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SOBRE TRICKSTER Y HEROES ANDINOS. LOS APORTES DE HENRIQUE URBANO AL ESTUDIO DE LA TRADICION MITICA ANDINA. FERNANDO ARMAS ASIN Los estudios sobre las tradiciones religiosas andinas, en particular la mitologia, han recibido grandes aportes a lo largo del siglo XX y en los iltimos afios. Estudios diversos desde la antropologia e historia han dado cuenta de lo complejo del universo mitico andino, y dentro de estos los aportes de Henrique Urbano son notorios. En las paginas que siguen me esforzaré en precisar uno de ellos: el del estudio de los héroes andinos, que realizé a partir de una serie de trabajos que fue publicando desde 1981 hasta 2014, y que mds que un grupo de estudios auténomos entre si, fue un conjunto de aportes que unos a otros se fueron precisando, profundizando o aclarando en sus postulados. Por ello es menester abordar primero en este articulo la naturaleza del objeto de estudio que Urbano realiz6, de la manera més detallada posible; para en segundo lugar desarrollar las hipétesis de trabajo mas importantes que efectué en este campo, a partir de cada uno de sus trabajos publicados; para finalmente, en tercer lugar, verificar su aporte al estudio de los héroes miticos andinos y su impacto en la historiografia andina. El Dios Creador andino Hablar sobre los estudios que en la antropologia, historia y arqueologia se han efectuado sobre los personajes miticos andinos es harto relevante. Hay una Fernando Armes Asin serie de trabajos que se desarrollan a lo largo de la tiltima centuria y hasta los tiempos actuales. De entre todos los personajes andinos el que mas estudios ha merecido ha sido Viracocha, por la trascendencia de la figura, el lugar que Jas crénicas del siglo XVI le confirieron dentro del panteén sagrado -lugar mayasculo- y por lo que en torno a él y desde él se ha desarrollado para un estudio de la mitologia andina. Yendo por partes, hay que recordar que un rastreo sobre esta figura mitica, que se adentra en los tiempos prehispanicos y llega hasta la época colonial, necesariamente debe hacerse a partir de las crénicas y de los diccionarios quechua/castellano o aimara/castellano del siglo XVI, amén de otros documentos. Son estos materiales, escritos por misioneros evangelizadores, autoridades hispanas o personas allegadas a los mismos, los que recogen -al parecer- no sélo informaciones sobre las “antigtiedades del Pert”, sino que recogen también los intereses institucionales -la Iglesia, la corona- y ciertos comportamientos cotidianos del momento. Por ello, cualquier rastreo del personaje Viracocha debe hacerse cuidadosamente sobre la base de estas reservas sobre las fuentes consultadas. Viracocha aparece relacionado con tres hechos centrales en la documentacién del siglo XVI e inicios del siglo XVII. Aparece primero ligado a la idea de la existencia de un Dios Unico y Creador del mundo, el Hacedor. También aparece ligado a los incas especificamente, cuando se habla, por ejemplo, del Inca Viracocha, ¥ en tercer lugar aparece ligado a los espafioles, cuando algunos cronistas lo relacionan con la aparicién de estos o que se les llaman Viracochas. De los tres, por cierto, interesa él primer hecho. Diversas crénicas recogen relatos donde Viracocha es el creador del mundo o el ordenador de este. Entre algunos relatos hay coincidencias y entre otros, notables divergencias. Uno de los primeros estudiosos, en el siglo XX, por interesarse en la figura de Viracocha fue Julio C. Tello en 1923, en Wira Kocha. Tello traté, en el terreno de la arqueologia, de entender al personaje Viracocha, y aunque muchos de sus supuestos estén superados hoy, hay muchos andlisis interesantes que entonces traslucié y que sirven de itinerarios para adentrarse en los margenes del culto y ritual. SOBRE TRICKSTER ¥ HEROES ANDINOS, LOS APORTSS DE HENRIQUE URDANO.. Luego vendrfa el aporte del inyestigador John H. Rowe (1960) tratando de hacer una historia del culto al Creador andino, siendo la delimitacion que ace de Viracocha de capital importancia. Heredero de algunos postulados <1 estudioso de las religiones Mircea Eliade, su estudio se salpica de estas influencias. Tras é] Franklin Pease G.Y. plantearia en 1973, en El Dios Creador Andino, la tesis de la progresiva solarizacién de Viracocha, algo remarcado luego en El Pensamiento mitico (1982), mientras Arthur Demarest (1981) insistiria en esos planteamientos con algunas variaciones. A su turno, Maria Rostworowski (1983), tratando de entender las estructuras andinas de poder y su relacién con el campo sagrado, trat6 de analizar a diversos dioses andinos: Viracocha, Tunupa y