pmte de las distinciones originarias". [Esto quiere dec1r: de que en los partidos avanzados los intelectuales cumplen una
gran función, puede encontrarse en la formación de un estrato
el tip~ "sociológico" no corresponde al hecho c~ncreto.] ~El par-
medio colocado entre los jefes y las masas, que sea lo más nume-
tido político como tal tiene su propia alma (!) mdepend10nte de
roso posible y que sirva de equilibrio para impedir a los jefes
los programas y de los reglamentos que s; ha dado. y de los ~nn­
desviarse en los momentos de crisis radical y para elevar cada
dpios eternos de los que está embebido. Tendencia a la ohgar- vez más a las masas].
quia. "Dándose los jefes, los mismos obreros se crean, con . s~s
propias manos, nuevos patrones cuya principal arma de ~om1m0
consiste en su superioridad técnica e intelectual y en ]a lm~OSI­
bilidad de un control eficaz de parte de sus mandantes. Los mt~­ Las ideas de Michels sobre los partidos políticos son bastante
lectuales tienen una función (en esta manifestación). Los parti- confusas y esquemáticas, pero son interesantes como recolección
dos socialistas, gracias a los numerosos puestos retribuidos Y ~o­ de materiales en bruto y de observaciones empíricas y diversas.
norífícos de los cuales disponen, ofrecen a los obreros [¡a un cwr- Además, no son pocos los errores de hecho. (el partido bolche-
to número de obreros, naturalmente!] una posibilidad de hacer vique habría nacido de las ideas minoritarias de Blanqui y de
carrera, lo cual ejerce sobre ellos una considerable fuerza de las concepciones, más severas y diversificadas, del movimiento
atracción [esta fuerza se ejerce, pero más sobre los intelectuales]. sindical francés, inspiradas por Sorel). La bibliografía de los escri-
Complejidad progresiva de la función polltica p_or la cual :os tos de Michels siempre se puede reconstruir partiendo de sus
jefes de los partidos se transforman cada vez mas en profesiO- mismos escritos, ya que la cita abundantemente. La investigación
nales que deben tener nociones cada vez más exacta~, un tacto, puede comenzar por los libros que ya tengo. Una observa-
una práctica burocrútica y frecuentemente una astuCia cada vez ción interesante sobre el modo de trabajar y de pensar de Mi-
más vasta. Así, los dü·igcntcs se alejan siempre más de las masas chels: sus escritos están repletos de citas bibliográficas, en gran
v se observa la flagrante contradicción que existe en los parti_dos parte ociosas y molestas. Apoya también los mús banales "truis-
~vanzados entre las declaraciones y las intenciones democráticas mos" con la autoridad de los escritores más disparatados. Fre-
v la ,·calidad oligárquica. [Es preciso observar, sin embargo: que cuentemente se tiene la impresión de que no es el curso del pen-
~na ~osa es la democracia en el partido y otra la democrac1a en samiento el que detmmina las citas, sino el montón de citas ya
el Estado: para conquistar la democracia en. el Estado ~uede ser listas el que dctermi na el curso del pensamiento, dándole un ca-
necesario (o mejor, es casi siempre neccsano) un part1do fuer- rácter discontinuo e improvisado. Michels debe haber construido
temente centralizado; y aún más: las cuestiones de democracia un inmenso fichero, pero de dilettante, de autodidacta. Puede
y de oligarquía tienen un significado preciso que está dado por tener alguna ünportancia saber quién hizo por prüuera vez

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118
1
cierta observación, tanto más si esta observación ha servido de
estímulo a una investigación o hizo progresar de alguna manera compris a ce qui est important dans le marxisme. Il nous présente
una ciencia, pero anotar que tal o cual dijo que dos más dos son Garibaldi, L. Blanc, Benoit Malon (1) comme les vrais ma.ttres de
cuatro es por lo menos inepto. la pen.sée socialiste ..• ", La impresión de Sorel debe ser exacta
-yo no he leído este escrito de ~fichels- ya que se evidencia muy
Otras veces las citas están muy suavizadas: el juicio sectario claramente en el libro de Michels sobre Il movimento socialista
o, en el mejor de los casos, epigramático, de un polemista es con- italiano (Ediciones de la Voce).
siderado como un hecho histórico o como documento de un hecho
En los Nuovi Studi di Diritto, Economía e Política de setiem-
histórico. Cuando en la página 514 de este artículo en el Mercu-
bre-octubre de 1929, Michcls publica cinco cartas que le enviara
re de France, Miohels dice que en Francia la corriente socialista
Sorel (la primera en 1905, la segunda en 1912, las últimas tres
estaba dividida en broussistas, allemanistas, blanquistas, guesdis-
en 1917), no de carácter confidencial sino más bien de estricta
tas y jaurcsistas para extraer la conclusión de que en los partidos
y fría conveniencia y en una nota (p. 291) escribe a propósito del
modernos las cosas ocurren como en las órdenes monásticas me-
juicio arriba citado: "Sorel, evidentemente, no había comprendido
dievales (benedictinos, franciscanos, cte.), al citar a la Comédie
(!) el sentido más directo del artículo incriminado, en el cual yo
socia!iste de Yves Guyot, de la cual debe haber tomado la idea,
había acusado (!) al marxismo de que dejaba escapar (!) el lado
no dice que aquéllas no eran las denominaciones oficiales de los
ético del socialismo mazziniano y otras cosas, y, además, que exa-
partidos, sino denominaciones "para comodidad", nacidas de las
gerando el lado meramente económico, había conducido el socia-
polémicas internas, y que casi siempre contenían en forma implí-
llsmo a la ruina. Por otro lado, como resulta de las cartas ya publi-
cita una crítica o una acusación de dcsvíación pcrsonaHsta, críti-
cadas [¿qué cartas? ¿las publieadas por Michels? ¿,estas cinco men-
ca y acusación canjeables que se osificaban luego en d uso efecti-
cionadas?, pero éstas no dicen nada] el disparo [en bastardilla en
vo de la denominación pcrsonalista (por la misma razón "corpo-
Michels, pero se trata de algo más que un disparo; para Sorel se
rativa" y "sectaria" por la cual los "Gucux" se llamaron también
trata, me parece, de la confirmación de un juicio ya adelantado
así). Por esta razón todas las consideraciones epigram{\ticas de
desde hace mucho tiempo] de Sorel en nada perjudica las buenas
.Michels caen en la superficialidad de nn salón reaccionario.
relaciones (!) con el autor de estas líneas. "Me parece que en estas
La pura dcscriptívidad y la clasificación externa de In vieja notas de los Nuovi Studi, Miclwls tiende a lograr algunos fines
sociología positivista constituyen otro car{rctcr esencial de estos discretamente interesados y ambiguos; tiende a lanzar un cierto
escritos de Michels, quien carece de la metodología intrínseca a descrédito sobre Sorel como hombre y como «amigo" de Italia y
los hechos, de todo punto de vista crítico que no sea nn amable presentarse a sí mismo como un patriota italiano de vieja data. Re-
escepticismo de salón o de café reaccionario respecto de las pille- torna este motivo tan equívoco de Michcls (creo haber observado
rías igualmente superficiales del sindicalismo revolucionario y del en otra parte su situación al desencadenarse la guerra). Es intere-
sorelismo. sante la carta de Sorcl a Míchcls del lO de julio de 1912; "]e lis le
Relaciones entre Michels y Sord: carta de Sorel a Crocc en numéro de la Vallée d'Aoste que oous aoez bien voulu n{enooyer.
la que menciona la superficialidad de .Michels y mezquina tenta- ]'y ai remarqué que vous affirmez un droit au séparatisme, qui est
tiva de Michels de sacarse de encima el juicio de Sorel. En la carta bien de natrac () renáre suspcct aux Italiens le maintíen de la larz-
a Crocc del 30 de mayo de 1916,0 Sorel escribe: "]e vlens de rece- gue franraise dans la Va!lée d'Aoste". Michcls anota que se trata de
voir une brochure de R. Michels, tirée de Scientia, mai 1916: 'La un n6mcro único, La Vallée d'Aoste po11r sa langue fran9aise, pu-
déhác!e de rinternationale ouvriere et ravenir. ]e oous prie ay blicado en mayo de 1912 en Aosta por la tipografía !1-!argherittaz
bajo los auspicios de un comité local valdostano para la protección
¡e ter les yeux; elle me semhle prouver que l'auteur n'a iamais rien
de la lengua francesa ( colabo.radores: .Michcls, Croce, Prczzolini,
• Critica, 20 de setiembre de 1920, p. 357.
Graf, cte.). Es inútil decir que ninguno de estos autores había
hecho suya, como con excesiva licencia poética se expresa SorcL
120
121
Notas sobre la vida nacional francesa
cualquier tesis "separatista". Sorel menciona solamente a Michels,
por lo que estoy convencido de que él debe haber por lo menos
mencionado el derecho al separatismo (sería menester controlar
esto en el caso de una presentación de Michels que algún día será
necesaria) .

El partido monárquico en un régimen republicano, como el par-


tido republicano en un régimen monárquico o el partido nacional
en un régimen de sujeción a un Estado extranjero no pueden me-
nos que ser partidos sui generis. Si quieren obtener éxitos relati-
vamente rápidos, deben ser centrales de federaciones de partidos
más que partidos caracterizados en todos los puntos particulares
por sus programas de gobierno; partidos de un sistema general de
gobierno y no de gobiernos particulares (en esta misma serie
les corresponde un puesto aparte a los partidos confesionales,
como el Centro alemán o los diversos partidos cristiano-sociales
o populares).
El partido monárquico se basa en Francia en los residuos
aún tenaces de la vieja nobleza terrateniente y en una parte de
la pequeña burguesía y de los intelectuales. ¿En qué confían los
monárquicos para ser capaces de asumir el poder y restaurar la
monarquía? Confían en el colapso del régimen parlamentario-
burgués y en la incapacidad de cualquier otra fuerza organiza-
da para constituirse en el núcleo político de una dictadura lllili-
tar previsible o preparada por ellos mismos; sus fuerzas sociales
no estarían en condiciones de conquistar el poder de ninguna
otra manera. En espera de que esto ocurra el centro dirigente de
L'Action fran~aise desarrolla sistemáticamente una serie de acti-
vidades: una acción organlzatlva político-militar (militar en el
sentido de partido y en el de tener células activas entre los ofi-
ciales del ejército) para reagrupar de manera más eficiente la
estrecha base social sobre la cual se apoya históricamente el mo-

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122
vimiento. Estando constituid a esta base por elementos en gene- de las dos cámaras o de una sola cámara electiva, con diversos
ral más selectos en cuanto a inteligencia, cultura, riqueza, prác- métodos de elección para cada una (cámara vitalicia y heredita-
tica administr ativa, etc., que los participan tes de cualquier otro ria, senado a término, pero con elecCiones para senadores dife-
movimiento, es posible lograr así un partido notable, hasta impo- rentes de las utilizadas para diputados , etc.), diversos equilibrio s
nente, pero que sin embargo se agota en sí mismo, o sea que no de poderes, mediante los cuales la magistrat ura puede ser un
tiene reservas para lanzarse a la lucha en una crisis capital. El poder independ iente o sólo un orden, controlad o y dirigido por
partido es notable sólo en épocas normales, cuando los elemento s circulares ministeriales; diferente s atribucion es del jefe del go-
activos de la lucha política se cuentan por decenas de millares, bierno o del Estado: diverso equilibrio interno de los organismos
pero se convertir á en insignificante (numéric amente) en los pe- territorial es (centralis mo o descentra lización, mayores o menores
ríodos de crisis, cuando los activistas deberán contarse por cen- poderes de los prefectos , de los consejos provinciales, comunale s,
tenares de míllares y quizás hasta por míllones. etc.); diverso equilibrio entre las fuerzas armadas de conscripc ión
El desarrollo del jacobinismo (de contenido ) y de la fór- y las profesion ales (policía, gendarm ería), con dependen cia de
mula de la revolución pe1manente operada en la fase activa de estos cuerpos profesionales de uno u otro organism o estatal ( ma-
la Revolución francesa encontró su "perfecci onamient o" juddico- gistratura , Ministeri o del Interior o Estado Mayor); la mayor o
con,tituci onal en el régimen parlamen tario, el cual realíza, en el menor parte asignada, respectiv amente, a la costumbr e o a la
período más rico en energías "privadas " de la sociedad, la hege- ley escrita, de donde se desarrolla n formas consuetud inarias que
monía permanen te de la dasc urbana sobre toda la población , pueden hasta cierto punto ser abolidas en virtud de las l<'ycs
en la forma hegeliana del gobierno fundado en el consenso per- escritas (en algunos países "parecía" haberse constituid o regíme-
manentem ente organizad o (pero la organizac ión del consenso es nes democráticos, pero sólo lo habían hecho de una manera formal,
dejada a la iniciativa privada, siendo por lo tanto de carácter sin lucha, sin sanción constituci onal y fue fácil disgregarlos del
moral o ético, en cuanto consenso otorgado "voluntar iamente" de mismo modo, o casi sin lucha -porque estaban desprovistos de
una u otra manera). El "límite" logrado por los jacobinos en la sostenes jurídicos, morales y militares - restauran do la ley escrita
ley Le Chapelier y en la del maximmn es superado y rechazado o dándole interpreta ciones reacciona rias); la mayor o menor se-
en forma progresiv a cada vez más lejos a través de un proceso paración entre las leyes fundamen tales y los reglamen tos de eje-
completo en donde se alternan la actividad propagan dística y cución que anulan las primeras y les dan una interpreta ción
la práctica (económica, político-j urídica). Debido al desarrollo restrictiva ; el empleo más o menos extendido ele los decretos-
industrial y comercial la base económica es ampliada y profun- leyes que tienden a sustituir la legislación ordinaria y In modifi-
dizada continuam ente; desde las clases inferiores se elevan hasta can en algunas ocasiones, "forzando la paciencia " del parlamen to
las clases dirigentes los elementos sociales más ricos en energia hasta lograr un verdadero "chantaje a la guerra civil". En este
y en espíritu de empresa, la sociedad entera está en un continuo proceso contribuy en por un lado los teóricos-filósofos, los publi-
proceso de formación y disolución acompañ ada de formaciones cistas, los partidos políticos, etc., para el desarrollo de la parte
mús complejas y ricas en posibilida des; esto se mantiene , por formal, y por el otro lado, los movimientos y las presiones de
regla general, hasta la época del imperialis mo y culmina en la masa para la parte sustancia l, con acciones y reacciones recípro-
guerra mundial. En este proceso se alternan tentativas de insu- cas, con iniciativas "preventi vas" antes de que los fenómeno s se
rrecciones y represiones despiadad as, ampliaciones y restricciones manifiest en peligrosa mente y con represion es cuando las pre-
del sufragio político, libertad de asociación y restricciones o anu· venciones fallaron o fueron tardías e ineficaces.
]amiento de esta libertad, libertad en el campo sindical más no El ejercicio "normal" de la hegemon ía en el terreno, ya
. en el político, diferentes formas de sufragio, escrutinio de lista clásico, del régimen parlamen tario se caracteriz a por la combi-
·o circunscripciones uninominales, sistema proporcio nal o indivi- nación de la fuerza y el consenso que se equilibra n en formas
dual. con las diversas combinaciones que de allí resultan: sistema variadas, sin que la fuerza rebase demasiad o al consenso, o mejor

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tratando de obtener que la fuerza aparezca apoyada sobre el
consenso de la mayoría que se expresa a través de los órganos fidia. Quizás en la realidad la corrupción personal es menor de
de la opinión pública -periódicos y asociaciones- que, con este lo que parece, ya que es todo el organismo político el que está
fin, son multiplicados artificialmente. Entre el consenso y la fuerza corrompido por la descomposición de la función hegemónica. El
está la corrupción-fraude (que es característica de ciertas situa- hecho de que los interesados en que la crisis se resuelva desde
ciones de ejercicio difícil de la función hegemónica, cuando pre- su punto de vista finjan creer y proclamen a grandes voces que
senta demasiados peligros el empleo de la fuerza) que tiende se trata de la "corrupción" v de la "disolución" de una serie de
a enervar y paralizar a las fuerzas antagónicas atrayendo a sus "principios" (inmortales o r:o), tiene su justificación. Cada uno
dirigentes, en forma abierta o solapada, cuando existe un peligro es el mejor juez en la elección de las armas ideológicas más
inmediato, y lleva así la confusión y el desorden a las filas' apropiadas para el logro de los fines propuestos y la demagogia
enemigas. puede ser considerada como un arma excelente. Pero la cosa se
En el período ele la posguerra, el aparato hegemónico se transforma en cómica cuando el demagogo no sabe que lo es y
agrieta y el ejercicio de la hegemonía se vuelve permanentemente actúa prácticamente como si fuese verdad que el hábito hace al
difícil y aleatorio. El fenómeno es presentado y tratado bajo dis- monje y el birrete al cerebro. Maquiavelo se transforma así en
tintos nombres y en sus aspectos secundarios y derivados. Los Stenterello.
más triviales son: "clisis del'principio de autoridad" y "disolución
del régimen parlamentario". Es claro que sólo se describen las
manifestaciones "teatrales" del fenómeno en el terreno parlamen-
tario y del gobierno político, presentándolas justamente como el La crisi~ .en Francia. Su gran lentitud de desarrollo. Los parti-
fracaso de algunos "principios" (parlamentario, democrático, etc.) dos pohhcos franceses eran muy numerosos también antes de
y como la "crisis" del principio de autoridad (otras hablarán del 1914. Su multiplicidad formal depende de la riqueza de eventos
fracaso de este principio en forma no menos superficial y supers- rev.?lucionarios y políticos en Francia desde 1789 al "affaire Drey-
ticiosa). La crisis se manifiesta en la práctica como una dificul- fus . Cada uno de estos acontecimientos ha dejado sedimentos y
tad siempre creciente para formar los gobiernos y como una per- residuos que se consolidaron en partidos, pero siendo las diferei~­
manente inestabilidad de los mismos gobiernos, que tiene su cias mucho menos importantes que las coincidencias, en realidad
origen inmediato en la multiplicación de los partidos parlamen- ha reinado siempre en el parlamento el régimen de los dos par-
tarios y en las permanentes crisis internas de cada uno de ellos tidos liberales-democrát icos (variada gama del radicalismo) y
(es decir, que se verifica en el interior de cada partido lo que conservadores. Se puede decir, mejor, que dadas las circunstan-
tiene lugar en el conjunto del parlamento: dificultades de go- cias particulares de la formación político-nacional francesa la
bierno e inestabilidad de dirección). Las formas de este fenómeno multiplicidad de los partidos fue muy útil en el pasado por cw;nto
son también, en cierta medida, de corrupción y de disolución permitió una vasta obra de selecciones individuales y creó un
moral; cada fracción de partido cree tener la receta infalible para gran número ele hábiles hombres de gobierno. Y esta es una ca-
detener el debilitamiento de todo el partido y recurre a cualquier racterística francesa. A través de dicho mecanismo muy suelto ,.
medio en su afán por lograr su dirección o al menos por partici- articulado, cada movimiento de la opinión pública encontraba u~
par en ella, así como en el parlamento el partido cree ser el reflejo inmediato y una composición. La hegemonía burguesa es
único que debe fmmar el gobierno para salvar al país, o pretende muy fuerte y tiene muchas reservas. Los intelectuales están muy
al menos, para dar su apoyo al gobierno, participar lo más am- concentrados (Instituto de Francia, universidades, grandes pe-
pliamente posible: de ahí los cavilosos y minuciosos acuerdos riódicos y revistas de París) y aunque numerosísimos, son en
que no pueden dejar de ser personales y hasta llegan a parecer el fondo muy disciplinados en )os centros nacionales de cultura.
escandalosos y caen frecuentemente en la traición y la per- La burocracia civil y militar tiene una gran tradición y ha al-
canzado un elevado grado de homogeneidad activa.
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127
no era insultado y maltratado por bagatelas. No se formaron así
La debilidad interna más peligrosa para el aparato estatal durante la guerra los sedimentos de rabia envenenada y soca-
(militar y civil) consistía en la alianza del clericalismo y del rrona que se formaron en otros lugares. Las luchas internas de
monarquismo. Pero la masa popular, aunque católica, no era cle- la posguerra no tuvieron por ello una gran aspereza y en especial
rical. En el "affaire Dreyfus» culminó la lucha por paralizar la no se verificó la inaudita oscilación de las masas rurales ocurrida
influencia clerical-monárquica en el aparato estatal y por dar en otros lugares.
al elemento laico una neta supremacía. La guerra no debilitó la La crisis endémica del parlamentarismo francés incliea que
hegemonía, por el contrario la reforzó; no se tuvo tiempo de
existe un malestar profundo en el país, pero no adquirió todavía
pensar: el Estado entró en guerra y casi de inmediato el terri-
un carácter radical, aún no puso en juego cuestiones intangibles.
torio fue invadido. El pasaje de la disciplina de paz a la de gue-
Se produjo una ampliación de la base inclustrial y por consiguien-
rra no demandó una crisis demasiado grande; los viejos cuadros te un crecimiento urbano. Masas de campesinos se trasladaron a
militares eran tan vastos como elásticos; los oficiales subalternos la ciudad, mas no porque existiese desocupación eu el campo o
y los suboficiales eran quizás los más seleccionados del mundo y un hambre insatisfecha de tierra sino porque en la ciudad se
los mejor adiestrados para las funciones de dirección inmediata está mejor, se obtienen más satisfacciones, cte. (el precio de la
de las tropas. Comparación con otros países. La cuestión de los tierra es muy bajo y muchas tierras buenas son abandonadas a
";uditi" y del volunlarismo; la crisis de los cuadros determinada
los italianos). La crisis parlamentaria refleja (hasta el presente),
por la superación de los oficiales de reserva, que tenían por otro por sobre todo un desplazamiento normal de las masas (no debido
lado una mentalidad antitética con la de los oficiales de carrera. a una crisis económica aguda), con una búsqued:t laboriosa de
En otros países los "arditi" representaron un nuevo ejército de nuevos equilibrios de representación y de partidos y un vago
voluntarios, una selección militar, que tuvo una función táctica malestar que es sólo premonitorio de una posible gran crisis
primordial. El contacto con el enemigo sólo fue buscado a través polftica. La misma sensibilidad del organismo político conduce
de los ..arditi", quienes constituían una especie de velo entre el a exagerar fornmlmente Jos síntomas de malestar. Hasta abora se
enemigo y el ejército de leva (función de las ballenas de los ha tratado, más que otra cosa, de una serie de luchas por la distri-
corsés). La infantería francesa estaba formada en su gran ma- bución de los impuestos y de los beneficios estatales; de allí
yoría por cultivadores directos, es decir, por hombres provistos entonces la crisis de los partidos centristas y del radical en pri-
de una reserva muscular y nerviosa muy rica, lo cual tornó muy mer lugar, que representa las ciudades medias y pequeñas y a
difícil el colapso físico provocado por la larga vida de trinchera los campesinos más avanzados. Las fuerzas políticas se preparan
' el consumo medio de un ciudadano francés es de alrededor de para las grandes luchas futuras y buscan una mejor coordinación:
i.500.000 calorías anuales, mientras que el consumo del italiano las fuerzas extraestatalcs hacen sentir más sensiblemente su peso
es menor de 1.000.000). En Francia el proletariado agrícola es e imponen sus hombres de una manera más brutal.
mínimo el campesino sin tierra es siervo de factoría~ o sea, vive El punto culminante de la crisis parlamentaria francesa fue
b mis~a vida que los patrones y no conoce bs privaciones de alcamado en 1925, por lo que es necesario partir de las actitudes
la desocupación ni aun estacional; el verdadero proletar!ado se asumidas frente a aquellos acontecimientos, considerados decisi-
confunde con la mab vida rural y está formado por rmgrantes vos, para dar un juicio sobre la consistencia política e ideológica
que viajan de un lado a otro del país rcalizand;1 pequeños tra- de L'Action frangaise. Maurras denunció la gangrena total del
bajos marginales. La comida de trinchera cm meJOr que e~ ot~os régimen republicano y su grupo se preparó para la toma del po-
países y el pasado democn\tico, rico en luchas y en expenenc.1:"' der. Frecuentemente, l\Iaurras es considerado como un gran es-
recíprocas, había creado el tipo del ciudadano moderno tamb1en tadista y como un grandísimo Realpalitílwr; en realidacl, sólo es
en las clases subalternas, en el doble sentíclo del hombre de un jacobino a la inversa. Los jacobinos empleaban un cierto len-
pueblo que se sentía ciudadano, pero que ad(•m.'!: era conside- guaje, eran convencidos fautores de una ideología determinada;
rado como tal por los superiores. por las clases dmgentes, o sea,
129
123
en su época y en las circunstancias dadas, aquel lenguaje y aque- unidad de su grupo dirigent e; siempre de acuerdo , siempre soli-
llas ideología eran ultrarrealistas porque trataban de poner en dario política e ideológicamente. La. unidad y homoge neidad
movimiento las energías políticas necesarias para ]os fines de la del grupo dirigent e es, por cierto, una gran fuerza, pero de ca-
revolución y de consolidar en forma permane nte el camino al rácter sectario y masónico, no de gran partido de gobierno. El
poder de la clase revolucionaria. Luego fueron apartado s, como lenguaje político se transfor mó en una jerga, se formó una at-
ocurre casi siempre, por las condiciones de lugar y tiempo y r<"- mósfera de conspiración, de logia; a fuerza de repetir siempre
ducidos a fórmulas, transformándose en algo diferente, en una las mismas fórmulas, de manejar los mismos esquema s mentale s
iarva, en palabras vacuas e inertes. Lo cómico consiste en el hecho osificados se acaba, es cierto, por pensar de la misma manera,
de que Maurras pone al revés en forma trivial aquellas fórmulas, porque se acaba por dejar de pensar. Maurras en París y Daudet
creando otras que sistematizó en un impecab le orden lógico lite- en Bruselas pronunc ian la misma frase, sin haberlo acordad o,
rario, y que no podían dejar de represen tar el reflejo del más sobre el mismo acontecimiento; porque el acuerdo existía de an-
puro y simple iluminismo. En realidad , l\laurras es justame nte el temano, porque se trata de dos maquini tas de frases, montada s
campeón más represen tativo del "estúpid o siglo XIX", la concen- desde hace veinte años para. decir las mismas cosas en el mismo
tración de todos los lugares comunes masónicos mecánic amente momento. El grupo dirigent e de L'Action franqaise se formó por
subvertidos. cooptaci ón: al principi o era Maurras con su verbo, luego se le
Su éxito relativo depende precisam ente de que su método unió Vaugeois, luego Daudet, Pujo, etc. Cada vez que se separó
agrada porque es el de la razón razonante, de donde nació el alguno del grupo, fue una catástro fe de polémicas y de acusa-
enciclopedismo y toda la tradición cultural masónica francesa. El ciones intermin ables y pérfidas. Lo que es comprensible: Mau-
iluminismo creó una serie de mitos populares, que eran sólo la rras es como un papa infalible y que se separe de él uno de sus
proyección en el futuro de las más profund as y milenarias aspi- más allegados tiene un significado verdade ramente catastrófico.
raciones de las grandes masas, aspiraciones ligadas al cristianismo Desde el punto de vista de la organización, L'Action fran-
v a la filosofía del sentido común, mitos tan simplistas como se qaise es muy interesa nte y merecer ía un profund o estudio. Su
quiera pero que tenían un origen radicado realmen te en los sen- relativa fuerza reposa sobre todo en el hecho de que sus elemen-
timientos y que, de todas maneras, no podían ser controlados en tos de base son tipos sociales intelectu almente seleccionados, cuya
forma experimental (históric amente) . Maurras ha creado el mito "concen tración" militar es extrema damente fácil, tanto como lO"
"simplista" de un fantástico pasado monárqu ico francés, pero este sería un ejército constitu ido sólo por oficiales. La selección inte-
mito fue "historia" y las deformaciones intelectualistas de ella lectual es relativa, ya que no deja de sorpren der que los
pueden ser fácilmente corregidas: toda la instrucción pública adheren tes de L'Action franqaise accedan con tanta facilidad a
francesa es una rectificación implícita del mito monárqu ico, que repetir como papagay os las fórmulas del líder (aunque no se
de tal manera se convierte en un "mito" defensivo y no creador trate de una necesida d de guerra, sentida como tal) o mejor a
de pasiones. Una de las fórmulas fundame ntales de Maurras es extraer un beneficio "snob". En una repúblic a, ser monárqu ico
"polítique d'abord", pero él es el primero en no seguirla. Para quizá constitu ya un signo de distinción; en una democra cia
Maurras antes que la política existe siempre la "abstrac ción po- parlame ntaria significa ser un reaccionario consecuente. El gru-
lítica", la adopció n integral de una concepción del mundo muy po, por su composición, posee (aparte de las subvenciones de
"minuciosa", que prevé todos los casos particula res, como lo ha- ciertos grupos industri ales) muchos fondos, tantos como para
cen las utopías de los literatos, que exige una determi nada con- permitirles múltiple s iniciativas que le dan una aparienc ia de
cepción de la historia, pero de la historia concreta de Francia Y cierta vital activida d. La posición social de muchos adheren tes
de Europa, o sea una determi nada y fosilizada hermené utica. notorios y ocultos permite al periódic o y al centro dirigent e tener
León Daudet ha escrito que la gran fuerza de L'Action fran- una masa de informaciones y docume ntos reservados que posibi-
¡;aise estaba constituida por la indestru ctible homoge neidad y litan múltiples polémicas personales. En el pasado y aunque en

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forma limitada también ahora, el Vaticano debe haber sido una que por otra parte era sobre tocio aleatoria .. El sufragio universal,
fuente de informaciones de primer orden (la Secretaría de Estado que fue introducido en Francia desde hace mucho tiempo, ele-
y el alto clero francés). Muchas campañas personalistas son lle- terminó el hecho de que las masas, formalmente católicas, se aclhi-
vadas en forma velada o semi-velada: se publica una parte de rieran políticamente a los partidos republicanos ele centro, aunque
verdad para dar a entender que se sabe todo, o se hacen alusio- éstos fuesen anticlericales y laicistas. El sentimiento nacional,
nes malicioe e sólo comprensibles para los interesados. Estas organizado en torno al concepto de patria, es igualmente fuerte
violentas campañas personalistas tienen para L'Action fraw;aise y en ciertos casos es más fuerte aun que el sentimiento religioso-
muchos significe·~us: galvanizan a los adherentes, porque la os- católico, el cual, por otro lado, tiene características propias. La
tentación del conocimiento de las cosas más secretas da la im· fórmula ele que "la religión es una cuestión privada" se ha insti·
presión de una gran capacidad para penetrar el campo adversario tucionalizado como forma popular del concepto de separación de
y de una fuerte e ¡ganización a la cual nada se le escapa; mues- la Iglesia ele! Estado. Por otro lado, el complejo de asociaciones
tran al régimen republican.o como una asociación de delincuentes; que constituyen la Acción Católica está en manos de la aristo-
paralizan a una seri . de adversarios con la amenaza de deshon- cracia terrateniente (cuyo jefe es, o era, el general Castelnau),
rarlos, convirtiendo ~l algunos de ellos en sus agentes secretos. sin que el bajo clero ejerza la función de guía espiritual-social
La concepción ·mpírica que emana de toda la actividad de que ejercía en Italia (en la parte septentrional). El campesino
L'Actiotl franyaise es la siguiente: el réghnen parlamentario re- francés, en su casi totaliclad, se parece especialmente a nuestro
publicano se disolverá indefectiblemente, ya que es un monstrum mmpesino meridional, que dice de buena gana: "El cura es cura
histórico-racional, que no corresponde a las leyes "naturales" de en el altar, pero afuera es un hombre como todos los demás''
la sociedad francesa, rígidamente establecida por Maurras. Los (en Sicilia: "Monaci e parrini, sienticci la missa e stoccacci /i
nacionalistas integrales deben por lo tanto: l) apartarse de la rini"). L' Action fraw;aise a través del estrato clirigente católico
vida real de la política francesa, no reconociendo su "legalidad" pensaba poder dominar, en el momento decisivo, todo el aparato
histórico-radonal (abstencionismo, etc.) y combatiéndola en blo- de masa del catolicismo francés. En este cálculo había una parte
que; 2) crear un antigobierno, siempre listo para instalarse en de verdacl y mucho de ilusión: el sentimiento religioso, relajaclo
los "palacios tradicionales" con un golpe de mano. Este antigo- en épocas normales, puede en épocas de grandes crisis político-
bierno se presenta ya hoy con todos los cargos embrionarios, que morales convertirse en vigoroso y absorbente; pero si el porvenir
corresponden a las grandes actividacles nacionales. En la realidad aparece cargado de nubes tempestuosas, la misma solidaridad na-
se cometieron muchas transgresiones a tanto rigor; en 1919 fueron cional, expresada en términos de patria, se transforma en absor-
presentadas algunas canclidaturas y por milagro logró ser electo bente en Francia, país donde la crisis no puede menos que asumir
Daudet. En las otras elecciones L'Action franqaise apoyó aquellos el carácter de crisis internacional; de ahí que la Marsellesa sea
canclidatos de derecha que aceptaban algunos de sus principios más fuerte que los salmos penitenciales.
marginales (esta activiclad parece que le fue impuesta a Maurras De cualquier manera, para Maurras se ha desvanecido hasta
por sus colaboradores más expertos en la política real, lo cual la esperanza en esta posible reserva. El Vaticano no quiere abste-
clemuestra c¡ue la unidad no se cla sin fisuras). Para salir del ais- nerse más en los asuntos internos franceses y considera que el
lamiento se proyectó la publicación de un gran periódico infor- desquite de una posible restauración monárquica se ha convertido
mativo, pero hasta ahora no se hizo nacla (sólo existe la ReVIle en inoperante; el Vaticaño es más realista que Maurras y concibe
Universclle y el Charivari, que cumplen una función de clivulga- mejor la fórmula politique d' abord. Mientras el campesino fran-
ción indirecta dentro del gran público. La agria polémica con cés tenga que escoger entre Herriot y. un hobereau, eligirá a
el Vaticano y la reorganización del clero y ele las asociaciones Herriot. Es necesario por esto crear el tipo del "radical católico",
católicas que ele él derivaron han roto la única ligazón que L'Ac- vale decir del "popular", es preciso aceptar sin reservas la repú-
tion franqaise mantenía con las graneles masas nacionales, ligazón blica y la democracia y sobre este terreno organizar a las masas

132 133
político). El ejemplo clásico es el de los clericales italianos luego
campesinas, superando las disitlencias entre religión y politica,
haciendo del cur::. nó sólo el guia espiritual (en el campo indivi- de 1870 que imitaron y generalizaron algunos episodios de la
lucha de los patriotas contra el dominio austriaco, ocurridos es·
dual-privado) sino también el guía social en el campo econó-
pecialmente en Milán.
mico-político. La derrota de Maurras es indudabl e (como la de
Hugembe rg en Alemania ); su concepción es falsa debido a su La afirmación repetida con frecuencia por Jacques Bainville
exagerada perfección lógica. Esta derrota, por otro lado, fue vista en sus ensayos históricos de que el sufragio universal y el ple-
por el mismo Maurras precisamente al comienzo de su polémica biscito podían (habrían podido) y podrán servir también a la
con el Vaticano que coincidió con la crisis parlamentaria francesa legitimidad, así como sirvieron a otras corrientes políticas ( espe-
de 1925 (no ciertamente por casualida d). Cuando los mioisterios cialmente a Bonapart e), es muy ingenua porque está ligada a un
se sucedían en forma rotativa, L'Action fran;¡aise declaró estar ingenuo y necio sociologismo; el sufragio universal y el plebi,cito
lista para asumir el poder y apareció un artículo en el cual se son concebidos como esquemas abstractos, al margen de las con-
invitaba a Caillaux a colaborar, el mismo Caillaux para quien se diciones de tiempo y de lugar. Es por ello necesario anotar: l)
anunciaba continuamente el pelotón de fusilamiento. El episodio que toda sanción otorgada por el sufragio universal y el plebiscito
es clásico: la política de ll,faurras del abstencionismo apriorista, se produjo luego de que la clase dominante se había concentrado
osificada y racionalista, de las leyes naturales "siderales" que fuerteme nte en el campo polltico, o más aún, en el campo polí-
rigen la vida de la sociedad francesa, estaba condenad a al ma- tico-militar, alrededor de una personalidad "cesarista", o luego
rasmo, a la quiebra y a la abdicación en el momento decisivo. de que una guerra hubiese creado una sitnación de emergencia
En dicho momento, se observa que las grandes masas de energías nacional; 2) que en la realidad de la historia francesa han exis-
liberadas por la crisis no se dirigen enterame nte a los estanques tido diferentes tipos de "sufragio universal", a medida que cam-
creados en forma artificial, sino que, por el contrario, siguen las biaron históricamente las relaciones económico-políticas. Las crisis
vías realmente trazadas por la política real preceden te, se des- del sufragio universal fueron determinadas por las relaciones entre
plazan hacia los partidos que fueron siempre activos o que na- París y la provincia, o sea entre la ciudad y el campo, entre las
cieron como hongos sobre el mismo terreno de la crisis. Al margen fuerzas urbanas y el campesinado. Durante la Revolución, el blo-
de la estupidez de creer que en 1925 podía ocurrir la quiebra que urbano parisino gnió de una manera casi absoluta a la pro-
uel régimen republicano por una crisis parlamentaria (el intelec- viocia formándose así el mito del sufragio universal que siempre
tualismo antiparlamentario conduce a tales alucinaciones mono- debía dar la razón a la democracia radical parisina. Es por ello
maníacas); si hubo alguna quiebra fue la de la moral de Maurras, que París qui'o el sufragio universal en 1848, pero éste permitió
quien a pesar de todo no se apartará de su estado de iluminación la constitución de un parlamen to reaccionario-clerical que facilitó
apocalíptica y de su grupo que se sintió aislado y debió apelar a su vez la carrera a :-Japoleón III. En 1871 París dio un gran
a Cailbux v Cía. paso adelante, al rebelarse ante la Asamblea Nacional de Ver-
salies, formada sobre la base del sufragio universal, "comprendien·
En la ~oncepcíón de Maurras existen muchos elementos si-
do" así en forma implícita que entre "progreso" y sufragio pueden
milares a los de ciertas teorías formalmente catastróficas del
existir conflictos; pero esta experiencia histórica, de un valor in·
economismo y del sindicalismo. Con mucha frecuencia se dio esta
estimable, se perdió inmediatamente porque sus portadores
trasposición al campo político y parlamentario de concepciones fueron rápidame nte destruidos. Por otro lado, luego de 1871, Pa-
nacidas en el terreno económico y sindical. Todo abstencionismo 1
rís perdió en gran parte su hegemonía político-democrática sobre
¡'
político en general, y no sólo el parlamentario, se basa en una 1 el resto de Francia por diversas razones: 1) porque se difundió
concepción similar mecánicamente catastrófica: la fuerza del ad- ¡ en toda Francia el capitalismo urbano creándose en todo el terri·
versario se quebrará en forma matemática si con un método ri-
t'Jrio el movimiento radical socialista; 2) porque París pertlió de-
gnrosamentc intransigente se la boicotea en el campo gnberna-
finitivamente su unidad revolucionaria y su democracia se escin-
mental (a la huelga ·económica se acoplan la huelga y el boicot

134 135
, /~:; _ -,: -:.. ~;- :L.-<
d!6 '0n. ~ íocialcs y partidos antagónicos. El desa!To!lo del
1ufrajpo wilvcrsal y de la democracia coincide cada vez más con el edicto de Milán, en suma, cuya creencia fundamental era la
el IÚÚJIIIUJO en toda Francia del partido Radical y de la lucha de que la venida de Cristo había anunciado el fin del mundo
4~ afU'IIlllción que se torna más fácil o, mejor aún, que determinando con ello la disoluci6n del orden político rornan~
eS ~VOicdd4, Í,lor el desarrollo del llamado sindicalismo revolu- en una anarquía moral destructora de todo valor civil y estatal),
doaarlo..Ea realidad, el abstencionismo electoral y el economismo ya que era para él una concepción judaica. En este sentido Mau-
do los sindicalistas constituyen la apariencia "intransigente" del rras quiso descristianizar la sociedad moderna. Para Maurras la
aliai'Jdono·por parte de París de su papel de cabeza revoluciona- Iglesia católica ha sido y será cada vez más el instmmento para
r.lll. de Francia; son la expresión del chato oportunismo que siguió esta .d~scristianización. De allí que distinga entre cristiatúsmo y
a la sangría de 1871. El radicalismo unifica así en el plano inter- catohcJSmo, exaltando a este último como la reacción del orden
medio de la mediocridad pequeño burguesa a la aristocracia romano a la anarquía judaica. El culto católico, sus devociones
obrera de la ciudad con el campesino ocioso de la campaña. s~persticios~s, fiestas, pomposas solemnidades, liturgia, imágenes,
Después de la guerra continuó el desarrollo hist6rico, tronchado fonnulas, ntos sacramentales, su jerarquía imponente, son como
a sangre y fuego en 1871, pero en una forma incierta, informe, un s~ludablc hechio;o para domar la anarquía cristiana, para in-
oscilante y, en especial, privado de cerebros pensantes. mumzar el veneno JUdaico del cristianismo auténtico. Según Via-
lat?ux,. el nacionalismo de L'Action franr;:aise no es más que un
,ep1sod10 de la historia religiosa de nuestro tiempo. [En este sen-
La Rivista d'ltalia del 15 de enero de Hi'27 resume un artí.-,ulo de tido todo movimiento político no controlado por el Vaticano es
J. Vialatoux publicado en la Chronique Sociale de France algunas un episodio de la historia religiosa, o sea, toda la historia es
semanas antes. Vialatoux rechaza la tesis sostenida por Jacques hís.toria religiosa. De todas maneras es necesario agregar que el
Maritaín en Une opinion sur Charles Maurras et le deooir des od10 de Maurras contra todo lo que sea protestante y de origen
catholiques (París, Plon, 1926), según la cual entre la fílosoHa y anglogermánico -romanticismo, Revolución francesa, capitalismo,
la moral pagana de !vfaurras y su política existiría s6lo una rela- etc.- no es más que un aspeLto de este odio contra el cristiimismo
ción contingente, de manera que si se toma en consideración la primitivo. ~ería preciso rastrear en Augusto Comte los origenes
doctrina poHtica, abstrayéndola de la fílosofía, podemos caer en d~ esta actltud ?e?eral hacia el catolicismo, que no es indepen-
algún peligro, como en todo movimiento humano, pero no hay diente del renac1m1ento libresco del tomismo y del aristotelismo].
en esto nada de condenable. Para Vialatoux la doctrina política
deriva precisamente (o por lo menos es inescindible) de la con-
cepción pagana del mundo. El llamado "centralismo orgánico" se funda en el principio de
[Con respecto a este paganismo es preciso distinguir y es- que un gmpo político es seleccionado por "cooptación" en torno
clarecer entre la caparazón literaria plena de referencias y metá- a un "portador infalible de la verdad", a un "iluminado de la
foras paganas y el núcleo esencial constituido por el positivismo razón" que ha encontrado las leyes naturales infalibles de la evo-
naturalista tomado de Comte y en forma mediata del sansimonis- lución histórica, infalibles aunque sea a largo alcance y aunque
mo, el cual entra en el paganismo sólo por la jerga y la nomen- los acontecimientos "parezcan" contradecirlas. La aplicación de
clatura eclesiástica.] El Estado es el fin último del hombre: las leyes de la mecánica y de la matemática a los hechos sociales
realiza el orden humano con la sola fuerza de la naturaleza [o que sólo puede tener un valor puramente metafórico, se trans~
sea "humanas" en contraposición a "sobrenaturales"]. Maurras es forma en el único y alucinante motor intelectual (en el vacío).
definible por sus odios más que por sus amores. Odia al cristia- El nexo entre el centralismo orgánico y las doctrinas de Maurras
nismo primitivo (a la concepción del mundo contenida en los es evidente.
Evangelios, en los primeros apologistas, etc., al cristianismo hasta

136
137
Notas Yarias

lnternacionalismo !J política nacional. Escrito (bajo la forma


de preguntas y respuestas) por Giuseppe Bessarione' en setiem-
bre de 1927 sobre algunos puntos esenciales de ciencia y arte
polltico. El punto que me parece necesario desarrollar es el si·
guiente: cómo según la filosofía de la praxis (en su manifestación
política), tanto en la formulación de su fundador como en es-
pecial en las precisiones aportadas por su teórico más reciente,
la situación internacional debe ser considerada en su aspecto
nacional. En realidad, la relación "nacional" es el resultado de
una combinación "originar (mica (en cierto sentido) que debe
ser comprendida y concebida en esta originalidad y unicidad si
se desea dominarla y dirigirla. Es cierto que el desarrollo se cum-
ple en la dirección del internacionalismo, pero el punto de partida
es "nacional" y de aquí es necesario partir. Pero la perspectiva es
internacional y no puede menos que ser asl. Es preciso por ello
estudiar con exactitud la combinación de fuerzas nacionales que
la clase internacional deberá dirigir y desarrollar según las pers-
pectivas y directivas internacionales. La clase dirigente merece
ese nombre sólo en cuanto interpreta exnctamC"nte esta combina·
ción, de la que ella misma es un componente, lo que le permite,
en cuanto tal, dar al movimiento una cierta orientación hacia
determinadas perspectivas. Y es aquí donde residen, según mi
opinión. las divergencias fundamentales ('ntre León Davidovich'

l Giu:;eppe Bcssarione; Imif Visariono'vich, es decir, Stalin. (N. del E,,'


2 León Davido.,:ich, es decir Trotzki. (N, del R)

139
y Bessarione como intérprete del movimiento mayoritario.' Las lnterpretaciones de El Príncipe. Si como he escrito en otras notas,
acusaciones de naciona1isrno son erróneas si se refieren al núcleo la interpretación de El Príncipe debe (o puede) ser hecha
del problema. Si se estudia el esfuerzo realizado desde 1902 hasta considerando como centro del libro la ·invocación final, es preciso
1917 por los mayoritarios,' se ve que su originalidad consiste en revisar cuanto existe de "real" en su interpretación "satírica y re-
depurar el internacionalismo de todo elemento vago y puramente volucionaria" (tal como se expresa Enrico Carrara en la nota al
ideológico (en sentido peyorativo) para darle un contenido de fragmento correspondiente de los Sepolcri en su obra escolástica.'
política realista. El concepto de hegemonía es aquél donde se En lo que respecta a Foscolo no me parece que se pueda hablar de
anudan las exigencias de carácter nacional y se comprende por una interpretación particular de El Príncipe, es decir, de la atri-
qué determinadas tendencias no hablan de dicho concepto o bución a Maquiavelo de ocultas intenciones democráticas y revo-
apenas lo rozan. Una clase de carácter internacional, en la me- lucionarias. Más justa me parece la mención de Croce (en el libro
dida en que guía a capas sociales estrictamente nacionales (in- sobre la Storia del Barocco) que responde a la carta de los Se-
telectuales) y con frecuencia más que nacionales, particularistas polcri, diciendo: "Maquiavelo, por el hecho mismo de 'templar'
y municipalistas (los campesinos), debe en cierto sentido "nacio- el cetro ... , de tornar más coherente y consciente el poder de los
nalizarse"; pero este sentido no es muy estrecho ya que antes de príncipes, deshoja los laureles, destruye los mitos, muestra qué
que se formen las condiciones para una economía según un plan es en realidad este poder, etc."; vale decir la ciencia política en
mundial, es necesario atravesar múltiples fases donde las combi- cuanto ciencia es útil tanto a los gobernantes como a los gober-
naciones regionales (de grupos de naciones) pueden ser variadas. nados para comprenderse recíprocamente.
Por otra parte, es preciso recordar que el desarrollo histórico En los Ragguagli di Parnaso de Boccalini, la cuestión de El
sigue las leyes de la necesidad hasta tanto la iniciativa no haya Príncipe es planteada, en cambio, de una manera completamente
pasado netamente del lado de las fuerzas que tienden a la cons- diferente que en los Sepolcri. Pero es necesario preguntarse: ¿a
trucción, siguiendo un plan de división del trabajo basado en la quién desea satirizar? ¿A Maquiavelo o a sus adversarios? La
paz y la solidaridad. Que los conceptos no-nacionales (es decir cuestión es planteada así por Boccalini: "Los enemigos de Ma-
no referibles a ningún país en particular) son erróneos, se de- quiavelo consideran a éste como un hombre digno de castigo
muestra reduciéndolos al absurdo. Ellos condujeron a la pasividad porque ha expuesto cómo gobiernan los príncipes y al hacerlo
y a la inercia en dos fases muy diferentes: l) en la primera fase, ha instruido al pueblo, ha messo alle pecare denti di cane, des-
cuando nadie creía que se debiera comenzar, o sea se consideraba truyó los mitos del poder, el prestigio de la autoridad, tornó más
que comenzando se acabaría por encontrarse aislado; y en la difícil el gobernar ya que los gobernados no pueden saber tanto
espera de que todos se moviesen en conjunto, nadie lo hacía ni como los gobernantes, las ilusiones se han vuelto imposibles, etc.".
organizaba el movimiento; 2) la segunda fase es quizás peor, ya Es preciso analizar todo el planteamiento político de Boccalini
que se espera una forma de "napoleonismo" anacrónico y antina- que, en este «balance'', parece satirizar a los antimaquiavelistas,
tural (puesto que no todas las fases históricas se repiten en la quienes no son tales por no hacer lo que Maquiavelo ha escrito,
misma forma). Las debilidades teóricas de esta forma moderna es decir, porque Maquiavelo no haya tenido razón, sino porque
del viejo mecanicismo están enmascaradas por la teoría general lo que Maquiavelo escribe "se hace y no se dice", y esto es fac-
de la revolución permanente que no es más que una previsión tible precisamente porque no es explicado y sistematizado en
genérica presentada como dogma y que se destruye a sí misma forma crítica. Maquiavelo es odiado por haber "descubierto los
al no manifestarse en los hechos. pequeños altares" del arte de gobernar, etcétera.
La cuestión se plantea también hoy y la experiencia de la
vida de los partidos modernos es instmctiva. ¡Cuántas veces se
• El bolchevismo. (N. del E.) !.'> "Storia ed esempi della letteratura italiana", VII, L'Ottocento, Signorelli,
• Los bolcheviques. (N. del E.) Milán, 57.

140 141
escucharon reproches por haber mostrado críticamente los errores "Doblez" e "ingenuidcuf' de Maquiaoelo. Analizar el artículo de
de los gobernantes!: "Mostrando a los gobernantes los errores que
Adolfo Oxilia, "Maechia velli nel teatro·:.' Interpr etación romántico-
cometen, les enseñáis a no cometerlos más, o sea 'hacéis su jue-
liberal de Maquiavelo (Rousseau, en El contrato social, III, 6;
go'. Esta co:ncepción está ligada a la teoría infantil del 'tanto Foseolo en los Sepolcri; Mazzini en el breve ensayo sobre Ma-
peor, tanto mejor'" , El miedo de "haeerle el juego" a los adver-
sarios es de lo más cómico y está ligado al necio concepto de
quiaoelo). .
Escribe Mazzini: "Ecco cío che i oostri príncipi, debolí e vili
considerar siempre a los· adversarios como estúpidos; pero tam- quanti sano, faranno per dominarvi: or pensatici/" Rousseau ve
bién a la incomprensión de las "necesidades" histórico-poHticas, en Maquiavelo un "gran republicano" obligado por la época -sin
por las cuales "ciertos errores deben ser cometidos" y el criticar- que de esto derive ningun a mengu a de su dignida d moral- a
los es útil para educar a los propios partidarios. "déguiser son amour pour la liberté" y a fiugir que daba lecciones
Me parece que las intenciones de Maquiavelo al escribir El a los reyes, para darles "des grandes au.x peuple s'. Filippo Bur-
Príncipe han sido más complejas y también "más democráticas" zio anotó que tal interpretación en lugar de justificar moral-
de lo que deriva de la interpretación "democrática". Maquiavelo mente el maquiavelismo da como resultado un "maquiavelismo al
considera que tan grande es la necesidad del Estado unitario-na- cuadrado", ya que el autor de El Príncipe no sólo daría consejos
cional que todos deberá n aceptar que para el logro de este ele- engañosos sino tambié n con engaño, para mal de aquellos mismos
vadísimo fin se empleen los únicos medios idóneos. Se puede a quienes estaban dirigidos.
decir, por consiguiente, que Maquiavelo se propuso educar al Esta interpretación "democrática" de Maquiavelo derivaría del
pueblo, mas no en el sentido que se da habitua lmente a esta
expresión, o al menos que le dieron ciertas corrientes democráti-
i cardenal Pole y de Alberíco Gentili (habrá que analizar el libro
de Villari y de Tommasini en las partes que se refieren al éxito
cas. Para Maquiavelo, "educa r al pueblo" debe haber significado 1
de Maquia velo). En mi opinión el fragmento de Traiano Bocca-
tornarlo consciente y convencido de que para lograr el fin pro- lini en los Ragguagli di Parnaso es mucho más significativo que
puesto sólo puede existir una política, la realista, y que por lo 1 la totalidad de los planteamientos de los "grandes estudiosos de
tanto era imprescindible estrechar filas a su alrededor y obedec er ! la política", ya que todo se reduce a una aplicación del proverbio
al príncipe que emplea tales métodos pues sólo quien desea el vulgar "quien conoce el juego no lo enseña". La corriente "anti-
fin desea también los medios idóneos para lograrlo. La posición maquiavélica" no es más que la manifestación teórica de este
de Maquiavelo a este respecto deberá ser aproximada a la de los principio de arte político elemental, el principio de que ciertas
teóricos y políticos de la filosofía de la praxis, que trataron tam· cosas se hacen mas no se dicen.
bién de construir y difundir un "realismo" popular, de masa, y 1 Y justamente de aquí nace el problema más interesante. ¿,Por
debieron luchar contra una forma de "jesuitismo" adecua do a 1
qué Maquiavelo escribió El Príncipe no como una "mema da"
1
las diversas épocas. La "democracia" de Maquiavelo es de un tipo 1 secreta o reservada, como "instrucciones" de un consejero a un
adapta do a su época, es el consenso activo de las masas popula- 1
príncip e, sino como un libro que debía caer en manos de todosi'
res respecto de la monarquía absoluta, en cuanto !imitadora y '
¿Por qué deseaba escribir una obra de "ciencia" desinteresada,
destructora de la anarqu ía feudal y señorial y del poder del pa- como podría argüirse partien do del punto de vista de Croce? Pero
pado, en cuanto fundad ora de grandes Estados Territoriales na· esto parece ir contra el espíritu de la época, parece ser una con-
cionales, función que la monarquía absoluta no podía cumplir cepción anacrónica. ¿Por "ingenuidad", dado que Maquiavelo es
sin el apoyo de la burguesía y de un ejército perman ente nacio- visto como un teórico y nQ como un hombr e de acción? No me
nal, centralizado. parece aceptab le la hipótesis de la "ingenuidad" vanidosa y "clús-
mosa". Es necesario reconstruir la época y las exigencias que
Maquiavelo descubría en ella. ·
G Cultura, octubre-diciembre 1933.
142
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En realidad, no obstante tener El Príncipe un destino pre- chiavelli' y las discusiones posteriores sobre su interpretación como
ciso, no puede afirmarse que el libro haya sido escrito para al- "política pura", en Nu.ovi Stttdi de junio-octubre de 1932); pero
guien en particular, o para todos. Fue escrito para un hipotético esta "coherencia" no es algo meramente formal, sino la forma
"hombre de la providencia" que podía manifestarse tal como se necesaria de una determinada lí oca política actual. Que de la
manifestó Valentino u otros condottieri, partiendo de la nada, e""Posición de Maquia,velo se puedan extraer elementos <k una
sin tradición dinástica, por sus excepcionales cualidades militares. "politica pura" es otra cuestión; ella se refiere al lugar que ocupa
La conclusión de El Príncipe justifica todo el libro también ante Maquiavelo en el proceso de formación de la ciencia política
las masas populares, que realmente olvidan los medios emplea- "moderna", que no es peqocño. Aldcrisio plantea mal todo el
dos para alcanzar un fin si éste es históricament e progresista, es problema y los aciertos que pueda lograr se pi<?rden en la desco-
decir si resuelve los problemas esenciales de la época y establece nexión del cuadro general, equivocado.
un orden donde sea posible moverse, actuar, trabajar con tran- La cuestión de por qué Maquiavclo escribió El Príncipe y
quilidad. Al interpreta~ a Maquiavelo se olvida que la monarquía las demás obras, no es un simple problema de cultura o de psico-
absoluta era en aquellos tiempos una fonna de reinado popular logía del autor puesto que sirve para explicar en parte la fasci-
y que ella se apoyaba sobre los burgueses contra los nobles y nación que ejercen estos escritos, su vivacidad y originalidad.
también contra el clero (Oxilia se refiere a la hipótesis de que No se trata, por cierto, de "tratados" de tipo medieval, ni tampo-
la interpretación democrática de Maquiavelo fue reforzada y pues- co de obras de un abogado que quiere justificar las operaciones
ta más en evidencia en el período de 1700 a 1800 por el Giomo o el modo de actuar de sus "sostenedores", aunque sea de su
de Parini, "satírico instructor del ¡oven señor, así como Maquia- príncipe. Las obras de Maquiavelo son de carácter "individua-
velo -en otros tiempos, con otra naturaleza y medida de los lista", expresiones de una personalidad que desea intervenir en
hombres- habría sido el trágico instructor del príncipe"). la política y en la historia de su país y en tal sentido tienen un
Analizar lo que escribe Alficri sobre Maquiavelo en el libro origen "democrático". Existe en Maquiavelo la "pasión" del "ja-
Del príncipe e delle leUere. Hablando de las "máximas inmorales cobino" y por ello agradaba tanto a los jacobinos y a los ilumi-
y tiránicas" que se podrían extraer "aquí y allá" de El Príncipe, nistas; es éste un elemento "nacional" en sentido propio y debe-
Alfieri anota: "Y éstas son puestas en evidencia (para quien re- ría ser estudiado con anterioridad a toda investigación sobre Ma-
flexiona bien) mucho más para revelar a los pueblos las ambi- quiavelo.
ciones y sagaces crueldades de los príncipes que para enseñar
a los príneipes a practicarlas, puesto que ellos casi siempre las
Artículo de Luigi Gavina en la Nuova Antología del 16 de agos-
adoptan, las han adoptado y las adoptarán, según su necesidad,
to de 1927, "Il sogno nazionale di Niccolo Machiavclli in Roma-
ingenio y destreza".
gua e il governo di Francesco Gnicciardini". El tema del ensayo
Al margen de la interpretación democrática la nota es justa;
es interesante, pero Gavina no sabe extraer todas las conclnsio-
pero ::VIaquiavelo no quería "sólo" enseñar a los príncipes las "má-
nes necesarias dado el carácter superficialme nte descriptivo y
ximas" qm• ellos conocían y adoptaban. Qucrh1 en cambio ense-
retórico del escrito. Luego de la batalla de Pavía y la derrota
ñar la "coherencia en el arte de gobernar y la coherencia aplicada
definitiva de los franceses, que aseguraba la hegemonía española
a un cierto fin: la creación de un Estado unitario italiano. O sea,
en la península, Jos señores italianos estaban dominados por el
El Príncipe no es un libro de "ciencia" desde un punto de vista
pánico. Maquiavelo, que se había trasladado a Roma para entre-
académico, sino de "pasión política inmediata", un "manifiesto"
gar personalment e a Clemente VII las Historias florentinas, re-
de partido, que se basa en una concepción "cientifica" del arte
dcntemente concluidas, propuso al Papa crear una milicia na-
político. Maquiavelo enseña de verdad la "coherencia" de los me-
cional [significado preciso del.término] y lo convenció para que
dios "bestiales", lo cual va contra la tesis de Alderisio (del cual
1 hiciera una experiencia. El papa envió a Maquiavelo a Romaña
es preciso analizar el escrito "Intorno all'arte dello Stato del Ma-
para entrevistar.<.;(' con Francesco Guicdardini que era su presi~

144 145
dente, adjuntándole un breve de fecha 6 Je junio Je 1525. ~!a­ la iniciativa no se concretó, ya que d papa abandonó el proyecto.
quiavelo debía exponer a Guicciardini su proyecto y éste debía El episodio ofrece sin en1bargo n1áximo Í!Jtcrés para n1ostrar cuún
grandes eran la voluntad y la virtud de persuasión de 11aquiavelo
darle su parecer. El breve de Clemente VII debía ser muy inte-
y cón10 influía en los juicios prácticos inn1ccliatos ele Guicciardini
resante. Allí el papa expone el desconcierto en que se encuentra
Italia, tan grande como para inducir también a buscar remedios y en las actitudes del papa que, evidentemente, estuvo durante
nuevos e insólitos, y concluye: .. Res magna est, ut iudicamus~ et largo tiempo bajo su influencia: el breve puede ser C'Onsiderado
salus est in ea cwn status ecclesiastici, tum totius It<tliae ac prope como un compendio de la concepción de Maquiavclo adaptado
a la mentalidad pontificia. No se conocen las razones que pueda
universae christianitatis reposita". Aquí se evidencia cómo Italia
haber contrapuesto Maquiavelo a las observaciones de Guicciar-
era para el papa el término mediador entre el Estado eclesiástico
y la cristiandad. ¿,Por qué la experiencia en -Romaña? Además dini, puesto que no habla de esto en sus cartas y las que dirigió
de la confianza ele! papa en la prudencia política de Guicciardi- a Roma nos son desconocidas. Se puede observar que las inno-
ni, es preciso quizás tener en cuenta otros elementos. Los roma- vaciones militares sostenidas por Maquiavelo no podían ser em-
ñeses eran buenos soldados; habían combatido con valor y fide- pleadas en pleno desarrollo de la invasión española y que sus
lidad para los venecianos en Agnadello, aunque como mercena- propuestas al Papa en aquel momento no podían tener resultados
rios. Existía también en la Romaña el precedente de Valentino, concretos.
que había reclutado entre el pueblo muy buenos soldados, etc. Mirmación de Guicciardini de que para la vida de un Esta-
Guicciardini hasta 1512 había escrito que el dar las armas a los do son absolutamente necesarias dos cosas: las armas y la religión.
ciudadanos "no es algo ajeno al vivir como república y al vivir La fó1mula de Guicciardini puede ser traducida a varias otras
popular, ya que cuando se da 'una justicia buena y leyes ordena- menos drásticas: fuerza y consenso; coerción y persuasión; Estado
das', aquellas armas no se adoptan en perjuicio, sino en utilidad e Iglesia: sociedad política y sociedad civil; política y mmal (his-
de la patria" y había elogiado también la institución de la orde- toria ética-política de Croce); derecho y libertad; orden y disci-
nanza ideada por Maquia velo (tentativa de crear en Florencia plina; o con un implícito juicio de saber libertario, violencia y
una milicia ciudadana, que preparó la resistencia durante el ase- engaño. De cualquier manera, en la concepción política del Re-
dio). Pero Guicciardini no creía posible hacer !a tentativa en nacimiento la religión era el consenso y la Iglesia la sociedad
Romaña debido a las exasperadas divisiones de grupos que allí civil, el aparato de hegemonía del grupo dirigente, que no tenía
dominaban (son muy interesantes sus juicios sobre la Romaña): un aparato propio, una organización cultural e intelectual pro-
los gibelinos luego de la victoria de Pavía estaban listos para pia, sino que consideraba como tal a la organización eclesiástica
cualquier novedad; aunque no se dieran las armas, lo mismo universal. Sólo se está fuera del Medioevo cuando abicrtamcnk
surgiría algún tumulto; no se puede dar las armas para oponerse se concibe y se analiza a la religión con1o instnmwntum regni.
a los imperiales justamente a aquellos que son sus fautores. Por Es preciso estudiar desde este punto de vista la iniciativa
otro lado, la dificultad se acrecienta por el hecho de que el Esta- jacobina de la institución del culto del "Ente Supremo" que apa-
do es eclesiástico, .o sea sin directivas a largo plazo y con fáciles rece por lo tanto como una tentativa de crear una identidad entre
gracias e impunidades, hasta cada nueva elección de papa. En Estado y sociedad civil, de unificar dictatorialmente los elemen-
otro Estado las facciones se podrían dominar, no en el Estado tos constitutivos del Estado en sentido orgúnico y más amplio
de la Iglesia. Ya que Clemente VII en su breve había dicho que (Estado propiamente dicho y sociedad civil) en un desesperado
para obtener un buen resultado en la empresa eran necesarios l intento por estrechar en un puño toda la vida popular y nacio-
no solamente orden y diligencia, sino también "el empeño y el nal, pero aparece también como la primera raíz del moderno Es-
amor del pueblo", Guicciardini afirma que esto no es posible por- 1 tado laico, independiente de la Iglesia. que busca y encuentra
!
que "la Iglesia, en efecto, no tiene amigos, ni aquellos que desean en sí mismo, en su vida coniplcja, todos los elmue~tos de su
vivir bien, ni por diversas razones, los facciosos y tristes ... Pero personalidad histórica.

