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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL LITORAL

FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS

TEORÍA DE LA ARGUMENTACIÓN

PROFESORES: ACEBAL, MARTÍN | RICCI, PAULO

ALUMNO: REIBLE, MAURO TOMÁS


Licenciatura en Sociología.
Teoría de la Argumentación.
Prof: Acebal, Martín. Prof: Ricci, Paulo.
Reible, Mauro Tomás.
Trabajo Final. Fecha de entrega: 27/1/2019

Corpus de Análisis: Para la realización de este trabajo se deberá seleccionar una de las intervenciones de
los senadores reunidos en la Cámara de Senadores de la Nación los días 14 y 15 de julio de 2010 con el
propósito de debatir la aprobación de la ley de matrimonio igualitario.
La consigna 5) se realizará seleccionando entre dos grupos de textos. El primero contiene textos de
Beatriz Sarlo (“Victoriosa autoinvención”, La Nación, 24/10/11) y de Roberto Marafioti (“El
pensamiento y la pasión”, Página/12, 9/11/11). En el segundo se hallan de José Natanson (“El macrismo
no es un golpe de suerte”, Página/12, 17/08/17; “¿Hegemonía macrista?”, 13/09/17), de Rocco Carbone
y Nuria Giniger (“¿Un nuevo proyecto hegemónico?”, Página/12, 21/08/17) y de Pablo Semán
(“Hegemonía y Hegemoina”, Revista Anfibia, 24/10/17).

Consignas. Primera Parte:


Consigna I. a. Para la contextualización del debate sobre la ley de matrimonio igualitario se recuperan
segmentos de distintos medios de comunicación en los que se haya tocado el tema, identificando las
diferentes posiciones y por quienes fueron sostenidas.
Consigna I. b. Se caracterizará la filiación política del senador/a que emitió la intervención
seleccionada.
Consigna II. Se recuperaran tres o más conceptos trabajados durante el cursado, Clases de Pruebas,
Ethos y Negación, que darán cuenta del modo en que los senadores a través de su discurso intenta
persuadir al auditorio, teniendo en cuenta el rol del emisor y la posición política del destinatario. A su
vez se definirán los conceptos y nociones al momento de marcar su utilización.
Consigna III. Comparar las relaciones entre sofística y retórica según los distintos autores de la unidad
I.
Consignas. Segunda Parte:
Consigna IV. Con el uso del corpus teórico de Michel Foucault trabajado en clases, reconocer en la
intervención seleccionada aquellas nociones que se acerquen a lo que el autor llama “voluntad de
verdad”, “procedimientos de exclusión de un discurso” y verificar que “saberes” y “poderes” operan en
el discurso emitido. Definir los conceptos y nociones al momento de marcar su utilización.
Consigna V. Para la resolución de esta consigna se utilizará el corpus llamado “La discusión por la
hegemonía” que reúne textos de José Natanson (“El macrismo no es un golpe de suerte”, Página/12,
17/08/17; “¿Hegemonía macrista?”, 13/09/17), de Rocco Carbone y Nuria Giniger (“¿Un nuevo
proyecto hegemónico?”, Página/12, 21/08/17) y de Pablo Semán (“Hegemonía y Hegemoina”, Revista
Anfibia, 24/10/17).
a. Describir el contexto y la discusión intelectual en la que los textos toman parte,
caracterizando el discurso sobre el que cada uno de los artículos se posa.
b. Seleccionar tres segmentos que puedan ser descritos en función de los conceptos y nociones
presentes en la bibliografía de la materia. Transcribir y fundamentar la selección.
Consigna VI. Desarrollar el concepto de Discurso Dominante (d.d.) que Alejandro Raiter expone en
“Lingüística y Política”, y los distintos tipos de discursos opositores que el autor desarrolla. Observar la
relación entre esta nociones y las que se desarrollan en los textos de Raymond Williams y Louis
Althusser.
Desarrollo.

Primera parte. Consigna I. a).

En el año 2002 se aprobaba en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el proyecto de ley de Unión Civil,
presentado por la Comunidad Homosexual Argentina (CHA). Sin poseer el mismo estatuto que la unión
matrimonial: reconocimiento a nivel nacional, derecho a adoptar y a percibir la herencia, y patria
potestad; sirvió como antecedente de posteriores proyectos como la Unión Civil Nacional y el
Matrimonio Igualitario. El 15 de julio del año 2010 se aprobaba la reforma del código civil y comercial
en la que se incluía, tras su nueva disposición, el reconocimiento a parejas homosexuales a gozar del
derecho a la unión matrimonial.
Los argumentos que sostenían la oposición y quienes apoyaban el proyecto eran variados. La Iglesia
Católica se mostró en contra, teniendo como líder a quien hoy en día es papa, Jorge Mario Bergoglio,
apoyado por instituciones de sumo poder religioso: la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la
República Argentina y la Federación de Confraternidad Evangélica Pentecostal.

En una carta escrita por Bergoglio, dirigida a las Monjas Carmelitas, publicada en la página web de
“Todo Noticias” el día 8 de julio de 2010, denunciaba la perversión de los valores e instituciones
encomendadas al hombre y la mujer por Dios: “Aquí está en juego la identidad, y la supervivencia de la
familia: papá, mamá e hijos. Está en juego la vida de tantos niños que serán discriminados de antemano
privandolos de la maduración humana que Dios quiso se diera con un padre y una madre.” entendiendo
el proyecto legislativo y los argumentos que lo defendían por “(...) sofismas con que se busca justificar
este proyecto de ley, y que confunden y engañan incluso a personas de buena voluntad”.
El actual papa, además, aconsejaba como estrategia el apoyo a la Unión Civil, revistiendo el rechazo a
los homosexuales con un trato distinto, supuestamente integrador, para que no partiese de la iglesia una
oposición que generase descontento. Horacio Verbitsky, el 10 de julio de 2010, se refería a lo dicho en
el siguiente fragmento perteneciente al artículo “La Inquisición” publicado en “Página/12”: ”Durante la
última reunión episcopal se discutió la estrategia contraria a la reforma. Bergoglio sostuvo la
conveniencia de usar la astucia y no encerrarse en una negativa frontal que incluso pudiera provocar
malestar dentro de su propia feligresía”.
A su vez, desde Legislación General, comisión que corresponde al Senado de la Nación, se firmó un
dictamen de mayoría que rechazaba la media sanción del proyecto en Cámara de Diputados, liderados
por Negre de Alonso, senadora en aquel entonces por San Luis y ex-presidente de la Acción Mundial
Parlamentarios y Gobernantes por la Vida y la Familia, organización que une fuerzas de la clase política
de distintos países para oponerse a iniciativas como dicha ley de matrimonio igualitario y leyes que
legalicen el aborto, entre otras similares.
“(...) de reunir mayoría para el rechazo el bloque clerical debería asumir ante la sociedad el haber
frustrado por lo menos hasta 2011 el reconocimiento de derechos que según los sondeos de opinión
pública gozan de amplio consenso” [Verbitsky, 10 de julio 2010]. De haber sido rechazado, el
tratamiento del proyecto se postergaria un año. Con este punto se evidencia la influencia que los
opositores católicos tienen en algunos senadores y diputados y los distintos proyectos de leyes que
transcurren por ambas cámaras.

El proyecto de Unión Civil fue pensado como una estrategia por parte de los opositores como alternativa
a la oposición frontal al Matrimonio Igualitario. Sin embargo, varios han sido quienes detectaron en
proyecto una consideración distinta para los contrayentes de mismo sexo en relación a parejas
heterosexuales. En este sentido, en la edición tucumana del diario “La Gaceta”, el 14 de julio de 2010, la
senadora por Tucumán en aquel entonces, Beatriz Rojkés, perteneciente al partido Justicialista,
declaraba: "No encuentro ninguna razón justa para que los heterosexuales podamos gozar de mayores
derechos que el resto de la población. Y si me tengo que equivocar, que sea por ampliar los derechos, y
no por restringirlos".
El 15 de julio del 2010, se aprobaba el proyecto de ley por el que militantes LGTB se manifestaban
desde principio de la década por la igualdad ante la ley de los matrimonios homosexuales y
heterosexuales y convertir así la Argentina en el primer país sudamericano en legalizarlo. Al respecto,
María Rachid, por aquel entonces titular de la Federación LGTB, comentaba al diario “La Nación” que
lo acontecido “(...) [ayudaría] a que estas familias puedan vivir con mayor libertad.” alegando que hubo
ganado la “(...) no discriminación, la igualdad y la democracia”. Por su lado, César Cigliutti, presidente
de la CHA, criticaba los argumentos que se sostenían en contra de la aprobación del proyecto: “Nos
parece lamentable que en un senado se confundan los conceptos y se cambien por fundamentalismos.
Para nosotros ese discurso sostenido fue el de la senadora Negre de Alonso”.
El 21 de julio, Cristina Fernández de Kirchner declaraba en Casa Rosada: “Hoy somos una sociedad
más igualitaria que la semana pasada (...) al otro día de la sanción pensé que yo estaba con los mismos
derechos y había cientos de miles que [lo] habían conquistado (...)”. (Fragmento seleccionado del diario
“La Nación”, el día 22 de julio de 2010), promulgando así la ley que fue sancionada ante la presencia de
distintos miembros de partidos políticos, agrupaciones, e instituciones.

