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1 Francisco Gutiérrez Sanín (compilador). Degradación o cambio. Evolución del sistema político
colombiano. Bogotá, Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales - Editorial
Norma, 2002, p. 11.
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Eduardo Pizarro subraya, como lo hace tá. Como tercera coincidencia, todos ellos
en trabajos anteriores,2 la “decadencia y reconocen que el sistema de partidos ha
atomización” de las dos colectividades sufrido cambios significativos en la últi-
tradicionales. ma década. Estos cambios, sutiles algu-
nos de ellos, han sido no obstante
Sin embargo, los puntos de acuer-
opacados por el dominio bipartidista
do son mayores. En primer lugar, los
que aún persiste en las elecciones nacio-
autores comparten la opinión de que
nales y locales. Finalmente, varios auto-
“los partidos y el sistema de partidos
res coinciden al afirmar que las reformas
están en mal estado. Las organizaciones
políticas de 1991 abrieron el campo a
partidistas se han erosionado seriamen-
cambios profundos, “algunos con con-
te desde los noventa. Los partidos se
secuencias laterales indeseadas”.
han reducido a “microempresas electo-
rales”, en la expresión evocativa de Eduar- En el marco de estas y otras discu-
do Pizarro”.3 AunqueFranciscoGutiérrez siones se mueven los ocho ensayos que
duda de la utilidad actual del concepto componen el libro. Los artículos de Fran-
acuñado por Pizarro, coincide con él en cisco Gutiérrez y Mónica Pachón inten-
que la organización del Partido Liberal tan llenar un faltante en la literatura po-
ha experimentado un “profundo dete- lítica del país: analizar a los partidos
rioro”. Un segundo acuerdo entre algu- políticos como lo que son, es decir, como
nos autores se refiere al tema de los organizaciones.4 Con excepción de los
votantes, quienes hoy hacen menos caso trabajos de Medófilo Medina sobre el
de los “marbetes partidistas” que en el Partido Comunista, los estudiosos de los
pasado: “la identificación partidista ha partidos políticos en Colombia se ha-
caído abruptamente”. Aunque esta últi- bían dedicado a mirar los aspectos ideo-
ma parece una conclusión evidente, la lógicos, doctrinarios y electorales de las
virtud de los trabajos del texto es demos- dos colectividades políticas. Ambos artí-
trar, empíricamente, las características culos, el de Gutiérrez Sanín sobre el
de esta caída en la identificación parti- Partido Liberal y el de Pachón sobre el
dista, como lo hace especialmente Mi- Partido Conservador, vuelven sobre una
guel García analizando el caso de Bogo- pregunta que en el pasado había sido
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respondida en la mayor parte de la lite- ¿Por qué, en fin, pese a sus increíbles
raturasobreeltema,negativamente:¿Existe niveles de desinstitucionalización y des-
o no el partido? Desde enfoques distin- prestigio, el Partido Liberal sigue siendo
tosyconinstrumentosdisímiles,losautores el partido mayoritario?” Para responder-
responden a esta pregunta casi teológica. las, el autor divide el texto en cuatro
secciones. En la primera de ellas, que
El ensayo de Francisco Gutiérrez
puede saltarse sin mayor perjuicio como
“Historias de democratización anómala.
el mismo Gutiérrez sugiere, se hace un
El Partido Liberal en el sistema político
recuento de las fuentes y del tratamiento
desde el Frente Nacional hasta hoy”,
dado a la información. La segunda es un
plantea, además de la pregunta señala-
análisis cuantitativo que pretende mos-
da, otros dos interrogantes: ¿vale la pena
trar en qué sentido puede hablarse del
el estudio de un solo partido? y de ser
Partido Liberal como una mayoría en la
afirmativa la respuesta, ¿es posible? De
disputa electoral desde el Frente Nacio-
entrada el autor responde la primera
nal. La conclusión de éste acápite es tan
pregunta con un sí enfático: “(...) el en-
paradójica como su accionar: “Tenemos
foque analítico de ver cada bloque cons-
pues la paradoja de un partido mayori-
titutivo antes de enfrentarse al sistema
tario, longevo, apoyado en una fuerte
puede tener una gran fuerza de ilustra-
identidad política, congruente y con una
ción”.5 La solución a la segunda inquie-
base electoral muy estable que sin em-
tud también es, aunque menos contun-
bargo tiene serias dificultades para ha-
dentemente,afirmativa,puesparaelautor,
blar con una voz nacional y para dejar
el tema de la organización interna del
satisfechos a los sectores de la población
partido liberal, separado de su experien-
en cuyo nombre básicamente ha gober-
cia como partido de gobierno o de sus
nado”.6 La tercera y la cuarta parte del
relaciones con el conservatismo, es un
texto están dedicadas a analizar, hacien-
tema viable.
do uso de teorías como la de Albert
Otros interrogantes rondan el tra- Hirschman, la evolución interna del Par-
bajo de Gutiérrez, para quien el artículo tido Liberal desde el Frente Nacional
es, además, un intento de resurrección hasta la década de los noventas, pasan-
de unas buenas preguntas que formula do de la pirámide centrista que caracte-
de la siguiente manera: “¿Cuál es la es- rizó al partido en buena parte del Frente
pecificidad del Partido Liberal? ¿Cómo Nacional a la “inclusión sin diversifica-
se explica su vitalidad y supervivencia? ción” de la década de los noventas. Aun-
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7 Ibíd., p. 124.
8 Sobre las razones de estos autores para una afirmación tan categórica, puede verse:
Francisco Gutiérrez Sanín y Andrés Dávila Ladrón de Guevara. “Paleontólogos o politólogos:
¿qué podemos decir hoy de los dinosaurios?”. Revista de Estudios Sociales No. 6.
