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El modernismo en la literatura

Llámase “Modernismo” al movimiento poético hispano-americano que tuvo su apogeo entre


1888 y 1910 y que fue introducido en España por el poeta nicaragüense Rubén Darío,
seudónimo de Félix Rubén García Sarmiento (1867-1916), con su texto inicial Azul,
miscelánea de verso y prosa publicada en 1888 en Chile. “Modernismo” es la palabra tomada
de los simbolistas y elegida por Darío para designar la nueva tendencia literaria.
El modernismo se desarrolla entre los años 1880-1914. Esta escuela busca separarse de la
burguesía y su materialismo, por medio de un arte refinado y estetizante. Con respecto al
lenguaje, el Modernismo reacciona contra la retórica, el descuido formal del Romanticismo
y la vulgaridad del Realismo y del Naturalismo. Se nutre básicamente de dos movimientos
líricos surgidos en Francia, en la segunda mitad del siglo XIX: el Parnasianismo y el
Simbolismo. Estas dos corrientes van a influir en el Modernismo español, ya directamente,
ya a través de la herencia latinoamericana:
El Parnasianismo, nombre procedente de la revista Le Parnasse contemporain (1866), cuyo
maestro fue Théophile Gautier (1811-1872). Su lema era "el arte por el arte" y su ideal la
perfección formal. Gustaba de las líneas puras, el equilibrio y la serenidad en la poesía. Los
escritores buscaban la perfección a través de una poesía descriptiva, basada principalmente
en la temática grecolatina. Para los parnasianos, la misión del poeta es sugerir esas alianzas
por las que un objeto evoca a otro, con un lenguaje imaginativo lleno de símbolos:
representación de un objeto abstracto mediante la mención de un objeto concreto (cisne =
belleza). Mostraba preferencia por determinados temas que aparecerán en los escritores
modernistas: los mitos griegos, los ambientes orientales, lo medieval... La figura más
destacada de este movimiento fue Charles M. Leconte de Lisle (1818-1894).
El Simbolismo, escuela constituida hacia 1886, fecha del Manifeste Symboliste. El
movimiento comienza anteriormente con Charles Baudelaire (1821-1867), y continúa con
Paul Verlaine (1844-1896), Arthur Rimbaud (1854-1891) y Stéphane Mallarmé (1842-1898),
entre otros. Para ellos no es suficiente la belleza externa y la perfección formal, sino que
intentan ir más allá de lo sensible. El poeta debe descubrir la significación profunda de las
cosas y transmitirla al lector. Para ello se sirve de los símbolos, que nos sugieren lo que hay
de oculto tras la realidad. El lenguaje debe ser fluido y musical ("De la musique avant toute
chose", decía Verlaine). El simbolismo da al verso efectos musicales y aportan nuevas
métricas que conjugan el ritmo, el color y la plasticidad.
De los parnasianos tomarán los modernistas la concepción de la poesía como un bloque, su
deseo de perfección formal, los temas exóticos y el placer por los valores sensoriales; de los
simbolistas procede la utilización del símbolo y la musicalidad del poema.