Consigna I. b).

Las intervenciones seleccionadas emitidas en el debate por la aprobación del proyecto de Matrimonio
Igualitario fueron dos: la de la senadora nacional por la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas
del Atlántico Sur, María Rosa Díaz. Procedente de Firmat, Provincia de Santa Fe, docente, ejerciendo
como tal en Tierra del Fuego desde 1990 hasta 2007, año en que fue elegida para ocupar el cargo que
hasta hoy día posee, por el partido Afirmación para una República Igualitaria, miembro fundador del
frente Cambiemos, junto a la Unión Cívica Radical y el PRO. Actualmente conforma el bloque Nuevo
Encuentro, liderados por Martin Sabatella.
Y la intervención realizada por la senadora perteneciente al Partido Justicialista, Lucia Benigna
Corpacci, quien fue vicegobernadora de la provincia de Catamarca en 2007, Senadora Nacional en 2009
y Gobernadora en 2011, ejerciendo actualmente ese cargo tras ser reelecta.
.
Consigna II.

El corpus en el que se observarán las distintas categorías trabajadas son las intervenciones seleccionadas
del debate sobre el Matrimonio Igualitario, las cuales se inscriben en el género retórico deliberativo,
considerado dentro de la propuesta aristotélica de la Retórica. En este género los locutores exponen los
argumentos aconsejando o desaconsejando los métodos que resolverán el tema en ese momento para un
tiempo futuro. Los fragmentos tomados de la versión taquigráfica aconsejan la resolución favorable de Commented [M1]: Esto convendría referenciarlo
la aprobación del proyecto, utilizando distintas estrategias que se inclinen por ese fin. A partir de esto se bibliográficamente.
trabajará con la categoría Clases de Pruebas, que describe Roland Barthes en La aventura semiológica
[1985]. En esta categoría hay dos variedades: las denominadas pruebas técnicas, conformadas por el
exemplum y el argumentum; y las pruebas extratécnicas, de las que Aristóteles, autor en que se basa la
descripción de Barthes, no se explayaba como lo hizo con las primeras. En su lugar, para complementar
el análisis junto a las pruebas técnicas, se hará uso de la categoría de hechos que desarrolla Perelman y
Olbrechts-Tyteca en su Tratado de la Argumentación [1958]. Commented [M2]: Buena introducción.

El género retórico deliberativo se compone de tres partes elementales: Inventio, Dispositio y Elocutio.
Barthes menciona dos restantes: la Memoria y el Actio, sin embargo, estas dos últimas no han gozado de
la importancia de las tres primeras [BARTHES, R. 1985 : 121-122].
La Inventio es aquello que el locutor debe encontrar para decir de manera que sea persuasivo. Debe
lograr que el público que escuche o lea ese discurso acuerde con lo que se dice, disponiéndolo a favor
del locutor y del objetivo de ese discurso. No es algo que se invente, son hechos que se encuentran a Commented [M3]: Más que hechos, afirmaciones,
disponibilidad del locutor en la elaboración de su discurso. enunciados, saberes…
De este concepto parten dos formas de lograr la persuasión a través del hallazgo de lo que se dirá: las
pisteis éntekhnoi y las pisteis átekhnoi. Las primeras son las pruebas que son parte de la técnica,
razones que el orador construye a través de los ejemplos (exemplum) y los entimemas (argumentum).
Las del primer tipo, los ejemplos, comparan teniendo noción de las analogías y de los contrarios,
logrando persuadir suavemente al público común. Éste tipo de prueba se observa en la cita a
continuación:

“Tampoco es obra del azar que muchas senadoras puedan votar en este recinto. Se lo debemos a las luchadoras
feministas que durante la historia de la humanidad han dejado sus vidas para que las mujeres votemos,
compremos al contado, ocupemos una banca.
Fueron combatidos durante siglos estos mismos argumentos que hoy se escuchan contra el matrimonio
igualitario, aplicado al género femenino. El mero hecho de nacer mujer condenaba a un recorte de derechos
(...)”. [Sra. DÍAZ 2010 : 59].

La senadora ejemplifica utilizando una analogía entre el caso de la limitación de derechos que las
mujeres han sufrido por su condición con el de los homosexuales, no reconocidos por la ley en igualdad
de condiciones a personas heterosexuales. Aun tratándose de distintos derechos, en ambos casos fueron
limitados por la ley vigente en ese entonces. Commented [M4]: Buena elección del ejemplo. Sin
embargo, el análisis queda un tanto limitado a repetir la
cita. Considerar la eficacia de tomar un hecho –el voto
Las pruebas del segundo tipo también pertenecen a la técnica, las razones que parten de lo que el femenino- que el perspectiva hoy se considera
público cree probable, desplazándose a lo que se quiera probar, generando un entimema (argumentum). naturalizado, incuestionable. Esta es la característica
“ (...) se parte de un punto que no necesita ser probado, y desde él se va a otro punto que tiene necesidad que la senadora quiere trasladar al matrimonio
igualitario.
de serlo; (...) extiende lo conocido (lo opinable) hacia lo desconocido” [BARTHES. 1985 : 130]. En la
siguiente cita se hace uso de ello:

“(...) el artículo 2° de nuestra Constitución Nacional reconoce el culto católico, apostólico y romano, no se trata
de una religión de estado y no todos deben profesarla. No hay ningún tipo de unión moral entre el estado
constitucional de derecho y la religión católica que permita trasladar los contenidos de dicha religión a la
sociedad civil en términos de regulación de derechos, sostuvo el doctor Andrés Gil Domínguez en este palacio en
la Comisión de Legislación General”. [Sra. DÍAZ. 2010 : 60].

La senadora emplea un entimema. Implícitamente, parte de que la iglesia se opone a la unión


