Ibagué-Tolima 2016 -Evolución violinista en el s. XX Desde mi experiencia personal, la música encierra un nivel de misticismo y penetración en el estado emocional de una persona, que ningún otro arte me ha hecho sentir; ¿cómo es posible que una simple combinación de 3 o 4 sonidos (que es un acorde) pueda crear o alterar un estado de ánimo?, ¿Por qué alguien se puede obsesionar tanto con una melodía que puede rondar por los pensamientos durante horas y tararearla y sentirla? Encontrar el porqué de enamorarse de ciertas melodías, es algo que está fuera de mi comprensión. El violín en cambio ha llegado más a mi entendimiento y fascinación; pero no siempre ha sido así. Mis primeros acercamientos al instrumento fueron nulos en impresión y asombro, mi personalidad y edad (7 años) no me permitían intrigarme por lo que tenía la fortuna de conocer, y no fue sino cuando estaba saliendo del colegio (a mis 16 años) que entendí la importancia que tendría el violín en mi vida, así empezó mi gusto por el instrumento gracias a una serie de viajes y felicidades que obtenía tocando; sin embargo, todavía no es el momento en que me siento seguro tocando el violín, debido a su gran complejidad, mi duda por estar omitiendo muchos aspectos para la interpretación más acertada del instrumento, partiendo de mis recursos físicos, mentales y espirituales, me han llevado a indagar y preguntarme qué hizo a los grandes violinistas del siglo pasado tan destacados y sublimes, y gracias a las grabaciones y documentales puedo averiguar y conocer más sobre ellos. Hablando en el ámbito artístico, no hay siglo que marque un cambio más drástico en cuanto a la forma de concebir y apreciar el arte como lo fue el siglo XX, y la música no se queda atrás de acuerdo al progreso y cambio; el violín entra a desempeñar un papel más independiente y común en el siglo XX, donde el avance musical no va ligado con el del instrumento, ya que la música empezó a buscar otros campos sonoros que no podían ser efectuados en él, es así como vamos a observar cómo el arte del violín llegó a jugar un papel más independiente debido a la búsqueda de nuevos campos sonoros y tímbricos que se dieron durante el transcurso del siglo. Para comprender los cambios que tuvieron lugar en el siglo XX, hay que conocer primero el desarrollo y creación del concepto de la música que dejó su siglo predecesor. El Romanticismo, (que se llevó a cabo en la primera mitad del s. XIX) es quizá la época más brillante de la historia de la música; por primera vez este arte brilla por encima del resto de las artes. La música se considera el lenguaje del espíritu frente a la razón; es el siglo del instrumentista virtuoso, como Paganini o Henryk Wieniawski (hablando únicamente del violín) o de Chopin y Liszt (piano). La creación de las escuelas nacionales de violín y las grandes salas de conciertos que encontramos en la segunda mitad del siglo XIX forjaron un momento muy propenso para el estudio del fenómeno violinistico, puesto que en ningún otro momento de la historia del instrumento han aparecido tantos métodos y técnicas para el violín, como los de las principales escuelas: Francesa, Italiana, Alemana, y Belga, que se caracterizan cada una por tener exponentes destacados. El máximo desarrollo técnico se experimentó en el siglo XIX como hemos visto, ciertos violinistas que nacieron a finales de siglo lograron transmitir las destrezas técnicas concebidas en el siglo XIX, para que la nueva generación de violinistas hubiera podido tener ese nivel de perfeccionamiento de las enseñanzas dejadas. Violinistas como Kreisler, Ysaye o Sarasate fijaron las bases para que los “nuevos” se pudieran desenvolver y desarrollar el punto tan alto que alcanzaron a fijar en los mejores momentos del siglo. La unión soviética, se caracterizó por tener su propia escuela y dejar un estándar muy alto para el resto de Europa, los rusos poseían una forma de interpretación única, muy ligada al carácter forjado por su entorno social: un violinista que llegó a generar una tendencia al momento de interpretar fue David Oistrakh. En su interpretación prima la potencia del sonido sobre la melodía, fue un concepto que muchos quisieron imitar, con Oistrakh se inicia una escuela que se va a desarrollar a lo largo de todo el siglo. ÉL marcó un comienzo y un punto de referencia, lo que siguió a su aporte fue la época más destacada del siglo, hacia los años 30 y 40 la aparición de grandes violinistas, fue constante después de Oistrakh; violinista tras violinista surgían de todos los países de Europa, algunos más exitosos que otros. Violinistas como Yehudi Menuhin, que cuenta con múltiples nacionalidades, Nathan Milstein(Rusia), Joseph Szigeti(Hungría), Mischa Elman(Ucrania), Zino Francescatti (Francia), Isaac Stern (USA), Arthur Grumiaux (Bélgica), Ruggiero Ricci (Italia), Jascha Heifetz (Lituania) son los violinistas más destacables de la primera mitad del siglo XX, estos violinistas marcaron el punto más elevado en cuanto a interpretación del violín, fueron bastantes y demostraron a sus futuras generaciones (Anne-Sophie Mutter, Itzhak Perlman, Janine Jansen, Gil Shaham, Maxim Vengérov) las formas trabajadas y desarrolladas para afrontar el violín y su inmenso repertorio. A la conclusión que he llegado con este breve análisis del violin y su progreso en el s.XX , es que ningún violinista toca igual a otro, ninguno de todos los mencionados ha llegado a ser reconocido por imitar a alguien, cada uno crea un estilo propio al afrontar diversidad de conciertos y piezas, aunque a algunos no les guste, el objetivo final es crear una identidad, en el amplio campo en que se puede desarrollar el violín, porque el violín como la música deben ir en constante avance, progresar para no perder la esencia con que se ha mantenido por tanto tiempo, su esencia es uno de los factores más importantes para hacer música.