otros. Sobre Viracocha aseveré que era una divinidad pertencciente a una antigua faccién desplazada por el poder. Luego Je seguirian los aportes de Manuel Marzal (1983) y del polaco Jan Szeminski (1997). Este ultimo trabajando las diversas oraciones que algunas crénicas reproducen sobre Viracocha, las entiende como parte de una teologia andina. El problema fundamental con este grupo de investigadores se advirtid Posteriormente- fue su poco manejo de estudios tedricos sobre mitologia, Particularmente de los estudios comparativos, asi como un manejo bastante tradicional de las herramientas lingiifsticas, particularmente al buscar traducciones sobre la hase de los diccionarios de los misioneros del siglo XVI o del siglo XVI, que estaban en pleno proceso de convertir a las lenguas quechuas en una lengua quechua colonial y catequética, con todo la turbulencia semantica que ello significaba, como diversos lingiiistas luego lo han sefialado. También otra gran dificultad fue buscar, a partir de las crénicas -a su vez documentos que traducen una cierta ideologia, una cierta postura y una cierta invencidn del relato y la semantica coloniales— los argumentos para construir una historia positivamente lineal y racional de lo sucedido, no dandose cuenta que los propios materiales que a su vez la cronistica utilizaba y manipulaba eran telatos miticos dificiles de aprehender bajo esos aparatos historicistas. No sélo Urbano fire critico (Urbano 1988a, 1993 y 2014), sino que también, en forma mis sutil, lo fueron Pierre Duviols (1977 y 1993) y luego César Itier (1993). Era un problema metodoldgico, entre una antropologia e historia clasicas y las nuevas corrientes de acercamiento —historicas y lingiifsticas- al problema Urbano valoré bastante a quienes trataron, antes que él o a su mismo tiempo, de ejercitar comparaciones entre los distintos relatos mitolégicos. Veia alli una metodologia apropiada que Ilevaba a entender contextos, analizar diferencias y similitudes, dentro del 4rea andina y fuera de ésta. Bajé esta logica valoré la temprana compilacién de mitos americanos de Walter Krickeberg en 1928, como luego el aporte comparativo que Janine A. Arnoux (1985) ejercité para el tratamiento que la cron{stica colonial le dio al personaje Viracocha. Entonces a Urbano hay que ubicarlo en el contexto de renovacién de los estudios sobre el pasado andino que, junto a Pierre Duviols, CésarItiero Gerald Taylor, entendieron, desde diferentes perspectivas, que habia que superar los enfoques discursivos tradicionales, que a pesar de los loables esfuerzos tealizados habian terminado leyendo a las crénicas bajo la perspectiva catdlica previa. As{ el Dios Creador y Unico andino, el hacedor de todas las cosas, de la nada, y ordenador de la tierra, que a veces ciertas crénicas incluso lo grafican vestido de atuendo blanco y con cayado en la mano (Betanzos [1551]; Cieza [1553]), olfa a catequética cristiana, a construccién discursiva del mundo colonial naciente del siglo XVI. Si se queria conocer el mundo sagrado andino prehispénico habfa que superar esa perspectiva. Buscando entender el espacio mitico andino El inicio de los trabajos de Henrique Urbano sobre Viracocha y los otros héroes andinos empieza con la publicacién de Wiracocha y Ayar. Héroes y funciones en las sociedades andinas, en 1981. Se traté de una compilacién de relatos miticos sobre Viracocha, los hermanos Ayar y otros personajes andinos. Ponfa as{ en prictica su interés por el anélisis comparativo que reclamé como metodologia de andlisis. El trabajo estuvo acompafiado con un estudio introductorio. En este no sdlo planted que el estudio de los discursos miticos todavia adolecia de la herencia romantica que buscaba reconstruir historias tal cual ocurrieron, buscando la precision, la cronologfa, o acaso la biografia, sino que reconocié también los avances efectuados, como el de R. T. Zuidema, que realiz6 una primera entrada novedosa a la problematica. Planted entonces Urbano encarar los discursos miticos como representaciones de la sociedad, con su propia légica interna y autonomia (Urbano 1981: XI). Como ya Zuidema habia hecho 32 SOBRE TRICKSTER Y HEROES ANDINOS, LOS APORTES DE HENRIQUE URBANO, hacia 1964, rescaté la importancia de los trabajos de Georges Dumézil acerca de las tradiciones y las religiones indoeuropeas y propuso estudiar a los héroes miticos andinos en sus funciones, esto es en “una esfera de actividad atribuida por el relato a un héroe o personaje’, delimitando el campo en que se mueve para saber “cules son los motivos que el discurso mitico alega para caracterizar las actividades de sus personajes” (Urbano 1981: XIV-XV). Entrando