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Después de un día agotador para ambos esposos, Dante y Amelia se alistan para

dormir juntos en su habitación como de costumbre. Amelia, quien asiste


frecuentemente al gimnasio, últimamente pensaba mucho en su instructor a quien veía
todos los días y sentía cierta atracción hacia él. Por otro lado, Dante, quien trabaja
como ingeniero mecatrónico y asiste a la iglesia cada domingo, se siente un poco
preocupado por la situación de la empresa en la que labora, ya que recientemente la
misma ha tenido grandes problemas de corrupción en su país, lo cual pone en riesgo
la permanencia de sus operaciones en dicho estado y por consecuencia, pone en
riesgo su trabajo.

En la mañana siguiente, ambos esposos se alistan para poder hacer sus actividades
diarias, Amelia se alista para llevar a los niños a la escuela y posteriormente asistir al
gimnasio, mientras que Dante sale al trabajo. En esa misma mañana, Dante le pide a
su asistente llamado Sebastián, quien es un practicante universitario, que lo ayude con
unos reportes y balances de un proyecto que estaban realizando para luego ir a
realizar el depósito de un cheque personal a su esposa. Al llegar la tarde, Dante recibe
una llamada de su suegro Ernesto, congresista de la Republica para el partido Fuerza
Popular (partido involucrado en actos de corrupción) quien le pide que le brinde
información confidencial de la empresa sobre unos depósitos realizados a dicho
partido, ya que con eso pretendía sustentar de manera más clara y “justificar” dichos
aportes, caso contrario, iría a la cárcel. Dante, quien es católico, siente que eso iría
contra los principios de su religión, además de no querer perder su empleo por afectar
la confidencialidad de información y, en el peor de los casos, ir preso; pero no quería
dejar de ayudar a su suegro ya que al ir a la cárcel también afectaría emocionalmente
a su esposa e hijos Entonces se le presenta un dilema ético ¿renuncio a mi empleo o
ayudo a mi suegro para que mi familia no se vea afectada?. Pero Dante tiene en
mente ascender de cargo y encontrar un buen empleo a su edad, no lo veía factible.

Mientras todo esto acontecía en el día de Dante, Amelia estaba teniendo un contacto
íntimo físico con su instructor de gimnasio. Ella buscaba en su mente un pretexto que
le ayude a sentirse menos culpable, repitiéndose en silencio que su esposo no le
prestaba mucha atención y que se sentía sola. Pero la conciencia no la dejaba
tranquila, así que tratará de hacer las cosas correctamente por lo que decidió que
debía pedirle el divorcio solo tenía que encontrar el momento oportuno.

Al terminar los trabajos encargados por su jefe, Sebastián se dirige hacia el Banco
para realizar el depósito que su jefe le había indicado. Sin embargo, el joven tenía
fuertes deudas debido a su adicción por los juegos, si no los pagaba, podrían matarlo.
Ese día hizo el pago correctamente, pero temía por su vida, ya que se presto dinero de
gente mafiosa. Estas personas aprovecharon la situación y le pidieron que trabajara
para ellos, haciéndoles las cuentas e inventarios de sus mercancías, con lo que
pagaría su deuda y, además, le darían dinero por ello. Sebastián vio la luz al final del
túnel, y pudo seguir con su vida.

Al día siguiente en el trabajo, quería obtener la aprobación de su jefe y los directores


por lo que tendría que recorrer un gran camino. Él sabía que la gente opinaba bien de
él, muchas veces le han dicho lo inteligente que es y que tiene un gran futuro.
También, que tiene una gran capacidad para relacionarse. Le gustaba tener la
atención de los demás, se sentía una persona importante. Ese día, conoció al Sr.
Ernesto quien fue a las instalaciones de Odebrecht para poder obtener información de
su yerno. Muy amablemente Sebastián se presento y le ofreció su ayuda, Ernesto muy
confiado le conto al muchacho de sus planes. Sin pensar que este joven les avisaría a
los conocidos de Odebrecht sobre las intenciones de Ernesto, de brindar información a
las autoridades sobre sospechosas transacciones. Al llegar Dante, ve a su suegro y lo
invita a su despacho a conversar. Aun Dante tenía dudas sobre ayudarlo, ya que en
medio estaban sus propios intereses. Al final solo le brinda información con poca
relevancia que no ayudara en mucho a Ernesto.

El padre de Ernesto no quería asumir las consecuencias de sus actos, el tener que ir a
prisión lo atormentaba. No se quedó con los brazos cruzados y siguió buscando
información, luego lo comenzaron a amenazar la gente de Odebrecht y de su propio
partido. Por lo que al final, decide quitarse la vida y así, cobardemente liberarse del
castigo que merecía.

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