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TERRITORIO Y PARTICIPACIÓN SOCIAL

Según Raffestin (1986), “territorio es una porción del espacio terrestre considerada en sus
relaciones con los grupos humanos que la ocupan y la ordenan con vistas a asegurar la
satisfacción de sus necesidades. Noción autónoma, el territorio en geografía no es ni un sinónimo
ni un substituto del término espacio. Ciertamente, si hay espacio en el territorio, éste no es
considerado como un soporte neutro ni isótropo. Múltiples componentes (medioambiental, social,
económico, institucional, etc.) dan especificidad e identidad a la configuración y al
funcionamiento de este conjunto.”

Se trata de un fenómeno que nace producto de la historia y las relaciones sociales y que
no va a nacer sincrónicamente en el planeta, algo que ya habíamos apuntado.
En la actualidad, como apunta Agustín Hernando, se abren otras teorías que ponen el
acento en otros aspectos como los económicos (teorías centradas en la importancia del comercio
y la necesidad de una buena localización para realizar intercambios), los defensivos (las ciudades
surgen en zonas de fácil defensa, donde se puedan construir sin problemas murallas y otros
elementos defensivos) o religiosas (donde la ubicación de la urbe responde a sentimientos
religiosos).

En las últimas décadas, producto de la adopción de un modelo de desarrollo que pone al


mercado como figura central, los territorios agrarios han experimentado intensos procesos de
modernización capitalista. Ejemplo de estos cambios son:
 Transformación en los usos de la tierra (dada principalmente por expansión del cultivo de
frutales, viñedos y árboles exóticos),
 Cambios en la tecnología empleada en la explotación.
 Incorporación de agroquímicos, maquinarias, semillas entre otras agro- tecnologías.
 Ampliación de la infraestructura y conectividad de la ruralidad, lo que ha reducido el
aislamiento social y cultural del campesinado.
 Modificaciones en la organización y estructura social tradicional del mundo rural,
relacionadas tanto con el surgimiento de nuevos actores (temporeros, empresarios
agrícolas, recolectores, obreros forestales, entre otros.), como con la aparición de nuevos
tipos de asentamientos residenciales (vivienda social rural, parcelaciones de agrado, entre
otras).

Ahora bien, se puede mencionar que el territorio está estrechamente relacionado con la
participación social, desde tiempos antiguos hasta la era moderna, y han sido estos mismos los
que han causado que el territorio haya sufrido importantes transformaciones, la urbanización dio
paso a la perdida de la tierra como anclaje y como albergue del linaje. Desde que la sociedad
humana se liberó de la esclavitud de la tierra, hace ya varios años, puede producir riqueza
transformando materias primas en mercancías y bienes de consumo.

Además la tierra se convierte en suelo, es a penas el soporte de las actividades productivas


de la sociedad, la tierra quedó allá, fuera de las ciudades que se multiplican y se hacen cada vez
más claustrofóbicas. Haberla reducido a soporte es despojarla de su cualidad, que hallaba
complemento en la sociedad humana, a la que albergaba y nutría.

Así como también, en el mundo contemporáneo, hay personas, territorio, poblaciones y


oficios que ya no significan, que ya no tienen un papel protagónico, que existen pero no son
necesarios ni funcionales, porque están ajenos al ritmo y a las apariencias actuales.

Es así, como cada vez el mayor número de personas se concentra en las zonas urbanas, y
nace la preocupación de cómo van a cambiar las ciudades a este crecimiento, ya que se debe
encontrar el modo de proveer, alimentación, salud, educación para todos los habitantes, de modo
que no se dañe la tierra, ya que aporta los bienes y servicios para la humanidad, de modo que se
piensa que en el futuro la forma de generar recursos, será completamente distinta, el proyecto
inmobiliario se contempla cada vez más estrecho y funcional, así como también las ciudades se
visualizan más pequeñas y autosuficientes centradas en la producción local y sostenible.
El futuro de las ciudades se refleja aún más diverso, con más creatividad, diversas fuerzas
económicas operando dando paso aún más a la conectividad y la globalización.

A modo de conclusión, puedo decir que la participación social, cumple un rol fundamental
en la urbanización, la migración del campo a la ciudad, las mujeres insertas en el mundo laboral,
el cambio de roles en la crianza de los hijos, los distintos estilos de vida, en general el mismo
proceso del desarrollo humano, la necesidad de sentirse parte de la sociedad, de estar conectado,
de ir avanzando a medida que los demás lo hacen, porque de cierta manera si no avanzas, te
quedas obsoleto, y un sin fin de transformaciones que han hecho que ya nada sea lo mismo de
antes, dando lugar a que tampoco se pueda predecir qué forma será en el futuro.
Como trabajadores sociales en formación, es importante saber que la humanidad es
cambiante, que atraviesa por distintos procesos, por lo que es necesario comprender a los
usuarios como únicos en cada intervención, interviniendo siempre en base a los principios
fundamentales de la profesión, la igualdad, equidad y justicia social.

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