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EDITORIAL

EL SISTEMA DE COMPENSACION FAMILIAR Y LAS CAJAS, INSTITUCIONES


NECESARIAS PARA RECONSTRUIR EL TEJIDO SOCIAL.

La continuidad de las Cajas de Compensación como entidades de rentabilidad


social, es una responsabilidad del nuevo gobierno y de todos.

El salario familiar, como se le conoció en Europa al surgimiento del subsidio familiar y


posteriormente las Cajas de Familia, nombre que se le dio a las Cajas de Compensación
Familiar- CCF- en el viejo continente, tuvo un origen religioso. Fue a partir de los
pronunciamientos de San Bernardino de Siena y San Antonio obispo de Florencia que
los empresarios como León Harmel y Robert Owen, entre otros, comenzaron a desarrollar
políticas de beneficio para los trabajadores y sus familias. Todo partió de dos enfoques,
uno de ellos de la iglesia católica entendido en ese deber moral de conservar la familia.
Se estableció entonces la necesidad de identificar una relación o asociación directa entre
el salario del trabajador y el bienestar de su familia y se expreso que el salario del
trabajador debía ser tan suficiente, de forma tal que le alcanzara para mantener la familia.

Un segundo enfoque tuvo fundamento en el socialismo utópico y este fue de algunos


empresarios y filántropos de la época, quienes expresaron sus ideas según las cuales no
era necesario que las personas o los seres humanos fueran tratados como mercancías
para lograr el desarrollo de la industria y el crecimiento de un país. La justa remuneración
del trabajador y el bienestar de su familia potenciarían la productividad y competitividad
y así quedo demostrado, no en vano Europa es la cuna de la industria, pero además es
también donde han tenido origen muchos de nuestros derechos de orden fundamental,
como producto de la revolución francesa o la comuna de parís entre otros, como el
surgimiento del sindicalismo en Inglaterra.

Lo anterior deja claro por lo menos tres aspectos que es necesario resaltar. Primero,
que el subsidio familiar y las Cajas de Compensación Familiar NO nacieron en Colombia
y esto es importante en tanto que hay algunas personalidades que desconociendo esto,
expresan que el modelo de Compensación Familiar de nuestro país es de exportación,
cuando lo claro es que nosotros fuimos quienes lo IMPORTAMOS y en la actualidad lo
tenemos desgastado o desdibujado, porque ya no tiene el mismo enfoque ideológico y
social con el cual fue creado y algunos gremios de importancia en el país, como ANIF y
FEDESARROLLO entre otros, están pidiendo a gritos que se acabe o por lo menos que
se rebajen los ingresos con destino a las Cajas. Paralelamente políticas de los últimos
gobiernos se han dedicado a colgarle responsabilidades de orden social que le competen
al Estado, es decir, las Cajas desde 1995 para acá, se han visto enfrentadas a una
transformación consistente en ir abandonando su origen de rentabilidad social, para
transformarse en entidades de rentabilidad económica.

Distinto fue el surgimiento del subsidio familiar y las Cajas en nuestro país, donde la
ideología sindical y las principales estructuras sindicales, jugaron un papel protagónico
desde el sindicalismo propositivo. Fue en medio de una crisis de inestabilidad política
y social que el movimiento sindical comenzó a generar propuestas y a dar los primeros
pasos para implementar en el año 1949 el subsidio familiar, fruto de una Convención
Colectiva de Trabajo entre los ferrocarriles de Antioquia y sus trabajadores y en el
año 1954 la primera Caja de Compensación Familiar, Que con orgullo decimos, es
COMFAMA. Ya en el año 1957, la Junta Militar expidió el decreto mediante el cual se
creó el Sistema de Compensación Familiar – SCF- en todo el territorio Nacional, sistema
que se nutrió de la experiencia acumulada y el desarrollo que ya había tenido nuestra
Caja por espacio de tres años en los cuales implemento programas de amplio beneficio
que impactaron positivamente a los trabajadores y sus familias.