147
146 1
En el capítulo "Les critiques de l'escalíer", del libro <.le Ciernen·
conocía el "lenguaje" de las órdenes y señales militares (trompe·
ceau Grandeurs et miseres d'une víctoire (Plon, París, 1930), tas, tambores, etc.). Por otro lado, .se requiere mucho tiempo
están contenídas algunas de las observaciones generales hechas
para que un conjunto de soldados, graduados, suboficiales y ofi-
por mí en la nota sobre el artículo de Paolo Treves "Il realismo ciale.~, adquiera el hábito de moverse en un cierto sentido. Un
político de Guiccíardini: 1 por ejemplo la distinción entre políti·
ordenamiento teórico de las milicias puede ser óptimo en su
cos y diplomáticos. Los diplomáticos han sido formados ( dressés) totalidad, mus para ser aplicado debe transformarse en "regla·
para la ejecución, no para la iniciativa, dice Clemenceau. Todo mento", en disposiciones de ejercicio, en "lenguaje" comprendido
el capitulo es de polémica con Poincaré, quien habla reprocha- de inmediato y casi automáticamente realizado.
do el no empleo de los diplomáticos en la preparación del Tra·
tado de Versailles. Clemenceau, como puro hombre de acción, Es sabido que muchos legisladores de primer orden no saben
como político puro, es extremadamente sarcástico con Poincaré, compilar los "reglamentos" burocráticos, organizar las oficinas y
con su espíritu leguleyo, y sus ilusiones de que pueda crearse la seleccionar d personal apto para aplicar las leyes. Por consiguien·
historia con sofismas, subte1fugios y habilidades formales. "La te, de i\laquiavclo sólo puede decirse lo siguiente: que fue dema-
diplomatie est iostituée plus pour le maintien des inconciliables siado tonto para improvisar "tambores". Sin embargo, la cuestión
que pour l'innovation des impréVIls. Dans le mot diplomate il y es importante; no se puede escindir al administrador-funcionario
a la racine double, au sens de plier". del legislador, al organizador del dirigente, etc. Pero esto no se
cumple ni siquiera hoy y la "división del trabajo" no sólo suple
Es verdad, sin embargo, que este concepto de doble no se la incapacidad relativa, sino también integra "económicamente"
refiere a los "diplomáticos", sino a los "diplomas" que los diplo- la actividad principal del gran estratega, del legislador, del jefe
máticos conservaban y que tenía un significado material, de folío político, <1ue se !lacen ayudar por los especialistas en la tarea de
plegado. compilar "rcglanwntos··j .. instrucciones'', uordC'nmniC'ntos prácti-
ticos"~ etc.

Teoría y práctica. Volví a leer la famosa dedicatoria de Bandello


a Giovanní delle Bande Nere, donde se habla de Maquiavelo y
de sus inútiles tentativas de ordenar según su teoría del arte de Maquiacelo y Emanuele Filiherto. Un artículo de la Cícilitá Catto-
la guerra una multitud de soldados en el campo, mientras Gio- lica del 15 de diciembre de 1928 ( "Emanuele Filibe•rto di Su voia
vanni delle Bande Nere "en un abrir y cerrar de ojos, con la nel quarto centenario della nascita") comienza así: "La coinci-
ayuda de los tambores" ordenó "a aquella gente de diferentes dencia de la muerte de Maquiavelo con el nacimiento de Emauuc-
maneras y formas, con gran admiración de quienes allí se en· lc Filibcrto no deja de aportar sus enseñanzas. Plena de alto
contraban". signifieado <'S la antítesis representada por los dos personajes, uno
de los cuales desaparece de la escena del mundo, amargado y
Es evidente que ni en Bandello ni tampoco en Giovanni desilusionado, cuando el otro se asoma a la vida, todavía circun-
existió propósito alguno de "ridiculizar" a Maquiavelo por su in· dada de misterio, precisamente en aquellos años que podemos
capacidad y que el mismo Maquiavelo no lo tomó a mal. El em- considerar como la linea de separación entre la edad del Renaci-
pleo de esta anécdota para extraer conclusiones sobre ~1 carácter miento y la Bcformu católic;r. :t-faquiavelo y Emanuclc Filiberto:
abstracto de la obra de Maquiavelo es un contrasentido y de-

l
¿_quiénes podrían representar mejor los dos rostros diferentes, las
muestra que no se comprende su exacta importancia. Maquia· dos corrientes opuestas que contendían por el dominio del siglo xv1r
velo no era un militar de profesión, he aquí todo, vale decir, no ¿Habría jamás imaginado el secretario florentino que prccha·
mente aquel siglo, al que lmbíá pronosticado un Príncipe, snstan·
' Ver p. 96. (N. del E.) cialmente pagano en el pensamiento :• en la obra, wría en cambio

148 1
1 149
al monarca que más se aproximó al ideal del perfecto príncipe plo: la unificación territorial del Estado por la devolución de las
.cristiano?". tierras todavía ocupadas por los franceses y españoles luego de
Las cosas son muy distintas de cómo las conciben los escrito- Cateau-Cambrésis o los acuerdos con los Cantones suizos para
res de la Cívíltá Cattolíca y Emanuele Filiberto continúa y realiza reconquistar algunas de las tierras perdidas. (Para el estudio so-
a Maquiavelo mucho más de lo que parece; por ejemplo en el bre Maquiavelo será preciso analizar especialmente los ordena-
ordenamiento de las milicias nacionales. mientos militares de Emanuele Filiberto y su polltica interna con
Por otro lado, Emanuele Fíliberto se vincula a Maquiavelo respecto al equilibrio de clases sobre el cual se fundó el princi·
también por otras cosas, ya que no se negaba a suprimir a sus pado absoluto de los Savoia).
enemigos con la violencia y el engaño.
Este artículo de la Civíltá Cattolica interesa a fin de estu·
diar las relaciones entre Emanuele Filiberto y los jesuitas y el
papel desempeñado por éstos en la lucha contra los Valdenses. El Estado. El profesor Giulio Miskolczy, director de la Acade-
mia húngara de Roma, escribe en la Magyar Szemle • que en
Italia el "Parlamento, que al principio estaba, por asi decir, fuera
del Estado, se transformó en un valioso colaborador, puesto que
. Sobre Emanuele Filiberto es interesante y serio (no hagiográ-
fico) el artículo que escribió Pietro Egidi. "Emanuele Filiberto . .
fue insertado en el Estado y sufrió un cambio en su compo·
~,

SlCIOU •
di Savoia", publicado por Nuova Antología el16 de abril de 1928. Que el Parlamento pueda ser "insertado" en el Estado es un
La capacidad militar de Emanuele Filiberto es delineada con mu- descubrimiento de ciencia y de técnica politica digno de los
cha perspicacia. Filiberto señala el pasaje de la estrategia de los Cristóbal Colón del autoritarismo moderno. Sin embargo, la afir·
ejércitos de mercenarios a la nueva estrategia, que encontrará lue- mací6n es interesante para ver de qué manera conciben prác-
go sus representantes en Federico I y en Napoleón: la gran gue- ticamente al Estado muchos politicos. Y en realidad hay que
rra de movimiento por objetivos capitales y decisivos. En Cateau- plantearse esta pregunta: "Los parlamentos ¿forman parte de la
Cambrésis logra reconquistar su Estado la ayuda de España, pero estructura de los Estados, aun en aquellos países donde parecen
en el tratado se establece la "neutralidad" del Piamonte, es decir, tener el máximo de eficiencia?, o bien, ¿_qué función real cnm·
su independencia tanto de Francia como de España ( Egídi sostie- plen? y si la respuesta es positiva, ¿de qué manera forman parte
ne que fue Emanuele Filiberto quien sugirió a los franceses la del Estado y desarrollan su función particular? Sin embargo, aun
exigencia de esa neutralidad, para estar en condiciones de librarse cuando desde un punto de vista orgánico no formen parte del
de la sujeción española, pero se trata de una hipótesis: en este caso Estado, ¿tiene alguna significación estatal su existencia? ¿Y qué fun·
los intereses de Francia y los del Piamonte coincidían perfecta· damento tienen las acusaciones lanzadas al parlamentarismo y al
mente). Se inicia así la moderna política exterior de los Savoia, régimen de los partidos, que es inseparable del parlamentarismo?
de equilibrio entre las dos potencias principales de Europa. Pero (fundamento objetivo, se entiende, es decir ligado al hecho de
después de esta paz el Piamonte pierde, en forma irreparable, al- que la existencia de los parlamentos, de por si, obstacuHza y re·
gunos territorios: Ginebra y las tierras situadas en torno al lago tarda la acción técnica del gobierno).
de Ginebra. Es comprensible, porque el régimen representativo puede
Egidi delinea también con bastante perspicacia la política pollticamente "provocar fastidio" a la burocracia de carrera; pero
exterior de Emanuele Filiberto, pero ap01ta sólo algunos elemen- 1 no es ésta la cuestión. El problema consiste en analizar si el ré-
tos insuficientes sobre la política interna y especialmente militar
y esos pocos elementos están ligados a aquellos hechos de polltíca
a Articulo reproducido en la Rassegna del/a Stampa Estera, 3-10 de enero
interna que dependían en forma estricta del exterior. Por ejem- de 1933.

150 151
Para el desarrollo histórico de estas dos concepciones del
gimen representativo y de partidos, en lugar de ser un meca- Estado debe ser interesante el librito de Widar Cesarini-Sforza.••
nismo idóneo para escoger a los funcionarios electos que integren
Los Romanos crearon la palabra ius pára expresar el derecho como
y equilibren a los funcionarios burocráticos designados impidién-
poder de la voluntad y concibieron el orden jurídico como un
doles petrificarse, se ha convertido en una dificultad, en un me-
sistema de poderes no contenidos en su esfera recíproca por nor-
canismo de contramano y por qué razones. Por otro lado, una mas objetivas y racionales; todas las expre5iones usadas por ellos
respuesta afirmativa a estas preguntas no agota la cuestión, ya como aequitas, iustitia, recta o naturalis ratio, deben entenderse
que aun admitiendo (lo que es admisible) que el parlamenta- en los límites de este significado fundamental. El cristianismo,
rismo se ha convertido en algo insuficiente y hasta dañoso, no más que el concepto de ius, ha elaborado el concepto de directum
por ello hay que deducir que el régimen burocrático sea rehabi- en su tendencia a subordinar la voluntad a la norma, a transfor-
litado y exaltado. Es preciso analizar si el parlamentarismo y el mar el poder en deber. El concepto de derecho como potencia
régimen representativo se identifican y si no es posible una so- está referido sólo a Dios, cuya voluntad deviene norma de con-
lución diferente, tanto del parlamentarismo como del régimen ducta inspirada en el principio de la igualdad. La itt.\titia no so
burocrático, con un nuevo tipo de régimen representativo. distinguirá en adelante de la aequitas y entre ambas implican la
Analizar las discusiones suscitadas en estos años a propósito restitudo que es cualidad subjetiva del deseo de conformarse a lo
de los límites de la actividad del Estado: es la discusión más 1
que es recto y justo. Extraigo estos elementos de una recensión
importante de doctrina política y es útil para indicar los límites 1 (en Leonardo de agosto de 1930) de Gioelc Solari, que hac0
entre liberales y no-liberales. Puede servir de punto de referencia algunas ligeras objeciones a Cesarini-Sforza.
el librito de Carla AlbPrto Biggini, ll foudamento dei limiti all'at-
1
tiL'itrl dello Stato." La afirmación de Biggini de que existe tiranía 1
sólo cuando se quiere reinar fuera "de las reglas constitutivas de 1
la estructura sociar' puede tener implícandas muy diferentes de j En las nuevas tendencias "jurídicas" representadas especialmente
las que Biggíni supone, si por "reglas constitutiva.s" no se en- por los Nuoci Studi de Volpicelli y de Spilito, hay que destacar
tienden los artículos de la Constitución, como parece no entender como elemento crítico inicial la confusión entre el concepto de
el mismo Biggini (tomo los elementos de una recensión de Italia Estado-cla,e y el concepto de sociedad regulada. Esta confusión
1 es notable especialmente en la memoria La libcrtá economica
che scrive de octubre de 1929. escrita por Alfredo Poggi).
El Estado, en cuanto es la misma sociedad ord<'nada, es so- desarrollada por Spirito en la XIX reunión de la Socicdad pa.ra
berano. No puede tener límites jurídicos; no puede tener límites el progreso de las ciencias en Bolzano en setiembre de 1930 e
en los derechos póblicos subjetivos, ni puede decirse que se auto- impresa en los Nuovi Studi de setiembre-octubre del mismo año.
limita. El derecho positivo no puede ser límite del Estado ya que Mientras exista el Estado-clase no puede existir la sociedad
puede ser modificado en cualquier momento por el Estado mis- regulada sino metafóricamente, o sea, sólo en el sentido de que
mo en nombre de nuevas exigencias sociales. Poggi responde coinci- el Estado-clase es tam bi<'n una sociedad regulada. Los utópicos,
diendo con estas afirmaciones y señalando que están ya implícitas en euar>to expresaban una crítica de la sociedad existente en su
en la doctrina del límite jurídico, dado que mientras exista un orde- época, comprendían bastante hicn que el Estado-clase no podía
namiento jurídico, el Estado estará constreñido por él; si lo quiere ser b sociedad regulada; tanto es así que en los tipos de sociedades
modificar, lo sustituirá por otm ordenamiento, lo cual significa representadas por las diversas ntopias, se introducía la igualdad
que sólo puede actuar por vía jurídica [pero como todo lo que económica como base necesaria de las reformas proyectadas.
hace el Estado es por ello mismo jurídico, se puede continuar así Ocurre que en esto los utópicos no eran ntópicos, sino científicos
hasta el infinito]. Analizar en qué medida las concepciones de
Biggini son marxismo camuflado y que se ha vuelto abstracto. 10 .rus, et .directunr., Note sulro~igine storica dell'idea di dirifln. Stabl.
Tipogra. Riuniti, Boloña. 1930.
11 Cittá di Castello, Casa Editri-c.:e ll Soleo, p. U50.

152 153
concretos de la política y críticos congruentes. El carácter utópico La doctrina de Hegel sobre los partidos y las asociaciones como
de algunos de ellos estaba dado por el hecho de que considera- trama "privada" del Estado derivó históiicame nte de las expe-
ban que se podía introducir la igualdad económica mediante leyes riencias políticas de la Revolución francesa y debía servir para
arbitrarias, con un acto de vohmtad, etc. Sin embargo, conserva dar una mayor concreción al constitueionalismo. Gobierno con el
su exactitud el concepto, que se encuentra también en otros escri- consenso de los gobernados , pero con un consenso organizado ,
tores de política (aunque de derecha, o sea en los críticos de la no genérico y vago eomo se afirma en el instante de las elecciones.
democracia, en cuanto ella se sirve del modelo suizo o danés para El Estado tiene y pide el consenso, pero también lo "educa" por
considerar el sistema razonable para todos los países), de que medio de las asociacionC"s políticas y sindicales, que son sin em·
no puede existir igualdad política completa y perfecta sin igual- bargo organismos privados, dejados a la iniciativa privada ele la
dad económica. En los escritores del 1600 ya se encuentra este clase dirigente. Hegel en cierto sentido supera ya, así, el puro
concepto, por ejemplo en Ludovico Zuccolo y su libro Il BeUuz- constitucionalismo y teoriza el Estado parlamenta rio con su régi-
zi y creo que también .en Maquiavelo. Maurras considera que en men de los partidos. Su concepción de la asociación no puede
Suiza es posible dicha forma de democracia, justamente porque menos que ser todavía vaga y primitiva, oscilante entre lo polí-
existe uua cierta mediocrida d del poder económico. tico y lo económico, según la experiencia histórica d¡• la época.
La confusión entre Estado-clase y sociedad regulada es pro- que era muy restringida y daba un único ejemplo completo de
pia de las clases medias y de los pequefios intelectuales, quienes organización, el "corporativo" (política injertada en la cconomí·.: /.
verían con agrado cualquier equilibrio que impidiese las luchas La Revolución francesa ofrece dos tipos prevalccier:t.;s: los
agudas y las catástrofes; es una concepción típicamente reaccio- clubes, que son organizaciones no rígidas, tipo "a~".¡nblea popu-
naria y regresiva. lar", centralizad as por ciertas individuali dades políticas, cada
Me parece que lo más concreto y sensato que se puede deeir una con nn periódico que mantiene despierta la atención y el
a propósito del Estado ético y de cultura es lo siguiente: cada interés de una determinad a clientela margioal, que luego sostie-
Estado es ético en cuanto una de sus funciones más important.os ne las tesis del periódico en las reuniones del club. Cierto es que
es la de elevar a la gran masa de la población a un determinad o entre los concurrente s asiduos de los clubes debían existir grupos
nivel cultural y moral, nivel (o tipo) que correspond e a las ne- restringidos y selectos de personas que se conocían recíproca-
cesidades de desarrollo de las fuerzas productivas y, por consi- mente, se encontraba n afuera y preparaban la atmósfera de las
guiente, a los intereses de las clases dominantes. La escuda como reuniones para sostener una u otra corriente según los momentos
función educativa positiva y los tribunales como función educa- y también según los intereses concretos en juego.
tiva represiva y negativa son las actividades estatales más im- Las conspiraciones secretas, que tuvieron tanta difusión en
portantes en tal sentido. Pero, en realidad, hacia el logro de dicho Italia antes de 1848, habrían de desarrollars e en Francia después
fin tienden una multiplicid ad de otras iniciativas y actividades de Thermidor, entre los partidarios de segunda línea del jacobi-
denominadas privadas, c¡ue forman el aparato de la hegemonía nismo; con muchas· dificultades eo el período napoleónico, por el
política y cultt~ral de las clases dominantes. La concepción de celoso control de la policía, con más facilidad de 1815 a 1830 bajo
Hegel es propia de un periodo en el cual el desarrollo en exten- la Restauració n, que fue bastante liberal en la base y no tenía
sión de la burguesía podía aparecer como ilimitado, de allí que eiertas preocupaciones. En el último período mencionado surgió
pudiese ser afirmada la ética o universalid ad de la misma: todo la diferenciación del campo político popular, r¡ue es ya notable
el género humano será burgués. Sin embargo, en la realidad sólo en las "jornadas gloriosas" de 18-30, año en el cual afloran las
el grupo social que se plantea el fin del Estado y el suyo propio agrupacion es que se venían constituyen do desde quince años
como una meta a akauzar, puede crear un Estado ético, tendiente antes. Después de 1830 y hasta 1818, este proceso de diferencia-
a poner fi11 a las divisiones internas de dominados, etc., y a crear ción se perfecciona y produce tipos bastautc completos como
un organismo social unitario técoico-moral. Blanqui y Filippo Buonarroti.

154
155
j

Es difícil que Hegel pudiese conocer profundamente estas


1 iniciativas de organismos políticos derivados del sufragio univer-
experiencias históricas, que eran en cambio más nítidas en Marx.n sal, sino a organismos privados (sociedades capitalistas, Estados
Mayores, etc.) o a grandes funcionarios desconocidos por el país.
Pero esto sólo significa que además del aparato gubernativo debe
La revolución producida por la clase burguesa en la concepcwn también entenderse por "Estado" el aparato "privado"' de "hege-
del derecho y, por ende, en la función del Estado consiste es- monía" o sociedad civil. Ha y que mostrar cómo de esta crítica
pecialmente en la voluntad de conformismo (y, por consiguiente, del "Estado" que no interviene, que está a la cola de los aconte-
ética del derecho y del Estado). Las clases dominantes preceden- cimientos, nace la corriente ideológica dictatorial de derecha,
tes eran en esencia conservadoras en el sentido de que no ten- con su reforzamiento del ejecutivo, etc. Sin embargo, sería preciso
dían a elaborar un acceso orgánico de las otras clases a la suya, leer el libro de Halévy para ver si él también ha entrado por esta
vale decir no tendí<tn, '"técnica" e ideológicamente, a ampliar su vía, lo cual en principio no es difícil dado sns antecedentes ( sim-
esfera de clase; concepción de casta cerrada. La clase burguesa patías por Sorel, 1v!aurras, etc.).
se considera a sí misrna con1o un organismo en continuo movi-
miento, capaz de absorber toda la sociedad, asimilándola a su
nivel cultural y económico. Toda la función del Estado es trans- Curzio Malaparte, en la introducción a su libro sobre la Técnica
formada; el Estado se convierte en "educador", etc.
del golpe de Estado, parece afirmar la equivalencia de la fórmula:
¿Cómo se produce una detención y se retorna al concepto del "Todo en el Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Esta-
Estado como fuerza pura? La clase burguesa está "saturada", no do" con la proposición "donde existe la libertad no existe el
sólo no se expande sino que se disgrega, no sólo no asimila nuevos Estado". En esta proposición, el término "libertad" no es enten-
elementos, sino que se desprende de nnu parte de ella misma (o dido en el sentido común de "libertad poHtica, vale decir de
al menos los desprendimientos son enormemente más numerosos prensa, etc.", sino como contrapuesto a "necesidad" y en
que las asimilaciones). L'ua clase qne se considere a sí misma relación a la proposición de Engels sobre el paso del reino de la
como pasible de asimilar toda la sociedad y que al mismo tiempo necesidad al reino de la libertad. Malaparte ní siquiera entrevió
sea capaz de expresar este proceso, llevará a la perfección dicho
el significado de la proposición.
concepto, hasta el punto de concebir el fin del Estado y del de-
En la polémica (por lo demás superficial) acerca de las
recho vueltos inútiles por haberse agotado su razón de ser y funciones del Estado (y entiéndase, del Estado como organiza-
haher sido absorbidos por la sociedad civil.
ción político-jurídica en el sentido estricto), la expresión "Estado-
veilleur de nuit" corresponde a la italiana de Stato-carabiniere y
denota un Estado cuyas funciones están limitadas a la tutela del
Se puede demostrar que el concepto t•omún de Estado es unilate- orden público y del respeto de las leyes. No se insiste en el he-
ral y conduce a errores mayúsculos, partiendo del reciente libro cho de que en esta forma de régimen (que, por otro lado, no
de Daniel Halévy, Décadence de la liberté, del que leí una rese- existió jamás, salvo como hipótesis-límite, en el papel) la direc-
ña en las Now;elles Litteraires. Para Halévy, "Estado" es el apa- ción del desarrollo histórico pertenece a las fuerzas privadas. a
rato representativo; así descubre que los hechos más importantes la sociedad civil, que t'S también Estado o, mejor, <¡nc C'-S <'l Es-
de la historia francesa desde 1870 hasta hoy no son debidos a tado mismo.
11 Sobre e~la serie de hechos "malizar como primer material }as publicacio-
Parece que la expresión veilleur de nuit, que debía tener un
sentido más mordaz qut· la de Stato-combiniere n de "Estado-
nes Ue Paul Lmlis y el Dictionnaire potitique de Mamice Block; para la
Revolución ftanccsa, especi:aimente Auhnd. Ver también las notas de And)er gendarme··, pcrtenC'ce a Lassalle. Su opuesto sería "Estado-ético"
al Manifiesto. Para Italia, e! Hbro de Luzio sobre La massoneri.a e il Risor- o "Estado intervencionista" en general, aunque existen diferencias
gimento:. muy tendencioso. entre una y otra expresión. El concepto de Estado ético es de

156 157
1¡ como pasible de agotamiento parcial y de resolución en la socie-
origen filos(¡fico e intelectual (propio de los intelectuales: Hegel)
dad regulada, 0 el argumento es fundamental. El elemento Estado-
y, en verdad, podría ser unido u\ de "Estaclo-vcilleur de nuit", ya
coerción se puede considerar agotado ·a medida que se afinnan
que se refiere por sobre todo a b actividad autónoma, educativa
elementos cada vez más significativos de sociedad regulada (o
y moral del Estado laico, contrapnesto al cosmopolitismo y a la
Estado ético o sociedad civil).
ingerencia de la organización religioso-eclesiástica como residuo
Las expresiones "Estado ético" o "sociedad civil" quieren
medieval. El concepto de Estado intervencionista es de origen
significar que. esta "imagen" del Estado sin Estado estaba pre-
económico y está vinculado por un lado a las corrientes protec-
sente en los más grandes científicos de la política y del derecho
cionistns o del nacionalismo económico y, por el otro, a la ten-
en cuanto se colocaban en el terreno de la ciencia pum (utopía
tativa de hacer asumir a un determinado personal estatal, ele
pura, por estnr basada en el presupuesto de que todos los hom-
origen terrateniente y feudal, la "protección" de las clases traba-
bres son realmente iguales y, por consiguiente, igualmente razo·
jadoras contra los <>xeesos del capitalismo (política ele Bismarck
nables y morales, es decir, capaces de aceptar la ley espontánea-
y Disraeli). . mente, libremente y no por coerción, como impuesta por otra
Estas diversas tendencias pueden combinarse de diferentes clase, como algo externo a la conciencia).
maneras y de hecho así ocurrió. Naturalmente, los liberales ("eco-
Es preciso recordar que la expresión "guardián nocturno"
nomistas") están por el "Estado-veilleur de nuit" y desearían que para el Estado liberal es de Lassalle, vale decir, de un estatista
la iniciativa histórica fuese dejada a la sociedad civil y a las di- dogmático y no dialéctico (examinar bien la doctrina de Lassalle
ferentes fuerzas que allí pululan siendo el "Estado" el guardián sobre este punto y sobre el Estado en general, en contraste con
de la "lealtad del juego" y de sus leyes. Los intelectuales hacen el marxismo). En la doctrina del Estado-sociedad regulada, de
distinciones muy importantes cuando son liberales y también una fase en la que "Estado" será igual a "gobierno" y se iden·
cuando son intervencionistas (pueden ser liberales en el campo tificará con "sociedad civil'', deberá pasarse a una fase de Es-
económico e intervencioni.~tas en el cultural). Los católicos de- tado-guardián nocturno, fase de una organización coercithra que
sea dan un Estado iHtervcncionísta totalmente a su favor: a falta de tutelará el desarrollo de los elementos de sociedad regulada cuyo
esto, o allí donde son minoría, exigen el Estado "indiferente", continuo incremento reducirá progresivamente las intervenciones
para que no sostenga a sus adversarios. autoritarias y coactivas del Estado. Pero esta perspectiva no pue-
de hacernos pensar en un "nuevo" liberalismo, puesto que ella
¡ conduce al comienzo de una era de libe1tad orgánica.
Es preciso meditnr sobre este tema: la concepción del Estado
g<·ndarme-guardíán nocturno (apartando la especificación de ca-
i
rácter polémico: gendarme, guardián nocturno ... ) ¿.no es, por
otro lado, la {mica concepción del Estado que supera las fases
extremas "'corporativo-econólnícas"::>
l
l
Sí es verdad que ningún tipo de Estado puede dejar de atrave-
sar una fase de primitivisrno económico-corporativo, de aquí se
deduce que el contenido de la hegemonía política del nuevo
Estamos siempre en el terreno ele la identificación de Estado grupo social que ha fundado el nuevo tipo de Estado debe ser
y gobierno, identificación que precisamente representa la forma fundamentalmente de orden económico. Se tratn de reorganizar
corporativo-económica, o sea, la confusión entre sociedad civil y
socieJ,¡c] política, ya que es preciso hacer constar que en la no- 1 0
Como es evidente, con la expresi6n e sociedad regulada •, Gramsci quiere
ción general de Estado entran elementos que deben ser referidos hacer :referencia a la sociedad sin clase, donde la :marquía de la producción
a la sociedad civil (se podría señalar al respecto que Estado = ha desaparecido y una serie de funciones cumplidas antes por el Estad<>
sociedad política + sociedad civil, vale decir, hegemonía reves- pasan a ser desempeñadas por diverSas organizaciones del pueblo. prepa..
rando as! la extinción del Estai!o (sociedad política)_ (N. del T,)
tida de coerción). En una doctrina del Estado que conciba esto
159
158
la estructura y las reales relaciones entre los hombres y el mundo Organizaci6n de las sociedades nacio1lllles. He anotado en otras
económico o de la producción. Los elementos de superestructura partes • que en una determinada sociedad nadie está al margen
no pueden menos que ser escasos y su carácter será de previsión de una organización y de un partido, ya que ello se entiende en
y de locha, pero con elementos "de plan" aún escasos. El plan un sentido amplío y no formal. En esta multiplicidad de socie:
cultural será sobre todo negativo, de crítica del pasado, tenderá dades particulares, de doble carácter -natural y contractual o
a hacer olvidar y a destruir. Las líneas de la construcción serán voluntaria-, una o más prevalecen relativa o absolutamente, cons-
todavía ~grandes líneas", esbozos, que podrán (y deberán) ser tituyendo el aparato hegemónico de un grupo social sobre el
cambiados a .cada momento, para que coincidan con la nueva resto de la población (o sociedad civil), base del Estado, enten-
estructum en formación. Esto justamente es lo que no se verifica dido estrictamente como aparato gubernativo-coercitivo.
en el período de las Comunas; o mejor dicho, la cultura, que Ocurre a menudo que una persona pertenece a más de una
permanece como función de la Iglesia, es de carácter antieco- sociedad particular y con frecuencia a sociedades que objetiva-
nómloo (con respecto a la economía capitalista nacíente), no mente están en contradicción entre sí. Una política totalitaria
está orientada a otorgar la hegemonía a la nueva clase; por el tiende precisamente; 1) a obtener que los miembros de un d ...
contrario, tiende a impedir que ésta la adquiera. El Humanismo y terminado partido encuentren únicamente en este partido todas
el Renacimiento son por ello reaccionarios ya que indican la de- las satisfacciones que antes hallaban en una multiplicidad de or-
rrota de la nueva clase, la negación del mundo económico que ganismos, es decir a romper todos los hilos que ligan estos
le es propio. miembros a organismos culturales extraños; 2) a destruir todas
las otras organizaciones o a incorporarlas a un sistema del cual
el partido sea el único regulador. Esto ocurre; 1) cuando el par-
Otro elemento a examinar es el de las relaciones orgánicas en- tido dado es el portador de una nueva cultura y se da una fase
tre la política interior y exterior de un Estado. ¿Es la política progresista; 2) cuando el partido dado quiere impedir que otra
interior determinante de la exterior o viceversa? También en este 1 fuerza, portadora de una nueva cultura, se convierta en "totali-
caso es preciso disting~ir entre las grandes potencias, con rela- taria" y se da una fase regresiva y reaccionaria objetivamente,
tiva autonomía internacional, y las demás potencias; y también
entre las diversas formas de gobierno (un gobierno como el de j aunque la reacción (como siempre ocurre) se enmascare y trate
de aparecer como portadora de una nueva cultura.
Napoleón III tenía, aparentemente, dos poHticas, reaccionaria en Luigi Einaudi, en la Riforma Sociale de mayo-junio de 1931,
lo interior v liberal en lo exterior). comenta un volumen francés, Les sociétés de la nation, Étude sur
Condidiones de un Estado antes y después de una guerra. les éléments cottstitutifs de la nation franr;aise, de Eticnne Martín
Es evidente que en una alianza cuentan las condiciones en que
se encuentra un Estado en el momento de la paz. Puede ocurrir 1 Saint-Léon," en el que se estudia una parte de estas organiza-
ciones, sólo las que existen formalmente. (Por ejemplo, é,los lec-
por ello que quien tuvo la hegernonia durante la guerra, acabe tores de un periódico forman o no una organización?) De cual-
por perderla a causa d<'l debilitamiento sufrido en la lueha y debe quier manera, en caso de que se tratase este toma, véase el libro
resignarse a ver cómo un "subalterno", que fue, más hábil o más y también el comentario de Einaudi.
«afortunado", se convierte en hegemónico. Esto se verifica en las
"guerras mundiales'' cuando la situación geográfica constriñe a
un Estado a lanzar todas sus reservas al combate; vence debido
a las alianzas, pero la victoria lo encuentra postrado. He ahí 0
Véase al respecto ''Algunos puntos preHminal'eS de referencia" induidos
por qué en el concepto de "gran potencia" es preciso tener en en El materialisTno hist6rico y 1a filosofía de Benedetto Croce, :Nueva Vi-
cuenta muchos elementos y, en especial, los "permanentes", es sión, Buenos Aires, 1971, pp. 11-28. ·(N. del T,)
decir, la "potencialidad económica y financiera" y la población. 12 VoL de 415 páginas, SpeS 1 París, 1930.

160 161
1
Las costumbres y las leyes. Es una opmw n muy difund
ida o, tas clases el fenóm eno de expan sión no cesa jamás , hasta
mejor, es una opinió n consid erada realist a e intelig ente la ab-
aquel la sorció n comp leta de la socied ad; en otras, al prime r
según la cual las leyes deben estar prece didas por las costum períod o de
bres, expan sión suced e un períod o de repres ión. Este carác
que la ley es eficaz sólo en cuant o sancio na las costum ter educa -
bres. Esta tivo, creado r, forma tivo, del derec ho no fue sufici
opinió n va contra la verda dera histor ia del desarr ollo entem ente
del dere- puesto de reliev e por cierta s corrie ntes intele ctuale s, Se
cho, que deman dó siemp re una lucha para afirma rse
y que en trata da
realid ad es una lucha por la creaci ón de una nueva costum un residu o de espon taneís mo, de racion alismo abstra cto
bre. que se
En la opinió n citada existe un residu o muy evide nte de basa en un conce ptó optim ista "in abstra ctum" y fácil
mo- de la "na-
ralida d extrañ a a la polític a. Se supon e que el derec turale za human a". A estas corrie ntes se les plante a otro
ho es la proble ma:
expres ión integr al de la socied ad, lo cual es falso. Expre el de saber cuál debe ser el órgan o legisla tivo "en sentid
siones o am-
más autént icas de la socied ad son, en cambi o, aquell plio", es decir la neces idad de llevar las discus iones
as reglas legisla tivas
prácti cas de condu cta que los jurista s llama n "juríd icame a todos los organ ismos de masa. U na transf ormac ión orgán
nte in- ica del
difere ntes" y cuyo ámbit o cambi a con el andar de los conce pto de refereruium, mante niend o sin emba rgo el gobie
hemp os Y rno la
con la extens ión de la interv ención estata l en la vida de funció n de última instan cia legisla tiva.
los ciu-
dadan os. El derec ho no expre sa a toda la socied ad (para
la cual
los violad ores del derech o serían seres antiso ciales por
natura leza ¿Quién es legislador? El conce pto de "legis lador" no puede
o dismin uidos psíqu icos), sino a la clase dirige nte, que "impo de-
ne" a jar de ser identi ficado con el de "polít ico". Ya que
toda la socied ad las norma s de condu cta que están más todos son
ligada s '1wmb res polític os" todos son tambi én "legis ladore s".
a su razón de ser y a su desarr ollo. La funció n máxim Sin emba r-
a del de- go, será necesa rio hacer algun as distin ciones . "Legi slador
recho es la de presu poner que todos los ciuda danos deben " tiene
acept ar un precis o signif icado jurídi co-est atal, o sea, signif ica
librem ente el confo rmism o por él señala do, en cuant o aquell as
todos pue- perso nas que están habili tadas por las leyes para legisla
den transf ormar se en eleme ntos de la clase dirige nte. En r. Pero
cho moder no, por lo tanto, está implíc ita la utopía demo
el dere-
crátic a
¡ puede tener tambi én otros signif icados .
Todo homb re, en cuant o es activo , o sea vivien te, contri
del siglo xvm.
Sin embar go, existe algo de verda d en la opinió n de que
i a modif icar el ambie nte social en el que se desarr olla
car determ inado s caract eres o a conse rvar otros) , tiende
buye
(a modif i-
la 1
costum bre debe prece der al derech o. En efecto , en las i1 a esta-
revolu cw- blecer "norm as", reglas de vida y de condu cta. El ámbit
nes contra los Estad os absolu tos existía ya como costum o de las
como aspira ciones una gran parte de lo que luego se transf
bres Y
orma
i activi dades podrá ser n1ayor o menor, así como mayor
podrá ser la concie ncia de la propia acción y de los fines.
o menor
en derech o obliga torio. Con el nacim iento y el desarr ollo 1 Adem ás,
de las el poder repres entati vo podrá ser mayo r o menor , y será
desigu aldade s, el caráct er obliga torio del derec ho fue 1 ejerci do
crecie ndo, en mayo r o meno r medid a por los "repre sentan tes" en
así como creció el ámbit o de la interv ención estata l y
del obh- ¡ sión sist<emática norma tiva. Un padre es un legisl ador
su expre-
gacion ismo jurídic o. Pero en esta segun da fase, aun para sus
afirn1ando hijos, pero la autori dad patern a puede ser más o menos
que el confo rmism o debe ser libre y espon táneo, se trata cons-
de _algo ciente y así sucesi vamen te.
muy difere nte: se trata de reprim ir y sofoca r un derec ho
nacien te En gener al, puede decirs e que entre el comú n de los
y no de confo rmar. hom-
El tema entra en otro más gener al, que es el de las divers
. 1 bres y aquell os más espec íficam ente legisla dores, la
distin ción
as está dada por el hecho de que este segun do grupo elabo
posiciones que ocupa ron las clases subalt ernas antes de 1 ra di-
conve rtir- rectiv as que deben transf ormar se en norma s de condu
se en domin antes. Cierta s clases subalt ernas, a difere ncia cta para
de otras, los demás y, al mismo tiemp o, los instru mento s a través
deben tener un largo períod o de interv ención jurídi ca de los
riguros~ Y cuñ.Jes esas direct ivas serán "imPuestas" y se verific ará
Juego atenu ada. Existe divers idad tambi én en los modo su ejecu-
s: en cier- ción. En este segun do gmpo , el máxim o de poder
legisla tivo
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\. 163
corresponde al personal estatal (funcionarios electivos y de ca- interpretada en un sentido muy amplio "hasta indicar con ella el
rrera), que tiene a su disposición las fuerzas coercitivas legales conjunto de creencias, sentimientos,- intereses y razonamientos
del Estado. Pero con esto no se niega que los dirigentes de or- difundidos en una colectividad, en un período histórico dado".
-ganizaciones "privadas" tengan también a su disposición sanciones Esto en realidad significa: 1) que el legislador individual (y por
coercitivas, hasta del tipo de la péna de muerte. La máxima ca- tal debe ser entendido no sólo en su actividad parlamentario-esta-
pacidad del legislador se puede deducir del hecho de que a la tal, sino también en cualquier otra actividad individual que
perfecta elaboración de las directivas corresponde una perfecta en esferas más o menos amplias de la vida social busque modificar
predisposición de los organismos de ejecución y verificación y la realidad según ciertas líneas directivas) no puede jamás llevar
una perfecta preparación del consenso "espontáneo" de las masas a cabo acciones "arbitrarias", antihistóricas, ya que su acto ele
que deben "vivir" esas directivas, modificando sus propios hábitos, iniciativa, una vez ocurrido, obra como una fuerza en sí en un
voluntades y convicciones de conformidad con ellas y con los ámbito social determinado, provocando acciones y reacciones que
fines que se proponen alcanzar. Si cada uno es legislador en el son intrínsecas de este ámbito más que el acto en sí; 2} que
sentido más amplio del concepto, cada uno continuará siéndolo cada acto legislativo o de voluntad directiva o normativa delw
aunque acepte directivas de los otros. Al seguirlas, controla que ser valorizado especialmente en forma objetiva, por las conse-
también los demás lo hagan; al comprenderlas las divulga, con- cuencias que pudiera acarrear; 3) que todo legislador sólo ele
virtiéndolas en reglamentos de aplicación particular a zonas de modo abstracto y por comodidad de lenguaje podrá ser conside-
vida restringida e individualizada. rado como individuo, ya que en realidad expresa una determinada
voluntad colectiva dispuesta a hacer efectiva su "voluntad", que
sólo lo es porque la colectividad está dispuesta a hacerla efec-
En un estudio sobre la teoría financiera de los iropuestos," Mau- tiva; 4) que, por lo tanto, cada individuo que prescinda de una
ro Fasiani habla de la "supuesta voluntad de aquel ser un poco voluntad colectiva y no trate de crearla suscitarla extenderla
místico llamado legislador". La expresión cautelosa tiene dos i
reforzarla y organizarla es simplemente u~ tonto de' capirote, u~
significados y se refiere a dos órdenes muy distintos de obser- "profeta desarmado", un fuego fatuo."
vaciones criticas. Por un lado, se refiere al hecho de que las
consecuencias de una ley pueden ser diferentes de las "previstas", 1
o sea de las deseadas conscientemente por un legislador. "Objeti- Arte político y arte militar. El escritor italiano de temas milita-
vamente", a la voluntas legíslatorís, esto es, a los efectos previstos 1 res, general De Cristoforis, en su libro Che cosa sia la guerra,
por el legislador individual, se sustituye la voluntas legís, el con- dice que "por destrucción del ejército enemigo" (fin estratégico)
junto de consecuencic_s efectivas que el legislador no había pre- no se entiende "la muerte de los soldados, sino la disolución de
visto pero que de hecho derivan de la ley dada. (Naturalmente, sus vínculos como masa orgánica". La fórmula es feliz y puede
habría que analizar si los efectos que el legislador prevé de pa- ser ~mpleada también en la terminología política. Se trata ele
labra, son previstos por él bona fide o sólo para crear el ambiente 1 identificar cuál es en la vida política el vínculo orgánico esencial,
favorable a la aprobación de la ley y si los "fines" que el.legis-
lador pretende lograr no son más que un simple medio de pro- 14 Sobre este tema es preciso analizar lo que dice Pareto sobre las acciones
paganda ideológica o demagógica). lógicas 11 no lógicas en su Sociología. Según Fasiani, para Pareto son caccio-
Pero la expresión cautelosa tiene además otro significado que · nes lógicas aquellas que unen lógicamente el medio al fin, no sólo según el
precisa el primero y lo define: la palabra "legislador" puede ser juicio del sujeto agente (fin subjetivo) sino también según el juicio del
observador (fin objetivo). Las acciones no lógicas no tienen tal carácter.
Su fin objetivo difiere del fin subjetivo:.. Fasiani no está satisfecho con
13 .. Schemiteorici ed cexponibilia. finanziari", en la Riforma Sociale de 1 esta terminología paretiana, pero su crítica permanece siempre en el mismo
setiembre-octubre de 1932. terreno puramente formal y esquemático de Pareto.

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que no puede ser considerado sólo en sus relaciones jurídicas parece que el únko camino para buscar el origen de la decaden-
(libertad de asociación y reunión, etc., con la secuela de partidos cia de los regímenes parlamentarios es el segundo, es decir la
y sindicatos), ya que se radicu en bs más profundas relaciones investigación en la sociedad civil. En este camino no se pnede
económicas, en su función social dentro del mundo de la produc- menospreciar, por cierto, el estudio del fenómeno sindical; con-
ción ( fom1as ele propicducl y de dirección, cte.). cebido no en el sentido elemental de asociacionismo de todos los
grupos sociales para la realización de un fin cualquiera, sino en
su sentido típico por excelencia, en el de elementos sociales de
"Función de gobierno". Artículo ele Sergio Panunzio en la Ge- un nuevo, grupo que precedentemente no tenían "la palabra en
rarchia ele abril ele 1933 ("La fine del parlamentarismo e l'accen- la escena y que por el solo hecho ele unirse modifican la es-
tramento dcllc responsabilitit"). Superficial. Un punto curioso es tructura política de la sociedad.
aquel en que Panunzio escribe que las funciones del Estado no Habría que investigar de qué manera los viejos sindicalistas
son sólo tres, corno afirman "los viejos figurones constitucionalís- sorelianos (o casi) se transformarán en un cierto momento en
tas": "legislativa", "administrativa" y "judicial", ya que "a estas asociacionistas o unionistas en general. Quizás el germen de esta
funciones es preciso agregarles utra que es, por lo dermís, la decadencia estaba en el mismo Sorel, en un cierto fetichismo sin-
principal, primigenia y fnndamental en el régimen parlamentario, dical o econornicista.
la 'función de gobierno', vale decir, la determinación de la di-
rección polltica respecto de la cual la misma legislación se com-
porta como un ejecutivo (!), en cuanto es el programa político
La cuestión planteada por Panunzio sobre la existencia de un
de gobierno d que en sucesivos capítulos aparece traducido en
las leyes y constituyendo su presupuesto". "cuarto" poder estatal, el de la "determinación de la dirección
politica", debe ser vinculada a los problemas suscitados por la
¿Presupuesto o contenido y, por consiguiente, nexo inescin-
tlible? En realidad, Pammzio razona a través de figuras, formal- des~parició~, de los partidos políticos y, en consecuencia, por
la cliSgrcgacwn_ del parlamento. Es un modo "burocrático" ele phm-
mente, peor que los viejos constitucionalistas. Lo que debería
tear una cuestión que antes era resuelta a partir del normal fun-
explicar, y que hace al terna, es cómo se pmdujo la separación y
cionamiento de la vida política nacional, pero su posible solución
la lucha entre parlamento y gobierno de tal manera que la uni-
"burocrática" no está a la vista.
dad de estas dos instituciones no logra constmir una dirección
permanente de gobierno; pero esto no se puede explicar con es- Los partidos constituían, precisamente, los organismos que
quemas lógicos, sino únicamente refiriéndose a los cambios pro- en la sociedad civil proporcionaban las direcciones políticas y
ducidos en la estructura política del país, es decir en forma tam bié~ educaban y presentaban a los supuestos hom brcs capa~es
rcalbta, a través ele un análisis histórico-político. Se trata, en de aphcarlas . .En el terreno parlamentario las "direcciones" ela-
efecto, de dificultades para construir una dirección política pcr- boradas, totales o parciales, de vasto alcance o de carácter inme-
manentt• y de largo alcance, y no de otra cosa. El análisis no diato, eran confrontadas, despojadas de elementos particularistas
puede prc,;cindir de examinar 1) por qué se multiplicaron los transformándose una de ellas en "estatal" en la medida en qu~
partidos políticos; 2) por qué se ha vuelto dificil formar una el grupo parlamentario del partido más fuerte se transformaba
mayoría permanente entre tales partidos parlamentarios; 3) por en "gobierno" y lo guiaba. El hecho de que los partidos, debido
a la disgregación parlamentaria, se hayan vuelto incapaces de
consiguiente, por qué los graneles partidos tradicionales perdie-
ron el poder de guiar a la masa y el prestigio. ¿Es este hecho
i desarrollar esta tarea, no l1a anulado la tarea misma ni mostrado
puramente parlamentario o constituye el reflejo parlamentario de una nueva vía de solución; esto es válido también para el caso
cambios radicales producidos en la misma sociedad, en la fun- de la educación y la v~lorización de la personalidad. La solución
ción que tienen los grupos sociales en la vida productiva? Me "burocrática" enmascara de hecho un régimen de partidos de la

166 167
1
peor especie en cuanto operan ocultamente, sin control; en cuan-
to los partidos están constituidos por camarillas e intereses per- publicista medieval de tercer orden, no consideran o no conside-
sonales no confesables, sin contar con la circunstancia de que raban dignas "del método" las doctrinas del materialismo históri-
restringe las posibilidades de elección y obstruye la sensibilidad co,. no ~reían nee~sa~o ir a las fuentes y se limitaban a hojear
política y la elasticidad táctica. Según Max Weber." por ejemplo, artiCuleJOS de penódicos y folletos de divulgación.
una gran parte de las difícultades que atravesó el Estado ale-
mán de posguerra se debieron a la ausencia de una tradición
político-parlamentaría y de vida de partido antes de 1914. Gran ~olítica, y peque~~ política. Gran política (alta política l,
pequena pohhca (pohhca del día, política parlamentaria, de
corredores, de intriga). La gran política comprende las cuestio-
La clase política. La cuestión ele la clase política tal como es nes vmculadas con la función de nuevos Estados, con la lucha
presentada en las obras de Gaetano :--Iosca se ha convertido en por la destrucción, la defensa, la conservación de determinadas
un puzzle. No se comprende con exactitud qué entiende :\fosca estructuras orgánicas econórrúco-sociales. La pequeña política
por "clase política", tan elástica y oscilante es la noción. A veces compr~nde. las cuestiones parciales y cotidianas que se plantean
parece como sí por clase política se entendiese la clase medía, en el mtenor de una estructura ya establecida, debido a las lu-
otras veces el conjunto de las clases poseedoras, o lo que se chas de prominencia entre las diversas fracciones de una misma
denomina la "parte culta" de la sociedad, o el "personal político" clase política. Es, por lo tanto, una gran política la tentativa de
(grupo parlamentario) del Estado. En algunos momentos pare- excluir 1~ gran polític~ . del ámbito interno de la vida estatal y
ciera que la burocracia, hasta en sn estrato superior, fuese ex- de reducir todo a pohtica pequeña ( Giolitti, rebajando el nivel
cluida de la clase política precisamente en cuanto debe ser con- de _las luchas internas hacia gran política; pero sus víctimas eran
trolada y guiada por ella. ~b]eto de un~ gran politica, haciendo ellos uoa política peque-
La deficiencia del tratado de Mosca se evidencia en el hecho na)· Es propio de diiettantes, en cambio, plantear la cuestión
de que no encara en su conjunto el problema del "partido políti- de una manera tal que cada elemento de pequeña po1ítica deba
co", lo cual es comprensible dado el carácter de sus libros y en necesariamente convertirse en problema de gran política, de re-
especial de los Elementi di scienza política. En efecto, el interés organización radical del Estado.
de .\1osca oscila entre una posición "objetiva" y desinteresada de Los mi~ n-lOs términos se dan en la política internacional: 1)
científico y una posición apasionada de hombre de partido que la gran pohbca cn las cuestiones que se refieren a la estatura
ve desarrollarse acontecimientos que lo angustian y antes los · rebtiva de los_ Estados en sus recíprocas confrontaciones; 2) la
cuales desearía reaccionar. Por otro lado, Mosca refleja incons- pohhca pequena en las cuestiones diplomáticas que se ocultan
cientcrnente las discusiones suscitadas por el materialismo histó- en el interior de un equilibrio ya constituido y que no tratan de
rico, pero las refleja como el provinciano que "siente en el aire" superar el mismo equilibrio para crear nuevas relaciones.
las discusiones producidas en la capital y no tiene los medios de , ~faquiavel~ examina especialmente las cuestiones de gran
procurarse los documentos y textos fundamentales. En el caso de pohhca: creaClon de nuevos Estados, conservación y defensa d<'
Mosca, no "disponer de los medios" de procurarse los textos y estructuras •:rgánicas un su conjunto; cuestiones de dictadura y
documentos del problema que sin embargo trata, significa perte- de hegemon<a en vasta escala, es decir, sobre todo un área es-
tatal. Russo, en los Prolegomeni, hace de El Príncipe el tratado
cecer a aquel grupo de universitarios que mientras consideran
de la dic.tadura (momento de la autoridad y del individuo) y
como un deber utilizar todas las precauciones del método histórico
de los D1sc!trsos el de la hegemonía (momento tk lo universal
cuando estudian hasta la más insignificante de las ideas de algún
Y de la libertad). La observación de Russo es exacta. aun cuando
en El Pr_íncipe no faltan refcre~cías al momento de la hegemonía
15 Monarchia e Parlamento in Germania, tr. it., Barj, 1919. (K. del E,). o del consenso ]Unto al de la autoridad o de la fuerza. Es justa
168
169
así la observación de que no existe oposición de principio entre tengan razón, o una parezca tener más razón que la otra "si las
principado y república, sino que se trata de la hipósta•is de los -cosas son así", pero no la tenga "si las cosas tuviesen que cam-
dos momentos de la autoridad y de la universalidad. biar". Sin embargo, en un eonflicto no espreciso analizar las cosas
A propósito del Renacimiento, de Lorenzo de Médicis: cues- tal como están, sino el objetivo que las partes en lucha se pro-
tión de "gran política y de pequeña política", política creadora ponen lograr con el mismo conflicto. ¿Cómo deberá ser jozgado
y política de equilibrio, de conservación, aunque se tratase de este fin que aún no existe como realidad efectiva y juzgable?
¿Por quién podrá ser juzgado? El juicio mismo, ¿no se conver-
conservar una situación miserable. Acusación a los franceses (y
a los galos desde Julio César) de ser volubles. Y en este sentido tirá en un elemento del conflicto, será otra cosa que una fuerza
los italianos del Renacimiento no fueron jamás "volubles"; antes en juego a favor o en perjuicio de una u otra parte? En todo
caso se puede afirmar: 1) que en un conflicto, todo juicio de
bien, es preciso distinguir entre la gran política que los italianos
hacían en el "exterior", como fuerza cosrnopollta (mientras sub- moralidad es absurdo, porque sólo podría ser fundado sobre los
sistió dicha fuerza), y la política pequeña en el interior, la di- datos de hecho existentes, que son, precisamente, los que. el con-
plomacia pequeña, la estrechez de los programas ... , la debili- Hielo tiende a modificar; 2) que el único juicio posible es el
dad de la conciencia nacional que habría demandado una acti- "político", es decir el de la correspondencia del medio al fin (lo
vidad audaz y confiada en las fuerzas populares-nacionales. Con- cual implica una identificación del fin o de los fines graduados
cluido el período de la función cosmopolita, nace el de la "política en una s.ucesiva escala de aproximación). Un conflicto es "in-
pequeña" en lo interno, el inmanente esfuerzo por impedir todo moral" en cuanto aleja del fin o no crea condiciones que apro-
cambio radical. En realidad, el "pie de casa", las manos limpias, ximen al mismo (o sea, no crea medios eficaces para su obtención),
etc., que fueron tan reprochadas a las generaciones del 1800 no pero no es "inmoral" desde otros puntos ele vista "moralistas".
son más que la forma tradicional de la conciencia del fin de De tal modo, no se puede juzgar al hombre político por el hecho
una función cosmopolita y la incapacidad de crear una nueva, de que sea más o menos honesto, sino por el hecho de que
actuando sobre el pueblo-nación. mantenga o no sus compromisos (y en este mantenimiento puede
estar comprendido el "ser honesto", es decir. ser honesto pue-
de ser un factor político necesario y en general lo es, pero el juicio
es político y no moral). El político es juzgado no por el hecho
Moral !f política. Se verifica una lucha. Se juzga acerca de la
<le que actúa con eqnidad, sino por el hecho de que obtiene o
"equidad" y de la "justicia" de las pretensiones de las partes en
no los resultados positivos o evita un resultado l1C"Utivo un mal
contlicto. Se llega a la conclusión de que una de las partes ' b ' '
y aqm puede ser necesario "actuar con equidad". pero como
no tiene razón, que sus pretensiones no son justas, o directamente
medio político y no corno juicio moral.
<¡ue carecen de sentido común. Estas conclusiones son el re-
sultado de modos de pensar muy difundidos, populares, compar-
tidos por la misma parte que resulta golpeada por la censura de J
dichos modos. Y sin embargo, esta parte continúa sosteniendo ' Separacíóll entre dirigentes !J dirigidos. Asume diferentes aspec-
que "tiene razón", que está en lo "justo" y, lo que es más impor- 1 tos según las circunstancias y las condiciones generales. Descon-
tante, continúa luchando, haciendo sacrificios. Todo lo cual sig- fianza· recíproca: el dirigente teme que el dirigido lo "engañe",
nifica c¡ue sus convicciones no son superficiales y a flor de labios, exagerando los datos positivos y favorables a la acción, y por
1
no son razones polén1icas. pura sulvar la cara, sino convicciones ello debe tener en cuenta en sus cálculos esta incógnita que
realmente profundas y activas en las conciencias. complica la ecuación. El "dirigido" duda d~ la energía y del
Significará que la cuestión está mal planteada y peor re-
1 espíritu ele resolución del dirigente y por ello se siente impulsado,
suelta. Que los conceptos de equidad y ele justicia son puramente también inconscientemente, a exagerar los datos positivos y a
formales. Puede ocurrir que de las dos partes en conflicto, ambas ocultar o disminuir los datos negativos. Existe un engaño rccí-

171
170 1
proco, origen de nuevas vacilaciones, desconfianzas, cuestiones: Michelis plantea el problema en forma bastante realista. Pero
personales, etc. ¿qué es el éxodo rural? Se habla de él desde hace doscientos años
Cuando esto ocurre significa que: 1) hay una crisis de di- y nunca tal problema fue planteado en los términos económicos
reccién; 2) la organización, el bloque social del grupo en cues- precisos.
tión no tuvo aún tiempo de amalgamarse, creando la armonía El mismo De Michelis olvida los dos elementos fundamenta-
recíproca, la reciproca lealtad; 3) pero hay un tercer elemento: les de la cuestión: l) los lamentos por el éxodo rural tienen una
la incapacidad del "dirigido" para desarrollar su tarea, lo que de sus razones en los intereses de los propietarios que ven ele-
significa la incapacidad del "dirigente" para escoger, controlar y varse los salarios por la competencia de las industrias urbanas
dirigir su personal. y por el reclamo de vida más '1egal", menos expuesta a los ar-
Ejemplos prácticos. Un embajador puede engañar a su go- bitrios y abusos que constituyen el diario bregar de la vida rural;
bierno: 1) porque quiere engañarlo por intereses personales. Caso 2) en el caso de Italia, no menciona la emigración de los cam-
de deslealtad por traición de carácter nacional o estatal; el em- pesinos, que es la forma .jnternacional del éxodo rural hada las
bajador es o se transforma en el agente de un gobierno distinto zonas industriales y que es una crítica real del régimen agrario
del que representa; 2) porque desea engañarlo, siendo adversa- italiano en cuanto el campesino se dirige a otro lugar para tra-
rio de la política del gobierno y partidario de la política de otro bajar corno tal, mejorando su estándar de vida. Es justa la ob-
partido de su mismo país; por consiguiente, porque quiere que servación de De Michelis que la agricultura no sufrió con el éxodo:
en su país gobierne un partido y no otro. Este es un caso de l) porque la población agraria en escala internacional no dismi-
deslealtad que, en última instancia, puede ser tan grave como el nuyó; 2) porque la producción no disminuyó; por el contrario,
precedente, aun cuando pueda estar acompañado de circunstan- hay superproducción tal como lo demuestra la crisis de los pro-
cias atenuantes, como sería el caso de que el gobierno no hiciera ductos agrícolas [en las crisis pasadas, o sea cuando correspondían
una política nacional y el embajador tuviese las pruebas peren- a fases de prosperidad industrial, esto era cierto; hoy, sin embar-
torias de ello. Sería entonces deslealtad hacia los hombres tran- go, cuando la crisis agraria acornpaíía a la crisis industrial, no
sitorios para poder ser leal al Estado inmanente; cuestión terrible se puede hablar de superproducción sino de subconsumo ]. En el
porque esta justifieacién sirvió a hombres indignos moralmente artículo se citan estadísticas que demuestran la progresiva ex-
( Fouché, Talleyrand y, en menor medida, los mariscales de Na- tensión de la superficie cultivada por cereales y en mayor medi-
poleón); 3) porque no sabe que lo engaña, por incapacidad <> da la cultivada por productos para la industria (cáñamo, algodón,
incompetencia o por ligereza (descuido del servicio), etc. En este ele.) y el aumento de la producción. El problema es observado
caso, la responsabilidad del gobierno debe ser evaluada: 1) sí desde un punto de vista internacional (en un grupo de 21 países),
teniendo posibilidad de una sdección adecuada eligió mal por es decir de la división internacional del trabajo. (Desde el punto
razones extrínsecas al servicio (nepotismo, corrupción, limitacio- de vista de las naciones en particular el problema puede cambiar
nes de gastos debido al cual se eligen "ricos" para la diplomacia, y en esto consiste la crisis moderna, que es una resistencia reac-
o "nobles", etc.); 2) si no tiene posibilidades de selección (Es- cionaría a las nuevas relaciones mundiales, a la intensificación. de
tado nuevo, como Italia en 1861-70) y no crea las condiciones la importancia del mercado mundial.)
generales para sanear las deficiencias y pmcurarse la posibilidad El artículo cita algunas fuentes bibliográficas; será preciso
de selección.
1 revisarlas. Concluye con un error colosal: según De Michelis, "la
formación de las ciudades en los tiempos remotos no fue más que
¡ la lenta y progresiva separación de los oficios de lo. actividad
Ciudad y campo. Ciuscppe De J\lichelis, "Premessc e contri- j agrícola, con la cual al principio se confundía, para surgir luego
boto allo studio dell'csodo rurale", Nuova Antologia, 16 de enero
de 1930. Artículo interesante desde muchos puntos de >1sta. De ! como actividad diferenciada. El progreso de los decenios veni-
deros consistirá, gracias sohre todo al incremento de la energía

172 173
f
eléctrica, en volver a traer los oficios al campo para unirlos, bajo
Federico el Grande en 1914) torna comprensible en forma inme-
nuevas formas y con procedimientos perfeccionados, al trabajo diata el concepto de tercer Reich. En Italia, el concepto de terza
propiamente agrícela. En esta obra redentora del artesanado rural. Italia del Risorgimento no podía ser comprendido fácilmente por
Italia se apresta a ser una vez más abanderada y maestra". De
el pueblo por la ausencia de continuidad histórica y la falta dr
Michelis incurre en muchas confusiones: l) la reunión de la ciu-
homogeneidad entre la Roma imperial y la papal (en verdad, ni
dad con el campo no puede darse sobre la base del artesanado, aun entre la Roma Republicana y la imperial existía perfecta
sino únicamente sobre la base de la gran industria racionalizada homogeneidad). Esto explica el relativo éxito de la palabra maz-
y estandarizada. La utopía «artesanal" se basó en la industria
ziniana de "Italia del pueblo" que tendía a indicar una renova-
textil. Se pensaba que con la posibilidad comprobada de distri- ción completa, en sentido democrático, de iniciativa popular, de
buir la energía eléctrica a distancia, habría sido posible otorgar la nueva historia italiana en contraposición al "primado" giobcr-
a la familia campesina el telar mecánico moderno movido por la tino, que tendía a presentar el pasado cerno posible continuidad
electricidad. Pero en la actualidad, un solo obrero hace accionar ideal con el futuro, es decir, con un determinado programa polí-
(me parece) hasta 24 tdares, lo que plantea nuevos problemas tico presentado como de vasto alcance. Pero Mazzini no pudo lo-
de competencia y de ingentes masas de capitales, además de grar que su fórmula mítica se concretase y sus sucesores la dilu-
problemas generales de organización imposibles de resolver por yeron y la empobrecieron en la retórica libresca. Un precedente
la familia campesina; 2) la utilización industrial del tiempo qun para Mazzini habría podido ser las comunas medievales, que
el campesino debe permanecer desocupado (este es el problema constituyeron una efectiva y radical renovación histórica; pero
fundamental de la agricultura moderna, que pone al campesino tal precedente fue explotado sobre todo por los federalistas, como
en condiciones de inferioridad económica frente a la ciudad, que Cattaneo.
~puede trabajar" todo el año) puede ocurrir sólo en una econo-
mía planificada, muy desarrollada, que esté en condiciones de
ser independiente de las fluctuaciones temporarias de ventas que l Centro. Un estudio cuidadoso de los partidos de centro en sen-
ya se verifican y conducen a las estaciones muertas también en tido amplio sería de todos modos educativo. Término exacto.
la industria; 3) !u gran concentración de la industria y la pro- 1 extemión del término, cambio histórico del término y de la acep-
ducción en serie de piezas intercambiables permiten transportar
secciones de fábricas al campo, descongestionando la gran ciu-
dad y tornando más higiénica la vida industrial. No es el artesano
l
'
ción. Por ejemplo, los jacobinos fueron un partido extremo; hoy
son típicamente de centro; así los católicos (en su masa); así
' también los socialistas, etc. Creo que un análisis de la función

l
quien volverá al campo, sino en cambio el obrero más modf'mo y
de los partidos de centro constituye una parte importante de la
estandarizado.
historia contemporánea. ·
Y no dejarse ilusionar por las palabras o por el pasado. Es
cierto, por ejemplo, que los "nihilistas" rusos deben ser conside-
Mitos históricos. Estudio de las consignas del tipo de la del
rados como partido de centro y así también los "anarquistas''
"tercer Reich" de las corrientes de derechas germánicas, de estos
modernos. La cuestión consiste en saber si, por simbiosis, un par-
mitos históricos, que no son más que una forma concreta y eficaz
de presentar el mito de la "misión histórica" de un pueblo. 1 tido de centro puede o no servir a un partido "histórico".
Partidos de centro y partidos "demagógicos" o burgueses-
El punto a estudiar es justamente el siguiente: por qué una !
.l¡· demagógicos. El estudio de la política alemana y francesa en el
determinada forma es "concreta y eficaz" o más eficaz que otra.
invierno 1932-,'33 ofrece gran cantidad de materiales para esta
En Alemania, la ininterrumpida continuidad (no interrumpida
investigación; así, por ejemplo, la contraposición de la política
por invasiones extranjeras pemmncntes) entre el período medie- exterior a la interna (mientras es' siempre la política interna la que
val del Sacro Imperio Romano (primer Reich) y el moderno (de dicta las decisiones; de un país determinado, se entiende. En
174 1
1
17.5
efecto, es claro que la iniciativa debida a razones internas de un grande- cuando es concebido, organizado y dirigido de manera
país se transformará en "exterior para el pals que sufre )a¡ que le permita desarrollarse integralmente y transformarse en un
iniciativa). Estado (integral y no en un gobierno entendido técnicamente) y
en una concepción del mundo. El desarrollo del partido en Es-
tado reactúa sobre el partido y le exige una continua reorgani-
La fuerza de los partidos agrarios. U no de Jos fenómenos carac- zación y desarrollo, así como el desanollo del partido y del
terísticos de la época moderna es el siguiente: en los parlamen· Estado en concepción del mundo, es decir, en transformación total
tos, o al menos en una serie de ellos, los partidos agrarios tienen y molecular (individual) de los modos de pensar y de actuar,
una fuerza relativa que no corresponde a su función histórica, incide sobre el Estado y sobre el Partido, impulsándolo a reorga-
social y económica. Esto es debido al hecho de que en el campo nizarse continuamente y planteándole nuevos y originales proble-
se ha mantenido un bloque de todos los elementós de la produc- mas a resolver. Es evidente que tal concepción se ve obstmida en
ción agraria, bloque dirigido frecuentemente por la parte más su desarrollo práctico por el fanatismo ciego y unilateral de "par-
retardataria de estos elementos, mientras que en las ciudades y tido" (en este caso de secta, de fracción de un partido más amplio,
en las poblaciones de tipo urbano, ya desde bace algunas gene- en cuyo seno se lucha), es decir, por la ausencia tanto de una
raciones, un bloque similar se ha disuelto y a veces nunca existió concepción estatal como de una concepción del mundo que sean
(ya que no podía existir si no se ampliaba el sufragio electoral). capaces de crecimiento en cuanto son históricamente necesarios.
Ocurre asi que en palses eminentemente industriales, debido a La actual vida política ofrece un amplio testimonio de estas
la disgregación de los partidos medios, Jos agrarios tienen la ini- estrecheces y límitaciones mentales que, por otro lado, provocan
ciativa "parlamentaria" e imponen conductas políticas "antihistó- luchas dramáticas en cuanto constituyen el modo en que se ve-
ricas". Hay que analizar por qué ocurre esto y si no son respon- rifica prácticamente el desarrollo histórico. Pero el pasado, y el
sables de ello los partidos urbanos y su corporativismo o burdo pasado italiano que más interesa desde Maquiavelo en adelante,
economismo. no es menos rico en experiencias ya que toda la historia es tes-
timonio del presente.