Bogotá, Facultad de Ciencias Sociales, Uniandes-Fundación Social, Mayo de 2001, pp.
39-49.
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ñen, ambas nociones son útiles para el terceras fuerzas con respecto a los parti-
estudio de los partidos y el sistema de dos tradicionales en lo que tiene que ver
partidos colombiano. Debates como éste, con las estrategias electorales.
sin duda, son los que pueden hacer
Otro de los objetivos de la circuns-
avanzar significativamente la compren-
cripción nacional para Senado consistía
sión del sistema político del país.
en el intento de quebrar las redes
Porsuparte,JuanCarlosRodríguez- particularistas y frenar la creciente
Raga centra su análisis en la incidencia desinstitucionalización de los partidos
de los cambios del sistema electoral en el tradicionales. Lo que sugiere el autor es
comportamiento de los partidos políti- que el nuevo diseño del sistema electo-
cos tradicionales y las terceras fuerzas. ral “no logró establecer las talanqueras
En particular, le interesa mirar cómo la suficientes para evitar la proliferación de
implementación de la circunscripción listas”. Particularmente las elecciones de
nacional para Senado tuvo efectos en las 1994 y 1998 evidenciaron una atomiza-
estrategias electorales de quienes parti- ción cada vez más alarmante. La compe-
ciparon en estos comicios. Haciendo uso tencia intrapartidista, cada vez mayor,
de los índices de concentración y domi- tanto en los tradicionales como en las
nio, el autor extrae una conclusión pre- terceras fuerzas, deja ver un fenómeno
liminar: “(...) la introducción de la cir- que Eduardo Pizarro había señalado ya
cunscripción nacional para Senado creó hace algunos años: la creciente perso-
incentivos para los candidatos en el sen- nalización de la política colombiana. Fi-
tido de tratar de buscar, en mayor o nalmente, tampoco la circunscripción
menor medida, votos en todo el país”.9 nacional para Senado ha posibilitado
La lectura de los cuadros y gráficas de una apertura en el sistema de partidos
concentración y dominio le permiten al colombiano: las terceras fuerzas no han
autordocumentaraseveracionesqueotros logrado establecer una presencia conso-
han realizado sin fundamento empírico: lidada en la arena electoral del Senado.
en primer lugar, que los miembros de los La conclusión de Rodriguez-Raga es
partidos Liberal y Conservador han he- contundente: “los objetivos que trazó la
cho tradicionalmente política en sus re- Asamblea Constituyente de crear la cir-
giones. En segundo lugar, que los parti- cunscripción nacional para Senado fue-
dos tradicionales han sido más dominan- ron desproporcionados, y quizás torpe-
tes, en promedio, que las terceras fuerzas, mente ambiciosos”. La pregunta del títu-
según los niveles de dominio. Adicional- lo del artículo aparece con fuerza: ¿se
mente se muestra como desde 1998 ha cambió todo para que nada cambiara? La
habido un proceso de “imitación” de las respuesta en este caso deja una sensa-
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10 Ibíd., p. 327.
11 Para una caracterización de estas dos formas de clientelismo véase: Andrés Dávila Ladrón
de Guevara. “Clientelismo, intermediación y representación política en Colombia: ¿qué ha
pasado en los noventa?”. Estudios Políticos No 15. Medellín, Instituto de Estudios
Políticos, Universidad de Antioquia, julio-diciembre de 1999, pp. 61-81.
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por dos vías: las conexiones político- tante discutible. Con todo, el balance es
familiares de las élites y la designación a positivo: hoy más mujeres participan en
los altos cargos por parte del ejecutivo. el campo electoral y ocupan cargos di-
Desde 1988 y especialmente en la déca- rectivos en la función pública que hace
da de los años noventas con un viraje en tres décadas. Por su parte, Ricardo Peña-
los propósitos de los movimientos de randa muestra en su artículo sobre las
mujeres, menos contestatarios y más es- organizaciones indígenas en el sistema
tatistas, y con una mayor participación político colombiano, como éstas han
en los escenarios de representación mo- pasado en la última década de ser sola-
tivada por los cambios constitucionales, mente protagonistas en lo social, a ser
las mujeres lograron mayor presencia en también protagonistas en lo político. A
espacios como el Senado y la Cámara. lo largo del texto, el autor trata de de-
Sin embargo, el ingreso a escenarios mostrar que no sólo han crecido sino
locales y regionales ha sido mas limita- que han perdurado en los distintos car-
do, pues según la autora, las dos dinámi- gos de elección: concejos, asambleas,
cas electorales son distintas: mientras alcaldías, gobernaciones y Congreso.
lograr una curul en el Congreso exige
Este es, en síntesis, un libro que
negociar con jefes políticos de cierto
ayuda a comprender el funcionamiento
rango, la política local parece desenvol-
del sistema político colombiano en las
verse en una negociación permanente
últimas décadas. Las hipótesis que los
con representantes comunales. Esto se
autores plantean renuevan la discusión
explica además porque las barreras de
sobre temas que se creían superados o
género parecen afectar más a las mujeres
sobre otros que, de cuando en cuando,
de bajos recursos que actúan en el plano
reaparecen con fuerza. ¿Degradación o
local, que a las que participan en los
cambio? El lector sacará sus propias con-
comicios nacionales, mujeres fundamen-
clusiones.
talmente de élite; cuestión que es bas-
Juan Carlos Escobar Escobar
Investigador
Instituto de Estudios Políticos
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