al estudio de personajes miticos, de entre la diversidad de fuentes cronisticas de los siglos XVI y XVII recogidas, rescata los retazos de los ciclos miiticos de Viracocha, reconociendo lo complejo que es andarse entre “aguas turbias” por los disimiles relatos, triturados y publicitados por la catequética catélica, que ha hecho muy complejo preguntarse por las funcionalidades para las sociedades andinas prehispdnicas de tales tradiciones. Ensaya diversas entradas lingiiisticas para entender a Viracocha, dindose cuenta de la diversidad de posibilidades seménticas que existen, por lo que se niega a seguir el juego filoldgico, sabiéndolo dificil y asaz, Prefiere mas bien recordar su interés por el modelo de representacién que puede haber detrés del héroe mitico, a través de Pachayachachic, Imaymana, Tocapo y Taguapaca © Taguapica. Habiendo recogido en este texto los relatos cronisticos sobre Viracocha le es posible comparar los diversos relatos existentes y darse cuenta de la preexistencia de los personajes en la mayoria de ellos. Asilos que Tecogieron en forma temprana el ciclo o relato de Viracocha: Juan de Betanzos [1551], Pedro Cieza de Leén [1553], Bartolomé de Las Casas [1566], Pedro Sarmiento de Gamboa [1572] y Cristébal de Molina el Cuzquefio [1575]. De entre ellos Betanzos, Sarmiento de Gamboa y Cristébal de Molina recogieron el relato de Viracocha que surge de la zona del Collao y tiene dos sirvientes © hijos con los cuales enrumba al norte; mientras Cieza y Las Casas no mencionan a estos dos y si Las Casas a un hijo inobediente, y aqui concuerda con Sarmiento que también lo menciona. Ante todo le interesa los dos sirvientes o hijos que acompafian a Viracocha. Siguiendo a Cristébal de Molina, el Cuzquefio [1575], dado que es el linico que les coloca nombres propios, no solo recupera la importancia del Viracocha principal y lo asocia con la sabidurfa; sino que a Imaymana, uno de Jos “hijos de Viracocha’, lo asocia alo curativo yla agricultura; ya Tocapo con los artesanos textileros. Luego le interesa el caso de Taguapica 0 Taguapaca, Fernand Arms As hijo inobediente, a quien lo asocia con el agua, por la precisién que Ludovico Bertonio [1612] hizo en su diccionario del aimara que lo asocié con dos mujeres y que para su tiempo designaban a peces, aunque reconoce que también puede designar a su cardcter de personaje latente y que no se somete ala organizacion (Urbano 1981: XXX). Esta es la parte en donde Urbano se da cuenta de que en el tema de Taguapica hay muchas pistas que, en la secuencia de los relatos, necesita entender mejor. Asi, precisa que tanto Las Casas [1566] como Sarmiento [1572] recogen mas ‘© menos idénticos relatos de este Taguapica 0 Taguapaca segtin cada caso: que serfa un hijo rebelde de Viracocha, que blasfemé contra él, y lo echaron en el lago y se fue vociferando. Entiende su similitud con el Tarapaca o ‘Tunupa que menciona en su relato Santa Cruz Pachacuti Yamqui [1613] y el Tuapaca -sdlo sefialado fugazmente- que menciona Cieza de Leén [1553] para darse cuenta que esta ante un mismo héroe mitico andino. La pista de Santa Cruz Pachacuti, de decir que era Tarapaca 0 Tunupa, y considerarlo un santo varén, lo leva revisar a Ramos Gavilin [1621], que cuenta que Tunupa se hacia lamar Taapac que fue sacrificado y se fue en una balsa por el lago Titicaca, Entiende la similitud con los relatos recogidos por Las Casas y Sarmiento, pero donde en Ramos Gavilan [1621] no es un hijo inobediente sino un santo discipulo. Indagando en el diccionario de Ludovico Bertonio [1612] éste arguye que ‘Tunupa es un dios que hizo cosas “muy indignas”, De modo que no solo ha logrado darse cuenta de que estd ante un mismo espacio semantico, sino que intuye que la tradicidn cristiana ha edulcorado a un personaje cuya semantica indicaria tal vez ser un personaje revoltoso. No se atreve todavia a mas, pero en sus trabajos posteriores, de 1988, sf lo harfa. En todo caso en este afio 1981 le interesa las funciones que cumplen en un esquema representativo de cara a la organizacién andina. Las funciones de los héroes en relacién con el parentesco y el espacio. Y traza la figura de un rombo donde Pachayachachic es el padre y su contrapunto es Taguapaca al otro extremo y en los lados estan sus hijos Imaymana y Tocapo. Le parece hasta obvio el tema espacial, pues segtin los relatos de Betanzos [1551], Las Casas [1566] y Sarmiento [1572], Pachayachachi se va desde el Collao por el centro, Imaymana se va por lo que seria las selvas altas y Tocapo por el Mu SOBRE TRICKSTER Y HEROES ANDINOS. 