Influido por las elaboraciones plásticas de los parnasianos y por las visiones musicales de los
simbolistas, el Modernismo realiza su original trabajo artístico con la palabra buscando la
armonía verbal del verso.
Otras influencias literarias algo más difusas en el movimiento modernistas son las de Edgar
Allan Poe y su Principio poético, donde propugna la ausencia de todo didactismo en la
poesía, el culto a la belleza y la necesidad de la música para la lírica, entre otras cosas; de
Paul Verlaine quien en su Art Poétique exalta la veneración por la música y, sobre todo, su
valoración del matiz (no deben ser los colores los que llamen la atención del poeta, sino los
matices); y de otros muchos como Charles Baudelaire, Oscar Wilde, Walt Whitman, Gabriele
D'Annunzio, Víctor Hugo, Góngora, Gautier, etc.
Se reconocen antecedentes y concordancias en otras figuras del mismo periodo, como los
cubanos José Martí (1853-1895) y Julián del Casal (1863-1893), el colombiano José
Asunción Silva (1865-1896), el mexicano Manuel Gutiérrez Nájera (1858-1895), y el
español Salvador Rueda.
Son los años de la confrontación de España con Estados Unidos por la hegemonía en el
Caribe, que termina con la pérdida de las últimas colonias españolas Cuba y Puerto Rico en
1898. Los países americanos habían alcanzado un pujante desarrollo en las grandes ciudades
y que empiezan a modernizarse y a compararse con las grandes urbes estadounidenses. La
modernización de las viejas estructuras coloniales y la emancipación de la metrópoli pone
ante el dilema de acercarse a Norteamérica (norteamericanizarse) o reafirmar el carácter
hispánico-latino. La decisión de no perder las raíces hispánicas llevó a volver a las fuentes
de los clásicos de Grecia y Roma, a través de los modelos franceses.
«Las ciudades copian a París y los escritores se refieren a la contemporánea poesía
francesa: Charles Baudelaire y su descubrimiento de la "horrenda belleza", sucia y efímera,
de la moderna ciudad industrial; Arthur Rimbaud, el cual, lo mismo que el
estadounidense Walt Whitman, hallará que la vida industrial es un nuevo género de
hermosura; Paul Verlaine y su culto al Parnaso, como el lugar donde viven y escriben los
aristócratas de las letras; Stéphane Mallarmé, quien proclama la nueva poética del símbolo,
es decir de las combinaciones que el lenguaje formula a partir de su propia musicalidad y su
estricta matemática, a la manera del antiguo pitagorismo.
Frente a lo moderno de la América anglosajona, Rubén plantea lo modernista de la América
latina, convirtiendo lo moderno en un manierismo, en una manera de decir, que convulsiona
las costumbres poéticas, renovando el léxico, las metáforas, la versificación y las cadencias
del verso, en buena parte por la revalorización de antiguas fuentes hispánicas
olvidadas: Gonzalo de Berceo y su mester de clerecía, y, sobre todo, los barrocos Luis de
Góngora y Francisco de Quevedo.» ["Modernismo." Microsoft® Encarta® 2000]

