Está en la página 1de 8

Trabajo practico N°2. Análisis político.

Alumno: Pablo Delgado.

Nuestro amo juega a reducir el déficit fiscal.

Préstamo Stand By, corrida cambiaria, veto a la ley de tarifas y crisis política. El gobierno nacional
negocia desde hace un mes con el Fondo Monetario Internacional un acuerdo de “acceso excepcional”
para tratar de corregir la reciente turbulencia en nuestro mercado financiero. Para Cambiemos, el quid
de la cuestión es la reducción del déficit fiscal, por lo cual necesita tomar las medidas más
antipopulares lo más lejos posible de los comicios de 2019. En la oposición el tema es el ajuste, o por
lo menos el costo político del mismo que Macri intenta socializar a partir de un método ya conocido
para presionar a gobernadores e intendentes opositores: adelanto de coparticipación, ahogo fiscal y
discrecionalidad en la asignación de la obra pública. En el medio, empiezan a correr los tiempos de
las elecciones y el Congreso de la Nación constituye una arena de negociación que ya está dando
señales de los posibles armados electorales. En este contexto ¿Cómo fueron las relaciones con los
gobernadores y como serán en los próximos meses?

“Si hace falta hundir la nariz en el plato, lo vamos a hacer”.

El pasado 23 de octubre, luego de ganar las elecciones, Mauricio Macri anunciaba la entrada a una
“etapa de reformismo permanente”i, pero rápidamente una multitud plebeya en diciembre protagonizó
importantes manifestaciones populares para intentar frenar la reforma previsional, las cuales fueron
reprimidas brutalmente y durante horas. Mucha tropa riendo en las calles. En conclusión, la tesis
quedó maltrecha y, por sobre todo, se resquebrajó ese halo de “astucia de la razón” cuasi impenetrable
que venía envolviendo a la actual gestión. Había comenzado así el proceso de deterioro político del
oficialismo. Luego vinieron nuevamente los tarifazos. Y como si fuera poco, la corrida contra nuestra
moneda. Así, las perspectivas económicas del macrismo fueron puestas en tensión: la idea de que un
shock “normalizador” a inicios de la gestión atraería el flujo de inversión y volvería a andar la rueda
de la economía generando un ciclo virtuoso de crecimiento que iría reduciendo de a poco el peso de
la deuda sobre el PIB, fracasó. Los brotes verdes nunca llegaron y los mercados corrieron por derecha
al presidente y su equipo económico: 10 mil millones de dólares de reservas se perdieron para
terminar con una devaluación del 25% y una tasa del 40%. A eso, sumémosle la brutal transferencia
de ingresos desde lxs que menos tienen hacia lxs que más tienen desde principios de su mandato.
En un escenario de futuro económico incierto y penoso, y con el peso simbólico de un acuerdo con
el FMI, la política también se ve afectada, pero no mecánicamente. Basta recordar la sugestiva
sentencia que esgrimiera Pablo Semán: “justo en el país de la batalla cultural permanente vinimos a
olvidar que el sentido de la crisis económica se construye”ii. Entonces, se trata más bien un panorama,
claro está por “arriba”, de barajar y dar de nuevo las cartas.

Sabemos que Argentina tiene un sistema federal particular y desequilibrado: es política y


administrativamente descentralizado pero convive con una alta concentración de recursos
económicos y financieros. Por ello, la mayoría de las provincias, que son autónomas políticamente,
dependen económicamente del gobierno nacional y, al mismo tiempo, el gobierno nacional depende
de las provincias para obtener apoyo político. Con estas reglas del juego, como bien explica el
politólogo José Natanson en su último libro sobre el macrismo “¿Por qué? La rápida agonía de la
Argentina Kirchnerista y la brutal eficacia de una nueva derecha”, el oficialismo planteó una división
de tareas en la que un sector, integrado entre otrxs por Rogelio Frigerio, Emilio Monzó y Federico
Pinedo, se dedica a construir las mayorías legislativas, a presionar a lxs gobernadores/as opositores/as
y a administrar la coalición con el radicalismo. En este sentido, el Ministro del Interior Frigerio,
encargado de la relación política con lxs gobernadores/as, fue muy claro en una reciente declaración:
“Lo que vamos a esperar de la oposición, que en general ha apoyado la gobernabilidad, es que
también apoyen al Presidente precisamente en esta búsqueda del equilibrio de las cuentas públicas.
Solos no lo podemos hacer. Esperamos que nos permitan tomar las decisiones que hay que tomar
para lograr cumplir con nuestros acuerdos”iii.