10S APORTES DE HENRIQUE URBANO.. litoral, y Taguapaca se va al revés por el Desaguadero. Ademas Imaymana, al combinar funciones mégicas, medicinales y agricolas se relacionaria mucho con los cultivos de coca de la selvas y Tocapo por su relacién con la produccién textil, con los maestros artesanos del litoral. Fiel seguidor del estructuralismo de Claude Lévi-Strauss, considera necesario resaltar las nociones de padre de Pachayachachic, pues él es Todo el esquema o puede ocupar alguna de las funciones de los otros en este; sin descuidar que estamos ante un esquema organizativo basado en la trifuncionalidad de Tocapo/Pachayachachic/ Imaymana. 3Pero, qué lugar ocupa Taguapaca o Taguapica en tal esquema de parentesco y espacialidad? La indefinicién, dice Urbano, pues puede serinobedienteo puede ser un sabio. En el fondo serian dos rostros del ordenamiento de Viracocha Pachayachachic. Es él asumiendo el rol de rebelde 0 sabio, representando estas posiciones. Por ello es una réplica de Pachayachachic espacialmente: se va hacia el sur, mientras el padre se va al norte. E incluso puede ser también él mismo Pachayachachic recorriendo los lugares de la triada. También ve en el enamoramiento de Tunupa con las dos peces hermanas algo andlogo, pues resalta su ubicacién posterior, segiin los mitos recogidos en el Manuscrito de Huarochiri (1608), en la relacién de esta huaca limefia con Urpiyhuachac (Urbano 1981: XXXIV). Los gestos cuentan mucho y él ve en la inobediencia la fuerza del que no se quiere someter a la organizacién, al poder, tecsi, y que forma parte de una fancién binaria con la sabidurfa. Intuye que otros datos sueltos planteados por Bertonio [1612] o Acosta [1590], sobre Ecaco o Arnauan, pueden ser parte de los ciclos miticos de Viracocha, pero considera demasiado aventurado plantearlo, debido alo fragmentario y disperso de la informacién. Es interesante como en esa fecha todavia acepta un Tunupa sabio y otro inobediente, asumiendo lo que Santa Cruz Pachacuti [1613] o Ramos Gavilan [1621] planteaban, pues no esté muy convencido de que quizé ellos, por razones catequéticas, hayan “sacralizado” al personaje tardiamente, en el siglo XVIL Empero su intuicién le permite ver los limites de asumir acriticamente muchos pasajes cronisticos. Asi, no asume per se el famoso diagrama del mundo de la crénica del indio catélico Santa Cruz Pachacuti [1613], donde 35 Fernando Armas As Viracocha est en Ja parte superior. Desconfia, pues este no le permite ver el esquema trifuncional del ciclo mitico de Viracocha, abandonandolo para cualquier ejercicio comparativo. De esta manera la trifuncionalidad en los esquemas espaciales andinos le interesa de sobremanera, de modo que recorriendo el ciclo mitico de la guerra de los chankas, destaca a los. tres héroes chankas; 0 en el ciclo mitico de los hermanos Ayar puede encontrar similitudes con la trifuncionalidad del esquema culto - sefiorfo — produccién que ya visualizé en el ciclo mitico de Viracocha (Tocapo, Pachayachachic, Imaymana), lo cual permite ampliar los horizontes semanticos de la trifuncionalidad. Finalmente, es interesante que ya en el interin se dé cuenta de la similitud de Cache y Taguapica, en relacién opuesta a Mango Capac o Pachayachachic. Es la relacién de orden/contencién, Pero también la oposicién espacial. El uno que se regresa a las entrafias de la tierra, el otro por el lado opuesto que se va al naciente. Una vez resuelto esta relacién conflictiva de Mango Capac/Cache y Pachayachachic/Taguapica, recién los héroes principales (Mango Capac, Pachayachachic) pueden ordenar el mundo, no antes, plantea Urbano. Hacia la delimitacién del trickster andino En el estudio introductorio a la crénica de Molina el Cuzquefio [1575], publicado en 1989 pero seguramente entregado hacia 1988, puede verse estas. ideas ya revisadas, aunque planteadas de manera més nitida. A lo ya dicho Urbano agregard o precisard dos detalles: En primer término, reconoce que, aunque Betanzos [1551] y Molina el Cuzquefio [1575] son los cronistas que mencionan a Viracocha y a sus dos ayudantes o hijos -en verdad también lo hace Sarmiento [1572]-y denominan al Viracocha principal como Con Tici Viracocha el uno o Tecsi Viracocha 0 Pachayachachic el otro, es con Molina el Cuzquefio [1575] en que desaparece el nombre Con. Ademds ambos no mencionan al hijo inobediente que si mencionan Las Casas [1566] o Sarmiento [1572], lo cual le lleva a afirmar que tal vez sea debido a que tanto Betanzos como Molina estan muy implicados en el proceso de evangelizacién y en utilizar esquemas trinitarios de pastoral, 36 SORRE TRICKSTER Y HEROES ANDINOS, LOS APORTES DE HENRIQUE URBANO, por lo cual un Viracocha y sus dos criados o hijos resulta mds convincente que