matrimonial entre parejas del mismo sexo, seguido de que no existe ninguna relación entre lo que la
institución católica promueve, aconseja y prohíbe y lo que dictaminan las leyes, para concluir en que si
la institución católica lo prohíbe dentro de sus injerencias, el código civil no tiene por qué hacer caso
omiso de esta prohibición, siendo dos instituciones separadas. La conclusión se omite, generalmente,
por considerarse redundante, pero cabe mencionar, en las ocasiones que haga falta, la premisa que da
origen a todo el ejercicio entimemático. Commented [M5]: Bien, buena identificación y
observación acerca de la especificidad del entimema.
La categoría de hecho desarrollada por Olbrechts-Tyteca y Perelman funciona como una premisa sobre
la que se desencadenará la argumentación. Un hecho no es tal por su capacidad de ser impuesto a
cualquier clase de auditorio, incluso, cabe la posibilidad de que sea resistido y pierda así su estatuto.
Más bien, un hecho es tal cuando existe un común acuerdo sobre lo que se establece y no se observa
duda en el auditorio sobre ello. Se puede partir con seguridad en la argumentación. Es, lo que llaman los
autores, un tipo de acuerdo.
A partir de la categoría descrita, se observa en la intervención de la senadora Corpacci el uso de un
hecho como premisa de su argumentación: “(...) lo cierto es que, desde hace algún tiempo, algunos
jueces están autorizando los matrimonios que son una realidad en nuestro país, y estamos delegando de
esa manera una facultad que es del Poder Legislativo en el Poder Judicial.” [Sra. CORPACCI. 2010 :
61]. La senadora inserta un hecho que es la existencia de matrimonios homosexuales por ejercicio del
Poder Judicial en la autorización de la legalidad de esos matrimonios, adosando a sus facultades
Commented [M6]: Convendría ponerlo entre comillas.
jurisprudenciales facultades de tipo legislativas. Es decir, reconoce y exige el derecho a matrimonio para
personas homosexuales insertando como argumento la intervención del poder judicial en las Commented [M7]:
autorizaciones. Ese hecho, como premisa, deriva en la legislación del proyecto de ley cuando menciona Commented [M8R7]: Bien. El análisis es muy
que esa facultad de autorizar debería ser, más que del Poder Judicial, del Poder Legislativo. Delegar la interesante, aunque creo que requeriría un mayor
desarrollo. Tal como lo planteas, más que una prueba
autorización y que tome legitimidad jurisprudencialmente es delegar la legitimidad que debería ser de la existencia de estos matrimonios, lo que plantea la
legislativa. senadora es casi un desafío o una exigencia al mismo
poder legislativo.
Para seguir profundizando el análisis discursivo del corpus, se abarcara desde el punto de vista de la
categoría de Ethos, referida al orador. Al definir y observar el ethos se consideraran principalmente las
definiciones de Aristóteles. El ethos trata de aquellas actitudes que el orador construye sobre sí mismo a
través de lo que dice. Aristóteles recomendaba considerar tres elementos en la constitución del ethos:
prhónesis, el buen argumentar, del que desprende de sus razonamientos un buen argumento; areté,
mostrarse como una persona bien intencionada; euonia, ser amable con el público que escucha, evitar el
confrontamiento. A continuación se ejemplificará el uso de las cualidades a tener en cuenta mediante
citas seleccionadas del corpus.
En este primer fragmento se aprecia un gesto de amabilidad frente a la postura opositora, es decir,
Euonia: “(...) en primer lugar, me parece que es justo hacer un reconocimiento a la Comisión General de
Legislación, que ha recorrido el país para escuchar todas las opiniones, tanto a favor como en contra de
la aprobación de este proyecto (...)” [CORPACCI. 2010 : 61]. Es importante hacer énfasis que la
Comisión General de Legislación estaba integrada por mayoría de opositores. Quien dirigió dichas
palabras, la sra. Corpacci, se posicionó a favor del proyecto de ley, sin embargo, reconoce cordialmente
la labor de la parcialidad opositora. Dicha cordialidad tiene la función de presentarse como un locutor
amable.
En la siguiente cita se observa la aptitud del areté: “Entre las voces que se oponen a este proyecto,
escuché decir ‘unión civil sí, matrimonio no’, dándole la oportunidad de algo que dicen los equipara a
los heterosexuales. En mi concepción, nos equipararía si tanto los homosexuales como los
heterosexuales pudieran optar por la opción de qué quieren, si quieren matrimonio o quieren la unión
civil”. [CORPACCI. 2010 : 62].
Los argumentos expuestos demuestran la intención de conceder a los ciudadanos homosexuales los
mismos derechos que beneficiaban a los ciudadanos heterosexuales, desde unión matrimonial hasta la
crianza de hijos, etc. Se observa una buena intencionalidad para las minorías afectadas pero además, su
expresión deja ver formas concluyentes y determinantes de negar la supuesta equiparación y aseverar su
postura frente a la causa, por lo que ella cree que sería equiparar en derechos. Esta modalidad de
expresión son descritas por Barthes como “(...) franqueza que no teme consecuencias (...) expresiones
directas, marcadas de una lealtad teatral (...)” [1993 : 143].
Por último, prhónesis, referida en la siguiente declaración: “Si la propia iglesia niega el matrimonio
civil, ¿cómo es que se puede desconocer una categoría y, a la vez, pretender influir en ella?” [DÍAZ.
2010 : 60]. La intromisión del sector católico y las razones de su oposición a la unión matrimonial en
personas del mismo sexo, no tiene lugar por su desconocimiento a las facultades civiles de autorizar
dicha unión, tanto homosexuales como heterosexuales. Tal desconocimiento diferencia las instituciones
y, por tanto, los ejercicios del ámbito civil son distintos a los ejercicios del ámbito religioso. Barthes,
describe esta última cualidad como el que “(...) delibera bien, (...) un buen sentido que el orador exhibe
(...)” [1993 : 143]. Se halla este buen sentido en la sra. Díaz cuando demuestra la incompatibilidad de la
pretensión de influir en los ejercicios de una institución desconocida y diferenciada.

La tercer y última categoría a utilizar en el análisis del corpus es la de Presuposiciones. Para su


entendimiento, es importante incluir una distinción entre el significado lógico y los posibles significados
pragmáticos del enunciado (Lozano y otros. 1993). La interpretación que se tiene del significado lógico
se limita a lo que implican las proposiciones contenidas en el enunciado; en cambio, las posibles
interpretaciones del significado pragmático parten de proposiciones supuestas en la comunicación, sin
enunciarse ni aclararse; permanecen como algo por descontado: no es necesario decirlo. En el sentido
pragmático se entienden las presuposiciones. Commented [M9]: Buena aclaración.
El tipo de significado señalado es pragmático por la intención y el uso del lenguaje por parte del locutor
en su interacción comunicativa con otros interlocutores en contextos específicos. Esta intención y uso
del lenguaje hace que los enunciados que contienen presupuestos signifiquen algo más que lo
lógicamente implicado, algo que ha de presuponerse.
Este último tipo de interpretaciones son sugerencias que el locutor comunica. Tales sugerencias
implican un sentido distinto a lo que se expresa en un sentido literal. Esto es llamado implicatura por H.
P. Grice (1975). Hay implicaturas convencionales que corresponden a los significados convencionales
que poseen las palabras, e implicaturas conversacionales que son las que más interesan al caso.
En los actos comunicativos se hace presente un tipo de norma general que, según George Yule y Gillian
Brown en Análisis del Discurso (1983), Herbert Grice describe: “Haga su contribución a la
conversación tal como exige, en ese momento, el propósito o la dirección convenida del intercambio
conversacional en el que usted está participando”. Esta norma es llamada Principio de Cooperación, que
es posible por una serie de máximas que, en general, indican relevancia, información necesaria, orden,
etc. asegurando la inteligibilidad de los intercambios comunicativos. Estas máximas, al ser
transgredidas, supondrían el peligro de la inteligibilidad, pero mientras se respete el principio
mencionado genera que el significado de un enunciado ya no sea sólo el literal, se implica un significado
adicional, algo que por parecer “fuera de lugar” esté indicando otra cosa y como tal hace presuponer al
interlocutor esta indicación; esto es una Implicatura Conversacional. Cabe destacar que para que se de
esta forma de implicatura el interlocutor ha de poseer un conocimiento socio-cultural básico que le
permita reponer la “falta de inteligibilidad” por el significado en la dirección que indica el locutor al
transgredir tales máximas. Este proceso es llamado Inferencia.

La elección de este tipo de Presuposiciones, las Implicaturas Conversacionales, que de ahora en más se
le hará referencia como Implicaturas, teniendo en cuenta que descartamos las de tipo convencional para
el análisis, se fundamenta por la comprobación de la transgresión de esta serie de máximas en el
fragmento seleccionado del debate sobre el Matrimonio Igualitario. Las cuatro máximas generales,
siempre haciendo referencia al intercambio comunicativo, son: Cantidad, que indica la contribución
necesaria de información; no excederse ni contenerse. Cualidad, no decir lo que se crea falso ni lo que
carece de prueba. Relación, sea relevante en lo que dice. Manera, forma clara al expresarse,
manteniendo el orden y la brevedad, evitando la ambigüedad. (Grice. 1975).
El fragmento de la intervención seleccionada, en el que se Implica por la violación de estas máximas, es
el siguiente:

“(...) quiero expresar que soy católica, que envío a mi hija a un colegio católico y que espero -aspiro- que pueda
seguir concurriendo a ese mismo instituto; y que porque soy católica y cristiana, adhiero profundamente a la fe
religiosa y a los principios fundamentales que, para mí, tiene el cristianismo, que son la tolerancia, el amor al
prójimo, la solidaridad y la protección al desvalido”. [CORPACCI. 2010 : 63]