El antecedente inmediato de esta relación es el pacto fiscal. En una nota de Página 12 del 17/09/2017
titulada “Los gobernadores, conformes” la misma comenzaba la siguiente manera: “Tanto desde el
gobierno nacional como desde el sector de los gobernadores salieron a festejar el acuerdo, al que
los representantes de Cambiemos no dudaron en calificar como “histórico”. Lo cierto es que el pacto
tiene ganadores y perdedores, como el veto a la ley de tarifas y el acuerdo con el FMI. Ahora bien
¿Cómo actuaron las provincias? El pacto fiscal que firmó Nación con todxs lxs gobernadores/as, con
la sola excepción de San Luis, además de dejar a algunas provincias más favorecidas que otras,
principalmente aquellas del mismo signo político que la administración central, también tuvo un claro
perjudicado: el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses. El entramado impositivo,
los compromisos y las compensaciones que contiene este acuerdo dejan sin red de contención a este
fondo que, sólo por lo convenido en el denominado Consenso Fiscal, deja de percibir entre 50.000 y
100.000 millones de pesos por año. Por su parte, las provincias dejan de percibir ingresos por
impuestos que se reducen o eliminan. Ahora bien, la apuesta de lxs gobernadores/as es poder
refinanciar sus deudas con la Nación por los déficits de las cajas previsionales no transferidas… a
pesar de la pérdida de recursos. Es decir, el pacto implica una fuerte transferencia de recursos a
Buenos Aires a partir de la disolución del Fondo del Conurbano, pero además, establece condiciones
flexibles para la refinanciación de deuda a las provincias en rojo como Jujuy y Mendoza, y también
a la que gobierna María Eugenia Vidal. Mención especial para Santa Cruz, que si bien no es una
provincia aliada, aprovecha las condiciones laxas para renegociar su deuda. Muy distinto es el caso
de San Luis, quien no adhirió al pacto, ya que no tiene deudas que refinanciar con Nación sino que,
por el contrario, es acreedor con sentencia firme de la Corte Suprema por fondos descontados de
manera irregular durante más de nueve años y que a valores actualizados asciende a 18.000 millones
de pesos y otros sin sentencia por hasta 42.000 millones. La provincia que gobierna Alberto
Rodríguez Saa además no tiene déficit presupuestario y no emitió deuda en el mercado ni con
organismos multilaterales de créditoiv.

Recordemos que las condiciones principales de este pacto van de la obligación a las provincias a
reducir ingresos brutos e impuestos a los sellos por el 1,5 por ciento del PIB en los próximos cinco
años, mantener gastos corrientes constantes en términos reales, adherir al proyecto de reforma
previsional y desistir de los juicios contra el Estado nacional (unos 56 juicios en marcha por 340 mil
millones de pesos, a cambio de un bono de 80 mil millones), que suman unos 800 mil millones de
pesos por los cuales el Gobierno les dará un bono de acuerdo con sus respectivos coeficientes de
Coparticipación. Al respecto, el jefe de Estado señalaba a mediados de noviembre del año pasado
que: "Si no generamos previsibilidad (para motivar inversiones) nadie las va a generar".