acompafiados de un cuarto personaje (Urbano 1989: 28). No abandona los esquemas trifuncionales como una légica prehispnica del espacio que le ha interesado anteriormente, pero reconoce la importancia de la trinidad cristianizadora de esas crénicas y lo ficil que es mezclarla con los esquemas andinos de espacio previamente existentes. Ensegundo término, hablando del hijo inobediente Taguapica o Taguapaca segtin Las Casas [1566] 0 Sarmiento [1572], aqui Urbano recoge lo que en 1981 sdlo habia mencionado: que Cieza de Leon [1553] dice que a Viracocha también en muchos lugares le llaman Tuapaca o Arnauan. Es decir, que independientemente del espacio donde esté el hétoe, este cronista intuye que todos los nombres dichos expresan ideas similares, es decir son héroes homénimos. Bajo esa idea el héroe inobediente y atrevido de Las Casas y Sarmiento, claramente vinculado al mundo aimara por las caracteristicas geogréficas de los relatos, Urbano lo relaciona con el Tunuupa que menciona Bertonio [1612] ~hay que recordar que Santa Cruz Pachacuti [1613] haba dicho que el héroe que él mencionaba se llamaba Tarapaca o Tunupa, y por alli Urbano habia establecido la conexidn con Taguapaca 0 Taguapica- y dice de él que hacfa cosas “muy indignas” y “embustes”, y que ademas en otros lugares se le llamaba Ecaco. Si vamos por su raiz thunu, este es sinénimo de tukhi y haccha chuyma que en castellano significan, segiin Bertonio, “soberbio, atrevido, mal mandado”. Hablando de Ecaco, indica Bertonio, segiin lo recogido en el drea aimara, que este hacia “embustes” y muchas fabulas, Ademds en quechua su traduccién es Yquicu o Equeco que Bertonio mismo lo traduce como “hombre ingenioso que tiene muchas tracas’. Diego Gonziles Holguin [1608] en su diccionario de quechua le da como sinénimo de quilliscachi, y Holguin como Bertonio traducen quilliscachi como “chismoso y mentiroso’. Recuerdaademss Urbano que José de Acosta [1590] habia dicho quea Viracocha le llamaban Pachayachachic, Pachacamac y Usapu en muchos lugares. Es decir se subraya esta idea de que son héroes andinos de diversos espacios pero con similares caracteristicas, Usapu, segiin Holguin [1608] designa a un personaje “majioso o venturoso grangero que en todo gana y acierta”, 9 Fernando Arma Asin En cuanto a Taguapaca, no le da muchas posibilidades en quechua y aimara, pero Taparaco en aimara define a “revoltoso, travieso”. Por lo cual cree que ‘Taguapica o Taguapaca es metitesis de ‘Taparaco, De modo tal que Urbano va entendiendo que Taparaco, Tunupa, Ecaco, Usapu, 0 Viracocha son nombres que designan a estos héroes embusteros andinos. Cree que el Ticciviracocha de los primeros cronistas es la version de la primera evangelizacién en los Andes; mientras Pachayachachic es un nombre impuesto por la tradicién evangelizadora tardfa y posterior. Sin duda tanto la imposibilidad de enlazar la seméntica de esos nombres con los héroes embusteros como la propia versién idealizada y cristianizada de los cronistas que los refieren, le leva a esa percepcién (Urbano, 1989: 33-34). En esa dptica entiende que a Molina el Cuzqueiio [1575] no le interesaba los héroes revoltosos, atrevidos, burladores y embusteros; sino quelle interesaba reforzar los esquemas trinitarios, con Viracocha y sus dos hijos, e incluso abandoné el término con que anteponia Betanzos, pues le recordaba a esos héroes prehispanicos que habia que reemplazar. Urbano relaciona Con al Cuniraya Viracocha de las tradiciones de Huarochiri, personaje revoltoso, lo que concuerda con la caracteristica del panteén de héroes que ha estado resaltando (Urbano, 1989: 35). Aunque Urbano ha tratado de decirnos que interesa el espacio semAntico de los términos més que la traduccién en sf, para delimitar los espacios de los héroes ~asi Ecaco se mueve en el mundo aimara y quechua, Taparaco y ‘Tunupa en el mundo aimara- le es complejo no recurrir a ellos para establecer la hilacién de sus personajes. En cuanto a Viracocha, esté cercado por las voces clisicas de los diccionarios ~“espuma, grasa, océano”-, lo cual lo lleva a asumir al personaje como uno genérico al mundo quechua y aimara. Asi pues ha delimitado al héroe embustero de la tradicién mitica andina. Paralelo a este trabajo ~confeccionado hacia 1988- aparecia en la Revista Andina un articulo donde condensaba mejor todos estos aportes: “Thunupa, Taguapaca, Cachi. Introduccién a un espacio simbélico andino”. Nos recordaba alli la importancia de las funciones y de los espacios seménticos de los héroes, asi como que estos relatos recogidos por la cronistica respondfan a realidades concretas, como la definicién del espacio simbdlico de la primera evangelizacién, de la nueva realidad sociopolitica y a la necesidad de ajustar la experiencia colonial a la légica trifuncional andina. 