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INTRODUCCION

Escogimos este tema, porque no está muy trabajado en la

doctrina, tanto nacional como la extranjera.

Por lo general se desarrolla con mayor profundidad la

representación; y en ocasiones es confundida con el mandato.

Esta confusión ya no existe en el Código Civil de l984, el

cual regula el contrato de mandato de modo totalmente distinto

a su homólogo de l936.

En tal sentido, nuestro actual Código Civil distingue

sustancial y sistemáticamente el contrato de mandato de la

representación.

Asimismo, nuestro Código Civil adecuándose con la realidad

social; presume la onerosidad de dicho contrato a diferencia de

su predecesor de 1936 que presumía la gratuidad del mismo.

Todas estas variaciones, ameritan un estudio del contrato

de mandato con el propósito de asignarle un significado

autónomo a partir de la normativa vigente.

Por otro lado, el Código Civil de 1984 plantea la

unificación legislativa para los contratos de compraventa,

permuta, mutuo, depósito y fianza los cuales antes eran

regulados por partida doble: tanto en el Código Civil

(contratos civiles) como en el Código de Comercio (contratos


1
mercantiles).

1
ARTICULO 2112 : "Los contratos de compraventa, permuta,
mutuo, depósito, y fianza de naturaleza mercantil, se rigen por
las disposiciones del presente código. Quedan derogados los
artículos 297 a 314, 320 a 341 y 430 a 433 del código de

1
Interesa, entonces saber por qué no se hizo lo mismo con

el mandato, el cual tiene su contraparte mercantil en el

contrato de comisión. Manteniéndose hasta hoy un tratamiento

dual, sin una real distinción entre ambas figuras.

El presente trabajo, no estudiará la unificación del

Derecho Privado en su conjunto (Derecho Civil y Derecho

Mercantil) sino sólo una parte de dicha problemática.

Demostraremos la conveniencia de la unificación

legislativa del mandato y de la comisión dentro del código

Civil.

Nuestro trabajo está dividido en 3 secciones.

En la primera se desarrolla el denominado " proceso de

unificación de las obligaciones civiles y mercantiles".

En sus diversos acápites, se expondrán los elementos

generadores de dicho proceso y las críticas al mismo.

El impacto de la revolución industrial, con la

masificación que acarreó, determinó que cada vez sea mayor el

número de personas que utilicen los instrumentos mercantiles.

Pero no sólo hay un aumento cuantitativo, sino que dichos

sujetos por la actuación que realizan los van perfeccionando,

tal es el caso de la letra de cambio, vales, cheques,

extendidos profusamente en la sociedad, dejando de ser

instrumentos de exclusivo uso por comerciantes profesionales.

Una legislación en particular, el CODE DE COMMERCE DE

1807, sienta las bases de una concepción "objetiva" de los

actos de comercio dándole mayor impulso a las transformaciones

comercio."

2
sociales y económicas. Parecería que es más fácil separar la

disciplina Civil de la mercantil ya que se contraponen a los

actos Civiles por un lado, los actos objetivos de comercio.

Sin embargo, es todo lo contrario puesto que al no ser

definido el acto objetivo de comercio no se pudo precisar en

donde residía su comercialidad, impidiendo que la materia Civil

y la mercantil, puedan ser coherentemente delimitadas.

Así, es incoherente, que en un código que aparenta

servirse de un criterio objetivo para delimitar la materia

mercantil, se requiera la presencia de un comerciante (factor

subjetivo) para determinar que ciertos contratos son

mercantiles (por ejemplo, esto ocurre para la comisión).

Asimismo, resulta tautológico exigir que el mismo contrato de

comisión para que sea mercantil, tenga por objeto la obligación

de realizar actos jurídicos comerciales o mercantiles. ¿ Cómo

vamos a saber cuando la comisión es mercantil, si el código nos

dice que para saberlo tenemos que empezar por saber si las

obligaciones objeto de la comisión sean mercantiles ?.

En buena cuenta, nos encontramos ante un círculo vicioso

en el que la delimitación del ámbito mercantil no resulta

clara.

Pero, ¿ en qué ayuda tal " objetivación " en el proceso

unificador de las obligaciones civiles y mercantiles ? ¿ Sólo

sirvió para hacer más oscura la demarcación entre lo Civil y lo

Mercantil ?.

Nosotros pensamos, que la " objetivación " permitió que el

Derecho mercantil se expanda más allá de ser un Derecho de sólo

3
un sector social; siendo asumido por la mayoría de los

integrantes de la sociedad, que merced al proceso de

industrialización y masificación participaron intensamente en

la actividad comercial e industrial.

Si nos encontramos frente al problema de deslindar la

materia Civil de la mercantil y observamos que no es posible

diferenciarlas eficientemente con los criterios señalados por

la legislación (la noción objetiva del acto de comercio), nos

percataremos que la separación es sólo formal y que lo

socialmente unido es artificialmente contrapuesto por las

normas jurídicas.

Plantear la unificación del contrato de mandato con la

comisión, permitiría aclarar la distinción en este punto

continuando la tarea iniciada por nuestro código Civil con los

contratos de compraventa, permuta, mutuo, depósito y fianza.

La noción del acto de comercio objetivo, apunta a dicha

"generalización" del Derecho mercantil éste deja de ser un

Derecho especial para convertirse en un Derecho de tal latitud

que se aleja de sus fines originarios. La extensión en demasía

de ésta objetividad determina que para estar comprendido en su

ámbito, no fuera necesario ser comerciante, bastaba realizar

una actividad -aunque fuera circunstancial- con lo cual se

produjo una crisis de la noción del acto de comercio como

meollo del Derecho mercantil.

Con la participación masiva de la ciudadanía en el proceso

económico y con la mayor flexibilidad y protección al tráfico

que ofrecían las normas mercantiles, esta disciplina, y sus

4
lineamientos; adquisición a non domino, mora automática,

generación de intereses, plazos cortos; también se

"generalizaron" extendiéndose a la sociedad toda.

La generalización de las normas mercantiles, que venimos

afirmando, entra en directa relación con la denominada

" comercialización " del Derecho Civil, ya que por la extensión

de la normativa mercantil, las codificaciones civiles

posteriores se van renovando al adoptar tales reglas

originariamente mercantiles.

GARRIGUES, vincula correctamente masificación de la

sociedad, objetivación y comercialización del Derecho Civil, ya

que dichos acontecimientos se explican entre sí: " las

operaciones tradicionalmente reservadas a los comerciantes se

han hecho patrimonio común de todos los ciudadanos y así vemos

que desaparece en gran parte de la realidad del tráfico, la

vieja dicotomía entre contratos civiles y mercantiles (por

ejemplo; depósito Civil y depósito mercantil, seguro Civil y

seguro mercantil, transporte civil y transporte mercantil,

etc.). Y la distinción por ciertas características de las

obligaciones civiles y mercantiles (por ejemplo, por la

ausencia o presencia de formalidades por presumir la

mancomunidad o solidaridad de las obligaciones, etc.)

En definitiva, se produce la " comercialización " del

Derecho Civil, y una emigración al campo del Derecho general de

las obligaciones de una serie de instituciones que antes

regulaban los códigos de comercio y por consecuencia de esto,

una reducción del número de los contratos que conservan el

5
2
calificativo de mercantiles."

Entendemos, que los códigos civiles más que

"mercantilizarse" simplemente se adecuan a lo que deben siempre

ser; es decir códigos que normen el común actuar de las

personas, aquello que está generalizado en la sociedad no los

comportamientos excepcionales o especiales.

Las expresiones "comercialización del derecho Civil" o la

inversa "civilización del Derecho comercial" tienen la ventaja

de ser ilustrativas y por ello se mencionan en los textos; pero

nos forman una idea equivocada respecto del proceso unificador.

El proceso unificatorio no hace "desaparecer" las materias

civiles o las mercantiles, sino que sencillamente, éstas se

ajustan a los comportamientos y exigencias de la sociedad que

es normada.

El Derecho Civil, por su condición de Derecho común tiene

una aplicación respecto de la ciudadanía toda; es más el efecto

producido por la objetivación y posterior generalización del

Derecho comercial, es el de adecuar las instituciones civiles a

su época, con el propósito de que mantenga su carácter de

Derecho común y no se encargue de regular lo particular.

Así, la "mercantilización" del Derecho Civil lo ha

remozado, le ha infundido vitalidad, modernidad, pero en ningún

modo produce que disminuya el ámbito de lo Civil, siempre será

el Derecho común por excelencia.

Se arguye en contra del proceso unificatorio; que

ocasionaría la muerte del Derecho Mercantil, le quitaría


2
GARRIGUES : 1977 p. 33, 34.

6
autonomía a dicha disciplina.

Nosotros estimamos, que no se elimina ni quita autonomía

al Derecho mercantil.

Finalmente desarrollamos, la unificación parcial en

materia de contratos realizada merced al artículo 2112 del

Código Civil con el propósito de remarcar que los obstáculos

superados son los mismos que se necesitan eliminar para lograr

la unificación del mandato y la comisión (que el objeto de la

comisión sea la realización de actos jurídicos de comercio o

mercantiles por cuenta del comitente y que una de las partes

sea comerciante o agente mediador de comercio).

En la segunda sección de nuestro trabajo, realizamos una

" Comparación entre los contratos de Mandato y de Comisión"

para evidenciar su semejanza conceptual.

Nuestra legislación vigente forma parte del grupo de

legislaciones que separan conceptualmente representación y

mandato. Mientras que el mandato es un contrato nominado,

modalidad de la prestación de servicios (artículo 1756), la

representación está regulada dentro del libro II del acto

jurídico. Una es un contrato, la otra es un acto jurídico

unilateral.

Por ello, el mandato se celebra, mientras que la

representación se otorga o concede.

Las diferencias entre mandato y representación son por

entero aplicables al contrato de comisión, el cual no se

distingue del mandato en base a la presencia o ausencia del

elemento representación en una de dichas relaciones jurídicas.

7
Consideramos que no podemos contraponer una institución

mercantil conceptualmente independiente llamada comisión, al

lado del mandato Civil.

La comisión, ha perdido aquellas características

especiales o excepcionales que permitían contraponerla frente

al mandato.

Tanto la comisión como el mandato pueden ser onerosos.

La onerosidad no es elemento indispensable ni del mandato

ni de la comisión, ambos contratos son indiferentes a la

onerosidad. La onerosidad puede o no estar presente en ambos.

En ambos casos, con la finalidad de establecer la

retribución a falta de pacto expreso, se recurre de modo muy


3
similar a los usos.

Nuestro Código Civil, establece la presunción de

onerosidad en el mandato recogiendo un dato de la realidad a la

cual en última instancia están subordinadas las normas. En la

actualidad, encontramos que los mandatarios generalmente son

profesionales en la realización de los encargos que se ocupan;

3
ARTICULO 1791 DEL CODIGO CIVIL :" El mandato se presume
oneroso.
Si el monto de la retribución no ha sido pactado, se fija sobre
la base de las tarifas del oficio o profesión del mandatario; a
falta de estas, por los usos; y, a falta de unas y otros, por
el juez."

ARTICULO 271 DEL CODIGO DE COMERCIO :" El comitente estará


obligado a abonar al comisionista el premio de la comisión,
salvo pacto en contrario.
Faltando pacto expresivo de la cuota, se fijará ésta con
arreglo al uso y práctica mercantil de la plaza donde se
cumpliere la comisión."

8
cobrando lógicamente por sus servicios.

Habrá sin duda excepciones a lo antes dicho, pudiendo el

mandante elegir a su mandatario, por vínculos amicales y sin

pactarse una retribución.

En el caso de la comisión, este contrato lógicamente se

apoya en la onerosidad; el comisionista es retribuido,

generalmente con un porcentaje que aplica sobre el monto de lo

que compre o venda (ésta es otra acepción del término

"comisión", no sólo es un contrato sino también una forma de

retribuir).

Sin embargo, tal planteamiento no es absoluto ya que

existe el supuesto en el que un comisionista no perciba su

porcentaje o retribución, una vez realizado el encargo. Por

ejemplo; si al celebrar el contrato, renuncia a su retribución,

o no lucra en dicha operación por promocionarse y obtener

clientela futura, es lógico que el comerciante tenga ánimo de

lucro pero la ley no lo obliga a siempre obtener ganancia.

Tanto el mandato y la comisión, son contratos que

colaboran en la realización de actos jurídicos ajenos.

Y al colaborar, lo pueden hacer utilizando la facultad

representativa (a nombre del representado) o sin ella (a nombre

propio) o para cierto tipo de actos jurídicos (compraventa,

transporte) los cuales constituyen modos concretos de cooperar

en la conclusión de actos jurídicos por cuenta ajena y no

sustenta una separación radical entre el mandato y la comisión.

Señalaremos, que el actuar por cuenta del mandante,

elemento siempre presente en el mandato y la comisión; tiene el

9
siguiente significado :

1) Es una actividad (se prestan servicios) en la cual;

2) Hay una desviación de los resultados de tal actuar a

una persona diversa del mandatario.

Esta desviación se podrá efectuar de modo directo o

indirecto; pero en definitiva, los efectos del actuar del

mandatario no descansarán en su persona, su actividad de

cooperación siempre será externa, dirigida hacia terceros.

3) Por lo antes expresado, consideramos que esta actividad

"por cuenta ajena" tiene la naturaleza de trabajo en sentido

amplio; tratándose de un trabajo no subordinado.

En consecuencia, es correcta la ubicación del mandato,

como modalidad de la prestación de servicios (artículo 1756).4

Es evidente que tanto mandante como mandatario, llevan

ciertos intereses a la celebración del contrato los cuales

buscan satisfacer al ejecutar las prestaciones, pero no son lo

únicos intereses en juego dentro de dicho contrato.

Nuestro código Civil, en su artículo 1803 en forma

indirecta reconoce la existencia de intereses de terceros.5

En tal sentido, entendemos que el mandato puede celebrarse

4
Artículo 1756 del Código civil 1984 :
" Son modalidades de la prestación de servicios nominados:
a. La locación de servicios.
b. El contrato de obra.
c. El mandato.
d. El depósito.
e. El secuestro."
5
"Artículo 1803: La muerte, interdicción o inhabilitación
del mandante no extinguen el mandato cuando éste ha sido
celebrado también en interés del mandatario o de un tercero."

10
también en interés conjunto del mandante, mandatario y

terceros.

Respecto del mandato en interés único o exclusivo del

mandatario estimamos que no es posible de celebrarse.

En la tercera y última sección de nuestro trabajo,

planteamos la necesidad de la unificación del Mandato y la

Comisión.

A pesar de la unificación emprendida por el código Civil

de 1984, nuestra legislación se empeña en separar el mandato de

la comisión.

A tenor de los artículos 1790 del Código Civil y 237 del

Código de comercio se distinguen por la naturaleza Civil y

mercantil de cada uno de dichos contratos.6

Sin embargo, ambos contratos pueden referirse a idéntico

tipo de actos jurídicos : de adquisición, de enajenación,

transporte.

En consecuencia, el mandato del código Civil se refiere a

todo tipo de actos jurídicos y cualquier persona lo puede

celebrar; mientras que el mandato del código de comercio

denominado comisión, sólo puede referirse a un tipo de actos

jurídicos, los actos de comercio y los celebrantes solo pueden


6
Los artículos pertinentes sobre ambas nociones son :
NOCION DE MANDATO :
ARTICULO 1790 : Por el mandato el mandatario se obliga a
realizar uno o más actos jurídicos, por cuenta y en interés del
mandante.
NOCION DE COMISION :
ARTICULO 237 : Se reputará comisión mercantil el mandato
cuando tenga por objeto un acto u operación de comercio, y sea
comerciante o agente mediador del comercio el comitente o el
comisionista.

11
ser comerciantes.

La separación, a nuestro criterio se basa en elementos

externos (el acto jurídico que se encarga realizar, la

condición personal de los contratantes) y de oscura comprensión

(actos de comercio).

En modo alguno, se configura en el Código de Comercio a la

comisión como de naturaleza distinta al mandato. Ambos

colaboran en la realización de actos jurídicos, por cuenta

ajena.

Por último, existe un argumento lógico que impide

contraponer a la comisión frente al mandato. El artículo 2112

del Código Civil, al unificar el tratamiento de la compraventa,

permuta mutuo, depósito y fianza hace que únicamente se

consideren civiles a tales actos; siendo derogadas las normas

del Código de Comercio que los regulaban como contratos

mercantiles.

Para que un mandato sea comisión la obligación de realizar

actos jurídicos mercantiles deberá ser objeto del contrato y al

estar derogados los principales contratos de comercio que

permitían configurar al contrato de comisión (sobre todo la

compraventa mercantil) nos preguntamos ¿ Qué actos de comercio

podrán ser encargados realizar a través de la comisión ?.

Todos los criterios señalados, hacen imperiosa la

unificación de las normas del mandato y la comisión ya que

nuestro Derecho ganaría en claridad y eficiencia.

12
PROCESO DE UNIFICACION DE LAS OBLIGACIONES CIVILES Y

MERCANTILES

I.1 INTRODUCCION AL TEMA Y PREMISAS :

Antes de abordar el análisis del proceso unificatorio, es

menester plantear ciertas consideraciones que delimitarán

nuestro estudio.

Asimismo, mencionaremos los objetivos que alcanzaremos en

esta sección.

El presente trabajo no pretende estudiar la hipótesis de

la unificación del Derecho Privado en su conjunto (Derecho


7
Civil y Derecho Mercantil).

Plantea sólo el estudio parcial de dicho problema: la

unificación de las normas reguladoras del mandato ubicadas en

el Código Civil con las normas referidas a la comisión,

7
de acuerdo a BROSETA PONT citado por CASTAN VAZQUEZ : 1980
p. 243 la unificación total y sustancial del Derecho privado
es imposible, existen sujetos que en forma profesional y
sirviéndose de una empresa realizan determinadas actividades
económicas mediante contratos especiales y otros sujetos que no
profesionalmente estipulan otros contratos generales; a juicio
de BROSETA PONT, lo que se debe producir es la unificación
parcial del Derecho Privado, es decir, la del Derecho de las
obligaciones con la desaparición de la doble teoría general de
obligaciones y contratos; es relativamente accidental que todo
el Derecho privado está contenido en un sólo código o que se
mantenga la dualidad aún presente; es más no sería oportuno
incluir en un código civil único, partes indisolublemente
unidos al Derecho Mercantil como el estatuto del empresario, la
empresa, el registro mercantil, etc. Debe pues, admitirse la
dualidad de códigos. El Derecho Mercantil se determina y
delimita por ser un derecho de empresarios, de empresas y
actividades económicas.

13
presentes en el Código de comercio. Ambos grupos normativos,

tendrían de esa manera una legislación uniforme ubicada en el

Código Civil.

Para probar la factibilidad de nuestra hipótesis,

revisamos el proceso de unificación. No se busca dar una visión

estática del mismos; sino más bien una explicación de los

fundamentos del proceso, los cuales variaron según la época y

la realidad jurídico-política dentro de la cual se plantearon.

Entendemos que el Derecho tiene la función de adecuarse a

la realidad que regula; en tal virtud al cambiar ésta, la

normativa igualmente deberá variar. Ninguna institución

jurídico es eterna o inmutable, todas son "históricas", ya que

se fundamentan en la realidad que norman.

El proceso unificatorio de las obligaciones Civiles y

mercantiles, es una exigencia de la realidad que obliga a que

el Derecho positivo se transforme y adecue a ella. La realidad

no puede adecuarse a las normas sino debe ser viceversa.

Dicho proceso se fundamenta en múltiples factores; la

llamada "comercialización" del Derecho Civil, la generalización

del Derecho mercantil, la unidad de la vida económica. En

virtud a ellos; normas originalmente creadas para regular sólo

a un determinado sector social (comerciantes) o un determinado

tipo de actos (actos de comercio) terminan generalizándose y

aplicándose a todos los miembros de la sociedad.8

8
Las causas del proceso unificatorio que señalaremos, son
las principales a nuestro entender. Otros argumentos en favor
de la unificación, serán estudiados por negación, al refutarse
los argumentos que se plantean contra el proceso unificador.

14
Una vez, planteados los fundamentos y las críticas del

proceso unificador de obligaciones Civiles y mercantiles;

elaboraremos un concepto del mismo.

La mayoría de autores consultados, las mencionan, sin


embargo, no profundizan sobre las mismas (salvo ASCARELLI :
1962 Iniciación al estudio del derecho mercantil),y no
mencionan todas las existentes. Nuestro trabajo trata de suplir
tal deficiencia. Aunque reconocemos que la discusión al
respecto no está definitivamente zanjada, como en todo asunto
de Derecho.

15
I.2 FUNDAMENTOS DEL PROCESO UNIFICATORIO DE OBLIGACIONES

CIVILES Y MERCANTILES

A) LA REVOLUCION INDUSTRIAL Y SU REPERCUSION EN EL PROCESO

UNIFICATORIO

La Revolución Industrial o Maquinismo, se inicia a

mediados del siglo XVIII primero en Gran Bretaña y después se

generaliza en el continente europeo; dicho fenómeno se acentúa

y acelera a través del siglo XIX hasta nuestro días.

El extraordinario desarrollo y transformación en la

industria y comercio ocurridos en dicha época contribuyó a

modificar la ciencia y la técnica, los medios de comunicación y

transporte, así como los usos, costumbres y condiciones

generales de la existencia humana. Constituye el origen de la

sociedad contemporánea y sus efectos repercuten hasta nuestros


9
días.

La repercusión de la revolución industrial en la esfera

jurídico, no se hizo esperar.

Hasta el siglo XVIII, el Derecho mercantil tenía como

protagonista principal al comerciante y su actividad (el

comercio); dicho protagonismo se inició hacia " el siglo IX y

se le calificó como revolución comercial o renacimiento

9
Sin embargo, es justo mencionar que dicho avance técnico-
económico, no sólo acarreó progreso a nuestras sociedades, sino
también creó serios problemas de carácter social, los mismos
que aún se mantienen vigentes.

16
medieval. A este cambio histórico se vinculan; el renacimiento

del comercio y de las ciudades, la formación de la burguesía,

la crisis del feudalismo, las primeras ciudades, la renovación


10
de los estudios jurídicos"

El comercio -como señala GIRON TENA- " desde la Edad media

hasta el siglo XIX, era la realidad que pedía un tratamiento

especial, como un sector de la estructura económica,

orgánicamente diferenciado frente a la industria en

organización artesanal y la agricultura en estado evolutivo de

separación de su impronta feudal"11

GARRIGUES, reseña de modo simple e ilustrativo la

situación del Derecho mercantil en su etapa previa a la

revolución industrial y sus repercusiones; el Derecho mercantil

" en su origen fue un Derecho eminentemente profesional, en el

sentido que habían unos hombres (los comerciantes) que ejercían

una especie de actividad (la actividad mercantil) y que los

actos que realizaban dentro de esa actividad parecían que

debían de quedar sometidos a un Derecho especial, que se

llamaba Derecho mercantil. Habían unos hombres que se dedicaban

a una actividad lucrativa : mediar en el cambio y en la

circulación de los bienes. A éstos hombres se les aplicaban

unas normas especiales. Pero lo que decidía la aplicación de

esas normas especiales, era no sólo la naturaleza del acto,

sino también la naturaleza de la persona. No se concebía que

10
BERCOVITZ: 1971 p. 9
11
citado por CORTEZ DOMINGUEZ. en Revista de derecho
mercantil número 157,158 p. 494 año 1981.

17
entonces hubieran actos de comercio que no se realizasen por un

comerciante".12

Este Derecho mercantil, considerado como profesional,

exclusivo de un sector social, con normas especiales, recibirá

el impacto de la revolución industrial la cual opacará la

figura del comerciante, asignándole una posición subalterna en

el proceso de la gran producción, según GALGANO.13

El profesor GALGANO en una conferencia dictada en la

Universidad de San Marcos en 1986, al fundamentar su posición

sobre el Derecho de la Empresa; describe la transformación

ocurrida : " Cuando nace el Derecho comercial en el medioevo,

el sujeto activo del proceso económico, no era el productor,

sino el comerciante (...). El productor de antes trabajaba para

el comerciante (...) el Derecho regulador de la economía, como

ciencia jurídico centraba su atención en el momento del

intercambio comercial. Así, el Derecho comercial nace adecuado

a la realidad de aquél tiempo, las elecciones fundamentales de

la economía era : ¿ Qué cosa producir ? ¿ Cómo producir ?