Y si de previsibilidad se trata, con la eliminación del Fondo del Conurbano Bonaerense (FCB), el
Gobierno compensará a todas las provincias que se lo reparten pero en especial a Buenos Aires, que
aumentará su ingreso de $ 650 millones a casi $ 40.000 millones en 2018, con aumentos en los
siguientes añosv, lo que significa, entre otras cosas, una caja holgada para afrontar los comicios de
2019 en una provincia pivot para el macrismo como lo es Bs As de la mano de la gobernadora Vidal,
pero también la posibilidad de transaccionar la compensación desde Nación por apoyo político.

Pese al conflicto generado en el congreso en torno a la reforma previsional, tres días después, en
aquel diciembre caliente de 2017, el consenso del presidente con 23 de los 24 gobernadores sobre el
pacto fiscal se tradujo en aprobación de la ley y del presupuesto 2018 con 145 votos a favor, 53 en
contra y 20 abstenciones. El peronismo “no kirchnerista” encarnado en el interbloque Argentina
Federal (que responde a los gobernadores del PJ) y el Frente Renovador, habían anticipado ya su
apoyo en general. Aun así, no faltó la presencia de visiones antagónicas sobre la economía, pero el
oficialismo ya se había asegurado los votos. La cuestión es que esta tensión marca la relación del
gobierno central y lxs gobernadores en las próximas partidas e influye en el desenlace del escenario
legislativo. Gráfica es la descripción de Graciela Camaño, del Frente Renovador, quien insistió en
que a las provincias "se las sigue castigando con el látigo y la chequera"vi.

“Ahora tiro yo, porque me toca”.

Pero la presión sobre las provincias tiene un límite, más en un contexto de conflicto social
ascendente y en tiempos de “campaña permanente” que exige obra pública. En concatenación, el otro
hito clave en el juego Provincias / Nación fue el aumento de tarifas, porque los tarifazos ponen a la
Alianza Cambiemos en una situación política compleja, expresada en las dos cámaras del Congreso,
con un impacto socioeconómico alto que genera resistencia social. El debate se reavivó, por un lado,
cuando la senadora de la Nación Cristina Kirchner y un grupo de legisladores/as del bloque Frente
para la Victoria-PJ presentaron, el 16 de abril de este año, un proyecto de ley para declarar la
emergencia tarifaria de luz, agua y gas en todo el territorio nacional, retrotraer las tarifas al 1 de enero
de 2017 y suspender los aumentos hasta el próximo 31 de diciembre de 2019. Y por otro lado, por el
pedido público de Macri para que lxs gobernadores/as eliminen los impuestos provinciales de las
tarifas. En otras palabras, la puja es ahora por el aumento de las tarifas: la Casa Rosada intenta
trasladar el costo político de las subas a las provincias y se niega a evaluar alternativas al esquema
original de incrementos. Y esto se reflejó en el Congreso, de tal manera que lxs gobernadores/as del
PJ apoyaron el avance de la discusión. Allí el kirchnerismo y el Peronismo Federal, que en teoría
responden a lxs jefes/as provinciales, impulsaron leyes en sintonía a la de CFK. Así, las tensiones
volvieron a elevarse, lo cual quedó expresado con la aprobación del proyecto de ley en el Senado de
la Nación con 37 votos a favor aportados por el Bloque Justicialista, el FPV-PJ y otras bancadas
satélites, y 30 en contra provenientes en su mayoría de Cambiemos, otras bancadas y uno del
justicialista Rodolfo Urtubeyvii, con el argumento de que si se aprueba, tendría un “impacto fiscal
negativo”. Lo demás es historia ya conocida y cantada: a pocas horas de la aprobación, Macri vetó la
ley. Y con el consenso de 13 gobernadores/as, destacó.