38 SOBRE TRICKSTER Y HEROES ANDINOS, LOS APOKTES DE HENRIQUE URBANO... Entrando a los aportes, subraya que Ticci o Pachayachachic son construcciones catequéticas, por lo abstracto de sus significados -aunque claro, segiin los diccionarios evangelizadores-. Esto confirmé su anterior vision. Bajo esa légica, y a diferencia de 1981, ya no cree en Ja importancia de establecer las conexiones lingiiisticas de las traducciones de Imaymana ¥y Tocapo, los hijos o criados de Viracocha. Las tradueciones de Molina le buelen a catequética catélica, por lo cual, a diferencia de 1981, no le interesa hacer relaciones seménticas. Si le interesa resaltar la importancia de la espacialidad de los personajes Viracocha, viajando al norte por diferentes reas del campo andino. Por lo demas, el texto, como el anterior de ese mismo af, presenta al héroe embustero, maiioso, que seria Taparaco, Tunupa 0 Con, con los argumentos ya vistos (Urbano 1988a: 207-211). Ademis refuerza el esquema tripartito con el tridngulo Umantuu/Thunupa-Taparaco/Quesintuu, recordando las dos amantes de Thunupa, y sugiere que el esquema puede “ser los ancestros del modelo simbélico de los cristianizados Wiracocha” (Urbano, 1988a: 212). Yale decir no sélo rechaza al Pachayachachic catélico, sino que sugiere a Imaymana/Viracocha/Tocapo como una trinidad colonial. Su rechazo al dualismo de los etnohistoriadores y su apuesta por la triparticion andina lo llevaa sugerir en el mito delos hermanos Ayarlarelacién antepuesta ‘Mango/Cache y la eliminacién de este tiltimo para prevalecer la terna restante de los hermanos Ayar. Este Cache es mafioso y embustero. También nos secuerda en el ciclo mitico de la guerra ritual -tinkuy- de los chankas, la importancia del héroe Quilliscachi Urco, mafioso. Finalmente refuerza la base tedrica sobre estos héroes mafiosos y embusteros: el trickster americano recogido por Paul Radin (1974) y los ciclos miticos indoeuropeos recogidos por Georges Dumézil (1986), que habjan sido ya advertidos para América por Lévi-Strauss, Aquel habia llamado la atencién de este tipo de héroes americanos, muy difundidos al norte y sur del ecuador, La invitacién de Urbano es pues obvia: despercudirnos de creer que la experiencia mitica andina es tnica y no comparable, y aprender a ver semejanzas y andlisis mas simples que los razonamientos de dualidades, cuatriparticiones, pachakuti, y otras visiones a veces muy cargadas de nacionalismo e indigenismo (Urbano, 1988a: 218). 39 Femando Armas Ass Un tercer trabajo de Urbano, donde subrayé estos aportes, se dio en 1994, producto de un congreso realizado en la universidad de Valencia, y que se publicd bajo el titulo “Fulleros en los Andes”, reeditado en el afio 2014 en Cusco. En el nos recuerda la necesidad de entender que todos estos relatos recogidos por las crdnicas son textos que hay que saber leer, indagar qué nos quieren decir, pues son textos coloniales atravesados por percepciones ideolégicas, que hay ademas que saber contextualizarlos en su geografia y tiempo; igualmente hay que entender que los diccionarios de la época responden 2 intereses y miradas concretas; y por ultimo, recordar como siempre que mas que buscar traducciones de los nombres de los héroes interesa las funciones que cumplen, los gestos y palabras (Urbano, 2014: 10-11). ‘Acto seguido Urbano recuerda la importancia de distinguir entre los Viracochas de los relatos miticos, de la figura de Viracocha relacionada a la vida de los incas y del Viracocha asociado a la figura del espafiol del siglo XVI. Recuerda que tanto en Betanzos [1551] como en Garcilaso de la Vega [1609] hay dos relatos mas o menos parecidos sobre Yahuar Huacac y su hijo Viracocha 0 el de Viracocha Inca y su hijo Pachacuti. En todo caso, apartando los elementos digamos de la catequética catdlica que se introducen en ambos relatos, se puede ver la asociacién de Viracocha con el Sol. Siguiendo a Gonzilez Holguin y al lingiiista contempordneo Alfredo Torero, recuerda la importancia de cémo la catequética introdujo una serie de hechos sobre el personaje y su significacién (Urbano, 2014: 11-14 y 18-20). Esto le leva a afirmar que por un lado hay que ver al Viracocha-Sol adorado por los incas y otro ver a los distintos fulleros existentes en los Andes (Taparaco, Tunupa, Arnauan). Uno ordena, hace las cosas, les da vida; los otros desordenan, recompone (Urbano 2014: 28-29). Con ello busca resolver la pregunta que siempre rondé en sus investigaciones, zera Viracocha un trickster mas? O alguien diferente, distinto’. 