Religión, Estado, Partido. En Mein Kampf, Hitler escribe: "La Cl/l$e media. Ef"sfgnifieado de la expresión "clase media" varía
fundación o la destrucción de una religión es un gesto incalcula- de un país a otro (como varia el concepto de "pueblo" y de
blemente más ímportante que la fundación o la destrucción de "vulgo", en relación con la vanidad de ciertos estratos sociales) y
un Estado; no digo de un partido ..." Superficial y falto de crí- por ello da lugar frecuentemente a equívocos muy curiosos (re-
tica. Los tres elementos: religión (o concepción del mundo "ac- cordar cómo el síndico Frola de Turín firmó un manifiesto en
tiva"), Estado y partido son indisolubles y en el proceso real inglés con el título de Lord Mayor).
del desarrollo histórico-político se pasa necesariamente del uno El término proviene de la literatura política inglesa y ex-
al otro. presa la forma particular del desarrollo social inglés. Parece que
En Maquiavelo, en los modos y en el lenguaje de la época, en Inglaterra la burguesía nunca fue concebida como una parte
se observa la comprensión de esta necesaria homogeneidad e in- integrante del pueblo, sino siempre como una entidad separada
terferencia de los tres elementos. Perder el alma para salvar a la de éste. En la historia inglesa ocurrió que no fue la burguesía
patria o al Estado, es un elemento de laicismo absoluto, de con- quien guió ·al pueblo haciéndose ayudar por él para abatir los
cepción del mundo positiva y negativa (contra la religión o privilegios feudales, sino la nobleza (o una fracción de ella), la
concepción dominante). En el mundo moderno, un partido es que formó el bloque nacional-popular contra la corona primero
tal -integralmente y nó, como ocurre, fracción de un partido más y contra. la burguesía industrial, después. Tradición inglesa de un

176 177
"torisrno" popular ( Disraeli, etc). Luego de las grandes reformas wya destrucción repercuta en el desastre de los individuos. Se
liberales, que adecuaron el Estado a los intereses y necesidades puede decir por ello que en tales multitudes el individualismo no
de la clase media, los dos partidos fundamentales de la vida polí- sólo no es superado sino que es exasperado por la certeza de la
tica inglesa se distinguieron por cuestiones internas de la misma impunidad y de la irresponsabilidad.
clase y la nobleza adquirió cada vez más un carácter particular Sin embargo, es una observación muy común la de que una
de "aristocracia burguesa" ligada a ciertas funciones de la SO· asamblea "bien ordenada" de elementos turbulentos e indiscipli·
cicdad civil y de la política (Estado) referentes a la tradición, nados se unifica en decisiones colectivas superiores a la media
la educación de la clase dirigente, la conservación de una menta· individual; la cantidad se transforma en calidad. Si así no fuese,
lidad dada que fuese una garantía contra los cambios bruscos, la no sería posible el ejército, por ejemplo; no serían posibles los
consolidación de la estructura imperial, etc. sacrificios inauditos que grupos humanos bien disciplinados sa·
En Francia, el término "clase medía" da lugar a equívocos, ben realizar en determinadas ocasiones, cuando su sentido de
no obstante el hecho de que la aristocracia haya conservado, en responsabilidad social es despertado con fuerza por el sentido
la realidad, mucha importancia corno casta cerrada. El término inmediato del peligro común y el porvenir aparece como más
es adoptado tanto en el sentido inglés corno en el sentido italiano importante que el presente.
de pequeña y medía burguesía. Se puede utilizar el ejemplo de un acto en una plaza que
En Italia, donde )a aristocracia feudal fue destruida por las es diferente de un acto en una sala cerrada y de un acto sindical
comunas (físicamente destruida en las guerras civiles, excepto en de categoría profesional y así sucesivamente. Una reunión de
la Italia meridional y en Sicilia), por cuanto falta la clase "alta" oficiales de Estado Mayor será muy diferente de una asamblea
tradicional, el término de "medio" ha bajado un peldaño. Clase de soldados de un pelotón, etc.
media significa "negativamente" no-pueblo, es decir, "no obreros Tendencia al conformismo en el mundo contemporáneo; más
y campesinos"; significa positivamente las capas intelectuales, los extensa y profunda que en el pasado: la estandarización del modo
profesionales, los empleados. de pensar y de actuar asume extensiones nacionales o directamente
Hay que anotar que el término "señor" se difundió en Italia continentales.
desde hace mucho tiempo para indicar también a los no-nobles; La base económica del hombre-colectivo: grandes fábricas,
el don meridional, galantuomini, civíli, borghesi, etc; en Cerdeña, taylorización, racionalización, etc. Pero en el pasado ¿existía o no
el campesino, aunque sea rico, nunca es un ~'señor'~, etc4 <'1 hombre colectivo? Existía bajo la forma de dirección carismá-
ticn, para hablar corno Michels: se obtenía w1a voluntad colectiva
bajo el impulso y la sugestión inmediata de un "héroe", de un
El hombre individuo y el hombre masa. El proverbio latino: hombre representativo; pero esta voluntad colectiva se debía a
Senatores boni viri se1Ultus mala bestia se ha convertido en un factores extrínsecos y se componía y descomponía continuamente.
lugar común. ¿Qué significa este proverbio y qué significado tuvo? El hombre-colectivo moderno, en cambio, se fomm esencialmente
Significa que una multitud de personas dominadas por intereses desde abajo hacia arriba, sobre la hase de la posición ocupada por
inmediatos o presa de la pasión suscitada por impresiones del la colectividad en el mundo de la producción. El hombre repr<..~
momento, transmitidas sin crítica alguna de boca en boca, se sentativo dcsc•mpcña aún hoy una función en la formación del
unifica en la decisión colectiva peor, en la que corresponde a los hombre-colectivo, pero muy inferim· a In desempeñada t'n d pasa-
más bajos instintos bestiales. La ohservación es justa y realista do, tanto que puede desaparecer sin que el cemento colectivo se
en cuanto se refiere a los grupos casuales, reunidos corno "una deshaga y la construcción caiga.
multitud durante un aguacero bajo un tinglado", compuestos por Se dice que "los científicos occidentales consideran que la psi-
hombres no ligados por responsabilidades hacia los otros hombres que de la masa no es más que el resurgir de los antiguos instintos
o grupos de hombres, o hacia una realidad económica concreta, de la horda primitiva y, por lo tanto, un regreso a estadios cultu·

178 179
raJes desde hace tiempo superados"; esto debe ser referidp a la cología"? Es una púdica forma velada ele indicar la "política",
llamada "psicología de las multitudes", vale decir, de las multitu· una determinada situación política. _
des casuales y la afinnación es seudocientifica; está ligada a la Ya que con frecuencia se entiende por "política" la acción
sociologla positivista. de las fracciones parlamentarias, los partidos, los periódicos y, en
Sobre el "conformismo" social es preciso señalar que la cues- general, toda acción que se realiza según una directiva evidente y
tión no es nueva y que la alarma lanzada por ciertos intelectuales predeterminada, se da el nombre de "psicología" a los fenómenos
es simplemente cómica. El conformismo existió siempre: se trata elementales de las masas, no predeterminados, no organizados, no
hoy de lucha entre "dos conformismos", es decir de una lucha de dirigidos evidentemente, los cuales manifiestan una fractura de la
hegemonía, de una crisis de la sociedad civil. Los viejos dirigentes unidad social entre gobernantes y gobernados. A través de estas
intelectuales y morales de la sociedad sienten que les falta el te- "presiones psicológicas" los gobernados expresan su desconfianza
rreno bajo los pies, se dan cuenta de que sus "prédicas" se han en los dirigentes y exigen que sean cambiadas las personas y las
transformado precisamente en "prédicas", en cosas extrañas a la direcciones de la actividad financiera y, por ende, económica. Los
realidad, forma pura sin contenido, larva sin espíritu; de ahí, por ahorristas no invierten sus ahorros y los retiran de determinadas
consiguiente, su desesperación y sus tendencias reaccionarias y actividades que aparecen como particularmente riesgosas, limi-
conservadoras. Ya que se descompone la particular forma de ci- tándose al logro de intereses míniroos y también a intereses cero;
vilización, de cultura, de moralidad que ellos representaron, gritan algunas veces prefieren perder directamente una parte del capital
la muerte de toda civilización, cultura y moralidad, exigen me- para asegurar el resto.
didas represivas del Estado y se constituyen en grupos de resis- ¿Puede bastar la "educación" para evitar estas crisis de des-
tencia apartados del proceso histórico real, aumentando de tal confianza general? Son sintomáticas precisamente porque son
manera la duración de la crisis, puesto que la superación de un "generales" y contra la "generalidad" es difícil educar en una
modo de vivir y de pensar no puede verificarse sin crisis. Por otro nueva confianza. La frecuente sucesión de tales crisis psicológicas
lado, los representantes del nuevo orden en gestación difunden indica que un organismo está enfermo, o sea que el conjunto so-
utop1as y planes descabellados. ¿Cuál es el punto de referencia cial no está ya en condiciones de generar dirigentes capaces. Se
para el nuevo mundo que se gesta? El mundo de la producción, trata, por consiguiente, de crisis políticas y tam hién politico-so-
del trabajo. El máximo utilitarismo debe estar en la base de todo ciales del reagrupamiento dirigente.
análisis de las instituciones morales e intelectuales por crear y
de los principios por difundir. La vida colectiva e individual debe
ser organizada para obtener el máximo rendimiento del aparato Historia política e historia militar. En el Marzocco del 10 de
productivo. El desarrollo de las fuerzas económicas sobre nuevas marzo de 1929 se analiza un artículo de Ezio Levi en la Glosa
bases y la instauración progresiva de la nueva estructura sanea- Perenne sobre los almogávares, que es muy interesante por dos mo-
rán las contradicciones que sin duda aparecerán y, habiendo creado tivos. Por un lado, los almogávares -tropas ligeras catalanas, adies-
un nuevo "conformismo" desde abajo, permitirán nuevas posibili- J tradas en las ásperas luchas de la "reconquista" para combatir
dades de autodisciplina, es decir, de libertad también individual.
i contra los árabes utilizando sus formas, o sea en orden disperso,
sin una disciplina de guerra, pem con ímpetu y emboscadas, con
aventuras individuales- señalan la introducción en Europa de una
Psicología y política. Especialmente en los períodos de crisis fi-
nanciera se oye hablar profusamente de "psicología" como de una
causa eficiente de determinados fenómenos marginales. Psicología
(desconfianza), pánico, etc. ¿Pero qué significa en este caso "psi·
l nueva táctica, que puede ser parangonada a la de los ~arditi",
aunque en condiciones diferentes. Por otro lado, según algunos
eruditos los almogávares señalan la aparición de las compañías de
mercenarios. Un cuerpo de almogávares fue enviado a Sicilia por
los aragoneses para las guerras de las Vísperas. Concluida la guerra,

180 181
1
·una parte se dirigió a Oriente al servicio del basileus del Imperio
Bizantino Andrónico. La otra parte fue enrolada por Roberto tico que condujo al pasaje, también en la política, de la guerra de
de Anjou para la guerra contra los gibelinos toscanos. Como los movimiento a la guerra de posición y de asedio.
almogávares llevaban capas negras, mientras que los florentinos, en
procesión o en "ca bailada" vestían camisa blanca con cruces o con
IJna máxima del mariscal C..avíg]ia: "La experiencia de la mecá-
lirios, habría nacido de aquí, según Gino Masi, la denominación
nica aplicada de que la fuerza se agota alejándose del centro de
de blancos y negros. Cierto es que, cuando los angevinos dejaron
Florencia, muchos almogávares quedaron a sueldo de la comuna, producción es dominante en el arte de la guerra. El ataque se
renovando de año en aíio su "conducta". agota avanzando; por ello la victoria debe ser buscada lo más
posible en la proximidad del punto de partida". 16 Máxima similar
La "compañía de mercenarios" nace así como un medio para en Clauscwitz. Pero el mismo Cavíglia señala que las fuerzas de
determinar una mptura del equilibrio en la relación de las fuerzas choque deben ser ayudadas por las tropas de maniobra: las fuerzas
políticas a favor de la parte más rica de la burguesía y en per- de choque tienden a detenerse luego de obtenida la "victoria"
juicio de los gibelinos y de las clases bajas. inmediata en el objetivo de romper el frente adversario. Una ac-
ción estratégica con fines no territoriales sino decisivos y orgánicos
puede ser desarrollada en dos momentos: con la ruptura del frente
Sobre el desarrollo de la técnica militar. El rasgo más caracte- adversario y con una maniobra sucesiva, operaciones ambas asig-
rístico y significativo del estadio actual de L'l técnica militar y por nadas a tropas distintas.
ende también de la dirección de las investi"'aciones científicas en La máxima, aplicada al arte político, d'3be ser adaptada a las
'"
cuanto están ligadas al desarrollo de la técnica militar (o tienden
, diversas condiciones; pero queda firme la consideración de aue
a este fin), debe ser buscado en lo siguiente: en el hecho de que entre el punto de partida y el objetivo es necesaria la existen~ia
la técnica militar en algunos de sus aspectos tíendc a volverse in- de una gradación orgánica, es decir de una serie de objetivo:S
dependiente del conjunto de b técnica general y a convertirse en parciales. .
una actividad aparte, autónoma. Sentencias tradicionales que corresponden al sentido común
Hasta la guerra mundbl, la tecnica militar era una simple de las masas de hombres; "Los generales -dice Jenofontc- deben
aplicación especializada de la técnica general y por lo tanto la adelantarse a los demás no en la suntuosidad de la mesa y en los
potencia militar de un Estado o de un grupo de Estados (aliados placeres, sino en la capacidad y en las fatigas". "Difícilmente se
para integrarse rccéprocamente) podía ser calculada con exactitud puede inducir a los soldados a sufrir las penurias y las privaciones
casi matemática sobre la base de la potencia económica (industrial, que derivan de la ignorancia o de la culpa de su comandante;
agrícola, financiera, técnico·ctlltural). De la guerra mundial en pero cuando son producto de- la necesidad, cada uno está dis-
adelante, este cálculo ya no es posible, al menos con igual exac- puesto a sufrirlas." "Atreverse con el propio peligro es valor, con
titud o aproximación y esto constituye la más formidable incógnita el de los demás es arrogancia" ( Pictro Colletta).
de lu actual situación político-militar. Como punto de referencia Diferencias entre atrevimiento o intrepidez y coraje: el pri-
basta mencionar algunos elementos: el submarino, el avión de mero es instintivo e impulsivo; el coraje, en cambio, es adquirido
bombardeo, los gases y medios químicos y bacteriológicos aplica- con la educación y a través de- los hábitos. La larga permanencia
dos a la guerra. Colocando la cuestión en sus ténnínos límites,
\ en trinchera requiere "coraje", es decir perseverancia en la íntri-
por el absurdo, se puede decir que Andorra puede producir medíos pidcz, que puede ser dada por el terror (certeza de morir si no
bélicos en gas y bacterias como para exterminar a toda Francia. se permanece alli) o por la convicción de hacer algo necesario
Esta situación de la técnica militar es uno de los elementos que (coraje).
más "silenciosamente" operan en la transformación del arte polí-
1
H: Le tre buttaglie del Pi.ace, p. 244.

182
1 183
Las "contradicciones" del historicismo y sus expresiones literarias asume una forma superio r, r¡m' es preciso analiza r, a partir de las
(ironín, sarcasmo). Véase las publicaciones de Adriano Tilgher ideas de Burzio ).
contra el historicismo. De un artículo de Bonave ntura Tecchi ("TI Según el escrito de Tccehi parece que Bunio utiliza con fre-
demiur go di' Burzio", Italia Letteraría, 20 de octubre de 1929) cuencia el elemento ·~ironía', como característica (o una de las
son extraídas algunas ·ideas de Filippo Burzio que parecen mos- caracte rísticas ) de la posició n referida o conden sada en la afir-
trar una cierta profun didad (si se hace abstrac ción del lenguaj e mación "estar por encima de las pasiones y los sentimientos aun
forzado y de las construcciones de tendenc ia paradó jico-lit eraria) probándolos". Parece eviden te que la actitud "irónic a" no pucde
en el estudio de las contradicciones "psicológicas", que nacen en ser la del jefe político o militar c•n relación con las pasiones y sen-
el terreno del historicismo idealista, pero tambié n en el del his- timientos de los partida rios y dirigidos. La "ironía " puede ser
toricismo integral. justa como actitud de cada intelect ual individ ual, es decir sin rc.s-
Es preciso medita r sobre la afirmación: "estar por encima de ponsab ilidad inmedi ata aunque sea en la construcción de un mundo
las pasiones y los sentimientos, atm probán dolos", de la que pue- cultura l o para indicar el distanc iamien to del artista dd conten ido
den sacarse numerosas consecuencias. El nudo de las cuestiones sentim ental de su creació n (que puede "sc¡1tir" mas no "condivi-
que surgen a propósito del historlcismo y que Tilghe r no logra dir", o puede condividir pero de una forma intelec tualme nte más
desentr añar está justame nte en la compro bación de que "se puede refinad a). Pero en el caso de la ,tcción histórica, el elemen to
ser al mismo tiempo crítico y hombre de acción, de manera que "ironía " sólo sería literari o o intelect ualista e indicar ía una forma
un aspecto no sólo no debilite al otro, sino que por el contrar io de separac ión vincula da sobre todo al escepticismo de dilettan te,
lo convalide". Tilgher escinde muy superficial y mecáni cament e los debido en mayor o menor medida a las desilusiones, al cansancio,
dos términos de la persona lidad human a (dado que no existe ni al "superh ombris mo".
existió jamás el hombre purame nte crítico y el hombre purame nte
Por el contrar io, en el caso de la acción histórico-política, el
pasiona l), cuando se trata por el contrar io de determ inar cómo se
elemen to estilístico adecua do, la actitud caractc rístka de la sepa-
combin an estos dos términos en los distintos período s históricos,
ración-comprensión, es el "sarcasmo" y, aun bajo una forma deter-
tanto en los individuos como en los estratos sociales (aspect o de minada , el "sarcas mo apasionado", En los fundad ores de la filosofía
la cuestión de la función social de los intelec tuales) , haciend o
de la praxis se encuen tra la expresión más alta, ética y estética-
prevale cer (aparen tement e) un aspecto o el otro (se habla de
mente, del sarcasm o apasion ado. Otras formas. Frente a las creen-
épocas de crítica, de épocas de acción, etc.). 1\las no parece que
cias e ilusioues popula res (creenc ia en la justicia, la igualda d y
ni siquier a el mismo Croce haya analiza do a fondo el problem a
la fratern idad, es decir, en los elemen tos ideológicos difundi dos
en los escritos donde quiso determ inar el concep to de "polític a·
por las tendenc ias democr áticas derivad as de la Revolu ción fran-
pasión". Si el acto político concreto, como dice Croce, se realiza
cesa) existe un sarcasm o apasion adamen te "positivo", creador ,
en la persona del jefe político, es preciso observa r que la carac-
progresista. Se compre nde que no se quiere cscarn<'cer el senti-
terística del jefe como tal no es por cierto la pasión, sino el cálculo
miento más íntimo de aquellas ilusiones y creenci as, sino su forma
frío, preciso, objetivamente casi impersonal, de las fuerzas en lu-
inmedi ata, ligada a un determ inado mundo "caduco", al tufo de
cha y de sus relaciones (y tanto más esto vale si se tratH de política
en su forma más decisiva y determ inante: la guerra o cualqu ier
j cadáve r que rezuma a través de los ufeites humani tarios de los
profesionales de los "principios inmortales". Porque existe tambié n

l
otra forma de lucha armada ). El jefe suscita y dirige las pasiones,
un sareasmo de "derech a", que rarame nte es apasion ado, pero que
pero él mismo no es "inmun e'' a ellas o las domina para desenca -
siempr e es "negativo", escéptico y destructivo no sólo de la "for-
denarla s mejor, refrenarlas en el momen to dado, disciplinarlas, etc.
ma" conting ente, sino del conteni do "human o" de aquellos senti-
Debe conocerlas, como elemen to objetivo de hecho, como fuerza,
mientos y creencias. (Y a propós ito del atribut o "human o" se pue-
más que "sentirlas" inmedi atamen te. Aunqu e sea con "gran sim·
de ver en algunos libros, pero especia lmente en La sagrada fa-
patía" debe conocerlas y compre nderlas (y entonce s la pasión

184 1 185
milia, qué significado es preciso asignar le.) Se trata de dar una la sincerid ad, de la convicción profun da opuesta al papaga yismo
nueva forma al núcleo vivo de las aspiraciones conteni das en
y al mecani cismo) .
aquellas creencias (y por consigu iente de innovar , determ inar
Desde este punto de vista es preciso examin ar las últimas
mejor aquellas aspirac iones), y no de destruir las. El sar~asmo de anotaci ones de Croce en el prefaci o de 1917 al volume n sobre El
derecha trata, en cambio , de destrui r justame nte el contem do de las
materialismo hist6rico, donde se habla de la "maga Alcina" y al-
aspiraciones (pero no -entend ámono s ~ien- e.~ las ma~a~ P?PU- gunas observaciones sobre el estilo de Loria. Véase tambié n el
lares, puesto que entonce s se destrui na tamb1e n el cnsban~~mo ensayo de Mehrin g sobre la "alegor ía" en el texto alemán , etc."
popular , sino en los intelec tuales) , y por ello el ataque a la for-
ma" no es más que un expedie nte "didáct ico".
Con1 o sien1prc ocurre, las primeras manife stacion es originales
Fetichismo. Cómo se puede describ ir el fetichis mo. Un organis-
del sarcasmo tuvieron imitado res y papaga yos; el estilo se trans-
mo colectivo está constitu ido por individ uos que lo forman en
formó en una "estilística", llegand o a ser una suerte de mecanis-
cuanto se dan y aceptan activam ente una jerarqu ía y una dirección
mo, un anagram a, una jerga que podía dar lugar a observaciones
determ inada. Si cada uno de los compon entes concibe al organismo
punzan tes (por ejemplo, cuando_ la "palabr a ·:.civiliz~ción" está
colectivo como una entidad extraña a sí mismo, es evident e que
siempre acompa iíada por el adjetivo sediCente , es hc1to pensar
este organis mo no existe más de hecho, sino que se transfo rma
que se cree en la existencia de una "civilización" ejempla r, abs-
en un fantasm a del intelect o, en un fetiche. Hay que estudia r si
u·acta, o al menos que se compor ta como si se lo creyese ; y, de
este modo de pensar, muy difundi do, no es un residuo de la tras-
ese modo, de la mental idad crítica e historicista se pasa a la men-
cenden cia católica y de los viejos regíme nes paterna listas y se
talidad utópica ). En la forma origina ria el sarcasmo debe ser
aplica común mente a una serie de organismos como el Estado , la
conside rado como una expresi ón que pone de relieve las contra-
Nación , los partido s políticos, cte. Es natural que suceda en la
dicciones de un período de transición; se trata de mantenc_r . el
Iglesia, ya que, al menos en Italia, el trabajo secular del Centro
contact o con las expresiones subalte rnas humana s de las vieJaS
vatican o para liquida r toda traza de democr acia interna y de in-
concepciones y al mismo tiempo se acentú a la separac ión de las
expresiones domina ntes y dirigen tes, en espera de que las nuevas tervenc ión de los fieles en la activid ad religiosa ha sido plenam ente
concepciones, con la solidez adquiri da a través ~el des_arrollo logrado y se transfo rmó en una segund a natural eza de los fieles,
histórico domine n hasta adquiri r la fuerza de las creenci as po- aunque haya determ inado precisa mente esa forma especial de ca-
pulares,_' Estas nuevas concep ciones fueron ya adquiri das sólida- tolicismo que es propia del pueblo italiano .
mente por quien adopta el sarcasmo, pero deben ser ~xpresa~.as Y Lo sorpren dente y caracte rístico es el hecho de que este tipo
de fetichismo se reprodu zca en la conside ración de los organismos
divulga das en actitud "polémica", de otra manera sena una uto-
"voluntarios", no "públic os" o estatale s, como los partido s y sin-
pla" porque aparecería como ~'arbitrio" in~i~idu~l .o d~. cenácu lo.
dicatos. Se es inducid o a conceb ir las relaciones entre el individ uo
Por otro lado, por su misma natural eza, el h1stonciSmO no puede
y el organis mo como un dualism o, y a una actitud crítica exterior
concebirse a sí mismo como ca paz de ser expresa do en forma
del individ uo hacia el organis mo (si la actitud no es de una ad-
apodíct ica o predica tiva y debe crear un gusto estilístico nuevo,
miració n entusia sta, falta de crítica) . De todas manera s una re-
hasta un lenguaj e nuevo como medios de lucha intelect ual. El
lación fetichis ta. El individ uo espera que el organismo actúe aun-
"sarcasmo" ( eomo la "ironía " en el plano literario más restring ido !
de la educac ión de pequeñ os grupos ) aparece por lo tanto como
11 Fro.nz Mehring, Karl 1-.Iarx als Denker
el compon ente literario de una serie de exigencias teóricas y prác- Mensch und Revolutioniir. Ein
1 Sammelbuch herausgegeben van D. Riazanov, Viena, 1928. (N. del
ticas que superfi cialmen te pueden aparece r :;omo. inexo~able,;nente
contrad ictorias ; su elemento esencial es el apaswn amwnt o , que
¡ De este libro existe una versión castellana: Marx como hombre,
!J recolucionarío, Lautaro, Buenos Aires, 1946. El trabajo al
E.)
pensador

se transfo rma en criterio de la potenci a estilística individ ual (de l de b cit. edición. (N. del T.)
cual se refiere
Grarnsci se Barna Carlos Marx y la alegoría, por Franz Mehring, pp.
47-53,

186
1
que él no lo haga y no reflexiona que por ser la suya una actitud Maquiavelismo y antimaquiavelismo. Charles Benoist escribe en
muy común, el organismo es necesariamente inoperante. Por otro el prefacio a Le rnachial>é/isrne. Prerniere Partie: Avant Machiavel
lado, hay que reconocer <1ue estando muy difundida una concep- (París, Plan, 190i): "Hay maquiavelismo y maquiavelismo; hay
ción determinista y mecánica de la lústoria (que pertenece al un maquiavelismo verdadero y uno falso; hay un maquiavelismo
sentido común y estú ligada a h pasividad de las grandes masas que es de ~.laquiavelo y otro que algunas veces es de sus discípu-
populares), al observar cada individuo que no obstante su falta los, pero mas frecuentemente de los enemigos de Maquiavelo; son
de intervención algunas cosas ocurren, termina pensando que por ya dos, o ;nejor tres maquiavelismos: el de Maquiavelo, el de los
encima de los individuos existe una entidad fantasmagórica, la maqwavelistas y el de los antímaquiavelístas. Pero he aquí un
abstracción del organismo colectivo, una especie de divinidad cua~to: el. de quienes jamás leyeron una línea de Maquiavelo y
autónoma, que no piensa t:On ninguna cabeza concreta, pero que s~ suven. moportunamente de los verbos ( 1), sustantivos y adje-
sin embargo piensa, que no se mueve con determinadas piernas tivos ,denvados .de su nombre. Es por ello que Maquiavelo no
de hombres, pero que se mueve, etc. deb~na ser considerado responsable de todo aquello que después
Podría parecer que algunas ideologías, como la del idealismo de el se complacieron en hacerle decir el primero o el último re-
actual (de G go Spirita), que identifican individuo y Estado, de- . cién llegado". Un poco baboso este señor Charles Benoist.
berían reeducar las conciencias individuales; pero no me parece
que esto ocurra en los hechos, ya que la identificación es mera-
mente verbal y verbalista. Y lo mismo puede decirse de toda
forma de "centralismo orgánico" fundado en el pr<c'Supuesto -VCl'-
dadero sólo en momentos excepcionales de enardecimiento de las
pasiones populares- de que la relación entre gobernantes y go-
bernados está dada por el hecho de que los gobernantes concretan
los intereses de los goben•ados y "deben" por lo tanto lograr su
consenso. O sea que debe verificarse la identificación del indivi-
duo con el todo, siendo el tod<' (cualquiera que fuese el organis-
mo) representado por los dirigentes. Así como para la Iglesia
católica un concepto tal no sólo es útil sino necesario e indispen-
sable -toda forma de intervención desde abajo disgregaría a la
Iglesia, como se observa en las Iglesias protestantes-, para otros
organismos es una cuestión vital el logro de un consenso no pasivo
e indirecto, sino activo y directo, o sea la participación de los in-
dividuos, aunque esto provoque la apatiencia de disgregación y
de tumulto. Una conciencia colectiva y un organismo viviente se
forman sólo después de que la multiplicidad se ha unificado a tra-
vés de la fricción de los individuos y no se puede afirmar que el "si-
lencio" no sea multiplicidad. Una orquesta en la que cada instru-
mento ensaya por su cuenta, da la impresión de la más horrible
cacofonía; estas pruebas, sin embargo, son la condición necesaria
para que la orquesta actúe como un solo "instrumento".

188
189
Miscelánea

Def'ech.o naturaL Una de las tácticas de los teóricos de origen nacionalista


(por ej., Maravtglia) es la de contraponer la historia al derecho naturaL
¿Pero qué significa tal contraposiC'ión? Nada. o sóio confusión en el cerebro
del escritor. El "derecho natural" es un elemento de la historia; :indica un "sen~
tido común político" y "soci..1l" y <.Timo tal es un fermento de aLtívidad. La
cuestión podría ser la siguiente: que un teórico explique los hechos me-
diante el Hamado ·~derecho natural". pero éste es un problema de carácter
lndívidttal, de cdtica a obras individuales. etc., y en el fondo no es más que
11na crítica al "moralismo" corno canon de interpretación 11istórica. Robe che
ha la ba.rba. Pero en realidad, por dehnjn de este dt•sprop(,sito existe 11n
interés concreto: el de querer sustituir un "'derecho natmal'" por otro. Toda
)a historia nacionalista (no está basada en los "derechos naturales'? Se
quiere sustituir el nmdo de pensar ''popular'» por otro no popular, tan falto
ele critica como el primero.

Eleccirmes, En un peri6dico pol.1co ( b C(lzeta Polska, de los 6.ltimos clbs


de cneto o de los primero.'\ días de febrero de 1933) se ("ncncntw este ennn~
dado: "El poder se conquista siempre con un ~ran plebiscito. Se vota con
las papeletas o con los bahuos. El llrimer método es cuantitativo, el segun-
do cu::d¡tJ.\tivo. Para el primero es preciso contar con la mayorin de los hom-
bres comunes, para el segundo t;;On la minoría de las gt<Hldes individualidades··,
Algo de vcrd~1d ah0gada en un mar de despropó.<>itos. (,Por qHé los "ha-
lazos" dchcn (;oineidir siempre con las gr;mdes individualidades? ¿,Por qué el
que dispau debe ser sien1pre uno fuC'rte personalidad? Frecuentemente, estas
personaHdadés fuertes se alquilan por pocas n1oncdas diarias, es dedr que, con
frecuencia; los "balazos" son mas económicos que 1us elecciones; he aqni todo.
Luego del sufragio universctl, corromper al electorado se ha ·vuelto más bien
can); con veinte liras y nn fusil se desbandan 20 electores. La ley de la
ganancia ftmciona también entre las ''personalid.1des fuertes'~ de las que
habla b Ga=eta Polska.

191
E:rito "práctico" de Maquiaoelo. Carlos V lo estudiaba. Enrique IV. Slx-
to V hizo un resumen de él. Catalina de Médlcis lo llevó a Francia y quizá se Hegemonla Y democracia. Entre tantos significados de la palabra demo·
inspiró en él para la lucha contra los hugonotes y la matanza de San Bartolomé. crac1 ~· me parece que el ma; realist:l. y concreto es e1 i}ue se puede extraer en
Ricbelieu, etc. Es decir que Maquiavelo sirvió realmente a los Estados abso- relaCIÓ~ con el concepto d;. 'hegemonía". En el sistema hegemónico emte de-
lutos para su formación, porque era la expresión de la "filosofía de la época", mocraCia entre el grupo d'?gente y los grupos dirigidos en la medida en que
europea más que italiana. el desarrollo de la economm y por constguiente de la legis1aci6n que expresa
Maquiavelo como figura de transición entre el Estado corporativo repu- tal desarrollo, favorece el pasaje (molecular) de los grupos diri~idos al grupo
blicano y el Estado monárquico absoluto. No sabe separarse de la repú.blica, dmgente. E~ el Imperio Romano existía una democracia imperio-territorial
pero comprende que sólo un monarca absoluto puede resolver los problemas "".la concesión de la ciudadania a los pueblos conquistados, etc. No podía
de la época. Habr[a que anaUzar esta disidencia trágica de la personalidad exiStir d,emocracla en e) feudalismo por la constítución de los grupos cerra-
huroa:na maquiavélica (del hombre Maquiavelo). dos, etcetera..

Tomando los términos de la afirmación de Foscolo en los Sepolcrl, de que


Maquiavelo "temprando la scettro al regnatori -gil allor ne sfronda, ad a!le Alg_unas ~atuas de, err~~, Un g.obierno, o un hotn.bre político, o un gru 0
socu:l ~phca una dispostcion polttica y económica. Se extraen de allí demas~­
gentl•cela -<li clw lacrlme grondi e di clw Mngue", se podría hacer una colec- do fac¡]mente las. .conclusiones generales de interpretaCJ'ón d e ¡a rea]'dad
ción de todas las máximas "universales" de prudencia politiCli contenidas en . 1 pre-
sente Y de prev1ston en el desarrollo de esta realidad. No se tiene bastante
los escritos de Maquiavelo y ordenarlas con un comentario oportuno (quizás
en cuenta el hecho de que la dísposici6n aplicada la iniciativa promovida etc
exista ya una colección de este tipo).
P~ed~n deberse ~. un error ?e cá_Jc~lo y no re~resentar ninguna ..acti~idad
hi."t?tiCa ~oncreta · En la v1da biStorica como en la biológíca, junto a Jos
na~1dos Vlvos_, se hnlbn l~s alXJrtos. Historia y política estén estrechamente
Scbopenbauer compara la eoseiiJlnm de la ciencia politica de Maquiavelo unida~ o, meJor, son Ia Imsma cosa, pero es preciso distinguir entre la corui~
con la impartida por el maestro de esgrima que enseiiJl el arte de matar (pero d_~ac1ón de los he~ms históríc_os y de los hechos y actos políticos. En la histo-
también el de no dejarse matar), mas no por ello enseña a convertirse en sica- n~, dadad su am!'l;a_ P_erspechva hacia el pa~ado y dado que los resultados
rios y asesinos~ mL'lmos e 1as mtcultlvas son un documento de la vitalidad h.ist6ric.<t se
cometen menos errores que en la apreciación de los hechos y actos poHt'icos
~n .;urso. ~1 .gran político debe por ello .ser ..cultisimo'', es decir. dehe •ccono-
Bacon llamó "Reyes Magos" á los tres reyes que actuaron más enérgicamente ;~r el ,r;taxuno ~C}e el.e~e~.tos de la vida actual; conocerlos no en forma
para la fundación de las monarquía absolutas: Luis XI en Francia, Fernando hbresca • co.~~.w" .~.~d.~cion :_sino de una manera '"viviente'~, como sustancia
el Católico en España, Enrique VII en lngalterra. Felipe de Cnmmynes ( 1447- concre~ d~ . m .. tuc1on ... po~ü_ca .,< sfu, embargo~ para que se transformen en
~stane1 ~')Vlvtente de mtu1c1ón sera preciso aprenderlos también ..libres~
1511), al servicio de Carlos el Temerario hasta 1472; en 1472 pasa al servicio
de Luis XI y es instrumento de la política de este rey. Escribe la Chronique 1
.....mene •
de Louis XI, publicada por primera vez en 1524. (Una mercader de Tours
que demandó a Cnmmynes Cllilndo éste cayó en desgracia, sosteniendo haber
sido muy perjudicada en un contrato estipulado bajo Luis XI. escribió en Lucha de g~~era~r:cs. El hecho de que la vieja generación no logre guiar
su memoria jurídica: "le sieur á: Argentou qui pour lars était roy"). Estudiar ~ la. ge~~ac1on_ ~as JOVen es también, en parte, la expresión de la crisis de la
las posibles relaciones de Maquiavelo con Commynes. ¿Cómo apreciaba l~Stltuc10n fam1~1~r y de la ~ueva situación del elemento femenino en la socie~
Maquiavelo la actividad y la función de Commynes bajo Luis XI y posterior· ~-:d. La educacm~ de los h1¡os es confiada t.""ada vez más al Estado o a inicia~
mente? tivas escolares pnvadas Y esto determina un empobrecimiento ·'sentimental"
con respect.o al pasado y 1m::\. mecanización de la VI'da Lo más
] 6 · · grave es que
a ?enerac1 n ancrana renuncia en detenninadas situaciones a su tarea edu...
El poder Indirecto. Una serie de manifestaciones en las cuales la teoria y la cuhva,. sobre la base de teox:ías mal comprendidas o aplicadas a situacio-
práctica del poder indirecto, de la esfera de la organización eclesíástica y de i r~es diferentes de las que le dl(~ron nacimiento. Se cae también en formas re-
su.s relaciones con los Estados, son aplicadas a la relaciones entre partido y \erentes del Estado: en re;tlidad, todo elemento social homogéneo es "E:.iado~*,
partido; entre grupos intelectuales y económicos y partidos, etc. Un caso representa al Estado, en cuanto se adhiere a su programa; de otra manera se
clásico es el de la tentativa de L'Action Fra"><'ise y de sus jefes ateot~ e incró-
1 confunde al] Estado t'On la burocracia estatal ' Cada "'udadano "f ·
! ' ·~ . 'd · """ < es UDClOna-
dulos, que trataron de valerse de las masas católicas organizadas por la Acción riO . sr en a v1 a soc:tal es activo el'\ b dirección trazada por e] Estat to-
1 gobwmo Y es tanto más ..funcionario" cuanto más se adhiere al progr:
Católica como tropa de m¡miobra en favor de la monarquía. ! estatal y lo elabora inteligentemente. ma
192
j 193
Sociedad civil ~ sociedád política. Separación de la sociedad civil y de la minante'~.,. que produce inmediatamente el acontecimiento y es resultante
sociedad política: se ha planteado un nuevo problema de hegemonía, es decir,
general y concreta de la causa eficiente, la precipitación concreta de los
la base histórica del Estado se ha desplazado. Se da una forma extrema de so-
elementos realmente activos y necesarios de la causa eficiente para producir
ciedad política: o para luchar contra lo nuevo y conservar lo que vacíla con- la detenninación.
solidándolo coercitivamente, o como expresión de lo nuevo para destruir las
Causa eficiente y causa suficiente.,. es decir, "totalmenten eficiente: o el
resistencias que encuentra en su desarrollo.
menos suficiente en Ia direccJ6n necesaria para producir el acontecimiento,
Naturnhnente, estas distinciones pueden tener diversos momentos o gra-
dos. Es necesario estudiar si cada momento es eficiente {suficiente) y deter~
Sorel y los jacobinos. Un juicio de Proudhon sobre los jacobinos: '"El ja- minante para el pasaje de un desarrollo a otro o sí, por el contrario, puede
cobinismo en 'la aphcadón del absolutismo de derecho divino a la soberanía ser destruido antes de su "productividad ....
popular• - ~El jacobinismo se preocupa poco del derecho; procede voluntaria-
mente por medios violentos; ejecuciones sumarias. La revolución es, para ellos,
golpes rápidos~ razz.ias, empréstitos forzosos, depuraciones, el t~or.. Descon-
Historia y ••progrruoJ», La historia ha alcanzado un cierto estadio; debido a
fiado, hostil a las ideas, se refugia en la hipocresía y en el maqmavehsmo: los
jacobinos son los jesuitas de la Revolución'". Estas definiciones son extraídas
esto es antihíst6rico todo movimiento que aparece en contradicción con dicho
estadio, en cuanto ureproduce., un estadio precedente; en estos casos se llega
del libro La fustice dans la Réoolution. La actitud de Sorel contra los jaco-
a hablar de reacción, etc. La cuestión nace de no concebir la historia como
binos es tomada de Proudhon.
historia de las clases. Una cJase ha alcanzado un cierto estadio, construyó una
cierta forma de vida estatal; la clase dominada~ que se rebela~ en cuanto des-
truye esta realidad adquiridat ¿es por ello reaccionaria? Estados unitarios, mo-
Maquiatelo y Manzoni. Algunas menciones de Maquiavelo de parte de vimientos, autonomistas; el Estado unitario constituyó un progreso histórico
Manzoni se pueden encontrar en 1o:; CoUoqui col Manz;oni, de N. Tommaseo, necesario, mas no por ello se puede decir que todo movimiento tendiente ~
publicados por primera vez y comentados púr Teresa Lodi, G. C. San~ destruir los Estados unitarios sea antihistórico y reaccionario; si ]a clase
soni Florencia 1929. De un artículo de G. S. Gargano en el Marzacco del 3 de dominada no puede alcanzar su hlstoricidad de otra manera que destruyendo
febr~ro de 1929 "Manzoni in Tommaseo"j tran¡¡cribo este fragmento: "Es asi- esta envoltura, significa que se trata de una ••unidad~' administrativo-militar~
mismo atribuído' a Manzoni el juicio sobre Maquiavelo, cuya autoridad colmó fisc..1.l y no de nna nunidad" moderna. Puede suceder que la creación de tal
de prej;Iicios las cabezas italianas y cuyas m~xima.s algunos r~pctían sin. osar unidad moderna exija que sea destruida la ••unidad..,. formal precedente~ etc.
adoptarlas y algunos adoptaban sin os~~. dectrlas, ~ son los hbe~a1es qme_n~ Dónde existe más rmidad moderna; ¿en la Alemania "federar~ o en la Españtt
las repiten y el rey quien las udopta . Este ultimo comentano es qmzas "unitaria'~ de Alfonso y de los jesuitas propietarios generales? Esta obser-
del que transcribe, el cual agrega qne Manzoni tenía muy poca fe e~ ~as v~ción puede ser extendida a muchas otras manifestaciones históricas, por
garantías de los estatutos y en la potencia de !os ParJamentos Y que su umco eJemplo, al grado de ·\::osmopolitis:mo., alcanzado en los diversos períodos
deseo por entonces era el de hacer a la Nación una y potente aun a costa de del desarrollo cultural internacional. En el 1700 el cosmopolitismo de los
la libertad ..aun cuando la idea de la libertad estuviese en todos los cerebros intelectuales fue ..máximon, pero ¿a cuántas fracciones del conjunto social
y su sentimiento latiese f.'n todos los corazones". alca.nz.aba? ¿Y no se trataba en gran parte de una manifestación hegemónica
de la culturü y de los grandes intelectuales franceses? Cierto es, sin embargo,
que toda cla'ie nacional dominante está más próxima a las otras clase.o;; domi-
La "fórmula" de León Blttm: "Le pottvoir cst tentant, Maís seule l'opposition nantes, en cultura y hábitos~ que las clases subalternas entre sl aunque éstas
c•t confortable". sean ·~cosmopolitas, por su programa y destino hist6rico. Un grupo social
puede ser ..cosmopolita'~ por su poHtlca y por su economía, pero no por
sus hábitos ni aun por su cultura (real).
El pragmatismo americano. ¿Se podría dedr del pragmatismo americano (Ja-
mes) lo que Engels dijo del agnosticismo inglés? (Me parece que en el
prefacio inglés al Pasaje de la utopía a la ciencia), Principios de método. Antes de juzgar (y para la historia en accwn o polí-
tica el juicio es justamente la acción) es precíso conocer y para conocer es
preciso saber todo lo que sea posible .saber. ¿Pero qué se- entiende por '"cono-
cer''? Conocimiento libresco, estadístlcot uerudidón" mecánica -conocimiento
Distinciones. En el estudio de los díversos "grados•" o ' momentos'~ de las si-
1

hjstórico- intuición, verdadero contacto con la realidad viva y en movimiento,


tuaciones militares o po1íti{.·as no se hacen con frecuenci:J. las debidas dis- capacidad de ..simpatizar" psicológicamente hasta con el hombre particular.
tinciones entre la "causa eficiente .., que prep.om el acontecimiento histórico "Límites" del conocimiento (no cosas inútiles), vale dec·ir, conocímiento
o político de diferente grado o si&nificado (o extensión), y la ••causa deter- crítico o de lo ..necesario"~ por lo tanto una ~·concepción generar~ crítica,

194 195
2
Notas bibliográficas
Estudios particulares sobre Maquiavelo como "economista". Gino
Arias public a en los Annali di Economía della Universita Boccon
i
un estudio donde se encuen tran algunas indicaciones al respecto
(estud io de Vincenzo Tango rra). Parece que Chabo d, en algún
escrito suyo sobre Maquiavelo, consid era como una deficiencia de
Fioren tino, en relación por ejemplo con Botero, el hecho de que las
referencias económicas estén práctic ament e ausent es de sus escri-
tos.' Es necesario hacer algunas observaciones generales sobre
el
pensam iento político de Maqui avelo y sobre su "actua lidad" , a di-
ferencia de Botero, quien tiene un caráct er más sistemático y or-
gánico aunqu e menos vivo y original. Es preciso referirse tambié
n
al caráct er del pensam iento económico de aquell a época ( bos-
quejad o en el citado artícul o de Einau di) y la discusión sobre
la
natura leza del mercantilismo (¿ciencia económ ica o polític a eco-
nómic a?). Si es verdad que el mercantilismo es una mera polític
a
económica, en cuanto no puede presup oner un "merc ado determ
i-
nado" y la existencia de un "autom atismo económico" prefor mado,
cuyos elementos se genera n históri camen te sólo en cierto grado
de desarrollo del merca do mundi al, es eviden te que el pensam iento
! económico no puede fundirse con el pensam iento político genera
es decir con el concep to del Estado y de las fuerzas que se cree
l,
1
1
1 Sobre la importancia de Botero para el estudio de la historia
del pensa-
miento económico, cfr. Mario de Berñardi la reseña de Luigi Finaud
\ Riforma Sociale, de marzo-abril de 1932.
i en la

199
deben entrar a componerlo. Si se prueba que Maquiavelo t?ndía fecundidad de su esposa, no haciéndola fecundar por otro, sino
a suscitar los vínculos entre la ciudad y el campo Y a arr;phar la consiguiendo que se vuelva fecunda. Que el señor Nicia se
función de las clases urbanas hasta exigirles que se despo¡aran de deje convencer para dejar accplar a su esposa con alguien que
ciertos privilegios feudales-corporativos con respecto al c;mpo, deberá morir para liberarla de un pr<?.sunto maleficio, que de otra
para incorporar a las clases rurales al Estado, se demostrm:a tam· manera sería causa del alejamiento de la esposa o de su muerte.
bién que Maquiavelo ha superado implícit~~:nte, ~n ;:u 1dea .la es un elemento cómico que bajo otras formas se encuentra en la
fase mercantilista y tiene rasgos de carÁcter f1swcratlco , es decu, novelística popular. Se <1uiere pintar la perversidad de las mujeres
que piensa en un ambiente político-social que es el pr~upuesto que para dar seguridad a sus amantes se hacen poseer en prescu-
por la economía clásica. El profesor Sraffa atrae la aten:wn sob~c cia o con el consentimiento del marido (motivo que bajo otra
un posible acercamiento entl"e Maquiavelo y un economista mgles forma aparece también en Bocaccio). Pero en La mandrágora
del 1600, William Petty, que Marx llama el "fundador ~e la eco- está representada la necedad del marido y no la perversidad de
nomía clásica" y cuyas obras completas han sido trad~c1das tam- la mujer, cuya resistencia puede ser vencida sólo con la interven-
bién al francés. (Marx hablará de ellas en los volumenes del ción de la autoridad materna y del confesor. El articulo de Vittorio
M ehrtcert [Historia de las doctrinas económicas].) Cían es aun inferior al de Mazzoni: la seca retórica de Cien en-
cuentra forma de arraigarse hasta en el bronce. Es evidente que
Maquiavelo reacciona contra la tradición pctrarquíana y trata de
L Rivista d:Italia del 15 de junio de 1927 está dedicada entera· expulsarla y no de continuarla; pero Cian, aplicando en forma
rn':mte a Maquiavelo con motivo del IV centena~o de su muert;· infantil su juicio crítico, encuentra precursores en todas partes y
He aquí el índice: 1) Charles Benoist, "Le ,;nach1avéhsme perpe_- adivinanzas milagrosas en cada frasecita banal y ocasional y llena
tuel"; 2) Filippo Meda, "TI machiavellismo ; 3) Gmd~ Mazz~m, diez páginas sobre el tema para no decir más que los habituales
"Il Machiavelli drarnmaturgo"; 4) Michele Sc~enllo, ~e pn~e lugares comunes, ampliados, de los manualPs pam escuelas medias
esperienze poli tiche del Machiavelli"; 5) Vittono Cmn, Machm· y elementales].
JI' e Petrarca". 6) Alfredo Galletti, ~r.acolo Machiavelh urna·
v~·tl "· 7) Fran;esco Ercole, "Il Principe"; 8} Antonio Panella,
ms a ' " h':aveIrl scrit·
"Machiavelli storico"; 9) Plínio Carh,. " Jli1CO
-· 1'o mae
.. Una edición de las Lettere di Nocco!O Machiavelli fue publicada
tare"; 10) Ro molo Gaggesc, "Cío che e ~va nel p~ns1ero p~htlco por la editmial Rinascimento del libro, Florencia, en la "Colección
di Machiavelli". [El artículo de ]l!azzom es medwcrc Y d1fuso · Nacional de los Clásicos", al cuidado y con un prefacio de Giu-
emdito·históríco-d ivagante. Cerno ocurre frecuentem~nte
tipo de críticos, Mazzoni no entendió bien ;1 co~t~mdo hteral d~
:on este seppe Lesca (el prefacio fue publicado en la Nuom Antología del
}Q de noviembre de 1929). Las cartas habían sido impresas ya
La mandrágora, falsifica el carácter del senor N1cm Y pcr co~~l­ en 1883 por Alvisí en la editorial Sansoní de Florencia, junta"
guiente todo el conjunto de los personajes, que aparecen en f'.'."clon mente con las cartas dirigid<L< a Maquiavclo (del libro de Alvisi
de la aventura del señor Nicia, el cual no se esperaba un hiJO d~l se hizo una nueva edición con prefacio de Giovanni Papini).
acoplamiento de su mujer con Calímaco disfrazado, sino que cre1a
en cambio a su mujer fecund~.da en virtud de la h1erba mandrá-
g ora y liberada, por el acoplamiento con un extraño, de las supucs- Pasqualc Villari, Niccolo Machiavelli e i stwi tempí, al cuidado
tas consecuencws . rnorh'f eras d e 1a poc1co'n , que de otra manera de Michele Scheríllo, Ulrico Hoepli, Milán, 1927, dos volú-
habrían sido sufridas por él mismo. El género de la necedad del menes. Es la reimpresión de la conocida obra de Villari, menos
sen- 0 r Niela está bien circunscripto y representado:
, cree. .que ~ la los documentos que en la edídó¡1 Le Monnier ocupaban por com"
esterilidad de sus bodas no depende de el, que es un VlCJO, s1~0 pleto el tercer volumen y una parte del segundo. En esta edición
de su esposa, joven pero fría, y quiere reparar esta presunta m- de Scherillo los documentos están clasificados, con datos sumarios

200
sobre su contenido, de manera que pueden ser fácilmente buscados
en Ja edición Le Monnier.
3
Acción católica. Jesuitas y modernistas
En una reseña de Giuseppe Tarozzi del primer volumen de la
Con.stitución rusa, de Mario Sertoli (Le Monnier, Florencia, 1928,
in-89, pp. 435), publicada en la Italia che Scríve, se cita un libro
de Vorlander, Vom Machiavelli bis Lenin, sin otra indicación.
(Habrá que ver la reseña sobre literatura maquiavélica más re-
ciente publicada en 1929 en los Nuovi Studí.)

Gioviano Pontana. Su actividad política como afín a la de Ma-


quiavclo (cfr. M. Scherillo, Dell'origine e dello soolgimento della
letteratura italiana, II, donde son incluidos dos memoriales de
I'ontano sobre la situación italiana en el período de la caída de
Carlos VIII; y Cothein, Il Rinascímento nelritalía meridionale,
traducción en la "Biblioteca Histórica del Renacimiento", Floren-
cia, 1915). Pontana era un nativo de Umbría napolitanizado. (La
religión como instrumento de gobierno - Contra el poder temporal
del Papa deben los Estadns s0cularcs gobernar con el rey y los
principios seculares.)

Gino Arias, "Il pensiero economico di l\iccolo ~!achiavelli", en los


Annali di Economía dell' U nioersittl Bocconi de 1928 (o 1927) .•

Machiavellí ed Emanuele Fi!iberto. En el volumen misceláneo


sobre Emanuele Filiberto publicado en 1928 por Lattes, Turín ( pp.
477, in-89), la actividad militar de Emanuele Filiberto como es-
tratega y como organizador del ejército piamontés es estudiada
por Jos generales Maravigna y Brancaccio.

> En 1928, vol. IV, pp. 1-31. (N. del E.)

202
La Acción Católica

1
1

1
1
'

La Acción Católica, nacida específicamente después de 1848, era


muy distinta de la actual, reorganizada por Pío XI. • La posición
originaria de la Acción Católica después de 1848 (y en parte tam-
bién en el período de incubación que va de 1789 a 1848, cuando
surge y se desarrolla el hecho y el concepto de nación y patria,
convertido en elemento ordenador -intelectual y moralmente- cle
las grandes masas populares en victoriosa competencia con la
Iglesia y la religión católica) puede ser caracterizada extendiendo
a Ia religión católica Ia observación hecha por un historiador fran-
cés a propósito de la monarquía "legitimista" y de Luis xvm, quien
no lograba convercerse de qae en la Francia posterior a 1815 la
monarquía debía tener un partido político específico para sos-
tenerse.
Todos los razonamientos expuestos por los historiadores cató-
licos (y las afirmaciones apodícticas cle los pontífices en las en-
cíclicas) para explicar el nacimiento clc la Acción Católica y para
relacionar esta nueva formación con movimientos y actividades

• Pio XI (Achille Rattl, 1857-l921l), Arzobispo de Milán, elegido Papa en


1922, en el momento de la ms violenta reacción fascista, aceleró la tendencia
de la politiC'd del Vaticano a la alianza con el fascismo, realizando así la ohm
comenzada por sn antecesor Benedicto XV. Con el abandono del Partido Po-
pular. por esa época próximo a su dísolución, y el refuerzo de la Acción Cató-
lica, se preparó para extraer el máximo beneficio de la polític~ de Mussolini>
para el cual urgía el apoyo de las masas católicas. La alianza entre la Iglesia
y el régimen fascista fue sancionada definitivamente mediante _el Concordato
firrnll.do elll de febrero de 1929. (N. del T.)

205
"siempre existentes" desde Cristo en n-delante, son en extremo fa- obtenido mitin (de donde proviene el término italiano cretitW) y
laces. Después de 1848, en toda Europa (en Italia la crisis asume directamente grédin. El fenómeno debe ser similar a aquel por el
la forma específica y directa del anticlericalismo y hasta de la cual "villano", que significaba "hombre Cle campo", ha concluido por
lucha militar contra la Iglesia) la crisis histórico-político-intelec- significar screanzato [malcliado, grosero] y directamente gagliofto
tual es superada con la neta victoria del liberalismo (entendido [bribón, bellaco] y mascalzone [sinvergüenza], es decir, el nombre
más como concepción del mundo que como una particular co- "cristiano" empleado por los campesinos (de algunas regiones alpi-
rriente política) sobre la concepción cosmopolita y "papal" del nas, me parece) para indicarse a sí mismos como "hombres", en
catolicismo. Antes de 1848 se formaban partidos más o menos algunos casos de acentos locales se ha separado del significado reli-
efímeros y surgían personalidades que luchaban individualmente gioso y ha corrido la misma suerte que numant [villano]. Quizás
contra el catolicismo; después de 1848 el catolicismo y la Iglesia también el ruso krestíanin [campesino] tiene el mismo origen, mien-
"deben" poseer un partido propio para defenderse y para retro- tras "cristiano" en el sentido religioso, forma más culta, ha mante-
ceder lo menos posible. No pueden ya hablar (de otra manera nido la aspiración de la x griega (en sentido despreciativo se decía
que oficialmente, puesto que la Iglesia jamás confesará la irrevo- mufik ). Esta concepción debe ser vinculada también al hecho de
que en algunos países donde los hebreos no son conocidos, se cree
cabilidad de tal estado de cosas) como si estuviesen convencidos
o se creía que tenían cola y orejas de cerdo o algún Qtro atributo
de ser la premisa necesaria y universal de todo modo de pensar y
animal.
de obrar. Hoy muchos no logran convencerse de que así pudo
El examen histórico crítico del movimiento de Acción Cató-
ser alguna vez. Para dar una idea del hecho, se puede ofrecer
lica puede dar lugar, analíticamente, a diversas series de investi-
el siguiente modelo: hoy nadie puede pensar seriamente en fundar
gaciones y estudios.
una asociación contra el suicidio (es posible que en algún lugar
Los congresos nacionales. Cómo son preparados por la prensa
exista una organización de este tipo, pero se trata de otra cosa),
c<'ntrnl y local. El material oficial preparatorio: informes oficiales
ya que no existe ninguna corriente de opinión que trate de per-
y de la oposición.
suadir a Jos hombres (y lo logre, aunque sea parciahnente) de que
La Acción Católica fue siempre un organismo complejo, aun
es necesario suicidarse en masa (si bien han existido individuos
antes de la constitución de la Confederación Blanca del Trabajo y
y también pequeños grupos de hombres que han sostenido tales del Partido Popular. • La Confederación del Trabajo era conside-
formas de nihilismo radical, me parece que en España). La "vida"
rada orgánicamente una parte constitutiva de la Acción Católica,
es, evidentemente, la premisa necesaria de toda manifestación de no nsi el Partido Popular, aunque lo era de hecho. Más que por
vida.
otras razones, la constitución del Partido Popular fue aconsejada
El catolicismo ha desempeñado tal función y de ello quedan por considerarse inevitable en la posguerra un avance democrá-
abundantes rastros en el lenguaje y en los modos de pensar, es- tico, al cunl era necesario dar un órgano y un freno, sin poner en
pecialmente de los campesinos. Cristiano y hombre son sinónimos, peligro la estructura autoritaria de la Acción Católica, oficial-
o mejor son sinónimos cristiano y "hombre civilizado" ("-¡No soy mente dirigida en forma personal por el Papa y los obispos. Sin
cristiano! -¿Y entonces qué eres?, ¿una bestia?"). Los confinados el Partido Popular y las innovaciones en sentido democrático pro-
dicen todavía "cristianos y confinados"' (en Ustica, primera sor- ducidas en la confederación sindical, el impulso popular habóa
presa cuando al arribar el vaporcito se escuchaba decir a los con-
finados: "Son todos cristianos, no son más que cristianos, no hay
ni siquiera un cristiano"). Los presos, en cambio, dicen más co- (1 El Partido Popular italiano surge como fruto dé b 1ahor del sucerdott..-
Lnigi Sturzo y la forzada benevolencia del Vatic:lno en junio de 1919, tenien~
múnmente: "ciudadanos y detenidos" o, burlonamente, "soldados do como objetivo principal Jmpt'dir qne las masas italianas, especialmente lo~
y civiles", aunque los meridionales digan también "cristianos y t:ámpesínos, fuC$CO atraídas por e1 soeia1ismo, en tm momento de grandes eon-
· detenidos". Sería así interesante estudiar toda la serie de pasajes mociones socía1es. Puede considerarse el antecesor díreeto (]el actunJ Particln
histórico-semánticos por los que en francés de "cristiano" se ha Demócrata Cristiano It.1liano. (N. del T.)

206 207
subvertido toda la estructura de la Acción Católica, poniendo en congresos se ocupan directamente del movimiento juvenil, que
cuestión la autoridad absoluta de las jerarquías eclesiásticas. La debería ser la mayor fuente de reclutamiento y la mejor escuela
misma complejidad se verificaba y se verifica todavía en el campo para el movimiento, o dejan a los jóvenes librados a sí mismos?
internacional; aun cuando el Papa representa un centro interna- ¿Qué influencia tienen (o tenían) en los congresos las orga-
cional por excelencia, existen de hecho algunos centros que fun- nizaciones subordinadas y subsidiarias (o que deberían ser tales)
cionan para coordinar y dirigir el movimiento político y sindical eomo el grupo parlamentario, los organizadores sindicales, etc.?
católico en todos los países, como la Oficina de Malinas, que ha ¿A los diputados y a los jefes sindicales se les concede en los
compilado el C6digo Social, y la Oficina de Friburgo • • para la congresos una posición especial, oficialmente y orgánicamente, o
acción síndica! (es preciso verificar la funcionalidad de estos cen- acaso sólo de hecho?
tros luego de los cambios ocurridos en los países germánicos, ade- Más que en las discusiones de los congresos es necesario
más de Italia, en el campo de la organización política y sindical detenerse en el desarrollo que tuvieron en el tiempo y en el
católica). espacio los problemas concretos más importantes: la cuestión sin-
Desarrollo de los congresos. Temas puestos en el orden del dical, la relación entre el centro político y los sindicatos, la cues-
día y temas omitidos para evitar conflictos radicales. El orden tión agraria, las cuestiones ele organización interna en todas sus
del día debería resultar de los problemas concretos que llamaron diversas interferencias. Cada cuestión presenta dos aspectos: cómo
la atención entre un congreso y el que le sigue y de las pers- fue tratada teórica y técnicamente y cómo fue afrontada prácti-
pectivas futuras más que de los puntos doctrinarios en torno a camente.
los cuales se forman las corrientes generales de opinión y se reagm- Otra cuestión es la de la prensa en .<us diversos aspectos, coti-
pan las fracciones. diana, periódica, folletos, libros: centralización y autonomía de
¿Sobre qué base y con qué criteríos son escogidas y renovadas la prensa, etc. La fracción parlamentaria: tratándose de toda acti-
las direcciones? ¿Sobre la base de una tendencia doctrinaria gené- vidad parlamentaria, hay qu~ tener presentes algunos criterios de
rica, dando a la nueva dirección una confianza genética, o por el búsqueda y ele juicio. Cuando el diputado ele un movimiento popu-
contrario, esto sucede después que el congreso ha fijado una direc- lar habla en el Parlamento (o un senador en el Senado) pueden
ción concreta y precisa de actividad? La democracia interna de l'xistir tres o más versiones ele su discurso: 1) la versión oficial
un movimiento (es decir, el mayor o menor grado de democracia de los Diarios de sesiones, que habitualmente es revisada y corre-
interna, de participación de Jos elementos de base en la decisión gida y frecuentemente edulcorada post festum; 2) la versión de
\'en la fiiación de la línea de actividad) se puecle medir y juzgar Jos periódicos oficiales del movimiento al cual pertenece oficial-
también y quizás especialmente en esta proporción. mente el diputado. Tal versión es preparada por el diputado de
Otro elemento importante es la composición social de los con· acuerdo con el corresponsal parlamentario, con el fin de uo herir
gresos, del grupo ele los oradores y de la dirección electa, en rela- ciertas susceptibilicladcs de la mayoría oficial del partido o de
c-ión con la composición social del movimiento en su conjunto. los lectores locales y de no crear obstáculos prematuros para deter-
Relación cnb"e las generadoncs adultas y la;; juveniles. ¿Los minadas combinaciones en curso o deseadas; 3) la versión de los
periódicos de otros partidos o de los llamados órganos de la opi-
90
La Vnión lntern..1.cíonal de Friburgo (Suiza) fue constituida a fines del nión pública (periódicos de gran difusión), que es realizada por
-.;ig!o pasado con el fin de ofrecer tm punto de encnentro de todos aquellos d diputado de acuerdo con loe; re.<pectivos cronistas parlamentarios.
se~tores católicos que exigían un cambio en la poHtica del Vaticano, sontl 1
)os reclamos sociales del ya fuerte movimiento obrero de kt época. Con el mis~ con el fin de favorecer determinadas combinaciones en curso.
mo fin surgl.Ó en 1920 la Unión Intemo.cional de Estudius Socia1es en Malinas Tales periódicos pueden variar de un período a otro según los
(Bélgica) que publicó en 192.7 el C6digo Social ni que se refiere Gramsci y cambios ocurridos en las respect¡vas direcciones políticas o en los
que más comúnmente es conoúdo por el nombre de Código de Malinas. gobiernos. El mismo criterio puede ser extendido al campo sin-
(N. del T.)
dical, a propósito del modo de interpretar determinados aconte-
208
209
cimientos, o también .a la dirección general de la organización la religión, como era la intenció n de Francisco, sino que se reduce
sindical dada. Por ejemplo: la Stampa, el Resto del Carlina, el a una de las tantas órdenes religiosas existentes.
Tempo (de r\aldi) sirvieron algunos años de caja de resonancia La Acción Católica señala el comienzo de una época nueva
y de instrumento de eombinaciones políticas tanto a los católicos en la historia de la religión católica, que de concepción totalitar ia
como a los socialistas. Un discurso parlame ntario (o una huelga, (en el doble sentido de una total concepción del mundo y de una
o una declaración de un jef.o sindical) socialista o popular era
sociedad en su totalida d), se vuelve parcial (tambié n en el doble
presenta do a sus lectores bajo una cierta luz, mientras que la pre- sentido) y debe tener un partido propio. Las diversas órdenes
sentación cambiab a cuando opinaba n los órganos católicos o socia- religiosas represen tan la reacción de la Iglesia (comun idad de
listas. Los periódicos populares y socialistas -por ejemplo - direc- los fieles o comunid ad del clero), desde arriba y desde abajo,
tamente callaban a su público ciertas afirmaciones de sus respec-
contra los despren dimiento s parciales en cuanto a la concepción
tivos diputados que tendían a tornar posible una combinación del mundo (herejías, cismas, etc. y también degeneraciones de
parlamentario-gubernativa de las dos tendencias. Es indispensable
las jerarquí as); la Acción Católica represen ta la reacción contra
también tener en cuenta las entrevistas otorgadas por los drpu- la apostasía imponen te de masas enteras, vale decir contra la
tados a los otros periódicos y los artículos publicados en ellos. superación masiva de la concepción religiosa del mundo. Ko es
La homogeneidad doctrinaria y política de un partido puede ser más la Iglesia quien fija el terreno y los medios de lucha; debe
puesta a prueba partiend o de este criterio: cuáles direcciones ~~n aceptar, en cambio, el terreno impuest o por sus adversarios o por
favorecidas por los afiliados de este partido en su colaboracron la indifere ncia y servirse de armas tomadas en préstam o del arsenal
con los periódicos de otra tendencia o con los órganos de la opi· de sus adversarios (la organización política en masa). La Iglesia,
nión pública. A veces, las disensiones internas se manifiestan sólo por lo tanto, está a la defensiva, ha perdido la autonom ía de los
de la siguiente forma: los disidentes escriben, en otros periódicos, movimientos y de las iniciativas, no es ya una fuerza ideológica
artículos firmados o no, dan entrevistas, sugieren motivos de polé- mundial , sino únicame nte una fuerza subalter na.
micas, se hacen provocar para verse "obligados'' a responder, no
desmienten ciertas opiniones a ellos atribuid a. cte.