Características del modernismo

El modernismo se desarrolló paralelamente a la generación del 98. Al principio, se llamó a


todo s los autores de principios del siglo XX “los nuevos”, por su afán de renovación del
lenguaje y su protesta contra el prosaísmo retórico de finales del siglo XIX. Pero pronto un
grupo de autores, que formarían la Generación del 98, se separa del estilo modernista,
demasiado aristocrático e impropio para expresar los temas de la nueva realidad nacional tras
la pérdida de las últimas colonias de ultramar en 1898. Será Azorín el que dé el nombre
de Generación del 98 a este grupo de autores que reaccionaron a la derrota de la España
colonial.
Si analizamos los textos de los principales escritores modernistas, observaremos que revelan
una disparidad estética que va desde la tendencia a las modas francesas hasta los que se
emparientan con alguna tradición hispana. Pero en todos ellos hay algo en común: la
búsqueda de nuevas formas expresivas y el afán por la armonía y la belleza.
Paralelos del modernismo en España son los parnasianos franceses (Leconte de Lisle), los
simbolistas (Paul Verlain), la pintura prerrafaelista, etc.
Los distingue:
 Amplia libertad creadora.
 Sentido aristocrático del arte. Rechazo de la vulgaridad.
 Renovación de los recursos expresivos: supresión de vocablos gastados por el
uso; inclusión de vocablos musicales y de uso poco frecuente; simplificación de la
sintaxis; aprovechamiento de las imágenes visuales; etc.
 Renovación de la versificación: se le dio flexibilidad al soneto. Se prefirieron la
versificación irregular, el verso libre y la libertad estrófica, que dio a la silva
variedades desconocidas.
 Perfección formal: Preciosismo, exotismo y alusión a nobles mundos desaparecidos:
Edad Media caballeresca, las cortes de los Luises en Francia, los estados
prehispánicos de América.
 Cosmopolitismo: el poeta es ciudadano del mundo, está por encima de la realidad
cotidiana.
 Actitud abierta hacia todo lo nuevo.
 Temas histórico-legendarios y mitológicos: ninfas, faunos, princesas. Gusto por los
temas exquisitos, pintorescos, decorativos y exóticos. Se constituyen como temas
la mitología, la Grecia antigua, el Oriente, la Edad Media, etc.
 Tono aristocrático, frente al sentimiento burgués de fin de siglo.
 Búsqueda de la luz, el color y la musicalidad en la poesía.
 Superación de la descripción realista de los sentimientos y búsqueda de lo indecible.
 Mundo exótico e irreal, frente al mundo de la vida gris cotidiana.
 Ley estética del arte por el arte.
 Impresionismo descriptivo: descripción de las impresiones que causan las cosas y
no las cosas mismas.
 Correspondencia de las artes (aproximación de la literatura hacia la pintura, la
música, la escultura).
Según Guillermo Díaz Plaja son características del lenguaje literario de los modernistas:
 El retoricismo.
 La creación de una lengua artificial, de intención estética.
 El enriquecimiento musical del idioma en busca de una expresión distinta,
individualizada.
 Un lenguaje sensual, al servicio de la belleza.
 El lenguaje minoritario.
El Modernismo presenta en Cataluña unas peculiaridades diferentes a las del resto de España.
Aquí no sólo se manifiesta en los textos literarios sino en el resto de las artes. Santiago
Rusiñol organizó la "Primera Festa Modernista" en 1892 y la segunda al año siguiente, en la
que se estrenó La intrusa de Meterlinck, traducida al catalán por Pompeu Fabra, que sentó
las bases del catalán moderno. Los principales exponentes del primer modernismo catalán
son Casellas, Cortada, Brossa, Maragall, Rusiñol y Pompeu Gener. Su principal órgano de
expresión fue la revista L'Avenç. Defienden la lengua catalana como vehículo de
comunicación literaria.
Aunque el modernismo no pasó de ser una moda, tuvo la virtud de renovar totalmente la
poesía española y de elevar el nivel del estilo en el lenguaje. No sólo influyó en la poesía,
sino también en la prosa y el teatro. En cierto sentido, no hubo entre la Generación del 98 y
el modernismo absoluta separación, si prescindimos de la temática diferente y las inquietudes
de unos y otros. Ambas corrientes sufrieron una influencia recíproca. Si el modernismo fue
más cosmopolita, el 98 fue más nacional. Si Unamuno y Machado tuvieron influencias
modernistas, Valle-Inclán se identificó en su segundo periodo de producción con el 98.
El modernismo fue una reacción directa contra el realismo y el naturalismo prosaico de
finales del siglo XIX en literatura y contra la corriente filosófica
del positivismo: sistema de filosofía basado en la experiencia y en el conocimiento empírico
de los fenómenos naturales; la metafísica y la teología son consideradas como sistemas de
conocimiento imperfectos e inadecuados. El modernismo se interesa por la teosofía de Annie
Besant y Helena Blavatsky, así como por las nuevas filosofías de la vida de Henri Bergson y
Maurice Blondel.
En narrativa, se opone al realismo, optando por la novela histórica o la crónica de
experiencias de alucinación y locura, y la descripción de ambientes de refinada bohemia, a
menudo idealizados líricamente. Introduce un elemento erótico con la aparición del personaje
de la mujer fatal, que lleva a los hombres hacia el placer y la muerte.
Es el modernismo un movimiento de rehabilitación de la belleza puramente formal. Los dos
elementos principales del modernismo son: el color y la musicalidad. Los poetas modernistas
emplean una rica gama cromática para dar relieve a sus cuadros históricos. A partir de Rubén
Darío, el verso español se enriquece con tonos, sonoridades y cadencias insospechadas. El
modernismo logró la expresión de la belleza sensorial: música, forma, color.