3 Aunque en la reedicién a la Crénica de Crist6bal de Molina, volveria a lo que fue su parecer previo, que Viracocha era otro trickster més: “Afiadiré una nota relative a la evolucién colonial de la cronistica en too al héroe embustero Pusicaka / Viracocha, ya sea Tawapaca, ya sea Tuslupa...” (Urbano 2008 XLIV). Le acompafaban dudas razonables por el destino ulterior de este personaje de estudio, 40 SOBRE TRICKSTER Y HEROES ANDINOS. LOS APORTES DE HENRIQUE URBANO. Otro aspecto interesante del articulo es que reconoce que, a diferencia de César Itier (1993), que para entonces se habia adentrado en las averiguaciones lingiiisticas en torno a Yachachic, él no lo habia hecho pero si traté de relacionar el campo seméntico de Taparaco, Taguapica, Taguapaca, Tunupa, etc. con el fullero, el embustero de la mitologia americana, a partir de lo que los diccionarios del siglo XVI dieron alguna cuenta, Reconoce que ha tratado, si, de centrase en los gestos y palabras, las funciones, en este campo de Taparaco y sus variantes, y que le ha dado interesantes resultados (Urbano 2014: 21). Insintia que, asi como se puede postular a Taguapaca o Taguapica deviniendo de Taparaco, también podria afirmarse que dado que en Molina el Cuzquefio [1575], en sus oraciones redactadas, aparece Taguapaca asociado a los distintos nombres del Viracocha Pachayachachic, Dios Creador, podria ser el término Taguapaca de origen quechua (cuya real semédntica prehispanica obviamente se perdié por el retruco que hicieron los evangelizadores) que luego pas6 al Taparaco fullero aimara. Lo cual, mas alld de la sutileza, no hace sino reforzar la idea de cémo los evangelizadores fueron transformando los términos para construir al Tonapa Viracochampa Cacham de Santa Cruz Pachacuti [1613], Dios Creador, hacedor andino. Un ultimo aspecto interesante del articulo es de nuevo reconocer su deuda tedrica para el desarrollo del trickster andino: el trabajo de Paul Radin (1974). Asi, tomando en cuenta que ha hallado a estos personajes, que cambian de nombre segiin las regiones, que podrian pertenecer a varios ciclos miticos, recuerda que el nombre Io toma del que Radin sefialé al trabajar los relatos miticos Winnebago: el trickster, “el que hace trucos’. Reconoce que en castellano el término “fullero” designa mejor sus rasgos. Aunque tampoco le irfa mal “embustero” (Urbano, 2014: 16). Precision y consolidacién de la figura del trickster En el afio 2001, en el marco de un congreso sobre utopias, milenarismos Y mesianismos en América Latina, organizado en la universidad de San Martin de Porres -las actas se publicaron en el afio 2002-, Urbano presentd, una ponencia donde se adentré en la tematica de cémo el ciclo mitico de Viracocha recogido por las primeras crénicas respondia a un esfuerzo a Femando Armas Asia evangelizador, no sdlo de una economia de la salvacidn sino ademas cargado con un fuerte discurso profético. En esas paginas, por cierto, hablaria sobre el trickster © fullero prehispdnico, que va a tender a desaparecer en los relatos evangelizadores para ser sustituido por San Bartolomé en la figura de Tarapaca o Tunupa, pues era necesario para los planes catequéticos: “En su expresién andina mas genuina, el fullero es la negacién del “plan ordenador” y el gestor de la invencién no tanto del desorden sino mas bien de lo arbitrario de la existencia del mundo y las cosas” (Urbano, 2002: 26). Es decir introducia claramente un nuevo avance para la caracterizacién del trickster andino. Lamentablemente, no profundizaria la idea para mas adelante. Finalmente, en el afio 2008, una nueva edicién de la crénica de Molina el Cuzqueiio [1575], también editado por la universidad de San Martin de Porres, llevé a Urbano a actualizar su anterior estudio del cronista, publicado en 1989. Un primer asunto fue que ya sin ambages, all{ donde anteriormente esctibia “personaje rebelde 0 mafioso” o a lo sumo héroe embustero, pone “personaje rebelde, embustero, fullero 0 mafioso, el trickster de la mitologia norteamericana” (Urbano, 2008: XXXVIII). Constantemente reemplaza términos anteriores por el de “fullero”, que al parecer le indicarfa mejor lo que desea expresar. Un segundo aspecto es que introduce mds elementos para seguir trabajando el tema del héroe fullero. Asi, en una nota de pie de pagina, lanza la hipétesis de considerar a Arnauan con la voz arara que designa a un “parlero”, segin lo recogido por Bertonio [1612] (Urbano, 2008: XLI). Pero su mayor aporte es introducirnos en el campo del héroe Pucicaka. Este es un héroe recogido por la Carta Annua de los jesuitas de 1603, a orillas del Titicaca, en zona aimara. Este Pugicaka fue el