Sobre la pobreza, el catolícimw y la jerarquía eclesiástica. En


La Acción Católica y los terciarios franciscanos. ¿Se puede hacer un folleto sobre Ouorlers et patrons (memor ia premiad a en 1900
algún parangón entre la Acción Católica y las instituciones del por la Academ ia de ciencias morales y políticas de París) se
tipo de los terciarios franciscanos? Por cierto que no, aun cuando comenta la respuest a dada por un obrero católico francés a quien
sea bueno mencionar, a manera de introducción. no sólo a los le objetó que, según las palabras de Cristo extraídas de nn Evan-
terciarios, sino también el fenómeno más genernl de la aparición, gelio, deben existir siempre ricos y pobres: "Y bien, dejaremos
en el desarrollo histórico de la Iglesia. de las órdenes religiosas. al menos dos pobres, para que Jesús no deje de tener razón".
para definir mejor los caracteres y los límites de la misma ~cción La respuest a es epigmm ática, pero digna de la objeción.
Católica. La creación de los tcrcinrios es mr hecho muy mtere- Desde que la cuestión asumió una importa ncia histórica para
sante, de origen y tendenc ia democrático-popular, que Humina la Iglesia, e,s decir, desde que la Iglesia debió plantear se el pro-
mejor el carácter del francisc::~nismo como retorno tendencml a lo_s blema de frenar la llamada ''apostas ía" de las masas, creando un
modos de vida y de creencia del cristianismo primitivo: comum- sindicalismo católico (obrero, ya que jamás se impuso un carácter
dad de los fieles y no únicame nte del clero como ha venido suce- confesional a las organizaciones sindicales de los empresa rios),
diendo, cada vez con mayor frecuencia. Por lo tanto, sería útil las opiniones más difundid as sobre la cuestión de la "pobrez a"
estudiar bien la suerte de esb iniciativa, que no fue muy grande, que resultan de las encíclica> y ·de otros docume ntos autoriza dos,
porque el franciscanismo no se transforma en expresión de toda pueden resumirse en estos puntos: 1) la propied ad privada, espe-

210
2.11
cialmente la de la tierm, es un "derecho natural", que no se puede de buenos obreros que sirve de fermento y de ejemplo; los otros
violar ni aun con fuertes impuestos (de este principio se han son recogidos de diferentes maneras entre la gente del pueblo"
derivado los programas políticos de las tendencias democr{¡tico- fría o indiferente, y también hostil, quienes participan por curio-
cristianas para la distribución de las tierras con indemnización sidad o por aceptar la invitación de un amigo y aun a veces por
a los campesinos pobres, y su doctrina financiera); 2) los pobres la comodidad de tres días de reposo y de buena atención gra-
deben conformarse con su suerte, ya que las distinciones de clas€' tuita."
y la distribución de la riqueza son disposiciones de Dios y seria En el artículo se dan otras particularidades de diversas comu-
impla tratar de eliminarlas; 3) la limosna es un deber cristiano nas del Lacio: la Liga de Perseverancia de Roma tiene 8.000
e implica la existencia de la pobreza; 4) la cuestión social es inscriptos en 34 centros; en el Lacio existen 2.5 secciones de la
por sobre todo moral y religiosa, no económica y debe ser resuelta Liga con 12.000 inscriptos (comunión mensual, mientras la Iglesia
con la caridad cristiana y con los dictámenes de la moralidad y se satisface con uiia comunión al año). La Obra es dirigida por
el juicio de la religión. (Hay que analizar el C6digo Social de Ma- los jesuitas.
linas, en sus sucesivas elaboraciones.) Las Ligas de Perseverancia tienden a mantener los resultados
obtenidos en los retiros y a ampliarlos entre la masa. Ellas crean
una "opinión pública" activa en favor de la práctica religiosa.
Los "retiros obreros''. Analizar la Civilta Cattolica dd 20 de julio subvertíendo la situación precedente, en la cual la opinión pública
de 1929: "Come il popolo torna a Dio. L'Opera dei 'ritiri operai'." era negativa, o por lo menos pasiva, o escéptica e indiferente.
Los "retiros" o "ejercicios espirituales cerrados" fueron fun-
dados por San Ignacio de Loyola ~ (cuya obra más difundida son
los E¡ercicios Espirituales, editados en 1929 por G. Papini). Deri- Prehistoria de la Acción Católica. Para la prehistoria ele la Acción
van de ellos los iniciados en 1882 en el norte de Francia. La Obra Católica, analizar e'n Ciüilta Cattolica del 2 de agosto de 1930
de los "retiros obreros" comenzó su actividad en Italia en 1907, elartículo "Cesare d'Azeglio e gli albori dclla stampa cattolica in
con el primer "retiro" para obreros realizados en Chieri.' Italia". Por "prensa católica" se entiende "prensa de los católicos
militantes" no perteneciente al clero, al margen de la "prensa"
En 1929 apareció el volumen: Come il popolo ritoma a Dio, católica en sentido (~scricto, o sea exprr~sión de la organíza<:ic'm
1909-1929. L'Opera dei ritiri e le Leghe di Perseveran'Zfl in Roma eclesiástica.
in 20 anni di vita. 2 Del libro se deduce que desde 1909 hasta 1929 En el Corriere d'Italia del 8 de julio de 1926 apareció una
la Obra ha recogido en las Ligas de Perseverancia de Roma y
carta de Filippo Crispolti, que resulta muy interesante, en el
del Lacio más de 20.000 obreros, muchos de ellos recién conver-
sentido de que Crispolti "hacía observar que quien desease buscar
tidos. En los años 1928-29 se obtuvo en el Lacio y en las provincias
los primeros impulsos de aquel movimiento del cual surgió tam-
vecinas un éxito superior al logrado en Roma en los precedentes
bién en Italia la fila ele los 'católicos militantes', vale decir" la
dieciocho años. Han sido practicados hasta abara 115 "retiros"
innovación que en nuestro campo se agota en sí misma, debería
cerrados, con la participación de cerca de 2.200 obreroS' en Roma.
"En cada r<'tíro -dice Cíüiltli Cattolica- hay siempre un núcleo partir de aquellas singulares sociedades piamontesas, llamadas
Amicizie, que fueron fundadas o animadas por el abate Pío Bru-
• Sun Ignacio de Loyola ( 1491-1556) fue el fundador en 1540 de la Com- none Lanteri". Crispolti reconoce que la Acción Católica es una
pañia de Jesús, creada pan defender las instituciones y las doctrinas de la innovación y no ya, como siempre dicen las encíclicas papales, una
Iglesia, amenazada por la ola protesta.nte. (N. del T.) actividad existente desde los Apóstoles hasta ahora. Es una acti-
' Cfr. Civilta Cattolica, 1908, vol. IV, p. 61: "I ritiri operai in Italia". vidad estrechamente ligada, como reacción, al Iluminismo fran-
' Vol. in-8•, pp. 136, con ilustraciones. Se vende a beneficio de la Obra en cés, al liberalismo y a la lucha de los Estados modernos por la
la "Dirección de los retiros obreros", Roma, Via degli Astalli 16-17. separación de la Iglesia, vale decir a una reforma intelectual y
212
moral laicista mucho más radical (para las clases dirigentes) que ia cultura y de la política, pasa a ser partido en contraposición
la Reforma protestante; actividad católica que se configura espe- a otros partidos y, además, en posición de defensa y conservación.
cialmente después de 1848, es decir, con el fin de la Restaura- por lo tanto obligado a hacer muchas concesiones a los adversarios
ción y de la Sant<L Alianza. para poder sostenerse. Por otro lado, éste es d significado de toda
El movimiento de la prensa católica del cual habla la Civilta la Restauración como fenómeno europeo de conjunto y en ello
Cattolica, ligado al nombre de Cesare d'Azeglio, es interesante consiste su carácter fundamentalmente «liberal".
también por la actitud de Manzoni al respecto. Se puede decir El artículo de la Civilta Cattolica plantea un problema esen·
que Manzoni comprendió el carácter reaccionario de la iniciativa cial: si Lamcnnais está presenk en el origen de la Acción Católica,
de d' Azeglío y rehusó elegantemente colaborar con él, elu- ¿este origen no contiene el germen del postcrior catolicismo libe-
diendo las esperanzas de d'Azeglío con d envio de la famosa carta ral, germen que desarrollándose de inmediato dará como resultado
sobre el Romanticismo que, "dado el motivo que la provocó -es- el Lamennais de la segunda etapa? • Hay <}Ue anotar que todas
cribe CiviltiJ C attolica-, puede considerarse como una declaración las innovaciones en el seno de la Iglesia, cuando no se producen
de principios. E'identemente, el estandarte literario no era otra por iniciativa de la dirección. llevan en sí algo de hcr0tico y
cosa que el esquema de otras ideas, de otros sentimientos que los terminan por asumir explícitamente este carácter, hasta que la
dividían" y de allí la diferente actitud en el problema de la defensa dirección reacciona en forma enérgica, trastornando a las fuerzas
de la religión. innovadoras, reabsorbiendo a los vacílantcs y excluyendo a los
El artículo de la Civiltll Cattolica es esencial para el estudio refractarios.
de la preparación de la Acción Católica. Es notable que la Iglesia jamás haya desarrollado bastante
el sentido de la autocrítica como función central, a pesar de su
tan mentada adhesión a las grandes masas de fieles. De ahí enton-
Orígenes de la Acció~> Católica. Sobre los orígenes de la Acción ces que las innovaciones hayan sido siempre impuestas y no pro-
Católica analizar el artículo "La fortuna del Lamennais e le prime puestas y acogidas sólo obtor!O callo. El desarrollo histórico de
manifestazioni d'Azione Cattolica in Italia" ( Civilta Cattolica del la Iglesia se realizó por fraccionamiento (las diversas compañías
4 de octubre de 1930. Es la primera parte del artículo que se religiosas son en realidad fracciones absorbidas y disciplinadas
vincula al precedente ttrtículo sobre Cesare d'Azeglio. Su conti- como "órdenes religiosas").
nuación aparece mucho más tarde).' Otro hecho de la Restauración: los gobiernos hacen conce-
La Civiltri Cattolica habla de "aquel amplio movimiento de siones a las corrientes liberales a expensas de la Iglesia y de sus
acdón y de ideas que se manifestó en Italia como en los otros privilegios, y este es un elemento que crea la necesidad de un
países católicos de Europa, durante el período transcurrido entre partido de la Iglesia, o sea de la Acción Católica. El estudio de
la primera y la segunda revolución (1821-1831), cuando fueron los orígenes de la Acción Católica conduce así a un estudio del
sembrados algunos de aquellos gérmenes (no diremos si buenos lamennaisismo y de su variada suerte y difusión.
o malos) que debían luego dar sus frutos en los tiempos más Los dos estudios publicados en la Civilttl Cattolíca de agosto
maduros". Esto significa que el primer movimiento de Acción Ca- de 1930 sobre "Cesare d'Azeglio e gli albori dclla stampa cattolica
tólica surge por lu imposibilidad de la Restauración de ser real-
mente tal, es decir, de retrotraer las cosas a los marcos del anclen o Felicité~Robert de La Mennals (o Lamennais; 1782-1854). ubate, publicista
régime. De la misma manera que el lcgitimismo, también el cato- y filósofo francés. Hasta 1826 mantuvo nna posición similar ~l la de los san-
licismo, desde posiciones integrales y totalitarias en el campo de fedistas italianos, v41le decir fue monárquico y sostenedor intmnsigente de la
completa subordinación a Ja Ig1esia de Roma. Posteriormente se volvió repu-
blicano y enemigo del papado, fundando el movimiento social en Francia e in-
" En la Cidltci Cattolica del 20 de agosto de 1932, con el artículo "ll mo- fhJyendo al movimiento análogo surgido en Italia. Es a este período de La~
vimento lrunennesiano in Italia··. (N. tlcJ E.) menaís al cual se refiere Gramsci en el texto. (N. del T.)

214 215
in Italia" y "La fortuna del Lamcnnais e le prime manifestazioni En ese período de la Restauración el catolicismo militante se
di Azione Cattolica in Italia", se refieren especialmente al flore- comporta distintamente según los Estados; la posición más inte-
cimiento de periódicos católicos en varias ciudades italianas du- resante es la de los sanfedistas piamontéscs (J. de Maistre, etc.)
rante la Restauración, que tendían a combatir las ideas de la Eucy- que sostenían la hegemonia piDmontcsa y la función italiana de la
clopédie y de la Revolución francesa, aún perdurables. monarquía y de la dinastía de los Sahoya.
En es!<' movimiento intelectual-político se resume el comienzo
del neogüclfismo italiano, • que no puede, por consiguiente, ser
separado de la sociedad de los sanfedistas ( pars magna de esas La función de los católicos en Italia. En la Nuoca .1!ltolo"ia del
revistas fue el príncipe de Canosa, que habitaba en Módena donde 19 de novie~bre d~ 1927, Gianforte Suardi publica una nota ;;Quan-
era publicada una de las más importantes del grupo). En el cato- do e ~ome 1 cattohc~ poterono partecipare alle elezioni politiehe".
licismo italiano había dos tendencias principales: 1) una neta- muy mteresante y d1gna de recordar como documento de la acti-
mente proaustríaca, que veía la salvación del Papado y de la vidad Y de la función de la Acción Católica en Italia.
religión en el gendarme imperial, guardián del s!atu qua político , A. fines de setiembre de 1904, luego de la huelga general,
italiano; 2) otra, sanfedista en sentido estricto, que sostenía la Su.a~d1 fue llamado telegráficamente a i\Iílán por Tommaso Tittoni,
supremacía político·religiosa del Papa ante todo en Italia y que, 1fimstro de Relaeiones Exteriores del ministerio Giolitti ( Tittoní se
por lo tanto, era adversaria fraudulenta de la hegemonía austríaca encontraba en su villa de Dcsio en el momento de la huelga
en Italia y fa vora blc a un cierto movimiento de independencia y, dado el peligro de que Milán pudiese ser aislada por la ausencia
nacional (si se puede hablar aquí de nacional). Es a este movi- de comunicaciones, pareció que debía asumir especiales y perso-
naJe~, responsabilidades. Esta mención de Suardi significa en mi
miento que se refiere la Civilta Cattolica cuando polemiza con
los liheralcs del Risorgimento y sostiene el "patriotismo y unita- ?Pmio? que los reaccionarios locales habían pensado ya en alguna
ImCJatl va de acuerdo con Tittoni). Tittoni le comunicó que el
rismo" de los católicos de entonces, ¿,pero cuál fue la actitud de
Consejo de Ministros había decidido convocar de inmediato a
lüs jesuitas? Parece que fueron por sobre todo más proaustríacos
que sanfedistas "independientistas". elecciones y que era preciso unir todas las fuerzas liberales v con-
servadoras en el esfuerzo por cerrar el paso a los partidos· extre-
Se puedí' decir por ello que este período preparatorio de la
Acción Gatólica ha tenido su máxima expresión en el neogiíel- mistas: Suardi, exponente liberal de Bérgamo, bahía logrado en
fismo, es decir, en un movimiento de retorno totalitario a la posi- esta cmdad ponerse de acuerdo con los católicos en lo referente
a la administración local; era preciso obtener el mismo resultado
ción política de la Iglesia en el Medievo, a la supremacía papal.
La catástrofe del neogiíelfismo en 1848 reduce la Acción Católica para las elecciones políticas, persuadiendo a los católicos de que
a aquello que será desde entonces su función en el mundo mo· el .N?!' expedit .o ~e nada servía a su partido, perjudicaba a la
derno: función esencialmente defensiva, no obstante las profecías rehgwn Y conshtma un grave dafío a la patria, dejando libre el
paso al socialismo.
apocalípticas de los católicos acerca de la catástrofe del liberalis-
mo y del retorno triunfal del dominio de la Iglesia sobre los Suardi aceptó d <'IW;lfgo. En Bérgamo habló con el abogado
escombros del Estado liberal y de su antagonista histórico, el soeia- Paolo Bonomi y logró convencerlo de que viajara a Roma, se pre·
lismo (por consiguiente, abstencionismo clerical y creación del sentara al Papa y aumentara las insistencias de Bonomclli y de otros
ejército católico de reserva). autonzados personajes para que fuc.s<' retirado el Non expedit, aun

"' Neogüelfismo; con este nombre se designa a la corriente cató1ica~hberal "' Nvn e.x.pedit: (no conviene). Fórmula usada por b Iglesia para indicar lu
surgida en 1830 y que se convirtió posteriormente en un gran movimiento prohihi~·ión a 1~ católicos italianos de participar en las elecciones y en gen~ral
de opinión. Los sanfedistas eran llamados así desde la épocrr de las bandas de en la, "\>?da pohtJca del Estado. El P~1pa .Pio X mediante la encíclica El firnu."
la Santa Fe, que bajo las órdenes del cardenal Ruflo abatieron en 1799 la propostto~ aun cu~mdo no revocando formalmente la prol1ibición, ;H1toriz.:1. ,l
República Napolitana, y cOnstituían los sectores ultrarreacdonnrio.,;;, (N. del T.} lo..; catúlicos a actnar en Ja vida politic<t. (N. del T )

216 217
entre los católicos bergamascos. Pío X rechazó al princ1p10 el cuál es la respuest a que les he dado y decidle que el Papa callará".
pedido, pero aterrorizado por Bonomi, que le trazó un cuadro El subraya do es justame nte el elemento omitido. Una bellísima
catastrófico de las consecuencias que tendría para Bérgamo la cosa, como se ve. y de altísima calidad moral.
ruptura entre los católicos y el grupo Suardi, "con letra y grave
palabra exclamó: 'Haced, haced aquello que os dicte vuestra con-
ciencia'. Bonomi: '¿Hemos compren dido bien, Santidad ? ¿Pode- El papado en el siglo XIX. Don Ernesto Vercesi ha iniciado la
mos interpre tar que es un sí? . .. ' Papa: 'Haced aquello que os publicac ión de una obra, I Papi del secolo XIX, cuyo primer volu-
dicte vuestra conciencia, repito'." De inmediato Suardi tuvo uoa men, ya aparecido, trata de Pío VIl ( Soc'cta Editrice Intcrnazio-
conversación con el cardenal Agliardi (de tendenc ia liberal), que oale, Turín).
In puso al corriente de cuanto había ocurrido en el Vaticano lueg(> Para un estudio de la Acción Católica es preciso analizar la
de la audienc ia dada por el Papa a Bonomi. ( Agliardi estaba de historia general del Papado y de su influencia en la vida política
acuerdo con Bonomelli para que fuese retirado el Non expedit. ) Y cultural del siglo xrx (tal vez, incluso, desde el tiempo de la
Un día después de esta audienc ia un periódico oficioso del monarqu ía ilustrada . del giuseppinismo, • etc., que es el "prefacio"
Vaticano había publicad o un artículo que desment ía la versiones ~ la limitación de la Iglesia en la sociedad civil y política ). El
difundidas en torno a la audienc ia y a novedades acerca del Non libro de Vercesi va dirigido también contra Croce y su Storia di
e:cpedit, afirman do decidida mente que sobre tal problem a nada Europa. El meollo del libro de Vercesi puede ser resumido en
había cambiado. Agliardi pidió de inmediato una audienc ia y frente estas palabras : "El siglo XLX atacó al cristianismo en sus más
a sus preguntas el Papa repitió su fórmula: "He dicho (a Jos d~v.ersos. aspectos, en el terreno político, religioso, cultural , his-
bergamascos) que hiciesen aquello que les dictara su concien- tonco, hlosóhco, etc. El resultado definitivo fue que al finalizar
cia". Agliardi hizo publicar un articulo en un periódico roma- dicho siglo el cristianismo en general, el catolicismo romano en
no, donde se afirmab a que del pensamiento del Papa acerca de particul ar, era más fuerte, más robusto que al comienzo del mis·
las próximas elecciones política,' eran depositarios el abogado Bo- rno. Es este un hecho que no puede ser negado por los historia-
dores imparciales».
nomi y el profesor Rezzara y que a éstos debían dirigirse las
{)rganizaciones católicas. Fue así como se presenta ron candida- Que puede ser "negado " resulta, aunque mús no sea, del
turas católicas ( Cornaggia en Milán, Camero ni en Treviglío, etc.); hecho de que el catolicismo se ha convertido en un partido entre
y en Bérgamo aparecieron so,tcnic ndo candida turas políticas, ma- otros, ha pasado del goce indiscutible de ciertos derechos a su
nifiestos de ciudada nos basta entonces abstencionistas. d:fens~ y a su reivindicación cuando los hubo perdido . Es por
CICrto mnegab le que en determin ados aspectos la Iglesia ha refor-
Para Suardi este acontecimiento señala el fin del Nou expedit zado algunas de sus organizaciones, se ha concent rado más. estre-
y representa la alcanzada unidad moral de Italia, pero exagera chó sus filas y fijó mejor ciertos principios y directivas. Pero esto
un tanto, aun cuando el hecho es importa nte en sí. indica precisam ente su menor influencia en la sociedad y por
Gianforte Suardi, en la Nuova Antologia del 19 de mayo de consiguiente la necesidad de una lucha y de una militancia más
1929 ("Costantino Nigra e il 20 scttemb rc del 1870"), agrega nn esforzada. Es también cierto que muchos Estados ya no luchan,
elemento a su narración del 19 de noviembre de 19:27 sobre la par- pero es porque quieren servirse de ella y subordin arla a sus propios
tidpació n de los católicos en las elecciones de 1904 con el con- fines. Se podría hacer una lista de activida des especificas en las
sentimiento de Pío X; elemento que había omitido para tener en
reserva antes de la Conciliación. Pío X, saludan do a los bcrga- Q Giuseppinismo: desígnase así la politica del Emperad or José II, r¡nc ten~
mascos (Paolo Bonomi, etc.) habría agregad o: "Repetid a Rezzara día a: limiror los privilegios y la influencia del clero en )os asunlos tlel Estado
y a reforzar la autoridad del Rey, política que se afirmó en Europa a media-
(que no había tomado parte en la audienc ia y que. como es sabido, ~os del_ si?lo. X~'III, ~on 1as m.onarqnías ·absolutas. Se denominó también rega-
era uno de los más autorizad;:¡s jefes de la organización católica) hsmo. JUnSdiCclúnaltsmo, gabcanismo, etc. (N. del T. j

218 219
que la Iglesia cuenta muy poco o se ha refugiado en posiciones más que eso. Reconoce cualquier potestad de hecho, y para que
secundarias. En cierto sentido, vale decir, desde el punto de vista no lesione sus privilegios, la legitima; si luego acrecienta dichos
de la creencia religiosa, es verdad que el catolicismo se redujo privilegios, la exalta y la proclama providencial.
en gran parte a una superstición de campesinos, enfermos, viejos Dadas estas premisas, el "pensamiento social" católico tiene
y mujeres. un valor puramente académico. Es preciso estudiarlo y analizarlo
En la filosofía, ¿qué papel desempeña hoy la Iglesia? ¿En en cuanto elemento ideológico narcotizador, tendiente a mantener
qué Estado el tomismo es la filosofía prevaleciente entre los inte- determinados estados de ánimo de expectativa pasiva de tipo
lectuales? Y socialmente, ¿dónde la Iglesia dirige y domina con religioso; mas no como elemento de vida política e histórica
su autoridad las actividades sociales? Justamente el impulso cada <lixectamente activo. Es ciertamente un elemento político e histó-
vez mayor dado a la Acción Católica demuestra que la Iglesia rico, pero de un carácter absolutamente particular; es un elemento
pierde terreno, aun cuando ocurra que retirándose se concentre de reserva, no de primera línea y por ello puede en todo momento
y oponga mayor resistencia y "parezca" más fuerte (relativamente). ser "olvidado" pn\cticamente y "callado", aun sin renunciar a él
por completo, porque podría volver a presentarse la ocasión en
que fuera preciso utilizarlo. Los católicos son muy astutos, pero
El pe11samíento social de los católicos. Sobre el "pensamiento me parece que en este caso son "demasiado" astutos.
social" de los católicos se puede hacer esta observación crítica pre- Sobre el "pensamiento social" católico hay que tener presente
liminar: que no se trata de un programa político obligatorio para d libro del padre jesuita Albert Muller, profesor de la escuela
todos ellos, hacia cuyo logro van dirigidas las fuerzas organizadas superior comercial de San Ignacio en Amberes.' Muller expone,
que los católicos poseen, sino que se trata pura y simplemente de en mi opinión, el punto de vista más radical que puedan alcanzar
un "complejo de argumentaciones polémicas" positivas y negativas los jesuitas en esta materia (salario familiar, coparticipación, con-
sin concreción política alguna. Esto sea dicho sin entrar en cues- trol. cogcstión. etc.).
tiones de mérito, es decir, en el examen del valor intrínseco de
las medidas de carácter econórnico"social que los católicos colocan
en la base de tales argumentaciones.
Un artículo que es necesario tener presente para comprender la
En realidad, la Tglesia no qoi<>re comprometerse con la vida
actitud de la Iglesia ante los diversos regímenes político"estatales
práctica económica y no se empeña a fondo ni en rC'alizar los prin-
es "Autoritu e 'oportunismo político'" en la Cioiltii Cattolica del
cipios sociales que afirma y que no son realizados, ni en defen-
l'-' de diciembre de 1928. Habrá que confrontarlo con los puntos
der, mantener o restaurar aqu<'llas situaciones en las cuales una
('orrespondientes al Código Social.
parte de dichos principios habían sido realizados y posteriormente
destruidos. Para comprender bien la posición de la Iglesia en la La cuestión se plantPÓ Pn la época de León XIII y del rallie-
sociedad moderna, es preciso comprender que ella está dispuesta ment de una parte de los católicos a la república francesa y fue
r<'snelta por d Papa con estos puntos esenciales: l) aceptación,
a luchar sólo para defender su particular libertad corporativa (de
o sea reconocimiento del poder constituido; 2) respeto prestado
Iglesia corno Iglesia, como organizadón ecle.>iástica), es decir,
los privilegios que proclama ligados a la propia esencia divina. a él como la representaci<ín de una autoridad venida de Dios;
Para esta defensa no pxc·luye ningún medio, ni la insurrección 3) obediencia a todas las leyes justas promulgadas por tal auto-
armada, ni el atentado individual, ni el llamado a la invasión ridad, pero resistencia a las leyes injustas con el esfuezo t<'ndiento
.1 <'nmcndar la legislación y :1 cristianizar la sociedad.
extranjera. Todo el resto es descuidado relativamente, a menos que
esté ligado a las condiciones existenciales propias. La Iglesia en- 1
Notes d'économie polith¡u.e. Iv 5f'ri{', f:ditions Epes, París, 1927, p. 428,
tiende por "despotismo" la intervención de la autoridad estatal del cual véase la recensión en la Cil;iltá Cattolica del 1(' de sC'tíemhre d<' 1928:
laica en la limitación o supresión de sus privilegios y no mucho ·~Pcnsiero e attivih) sociale', (de A. Bruccu1eri).

220 221
Para la Civíltd Cattolíca esto no sería "oportunismo", ya que- El conflicto de Lille. En la CiGiltá Cattolica del 7 de sctíembr<:'
por tal debe ser entendida solamente la actitud servil y exaltadora de 1929 se publica el texto íntegro de~ juicio pronunciado por la
en bloque de autoridades que lo son de hecho y no de derecho Sagrada Congregación dd Concilio sobre el conflicto entre indus-
(la expresión"derecho" tiene un valor particular para los católicos). triales y obreros católicos do la región Roubaix-Tonrcoíng, La sen-
Los católicos deben distinguir entre "función de la autoridad", tencia está contenida en una carta de fecha .5 de junio dt• 1929
que es un derecho inalienable de la sociedad, que no puede vivir del cardenal Sbarretti, prefecto de la Congregación del Concilio.
sin un orden, y "persona", que ejerce tal función y que puede ser a monseñor Achillc Liénart, obispo de Lillc.
un tirano, un déspota, un usurpador. etc. Los católicos se someten El documento es important(', en parte porque integra el Código
a la "función", no a la persona. Pero Napoleón III fue llamado Social y también porque amplía d cuad.-o, como por ejemplo al
hombre providencial luego del golpe de Estado del 2 de diciem- reconocer a los obreros y a los sindicatos católícos el derecho a
bre, lo que significa que el vocabulario político de los católicos formar un frente único con los obreros y sindicatos socialistas
difiere del común. en las cuestiones económicas. Es preciso tener en cuenta que si
el Código Social es un texto católico, es sin embargo privado 0
solamente oficioso y podría ser desaprobado por el Vaticano en
Eo otoño de 1892 se realizó er. Génova un congreso católico ita- todo o en parte. Este documento en cambio es oficial.
liano de los estudiosos de ciencias sociales. Se señaló allí que ''la El documento está ligado ciertamente a la labor del Vatica-
necesidad del momento presente, no por cierto la única necesidad, no en Francia tendiente a crear una democracia política católica
pero tan urgente como cualquier otra, es la reivindicación cientí-
Y a la admisión del "frente único", aunque sea pasible de inter-
fica de la idea cristiana. La ciencia no puede dar la fe, pero puede pretaciones sutiles y restrictivas. Es un "desafío" a la Action Fran-
imponer a los adversarios el respeto y puede conducir las inteli- faise y un signo de détente con los radicales socialistas y la C.G.T.
gencias a reconocer la necesidad social de la fe y el deber indi-
En el mismo fascículo de la Civiltá Cattolica hay un exten-
vidual ( 1) ". En 1893, por impulso de tal congreso, patrocinado so e interesante artículo de comentario de la sentencia vaticana.
por León XIII " (la encíclica Rerum Novarum es de 1891) fue Dicha sentencia cstá constituida por dos partes orgánicas: en la
fundada la Revista Internazioaale di Science Socia/e e DisciplinCJ primera, compuesta de siete breves tesis, acompañadas cada una
Ausilíare, que todava se publica. En el fascículo de enero de 1903 de amplias citas extraídas de Jos documentos pontificios, especial-
de la revista se resume la actividad del decenio. La actividad de
mente de León XIII, se da un resumen claro de la doctrina sindical
esta revista, que jamás ha sido muy "ruidosa", debe ser estudiada católica; en la segunda se trata del conficto específico en examen.
sin embargo en rela('ión con la de la Critica Socíale, de la cual de-
es decir, las tesis son aplicadas e interpretadas en los hechos
bía ser d contra-altar. r('alcs.

a León XUI (Jor~quín Pecci, 1810~1903), que sucedió al Papa 'Pio X eu


Los catá/icos y la insurrección. A propósito de las medidas toma-
1878, trató de elevar el ptestigio de la Iglesia. y tle salvada del aislamiento cu
que estnLa cayendo mediante el mejoramiento de las relaciones con los diversos das en 1931 contra la Acción Católic-a italiana • es interesante el
Estados, incluida Italia. Se aproximó .n. Dismarck poniendo fin a la Kttltt~r~
0
kampf, exortó a los católi<;os franceses {l ;Jdherirse (ralliement) a la repúblic-<1, Grmnsci se refiere nqní a las medidas tomadas por el gohiemo fascistn
etc. Tratando de contrarrestar la influencia asumida por el movimiento socia· contra la Acción Católica en 1931 debido a )a influencia de qne gozaba esta
lista y obrero en todo el mundo, publicó en 1891 la encíclica Rerum Noca~ última entre los jóvenes trabajadores y los estudiantes. Todo terminó con Ia
nnn, c.:onsiderada hoy como el documento fundamental de la doctrina social victoria de Jos fascistas, que lograron limitar y controlar la activldad de la
cristiana. Tal encíclica no propone, ni mucho mt:>nos, ona solución a la cues- Acción Católica en el campo juvenil y _una mayor colaboración en el campo
tión social y se limita a propugnar un mayor intervencionismo estatal y una sindical, :reforzándose de tni manera las ligazones t·ada vez más estrechas
cierta libertad de acción para las organizaciom.->s obreras. (N. del T.) entre la Iglesia y el régimen fascista. (N. del T.)

222 223
artículo "Un agrave questione di educazione cristiana. consenso de parte de los ortodoxos, asedi an al catolicismo
A propo- para ha-
sito del primo congreso internazionale dell'insegnamen cerlo renunciar a su prima do y para ofrecer en la lucha
to medio un impo-
libero di Bruxelles (28-31 luglio 1930)", publi cado en nente frente único prote stante en lugar d.e una multi tud
la Civiltii de iglesias,
Cattolica del 20 de setiembre de 1930. secta.s, tendencias de diversa importancia que, toma
El C6dígo Social de :..1alinas, como es sabido, no exclu das una por
ye la una, difícilmente podrí an resistir a la tenaz y unificada
posibilidad de la insurrección arma da por parte de los iniciativa
católicos; misionera católica. La cuestión de la unidad de las
naturalmente, restringe ]os casos de esta posibilidad, pero Iglesias cris-
no define tianas es un formidable fenómeno de la posguerra y
ni precisa las condiciones positivas para la posibilidad es digno de
misma, que que se le prest e máxima atenc ión y un estudio cuidadoso.
se refiere sin embargo a ciertos casos extremos de supre
sión y limi-
tación de los privilegios eclesiásticos y vaticanos.
En este artículo de la Civilta Cattolica, justamente en
la pri- La primera comuni6n. Una de las medi das más impo
mera página y sin otra observación, se repro duce un rtantes esco-
fragmento gidas por la Iglesia para reforzar su estro ctura en los
del libro de Charles Terlinden, Guillaume I, roí des Pays tiempos mo-
Bas, et dernos es la oblígací6n establecida para las familias de
rtgli se catlwlique en Belgique (1814-1830), Dewit, hacer efec-
Bruxelles, tuar la prime ra comunión a los siete años. Se comp rende
1906. tomo 2): "Si Guillermo I no hubiese violado la el efecto
libert ad Y psicológico que debe produ cir en los niños el apara to
los derechos de los católicos, éstos, fieles a una religión ceremonial
que orden a de la prime ra comunión, como acontecimiento familiar
el respeto a la autoridad, no hubiesen pensado jamás individual
en suble- y como acontecimiento colectivo, y, además, en
qué fuent e de
varse, ni en unirse a sus irreconciliables enemigos, los
liberales. terror y por consiguiente de adhesión a la Iglesia se
Ni estos últimos, que por entonces eran pocos, y cuva transforma.
influencia Se trata de "comprometer" el espíritu infantil apenas
sobre el pueblo era débil, habrí an podido sacudir por comienza a
sí solos el reflexionar. De allí entonces la resistencia que la medida
yugo extranjero. Sin el concurso de los católicos, la revol ha encon-
ución hel- trado en las familias, preoc upad as por los efectos delcté
ga habría sido una estéril sublevación sin éxito". reos sobre
el espíritu infantil de este misticismo precoz y la lucha
. Toda la cita es impresionante, en todos ms tres perío de la Iglesia
dos, como por Yencer esta oposición. (Reco rdar en Piccolo mond
es interesante el artículo entero, dond e Bélgica repre o antico, de
senta una Fogazzaro, la lucha entre Franc o Maironi y su espos
referencia polémica de actualidad. a cuand o se
trata de condu cir en bote a la niña en una noche tempestuo
sa, para
asistir a las fiestas de Navidad. Franc o Maironi quier
e crear en
la niña "recuerdos" imborrables, "impresiones" decisivas;
Mo~;ímiento pancristiano. La x.v Semana Social de Milán la esposa
( setiem- no quier e turba r el desarrollo nom1al del espíritu de la
bre de 1928) trató ]a cuestión: "La verda dera unida hija.)
d reli~iosa"; La medi da fue decre tada por Pío X en 1910. En 192.8
v el volumen de las actas salió impreso con este título por el edito r
la Socie- Puste t, de Roma, volvió a publi car el decre to con un
ta Editrice Vita e Pcnsiero (Milá n. 1928). carde nal Gasparri y un comentario de monseñor Jorio,
prefacio del
El argum ento ha sido tratad o desde el punto de vista dand o lu-
del Va- gar a una nueva camp aña de la prens a.
ticano, según las directivas dadas por la enciclica M ortali
um ani-
mo.~ de enero de 1928, y contr a el movimiento puncristian
o de los
protestantes, que querí an crear una especie de federación
de las
diversas sectas cristianas, con igualdad de derechos. I'ublir.aciones católicas periódicas. (Cifras obtenidas
de los Annal í delflta lia
Esta ofensiva protestante contr a el catolicismo prese Cattolica para el año 1926 y que se refieren a 1a
nta dos setiembre de 1925) .
situac ión existente hasta
momentos esenciales: 1) las iglesias protestantes tiend
en a conte- Los católicos public aban 627 perlói)icos, así clasificados
ner el movimiento disgregador en sus filas (que conti por los Annal i:
nuam ente 1) Cotidianos: 18, de los cuales 13 en Italia septentriona
l, 3 en la central, 1
da lugar a nuevas secta s); 2) se alían entre sí y obtie nen en !'lápole.s Y 1 en Cerdeña; 2) Periódicos de formac
un cierto ión y propaganda cat6-

224
225
lica. 121 de los cuales 83 en b región septentríonal, ~2. in
eJ Cln~~· ~te?"
el Mediodía 1 en Cerdeña, 4 en Sicüia; 3) Boletines oftcta es 1 e cc,lon la o- blea anual de la Sociedad de las Naciones, personalidades católicas
lica (Junta • Central y OrgamzaclOnes
. . N·acl'onales)
. i
. ,. 17 de iónos cua es
Católica en
en de todos los paises se reunían en Francia por una semana y discu-
Bolonia, 5 en Milán, 11 en Roma; )N~'!~~':";¡ e':;~': 5 en el Medio-
4
tían los problemas internacionales, contribuyendo a crear una uni-
¡ s Di6cesís. 71 de las cua1es 46 en e1 • ' . ·
;la, 1 c~rdeaa, 3
d.
en en Sicilia; 5) Peri6dicNos o!ic7"
42 de los cuales 26 en e1 or e, 5
e'!:e~b~":nir;'f:'~:':~ dad concreta de pensamiento entre los católicos de todo el mun-
do. Bajo el velo de la cultura se trata evidentemente de una Inter-
nes tversas: • . w "''~· 134• de los cuales 44 -en
d e d"c•M•·
~o~arÍ
6) Bo1etme.
e~ ~
nacional laica católica, distinta del Vaticano y en la línea de la
) 1 1 Med'odía·
;;n el C;ntro: 43 en el Mediodía, 2 en Cerdeña. 9 en Sícília; 21
e o e, . d l uales 89 en el Norte, 53 en el Centro, actividad política parlamentaria de los partidos populares.
Periódicos religiOSos: 177,d ': os c n Sicilia· B) Perí6dicos de cultura (arte, En la Civilt<l Cattolica del 6 de mayo de 1933 se comenta el
6
en el Mediodía, 3 en Cer enas, 1 el7 en el t Norte 16 en el Centro, 5 en el volumen que recoge los infonnes de la tercera de estas Semanas
~~d%"d(., ~tr:~k'ict~~;d;) ~';,:!;;;:~. juvení1es;. J6, de los cuales 10 en el Nor·
1 1
internacionales. (Les grandes activités de la Société des Nations
2 1 Centro 2 en el Mediodía, 2 en 81c11ta.
te1 ~~ ~s
627 ;ublicaciones, 328 sal~n. ~n el Norte, 161 en el Centro, 94
devant la pe11sée chrétienne. Conférences de la troisieme Semai-
tle catholique intematíonale 14-20 septembre 1931, Edítions Spes,
1 Med" d' 8 en Cerdeña 07 en Slclhn.
en e ~ ~;~~s cifras estadt~ticas, pero sl se tiene en cuenta b importancia París, 1932.)
d ,adSou pesublicación el peso de la región septentrional aumenta en mucho. Es preciso anotar la respuesta que da el profesor Halecki de
e e Ena ]925 se puede
• calcular que exiStian . . d"ócesis
. , ;,"80 "; cerca de. 200 Juntas
t - la Universidad de Varsovia a la siguiente pregunta: "¿,Cómo es
diocestmas de Acción Cat61ica. Sería ~ecesario comparar est~o:r~~i~~~ 1~ 1 posible que la Iglesia, luego de dos mil años de propagar la paz,
d 1919 1920 y con el período postenor al Concordato. La P d"d
lo: perlÓdicos debe haber cambiad~' mucho, di:minuyendou::;.~~:n ~;;ado~ 1 110 haya podido lograrla todavía?". La respuesta es ésta: "La ense-

Jos cotidianos y Pt~dicos d~~o;:~~d~ ;o~:~~gy"':,df; :t%ida<l política. Ue-


1 ñanza de Cristo y de su Iglesia se dirige individualmente a la per·
1
estrechamen~e
cordur el ep1soda.10apor
ortulna
e cua 1 en a lgunas pro'\'incias se, probibió
. a los semana- sona humana, a cada alma en particular. Y es esta verdad la que
dos publicar réclame y horarios tranviarios y ferrov1anos, etc. 11 nos permite explicarnos por qué el cristianismo sólo puede operar
muy lentamente sobre las instituciones y sobre las actividades prác-
ticas colectivas, debiendo conquistar un alma después de la otra
y recomenzar este esfuerzo con cada nueva generación". Para la
La Acción Católica en Francia. Importancia especial ~~ la Ac;i_ón Civilta Cattolica esta es una "buena respuesta, que puede refor-
Católíca francesa. Es evidente que en Francia la Accwn Catohea zarse con la simplísima consideración de que la acción pacifica-
dispone de un personal más escogido y preparado que en los otr~s dom de la Iglesia es enfrentada y suprimida continuamente pot
. íses Las Semanas Sociales ponen en discusión argu':'e~to~ e aquel residuo irreductible (sic) de paganismo que aún sobrevive
pa . . < mas
un mter~s J.
vas to Y actual que en los demás
" flugares. Sena
1 mte-
'ta e inflama las pasiones de la violencia. La Iglesia es un buen médico
resantc una comparación entre las "Semanas rancesas y as 1 - y ofrece saludables remedios para la soc'edad enferma, mas ésta
lianas. · · fl · rechaza en todo o en parte las medicinas".
Por otro lado los católicos tienen en Francm ~na m uen:Ja Respuesta muy sofística y no difícil de refutar; por otro lado
intelectual que no poseen en otros países, y que es;c~ mucho m~¡or está en contradicción con otras pretensiones clericales, Cuando con-
t 1·. da y Or"anizada (dentro del sector catohco, se cntwn- viene, los clericales pretenden que un país es 99 % católico para
cen ra 1za . o nfl . t' " tr"ngida
de ya que en algunos aspectos dicha i uencm es _a r':~ 1 d 1 deducir de nllí una particular posición de derecho de la Iglesia en
po~ la existencia en este país de una fuerte ccntrahzacwn e a relación con el Estado, etc. Cuando no conviene, se hacen peque-
cultura laica) . . ños, peque:tlos. Si fuese verdad lo que dice el profesor Halecki, la
E F . también fue constituida la Union Catholu¡ue activ;dad de ln Iglesia en dos mil años habria sido un trabajo de
n rancla, ' . . . . t • 1 de
d'Études I ntemationales, entre cuyas llllCJatlvas es a a, l una es- Sísifo y debería continuar siéndolo, ¿Pero qué valor podria darse a
pedal Semana católica internacional. Mientras se reuma a asam- una institución que jamás construye nada, que se prolonga de ge.
neración en generación por fuerza propia, que no modifica en
226
227
nada la cultura y la concepc10n del mundo de ningun a genera- La Acción Católica en Alemania. La debilid ad de toda organiza-
ció~. nacional d~ la Acción Católic a res.ide ;)O el hecho de que su
ción, tanto que siempre es preciso comenzar todo de nuevo? El
sofisma es claro: cuando conviene, la Iglesia es identifi cada con acc10n está hm1tada y se ve continu amente turbad a por las nece-
sidades de la política internacional e interna en todo Estado de
la misma sociedad (con el 99 'Po, de ella, al menos) , cuando no
conviene, la Iglesia es sólo la organización eclesiástica o directa- la Sa~ta Sede. A medida que cada Acción Católica se extiende y se
mente la persona del Papa. Entonces la Iglesia es un "médico" que conVIerte en orgamsmo de masa, tíende a convertirse en un ver·
indica a la sociedad los remedios. Es tambié n muy crnioso que los dadero paliido , cuyas directivas son impuestas por Lc¡s necesidades
jesuitas hablen de "residuo irreduc tible" de paganismo: si es irre· internas de la organización; pero este proceso jamás puede. con-
ductiblc no desapa recerá jamás, la Iglesia no triunfar,\ nunca, et- vertirse en orgánico precisa mente por la intervención de la Santa
Sede.
cétera.
En ese hecho tal vez deben buscarse las razones por las cuales
en Alcman!a L1 Acción Católica nunca fue hicn aceptad a. El Cen-
Lucien Romier y la Acción Católica francesa. Romier ha sido rela- tro se hab1a desarrollado tanto como fuerza política parlam enta·
tor en la Semana Social de Nancy de 1927. Habló allí de la "Des- ria, empeñ ada en las luchas interna s alemanas, que toda vasta for-
proletarización de las multitudes", argume nto que tocaba sólo indi- mación de A~dón Católica, controlada estrech amente por el Epis-
rectam ente el tema tratado por la Semana Social, dedica da a "La copado, habna compro metido su potenci a actual y sus posibilida-
mujer en la sociedad". El padre Danset habló así de la "Raciona- des de desarrollo. Record ar el conflieto suscitado entre el Centro
lización", en su aspecto social y moral. Y el Vaticano cuando éste quiso que aproba sen las leyes militares
¿Pero es Romier un elemento activo de la Acción Católic a de Bismarck, siendo el Centro un dccídido opositor a tales leyes.
Se ob.serva un desarrollo similar en Austria, donde el clerica-
francesa, o ha particip ado sólo inciden talmen te en esta reunión?
La Semana Social de ::'\lancy de 1927 es muy import ante para
lismo fue siempr e muy ft!Crte como partido y no tuvo "ii~cesidad
la historia de la doctlin a político-social de la Acción Católica. Sus de una vasta organiz ación perman ente como la de la Acción Cató·
conclusiones, favorables a la más amplia particip ación femenina lica, sino únicam ente de rebaños electorales no orgánicos bajo el
control tradiciot1al de los párrocos.
en la vida política, han sido aproba das por el cardena l Gaspar ri
en nombre de Pío XI. Las actas han sido publica das en 1928 (Se-
maines soeiales de France. La femme dans la société, París, Ga·
balda). Es indispensable para el estudio de la vida política francesa. Die katoli.1che tl.ktíon. Materia/en tmd .{kren, von Dr. Erhard
Recordar que en 1925 Romier había aceptad o entrar a formar par- Schlund, O, F. ~!. (Verlag Josef Kosel und Fícdric h Pnstet. \fn·
nich, 1928).
te del gabinet e de concentración nacional de Herriot ; había acep-
tado taro bién colaborar con Herriot, el jefe del grupo católico par- Es una reseña de h At'ción Católica en los p1incipales países
lamentario francés fotmad o poco antes. Romier no era diputad o ni y una exposición de k..s doctrinas papales a propósito de la misma.
senador; era redacto r político de Le Figaro. Despué s de aceptar En ,:leman ia no existe la Acción Católica del tipo t'omún, pero es
entrar a formar pa1te del gabinet e de Herriot, debió abando nar Le C011Sldcrado como tal el conjunto de la organización católica. (Esto
Figaro. Romier se había hecho un nombre con sus publicaciones significa que en Alemania el catolicismo está domina do por el
de carácte r industrial-social. Creo que llegó a ser redacto r dt¡l protest antismo y no osa atacarl o con una propag anda intensa ,)
órgano técnico de los industriales franceses La ]oumée Industrielle. Sobre esta base habrla <¡!le estudia r cómo se desarrolla la base
política del "Centro". '

" Cfr. también el libro de monse11or KaHer, Unser Laienapostofat, 2:¡~; edic.~
vol. I. Leusterdorf am Rheín, Veriag des johanne~bund 1 1927.

229
228
El libro de Schlund tiende a introducir y a popularizar en error para los católicos basarse en un partido tradicional como el
Alemania la Acción Católica de tipo italiano, y Pío XI debe por demócrata? ¿Mostrar la religión como ligada a un determinado
cierto impulsarla en tal sentido, aunque con cautela, ya que una partido? Por otro lado, en el actual siStema americano ¿podrían
acentuada actividad podría despertar viejos rencores y luchas. fundar un partido propio? América es un territorio interesante para
estudiar la fase actual del catolicismo como elemento cultural y
como elemento político.
Los católicos alemanes, por iniciativa del Episcopado, fundaron ya
en 1919 una "Liga de paz de los católicos alemanes". Sobre esta
Liga y las sucesivas iniciativas para desarrollarla, así como sobre Es interesante la correspondencia de los Estados Unidos publi-
su programa, analizar la Cioiltii Cattolica del 19 de junio de 1929. cada en la Civiltrl Cattolica del 20 de setiembre de 1930. Los ca-
En este mismo fascículo véase la ca1ta de Pío XI al cardenal tólicos recurren frecuentemente al ejemplo de los Estados Unidos
Bertram, arzobispo de Breslavia, a propósito de la Acción Católica para recordar su homogeneidad y su fervor religioso C'n relación con
en Alemania, ([UC debe ser considerada como una intervención per- los protestantes, divididos en tantas sectas y corroídos continua-
sonal del Papa para dar un impulso mayor al movimiento que en mente por la tendencia a caer en la indiferencia o en la irreligio-
Alemania no parecía encontr(l.r organizadores muy fervientes. La sidad, lo cual explica el imponente número de ciudadanos que en
carta del Papa es nn verdadero programa teórico·priictico, siendo los censos declaran no tener ninguna religión.
interesante en general y no sólo para Alemania. 1-.·le parece que de esta correspondencia se deduce ([UC la imli-
La Cidltd Cattolica la comenta extensamente, y ('' C\idcnte ferPncia no escasea tampoco entre los católicos. Se refieren Jos da-
<1uc dicho comentario sirve también para otros países. tos publicados en una serie de artículos de la "renombrada" "Ecclc-
síatical Rcviow" de Filadelfia en los meses preccclcntcs. Gn párro-
co afirma qne el 44 % de sus fieles permanece durante toda una
La Acción Católica en los Estados U nidos. Artículo de la Civilta larga serie de años enteramente desconocido, no obstante los es-
Cattolica del 3 de enero <le 192.9 sobre La campagna elettorale fuerzos realizados repetidamente, tanto de su parte como de sus
degli Stati Uníti e le sue lezíoní, a propósito de la candidatura de asistentes eclesiásticos, para lograr un censo exacto. Admite con
Smith a la presidencia de la república. toda sinceridad que cerca de la mitad de m grey permaneció al
La Cirilt<i Catto/íca registra la encarnizada resistencia de las margen de su prédica, y no tuvo otro contacto que el que puede
I~ksias protestantes contrn Smith y habla de "guerra de religión". dar una irregular frecuencia a las misas y los sacramentos. Son
No se hace mención de la posición asumida por Smíth hacia el hechos, al decir de los mismos párrocos, que se repiten en casi
l'apa en su famosa carta (cfr. el libro de Fontainc sobre la Santa toda.s las parroquias de los Estados Unidos.
Sede,S etc.), que es un elemento de "americanísmo" católico. (l'osi- Los católicos mantienen a sus expensas 7.664 escuelas parro-
ción de los católicos contra -:1 prolühicionismo y en favor de los quiales, frecuentadas por 2.201.942 alumnos, bajo la guia de reli-
farmcrs.) giosos de ambos sexos. Existen también otros 2.750.000 alumnos (es
Se observa que toda acción concentrada de los católicos pro- decir, m:ís del 50 '); ) que "o por haraganería de los padres o por
voca una reacción tal que los resultados son inferiores a la fuerza lejanía del lugar están constreñidos a frecuentar las escuelas del Es-
que los católicos dicen poseer y de allí, por consiguiente, los peli- tado, sin religión, donde no se escucha nunca una palabra sobre
gros de una acción en escala nacional concentrada. ¿Ha sido un Dios, sobre los deberes hacia el Creador y ni aun sobre la exis-
tencia de un alma inmortal".
6 Nícolas Fontr..ine, Saint~Si.Cge, Action Fram;oise~ Catlwliques Tntégrau.x, Un elemento de indiferencia, está dado por los matrimonios
Gamher, París, 1928. (N. del E.) mixtos: "El 20'% de las familias válidamente constituidas en ma-

230 231
trimonios mixtos descuidan la misa, si el padre no pertenece a
la fe católica; pero cuando la madre no es católica, el porcentaje Los Concordatos
se eleva al 40.'%· Es más, estos padres descuidan totalmente la
educación cristiana de la prole". Se trató de restringir los matri·
monios mixtos y aun de prohibirlos; pero las condiciones "empeo-
raron", porque los «recalcitrantes" en estos casos abandonaron a
la Iglesia (con la prole) contrayendo uniones "inválidas"; estos
casos constituyen el 61 % si el padre es "herético", el 94 'fo si es
'berética" la madre. Por ello se liberalizó: rehusando la licencia
del matrimonio mixto a las mujeres católicas se tiene una pérdida
del 58 %, concediéndola la pérdida es "sólo" del 16 'fo.
Se evidencia por com;iguiente que el número de los católicos
en los Estados Unidos es solamente un número estadístico, de cen-
sos, es aecir, es muy difícil que alguien de origen católico declare
no tener religión, a diferencia de lo que ocurre con los de origen
protestante. En definitiva, más hipocresía. De aquí se puede juzgar ¿Cuándo comenzaron las tratativas por el Concordato? ¿El discur·
la exactitud y la sinceridad de las estadísticas en los países de so dell9 de enero de 1926 se refería al Concordato? Las tratativas
mayoría católica. debían atravesar distintas fases, de mayor o menOI' oficiosidad,
antes de entrar en la fase realmente oficial, diplomática: de allí
que el ?omienzo de dichas tratativas tienda a ser apartado y tal
tendencta a apartarlo, para hacer aparecer como más rápido el
transcurso, es natural. En la Civilta Cattolíca del 19 de diciembre
de 1931, en la p. 548,' se dice: "Al final vuelve a evocar fielmente
la historia de las tratativas, que se extendieron desde 1926 hasta
el año 1929".

Relaciones entre Estado e lgle¡¡ia. El Vorwdrts del 14 de junio


de 1929, en un artículo sobre el concordato entre la Ciudad del
Vaticano y Prusia, escribe que "Roma la ha considerado quizás sin
validez {la legislación precedente que ya constituía de hecho un
concordato) a continuación de los cambios políticos ocurridos en
A_Je'_Dania". Ad'_Ditido este principio o, mejor, afirmado por la ini-
Ciativa del VatiCano, puede ('Onducir muy lejos y ser rico en con·
secuencias políticas.
~n la Vosstche Zeitung del 18 de junio de 1929, el Ministro
de Finanzas prusiano Hoepker-Aschoff planteaba así la misma
1
Nota bibliográfica sobre el libro de Wilfrid Parsons Tite Pope and Italv
Washington, The America Press, 1929. Parsons es director de la revis~
America.
232
233
CIIC$tlÓn: "Igualmente, no es posible desconocer el fundamento de poder de un Estado exterior justifica y reivindica determinados de-
la. tesiS de Roma que, en presencia de los muchos cambios políticos rechos Y poderes de jurisdicción (aunque sea de una determinada
y territoriales ocurridos, consideraba que los acuerdos debían-ser jurisdicción especial). ¿Qué poderes ha adquirido el Reich sobre
adnptndos a las nuevas circunstancias". En el mismo artículo Hoep- la Ciudad del Vaticano en virtud del reciente concordato? Y aún
ker-Aschoff recuerda que "el Estado prusiano siempre había sos- más, la fundación de la Ciudad del Vaticano da una apariencia de
tenido que los acuerdos de 1821 estaban todavía en vigor"'. legitimidad a la ficción jurídica que hace del concordato un común
Para el Vaticano la guerra de 1870, con sus cambios territo- tratado internacional bilateral. Pero se estipulaban concordatos
riales y políticos (engrandecimiento de Prusia, constitución del im- antes de ~ue existiese la ciudad del Vaticano, lo que significa que
perio gennáníco bajo la l1egcmonía prusiana) y el período del Kul- el terntono no es esencial para la autoridad pontificia (al menos
tllrkampf no eran "cambios" tales como para constituir "nuevas desde este punto de vista). Una apariencia, porque mientras el
circunstancias", mientras que habrían sido esenciales los cambios concordato limita la autoridad estatal de una parte contra yen te
ocunidos luego de la gran guerra. Evidentemente, ha cambiado en su prop~~ terr~torio e influye y detcnnina su legislación y su
el pensamiento jmidico dd Vaticano y puede cambiar más toda- admmJstracwn, mnguna limitación es señalada para el territorio
vla, según sns conveniencias políticas. de la otra parte. Si existe alguna limitación para esta última, ella
. A. C. Jemolo en el artículo "Bcligione dello Stato e confessioni se refiere a la actividad desarrollada en el territorio del primer Es-
annesse"' cscdbe lo siguicnt.': "En 1918 se lograba nna importan- tado, sea por parte de los ciudadanos de la Ciudad del Vaticano,
tísima innovación en nuestro derecho~ innovación qne~ cosa exh·a- como de los ciudadanos del otro Estüdo que se hacen representar
ña (¡pero en 1918 existía la censura de la prensa!), posaba total- por la Ciudad del Vaticano. El concordato es, por consiguiente, el
¡
mente desapercibida. El Estado volvía a subsidiar el culto católico, reconocimiento explícito de una doble sob<"ranía en un mismo te-
abandonando luego de sesenta y tres· años el principio cavouriano nitmio C"Statal. No se trata por cierto de la misma fmma de sobera-
que había sido colocado en la base de la ley sarda del 29 de mayo nía supernacionul (suzeraineté), tal cual era reconocida formalmen-
de 1855, según el cnal el Estado no debe subsidiar ningún culto'". te al Papa en el Medievo hasta el advenimiento de las monarquías
absolutas y en otra forma también después, hasta 1848; pero es
La innovación fue introducida con D. L. ( Luop:otenenziale) 17 de
1 una d<>rivación necesaria de ella, por razones de compromiso.
marzo de 1918, n. 396, y 9 de mayo, n. 655. A propósito, Jemolo
recomienda la nota de D. Schiappoli, "I recenti provvedimenti eco- j Por olro lado, aun en los periodos más espléndidos del papa-
nornici a vantaggio del clero". Nápoles, 1922. extraída del volu- do Y <:e su poder supr~nucíonal, las cosas no marcharon siempre
men XL VIII de las Actas de la Real Academia de Ciencias M ora- 1 muy b1en. La suprcmacm panal, aunque reconocida jurídicamente,
era recl:azada de hecho de un modo con frecuencia muy áspero y
les y Políticas de Nápolcs.
en la~ h:p6tesis más optimistas se reducía a los privilegios polfticos,
cconormcos y fiscales del episcopado de cada uno d<> los países.
Concordatos !/ tratados intemacionales. La capitulación del Esta-
do moderno que se verifica en los concordatos se disfraza identifi- 1 autónomo
Los concordatos menoscaban de manera esencial el carácter
de la soberanía del Estado moderno. ¿El Estado obtiene
cando verbalmente concordatos y tratados internacionales. Pero l una contrapartida? Por cierto que sí, pero la obtiene en su mismo
territorio y <>n lo que respecta a sus propios ciudadanos. El Estado
un concordato no es nn tratado internacional común. En el concor-
dato se realiza de hecho una interferencia de soberanía en un solo obtiene (y <:'n este caso correspondería mejor decir el gobierno)
territorio estatal, ya que todos sus artículos se refieren a los ciuda- que la Iglesia no estorbe el ejercicio del poder, y que por el con-
danos de uno solo de los Estados contratantes, sobre los cuales el trario lo favorezca y lo sostenga, de la misma manera que una mule-
ta sosticn0 a un inválido. La Iglesia, por lo tanto, se compromete
·2 En Nuovl Studí di Dirltto, Economía, Política, 1930, p. 30. con una determinada fonnn de gobierno (que es determinada des-

234 235
pe el exterior, como documenta el mismo concordato), se empeña sección de papagayos amaestrados de los Nuovi Studi, puedan ser
en promover aquel consenso de una parte de los gobernados que eonsiderados las más ilustres víctimas del maquiavelismo. Es útil
el Estado explícitamente reconoce no poder obtener con medios estudiar la divisián del traba:jo que se trata de establecer entre la
propios; he aquí en qué consiste la capitulación del Estado, por qué casta y los intelectuales laicos; a la primera es cedida la formación
de hecho acepta la tutela de una soberanía exterior, a la que reco- intelectual y moral de los más jóvenes (escuelas elementales y
noce prácticamente su superioridad. La misma palabra "concor- medias), a los segundos el. desarrollo ulterior dé! joven en la U ni-
dato" es sintomática ... versidad. Pero la escuela universitaria no está sometida al mismo
régimen de monopolio que impera en la. enseñanza media y ele-
Los artículos publicados en los Nuovi Studi sobre el Concor-
mental. Existe la Universidad del Sagrado Corazón y podrán ser
dato son de lo más interesantes y se prestan fácilmente a la refu-
organizadas otras universidades católicas equiparadas en todo a las
tación. (Recordar el "tratado" firmado por la república democrá-
estatales. Las consecuencias son obvias: la escuela elemental y
tica georgiana luego de la derrota del general Denikin.)
media es la escuela popular y de la pequeña burguesía, estratos so·
Pero en el mundo moderno ¿qué significa prácticamente la ciales monopolizados educativamente por la casta, ya que la mayo-
situación creada en un Estado por las estipulaciones concordatarias? ría de sus elementos no llegan a la Universidad, vale decir, no
Significa reconocer públicamEnte a una casta de citHhtdanos del conocerán la educación moderna en su fase superior crítico-histó-
mismo Estado detCJminados privilegios políticos. La forma no es rica, sino únicamente la educación dogmática.
ya la medieval, pero la sustancia es idéntica. En el desarrollo de La universidad es la escuela de la clase (y del personal) diri·
la historia moderna, esa casta había visto atacado y destruido un gente, es el mecanismo a través del cual se produce la selección de
monopolio de función social que explicaba y justificaba su existen- los individuos de las otras clases para ser incorporados al personal
cia, el monopolio de la cultura y de la educación. El concordato gubernativo, administrativo, dirigente. Pero con la existencia en
reconoce nuevamente este monopolio, aunque sea atenuado y con- paridad de condiciones de universidades católicas, la formación de
trolado, por cuanto asegma a dicha casta posiciones y condiciones este personal no será ya unitaria y homogénea. La casta, en las
preliminares que con sus solas fuerzas, con la intrínseca adhesión universidades propias, realizará una concentración de cultura laico-
de su concepción del mundo a la realidad, no podría mantcnf'l". religiosa como no se veía desde hace muchos decenios y se encon-
Se comprende entonces la lucha sorda y sórdida de los intelec- trará de hecho en condiciones mucho mejores que la concentra-
tuales laicos y laicistas contra los intelectuales de casta por salvar ción laico-estatal. En efecto, no es comparable ni lejanamente la
su autonomía y su función. Pero es innegable su intrínseca capi- eficiencia de la Iglesia, que como un solo bloque sostiene a su
tulación y su distanciamiento del Estado. El carácter <'tico de 011 propia universidad, con la eficiencia organizativa de la cultura lai-
Estado concreto, de un detern1inado Estado, es definido por su ca. Si el Estado (aun en el sentido más vasto de sociedad civil)
legislación efectiva y no por las polémicas de los francotíradorc.> no se expresa en una organización cultural según un plan centra-
de la cultura. Si éstos afirman "el Estado somos nosotros'. afirman lizado y no puede tampoco lograrlo, porque su legislación en mate-
sólo que el llamado Estado unitario es únicamente "apodado así", tia religiosa es lo que es y su carácter equívoco no puede dejar de
ya que de hecho existe en su seno una escisión muy grave, tanto favorecer a la Iglesia dada su estructura maciza y el peso relativo
más -grave cuanto la afirman implícitamente los legisladores y y absoluto que de ella se deriva, y sí los títulos de los dos tipos de
gobernantes al decir que el Estado es, al mismo tiempo, el de las universidades son equiparados, es evidente que se tenderá a que
leyes escritas y aplicadas y el de las conciencias que lntimamente las Universidades católicas se conviertan en el mecanismo selectivo
no reconocen aquellas leyes como eficientes y buscan sórdidamente de los elementos más capaces e inteligentes de las clases inferiores
vaciarlas (o al menos limitarlas en su aplicación) de contenido que es preciso incorporar al personal dirigente.
ético. Se trata de un maquiavelismo de pequeños politiqueros; de Favorecerán esta tendenda·eJ hecho de no existir discontinui-
allí que los filósofos del idealismo actual, especialmente los de la dad educativa entre las escuelas medías y la universidad católica,

236 237
mientras que tal discontinuidad existe en la universidad laico-esta·
zaciones y el contacto con ambientes de vida menos sofocantes y
tal y el hecho de que la Iglesia, en toda su estructura, está prepa-
estrechos que los eclesiásticos, este fenómeno adquirió cierta am-
rada pura este trabajo de elaboración y selección desde abajo. La
plitud ).
Iglesia, desde este punto de vista, es un organismo perfectamente
democrático (en sentido paternalista). El hijo de un campesino o La organización eclesiástica sufría por consiguiente una crisis
de un artesano, si es inteligente y capaz y si es lo bastante dúctil constitucional que pudo ser fatal para su poder, si el Estado hu-
como para dejarse asimilar por la estructura eclesiástica y para biese mantenido íntegra su posición de laicismo, aun sin necesidad
sentir el particular espíritu de cuerpo y de conservación y la vali- de una lucha activa. En la lucha entre las formas de vida, la Iglesia
dez de los intereses presentes y futuros, puede, teóricamente, con- tendía a perecer autornáticamente, por agotamiento propio. El Es-
vertirse en cardenal o en papa. Si en la alta jerarquía eclesiástica el tado salvó a la Iglesia.
origen democrático es menos frecuente de lo que podría ser, esto Las condicionPS económicas del clero fueron mejoradas mien-
ocurre por razones complejas, en las que sólo parcialmente gravita tras el nivel de vida general, especialmente el de las capas medias,
la presión de las grandes familias aristocráticas católicas o la razón em;:>coraba. El mejoramiento ha sido tal que 1~ "vocaciones" se han
de Estado (internacional). Una razón muy poderosa es la siguien- multiplicado maravillosamente, impresionando al propio pontífice,
te: muchos seminarios están bastante mal preparados y no pueden que las explicaba por la nueva situación económica. La base de la
educar completamente al hombre de pueblo inteligente, mientras elección de los elementos idóneos para el clericato ha sido am-
que el joven aristocrático desde su mismo ambiente familiar recibe pliada, permitiendo así mayor rigor y exigencia cultural. Pero la
sin esfuerzo de aprendizaje una serie de aptitude;; y de cualidades carrera eclesiástica, a pesar de ser el fundamento más sólido de la
que son de primer orden para In. carrera eclesiástica, tales como la potencia vaticana, no agota sus posibilidades. La nueva estructura
tranquila seguridad de la propia dignidad y autoridad y el arte dé escolar permite la introducción en el personal dirigente laico de
tratar y gobernar a los demás. células católicas compuestas por elementos que deben su posición
Un motivo de debilidad de la fglesia en el pasado consistía solamente a b Iglesia. y que se irán reforzando cada vez más. Hay
en que la religión otorgaba escasa posibilidad de carrera fuera que pensar que la infiltración clerical en la estructura del Estado
de la eclesiástica; el propio clero estaba deteriorado cualitativa- aumentará progresivamente ya qu<' la Iglesia es imbatible en ei
mente por las "escasas vocaciones" o por las vocaciones que se arte de seleccionar a los individuos y de tenerlos permanentemf'ntc
daban únicamente entre los elementos intelectualmente subalter- ligados a ella. Controlando los liceos y las demás cscup]as medias,
nos. Esta crisis era ya muy visible antes de la guerra; era un aspec- a tnlYés de sus fiduciarios. ln Iglesia seguirá, con la tenacidad que
to de la crisis general de las carreras a renta fija con planteles len- l0 cs característica, a los jóvenes de las clases pobres y les ayudará
tos y pesados, vale decir de la inquieto<.! social del intelectual subal- a continuar sus estudios en las universidades católicas. Becas de
terno abstracto (maestros, docentes medíos, curas, etc.) en la que estudio subvencionadas por los internados organizados con la má-
obmba la competencia de las pmfesiones ligadas al desarrollo de xima econon1Ía, junto n las universidades, pennitírán esta acción.
la industria y de la organización privada capitalista en general La Iglesia. en .m etapa actual, con el impulso da <.lo por el pon-
(periodismo, por ejemplo, que absorbe muchos educadores, cte.). tífic<' a la Acción GJtóliea, no puede limitarse sólo a prodncir cu-
Había comenzado ya la invasión de las escuelas normales y de las ras; desea penetrar en el Estado (recordar la teoría del gobierno
universidades por parte de las mujeres y con ellas de los sacerdo- indirecto elnboracla por Bellannino) y por eso necesita laicos, ne-
tes, a los cuales la curia (luego de la ley Greda ro) no podía prohi- cesita una concentración de cultura católica representada por lai-
bir que se procurasen un titulo público que les permitiese concu- cos. i\1udms personalidades pueden transformarse en auxiliares de
rrir también a los empleos del Estado y aumentar así la "finanza" la Iglesia, mús valiosos como profesores de la U nivcrsidad, como
individual. Muchos de estos curas, apenas obtenido el título pú- altos funcionarios de In administraclón, que como cardenales u
blico, abandonaron la Iglesia (durante la guerra, por las movili- obispos.