En esta selección se comprueba, principalmente, la infracción a la máxima de Relación. La senadora


confiesa sus creencias, que envía a su hija a un colegio católico y que tiene las intenciones de que esto
continúe así. Con lo cual, a los efectos que fue convocada al debate, es decir, pronunciarse en relación al
proyecto de ley en cuestión, su mención parece irrelevante. Al comprobar la irrelevancia del enunciado
se infiere un sentido distinto al literal. Aquí, cabe reponer el co-texto sobre el que se han expresado
Brown y Yule, como la importancia de la interpretación forzada que los enunciados pueden significar
debido a un enunciado efectuado anteriormente. En este sentido, importa la descripción que la senadora
hace de su provincia como “(...) netamente católica y donde la marginación, el ocultamiento y la
negación de los grupos gay y lesbianas son tremendos” [2010 : 61]. Por consiguiente, del enunciado que
confiesa su creencia, la asistencia de su hija a un colegio religioso y sus deseos de que esto continúe de
esa manera se infiere que la senadora implica una postura a favor del proyecto y que teme posibles
represalias por parte de los ministros de la institución colegial. Luego, otra posible transgresión a la
misma máxima, la de Relación, se comprueba en la segunda parte del enunciado donde afirma su
adhesión a valores de la tolerancia, el amor al prójimo, la solidaridad y la protección al desvalido porque
es católica y cristiana. Se puede cuestionar con qué intenciones enuncia tal cosa, con lo cual, cabe otra
nueva inferencia. En esta segunda parte, lo que se implica por la expresión es que su posicionamiento a
favor resulta de su adhesión a esos valores que tienen origen en su fe. La confesión de su catolicidad y la
adhesión a los valores que expresó presupone la razón de su posicionamiento. Commented [M10]: Muy buen análisis.

Es posible realizar un análisis de la transgresión de la máxima de Cantidad, pues podría resultar


innecesaria la información que la senadora otorga, lo cual señala que el significado que se infiere es en
el mismo sentido en que se indica al violar la máxima de Relación, del que resultó el análisis. Por otro
lado, la máxima de Manera parece desafectada, pues la expresión es entendible. Lo que sugiere un
significado determinado, el que se ha de presuponer, es la violación sobre la que se basó el análisis, la de
Relación, pues lo más evidente en la selección es que el enunciado no es relevante, a los efectos del
encuentro en el senado. Más bien, el sentido del mismo se ha de presuponer haciendo un ejercicio de
inferencia para hallar la interpretación que el locutor indica con lo que implica su expresión en tales
circunstancias.

Consigna III

Para la comparación de retórica y sofística se hará una descripción del surgimiento de la sofística y su
diferencia con la retórica por lo dicho en “Siempre la argumentación” del texto Los patrones de la
Argumentación de R. Marafioti (2005), para luego explicar los efectos de estructura que Bárbara Cassin
menciona en su texto El efecto sofístico (1995).
En Grecia, en el S. V antes de Cristo, se comprobaba un progreso económico, militar, político y
científico de envergadura para la época, consecuencia de la alianza de las dos ciudades-estados más
importantes allí en ese entonces: Atenas y Esparta. Desde el plano científico, se inició una búsqueda por
verdades y leyes universales en biología, cosmología, ontología. Ello derivó en una resistencia social
por este tipo de investigaciones filosóficas, ya que se creía un intento de abstraer al sujeto a
consideraciones generales del fenómeno humano. Toda ley formulada en ese sentido se interpretaba
como un peligro al libre albedrío y la individualidad.
En este contexto surge un ánimo por la confrontación con el pretexto de discutir la formulación de estas
concepciones: el debate como producto de una vida cada vez más democrática. La aparición de los
sofistas en la escena del debate político-social se correspondía al ánimo social, deseoso de respuestas a
las distintas problemáticas del ser humano, propias de una época de crisis que se gestaba por los
conflictos entre Atenas y Esparta, que más tarde derivaría en las guerras del Peloponeso.
Estos oradores se espicificaban en persuadir al público construyendo discursos que hacía considerarlos
verdaderos conocedores de la cultura general, capaces de dar las respuestas que la sociedad reclamaba
sobre los más variados temas. Sin saber cabalmente sobre las cosas, más bien formulando opiniones que
aparentaban verdades. Así, teniendo conocimiento de la aceptación general sobre determinados temas y
opiniones argumentaban sobre ello haciéndose de prestigio, pues, quien lograba dominar la oratoria y
expresarse sobre las ideas era respetado. Así, la sofística era, además de una práctica oratoria, un modo
de vida llevado por aquellos quienes creían en la relatividad de la verdad, lo cual era en realidad
verosimilitud. Creían poder expresarse sin ser sometidos a una ley, considerando la realidad humana
como problemática e inabarcable, atendiendo cada caso con especificidad, lo cual, en sus
argumentaciones, a veces los sumía en contradicciones.

Los sofistas y los filósofos compartían el uso de la palabra, aunque los métodos eran distintos. Mientras
que en los primeros los razonamientos constituían una elocuencia aparente, de opinión en opinión, en
los segundos la dialéctica de Sócrates, Platón y Aristóteles representó una gran técnica en la búsqueda
de la verdad. Estas verdades halladas, al igual que los sofismas, serían expresadas en la oratoria
buscando la adhesión del público sobre las tesis, lo cual constituía la retórica. En los sofistas, los
elementos de este proceder fueron las opiniones que poseían sobre el asunto, sin examinar las
consecuencias lógicas de las ideas que enunciaban. Sócrates, mediante el método dialéctico, llegó a
comprobar que toda opinión que se tenga sobre un tema es capaz de ser refutada mediante las preguntas
adecuadas, con lo cual, concluyó en que las opiniones, todas ellas, no soportaban el carácter de saber
estable propio de la ciencia. En este sentido, Platón, criticando los métodos deductivos de los sofistas,
propuso examinar las consecuencias de las proposiciones y escalar, descartando aquellas que se
contradecían, a una verdad o ley universal, una “(...) hipótesis superior, más universal, (...) que se baste
a sí mismo (...)” [MARAFIOTI, R. 2005 : 29]. Aristóteles, a diferencia de Sócrates y Platón, considera
útil la opinión, pues es capaz de generar un acuerdo sobre algo. La opinión es, en este sentido, un plano
de base para el razonamiento dialéctico: se parte de aquello que posee una adhesión común para llegar a
la tesis que se defiende como verdad a través de una técnica. Este concepto de técnica se evidencia en
las ideas de Aristóteles sobre los tipos de discursos. “A partir del relevamiento de las diferentes
tipologías se identifica una ‘técnica’ propiamente dicha y se establece un ‘tratado’ enunciando las reglas
de formación de los discursos existentes (...)”. [2005 : 31]. La ciencia, la dialéctica y la retórica se “(...)
[someten a] un mismo objetivo: la construcción de una verdad pero sobre la base de marcos
institucionales diferentes”. [2005 : 31]. Cabe diferenciar estos marcos. La dialéctica de Platón propone
un diálogo corto entre interlocutores que se da, generalmente, en ámbitos privados, teniendo como
propósito el hallazgo de la verdad. La retórica, por su parte, es un diálogo extenso que se da en sitios
donde se prevé la presencia de un auditorio a quien se dirige el discurso pero, al modo aristotélico, es
posible hacer funcionar la actividad dialéctica. Como lo plantea Aristóteles, a modo de técnica y
método, la retórica está compuesta por cinco partes distintas: Inventio, Dispositio, Elocutio, Memoria y
Actio, la cual cada una tiene una función específica que le da forma al discurso. Además, de éste, se dan
tres formas categorizadas según el género: Deliberativo, Epidíctico y Judicial, que caracterizan el tipo
según la ocasión y el ámbito donde se pronuncia.
La relación entre sofística y retórica, haciendo una salvedad por los elementos a utilizar en la
argumentación, bien opiniones o creencias, bien opiniones para llegar a verdades, se da en el fin que
comparten: persuadir. En ambos casos lo expuesto se da con carácter de verdad sin que el público
conozca, necesariamente, sus fundamentos. Para ello, la retórica, a diferencia de la sofística, se
estructura mediante una técnica y géneros que la caracterizan. La sofística no contiene estructura y
género, orden establecido por Aristóteles. Como se dijo, los sofismas son relaciones entre opiniones sin
examinar que aparentan la elocuencia de la filosofía, pero como la retórica, se sostienen argumentos
como verdades, capaces de ser trasladadas al auditorio. Commented [M11]: Buena conclusión.

