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TRANSITO ARMÓNICO

La Familias que ingresan a los niños y niñas a tan temprana edad en la educación
primaria, con frecuencia se enorgullecen de lo adelantado que va su niño o niña.
Quizás, piensan que el proceso de enseñanza de los contenidos de estos grados
es lo más importante en la vida, y por lo tanto, mientras más temprano se realice
mucho mejor. Tal vez, desconoce que en la primera infancia los niños y niñas están
en edad de jugar, de explorar y curiosear la vida, de aprender a compartir con
amigos y amigas, por lo tanto, todavía no es tiempo de hacer tareas, planas, filas y
de estarse quietos. Tal vez con buena intención, se está forzando a los niños y niñas
en su desarrollo, es posible que aprendan cosas importantes y desarrollen ciertos
procesos cognitivos que son fundamentales en el aprendizaje, sin embargo, pierden
oportunidades para desarrollar otras capacidades como la creatividad, la curiosidad,
la espontaneidad propias de los niños y niñas de primera infancia que son
fundamentales en el desarrollo de todos los seres humanos6.

Por lo anterior, si el cambio de las modalidades de educación inicial en el marco de


la atención integral y otras modalidades de atención a la primera infancia al
establecimiento educativo donde se encuentra el grado de transición se hace de
manera adecuada, posiblemente sirva al niño o niña para que vayan desarrollando
su capacidad de adaptarse a otros cambios que vendrán en su vida y que requieren
desprenderse de un ambiente y unas personas a las que estaba acostumbrado para
entrar a nuevos ambientes, con nuevas costumbres y nuevas personas. Por el
contrario, si el paso del “jardín” al establecimiento educativo es muy doloroso y
difícil, puede hacer que el niño o niña desarrolle angustia de separación o
dificultades de adaptación a situaciones nuevas, a procesos de socialización o su
vinculación al sistema educativo7.

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