238 239
Ensanchada la base de selección de las "vocaciones", seme- gmr a su víctima y con tenacidad, cambiando continuamente sus
jante acti\jdad laico-cultuml tiene grandes posibilidades de exten- métodos, tenderá u lograr su programa máximo. Según la expresión
derse. La U níversidad del Sagrado Corazón y el centro neoesco- de Disraeli: "Los cristianos son los hebreos más inteligentes, que
lástico • son únicamente las primeras células de este trabajo. Y por han comprendido cómo es necesario actuar pura conquistar al
ello fue sintomático el congreso filosófico de 1929. • • Se enfren- mundo".
taron allí los idealistas aetualistas y los neoescolásticos, y éstos ac-
tuaron con decidido espíritu de conquista. El grupo neoescolás- La Iglesia no puede ser reducida a so fuerza "normal" con la
tico, luego del concordato, deseaba justamente aparecer como bata- refutación, desde un punto de vista filosófico, de sus postulados
teóricos, ni con las afirmaciones platónicas de una autonomía esta-
llador, como seguro de sí para atraer a los jóvenes. Es preciso tener
tal (que no sea militante), sino únicamente con la acción práctica
en cuenta que una de las fuerzas de los católicos consiste en mo-
cotidiana, con la exaltación de las fuerzas humanas creadoras en
farse de las "refutaciones perentorias" de sus adversarios no cató-
toda el área social.
licos. La tesis refutada es retomada por ellos en forma imperturba-
ble y como sí nada ocurriese. El "desinterés" intelectual, la lealtad Un aspecto de la cuestión que es preciso valorar correctamente
y honestidad científica, no son entendidas o se conciben como debí· es el de las posibilidades financieras del Vaticano. La organización
Jídades o tonterías de los otros. Ellos parten de la potencia de su en permanente desarrollo del catolicismo en los Estados Unidos da
organización mundial que se impone como si fuese una prueba de la posibilidad de recoger fondos muy importantes, además de las
verdad y se basan e-n el hecho de que la gran mayoría de la pobla- rentas nonnales aseguradas hasta ahora (que en 1937, sin embargo,
ción no es todnvía "moden)a"·t sino tolemaica} en su concepción disminuirán en 15 millones por año debido a la conversión de la
del mundo y de la ciencia. deuda pública del 5 % al 3,5;%) y del óbolo de San Pedro. ¿Po-
Si el Estado renuncia a ser un centro activo y permanentemen- drían surgir cuestiones internacionales a propósito de la inter-
te activo de unD cultura propia, autónoma, la Iglesia no puede más vención de la Iglesia en los asuntos internos de aquellos países don-
que triunfar en lo sustancial. Pero el Estado, lejos de intervenir de el Estado la subvenciona pennanentemente? La cuestión es, co-
como centro autónomo, destruye a todo opositor de la Iglesia que mo se dice, elegante. El problema financiero torna muy interesante
tenga ·la capacidad de limitar su dominio espiritual sobre las mul- el problema de la así llamada indisolubilidad entre tratado v con-
titudes. Se puede prever que si permanc<:e inmutable el cuadro ge- cordato proclamada por el pont!fice. Admitiendo que el papa· se en-
neral de las circunstancias, las consecuencias de tal situación pue- contrase ante la necesidad de recurrir a este medio político de
den ser de máxima importancia. presión sobre el Estado, 2.no se crearía de inmediato el problema
de la restitución de las sumas cobradas (que están ligadas precisa-
L!H:glesia es un Shylock aun más implacable que el persona- mente al tratado y no al concordato)? Pero ellas son tan ingentes
je shakespeariano; querrá su libra de carne aun a costa de desan-
que es lógico pensar que habrán sido gastadas en gran parte en los
primeros años; de allí entonces que su restitución pueda considerar·
4 Centro ncocscolástico: movimiento filosófico de tendencia aristotélico~ se prácticamente imposible. Ningún Estado podría facilitar al pontí-
tornlsla surgido en Italia a comienzos del siglo XIX. Contó entre sus promoto- fice un empréstito tan grande para desembarazarlo, y tanto menos
res primjpales con el padre Luígi Taparelli d'Azeglio y fue sancionado en
1879 por la encíclica Aeterni patris (Del Eeterno Pe~dre) de Le6n XIII. La
un capital privado o una banca. La denuncia del tratado desenca-
ConciHación dio nuevo impulso <1l IJeoescolastieismo con la fundadón de la denaría una crisis tal en la organización práctica de la Iglesia, que
llecista di Filosofía Neoescol<míca y de la Universidad católica del Sagrado su solvencia, aunque sea a largo plazo, sería liquidada. La conven-
Corazón ( l92fl), ambas por iniciativa del padre Gemelli. (N. del T.) ción financiera anexa al tratado debe ser considerada, por lo tanto,
•• El Congreso de filosofía del 26-29 de mayo de 1929 señaló el punto rle como la parte esencial del tratado mismo, como la garantía de una
crisis del laicismo y del liberalismo, estallando en su seno la lucha entre Gío-
\'anni Ccntile y el padre Gemelii, vale decir, entre idealistas actualistas y neo- casi imposibilidad de denuncia del tratado, proyectada por razones
escolásticos. (N. del T.) polémicas y de presión política.

240 241
Fragmento de la carta do León XIII a Francisco José:' "Y no en ella la acción social y económica y la educación espiritual de
silenciaremos que en medio de tales molestias nos falta sin embar- la juventud". .
go el modo de subvenir por cuenta propia a las incesantes y múlti-
Sobre el Concordato cs necesario ver tambiéu el libro de Vin-
ples exigencias materiales, inherentes al gobierno de la Iglesia.
cenzo Morcllo, Il conflittn dopn la Cnncilia;:irme,'· y la respuesta
Verdad es que nos llegan en socorro las ofertas espontáneas de la
de Egilberto Martire, Ragioní del/a Conciliazione.' Sobre la
caridad; pero siempre ante nosotros surge con amargura el per!Sa- polémic·a lv!ordlo-).lartirc ver el artículo firmado ""ovos' en Critica
mietlto de que ellas llenan de agravio a nuestros hijos, y por otra
parte no se puede pretender r¡uc la caridad pública sea inagotable".
"Por cuenta propia" significa: "recogido a tmvés de impuestos" a l Fascista del 1Q de fehrcro de 19.33 ("Una polcmica sulla Concilia-
zionc"). Morcllo pone de relieve no sólo a<jucllos puntos sobre el
concordato en donde el Estado se ha disminuido a sí mismo, ha all-
los ciudadanos del Estado pontificio, cuyos sacrificios no provocan
aflíccí6n según parece; resulta natural que la población italiana
j dicado de su soberanía, sino también cómo en algunos puntos las
concesiones hechas a la Iglesia son más amplias que las hechas por
pague los gastos de la Iglesia universal. 1 otros países concordatarios. Los puntos en controversia son princi-
En el conflicto entre Bismarck y la Santa Sede se encuentran palmente cuatro: 1) el matrimonio. Por el aJtÍculo 43 del concor-
los gérmenes de una serie de cuestiones promovidas tal vez por el dato el matrimonio es disciplinado por el derecho canónico, vale de-
hecho de que el Vaticano tiene la sede en Italia manteniendo de- cir, se aplica en el ámbito estatal un dereC'ho que le es extraño.
terminadas relaciones con el Estado italiano. Bismarck "hizo lan- 1 Por eso los católicos, sobre la base de un derecho extraño al Estado,
zar a sus juristas -escribe Salata en la p. 271 de la citada obra- pueden hasta rumiar el matrimonio, a diferencia de los no católicos,
la teoría de la responsabilidad del Estado italiano por los hechos cuando "el S<'r o no ser católico" <khería "ser irrelevante en los ca-
políticos del papa, que Italia había constituido en tal condición de sos civiles"; 2) por el artículo 5, inciso 3°, existe In interdicción de
invulnerabilidad e irresponsabilidad por los daños y ofensas infe- algunos cargos públicos para los sacerdotes apóstatas o para aque-
ridos por el pontífice a los otros Estados". llos que han sido censurados, es decir, se aplica una "pena del Có-
digo Penal a personas que no han cometido frente al Estado nin·
gún delito punible. El artículo 19 del Código dice en cambio que
ningún ciudadano puede ser castigado sino por el hecho expresa-
El Director General del Fondo para el Culto, Raffaclc Jacuzio, ha mente previsto por la ley pen;¡l como delito; 3) Morcllo no ve cuá-
publicado 11n Commento del/a ntwva legislazione in materia eccle- les son las razones de utilidad por las r¡uc el Estado ha hecho tabla
swstica, con prefacio de Alfredo Rocco,' donde recoge y comenta rasa de las leyes de exención, reconociendo a los entes eclesiásticos
todas las aetas tanto de los órganos estatales italianos como de los Y a las órdenes religiosas la existencia jurídica, la facultad de poseer
pertenecientes al Vaticano para la vigencia del Concordato. Men- Y administrar sus propios bienes; 4) enseñanza: exclusión total del
cionando el problema de la Acción Católica, Jaeuzio escribe Estado de las escuelas eclesiásticas y no ya sólo de aquellas que
(p. 203): "Pero ya que en el concepto de política no entra sola- preparan técnicamente a los sacerdotes (es decir, exclusión del con-
mente la tutela del ordenamiento jurídico del Estado sino también trol estatal en la enseñanza de la teología, etc.), sino también de
todo cuanto tiene relación con las providencias de orden econó- aquellas dedicadas a la enseñanza general. El artículo 39 del con-
mico y social, es muy difícil ... considerar excluida a priori de la cordato se refiere en efecto también a las escuelas elementales y
Acción Católica toda acción política, cuando . . . se hacen entrar
medms que funcionan en muchos seminarios, colegios y conventos,
de las cuales el clero se sirve para atraer niños y jovencitos al sacer-
a Creo que con fecho. junio de 1892) mencionada en pp. 244 y ss. del libro docio y a la vida monástica, pero que en sí ~o son aún cspcciali-
de Francesco Salata~ Per la storia diplomatica della Questiane Romnna, I,
Treves, 1929. ' Bompiani, 1931.
< Turin, Utet, 1932. ~ Roma, Ra.ssegtla Romana, 1932,

242
243
zadas. Estos alumnos deber ían tener derec ho a la tutela del
Esta- sobre el Ordenamiento de los grados escolares y de los progr
do. Creo que en otros conco rdatos se han tenido en cuent amas
a ciertas didácticos de la instrucción elemental: ·~como funda mento
garan tías hacia el Estad o, media nte las cuales el mismo y coro-
clero no nación de la instm cción eleme ntal en cada uno de sus
se ha forma do de una mane ra contra ria a las leyes y al orden grado s se
na- pone la enseñ anza de la doctri na cristia na según la forma
ciona l e impon iendo precis amen te la condi ción de que reci-
much as bida en la tradic ión católica".
funciones eclesiásticas requie ran un título de estud io públic
o (que El 21 de marzo de 1929, en un artícu lo sobre "L'ins egnam
dé acceso a las Unive rsidad es). ento
La circul ar ministerial sobre la cual insiste "Igno tus" en su religioso nelle scuole medie", consid erado de carác ter oficio
fo- so, es-
llet.o Stato fascista, Chiesa e scuola 7 dicien do que "no es cribe Tribuna: "El Estad o fascista ha dispuesto que la religió
juzga da n ca-
por muchos como un monu mento de prude ncia polític a, en tólica, base de la unida d intele ctual y moral de nuest ro puebl
cuant~
o, fue-
se enseñ ada no solam ente en la escue la de niños, sino
se expresaría con excesivo celo, con el celo que Napo león tambi én
( quen; a en la de jóvenes".
clccir Tallcy rand) no desea ba en absoluto, con un celo que
podn a Los católicos natura lment e relaci onan todo con el artícu
parec er excesivo si el docum ento, ~~s qu~, de un ?;lin.ist;,rio lo 19
civil, del Estatu to, rcafü mado en el artícu lo 1Q del Trata do con
hubie se eman ado de la mism a admm1stracwn ecles¡ ashca la Santa
, fue fu- Sede, interp retand o que el Estad o, en cuant o tal, profes
mada por el ministro Belluzzo y envia da el 28 de marzo a la reli-
de 1929 gión católica y no ya solam ente que el Estad o, en cuant o neces
a ]as Deleg acione s provinciales de enseñ anza.• ita
Según "Igno tus" esta circul ar habrí a facilit ado a los católi ele cerem onias religiosas, establ ece que ellas deben ser "catól
cos icas".•
una interp retaci ón extensiva del artícu lo 36 del Con;o rdato
. ~Pero '¡·
esto es verda d? "Igno tus" escrib e que con dicho art1culo
Italia no Vincu lada a la ley de las garan tías existió una dispos ición
reconocería sino apena s ( !?) consideraría como "fund amen to en la
y co- cual se fijaba que sí en los próximos cinco años despu és de
ronación de la instru cción públic a la enseñ anza de la doctri la pro-
na cris- mulga ción de dicha ley el Vatic ano recha zaba acept ar la
tiana según la forma recibi da por la tradic ión católica". indem ni-
¿Pero ~s zación establ ecida, el derec ho a la indem nizac ión caduc
lógica esta restricción de "I gnotu s' y la interp retaci ón sofíst aba. Sin
ica del emba rgo, en los balan ces hasta 1928 apare ce siemp re plante
yerba "cons iderar "? La cuesti ón es grave, por cierto , y proba ado el
ble- reclam o de la indem nizac ión al Papa. ¿Cómo es eso? ¿Fue
mente los comp ilador es de ]o, docum entos no pensm:on quizá
a tiemp o modif icada la dispos ición ue 1871 y cuánd o y por qué
en la impor tancia de sns concesiones, y ele ahí, J?or consig razon es?
uiente , La cuesti ón es muy impor tante.
este brusco retroceso. Pnede pensa rse que el camb w de nomb
re del
r-·Iinisterio ele "Instr ucció n públic a" por el de ;\ !inistcrio
de "Edu-
cación Nacio nal" cshÍ ligado a esta neces idad de interp
retaci ón
restrictiva del artícu lo 36 del Conco rdato. desea ndo poder
afirm ar
Naturaleza de los Concordatos. En su carta al carde nal Gaspa 10
rrí
que una c.:osa es "'instrucción" (~omento_ ."¡~formativo", del 30 de mayo de 1929, escrib e Pío XI: "Tam bién en el
~oda vía Conco r-
eleme ntal y prepa ratori o) y otra educa cwn (mom ento dato están prese ntes, si no dos Estados, cierta mente dos sober
forma- anías
tivo", coronación del proceso educa tivo) según la pedag plena mente tales, es decir, plena mente perfec tas, cada una
ogía de en su
Gentil e. orden , éste. a su vez, determ inado neces ariam ente por sus
respec -
Las palab ras "fund amen to y coronación" del Conco rdato tivos fines, donde ni vale la pena añadi r que la objeti va
repi- dignid ad
ten la expresión del Real Decre to del1 Q de octub re de 1923,
n. 2185,
9 Cfr. sobre el punto de vista catMico con respec to a la escuela públic a
artículo (del padre M. Barbera) .. Religione e filosofia nelle el
-; Lihr('ría del Littorio. Roma, 1929. scuole medie'', en
s Circular uQ 54, public ada en el Bofetin Oficial
del I\Iinisterio de la Edu~ la Civiltil Cattolica, del lo de junio de .1029.
cación Nacional tl 16 de abril de 1929, publicada hücgm J rJ Publicada en la Cit:iltci Cattoli
nwntc en la Civiltrl ca del 15 de junio sucesivo, vol. 11, p. 483.
Cattoli ca del IH de mayo Sllbsiguiente. (N. del E.)

244
de los fines determina no menos objetiva y necesariamente la abso- hecho de que en todo período de guerra el Estado tiene necesidad
luta superioridad de la Iglesia". de la máxima paz y unidad moral y civil.
Este es el terreno de la Iglesia: habiendo aceptado dos ins- En este artículo se transcriben fragmentos de articulas pu-
trumentos distintos al establecer las relaciones entre Estado e Igle- blicados en el momento de la Conciliación. Así, el senador Petrillo
sia, el tratado y el Concordato, necesariamente el tratado pasa a (en el Popolo d'Italia del 17 de febrero de 1929) recuerda lo
determinar las relaciones entre dos Estados mientras que el Con- ocurrido en los círculos gobernantes y parlamentarios italianos con
cordato las relaciones entre dos soberanías del "mismo Estado", la muerte de Benedicto XV. El gobierno Bonomi deseaba evitar
vale decir, se admite que en el mismo Estado existen dos sobera- una conmemoración en el Parlamento que habría obligado al go-
nías iguales, ya que tratan en paridad de condiciones (cada una bierno a intervenir, y no deseaba efectuar ninguna manifestación
en su orden). La Iglesia afirma también, naturalmente, que no política ni en un sentido ni en otro. Bonomi era apoyado por los
existe confusión de soberanías, yn qne en lo "espiritual" al Estado populares y tenía ministros populares en su gabinete. Yo me en-
no le compete soberanía y si se la arroga cornete usurpación. La contraba en Roma por esos días y me dirigí a Bevione -Subse-
Iglesia, por otro lado, afirma que no puede existir una doble so- 1
cretario de la Presidencia- en compañía de Bombacci para lograr
beranía en el mismo orden de fines, porque sostiene precisamente un pasaporte. Bevione era impaciente y deseaba tener la seguridad
la distinción de los fines y se declara única soberana en el te· de que ningún grupo habría de tomar una iniciativa que pudiese
rreno de lo espiritual. j arrastrar a los otros y obligar al gobierno a intervenir. En reali-
El padre Luigi Taparelli, en su libro Esame critico degli or- dad ninguno habló, pero Petrillo se cuida muy bien de explicar
dini rappresentativi nella societc) moderna, define así los concor- por qué justamente nadie, nadie había hablado.
datos: " ... Son convenciones entre dos autoridades gobernantes Se puede admitir, habría estado bien, desde cierto punto de
de una misma nación católica". Cuando se establece una conven- vista, que hubiese hablado Salandra, mas ¿por qué cuando se
negó a hablar, no lo hizo ningún otro? ¿Y por qué únicamente
ción, tienen por lo menos u'lli igual importancia jurídica las in- 1 Salandra debe ser criticado?
terpretaciones que dan las dos partes de dicha convención.

Conflicto entre Estado e Iglesia como categoría histórica eterna.


Iglesia y Estado en Italia antes de la Conciliación. Revisar al Analizar al respecto el capítulo correspondiente de Croee en su
respecto el artículo "La Conciliazionc fra lo Stato italiano e la libro sobre la política. n Se podda agregar que, en cierto sentido,
Chiesa ( Cenni cronistorici) ", publicado en la Cit>ilit& Cattolica el conflicto entre "Estado e Iglesia" simboliza el conflicto entre
del 2 de marzo de 1929 (continúa en los fascículos sucesivos que todo sistema de ideas cristalizadas, que representan una fase
habrá que revisar) y que tiene algunos elementos interesantes, pasada de la historia y las necesidades prácticas actuales. Lucha
entre otras cosas, porque al mencionar ciertos hechos indica que entre conservación y revolución, etc., entre lo pensado y el nuevo
cuando ocurrieron se les asignaba una cierta importancia). pensamiento, entre lo viejo, que no quiere morir, y lo nuevo, que
quiere vivir.
Se menciona así especialmente la Semana Social de Venecia
de 1912, presidida por el marqués Sassoli de Bianchi, y la Semana
Social de Milán en 1913, que trató sobre las "libertades civiles
de los católicos". ¿,Por qué los católicos como organización de
masa trataron justamente en 1912 y 1913 la cuestión romana y
determinaron los puntos fundamentales que era necesario supe-
rar para su solución? Basta pensar en la guerra de Libia y en el ¡
¡
11 Croce, nStato e Chiesa in sen."io ideale e loro perpetua lotta nella storia",
en el volumen Etica e Política, Bari, 1931, pp. 339-344. (N. del E.)

247
Católicos integrales, jesuitas y modernistas

Cat6licos integrales. • Los "católicos integrales" tuvieron mucho


éxito bajo el papado de Pío X. Representaron una tendencia euro-
pea del catolicismo ubicada políticamente en la extrema derecha,
aunque eran más fuertes en ciertos países como Italia, Francia y
Bélgica, en los cuales las tendencias de izquierda en la política y
en el campo intelectual se hacían sentir profundamente y de di-
ferentes maneras sobre la organización católica. Durante la guerra
los alemanes secuestraron en Bélgica una gran cantidad de docu-
mentos reservados y secretos de los "integrales", que publicaron
de inmediato, ofreciendo así abundantes pruebas de que habían
constituido una verdadera asociación secreta para controlar, diri-
gir, "purgar" el movimiento católico en todos sus grados jerárqui-
cos, con lenguajes cifrados, comisarios, correspondencias clandes-
tinas, agentes de espionaje, etc.
El jefe de los "integrales" era monseñor Umberto Benigni
y una parte de la organización estaba constituida por el Sodali-
tium Pianum (del Papa Pío V). Monseñor Benigni, muerto en
1934, era un hombre de gran capacidad teórica y práctica y de
una actividad increíble; escribió entre otras una obra de gran

• .Con este nombre se designa la concepción según la cual todos los !lllpec·
tos de la vida política y social deberlan ser postulados y concretados sobre la
base de principios inmutables de la doctrina católica, condenando por consi-
guiente en forma implícita todo el recorrido de ]a historia moderna. Surge con
el Lamennais de Ja primera etapa como reacción al iluminismo y al raciona-
lismo del siglo xvm, logrando el máximo de desarrollo bajo los pontificados
de León XIII y de Pío X. (N. del T.)

249
vuelo, La siMia socíale della Chiesa, de la cual han aparecido 4 to representan la lucha contra los jesuitas y su poderío, lucha
volúmenes de alrededor de 600 páginas cada uno, en gran for- conducida todavía hoy por los elementos de derecha o de izquier- ·
mato, editados por Hoepli. Como se deduce de la Civiltd Catto- da, bajo la indiferencia aparente de la masa del clero y con re-
lica, Benigni jamás interrumpió su acción conspiradora en el inte- sultados no despreciables en la masa de los fieles, que ignora estas
rior de la Iglesia, no obstante las dificultades en que se encontra- luchas y su significado y precisamente por ello no puede alcanzar
ron los uintegrales" a causa del curso de la política de Pío XI, va- una mentalidad unitaria y homogénea de base.
cilante, titUbeante, tímida, pero sin embargo con una dirección
A estas fuerzas internas antagónicas y clandestinas (o casi)
popular democrática debido a la necesidad de nuclear grandes
de la Iglesia (para el modernismo la clandestinidad es indispen-
masas alrededor de la Acción Católica. Los uintegrales" apoyaron
sable) les conviene tener "centros" externos públicos, o que ejerzan
en Francia el movimiento de la Action {Taru,;aise, estuvieron en
una directa acción eficaz sobre el público, con periódicos o edicio-
. contra de Silion • y en especial contra todo modernismo • • po-
nes de folletos y de libros. Entre los centros clandestinos y los
lítico y religioso.
públicos existen ligazones ocultas que se tmnsfonnan en los cana-
Frente a los jesuitas asumían una actitud casi jansenista, vale
les de las iras, las venganzas, las denuncias, las pérfidas insinua-
decir de gran rigor moral y religioso, contra toda forma de debi- ciones, las maledicencias para mantener siempre viva la lucha
lidad, oportunismo y centrismo. Los jesuitas, naturalmente, acusan contra los jesuitas (que tienen también su organización no oficial
a los "integrales" de jansenismo (de hipocresía jansenista) y, más
aún, de hacerles el juego a los modernistas (teólogos) : 1) por su
lucha contra los jesuitas; 2) porque ampliaban de tal manera la
noción de modernismo y por consigLliente se desguarnecían ofre-
l
l
1
o directamente clandestina, a la cual deben contribuir los llamados
"jesuitas bicos", curiosa institución copiada quizás de los terciarios
franciscanos y que numéricamente parece representar cerca de '14
1 de todas las fuerzas jesuitas. Esta institución de los "jesuitas laicos"
ciendo a los modernistas un comodísimo campo de maniobra. En J merece ser ostudiada con ateneíón). Todo esto demuestra que la
1
los hechos ocurrió que, en su lucha común contra los jesuitas, "in- fuerza de cohesión de la Iglesia es mucho menor de lo que se
¡
tegrales" y modernistas se encontraron objetivr1mentc en el mismo piensa, no sólo por el hecho de que la creciente indiferencia de
terreno y colaboraron entre sí ( Buonaiuti habría csc1ito en la la masa de los fieles por las cuestiones puramente religiosas y
revista de Benigni). eclesiásticas da un valor muy relativo a la superficial y aparente
,:.Qué queda hoy de los modernistas y de los "integrales"? Es
difícil identificar y calcular su fuerza objetiva en la organización
1 homogeneidad ideológica, sino por el hecho mucho más grave de
que el centro eclesiástico es impotente para aniquilar las fuerzas

l
eclesiástica, especialmente la de los modernistas (los "integrales" organizadas que luchan conscientemente en el seno de la Iglesia.
han mantenido sus fuerzas casi intactas, aun después de la cam- La lucln contra el modernismo, en especial, ha desmoralizado al
paña contra la Action fran,alse). De todas maneras dichas fuerzas clero joven, que no vacila en pronunciar el juramento antimoder-
siempre constituyen "fermentos" que continúan actuando en cuan- nista, conservando no obstante sus opiniones.'
1 De un artículo del padre Rosa, "Risposta ad 'U na polemíca
0
Revista de tendencia democrát:c::t cristiana, fundada en París en 1894, Des~ senza onestil e senza lcggc· ", en la Cíviltá Cattolica del 21 de ju-
cle 1902, órgano de los cris.ti[lnos sociales franceses; conden:ldn por el Papa lio <le 1918, son extraídas estas indicaciones: monscJior Benigni
Pío X por sus inclinaciones modernistas. (N. del T.) continúa (en 1928) teniendo una notable organización. Una co-
>~~ ° Con el nombre de modernismo es desígnado aquel vasto movimiento del
clero y del laicado católico, que hacia fines del siglo XIX. y comien:r.os del xx
1 Recordar los ambientes turincses de los jóvenes eclesiásticos, también do-
aspiraba a reformar el fondo doctrino.l de la lglesia católica, teniendo en Cl.tenta
miniemos, antes de la guerra y sus desviaciones que llega b::m hasta :~coger con
tanto el progreso científico como las nuevas exigencias sociales. Sus princ<p;r~
benevolencia lús tendencias modernizantes del islamismo y del bndlsmc y a
les exponentes fueron Loisy en Francia y Romolo Murrí y Ernesto Buon.tinti
concebir la religión como un sincretismo. mundial de todas las religiones snpe-
en Italia. El modernismo fue condenado en 1907 por el Papa Pío X meditn:te
riore'>. Dios es como el sol, del cua1 las religiones son los rayos y cada rayo
la encídicá Pascendi. (N. del T.)
conduce al sol único.

250 251
lección titulada V érités es publicada en París y aparecen alli las ti, naturalmente, Benigni ha sido instmmento y cómplice de los
firmas Récalde, Luc V erus, Simon. Luc V erus es el seudónimo jesuitas, mas parece que en 1904 Buona!uti colaboró en la Mis-
colectivo de los "integrales". Rosa cita el opúsculo Les découvertes cellanea de Benigni).
du jésu~te Rosa; successeur de van Gerlach, París. Linotypie G. Sobre el tema de Católicos integrales, ¡esuitas y modernistas,
Dosne, Rue Turgot 20, 1928, que atribuye a Benigni, al menos que representan las tres tendencias "orgánicas" del catolicismo, es
por el material. Los jesuitas son acusados de "amigos de los ma- decir, las tendencias que se disputan la hegemonía en la Iglesia
sones y de los judíos" (hace recordar la "doctrina" de Ludendorff 1 romana, es preciso recoger todo el material útil y preparar una
sobre la "internacional masónico-judeo-jesuítica"), son llamados bibliografía. (La colección de la Civilta Cattolica, Ricerche re-
"demagogos" y "revolucionarios", etc. En Roma Benigni se sirve
de la agencia Urbs o Romana y firma sus publicaciones con el 1i
ligiose de Buonaiuti, M iscellanea de Benigni, las colecciones de
folletos polémicos ck las tres corrientes, etc.).
nombre de su sobrino Mataloni; el boletín romano de Benigni se j De acuerdo con lo subrayado por la Civilta Cattolica, Fede e
j
titulaba Ve ritas (¿sale ahora o hasta cuando salió?). Benigni (¿en Ragione' parece ser hoy la revista más importante de los católicos
1928 o antes?) ha publicado un folleto, Di fronte alla calunnia, 1 "integrales", Ver cuáles son sus principales colaboradores y en
de pocas páginas, con documentos que conciernen al Sodalizio 11 qué puntos entran en contradicción con los jesuitas, si dichas
Piano, folleto que fue reproducido en parte y defendido por dos contradicciones hacen a la fe, la moral, la política, etc. Los "in-
periódicos católicos: Fede e Ragione (de Florencia) y la Liguria tegrales" son fuertes en el conjunto de cualquier orden religiosa
del Popolo (de Génova). Benigni dirige el periódico Miscellanea
di Storia Ecclesiastica.
1{
rival de los jesuitas (dominicanos, franciscanos).
Es preciso recordar que ni los mismos jesuitas son perfecta-
El opúsculo Una polemica setlW onest1l e senza legge contra
el padre Rosa es del profesor E. Buonaiutí. Rosa habla del libro
l mente homogéneos: el cardenal Billot, integral intransigente hasta
1 abandonar la púrpura, era jesuita, y lo eran también algunos mo-
1
de Buonainti en Le modernisme catholique (publicado en la co- 1 dernistas famosos como TyrrelL

~
lección dirigida por P. L. Couchoud, de la edítorial Ricdcr) y
observa que el autor admite fínalmente una serie de hechos que

l
había negado siempre durante la polémica modernista (por ejem- Los "integrales" y la "Action fraru;aise". El artículo "L'equilibrio
plo, que Buonaiuti fue el autor de la campaña modernista del della verita fra gli estremi dell'errore", publicado en Civiltd Cat-
Giornale d'Italía, cosa que este último no dice explkitamcnte en tolica del 3 de noviembre de 1928, parte de la publicación de
su libro, pero que se puede deducir como verosímil dada la tor-
tuosidad de estos escritores). Benigni organizó esa campaña de
prensa en la época de la encíclica l'ascm>di.
En sns Ricerche relígiose (julio 1928, p. :335) Buonaiuti re-
l Nicolás Fontaine, "Saint-Siege", "Action Frangalse" et "Catholi-
ques intégraux", Parls, Gamber, 1928, del cual se da en una nota
el siguiente juicio: "El autor está dominado por prejuicios polí-
tit:os y liberales, máxime cuando ve la política en la condena de
la Actíon Fraru;aise. Pero los hechos y los documentos por él apor-
lata un episodio característico (mencionado por d padre Rosa
con expresiones de reproche). En 1909 el profesor modemista An-
{ tados sobre el famoso Sodalizio no fueron desmentidos". Fon-
tonino De Stefano (actualmente eura secularizado y profesor de taine no ha publicado nada completamente inédito (los documentos
historia en la Universidad) debía publicar en Ginebra una Rcwe de Fontaine sobre los "integrales" habían sido publicados en abril
Modemiste Intemationale; Buonaiuti le escribió una carta. Pocas de 1924 por el Mouvement . ¿por qué entonces los jesuitas no se
semanas después fue llamado por el Santo Oficio, El asesor, el sirvieron antes de ellos?).
dominicano Pasqualigo, le impugnó palabra por palabra dicha
carta, que había sido sustraída en Ginebra. Un emisario romano
se bahía "infiltrado" en la casa de De Stef,mo, et~. (pam Buonain-
'. ~a~:~4e a~::o;; ~ir~g~d~e~~~"~i" s~~~~~e q~of~ b~b~:then(~i~~:o~es;~
dirigido por él en 1925).
252 1.
o,;~
La cuestión es importante y quizás pueda ser resuelta en es- Sobre la cuestión "del mérito" ele la política de Pío XI las
tos términos: la acción pontificia contra la Actlon fran<;:aise es el conclusiones no son fáciles, C'omo lo evidencia el propio curso de
aspecto más evidente y resolutivo de una acción más vasta tcn- esta política, incierto, tímido, titubeante debido a las inmensas
(líente a liquidar una serie de consecuencias de h política de Pío
X (en Francia, pero indirechmente también en los otros países),
j dificultades contra las cuales elche luchar continuamente. Se ha
dicho muchas veces que la Iglesia católica posee una virtud de
vale decir, Pío XI quiere limitar la importancia de los católicos adaptación y ele desarrollo inagotable. Esto no c., muy exacto. En
1
"integrales", abiertamente reaccionarios y que en Francia tornan l la v1da de la Iglesia pueden fijarse algunos puntos decisivos;
casi imposible la organización de una fuerte Acción Católica y de J el primero es el que se identifica con el cisma entre Oriente y
un partido democrático-popular que pueda competir con los radi- Occidente, de carácter territorial, entre dos civilizaciones históri-
cales, pero sin atacarlos de frente. La lucha contra el modernismo l
1 cas en contradicción, con escasos elementos ideológicos y cultu-
había llevado demasiado a la derecha al catolicismo, era prcci:m l rales, que comenzó con el advcnimicotn del Imperio de Cario-
por lo tanto "centrarlo" nuevamente alrededor de los jesuitas. es
decir, volver a darle una forma política dúctil, sin rigideces doc-
trinarías, con una gran libertad de maniobra, etc. Pío XI es, ver-
l magno, es decir, con una renovada tentativa de lwgcmonía política
Y c~ltural de Occidente sobre Oriente. El cisma se produjo en un
penado en el que las fuerzas eclesiásticas estaban escasamente
daderamente, el papa de los jesuitas. orga~ízadas y se profundizó cada vez más automáticamente por
Pero luchar contra los católicos en un frente orgánico es la misma fuerza de las cosas, imposibles de controlar, comn ocurre
mucho más difícil qne luchar contra los modernistas, La lucha 1 ent:e dos personas que por decenios no mantienen contacto y se
contra la Action franr;aise 0frece un terreno óptimo; los "íntegra- aleJan una de otra hasta hablar dos lenguajes diferentes. El sc-
les" no son combatidos como tales, sino en cuanto sostenedores de gun¿o es el de la Reforma, que se produjo en condiciones muy
Maurras, es decir, la lucha es dispersa, contra aquellas personas d1stmtas Y que si bien dio como resultado una separación terri-
que no obedecen al par a, que impiden la defensa de la fe y de la torial, tuvo en especial un carácter cultural y determinó la Con-
moral contra un ateo : un pagano confeso, mientras el conjunto 1 trarreforma y las decisiones del Concilio de Trcnto, que limitaron
de la tendencia es oficialmente ignorada. He aquí la importancia enormemente las posibilidades de adaptación de la Iglesia cató-
capital del libro de Fontaínc, que muestra el nexo orgánico entre hca. El tercero es el de la Revolución francesa (reforma líhcral-
Maurras y el "inlcgralismo" y favorece enérgicamente la acción del f dcmocrática), que· constriñe aún más a la Iglesia a entumecerse'
Papa y de los jesuitas (es preciso hacer notar que Fontaínc insistió l Y momificarse en un organismo absolutista y formalista del cual
muchas veces ante los "laicistas" franceses en el hecho de que el Papa es el jefe nominal, con poderes teóricamente "autocráti-
son los integrales y no los jesuitas los "antidcmocráticos", que los cos", pero en verdad muy escasos, ya que todo el sistema se rige
jesuitas, en realidad, ayudan a la democracia, cte. ¿,Quién es Fon- sólo por su entumecimiento de paralítico. Toda la sociedad ~n
taine? ¿,Es un especialista en estudios sobre la política religiosa? que se mueve y puede desenvolverse la Iglesia tiende a esclero-
¿No podría estar inspirado por los propios jesuitas?). sarse, dejándole muy pocas posibilidades de adaptación, ya es-
Este articulo de la Cioiltá Cattolíca, escrito por el padre Rosa, casas por la naturaleza actual de la misma Iglesia. La irrupción
es muy cauto en el uso de ]os documentos reimpreso,; por Fon- ~e formas nuevas de nacionalismo, que constituyen d témlino
taine, evita analizar aquellos que además de desacreditar a los fmal del proceso histórico iniciado con Carlomagno, es dcci r con
"integrales" proyectan una sombra de comicidad y de descrédito el ~rimer Renacimiento, torna no sólo imposible la adaptación, sino
sobre toda la Iglesia (los "integrales" habían organizado una ver- dJflcil hasta su existencia, come se observa en la Alemania ele Hi-
dadera sociedad secreta con lenguajes cifrados, en la cual el papa tler. Por otro lado, el Papa no puede "excomulgar" a la Alemania
era llamado "la baronesa l\lichelina'' y otros personajes por nom- hitleriana, hasta debe a veces apoyarse en ella, lo cual torna im-
bres igualmente novelescos; lo que muestra la mentalidad de Be- posible toda política religiosa rectilínea, positiva, de cierto vigor.
nígni hacia sus "jerarcas").

2.'í4 2:55
Frente a fenómenos como el hitlerisrno, no tendría ahora ninguna
significación el otorgar amplias concesiones al modernismo, es más, tendrán que analizar todos los matices "distintivos" a propósito
sólo aumentaría la confusión y el embrollo. Y no digo que en de la masonería, el antisemitismo, el nacionalismo, la democracia,
Francia las cosas sean más fáciles, ya que justamente en este país etc. En el caso de los modernistas se distingue también entre
ha surgido la teoría de contraponer la "religión de la patria" a la ilusos, etc., y se toma posición contra el antimodernismo de Beni-
gni: "Tanto más que era de temer, y no dejamos de hacerlo notar
"romana", Jo cual permite pronosticar un incremento del naciona·
ante quien debíamos, que tales métodos les habrían hecho el
lismo patriótico y no del cosmopolitismo romano.
juego a los modernistas verdaderos, deparando en el futuro graves
Del artículo de la Civiltií Cattolica del 3 de noviembre de daños a la Iglesia. Como posteriormente se observa aún basta hoy
1928 extraemos los siguientes elementos: se menciona que también
en Italia Maurras ha encontrados defensores entre los católicos;
1¡ en el nocivo espíritu de reacción, no sólo del viejo modernismo y
del liberalismo, sino también del nuevo y del integralismo. Este
se habla de "imitadores o fautores, evidentes u ocultos, pero igual-
mente aberrantes de la plenitud de la fe y de la moral católica,
1 último, que por entonces parecía oponerse a toda forma o apa-
en la teoría o en la práctica, proclamándola y aun ilusionándose
de querer defenderla integralmente por encima de todo". La Ac- l riencia de modernismo y ha.;¡ta presumía ser, corno suele decirse,
más papista que el papa, ahora en cambio, con grave escándalo,
lo resiste en forma hip6crita o lo combate abiertamente, como
tion franqaise "lanzó contra quien escribe estas líneas (el padre
Rosa) un cúmulo de vilipendios y calumnias increíbles (sic), hasta
aquella repetidamente insinuada de ¡asesinos y ejecutores despia·
ll ocurre entre los fautores rumorosos de la Action fra11faise en
Francia y sus silenciosos c6mplices en Italia".
Los "integrales" llaman "modernizantes" a los jesuitas y "mo-
dados de hermanos!". Analizar cuándo y cómo fueron hechas estas dernizantisrno" a su tendencia. Han dividido a los católicos en
acusaciones contra el padre Rosa. Entre los jesuitas existía un
sector integralista y favorable a Maurras, con hombres de primera
plana corno el cardenal Billot, que fue uno de los principales com-
piladores de la cndclica Pascendi, y que renunció al cargo de
l integrales y no integrales, vale decir en "papales" y "episcopales"
(parece que la encíclíca de Benedicto XV Ad beatissimi había
observado, censurándola, esta tendencia a introducir tales distin-
ciones entre los católicos, que dañaría la caridad y la unidad de
cardenal, cosa rarísima en la historia de la Iglesia. Este hecho los fieles) .
demuestra su obstinada terquedad y la resuelta voluntad del papa La Sapiniere (de S. P., iniciales del Sodalizio Piano) era la
de superar cualquier obstáculo en la lucha contra Maurras. sociedad secreta que se ocultaba detrás del velo del Soddizio Píano
La Revue Internationale de-< Soclétés Secretes, dirigida por el y o1·ganizó la lucha contra los jesuitas modcrnizantes, "en todo
abate Boulin, es «integral" y encarnizadamcntc antijcsuita. Boulin contraria a la primera idea y al programa oficial propuesto al
está ligado a Benigni-Mataloni y se sirve de seudónimos (Roger Santo Pontífice Pío X y aprobado de inmediato por el Secretario
Duguet). La Action Fm11faíse y los "integralesn se adhieren deses-
peradamente a Pío X y pretenden seguir siendo fieles a sus en- 1 de la Consistorial, no ciertamente para que sirviese como desahogo
a las pasiones privadas, para la denuncia y difamación de íntegros
señanzas, lo cual en el desarrollo histórico de la Iglesia constitui- y también eminentes personajes, de obispos y de órdenes religiosas
ría un gran precedente, ya que todo papa muerto podría ofrecer 1 enteras, particularmente de la nuestra, que nunca corno ahora
el terreno para organizar un>~ secta adherida a su particular ac- . estuvo a merced de tales calumnias, ni siquiera en los tiempos de
titud. Los "integrales" desean volver a honrar el Síllabo de Pío IX su supresión. Después de concluida la guerrd y con más fuerza
y en la propuesta de la Action franr;aise de tener un eclesiástico luego de la disolución del Sodalízio Piano, decretado por la Sa-
para la cátedra de Sillabo en sus escuelas estaba contenida una grada Congregación del Concilio, no por cierto a título de aplauso
hábil provocación, pero Pío XI no sólo quiere reactualizarlo, sino sino de prohibición y de censura, fue promovida, a expellSas del
que trata hasta de atenuar y edulcorar la encíclica Pascendí. conocido y riquísimo financista Simón de París y de su generosa
El artículo de la Civiltri Cattolica es verdaderamente impor-
tante y será preciso revisarlo si se profundiza esta cuestión. Se il
l.
.
camarilla, la publicación y la pródiga difusión gratuita de libelos
de lo más ignominiosos y críticamente insípidos contra la Com-
256
9S7
pañía de Jesús, sus santos, doctores y maestr os, sus obras y
su
j sólo despué s de 1926; pero esta afirma ción es hecha expres ament
constitución, solem nemen te aproba das por la Iglesia. Es la cono· l para excluir todo móvil polític o (lucha contra los ultrarr eaccio
e
cicla colección de los llamad os Récald e que ya abulta ¡nás de una na-
1 rios) de la lucha contra la Action fraru,;aíse y para dismin uir
la
docena de libelos, algunos de varios volúmenes, en la cual
es respon sabilid ad de Pío X. En la última nota del artícul o se dice:
demas iado recono cida y no menos retribu ida la parte de los c6m·
uNo se debe, sin embar go, confun dir uno y otro partid o, como
plices roman os. Es ahora reforz ada por la public ación de fo-
alguno s lo han hecho , por ejemp lo Nicolas Fontai ne en la obra
lletos difamatorios, la mayor parte deliran tes, bajo el título su- 1
mario y parado ja! de V érités, émulo s de los folletos gemelos de ¡ citada 'Saint-Síege', 'Actio n fraru,;aise' et 'Catho liques Intégr au:l.
la Este autor, como observ amos, es muy liberal , pero desdic lwdam en-
Agencia Urbs o bien Roma!Ut, cuyos artícul os retorn an luego, casi te (sic) está muy inform ado de los sucesos nada edifica ntes de
con las mismas palabr as, en otros folletos o periódicos". la
menci onada socied ad clande stina, llamad a de la Sapinitlre y de
Los uintegrales" esparc ieron las "peore s calum nias" contra :Be- sus
fautores franceses e italianos, y es ridícu lo enrost rarle por esto
nedict o XV, como se puede compr obar en el articul o aparec ido su
a liberalismo; es precis o desme ntir los hecho s sobre los cuales vol-
la muerte de este Papa en la Víeille France (de Urbain Gohie r) veremos a su tiempo ". En realida d, F ontain e muest ra exhaus
Y ti-
en la Ronda (febre ro de 1922), "hasta en este (perió dico) todo vamen te el nexo entre los "integ rales" y la Action fran.<;aise, aun-
lo
contra rio de católico y moral, pero honrad o sin embar go por que es posibl e decir que se trata de dos partido s distintos y que
la
colabo ración de U mberto Benigni, cuyo nombr e se encon traba uno tiende a servirs e del otro, y muest ra cómo dicho nexo se ori-
re-
gistrad o en la hermo sa compa ñía de aquell os jóvenes escrito res gina con Pío X. Es curioso el términ o "desdi chada mente muy
más o menos corrompidos". "El mismo espírit u de difama ción. con- in-
forma do" por cuanto Fontai ne se sirvió de materi ales de domin
tinuad o bajo el presen te pontif icado, en medio de las filas misma io
s públic o, así como es "curio so" que el padre Rosa, en la Civiltd
de ]os católicos, de los religiosos y del clero, no se puede decir Cattol ica no haya "habla do" más de la Sapinii:re (ni con motivo
cuánto mal ha provoc ado en las conciencias, cuánto escánd alo
y íi de la muert e de monse ñor Bcnigni, que no ha sido record ado.
cuánta aliena ción de las almas produj o, en Franci a sobre todo. Es
por ello difícil pensar que hable ahora, a menos que alguna fuerte
Allí, en efecto, la pasión política inducí a a creer más fácilm ente person alidad suceda a Benig ni en la direcc ión de los integra les.)
las calum nias manda das frecue nteme nte desde Roma, despué s que
]os ricos Simón y otros cómpl kes, de espírit u galica no y period
J Este silencio tiene su significado.
ís- El artícul o conclu ye: "Pero la verdad no es de temer; y de
tico ( síc), mantu vieron a sus autore s y procur aron la difusió parte nuestr a estamo s firmem ente resueltos a defend erla sin miedo
n
gratui ta de sus libelos, especi almen te de los antijes uítas arriba
mencionados, en los seminarios, canonjías, curias eclesiásticas, allí
1 ni trepida ciones tambié n contra los enemigos il1temos, aunqu e sean

l
ecl~iásticos acaud alados y potent es, que han desvia
donde existiese alguna probab ilidad o verosi militu d de que la ca- do a los laicos
para hacerl os servir a sus dPsignios e interes es".'
lumnia pudies e prende r; y tambié n entre los laicos, especi almen
te
los jóvenes, de los mismos liceos perten ecient es al Estado , con una
prodig alidad sin igual". í La Action fra¡¡<;aise tenía en 1\oma un redact or, Havar d de
la
Los autores ya conocidos se sirven del anónim o o de seudón i- Monta gne, que dirigía un seman ario en lengua francesa: Rome,
mos. "Es notorio, entre los period istas especi almen te, cuún poco destin ado especi almen te a los católicos franceses, religiosos o laicos,
merec edor de títnlo alguno es este grupo con su inspira dor princi-
pal, el más astuto en oculta rse, pero el más culpab le e interes ado
\' reside ntes o de paso por Roma. Era el portav oz de los "integ rales"
y de los maurra ssiano s, el centro del recluta miento y del servici

ll
en la intriga". (¿Se refiere :~ Benígn í o a algún otro pez gordo o
del Vatica no?) 3 Hace
referencia a un viaje a Amérk a de Benigni (del cual ha.bió la Ciciltrl
Según el padre Hosa en un princip io no existía "acuer do" en- Cattolica, 1927, IV, p. 399) para distribuir libelos antijesuitas.
En Roma
tre la Actíon fraru,;ai.!e y los "integrales", el cual se fue logran existiría un depósito de muchas decenas de miHares de ejemplar
do ('¡.; de L'Stus
libelos.

258 ~·4
ile información de la Action franqaise ante el Vaticano, no sólo Otras indicaciones sobre los "católicos integrales": el Bloc an-
para las cuestiones religiosas sino especialmente para las cuestio- tiréoolutionnaíre de Félix Lacointe, "digno amigo del citado Bou-
nes poHticas francesas e internacionales de carácter reservado. No lin y de sus socios" ( Boulin dirige la Revue Internationale des
debemos olvidar que el Vaticano posee un servicio de información Sociétés Secretes). Lacointe habría publicado que el cardenal
a veces y en muchos sentidos más preciso, amplio y abundante Hampolla estaba inscripto en la masouería o algo similar!
que el de cualquier otro gobierno. Poder servirse de esta fuente Un elemento muy significativo del trabajo que los jesuitas des-
era para la Actíon fran¡:aise una de las más importantes razones arrollan en Francia para dar una amplia base popular al movi-
de algunos de sus éxitos periodísticos y de muchas campañas per- miento católico-democrático 0s el siguiente juicio histórico-político:
sonales y escandalosas. Parece que después de la ruptura de 1926, "¿.Quién es responsable de la 'apostasía' del pueblo francés? ¿Sólo
Rome fue decayendo y posteriormente murió. los intelectuales democrático-revolucionarios que se basaban en
Analizar el artículo "La lunga crisis dell'Action franqaise" en Rousseau? No. Los más responsables son los aristócratas y la gran
la Cívilta Cattolica del 7 de setiembre de 1929. Se elogia el libro burguesía que se alimentaban de Voltaire". " ... Las reivindim-
La trop longue crise de 1'Action frant;aise, de monseñor Sagot du ciones tr~dicionales [de los monárquicos] del retorno a lo antiguo,
Vauroux, prelado de Agen, Bloud, París, 1929, obra que "será aun cuando respetables, son inadecuadas en la época actual, sobre
utilísima también a los extranjeros, que no logran comprender los todo por culpa de una gran pa1te de la aristocracia y de la bur-
orígenes y menos aún la persistencia, unida a tanta obstinación, gnesía de Francia, puesto que de la corrupción y de la apostasía
de los adherentes católicos, que los ciega hasta hacerlos vivir y de esta clase dirigente hacia fines del siglo xvm se originó la co-
mo1"ir sin sacramentos, antes que renunciar a las odiosas exorbi- rmpeión y la apostasía de las masas populares, verificándose
tancias de su partido y de sus dirigentes incrédulos". La Civiltd también entonces que regís ad exemplwn totus componítur orbis.
Cattolica trata de justificarse por el hecho de no ocuparse más Voltaíre era el í<.lolo de aquella parte de la aristocracia corrompida
frecuentemente de la polémica de la Actíon franqaise y dice entre y cmruptora de su pueblo. pues procurándoles escandalosas se-
otras cosas: "Por otro lado, la prolongada crisis toca a Italia sólo ducciones a su fe y a su honestidad, se cavaba a sí misma la
por reverbero, vale decir, por una lejana ( ¡?) concomitancia y fosa. Y si bien posteriormente al surgimiento de Rousseau y de
analogía que ella podría (!) tener con las tendencias generales su democracia subversiva, en oposición a ]a arístocracia voltC'rinna~
paganiz:mtes de la edad moderna". se enfrentaron teóricamente las dos corrientes de apostasía -como
Este malthusianismo polémico constituye precisamente la prin- dos tristes corifeos- que parecían partir de errores contrarios, con-
cipal debilidad de la posición de los jesuitas contra la Action fran- lluyeron en una tnisma práctica y daiíosa conclusión; esto es) en
qaise y es el mayor causante del furor fanático de Manrras y de el engrosamiento <.lcl torrente revolucionario, cte." Así, hoy M:m-
sus secuaces, quienes están convencidos, no equivocadamente, de rras y Cía. son adversarios de la democracia a lo Rousseau v de
la.s ·~exageraciones democráticas" C'exageraciones entiéndase bien,
1

que el Vaticano realiza sobre ellos una experiencia in corpore víli, ',

que desempeñan el papel del niño que, en otra época, acompañaba sólo ..exageraciones") de S.illon, pero son discípulos y admimdor<'s
al príncipe heredero inglés y recibía los latigazos que correspon- de Voltaire. (Jacr¡ucs Bainville h~ revisado una edición de lujo
dían a su real patrón; y de aquí se requiere muy poco para llegar de los escritos de Voltaire y los jesuitas no lo olvidan.) Sobre este
a la conclusión, a la que llegaron los partidarios de Maurras, de que nexo lústórieo-crítíco relacionado con los orígenes de la .. aposta-
el asalto sufrido es meramente político, porque sólo de palabra es
católico o universal. En verdad, el Papa se ha cuidado mucho, . 4A 1\;JmpoHa se le reprocha la po1ítica del tallíement heeha por León XHI;
recordar a propósito de Rampotla qlle el veto al Cónclave contr;1 su elección
Jo mismo que la Ciuílta Cattolica, de identificar y "castigar" con al pontificado fue hecho por Austria, pero a pedido de Zanardelli. Sobre
las mismas sanciones a los elementos individuales o de grupos que Rarnpolla y su posición ·hacía el Estado Italiano, Salata ofrece nuevos elemen-
en otros países tienen la misma tendencia que Maurras y no la tos en el primer volumen (y único ~ublicado) de sus Dacumcnti diplomatid
sulla Quistionc romana.
ocultan.

91l0
sía" popular en Francia, la Cioiltií Cattolica cita un artículo de contra el liberalismo y otra:; formas de errores modernos, sin ad-
la Croix del 15-16 de agosto de 1929, "L'apostasie navmnte de la vertir que se deslizaban a los extremos opuestos, caycndo en iguales
masse populaire en France", que se refiere al libro Pour faire y p~rniciosos errores". "Así hemos visto también en Italia a algunos
l'aoenir, del padre Croizier de la Action Populaire, editado en 1929 de sus periódicos mencionar apenas, como de paso, la censura a
por la Editorial Spes de París. la Actíon franqaíse, en lugar de publicar los documentos e ilustrar
Entre los partidarios de Maurras y Cía., además de los con- el sentido y las razones de tal censura, deteniéndose en cambio
servadores y monárquicos, la Cioiltií Cattolica (basándose en el eu la reimpresión y el comentario de la condena de Sillon como
obispo de Agen) menciona otros cuatro grupos: 1) los snobi.stas si estos dos movimientos opuestos, pero igualmente contrari~s a la
(atraídos por las dotes literarias, especialmente de Maurras); 2) doctrina católica, no pudiesen ser y no fuesen igualmente repro-
los adoradores de la violencia y de las maneras fuertes, "con la bables. Esto es digno de mencionarse ya que mientras en casi
exageración de la autoridad, lanzada hacia el despotismo, so pre· todos los números de tales publicaciones no falta alguna acusación
texto de resistencia al espíritu de insubordinación o subversión o co~era contra autores católicos, parece que faltara el espacio 0
:;oeial, de la edad contemporánea"; 3) los "falsos místicos", "cré- el ahento para una franca y enérgica condena de los de la Action
dulos de los vaticinios de restauraciones extraordinarias, de con- frmu;aíse, Por el contrario, muy frecuentemente se repiten las ca-
versiones maravillosas o de misiones providenciales" asignadas lumnias c~mo aquella de un pretendido giro hacia la izquierda,
precisamente a :t-.Iann-as y Cía. Éstos, desde la época de Pío X, ' o sea haem el hbcralismo, popularismo, falsa democracia contra
"impertérritos", excusan la incredulidad de Maurras imputándola j quienes no seguían su modo :le proceder",', '
"al defecto de la gracia", "como si no se otorgase a todos la i
gracia snficiente para la conversión, ni fuese imputable a quien la
resiste el caer o el persistir en la culpa". i El caso del abate Turmel de Renn.es. En la colección de escri-
Por lo tanto, estos últimos serían semíherétieos, ya que para ll
t?s sobre la encíclica Pascendi e il modernismo, el padre Rosa (el
justificar a i\laurras repiten las posiciones jansenistas o calvinistas. '.1 hbro es de 1908-1909) dedica algunas páginas "sabrosísimas" (no
por ~1 garbo y las virtudes estilísticas del antor que es un pedestre
~
En este sentido es preciso explicar la obstinación de Maurras en
no dejase "convertir", lo cual no puede deberse sólo a la "in- escntorzuelo, mucho más pedestre, confuso y grosero que su anta-
tegridad y lealtad ética <· intelectual" y por esa razón justamente
hace temblar a los jesuitas, que comprenden que si el grupo l g?msta..Buonaiuti, que sin embargo no se mofa) al·easo "extraor-
dmano del abat<· Turmcl, modernista, que escribía libros moder·
de i\!anrms tomase ('] poder estatal, la sitnación del catolicismo
en Francia se tomaría de hecho más difícil que <·n el momento
l nistas. Y hasta de carácter ateo utilizando diversos seudónimos y
luego los refutaba con su nombre verdadero. Desde 1908 a 1929
actual. Por ello sorprende la actitud del Vaticano frente al bitleris-
mo, a pesar de que Roscmbcrg no posee intelectualmente la misma
estatura qnc 1-.laurras, pero todo el movimiento hitlcriano es in-
telectualmente bajo y vulgar y era previsible lo ocurrido posterior-
mente con el catolieismo y el cristianismo.
l

l1
Turm~l continuó con su juego de seudónimos hasta que por un~
casuahdad la autondad eclesiástica tuvo las pruebas palmarias de
esta duplicidad. Pew estas pruebas no fueron exhibidas de inme-
diato para liquidar al abate. Primeramente se encargó al profesor
L. Saltet, del Instituto católico de Tolosa, efectuar una amplia de-
El enarto grupo (el más peligroso para la Civiltil Cattolíca) mostración filológico-crítieo-teológica de la paternidad turmeliana
estaría c·ompuesto por los "integrales" (la Civiltil Cattolica observa 1 de toda una serie de escritos publicados con más de 14 seudónimos
l

~
que el obispo de Agen los llama también "integristas", "pero es y luego Turrnel fue expulsado de la Iglesia. '
notorio que no deben ser confundidos con el partido político que
en España lleva el mismo nombre"). Estos "integrales -escribe la
Cirnltá- también en Italia no dejaron de favorecer a los positi·
l
.1
En la corríente de !os ..católicos integrales" es preci'>o induir también -1
!:1

Henri Massis Y al grupo de los "'defensores de Occidente". Recordar los d"r·


~ d~s ~el padre R~s~ ~ntra Mas:sis en las respuestas a la carta ahicrta de Ug,)
vistas e incrédnlos de la Action franr;aise, sólo porque clamaban
¡•
ÜJet!l. (En la Cwilta Cattolica del 6 de abril de 1929. N. del E.)