hacedor de las cosas, y tuvo un hijo Tufupa. Aqui el relato nos recuerda lo que Betanzos [1551] y Cieza de Leén [1553] recogieron de Con Ticci Viracocha, personaje que iba allanando los cerros y recorriendo los valles, pero luego nos dice que por envidia lo capturaron y lo crucificaron ~recordéndonos los relatos Taguapaca, Taguapica o Tunupa de Las Casas, Sarmiento Ramos Gavilin-, luego resucité y castigé a quienes habian hecho eso, y luego el relato termina diciendo que andaba haciendo “torpezas” y era “muy vicioso” 2 SOBRE TRICKSTER ¥ HEROES ANDINOS. LOS APORTES DE HENRIQUE URBANO, Aunque las bitsquedas seménticas no ayuden mucho, se da cuenta de que las similitudes de relatos responden a que los gestos, las funciones implican mucho mas que los nombres; es decir, lo importante es lo que representan los personajes (Urbano, 2008: XLV). Dado que pusi significa como tawa, cuatro, encuentra similitudes entre los campos seménticos de Pucicaka y Taguapaca, creyendo que las connotaciones del todo, del universo de Pucicaka para la cronistica colonial, pueden llevar a creer en su construccién ulterior como Con Ticci Viracocha, en el mundo quechua, el Creador de los evangelizadores. Es decir, asi como Con Ticci Viracocha pasé a desempefiar ese rol y Taguapaca © Taguapica el del hijo rebelde para el discurso evangelizador, aqui Pugicaka y Tufupa tendrian esos mismos roles en el mundo aimara. De esta manera Tuiupa tendria como siempre los rastros de ese héroe mitico ya revisado: Taguapaca, Taguapica o Taapac. Nos recuerda que Ramos Gavilén [1621] convirtié este personaje en uno santo vardn, en un segundo momento, para las necesidades evangelizadoras. Un aporte al estudio de la mitologia andina El introducir el trickster para el estudio de la mitologia andina fue necesario en la renovacién de los estudios antropolégicos e histéricos en la materia, Este trickster 0 “fullero” o “embustero’, era por cierto intuido por algunos en la década de 1960, pero serfa Urbano quien de forma mas insistente lo trabajaria. Detrés de él Gary Urton (1990) traté de estudiar a Ayar Cache bajo esa huella te6rica. En los tiltimos afios se ha buscado igualmente estudiar bajo esa logica a los personajes miticos recogidos por el Manuscrito de Huarochir{ [1608], particularmente a Cuniraya Viracocha, Recientemente, por ejemplo, Luis Millones y Hiroyasu Tomoeda (2009) lo valoran al redactar la introduccién para una nueva edicién de esas tradiciones. ‘También ha sido remarcable la importancia de estudiar a los personajes miticos en sus funciones dentro de la légica andina. R. Tom Zuidema se daba cuenta de ello en la década de 1960, y lo advirti6 en su momento. Esa insistencia de la antropologia ha calado hondo en los estudios religiosos andinos en general y en el terreno de la mitica, en particular, habiendo sido el de Urbano un aporte innegable. Femando Arma Asta La influencia de Georges Dumézil en los Andes, a través de Urbano, por otro lado, no ha sido plenamente valorada y aguarda un estudio detallado, Ast como el aporte amplio del estructuralismo en el pais, como metodologia y andlisis de estudios. La necesidad de hacer andlisis comparativo, dentro de una metodologia de trabajo en el estudio de la mitologia andina, es sin duda suarista mds evidente. En los tiltimos afios, Urbano aconsejaba que si bien esta metodologiaestructuralista ha resultado muy util para los estudios andinos, de todas maneras tiene sus peculiaridades y limitaciones, dado lo fragmentario de la informacién mitolégica, por lo que se hace necesario asegurar a cada tuno de los elementos del relato que se desea trabajar. Igualmente alertaba de la necesidad de darse cuenta de las improntas ideolégicas detras de los relatos existentes, finalmente coloniales; asi como darse cuenta de cuanto nos puede ayudar en nuestra tarea los avances metodoldgicos efectuados por los lingtiistas y los estudiosos del folklore popular, como ayudas complementarias (Urbano, 1993: 46-48). En suma pues, Henrique Urbano tiene un lugar innegable en la antropologia © historia sobre las religiones andinas prehispénicas y coloniales, y especificamente en la mitica andina, Vayan estas palabras aqui para reconocerlo. 44 Bibliografia Acosta, J. de ([1590]1987). Historia Natural y Moral de las Indias. Madrid: Historia 16. Amoux, J. I. (1985). La divinité majeure des Incas selon Uhistoriographie des XVIe et XVIe siécles, Parts: EPHE. Bertonio, L. ([1612] 1984). Vocabulario de la lengua aymara. La Paz: CERES-IFEA-MUSEE, Betanzos, J. de ([1551] 1987). Suma y Narracién de los Incas. Madrid: Biblioteca de Autores Espafioles. 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