¿ Para qué mercados producir ?, no eran elecciones que

realizaba el productor sino elecciones del comerciante, el

decidía todo, daba comisión de trabajo a artesanos y

productores de ese tiempo, el sujeto principal era el mercante

y no el productor.

Hoy estas relaciones son al revés, las elecciones

principales de la economía, están a cargo del productor, del


12
GARRIGUES : 1978 p. 121 y 122.
13
GALGANO : 1986 p. I-41.

18
inversionista industrial y no del comerciante, éste tiene una

posición subalterna".14

La revolución industrial, de por sí no transformó al

Derecho mercantil, sino más bien fueron las transformaciones

sociales producidas por dicha revolución las que alteraron el

ámbito de aplicación de las normas mercantiles y dieron impulso

al proceso unificador.

TORRES Y TORRES LARA, agrega al respecto; que " se

produce en las sociedades una masificación del comercio sumada

a la revolución industrial. Los productos ya no son únicos,

sino que se ofertan en serie. Si el apaciguamiento de la Europa

de la Edad media y los caminos aumentaron la circulación de los

productos y así dieron origen al comercio moderno. Piénsese

cuan grande fue la presión originada por la producción y el

consumo en masa, la aparición del proletariado y su capacidad

de consumo de los nuevos productos frente a tales hechos, los

nuevos Códigos de Comercio comienzan a ser modificados

sustancialmente. Normas cambiantes no resisten la codificación

pues el comercio varía día a día y las necesidades económicas

así lo exigen; no es posible petrificar las normas del


15
comercio, pues la realidad desborda pronto la normatividad."

Las transformaciones sociales principales, que impulsaron

el proceso de generalización del Derecho mercantil y en

consecuencia la unificación de obligaciones civiles y

mercantiles, son :
14
GALGANO: 1986 p. I-40.
15
TORRES Y TORRES LARA : 1984 p. 1-81.

19
A) La producción y contratación en masa de bienes y

servicios.

La contratación en masa, efecto de la superproducción de

bienes, será un nuevo reto para el Derecho Civil, el Derecho

común por excelencia, SANTOS BRIZ lo reconoce : " La

proliferación de la contratación en masa, llegando incluso a la

celebración de contratos a través de meras relaciones de hecho

o a través de la conducta social típica, no prejuzga como al

parecer pretende cierta doctrina científica, que toda esa

contratación de formulario haya de someterse necesariamente al

Derecho mercantil para contribuir así a darle una sustantividad

ajena al resto de la contratación.

Estimamos, que la conclusión ha de ser necesariamente la

contraria; el desarollo y evolución de los conceptos

contractuales civiles, impregnados de sentido social y

económico, dotan a los códigos Civiles de la suficiencia

precisa para regular toda esa contratación en masa. La nota de

carácter económico, no es exclusiva del comercio, sino que cada

ciudadano la experimenta en su esfera personal."16

GARRIGUES, vincula directamente la contratación en masa

con la generalización del Derecho mercantil; en tal sentido,

subraya que : " A causa del predominio de las grandes empresas,

en cuya actividad se multiplica en proporción descomunal la

contratación en masa con el público; el Derecho mercantil se ha

16
SANTOS BRIZ : "La contratación privada" Editorial
Montecorvo, Madrid, 1966. Parte del material de enseñanza del
curso de contratos parte general Universidad Católica del Perú,
p. 277.

20
extendido a todos los ámbitos de la sociedad, distanciándose

enormemente de su primitivo contenido, cuando sólo era el

Derecho profesional de los comerciantes. A éste fenómeno se le

ha llamado " generalización " u " objetivación " del Derecho


17
mercantil ."

La revolución industrial, con su superproducción tiene el

"incoveniente" de vender los bienes producidos; con tal lógica

cada vez un mayor número de personas interviene en el proceso

económico, vendiendo o comprando. Los lazos entre los agentes

económicos se multiplican, desapareciendo el aislamiento o

autosubsistencia.

A diferencia de épocas anteriores, la actividad comercial

ya no es ejercida exclusivamente por un sector social sino que

cualquiera puede ejercerla. Para DUNCAN KENNEDY; se impone

una nueva lógica social "siendo la clase burguesa una clase

abierta, el hombre común y corriente es un empresario en

potencia, todo depende que se decida a emprender la aventura.

(...) La sociedad se mercantiliza."18

B) Al ampliarse los sujetos que ejercen actividad

comercial, los instrumentos jurídicos propios de los

comerciantes se diseminan y perfeccionan.

La generalidad de integrantes de la sociedad, no sólo

utilizaba cada vez con mayor frecuencia los instrumentos

17
GARRIGUES : 1978 p. 86
18
DUNCAN KENNEDY: "El papel del Derecho privado en el
desarrollo de una economía de mercado" en : Materiales de
enseñanza de Filosofía del Derecho. Universidad Católica del
Perú. Lima, 1987, p. 41.

21
jurídico-mercantiles; títulos valores, seguros, letras, vales,

pagarés, sociedades, sino a la vez los iban perfeccionando

conforme los conocían y aplicaban a sus relaciones jurídicas.

En tal sentido, la transformación referida a la

generalización del Derecho mercantil; no sólo fue cuantitativa

(mayor número de personas utiliza los instrumentos mercantiles)

sino también cualitativa (los sujetos, conocían mejor los

instrumentos y los perfeccionaban).

En opinión de CRACOGNA, la masiva producción de bienes y

servicios se produce porque aparecen contemporáneamente agentes

de la actividad económica totalmente novedosos, que merced a

una avanzada tecnología y una expansión geográfica que no

reconoce fronteras, realizan una serie de actos que no son la

compra y la venta individual que no son la contratación del

crédito o del seguro como un negocio determinado dentro de un

ámbito donde están individualizados los sujetos intervinientes

en forma claramente diferenciada.19

A consecuencia de dicho tráfico masivo de bienes y

servicios, se multiplica la utilización de instituciones

mercantiles y éstas se perfeccionan ( los títulos valores, los

títulos de crédito, las sociedades anónimas, los seguros,

etc.).

La producción masiva de artículos manufacturados es el

elemento que cualifica económicamente la época moderna, es su

rasgo, más característico en opinión de ASCARELLI.20


19
CRACOGNA : 1985 p. 1-76.
20
ASCARELLI : 1962 p. 101.

22
En buena cuenta, la revolución industrial está

estrechamente vinculada con la masificación de la sociedad, la

generalización u objetivación del Derecho mercantil, la

denominada " comercialización del Derecho Civil ", y en suma

con el proceso unificatorio de las obligaciones Civiles y

mercantiles.

23
B)

EL PROBLEMA DE DESLINDAR LA MATERIA CIVIL DE LA MATERIA

MERCANTIL:

Cuando deslindamos la materia Civil de la mercantil, no

sólo nos referimos a su separación formal o positiva es decir

aquella que se realiza a través de las normas del Código Civil

y del Código de Comercio; ya que entonces todo el problema se

resolvería con un juego de palabras : La materia mercantil es

aquella a la que se aplica el Derecho mercantil positivo

(Código de comercio y leyes especiales) y la materia Civil es

aquella a la que se aplica el Derecho Civil positivo (Código

Civil.

Dicha investigación como lo señala GARRIGUES, sólo vale


21
como punto de partida . Según dicho autor, debemos distinguir

entre la definición positiva y el concepto sustancial, siendo

este último el más importante.

Para llegar a dicha "esencia" del Derecho mercantil;

necesitamos descubrir las peculiares exigencias económicas que


22
reclama un Derecho especial.

Pero, dicha "esencia" del Derecho mercantil puede ser

delimitada de manera indirecta, es decir por su negación; de

21
GARRIGUES : 1978 p.38
22
Al respecto GARCIA BELAUNDE : 1982 p. 51 reconoce el
condicionamiento social del derecho, pero también se admite que
"el Derecho influye en el medio social e incluso que lo puede
determinar. Existe en consecuencia una relación de inter-
dependencia."

24
ese modo todo aquello que se ha generalizado en nuestras

sociedades actuales, aquello común a todas las personas que no

exige una regulación especial, deberá ser regido por el Derecho

común, que es el Derecho Civil (23) mientras aquellas relaciones

jurídicas que por sus especiales exigencias requieren normas

sujetas a principios distintos serán reguladas por normatividad

especial; ya sea mercantil, laboral, etc.

Inicialmente, el Derecho Mercantil -Edad Media- se

constituyó como un Derecho profesional o de clase, el cual se

aplicaba a un grupo bien diferenciado de personas : los

comerciantes, personas dedicadas a actividades lucrativas a las

cuales le aplicaban normas especiales. En ese entonces no se

concebían actos de comercio que no se realizaran por

comerciantes. Pero como lo indica GARRIGUES ( 24) tal estado de

cosas varían al llegar al siglo XIX, aparece un nuevo enfoque

del Derecho mercantil : la teoría del acto objetivo de

comercio; la cual busca regir todos los actos y operaciones

mercantiles cualquiera que sea la profesión de las personas.

Esta invención francesa, es en opinión del autor citado la

causante de la confusión en que se debate hoy el Derecho

mercantil contemporáneo.

En efecto, antes era fácil aplicar el Derecho mercantil,

porque se sabía quienes eran los comerciantes (eran los

23
Recordemos que el Derecho Civil se caracteriza por la
generalidad de su aplicación sin hacer distinciones y la
función supletoria que asimismo desempeña.
24
GARRIGUES : 1978 p. 121

25
inscritos en la matrícula de mercaderes); desde el momento en

que se cambia el enfoque y se pone delante el acto y detrás la

persona; entonces no resulta tan fácil delimitar la materia

mercantil, porque nadie sabe a ciencia cierta que es un acto de

comercio en sentido legal. No lo sabe, porque los criterios de

separación entre los actos mercantiles y los actos civiles son

múltiples, heterogéneos y además contradictorios, (25) GARRIGUES

enfatiza al respecto : " esa invención del acto objetivo de

comercio al querer prescindir de la persona del comerciante,

denuncia ya una tendencia del Derecho mercantil a perder ese

carácter especial con que nació; a convertirse en un Derecho

general del tráfico, (...) . Luego, si los actos han dejado de

ser especiales de una clase de personas, ya no se comprende

bien que sentido puede tener el seguir sometiendo a éstas

personas a un Derecho especial. Apunta, pues, aquí, como vemos

una tendencia a la generalización del Derecho mercantil. "26

Dicha generalización de lo mercantil, tiene dos

consecuencias inevitables :

a) La unificación del Derecho de las obligaciones.

25
Respecto del código de comercio español (de gran
similitud al nuestro) GARRIGUES : 1978 p. 124 expresa que:
" Hallamos en el código de comercio actos objetivos, actos
subjetivos (como los contratos que exigen la participación de
un comerciante), actos aislados, actos en masa (como las
operaciones bursátiles) actos realizados unas veces en función
mediadora, otras veces no; actos onerosos, actos gratuitos,
etc. En suma, (...) el inevitable problema de deslinde de
materias, mejor dicho de preceptos a que nos obliga este
dualismo de los códigos, resulta un problema de difícil
solución."
26
GARRIGUES : 1978 : p. 129

26
b) La reducción del ámbito clásico del Derecho Mercantil.

De tal manera; el proceso unificatorio, como consecuencia

de la generalización del Derecho mercantil, se impone como

solución al deslinde material entre lo Civil y lo mercantil;

siendo muy parecidas las instituciones Civiles y las

mercantiles, diferenciándose de manera artificiosa y oscura;

¿ Por qué no se unifican ? ¿ por qué no se regulan de un modo

general y común aquellas actividades realizadas por todos ?

(por ejemplo, toda esa gama de contratos que tienen su

contrapartida en los código Civiles como la compraventa, el

depósito, el mutuo, la permuta, la fianza; los cuales ahora

poseen una regulación única en el Código Civil simplificando la

normatividad y evitando que los estudiosos de ambas materias

elaboren nociones abstractas para diferenciar dichas figuras).

El contrato de comisión, diferenciado del mandato por el

objeto de la comisión (debe ser la obligación de realizar actos

de comercio) y por la participación de un comerciante a tenor

del artículo 237 del Código de comercio (27) es un ejemplo de

los criterios contradictorios y múltiples que se utilizan en

nuestro código de comercio para delimitar la materia Civil de

la mercantil, requiriéndose por lo tanto, (si no se establecen

claras diferencias respecto del mandato) unificar dicho

contrato con el mandato y de esta manera, no seguir

distinguiendo las instituciones jurídicas en base a nociones

27
ARTICULO 237 DEL CODIGO DE COMERCIO DE 1902 :
" Se reputará comisión mercantil el mandato cuando tenga
por objeto un acto u operación de comercio, o sea comerciante o
agente mediador del comercio el comitente o el comisionista."

27
incongruentes con la realidad normada.

La unificación de las obligaciones civiles y mercantiles,

es planteada como el instrumento que permitiría delimitar con

mayor nitidez el contenido de las materias Civiles y

mercantiles, así los contratos que tengan una doble regulación

(en el código Civil y en el de comercio) y que además se hayan

generalizado, deberán de someterse a una regulación común

dentro del código Civil. SATANOWSKY, agrega al respecto : "

Como lo señalaba VIVANTE, hasta ahora ni la ciencia ni la ley

han conseguido distinguir con una separación neta las

relaciones jurídicas que deben regularse con leyes comerciales

de los que se someten a la disciplina de los Civiles. Diríase

que la unidad esencial de la vida económica se rebela contra

esta artificiosa separación. Producida la unificación, no

interesará, entonces, si el acto ha sido realizado por

comerciantes o Civiles o si se trata de un acto mixto, la ley

sería siempre la misma. Pero, sea el acto realizado por un

Civil o por un comerciante, la aplicación del Derecho comercial

no convertiría al Civil en comerciante como no lo convierte la

ley actual por realizar actos aislados de comercio o por

realizar habitualmente aquellos que no caracterizan al

comerciante; por ejemplo : la firma de pagarés o cheques,

formar parte como socio en una o muchas sociedades, ser factor,

empleado, etc."28

28
SATANOWSKY : 1957 p. 261 Para este autor la unificación
de las obligaciones civiles y mercantiles debe materializarse
en el código de comercio; desarrollamos esta posición en :
I.5.A.

28
Este es uno de los argumentos inicialmente planteados por

VIVANTE, el cual sostenía que " la regulación de una misma

materia en dos códigos atenta contra la economía procesal, dado

que muchas veces se desperdicia un tiempo valioso en determinar

la naturaleza de ciertas relaciones jurídicas para definir cual

de los códigos es el que se debe aplicar a la vez que se rodea

de cierta inestablidad o inseguridad a tal determinación,

puesto que no es siempre fácil hacerla. LIMPENS, señala el caso

de Bélgica, donde hay más de 2,000 ejecutorias definiendo


29
ciertos casos como civiles o mercantiles.

Como lo indica, TORRES Y TORRES LARA " las actuales

diferencias existentes en el régimen de las obligaciones

civiles y comerciales no suscitan problemas de concepción

jurídica de fondo, sino soluciones técnicas para las cuales es

preferible adoptar la impuesta en materia comercial."30 Igual


31
criterio expone, CORDEIRO ALVAREZ.

La unificación, permitiría evitar un deslinde artificioso

y abstracto entre las materias Civil y mercantil (actos

objetivos de comercio, u ontológicamente mercantiles); en buena

cuenta, la unificación, sólo refleja lo socialmente existente


29
VIVANTE : citado por VALLE TEJADA : 1987 p. 85
30
TORRES Y TORRES LARA : 1983 p. 1-8
31
CORDEIRO ALVAREZ : 1946 p. 387 y 388 dicho autor indica
que : "En los fenómenos económicos (...) contemplados en el
código civil y en código de comercio, no hay una distinta
naturaleza, sino, por el contrario, dos técnicas diferentes
para encauzarlos. (...) No hay nada que sea, sustancialmente
distinto, sino una técnica jurídica que el legislador cree que
es más conveniente para las relaciones comerciales que para las
relaciones civiles." ( el subrayado es nuestro ).

29
(participación masiva de las personas en la economía,

contratación masificada, unidad de la realidad económica,

generalización u objetivación de las normas mercantiles,

"mercantilización" del Derecho Civil).

30
C) LA UNIDAD DE LA VIDA ECONOMICA COMO SUSTENTO DE LA

UNIFICACION DE LAS OBLIGACIONES

Para sostener que normas positivas del Código de comercio

y su contraparte del Código Civil pueden refundirse en un mismo

cuerpo legal, conviene observar la realidad que dichas normas

deberán regular.

Si nos encontramos que se dirigen ambos grupos de normas

hacia un objetivo que no es posible diferenciar con criterios

concretos, nos daremos cuenta que lo socialmente unido es

separado artificialmente por las normas jurídicas.

Evidentemente, la actividad económica atravieza todo el

sistema jurídico (público y privado) pero el presente trabajo

analiza la unidad de la vida económica legislada por normas del

Derecho Privado (Derecho Civil y comercial).

ASCARELLI, afirma la unidad de la vida económica y su

vinculación con el proceso unificatorio : " La unificación del

Derecho de las obligaciones se corresponde con una

consideración unitaria de toda [la] actividad económica de la

tradicionalmente comercial, de la agrícola, de la de los

sujetos de Derecho privado, o de la de los entes públicos."32

Al existir caracteres comunes en toda la actividad

económica, el régimen contractual es susceptible de ser

unificado.

La distinción, entre la rama Civil y la mercantil en base

a la existencia o inexistencia de ánino lucrativo en los

contratos que se celebren en dichos ámbitos; hoy carece de

vigencia, muchos de los contratos regulados en el código Civil;

32
ASCARELLI : 1962 p. 127
apuntan a la onerosidad.33

En el caso concreto del mandato, éste se presumía gratuito

en el código Civil de 1936; tal posición ha sido desechada por

el actual código Civil de 1984 el que recogiendo una realidad

de constante repetición, adopta la presuncion juris tantum de

onerosidad para dicho contrato. Tal solución, es correcta, por

cuanto el código Civil parte de la regulación de la generalidad

de casos, en los cuales las partes acuerdan la retribución para

el mandatario; y no parte de la excepción, que es el mandato


34
gratuito.

No tendría sentido, entonces adoptar dos legislaciones

para normar los supuestos de mandato y comisión; ambos son

contratos que en la realidad económica concreta están

generalmente planteados como onerosos. Tal característica en

común nos permite sostener la conveniencia de su regulación

también en común.

VIVANTE, argumentaba a favor del proceso unificatorio, que

33
Al respecto, VALVERDE, citado por PASCUAL QUINTANA, es
del mismo parecer, al sostener que : " no es el lucro exclusivo
del derecho mercantil; la inmensa mayoría de los actos civiles
se propone conseguirlo, y por eso esta diferencia ya no es
admitida ni por los propios mercantilistas " PASCUAL QUINTANA :
1959 p. 100
34
Código civil de 1936 :
Articulo 1635 : "El manddato se presume gratuito, a falta
de estipulación en contrario.
Empero, si el mandatario tiene por ocupación el desempeño
de servicios de la clase a que se refiere el mandato, se supone
la obligación de retribuirlo."
Código civil de 1984 :
Artículo 1791 : "El mandato se presume onerosos.
Si el monto de la retribución no ha sido pactado, se fija
sobre la base de las tarifas del oficio o profesión del
mandatario; a falta de éstas, por los usos; y a falta de unas u
otros, por el juez."
: " Hoy en día, en el cual el comercio, no es más el monopolio

de una clase privilegiada sino que es una función de la cual

participan todos los ciudadanos, aquella autonomía [se refiere

a la del Derecho mercantil ] no tiene razón de ser; mientras

ella dure continuará el contraste entre nuestro sistema

legislativo y la unidad de nuestra vida económica." (el


35
subrayado es nuestro).

Este reconocimiento de la unidad de la vida económica, no

sólo es teórico; sino también se ha expresado en nuestros

tribunales, FLORES POLO señala el cambio de mentalidad : " La

jurisprudencia de la Corte Suprema ha venido precisando desde

1902 que negocios entran en el marco del artículo 1 del código

de comercio y se ha ido pasando de una posición mercantilista y

muy limitativa, donde una empresa agrícola o inmobiliaria o

ganadera, no podia calificarse como de naturaleza jurídico-

mercantil, hasta la fecha, en que nadie se preocupa de estas

disgresiones de tipo tradicional y por tanto, superadas, porque

la realidad es poderosa y supera a la ley, la misma que decae y

muere, ante nuevos requerimientos de la dinámica socio-

económica. En 1902 no se podia concebir que entre los actos de

comercio se incluya al negocio de una sociedad anónima con el

objeto de prestar servicios profesionales de cirugía cardio-

vascular o de neuro-oftalmología; o de comercialización

mayorista de un grupo de fabricantes; o de una empresa dedicada

a la recuperación de minerales; o de una sociedad anónima que

explote el giro de bingos o juegos de azar o esté afecta al

pago de licencias especiales de policía y que pague impuesto a

35
VIVANTE : 1932 P.44,45
la renta bajo cifras estimadas. En forma inconsciente se ha

venido consagrando la idea de que todo aquello con carácter

mercantil, tiene contenido empresarial cuando se practica de

modo habitual, organizado, bajo una estructura legal


36
determinada ".

36
FLORES POLO : 1987 en : THEMIS p. 34
D) LA OBJETIVACION DEL DERECHO MERCANTIL :

Uno de los fundamentos del proceso unificatorio consiste

en la llamada "objetivación" del Derecho mercantil. Para

comprender en qué consiste la misma, es necesario ofrecer una

visión sintética de la configuración del Derecho mercantil

antes de la aparición de tal fenómeno y luego observar como

influyó éste en el desenvolvimiento posterior del Derecho

mercantil hasta nuestros días.

En los inicios del Derecho mercantil, eran los propios

mercaderes quienes se daban sus normas y solucionaban sus

controversias en su jurisdicción.

El Derecho mercantil surge como un Derecho de clase de una

clase pobre, marginal y sin importancia para sus contemporáneos

al decir de TORRES Y TORRES LARA.37

Posteriormente, éste sector social prospera y aumenta su

influencia y poder, ya no se implora protección sino más bien

exige que se respeten sus derechos. Logra desplazar en alianza

con la monarquía a los señores feudales. Su Derecho, el Derecho

mercantil; en esos momentos se desarrolla con fuerza creando

principios distintos que los Civiles, tales como la

irreivindicabilidad de las cosas vendidas, aunque éstas tengan

procedencia ilegítima, la velocidad de las operaciones, la

instrumentalidad (el vale, el pagaré y la letra), la

contratación a viva voz o mediante escritos sin mayor

formalidad; todos ellos, principios sin los cuales no se

hubiera podido desarrollar el comercio, pues las normas del

37
TORRES Y TORRES LARA : 1984 p. 1-78
Derecho Civil de procedencia romana estaban concebidas para

una actividad fundamentalmente privada, familiar, inmobiliaria


38
y de consumo.

Una vez establecidas en el gobierno, las monarquías buscan

expropiar el poder de producción de normas del Derecho

mercantil. Ya no serán los mercaderes quienes darán sus

propias normas y resolverán sus propios problemas sino será el

Estado que comenzará a establecer reglamentos y absorverá la

jurisdicción mercantil. En prueba de ello, tenemos, las

ordenanzas de comercio y de marina de 1861 con COLBERT,

ministro de Luis XVI. El Derecho mercantil dejará de ser un

Derecho de clase para convertirse en Derecho del Estado deja de

ser universal, para convertirse en nacional.

Ante tal situación, los antiguos mercaderes buscan

establecer sus reglas de juego para lo cual requieren accceder

al poder, iniciándose la correspondiente lucha. Se pretende

llegar a la dictadura de la burguesía. En alianza con la

intelectualidad de la época, luchará por los principios de

libertad, igualdad y fraternidad; en la sangrienta revolución

de 1789.

En esas circunstancias, se presenta el hombre que

pretenderá atemperar las dos fuerzas; NAPOLEON, el cual

promulgará dos códigos; uno Civil de 1804 en el cual presenta

una perspectiva familiar, inmobiliaria y casi estática ajeno al

sentido de lucro y fuertemente influído por los principios de

equilibrio, prudencia, ayuda o mutualidad, sacrifica la

eficacia y rapidez en busca de la justicia; y otro de comercio


38
TORRES Y TORRES LARA : 1984 p. 1-79
de 1807, que contiene las perspectivas de la nueva clase

burguesa o mercantil. En este código se sacrificaba la justicia

en busca de la eficiencia.