En la Presentación de El efecto sofístico de B. Cassin trata los efectos que tuvo la sofística en la
constitución del sentido. Primero apunta al efecto de delimitación de la sofística sobre la filosofía.
Luego trata la idea de dos tipos de sofística, la primera y la segunda, que son producto de un desarrollo
Aristotélico en su tarea de relegar los sofismas fuera del sentido de las palabras.
Para describir el primer tipo, se remonta al artefacto platónico, crítica y constitución de la sofística por
Platón, considerándola un alter ego de la filosofía, una “(...) filosofía de la apariencia y apariencia de la
filosofía” [CASSIN, B. 1995 : 15], pues en sus diálogos, dice que la misma no busca la verdad, a través
de la opinión constituye una coherencia aparente que es en realidad un vacío enciclopédico adornado, en
vistas del bien personal y el dinero. El efecto sobre el que Cassin habla refiere al hecho de que la
sofística, al ser relegada como algo distinto, es en realidad una fuerza que constituye a la filosofía en la
medida en que ésta última intenta continuamente no ser aquella primera. El segundo tipo de efecto
deriva de un análisis que ella titula como una historia sofística de la filosofía (Cassin. 1995). Este
análisis hace referencia al carácter performativo del lenguaje, citando a Gorgias que manifiesta, en su
Tratado del no ser, la capacidad de producir el objeto, más que referirse a él (performance). En esta
dirección la autora propone considerar logología los efectos que tiene el lenguaje sobre la concepción
real de las cosas: “(...) las obras del sofista orador nos permiten comprender qué tipo de mundo crea el
logos”. [1995 : 19].
Esta perspectiva sobre el efecto de la sofística es producto del esfuerzo de Aristóteles por cuestionar las
proposiciones sofísticas, haciendo notar la contradicción que puede significar razonar a través de las
sensaciones y opiniones, a su vez que reduce el sofisma a la repetición sin sentido de lo que dice ya que
muchas veces aquello sobre lo que se opina o se siente no es posible argumentar. Esta crítica es a la que
se refiere como primer sofística, de la que “(...) los filósofos hablan”, según Cassin (1995). La segunda
parte de una lucha de sentido entre sofística y filosofía. Producto de lo hecho por Aristóteles, es posible
considerar la logología de la sofística donde se “(...) abre y regulariza la posibilidad de decir cosas que
tengan un sentido, sin decir cosas existentes (...) ya no [como el] significante sin sentido, sino del
sentido sin referencia” [1995 : 20]. Es posible, entonces, a partir del sin sentido sofístico que propone
Aristóteles, a través del poema y, más adelante, la novela, significar y provocar un sentido que interese,
que se considere necesario e importante por el auditorio, sin referir a lo real, lo cual constituye un hecho
retórico. Allí otra posible relación entre sofística y retórica. A partir del sin sentido sofístico que
constituyó el filósofo se pueden decir cosas que tengan un sentido real en el mundo (logología) para el
auditorio.

Segunda parte. Consigna IV.

Continuando con el análisis discursivo, se hará uso de las categorías de verdad, saber, y poder que M.
Foucault propone para comprender las disputas discursivas. Seguida de estas, se observará mediante qué
mecanismos internos y exteriores al discurso se efectúan lo que el autor llama procedimientos de
exclusión.

Dentro del congreso se halla un grupo de senadores que exponen argumentos y contraargumentos: dan
las razones de su postura. En el ejercicio de su enunciación, el senador constituye su argumentación,
apoyándose en verdades suficientes y razonables que funcionan como estructura coherente de su
discurso. Lo que pretenden acercar los oradores es una verdad; según los valores que el orador posea y
sobre los que su discurso se pronuncie, ofrecerá un discurso verdadero. En el recinto se da entonces una
disputa múltiple sobre la verdad. Cada orador cree tenerla y en consecuencia se enuncia. Y lo que
enuncia posee valor de verdad cedido por el saber y el poder que detenta el orador. El senador tendrá a
disposición una batería de argumentos, razones y conocimientos, un saber, que ayudará a configurar un
discurso verídico, que contenga la verdad en lo que dice. A continuación, se citará un fragmento del
debate que refleja la noción de verdad, no tanto en el discurso mismo, sino los efectos que se generan
cuando se discute su valor:

“(...) siempre que uno intenta cambiar algo sale la teoría del caos, de lo terrible que va a ser el cambio; y no es
porque sí, es porque todo cambio siempre genera cierta tensión, y no está mal. Hoy nos parece natural que un
negro se case con un blanco (...). Sin embargo, (...), pasó mucho tiempo para que la sociedad aceptara que eso es
normal.” [CORPACCI. 2010 : 62].

Aquí la senadora evidencia los efectos de la disputa. Aquello que las personas creen como verdadero,
según lo que se les enseñó, será discutido y se generará una discrepancia entre los que unos piensan,
dicen, proponen en relación a concepciones distintas sobre el mismo tema: la disputa misma del valor de
verdad. Ésta disputa surge del saber que posea el orador pues, el contenido de sus enunciados
equivaldrá al conocimiento acumulado y la capacidad que tenga éste para defender el valor que adjudicó
a su enunciado y para quitárselo a otros: “Hoy se está debatiendo un proyecto de ley (...) que lo que hace
es extender la regulación del matrimonio civil. Considero importante hacer hincapié en esto de ‘civil’,
porque no estamos regulando sobre un principio religioso, materia que, por supuesto, no corresponde al
Congreso (...)”. [CORPACCI. 2010 : 61]. La razón de este enunciado se halla en la disputa del sentido
de verdad que la postura a favor mantiene con la postura opositora. El argumento de que el matrimonio
no puede ser concebido civilmente entre personas del mismo sexo se origina de un saber inculcado por
la institución de la Iglesia. La senadora contraargumenta este saber y a su vez disputa el sentido de
verdad con el saber que expone, este es que la Iglesia y el Estado funcionan institucionalmente con
autonomía, uno del otro. Allí la relación entre saber y verdad. Ese valor sobre el saber, “saber
verdadero” que el orador posee, tiene origen en toda una imposición de cuestiones que gozan de ese
valor y tal imposición no sería posible sin un poder para hacerlo: para imponer. La institución (familia,
escuela, religión, ámbito académico/universitario) es la que lo domina y nos forman con esas verdades y
saberes.
El poder y saber hacen, en parte, la verdad. El poder (instituciones), a través del saber, de lo que se
aprende, de lo que se tiene como conocimiento, produce cosas, induce placer, forma saber, produce
discursos (Foucault. 2004). Configura lo verdadero, la verdad; y el saber se sirve de ésta en las
cuestiones que las instituciones nos acercan en materia de conocimiento y dan origen al poder, en la
medida en que a través de lo que se sabe se tendrá influencia, voz autorizada, en determinadas
disciplinas: políticas, económicas, científicas, etc. En éste caso, el poder de los oradores consiste en la
eficacia que la disputa del sentido de verdad tenga, en base a sus saberes, influyendo en la votación del
proyecto. Así se conforma una tríada de categorías que funcionan en la disputa discursiva.

La otra categoría a utilizar propuesta por M. Foucault tiene el nombre de procedimientos de exclusión,
que a su vez se subdivide en otras tres. Primeramente, se mencionará la de prohibición, esto es todo
aquello que no se pueda decir en cualquier circunstancia “Tabú del objeto, ritual de circunstancia,
derecho exclusivo o privilegiado del sujeto que habla” [FOUCAULT, M. 2005 : 12]. La prohibición
sobre el discurso recae por su vinculación con el deseo y el poder que los enunciados conjuran,
desplazan, trastocan. Pues el discurso mismo no es la manifestación de las disputas de sentido, es
también “(...) aquel poder del que quiere uno adueñarse.” [2005 : 12]. Tal prohibición se puede pensar
en términos del rehuso que tienen algunas personas respecto al tema de la homosexualidad. Se sabe,
pues, que hablar de ello no resulta fácil en ciertos ámbitos institucionales. El hecho de que algunos
sectores de la población hayan considerado un tema menor el tratamiento del proyecto en el senado nos
habla de una intención de acallar la cuestión, prohibirla.
La segunda subcategoría que conforma la exclusión discursiva es la de separación y rechazo. Foucault
nos ejemplifica este modo de exclusión con la palabra de los locos y la dicotomía entre razón y locura.
“(...) el loco es aquél cuyo discurso no puede circular como el de otros” [2005 : 13]. Nos habla de la
incapacidad de que su palabra sea tomada como válida, de cómo su utilización se reducía al
reconocimiento del loco y de su locura expresada, para separarlo de la razón, de lo que tenido en cuenta,
y así rechazarlo. Caso similar el de los homosexuales en su reclamo por sus derechos como ciudadanos.
No han tenido lugar al reclamo, legislativamente hablando, en Argentina y sudamérica, hasta el
tratamiento del proyecto en el senado, recién a comienzos del siglo XXI. “La discriminación histórica de
las minorías sexuales se corresponde con esta ausencia y falta de reconocimiento en la legislación”
[DÍAZ. 2010 : 59]. El reconocimiento de los sectores LGTB en el senado con su discusión concede a su
vez valor a los discursos que provengan de esos sectores.
Por último, la subcategoría de lo verdadero y lo falso. Íntimamente relacionada con la noción de
voluntad de verdad. Son separaciones arbitrarias que tienen su sostén en un sistema de instituciones
(educación, formas de circulación, aceptación de discursos, bibliotecas, formas de edición) a través de
las cuales se imponen y clasifican los discursos en su distribución y valorización, ejerciendo un poder
sobre estos, limitando su circulación, adaptando unos, prohibiendo otros, constituyendo una verdad,
conformando un discurso particular. Esa voluntad misma de poder, del deseo de adueñarse del discurso
verdadero y hacer funcionar así sus argumentos en defensa y propagación de las posturas, es lo que se
observa en cada discurso. Es la intención de los senadores en sus enunciados: considerar lo propio como
verdadero y lo opuesto como falso en cuanto a los intereses observados sobre la legislación del proyecto
de ley de matrimonio igualitario.
Consigna V.