La posición del gobierno nacional sigue siendo la misma. "Recién en el cuarto o quinto año de este
camino, (las tarifas) van a llegar al nivel de su costo de producción" para "ir gradualmente hacia el
equilibrio fiscal, a que los ingresos en el Estado alcancen para pagar los gastos", se sinceró Frigerio
hace unos días. Y tal es así que, previo a la votación, el oficialismo trató de evitar que la ley termine
en el veto presidencial, intentando hasta último momento bloquear la aprobación de la misma
mediante una ausencia de senadores que dejara la sesión sin quórum. Estrategia ya repetida en la
Cámara de Diputadxs con la ausencia de Olmedo.
El veto le valió un amplio repudio opositor a Macri pero también, y quizás por primera vez desde
que las fracturas comenzaran en 2015, tuvo su cuota en el empuje a la unidad del peronismo. Además,
la apuesta de varixs gobernadores fue no retrucar el veto para que el costo político lo rodee en su
totalidad el presidente. Los límites para presionar por parte del gobierno nacional quedaron
evidenciados.

Este mayo, en la historia política del Macrismo, será un capítulo aparte. Mientras tanto, hecho este
recorrido, el escenario cambió y en consecuencia los actores se empiezan a mover y a reacomodar.
La salida (precaria, por cierto) de la turbulencia del dólar, la vuelta al FMI y el veto marcan
indudablemente el terreno del juego y, probablemente, produzcan una bisagra en la relación del Poder
Ejecutivo con el Congreso, donde todavía necesitan acordar con sectores del PJ para garantizar la
“gobernabilidad”. Aun así, a menos que se produzca una hecatombe, las reglas del federalismo y el
horizonte electoral harán que la olla de lxs gobernadores/as no se destape del todo. Claro está, deberá
haber mayor voluntad de Macri de gestionar mejor el conflicto y mantener el timing sobre el
accountability vertical. Tal es así que, tras el veto y antes de que cuente diez, el presidente viajó al
norte y se reunió con lxs mandatarixs de Santiago del Estero, Tucumán, Catamarca y Salta, todas
provincias que forman parte del Plan Belgrano (de rango ministerial), por temas de infraestructura.
Todo esto no es menor, el macrismo tiene objetivos políticos en el horizonte, necesita votos pero su
capacidad de restar o conseguirlos está erosionándose. Uno de esos objetivos es, nada más y nada
menos, la sanción del presupuesto 2019, a lo cual podría sumarse un posible cambio legislativo en
materia de derechos laborales, de especial importancia para el peronismo en general, como
consecuencia del acuerdo con el FMI, aunque a priori resulta difícil pensar en que el oficialismo irá
al Congreso a buscar la sanción de un proyecto promovido por aquella institución financiera luego de
la confluencia de los sectores del peronismo. Con un tablero político así, cabe preguntarse ¿es posible,
todavía, un pacto al estilo Moncloa? Si nos regimos por el sesgo ideológico del macrismo, no, bajo
ningún aspecto. Una pequeña demostración de ello es que un pacto de ese estilo implicaría sentar en
la mesa (y reconocer) a gran parte de la dirigencia sindical, cuando los mismos son consideramos por
el núcleo partidario del PRO como actores de la “vieja política” y el “ajuste” propiciado por la legión
de managers que entraron a la actividad pública con Cambiemos tiene un sentido preciso: restaurar
la autoridad del Capital sobre el Trabajo. Aun así, hay que dejar siempre una puerta abierta, estamos
ante una derecha pragmática.

Despierta el peronismo y 2019 viene asomando, pero hacia su interior problemas y díscolxs no le
faltan. El más emblemático por estas horas es Juan Manuel Urtubey, el gobernador salteño, quien no
acompañó políticamente a la ley de tarifas justas y quien sostiene que la unidad generada solamente
es de “corto plazo”viii. A su vez, el peronismo dialoguista carece de un candidatx capaz de capitalizar
la tensión con el Gobierno, lo que se termina trasladando al kirchnerismo. Por otro lado, hay que tener
en cuenta en esta puja la disciplina partidaria de lxs legisladores/as y en qué grado puede darse o no.
Por lo pronto, se ha caracterizado por un doble juego: lxs gobernadores/as se han expresado de una
manera, y en el Senado se ha actuado de otra manera. Y así como están quienes sostienen que esto se
puede exacerbar, también están quienes sostienen que se puede enfriar. Mientras tanto, la iniciativa
política del oficialismo en el Congreso parece desacelerarse, por lo menos hasta que pase el mundial.
No hay margen para otra derrota en el recinto, aun así Beatriz Sarlo afirma que son fundamentalistas
y que a Macri “le sobra seguridad de clase”ix.