Pero, como la consigna de dicha época, residía en la

libertad, igualdad y fraternidad, no cabía un código para un

sector o clase social en exclusiva; debía ser aplicable a la

mayoría de los sujetos; en tal sentido ya no será de aplicación

a sólo los comerciantes, sino para cualquiera que realizara "

actos comerciales ".

Así, de un subjetivismo (el Derecho comercial es el

Derecho de los comerciantes); se pasa a un objetivismo, (el

Derecho comercial se aplica a todo aquél que realice actos

comerciales).

Es pertinente, realizar una aclaración terminológica; el

Derecho mercantil, es siempre el Derecho de los actos de

comercio. Como lo aclara GARRIGUES, " Esta proposición es hoy

indiscutible y ha sido también verdadera aún en los tiempos en

que el Derecho mercantil, se configuraba como un Derecho de

clase. Nunca se ha podido definir el Derecho mercantil como el

Derecho que se aplica a los comerciantes, porque jamás se han

sometido al Derecho mercantil todos los actos de la vida

jurídica privada de los comerciantes. Derecho mercantil es el

Derecho de los actos de comercio. Conviene asentar bien esta

tesis para salir al paso de una doctrina errónea. Cuando se

habla de sistema subjetivo para la delimitación del Derecho

mercantil, no quiere decirse que se considere este Derecho como

el Derecho propio de una clase de personas : los comerciantes.

Tanto en el sistema subjetivo como en el objetivo, el Derecho


mercantil es el Derecho propio de una clase de actos : los

actos de comercio. La diferencia entre uno y otro sistema

consiste en que mientras en el sistema subjetivo actos de

comercio son únicamente los realizados por comerciantes, en el

sistema objetivo son actos de comercio, no sólo los realizados

por comerciantes, sino también los que sin ser ejecutados por

comerciantes, se definen como mercantiles atendiendo a su "

substantiva " naturaleza. Tiene pues, razón ROCCO cuando niega

valor a la clasificación de actos de comercio objetivos y

subjetivos, utilizando el mismo argumento ya empleado por

GOLDSCHMIDT, a saber, que la noción del acto de comercio

subjetivo descansa enteramente en la del acto de comercio

objetivo, toda vez que el acto de comercio subjetivo presupone

al comerciante, y la noción de éste, a falta de un criterio

formal, se apoya en la del acto objetivo."39

El sustento del sistema objetivo de los actos de comercio,

como se evidencia es político; ya que el establecimiento de

actos comerciales, no está en una especial característica que

los distinga de los demás actos jurídicos, sino que busca

adecuar la normatividad a la ideología imperante en dicha

época.

En tal sentido, nos encontramos ante un problema

histórico, en concordancia con lo planteado en la añeja, pero

no menos acertada tesis planteada por DE SORIA COBOS, quien

intenta responder la interrogante de : ¿ Qué son los actos de

comercio ? señalando : " En realidad se trata de un problema

más histórico que científico, es decir que antes de preguntar


39
GARRIGUES : en el prólogo a la obra de ROCCO " Principios
de Derecho mercantil " 1931 p. XII
en términos generales, cúales son doctrinariamente los actos de

comercio, debemos interrogarnos cúales son los que en un

momento dado se reputan actos de comercio. Esto se explica si

tenemos en cuenta que el Derecho comercial no es un estado de

fronteras infranqueables, antes por el contrario sus límites

son confusos y sobretodo variables y que atendiendo a esa

variabilidad que no es en definitiva, más que la característica

fundamental de nuestra ciencia cada día vienen a integrar ésta,

nuevas actividades humanas a las que el Derecho dota de reglas,

dando un valor jurídico al fin económico de los actos sociales,

convirtiéndolos como escribe CUQ, en instituciones jurídicas."


40

En el artículo primero del citado código de comercio

Francés, se define al comerciante por el ejercicio habitual de

actos de comercio, noción que no es precisada en dicho cuerpo

legal. Posteriormente, en relación a las jurisdicciones

consulares (competentes para resolver los conflictos

merecantiles) el artículo 631 somete a ellas los litigios

surgidos en torno de actos de comercio, prescindiendo del

carácter profesional de quienes lo realicen y los artículos 632

y 633 enumeran las actividades que la ley reputa mercantiles.

Los redactores del Código de comercio eludieron la

definición del acto de comercio, la cual hubiera permitido

delimitar la materia propia de esa disciplina dejando la

solución a la doctrina y jurisprudencia.41

Como lo indica CRACOGNA si se trata de "actos de comercio


40
DE SORIA COBOS, José Luis : "Actos de comercio" Tesis de
Bachillerato, PUC, 1938 p. 34
41
ALZATE RONGA : 1981 p. 91.
se estará dentro de la órbita del Derecho mercantil, si no es

así, se estará todavía en la órbita del Derecho Civil, porque

para ésta época (se refiere al siglo XIX) en el Derecho privado

no habían surgido todavía otras ramas; solamente seguía en

vigencia el viejo tronco Civil y su primer desprendimiento

especial : el Derecho mercantil o comercial.42

Parecería que la noción del acto de comercio permite

delimitar claramente la materia mercantil, pero la realidad es

absolutamente distinta; como lo expresa en acertada frase

GARRIGUES : " el Derecho mercantil adquiere una faz borrosa y

desdibujada, difícil de identificar en la diaria aplicación de

las leyes."43

En principio, tenemos que ambos códigos el Civil y el de

comercio regulaban varios contratos iguales; compraventa,

depósito, mutuo, mandato, así el intérprete debería diariamente

deslindar ante un acto en concreto : ¿ Qué código debo

aplicar ? problema que no es de simple respuesta; ya que los

criterios que el código de comercio presenta son múltiples; así

GARRIGUES menciona : "el criterio subjetivo (la participación

de un comerciante) un criterio real (la naturaleza de las cosas

objeto del contrato) un criterio puramente formal (como en las

sociedades y la letra de cambio)".44

No sólo los criterios son múltiples, sino que las cosas se

complican en tanto existen inconsecuencias y tautologías. Por

ejemplo, es incoherente, que en un código que aparenta servirse

42
CRACOGNA : 1985 p. 1-74
43
GARRIGUES : 1978 p. 124
44
GARRIGUES : 1978 p. 125
de un criterio objetivo para delimitar la materia mercantil, se

requiera la presencia de un comerciante (factor subjetivo) para

determinar que ciertos contratos son mercantiles (por ejemplo,

esto ocurre para la comisión y el seguro).

Asimismo, resulta tautológico exigir que el depósito, para

que sea mercantil, constituya por sí una operación mercantil. O

para el caso del mandato mercantil o comisión; ¿ Cómo vamos a

saber cuando un mandato es mercantil, si el código nos dice que

para saberlo tenemos que empezar por saber si la operación del

mandato es mercantil ?. Como concluye GARRIGUES no tiene


45
sentido dicha posición.

En buena cuenta, nos encontramos ante un círculo vicioso,

en el que la delimitacion del ámbito mercantil no resulta

clara.

Pero, ¿ en qué ayuda tal " objetivación " en el proceso

unificatorio de las obligaciones Civiles y mercantiles ?,

¿ Sólo sirvió para hacer más oscura la demarcación entre lo

Civil y lo mercantil ?.

Nosotros pensamos que la " objetivación " permitió que el

Derecho mercantil se expanda, más allá de ser un Derecho de

sólo un sector social; siendo asumido por la mayoría de los

integrantes de la sociedad que merced al proceso de

industrialización y masificación participan intensamente en la

actividad comercial, de modo tal que las normas mercantiles

gozaban de mayor aceptación en tanto permitían la rapidez del

tráfico, la eficiencia; en buena cuenta permitía una regulación

más dinámica y adecuada a los requerimientos del pujante

45
GARRIGUES : 1978 p. 127
comercio e industria.

La noción del acto de comercio objetivo apunta a dicha

"generalización" del Derecho mercantil, así CRACOGNA lo

expone : " A partir de la noción de acto de comercio que

inaugura el código de comercio de 1807 se produce un proceso de

paulatina y progresiva generalización que desemboca poco

después (con sólo el transcurso del siglo XIX) en una excesiva

extensión ; deja de ser un Derecho especial para convertirse en

un Derecho de tal latitud que se aleja de sus fines

originarios. La extensión en demasía de ésta objetividad

determina que para estar comprendido en el ámbito del Derecho

comercial no fuera necesario ser comerciante, bastaba solamente

realizar una actividad -aunque fuera circunstancial- con lo

cual se produjo una paulatina crisis de la noción del acto de

comercio como meollo del Derecho mercantil."46

GARRIGUES, también advierte del efecto que origina la

noción objetiva, argumentando que : " esta invención del acto

objetivo de comercio, que así produce la escisión entre la

persona y su actividad, tomando con pinzas el acto y

separándolo de la persona por medio de una especie de operación

cesárea, esa invención del acto objetivo de comercio, al querer

prescindir de la figura del comerciante, denuncia ya una

tendencia del Derecho mercantil a perder ese carácter especial

con que nació; a convertirse en un Derecho general del tráfico.

Y la razón es que la mayoría de actos objetivos de comercio se

realizan también por los no comerciantes, los cuales por el

hecho de realizar las operaciones propias de los comerciantes,

46
CRACOGNA : 1985 p. 1-74
no se convierten, sin embargo en comerciantes; sencillamente

porque no hacen profesión de esos actos de comercio.

Luego, si los actos han dejado de ser especiales de una

clase de personas, puesto que los realizan todas las personas,

ya no se comprende bien qué sentido puede tener el seguir

sometiendo a éstas personas a un Derecho especial. Apunta,

aquí, como vemos, una tendencia a lo que llamaremos

"generalización del Derecho mercantil".47

47
GARRIGUES : 1978 p. 122
E) GENERALIZACION DEL DERECHO MERCANTIL Y "MERCANTILIZACION"

DEL DERECHO CIVIL :

En los puntos anteriores de nuestro trabajo ya hicimos

mención a la generalización de las normas mercantiles, con el

propósito de explicar otros argumentos a favor del proceso

unificatorio. Aquí desarrollaremos la generalización, desde una

perspectiva más concreta.

La generalización del derecho mercantil, es considerada

por nosotros como la progresiva extensión de la esfera de

aplicación del derecho mercantil.

Ya no serán únicamente los comerciantes los sujetos que

utilicen la legislación mercantil.

ASCARELLI, ilustra tal avance de las normas mercantiles,

en la particular realidad italiana, avances que en mayor o

menor medida se producen también en otras latitudes, incluída

la nuestra del siguiente modo : " Principios e instituciones

que primeramente habían sido considerados excepcionales o

propios solo de determinada materia, pasan, por el contrario, a

constituir principios e instituciones de carácter general,

aplicables a todo el campo del derecho.

Del seguro marítimo se pasa al terrestre, al seguro de

vida. La disciplina de esta situación, unida a uno de los

conceptos tal vez más importantes y característicos del derecho

moderno, es trasladada en muchas legislaciones del código de

comercio, donde se la consideraba conforme a su origen

histórico, al código civil, a pesar de continuar siendo

mercantil el acto del asegurador.(...)


Las sociedades anónimas obtienen, al finalizar el siglo

XIX la facultad de poderse constituir para un fin civil y su

régimen que tiende, a su vez en muchas legislaciones, a

prolongarse mediante leyes especiales, termina por ser una

disciplina única, independiente de la diversidad del objeto

social y con constante sujeción de la sociedad a la ley

mercantil, que nos indica, en la realidad, el tránsito de la


48
institución a la esfera del Derecho común.(...)

En muchos países, el régimen de los títulos al portador,

al igual que el de los seguros ya mencionado, pasa a ser

disciplinado por el código civil.

La letra de cambio y el cheque, tratados en leyes

especiales, constituyen instrumentos generales de crédito y de

pago, respectivamente, que por la propia generalidad de sus

funciones ya no se unen de modo necesario a la actividad

mercantil.

Seguros, sociedades anónimas, y títulos de crédito,

posiblemente las más características instituciones del Derecho

comercial, que concentraban la atención de los tratadistas de

otros tiempos (...), constituyen hoy materias que,

disciplinadas la primera con frecuencia en el propio código

48
Un ejemplo concreto de tal tránsito a la unificación del
régimen societario, en nuestra realidad legislativa, está dado
por el D.LEG. 311 del 13 de Noviembre de 1984 (T.U.O. D.S. 003-
JUS-85) el cual regula de modo conjunto a las sociedades
civiles y a las sociedades mercantiles. Si bien se trata como
lo indica el Doctor De La Puente de una unificación de distinto
cariz (con respecto a la unificación contractual de los
artículos 1353 y 2112), en tanto se conserva la diferencia
entre sociedades civiles y mercantiles. Debe resaltarse el
establecimiento de un título preliminar con disposiciones
generales aplicables a todas las sociedades. (Art. 1 al 24) DE
LA PUENTE : 1990 p. 177.
civil, la segunda en una ley especial, y la tercera en el

código civil y leyes especiales, son realmente de aplicación

general."49

RIPERT considera que estamos ante un hecho paradójico,

consistente en que : " el Derecho mercantil, penetre con mayor

extensión dentro de la esfera del Derecho Civil, ocasionando el

fenómeno de su comercialización."50

Para POLO, estamos ante una "tendencia incoercible del

Derecho mercantil a transformarse en Derecho común " tendencia

sobre la cual la doctrina; en opinión del mismo POLO está


51
acorde.

La generalización del derecho mercantil, se vió impulsada

por la "objetivación" iniciada por el código de comercio

francés de 1807, para el cual [como lo señalaramos en el

acápite I.2.D] en opinión de CRACOGNA : " La extensión en

demasía de ésta objetividad determina que para estar

comprendido en el ámbito del Derecho comercial no fuera

necesario ser comerciante, bastaba solamente realizar una

actividad -aunque fuera circunstancial- con lo cual se produjo

49
ASCARELLI : 1949 p. 16,17,18.
50
RIPERT : 1950 p. 331
51
POLO, Antonio : 1986 " Libro homenaje a RODRIGO URIA" p.
627. Al respecto, el citado autor indica :
(hoy) " el fenómeno de la generalización del derecho
mercantil asume una intensidad que no fue conocida en tiempos
pasados; pero debe reconocerse que una de las razones que antes
se invocaban en favor de la unificación, fue el proceso de
comercialización de la vida civil y la tendencia invencible del
derecho mercantil a transformarse en derecho común.
Antes era discutida, pero hoy existe un general consenso
en la unificación de las obligaciones y contratos civiles y
mercantiles."
una paulatina crisis de la noción del acto de comercio como

meollo del Derecho mercantil."52

La generalización de las normas mercantiles que venimos

afirmando, entra también en directa relación con la llamada "

comercialización " del Derecho Civil, ya que por la extensión

de la normativa mercantil las codificaciones civiles

posteriores se van renovando al adoptar reglas mercantiles.

GARRIGUES, vincula adecuadamente masificación de la

sociedad, objetivación y comercialización del Derecho Civil, ya

que dichos acontecimientos se explican entre sí : " El tráfico

en masa con el público que los caracteriza [a las grandes

empresas mercantiles e industriales] hace que hoy el Derecho

mercantil se extienda a todos los ámbitos de la sociedad en un

fenómeno de generalización, u objetivación. Por otro lado, las

operaciones tradicionalmente reservadas a los comerciantes se

han hecho patrimonio común de todos los ciudadanos, y así vemos

que desaparece en gran parte de la realidad del tráfico, la

vieja dicotomía entre contratos civiles y mercantiles (por

ejemplo; depósito civil y depósito mercantil, seguro civil y

seguro mercantil, transporte civil y transporte mercantil,

etc.). Y la distinción por ciertas características de las

obligaciones Civiles y mercantiles (por ejemplo, por la

ausencia o presencia de formalidades por presumir la

mancomunidad o solidaridad de las obligaciones, etc.)

En definitiva, se produce la denomina " comercialización "

del Derecho Civil, y una emigración al campo del Derecho

general de las obligaciones de una serie de instituciones que

52
CRACOGNA : 1985 p. 1-74
antes regulaban los códigos de comercio y por consecuencia de

esto, una reducción del número de los contratos que conservan

el calificativo de mercantiles."53

SATANOWSKY ejemplifica la "comercialización" del Derecho

civil con lo ocurrido al código civil alemán de 1900, así

indica que : "En Alemania, al reformarse en 1897 el código de

comercio se creyó encontrar la solución sobre el problema del

contenido, incorporando al código civil que se reformaba

contemporáneamente, los progresos en materia mercantil sobre

actos aislados de comercio. Un autor español [J. RUBIO] llamó a

eso, el saqueo a que fue sometido el código general de comercio

alemán de 1861, por los redactores del código civil de 1900, al

que pasó todo el sistema de normas sobre conclusión y

cumplimiento de contratos, interpretación de actos de comercio,

resarcimiento de daños, forma de los negocios mercantiles,

normas de representación directa, etc."54

Nosotros consideramos plenamente legítimo, que entre los

contratos que deben dejar de estar regulados en la codificación

mercantil y pasar al Derecho común, podamos contar a la

comisión.

En realidad, los códigos civiles más que

"mercantilizarse" simplemente se adecúan a lo que deben siempre

ser; es decir códigos que normen el común actuar de las

personas, aquello que está generalizado en la sociedad, no los

comportamientos excepcionales o especiales.

Las expresiones "comercialización del Derecho civil" o la

53
GARRIGUES : 1977 p. 33, 34.
54
SATANOWSKY : 1957 p.200
inversa "civilización del Derecho comercial" tienen la ventaja

de ser ilustrativas por lo que son abundantemente mencionadas

en los textos; pero podrían llevar a formarnos una idea

equivocada respecto de lo que está impulsando al proceso

unificatorio. El proceso unificatorio no hacer "desaparecer"

las materias civiles o las mercantiles, sino que sencillamente,

éstas se ajustan a los comportamientos y exigencias de la

sociedad que es normada.

Aquello que es adoptado por la mayoría de gentes, no puede

estar señalado en leyes especiales.

Hecha esta salvedad, entiéndase que posteriormente cuando

hagamos referencia a la " comercialización" del Derecho civil,

no consideramos que la disciplina civil, quede reemplazada por

las normas comerciales.

Una manifestación de la comercialización del Derecho civil

está según MORALES en la extensión del principio mercantil de

la seguridad del tráfico a la disciplina civil; poniéndolo por

encima de la protección a la propiedad tal es el caso del

tercero de buena fe que recibe como propietario, la posesión de

un bien mueble adquiriendo propiedad, aunque el enajenante no

hubiera tenido facultad para transferirle la propiedad.55

55
MORALES : 1990 p. 250 y 251.
El mismo autor indica las legislaciones en las cuales
encontramos la protección de la adquisición "a non domino" :
"El código civil peruano (artículo 948), el código civil
Boliviano (art. 101), el código civil paraguayo ( art. 2058),
todas estas regulaciones coinciden en que el tercero adquirirá
la propiedad del bien salvo que se traten de bienes robados o
perdidos, para los cuales se establece regla distinta.
Para el caso de los bienes robados o perdidos, los códigos
civiles de Bolivia (art. 102), Paraguay (art. 2412) y el
proyecto argentino (art. 2768), establecen, en terminos
generales, que si estos son adquiridos en tiendas, ferias,
CASTRO Y BRAVO, también vincula la extensión de este

principio, con la mercantilización del Derecho mercantil así,

afirma : " El Derecho se comercializa, y se postula la

necesidad de atender con preferencia a la seguridad del tráfico

jurídico. Se mantiene el dogma de la autonomía de la voluntad,

pero ya no como expresión de respeto a la libertad individual,

sino como un eficaz instrumento para el desarrollo del

comercio. Por ello, se atiende a lo declarado y no a lo

querido, a la protección del diligente hombre de negocios y se

vuelve a citar en su apoyo la dura cita romana, " leges

vigilantibus scriptae sunt " (D. 42.8.24.i.).

Concepción ésta, que en la práctica legislativa y judicial

lleva a al creación, fortalecimiento y ampliación de

privilegios en favor de prestamistas (legislación sobre

hipotecas y prenda sin desplazamiento, reserva de dominio),

comerciantes, industriales y financieros (quita y espera en la

quiebra, regulación de la sociedad anónima, negocios y títulos

abstractos); mientras que, paralelamente, de modo inexorable,

se van suprimiendo o podando los privilegios y ventajas

jurídicas que aun conservaban labradores, ganaderos y

locales abiertos al publico donde se venden los de su clase, o


de un comerciante, entonces, sólo podrán ser reivindicados por
el propietario, si se reembolsa el precio al tercero.
Frente a ellos, el código civil peruano (art. 1542)
resulta más radical, pues para este mismo supuesto de bienes
robados o perdidos adquiridos en aquellos establecimientos,
señala que no son reivindicables, si son amaparados por
facturas o pólizas del vendedor. En otras palabras, el tercero
adquiere firmemente la propiedad, quedándole al ex-propietario,
desposeído tan sólo la posibilidad de ejercer las acciones
judiciales correspondientes contra el vendedor."
artesanos."56

En esta perspectiva, observaremos que cuando el código de

comercio es de fecha muy anterior al código Civil, (como en el

caso peruano) éste contiene principios que en el terreno

general del Derecho comparado, son considerados debido a su

menor formalismo, típicamente comerciales y por el contrario en

el código de comercio encontramos principios que en el mismo

campo son juzgados como Civiles.

ASCARELLI plantea que tal hipótesis está presente en la

legislación del Brasil; según este autor : " mientras la

codificación brasileña del Derecho comercial data de 1850, en

el Derecho Civil se pasó directamente del sistema de las

ordenaciones, o sea del sistema del Derecho romano-común, al

código de 1916. (...) El código Civil de 1916 resulta a veces

más moderno que el código de comercio de 1850 -lo cual es

natural si tenemos presente las respectivas fechas de

aparición-; y, por eso mismo, en algunos aspectos más

comercial.

Por ejemplo, mientras que el código de comercio de 1850 no

adopta el principio dies interpellat pro homine, no obstante

tratarse de un principio generalmente en el Derecho comercial,

aún cuando no lo sea en el Derecho Civil, el código Civil sí lo

adopta.

Se nota así, en el Brasil la propensión aplicar en el

Derecho comercial principios del [Derecho] Civil, al contrario

de lo que sucede en los demás países; pero esta aparente "

Civilisation du droit commercial" es en realidad una

56
CASTRO Y BRAVO : 1985 p. 15.
confirmacion de la " commercialisation du droit privé", puesto

que sucede justamente como consecuencia de la mayor modernidad,

y, permítaseme la expresión, de la mayor comercialidad del

código Civil.

Por otra parte, el Derecho comercial brasileño no adoptó,

por ejemplo, en materia de resolución de contratos, [la] prueba

por testimonio, [la] solidaridad pasiva, principios que en

otros Derechos se señalan entre los más característicos del

Derecho comercial, en contraposición al Civil."57

Para PASCUAL QUINTANA, el fenómeno de generalización del

Derecho mercantil, por el cual se " comercializa " el Derecho

Civil, "constituye simple reflejo de otro incomparablemente más

significativo (...) la llamada retracción del Derecho Civil,

esto es, la extensión del Derecho mercantil a un número cada

vez mayor de relaciones antes sometidas al Derecho común, o al

movimiento de aplicación progresiva de la materia de

comercio."58

Consideramos, que no estamos ante dicha retracción del

Derecho Civil, en concordancia a lo antes señalado por

ASCARELLI para el caso de la legislación brasileña.

El Derecho Civil, por su condición de Derecho común y

precursor de las demás ramas jurídicas; tiene una aplicación

extensa respecto de la ciudadanía en general; es más el efecto

producido por la objetivación y posterior generalización del

Derecho comercial es el de adecuar las instituciones Civiles a

su época, con el propósito de que mantenga su carácter de

57
ASCARELLI: 1949 p. 19,20.
58
PASCUAL QUINTANA : 1959 P. 104
Derecho común y no se encargue de regular lo particular sino lo

general.

Así, la mercantilización del Derecho Civil lo ha remozado,

le ha infundido vitalidad, modernidad, pero en ningún modo

produce que disminuya el ámbito de lo Civil, siempre será el

Derecho común por excelencia.


F) LA NOCION DE EMPRESA Y LA UNIFICACION :

La masificación del intercambio de bienes y servicios da

pie para sustentar la noción del Derecho de la empresa; según

tal noción la economía moderna se caracteriza por la

contratación en masa la cual se vincula necesariamente a la

noción de empresa, así MOSSA señala : " La organización de la

empresa importa la repetición constante de contratos, con tipos

uniformes; una multitud de contratos es condición de vida de

las empresas en las relaciones entre ellas y con la

generalidad. Los contratos son económica y jurídicamente

distintos a los no organizados, que el individuo opera


59
ocasionalmente."