Para el desarrollo de la consigna V se seleccionó el corpus “La discusión por la hegemonía” que reúne
textos de José Natanson (“El macrismo no es un golpe de suerte”, Página/12, 17/08/17; “¿Hegemonía
macrista?”, 13/09/17), de Rocco Carbone y Nuria Giniger (“¿Un nuevo proyecto hegemónico?”,
Página/12, 21/08/17) y de Pablo Semán (“Hegemonía y Hegemoína”, Revista Anfibia, 24/10/17). Como
pide la consigna se hará una breve contextualización del debate político al que apuntan los textos y
luego, de los tres conceptos a utilizar en sus análisis, el primero será el de campo, seguido de habitus y
prácticas - estrategias, elaborados por P. Bourdieu que aparecen en Pierre Bourdieu. Las prácticas
sociales. de Alicia Gutierrez.

Consigna V. a).

El mes de agosto de 2017, el medio periodístico Página/12 publica un breve texto de José Natanson
titulado “El macrismo no es un golpe de suerte”, en el que desarrolla las diferencias que el actual
gobierno expresa en relación a las conducciones anteriores y las tendencias de las que se sirve para
tomar la imagen de una clase política renovada y moderna, que atiende a las problemáticas de la nueva
era, descritas como “más allá” de la seguridad material y económica. Luego, en su texto “¿Hegemonía
macrista?” el autor detalla las clases sociales que han sabido representarse con el gobierno de
Cambiemos. Describe el origen de los votos como una “coalición policlasista” (Natanson. 2017), en lo
que incluye al núcleo sojero hasta la clase media, pasando por el trabajador meritocrático del
conurbano (Natanson. 2017). Por su lado, Pablo Semán nos acerca una mirada que critica la inoperancia
de C. Kirchner en asumir la responsabilidad y los costos políticos de las decisiones que ha tomado en
definir las estrategias de campaña. Todos sus errores resultaron en clases populares sin representación y
la deslegitimación del discurso kirchnerista, producto de malas interpretaciones de la posición de la
fracción política que representa, sin asumir las derrotas que han sufrido en los últimos años.
Cambiemos, por su parte, supo hacer una lectura consciente de los fenómenos sociales más urgentes,
elaborando discursos políticos para el caso: “(...) a través del uso del Big Data, Datamining y
Microtargeting, le da una superioridad estratégica en el scanneo de la sociedad (...)” [3 : 2017], además
de recolectar a los desahuciados del kirchnerismo quienes “(...) [expresan] inconscientemente su
bancarrota política en la voluntad de exilio y el desprecio al votante luego de haber pasado por la
indolencia y la relativización socarrona de las causas de corrupción”. [5 : 2017].
Finalmente, Rocco Carbone y Nuria Giniger nos exponen cómo la sociedad argentina ha votado un
nuevo modelo neoliberal que contraviene las medidas progresistas de los gobiernos electos en
sudamérica a fines de los años noventa. Estos nuevos proyectos hegemónicos neoliberales disponen
(imponen) a la Argentina modelos económicos de corte liberales con el fin de ajustarse al mercado
global, cuando la realidad, defienden los autores, es que Argentina no es más que un país periférico, sin
proyecto ni promesa de bienestar reales.

Mauricio Macri asumía en diciembre de 2015 la presidencia de la nación luego del ballotage entre él,
actual presidente, candidato del frente Cambiemos, y Daniel Scioli, candidato del justicialismo. Dicho
frente político supo gobernar durante más de una década desde el año 2003 con la asunción del
expresidente Néstor Kirchner y la sucesión de Cristina Fernández de Kirchner en dos oportunidades,
siendo electa en los años 2007 y 2011. Al modelo Kirchnerista, que supo ocupar la presidencia durante
tanto tiempo, bloque político que mantuvo incluso hasta el año 2015 mayoría en cámara de diputados y
senadores, que promovió políticas en vistas de recuperación de la soberanía nacional y la integración
social pareció, de pronto, acabársele los efectos de su fórmula.
Un fantasma que ganaba cuerpo desde principios de década, obteniendo una modesta cantidad de bancas
en diputados y senadores desde la segunda mitad de la década del 2000, Propuesta Republicana, lograba
hacerse un lugar en la política argentina teniendo como líder a Mauricio Macri quien fue, por ese
tiempo, jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Más tarde, conformando la alianza
Cambiemos junto a la Coalición Cívica y la Unión Cívica Radical lograban la presidencia de la Nación
y ya en las elecciones legislativas de 2017 conformaban primer minoría en cámara de diputados y
segunda minoría en cámara de senadores.
El corpus seleccionado contiene textos que expresan un análisis breve de las estrategias que la coalición
Cambiemos desarrolló en su candidatura y durante su mandato para afianzar su posición de fuerza
política hegemónica luego de la era Kirchner en Argentina. El debate de los diferentes autores se da en
base a el recorrido de esta coalición relativamente nueva, qué perfil posee, cuáles son sus
identificaciones, a qué ciudadano apunta su discurso y de qué forma lo hace en comparación al anterior
mandato. En definitiva, qué lo hace ser lo que es hoy en día, una nueva fuerza política, distinguida por
su diferencia con otros partidos.

Consigna V. b)