263
La cuesti6n del anonimato y de los seud6rúmos, a los que re-
mento siguen operando secretamente. Turmel había escrito artícu-
currían los moderrústas para escapar a las medidas inmediatas de
los y libros con quince seudónimos: Louis Coulange, Henri Dela-
represión, es tratada por Buonaiutí en su libro de 1927 sobre el Mo-
fosse, Armand Dulac, Antaine Dupin, Hippolyte Gallerand, Gui-
dernismo cattolico con algunos sofismas y con una cierta embara- llaurnc Herzog, André Lagard, Robcrt Lawson, Denys Lenain, Paul
zosa reticencia. Es verdad que esta táctica de "politiquero" perju-
Letourneur, Goulvcn Lézurec, Alphonse Michel, Edmond Perrin,
dicó mucho, especialmente a Buonaiuti, que fue presentado por los Alcxis Vanbeck, Siouville.
"idealistas» de la Voce como una personalidad casi despreciable. A
pesar de todo la figura de Buonaiuti no pierde una cierta aureola Ocurría que Turn1el, utílízanclo un seudónimo, refutaba o elo-
de grandeza moral y de severidad de carácter, si se piensa que es giaba artículos y libros esclitos con otros seudónimos, etc. Colaboró
el úrúco que desde hace má; de treinta años se mantiene en su en la revista Revue d'Hístoire des Religions y en la colección Chris-
posici6n contra la curia y Jos jesuitas, abandonado por. sostenedores tianisme, dirigida por Couchoud y editada por B.íeder.
y amigos que, o han vuelto al redil, o se han pasado decididamente Es preciso tener en cuenta también otro artículo publicado
al campo laico. Y su actividad no deja de tener consecuencia para en la Civilta Cattolim del 20 de diciembre de 1930, "Lo spírito
la Iglesia católica si se tiene en cuenta la difusión de sus libros y el dell'Actior¡ fran¡;;aíse. A proposito di 'intclligenza' e di 'mística'",
hecho de que repetidas veces la Iglesia le ha ofrecido llegar a un donde se habla ele! volumen de Jean·Hériticr, Intelligence et mys-
compromiso. tique ( Libraire ele France, París, 1930) en la colección Les Cahiers
d'Occident, que se propone difundir los principios de la defensa
de Occidente según el espíritu del conocido libro de Henri !1lassis.
Analizar el articulo "La catastrofe del caso Turmel e i rnetocli dd Para los jesuitas, tanto Massis como sus teorías son sospechosas,
modernismo critico'', aparecido en la Civilta Cattolica del 6 de por otro lado es evidente el contacto entre Massis y Maurras. El mo-
diciembre ele 1930. El escrito es muy importante y el caso Turmcl vimiento de Massis debe ser colocado junto al del "catolicismo
es de sumo interés para la cuestión. Este Turmel, siendo saccrclotc, integral" o del autoritarismo católico. (Y el movimiento de la
escribió durante más de veinte años, utilizando diferentes seudó- Action franraise junto a aquellos sostenidos por el integralísrno.)
nimos, artículos y libros de carácter heterodoxo y hasta abierta- En Francia el nacimiento del integralismo debe ser vinculado almo-
mente ateos. En 1930 los jesuitas lograron desenmascararlo y hacer- vimiento del rallíement propugnado por León XIII: son "integra lis-
lo excomulgar. En el decreto del Santo Oficio está contenida la tas" quienes desobedecen al papa y sabotean su iniciativa. La
lista de sus publicaciones y de sus seud6nimos. Su actividad tiene lucha de Pío X contra el "cornbismo" parece darles la razón y por
algo ele novelesca. ello Pío X es su papa, así corno es el papa de Maurras. En el volu-
Resulta así que luego de la crisis modernista se comtituyeron men de Héritier se han impreso corno apéndices diversos artícu-
asociaciones secretas en la organización eclesiástica. Además de los de otros escritores que tratan del rallicment y sostienen tambi{•n
aquellas jesuitas (que por otro lado no son homogéneas y concor- en las cuestiones de historia religiosa la tesis de 1\laurras sobre el
des, ya que tienen un ala modernista - Tyrrell era jesuita- y una anarquismo disolvente del cristianismo judaico y la romaniza<:ión
"integralista" -el cardenal Billot era integralista)- existía y debe del catolicismo.
existir todavía .una agrupación secreta "integralista" y una moder-
nista. La identificación de Turrnel con sus seudónimos tiene tam-
bién algo de novel<'sco. Indudablemente el centro jesuítico fue te- Diversas manifestaciones del modernismo. En la Cultura ele octu-
jiendo alrededor de él una vasta red que se fue estrechando poco a bre-diciembre de 1938 ( pp. 846 y ss.), Luigi Salvatorelli escribe
poco hasta aprisionarlo. Parece que Turmel contaba con protec- l sobre Tunnel comentando estos dos .libros: 1) Félix Sartiaux, Joseph
tores en las Congregaciones romanas, lo cual demuestra que no han '1 Turmel prétre historien des dogmes, París, Rieder, 1931: 2) J. Tur-
sido aún identificados todos los rnoderrústas y que a pesar del jura-
' me!, Histoire des dogmes. l. Le péché origine! - La rédemption,
264
Rieder, París, 1931. El libro de Sartiaux es indispensable para la dinadas, lo que parece ser un caso bastante común en el clero,
valoración dd caso Turmel.
1 como se deduce del libro de Sartiaux o de las Memoríe de Loisy).
Lo que interesa aquí hacer notar es que tanto el modernismo
Según Salvatorelli, Turmel no habría sido jamás un modcr·
nista en cuanto nunca habría "concebido la idea de una transfor-
j como el jesuitismo y el integn;lismo tienen significaciones más vas·
mación de la Jglesia y del dogma". Y se plantea aquí el problema, 11
tas que las estrictamente religiosas. Son "partidos" en el "imperio
internacional absoluto" que es la Iglesia Romana, y no pueden evi-
para una exacta redacción de esta sección, de qué debemos enten- i
.1 tar plantear en forma religiosa problemas que con frecuencia son
der por "modernista". Es evidente que no existe un modelo fijo y puramente mundanos, de "dominio".
siempre fácilmente identificable del "modernista" y del "moder-
¡
nismo", como no existe para todo "modernista" y "modernismo".
'
Se trató de un movimiento complejo y múltiple, con distintas acep- '
1
Ugo Míoni. Mons. Ugo :\lioni, escritor de noveluchas de aven·
ciones: 1) las que se daban a sí mismos los modernistas; 2) las que turas en serie para jovenzuelos, era jesuita en una época y ahora no
sobre ellos daban sus adversarios, que por cierto no coincidían. Se J¡ lo es más. Hoy pertenece ciertamente a los "integralistas", tal como
puede decir que existían diversas manifestaciones del modernismo: i se deduce de la recensión publicada en la Cit>iltd Cattolica del 20
1) la polítk'O-social, que tendía a aproximar la Iglesia a las clases de agosto de 1932 dE' su Manuale di sociología ( Mal'ictti, Torino,
populares y por ende favorable al socialismo reformista y a la 1932).
democracia (esta manifestr,ción es quizá la que más ha contri- En la TC'Ccnsión se observa que en el Manuale "se transparenta
buido a suscitar la lucha de parte de los católicos "integrales", aquí y allá una C'xcesiva desconfümza contra lo. nuevo, por más
ligados estrechamente a las clases más reaccionarias y en especial verdadero o presunto que sea. En la p. 121 se lanz.c'<n invectivas
a la nobleza terrateniente y a los latifundistas, tal como lo muestra contra la difusión de la cultura: "¿Por qué no podrían existir algu-
el ejempo francés de la Action frangaise y el italiano del llamado nos analfabctos'r ¡Existieron tantos y tantos en los siglos pasados
Centro Católico). Favorable genéricamente a las corrientes libera- que vivieron sin embargo tranquilos, serenos y felices! ... Y por
les; 2) la manifestación "científico-religiosa", es decir, en apoyo de otro lado, ¿,es tan necesaria la cultura intelectual y científica de los
una nueva actitud hacia. el "dogma" y la "crítica histórica" en rela- ciudadanos? Pam algunos, para muchos, sí ... ¿Para todos? ¡No!'.
ción con la tradición eclesiástica. Y, por consiguiente, tendencia a En la p. 125 se lee que la sociología cristiana es hostil a toda par·
una reforma intelectual de la Iglesia. En este terreno la lucha entre ticipadón de la mujer en la vida pública.~ La Civiltcl Cattolíca
modernistas y católicos integrales fue menos áspem y hasta se lo- niega esta afirmación perentoria y recuerda que "una de las es-
graron, según Jos jesuitas, frecuentes alianzas y acuerdos entre las ,·uelas hoy mús renombradas de la sociología cristiana (las Serna·
dos fuerzas, y las revistas católicas "integrales" publicaron escritos
de los modernistas (según la Cioilta Cattolica, la revista de monse-
·~j nns social~s francesas) es todo lo contrmio de hostil a dicha parti-
cipación, que tanto horror causa a nuestro autor~·. Cita también
ñor Benigni publicó con frecuencia artículos de Buonaiuti contra
los jesuitas). Todo esto entre bastidores, naturalmente, ya que sobre
la escena la lucha debí.-. presentarse especialmente o, mejor, única-
l d Précis de la doctri11e sociale catlwlíque ( f:ditions Spes, p. 129)
del jesuita Ferdinando Cavallcra, profesor del Instituto de Tolosa,
<londc se esC"ribe: "La participación de la mujer en la vida pública
mente como religiosa; lo que no quita que los católicos "integrales" 1 no plantea ninguna objeción desde el punto de vista católico". La
apoyasen a un ateo declarado como Maurras para quien la cuestión Civiltd Cattolica reprocha a l'vfioni haber olvidado en su tratado
era solamente política y social. 1
1 la vida íntcrnaciorml, que "tiene hoy tan decisiva importancia hasta
¡
En opinión de los jesuitas, Turmel era y es un modernista en ' en las cuestiones sodalcs", v de no haber hecho mención alguna,
sentido "científico" (aunque Turmel sea realmente un ateo y esté 1 hablando de la trata de blancas, de cuanto se hizo recientemente
por ello completamente fuera del campo religioso desde el punto de
vista de su conciencia, continuando eomo "cura~· por razones subor-
,
J <~n Ginebra en una eomisión espeCial de h Sociedad de las Na-
clone'\.
La oposición de Mioni es por consiguiente radical. Su tratado Roberto Bellarmino. El I3 de mayo de I923, Pío XI otorga a Be-
puede ser considerado corno uno de los más importantes documen- llannino el título de Beato: más tarde (en el 509 aniversario de su
tos ideológicos del catolicismo integral y ultrarreaccionario. 1 sacerdocio, es elccir, en una fecha especialmente señalada) lo ins-
cribe en el albo de los Santos, junto a los jesuitas misioneros muer-
tos en la América Septentrional; en setiembre de I93I, finalmente,
Las encíclicas contra el pensamiento moderno. La primera en-
cíclica papal contra las manifestaciones políticas y filosóficas de la
1 lo declara doctor de la Iglesia Universal.'
Estas pmticulares atenciones a la máxima autoridad jesuítica
época moderna (liberalismo, etc.) sería de I832, la M irari vos de 1 elespués ele Ignacio de Loyo!a permiten afirmar que Pío XI, que
Gregario XVI; a la cual habría seguido la encíclica Quanta cura
de Pío IX del 8 ele setiembre ele I864, acompañada del Sil/abo; la
l fuera llamado el papa de las misiones y de la Acción Católica, debe
especialmente ser llamado el papa de los 1csuitas (las misiones y
tercera encíclica sería la Pasccndi de Pío X, contra el rnoelernisrno.
! la Acción Católica son, por otro lado, las dos niñas de los ojos de
i
Btas son las tres encíclicas "orgánicas" contra~ el pensamiento -, la Compañía de Jesús ) .
moderno, pero no me parece que sean los únicos documentos de En la carta apostólica (traducida) con la cual Bcllannino es
esa especie. Para el período anterior al I864 se pueele ver en el 1
, declarado eloctor (véase Civiltr) Cattolica ele! 7 ele novicrnhrc de
Sillabo el índice de las otras encíclicas o de los diversos documen-
l
j I93I), se ol1scrva que. hablánelosc ele la compañía en general, Bc-
tos papales contra el pensamiento moderno. Para el período de
I864 a I908 ( 6 de setiembre, corno para el Sillabo), no recuerdo
l¡ llannino es llamado "vereladero compañero ele Jesús". ¿Por qué
"compañero y no "soldado", corno exactamente debería decirse? ¿El
si existen algunas menciones en la encíclica Pascendi, la cual por nombre "Compañía" es sólo la traducción de Societas, o tiene nn
otra parte tiene un carácter particular en cuanto no combate tanto significado militar? La palabra latina Societas no puede tener un
al pensamiento moderno corno tal, sino al hecho ele que haya significado militar (al menos me parece): .,pero cuál fue la
logrado penetrar en la organización eclesiástica y en la actividad intención de Ignacio de Loyola? J;i:n el artículo ele la CidTtrl Catto-
científica propiamente católica. Pero en la literatura polémica no 1 lica comentando la Lettera ApostoTica, se hace mención del hecho
será difícil encontrar las indicaciones bibliográficas (en la Civilta de que la "causa" (de beatificación y de santificación) de Bellanni-
Cattolica elespués de las manifestaciones sucesivas a I908 que son no había si el o frenada por las "maniobras y las amena ?as (!) ele
J aquellos políticos irreflexivos y adversarios del pontificado, amigos
todavía más interesantes porque se refieren a las actividades esta- l
tales). De todos modos estas tres encíclicas de I832, I864 y I908 unos ele! absolutismo real (los "integrales"), y otros ele! subversivis-
son las más orgánicas y extensas teóricamente y es preciso rd e- rno demagógico ("los modernistas"): la Civilta Cattolica menciona
Jos hechos de 1700, pero habla luego de "sus infelices sucesores e
rirse a ellas para fijar las luchas internas entre integmlistas, jesuitas
y modernistas. irnitaelores modernos".

Junto a tales encíclicas no se pueden olvidar las "constructi-


vas", tales como la Rerum Nowrum y la Quadragesimo Anno, que 7 La santificación de Roberto Bellarmino es un signo de los tiempos y dd
mtcgran las grandes encíclicas teóricas contra el pensamiento mo- !
·¡ presunto impulso de nueva potencia de la Iglesia católica: reforzamiento de
derno y tratan de resolver a su modo algunos problemas a él liga- los jesuitas, etc. Be1larmino condujo el proceso contra Galileo y redactó bs
dos y conectados.''
..1 ocho motivos que condujeron a Giordano Bruno a la hoguera. Santificado el
i
29 de junio de 1930; pero no tiene importancia esta fecha, sino el momento

6
Es preciso recordar que algunas investigaciones para esta .sección se vincu-
l
l
en que fue iniciado el proceso de santifícación. Cfr. la VUa di Galileo, de
Banfi ( Ed. La Cultura) y la recensión de C. de Ruggiero en la Critica, €71 la
cual se documenta las artimañas jesuíticas en que cayó envueho Galileo.
Bellarmino es autor de la fórmula del poder indirecto de la Iglesia sobre todas
lan a las de la sección sobre la "Historia de la Acción Católica" vale decir
que los dos estudios son en cierto sentido inescindibles y como tal~~ debe":l ser
j las soberanías civiles. La fiesta de C:i'isto rey (instituida en 1925) para el
elaborados. l

último domingo de octubre de cad·_1 año.

268
'l
'
Pare ce que la beatificación de Bellarmino en 1700
ha sido uno Contri escribe que la filosofía de la Universidad
de los elementos de la lucha que cond ujo a la Católica debe lla-
supresión de la marse ahor a «archiescolástica", porq ue pare ce que
Compañía por imposición de los Barbones. Los jesui después de las
tas ven hoy en tentativas de conciliar el tomismo, prin1cro con
la santificación y en el "doctorado" una revancha el positivismo Y
(aun que el últi- Juego con el idealismo, para pone r el pens amie
mo acto papa l coincida eon la supresión de los jesui nto c~tólico a la
tas en Espa ña). altur a de las exigencias de la vida mode rna, Gem
pero son cautos. "Nad ie quier e por cierto exagerar elh (ayu dado
este aconteci- por los jesuitas, que en la Civiltií Cattolica l~.dcf~ndi
miento o ampl iar demasiado su importancia, signi
ficado, oportuni- ~;on contr a los
ataqu es de Gorg erino ) quier ,' retor nar al tomiS
dad o "actualidad", respecto de la hora prese nte mo puro de los
y tanto más orígenes.
respecto del insólito hura éán que era no ,sólo imprevist
o sino impr e- Es preciso anali zar si esta "conversión" no está
visible cuan do fue decidido primero y 'discutido vinculada al
luego el decr eto concordato y a la posición excepcional de mon? poho
para la declaración de doctor". que los cató-
licos, dada s sus posibilidades de concentrac10n
de las fuerzas
intelectuales pued en conq uista r en Italia en el mun
do de la alta
Giovanni Papini. De la recensión del libro Sant' cultu ra ofici~l y escolar. Para esto es necesario
Agostino de Gio- por cierto. cor::ar
toda vinculación y renu nciar a cualq uier forma
vanni Papini, publ icada en la Civiltit Cattolica del
19 de julio de de co~bmac16n
con filosofías no católicas (com o en cambio era
1930 (p. 155) , se dedu ce que los católicos "inte
grales" se han m~cesano antes )
y prese ntars e como filosofía intransigente y exclu
alineado contra Papini. "Las invectivas de Tilgh er
fueron luego su- ~i~ta. De 1~
publicaciones de Cont ri se dedu ce ,que en ~u fu~ro
perad as por las de un escritor anónimo y de una
notoria Agen cia se mofa santa ment e de toda filosoha; para ella f¡los
111~1 mo Ge~elh
clandestina, que las pasa ba a los periódicos de
distintos colores, oha es ~n far-
do". Y sus intereses son purm nente prácticos,
como nosotros sabemos; y si bien se amam antab
a de catolicismo d~ :onq msta ~~¡
'integral', ella no tenía por cierto ni la fe ni los merc ado cultural de parte del catolicismo, y su act!v
intereses de las 1dad está_ dm-
gida a aseg urar al Vaticano aque l pode r indirecto
almas entre sus primeras solicitudes y mucho meno
s podí a o pudo sob:e 1~ soctedad
representar, con sus métodos de crítica, a un gmp y el Estad o que es el fin estratégico esencial de lo~
o cualq uiera de JC:UJtas Y que
verdaderos y sinceros católicos. Del ardo r de aque fue teorizado por su actua l santo Robe rto Bellarmm
l celo crítico y de o.
la sinceridad de sus invectivas no tenía n las perso
nas prue bas para
ocuparse; mucho menos para extraer buenos ejem
plos. Y Papi ni LeÓll Xll [.
ha hecho muy bien en no preo cupa rse por ellas; y Del número de V ita e Pensiero conmen;oratívo del 9
tamb ién sus ami· 25
gos en no haberlas tomado en consideración.'' aniversario de la muer te de León XIII es útil el art¡c
ulo,d el padr e
La recensión debe ser del padr e Rosa, como se dedu Gemelli sobre "Leo ne XIII e il movimento intcl
ce de la lettu ale ·
gramática un tanto retor dda y con perlas como las "El Papa León está ligado, en el campo i;1tclcctua
de una Agen cia l. a la re~o­
que es notoria, pero al mismo tiempo clandestina. Papin vación de la filosofía cristiana. a la tende ncia hacw
i, defe ndid o los estu~¡os
así por los jesuitas y ataca do por los "integrales", sociales, al impulso dado a Jos estudios blblicos.
no siendo mo- Tomista, la 1~ea
dernista, debe ser catalogado, sin posibilidad de error inspiradora de León XIII fue recon ducir d mun do
, entre los je- a una doct nna
suitas. fund amen tal gracias a la cual la inteligencia vuelv
n a ser nueva-
ment e capa z de indic ar al hom bre la verda~ que
de~~ reconoc~r,
110 sólo prep aran do el cami no hada la fe, smo tamb1cn dand o al
Luch a en tomo a la filosofía ¡¡eoescolli:tica. Polé hom bre el medio de orientarse de un modo seguro
mkas recientes en todos los pro-
de católicos como Gorgcrino y Siro Contri (¿son
la misma perso- -. Contri ha inicia do 0 t'stú por iniciar la public
na'r ) contra el padr e Gcmelli. Gemelli escribió en ~:ción de. nn;t nuev~ revL.;;:~t
1932 Il mio con- Grite-ríon de "verd adera " nt'Oescolástib~ y public
tri/Julo alla filosofia neoscalastíca, Vita e Pens o una Ptccola Enclclopedw
iero, Milán. Siro Filosoficct (Edit ore Gallori, Bolon ia).

2í0
2íl
blemas de la vida. León XIII presentaba así al pueblo cristiano una haber reproducido la noticia de la prens~ cotidiana católica y no
filosofía, la doctrina escolástica, no como un cuadro del saber, estre- católica. ¿Por qué? De hecho el padre Ro_sa viajó a España y obtu-
cho, inmóvil y exclusivo, sino como un organismo de pensamiento vo la medalla, pero continuó dirigiendo la Civiltií Cattolica. Evi-
vivo, susceptible de enriquecerse con el pensamiento de todos los dentemente el alejamiento del padre Rosa era deseado, por la acti-
doctores y de todos los padres, capaces de armonizar la especula- tud tomada ante la aplicación del Concordato, a veces bastante ás-
ción de la teología racional con los datos de la ciencia positiva. pera; pero el Papa no creyó necesario acceder al vano deseo porque
Co~dici~n, esta última, para estimular y armonizar la razón y la fe; la línea del padre Rosa era la del Vaticano y el Papa tenía que
~a cwncra profana y la sagrada; la filosofía y la teología; lo real y lo saberlo.
tdeal; el pasado y los descubrimientos del porvenir, la oración y La Civiltií Cattolica publica cada tanto los índices analíticos
la acción, la vida interior y la vida social, los deberes del individuo 1
de sus ediciones anuales. El últinlo es el de los años 1911-1925, com-
·1
y de la sociedad; los deberes hacia Dios y hacia el hombre".
León XIII ha renovado completamente la Acción Católica.
i pilado por el caballero Giuseppe Del Chiaro, secretario de redac-
ción. Sobre todas las cuestiones inlportantes será preciso revisar
Recordar que la encíclica Rerum Novarum es casi simultánea con estos índices, porque las publicaciones y los comentarios de los je-
el congreso de Génova, o sea, con el pasaje del movimiento obrero
italiano del primitivismo a una fase realista .v· concreta, si bien to-
1 suitas tienen una cierta importancia y pueden dar muchos elemen-
davía confusa e indistinta. La neoescolástica ha permitido la alian- j tos, especialmente sobre las cuestiones de historia del Risorgimcnto.
Recordar la cuestión de los Interrogatorios de Federico Confalo-
za del catolicismo con el positivismo ( Comte, del cual se deriva nieri. Así, sobre la cuestión del brigantaggio • de 1860 a 1870,
Maurras). En la Acción Católica se ha salido·del puro abstencio- ,¡
recordar la cuestión de' los hermanos La Gala," embarcados en
nismo mecánico de la época de 1870 y se ha iniciado una actividad
real que condujo al desenlace del 1898. 1 Civitavecchia sobre un navío francés y arrestados en Génova por
los Piamonteses, con las consiguientes protestas diplomáticas del
lj Papa y de Francia, y su posterior restitución y extradición, etc.
Son importantes los artículos históricos de la Civilta Cattolica
La redacción de la Civilta Cattolica. Los artículos de la Civilta
Cattolica son todos escritos por padres de la Compañía de Jesús j sobre los movimientos católicos-liberales y el odio de los jesuitas
contra Giobcrti, que todavía hoy es vituperado ;ulgarmente en
y ordinariamente no están firmados. Algunas veces se puede saber j cada ocasión.
quiénes son sus autores porque en los extractos se publican sus 1
nombres (no siempre, sin embargo). Así por ejemplo, la sección
sobre las cuestiones obreras es hecha por el padre Angelo Bruceu- Naciorwlismo cultural católico. Es la tendencia que más sorpren-
leri, que debe ser también el representante italiano en el Centro de al leer, por ejemplo, la Cíviltcl Cattolica, ya que si ella se con-
Internacional de Malinas, que ha compilado el C6digo Social. virtiera realmente en una regla de conducta, el catolicismo mismo
Sería necesario procurarse el catálogo de las publicaciones en
venta en la Civilta Cattolica para ver alrededor de qué cuestio- 0
Bandolerismo. pilinje, bt~ndid:lje. Durante Jos primeros años de vida del
nes versan los extractos en venta; es un índice de la inlportancia
dada a las mismas cuestiones. l Estado Unitario (1870 en adelante} se sucedieron en Italia las revueltas y
tumu]tos campesinos, algunos de los cuales asumieron el carácter de una v;JSto.
lucha de clases expresada en formas primitivas y confusas. T;:1.l es el caso de
Recordar que en 1929 (o a principios de 1930) el Amico delle la lucha de los estratos campesinos proletarizados del Sur de Italia qne por la
Famiglie hizo saber que el padre Rosa había dejado la dirección
de la Civilta Cattolica y había sido enviado por el Papa a España
para una misión, después de habérsele otorgado una medalla de
oro en reeonocinlíento de los servicios prestados al Vaticano. El
j vastedad del movimiento, por el papel cumplido por la propaganda borbónica
y clerical, por 1a ferocidad sin límites de las fuerza:s represivas del Estado, fue
tristemente famoso. Las clases dominantes y los historiadores burgueses, tratan~
do de ocultar la profunda raíz social que Jo engendraba. bautizaron a este
.,l movimiento con el nombre de brigantaggio. (N. del T.)
Amico delle Famiglie es un semanario católico de Génova, y debe
j v Cfr.. Antonio Gramsd, ll Rísorgimento> Ein;mdi, pp, l42wl4t3 (N. del E.)

272 1 273
se tornaría imposible. ¿Cómo podría servir a los franceses o a los tese". La Civiltii Cattolica llama diarquía o doble gobierno a la
alemanes la incitación a los filósofos italianos para que abrazaran posición política creada en Malta en 1921 con In concesión de
el tomismo porque Santo Tomá> nació en Italia y no porque en él una Constitución mediante la cual, perteneciendo a Ingatcrra la
podía hallarse un camino mejor para encontrar la verdad? ¿Y no soberanía, el gobierno era confiado a los ciudadanos. Interpreta-
puede llegar a ser, en cambio, por lógica consecuencia, una inci- ción evidentemente tendenciosa, pero útil a la Iglesia para plantear
tación a toda nación a buscar en su propia tradición un arquetipo sus acciones contra la Inglaterra protestante e impedir que los
intelectual, un "maestro" de filosofía religiosa nacional, vale decir católicos pierdan la supremacía en Malta.
una incitación a disgregar el catolicismo en tantas iglesias nacio-
nales? Pero planteado el principio, ¿por qué fijar a Santo Tomás
como expresión nacional y no a Gioberti o a Socini, etc.?
El hecho de que los católicos o, mejor, los jesuitas de la "Ci- Movimientos religiosos. Estudiar el movimiento pancristitmo y su
vilta Cattolica" hayan debido y deban recurrir a tal propaganda organización dependiente: la "Alianza mundial para promover la
evidencia los tiempos que se viven. Hubo una época en que Cario amistad internacional por medio de las Iglesias".
Pisacane era enaltecido como el elemento nacional para contra- El movimiento pancristiano es significativo por estas razones:
poner en los altares a los brumosos filósofos alemanes; además :! 1) porque las iglesias protestantes tienden no sólo a unirse entre

de Giuseppe Mazzini. En la filosofía actual se reivindica a· Gíoberti sí sino también a adquirir, a través de la unión, una fuerza de
como el Hegel italiano, o casi. El catolicismo religioso incita (¿o 1 proselitismo; 2) de las iglesias protestantes sólo las americanas y,
ha dado el ejemplo?) al nacionalismo filosófico y al político social. 1
en menor grado, las inglesas tenían una fuerza expansiva de pro-
selitismo. Esta fuerza pasa al movimiento pancristiano aun cuando
sea dirigido por elementos europeos continentales, especialmente
]eSllitas e integralistas en España. Ver el efecto que ha tenido noruegos y alemanes; 3) el unionismo puede frenar la tendencia
en el equilibrio de las fuerzas católicas la crisis religiosa en España. a escindirsc, cada vez más pronunciada, de las iglesias protestan-
Allí la lucha anticlerical ha tenido corno blanco principal a los tes; 4) los ortodoxos participan como centros autodirigcntes
jesuitas, pero me parece que justamente en España deben haber 'j en el movimiento pancristiano. La Iglesia católic<t está muy per-
turbada por este movimiento. Su férrea organización y su cen-
sido fuertes los integralistas y los jesuitas deben haber actuado
tralización y unidad de comando !u ponían en condiciones venta-
como contrapeso de estas fuerzas. La tentativa de acuerdo entre 1 josas en la obra lenta pero segura de absorción de los heréticos
el Vaticano y Alcalá Zamora, truncada por la Constituyente, debía
tender precisamente a valorizar la política jesuítica, eliminando o y de los cismáticos. La unión pancristiana turba el monopolio y
sacrificando a los "integralistas" (Segura, etc.). Pero la situación enfrenta a Roma con un bloque único. Por otro lado la Iglesia
españolu estaba complicada por el hecho de que los jesuitas des- romana no puede aceptar entrar en un movimiento corno igual
plegaban una relevante actividad capitalista; dominaban algunas 1 de las otras Iglesias y esto favorece la propaganda pancristiana
que puede criticar a Roma por no querer la unión de todos los
importantes sociedades tranviarias y de otros géneros (verificar
la exactitud de estas referencias). En España los jesuitas tenlan una cristianos debido a sus intereses particulares, etc.
tradición particular; su lucha contra la Inquisición y los domini-
canos (ver qué significado tuvo esta lucha; analizar el libro de
Lea sobre la Inquisición en España). Pancristianismo y propaganda del protestantísmo ell Améríca me-
ridional. Analizar el artículo «IJ protestantismo negli Stati Uniti e
nell'America Latina", en la Ciüilta Cattolica •del l\1 de marzo-15
Política del Vaticano. Malta. Analizar en la Civiltií Cattolica del de marzo-5 de abril de 1930. Estudio muy interesante sobre las
20 de diciembre de 1930: "Nel decimo anno della díarchia mal- tendencias expansionistas de los protestantes norteamericanos, sobre

274 275
los métodos de organización de esta expansión y sobre la reacción 1 La religión, la lotería y el opio de la miseria
católica.
Es interesante observar que los católicos encuentran en los
protestantes americanos sus únicos competidores, y con frecuen-
l
cia victoriosos, en el campo de la propaganda mundial, no obs-
tante el hecho de que en los Estados Unidos haya escasa religio-
sidad (la mayoría de los censados expresa no tener religión). Las
11
Iglesias protestantes europeas no tienen expansión o si la tienen
es mínima. Otro hecho notable es el siguiente: después de que las
iglesias protestantes se fueron desmenuzando, se asiste ahora a
las tentativas de unificación en el movimiento pancristiano. (No
olvidar sin embargo al E¡ército de Salvación, de origen y organi-
zación inglesa.)

Testimonios católicos. "Se engaña y se subvierte lentamente la


unidad religiosa de la patria; se enseña la rebelión frente a la
Iglesia, representándola cual simple sociedad humana que se arro-
garía derechos que no tiene, y de rebote se ataca también a la
sociedad civil y se prepara a los hombres para la intolerancia de
cualquier yugo. Ya sacudido el yugo de Dios y de la Iglesia, ¿qué
otro se encontrará que pueda frenar al hombre y obligarlo al duro
deber de la vida cotiana?" ( Civiltii Cattolica, 2 de junio de 1932,
último período dcl artículo "TI Regno de Dio sccondo alcuni filo-
sofí modemi").
1 Expresiones de este género se han vuelto cada vez más frc·
cuentes en la Cioílta Cattolica (junto a las expresiones que pro·
ponen la filosofía de Santo Tomás como "filosofía nacional" italiana,
i
como "producto nacional" que debe preferirse a los productos
l extranjeros); lo cual es por lo menos extraño, ya que es la teori-
zación explícita de la religión como instrumento de acción política.
j
La religión, la lotería y el opio de In miseria. En las Conver-
' sazioní criticllC (Serie II, pp. 300-l) Croce busca la "fuente" del
Paese di Cucagna de Matilde Serao y la encuentra en un pen~a­
\ miento de Balzac. En el cuento La rabouilleuse, escrito en 1841
l1 y luego titulado Un mé!Ulge de garqon, hablando de Mme. Des-
1
coings, el "sociólogo y filósofo novelista" observa: "Cette pa.ssion, si
1 universelleme1lt condamnée, na ;arnais été ét1ldiée. Personne n'y a
j vu /'opium de la misere. l~a loterie, la plu.s puissante fée du monde
¡
276 277
ne développerait-elle pas des espérances magiques? Le coup de habla extensamente de Balzac y de la importancia cultural que
roulette qui faísait ooir aux joueurs des masses d'or et de jouissances es preciso atribuirle. _
ne duraít que ce que dure un éclair: tandis que la loteríe donnait Es probable que el pasaje de la expresión "opio de la misería"
cinq ¡ours d'existence ,¡ ce magnifique éclair. Quelle est aujourahui usada por Balzac para la lotería a la expresión "opio del pueblo"
la puissance sociale qui peut, pour quarante sous, vous rendre he- para la religión, provenga de las re~exiones sobre el parl • de
reux pendant cinq jours et vous livrer idéalement tous les bon· Pascal, que compara la religión con el Juego de aza:; con las apu~s­
heurs de la civilisation?" • l tas. Recordar que en 1843 Víctor Cousin descubr~o el. manuscr:to
Croce había ya observado (en su ensayo sobre la Serao, Lette- auténtico de los Pensamientos de Pascal, que habmn stdo muy m-
ratura della nuooo Italia, III, p. 51) que el Paese di Cucagna correctamente impresos por primera vez en 1670 por sus amigos de
{1890) tenía su fuente en un fragmento de otro libro de la Serao, Port-Royal, y que fueron reimpresos en 1844 po~ el editor Fou~ere
Il toentre di Napolí ( 1884), en el cual "se ilumina el juego de lote- sobre la base del manuscrito señalado por Cousm. Los Pensamten-
ría como 'el gran sueño de felicidad', que el pueblo napolitano tos, en los cuales Pascal desarrolla su tesis del parí, son los frag-
'se da cada semana', viviendo 'por seis días en una esperanza cre- mentos de una Apologie de la religion chrétienne, que no llegó a
ciente, invasora, que se expande, saliendo de los eonfines de la concluir.
vida real'; el sueño 'donde existen todas las cosas de las cuales He aquí la línea del pensamiento de Pascal (según C. Lan-
está privado, una casa limpia, el aire salubre y fresco, un hermoso son, Histoire de la littérature fraru;aíse, 19"- ed., p. 464): "Les hom-
rayo de sol cálido en la tierra, un lecho blanco y alto, una cómoda mes ont mépris pour la religion, ils en ont haine et peur qúelle
brillante, los fideos y la carne todos los días y el litro de vino y soit vraie. Pour guérir cela, il faut commencer par montrer que
la cuoa para el niño y la lencería para la esposa y el sombrero la religíon n'est point contraire a la raison; ensuite, qu'elle est
nuevo para el marido'." oénérable, en donner respect; la rendre ew.uite airnable, faire
El fragmento de Balzac podría ser vinculado a la expresión souhaiter aux bons qu'elle f•lt vraie, et puis montrer qu'elle est
"opio del pueblo" empleada en la Introducción a la crítica de la vraie". • • Después del discurso contra la indiferencia de los ~teas,
filosofía del derecho de Hegel publicada en 1844, cuyo autor 11 que sirve como introducción general a la obra., Pascal expoma su
fue un gran admirador de Balzac. «Tenía tal admiración por Balzac tesis de la impotencia de la raz6n, incapaz de saber todo Y de
que abrigaba el prop<ísito de escribir una obra crítica sobre la saber algo con certeza, reducida a juzgar por las apariencias ofre-
Comedia humana", escribe Lafarguc en sus recuerdos sobre Car- cidas por el ambiente de las cosas. La fe es un medio superior
los Marx publicados en la conocida recopilación de B.íazánov (p. de conocimiento; se ejerce má' allá de los límites a que puede
114 de la edición francesa). En estos últimos tiempos (quizás en
llegar la razón. Pero aunque así no fuese, aunque no se tuviese
1931) se ha publicado una carta inédita de Engcls," en la cual se
ningún medio para llegar a Dios, a través de la razón ~ de cu:U-
>~> EP francés en el texto: «Esta pasión, tan universalmente condenada~ nunca
quier otra vía, en la absoluta imposibilidad de saber, sena preCISO
ba sido estudiada. Nadie ve en ella el opio de la miseria. La lotería., 1a más sin embargo actuar como sí se supiese. Ya que según el cálculo de
poderosa nada del 1nundo ¿no despertaría esperanzas mágícasP El golpe de pr0babilidadcs es ventajoso apostar que la religión es cierta Y
ruleta que hacía ver a los jugadores masas de oro y de goces, no duraba lo
que dura un relámpago; mientras que la lotería daba cinco días de existencia
a ese magnífíro relámpago. ¿Cual es hoy la fuerza social que puede, por
cuarenta centavos, dar la felicídad por cínco días y entregarnos ideabneute • Eo francés en el texto. Pari: apuesta. (N. del T.)
todas las felicidades de la civilización?H
~(l. En francés en el texto~ "Los hombres desprecian la r~lígíón, sienten odio Y
n Marx. (N. del E.) temor de que sea verdadera. Pura acabar con eso, es precl!iO comenzar por mos-
1::: Fedcrk'U Engcls, C:uta a ).farg~ret Harkness de abril de 1888, publicada trar que la religión no es contraria a .la razón; luego~ que es venerable, que
en Sur la UttératW"e et l'art. Karl Marx, Friedrich Engels, E. Sociales Intema- debe ser respetada; después tornar1<1 agradable, hacer dese..1.r a los ~?mbrcs
tionalcs, Paris. (N. del E.) buenos que sea verdadera, y finalmente~ demostrar que es verdadera .

278 279
d
regular la propia vida como :;i lo fuera. Viviendo cristianamente se ·j de la gracia propia de la gente común católica. Subrayar la fun·
arriesga infinitamente poco, sólo algunos m1os de turbios placeres ción que tiene Irlanda en la acción tendiente a revigorizar las
(plaisirs mélés), para ganar el infinito, el goce pleno. ¡ loterías en los países anglosajones y las protestas de los periódicos
Es preciso reflexionar que Pascal ha sido muy sagaz al dar for- 1 que representan el espíritu de la Refmma, como el Manchester
ma literaria, justificación lógica y prestigio moral a este argu- ¡ Guardian.
mento de la apuesta, que es en realidad un difundido modo de Ver además si Baudelaire se ha inspirado para el título de su
pensar la religión, pero un modo de pensar que se "avergüenza libro Los paraísos artificiales (y también para su desarrollo) en
de sí mismo", porque al mísmo tiempo que satisface, aparece la expresión "opio del pueblo". La fórmula podría haberle llegado
como indigno y bajo. Pascal ha afrontado la "vergüenza" (si así indirectament<' de las l<'cturas políticas )1 periodísticas. No me
puede decirse, ya que podría ocurrir que el argumento del pari, parece probable (mas no debe excluirse) que existiese ya antes
hoy popular, haya derivado en sus formas populares del libro de del libro de Balzac alguna expresión mediante la cual el opio
Pascal y no haya sido conocido antes) y trutó de dar dignidad y y los demás estupefacientes y narcóticos eran presentados como
justificación al modo de pensar popular. medio para gozar de un paraíso artificial. (Es preciso recordar,
Cuántas veces se ha escuchado decir: ,·\Qué se pierde con ir por otro lado, que Baudelaire participó hasta 1848 en alguna
a la Iglesia, con creer en Dios? Si no existe, paciencia: pero si actividad práctica, fue director de semanarios políticos y tomó
existe, ¡cuán útil te resultará haber creído!", etc. Este modo de' parte activa en los aeontccimientos parisinos de 1848.)
pensar, también en la forma pascaliana del pari, tiene algo de vol-
terianismo y recuerda el modo de expresarse de Heine: "Quizá
el padre eterno nos prepare alguna gran sorpresa luego de la Jules Lachelier, filósofo francés (al rcspecto, consúltese el pre-
muerte" o algo similar! 13 facio de G. de Ruggiero al volumen del mismo Lachelicr sobre
De un artículo de Arturo Marescalchi, "Durare! Anche ndb Psicologia e metafísica, Laterza, Bari, 1925), ha eserito una nota
bachicoltura", en el Corriere della Sera del 24 de abril de 1932: \ (aguda, dice De Ruggicro) sobre el pari de Pas<:al, publícada en
"Por cada media onza de semilla puesta en cultivo se participa en j el volumen Du fondemcnt de l'iluluction (Alean, París, en la
premios que van desde cifras modest¡;,s (hay 400 de mil líras Bibliotheque de Philosophie Contemporaille). La objeción prin-
cada uno) hasta sumas de 10 a 20 mil liras y cil1co premios de
1 cipal a la formulación del problema religioso dada por Pascal en
25 mil a 250 mil liras. En el pueblo italiano· está siempre vivo el pari es aquella de la "lealtad intclectnal" hacia sí mismo. Me
el sentido de tentar suelte; en el campo todavía hoy no hay quien parece que toda la concepción del parí, según rce'uerdo, está más
se abstenga de las 'pescas' y de las tómbolas. Aquí se dará gratis próxima a la moral jesuita que a la jansenista, es demasiado "mcr-
el billete que permite tentar la fortuna". C'nntil", etc.
Por otro lado existe una estrecha conexión entre la lotería v
la religión; los premiados muestran que han sido "elegidos", qu~
lograron una gracia particular de un Santo o de la Virgen. Se po- Religión. "Viajando, poclrúis encontrar ciudades sin murallas ni
dría establecer una comparación entre la concepción activista de cscrihmts; sin reyes ni casas (!), sin riquezas y sin el uso de mone-
la gracia entre los protestantes, que ha dado la fonna moral al das. priqdas de teatros y de gimnasios (palestras). Pero una
espíritu de empresa capitalista, y la concepción pasiva y holgazana dudad sin templos y sin dioses, que no formule plegarias, ni jnm-
mcntos. ni divinizaciones, ni haga sacrificios para implorar los bie-
];; Ver cómo lo~ estudios de Pascal explican y justifkttn mowlmente el argu- nes y para suplkar contra los males, nadie la ha visto ni la verá
mento del pari. Debe haber un estudio de Pietro Paolo Trompeo en el volu- jumús'' ( Plnta:·cn, Ado. Col., 31).
men Rilegature gi.anseniste, en el cual se habla del argument!) del pari en
relación con Manzoni. Ver también a Fuffini pur su estudio sobre Manzoni reli~ Definición de la religión de l<is tmeos (Manuale cli storia del/e
gloso. (La ,;ita religiosa nel Manzoní, Laterza, Bari, 1931) N. del E.) rcligiuni, Bocea. 1922): "La palabra religión, en su significado

280 281
más amplio, denota un ligamen de dependencia que revincula al
hombre a una o más potencias superiores de las cuales se siente
i4
j
i
depender y a las cuales ofrece actos de culto tanto individuales
como colectivos". Es decir que en el concepto de religión se pre-
Americanismo y fordismo
suponen estos elementos constitutivos: l) la creencia de que exis-
ten una o más divinidades personales trascendentes a las condicio-
nes terrestres y temporales; 2) el sentimiento de los hombres de
depender de estos seres superiores que gobiernan totalmente la vida
del cosmos; 3) la existencia de un sistema de relaciones (culto)
entre los hombres y los dioses.
Salomón Reinach, en el Orfeo, define la religión sin pre-
suponer la creencia en potencias superiores: «Un conjunto de
escrúpulos (tabúes) que obstaculizan el libre ejercicio de nuestras
facultades". Esta definición es demasiado amplia y puede com-
prender no sólo a las religiones sino también a cualquier ideolo-
gía social que tienda a hacer posible la convivencia y obstaculice
por ello (con escrúpulos) el libre (o arbitrario) ejercicio de nues-
tras facultades.
Habría que analizar también si puede llamarse "religión" una
fe que no tenga por objeto un dios personal, sino únicamente fuer-
zas impersonales e indeterminadas. En el mundo moderno se abusa
de la palabra ''religión" y "religioso" atribuyéndolas a sentimientos
que nada tienen que ver con las religiones positivas. Aun el "teís-
mo'' puro no debe ser considerado como una religión, pues en él
falta el culto, es decir, una determinada relación entre el hombre
y la divinidad.

282
f Americanismo y fordismo
1
l

Gran cantidad de problemas deben ser examinados bajo la rú-


brica general y un poco convencional de "americanismo • y for-
dismo", después de haber tenido en cuenta el hecho funda-
mental de que sus soluciones son situadas y buscadas en el marco
de las condiciones contradictorias de la sociedad moderna, hecho
que determina complicaciones, posiciones absurdas, crisis econó-
micas y morales quC' ticndC'n a resultar catastróficas, etc.
l De una manera general se puede decir que el americanismo
y el fordismo derivan de la necesidad inmanente de llegar a la
1 organización de una economía planificada y que los distintos pro-
blemas examinados deberían ser los eslabones de la cadena que
señala precisamente el paso del viejo individualismo económico
a la economía planificada. Estos problemas nacen de las diversas
formas de resistencia que encuentra el proceso de (]esarrollo en
su desenvolvimiento, resistencias que provienen de las dificultades
ínsitas en la societas 1'crum y en b socictas hominum. El hecho
de que una tentativa progresista sea iniciada por una u otra fuerza
social no deja de tener consecuencias fundamentales: las fuerzas
subalternas, que deberían ser "manipuladas" y racionalizadas según
los nuevos fines, ofrecen necesariamente una resistencia, que se
produce también <'n algunos sectores de las fuerzas dominantes,
o al menos aliados a dichas fuerzas. El prohibicionismo, que en
los Estados Unidos era una condici6n necesaria para desarrollar
° Cuando el autor dice "americanismo" se refiere ,;tl sistema~ concepdún de
vida, etc., de los EE. UU. (N. del T.)

285
el nuevo tipo de trabajador conforme a una industria "fordizada", tuales" y "morales" y se produce bajo formas particularmente bru-
cayó debido a la oposición de fuerzas marginales todavía atrasa- 1 tales e insidiosas, a través de la más extrema coerción. Para decirlo
con palabras vulgares, Europa quisiera tener la botella llena y la
das Y no ciertamente por la oposición de los industriales o de los
mujer borracha, todos los beneficios que el fordismo produce
obreros.
Registro de algunos de los problemas más importantes o de-
1 gracias al poder de la competencia, pero manteniendo su ejército
1 de parásitos que al devorar ingentes sumas de plusvalía agravan
un interés esencial, aunque en primera instancia no parezcan serlo:
1) sustitución de la capa plutocrática actual por un nuevo meca- los costos iniciales y deprimen su poder de competencia en el mer-
nismo de acumulación y distribución del capital financiero basado cado internacional. De allí que sea preciso examinar con atención
inmediatamente sobre la producción industrial; 2) cuestión sexual; la reacción europea frente al americanismo; de su análisis po-
3) ¿puede el americanismo constituir una "época" histórica?, drá extraerse más de un elemento necesario para comprender
vale decir, puede determinar un desarrollo gradual 'del tipo, ya la situación actual de una serie de Estados del viejo continente y
examinado en otro lugar, de las "revoluciones pasivas" propias del los acontecimientos políticos de posguerra.
siglo pasado, o representa solamente la acumulación molecular de El americanismo, en su forma más completa, demanda una
elementos destinados a producir una "explosión", es decir, una condición preliminar, de la cual los norteamericanos que tra-
subversión de tipo francés; 4) cuestión de la "racionalización taron estos problemas no se han ocupado, pues existe en forma
de la composición demográfica europea; 5) este desarrollo debe "natural" en los EE.UU. Esta condición, que se puede llamar "una
tener su punto de partida en el seno mismo del mundo industrial composición demográfica racional", consiste en el hecho de qnc
y productivo o puede provenir del exterior, a través de la construc- no existen clases numerosas sin una función esencial en el mundo
ción cautelosa y sólida de un andamiaje jurídico formal que guíe productivo, vale decir, clases absolutamente parasitarias. La "tra-
desde afuera los desarrollos necesario del aparato productivo; 6) dición", la "civilización" europea, se caracteriza en cambio por la
problema de los "altos salarios" pagados por la industria fordizada existencia de tales clases, creadas por la "riqueza" y "compleji-
y racionalizada; 7) el fordismo como punto extremo del proceso dad" de la historia pasada, que dejó un cúmulo de sedimentaciones
de las reiteradas tentativas realizadas por la industria para supe- pasivas a través de los fenómenos de saturación y fosilización del
rar la ley tendencia! de la caída de la tasa de beneficio; 8) el psico- personal estatal y de los intelectuales, del clero y de la propiedad
análisis (su enorme difusión en la posguerra como expresión de terrateniente, del comercio de rapiña y del ejército primero pro-
la creciente coerción moral ejercida por el aparato estatal y social fesional y luego de conscripción, pero siempre profesional en lo
sobre cada uno de los individuos y de las crisis morbosas que tal que respecta a la oficialidad. Y por ello puede decirse que cuanto
coerción determina; 9) el Rotary Club y la masonería. más vetusta es la historia de un país, tanto más numerosas y
gravosas son estas sedimentaciones de masas holgazanas e inútiles
que viven del "patrimonio" de los "antepasados", de estos pen-
sionados de la historia económica. Resulta difícil hacer una estadís-
Racionalización de la composición demográfica. europea. En Euro- tica de los elementos económicamente pasivos (en sentido social)
pa, las diferentes tentativas por introducir algunos aspectos del porque es imposible encontrar la "palabra" que pueda definirlos
americanismo y del fordismo son debidas al viejo grupo plu- con vistas a una investigación directa; algunas indicaciones escla-
tocrático que quiere conciliar lo que, por el contrario, parece recedoras se pueden recabar indirectamente, por ejemplo, de la
inconciliable: la vieja y anacrónica estructura social demográfica existencia de determinadas formas de vida nacional. El número
europea con una forma ultramodema de producción y de modo importante de grandes y medianas (y también pequeñas) aglome-
de trabajo tal cual es ofrecida por el tipo norteamericano más raciones de tipo urbano sin industria (sin fábricas) es uno de
perfeccionado, la industria de Henry Ford. Por ese motivo la estos indicios, y de los más importantes.
introducción del fordismo encuentra tantas resistencias "intelec- El denominado "misterio de Nápoles". Es preciso recordar las

286
observaciones hechas por Goethe sobre Kápoles y las "consoladoras aplicar el refrán popular: cuando un caballo caga cien gorriones
conclusiones morales" extraídas por Giustino Fortunato.1 Goethe se alimentan.
tenía razón al demoler la leyenda del "lazzaronismo" 0 orgánico de Un fenómeno que no ha sido aún suficientemente estudiado
los napolitanos y poner de relieve en cambio que son muy activos es el siguiente: que la media y pequeña propiedad agraria no está
e industriosos. Pero la cuestión consiste en ver cuál es el resultado en manos del campesino cultivador, sino de los burgueses de las
efectivo de esta actividad: no es productiva y no está dirigida a pequeñas ciudades a pueblos y que estas tierras son ofrecidas en
satisfacer las necesidades y exigencias de las clases productivas. mediería primitiva (vale decir el arriero es pagado en especie y
?'iápoles es la ciudad donde la mayor parte de los propietarios en servicios) o en enfiteusis. Existe así un volumen enorme (en
tenatenientes del Mezzogiorno (nobles o no) gastan la renta agra- relación con la renta bruta) de pequeña y mediana burguesía, de
ria. En tomo a algunas decenas de millares de estas familias de "pensionados" y "rentistas" que ha creado, en cierta literatura eco-
propietarios, de mayor o menor importancia económica, con sus nómica digna de Candíde, la figura monstruosa del llamado "pro-
cortes de siervos y lacayos, se organiza la vida práctica de la mayor ductor de ahorra", es decir, de un estrato de población pasiva desde
parte de la ciudad, con sus industrias artesanales, sus vendedores el punto de vista económico que extrae del trabajo primitivo de
ambulantes y el desmenuzamiento prodigioso de la oferta directa un determinado número de campesinos no sólo el propio sustento
de mercancías y servicios a los ociosos que circulan por las calles. sino también un cierto ahorro. Este modo de acumulación es de
Otra parte importante de la ciudad se organiza en torno al tránsito lo más monstruoso y malsano pues está basado en la inicua explo-
y al comercio por mayor. La industria "productiva" en el sentido tación usuraria de los campesinos, mantenidos al borde de la des-
de que crea y anula nuevos bienes es relativamente pequeña, a nutrición, y porque cuesta una enormidad, ya que al poco capital
pesar de que en las estadísticas oficiales Nápoles figura como la ahorrado corresponde un gasto inaudito como es el que se nece-
cuarta ciudad industrial de Italia, luego de Milán, Turín y Génova. sita para mantener en un nivel de viLla elevado a esta gran masa ele
Esta estructura económico-social de Kápoles (y sobre ella parásitos absolutos. (El fenómeno histórico par el cual, después de
hoy es posible tener informrtcioncs suficientemente cxrtctas a través la caída de las Comunas medievales y la decadencia del espíritu
de la actividad de los consejos provinciales de la economía corpo- de iniciativa capitalista de la burguesía urbana, se ha formado, a
rativa) explica una gran parte de la historia de dicha ciudad, tan través de oleadas sucesivas, tal sitttación anormal determinante
plena de aparentes contradícciones y de espinosos problemas polí· del estancamiento histórico, ha sido llamado "retorno a la tierra"
ticos. El caso de Kápoles se repite agm vado en Palermo y Roma por el historiador Kiccolo Rodolico, considerándolo al mismo tiem-
\' en toda una serie numerosa de ciudades (las famosru; cento cittá) po como un ínelice de benéfico progreso nacional, lo que demues-
~o sólo de Italia meridional y de las islas, sino de Italia central tra cómo las frases hechas pueden obturar el sentido crítico.)
y también septentrional ( Bolonia en gran parte, Parma, Ferrara, Otra fuente de parasitismo absoluto ha sido en todas las
de.). A muchas poblaciones ele este tipo de ciudades se les puede épocas la administración del Estado. Renato Spaventa calculó que
; un décimo de la población italiana ( 4 millones de habitantes) vive
1 El folleto de Foxümato sobre Goethe
( Lettere da Na poli de V. C., tra-
del presupuesto estatal. Aún hoy ocurre que hombres relativamente
ducidas por G. F., Nápoles 1 1917, N. del E.) y su juicio sobre los napolitanos jóvenes (de poco más de 40 años), con muy buena salud, en el
fue reimpreso por Ja Biblioteca Editrice de Rieti eu la colección de los Qua- pleno vigor de las fuerzas físicas e intelectuales, después de vein-
derni Crítici, dirigida por Domenico Petrini. Es neceSnrio leer la recensión de ticinco años de servicio estatal no se dedican ya a ninguna acti-
Lu1gi Einaudi en Rtforma Sociale, quizás .del 1912. (Ltl recención, que data
de HHS, fue reimpresa en e1 volumen Le Íntte del lavoro, Turín, 1924,
vidad productiva y van tirando con las pensiones, más o menos
pp, 267-276. N. del E.) grandes, mientras que un obrero puede gozar de una jubilación
" Lazz.aronismo: deriva de la palabra faz::.arone (gandul> holgazán) que sólo después de los 65 años y para el campesino no existe límite
designa al sub-proletariado de Nápoies. compuesto de vagos y mendigos, Ex~ de edad en su trabajo (y por ello un italiano medio se maravilla
tensivumente, se aplica al lumpenpraletariat de todos los países, (N. dcl T.) si oye decir que un norteamericano multimillonario sigue siendo

288
activo hasta el último día de su vida consciente). Cuando en una el examen de este problema no está en cuestión en forma inmediata
familia un cura llega a canónico, de inmediato el "trabajo manual" el tipo de organización económico-socia!, sino la racionalidad de
se convierte en "una vergüenza para todos sus parientes que, en las proporciones entre los diversos sectores de la población en
adelante, cuanto más podrán dedicarse al comercio. el sistema social existente. Cada sistema tiene su ley de las pro-
La composición de la población italiana ya se había vuelto porciones definidas en la composición demográfica, su equilibrio
"malsana" a causa de la emigración a largo término y de la débil "óptimo" y sus desequilibrios que si no son reorientados a través
participac.:ión de las mujeres en los trabajos productivos de nuevos de una oportuna legislación pueden ser catastróficos en sí mismos,
bienes. La relación entre la población "potencialmente" activa y pues agotan las fuentes de la vida económica nacional, aparte de
la pasiva era una de las más desfavorables de Europa.~ Pero es todo otro elemento de disolución. );EE.UU,· no tiene grandes «tra-
aún más desfavorable si se tienen en cuenta: 1) las enfermedades diciones históricas y culturales" pero tarnpÓco está gravada por esa
endémicas (malaria, etc.) que disminuyen la media individual del capa de plomo: ISsta es una d.e las razones .principales~(·lllás impÜr-
potencial de fuerza d13 trabajo; 2) el estado crónico de desnutri- tante por cie~o (Lu~~ !<l:<tenoll)i~.d¡¡. )~quezanatiirál)~""de su form¡-
ción de muchos estratos inferiores del campesinado (como resulta d~bl~·,á9U:~úla.ci6n:!:Je.;:.cag~ta1es. :~Q,.QR~.t:aQ!~~~.·~~vel. de vi"da':~'
de las investigaciones del profesor Mario Carnis publicadas en sus clases. populares; superior al europeo. 'La no existencia de eStaS/
la Riforrrw. Sociale de 1923),' cuyas medias nacionales deberían sedim~¡;¡taciones.}!ÍlicP5llll)ep!~Parasitarias, residuo de fases. histá:/
ser descompuestas en medias de clase: si la media nacional alcanz-1. ricas pasadas, ha, permitido dar una base sana a la industria y es-
apenas el estándar fijado por la ciencia corno indispensable, es pecial,mente al. cOmercio y r\')ducir cada Vez máS J.i fúi}ción' econó'::::<
obvio llegar a la conclusión de que un estrato numeroso de la y
·..mica representada 'por los ~portes" el eo:Oe;éio; coriVirtién&íla
población sufre una desnutrición crónica. En la discusión en el :¡;r¡ urm..real actividad subalterna de la produccióri" y facilitando a;íl'i
Senado del proyecto del presupuesto para el :~ño 1929-30, Musso- ·. la tentativa de inclUir dichas actiVidades en la fundón :iJrOciucti'Vif'.q
lini afirmó que en algunas regiones, durante estaciones enteras, se ::.n:üs:ina. Recordar los experimentos realizados por Ford y las eco~
vive sólo de hierbas;• 3) la desocupación endémica existente en nomías hechas por su empresa mediante la gestión directa dd
algunas regiones agrícolas y que las encuestas oficiales no señalan; transporte Y del comercio de las mercaderías producidas, ahorros
4) la masa de población absolutamente parasitaria que es muy que influyeron sobre los costos de producción y que permitieron
importante y que por sus servicios exige el trabajo de otra ingente mejores salarios y menores precios de venta. A partir de la exis·
masa parasitaria indirectamente; y aquella «semiparasitaria" que teneia de estas condiciones preliminares, ya racionalizadas por
es tal porque multiplica de una manera anormal y malsana las el desarrollo histórico, fue relativamente fácil rucionalizar la pro-
actividades económicas suba]tPrnas, como el comercio v la ínter· dunión y el trahajo. combinando hábilmente la fuerza ( destruc-
mediación en general. · dón del sindicalismo obrero de base territorial) con la persuasión
Esta situación no sólo existe en Italia; en mayor o en menor (altos salarios, diversos beneficios sociales, propaganda ideológica .•
medida existe en todos los países de la vieja Europa y en fonna Y política 'muy hábilJ;.cse logró así hac.:r girar toda ]a. vida del:~'
peor aún en la India y China, lo que explica el estancamiento de país alrededor de hL producciéri: La hegemonía nace de lafábiicJ',
la histmia de estos países y sn importancia político-militar. (En . 'y p~r~ ·_ejercerfe sólo tiene necesidad .de una mínima éa¡{ii(:lá.d de
intennediarios profesionales de Ja·polític..i'y' de la ideología... ·'·
::: Ve!' al respecto [as Íl1\'t'l:itigaciones del prof. Mortan1 en Prospertite Eco- El fenómeno de las "masas'' que tanto ha impresionado a
nomicl~e de 1922. Romier no es más que la forma de este tipo de sociedad "racio-
:tVer el articulo '"Intorno aBe c:ondizíone alimentad del popolo itaHann", en nalizada", en la cual la "estructura" domina de una manera má,
Riforwa Sociale de junio de 1926, pp. 58-81. (N. del E.) inmediata las superestructuras y éstas son "racionalizadas" ( sim-
* Ver las Actas Parlamentaria de la sesión y el discurso del s.enndor Ugo plificadas y disminuidas en número).
Ancana, cuyas veleidades reaccionarias fueron de inmediato r~trucadas pol'
el jefe del gobierno.

2fll
Rotary Club y masonería. El Rotary ,es una masonería sin peque- cuando el desarrollo es lento y se produce con comprensibles cau-
ños burgueses y sin la mentalidad pequeñoburguesa. EE.UU. tiene telas, no se puede decir que la parte conservadora, la que repre-
el Rotary y la Y.M.C.A., Europa la masonería y los jesuitas. Ten- senta la vieja cultura europea con todas sus secuelas parasitarias,
tativas de introducir la Y:M.C.A. en Italia; ayuda dada por la no se enfrente a antagonistas (desde este punto de vista es intere-
industria italiana a estas tentativas (financiación de Agnelli y sante la tendencia representada por Nuovi Studi, Critica Fascista
reacción violenta de los católicos). ,Tentativas hechas por Agnelli y el centro intelectual de estudios corporativos organizado por la
t'':pr¡ra,' absorber el grupo del Ordine Nuovo,'que 'sosfenía una forma Universidad de Pisa) .
.':-.-de'~án;cricárÍismó': 'iícc[íi:áéla'pór ']a masa .óbrera:-. El libro de De Man' es también, a su modo, una expresión de
·• En EE.UU., la racionalización ha determinado la necesidad estos problemas que subvierten la vieja estructura europea; una
de elaborar un nuevo tipo humano, conforme al nuevo tipo de expresión sin grandeza y sin adhesión a ninguna de las fuerzas
trabajo y dé~ proceso productivo: hasta ahora esa ·elaboración está históricas dominantes que se disputan el mundo.
sólo en b fas·,. inicial y por ello es (aparentemente) idílica. Es aún
la fase de adaptación psicofísica a la nueva estructura industrial,
"'Stracittd e Strapaese" 0 • Fragmentos publicados por La Fiem Lettcraria
buscada a través de los altos salarios; no se verificó todavía (antes del 15 de enero de 1928. De Giovanni Papini; "La ciudad no crea, pero con-
de la crisis de 1929), salvo esporádicamente quizás, ningún flo- sume. Como al emporio donde afluyen los bienes arrancados a los campos y a
recimiento "superestructura!"; vale decir, no está planteada aú~ las minas, así también acuden las almas más frescas de la provincia y las
'la cuestión fundamental de la hegemonía. La lucha se produce con ideas de los grandes solitarios. L.:t ciudad es como una hoguera que ilumina
porque quema lo que fue creado lejos de ella y a veces contra ella. Todas las
armas tomadas del viejo arsenal europeo y adulteradas, de allí
ciudades !--011 e.'itériles. Allí nacen en proporción pocos niños y casi nunca un
que sean "anacrónicas" en relación con el desarrollo de las "cosas~. genio. En las ciudades se goza, mas no se cn?<l, se ama mas no se genera,
La lucha que se desarrolla en EE.UU. (descripta por Philip) es, se consume pero no se produce". Al margen de b.s sandeces "absolutas", hay
todavía por la propiedad del trabajo contra la "libertad industrial",'~ que snhrayar qw.-' Papini tit'ne delante el modelo "relativo" de la ciudad no-
es decir, es una lucha similar a la desarrollada en Europa en el ciud:u1, de la ciudad Coblcnza de los consumidores de renta agraria y casas de
tolt'r<.lncia.
siglo. XVIII, si bien en otras condiciones. El sindicato obrero.· nor-.· En el mismo número de La Fiera Letteraria~ se lee este párrafo: "Nues-
!fe'áméricano es, más quc otra cosa, la eicpiésión corporativa de , tro complejo supranacional se presenta con los siguientes cmacteres: resuelta
Ha prgpiecl~d.Q~~Q'f,i;iJ9{calificados: y: por ello su. destrucción;¡ ' aYersión a todas aquellas formas de civilización que no correspondan a la
tpla,nteaci~~P'cir:Jos ·ind;,striales7-tiene ·uitaspeda •"pí·éigresistá":· La· nuestra o que dañen, no siendo digeribles, bs dotes clásicas de los italia-
nos; y de allí tutela del sentido universal del país que es, para definirlo
ausencia de la fase histórica europea, que en el campo económico
brevcmerlte, b relaci('l\1 natural e innwnente entre el individuo y su tierra. En
estuvo marcada también por la Revolución francesa, dejó a las pocas pcllaLr.ls, exaltación de nuestras características en todo campo y acti-
masas populares norteamericanas en el estado primitivo: a ello Yidad de la Yida, es decir: base cutólica, sentido religioso del mundo, sirn-
se agrega la ausencia de homogeneidad nacional. la mezcla de plicicbd y sohricdad ftmdamenta!es, adherencia a la realidad, dominio de la
·las culturas-razas, la ct!Pstión de los negros. fant.~sí,l, equilibrio entre espíritu y materia". (Podemos preguntarnos ¿cómo
podrin existir una It,¡\ia moderna, una nación italiana, sin la formación y el
1'.. En Italia se dio un comicnzo"_de charanga fonlística (exalta~ desarrollo de las cindaJes y sin la influencia ciud,1dana unificadora? .. Stra-
ción de la gran ciudad, planes reguladores para una gran Milán, vaesanismo" [superpais] habría significado, en el pasado, municipalismo,
la afirmación de que el capitalismo está aún en sus comienzos y como significó disgregación popular y dominio extranjero. Y el catolicismo mis-
que es necesario preparar los cuadros para su desarrollo impe- mo r.se habría desan:ollado si el _Papa en lugar de residir en Roma hubiese
tenido su residencia en un pequeño agujero de campaña?)
tuoso, etc. Sobre esto ver en Riforma Sociale algunos artículos de
Y este juicio de Francesco :\Inriano (publicado en L'Assalto de Dolonia):
Schiavi). Posteriormente se dio la conversión a lo rural y el des- "En e:l campo filosófico, yo creo encontrar en cambio una verdadera antítesis:
precio iluminista de la ciudad, la exaltación del artesanado y del la Yieja antítesis de más de cien años, y siempre vestida ele nuevos aspectos,
patriarcalismo idílico, las menciones a la "propiedad de los ofi-
cios" y a una lucha contra la libertad industrial. Sin embargo, aun :; El libro A u ele! U du nwr.\isme. ( :\. dd E.)