Son muchos los autores que centran el eje del Derecho

mercantil, en la noción de empresa; pero no concuerdan o


60
precisan en qué consiste.

Para VALLE TEJADA : " En nuestros días predomina el

Derecho mercantil de las empresas, y aunque son más numerosos

los pequeños comerciantes, aquéllas representán mas capital y

mayor volumen de transacciones." Comprendemos que la afirmación

anterior no admite ninguna duda al respecto, en países

desarrollados tecnológica y económicamente; en donde las

superempresas absorben con su presencia casi todas las

relaciones del tráfico. Sin embargo, en nuestro país, en el

cual la actividad informal es abrumadoramente mayoritaria, y en

59
MOSSA, citado por VALLE TEJADA : 1987 p. 147.
60
consultar al respecto : VALLE TEJADA : 1987 p. 145 y 146.
Este autor nacional, hace un recuento de los principales
defensores de esta posición teórica.
vías de desarrollo técnico-económico, asumimos que no es tan

concluyente.

Al respecto es pertinente la observación planteada por

FLORES POLO; éste autor citando al maestro venezolano ALBERTO

MORLES HERNANDEZ afirma : " a nivel mundial ni siquiera existe

uniformidad en la terminología que utilizan los autores al

referirse a la " empresa". Hay -dice- notables excesos

conceptuales donde los autores abusan de las concepciones

abstractas, a tal extremo que algunos expertos, como el

venezolano MARMOL MARQUIS, citando a ASQUINI, concluye en que :

" pudiera suceder que el lector terminara por preguntarse si la


61
empresa realmente existe ".

El tema de la empresa, es sumamente interesante y en

constante discusión.

Al respecto acertadamente agrega GARRIGUES : " Por el

mismo método de observación de la realidad que hemos venido

empleando puede llegarse hoy a la conclusión de que el concepto

del Derecho mercantil como Derecho que regula las empresas está

en crisis. La doctrina de la empresa, después de habernos

acercado a la esencia del Derecho mercantil ha abierto la

puerta a su crisis contemporánea .

Una de las causas que han contribuido a esta moderna

crisis del Derecho mercantil ha sido, en el plano doctrinal, la

incertidumbre de los autores en la disciplina de los nuevos

conceptos. La construcción de la doctrina de la empresa, misión

principal del Derecho mercantil científico, no ha llegado a ser

realizada con éxito. Las discrepancias producidas incluso entre

61
FLORES POLO :1987 p. 33
los mismos partidarios de la teoría de la empresa han dado

lugar a un fraccionamiento que ha hecho imposible el acuerdo

sobre los conceptos fundamentales de la doctrina.

Junto a esta causa, (...) hay otras de diversa índole que

han contribuido también a la moderna crisis del concepto de

nuestra disciplina. Entre estas otras causas está el problema

de técnica legislativa que plantea la regulación positiva del

Derecho mercantil como Derecho de la empresa. No se trata ya de

la inadaptación del nuevo concepto a los viejos sistemas del

Derecho mercantil codificado (como sucede, por ejemplo, con el

código de comercio español), sino de las dificultades que

presenta la estructuración legal de un Derecho mercantil

positivo basado sobre la empresa como concepto central."(el

subrayado es nuestro).62

En el presente trabajo nos interesa presentar la

vinculación de tal noción con el proceso unificatorio es decir,

la colaboración de la empresa en la unificación de obligaciones

civiles y mercantiles.

Para el autor nacional, MORALES ACOSTA partidario de la

unificación del Derecho privado, la empresa es el " motor" de

dicho proceso unificatorio pero sin olvidar la generalización

de las normas mercantiles, tal como lo indica en sus

conclusiones finales : " La empresa al erigirse en el eje de la

producción y el cambio en masa mercantilizó la vida civil

-generalizando las instituciones y usos mercantiles- y sobre

esa base se logró la unificación del Derecho privado en varios

países, pues se necesitaba de un Derecho ágil y flexible al

62
GARRIGUES : 1978 p. 69, 70.
servicio de la circulación en masa."63

Nosotros reconocemos en la empresa un papel en el proceso

unificatorio, pero sin olvidar a los demás factores

intervinientes, generalización del Derecho Mercantil,

"Mercantilización" del Derecho Civil, sobre todo en un país

mayoritariamente informal y de pocos recursos como el nuestro.

Es la adopción por el común de las personas, de los

institutos mercantiles; al interactuar en el mercado, lo que

origina la generalización de tales normas.

Tal generalización puede ser llevada a cabo (y no de

manera exclusiva) por el empuje las empresas.

63
MORALES ACOSTA : 1990 p.265
I.3 CONCEPTO DEL PROCESO UNIFICATORIO :

Nosotros utilizamos, el vocablo "proceso" para

caracterizar a la unificación de obligaciones o contratos

civiles y mercantiles en tanto reconocemos que es un fenómeno

gradual, imposible de concebirse legislativamente, sino más

bien éste se produce conforme las condiciones económicas y

sociales lo van permitiendo. Sin embargo, es materializado en

las normas que lo van reconociendo y regulando. Está en

formación, actualmente no se han unificado todos los contratos

civiles y mercantiles quizás en un futuro lo estén.

Ello lo califica a nuestro criterio como un proceso.

Entendemos, el proceso unificatorio de los contratos

civiles y mercantiles en el código civil como una adecuación

del Derecho civil a las exigencias de la realidad. Así, el

Derecho civil adoptará aquellas instituciones que inicialmente

nacieron como mercantiles, pero que luego se han generalizado,

se han vuelto comunes, siendo utilizadas por la mayoría de

personas al ser la vida económica moderna una sóla; mantener

dos legislaciones para resolver una misma necesidad social

[para el caso del mandato y la comisión sería la cooperación en

la realización de actos jurídicos por cuenta ajena, remunerada

o nó] no es lo más adecuado.

En tal sentido, las transformaciones se han producido, por

la revolución industrial, con su masificación posterior y la

participación de cada vez un mayor número de personas en la

economía, la objetivación de las normas mercantiles iniciada

por el Código de Comercio Francés de 1807, la generalización de


las normas mercantiles, la llamada "mercantilización" del

Derecho civil.

En el caso peruano, tal proceso se ha reconocido

legislativamente en principio para la compraventa, permuta,

mutuo, fianza y depósito ya que antes del Código Civil de 1984

dichos contratos tenían una regulación doble, tanto en el

Código Civil de 1936 como en el Código de Comercio de 1902.

(artículo 2112 del Código Civil de 1984)

Asimismo, las normas generales de la contratacion de

Derecho privado inclusive la referente a contratos innominados

quedan unificadas en el código civil, mediante el artículo


64
1353.

64
Ambas normas serán estudiadas cuando desarrollemos el
proceso unificatorio en nuestro Código civil de 1984 acápite
I.7.
I.4 ARGUMENTOS EN CONTRA DEL PROCESO UNIFICATORIO DE

OBLIGACIONES CIVILES Y MERCANTILES :

A) COSMOPOLITISMO DEL DERECHO MERCANTIL :

Como lo indica VALLE TEJADA uno de los argumentos contra

del proceso unificatorio está constituido por la tradicional

característica del Derecho mercantil llamada COSMOPOLITISMO o

UNIVERSALIDAD.

Dicho autor define y fundamenta tal característica de la

siguiente manera : " Suele afirmarse, no sin razón, que el

Derecho mercantil tiene como característica el ser universal o

tener tendencias a ello; los fundamentos son de que siendo un

Derecho de contenido esencialmente patrimonial; no existen

motivos para hacer distingos según la nacionalidad; además en

sus mismos orígenes surgió con ese carácter de

internacionalidad, puesto que las naciones eran muy pequeñas y

el poder legislativo de ellas reducido, a la vez que las

necesidades del comercio obligaban a una expansión de su radio


65
de acción por las más lejanas latitudes."

BOFFI, coincide con el autor nacional antes citado e

65
VALLE TEJADA : 1987 p. 120
ASCARELLI : 1949 P. 11 señala al respecto, sin ocultar su
posición a favor del proceso unificatorio : " El Derecho
comercial fue así, desde su origen, elaborando instituciones en
contraposición al derecho común, instituciones que
posteriormente pasaron a éste, alcanzando aplicacion general.
Esta elaboración tuvo carácter internacional, que de otro
modo se unía con el caracter internacional peculiar en general
al Derecho antes de la constitución de los Estados nacionales.
El primero de los escritores especializados en derecho
comercial y, al mismo tiempo, uno de los más grandes, BENVENUTO
STRACCA, habla de él, en el siglo XVI, como un JUS GENTIUM."
indica el contraste que se produce con la rama civil

estableciéndose así el "obstáculo" para el proceso unificatorio

: " el Derecho comercial exhibe clara tendencia hacia la

universalidad, formándose con prescindencia de fenómenos

locales y haciéndolo a impulsos del interés económico, cuyas

leyes y formas son iguales en todo tiempo y lugar; mientras que

el Derecho civil es producto de factores locales, con lo que

impediría en un Código único la expansión universalista

mencionada".66

Tal sería en resumen el argumento contrario a la

unificación : el Derecho civil está más enraizado en las

diversas nacionalidades expresando los peculiares modos de

organizarse de éstas, si se llevara a cabo el proceso

unificatorio de la materia civil y comercial, éste sería

contraproducente para el carácter universal o cosmopolita del

Derecho mercantil; el cual se vería afectado ya que la

unificación recogería las particularidades locales del Derecho

civil.

De esta manera, las iniciativas de unificación

internacional se verían truncadas por las unificaciones

nacionales de cada país; las cuales tornarían demasiado

heterogéneo el panorama legislativo impidiendo la buscada

uniformidad internacional.

La materia mercantil perdería su tradicional

característica de universalidad con lo cual sólo expresaría

disposiciones locales. Tal situación provocaría que las

relaciones comerciales sean menos ágiles, dada la diversidad de

66
BOFFI CARRI : 1965 p. 817
legislaciones que existirían.

Nosotros consideramos que el argumento antes desarrollado

no tiene suficiente asidero ya que la unificación interna o

nacional, no se ha constituido como un impedimento para el muy

intenso movimiento unificador internacional.

Al respecto; POLO señala las materias en las cuales se

ha unificado internacionalmente las normas refiriéndose no sólo

en exclusiva al ámbito éuropeo, dándonos una idea de lo

importante y antigua que es la unificación internacional : "

Existen hoy leyes uniformes de letra de cambio y cheques (Leyes

uniformes de Ginebra de letra de cambio del 30 de Junio de 1930

y de cheque del 19 de Marzo de 1931), de compraventa

internacional (Ley uniforme de compraventa internacional, de

1964, sometida a nuevo estudio y revisión por la UNCITRAL), de

transporte internacional, en sus diversas manifestaciones (Las

convenciones en materia de transporte terrestre y marítimo son

numerosas, mereciendo recordarse los Convenios internacionales

de Ginebra sobre transporte de mercancías por carretera (TIR) y

(CMR); el de Berna de 1970 sobre ttransporte de mercancías

sobre ferrocarril (CIM), y los dos anexos sobre transporte de

mercancías peligrosas por carretera (ADR) y por ferrocarril

(RID), así como el convenio internacional de Berna de 1961

sobre viajeros y sus equipajes (CIV), todos ellos ratificados

poor España y publicados en el BOE), los contratos de seguro,

acusan también una señalada tendencia a al uniformidad de sus

normas, que cristaliza primero en el Derecho de la navegación

aérea, con tendencia a alcanzar a los seguros marítimos y

terrestres, con sus viejas y nuevas modalidades (en materia de


transportes y seguros aéreos la aceptación casi universal del

Convenio de Varsovia del 12 de Octubre de 1929, con sus

posteriores modificaciones, nos libera de mayor insistencia,

(...)"67

Al respecto, BERCOVITZ, citado por ANTONIO POLO, es

enfático y resta importancia a dicho argumento respondiendo en

base a una observación de la realidad jurídica : " en modo

alguno puede afirmarse que la unificación interna fuera un

inconveniente para la unificación internacional. La experiencia

demuestra, por una parte, que los países en que el Derecho de

las obligaciones y contratos está unificado (Suiza, Italia,

Países Anglosajones) participan en las tareas de unificación

internacional tanto o más que los países donde existe un

Derecho especial, separado del Derecho civil; y en otro

aspecto, son en ocasiones los propios convenios internacionales

los que se encargan de realizar ellos mismos la unificación

entre normas civiles y mercantiles, como se ha recordado con la

regulación internacional de la compraventa, sin consideración

alguna a la naturaleza civil o mercantil de las partes o de los


68
contratos ".

BOFFI, se manifiesta a favor del proceso unificatorio, y

responde al argumento de la afectación del carácter universal

del Derecho Mercantil de llevarse adelante la unificación; de

un modo distinto al de BERCOVITZ aludiendo al típico pero no

exclusivo ánimo de lucro del Derecho mercantil indicando que :

67
POLO : 1986 p. 628
68
POLO : 1986 p. 628 citando a BERCOVITZ: " En torno a la
unificación del Derecho privado ", en : Libro homenaje a Castro
y Bravo tomo I p. 151 y ss.
" ambas ramas del Derecho tienen contenidos locales

incorporados a sus respectivas sistemas y ostentan también una

tendencia hacia la universalidad. Los proyectos y Códigos

locales muestran muchas veces esos localismos en materia

comercial y los proyectos o convenios o tratados

internacionales exhiben en numerosas oportunidades la tendencia

al universalismo que puede darse en el Derecho civil. Al mismo

tiempo es dado percibir instituciones de Derecho mercantil que

encierran valores afectivos muy importantes : ¿ Qué pensar, en

efecto, en el caso del seguro de vida, cuando quien contrata

con el asegurador desea beneficiar a una persona ? ¿ Dónde se

halla el espíritu de lucro, al menos como predominante en el

que beneficia ? ; y también, a la inversa, es posible ver

instituciones de Derecho civil que traducen valores económicos

muy importantes, así; la referida compraventa."69

VALLE TEJADA, también partidario del proceso unificatorio,

absuelve el argumento del cosmopolitismo manifestando que: "

las necesidades del Derecho patrimonial son comunes

actualmente, dejando a salvo las demás partes del Derecho civil

que son siempre peculiares a la idiosincracia de cada pueblo."


70

La unificación nacional no interfiere con la que se lleva

a cabo internacionalmente. Para CORDEIRO ALVAREZ es evidente

la viabilidad de la unificación de las obligaciones civiles y

comerciales no solo a nivel nacional; sino refiriéndose a todo

el área latinoamericana. En tal sentido, indica : " creemos que

69
BOFFI CARRI : 1965 p. 817
70
VALLE TEJADA : 1987 p. 121
la unificación legislativa en Latinoamérica es necesaria y

conveniente en materia de obligaciones y contratos y que en ese

Código único deberán estar incorporadas todas las normas de las

obligaciones y contratos civiles y comerciales.

Y al decir unificar no queremos decir la uniformidad

absoluta en cuanto a las obligaciones y contratos civiles y las

obligaciones y contratos mercantiles, sino que como lo ha hecho

el Código Civil de las obligaciones de Suiza, se respete

algunas modalidades de las obligaciones y contratos civiles

cuando mejor se advengan a estas relaciones ya que el prurito

unificador se concibe en el jurista el que necesariamente

deberá proceder a encauzar la vida de las relaciones jurídicas

para facilitar su evolución y no para entorpecerla o

deformarla."71

71
CORDEIRO ALVAREZ :1960 p. 173
Para este autor el fundamento del proceso unificatorio de
obligaciones, reside en la llamada "COMERCIALIZACION DE LA
OBLIGACION CIVIL" la cual " no es más que un fenómeno social
fácilmente perceptible. La obligación y el contrato civil, han
tenido que irse desprendiendo de las antiguas formas técnicas,
por exigencias de las relaciones económicas. Bastaría pensar
como ha evolucionado la transmisión de los créditos desde la
primitiva forma romana de la " procuratio in rem suam ", hasta
la cesión de créditos, y la cesión de deudas y el título al
portador para que advirtamos el enorme camino recorrido. Y no
se diga que el título al portador, que es como si dijéramos la
culminación de este progreso, es sólo una institución
comercial, puesto que segun sabemos el Código civil Alemán lo
ha legislado junto con otras obligaciones abstractas por los
imperativos de la vida civil. Como se reconoce sin disputa al
llamado contrato de adhesión en el Derecho civil contemporáneo.
Este proceso de lo que llamamos la comercialización de las
obligaciones civiles ha concluído en lo que lógicamente tenía
que concluir : En la creación de un Código único de las
obligaciones y contratos civiles y comerciales."(el subrayado
es nuestro).
B) UNIFICACION Y AUTONOMIA DEL DERECHO MERCANTIL :

El tema de la autonomía del Derecho mercantil frente al

Derecho civil fue un tópico muy desarrollado durante el siglo

pasado.

Con el desarrollo y manifestación del proceso unificador

el tema ha sido puesto de nuevo en discusión. La legislación

Suiza e Italiana al realizar la unificación civil y comercial

dejan planteada la interrogante: ¿ El Derecho Mercantil

unificado con el Civil ha perdido su autonomía o

sustantividad ?.

Nosotros pretendemos dar una respuesta negativa a dicha

pregunta.

El origen del Derecho mercantil es impulsado por

exigencias de la misma realidad económica, nació desgajado del

Derecho común ya que este resultaba ineficiente frente a las

exigencias técnicas que inicialmente fueron del comercio. El

Derecho Romano perdió su elasticidad desde la desaparición del

Pretor volviéndose anquilosado.

Así, en la Edad media, los comerciantes se separaron poco

a poco con sus propias costumbres que fueron compiladas y

convertidas en un germen de un Derecho especial. Estas

costumbres albergaban principios distintos a los que

desarrollaba el Derecho Civil de ese entonces.

ASCARELLI, partidario de la autonomía y especialidad del

Derecho comercial se refiere a estos primeros momentos de la

disciplina; señalando que : " es así, como el Derecho comercial

se presenta originariamente con carácter autónomo, no en el

sentido actual de la palabra, sino en el que éste término tenía


en el sistema del Derecho romano común. Era un Derecho

autónomo, pues no se unía al Derecho estatal, sino que sólo se

ligaba al consentimiento y a las costumbres de los interesados,

sucesivamente consolidados en los constituta usus medievales; y

era autónomo también porque quedaba bajo la competencia de una

jurisdicción consular particular, que a su vez se oponía a la

jurisdicción general del magistrado principal."72

Consideramos pertinente, traer a colación el significado

de autonomía que se aplicaba al Derecho comercial en sus

inicios, ya que nos permite darnos cuenta que el significado

actual de dicho término es distinto, ya no se aplican los usus

medievales, ni existe la jurisdicción consular. Ahora existe un

ente, el Estado, el cual genera las normas y administra

justicia.

Como lo señala LE PERA, el Derecho comercial, surgió como

una unidad sistemática independiente, como un sistema paralelo

y autónomo del Derecho civil; sin embargo, no es claro saber

cuando un sector del orden jurídico debe ser considerado como

sistema, es por su autonomía, pero por desgracia tampoco hay un

total esclarecimiento sobre que la constituye, o cuando se da.73

GARRIGUES intenta dar un contenido a la autonomía;

diferenciándola de la independencia de un sector normativo

(regulación en un código aparte) expresando : " Ninguna rama

del Derecho puede jactarse de tener independencia frente a las

demás y menos que ninguna el Derecho mercantil, nacido dentro

del Derecho civil y como una desviación suya. Coincidiendo

72
ASCARELLI : 1962 p. 8-9
73
LE PERA : 1974 p. 25
ahora con ROCCO cuando afirma que la autonomía de una ciencia

no debe confundirse con su independencia o mejor con su

aislamiento, hemos creído siempre que en este punto de las

relaciones del Derecho civil y mercantil hay que distinguir una

cuestión de separación y una cuestión de independencia, para

venir a la conclusión de que ciertamente el Derecho mercantil

debe vivir en leyes propias, separado del civil, pero con la

dependencia que impone la comunidad de origen y la substancial

analogía. No cabe pensar en el concepto del Derecho mercantil

sin pensar al mismo tiempo en el del Derecho civil, porque

porque el uno está condicionado por el otro. La caracterización

del Derecho mercantil como Derecho especial se hace por

comparación con el Derecho civil y su contenido se determina

por el del Derecho común. PISKO ha hecho notar en este sentido

que el Derecho mercantil no representa un sistema de normas que

agota su objeto, sino que casi siempre regula sólo una parte de

las relaciones creadas por el comercio. El Derecho del comercio

descansa, por tanto, no solamente en las prescripciones del

Derecho mercantil, sino también en las del Derecho civil común.

este constituye la base sobre la cual esta edificado. El

contenido, en un cierto momento, del Derecho civil es decisivo

para el contenido y ámbito de las normas especiales de

comercio."74

Un autor nacional, como MONTOYA, toma partido al respecto

y fundamenta la existencia del Derecho mercantil como

disciplina autónoma, de la siguiente manera : " La existencia

del Derecho mercantil como disciplina autónoma responde a la


74
GARRIGUES : 1931 en el prólogo a la obra de ROCCO: "
Derecho comercial" p. VIII, IX.
necesidad de que existan reglas jurídicas más simples y al

mismo tiempo más rigurosas que las del Derecho civil, dada la

celeridad y multiplicidad de las relaciones de cambio, el

enlazamiento de unas operaciones con otras, la naturaleza de

ciertos bienes, como los títulos de crédito ó títulos valores,

las especiales relaciones societarias, como las sociedades

anónimas, o de ciertas actividades, como las del comercio

marítimo; de determinadas operaciones de banca y bolsa, de

seguros, transporte, etc."75

El mismo autor a pesar de asumir la autonomía del Derecho

mercantil considera que el proceso unificatorio en modo alguno

la afecta, asimismo plantea una adquisición gradual de tal

autonomía diciendo que : " El Derecho comercial comenzó a

adquirir el carácter de ciencia autónoma cuando se fue

modificando su primitiva condición de Derecho profesional o de

excepción, aplicable sólo a los comerciantes, para extenderse

al comercio y regular los actos mercantiles con independencia

de la calidad de comerciantes de quienes los realizaran.

Alcanzó, así, el carácter de una rama importante del

Derecho privado, zona en la cual se le ubica con la misma

jerarquía que el Derecho civil. En su estado actual, con

Códigos independizados o unificados legislativamente con el

Derecho civil; ha sancionado las costumbres comerciables

habiéndolas sistematizado, adoptando el método del Derecho

civil. La justificación de su existencia está determinada

porque un sector de la realidad económica exige una regulación

especial distinta de la civil.

75
MONTOYA MANFREDI : 1986 p. 37
La unificación legislativa, no ha hecho perder su

autonomía al Derecho mercantil. Muchas de sus instituciones no

pueden ser transferidas al Derecho civil."76

Buscando dar respuesta la problema, GARRIGUES, se inclina

por la unificación y la sustenta aludiendo a los procesos

unificatorios Suizo e Italiano : " es lo cierto que aún en los

países en los que el Derecho mercantil ha perdido su

independenncia legislativa se sigue hablando de la autonomía de

nuestra disciplina. El problema no es de forma, sino de

sustancia y puede expresarse preguntando si el Derecho

mercantil conserva su sustantividad a pesar de que los

contratos mercantiles se hayan convertido en Derecho común,

(...). La contestación de esta pregunta debe ser afirmativa,

dado que el fenómeno de generalización de las normas

mercantiles no puede ser total, porque hay instituciones

mercantiles instranferibles al Derecho común. Tales, son las

relativas a las empresas individuales y sociales, a la empresa

como organización, al patrimonio de la empresa, a sus signos


77
distintivos, etc."(el subrayado es nuestro).

Nos permitimos realizar una extensa pero muy acertada cita

de GIRON TENA quien vincula el tema de la autonomía y

especialidad del Derecho Mercantil con la posición metodológica

en base a la cual se estudia esta rama jurídica, aspectos que

se superponen, dando además su concepto del Derecho Mercantil :

"este Derecho es especial y distinto en tanto un sector de la

Economía y de la sociedad en su viva evolución histórica va

76
MONTOYA MANFREDI : 1986 p. 38
77
GARRIGUES : 1978 p. 92, 93.
requiriendo y originando instituciones normativas jurídicas,

igualmente en transformación y esta relación funcional

histórico-económica, necesariamente es clave en la metodología

de la interpretación de esta rama si es y tiene que ser

especial, para que, como tal, subsista. [...] El Derecho

Mercantil está constituido por el conjunto de instituciones y

normativas que constituyen Derecho especial y distinto respecto

del Derecho Común porque han nacido y evolucionado por

exigencias de la organización y de la actividad de un

determinado sector de la estructura económica y de la

sociedad. [...] Esta historicidad, tan enfáticamente acentuada

respecto del Derecho Mercantil, pero común a todas las ramas

del Derecho Positivo, hace que el concepto de éste no pueda

pedírsele una validez atemporal. [...] el concepto del Derecho

Mercantil no es algo que es, sino que está siendo continuamente

... [significando] que esta relación de funcionalidad entre la

materia regulada y especialidad jurídica de su tratamiento no

puede ser forzada con un concepto ahistórico y atemporal fijado


78
de una vez por todas."