Precursores del modernismo

Se ha considerado que la venida a España de Rubén Darío en 1899 iniciaba un cambio en la


lírica peninsular. Sin embargo, hubo algunos escritores que ya participaban de esa nueva
sensibilidad en fechas anteriores. Se trata de un Modernismo no es tan exuberante en la forma
ni tan exótico en sus temas como el hispanoamericano o el español del período de esplendor.

Modernismo
El surgimiento de una estética nueva:

A fines del siglo XIX, dos escuelas literarias reemplazan al Romanticismo y representan
tendencias opuestas: el Realismo y el Naturalismo en la novela y en el teatro, y el
Modernismo en la poesía.

El Modernismo es una escuela literaria de gran renovación estética. El canto de los poetas
modernistas constituye la primera expresión de autonomía literaria de los países
hispanoamericanos.

El modernismo se desarrolla entre los años 1880-1914. Esta escuela busca separarse de la
burguesía y su materialismo, por medio de un arte refinado y estetizante.

Con respecto al lenguaje, el Modernismo reacciona contra el retorcismo, el descuido formal


del Romanticismo y la "vulgaridad" del Realismo y del Naturalismo. Se nutre básicamente
de dos movimientos líricos surgidos en Francia, en la segunda mitad del siglo XIX: el
Parnasianismo y el Simbolismo.

Parnasianismo y Simbolismo:

El Parnasianismo es una escuela literaria que adhiere al "arte por al arte". Según esta
tendencia artística encabezada por Theóphile Gaurier, se desarrollaba una poesía de una
confección perfecta, separada de la realidad, y que reaccionaba contra los poetas sociales y
el hombre burgués. Los escritores buscaban la perfección a través de una poesía
descriptiva, basada principalmente en la temática grecolatina.

El Simbolismo es una corriente literaria subjetiva, que concibe el mundo como una trama
misteriosa que presenta correspondencias entre los objetos que lo forman.

Para sus representantes, la misión del poeta es sugerir esas alianzas por las que un objeto
evoca a otro, con un lenguaje imaginativo lleno de símbolos (figura del discurso que
representa un objeto abstracto mediante la mención de un objeto concreto, ej.: el cisne,
símbolo de los modernistas, significa la belleza).

Los simbolistas dan al verso efectos musicales y aportan nuevas métricas que conjugan el
ritmo, el color y la plasticidad.

Influido por las elaboraciones plásticas de los parnasianos y por las visiones musicales de
los simbolistas, el Modernismo realiza su original trabajo artístico con la palabra buscando
"la armonía verbal" del verso.

Desarrollo del Modernismo:

En el desarrollo del modernismo, es posible identificar los siguientes momentos: v


Iniciación: La primera generación modernista (1882-1896). José Martí y Manuel Gutiérrez
Nájera inician un trabajo de actualización de la lengua, principalmente en la prosa, aunque
también en el verso, muy fijos al modelo español. v Culminación: En 1888, Rubén Darío
publica su libro Azul. En esta época ya se habían realizado grandes innovaciones en la
palabra poética. Por medio de su obra en Chile, Argentina y España, Darío realiza una tarea
excepcional, que consolida el Modernismo como movimiento continental y se convierte en
su síntesis más brillante, tanto en América como en España. En 1896 se edita Prosas
Profanas, el libro de Darío que oficializa el Modernismo en Hispanoamérica. v
Continuación: La segunda generación modernista. Consagrado Rubén Darío como jefe de
la escuela del Modernismo, cuando ya los iniciadores habían muerto prematuramente, los
escritores de esta segunda generación continuarían la obra con sus aportes personales. Ellos
son, entre otros, Leopoldo Lugones, Ricardo Jaimes Freyre, Amado Nervo, y Julio Herrera
y Reissig.