292 293
entre el voluntarismo, el pragmatismo, el activismo identif
icable en la Stra- guerr a fue neutralista giolittíano. En 1919 entró en el Partid
citta [superciudad] y el iluminismo, el racionalismo, el historlc o So-
ismo identifi-
cable en el Strapa<Me. (Es decir, que los prlocipios inmort
ales se habría n cialista en Bolouia, pero nunca escribiy cu d Avanli! Antes
refugiado en el Stropa ese). del
armisticio hizo algunas escapadas a Turln . Los industriales
En todo caso es preciso anotar que la polémíca ~~literaria'~ entre turi ·
Strapaese •1eses había n adqui rido la vieja y desac
y Stracitta no fue más que la cortina de humo en la polémi redita da Gaz:zetta di Torino
ca entre el conser- para transf ormar la y convertirla en su propio órgano. Fovel
vadorismo parasitario y las tendencias innovadoras de la socieda aspi-
d italiana. En raba a convertirse en el director de la nueva combinación
La Stampa del 4 de mayo de 1929, escribe Mino Maccari: Y para
"Cuan do Strapaese
se opone a las importaciones modernistas, su oposición quiere ello estab a en conta cto con los ambientes industriales. Pero
cho de seloccionnrlas a fin de imped ir que los contactos
salvar el dere- en
nocivos, confun- cambio fue elegido como direct or Tomm aso Borelli, "joven
diéndose con los que puedan ser benéficos, corrompan la libe-
integridad de la ral", al cual sucedió muy pront o Italo f;linunni de L'Idea Nazio
natura leza y del carácter propio de la civilización italiana, nale
quintaesenciada en (pero la Gazzetta di Torino, aunqu e bajo el nomb re de Paese
el curso de siglos y anhelante hoy (1) de una slntesis
unificadora". (Ya ~
"quint aesenc iada" pero no "sintetizada" y "unificada"l!f) no obsta nte las sumas prodigadas para desarrollarla, no prosp
ero
y fue suprim ida por sus sosten edore s). Existe una "curio
sa" carta
de Fovel de 1919, donde escribe que "siente el deber " de
colabo-
Autar11uía financiera de la industi'Úh En un artículo notab le rar en el seman ario Ordine Nuovo; después de la respuesta
de en la
Cario Pagni, "Apro posito di un tentativo di teoría pura del que se fijaban los límites de su posible colaboración, la "voz
cor- del
porativismo", aparecido en Riforma Sociale de setiembre-o deber " calló repen tinam ente. Fovel se unió a la banda de Passig
ctubre li,
de 1929) .examina el volumen de Massimo Fovel, Economía Montelli, Garde nghi, que había hecho del Lavoratore de
e cor- Triestc
porativi.srrw (S.A.T.E., Ferm.ra, 1929) y hace menc ión de otro un centro de negocios bastan te lucrativo y que debía mante
es- ner
crito del mismo Fovel, Bendita e salario nello Stato si.ndacale contactos con el ambie nte industrial turinés: tentat iva de
(Ro- Passigli
ma, 19'28); mas no se da cuent a o no pone expresamente de de trasladar el Ordine Nuovo a Triest e media nte una gestió
relie- n "ca·
ve que en sus escritos Fovel concibe el "corporativismo" como mercial" rcditicia (ver para la fecha la suscripción de 100
la liras
premisa para la introducción en Italia de los sistemas ameri hecha por Passigli que había ido a Turín para habla r direct
ca- a;,nen-
nos más avanzados en el modo de produ cir y de trabajar. te) .' Se plante ó la cuestión de saber si un "hombre hones
to po·
Sería interesante saber si Fovel escribe "extrayendo de su ce- día colab orar en el Lavoratore. En 192.1, en las oficinas del
Law-
rebro" o si por el contrario tiene detrás de sí (prác ticam ente ratore. fueron encontradas cartas pertenecientes a Fovel y a
y no Gar-
sólo "en general") determinadas fuerzas económicas que dengh i de las cuales result aba que los dos compadres jugab
lo sos- an
tienen y lo impulsan. Fovel no ha sido jamás un "científico" a la bolsa sobre valores textiles duran te la huelg a dirigi da
puro, por los
capaz de expresar ciertas tendencias como las expresan siemp sindicalistas de Nicola Vecchi y dirigí an el periódico según
re los
los intelectuales "purosn. En muchos aspectos, entra en intereses de su juego. Después de Livorno, Fovel desapareció
la galería pot
del tipo Cicotti, Naldi, Bazzi, Preziosi, etc., pero es más comp algún tiempo. Reapareció en 1925 como colab orado r del
lejo Avantíl
por su innegable valor intelectual. Fovel aspiró siempre a conve de Nenni y Garde nghi y lanzó una camp aña favorable a la
r- entre-
tirse en un gran líder político y no lo logró porqu e le faltan ga de la indus tria italiana a las finanzas nortea~eric~~s,
al- cam·
gunas dotes fundamentales: la fuerza de volun tad dirigida paña que fue de inmed iato explotada (pero d_eb1a ex1S~1T
a un ya. un
solo fin y la constancia intelectual de un Missiroli; además acuer do previo ) por la Gazzetta del Popolo, hgada al mgem
muy ero
frecuentemente se ha ligado con demasiada evidencia a peque Ponti de la S.I.P. En 1925-26 Fovel colaboró frecue nteme nte
ños en la
intereses mezquinos. Comenzó como "joven radical" antes Voce RepubblicaiUl. Hoy ( 1929) sostiene el corporativismo
de la como
premisa de una fonna italiana de americani~ación,. colab
guerra; había queri do rejuvenecer, dándo le un contenido más
con- a~ en
creto y moderno, al movimiento democrático tradicional, alime el Corriere Padano de Ferra ra, en los Nuov1 Stud1, Nuov
n- t Pro-
tándose un poco de los republicanos, especialmente federalistas
y r. La suscrip ción de Passigl i (enton ces :tdmin
regionalistas (Critica Politica, de Oliviero Zucca rini). Duran istrado r del Lavoratore) es publi~
te la cndn en Ordine Nuoco del 27 de marzo de 1920, rr. I, n? 42
(N. del E.)
294
295
blemi, Problemi del Lavoro v enseña {creo) en la Universidad sobre todo en las exigencias de una organizac10n policial de la
de Ferrara. ·
economía agravada por la crisis de 1929, todavía vigente.
Lo que parece significativo en la tesis de Fovel, resumida por En realidad, el personal obrero italiano ni como individuo ni
Pugni, essu eoncepdón de la corporación como un bloque indus~ como sindicato, ni activa ni pasivan1ente. se opuso jamás a las
t;JJ!~:B!'.<l~ucJiy<t!_t;~¡)nomo, destinado a resolver en. sentido moder- innovaciones tendientes a una disminución de los costos, a la ra-
~o.x,:!cf{n~adw:r!'nt~;S~I!it!'lista el problema de un últerior cjes- cionalización del trabajo, a la introducción de automatismos más
arr?Ilo:.del. aparato:económico italiano, contra los elementos semi- perfectos y de más perfectas organizaciones técnicas del aparato
feudales y parasitarios de la sociedad que extraen una tajada de- empresario. Todo lo contrario. Esto ocurrió en EE. UU, y deter-
masiado grande de la plusvalía, contra los llamados "productores minó la scmiliquidación de los sindicatos libres y su sustltución
de ahorro". La producción del ahorro debería convertirse en una por un sistema de organizaciones obreras de empresas aisladas
función interna {por mejor mercado) del mismo bloque prolluc- (entre sí). En Italia, en cambio, por mínima y tímida que fuese
tivo, a través de un desarrollo de la producción con costos decre- cada tentativa de hacer de la fábrica un centro de organización
cientes que permita, además de una masa mayor de plusvalía, sa- sindical {recordar la cuestión de los delegados de empresa), ha
larios más altos, lográndose así un mercado interno más capaz de sido ásperamente combatida y resueltamente liquidada. Un análisis
un cierto ahorro obrero y de más altos beneficios, cuidadoso de la historia italiana antes de 190::2 y también de 1926,
Se daría de tal manera un ritmo más acelerado de acumula- que no se deje alucinar por el carnaval exterior, pero que sepa ex-
ción de capitales en el seno mismo de la empresa y no a través traer los motivos profundos del movimiento obrero, debe llegar a la
de la intermediacíón de estos qproductores de ahorro" que en conclusión objetiva de que los obreros fueron justamente los por-
realidad son devoradores de plusvalía. En el bloque industrial- tadores de las nuevas y más modemas exigencias industriales y
productivo el elemento técnico, dirección y obreros, deberla tener que, a su modo, las proclamaron con energía, Se puede decir
predominio sobre el elemento "capitalista" en el sentido más "mez- también que ciertos industriales comprendieron la importancia
quino" de la palabra, es decir, a la alianza entre capitanes de la de este movimiento y trataron de acapararlo (así debe expli-
industria y pequeños burgueses ahorristas debería oponerse un blo- carse la tentativa de Agnelli de absorber el Online Nuovo y su
que ele todos los elementos directamente eficientes de la produc- escuela en el grupo Fíat y de instituh· así una escuela de obreros
ción, que son los únicos capaces de reunirse en sindicatos y, por y de técnicos especializados con vistas a subvertir la industria y
consiguiente, capaces de constituir la corporación productiva {cuya el trabajo adoptando sistemas "racionalizados": Y.l\I.C.A. trató de
consccucncb extrema, tratada por Spirito, es la corporación pro- abrir cursos de "americanismo" abstracto, pero no obstante las
pietaria). Pagni objeta u Fovcl que su estudio no constituye una fuertes sumas destinadas a los cursos, éstos fracasaron).
nueva economía políti<:a, sino únicamente una nueva política eco- Aparte de estas consideraciones, se plantea otra serie de
nómica; objeción formal que puede tener importancia en cierto cuestiones: el movimiento corporativo existe y, en algunos aspec-
sentido, pero que no afecta al problema principal. Las otras obje- tos, las realizaciones jurídicas ya cumplidas han creado las condi-
ciones, concretamente, no son más que la comprobación de algu- ciones formales en las cuales la revolución técnico-económica pue-
nos aspectos atrasados del ambiente italiano en relación con tal de verificarse en amplia escala, porque los obreros no pueden opo·
trastrocamiento "organizativo" del aprmllo económico, Los defectos nerse a ella ni luchar para conv<.'rtirse en sus abanderados, La
mayores de Ford consisten en que descuida la función económica organización corporativa puede llegar a ser la forma de tal revolu·
que el Estado ha cumplido siempre en Italia debido a la descon- ción, pero uno puede preguntarse si se dará una de aquellas viquia-
fianza de los ahorristas hacía los industriales; y en descuidar el nas "astucias de la Providencia" mediante las cuales los hombres,
hecho de que la orientación corporativa no tuvo origen en las exi- sin proponérselo y sin dcscm-lo, obedezcau a los impt•rativos do
gencias de un cambio de las condiciones técnicas de la industria, la historia. Por el momento lo dudü. El dcm(:nto negativo de la
ni tampoco en las exigencias de una nueva política económica, sino "policía económica" ha tenido hasta ahora la supremacía sobre el
elemento positivo de la exigenda de una nueva política cconó-
296 <>07
mica que renueve, modernizándola, la estructura económico-social cas que buscan, a cualquier precio, su propio camino. De cual-
de la nación aun en los cuadros del viejo industrialismo. La forma quier manera el proceso sería tan largo_ T encontraría tantas difi-
jurídica posible es una de las condiciones, no la única ni la más cultades, que en el ínterin nuevos intereses podrían constituirse
importante: es solamente la más importante de las condiciones y ofrecer una nueva y tenaz oposición a su desarrollo hasta tor-
inmediatas. La amcricanizadón requiere un ambiente dado, una narlo imposible.
determinada estructura social (o la voluntad decidida de crear-
la) Y un cierto tipo de Estado. El Estado es el liberal, no en Algunos aspectos de la cuestión sexual. Obsesión por la cuestión
el sentido del liberalismo aduanero o de la libertad política efec- sexual y peligros ocasionados por esta obsesión. Todos los "auto-
tiva, sino en el sentido más fundamental de la libre iniciativa y res de proyectos" ponen en primera línea la cuestión sexual y la
c.lel individualismo económico que lleg:1 por sus propios medios, resuelven "cándidamente".
como "sociedad civil", y en razón del mismo desarrollo histórico, Es preciso subrayar la parte extensa, frecuentemente prepon-
al régimen c.le la concentración industrial y del monopolio. La des- c.lerante, que ocupa la cuestión sexual en las Utopías (la obser-
aparición ele! tipo semifeudal del rentista es en Italia una de las vación de Crocc señalando que las soluciones aportadas por Cam-
condiciones de mayor importancia en la revolución industrial (es, panelb en La Ciudad del Sol no pueden explicarse por las nece-
en parte, la revolución misma), no una consecuencia. La política sidades sexuales de los campesinos calabreses es estúpida). Los
cconómico-financicr:1 del Estado es el instrumento de tal desapa- instintos sexuales fueron los más fuertemente reprimidos por la
rición: amortización de la deuda pública, institución del carácter sociedad •en desarrollo; su "regularización", debido a las contra-
nominativo de los títulos, mayor peso de los impuestos directos dicciones a que da lugar y a las perversiones que se le atribuyen,
sobre los indirectos en la formación de los ingresos presupues- parece la cosa más "innatural", de allí que las referencias a la
tarios. No parece que sea o tienda a ser ésta la dirección de la "naturaleza" sean más frecuentes en este campo. La literatura "psi-
política financiera. Por el contrario, el Estado crea nuevos ren- coanalítica" es también un modo de criticar la reglamentación de
tistas, vale decir, promueve las yjejas formas de acumulación para- los instintos sexuales bajo una forma a veces "iluminista", con la
sitaria del ahorro y tiende a crear c·1adros soci:1les cerrados. En creación ele un nuevo mito del "salvaje" sobre una base sexual
realidad, la dirección corporativa ha funcionado hasta ahora para (incluso las relaciones entre padres e hijos).
sostener peligrosas posiciones de clase media, no para eliminarlas, Gran diferencia en este terreno entre ciudad y campo, pero
y se está convirtiendo cada vez más, de bid o a los intereses creados no un sentido idílico en lo que concierne al campo, donde ocu-
que surgen sobre la vieja base, en una máquina de conservación rren los crímenes sexuales más monstruosos y frecuentes, donde la
ele lo existente, tal como es ahora, y no en un motor de propulsión. bestialidad y la pederastia están muy extendidas. En la encuesta
,;Por qué? Porque la dirección corporativa está también en función parlamentaria sobre el Mezzogiorno hecha en 1911, se dice que
de la desocupación: asegura a los ocupados un cierto mínimo en los Abruzzos y la Basilicata (donde es mayor el fanatismo reli-
vital que caería también si la competencia fuese libre, provo- gioso y el patriacalismo, y menor la influencia de las ideas de las
cando graves disturbios sociales, y crea ocupaciones de nuevo ciudades, tanto que en los años 1919-20, según Serpieri, no existie-
tipo ( organizativo y no productivo) para los desocupados de las ron allí agitaciones campesinas) se encuentra incesto en el 30 %
clases medias. Queda siempre una válvula de escape: la dirección de las familias, y no parece que la situación haya cambiado en
corporativa, que ha nacido dependiendo de una situación tan deli- estos Óltimos años.
cada, cuyo equilibrio esencial es necesario mantener a toda costa La sexualidad como función reproductora y como deporte:
para cyjtar una terrible catástrofe, podría proceder por etapas muy el ideal "estético" de la mujer oscila entre la concepción de "pro-
lentas, casi insensibles, que modificasen la estructura social sin ductora" y la de bibelot. Pero no es sólo en la ciudad donde la
s:1cudidas repentinas: aun el niño mejor y más sólidamente fajado sexualidad se ha convertido en l!n "deporte"; los proverbios popu-
se desarrolla y crece. He aquí por qué sería interesante saber si lares tales como "el hombre es cazador, la mujer es tentadora",
Fovcl habla por sí mismo o es el exponente de fuerzas económi- ''quien no tiene' nada mejor se acuesta con su n1ujer", etc., mues-
298 299
son absor-
tran la difusión de la concepción deportiva del sexo
tamb ién en nos adquiridos se transmiten de mane ra hered itaria o
scenc ia. Así, la baja
la campaña y en las relaciones sexuales entre elementos
de la mis- bidos cu el curso de la infancia y de la adole
rtante para el
ma clase. natalidad urban a exige un gasto continuo e impo
orta un
La función económica de la reproducción: no es solam
ente aprendizaje de los nuevos elementos urbanizados y comp
la ciuda d,
un hecho general, que interesa a toda la socie dad en su conju nto, perpc tuo cambio de la composición políticosocial de
ema de
que reclama una cierta proporción entre las diver sas edade s a los plant eando perm anent emen te sobre nuevas bases el probl
la parte pasiv a de la hegemonía.
fines de la producción y del mantenimiento de ión se-
la población (pasiva de una mane ra normal, a causa
de la edad La cuestión ético-civil m:l.s import:mtc ligada a la cuest
que se en~ ad feme nina.
invalidez, 'etc.) , sino tamb ién un hecho "molecular", xual es la de la formación de una nueva personalid
real inde-
cuentra en el seno de los más pequeños agregados
económicos, Hasta que 11 muje r no haya alcanzado, además de una
nuevo modo de conce birse a sí
tales como la familia. La expresión "el sosté n de la vejez " muestra pendencia frente al hombre, un
ones sexua les, la cuest ión
la conciencia instintiva de la necesidad económica de que exista misma y de concebir su papel en las relaci
serú neces ario ser
una cierta relación entre jóvenes y viejos en to!la el
área socia l. sexual seguirá plaga da de caracteres morbosos y
de coerc ión
El esp':"'~ácu~o d~ có':'o. son maltratados en los pueblos
los viejos muy cauto en toda innovación legislativa. Toda crisis
uce a-un desen freno "rom ántico"
Y las_ VIeJas sm ~JOs, mcita a las parejas a desea r la prole (el pro- unilateral en el campo sexual cond
de la prost itucjó n leg'l.L
verbio de que una madr e alime nta cien hijos y cien hijos no que pued e ser agravado por la abolición
torn~_ .?!!!; JJj¡"''
s~s?ene? un.~ madr e" muestra otro aspecto de la cuest
ión) : los y organiz¡ula. ¡Todos estos _el~mentoseomplican· y
tenta tiva de
:;'OJOS sm ,hiJOs, en las clases populares, son tratad os
como los . sima cada regla ment ación "dé!' hecho sexua l. y cada
métodos de.';"'
bas~ardos . ~os progresos de la higiene, que han elevado
el pro- crear una nueva ética sexuaf',;onforme ·a-los-nucvós
vez más la cuest ión sexual . p,ro9ucción y de:!raful,jo. J'<?L9t;81!1~~ ~ ~(if~a~~?~,
P.r,oc~d~r a . ·
medio de la VIda humana, plant ean cada nuev etica. ·ES digno
corno un aspecto fundamental y autónomo de la cuest ión econó - tal réglainentación y a la creaeion de una
ente Ford ) se
mica, aspecto tan impo rtante que a su vez pued e llega
r a plant ear de hacer notar cómo los industriales (especialm
dientes
complejos problemas del tipo de "superestructura". El
aumento han íntewsado por las relaciones sexuales entre sus depen
apariencias
del pro~edio de vida en Franc ia, con la escasa natal
idad y con y, en general, por la iastalación de sus familiares; las
el caso del
las necesidades de hacer funcionar un apara to de produ cción muy de "puritanismo" qne asumió este interés (com o en
s a error; la :verd ad es·-que ·¡r
rico ~ complejo, plant ea ya hoy algunos probl emas ligad os a la prohibicionismo) no debe conducirno
homJ:> l!e exigid o -por~la~
cuestión nacionaL Las viejas generaciones se encu entra
n en rela- ·no pued e desarrollarse el nuevo •tipo de·
: raciorililizaciórl de -la prog1.1cción y d~]trahajo
es de la nlient ra:?"e f""ills"::-:
ci~nes cada vez más anonnales con las generaciones jóven esta racio na-
mlSrna cultura nacional, y las masas trabajadoras son
engrosadas 'tinto sexual noha ya sido regulado de acuerdo con
por elementos extranjeros inmigratori os que modi fican su base: se .lízación, no haya sido él tamb ién racionalizado. ·
ón del traba jo ( em-
verifica r_a_, como en EE. UU,,_ una cierta divisi
funci ones de
pleos califwados para los autoctonos, además de las que A. De
los inmi- Femi nismo !1 "machismo". Fragm ento de la recensión
d?'ección y organización; empleos no calificados para ca Econ omica
grant es). Pictri Tonelli ha publi cado en la Revis ta di Politi
\V oman .
icas (febr ero de 1930) del libro de Anthony M. Ludovici,
Una relación similar, pero con consecuencias antieconórn cosas var¡ mal
paise s entre A vindi catio n ( 2~ ed., Londres, Hl29) : "Cua ndo las
muy importantes, se establece en toda una serie de n a causa de la deca dend a
prolífica: en la estructura social de una nació
las ?iudades ~dustrJ_ales .de baja natalidad y la camp aña res -afir ma Ludo-
dizaj e gener al, un proce so de de las capacidades fundamentales de sus homb
la VIda de la mdus trm eXIge un apren torna rse impor-
cione s de traba jo nu- vicí- dos tendencias distintas parec en siempre
adap tació n psicoflsica a determinadas condi son pura y
algo innat o, •r'.atu - tantes: la prime ra es la de interp retar cambios que
trición, habitación, costumbres, etc., que no es de viejas y
teres urba- simplemente signos de la decadencia y de la ruina
ral", sino que debe ser "adquirido", mientras los carac
300
sanas. (1) : t'rtucwnes
. .ns · como síntomas de
debrda a la justificada pérdida de , . progreso; la segunda, sobre todas las fuerzas proquctivas de la.sociedad: la selección
nante, es la de dar a cada uno ten confranza en. la clase gober- o "educación" ~!é,l h_(lmbre adaptado a los nuevos tipos de éi~zii;~0'i·
la segurida .1 d ' ga 0 no las cuahdadcs deseadas c:ióD,. vale decir a las nuevas formas de producción y d~ trabajQ.;ha
u e ser apto para h f '
arreglar las cosas" (La t d ~cer . un es uerzo con el fin de ocurrido mediante el empleo de inauditas brutalidades, lanzando
· ra uccwn es nif'
e inexacta). El autor hace del f . . ma Jestamente incierta al infierno del desclasamiento a los débiles y a los refractarios o
segunda tendencia y exige em 10.15';' 0 una expresión de esta eliminándolos del todo. En cada aparición de nuevos tipos de
· un renacrm•cnto del "
margen de toda otra consideración de
hi , civilización, o en el curso del proceso de desarrollo, se han pro-
. , . mac smo . Al
que el texto de De Piet:Ji To el!' . ~alor, dífrcil de hacer por- ducido crisis. ¿Pero quién se vio implicado en estas crisis? No
d . n 1 es mcrerto hay b las masas trabajadoras, sino las clases medias y una parte de la
ten encra antifeminista y "machista" E '. que. su rayar la
de la legislación anglosa¡'o t f. s prec1so estudrar el origen misma clase dominante, que había sentido también la presión coer-
. · na an avorable a 1 · citiva, que necesariamente era ejercida sobre toda el área social.
sene de conflictos "sentime lt 1 , d a mu¡er en una
.1
ue uua tentativa de regular la 1 a es o seu osenti
ti'
t 1 S
mena es .. e trata Las crisis de liberti1Ul¡e fueron numerosas: cada época histórica ha
cosa seria pero me pare cues Ion sexual, de hacer de ella una tenido alguna.
' ce que no
morbosas desviadones "f . . t , ogró sus 0 b'¡el!vos: · .
dw lugar a Cuando la presión coercitiva es ejercida sobre todo el comple-
emrms as en se fd .
creado a la mujer (de las ¡
1 ) n 1 o peyorativo y ha jo social (y esto ocurre especialmente después de la caída de la
e ases a tas una posición social paradoja). esclavitud y el advenimiento del cristianismo) se desarrollan ideo-
logias puritanas que confieren al empleo intrínseco de la fuerza
"Animalidad" e industrialismo L· ¡ ·. . . la forma exterior de la persuasión y del eonsenso; pero una vez
siempre (y Jo es ¡ d, · a listona del mdustrialismo fue que se ha alcanzado el resultado, al menos en eicrta medida, la
. 10 y e una manera más acentuad . ) presión se dispersa (históricamente, esta fractura se verifica de ma-
una continua lu~ha contra el clemcnt " . . .~ y ngurosa
un proceso · · . . 0
amma!Idad del hombre neras muy diferentes. r·omo és natural, ya que la presión siempre
d . r;nnterrumpulo, frecuentemente dolo . '
e SOJ!lZgamwnto de los instintos ( rJ·tt l . rdoso. y sa~gnento, asumió formas originales, frecuentemente personales: se ha identi-
. . . , .) • ura f's, es ecir aru 1 . . ficado con un movimiento religioso, creó un aparato propio que
pnmt tn os a rpgJas sienl¡)rc . ,. d ~ ~ ~ ma es
· ·d· . .· nueva_,, Ll a vez mas co 1 · }. se personificó en determinados estratos o castas, tomó el nombre
ngJ as, Y a habrtos de orden cx·tetitud y . .• mp e¡as Y
síbles las fonnas:sicmprc má~ <:~~' le 'as d precrswn que. tornen po- de Cromwell o de Luis XV, etc.:. y advicue la crisis de libE'rtinaje
la consecuencia 'ncccmrr'" d l d p J JI e VIda colectiva que son (la crisis francesa dE'.spu(·s de la muerte de Luis XV, por ejemplo.
luc ha es impuesta desde · • " e e sarro o del i d t · ¡ · , no puede ser comparada con la crisis norteamericana después de la
el ex . 1 n us rra IS!no. Esta
obtenido., si bien tt'cncn ' terror y lasta ahora los resultados llegada de Roosevclt, ni d prohihicionismo tiene equivalente en las
' •n gnn v·tlor p · f · ·
en gran parte pur;.nncnte meeá~í . . • . rae u.:o Inmediato, son épocas precedentes, con su secuela de bandidaje, etc.) que sin
una "scgttm!a naturale:c¡" l'oro tco¡.~' uo se han tmnsformado en embargo sólo roza superficialmente a las masas trabajadoras o las
· 1 siempre durant" • '-' · d · · ¿no
ha s¡c.o , . oc d ,nmnt:ra · nueva e VIVlr toca indirectamente porque dcpraw a sus mujeres. En t'fecto, estas
'
compr~ión nleeánica',J I Y'
e un ercrto twmpo 1 , lt 1 d masas <> bien adquieren ya los lrúbitos y las costumbres necesarias
.. . . > C' rcsH ac o e uua
• • _.< ~ 1n1sn1os tushntus que ho .
supc1ar por demasiado "a . .• . Y es necesano para los nuevos sistemas de vida y de trabajo o bien continúan
mma 1es constituye lid
progreso notable sobre los ., t ~ . d r.on sintiendo la presión cot·rcítiYa por las necesidades elementales de
., un CriíHes, to avra nen/. rea · ad ..
un
su existencia (el mismo antiprohihieionism o no fue deseado por
¿Quwn podrb describir el "costo·· en vidas h !,1S prrmrtJvus.
rosos sojuzgamíentos de los instintos del u~~ 'e urnanas y en dolo- Jos obreros y la <'Orrupcíón <\UC e·lc·mtlrabandu y el bandidaje aca-
a la vida sedentaria y agrícola~ ,\ 'uí e~tra J 1de la .etapa nómade rreó estaba difunelída entre las clases superiores).
de esclavitLHl de la glcb; ,. d , fq. 'n as pnmeras formas En la posgucna se ha verificado nna crisis de las costum-
. • e 1 o ICIO etc. Hasta h
cambms en el modo de ser de ..' . ' .. a ora to dos los bres de una extensión y de una profundidad inaudita, pero esta
coen·ión brutal, es decir medi~nte e~~<~~; oc.urnleron mediante la crisis se ha manifestado contra una forma de roewíón que no
, . ' rmmo e e U!l grupo sucia) había sido impuesta para crear los hábitos acordes con una nueva
302
303
form~ d~ trabajo, si~o por hts necesidades, reconocidas ya como
tud" es afirma da de una maner a general y no es obsC'rvada ni por
tran~Jt~:¡as, de. la VIda de guerra y de trinchera. Esta presió
n convicción ni por coerción, no lográn dose por lo tanto la adqt;is
repnm10 especmlmente los instintos sexuales, r.un los normales, 1 i-
ción de las actitud es psicofísicas necesarias para los nuevos meto-
en grande s masas de jóvenes y la crisis desenc adena da en el mo-
mento del. retorno a la vida nom1al se tornó más violenta por la
desapanc1~~ de tan;os varones y por un desequilibrio perma nente
l dos de trabajo. La crisis puede convertirse en "perm anente '', vale
decir, de perspe ctiva catastrófica, ya que sólo la coerción podrá
definirla, una coerción de nuevo tipo en cuanto , ejercida por
en la relacw n numen ca entre los individuos de los dos sexos. Las
instituciones ligadas a la vida sexual recibieron una fuerte sacu-
1 élite de una Clase sobre la propia clase, no puede menos que ser
la
una autocoerción, o sea, una autodi sciplin a ( Alfieri que se hace
dida Y en la cu~tión sexual se desarrollaron nuevas formas de j atar a la silla). • En todo caso, lo que se puede opone r a esta
.. utopía iluminista ..'La crisis~~~.tornó más violenta. (.y lo es todaví
a) 1 función de las élites es la menta lidad iluminista Y libertina en la
"~~:;,r~.·:Lhec~o de- que ba tocado a todos los estrátos de la. pobla- esfera de las relaciones sexuales; luchar contra esta concepción
: •c¡on•Y.entro-en c.onflicto·con las necesidades de losnue vos méto- !
1 significa precis ament e crear las élites necesarias par~ esta t~rea
~.los,detra~~~()·que .mientras tanto se venían 'imporiiendó (taylo- 1
histórica, o al menos desarrollarlas para que su funno n se extien
~,Bsn:~r::rae~o~i:~cJón·en gen.eral). Estos nuevos métodos exigía
n
~ da a todas las esferas de la activid ad human a .
-
.tr)la.:r 1gld¡¡,d,:_ciplll'!.¡j,}1~. h~~ mstintos sexuales (del sistema ner~
v¡gs?:)~~~e<:irt¿uná'consolidacion- de-Ja: "fami lia" en-'"sentidb,
, ampho , (no de esta o aquell a forma del sistema familiar) de la
·reglam entaci ón y estabilidad de·Jas 'relaei ones sexuales. '
Reacionalización de la producción y del trabajo. La tendencia de
., Es precis o insistir sobre el hecho de que en el campo sexual
León David ovich 7 estaba estrec hamen te ligada a esta serie de
el fa~t~r ideológic~ más deprav ado y "regresivo" es la concepción
1ium•msta Y hbertm a propia de las clases no ligadas estrecha- proble mas, lo que no me parece que se haya pu<'sto. bien en .evf·
dencia. Su conte1údo es(•ncial, desde este punto de VIsta, consistia
mente al trabajo productivo, y que se propa ga de estas clases a
en la volunt ad "dema siado" resuelta (y por consiguiente no racio-
l~s de los trabajadores. Este elemento se torna tanto más grave
naliza da) de dar la suprem acía, en la vida nacional, a la indust ria
SI en .~n Estado las masas trabaja doras no sufren Y
más la presión a los· métodos industriales, de acelerar, media nte medios coerciti-
co~rc•;•~'a de una clase superior, si los nuevos hábitos y actitud
es vos exteriores, la disciplina y el orden en la produc ción, de adecu ar
ps1cof•s•cas conexas a Jos nuevos métodos de producción y de tra-
las costumbres a las necesidades del trabajo. Dada la forma gene-
bajo deben ser adquir idas por la vía de la pc·rsuasión recípm ea o
ral de abord ar todos los proble mas vinculados a la tenden cia, ésta
de convicciones indivi dualm ente propue stas y acepta das. Puede
debía desem bocar necesa riamen te en una forma de bonapartismo,
crears e así una situación de doble fondo, un conflicto íntimo en-
de allí por consiguiente la necesi dad de suprimirla. Sus preocu pa·
tre la ideología "verba l" que reconoce las nuevas necesidades y la
ciones eran justas, pero las soluciones práctic as eran profun damen te
práctic a real, "animal", que impide a los cuerpos físicos la efectiv
a erróne as; en este desequilibrio entre teoría y práctic a era Ínsito
adquisición de las nuevas actitudes. Se forma en este caso lo que
el peligro, que por otro lado ya se había manif estado preced ente-
se puede llamar una situación de- hipocresía social totalitaria. ·Por
mente, en 1921. El princi pio de la coerción, directa e mduec ta, en
qu~' t ot a¡·1tana. · '? E n las otras
situaciones los estratos popula resé son el ordena miento de la producción y del trabajo es justo, pero la
ohhgados a observar la "virtud"; r¡uicn la predic a no la observa,
aunqu e la alabe de palabr a, de suerte que la hipocresía es par-
dal, no total. Esta situación, por cierto, no puede dur~.r y condu cirá o Impuls ado por la lectura de las vírtudes t:e los hé~oe~ de P1~t~o
seoso de fomarse por sí mlsrno una persona hdad, Alben resolvw Y de~
a una crisis de libertinaje. pero sólo cuand o las mnsas hayan asimi- stendo un
lado la "virtud " eu hábitos peiTnanentes o casi permanentes, vale joven aún, impone rse como obligación la de estudia r cuatro o
cinco _hor.as
por día~ y para no ceder se hacía atar a su si11a. delante del
decir, con oscilaciones cada yez menores. Por el contrario, en caso escnton o ..
(N. del T.)
de que no exista presión coerci tim de una clase superior, la "vir- ' Lev Davidovich Bronstein (Trotsk i). (N. del E. l
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305
fonna que había asumido era errónea: el modelo militar se había mente climümda del mundo del trabajo y quít.i; dd mundo tout
convertido e~ un prejuicio funesto y los eíércitos del trabajo fraca- court.
~ar?n. Interes de León Davidovich por el amcricanismo; sus
arhc~los, sus encuestas sobre el byt 8 y sobre la literatura; estas Desde este punto de vista es preciso estudiar las iniciativas
actividades eran ~enos extrañas entre sí que cuanto lo parecía, ya "puritanas" de los industriales norteamericanos tipo Ford. Es cierto
que los nuevos metodos de trabajo están indisolublemente lirrados que ellos no se preocupan por la "humanidad" y la "espiritualidad"
a un determinado modo de vivir, de pensar y de sentir la vid"<· no del trabajador, que son destruidas de inmediato. Esta "humanidad
se pueden obtener éxitos en un campo sin obtener resultados ta~gi­ y es píritualidad" sólo puede realizarse en el mundo de la produc-
b~es e~ el otro. ,En. EE.UU., la racionalización del trabajo y el prohi- ción y del trabajo, en la "creación'' productiva; era máxima en
biCJOmsmo estan mdudablcmentc ligados: las encuestas de los in- el artesano, en el "demiurgo", cuando la personalidad del trabaja-
dustnales sobre la vida íntima de los obreros, los servicios de ins- dor se reflejaba toda en el objeto creado, cuando era aún mny
pcc?,Íones creados en algunas empresas para controlar la "morali- fuerte la ligazón entre arte y trabajo. Pero justamente contra este
da? de los obr~r?s: s?n necesidades del nuevo método de trabajo. "humanismo" lucha el nuevo industrialismo. Las iniciativas "puri-
Rmrse de estas Imc1ahvas (aunque hayan fracasado) y ver en ellas tanas" tienen sólo el fin d<' consC'rwtr, fm•ra del trabajo. un cierto
sólo nm manifestación IlÍpÓ<:'rita de "puritanismo", es negarse a equilibrio psicofísico que impiua el colapso fisiológico dd tmbaja-
cor';prender la 1mpo~tancia, el significado y el alcance objetivo del dor, exprimido por el nuevo método de producción. Este equilibrio!
f~nomeno. norteamencano, que es también el mayor esfuerzo colec- no puede dejar de ser puramente exterior y mecánico, pero:'podrá ....,
tivo verif1cado hasta ahora para crear, con rapidez inaudita v con convertirse en interior si es propuesto por el mismo tral5a¡aaor y :
una con~iencia de los fines jamás vista en la historia, un tipo ;ucvo .' ñoimpuesto de~de afuera;:sn : ·· •. l.ii3Sf6poí:'"lini'Cnúe~á-forma-dl[i'
de traba¡ador y de hombre. La expresión ~conciencia del fin" puede ~ sociedad, con_~edio~_apropiados y origina es:; in ustrial norte·
parecer por lo menos humorística para quien recuerda la frase de americano se preocupa por mantener la continuidad de la eficien-
Taylor sobre el ."gorila amaestrado". Taylor expresa con u~ ci- cia física del trabajador, de su eficiencia muscular nerviosa: su in-
msmo b~u~al el fin de la sociedad norteamericana: desarrollar en terés es tener una maestranza estable, un complejo permanente-
~rado maxn-r:o en el trabajador las actitudes maquinales y automá- mente en condiciones, porque el conjunto humano (el tmbajador
t:cas, destrUir ~1 ,vk·jo nexo psicofísico del trabajo profesional ea- colectivo) de una empresa es una máquina que no debe ser des-
hfJcado que ex1gm una cierta participación activa de la inteligcn- montada con demasiada frecuencia y cuya renovación en sus pie-
cm, de la fantasía, de la iniciativa del trabajador y reducir las zas fundamentales debe ser realizada sin que se sufran enormes
operaciones productivas a su solo aspecto físico y maquinal. Pero, pérdidas.
en reahdad, no se trata de novedades originales, se trata única- El denominado "alto salario" es un elemento depeudicnte de
~l~I:tc de la fase m¡\s reciente de un largo proceso que se ha esta necesidad: es el instrumento para seleccionar una maestranza
1~cmd? c::m el nacimiento del mismo industrialismo, fa~e que es adaptada al sistema de producción y de trabajo y para mantenerla
so~o mas mtcnsa que las p;eccdcntes y se manifiesta bajo faunas en forma estable. Pero el alto salario es de doble filo: es preciso que
mas brutales, pero que sera superada mediante la creación de un el trabajador gaste "racionalmente" los sueldos más abundantes,
nuevo nexo psicofísico de tipo diferente de los precedentes e indu- para mantener, renovar y posiblemente acrecentar su cfídencia
dablemente superior. Se producirá ineluctahlemcntc una selección muscular nerviosa, no para destruirla o cortarla. De allí, entonces,
forzada, una parle de la vieja clase trahajadora será despiadada- que la lucha contra el alcohol, el agente más peligroso de destruc-
ción de las fuerzas de trabajo, se convierta en función del Estado.
B~t signific;¡ en r11o;o d modo de vida. Se refiere a los escritos de Trotski
8
Es posible que otras luchas "puritanas" se conviertan también en
ded1cados al análisis de la vida cotic.Jian.a en la Rusia sovle'tic" Cf L ' función del Estado, si la iniciativa privada de los industriales se
·- · · El "· r. eon
1 rut.s...:1, nue¡;o ct~rso 1 Problemas de la vida cotidiana> cuadernos de Pasa~ demuestra insuficiente, o si se ·desencadena n na crisis de morali-
do Y Presente no 27, Córdoba, 1971. (N. del T.)
dad demasiado profunda y extensa en las mnsas trabajadoras, lo
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307
que podría ocurrir como consecuencia de una prolongada crisis de
desocupación. sin los colores "deslumbrant es" del oropel romántico propio del
pequeño burgués y del bohémien desocupado. Aparece claramen-
A la cuestión del alcohol está ligada la cuestión sexual. El
te que el nuevo industrialismo desea hi monogamia, quiere que el
abuso y la irregularidad de las funciones sexuales es, después del
hombre-traba jador no disipe sus energías nerviosas en la búsqueda
alcoholismo, el enemigo más peligroso de las energías nerviosas y
desordenada y excitante de la satisfacción sexual ocasional. El
1 es una observación corriente que el trabajo "obsesionante" provoca obrero que va al trabajo después de una noche de "excesos" no
depravaciones alcohólicas y sexuales. Las tentativas realizadas por
es un buen trabajador, la exaltación pasional no puede marchar de
Ford de intervenir, mediante un cuerpo de inspectores, en la vida
'( privada de sus dependientes y controlar cómo gastaban su salario acuerdo con los movimientos cronometrados de los gestos produc-
tivos ligados a los más perfectos automatismos. Este complejo de
y cómo vivían, es un indicio de estas tendencias todavía "priva-
compresiones y coerciones directas e indirectas ejercidas sobre la
das" o latentes que pueden transformarse, en cierto momento, en masa obtendrá indudablemen te resultados y surgirá una nueva for-
ideología estatal, injertándose en el puritanismo tradicional, vale ma de unión sexual de .la cual la monogamia y la estabilidad reL'l-
decir, presentándose como un renacimiento de la moral de los pio- tiva deben, según parece, ser los elementos característicos y funda-
"L ncros, de·! "verdadero,. amC'ricanismo, ctC'. El hecho más notable
mentales.
del fenómeno. norteamericano en relación con estas manifestacio- Sería interesante conocer los resultados estadísticos de los fe-
nes t·s el distanciamiento que se ha formado y que se irá acentuan- nómenos de desviaciones de las costumbres sexuales oficialmente
do eada n·z m.ís <'ntrc la moralidad-costumbre de los trabajadores preconizados en los Estados Unidos, analizados por grupos socia-
y la de los otros estratos de la poblacióu. · les: se verificará que por lo general los divorcios son particular-
El prohibicionísmo ha dado ya un ejemplo de tal separación. mente numerosos en las clases altas. Esta separación entre la mora-
¿Quién consumía el alcohol introducido de contrabando en los Es- lidad de las clases trabajadoras y la de elementos cada vez más
tados Unidos? El alcohol se había convertido en unu mercancía de numerosos de las clases dirigentes, en los Estados Unidos, parece
gran lujo y ni aun los más altos salarios podían permitir su con- ser uno de los fenómenos más interesantes y ricos en cons<'Cuencias.
sumo a los más amplios estratos de las masas trabajadoras. Quien Hasta hace poco tiempo el norteamericano era un pueblo de tra-
trabaja por un salario, con un horario fijo, no tiene tiempo de dedi- bajadores: h "vocaeión laboriosa" era un elemento inherente no
carse a la búsqueda del alcohol, de dedicarse al deporte, de eludir sólo a la clase obrera, sino también una cualidad (•specífica de
las leyes. La misma observación se puede hacer respecto de la las clases dirigentes. El hc<:ho de que un millonario continuasu
scmalidad. La "caza de la mujer" dt•n,.tnda demasiados loísirs; en prácticament e trabajando hasta que la enfermedad o la vejez lo
el obrero de nuevo tipo se repetirá, de otra manera, lo que ocurre obligasen al reposo y que su actividad ocupase un número elevado
en los villorrios campesinos. La relativa estabilidad de las uniones cle horas en su jornada, constituye un fenómeno típicamente norte-
sexuales campesinas está ligada estrechament e al sistema de tra- americano, y una nortcarnericanada de lo más extra vagante para
hajo dd campo. El campesino que regresa a su casa por la tarde el europeo medio. Se ha subrayado precedenteme nte que esta di·
luego de una larga y fatigante jornada de trabajo, desea la Vene- ferencia entre norteamericanos y europeos está dada por la ausen·
rem. facilcm paraiJilcmr¡ue (le la que habla Horacio; " no está dis- cía de "tradiciones" en los Estados Unidos, en la medida en que
puesto a ronronear en torno a las mujeres de fortuna; ama a su tradición significa igualmente residuo pasivo de todas las formas
mujer, segura, intachable, que no cometerá adulterios y que no sociales superadas por la historia. En los Estados Unidos en cambio
reclamará la comedia de la seducción y del estupro para ser po- es reciente todavla la "tradición de los pioneros, es decir, de fuer-
seída. Parece que así la función sexual se mecaniza, pero en reali- tes individualidades cuya "vocación laboriosa" había alcanzado la
dad se trata d"l nacimiento d<' una llli<'Vil forma de unión sexual mayor intensidad r vigor, de b¡¡mbrcs que directamente, y no por
0
el trámite de un ejército de esclavos y de siervos, entraban en enér-
Venerem facilem parahílemque: el amor fádl está siempre a mí alcance. gico contacto con las fuerzas naturales para dominarlas y explotar-
Cita del J10ota latíno llorncío {Sdtiras, Líbro II, versículo 119) (N. del T.)
las victoriosamente. Son estos residuos pasivos los que en Europa
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309
~esisten al americanismo ("representan, dicen ellos, la calidad, nica n<'l es un desencadenado; es un silencioso que sabe
"etc.") porqu e comprenden instintivamente que las nueva arrastrar
s formas por los cielos su férrea cadena. No es un ignorante que
-de producción y de trabajo los barrerían implacablement se divie.rte,
e. Pero es un estudioso en el mejor sentido de la palab ra, porqu
:si es verdad que en Europa, en este caso, las antiguallas e studmm
aún no significaba 'punt a viva'. Mientras la cívil~zaci~n técni~a
·enterradas serían definitivamente destruidas, ¿qué comi o mec;mi-
enza a pro- cista, como quieren llamarla, elabora en s1lencro este tipo
ducirse en los mismos Estadós Unidos? El fenómeno del de heroe
distancia- mordaz, el culto literario de la energía no crea más que
miento de la moralidad arrib a mencionada muestra que un bellaco
se están en las nubes, un afanoso soñador".
creando márgenes de pasividad social cada vez más ampl Es notable que no se haya tratado de aplicar al amer
ios. Pare- icanis-
ce que las mujeres cumplen un papel dominante en este mo la fórmula de Gentile sobre "la filosofía que no
fenómeno. se enuncia
El hombre-industrial continúa trabajando aunq ue sea en fórmulas, pero que se afinn a en la acción"; todo lo cual
millonario, es signi·
pero su esposa y sus hijas se transforman cada vez más ficativo e instructivo, ya que si la fórmula tiene algún valor
en "mamí-
feros de lujo". Los concursos de belleza, los concursos es jus-
para selec- tamente el americanismo quien pued e reivindicarlo. En
cionar actrices de cine (reco rdar las 30.000 muchachas italia cambio,
nas que cuando se habla del americanismo se encu entra que
en 1926 enviaron su fotografía en traje de baño a la Fox) es ''meca-
, el teatro, nicísta", grosero, brutal, es decir, "pura acción" y se le
etc., seleccionando la belleza femenina mundial y ponié contrapone
ndola en la tradición, etc. Pero esta tradición, ¿por qué no es toma
concurs~, susc~tando una mentalidad de prost da tam-
itución; es la "trata de bién como base filosófica, como la filosofía enunciada
~cas legah7.ada por las clases altas. Las mujer en fórmulas
es, ociosas, via- por aqul'llos movimientos para los cuales la filosofía se afirm
¡an, atraviesan continuamente el océano para venir a Euro a en la
pa, esca- acción"? Esta contradicción pued e explicar muchas
pan al prohibicionismo patrio y contraen "matrimonios~ cosas: por
estaciona· ejemplo, la diferencia entre la acción real, que ¡nodifica
les (recordar que a los capitanes de marina de los Estad esencial-
os Unidos mente tanto al hombre como a la realidad externa (vale
se les retiró la facultad de celebrar matrimonios a bordo decir la
porqu e cultu ra real) , como es el americanismo, y el gladiadori
muchas parejas se casaban al parti r de Euro pa y se divor smo. necio
ciaban que se autoproclama acción y modifica sólo_ el ~ocab
antes del desembarco en América) ; es la prostitución ulan?, no
real que se las cosas, el gesto externo y no el hombre mten or.
desborda, apenas oculta bajo frágiles formalidades jurídi La pnme ra
cas. está creando un porvenir que es intrínseco a su actividad
Estos fenómenos propios de las clases altas torna rán más objetiva
y que se prefiere silenciar. El segundo sólo crea fantoches
cil la coerción sobre las masas trabajadoras para conformad difí- dona dos, recortados sobre un figurón retóricamente prefij
perfec·
as a las ado y que
necesidades de la nueva industria; en todo caso deter caerán en el vacío apenas se corten los hilos externos
minan una que le clan
fractura psicológica y aceleran la cristalización y la satur una apariencia de movimiento y de vida.
ación de
los grupos sociales, tomando evidente su transformación
como ocum.ó en Europa.
en castas
'
Cantidad y calidad. En el mundo de la producción
estos térmi-
nos no si<'nifican otra cosa que "buen nwrcadon y" alto
Taylor y el americanismo. Eugenio Giovanetti ha escrit precio~ res-
o en el pcctivam~ntc, vale decir, satisfacción o no de las necesidade
Pegaso de mayo de 1929 un artículo sobre "Federico
Tavlor e s .el~­
mentales de las clases populares y tcmlcncia a elevar o
l'americanismo", en el que afirma: "La energía literaria, a depnm1r
abstracta, su tenor de vida. Todo el resto no es mús que un follot
nutri da de retórica generalizante, ya no está en condicione ln, del cual
s de en- Gunl ielmo Ferrero ha escrito d primer capítulo. En una empr
tende r la energía técnica, cada vez más individual y agud b esa-
a, tejido nación que tiene disponible mucha mano de obra y pocas •
originalísimo de voluntad singular y de educación espec mate nas
ializada. primas (lo que es discutible ya que cada nación-empresa
La literatura energética mantiene todavía su imagen dema se "crea"
siado có- sus propias materias primas) ·Ja palabra "calidad" signif
moda del Prometeo desencadenado. El héroe de la civili ica sólo la
zación téc- voluntad de emplear mucho trabajo sobre poca materia,
pcrfeccio-
310
311
nando el producto al extremo, es decir, perfeccionando la voluntad
de especializarse ~ara un mercado de lujo. ¿Pero es esto posible
Porque es difícil lograr la máxima calificación profesional··~
exige de parte del obrero "olvidar" el contenido intelectual del es- 1
para toda una nación muy populosa? Donde existe mucha materia crito que reproduce o no reflexionar para fijar su atención sólo en ·
p~ma son posibles dos tendencias, la cualitativa y la cuantitativa, la caligrafía de cada letra si es copista, o para descomponer las
mientras que no existe la recíproca para los llamados países po- frases en palabras "abstractas" y éstas en letras-caracteres y rápi-
bres. La producción cuantitativa puede ser también cualitativa es damente escoger los trozos de plomo de las casillas, para descom~
decir, competir con la industria puramente cualitativa entre a~ue­ poner no solamente cada palabra, sino los grupos de palabras, en
lla ~a:te d~ la clase consumidora de objetos "distintos" que no es el contexto de un discurso, para agruparlos mecánicamente en si-
tradicwnahsta porque es de formación nueva. glas estenográficas, para obtener la rapidez en el dactilógrafo, etc.
,Estos apuntes son válidos si se acepta el criterio de la "cali- El interés del trabajador por el contenido intelectual del texto entra
dad , tal coi?o ~s co~eebida comunmente teniendo en cuenta que dentro de sus errores, vale decir se considera como una deficiencia
no es un cnteno racwnal. En realidad sólo se puede hablar de profesional: su calificación se mide precisamente por su desinterés
"cal~dad" en el caso de las obras de ar{e individuales y no repro- inteledual, por su O<mecanización". El copista medieval que se in-
~uci~!es; todo lo que es reproducible entra en el reino de la "can- teresaba por el texto cambiaba la ortografía, la morfología, la sin-
tidad y puede ser fabricado en serie. taxis del texto recopilado, truncaba períodos enteros que no com-
. . Además, se puede observar lo siguiente; si una nación se espe- prendía debido a su escasa cultura, el curso de los pensamientos
Cia.liza en la producción "cualitativa" ¿qué industria procurará los suscitados en él por el texto lo llevaba a interpolar glosas y adver-
o?}etos d~ c.o~ut;'o de la~ clases pobres? ¿Se promoverá una situa- tencias; si s11 dialecto o su lengua eran diferentes de los del texto,
cmn de divlsion mternacwnal del trabajo? Se trata nada más que introducía matices extraños; era un mal amanuense porque en rea-
de ~na fórmula de literatos holgazanes y de políticos cuya dema- lidad "rehacía" el texto. La lentitud de la escritura medieval ex-
,gogm cons1ste en construir castillos en el aire.:La. cualidad debería plica muchas de estas deficiencias; había demasiado tiempo para
3~~~ui~:c:..::_los h~Il1bres X.l'!o .~·las _cosas·. y' la c~alj<]ad. !ni::' reflcsionar y en consecuencia la "mecanización" era más difícil. El
r~~~ ~~!:1~~ .~.:= r:fm¡¡.en. la medida en que el hombre satisface tipógrafo debe ser muy rápido, debe tener sus manos en continuo
!:; uf nl1Dle~o ~ayor ~~ ñec11~idades y se torna por ello ind~pendiente.· movimiento y también los ojos, y esto torna m;\s fácil su mecani·
E alto piCc:o del pan; deb1do al hecho de querer mantener ligada a zación. Pero pcnsúndolo bien, c'l esfuerzo <!UC deben realizar estos
una determmada actividad una mayor cantidad de personas lleva trabajadores para aislar el contenido intelectual dd texto, a veces
a la desnutrición. La política de la calidad determina casi si~mpre muy apasionante (en ese caso, en efecto, se trabaja menos y peor),
su opuesta: una canhdad descalificada. su sim bolizadón gráfica y el dedicarse solamente a esta últin1a es el
esfuerzo quizás más grande que puede requerirse de un oficio.
Este esfuerzo es, sin embargo, realizado, y no liquida espirítual- ?. }
Taylo~~mo y mecanizaci6n del traba¡ador. A propósito de la se- mente al hombre. Cuando el proceso de adaptación se cumple, su
pru;_acmn que el taylor!;mo detenninaría entre el trabajo manual y verifica en n•alidad el hecho de que el cerebro del obr<?ro en lugar
el .contemdo humano del traba¡o, se pueden hacer útiles obscr- de momificarse alcanza un estado de completa libertad. Sólo S<; ha
vacwnes sobre .el pasado, particularmente sobre lo concerniente a mecanizado completamente el gesto físico; la memoria del oficio,
aquell.~s profeswnes que son consideradas como las más "intelcc- reducido ü simpll's gestos repetidos con un ritmo intenso, se ha
tual~s , esto es, las profesiones ligadas a la reproducción de los '"anidado'' en los haces musculares y nerviosos dejando el cerebro \
escnto~ ?.ara la publicación o para todu otra forma de difusión y libre y despejado para otras ocupaciones. Así corno se carnina sin \
tmnsm1smn.: los copistas anteriores a la invención de la imprenta, necesidad de reflexionar sobre los movimientos necesarios para mo- '
los c~mpositore_s a mano, los liootipistas, estenógrafos, dactilógra- ver síncronizadamente todas las partes del cuerpo en la forma par- _;
fos . ~' se reflexwna se ve que en estos oficios el proceso de adap- ticular requerida por la acción de earninar, así también ha ocurrido/
tacwn a la mecanización es más difícil que en los otros. ~Por qué? en la industria con todos los gestos fundamentales del oficio: se;
312
'r fL-.
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313
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/ .a automáticamente y al mismo tiempo se piensa en todo lo los nuevos métodos; a los beneficios de monopolio corresponden sa-
.e quiere. Los industriales norteamericanos entendieron muy !arios de-monopolio. Pero el monopolio será necesariamente limita-
. esta dialéctica ínsita en los nuevos métodos industriales. do primero y destmido después por la difusión de los nuevos méto-
nprendieron que "gorila amaestrado" es una frase, que el obre- dos tanto en el interior de los Estados Unidos como en el exte-

l
ro, "a pesar de todo" sigue siendo hombre y que durante el tra- rior (analizar el fenómeno japonés de los bajos precios de las mer-
bajo piensa más, o por lo menos tiene mucha mayor· posibilidad cancías) y junto con los altos beneficios desaparecerán los altos
de pensar cuando ha superado la crisis de adaptación sin ser eli- salarios. Por otro lado, es sabido que los altos salarios están liga-
minado. Y no sólo piensa, sino que el hecho de que no obtenga dos necesariamente a una aristocracia ubrera, y no son concediUos
1 satisfacciones inmediatas por su trabajo y de que comprenda que a todos los trabajadores americanos.
¡ se lo quiere reducir a un gorila amaestrado, lo puede llevar a un Toda la ideología fordiana de los altos salarios es un fenóme-
l c~.rso de pens~miento~ poco conformistas. Que existe tal preocupa- no derivado ele nna necesidad objetiva ele la industria moderna
cwn entre los mdustriales lo muestra toda la serie de precauciones que alcanza un determinado grado ele desarrollo, y no un fenó-
Y de iniciativas "educativas" que se pueden encontrar en los libros meno primario (lo cual, sin embargo, no nos exime del estudio de
de Ford y en la obra de Philip. la importancia y de las repercusiones que puede tener la ideología
por sí misma). Pero ¿.qué significa ·'alto salario"? ¿El salario pa-
gado por Forcl c•s alto sólo en relación con el término medio de los
Los altos salarios. Es natural pensar que los llamados altos sa- salarios americanos o es alto como precio ele la fuerza de trabajo
larios son una forma transitoria de retribución. La adaptación a los c¡ue los obreros ele Ford consumen en la producción, aplicando los
nuevos métodos de producción y de trabajo no puede ocurrir sólo métodos ele! propio Ford? No parece que tal investigación haya
a través de la coacción social: es éste un "prejuicio" muy difundido sido conducida ele una manera sistemática, y sin embargo es la
en Europa y especialmente en el Japón donde no puede tardar en única que nos podría dar una respuesta concluyente.
tener consecuencias graves para la salud física y psíquica de los La investigación es difícil, pero las mismas musas de tales di-
trabajadores, "prejuicio" que por otro lado tiene una base sólo en ficultades constituyen una respuesta indirecta. La respuesta es di-
la endémica desocupación verificada en la posguerra. Si la situa- fícil porque las maestranzas de Ford son muy inestables y no es
ción fuese "normal", el aparato de coerción necesario para obtener posible por ello establecer un promedio de la mortalidad "racional"
el resultado deseado costaría más que los altos salarios. La coer- entre sus obreros, para compararlo con el promedio de las otras
ción debe por ello ser sabiamente combinada con la persuasión y el industrias. Pero ¿de dónde proviene dicha inestabilidad? ¿Cómo
consenso, el cual puede ser obtenido, en las formas propias de una puede un obrero preferir un salario "más bajo" que el pagado por
sociedad dada; por una mayor retribución que permita un determi- Ford? ¿No significa esto que los llamados "altos salarios" son me-
nado nivel de vida, capaz de mantener y reintegrar las fuerzas nos convenientes que los salarios más bajos de las otras empresas
consumidas por este nuevo tipo de fatiga. Pero apenas se genera- para reconstruir la fuerza de trabajo consumida? La inestabilidad
licen y difundan los nuevos métodos de trabajo y de producción, de las maestranzas demuestra que las condiciones normales ele
apenas el tipo nuevo de obrero sea creado universalmente y el competencia entre los obreros (diferencia de salario) sólo operan
aparato de la producción material sea también perfeccionado, el en lo que respecta a la industria Forcl dentro de ciertos límites; la
turnover" excesivo se encontrará automáticamente limitado por diferencia de nivel entre los promedios del salario no cumple nin-
la extensión de la desocupación, y los altos salarios desaparecerán. gún papel, ni lo cumple tampoco la presión del ejército de reserva
En realidad, la industria norteamericana con sus altos salarios ex- de los desocupados. Esto significa que en el caso de la industria
plota todavía el monopolio que adquirió tomando la iniciativa de Ford es preciso buscar un elemento nuevo que será el causante tanto
de los "altos salarios" como ele los otros fenómenos aquí menciona-
0
TutnoGer: en inglés en el texto. Significa la movilidad de la mano de obra dos (inestabilidad, etc.). Este elemento puede ser buscado sólo en lo
ocupada en nna empresa. (N. del T.) siguiente: la industria Ford exige de sus obreros una discrimina-
314 315
ción, una calificaciÓn, que las otras industrias aún no exigen, un tes. He aquí un lhnite a la ley de competencia que deriva del·
nuevo gén¡':ro de calificación. una forma de consumo de fuerza de ejército de reserva y de la desocupación, límite que ha estado siem-
trabajo y una cantidad de fuerza consumida en el mismo tiempo pre en el origen de las formaciones de aristocracias privilegiadas.
medio que son más gravosas y extenuantes que en las otras empre- Ya que jamás funcionó una ley de equiparación perfecta de los
sas y que el salario no logra compensar en todos los obreros, para sistemas y de los métodos de producción y trabajo para todas las
reconstruir sus fuerzas en las condiciones sociales dadas. Plantea- empresas de una determinada rama de la industria, es evidente que
das l'stas cuestiones surge un problema; ¿el tipo de industria, de cada empresa, en una medida más o menos amplia, es "única" y se
organización del trabajo y de la producción propia de Ford es forma una maestranza con una calificación adecuada a cada em-
"racional", vale decir, puede y debe generalizarse o se trata en presa particular: pequeños secretos de fabricación y de trabajo, "tru-
cambio de un fenómeno morboso que es necesario combatir me- cos" que parecen no tener importancia pero <1uc, repetidos una
diante la fuerza sindical y la legislación? Dicho de otra manera, infinidad de veces, pueden tener una importancia económica con-
¿es posible, con la presión material y moral de la sociedad y del siderable. Se puede estudiar uno de estos casos particulares en la
Estado, conducir a los obreros como masa y sufrir todo el proceso organización del trabajo portuario, especialmente en aquellos donde
de transformación psicofísica para obtener <1nc el tipo medio del existe un desequilibrio entre el embarque y el desembarque de
obrero Ford se transfonne en el tipo medio del obrero moderno, mercancías y donde se verifican detenciones periódicas del trabajo
o bien esto es imposible porque conduciría a la degeneración física y desocupaciones estacionales. Es necesario tener un personal de
y al deterioro de la raza, destruyendo toda fuerza de trabajo? Me maestranza que esté siempre disponible (que no se aleje del puesto
parece que se puede responder que el método de Ford es "racional" de trabajo) para asegurar el mínimo. de trabajo ~staci<,;nal o d,~
y que debe generalizarse, pero para esto es necesario un largo pro- otro tipo; de allí la fonnación del cqmpo con matncula cerrada ,
ceso, que provoca un cambio de las condiciones sociales y un que goza de altos salarios y de otros privilegios, en contraposición
cambio de las costumbres y de los hábitos individuales, lo cuai no a la masa de los "auxiliares", etc. Esto se verifica también en la
puede ocurrir mediante la sola "coerción" sino mediante la acción agricultura, en las relaCiones entre los trabajadores fijos y los jor-
equilibrada de la coacción ( autodisciplina) y de la persuasión, naleros v en muchas industrias donde existe el "trabajo estacional",
bajo una forma que puede ser también la de los altos salarios, vale por raz~nes inherentes a la misma industria, como la del vestido,
decir tornando posible un mejor nivel de vida o quizás, más exac- o por la defectuosa organización del comercio al por mayor que
tamente, un nivel de vida más adecuado a las nuevas formas de realiza sus adquisiciones según un ciclo propio que no concuerda
producción y de trabajo, que exigen un gasto especial de energías con el ciclo de producción, cte.
musculares y nerviosas.
En una medida limitada, pero importante sin embargo, fenó-
menos similares a los determinados en vasta escala por el fordismo
se verificaban y se verifican en ciertas ramas de la industria o en Acciones, oblígaci(mes, títulos del Estado. ¿Qué <:ambio radical
ciertos establecimientos no "fordizados". Nunca fue algo simple producirá en la orientación del pequeño y mediano ahorro la actual
constituir una maestranza de fábrica organizada y bien articulada depresión económica sí ella, como parece probable, se prolonga
o un equipo de obreros especializados, Una vez constituida la todavía por algún tiempo'? Se puede observar que la caída del
maestmnza o el equipo, sus componentes o una parte de ellos, ade- mercado de acciones determinó un enorme desplazamiento de ri-
más de beneficiarse con un salario de monopolio, no son licenciados quezas y un fenómeno de expropiación "simultánea" del ahorro de
en caso de paralización temporánea de la producción; sería anti- vastísímas masas de la población, un poco en todas partes pero
económico permitir que se dispersaran los elementos de un todo especialmente en los EE.UU. Es así cómo los procesos morbosos
orgánico constituido fatigosamente, porque sería casi imposible verificados a causa de la inflación en los comienzos de la posguerra
volver a reunirlos y su reconstrucción mediante elementos nuevos, se han renovado en toda una seiie de países y han operado en aque-
tomnclos al azar, co.,tnría esfuerzos y demandaría gastos importan- Üos que en el periodo precedente no habían conocido la inflación.