El segundo aspecto tiene que ver con el papel que jugó el salario social y las Cajas de
familia en Europa, versus el papel que jugaron las Cajas de Compensación en nuestro
país el S C F entre los años 1954 y 1995 fundamentalmente. Sin duda que en ambos
casos los beneficios de orden político, social y económico son incalculables, pues no se
puede afirmar en forma lógica que los beneficios son solo de orden social o de carácter
proteccionista. El beneficio político se identifica en la implementación de programas de
bienestar que afectan de manera positiva al trabajador y a la familia y es el manejo
adecuado de estos programas lo que hace que el ciudadano se sienta incluido y cuando
esto pasa tenemos un país más estable, manejable, equilibrado y justo. Desde el punto
de vista económico, si los ciudadanos por iniciativa propia desarrollan mecanismos de
bienestar común, esto le ahorra al Estado un sinnúmero de recursos y mejor aun si dichas
iniciativas tienen origen entre el capital y el trabajo y sus diferentes y naturales
representantes, como fue el caso de nuestro país. Cuando esto sucede, el factor social,
político y económico, toma un dinamismo que potencia el crecimiento integral del país. Y
el tercer aspecto es que tanto en Europa como en Colombia, las Cajas de Compensación
Familiar tuvieron su fundamento y origen en la justicia, el equilibrio social y sobretodo en
la preservación de la familia en una relación o asociación directa con el salario del
trabajador.
El análisis de la reseña histórica del Subsidio Familiar y las Cajas de Compensación nos
indican una responsabilidad de cara a la preservación de la vigencia y permanencia de
estas instituciones como entidades de rentabilidad social. Esta responsabilidad es de
todos, pero lo es fundamentalmente del nuevo gobierno, quien debe incluir dentro de su
agenda social el cuidado y fortalecimiento del SCF como garantía y base de un
crecimiento y desarrollo del país en términos de justicia y equidad, pues como ya lo
hemos afirmado antes, la paz no surge o no se construye solo a partir de la negociación
con los grupos alzados en armas, no es el resultado de silenciar los fusiles y tampoco se
da del simple crecimiento económico aislado de un desarrollo social equilibrado. La paz
es fundamentalmente el resultado de una política social acertada y para esto es que se
necesitan instituciones que como las Cajas de Compensación Familiar, sigan
desarrollando políticas, programas y servicios que impacten positivamente la familia. En
este sentido es que se entiende la responsabilidad social del Estado, la responsabilidad
social empresarial y la responsabilidad del conjunto de los ciudadanos en la construcción
de un país en los términos y parámetros del preámbulo de nuestra Carta Política y el
artículo primero de la misma entre otros,

La vigencia, permanencia y fortalecimiento del SCF y las CCF, dadas las circunstancias
de nuestro país, se convierten en una carta de navegación y credibilidad del actual
gobierno, pues este debe honrar sus compromisos hechos en campaña, cuando en
cabeza de la hoy vicepresidente de la República, Dra. MARTHA LUCIA RAMIREZ,
manifestó la necesidad de crear el MINISTERIO DE LA FAMILIA, propuesta que coincide
con la misma que viene haciendo nuestra Asociación de Trabajadores desde hace ya
varios años y que le fue enviada al anterior mandatario de los Colombianos Dr. JUAN
MANUEL SANTOS CALDERON y a los diferentes partidos políticos en su momento,
propuesta que se hizo dentro del marco de nuestros 25 años de vida jurídica hace
aproximadamente cuatro años.

Ojala que la creación del Ministerio de la Familia pueda ser una realidad en la vigencia
de este gobierno, para que desde allí se desarrollen y orienten políticas de fortalecimiento
a esa primera célula constitutiva de la sociedad y pueda restablecer y reconstruir el tejido
social como fórmula para la consecución de una paz duradera y estable. En todo caso,
la situación del país tanto en términos políticos, como económicos y sociales, hace que
propuestas como las de rebajar los aportes con destino a las Cajas, recargarles más
responsabilidades a estas o acabarlas, no son propuestas en las que se enmarque el
interés general y bien superior de todos. Acabar con las Cajas o mermar la capacidad
económica de las mismas, es impedir la necesaria reconstrucción del tejido social,
Todos somos responsables de ese gran patrimonio social que representan las Cajas de
Compensación Familiar, por esta razón, trabajadores, empleadores y gobierno, nos
debemos unir en un solo propósito de defensa y fortalecimiento de estas instituciones y
para ello debemos dejar a un lado nuestras diferencias políticas e ideológicas y pensar
que un país como el nuestro que tiene, según La Unidad de Victimas, 7’ 404 616
desplazados a agosto de 2018, miles de casos de desaparición forzada, asesinatos
selectivos, violaciones, cientos de casos de minas anti persona, masacres entre otras
situaciones que demuestran los resultados del conflicto armado y el nivel de
descomposición social en que vivimos, definitivamente es un país que nos convoca a
todos a cumplir una responsabilidad de cara al futuro de las generaciones venideras. Esta
responsabilidad no puede materializarse en tanto no se asimile que el bienestar del país
y futuro del mismo, está por encima de de nuestras diferencias e intereses de orden
particular y el bienestar de nuestro país está determinado por un crecimiento y desarrollo
social equilibrado en términos de justicia y equidad. Papel protagónico le corresponde la
CUT, CGT y CTC como estructuras del sindicalismo y representantes de los trabajadores
de orden Nacional, quienes deben hacer un frente común y sumarse en dicho propósito.

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