Las etapas:

De acuerdo con su temática y, a través de ella, y la manera en que el artista "mira" el


mundo, se diferencian dos etapas en el desarrollo del Modernismo:

·Etapa Preciosista: Predominan los temas exóticos y símbolos de la antigüedad. El arte no


ejerce un compromiso con l realidad sino que se relaciona con una estética de evasión, se
eligen los paisajes versallescos y las innovaciones de la poesía francesa. Está representada
por Prosas Profanas.
· Etapa mundonovista: Se valorizan las raíces hispánicas de América y aparece el interés
por los temas sociales y políticos de la época. Está representada por el Darío de Cantos de
vida y esperanza, por Santos Chocano y el Lugones de Odas seculares.

Características del Modernismo:

Se pueden establecer los siguientes rasgos del Modernismo:

¨ Amplia libertad creadora.

¨ Sentido aristocrático del arte. Rechazo de la vulgaridad.

¨ Perfección formal.

¨ Cosmopolitismo: el poeta es ciudadano del mundo, está por encima de la realidad


cotidiana ¨ Actitud abierta hacia todo lo nuevo.

¨ Correspondencia de las artes (aproximación de la literatura hacia la pintura, la música, la


escultura).

¨ Gusto por los temas exquisitos, pintorescos, decorativos y exóticos. Se constituyen como
temas la mitología, la Grecia antigua, el Oriente, la Edad Media, etc.
¨ Práctica del impresionismo descriptivo (descripción de las impresiones que causan las
cosas y no las cosas mismas).

¨ Renovación de los recursos expresivos: supresión de vocablos gastados por el uso;


inclusión de vocablos musicales y de uso poco frecuente; simplificación de la sintaxis;
aprovechamiento de las imágenes visuales; etc.

¨ Renovación de la versificación: se le dio flexibilidad al soneto. Se prefirieron la


versificación irregular, el verso libre y la libertad estrófica, que dio a la silva variedades
desconocidas.

Significación del Modernismo:

"Modernismo" es la palabra tomada de los simbolistas y elegida por Darío para designar la
fructífera tendencia.

Se ha dicho que el Modernismo representa la inquietud de una época: el final del siglo XIX,
el cambio histórico que se refleja en el arte, la religión. Pero el Modernismo literario, más
allá de ese contexto cierto, aportará un cambio definitivo en el manejo expresivo del
idioma.

Se ha señalado que el Modernismo concreta el sueño de los escritores románticos: diseñar


un lenguaje típicamente latinoamericano, reconocido por los mismos españoles.

A veces defendido y otras combatido, el Modernismo es la base sobre la que se desarrollará


la literatura hispanoamericana del siglo XIX.

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Etapas:

El Modernismo literario transcurre aproximadamente entre 1880 y 1915.

Se aprecian dos etapas:

*Primera: apunta a la realidad externa; crea espacios y ambientes en los que priman los
valores sensoriales.

*Segunda: más intimista y espiritual, indaga en el mundo interno del escritor, en la


expresión de sus estados de ánimo(fantasías, evocaciones, sueños...).

Estas dos direcciones recogen la herencia de dos movimientos literarios que surgen en
Francia en la segunda mitad del siglo XIX: el Parnasianismo y el Simbolismo.

El Parnasiasnismo busca la perfección formal mediante la utilización de un léxico culto.


Sus temas proceden de la mitología grecolatina. Sus máximos representantes son Gautier y
Leconte de Lisle.

El Simbolismo pretende descubrir los misterios de la existencia, lo que está oculto en el


fondo de las personas y de las cosas, más allá de la realidad sensible y aparente. Sus
representantes más destacados son Baudelaire y Mallarmé. Otros escritores que influyen en
el Modernismo son Edgar Allan Poe, Oscar Wilde y Gustavo Adolfo Bécquer.

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