316
1
El sistema que el gobierno italiano intensificó en estos años ( conti-
mmndo una tradición ya existente, aunque en escala más pequeña) iniciativa privada y debe ser mayor la intervención esta~!, aun 1

parece ser el más racional y orgánico, al menos para un grupo de cuando ella no esté exenta de peligros, sino todo lo contrano. 1

países. Pero ¿qué consecuencias acarreará? Diferencia entre accio- Estos elementos son ciertamente los más orgánicos y esenciales;
nes comunes y acciones privilegiadas, entre éstas y las obligaciones pero existen también otros que conducen a la interve?ción estatal,
y entre acciones y obligaciones del me,·cado libre y obligaciones o o la justifican teóricamente: la agravación de los regrmenes adua~
títulos del Estado. La masa de los ahorristas trata de deshacerse neros y de las tendencias autárquicas, los premios, el dumping, la
completamente de las acciones de todo tipo, desvalorizadas de salvación de las grandes empresas amenazadas de muerte o en pe-
una manera prodigiosa; prefiere las obligaciones a las acciones, ligro, o sea, tal como se ha dicho, la "nacionalización de las pér-
pero prefiere los títulos del Estado a todo otro tipo de inversión. didas y de los déficit industriales", etc.
Se puede decír que la masa de los ahorristas quiere romper toda Si el Estado se propusiese imponer una dirección cconó,:"ica
ligazón directa con el conjunto del sistema capitalista privado, pero mediante la cual la producción del ahorro, en lugar de ser fun~
no rehúsa su confianza al Estado: quiere participar en la activi- ción" de una clase parasitaria, se convirtiese en fundó? del mismo
dad económica, pero a través del Estado, que garantiza un interés organismo productivo, estos hipotéticos desarrollo~ ser~an ~;og.rcsr­
módico pero seguro. El Estado es así investido de una función de vos, podrían entrar en un vasto proyecto de racwnahzacr~n Inte-
primer orden en el sistema capitalista, como empresa (holding gral. Sería necesario para ello promover una reforma agrana (con
estatal) que concentra el ahorro a disposición de la industria y de la abolición de la renta agraria como renta de una clase no traba-
la actividad privada, y como inversor a mediano y largo ténnino jadora y su incorporación al organismo pr~~uctivo, como ahorro
(creación en Italia de las distintas Instituciones de Créditos mobi- colectivo que sería dedicado a la reconstruccwn y a nuevos progre-
liarios, de reconstmcción industrial, etc.; transformación del Banco sos) y una reforma industrial a fin de que todas las n;ntas sean
Comercial, consolidación de las Cajas de Ahorro, creación de nue- dirigidas hacia las necesidades técnico-industriales y d~Jen de ser
vas formas de ahorro postal, etc.). Pero una vez asumida esta fun- la consecuencia jurídica de un simple derecho de propredad.
ción debido a imperiosas necesidades económicas, ¿puede el Estado De este conjunto de exigencias, no siempre confesadas, nace la
desinteresarse de la organización de la producción y del cambio? justificación histórica de las llamadas tenden~~as corporativas, que
¡Puede dejarla como antes en manos de la competencia y de la se manifiestan preferentemente como cxaltacwn del Estado en ge-
iniciativa privada? Si c>to ocurriese, la desconfianza que hoy afecta neral, concebido como algo absoluto, y como desconfianza y av:r-
a la industria y al comercio privado alcanzaría también al Estado. síón a las formas tradicionales del capitalismo. De aqul denva
Se produciría una situación tal que obligaría al Estado a desvalo- el hecho de que teóricamente el Estado parezca tener su base
rizar su títulos (medían te la infladón o en otra forma) como se políticosocial en "los pequeños burgueses" y en los intelectu~les,
han desvalorizado las acciones privadas, todo lo cual sería catas- mientras que en la realidad su estructura permanece plutocratlca
trófico para el conjunto de la organización ecnómico-social. El Es- y no logra romper las ligazones con el gran capital financiero. Por
tado es así obligado necesariamente a intcrvPnir para controlar si otro lado, es d mismo Estado el que se convierte en el más gran-
las inversiones realizadas por su intermedio son bien administra- de organismo plutocrático, el holding de las gra~des, ~asas de aho-
das, hecho que pe1mitc comprender al menos un aspecto de las rros de los capitalístas pequeños. (El Estado ¡esmtrco del Para-
discusiones teóricas sobre el régimen corporativo. J>ero el simple guay podría ser utilizado útilmente como modelo de muchas ten-
control no es suficiente. En efecto, no se trata sólo de conservar el dcnC'ias contemporáneas.) No es, por otro lado, absolutm~~nte con-
aparato productivo en el estado en que está en un momento dado; tradietoria la existencia de un Estado que se base polrtrcamente
se trata de reorganizado para desarrollarlo paralelamente al aumen- en la plutocracia y en la píccola gente al mismo tiempo, como lo
to de la población y de las necesidades colectivas. Es precisamente prueba el ejemplo característico de Fran~ia, ~aís donde n~ . se
en este desarrollo necesario donde existe el mayor rksgo de la comprendería el dominio del cápital frnanc1ero sm la base pol.ttrca
de una democracia de rentistas pequeñoburgueses y campcsmos.
318
319
Francia sin embargo, debido a complejas razones, posee aún una puesta sería fácil: no, no existe y, más aún, en los Estados Unidos
composición social bastante sana, existiendo una amplia base de s6lo se rumia la vieja cultura europea. El problema es el de si Jos
pequeña y mediana propiedad agraria. En otros países, en cambio, Estados Unidos, con el peso implacable de su producción econó-
los ~orristas están sep.~rados del r;!undo de la producción y del mica (es decir, indirectamente) obligarán o están obligando a
traba¡~; el ahorro es socialmente demasiado caro ya que es Europa a subvertir su cimiento económico-social demasiado anti-
obtemdo gracias a un nivel de vida muy bajo de los trabajadores cuad?, que se habría producido lo mismo, aunque con ritmo
industriales y especialmente agrícola>. Si la nueva estructura del lento,· pero que se presenta en lo inmediato como un contragolpe
crédito consolidase esta situación, en realidad se empeoraría la de la "prepotencia" norteamericana. En otros términos, se trata de
situaci?n: si gracias a la garantía del Estado el ahorro parasitario saber si se está verificando una transformación de las bases mate-
no tuVIese que correr los riesgos del mercado normal, se reforzaría riales de la civilización europea, lo que a largo andar (y no muy
por un~ pa:<te la propiedad terrateniente parasitaria y, por la otra, largo, porque en el período actual todo es más rápido que en el
las o~hgacwnes industriales, a dividendo legal, pesarían sobre el pasado} conducirá a un trastrocamiento de la forma de civilización
t ra ba¡o de una manera aún más aplastante. · existente y al nacimiento forzoso de una nueva civilización.
Los elementos de "nueva cultura" y de "nueva forma de
vida" que hoy se difunden bajo la etiqueta norteamericana, son
Ciciliwciúa norteameríca¡¡a y europea. En una entrevista concedida apenas las primeras tentativas, hechas a tientas, debidas no ya a un
a .corrado Al~aro (~'Italia Letteraria, 1'1 de abril de 1929}, Luigí "orden" que nace de un nuevo cimiento aún no formado, sino a la
P1randello afirma: El americanismo nos sumerge. Creo que un iniciativa superficial y simiesca de los elementos que comienzan
nuevo faro de civilización se ha encendido allí". "El dinero que a sentirse socialmente desplazados por la acción (todavía destruc-
circula en el mundo es norteamericano (?1) y detrás del dinero (!) tiva y disolvente) de estos nuevos cimientos en formación. Lo
corre el mundo de la vida y la cultura [esto es verdad sólo para la que hoy es designado .como "americanísmo" es en gran parte la
espuma de la sociedad y parece que Pirandello y muchos otros crítica preventiva de los viejos estratos que serían destruidos por
como él creen que el "mundo" entero está constituido por esa este nuevo orden posible y que son presa de una oleada de pánico
espuma]. ¿Los Estados Unidos tienen una cultura? [sería necesario social, de disolución, de desesperación. Es la tentativa de reacción
decir: ¿tienen una cultura unitaria y centralizada?, val<: decir, ¿son inconsciente de quienes, impotentes para reconstruir, se apoyan en
los Estados Unidos una nación de tipo francés, alemán o inglés?]. los aspectos negativos del cambio. La reconstrucción no puede pro-
Tienen libros y costumbres. Estas costumbres constituyen su nueva venir de los grupos sociales "condenados" por el nuevo orden,
literatura que penetra a través de las puertas más fortificadas y sino de aquellos que están creando, por imposición y por sufri-
n:e!or defendidas. En Berlín usted no siente la separación entre la miento propio, las bases materiales de este ord<'n nuevo; ellos
VJe¡a Y la nueva Europa, porque la estructura misma de la ciudad "deben" en<xmtrar su sistema de vida "original", y no de marca
no ofrece resistencia [Pirandello no podría hoy decir lo mismo, de norteamericana, para que se transforme en "libertad" lo que hoy es
allí que sea preciso comprender que se refiere al Berlín de los "necesidad".
cafés nocturnos]. En París, donde existe una estructura histórica El criterio de que tanto las reacciones intekctnales y morales
y artís!íca, donde están presentes los testimonios de una civiliza- frente al establecimiento de un nuevo método productivo, como las
ción aut<)ctona, d anwricanis¡no es tan estridente como el afeite exaltaciones superficiales del amcricanismo, son debidas a los de-
sobre el viejo rostro de una ramera". tritus de las viejas capas en el camino de su destrucción y no a los
Pero el problema no es el de saber si existe en los Estados grupos cuyo destino está ligado a un desarrollo ulterior del nuevo
r nidos una nueva civilización, una nueva cultura, aunflue más no método, es e4tremadamente importante y explica cómo algunos ele-
>c·a en estado de "faro", y si esta civilización está invadiendo o ha mentos responsables de la política moderna, que basan su fo1tuna
invadido a Europa. Si el problema debiese ser planteado así la res- en la organización del conjunto del estrato medio, no quieran

320
tomar posiciones pero se mantienen neutrales "teóricamente", resol-
viendo los problemas prácticos mediante el métod~ tradiciona_l del
Rotary Club, masonería y católicos
empirismo y del oportunismo (analizar las diversas mterpretac1ones
del ruralismo dadas pcr Ugo Spirito, que quiere "urbanizar~ el
campo, y pcr los otros que tocan la flauta de Pan). .
En el caso del amerlcanismo, entendido no sólo como VIda
de café sino también como ideología del Rotary Club, la afir-
mación de que no se trata de un nuevo tipo de civilización se
evidencia en el hecho de que nada ha cambiado en el carácter
y en las relaciones de los grupcs .fund~en~les: se tra~a. ?e ~na
prolongación orgánica y de una mtensifJCacJÓn de la c¡vilizac~ón
europea, que en el clima americano adquirió sólo una nueva p1el.
La observación de Pirandello sobre la oposición que encuentra el
ameriaanismo en París ('¿pero también en Creusot?) y sobre
la acogida inmediata que habría encontrado en Berlín, P!;'eba, Rotary Club. Actitud contraria, aunque con algunas reservas, de
en todo caso, que no existe diferencia de naturaleza con el eu~o­ los jesuitas de la Cívilta Cattolica. La Iglesia como tal todavía
peísmo': sino únicamente de grado. En :3erl~n las. clases ~ed1as no ha tomado posición con respecto al Rota1y Club. Los jesuitas
habían sido ya arruinadas por la guerra y la mflac~ón, y la mdus- reprochan al Rotary sus vínculos con el protestantismo y con la
tria berlinesa en su conjunto tiene caracteres muy diferentes de la masonerfa: ven en él un instrumento del americanismo y, por
parisina: las clases medias francesas no sufrieron las crisis oca- ende, de una mentalidad anticatólica. El Rotary sin embargo
sionales, como la inflación alemana, ni la crisis orgánica de 1929, no quiere ser confesional ni masónico; en sus filas pueden entrar
con el mismo ritmo acelerado de Alemania. De allí que sea verdad todos: masones, protestantes, católicos; en algunos lugares se ad-
que en París el amerlcanismo aparezca como un afeite, como hirieron también arzobispos católico;. Su programa esencial pa-
una supelficial moda extranjera. rece ser la difusión de un nuevo espíritu capitalista, es decir, In
idea de que la industria y el comercio, más que un negado, cons-
tituyen un servicio social o, mejor, son y pueden ser un negado
en cuanto son previamente un "servicio". El Rotary desearía que
fuese superado "el capitalismo de rapiña" y que se instaurase un
nuevo hábito, más propicio al desarrollo de las fuerzas económicas.
La exigencia que expresa el Rotary se manifestó recientemente
en los Estados U nidos en forma muy grave, mientras que en In·
glaterra había sido ya superada, creando un cierto promedio de
"honestidad'" y "lealtad" en los negocios. ¿Por qué fuera de los
Estados Unidos se ha difundido el Rotary Club y no otra de las
tantas formas de asociaciones que allí pululan y que constituyen
una superación positiva de las viejas formas religiosas? La causa
debe -ser buscada en los mismos Estados Unidos, quizás porque
el Rotary organizó la campaña por el Open Shop y, por consi-
guiente, por la racionalización. Del artículo "Rotary Club e mas-
sonería" (en !u Civilt<! Cattolica. del 21 de julio de 1928) extraigo
algunas informaciones: el Rotary, surgido como institución nacio-

322 323
=1 en 1910, se constituyó en asociación internacional con una lica. En el Programa del Rotary: " .•. Un Rotary Club es un gru·
entrega de capital sin derecho de reembolso, realizada de acuerdo po de representantes de los negocios y de .]as profesiones, los eua-
con las leves del Estado de Illinois. El presidente del Rotary in- les, sin juramentos secretos, ni dogmas, ni credo. . . aceptan la
ternacion¡l es mister Harr Rogers. El presidente de los clubs ita- filosofía del servicio". Se publica un Annuario italiano del Rotary,
lianos es Felice Seghezza. L:Osserootore Romano y Tribuna se editado en Milán por la Soc. A. Coop. Il Rotary. Se publicó al
plantearon el problema de si el Rotary era una emanación ma- menos el Annuario 1927-28. Filippo Tajani escribió en el Corriere
sónica. Seghezza envió una carta (Tribuna del 16 de febrero de deUa Sera del 22 de junio de 1928 que el Rotary está entre "las
1928) protestando y declarando infundada toda sospecha. Comen- instituciones internacionales que tienden, por vías amistosas, a Ia
tando dicha carta Tribuna escribe, entre otras cosas, lo siguiente: solución de los problemas económicos e industriales comunes".
"Son las incertidumbres de todas las organizaciones internaciona- Sobre 2.639 clubes rotarianos existentes (en el momento de la
les, las cuales tienen con frecuencia una apariencia pedectamente aparición del artículo) 2.088 estaban en Estados Unidos, 254 en
inocua y legítima, pero pueden también asumir contenidos muy Inglaterra, 85 en Canadá, 18 en Italia, 13 en Francia, 1 en Ale-
diferentes. La sección italiana del Rotary puede sentirse perfec- manía, 15 en España, 10 en Suiza, 20 en Cuba, 15 en Australia,
tamente libre de masonería y plenamente de acuerdo con el 19 en Méjico y muchos menos en otros países. El Rotary Club
Régimen; pero esto no significa que el Rotary en otros lugares no no puede ser confundido con la masonería tradicional, especial-
sea distinto. Y si lo es, y otros lo afirman, no podemos ni debemos mente con la de los países latinos. Es una superación orgánica de
dejar de ignorarlo". la masonería y representa intereses más concretos y precisos. Ca-
racterística fundamental de la masonería es la democracia peque-
fioburguesa, el laicismo, el anticlericalismo, ete. El Rotary es una
El c6digo morol rotariano. En el congreso general realizado en organización de las elases altas y no se dirige al pueblo, sino in-
1928 en St. Louis se discutió este principio: "El Rotary es funda- directamente. Es un tipo de organización esencialmente moderna.
mentalmente una filosofía de la vida que trata de conciliar el Es posible y probable que existan interferencias entre la masonería
eterno conflicto existente entre el deseo del beneficio propio y el y el Rotary, pero esto no es lo esencial: el Rotary, desarrollándose,
deber y el consiguiente impulso de servir al prójimo. Esta filosofía tenderá a dominar a todas las otras organizaciones y también a la
es la filosofía del servício: dar de sí antes de pensar en sí, funda- Iglesia católica así como en América domina a todas las otras Igle-
da sobre aquel principio moral: quien me¡or sirve :I1UÍ8 gana". El sias protestantes. La Iglesia católica, por cierto, no podrá ver
mismo congreso resolvió que todos los socios del Rotary deben de buen grado al Rotary desde un punto de vista "oficial", pero
aceptar "sin juramento secreto, sin dogma ni fe, pero eada uno a me parece difícil que asuma frente a él una actitud como la asu-
su modo, tal filosofía rotariana del servicio". La Civilta Cattolica mida contra la masonería; puesto que en ese caso debería entonces
toma este fragmento del rotariano Mercurio de 1l Rotary (pp. 97- enfrentar al capitalismo, etc. El desarrollo del Rotary es intere-
98), que dice citado, mas no lo es, en este número (no sé si Mer- sante bajo muehos aspectos: ideológicos, prácticos, organizativos,
es
curio italiano ni si Il Rotary es una publicación italiana, además etc. Será preciso, sin embargo, analizar si la depresión económica
de Reoltit, dirigida por Bevione) : "De esta manera se hizo de la
norteamericana y mundial no dará un golpe al prestigio del ame-
honestidad un interés y se creó esa nueva figura del hombre de
ricanismo y por ende al Hotary.
negocios que sabe asociar en todas sus actividades profesionales,
industriales, comerciales, su interés propio con el interés general,
que es en el fondo el verdadero y gran fin de toda actividad,
porque todo hombre noblemente activo aun inconscientemente Analizar en la Cívlltit Cattolica del 16 de febrero de 1929 el ar-
sirve por sobre todo a la utilidad general". tículo Ancora Rotary Clu.b e :rnassoneria. Los argumentos de los
El carácter primordial dado por el Rotary a la actividad prác- jesuitas para poner en guardia. tontra el carácter masónico del
tica aparece en otras citas truncas y alusivas de la Civlltit Catto• Rotary se agotaron. La "sospecha" es de dos grados: 1) de que

324 325
el Rotary sea una verdadera emanación de la masonería tradicio- verton, publicado luego de una visita a los clubes de Italia por
nal; 2) de que sea un nuevo tipo de masonería. A estos dos encargo del Rotary internacional, en The Rotmy Wheel, órgano
motivos se agregan otros de carácter subordinado: 1) que en todo oficial del Rotary británico y transcripto en el fascículo de agosto
caso la masonería tradicional se sirva astutamente de él benefi- de 1928, p. 317, del órgano italiano U Rotary: ~Se tiene la impre-
ciándose de la ingenuidad y del agnosticismo de los rotarianos; sión de que en Italia el Rotary no tira del mismo carro que nos-
2) el carácter "agnóstico" de indiferencia o de tolerancia reli- otros"; "el suyo es el único Rotary posible en Italia"; "aparece
giosa del Rotary es para los jesuitas un defecto capital de tal un poco diferente, más como un primo hermano que como un
magnitud como para inducirlos a oponerse y a adoptar actitudes hermanan; "su presente régimen dirige su actividad con amplitud
de sospecha y de polémica (estadio preparatorio que podría con- de miras (¡eh, eh// -exclama el redactor de la Civilta Cattolica),
cluir con la condenación del Rotary por parte de la Iglesia). Este pero su fin es igual al nuestro ...."; "aun cuando pueda parecer
segundo motivo no da lugar todavía a una campaña a fondo, insólito y diferente, siempre existe una buena razón para que así
preludio de una "excomunión", porque los jesuitas deben dis- sea". De todas maneras el señor Leverton tiene la impresión de
tinguir entre los países de mayoria católica y los de mayoría no- que los rotariarlos italianos, por diversos motivos, "son los hombres
católica. En estos últimos ellos exigen la tolerancia religiosa, sin que están haciendo la Italia moderna".
la cual no podrían difundirse: su posición "ofensiva" requiere
más bien la existencia de instituciones amorfas en las cuales pue-
dan insertarse para proceder a su conquista. En los países católi- Los Estados Unidos y la masonería. Analizar el estudio La mas-
cos, la posición "defensiva" exige en cambio la lucha a fondo sonería americana e la riorganizzazione della massoneria in Euro-
contra las instituciones amorfas que ofrecen un terreno favorable pa, publicado en la Civilita Cattolíca del 1\? de noviembre de 1930
para'los no católicos.en general. La fase actual de la actitud hacia y del 3 de enero de 1931. El estudio es muy interesante y parece
el Rotary es: la ofensiva ideológica sin sanciones prácticas de bastante objetivo. La actual situación internacional de la masone·
carácter universal {excomunión u otra forma atenuada de pro- ría con sus luchas internas, heredadas de la guerra (Francia
hibición) o nacional, sino sólo de carácter obispal (en algunas co~tra Alemania), resalta de un modo claro. Después de la guerra
diócesis, espafiolas por ejemplo, el obispo adoptó actitudes contta fue fundada la Association Magormique lnternationale, con sede
el Rotary). La ofensiva ideológica se basa en estos puntos: 1) el en Ginebra, por impulso de la masonería franco-belga, cuyo fin
era el de reorganizar las fuerzas. El primer problema consistía en
Rotary tiene orígenes masónicos; 2) en muchos países se encuen-
rec.onducir la masonería alemana y anglosajona bajo la guía de
tra en muy buenas relaciones con la masonería; 3) en algún lugar
la masonería franco-belga y con el patrocinio de la masonería
asumió una actitud abiertamente hostil al catolicismo; 4) la moral americana. Sobre la A.M.I. el padre Pirri (que es el escritor de
rotarlana no es más que un disfraz de la moral laica masónica.
cuestiones masónicas de la CMlita Cattolica) ha publicado un
El problema de la actitud de los jesuitas hacia el Rotary se com-
folleto de extractos de la revista. Parece que la A.M.I. fracasó por
plica aún más en las condiciones italianas. Mientras el Rotary es completo y los americanos retiraron su patrociuio a Francia. A
permitido, la masonería es ilegal en Italia; sostener en forma esta iniciativa los alemanes respondieron ampliando las bases de
taxativa que el Rotary es un disfraz de la masonería o su instru- una Esperanto Framaso'IUI, existente ya antes de la guerra y reor-
mento, llevaría a consecuencias de carácter judicial. Además los ganizada como Universala Framasona Ligo (Allgemaine Frei-
rotarianos han iniciado su vida italiana bajo auspicios muy emi- maurerliga), que sobre la base de la difusión del esperanto quiere
nentes: uno de los primeros rotarios ha sido el príncipe heredero, crear un nuevo tipo de masonería agnóstica en las cuestiones de
conocido por sus tendencias católicas y devotas. En todo caso, religión y de polltica (la masonería francesa es üuminista y de-
por reconocimiento de los rotarianos e>:tranjeros, el Rotary italiano mocrática). La masonería norteamericana parece ayudar ahora a
tiene un carácter particular, ligado a la situación local. La Civilta los masones alemanes (de Alemania y Austria) contra el Gran
Cattolica cita algunos fragmentos de un informe de Stanley Le- Oriente francés. Ossian Lang, masón norteamericano, viaja con-

326 327
tinuamente por Europa para este trabajo de organización. (Re-
cordar que la masonería norteamericana es muy rica y puede condena y se propone una encíclica contra la secta y la doctrina
financiar estas iniciativas.) La Ligo se difunde en toda Europa; de lbs sansimonianos" (p. 227). El redactor de la Civilttl Cattolica
parece mostrarse más conciliadora y tolerante hacia el catolicismo reconoce que mientras la primera parte del estudio, contra el san·
de la vieja masonería tipo francesa. Sobre esta actitud que dio simonismo en general, como doctrina, muestra "el empeño y la
lugar a un encuenh·o de tres representantes de la Ligo con el erudición del consultor", la segunda parte, en cambio, que debía
padre jesuita Gruber, estudioso de cuestiones masónicas, la Civil- demostrar la infiltración del sansimonismo en la nueva forma de
tU. Cattolica se extiende en consideraciones y es preciso recordar escuela, es mucho más breve y más débil, "manifiestamente inspi·
esto pues tiene cierto valor para la historia de la cultura. Rito rada por y en parte desviada de las noticias y de la persuasión" de
simbólico y rito escocés: parece que el rito simbólico es más los informadores de Bolonia, que allí habían visto y denunciado
fuerte en los países latinos y el rito escocés en los países anglo- los métodos, el espíritu y el peligro del sansimonismo francés. L'l
sajones; de allí que toda esta actividad americana conduzca a Congregación del Santo Oficio no insistió sobre el peligro del
reforzar la masoncria de rito escocés. sansimonismo, pero prohibió los folletos y las escuelas que siguie-
ran ese método. Cuatro consultores aconsejaron en ese momento
una encíclica contra el sansimonismo.

Ou;en, Saint-Simo11, y las escuelas iH[aHtiles de Ferrante Aporti.


De un artículo sobre "La quistíone delle scuole infantili e dell'- Samimonismo, rn.aSónería, Rotary Club. Sería interesante una
abate Aporti secando nuovi documenti" ( Civilta Cattolica del 4 investigación sobre estos nexos ideológicos. Las doctrinas del
de agosto de 1928) se deduce que los jesuitas y el Vaticano, en americanismo y el sansimonismo tienen, indudablemente, muchos
1836, eran contrarios a la apertura de asilos infantiles en Bolonia. puntos de contacto, si bien el sansimonismo parece haber influido
del tipo de los sostenidos por Aporti, porque entre los sostenedores muy poco sobre la masonería, al menos en lo que respecta al
estaba "un cierto doctor Rossi", "con fama de ser fautor del san- núcleo más importante de sus concepciones; en cuanto el positi-
simonismo, entonces muy ruidoso en Francia y bastante temido vismo se deriva del sansimonismo y fue a su vez un momento del
también en Italia, quizás más de cuanto merecía" (p. 221). El espíritu masónico, se encontraría un contacto indirecto. El rota-
arzobispo de Bolonia, al reclamar la atención de la Santa Sede rismo sería un moderno sansimonismo de derecha.
acerca de la propaganda y distribución de folletos que se hacían
para los asilos infantiles, escribía: "En sí misma la obra podría
ser buena, pero temía bastante por ciertas personas que están en Los samimonianos. La fuerza expansiva de los sansimonistas.
la dirección de la empresa y por el gran empeño que muestran ..., Recordar la observación de Goethe en las Memorias escritas en
que el autor de estas escuelas es un cierto Hoberto Owen, pro- 1828: "Estos señores del Globe. . . están penetrados de un mismo
testante, como se refiere en la Cuida clell'eclucatore del profesor espíritu. En Alemania un periódico similar sería imposible. Nos-
Lambruschíní, impresa en F1orencía, en el n9 2, .de febrero de otros somos solamente particulares; no se puede pensar en una
1836, pp. 66 ... - (p. 224). El consultor del Santo Oficio, padre entente; cada uno tiene la opinión de su provincia, de su ciudad,
Cornelio Everbocck, jesuita, dio su parecer sobre los asilos al ase- de su propio individuo y pasará mucho tiempo antes de que se
sor del Santo Oficio, monseñor Cattani, en febrero de 1837. Es creen sentimientos comunes".
un estudio de 48 grandes y densas páginas, donde se comienza
examinando la doctrina y el método de los sansimonianos y se
concluye afirmando que el método de las nuevas escuelas está El sansimonismo en Italia. Estudiar la difusión del sansimonis-
infectado, o al menos es muy sospechoso de estarlo, por la doctrina mo: existen algunas publicacion.es en Italia. Podría pensarse que
y las máximas del panteismo y del sansimonismo; se aconseja su las ideas del bajo sansimonismo tuvieron difusi6n a través de
Eugenio Sue.
328
Notas varias

Babbitt. Analizar el trabajo de Cario Linatí, "Babbitt compra


il mondo", aparecido en Nuova Antología del 16 de octubre de
1929. Artículo mediocre, pero precisamente por ello significativo
como expresión de una opinión media. Puede servir pnra fijar
<¡ué pi<:nsan del amcricanismo los pequeños burgueses más inte-
ligentes. El artículo es una variación sobre el libro de Edgard
Ansel Maurcr, This American \V orld, que Linati juzga "verdade-
ramente agudo, lico en ideas y escrito con una concisión entre
clásica y brutal, que agrada, y por un pensador que no peca
ciertamente por falta de espíritu de obs<'rvación, de sentido de
la gradación histórica y de variedad en su cultura", 11aurer re-
construye la historia cultural de los Estados Unidos hasta la rup-
tura del mrdón umbilical con Europa y el advenimiento del amc-
ricanismo.
Sería interesante analizar los motivos del gnm éxito obtenido
por Babbitt en Europa. No se trata de un gran libro; está cons-
truido esquemáticamente y su estructura es demasiado manifiesta.
Tiene una importancia cultural más que artística: la crítica de
las costumbres prevalece sobre el arte. Que en los Estados Unidos
exista una corriente literaria realista que comienza por hacer la
crítica de las costumbres es un hecho cultural muy importante;
significa que se extiende la autocrítica, válc decir, que nncc unn
nueva civilización norteamericana consciente de sus fuerzas y
de sus debilidades. Los intelectuales se distancian de las clases
dominantes para unirse luego a ellas más íntimamente, para ser
una verdadera superestructura 'y no sólo un elemento inorgánico
'· indiferenciado de la estructura-corpnradón.

331
Los intelectuales europeos han perdido en parte esta función; Nuevamente Babbitt. El pequeñoburgués europeo se ríe de Bab-
no representan más que la autoconciencia cultural, la autocrítica bitt y por ende de los Estados Unidos, que estaría poblada por
ele la clase dominante; volvieron ele nuevo a convertirse en agentes 120 millones de Babbitt. El pequcñoburgués no puede escapar
mmcclmtos ele la clase dominante, o también se separaron por de sí mismo, no puede comprenderse a sí mismo, como el im-
completo, constituyendo una casta en sí, sin raíc;es en la vida na- bécil no puede tampoco comprender que lo es (sin demostrar
cional popular. Ellos se ríen ele Babbitt, se divierten por su me- con ello que es un hombre inteligente). De allí que sean imbé-
diocriclacl, por su ingenua estupidez, por su manera ele pensar en ciles quienes no saben que lo son, y sean pequeñoburgueses y
serie, por su mentalidad estandarizada. Ni se plantean siquiera el filisteos quienes lo ignoran. El pequeñoburgués europeo se ríe
problema de si existen en Europa los Babbitt. La cuestión es que del particular filisteísmo norteamericano, pero no se da cuenta
en Europa el pequeño burgués estandarizado existe, 1nero su estan- del suyo, no sabe que es un Babbitt europeo inferior al personaje
darización en lugar de ser nacional (y de nna gran nación cmnn ele Lewis en cuanto éste trata de evadirse, ele no ser mús Babbitt,
los Estados Unidos) es regional, es local. Los Babbitt europeos mientras c¡ue el Babbitt europeo no lucha contra su filistcísmo
son de una gradación histórica inferior a la ckl norteamericano; sino que se regodea con él y cree que sus versos y su croac-croac
son una debilidad nacional mientras que el norteamericano es de rana clavada en el pantano son un canto de ruiseñor. A pesar
u_n~ fuerza nacional; son n1Ús pintorescos pero mús estúpidos y de todo Babbitt es el filisteo de un país en movimiento; el pc-
nchculos. Su conforn1ismo gira en torno a una superstición putre- queñoburgués europeo es el filisteo de países conseTvadores, que
facta y clebilitaclora, mientras que el conformismo ele Babbitt es se pudren en la ciénaga paralizante del lugar común ele la gran
ingenuo y espont{meo, y gira alrr'dcdor ck una superstición r'ncr- tradición y de la gran cultura. El filisteo europeo cree haber
gética y progresiva. descubierto América con Cristóbal Colón y que Babbitt es un
Para Linati, Babbitt es "el prototipo del industrial nortea- títere para su diversión de hombre cargado de milenios de his-
mericano moderno", cuando en cambio es un pequeño burgués toria. Entre tanto, ningún escritor europeo ha sido capaz de re-
cuya manía más típica es la de entrar en familiaridad con los presentarse el Babbitt europeo, es decir de autocriticarse: justa-
"~ndu~triales mocler?os", ele ser un igual, de ostentar su "supcrio- mente es imbécil y filisteo sólo quien no sabe que lo es.
nclad moral y socml. El industrial moderno es e] modelo a al-
canza_r, el tipo social al cual confonnarsc, n1icntras que para el
Babbitt europeo el modelo y el tipo están dados por el canónico Cultura y tradiciones culturales. Duhamel ha expresado la idea
ele la catcclral, por el hiclalgiiclo de provincia, por el jefe de sec- de que un país de alta civilización debe también florecer artísti-
ción del l\linistcrio. Es cligna ele subrayar esta falta ele crítim camente. Esto fue dicho para los Estados Unidos y el concepto
de los intelectuales europeos. Sicgfriecl,' cn el prefacio a su libro es exacto; ¿pero es exacto en todo momento del desarrollo de
sobre los Estados Unidos, contrapone al obrero taylnrizacln nor- un país? Recordar la teoría norteamericana ele c¡ue en cada pe-
~canlcricano el artesano de la industria de Jujo parisina, como si ríodo ele civilización los graneles hombres expresan la actividad
este fnese el tipo más clifnncliclo de trabajador; los intelectuales fundamental ele la época, y que ella es tamb{én unilateral. Me
europeos en general piensan que Babbitt es un tipo puramente parece que las dos ideas pueden compaginarse en la distinción
norteamericano v se regocijan con la vieja Europa. El antiameri- entre fase económico-corporativa ele un Estado y fase ético-polí-
canisnlo es cÓn1Íco, además ele ser estúpido.
tica. El florecimiento artístico ele los Estados Unidos puede conce-
birse como semejante al europeo, dada la homogeneidad en las
formas ele la vida civil; así, en cierto período Italia producía
artistas para toda la cosmópolis europea, cte. Los países entonces
"tributarios" ele Italia se desarrollaban "económicamente" y a este
1
Andre Siegfried, Les Etats~Unis cl'aujourd'hui, París, 1927. N. del E.) desarrollo correspondía un florecimiento artístico propio, mientras

333
meridional? ¿Y
Italia decaía. Así ocurrió después del Renacimiento
con Fran cia América Latina. ¿Es latina la América central y
que no es
impo rtante e; en qué consiste esta latinidad? Gran fraccionamiento
Aleman~, Inglaterra. Un elemento histórico muy
ica de la emi·
el estud10 de los "florecimientos artísticos" es el hech o de la casual. Los Estados Unidos, que a través de la polít
de acrec entar su concen-
de la existen- gración trata n no sólo de mantener sino
c:>ntinuidad de los grupos intelectuales, vale decir, polít ica como lo de-
precisamente tración (que es una necesidad económica y
Cia de una fuerte tradición cultural, lo cual faltó nalid ades por
desd e este punto mostró la lucha interna entre las distintas nacio
en l~s Estados Unidos. Otro elemento negativo ica de guerra
influir sobre la dirección del gobierno en la polít
d_e VISta está r~presentado por la circunstancia de
que la pobla-
ento nacional
sobre una y como lo demuestra la influencia que tiene el elem
CIÓn nortearnencana no se desarrolla orgánicamente obrer os, etc.) , ejercen
nua yuxta- en la organización politica y sindical de los
bas~ .~acional, sino mediante el producto de una conti s anglo- la cual tratan
ue sean de paíse un· gran peso para mantener esta disgregación, a
po_s,cwn de núcleos emigrados, aunq tos guiados
sa¡ones. de superponer una red de organizaciones y movimien
al); 2) movi-
por ellos: 1) Unión panamericana (política estat
el protestantis-
miento misionero para sustituir el catolicismo por
de Amsterdam y
mo; 3) oposición a la Federación del Trabajo
Macchioro es- trabajo [ver si
Vittorio Macchioro y los Estados Unidos. Vittorio tentativa de crear una Unión panamericana de
ione roma- este género];
cribió un libro, Rom a Capta. Saggio intorno a1la relig existen también otros movimientos e iniciativas de
construcción se extiende
na, Ed. G. Principato, Messina, en el cual toda la 4) organización bancaria, industrial, de crédito que
pueb lo roma no". En 1930 ento. )
s? ~asa en la "pobreza fantástica del sal al por toda América. (Este es el primer elem
notas de corre spon
VIaJÓ. a los Estados Unidos y envió sus América central y meridional se caracterizan: 1) por
un nú-
7 de marz o
Mattino de Nápoles. En su primera nota, de fecha o d~ mero considerable de pieles rojas que aunq ue sea
pasivamente
de marz
señala lo siguiente (analizar Italia Letteraria del 16 ejercen una influencia sobre el Estado: sería útil pose
er informa·
fanta sía, no sabe crear imá-
1930) : "El norteamericano no tiene ciones sobre la posición social de estos piele s rojas , sobre su im-
euro pea ( ¡) se dé un
genes. No creo que fuera de la influencia portancia económica, su participación en la prop iedad de las tierras
ment alida d nor-
gran poet a o un gran pintor norteamericano. La y en la producción industrial; 2) las razas blancas
que domi nan
de allí su par-
t?arnerican~ :S. esencialmente técnica y práctica: en América central y meridional no pued en reintegrar
se a patrias
. Así como el
ticular sens1bdidad por las cantidades, por las cifras europeas que tengan una gran función económic
a e histórica
y el músi co a los sonidos el
poeta es sensible a las imágenes (Portugal, España, Italia ) parangonable a la de los Estados Uni-
la ~da
norteamericano lo es a las cifras". ~Esta tendencia a conc ebir os una fase semi-
icana mism a. dos. Dichas razas representan en muchos Estad
como un he~ho técnico, explica la filosofía norteamer no feudal y jesuítica, por lo que se pued e decir que todos
los Estados
alidad que
El pragmatiSmo surge precisamente de esta ment de la América central y meridional (exceptuada Arge
ntina, quizás)
s y, más aún, Dew ey son los
aprecia ni aferra lo abstracto. Jame deben atravesar la fase del Kult urka mpf y el adve
nimiento del
scien te nece sidad de tecni-
p;oductos más genuinos de esta incon y una moderno Estado laico (la lucha de Méji co contr a el clericalismo
la edúc ación
~lSmo por la cual la filosofía es canjeada por e es un ejemplo de esta fase). La difusión de la cultu ra francesa
to se pued
1dea a?stracta _vale, no por si misma, sino en cuan está ligada a esta fase: se trata de la cultura masó
nico-iluminista,
lo romano los
:rad u= en acc1ón, ["la pobreza fantástica del pueb que ha dado luga r a las llamadas "Iglesias posit
ivistas", en las
una energ ía abstracta la
rmpulsó a concebir la divinidad como cuales. participan también muchos obrer os que se llaman sin em-
zar Rom a Capta].
cual se torna extrínseca sólo en la acción": anali las es- bargo sindiealhtas anárquicos. Aporte de las distin tas culturas:
ias y de
EE.UU. es por exto la típica tierra de las Igles Portugal, España, Francia, Italia.
cuelas, donde la teoría se injerta en la vida". hispánica?
todas Problema del nombre: ¿América latina, o ibérica o
Me parece que la tesis de Macchioro es un gorro para Franceses e italianos usan '1atina"', portugueses "ibér
ica", españo-
las cabezas.

334
les "l~spánica". De hecho la influencia mayor es la ejercida por venidos a menos que no quieren persuadir se de que hoy cuentan
Franc1a; las otras tres naciones tienen una escasa influencia no muy poco,] España hace grandes esfuer:zos para reconquis tar
obstante la lengua, porque estas naciones americanas surgi~ron América del Sur en todos los campos: cultural, comercial, indus-
<'n oposición a España y I'ortugal y tienden a erear un naciona- trial, artístico. [¿Pero con qué resultado?] La hegemon ía cultural
lismo propio y una cultura propia. Influenci a italiana caracteriz ada de Francia está amenaza da por los anglosajones; existen un Ins-
por la naturalez a social de la emigració n italiana: por otro lado tituto argentino de cultura inglesa y otro de cultura norteame ri-
en ningún país american o los italianos constituyen la raza he- cana que son entes muy ricos y vivaces: enseñan la lengua inglesa
gemónica. con grandes facilidades para los alumnos, cuyo número va en
constante aumento y con programa s de intercamb ios universitarios
Uu artículo de Lamberti Sorrentino, "Latinita dell'America"
y científicos de ejecución segura. La inmigraci ón italiana y es-
en la Italia Letteraria del 22 de diciembre de 1929. "Las repúbli-
pañola se ha estancado : aumenta la inmigraci ón polaca y eslava.
cas sudameri canas son latinas por tres factores principales: la
Sorrentin o desearía un frente único franco-itálico-ibérico para
l.cn~ua española, la cultura predomin antement e francesa, el a porte mantener la cultura latina.
etmco en lo fundamen tal ( ! ) italiano. Este último es de los tres
el factor más profundo y sustancial, porque confiere a la nueva
m;a que se forma el carácter latino ( l); y en aparienci a (!) el Varios. Recordar algunos libros de Guglielmo Ferrero solJre los Estados Uní~
mas fugaz, porque a la primera generación, perdiend o cuanto dos; ¿cuántos de los lugares comunes acuf:lados por Ferrero entraron en cir-
tiene ~e original y ~ropio [¡es una hermosa adivinanz a todo esto!], culación y continúan siendo utilizados, además del cuño y de la casa de
moneda? (Cantidad contra calidad, por ejemplo, es de origen ferreriano;
se aclnnata espontan eamente ( 1) en el nuevo ambiente geográ- Ferrero es por lo tanto el padre espiritual de toda la necia ideología sobre el
fico y socia.!". Según Sorrcntino es interés común de españoles, retorno del artesanado~ etc, Su libro Fra due mondi debe ser anal:izH.do como
fr~n~eses e 1tahanos el que sea conserva da ( 1) la lengua española, la biblia de una serie de trivialidades de lo más origina1es y vulgares).
tramite para la forn1ación de una profunda conciencia latina ca- Sobre el americanismo ver el articulo nL'America nella letterattura fran-
paz de resistir las desviaciones ( l) que empujan a los americanos cesa de 1927", de Étienne Fournol, en la "Nuova Antologia del lQ de abril
del sur hacía la confusión (!) y el caos. de 1928, cómodo como repertorio de la.<> trivialidades más garrafJ.les sobre el
tema. H.abla del libro de Síegfríed y el de Romier (Qt;í sera le maítre?),
El director de un periódico literario ultranacio nalista de la hace mención de un libro de André Tardieu (Devant l'obstacle: l'Amérique
Argentina (el país más europeo y latinb de América) ha afirma- et nou.:v, París~ Librarle l'i;mil~Paul) y de dos libros de Luc Durtain~ una no-
vela Hollywood dépassé y una colección de cuentos Qturrantieme étage, edi-
do <ltiC el ,hombre argentino "fijará su tipo latino-anglosajón pre- tados ambos por la N. R. F. y que parecen interesantes.
dornmante . El mismo escritor, que se autodefin e "argentin o A propósito del profesor S.iegfried es preeiso "lnotar esta "contradicción••
dento por ciento", dijo todavía más explícitam ente: "En cuanto a en la p. 350 de su volumen Les États~Unis áaujourd'hui, reconoce en la vida
los norteamericanos, cuyo país nos ha dado la base constitucional americana ''el aspecto de una sociedad realmente (!) colectivista, querída por
!J escolar, es bueno decirlo de una buena vez: nosotros nos senti- las clases electas y aceptada alegrement e (sic) por la multitud"; pero Sieg·
fried escribe luego el prefacio al volumen de Fhilip sobre el movimiento
mos miLs próximos a ellos por educación, gustos. manem de vivir. obrero americano l y lo alaba, a pesar de que allí no se den1uestra precisa-
que a los europeos y a los españoles afrocuropeos, como aman mente esta "alegría" ni que no exista en los Estados Unidos la lucha de
c~lificarsc estos últimos: y no hemos temido jamás el látigo de clases) sino que, por el contrario, alH se demuestra la existencia de la más
los Estados Unidos". [Se refiere a la tendencia española a con- desenfrenada y feroz lucha de un sector contra el otro. El mismo análisis se
siderar los Pirineos corno una barrera cultural entre Europa y el podría hacer con respecto al libro de Romier y al de Philip. Es digno de
subrayar cómo en Europa se a.cept6 con suma facilidad (y se difundió muy
mundo ibc\_rico: España, Portugal, América central y meridion al v hábilmente ) el cuadro oleográfíoo de una América sin luchas internas (actual~
1\lanuccos. Teoría del iberismo (iberoam ericanisn m ), perfeccj¿ . mente todo se paga}, etc. Es así que al mismo tiempo se ha combatiQo al
namicnto del hispanismo (hispano american ismo)]. El iberismo es
antilatino : las repúblicas americanas deberían orientarse sólo hacia ' André Philip. Le probliime ouvrierau x .ttats-Unls, prefacio de André Sig.
España Y Portugal. [Puros ejercicios de intelectuales y de grandes fried, Alean, París, 1927. (N. del E.)

337
336
americanlsmo como subversivo en la estancada sociedad europea, pero se ha viajó a Bmsil una COffiiSlOn de representantes de las organizaciones obreras
presentado a los Estados Unidos como ejemplo de la homogeneidad social de cooperación y de resistencia parh realizar una encuesta sobre las condi-
con fines propagandísticos y como premisa ideológica de leyes excepcionales. ciones económico-sociales: publicó en Bolonia en 1912 un infonne (Emigra-
zione agricola al Brasile, Informe de la Comisión, Bolonia, 1912). De esta
comisión formaba parte el profesor Gaetano Pieraccini, que ¡1arece haber sido
Industria norteamericana. En el número del 16 de febrero de 1930 en la el redactor del Informe.
NtuJva Antología se publican los siguientes artículos: 1) "Punti di vista. A propósito de ]a concepción de Enrico Corradini sobre la nación pro-
suli'America - Spirito e tradizione americanan del profesor J. P. Rice (Rice letaria y sobre la emigración, serb interesante saber si sobre él ha influido
fue designado en 1930 por la "Italy - America Society" de Nueva York para el libro de Ferruccio Macoia, L"Europa alla conquista dell'America latina1
dar el ciclo anual de conferencias establecido por la fundación Westlnghouse Venecia. l894t de] cual Virgilio cita este fragmento: ..Es necesario que la
para .Intensificar las relaciones entre Jos Estados Unidos e Italia); el articulo vieja Europa piense que las colonias fundadas por su proletariado en el nue-
vale poco; 2) .La riuoluzJone industriale degll Stati Uniti, del ingeniero Pie- vo continente no deben considerarse más como instrumento de producción en
tro Lanino, interesante para ver cómo un acreditado publicista y teórico de beneficio de los rapaces y viciosos descendientes de los aventureros españoles
la industria italiana no ha entendido nada del sistema Industrial del capita- y portugueses, sino como la vanguardia de su ocupación ... 2 (El Jibro de
lismo norteamericano (Lanino escribió en 1930 una serie de artículos sobre Macol<;t debe ser b;Jstnnte voluminoso, pues las citas llegan hasta 1a p. 421~
la industria norteamericana, en la Riv;.,ta di Politlca Economlca de las socie· y muy divertido y sintomático acerca del estado de ánimo de muchos
dades por acciones). Desde el primer parágrafo Lanino afirma que en los crispinos. }
Estados Unidos ha ocw:rido "una subversión completa de aquellos que hasta
ahora hablan sido los criterios económicos fundamentales de la producción
industrial. La ley de la dema.uda y de la oferta renunciada por los salarios
y el costo de producción disminuido a pesar del aumento de estos óltimos",
La delincuencia. Habitualmente se explica el desarrollo de la delíncuencia
organizada en gran estilo en ]os Estados Unidos como una derivación del
No se ha ren1mciado a nada: Lanino no ha comprendido que la nueva téc-
nica basada en la racionalización y el taylorismo ha creado 1ma nueva y 'prohibicionismo y del relativo contrabando. La vida de los contrabandistas~
sus luchas. etc.) han creado un clima de romanticismo que desbnrda en toda
original calificación psicotécnica y que los obreros que tienen tal caüficacíón
no s6lo son pocos sino que están todavía por llegar, y los '"predispuestosu la sociedad y de~emrlna imitaciones, arrojos aventureros, etc, Esto es verdad.
Pero es necesario buscar otro factor en los métodos de inaudita brutalidad
son ganados mediante los altos salarios; esto confirma la ley de la "oferta
de la policía norteamericana: siempre el '"esbirrismon crea el umalandrinis-
y la demanda" en los salarías. Si fuera verdadera la afi:rnw.ción de Lanino no
se explicaría el alto grado de tumover en el personal adscripto, es decir, mo". Este elemento es mucho más eficaz de lo que parece para impuls:1r a
el hecho de que muchos obreros renuncien a los altos salarios de ciertas em- lá delincuencia profesional a muchos Individuos que de otra manera contf..
presas por salarios menores de otras. No s6lo los industriales renunciarían nuru:ian en su actividad normal de trabajo. También la brutalidad de las
a la 1ey de la demanda y de la oferta. sino también los obreros; quienes a "'terceras secciones" sirve para ocultar la corrupción de la misma polícíat etc.
veces permanecen desocupados renunciando a los salarios. Adivínan1'.a que La ilegalidad constituida en sistema de los órganos de ejecución determina
Lanino se ha cuidado muy bien de resolver. Todo el artículo está hasado en 1ma lucha feroz por parte de los desdichados.
esta incomprensión inicial. Que los industriales americanos~. Ford el primero,
hayan intentado sostener que se trata de una nueva forma de reláciones, no
sorprende; ellos trataron de obtener además de los efectos económicos de los La fi.l.osofía norteamericana. Estudiar la posición de Josíah Royce en el cua-
altos salarios, los efectos sociales de la hegemonía espiritual, y esto es normal. dro de la concepción norteamericana de la vida. ¿Qué importancia y qué
función htvo el hegelianismo en esta concepción? ¿Puede el pensamiento mo~
demo difundirse en América, superando el empirismo-pragmatismo, sin una
Tendencias contra la ciudad. Recordar en el libro de Gerbi sobre la Política fase hegeliana?
del Settec6flto la mención de las opiniones de Engels sobre la nueva dispo-
sición que debía darse a los conglomerados ciudadanos industriales y a las
opiniones de Ford 1 ambas mal interpretadas por Gerbi. Estas maneras de Estados Unidos y Europa. En 1927 la Oficina Internacional del Trabajo de
ver no deben ser confundidas con las tendencias ..fíluministas"' contra la ciu- Ginebra publicó los resultados de una ínvestigación sobre las relaciones entre
dad. Ver las opiniones de Spengler sobre la gran ciudad, definida como "mons- patrones y obreros en los Estados Unidos: Les relations industrielles aux
truosos crematorios de la fuerza. del pueblo, del cual ella absorbe y des- Etats-Un;.,. Según Gompers los objetivos finales del sindicalismo norteame-
truye las mejores energías"'. Ruralismo, etc.
Emigración. El viaje de Enrico Ferri por América del Sur sucede en 1908-9 z Cfr. el arlícuio de Virgilii, ·~L~espansione della cultura italiana", en la NtuJ-
(pero su discurso en el Parlamento me parece que es de 1911). En 1911 va Antologia del 19 de diciembre de 1928. (N. del E.)

338
ricano consistirían en la institución progresiva de un control paritario, exten-
dido desde cada oficina al conjunto de b industria y coronado por una espe~ lndicc
cie de parlamento orgánico. (Ver qué forma asume en las palabras de Com~
pers y Cía. la tendencia de los obreros a ]a autonomía industrial.)

Estados Unidos fJ el Mediterráneo. Libro del profesor G. Frlsclb Vdln,


Il ttaffico fta l'..4merica e l'Oricnte attraverso il Afediterraneo. Sandron. Pa-
lcrmo, 1928, pp. XV-215. El punto de partida de Frisella Vella es el "sici-
liano". Ya que Asia es el terreno más conveniente pam. la expansión econó~
mica norteamericana) y los Estados Unidos se comunican con Asia a través
del Pacífico y a través del Mediterráneo,. Europa no debe oponer resistencias
a que el Mediterráneo se transforme en una gran arteria del comcrdo Norte~
américa~Asia. Sicilia extraerla grandes beneficios de este tráfico, transformán-
dose en intennediarh del comercio norteamericano~asiátíco, etc. Fdsella VeHa
está pcrsu~tdido de la fatal hegemonía mundial de los Estados Unidos, etcétera.
l. El príncipe moderno 7
Sobre el americani.'>mo. Roberto :l\Hchels, "Cenni su11a. vita universitaria ncgli Apunles sobre b política de ~Llyuh1velo 9
Sta ti UnitiH, Nuor,a Antología, Io de noviembe de 1928. Algunos •elementos La denci~l de h poHt;ca 16
interesantes. La poliUca corno ciencia autónoma 1!3
Elcrnentos de política 2f)
El J_)artido político 28
Industriales y agra.ríos 36
Cfr. el artkulo "La dumta del lavoro" en la Cioiltit Cattolica del 15 de marzo Algunos aspectos teóricos y práctlcos del ~·economismo" 38
de 1930 (del padre Brucculeri). Defiende el principio y la legislación inter- Pre\'iSi(~n y perspectiva 48
nacionnl sobre bs ocho horas contra Lello Gangemi y su Hhro Il problema Anúlisis de las situaciones. Rclacíoncs de fuerza 51
delta !lurata del la~.;oro~ Vailecchi, F~orencia. El articulo es interesante; el Observaciones sobre algunos aspectos de la estructura de los partidos
libro de Gangemi es bastante bien líquidado, Es interesante que un jesuita político en los períodos de crisis orp;única 62
sen 11.1ás progresista que Gangemi, el cual es bastante conocido en la política. El cesarismo 71
Lelio Cnngemi, Il problema dclla durata del lm.;oro 1 Vallet:chi, Florencia, Lucha política y guerra mililar Ti
19.29. De b hreve recensión de Luigi Perla en Italia Letteraria del 18 de El concepto de revolución pasiva 83
agosto de lü:ZH se deriva; el problema de la duración del trabajo. relegado a Sobre la burocracia 90
segundo término después del mejoramiento de hts condiciones econ6mic.1.s El teorema de las proporciones definidas 93
que sip;nió al período de depresión comenzado en 192.1, vuelve ahora a ser Sociología y ciencia _política 95
discuUdo debído a la actual crisis económica. Examen de Ja 1egishlCiÓn viJ.;en- El número y la calidad en los regimenes representativos 97
te en Lt materia en dlslínios p::tbes~ poniendo en evidencia la dificultad de Cuestión del ~'hombre colectivo'' o del "conformismo social" lOO
lJOá rcg:hlmentación uniforme. El l)mblcma en \Vashington. Desde el punto F'ase económico-corporativa del Estado 102
de vista de la organización cientifita del trabajo las pretensiones tt."Óricas y Hegemon-ía (sociedad civil) y cliyisión de Io11 poderes 104
sociales, r¡ue han dominado el problema demostraron que son inaplicables Concepción del derecho 105
en L acción práctica legislativa. Frente a las ideología!> que desearían abolir Política y derecho constitucional 106
los ínjustic:ias social{'s y conclnyen en cambio por muitipHcarhs y tornarlas Robert "\liehels y los partidos políticos 113
más graves, la práctica ha confirmado que la simple reducción de bs horas
de lrabajo no puede, por sí sola (1), 0lcanz:ar el intento de una mayor pro- Notas sobre la ~;ida nacional francesa 123
La crisis en Francia 127
ductividad y de m<1yores ventajas (!) para el trabajador. Queda en cambio
demostrada' la utilidad de determinar un límite del esfuerzo laboral; pero Notas t=arias 139
es! e límite p.o debe ser impuesto conforme a ideologías abstractas, sino que 1ntemadonalismo y politíca nacional 139
debe resultar de la racional coordinación de conceptos (!) fisiol6gicos, eco- Interpretaciones de El Príncipe 141
nómiCos ;' éticos. "Doblez" e "'ingenuidad" de Mru¡uiavelo 143

:< 1[)
Teoría y práctica 14S 3. Acción Católica, jesuitas y modernistas 203 '1
Maquia velo y Emanuele Filiberto 149 '
'
El Estado 151
Organización de )as sociedades naclon,des La Acción Católica 205
161
Las costumbres y las leyes 168 La AC y los terciarios franciscanos 210
. f'..S legislador?
¿Quli'll 163 Sobre la pobreza, el catolicismo y la jerarquía eclesiástica 211
Arte política y nrte militar 165 Lns "retiros obreros" 212
"Función de gobierno'" !66 Prehistoria de la AC 213
La clase política 168 Orígenes de la AC 214
Gran política y pequeña poHtica ¡r¡g La función de los católicos en Italia 217
Moml y política 170 El papado en el siglo XIX 219
Separación entre dirigentes y dirigidos 171 El pensamiento de los católicos 22.0
Ciudad y campo 172 El conflicto de Lille 223
Mitos históricos 171 Los católicos y ]a ínsurrección 223
Centro 175 Movimiento pancristiÜno 224
La fuerza. de Ios partidos agrarios 176 La primera comunión 225
Religión, Estado y partido 176 Publicaciones: periódicas católicas 225
Clase media 177 La AC en Francia 225
El hombre individual y e1 hombre masa 17~
Lucien Homier y la AC francesa 228
Psícoiogb y política 180 La AC en Alem"nia 229
Historia política e historia militar 181 Die Katholische Aktion. Materialen und Akten 229
Sobre el desarrollo de la técnic,\ militar 182 La AC en los Etados Unidos 2.30
Las ••contradicciones" del historicismo y sus expresiones literadw.s lR4 Los Concordatos 233
Fetichismo 187 Relaciones entre Estado e Iglesia 233
Maquiavelismo y antimaqtliavcHsmo 189 Concordatos y tratados internacionales 234
ltfisceltinea 191 Naturaleza de los Concordatos 245
Derecho natural 191 Iglesia y Estado en Italia antes de la Conciliación 246
Elecciones 191 Conflicto entre Estado e Iglesia como categoría histórica eterna 247
Exito "práctioo" de 1>-!aquiavelo 192 Católicos integrales, jesuitas y modernistas 249
El poder indirecto 192 Católicos integrales 249
Hegemonía y democracia 193 Los ..integrales .. y la ""Action fran~aíse·~ 2.53
Algunas causas de error 193
Lucha de generaciones El caso del abate Turmel de Hennes 26:l
193 Manifestaciones diversas del modemísmo 265
Sociedad cfvil y sociedad política 194 Ugo Míoni 267
Sorel y los jacobinos 194
Las encíclicas contra el pensamiento moderno 268
La "fórmula" de León Blum 194
Roberto Bellarmino 269
El pragmatismo americano 194 Giovannt Papini 270
Distinciones 194
Historia y uprogreso.. Lucha en tomo a la filosofía neoescolástica 270
195
León Xlll 271
Principios de método 195
La redacción de la Civilttl Cattolíca 272
Nacionalismo cultural católico 273
2. Notas bibliográficas 197 Jesuitas e integra]i_;;;tas en Espafta 274
Estudios particulares sohre Muquiavelo como ••economistau 199 Politiea del Vaticano. Malta 274
La Rivista d'Italia del 15 de junio de 1927 }.-fovimientos religiosos 275
200
Una edici6n 201 Pancristianismo y propaganda del protestantismo en América meridional 273
Pasqualc Villari, N. Machiavelli ·e i svoi tempi 201 La religión, la lotería y el opio de la miseria 277
En una reseña 202 Testimonios católicos 277
Ciovano Pontano 202 La religión, la lotería y el opio de la miseria 277
Cino Arias, Il pensiero economico di N. fl.fachiauelli 202 Religión 281
FE DE ERRATAS
4. Americanismo y fordismo '1
Americanismo y fordismo 285
Racionalización de la composición demográfica europea 286 Página 15. linea<; 26 y 27:
Rotary Club y masonería 292 Donde dice: una elevación civil
"StracittU e Strapaese" 293 Debe decir: una elevación de la conciencia <.:ivil
Autarquía financiera de la industria 294
Algunos aspectos de la cuestión sexual 299 Página 42. línea penúltima:
Feminismo y "machismo" 301 Donde dice: u:suario
"Animalidad" e industrialismo 302 Debe decir: usurario
Racionalización de la producción y del trabajo 305
Taylor y el americanismo 310
Cantidad y calidad Página 56, línea 15:
311
Taylorismo y mecanización del trabajador Donde dice: 1789, 1794, 1804
312 Debe decir: 1789, 1794, 1799, 1804
Los altos salarios 314
Acciones, obligaciones, títulos· del Estado 317
Civilización norteamericana y europea 320 Página 56, línea 16:
Rotary Club, masonería, católicos Donde dice; 1870
323
Rotary Club Debe decir: 187 J
323
· El código moral rotariano 324
Los Estados Unidos y la masonería 3_27 Página 79, línea 4;
Ü\ven, Saint-Simon y las escuelas infantiles de Ferrante Aporti 328 Donde dice: paí.ses que tenían
Sansimonismo, masonería, Rotary Club 329 Debe decir: países políticamente no homogéneos y debilitados, los que,
Los sansimonianos 329 por consiguiente, tenían
El sansimonismo en Italia 329
Notas "Varias
Página 288, línea 18:
Babbitt 331 Dandi." dice: anula
Nueva.mente Babbitt 333 Debe decir: acumula
Cultura y tradiciones culturales 333
Vittorio Machioro y los EE.UU. 334
América La tina 335
Varios 337
Industria norteamericana 338
Tendencias contra la ciudad 338
La delincuencia 339
La filosofía norteamericana 339
Estados Unidos y Europa 339
Estados Unidos y el Mediterráneo 340
Sobre el americanismo 340
FE DE ERRATAS
.J. Amcricanismo y fordisrno
Americani,<>mo y fordismo 28.5
Hacionalizaci6n de la composición demográfíca europea 286 P~Igina 15. línea'> 26 y 27:
Rotary Club y ma.lionería 292 Donde ~1icc: una elevación civil
.. Strucitt.l e Strapaese" Dcb~ decir; ul1ll dcv~1ción de la conciencia civil
293
,\utarquía financiera de la industria 294
Algunos aspectos de ]a cuestión sexual 209 P;ígina 42, línea pt>núltimw
Feminismo y "machismo" 301 Donde dice; usuario
"Animalidad" e industrialismo 302 Debe decir: usur:.Jriv
'
Racionalización de la producción y del trabajo 305
Taylor y el americanismo 310
Cantidad y calidad Página 56. linea 15:
311 Donde dice: liil9. li94. 1~04
Taylorismo y mecanización del trabajador 312 Dcb.: dcrir: 1789. li94, 1799, 1804
Los altos sa1arios 314
Acciones, obligaciones, títulos· del Estado 317
Civiliz..tción norteamericana y europea 320 Página 56. línea 16:
Rotaty Club, masonería~ católicos 323 Donde dice: 1870
Debe decir: 1871
Rotary Club 323
, El código moral rotarlano 324
Los Estados Unidos y la masonería 3.27 Página 79, !inea 4:
Owen, Saínt~Simon y las escuelas infantiles de Ferrante Aporti 328 Donde dice países que lcnian
Sansimonj~mo, masonería, Rotary Club 329 Debe decir: paises po!hicamt.•n!e no homogencos y dc'biliiados, los que.
Los sansimoníanos 32.9 por consiguiente. tcnian
El sansimonismo en Italia 329
N atas carias
Página 288. llnc-n 18:
Babbítt 331 Donde dice: anui:.J
Nuevamente Babbitt 333 Debe decir: acumula
Cultura y tradiciones culturales 333
Vittorio Machioro y los EE.UU. 334
América La tina 335
Varios 337
IndtiStria norteamericana 338
Tendencias contra ]a ciudad 338
La delincuencia 339
La fHosofia norteamericanu 339
Estados Unidos y Europa :!39
Estados Unidos y el ~lediterráneo 340
Sobre el americanismo 340

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