¿Se rompió totalmente la relación con lxs gobernadores/as? No, y si necesitamos una imagen para
pensar esta relación, podríamos utilizar la del el popular juego del truco. Carlos Pagni, en La Nación,
sostiene que Miguel Pichetto “se encontró casi en secreto con Horacio Rodríguez Larreta y María
Eugenia Vidal. Los dos gobernadores de Cambiemos pretenden reconstruir un puente con el
peronismo. Pichetto les aconsejó hablar con un grupo de gobernadores: Manzur, Bordet, Uñac,
Corpacci, Insfrán. En otras palabras, volver a la receta que hizo posible, a fines del año pasado, una
compleja reforma tributaria”. Pero también está claro que el peronismo ya viene ensayando su
armado electoral.

Ahora bien, bajo la hipótesis de que un pacto a la Moncloa quedó descartado, el “Golden Boy”
Marcos Peña anunció, a finales del pasado mayo con olor a diciembre, que buscarán bajar la tensión
para poder avanzar hacia el Gran Acuerdo Nacional (GAN) que convocó Macri. El Jefe de Estado
necesita mostrar consenso político para emprender las reformas que exige el acuerdo con el Fondo
que otorga el crédito Stand Byx. Para ello, las reuniones que viene manteniendo con diferentes
mandatarixs provinciales y demás actores políticos, pero con el condimento de que necesitan un
peronismo fragmentado. ¿Esto complica las cosas? Sí, pero la lógica sería la siguiente: el ala que
encabeza el senador Pichetto y otrxs gobernadores/as está tomando un rol más duro que bordea con
la posición de CFK. “Están en un callejón, ¿van a ir juntos en una lista? Bueno, van a tener un techo
del 30% del electorado K”, razonaban desde el oficialismoxi. Pichetto lo sabe y sostuvo en la última
votación: “Solos no van a poder”, “reflexionen sobre la relación con la oposición política democrática
que han tenido”.

“El montaje final es muy curioso, es en verdad realmente entretenido”. Hay cartas echadas, pero
otras tantas no. Por ende, nada nos garantiza tal o cual desenlace, más bien, los escenarios a
presentarse también son fluidos y pronosticar se torna difícil en el marco de un constante vaivén de
acontecimientos y personajes. El Gobierno buscará mantener la iniciativa aunque con menos
proyectos que choquen con la oposición, a su vez, al ya estar trabajando para recomponer relaciones
con el peronismo dialoguista, lo que está buscando también es configurar un escenario con tres
espacios políticos, con el objetivo de evitar un polo opositor estable en el Congreso. Por ende, no se
descarta acercarse a Massa. Tampoco hay que descartar el tipo de trato que tendrá el FMI con el
gobierno porque cabe la posibilidad de que sea diferencial, como bien explica Marcelo Zlotogwiazda
citando al economista Stephen Nelson: “cuando funcionarios neoliberales controlan los principales
cargos de los países, los préstamos del FMI son menos onerosos, más generosos, y con
condicionalidades menos rigurosas"xii. Si eso llegara a suceder, lo que se traduciría en oxígeno
financiero y respaldo internacional, le permitiría comprar tiempo al equipo económico de Macri, pero
no anula el resto del temario proveniente del frente social (particularmente desde la CGT y los
movimientos sociales, tales como el tridente que conforma la CTEP, la CCC y Barrios de Pie, y la
marea del movimiento de mujeres). Y es que quienes no tienen tiempo son lxs humildes y sectores
populares sobre lxs que pesa la “aceleración del programa de convergencia fiscal”, rotulación
elaborada desde la Casa Rosada para no hablar directamente de ajuste. Si bien las metáforas con el
2001 pueden ser apresuradas, están poniendo un huevo y la cosa puede explotar, estamos hablando
de una poda brutal y millonaria que deja entrever que no están pudiendo hacer oídos sordos a las
voces de ultraderecha. Mientras tanto en el PJ pase de facturas y eslóganes que no logran cuajar en la
ciudadanía para imponer otro imaginario. Esto es, no logran reinventarse y su interna dificulta
encaminarse hacia una renovación. En Cambiemos, la lógica de la interna es que si pierdes, aun así
algo te tocaxiii, y allí habrá que ver cómo Peña y Monzó logran administrar las tensas aguas divididas
en sus legisladores/as por el proyecto de despenalización del aborto.