El reconocido doctrinario español GARRIGUES sustenta una

78
GIRON TENA : 1986 p. 18, 19 justifica su posición,
dando una voz de alerta sobre el apego a conceptos abstractos y
atemporales, expresando que : "conviene apegarse con firmeza a
los extremos esenciales y seguros que se acaban de decir [en el
texto que citamos]. Esta relación funcional histórica-económica
es clave, necesariamente, por su enlace con las relaciones
vitales y teleológicas de las normas y de las instituciones, de
manera que, sin ella, la metodología de la interpretación del
derecho positivo, que constituye el material juridico del
intérprete y hasta la critica de aquél y las directrices de su
cambio dejarían de tener sentido, porque inmediatamente se
saltaría a esa especie de sustantivación conceptista que
simplemente crea nidos vacíos en la cabeza del jurista ".
particular opinión para el futuro del Derecho mercantil en el

cual esta disciplina no dejara de ser autónoma, estableciéndose

los siguientes códigos :

a) Un código único de obligaciones, en el que se incluyen

también los contratos mercantiles que se han extendido al

público en general, siendo indiferente, por tanto que uno de

los contratantes sea una empresa mercantil, ya que precisamente

la actividad de las empresas va dirigida hacia el público.

b) Un código de comercio, para la empresa como

organización,asi como los contratos, que ontológicamente (según

GARRIGUES) pertenecen a una empresa; así como el de seguro,

bancarios,venta sobre documentos, agencia, transporte, depósito

en almacenes generales, hospedaje, etc.

c) Un código civil que contenga normas sobre personas,

familia y sucesiones."79

VALLE TEJADA, toma una posición ecléctica, asumiendo que

el Derecho mercantil posee aspectos en los cuales constituye un

Derecho especial o autónomo y en otros es un Derecho

excepcional; con lo cual permanece dentro de la opinión de

GARRIGUES.

Así, concluye : " El Derecho comercial participa en el

Derecho positivo, pero no dogmáticamente de la doble condición

de excepcional en todo aquello que resulta factible unificar

con el Derecho civil; pero especial en la parte que no admite

tal compenetración y que debe regirse en forma autónoma. Ahora

bien, para quienes participamos de la idea unificadora, dejando

fuera del código único las materias típicamente merecantiles,

79
GARRIGUES : 1978 p. 93,94.
no nos queda más alternativa que la de adherir a quienes

conceptúan al Derecho comercial como especial dentro del

Derecho privado."80

Concordamos, con lo expresado por PUENTE MUÑOZ, cuando

indica que : " no puede predicarse en ningún caso el divorcio

de las dos ramas fundamentales del Derecho privado. Que la

autonomía no suponga el reconocimiento de dos compartimientos

estancos de nuestro ordenamiento jurídico o privado

patrimonial. En ocasiones, por no decir siempre, los

mercantilistas, preocupados con fundamentar la sustantividad de

nuestra disciplina, han olvidado esto, tan fundamental como

sencillo. Porque esta estrecha conexión no supone la negación

de lo que de especial y excepcional hay en el Derecho

mercantil. Y también lo han olvidado a la hora de pensar en la

unificación del Derecho privado en cualquiera de las

sistemáticas que se propugnan."(el subrayado es nuestro).81

Nuestra conclusión, es que el proceso unificatorio no

afecta ni quita autonomía al Derecho mercantil. El ámbito

legislativo de la materia mercantil, o su independencia

legislativa (normatividad por separado) se reducirá, pero ello

en modo alguno restara autonomía a la rama mercantil. Esta rama

seguirá, como lo indica PUENTE MUÑOZ, " tomando su especialidad

de los nuevos principios que realiza sistemáticamente, no de la

materia que viene a regularse. Es de esta manera como el

Derecho nuevo (refiriéndose al Derecho merecantil) se convierte

en una disciplina autónoma, que viene a regir a un sector del

80
VALLE TEJADA : 1987 p. 49, 50.
81
PUENTE MUñOZ : 1971 p. 79.
Derecho. Pero a su vez, estos nuevos principios, con el devenir

del tiempo, se generalizarán, se extenderán dentro -en el caso

del Derecho mercantil- de todo el sector del Derecho privado. Y

sus límites se oscurecen originando otra vez el problema de su

autonomía o sustantividad."82

Posteriormente, dicha autora subraya lo anterior :

"...aunque los principios y la técnica del Derecho mercantil

puedan devenir comunes, aunque se unifique la materia de

obligaciones, habrá un sector que conservará la especialidad de

su función.

Seguirá siendo el Derecho que regula la vida del tráfico

en toda su amplitud. El Derecho de un sector económico del

Derecho patrimonial privado que impone el reconocimiento de una

serie de principios, técnicas específicamente mercantiles,

exigidas por la actividad del mercado en toda la amplitud de

este término : desde la producción hasta el consumo."83

Recapitulando, señalaremos :

- Uno de los ataques que se hacen contra el proceso


82
PUENTE MUÑOZ : 1971 P. 78
83
PUENTE MUÑOZ : 1971 p. 80.
Un autor contemporáneo, como GIRON TENA : 1986 p. 18
indica que " El fundamento de la especialidad y la posición
metodológica se superponen : este Derecho es especial y
distinto en tanto un sector de la economía y la sociedad, en su
viva evolución histórica, va requiriendo y originando
instituciones y normativas jurídicas igualmente en
transformación, y esta relación funcional histórico-económica,
necesariamente, es clave en la metodología de la interpretación
de esta rama, si es y tiene que ser especial, para que, como
tal, subsista. Grosso modo, el Derecho Mercantil está
constituido por el conjunto de instituciones y normativas que
constituyen Derecho Especial y distinto respecto del Derecho
Común porque han nacido y evolucionado por exigencias de la
organización y de la actividad de un determinado sector de la
estructura económica y de la sociedad.
unificatorio de las obligaciones civiles y mercantiles consiste

en que :

a) Si se unifica el Derecho mercantil con el civil, el

primero perdería su autonomía.

Como hemos podido observar, la mayoría de autores

demuestran que tal unificación no produce la pérdida de la

autonomía mercantil porque :

- Hay materias mercantiles instransferibles al campo

civil; las cuales son instituciones que no se han generalizado

en la sociedad, y por ende no pueden ser parte del Derecho

civil o común.

- No debemos confundir, autonomía con independencia

legislativa u ordenamiento legal por separado (Código civil /

Código de comercio).
C) ¿ USOS MERCANTILES EN EL DERECHO CIVIL ?:

Se objeta al proceso unificatorio que si tal proceso se

llevara a cabo, en palabras de BOFFI, : " la unión cegaría la

fuente más fecunda del Derecho comercial : los usos y


84
costumbres, que en el orden civil son lentos, pesados.

Los usos evidentemente transforman y dinamizan al Derecho

comercial a diferencia del civil; el cual más bien representa

un Derecho más estático y conservador.

Asimismo, la valoración de los usos o costumbres en ambas

ramas del Derecho privado es distinta, en tal sentido, se

expresa VALLE TEJADA, remarcando que : " es reconocido que no

poseen los usos la misma autoridad en ambas ramas del Derecho

privado (...) el uso en el Derecho civil está subordinado a la

ley, mientras que en el Derecho comercial tiene más vitalidad,

incluso está sobre la ley civil en algunos casos."85

No debemos olvidar que el Derecho mercantil está muy

vinculado en sus orígenes a las costumbres o usos, así

GARRIGUES claramente describe esta relación : "La formación del

Derecho mercantil como una desviación especial de Derecho civil

explica la importancia del uso : cuando la ley civil no se

adaptaba a las peculiares exigencias del tráfico mercantil, los

comerciantes no se cruzaban de brazos esperando una ordenanza

legal adecuada, sino que se separaban enseguida de la

aplicación de la ley por medio de los usos extra legem,

adecuados a sus especiales finalidades económicas.

84
BOFFI : 1965 p. 816
85
VALLE TEJADA : 1987 p. 89
El Derecho mercantil no nace legislativamente, sino por la

fuerza del uso.86

El rápido curso del comercio exigía un Derecho

preferentemente elástico que se amoldara a las necesidades

siempre cambiantes : un Derecho dinámico, vivo en la práctica,


87
no un Derecho estático, muerto en los códigos."

Ese primer plano de la costumbre como fuente del Derecho

mercantil en sus inicios, se pierde una vez que éste último es

codificado; en tales circunstancias, la costumbre pasa a un

segundo lugar como fuente del Derecho en referencia a la ley


88
mercantil; se le asignará el papel de costumbre delegada.
86
SANCHEZ CALERO : 1986 p.33 y ss. aclara al respecto :
"Se entiende por uso la práctica efectiva y repetida de
una determinada conducta. Esta práctica ha de responder a la
idea de que se sigue una determinada norma de conducta que
impera en el tráfico mercantil. Pero la vinculación a esa norma
no ha de derivar de la voluntad individual, sino de la
existencia objetiva de esa norma en el tráfico. Esta
observación es la que permite la distinción entre los usos
normativos y los interpretativos. (...)
El uso normativo es fuente de derecho, mientras que los
usos interpretativos, únicamente entran a disciplinar una
determinada relación jurídica, en tanto en cuanto se presuma
que han sido queridos por las partes. (...)
La distinción de usos normativos e interpretativos, ha
sido negada por algunos autores. Sin embargo, creemos que puede
mantenerse, y que, sólo aquellos denominados normativos deben
considerarse como fuente del derecho."
87
GARRIGUES : 1979 p. 113 y ss.
88
RUBIO CORREA : 1984 p. 203 define lo que constituye la
costumbre delegada, en base al artículo 2 de nuestro código de
comercio; así, dicho autor afirma : " Una modalidad de la
costumbre secundum legem es aquella en la que el texto expreso
de una disposición legislativa, recurre a la vigencia de la
costumbre. Es el caso del artículo 2 del código de comercio que
establece : " Art. 2 Los actos de comercio, sean o no
comerciantes los que los ejecuten, y están o nó especificados
en éste código, se regirán por las disposiciones contenidas en
él; en su defecto, por los usos del comercio observados
Hasta allí, los argumentos en contra del proceso

unificatorio; los cuales adoptan una postura tradicional en la

valoración del uso como fuente del Derecho mercantil.

En primer lugar, el dinamismo que brindan los usos al

Derecho mercantil no es exclusivo de éste, la presencia de los

usos en los códigos civiles cada vez es mayor.

Actualmente, se reconoce a la costumbre como una fuente

formal del Derecho civil y le aporta normas al mismo. Así,

nuestro Código civil de 1984, contiene 39 normas que se


89
refieren a las costumbres y usos de modo expreso.

Nuestra realidad social, plurilinguística y pluricultural

requiere de la aplicación normativa de las costumbres; así

RUBIO CORREA plantea como hipótesis principal de uno de sus

trabajos, que: "en el Perú se debe dar un mayor reconocimiento

a la costumbre y que en virtud de las disposiciones

legislativas existentes en el Código civil es posible

considerar la posibilidad de establecer una norma general


90
respecto de ella, probablemente en el título preliminar."

Nuestro Código civil, no contiene normas que asignen de

modo concreto relevancia a los usos dentro del ordenamiento

civil; pero por ello no puede negarse su presencia.

generalmente en cada plaza; y a falta de ambas reglas por las


del derecho común."
Es de destacar en este texto, que la costumbre comercial
está colocada jerárquicamente por encima de la aplicación del
derecho común no comercial. A esta modalidad se la conoce
también como costumbre delegada, en tanto que recibe de la
legislación su legitimidad jurídica para reglamentar las
conductas de las personas."
89
RUBIO CORREA : 1988 p. 278
90
RUBIO CORREA : 1988 p. 280
Para el autor nacional VALLE TEJADA el art. VIII del

título preliminar del código civil de 1984, (91) establece " un


92
principio permisivo para la aplicación de los usos" .

RUBIO CORREA, refiriéndose a la misma norma, defiende la

presencia de la costumbre indicando que: " Personalmente, nos

inclinamos a considerar que en aquellos casos en los que las

costumbres llenan vacíos de la ley, o sigan a la ley, tengan

reconocimiento de su carácter jurídico en nuestro medio, aún

cuando sabemos que esta es una opinión discutida y discutible

en el contexto en el que se ha concebido y desarrollado el

Derecho en el Perú republicano.

Si esta posición adquiriera prevalencia (lo que desde

luego tiene sólido apoyo teórico en la doctrina jurídica, y

también es razonable habida cuenta de nuestra realidad socio-

política), entonces implicaría que el defecto o deficiencia

señalado en el supuesto del artículo VIII debería suponer la

inexistencioa o insuficiencia no sólo en el plano legislativo,

sino aún en el consuetudinario, de la manera como lo hemos

precisado. Por lo demás, estos argumentos en favor de la

costumbre como fuente del Derecho, pueden ser también aplicados


93
a la jurisprudencia sin mayores adaptaciones ".

Consideramos, que la costumbre, está presente dentro de

las fuentes de nuestro ordenamiento civil y es más bien una


91
Artículo VIII del título preliminar del código civil:
" Los jueces no pueden dejar de administrar justicia por
defecto o deficiencia de la ley. En tales casos, deben aplicar
los principios generales del derecho y, preferentemente, los
que inspiran el derecho peruano."
92
VALLE TEJADA : 1987 p 90
93
RUBIO CORREA : 1986 p. 143.
necesidad que la consideramos como tal, debido a las peculiares

características de nuestro país.

En tal sentido, la primera argumentación contra el proceso

unificatorio : Que los usos son fuente del Derecho mercantil y

no están presentes en el Derecho civil, no es tan cierta.

El otro cuestionamiento se refiere a la distinta

importancia que se dá en el Derecho civil y en el mercantil a

los usos.

Este argumento tiene sustento en el art. 2 del Código de

comercio (94) el cual refiriéndose a los actos de comercio en

general coloca a los usos por encima del Derecho común, lo cual

no ocurre en el código civil, el cual, salvo disposición

particular que remita a la costumbre delegada, aplica en primer

término la propia ley civil.

Es pertinente la reflexión de CORTEZ DOMINGUEZ sobre la

diferencia entre el Derecho civil y el mercantil en relación a

sus respectivas fuentes formales; " las divergencias entre el

sistema general civil y mercantil de fuentes se reducían,

dejando a un lado la obvia distinción entre leyes civiles y

mercantiles, a que de una parte, el legislador mercantil no

mencionaba como fuente a los principios generales del Derecho;

y de otra, a que mientras aquél llamaba en segundo lugar tras

la ley, a los usos de comercio, el civil lo hacía a la

94
Artículo 2 del código de comercio :
" Los actos de comercio, sean o no comerciantes los que
los ejecuten, y estén o no especificados en este código, se
regirán por las disposiciones contenidas en él; en su defecto,
por los usos del comercio observados generalmente en cada
plaza; y a falta de ambas reglas, por las del derecho común.
Serán reputados actos de comercio, los comprendidos en
este código y cualesquiera otros de naturaleza análoga."
95
costumbre".

La importancia que se otorgue a la costumbre respecto de

las demás fuentes del Derecho civil en contraposición a lo que

ocurre en el campo mercantil; es un inconveniente para la

unificación del Derecho privado en su conjunto (Derecho civil y

Derecho mercantil). Pero no para la unificación parcial de los

contratos "generalizados" o devenidos comunes.

Asimismo, la gravitación de los usos respecto de los

contratos en particular, ha sido modificada con el código civil

de 1984; el cual establece en su artículo 1353 la unificación

de las reglas generales para todos los contratos de Derecho


96
privado.

En el ámbito contractual unificado (compraventa, permuta,

depósito, fianza, mutuo ex-contratos civiles y mercantiles );

la costumbre o usos, tienen una misma presencia e importancia,

ya que las disposiciones generales de la contratación, son las

mismas. No tiene sentido, asignarles distinta gravitación a los

usos solamente por razones tradicionales.

Los contratos unificados son únicamente considerados

civiles, comunes, no constituyen actos de comercio con ropaje

civil, por ello, el artículo 2 del código de comercio no les

afecta en nada.

No existe distinta valoración de la costumbre en el ámbito

de los contratos unificados, porque estos son completamente


95
CORTEZ DOMINGUEZ : 1981 p. 497
96
Artículo 1353 : " Todos los contratos de derecho
privado, inclusive los innominados, quedan sometidos a las
reglas generales contenidas en esta sección, salvo en cuanto
resulten incompatibles con las reglas particulares de cada
contrato."
civiles.

Debe distinguirse la utilización de la costumbre como

fuente formal del Derecho, lo cual ocurre en ambas ramas con

distintos criterios de valorización de dicha costumbre-fuente

tanto en el Derecho civil como en el Mercantil; con la

presencia en la normatividad de ambas ramas de la costumbre

delegada, es decir que la ley recurre a la costumbre para

regular una situacion de hecho.

Para el caso concreto del mandato, no existiría distinta

valoración a la costumbre delegada como luego profundizaremos

en la segunda parte de nuestro trabajo; tanto el código civil y

el de comercio recurren a la costumbre de modo muy similar;

(por ejemplo, para determinar el monto de la retribución del

mandatario artículo 1791; artículo 271 del código de comercio).

Incluso la distinta valoración que se haya otorgado

tradicionalmente a los usos en el mandato y en la comisión, no

es obstáculo para unificarlos, en tanto los conceptos de ambos

contratos son equivalentes y al unificarse tendrían

normatividad única la cual uniformiza la importancia que se

otorgue a la costumbre.
D) " DIFERENCIAS " ENTRE LOS OBLIGACIONES CIVILES Y MERCANTILES

Al hablar de obligaciones civiles y obligaciones

mercantiles; partimos de la distinción de ambas según su

orígen.

Así, tenemos una obligación mercantil si la misma surge o

es producida por un acto o contrato de comercio y tendremos una

obligación civil si ella se origina en un acto o contrato

civil.

Como se observa, la distinción tradicional radica

básicamente en la fuente de la obligación. Distinción que en

buena cuenta, sólo es formal y no de contenido.

El hecho de remitirnos a la noción de acto de comercio, ya

evidencia que el presente argumento en contra del proceso

unificatorio; es una derivación del argumento que propugna la

existencia de actos objetivos, intrínseca e inmutablemente

mercantiles.

Tenemos, además de la diferencia de fuente; que la

obligación civil y la obligación mercantil se regirán por

cuerpos legales distintos "en tanto tienen funciones distintas,

ya que cada tipo de obligación es parte de un Derecho especial

que surge para satisfacer necesidades de distinta clase" tal


97
como lo señala MORALES.

Aquí, no discutiremos la comercialidad de los actos, ni la

especialidad y autonomía del Derecho mercantil; temas a los

cuales les dimos un tratamiento independiente.

97
MORALES ACOSTA : 1990 p. 192
Analizaremos, más bien si existe una teoría obligacional

propia del ambito mercantil y por lo tanto independiente del

Derecho civil. Ya que de ser así, se justifica una separación

normativa de los contratos civiles y de los mercantiles en

tanto se sustentan en necesidades y lógicas distintas

cumpliendo por ello funciones dispares.

El doctrinario argentino LE PERA señala que " La unidad

del Derecho privado que desde el Corpus Iuris constituía una

tradición en la Europa continental, pareció escindirse en la

segunda mitad del siglo pasado y comienzos del actual en dos

sistemas paralelos autosuficientes ("autónomos" en la

terminología más frecuente) : el Derecho civil por un lado y el

Derecho comercial por otro. Este último era propuesto no como

una parte o sector de una unidad normativa, al modo en que lo

era, por ejemplo, el Derecho de familia o el Derecho de

sucesiones, sino como una unidad sistemática independiente que

presentaba estas características :

a) Establecimiento de la siguiente prelación para el

llenado de lagunas :

1. Usos y costumbres mercantiles.

2. Principios generales del Derecho.

3. Ley civil.

b) Incorporación duplicada de una parte general de las

obligaciones y de ciertos contratos en particular.

(...) En dicha escisión histórica del Derecho privado se

creyó encontrar un fundamento ontológico expresada en la teoría

del acto de comercio primero y en la teoría de la empresa


después."98

El autor citado alude indirectamente a una característica

del Derecho mercantil unánimemente reconocida; la cual sin

embargo no es tomada en cuenta por aquellos que se oponen al


99
proceso unificatorio.

Los que arguyen la existencia de una teoría obligacional

propia de lo mercantil; (100) olvidan el sustento originalmente

civil de la regulación en el código de comercio de las

obligaciones y contratos " mercantiles ".

Ese sustento inicial, es lo que caracteriza al Derecho

mercantil como un Derecho fragmentario por excelencia.

GARRIGUES, menciona ese vínculo inicial entre el Derecho

civil y el mercantil señalando que el Derecho mercantil, nace a

consecuencia de una segregación; y es por ello que ofrece un "

perfil fragmentario en la mayor parte de sus instituciones, las

cuales encuentran por así decirlo, el pedazo que les falta en

la institucion correspondiente del Derecho civil.

Este carácter fragmentario del Derecho mercantil está

reconocido como ROCCO apunta, en el artículo 1 de código

italiano de 1882, análogo al artículo 2 de nuestro código" ( se

refiere al código español).101

Nuestro artículo 2 del código de comercio de 1902, es casi

idéntico al español de 1885 y evidencia también la


98
LE PERA : 1974 p. 25
99
VALLE TEJADA : 1987 p. 115
100
ETCHEVERRY : 1988 p.11 y siguientes, menciona a GARO,
Francisco y su obra "Derecho comercial, parte general"; a Mario
A. RIVAROLA, Roberto LOBOS, y Fructuoso CARPENA.
101
GARRIGUES : 1931 p. IX
fragmentaridad mercantil, al remitirse al código civil en

defecto de la ley mercantil y de los usos de la plaza.

Tal fragmentaridad, no sólo se refiere a la noción de

obligaciones y contratos sino que incluye a otras como;

caducidad, plazo, consentimiento, etc., tal como lo expresa


102
VALLE TEJADA.

Teniendo en cuenta, que el Derecho mercantil es

básicamente un Derecho de obligaciones y contratos nos

percataremos del fuerte vínculo existente entre ambas ramas del

Derecho privado.

ETCHEVERRY, al hacerse la pregunta de si ¿ es posible

hablar de obligaciones y contratos mercantiles ? responde;

señalando que : "No es posible, pues, exigir al Derecho

comercial un sistema propio de obligaciones, ni siquiera de

contratos, en tanto nos estemos refiriendo a las estructuras

básicas, a la teoría genral de éstas disciplinas; si aparecen

en cambio, principios modificadores de las instituciones del


103
Derecho privado común."

La existencia de regulaciones particulares, a partir de

los principios contractuales comunes o generales es lógico que

ocurra; (determinando la especialidad del Derecho Mercantil)

pero se constata que tanto el Derecho civil y el mercantil se

rigen en materia de contratación por principios comunes.

PUENTE MUÑOZ cita a DE BENITO el cual señala : " La

contratación civil y mercantil se rigen por leyes distintas que

no son una excepción la una de la otra, porque en el Derecho

102
VALLE TEJADA : 1987 p.116
103
ETCHEVERRY : 1988 p. 26
civil se contienen dos clases de preceptos perfectamente

distintos entre sí, los llamados principios fundamentales de

toda contratación y los llamados principios especiales de cada

legislación civil. Los primeros se aplican lo mismo a la

contratación mercantil; los segundos, tienen, respecto de la

contratación civil, el mismo valor que los preceptos del código

de comercio respecto a la contratación mercantil y por

consiguiente, tan especiales son los unos como los otros. No

siendo por tanto, los principios fundamentales de la

contratación ni más ni menos propios de la civil que de la

mercantil, porque son principios de general aplicación que

tienen su origen no en éste ni en el otro Derecho particular,

sino en el Derecho mismo.", o como prefiere PUENTE MUÑOZ "en el

Derecho privado"104 (el subrayado es nuestro).

