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ROSNUCCOSREAKORENIRE aa MUECO}N ea ECE MERCER eal # COLECCION « ‘LLUVIA DE FE” @ 4421843 § 4204s fl | cos onuocos DE amaR ENIRE los ruegos de mis hijos. & 2 o iAnda, hijito mio!. Tu eres mi embajador, muy digno de toda mi confianza! i Anda, yo te acompafio! Juan Diego: “Sefiora y reina mia, muchachita mia, con mucho gusto iré a poner por obra tu aliento y tu palabra. iMe despido de ti, Sefiora mia, o la mds pequefia de mis hijas! i Que descanses un poquito! iHasta mefiana, nifia mia! AL DIA SIGUIENTE, DOMINGO 10 DE DICIEMBRE, muy de madrugada, Juan Diego va Tlatilolco. Luego de la Santa Misa se dirige al palacio del obispo. con gran trabajo consiguié verlo y cuando estuvo delante del obispo, se arrodillé a sus pies; se entristecié y lloré al exponerle el mandato de la sefiora del cielo. El obispo: “Dime, ¢Como es esta sefiora que aparece? éComo puedo estar seguro de que es la Madre de nuestro Sefior? éNo serd un suefio tuyo, una ilusion?". Juan Diego contesta sereno y seguro todas las preguntas que le dirige el obispo, sin vacilar ni dudar. Tanto que el obispo queda admirado. “Mira Juanito esa sefiora que ves y que te habla si en realidad es la Madre del Dios verdadero por el cual todos vivimos, dile que te dé, que me mande una sefial clara, para.que todos podamos conocer que, en realidad es Ella quien te manda. !Si no, no te presentes mds ante mil INo tengo tiempo para perder! iY tu serds eo por tu engafio! " Juan Diego : Estd bien, padre mio y sefior tnio... Asi le diré a la sefiora, que le pides una sefial, voy a pedirsela a la Madre de Dios por quien todos vivimos y madre de todos nosotros... El obispo ordené que persiguieran a Juan Diego, lo vigilaran mucho a dénde iba y a quién veia y hablaba. Pero sus perseguidores lo perdieron al pasar Ia barranca, cerca del puente del Tepeyac. TERCERA APARICION .- el mismo domingo, 10 de diciembre. Juan llega al cerrito Tepeyac. la sefiora se le aparece y él le dice: “Sefiora mia y Nifia mia, fui a poner por obra tu voluntad, El Sefior Obispo me escuché con atencién Pero, todavia no cree que td me mandas. Quiere, ahora, una sefal clara de que eres td, la Madre de nuestro Salvador, la que deseas que se levante aqui tu Casa”. La dulce Maria: “iEsta bien, hijito mio, el mas pequefio! Mafiana volverds para que lleves al obispo la sefial que te ha pedido! Por la sefial que te enviaré creerd él y muchisimos més! Ten por cierto, hijito mio, el mds pequefio, que yo te pagaré tantas fatigas y trabajos que debes sufrir por mi causa, i Ahora, puedes irte, mafiana aqui te espero!”. ® AL DIA SIGUIENTE , LUNES 11 DE DICIEMBRE, cuando tenia que llevar Juan Diego Ia sefial para que le crean, ya no volvid, Porque cuande llegé a su casa, su tio Juan Bernardino, le habia dado una enfermedad y estaba muy grave. Primero fue a llamar a un médico y le auxilid; pero ya no era tiempo, ya estaba muy. grave. Por la noche , le rogé su tio que de madrugada saliera y fueraa Tlatilolco a llamar aun sacerdote, que vaya a confesarle y disponerle, porque estaba muy cierto que era tiempo de morir y que ya no se levantaria ni sanaria. CUARTA APARICION. - La mafiana siguiente, el doce de diciembre, muy temprano, se vino Juan Diego de su casaa Tlatilolco a buscar al sacerdote, yendo por el camino que sale junto a la ladera del cerrillo del Tepeyac, por donde tenia la costumbre de pasar, dijo Juan diego : No voy a pasar por el camino de siempre, no sea que la Sefiora me vea y me mande donde el obispo, no, primero tengo que ir donde el sacerdote; el pobre de mi tio lo necesita urgentemente. ' / _Luego dio la vuelta al cerro, pero por ese . a sitio le salié al encuentro la dulce Maria. xa éQué te pasa Juan Dieguito, i =~, el mds pequefio de mis hijos?

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