¿Vencedores vencidos?

Notas:

i
Macri: “Entramos en una etapa de reformismo permanente”
https://notasperiodismopopular.com.ar/2017/10/23/macri-etapa-reformismo-permanente/
ii
“No estás ciego si no ves donde no hay nada”. Pablo Semán. http://panamarevista.com/no-estas-ciego-si-
no-ves-donde-no-hay-nada/
iii
“El Gobierno le envía un mensaje a la oposición antes del acuerdo con el FMI”
https://www.clarin.com/politica/gobierno-envia-mensaje-oposicion-acuerdo-fmi_0_SJ0G4gQeQ.html
iv
“Ganadores y perdedores del pacto fiscal”. Cristian Carrillo. https://www.pagina12.com.ar/80241-
ganadores-y-perdedores-del-pacto-fiscal
v
“Compensarán a Vidal por el Fondo del Conurbano y revisarán impuestos”. Mariano Obarrio.
https://www.lanacion.com.ar/2081040-compensaran-a-vidal-por-el-fondo-del-conurbano-y-revisaran-
impuestos
vi
“En la última sesión del año, Diputados aprobó el presupuesto 2018 y el Consenso Fiscal”. Laura Serra.
https://www.lanacion.com.ar/2094695-en-la-ultima-sesion-del-ano-diputados-aprobo-el-presupuesto-2018
vii
“Uno por uno, cómo votó cada senador el freno al aumento de tarifas”
https://www.lanacion.com.ar/2139555-uno-por-uno-como-voto-cada-senador-el-freno-al-aumento-de-
tarifas
viii
Juan Manuel Urtubey: "Es razonable que Macri tenga bronca con el peronismo". Santiago Dapelo.
https://www.lanacion.com.ar/2140214-urtubey-es-razonable-que-macri-tenga-bronca-con-el-peronismo
ix
“Linda forma de apagar faroles”. Beatriz Sarlo. http://www.perfil.com/noticias/columnistas/linda-forma-
de-apagar-faroles.phtml
x
“Macri veta el freno a los aumentos y hoy buscará apoyo de gobernadores”. Martin Torino.
https://www.cronista.com/economiapolitica/Macri-veta-el-freno-a-los-aumentos-y-hoy-buscara-apoyo-de-
gobernadores-20180531-0041.html
xi
“Macri juega a dividir al PJ: foto con Urtubey y reproche a Pichetto”. Martin Torino.
https://www.cronista.com/economiapolitica/Macri-juega-a-dividir-al-PJ-foto-con-Urtubey-y-reproche-a-
Pichetto-20180601-0040.html
xii
“Dos a quererse: Macri y el FMI”. Marcelo Zlotogwiazda.
https://www.infobae.com/economia/2018/05/18/dos-a-quererse-macri-y-el-fmi/
xiii
“¿Un nuevo escenario político? Jornada final” Marcelo Leiras, Ernesto Calvo y Juan Carlos Torre.
http://www.revistaanfibia.com/un-nuevo-escenario-politico-jornada-final/

También podría gustarte