Al tener ambos campos del Derecho, principios comunes en

maateria contractual entendemos que las nociones de contrato y

obligación, gozan del mismo contenido.

Por otro lado MORALES ACOSTA subraya que el Derecho

mercantil no puede construir un concepto distinto de obligación

del que señala el Derecho civil; " y esto porque el Derecho

civil es la parte del Derecho privado más completa, por el

hecho de haber existido en un momento histórico una total

identidad entre el Derecho civil y el Derecho privado. Es decir

el contenido del Derecho privado era el Derecho civil.

En la actualidad, el Derecho civil sigue elaborando los

conceptos y definiciones que tradicionalmente son usados por el

Derecho en general. Es así, que por ejemplo, el concepto de

104
PUENTE MUÑOZ : 1971 p. 83 y 84.
contrato sirve al Derecho laboral para definir al contrato de

trabajo, (...) y en general todas las disciplinas se refieren

al contrato según el concepto elaborado por el Derecho civil.

El hecho que el Derecho civil haya regulado las

instituciones de las obligaciones y contratos y en general

actos a los que da una caracterización particular, no es

obstáculo para servirse de ellos, en la medida que se les pueda

acondicionar al subsistema jurídico en el cual se van a


105
ubicar."

Recapitulando, indicaremos :

- El origen de la normativa de obligaciones y contratos

mercantiles tiene su origen y fundamento conceptual en la

normativa civil.

- Por ello, se reconoce una fragmentaridad en las

instituciones mercantiles, las cuales se dirigen al Derecho

civil para " completarse ".

- La normativa mercantil no plantea una noción particular

de obligación o de contrato distinta de la noción civil.

Y por ende los principios rectores de tales nociones, son

comunes en ambas ramas.

- Las normas mercantiles, instrumentalizan las nociones de

obligación y contrato asignándoles una particular regulación;

pero ello no implica que les asigne un contenido distinto al

otorgado por el Derecho común.

Sobre la base de lo antes mencionado, las comunes nociones

de obligación y de contrato tanto en la rama civil como en la

mercantil, lejos de obstaculizar el proceso unificatorio,

105
MORALES ACOSTA : 1990 p. 192, 193.
constituyen un factor que vincula fuertemente ambos sectores

del Derecho.
I.5 SENTIDOS DE LA UNIFICACION :

Tomando como punto de partida la unificación de las

obligaciones civiles y mercantiles; la discusión se ubica en

donde materializar tal unificación.

Son tres las principales tendencias; unificar en el código

civil, en el código de comercio o en un código único de

obligaciones.

Cada una de dichas posiciones, es reflejo del concepto que

se tiene sobre el proceso unificatorio.

Así, entendemos, que la unificación en el código civil

responde al reconocimiento de la generalización de las normas

mercantiles, que ahora ahora han perdido su carácter

particular, siendo Derecho común; también constituye una

adecuación o redimensionamiento del Derecho civil ya que le

hace cumplir su papel de Derecho común por excelencia.

La unificación en el código de comercio, estima que merced

al proceso unificatorio, se ha avasallado al Derecho civil,

adquiriendo el Derecho mercantil la primacía en el Derecho

privado constituyéndose en el nuevo Derecho común.

La unificación en un código único de obligaciones y

contratos, se sustenta en que las obligaciones y algunos

contratos se han desligado de sus ramas civil o mercantil

formando una disciplina propia (un código del tráfico en

general) esa independencia, refleja el camino hacia una nueva

regulación ya que las categorías de lo civil y mercantil no

son las más adecuadas. Encontrándonos en camino hacia un

Derecho empresarial.
A) UNIFICACION EN EL CODIGO DE COMERCIO :

Esta posición, asume que el proceso de " comercialización"

del Derecho civil, hace que las normas mercantiles "primen" o

se impongan en la realidad.

Así, las normas que mayoritariamente son usadas ya no son

las civiles, las cuales están desfasadas de su entorno; sino

las mercantiles.

Esta posición "busca salvaguardar" la autonomía del

Derecho mercantil, la cual peligraría con el proceso

unificador; así, SATANOWSKY indica que " la unificación de las

obligaciones y los contratos de contenido económico, realizada

dentro del Derecho mercantil, a la par que implica la

unificación del Derecho privado, consolida la autonomía

respectiva del Derecho civil y del comercial. Esa unificación

de las normas sobre obligaciones y contratos (entiéndase en el

Derecho mercantil) no impide que el Derecho comercial siga

siendo un Derecho autónomo ni se opone a que la ciencia del

Derecho comercial sea una ciencia también autónoma."106

A esta "invasión" de las normas mercantiles, alude MOSSA,

al decir : " el Derecho comercial se ha instalado (...) como

conquistador en la sede del Derecho civil y ha ofrecido sus

métodos, su vitalidad a todo el Derecho privado".107

Los partidarios de la unificación dentro del código de

comercio, reconocen que se trata más de un problema de política

legislativa que de diferencia de contenido.

Así, ante la pregunta de ¿ Por qué esa unificación debe

106
SATANOWSKY : 1957 p. 190
107
MOSSA citado por SATANOWSKY : 1957 p. 199
hacerse en el código de comercio ? SATANOWSKY resume su

posicion del siguiente modo : " La respuesta la da el creciente

aumento del contenido del Derecho comercial, por su dinamismo,

por su distinta mentalidad, por su mejor adaptación a las

relaciones económicas, por su influencia constante en la

reforma civil sobre obligaciones y contratos, y porque " el

Derecho mercantil es predominantemente un Derecho de

obligaciones, es decir un Derecho contractual".108

De tal modo, el Derecho comercial que surgió inicialmente

como un Derecho excepcional y que luego se extendió a los actos

de comercio, fue poco a poco abarcando más y más actos comunes

y civiles hasta invadir casi por completo su esfera en cuanto a

obligaciones y contratos; tal avance arrollador, llamada la "

comercialización del Derecho civil ", nos indica por qué la

unificación legislativa debe afincarse en el código de

comercio.

No existen antecedentes de códigos de comercio que

establezcan un tratamiento unificador de materias civiles y

mercantiles.

108
SATANOWSKY : 1957 p. 146
B) UNIFICACION EN EL CODIGO CIVIL :

Esta posición, asume al Derecho civil como el Derecho

común por excelencia.

Incluso, en los inicios de nuestra disciplina, todo el

panorama jurídico era representado por el Derecho civil.

Así, en Roma, se entendía al IUS CIVILE, como el Derecho

de la civis, aplicable a todos los habitantes de la ciudad.

Posteriormente, debido a especiales circunstancias

sociales, económicas; determinados aspectos requerían una

regulación excepcional o especial, así fue como aparece el

Derecho mercantil, como una excepción inicial a las formales

reglas del Derecho civil; desarrollando luego determinados

principios.

En tal sentido, si las circunstancias especiales que

motivaron que surja el Derecho mercantil, desaparecen; no

tiene sentido seguir manteniendo una legislación doble civil y


109
mercantil para los mismos aspectos.

No se pretende negar la influencia de las normas

mercantiles en cuanto ellas modernizaron al Derecho civil,

mediante la llamada comercialización del Derecho civil.

Se reconoce tal influencia y se plantea que los sustentos

de la especialidad en ciertas materias, como lo referido a la

compraventa, permuta, depósito, fianza, mutuo han desaparecido

y la unificación es una realidad.

GARRIGUES, reconoce "una transfusión a los códigos

109
SANCHEZ CALERO : 1986 p. 14 señala que el derecho
Mercantil se califica como especial porque se aplica
simplemente a ciertos individuos (comerciantes, empresarios por
ejemplo) y a los actos que realizan, frente al Derecho civil
que es común o general.
civiles" de las normas específicamente mercantiles por una

razón de superioridad técnica; creemos que tal superioridad

tecnica refleja únicamente una mejor adecuación a los

requerimientos de la sociedad que se regula.

Se produce en tal sentido una "exportación invisible de

las normas del Derecho mercantil al Derecho civil", es el

traspaso al Derecho civil de una serie de normas y principios,

de instituciones jurídicas originariamente dictadas para

satisrfacer las exigencias del tráfico mercantil y que después

se han generalizado. La protección a la seguridad del tráfico,

dando preferencia a la apariencia sobre la realidad del

Derecho; la presunción de solidaridad en toda clase

obligaciones; la constitución en mora sin necesidad de

interpelacion del acreedor, la produccion de intereses de pleno

Derecho, la desaparición de la presunción de gratuidad en el

mandato, la tasa de las indemnizaciones por incumplimiento de

los contratos. Todas estas instituciones del Derecho Mercantil

han pasado a integrar, en virtud de ese fenómeno de exportacion

invisible, los principios del Derecho civil moderno."110

Esta posición, no desconoce la autonomía del Derecho

mercantil, la cual resta incólume.

No debe confundirse la autonomía del Derecho mercantil,

con su independencia legislativa, sobre el tema ya tratamos, al

estudiar uno de los argumentos contrarios al proceso

unificador; el cual consistiría en que si se éste es llevado


111
adelante, le quitaría autonomía a la disciplina mercantil.
110
GARRIGUES : 1971 p. 127
111
VER : II.4.B Unificación y autonomía del Derecho
mercantil.
Se arguye que el proceso unificatorio ocasionaría la

muerte del Derecho mercantil, nosotros estimamos que no se

elimina, ni quita autonomía al Derecho mercantil. El ámbito

legislativo de la materia mercantil o su independencia

legislativa (normatividad por separado) se reducirá, pero ello

en modo alguno restará autonomía a la rama mercantil.

Existen ejemplos, de esta posición: el primer código civil

Alemán de 1900, que incorpora todas las normas sobre

obligaciones y contratos que se contenían en el código de

comercio Alemán de 1861, El autor austríaco PRISKO señala que "

principios o ideas jurídicas, que originalmente tuvieron

realización legal en el círculo del Derecho mercantil,

lentamente hallan acceso al ordenamiento jurídico común. El

Derecho civil se inclina a recibir en su seno el contenido del

Derecho mercantil. Las reglas establecidas para los actos de

comercio se convierten en partes integrantes del Derecho

general de obligaciones."112

Otro ejemplos están dados por el código civil italiano de

1942, desarrollado en el acápite (I.6/ B.3) y el código Suizo

de las obligaciones de 1881 que luego es incorporado al código

civil en 1907 el cual desarrollamos en el acápite (I.6/ B.2).

112
PRISKO citado por GARRIGUES: 1971 p. 28
C) UNIFICACION EN UN CODIGO DE OBLIGACIONES :

El más ferviente defensor de esta posición, es el maestro

español GARRIGUES respetamos sus argumentos y lo compartimos en

parte, pero no debe olvidarse que la perspectiva que tiene este

autor, es la de una España ad portas de la unificación

económica europea y con una realidad empresarial de mayor

envergadura que la nuestra.

Su argumentación, algo extensa es la siguiente; (113) La

unificación para GARRIGUES no debe pasar de unos límites

razonables. Así, ella debe ser parcial, no total.

Lo justifica diciendo que es tan estridente como sería

incorporar a un código de comercio la materia de personalidad y

de familia y las sucesiones; sería llevar a un código (llámese

código de las obligaciones o código civil) instituciones tan

típicamente mercantiles como el registro de comercio, el cheque

o las sociedades por acciones.

La unificación sólo puede ser parcial respetando, en el

código de comercio y en el código civil aquellas instituciones

que GARRIGUES llama "intransferibles"; ese fondo genuino del

código civil y del código mercantil que no puede pasar al otro

código. Hay que reducir por tanto, la unificación a las normas

generales sobre obligaciones y a los contratos que se han

convertido en comunes. El resultado sería que tendríamos no dos

códigos, sino tres códigos : Tendríamos un código de las

obligaciones que podría llamarse "Código del tráfico en

general". Es la denominación que propone MESSINEO. Sería un

código de las obligaciones, que contendría las disposiciones

113
GARRIGUES : 1978 p. 134 y ss.
generales sobre obligaciones y contratos, y además, los

contratos que se han convertido ya en contratos comunes, en los

que no hay razón para la dicotomía ni para la regulación, por

partida doble a la que sigue aferrado el Derecho hispano (la

venta, la permuta, el arrendamiento, la sociedad simple, el

mandato, el préstamo, el depósito, la transacción, la fianza,

los contratos de garantía, los contratos aleatorios), y además,

estas innovaciones: las disposiciones generales sobre títulos

valores y sus clases; entre ellas, la letra de cambio.

Esto no debe producir escándalo pues la letra de cambio

es, quizá, el exponente más típico de la generalización del

Derecho mercantil, porque es un instrumento que nace entre

comerciantes para respaldar operaciones de cambio de moneda y

que luego, al convertirse en instrumento de crédito, accede a

la comunidad en general. La letra de cambio debe dejar de ser

un instrumento mercantil y sería regulado en un código general

de las obligaciones. Y finalmente, el concurso de acreedores,

respecto del cual GARRIGUES considera debe unificarse la

legislación de concursos para comerciantes y no comerciantes en

el código general.

Después tendríamos un código civil con las instituciones

típicamente civiles ; familia, personas, sucesiones, propiedad.

Y por último, un código de comercio con lo cual GARRIGUES niega

la hipótesis de la desaparición del Derecho mercantil; sino que

estima sólo la reducción del Derecho mercantil, en materia de

contratos, y quizás su ampliación en materia de empresas.

De acuerdo a este autor : " el núcleo de este nuevo código

de comercio tendria que ser la empresa. Todas las empresas, no


sólo las empresas comerciales, porque cuando se dice que el

Derecho mercantil es el Derecho de las empresas comerciales, yo

creo que estamos jugando con una tautología; porque ¿ Cómo

sabemos cuando una empresa es comercial ?, ¿ Cúando su

actividad es mercantil ?, ¿ cómo sabemos que su actividad es

mercantil?, ¿ descendiendo a la naturaleza de los actos de

comercio que realice ?. Por donde volvemos otra vez a caer en

la antigua distinción entre actos civiles y actos mercantiles,

con una mera sustitución de palabras ; ahora vamos a llamar

actos de empresa a lo que antes llamábamos actos de comercio."114

Nosotros compartimos con GARRIGUES, el criterio de la

necesaria unificación de las obligaciones o contratos civiles y

mercantiles, pero serán motivo de unificación aquellos

contratos que como la compraventa, permuta mutuo, depósito,

fianza (tal como lo señala el art. 2112 de nuestro CC.) y el

mandato (que es nuestra propuesta) se han generalizado en

nuestra sociedad; siendo ilógico e irreal mantener una

duplicidad legislativa.

Si existen instituciones generalizadas, éstas deberán

ubicarse en la legislación común o general típica, constituida

por el código civil.

La propuesta de establecer un código único de obligaciones

civiles y mercantiles, se ha materializado inicialmente en el

código suizo de las obligaciones de 1881, sin embargo dicho

cuerpo legal fue unido al código civil en 1907.

114
GARRIGUES : 1978 p. 134 y 135.
Posteriomente en la misma obra GARRIGUES, afirma que: " no
se puede decir que el derecho mercantil sea el derecho de las
empresas. Es una parte del derecho de la empresa." p. 136.
I.6 ANTECEDENTES DEL PROCESO UNIFICATORIO :

Señalaremos que en ámbito doctrinario la tesis de la

unificación de las obligaciones civiles y mercantiles fue

inicialmente defendida por el maestro italiano VIVANTE. Desde

su cátedra de la Universidad de Bologna en l893, el mencionado

doctrinario argumentaba que el Código de Comercio no sólo

regulaba el comercio, sino que ha rebalsado hacia otros

sectores y como consecuencia de ello ha devenido en Derecho

común ya que rige a los comerciantes como a los que no lo son;

desde que rige actos de comercio verdaderos y actos que solo

tienen el nombre de tales, pero que en esencia son actos de la

vida civil, la división mantenida entre Derecho civil y el

mercantil, se debe según VIVANTE a consideraciones económicas,

jurídicas y sociales que ya han desaparecido.115

A continuación presentaremos los antecedentes legislativos

del proceso unificatorio, los cuales se dan en las dos

principales familias jurídicas : el sistema jurídico del Common

Law o Anglosajón y el sistema jurídico de base Romano-

Germánica.

115
VALLE TEJADA : l987 p. VIVANTE presenta una amplia
defensa de su posición; y aunque posteriormente se retracta de
la misma, sus argumentos no dejan de tener importancia.
ASCARELLI : 1962 p. 122 señala a MONTANELLI como el primer
defensor de la necesidad de la unificación en los inicios del
siglo pasado.
Sin embargo, la mayoría de autores que estudian el tema
reconocen a VIVANTE, como el precursor.
Así, VALLE TEJADA : 1987 p. 84.
POLO : 1986 p. 626.
MORALES : 1989 p. 75.
SATANOWSKY : 1957 p. 218.
A) UNIFICACION DE OBLIGACIONES EN LOS SISTEMAS JURIDICOS DEL

COMMON LAW:

En el ámbito legislativo, la unificación del Derecho

privado se manifiesta inicialmente como lo señala GALGANO; "en

Inglaterra y por efecto de la recepción del Derecho Inglés en

los Estados Unidos de América; la tendencia a regular las

relaciones entre no comerciantes, según el Derecho mercantil

produjo a fines del siglo XVIII la unificación del Derecho

privado bajo el signo de la comercialización integral. El

fenómeno se había realizado técnicamente, con la unificación de

las jurisdicciones civil y mercantil en una corte única del

Common Law (unificación que debe ligarse al nombre de Lord

Manfield). La antigua costumbre mercantil se había incorporado

al common law, convirtiéndose en vinculantes para todos los

ciudadanos, fuesen o no comerciantes y dando vida a un Derecho

de las obligaciones y de los contratos unitario, en

contraposición a la duplicidad de sistemas de Derecho privado


116
propios de los sistemas jurídicos continentales" .

Dicha unificación del Derecho privado fue consecuencia de

la absorción de la justicia consular por los tribunales

ordinarios, lo cual fue promovido por Lord Mansfield, al ser

nombrado Chief of Justice en 1756, de ahí la mención que le

hace GALGANO.

A pesar de tales hechos, un autor contemporáneo como GIRON

TENA discrepa sobre la efectividad del proceso unificatorio en

los países anglosajones regidos por el Common Law.

En defensa de la posición contraria ASCARELLI considera

116
GALGANO : citado por MORALES ACOSTA :1990 p.56-57.
que la unificación resultó efectiva y estaba acorde con

exigencias de la realidad social sobre la cual regía el Common

Law, así " en la tradición inglesa (...) el Derecho mercantil,

se ha fundido directamente con el Derecho común al superar la

impronta originaria fruto de la autonomía profesional y de las

costumbres de clase; falta, por eso, en el seno del Derecho

privado, aquella contraposición que en cambio encontramos en

los Derechos de base romana. Aún cuando por razones didácticas

y de exposición algunas instituciones se suelen considerar como

de Derecho mercantil, la denominación, sin embargo, no se

traduce en la autonomía de un sistema en el ámbito del Derecho

común"117.

El punto de vista expresado por ASCARELLI en defensa de la

unificación sustancial y de jurisdicción en el sistema del

Common Law, no es ocmpartido por GIRON TENA de acuerdo a lo

afirmado por este autor existen hechos posteriores que

relativizan la pretendida unificación en el Common Law; tales

hechos consisten en la dación de varias leyes especiales,

dentro de lo que constituye tradicionalemnte la materia

mercantil; tal es el caso del BILL OF EXCHANGE ACT (1881), BANK

RUPTICY ACT (1914), COMPANIES ACT (1929 y 1948); por tales

acontecimientos GIRON TENA llega a concluir que no se ha

producido totalmente la pretendida fusión de las ramas civil y

comercial, aunque la delimitación aún no es clara.118

Nosotros consideramos, que no debemos confundir la

independencia legislativa; es decir que se regulen las materias

117
ASCARELLI : 1962 p.80.
118
ALZATE RONGA : 1981 p. 100.
civiles y mercantiles en códigos y leyes por separado, de la

autonomía de ambas ramas del Derecho privado, la cual permanece

vigente aún cuando se regule en un código único las

obligaciones civiles y mercantiles; la disciplina mercantil

posee un dinamismo superior al del Derecho civil y

constantemente van apareciendo nuevas instituciones y contratos

propios del tráfico mercantil moderno, la especialidad del

Derecho mercantil sustento de su autonomía, no es afectada de

llevarse a cabo la unificación de obligaciones civiles y

mercantiles.

No debe olvidarse que sólo cabe unificar aquellos

supuestos del Derecho mercantil, que debido a exigencias de la

realidad se han convertidos en comunes, es decir de común

aplicación en la vida cotidina, no pueden unificarse

instituciones que se desenvuelven en un ámbito reducido o

especial; como por ejemplo los contratos de leasing, factoring,

underwriting, joint venture, etc. los cuales conservan su

especial regulación.

La opinión de GIRON TENA no es compartida por BROSETA PONT

quien concreta el ámbito de la unificación en los sistemas del

common law; para este autor lo que el régimen británico

representa es más que una verdadera unidad ontológica de la

materia civil y mercantil; es la unificación del Derecho de las

obligaciones, manteniéndose la especialidad jurídico comercial

en torno al estatuto del empresario y a ciertas relaciones


119
entre las empresas.

En 1962 fue aprobado en los Estados Unidos de

119
Citado por ALZATE RONGA : 1981 p. 100 y 101.
Norteamérica, el UNIFORM COMMERCIAL CODE aceptado por todos los

Estados con excepción de Louisiana (cuyo Derecho tiene fuertes

influencias romanísticas).

Este cuerpo legal uniformiza el tratamiento en materias de

obligaciones y contratos; como la compraventa, contratos

bancarios, títulos de crédito, etc.

Dicho código se aplica para las relaciones jurídicas en

las cuales intervenga o no un comerciante.

Tal tratamiento unificador, abarca materias que

tradicionalmente son consideradas mercantiles y propias de su

especialidad como los contratos bancarios y los títulos de

crédito.

La vigencia del UNIFORM COMMERCIAL CODE daría la razón a

BROSETA PONT, ya que evidencia que el tratamiento unificador

solo se formaliza en determinadas materias y no significa una

unidad total del Derecho Privado.

Tal legislación es criticada por MORALES ACOSTA, ya que si

bien establece una ley única subsisten sin embargo algunas

regulaciones especiales de carácter comercial para ciertos

actos (aunque no sean comerciantes los que los realicen);

haciéndose distingos en instituciones ya generalizadas como lo


120
hace con la venta civil y la venta mercantil.

La unificación anglosajona (en Inglaterra y Estados

Unidos) nos permite tomarla como referencia y observar que el

proceso unificador, no pretender hacer una amalgama (o

"verdadera unidad ontológica" en palabras de BROSETA PONT) de

la disciplina civil y la mercantil en base a conceptos nuevos;

120
MORALES ACOSTA :l990 p.58.
creando así una nueva rama jurídica, con una lógica y

características peculiares.

La unificación, sólamente aspira a redimensionar el

contenido del Derecho civil, asignándole aquellas instituciones

que originalmente nacieron dentro de la rama mercantil, pero

que con el devenir del tiempo, se han generalizado en la

sociedad, dejando de ser "especiales", exigiendo en

consecuencia una regulación "general" en otras palabras, común

a todos los sectores de la sociedad.

Tal técnica unificatoria no atenta, contra la presencia de

la rama mercantil ni busca restarle autonomía; aunque para el

caso Estadounidense, la independencia legislativa de lo

mercantil, no se materialice.
B) UNIFICACION DE OBLIGACIONES EN LOS SISTEMAS JURIDICOS

ROMANO-GERMANICOS :

B.1) CODIGO FEDERAL DE QUEBEC DE 1866:

El Código Federal de Quebec entró en vigencia en 1866 y

está dividido en cuatro libros.

El primero trata " De las personas "

El segundo regula " De los bienes, de la propiedad y de

sus diversas modificaciones".

El tercero " De la adquisición y del ejercicio de los

Derechos de propiedad ".

El cuarto " De las leyes comerciales ".121

Es en el libro III donde mejor se aprecia su intención

unificadora.

Obsservamos que en el título octavo de dicho libro,

legisla al contrato de mandato; incluyendo en su regulación

todo lo referente a los brokers (o mediadores de comercio)

organizados profesionalmente así como a los factores (o


122
comisionistas) artículos 1735 y 1736.