Alicia Gutierrez define la noción de campo a través de una cita de Bourdieu: “‘espacios de juego
históricamente constituidos con sus instituciones específicas y sus leyes de funcionamiento propias’
(Bourdieu, P., 1988b; 108)” [GUTIERREZ, A. 1994 : 31]. Son entonces, sitios definidos de lucha en el
que los agentes (Gutierrez 1994), y las instituciones libran una batalla por el dominio y la acumulación
del poder, del capital. Allí permanece un común acuerdo que define qué leyes condicionan las
estrategias de lucha y principalmente qué es lo que allí está en juego. Como resultado de estas disputas
se constituye una estructura de distribución del capital en el que los agentes obtienen cantidades
desiguales del mismo, según la posición ocupada en las relaciones de fuerza que allí se originan. Estas
posiciones se definen entre quienes conservan en mayor medida este capital, deseando que la estructura
permanezca en su beneficio, y entre quienes disponen en menor medida del mismo y lo disputan.
Las luchas libradas en el seno del campo son resultado de formas históricas de acumulación,
distribución y subversión del capital en juego, caracterizando la definición y redefinición constante de la
estructura que presenta en su interior y en sus límites, es decir, en qué grado se considera su autonomía
(en relación a otros campos) y en qué grado la influencia sobre otros.
En el corpus “La discusión por la hegemonía” se hallan cuatro artículos de los cuales se pueden decir
hablan de un mismo asunto: cómo la nueva coalición política Cambiemos ha logrado derrotar
políticamente al partido Justicialista. Esto se da en el campo específico de la política, con lo cual,
referenciando a lo expuesto por A. Gutierrez, hablamos del campo político. Allí, la distribución de
fuerzas ha sufrido una subversión. Es cierto que en cada campo se ejerce una disputa por el capital que
allí reside, para poder hacerlo es preciso poseer formas determinadas de capital que generen efectos
decisivos. Así, Bourdieu distingue cuatro formas predominantes: capital cultural, relacionado a
conocimientos en ciencia y arte, capital social, como aquellas relaciones que los agentes mantienen
entre sí reconociendo beneficios de distinto tipo, potencial o real, en ellas; capital económico, aquel
capital que represente poderío material y capital en términos de riqueza (el cual Bourdieu distingue
como el más predominante de todos) y finalmente el capital simbólico que funciona como un poder de
reconocimiento y legitimidad sobre sí y sobre los poderes que uno posee y ejerce sobre los demás.
Mediante el análisis de los textos sobre la hegemonía macrista se puede entender que la subversión en la
estructura interna del campo político gira en torno al empoderamiento del capital de tipo simbólico.
Cambiemos, mediante las distintas formas de operatividad discursiva que ha generado sobre hechos de
interés actuales y a la deslegitimación de su opositor, el justicialismo, se ha hecho en mayor medida de
este que su rival. Respecto a lo primero, Semán escribe: “Cambiemos no sólo recoge a los heridos del
período de predominio político electoral del kirchnerismo sino, más profundamente, inquietudes que
resultan de transformaciones sociales y culturales que se incubaron en las tendencias evolutivas más
profundas en la sociedad argentina (...)” [3 : 2017]. Con lo cual el autor nos habla del uso de
herramientas como Big Data, Data Mining y Microtargeting, haciendo notar la ventaja que puede
representar en la producción de discursos simbólicamente legitimados en la sociedad. La ventaja se
traduce en la constitución de nuevos discursos, apuntados a tipos específicos de ciudadanos en el que
Cambiemos reconoce una fructífera fuente de votos. A través de sondeos generales de consumo,
conectividad en redes sociales y telefonía, rastreos de mapas de recorridos, búsquedas en internet, y todo
tipo de recurrencias a determinados lugares (físicos y virtuales) capaces de almacenar en forma de datos
son utilizados para configurar discursividades en base a los datos arrojados por estos sondeos. De esta
forma, aquella fuente de votos reconoce una forma de conección o comprensión, en cuantos a intereses y
opiniones, por parte del interesado en cuestión, en este caso, el partido político Cambiemos, de manera
que pondera y legitima las propuestas y múltiples identidades de las que se apropia y presenta frente al
ciudadano apuntado. A su vez, el kirchnerismo, hizo lo suyo para desmejorar su imagen política y
reducir sus niveles de capital simbólico. Aparte de los hechos de corrupción sobre que se los acusa y
distintas medidas económicas que han desembocado en puntos de inflexión graves en la historia del
kirchnerismo, como la referencia que hace el autor a la “batalla de la 125”, el justicialismo no ha podido
interpretar las derrotas electorales, producto de su falta de capacidad para adaptarse a nuevas estrategias
discursivas y abandonar viejas fórmulas peronistas, en lo que Semán, al final de su nota, se pregunta:
“¿Habrá en la oposición alguien que, además de reivindicar un supuesto paraíso perdido, pueda leer la
sociedad y activar propuestas de futuro?” [6 : 2017].
En el campo político es un supuesto considerar que quienes juegan allí tienen sobre sí un patrimonio
muy grande de capital de tipo económico, social y cultural. Lo que define realmente la superioridad de
un agente sobre otro es la legitimación que las personas tienen sobre él, sobre el poder que ostenta y
puede ejercer. En este caso en particular, el poder se ejerce sobre quien posee “menos legitimidad”
dentro del campo (kirchnerismo y otras fuerzas de menor consideración) y al resto de la población a
través de los cargos políticos que pueda llegar a conquistar a fuerza de la legitimidad de su capacidad de
gobernar. Esta legitimidad es garante de la posesión de capital simbólico efectivo,“‘(...) semejante a una
verdadera fuerza mágica: una propiedad que, por que responde a ‘expectativas colectivas’, socialmente
constituidas, a creencias, ejerce una suerte de acción a distancia, sin contacto físico’. (Bourdieu, P.,
1994: 189)” [GUTIERREZ, A. 1994 : 39].

Continuando con en análisis del corpus, se hará uso de los conceptos habitus y práctica - estrategia para
abordar el proceso de autosocioanálisis que A. Gutierrez explica sobre el reelaboramiento de estrategias
de acción en campos específicos del medio social. En este caso, se acompañará con las estrategias de
imagen y asesoramiento político de las cuales Macri se ha servido para desplazar la hegemonía Kirchner
y concentrar en él y su grupo de funcionarios la legitimidad ó capital simbólico del que se habló
anteriormente.
El habitus es explicado a lo largo del capítulo III “Las estructuras sociales internalizadas o lo social
hecho cuerpo” como principio que genera prácticas y representaciones que los agentes interiorizan del
medio social en donde están inscriptos. Son disposiciones que se hallan en forma de pensamientos,
modos de actuar, de sentir, de expresarse, representaciones e ideas, teniendo origen en condiciones
exteriores e históricas, proporcionando al agente un habitus según la particularidad de los
condicionantes mencionados. Es decir, las condiciones exteriores e históricas dan forma a una estructura
que estructurará el comportamiento y las prácticas de los agentes. En el texto “¿Un nuevo proyecto
hegemónico?” de Carbone y Giniger se halla una referencia hacia la idea de la percepción y
representación que tenía Alfonsín sobre la democracia, que había sido restaurada luego del gobierno de
facto que operó desde mediados de la década de los setenta y comienzos de los ochenta en Argentina.
Ellos citan al respecto: “con la democracia se come, se cura, se educa” [CARBONE, R. y otros 2017 :
3]. Allí se puede indicar la importancia que tienen los condicionantes exteriores a la constitución de las
representaciones, del habitus. Cómo la idea de democracia que los autores le atribuyen a Alfonsín es
distinta a la de los líderes del menemismo y los ciudadanos que lo votaron, quienes impulsaron lo que se
describe como “(...) [el] jaque del gobierno democratizador de Alfonsín (...) para configurar una
hegemonía neoliberal, cuya promesa de futuro era el ascenso social orientado hacia el individualismo, el
consumo en Miami y otras aspiraciones anticolectivas.” [2017 : 4]. La representación del concepto de
democracia de los ciudadanos de fines de la dictadura cívico-militar en Argentina es distinta, por
condicionantes distintos, a la que se poseía en los años noventa, recalcando la propiedad histórica de la
conformación del habitus.
La percepción de las prácticas que tienen los agentes sobre sí, se da también en la observación de los
agentes que integran su mismo medio: perciben sus prácticas y las de otros agentes. A esto se refiere la
autora cuando alude al concepto de habitus como estructura estructurante (Gutierrez, A. 1994): las
prácticas son disposiciones adoptadas dentro de lo considerado “razonable” en un campo determinado,
de lo que se ha de hacer en una situación determinada. Esta capacidad de actuar en consecuencia,
adecuadamente, es el sentido práctico que los agentes poseen producto de “(...) la historia objetivada y
la historia incorporada. Por ello, tiene a la vez, un sentido objetivo y un sentido subjetivo: es producto de
las estructuras objetivas del juego (...) y de las experiencias de los agentes en ese juego (...)”
[GUTIERREZ, A. 1994 : 68]. Así la noción de habitus considera a su vez la historia personal del
agente: la experiencia que ha acumulado. El sentido subjetivo que menciona Gutierrez, dentro del
sentido práctico que los agentes conforman en el rigor del juego dentro del campo (político), es decir, a
través de la experiencia, puede ser repuesta tanto en Mauricio Macri como en Cristina Kirchner por su
actividad política o cercanía con personajes políticos de alto peso. Macri, por su lado, fue jefe de
gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en dos oportunidades. C. Kirchner, debió adquirir las
destrezas en el juego político por su roce político como diputada en los años noventa y recorrido con su
esposo y presidente de la República Argentina, Néstor Kirchner.
La aplicabilidad de estas prácticas se relaciona con el sentido del juego que tienen los agentes dentro de
un campo determinado, refiriéndose a la capacidad de los agentes para improvisar prácticas luego de un
análisis global e instantáneo (Gutierrez, A. 1994) de situaciones específicas que le suceden. Este sentido
del juego es posible por las regularidades que se dan en el que están insertos. Bourdieu se refiere a ello
en una cita hecha por Gutierrez como “‘(...) el lugar de regularidades. Las cosas pasan en él de manera
regular.’ (Bourdieu, P., ob. cit.: 72)” [1994 : 70] y lo llama regularidades objetivas. A base de estas
regularidades es que se puede hablar de las estrategias que los agentes impulsan en sus prácticas. Los
intereses según la posición que se ocupa en el campo específico determinan las estrategias, sin ser el
agente que las efectúa consciente de ello. Es así que en ocasiones, las prácticas orientadas al interés
objetivo de la posición que se ocupa dentro del campo, siendo producto de condicionantes estructurales
e históricos específicos, a veces no se ajusta en buena forma a las circunstancias que atienen al agente
involucrado, ya que los nuevos condicionantes estructurales e históricos son distintos a los que formó el
habitus que estructura las estrategias.
Similar al ejemplo de Alfonsín y el menemismo sobre la democracia, el kirchnerismo ya no pudo hacer
uso de las representaciones que los votantes se construían sobre su gestión, sobre los objetivos de su
mandato: “(...) a partir de 2003, los gobiernos kirchneristas recuperaron muchas de las demandas
populares para realizar una parte sustantiva de su programa de gobierno (...)” [CARBONE, R. y otros.
2017 : 4]. Como Natanson describió “El macrismo ha logrado expresar también ciertas marcas de la
época.” [2017 : 2]. Ideas atractivas a sectores de clase media que gozan de bienestar. “(...) la importancia
al cuidado de uno mismo (...)” [2017 : 2] relacionado a valores pos-materiales (Natanson. 2017),
distinto a las ideas de sacrificio que el autor relaciona con la gestión kirchnerista, los cuales poco han
ayudado en la legitimidad de su gobierno. Sus ideas ya no son propias de esta nueva era. La
representación (habitus) que los votantes tienen sobre un gobierno legítimo, ideas y proyectos a futuro
no son las que el kirchnerismo ofrecía.
Bourdieu introduce una nueva característica en la conformación de un habitus, de estrategias y
prácticas. Mediante un proceso de autosocioanálisis (Gutierrez, A. 1994) el agente puede dar cuenta de
sus condicionantes y disposiciones, para reconfigurar su habitus y reelaborar estrategias que se adapten
a las situaciones de juego dentro del campo en que está inmerso. Aquí es posible introducir una hipótesis
al respecto que dará cuenta del proceso mencionado por Gutierrez, relacionado al habitus y las prácticas-
estrategias. Semán nombra, dentro del “(...) comité ejecutivo de gran predicamento (...)” [SEMÁN, P.
2017 : 10] de la fuerza Cambiemos, además de Mauricio Macri y Marcos Peña, a Durán Barba. Se sabe,
pues, éste último es asesor político y consultor de imagen del actual presidente y como tal es encargado
de sus formas de operar y visibilización. Podría ser entonces que parte de las estrategias discursivas que
ha mostrado Cambiemos: el combate contra el narcotráfico, la diferenciación con los gobiernos
neoliberales de los noventa y su auto-reivindicación como fuerza política desligada de los vicios y las
mañas de las agrupaciones tradicionales que menciona José Natanson en “El macrismo no es un golpe
de suerte”. Sumado a las preocupaciones que el gobierno muestra sobre los intereses particulares de los
ciudadanos, de lo que es síntoma el timbreo que formó parte de las campañas de Cambiemos, también
mencionadas en el mismo texto, y agregando, como último aspecto acercado por Pablo Semán, la
inoperancia del kirchnerismo en asimilar su derrota política y falta de innovación discursiva en contraste
con las herramientas de sondeo social que posee el macrismo, podría ser considerado como estrategias
de campaña. El origen de estas estrategias es el centro de la hipótesis. Durán Barba, como parte del rol
que ocupa dentro de Cambiemos, ¿ha hecho un análisis social de las ideas, conductas, representaciones,
formas de actuar, de las disposiciones y condicionantes del votante argentino para configurar una red de
estrategias políticas en pos del triunfo electoral de Cambiemos? Desde este interrogante, se puede
considerar un proceso similar al de autosocioanálisis que propone Gutierrez, donde permite explicitar las
posibilidades y limitaciones que permiten la modificación de sus prácticas y estrategias para conseguir,
en el caso del campo político argentino del siglo XXI, la legitimidad que requiere un nuevo orden
hegemónico.