Este intento unificatorio, sin embargo es tímido en

algunos aspectos, como que permite la reivindicacion de los

bienes perdidos o robados que se vendieron en ferias o ventas

públicas reembolsando al propietario lo pagado por el comprador

al vendedor (artículos 1489 y 2268); se observa que la

seguridad y fluidez del tráfico comercial está aún sujeta al

121
En este punto nos guiaremos básicamente por lo señalado
en : MORALES ACOSTA : 1990 p. 58 y siguientes y STUART J.
GARSON : 1956.
122
MORALES ACOSTA : 1990 p. 61.
omnipoderoso concepto de propiedad.

A pesar de lo anterior, como señala acertadamente MORALES

ACOSTA; el Código de QUEBEC constituyó " un salto

definitivamente trascendental en materia de unificación de

obligaciones civiles y mercantiles "123

Sin duda este código se adelantó a su época, ya que en

1866 la contratación masiva no aparecía como en la actualidad;

incluso, la concepción de propiedad que se manejaba en ese

entonces; influenciada por el Código civil Francés de 1804, es

totalmente distinta a la actual.124

Sobre el libro cuarto, referido a las leyes comerciales,

GARSON, señala que tiene poca relevancia, asi : este libro IV,

"aunque basado en parte en el Código de comercio de Francia,

contiene un número mucho mayor de principios tomados

directamente de la ley inglesa. Esto se explica por el hecho de

que la industria y el comercio del Canadá se han desarrollado

mucho desde el principio del control británico de la colonia.

En todo caso, el libro IV es de menor importancia, porque

muchas de las materias de la ley comercial que fueron tratadas

en la parte cuarta original del Código civil, son ahora

materias sobre las cuales tan sólo el parlamento federal del

Canadá tiene el poder de legislar. Por esta razón, muchos de

los artículos estatuídos y registrados en este libro IV del

Código civil de Quebec en relación con esta materia han sido ya

revocados o carecen de efecto jurídico sobre materias de

jurisdicción federal, tales como las letras de cambio y

123
MORALES ACOSTA : 1990 p. 64.
124
VER : VALLE TEJADA : 1987 p. 84.
pagarés, navegación y embarques e insolvencia."125

125
GARSON : 1957 p. 5
B.2) CODIGO SUIZO DE LAS OBLIGACIONES DE 1881 :

a) Generalidades :

Se considera al Código de obligaciones suizo de 1881,

como el primer antecedente europeo de unificación plasmado en

un cuerpo de leyes; siendo el primero en el mundo, el Código

del Estado Federal de Quebec de 1866.126

Sin embargo, la idea de la unificación del Derecho

privado, ya estaba presente con anterioridad en la mentalidad y

legislación de Suiza, ya que desde 1853 se intenta realizar la

unificación a través de concordatos entre los cantones

componentes del estado Suizo.

Estas tentativas condujeron, a un proyecto de 1856, que

seis estados confederados promulgaron, casi textualmente como

ley cantonal sobre la materia de instrumentos de cambio.

Asimismo, existe un proyecto de código suizo de comercio,

hecho por el profesor MUTZINGER, el cual se publica en 1864,

con su correspondiente exposición de motivos.

De acuerdo con la información anterior, tendríamos que un

primer antecedente de texto legal referido a la unificación de

las obligaciones civiles y mercantiles, no sería el código del

estado federal de Quebec de 1866; sino la ley cantonal Suiza de

1856, vigente para seis cantones, en la cual se unificó la

regulación atinente a los instrumentos de cambio ("effets de

change").

Dicha información, incluída en la introducción histórica

126
MORALES ACOSTA : l990 p. 74. este autor es el que plantea
tal hipótesis, yendo en contra de lo señalado en la generalidad
de obras al respecto; en las cuales se menciona al Código de
obligaciones Suizo de 1881 como el precursor legislativo en
materia de unificación de obligaciones.
127
al código civil Suizo, lamentablemente es escueta.

b) Elaboracion del código de obligaciones Suizo de 1881:

La Constitución Suiza de 1848 no atribuía al gobierno

central (Confederación) ninguna competencia legislativa en

cuestiones de Derecho privado; a consecuencia de ello una

población de 2'500,000 suizos se hallaban sometidos a 26

legislaciones distintas (de cada uno de los cantones

existentes).

En 1874 se dictó una nueva Constitución, la cual atribuía

a la Confederación la facultad de legislar sobre :

" Todas las materias de Derecho vinculadas con el

comercio y las transacciones mobiliarias ".(artículo 64)

En virtud a tal atribución, el 14 de Junio de 1881, las

cámaras adoptaron un Código Federal de las obligaciones, el

cual entra en vigor el 1 de enero de 1883 y que regulaba todo

el ámbito de las transacciones mobiliarias, desde el punto de

vista civil y mercantil.

Luego en 1898, se produjo una enmienda constitucional que

facultó a la Confederación a legislar sobre todo el ámbito del

Derecho civil y como resultado de ello, en 1907 se sancionó el

Código civil que entró en vigor en 1912.

Por otra parte, el parlamento Suizo dictó el 30 de Marzo

de 1911 un nuevo Código de las obligaciones el cual rige desde

el primero de Enero de 1912 realizado sobre la base del

anterior de 1881 pero comprendiendo también en razón de la

enmienda constitucional, las operaciones inmobiliarias.

127
La introdución histórica al código civil suizo; está
publicada junto al texto legal. ROSSEL " CODE CIVIL, CODE DES
OBLIGATIONS, SUISSE " Librairie Payot, Lausanne 1962.
Este nuevo Código fue incorporado como libro V al Código

Civil, pero conservando su propia y distinta numeración, puesto

que no se deseaba prejuzgar sobre si después de su revisión

completa, dicho Código de Obligaciones sería incorporado en el

Código civil del 10 de Diciembre de 1907.

Ambos códigos, el civil hecho en 1907 y el de obligaciones

de 1911, comenzaron a regir simultáneamente el 1 de enero de

1912.

En 1936, el Código de obligaciones es nuevamente

modificado; en aspectos relativos a la sociedad de

responsabilidad limitada y se complementa la regulación de

los títulos valores, además se cambió de ubicacion la parte

cuarta, referdia a registro de comercio, firmas o razones de

comercio y contabilidad comercial, que antes se hallaba al

final del código.

Dicho código de obligaciones revisado entra en vigor, el

1 de Julio de 1937.128

c) Ambito de la unificación Suiza:

De acuerdo a la estructura del Código de obligaciones

Suizo, revisado y vigente desde 1937 hasta la actualidad,

tenemos que el mismo está dividido en 5 partes :

La primera parte se refiere a las disposiciones generales

de las obligaciones; regulando la formación, efecto, extinción,

modalidades y cesión de las mismas.

128
Esta parte de nuestro trabajo, referida al proceso de
elaboración del Código de obligaciones Suizo, y sus posteriores
modificaciones, se ha redactado, teniendo como principales
fuentes : la introducción histórica al " CODE CIVIL SUISSE "
Librairie Payot, Lausanne, 1962, y LE PERA : 1974 p. 57 y
siguientes.
En la segunda parte se estudia, las diversas especies de

contratos; entre los cuales se encuentran los de venta y

cambio, la donación, el alquiler, el préstamo, el contrato de

trabajo, el contrato de empresa, el de edición, el mandato, la

comisión, el de transporte, el depósito, entre otras fuentes de

obligaciones.

En la tercera parte; se norma respecto de las sociedades

comerciales y de la sociedad cooperativa, incluyéndose a la

sociedad en comandita, la sociedad anónima, la de

responsabilidad limitada, entre otras.

En la cuarta parte; se ubican : el registro, las razones

(o firmas) y la contabilidad comercial.

En la quinta y última parte, se legisla sobre los títulos

valores ( papiers-valeurs ) ya sean nominativos, al portador o

a la orden.

Según la estructura antes reseñada, observamos en el

Código de obligaciones Suizo que la unificación producida

consiste básicamente en dar un tratamiento común a las

obligaciones y contratos, no se busca realizar una fusión del

Derecho privado en general (Derecho civil, Derecho comercial),

porque en su parte cuarta aún se distingue con claridad la

materia mercantil y dichas normas sólo tienen una lógica

aplicación para los comerciantes, quienes son los únicos en

tener libros de contabilidad y registro comercial.

LE PERA, señala que lo que tradicionalmente se conoce como

Derecho comercial, se ve reducido al modernizado " estatuto del

comerciante" constituido por la parte cuarta. De este modo, no

"desaparece" el Derecho comercial sino más bien su materia


resulta claramente reconocible.

En tal sentido el logro unificatorio Suizo reside para LE

PERA en que " no existe jurisdicción mercantil, ni hay figuras

duplicadas, ni disposiciones especiales por la eventual

"naturaleza" del acto o calidad de los sujetos intervinientes

y, por otra parte, el régimen de las sociedades y de los

títulos valores fue incorporado sistemáticamente al Derecho

común, el contenido tradicional del Derecho comercial queda

reducido al modernizado "estatuto del comerciante", que regula

la parte cuarta y cuyo nombre es la conjunción de los nombres

de los tres títulos que la componen, lo que manifiesta sin duda

la dificultad del legislador para situar unitaria y

sistemáticamente esta materia".129

La materia mercantil centra su especialidad en la noción

de empresa mercantil y no en la de actos de comercio.

Así, los Suizos definen a la EMPRESA como " toda actividad

económica independiente ejercida con el propósito de obtener

una renta regular o normal."130

Es en base de dicha noción que se delimita la disciplina

mercantil y se establece con claridad que normas aplicar para

cada caso concreto.

La parte cuarta del Código de obligaciones referida al

registro, firma y contabilidad comercial en su artículo 934

establece " que todo el que ejerce un comercio, una industria u

otra empresa bajo forma comercial está obligada a hacer

129
LE PERA : 1974 p.58
130
La definición de empresa es del artículo 52 de la
ordenanza suiza sobre el registro de comercio de 1937,
mencionada por SATANOWSKY : 1957 p. 211 y LE PERA : 1974 p. 59.
inscribir su firma en el registro de comercio del lugar en que

se encuentre la sede principal de la empresa".131

En consecuencia, las normas de la parte cuarta sólo son de

aplicación a los comerciantes que desempeñen actividad

empresarial.

SATANOWSKY alaba este sistema, indicando que los Suizos


132
poseen un " Derecho comercial propio de los comerciantes " y

que dicho sistema se viene aplicando sin ningún inconveniente;

subrayando que : " la unificación del Derecho de las

obligaciones y de los contratos no ha presentado en Suiza

dificultad alguna en los setenta años de su aplicación. La

determinación de la materia -civil o comercial- no suscita allí

discusión alguna. No interesa si un acto jurídico es civil o

comercial, desde que se aplica la misma ley. Lo único que se

contempla es el concepto del comerciante, a los efectos de

ciertos Derechos y obligaciones que establecen los artículos

934 y siguientes del código de obligaciones y la ordenanza

sobre el registro de comercio de Junio 7 de 1937."133

El mismo SATANOWSKY cita a WIELAND apoyando sus

observaciones :" Más feliz fue el propósito de la ley suiza de

simplificar la delimitación del Derecho comercial frente al

código de comercio francés y al alemán y eliminar la

consecuencia inevitable -de mantener los negocios mercantiles

objetivos- que la cuestión sobre existencia de materia

mercantil se convirtiera en una fuente de pleitos desagradables

131
LE PERA : 1974 p. 58
132
SATANOWSKY : 1957 p. 210.
133
SATANOWSKY : 1957 p.212
y de discusiones sobre competencia. De ese propósito surgieron

dos ideas fundamentales que resultaron elementos valiosos para

la formación ulterior del Derecho comercial, que se

incorporaron en el código de comercio alemán de 1897 : el

regreso al punto de vista puramente subjetivo y la extensión

del Derecho comercial al ámbito de la totalidad de las grandes

explotaciones industriales. Como toda industria mercantil debe

inscribirse en el registro comercial y la obligación de

inscribirse es decidida en última instancia por el consejo

confederado como autoridad superior de vigilancia en materia

del registro mercantil; los litigios sobre la calidad de

comerciante, se solucionan durante el procedimiento mediante

una reclamación, que conduce más rápidamente a la finalidad, es

menos onerosa y afecta solamente a los participantes directos;

los procesos ante los tribunales son rarísimos."134

En el Derecho Suizo el término comercio ha sido tomado en

el sentido más amplio, desde que comprende cualquier actividad

humana en la producción, circulación y distribución de bienes,

en forma constante, con un fin de lucro, constitutivo de la

actividad principal o profesional de su autor. De ahí el

comerciante que revende a los consumidores los productos

adquiridos por él; el artesano que con su propio trabajo manual

transforma las materias primas que adquiere; el industrial, el

fabricante, el empresario, que hacen efectuar esa

transformación por sus obreros y empleados; el banquero que

financia esas diversas operaciones; todos ellos son

134
SATANOWSKY : 1957 p. 206
135
comerciantes en el sentido de la ley Suiza."

WIELAND señala cuales son las materias donde no interesa

separar o distinguir entre comerciantes y no comerciantes : "

hay algunos contratos por los cuales toda diferencia

comerciantes y no comerciantes está suprimida, por ejemplo la

venta, el transporte, la comisión, la asignación. También los

efectos del comercio y el Derecho cambiario y relativo al

cheque entran en esta categoría".136

d) críticas :

Las críticas a la unificación Suiza, al decir de VALLE

TEJADA son uniformes en cuanto a: " la naturaleza del contenido

del Código de las obligaciones. Se sostiene y acepta que existe

allí una unificación más formal que real, pues es posible

destacar las disposiciones civiles de las mercantiles; incluso

los defensores de la unificación reconocen esta situación".137


138
En el mismo sentido BROSETA PONT citado por ALZATE RONGA

indica enfáticamente que " en conclusión, puede afirmarse que

en el Derecho privado Suizo subsiste un Derecho mercantil

especial frente al civil y en consecuencia, la unificación

realizada es formal y no substancial. Es por ello cierta la

afirmación de HAMEL cuando al analizar este sistema, concluye

que existe una profunda diferencia entre Derecho unificado y el

código unico.

135
SATANOWSKY : op. cit. p. 211, 212.
136
WIELAND, Karl. "Anuario di diritto comparato" citado por
VALLE TEJADA : 1987 p.128.
137
VALLE TEJADA : 1987 p. 128
138
citado por ALZATE RONGA : 1981 p. 101.
Aquél presupone la verdadera fusión entre Derecho

mercantil y Derecho civil (unificación substancial) mientras

que éste implica una simple unificacion o fusión formal, que no

determina la desaparición del Derecho mercantil como Derecho

especial."

Hemos transcrito, textualmente dicha crítica ya que nos

permitirá discernir hasta que punto es cierta y sus

implicancias.

La unificacion Suiza, plantea regular la materia civil y

la mercantil en un sólo código : el Código de obligaciones.

Resulta claro, desde que se distingue un sector normativo de

aplicación exclusiva a los comerciantes, que existe una materia

mercantil autónoma, especial, la cual no es de común regulación

porque no es adoptada por la generalidad de sujetos.

En ese sentido, el Código de obligaciones Suizo, no funde

el Derecho privado en una sola materia y por ello la

unificación (del Derecho privado) es sólo parcial o formal ya

que se observa una materia mercantil separada de la civil

(aunque estén ambas en un mismo cuerpo de leyes). Están

separadas ya que son de aplicación a distintos sectores de la

sociedad.

En tal sentido, estamos de acuerdo con la doctrina, cuando

ésta critica como lo hacen BROSETA PONT y VALLE TEJADA, que la

unificación Suiza es solo formal, agrupando en un sólo código

materias que sustancialmente se distinguen.

Pero, entendemos que dicha unificación formal o parcial,

es la del Derecho privado en general (Derecho civil + Derecho

mercantil).
Por otro lado, consideremos que la unificación respecto

del campo obligacional, está plenamente establecida; tanto en

las disposiciones generales de las obligaciones como en los

contratos de venta, transporte, edición, ubicados en la parte

segunda del código de obligaciones helvético.139

El mérito del Código de obligaciones Suizo, reside en

clarificar la separación de la materia civil y mercantil,

asignando a la disciplina mercantil un contenido subjetivo.

139
GARRIGUES 1978 p. 132, argumenta en el mismo sentido y
además sostiene la existencia de un " fondo inalienable del
derecho mercantil ", el cual se constituye " por las sociedades
comerciales y cooperativas, el registro de comercio, las
razones comerciales y la contabilidad. Todo esto bajo el rótulo
general de " código de las obligaciones "; e incluso, dentro de
los contratos, que ya son contratos únicos (ni civiles, ni
mercantiles), encontramos normas especiales cuando se trata de
una venta mercantil, cuando se trata de una comisión mercantil
(para la que se invocan los usos de comercio).
Y con acierto, evidentemente, porque no cabe duda que hay
normas en la compraventa (aunque se trate de una compraventa
unificada) que no tiene sentido más que cuando se trata de
comerciantes; por ejemplo el cálculo abstracto del daño (cuando
no se ha entregado la mercancía en el momento oportuno); la
venta forzosa o venta de reemplazo. Todas estas instituciones
son estrictamente mercantiles y deben ser incorporadas, aún
dentro de un tratamiento unitario de la compraventa."
B.3) CODIGO CIVIL ITALIANO DE 1942 :

La unificación realizada en el código civil italiano, es

considerada como la unificación del Derecho Privado (entiéndase

del Derecho civil y el comercial en su conjunto) más integral

que existe hasta el momento, colocando a la empresa como el

fundamentos de dicha unificación y además como el centro del

nuevo sistema jurídico instaurado. Así, es señalado por MORALES


140
y VALLE TEJADA. .

Para SATANOWSKY la concepción unificadora italiana aparece

inicialmente propiciada por VIVANTE en su ya recordada

conferencia inaugural del curso universitario de 1893. Años

después el régimen fascista vuelve a la unificación en el

código de 1942 y su fundamento aparenta reposar sobre el

concepto económico de la empresa y lo vemos exteriorizado

dentro de la ideología fascista de la carta del lavoro. "La

unificación como ley destructora de la autonomía del Derecho

mercantil", se invocó contra la concepción de VIVANTE. Pero la

unificación realizada en 1942 no afecta -según el mismo autor-

la autonomía de ese Derecho. El Derecho mercantil dice MOSSA,

sale de la codificación renovado en sus ideales, dotado de

energía, indomable y animado por la finalidad del bien común y


141
de la justicia para las empresas y el trabajo.

LE PERA comentando la gestación del código civil de 1942,

afirma que éste : " rompe con la tradición que vinculaba la

legislación y doctrina (...) con los antecedentes franceses, y

140
MORALES : 1990 p. 79 y VALLE TEJADA : 1987 p. 130
141
SATANOWSKY : 1957 p. 218
realiza la unificación por cauces modernos ya insinuados por la
142
unificación suiza."

Sin embargo, la fórmula aplicada en Italia, no es de

universal aplicación; ella refleja las necesidades económicas

de la sociedad italiana. Y no debemos seguirla al pie de la

letra.

GARRIGUES encuentra el código bajo estudio tres clases

distintas de normas, las cuales determinan tres disciplinas

jurídicas :

a) un Derecho civil puro (personas,libro I; familia,libro

II; sucesiones y propiedad libro III).

b) Un Derecho unitario de las obligaciones en general,

(Libro IV) de los contratos en general, de los contratos en

particular y de los títulos de crédito y;

c) Un Derecho Mercantil puro, ubicado en el libro del

trabajo (Libro V), en el cual se trata de las sociedades

mercantiles y de la hacienda mercantil, es decir de la empresa,

del patrimonio de la empresa y de los signos distintivos.

En el libro de las obligaciones en general, se reproducen

las normas generales sobre obligaciones mercantiles (otro caso

de transfusión, o de incorporación, o la exportación invisible

de las normas mercantiles a los códigos civiles) y figuras

contractuales; recogidas, no en el código civil anterior, sino

precisamente en el proyecto de código de comercio italiano de


143
1940.

Debemos señalar que lo relevante para nuestro trabajo, es

142
LE PERA : 1974 p. 59, 60
143
GARRIGUES : 1978 p. 133
la unificación hecha de las obligaciones civiles y mercantiles,

la cual forma parte de la unificación del Derecho privado.

Estudiar la preponderancia de la empresa, como eje del

Derecho Privado (refiriéndose sobre aspectos tradicionalmente

considerados, civiles, mercantiles y laborales) escapa a

nuestras hipótesis de trabajo.

En tal sentido, intentaremos comprender cúales han sido

los efectos y el contenido de la unificación, en materia de

obligaciones civiles y mercantiles.

Para LE PERA los efectos de la unificación se encuentran

en que : " este código (como el anterior suizo) implica la

liquidación del "Derecho comercial", entendido en sentido

tradicional (posfeudal). Claro está, sin embargo, que no

excluye la subsistencia y desenvolvimiento de un sector de la

ciencia del Derecho (como quiera que se dé en llamarlo) que

comprenda el estudio unitario ("autonomía científica") de las

normas que regulan la creciente diversidad y complejidad de las


144
relaciones económicas en las sociedades modernas."

Sobre el contenido de la unificación el mismo autor lo

determina de la siguiente manera:

" - legisla de manera no duplicada sobre obligaciones y

contratos, remite el régimen de los títulos de créditos al

libro sobre obligaciones y el de las sociedades al libro V,

- llamado "del trabajo" en el que se incluye también lo

que resta del antiguo "estatuto del comerciante".145

Estima SCAEVOLA, que la doctrina y la práctica habían

144
LE PERA : 1974 p. 60
145
LE PERA : 1974 p. 60
reconocido la virtud expansiva de algunas normas colocadas en

el código de comercio que habian sido también aplicadas en

materia civil. Incluso referidas al mandato, mencionándolas :

"De tales resultados se ha sacado el máximo provecho, como

aparece en las disposiciones concernientes al término esencial

(art. 1,457), a las obligaciones pecuniarias (arts. 1,278 y

1,279) y en algunos aspectos de la formación del contrato


146
(arts. 1,326 a 1,329, 1333 y 1,334) y al mandato."

Pero las normas antes citadas, no son las únicas que

ilustran la expansión del Derecho mercantil y la llamada

"comercialización del Derecho civil"; la influencia de lo

mercantil en el código civil italiano de 1942 es extensa,

SCAEVOLA las reúne, y nosotros nos permitimos citarlo y dar

de ese modo una perspectiva puntual sobre la unificación de

obligaciones italiana.

Así, SCAEVOLA indica :

" La deuda de los intereses (artículo 1282,1) surge con la

liquidación y exigibilidad de la prestación principal, como era

en virtud del artículo 41 del código de comercio; las reglas

del anatocismo son unificadas sobre la base de la sola reserva

de los usos (art. 1283); el interes legal es elevado al 5 %, de

conformidad al ya vigente en el régimen mercantil (art.1284,1);

en el caso de obligaciones alternativas en que la elección de

la prestación es deferida al tercero, el contrato no llega a

ser nulo sólo porque no haga la elección (art. 1287, último

apartado y 1349, primer apartado), con lo que se generaliza el

principio del art.60, último apartado, del Código de comercio,

146
SCAEVOLA QUINTUS : 1957 p. 25
el cual asegura la estabilidad del contrato mediante una amplia

intervención judicial: el principio es aplicado también a

propósito de la determinación del precio de la venta (art.1473,

apartado 1 y 1474 último apartado). En las obligaciones con

pluralidad de deudores se presume la solidaridad, por extensión

del art.40 del código de comercio (art. 1294); la validez del

contrato consigo mismo es admitida sobre la base de la

directiva señalada en el artículo 386 del código de comercio

(arts. 1,395 y 1,735); la oponibilidad de los terceros a las

modificaciones y de la extinción de la procura es regulada

según los criterios del artículo 370 del código de comercio

(art. 1,396); la caducidad del término esencial no priva a la

parte interesada de la facultad de pedir la ejecución del

contrato, para la que es concedido un breve término. con el fin

de impedir situaciones inciertas y maniobras especulativas

(art. 1,457) generalizándose para todos los contratos la norma

dictada para la venta en el artículo 60, apartado 1 del Código

de Comercio."147

147
SCAEVOLA QUINTUS : 1957 p. 26, 27.
I.7 PROCESO UNIFICATORIO EN EL CODIGO CIVIL DE 1984 :

A) CONSIDERACIONES PREVIAS :

El proceso unificatorio de obligaciones civiles y

mercantiles, se dió inicialmente en los países directamente

afectados por la revolución industrial.

En tales países (Inglaterra, Estados Unidos, Italia,

Suiza) las condiciones económicas, la producción masiva de

bienes y servicios, la participación masiva de las personas

dentro del circuito económico, la extensa aplicación de los

instrumentos o instituciones mercantiles, dieron cabida a la

llamada "comercialización" del Derecho civil y a percatarse de

la unidad de la vida económica, la cual obliga a un tratamiento

común al respecto.