Consigna VI.

En “Lingüística y Política” Alejandro Raiter nos expone cómo la Ideología Dominante (2008),
entendida como sistema de referencias, creencias y prácticas, es aprehendida por las distintas clases
sociales, dominantes y dominadas, a través del Discurso Dominante (ibid., 2008), el cual es un sistema
de referencias de signos lingüísticos que determinan la circulación, producción y significación de
palabras y discursos. La función última de referenciación discursiva es determinar el valor de
verosimilitud (ibid., 2008) que puede poseer un discurso. El efecto de su enunciado configura la
ideología que poseen las distintas clases a través del significado impuesto concedido a los diversos
fenómenos de su medio social formadores del sistema de referencias y creencias, entendido como
Ideología Dominante. En base a la referencialidad (ibid., 2008) impuesta por el Discurso Dominante
surgen otros tipos de discursos. Primeramente, los discursos Opositores (ibid., 2008) del dominante, que
funcionan con la misma base de referencias impuestas. Se niega el valor adjudicado por la
referencialidad, sin cuestionar realmente su dominación, pues, al tener una postura opuesta reconoce el
origen de los enunciados y discursos. Por otro lado, los discursos de tipo Emergente (ibid., 2008) son en
cierto sentido opositores al Discurso Dominante. En su formulación discursiva no se utilizan elementos
y referencialidades anteriormente valoradas como verosímiles, sino que se crean significados nuevos,
desplazando el origen dominante de los discursos, y obligando a todos los otros, a reconocer el origen
que se impone como alternativa. El desarrollo teórico de Raiter en la función del lenguaje de la
Dominación de Clases, es posible por el desarrollo teórico de Louis Althusser acerca de los aparatos de
Estado. De los cuales, se diferencian dos tipos: primeramente, aparatos represivos que utilizan la
violencia física para asegurar el adoctrinamiento ideológico, en su castigo, a quienes intentan revelarse
al orden impuesto. Por otra parte, desarrolla los aparatos ideológicos que tienen como función asegurar
el orden impuesto a través de la enseñanza en instituciones de diverso tipo: la familia, la iglesia y la
escuela, siendo esta última la dominante en su función.
Raymond Williams, en Marxismo y Literatura también trabaja la constitución de la ideología, la cultura
y la hegemonía. Su desarrollo sobre estos conceptos de la teoría marxista están casi en contraposición
con Raiter y Althusser, ya que presenta al análisis de la cultura como un proceso activo. La continua
constitución de la ideología dominante y los efectos en la cultura son explicitados por el autor en tres
conceptos que hablan de los componentes del proceso hegemónico: Tradiciones como valores y
prácticas seleccionadas de formas sociales anteriores, Formaciones como tendencias y movimientos que
se dan en el seno de la cultura e Instituciones, por último, como significados, valores y prácticas selectos
y específicos, necesarios de aprender bajo formas sociales y educacionales, que funcionan como límite y
presión de la ideología dominante. Estos componentes a su vez dan pie al desarrollo de las
interrelaciones que se observan entre ellos, desde conceptos que identifican los elementos (prácticas,
significaciones, valores) hallados en los procesos culturales. En relación a los dominantes, existen
elementos residuales tomados de formaciones o instituciones anteriores; dichos elementos nos
evidencian el papel de las tradiciones en la cultura. Además de estos, también se encuentran los
emergentes como alternativos u opositores hallados en bases sociales usualmente dominadas que toman,
como lo residual, elementos de formaciones e instituciones renovando su adaptación en la cultura. Todas
estas formas evidencian el proceso que es descrito como el autor como activo, donde necesariamente se
hallan contradicciones y confusiones en las formas ideológicas incorporadas. Dicho proceso da pie a
considerar el sistema hegemónico como orgánico y cambiante por sobre la descripción estática y
rígidamente estructural de infraestructura y superestructura, como es descripta en forma general la
sociedad en otras teorizaciones marxistas.
La diferencia establecida entre R. Williams y A. Raiter y Louis Althusser es a través de las
formulaciones teóricas que acogen la característica hegemónica de los sistemas culturales de las diversas
formas sociales, a través de un análisis histórico y documental, donde se aprecian las especificidades de
las estructuras sociales a analizar, apreciando las formas que adoptan, en la incorporación y rechazo de
valores, significados y prácticas.

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