Las influencias de la revolución industrial y el

maquinismo, llegaron a nuestro continente con posterioridad, y

hasta hoy esta parte del mundo se mantiene a la zaga en cuanto

a desarrollo económico y tecnológico.

En tal sentido, las relaciones económicas, el tráfico

mercantil, tanto en sus aspectos cualitativos como

cuantitativos poseen algunas características distintas y otras

comunes respecto de los países en los cuales se han unificado

las obligaciones y el nuestro.

Así por ejemplo, el monto de los capitales que cada día se

ponen en juego dentro de los mercados de los países

anglosajones y europeos, es increíblemente mayor al que se

presenta en nuestra economía.

Por otro lado, en dichas latitudes las grandes empresas,


no sólo locales sino ya con características multinacionales,

desempeñan un papel de primer orden en sus sociedades, su

influencia es innegable.

En el caso peruano, no poseemos un gran número de

empresas, ni éstas salvo contadas excepciones, movilizan un

copioso capital.

Sin embargo, estimamos suficientes los elementos para

llevar adelante la unificación.

Tales elementos estarían conformados por la masiva

participación de los individuos en el proceso económico no

olvidemos el denominado sector "informal" asimismo la noción

objetiva del acto de comercio la cual reveló su insuficiencia

para distinguir la sustantividad mercantil, la generalización

del Derecho mercantil, el impulso dado por la empresa y

sobretodo la necesidad (que no es exclusiva de los países más

desarrollados) de una legislación eficiente que otorgue

seguridad jurídica a los ciudadanos.

Todos esos elementos ya desarrollados anteriormente, nos

llevan a postular la factibilidad del proceso unificatorio en

nuestro país y enmarcar dentro del mismo la unificación del

contrato de mandato y de comisión.

Asimismo, la unificación de obligaciones al ser un

proceso, por su propia naturaleza es gradual, se materializa

según la realidad económico-social es acogida por la

normatividad. No puede ser impuesta por la legislación.

Por tal motivo, aplicar a nuestra realidad soluciones

construídas para las necesidades de países altamente

industrializados como Inglaterra, Estados Unidos, Italia y


Suiza carecen de fundamento.

La unificación que se lleva a cabo en nuestro país, deberá

establecerse en función a nuestros requerimientos de una

legislación eficiente.

El proceso unificador de las normas civiles y mercantiles,

se ha manifestado en nuestro código civil de múltiples formas.

No solamente lo apreciamos, en los artículos 2112 y 1353. Como

lo indica TORRES Y TORRES LARA : " En las reglas del código

civil no sólo se incorporan normas típicamente mercantiles sino

que en algunos casos sustituyen a las reglas típicas del

Derecho Civil, con lo cual se comprueba no sólo el traslado de

instituciones y reglas sino la sustitución de un Derecho más


148
fuerte ante uno más débil en materia económica".

Entendemos la reflexión hecha por TORRES Y TORRES LARA en

el sentido de que el Derecho civil, adecuándose a la realidad

acoge prácticas típicas de la disciplina mercantil

generalizadas, las cuales dejan por tanto de ser especiales y

se convierten en normas de aplicación a toda la sociedad.

Pero discrepamos cuando se refiere a la sustitución de un

Derecho más "fuerte" sobre otro más "débil"; la unificación de

obligaciones no supone un avasallamiento de la disciplina civil

respecto de la mercantil. Aquello unificado, es justamente

porque pierde su especialidad mercantil convirtiéndose en

Derecho común.

148
TORRES Y TORRES LARA : 1984 p. 1-83.
B) INCORPORACION DE NUEVOS CONTRATOS :

La incorporación de nuevos contratos, constituye una

expresión de la influencia de los lineamientos mercantiles en

el Código Civil de 1984.

Los contratos con características comerciales,

incorporados por el código civil son : el suministro y el

hospedaje.

B.1) CONTRATO DE SUMINISTRO :

El suministro llamado también contrato de provisión o

abastecimiento está definido en el artículo 1604 el cual

citamos :

" Por el suministro, el suministrante se obliga a ejecutar

en favor de otra persona prestaciones periódicas o continuadas

de bienes."

Para TORRES VASQUEZ el contrato de suministro está

estrechamente vinculado con la vida empresarial moderna; así

expresa que : " El suministro es el producto de las exigencias

de la vida moderna cuyo tráfico intenso requiere de un contrato

de cambio, el cual no termine su función en un sólo acto sino

que tenga una eficacia duradera en el tiempo para poder servir

a las necesidades también duraderas del público consumidor, al

extremo de que no se puede concebir la existencia económica de


149
una gran empresa sin el contrato de suministro".

TORRES Y TORRES LARA al referirse a la prestación

periódica o continuada de bienes del contrato de suministro,

llega a la conclusión de que estamos ante un contrato

típicamente mercantil; ya que estaríamos ante una prestación

149
TORRES VASQUEZ : 1988 p. 25
normalmente de carácter empresarial, pues salvo casos de

excepción sólo mediante una organización económica puede darse


150
tal prestación.

Otra muestra de lo mercantil en este contrato está en el

artículo 1606 cuando señala que si no se ha " fijado el volumen

del suministro o su periodicidad, se entiende que se ha pactado

teniendo en cuenta las necesidades del suministrado

determinadas al momento de la celebración del contrato". Sin

duda, la perspectiva del articulado está en la vía de ver al

suministrante como una empresa.151

B.2) CONTRATO DE HOSPEDAJE:

El contrato de hospedaje está definido en el artículo 1713

de nuestro código civil : " Por el hospedaje, el hospedante se

obliga a prestar al huésped albergue y, adicionalmente

alimentación y otros servicios que contemplan la ley y los

usos, a cambio de una retribución. Esta podrá ser fijada en

forma de tarifa por la autoridad competente si se trata de

hoteles, posadas u otros establecimientos similares."

El hospedaje típicamente civil era sin ánimo de lucro, en

el que el dueño recibía al peregrino más como una obligación

moral que como una forma de lucrar, y el peregrino aceptaba el

hopedaje ofrecido.

Actualmente este contrato puede celebrarse sin ánimo de

lucro, o con él; pero observamos que las normas ubicadas en el

código civil, también la contemplan como actividad de empresa,

es decir, una actividad típicamente mercantil y no civil.

150
TORRES Y TORRES LARA : 1984 p. 1-84.
151
TORRES Y TORRES LARA : 1984 p. 1-84
En el articulado se alude expresamente a los

"establecimiento destinados a hospedaje" (artículo 1716) y a


152
las "claúsulas generales de contratación" (artículo 1714).

Una prueba de que las normas del hospedaje, extienden su

influencia a lo típicamente considerado mercantil está dado por

el artículo 1727 el cual al delimitar el ámbito de aplicación

de las normas de hospedaje, menciona expresamente a los

establecimientos comerciales; el cual citamos a continuación :

" Las disposiciones de los artículos 1713 a 1725

comprenden a los hospitales, clínicas y casas de salud o

reposo, establecimientos comerciales o de espectáculos

públicos, balnearios, restaurantes, clubes, naves, aeronaves,

coches-cama y similares, en lo que sean aplicables."

152
Artículo 1714 del código civil :
"El hospedaje se sujeta además a las normas reglamentarias
y a las claúsulas generales de contratacion aprobadas por la
autoridad competente."
Articulo 1716 del código civil :
"Los establecimientos destinados a hospedaje exhibirán en
lugar visible las tarifas y cláúsulas generales de contratación
que rigen este contrato."
C) UNIFICACION DE LAS NORMAS GENERALES DE CONTRATOS : ARTICULO

1353.

Artículo 1353 : " Todos los contratos de Derecho privado,

inclusive los innominados, quedan sometidos a las reglas

generales contenidas en esta sección, salvo en cuanto resulten

incompatibles con las reglas particulares de cada contrato."

La pregunta principal que surge luego de la lectura del

artículo es : ¿ Deroga totalmente la parte general de contratos

mercantiles ?.

Para VALLE TEJADA; la respuesta es afirmativa así : " La

trascendencia de esta norma consiste en que deroga, por

incompatibilidad entre la nueva ley y la anterior o cuando la

materia de ésta es integramente regulada por aquella (Art. I

del título preliminar del Código civil) deroga repetimos

aquellas normas contenidas en la sección cuarta : "

Disposiciones Generales sobre los contratos de Comercio "

(artículos 50 al 63) del código de comercio evitando con ello

la dualidad legislativa sobre una misma materia salvo en cuanto

resulten incompatibles con las reglas particulares de cada

contrato. Obsérvese que las normas mercantiles cuya vigencia se

mantiene son únicamente las particulares pues las generales han


153
sido unificadas todas dentro del código civil."

MORALES ACOSTA, afirma su discrepancia de la opinión de

VALLE TEJADA; con tal propósito menciona que el código de

comercio no goza de una adecuada técnica legislativa; de modo

tal que legisla ciertas materias en títulos que no se refieren

a su naturaleza, es decir en títulos que no les son afines. Lo

153
VALLE TEJADA : 1987 p. 230
cual se manifiesta en la sección " DISPOSICIONES GENERALES DE

LOS CONTRATOS DE COMERCIO ".

El problema se presentaría con los artículos 62 y 63 del

código de comercio; (154) los cuales no son materia propia de las

disposiciones generales de contratos ya que no se refieren a lo

que es el contrato en sentido estricto sino al plazo y a la

mora. Por ello, MORALES ACOSTA afirma : " En un sentido técnico

el artículo 62 es una norma que se refiere a las modalidades

del acto jurídico y el artículo 63 es una norma que se refiere

a la mora en las obligaciones; materias ajenas a una parte

general de los contratos que regula sobre lo que es el contrato

como fuente de las obligaciones, los alcances de sus normas, el

consentimiento (oferta y aceptación), modalidades de la


155
contratación, saneamiento y otras instituciones propias".

En consecuencia, la derogación establecida respecto de las

disposiciones generales de los contratos mercantiles; no afecta

los artículos 62 y 63 del código de comercio. Según MORALES

ACOSTA " todavía late algo de vida (...) pero no son justamente
154
Artículo 62 del código de comercio :
" Las obligaciones que no tuvieran términos prefijados por
las partes o por las disposiciones de este código, serán
exigibles a los diez días despues de contraídas, si sólo
produjeren acción ordinaria, y al día inmediato si llevaren
aparejada ejecucion. "
Artículo 63 del código de comercio :
" Los efectos de la morosidad en el cumplimiento de las
obligaciones mercantiles, comenzarán :
1) En los contratos que tuvieren día señalado para su
cumplimiento, por voluntad de las partes o por la ley, al día
siguiente de su vencimiento.
2) En los que no lo tengan, desde el día en que el
acreedor citare judicialmente al deudor o le intimare la
protesta de daños y perjuicios hecha contra el ante un Juez o
Notario Público."
155
MORALES ACOSTA : 1990 p.238
156
reglas generales de contratos, sino de otras materias ".

El doctor DE LA PUENTE piensa que lo ocurrido con el

artículo 1353 es una derogación tácita (en aplicación de la

última parte del art. I del Código civil) de la materia de las

disposiciones generales sobre contratos mercantiles : " que ha

sido íntegramente regulada por las disposiciones generales de

los contratos civiles, que son aplicables a todos los contratos

de Derecho privado, de tal manera que todos estos contratos

tienen ahora las mismas disposiciones generales ".157

Al referirse a la materia de las disposiciones generales,

no debe entenderse sólo el articulado sino también el contenido

del mismo.

Consideramos que lo afirmado por el doctor DE LA PUENTE y

MORALES ACOSTA es correcto.

En la derogación tácita, a diferencia de la derogación

expresa no se mencionan específica y detalladamente las normas

anteriores que son derogadas por la nueva. Esto puede traer

serios problemas de interpretación, como lo señala RUBIO

CORREA; " en especial cuando se trata de una modificación

sistemática e integral del tratamiento legislativo de un

tema"(158) tal como la realiza el artículo 1353. Es por ello

indispensable precisar las normas que han sido tácitamente

derogadas, no sólo guiándonos por la ubicación sistemática de

la misma (que puede no ser correcta) sino también de acuerdo a

su contenido.

156
MORALES ACOSTA ; 1990 p. 239
157
DE LA PUENTE 1990 : p. 176
158
RUBIO CORREA : 1986 p. 30
Pero, ¿ Qué importancia podemos asignar a la unificación

de las normas contractuales generales del Derecho privado ?.

Su importancia es de primer orden.

Porque, actualiza la normativa contractual con los avances

doctrinarios; tal como acertadamente indica el doctor DE LA

PUENTE " Piénsese que no sólo respecto de los principios

generales y de la formación y objeto del contrato se ha

producido la unificación, sino también que ahora es posible que

hayan contratos preparatorios de contratos comerciales y

especiales, que se apliquen a éstos las reglas de los contratos

con prestaciones recíprocas, que pueda celebrarse la cesión de

posición contractual en todos los contratos, que la excesiva

onerosidad de la prestación o la lesión determinen la

resolución o rescisión de los mismos, en fin, que todos los

avances de la técnica jurídica recogidos en la sección primera

del Libro VII del Código Civil se plasmen en el campo de la


159
contratación privada".

Nuestro código de comercio no es precisamente un ejemplo

de normativa actualizada, desde 1902 hasta la fecha las

relaciones económicas en general han sufrido transformaciones.


160
La unificación señalada por el Código Civil, la pone al día.

159
DE LA PUENTE : 1990 p. 178
160
Debemos recordar, tal como lo hace MORALES : 1990 p. 203
que la estructura de nuestro código de comercio de 1902, no
corresponde a una historia propia del comercio peruano. Es un
código modelado sobre otros más antiguos, que finalmente
descansan en el código de comercio Francés de 1807. " Sus
normas retratan el fenomeno del comercio antes de la revolución
industrial".
Esta reflexión es de particular importancia, en tanto las
transformaciones ocasionadas por la revolución industrial,
masificación de la contratación, unidad de la vida económica,
GIRON TENA, critica a la parte general de las obligaciones

del Código de Comercio Español; justamente por no adecuarse a

los acontecimientos de hoy refiriéndose únicamente al comercio;

"Al código justamente, faltan las formas o figuras típicas

expresivas de esas especializaciones [del progreso económico];

especialización en las figuras contractuales y dentro de las

figuras contractuales en sus adaptaciones a las nuevas

carácteristicas de la organización de la actividad económica

empresarial. Y por la misma razón, no expresa el código las

formas e instituciones jurídicas al servicio de la

articulación, todavía no consumada en su tiempo del sistema

financiero, es decir el juego de dinero, moneda y crédito,

articulado éste en Títulos-Valores que permiten al moverse en


161
sentido contrario, las corrientes de mercancías y servicios".

inoperancia de la noción del acto objetivo de comercio para


deslindar la materia civil de la mercantil y en concreto
separar los contratos civiles y mercantiles, generalizando el
derecho mercantil, a través de la llamada "comercialización"
del derecho civil; impulsaron al proceso unificador. Estos
aspectos, no estaban de ningun modo contemplados en las normas
de nuestro vetusto código de comercio aún vigente en parte.
Plantear la unificación en aquellas materias generalizadas o
comunes, es actualizar nuestra legislación, no sólo a las
modernas nociones o doctrinas, sino lo que es más importante a
los acontecimientos ocurridos y sus consecuencias.
161
GIRON TENA : 1986 p. 149
D) UNIFICACION DE CONTRATOS CIVILES Y MERCANTILES : ARTICULO

2112.

Artículo 2112 :

" Los contratos de compraventa, permuta, mutuo, depósito y

fianza de naturaleza mercantil, se rigen por las disposiciones

del presente código. Quedan derogados los artículos 297 a 314,

320 a 341 y 430 a 433 del código de comercio."

CARDENAS QUIROZ justificando la unificación de los

contratos de compraventa, permuta, mutuo, depósito y fianza;

describe los inconvenientes de la doble legislación contractual

" su línea de separación era en algunos caso sutil y en

otras borrosa y el doble trato legislativo no servía sino para

generar dudas y problemas de hermeneútica. La experiencia

profesional y docente nos dice, por lo demás, que existen

infinidad de contratos mixtos, en los cuales la obligación es

mercantil por parte de quien realiza el acto de comercio, y

civil, para la contraparte, sin que pueda ser válido imponer a

ambos contratantes el carácter que el acto tiene sólo para uno

de ellos. La consecuencia es inevitable: se presenta un doble

régimen legal y cunde el desconcierto, la disparidad de

opiniones y en muchos casos, surge el litigio.

Creemos, en resumen, que la unificación de la contratación

civil con la mercantil es inevitable y plantea un reto para los

juristas de hoy y del futuro, pues exigirá la remodelación de


162
una parte de significativa de la legislación vigente".

Conviene saber que obstáculos se superaron, para lograr la

162
CARDENAS QUIROZ : 1987 p. 51, 52.
unificación establecida por el artículo 2112 :

En el caso de la compraventa nuestro código de comercio

estipulaba que era comercial cuando recaía en cosas muebles

para revenderlas, con ánimo de lucrar en la reventa.

El préstamo era comercial, si alguno de los contratantes

fuera comerciante o si las cosas prestadas se destinaren a


163
actos de comercio.

El contrato de depósito era mercantil, si el depositario

al menos fuera comerciante, si las cosas depositadas fueran

objetos de comercio y si el depósito constituía por sí una

operación comercial.164

El afianzamiento era mercantil, cuando tenía por objeto

asegurar el cumplimiento de un contrato comercial.165

De lo antes expresado, observaremos que las dos

diferencias, aún vigentes, entre el mandato civil y el

mercantil son :

- Que el objeto de la comisión sea la obligación de

realizar actos jurídicos comerciales o mercantiles.

- Que una de las partes sea comerciante o agente mediador

de comercio.

Han sido totalmente dejadas de lado, por nuestro

legislador para los contratos unificados en virtud al artículo

2112.

Al unificar Mandato y Comisión, no se estarán eliminando

"nuevas" diferencias; sino aplicando el mismo espíritu

163
Artículos 305 a 314 del Código de comercio.
164
Artículos 297 a 304 del Código de comercio.
165
Artículos 430 al 433 del código de comercio.
unificador establecido por el artículo 2112 para los demás

contratos.

No encontramos razón para establecer un tratamiento

distinto al mandato respecto de los demás contratos unificados.

Por otra parte es útil considerar la relación existente

entre nuestros Códigos de Derecho privado (Civil de 1984 y de

Comercio de 1902) ya que observamos la existencia de problemas

graves de relación, entre dichos cuerpos legales, los cuales se

solucionan con la unificación contractual.

Nuestro código de comercio de 1902, tiene como precedente

el Código Civil Español de 1829, el cual a su vez estaba muy

influenciado por el Código de Comercio Francés de 1807 y

empezando a regir el 1 de Julio del mismo año. Sus normas

resultaban excepcionales o especiales con referencia al código

civil de 1852 el cual era anterior al mercantil por 48 años.

Hoy, la situación es a la inversa; las actuales normas del

código de comercio, que tendrían que contrastar frente a las

normas civiles (y ser lógicamente posteriores), han sido

redactadas 82 años antes. GIRON TENA realiza dicha crítica a la

normativa hispana.166
166
GIRON TENA : 1986 p. 159.
Este autor realiza parecida crítica con referencia al
Código de comercio español de 1885 y el Código Civil de 1889. "
Resulta así, que el Derecho que tendría que ser especial, por
contraste y referencia al Derecho común, ha sido redactado
antes que éste. Y además, gran parte de él en 1829 cuando
permanence el viejo temor de las incertidumbres y lentitudes
del Derecho común. De ahí que el Código de comercio se
preocupara de la precisión de conceptos propios del derecho
común por esa inexistencia de Código Civil. Pero promulgado
aquél no se concuerda. Asi, resulta que puede decirse, con
riesgo de poco error, que en los tratamientos paralelos, de
obligaciones principalmente, producidos con independencia, las
especialidades no son deliberadas y las coincidencias tampoco.
Por ello, el Código Civil al ser más reciente, incorpora

(no sólo en la parte general de contratos sino en toda su

extensión) disposiciones tradicionalmente consideradas

mercantiles y de protección al tráfico, tales como la

adquisición a non domino (art.948), venta de bienes muebles en

tiendas o locales abiertos al público (art. 1542), buena fe

registral (art. 2014), compraventa sobre documentos (art.

1580,1581), claúsulas generales de contratación (art. 1392),

contratos por adhesión (art. 1390), oferta al público (art.

1388), subasta (art. 1389) etc. Sobre dichas normas que

expresan la influencia de lo mercantil, dos autores

nacionales : VALLE TEJADA y MORALES ACOSTA, se han esforzado en

identificarlas, elaborando una extensa relación de las mismas.167

En tales condiciones; ¿ qué excepcionalidad o especialidad

expresaban las normas de compraventa, permuta, mutuo, depósito,

fianza, ubicadas en el código de comercio ?. Nosotros

consideramos que ninguna.

El español GIRON TENA, refiriéndose a su Código de

Comercio de 1829 realiza una observación que bien podemos hacer

al nuestro de 1902; " El Código de 1829, (...) concreta en él

materias que luego, otra vez, aparecerán concretadas en el

Código Civil porque no eran de su competencia. Llena así

espacios en materias que no son de especialidad, a cambio de

olvidar las que constituyen verdaderas especialidades. Esto se

vé en la parte general de obligaciones y contratos, en los

Tratamos muchos temas con especialidades mercantiles forzando,


en realidad, los hechos históricos ".
167
MORALES ACOSTA : 1990 p. 206 A 269 y VALLE TEJADA : 1987
p. 223 a 231.
préstamos, depósitos y, en parte, también en la compraventa".

Tomando en cuenta, que nuestro Código de Comercio de 1902

es casi una copia del Español de 1829, la unificación realizada

por los artículos 1353 y 2112 de nuestro Código Civil, sólo

retoman materias que son de su competencia y evita el defecto

de mantener dos legislaciones referidas a los mismos

fenómenos.168

La unificación parcial de contratos civiles y mercantiles,

llevada a cabo por el artículo 2112, es una solución coherente,

que permite actualizar nuestra legislación. Lástima que no

incluya al mandato y a la comisión.

168
GIRON TENA : 1986 p. 149.
SECCION II : COMPARACION DEL MANDATO Y LA COMISION EN NUESTRA

LEGISLACION ACTUAL.

II.1 ESTADO DE LA CUESTION SOBRE EL CONTRATO DE MANDATO :

Hablar del contrato de mandato de manera genérica, no es

correcto; en tanto se trata de un concepto plurisignificativo,

variando su significado de acuerdo al sistema jurídico en que

se estudie y regule.

Se distinguen dos grandes grupos de ordenamientos

jurídicos que legislan el mandato de modo opuesto; los cuales

reseñaremos a continuación :

A) Legislaciones que confunden mandato con

representación :

Este grupo de legislaciones señala como elemento esencial

y característico del mandato a la facultad representativa.

Dicho carácter representativo del mandato, será el

elemento diferenciador del arrendamiento de servicios tal como


169
lo expresa STITCHKIN.

Son los tratadistas franceses los primeros defensores de

esta posición; la cual está plasmada en el artículo 1984 del

Código civil Galo el cual define el mandato, del modo siguiente

" El mandato o procuración es un acto por el cual una

persona da poder a otra para hacer algo por el mandante y en su

169
STITCHKIN : 1978 p. 33
nombre. El contrato no se perfecciona sino por la aceptación

del mandatario ".

También forman parte de este grupo de legislaciones,

aquellas fuertemente influenciadas por el Código Francés de

1804; tales como la Argentina artículo 1869 del Código civil,

citada por CASTRO SALINAS (170) y la Brasileña en su artículo

1288, la Uruguaya en su artículo 2051 y la Soviética en su


171
artículo 251 citadas por STITCHKIN.

Este último autor también menciona al código civil

Boliviano; pero no toma en cuenta que éste ha sido modificado

en 1975, estableciéndose en su artículo 804 una posición

distinta, separando tajantemente representación de mandato con

un concepto del mandato muy similar al nuestro, cuyo texto es

el siguiente :

Artículo 804 del Código Civil Boliviano :

" El mandato es el contrato por el cual una persona se

obliga a realizar uno o más actos jurídicos por cuenta del

mandante."

Aún cuando el Código civil francés admite un mandato sin

representación, tal situación : " les parece anómala; y no se

encuentran plenamente convencidos al respecto " tal como lo


172
expone CASTRO SALINAS.
170
CASTRO SALINAS : 1987 p. 411 y siguientes.
Artículo 1869 del código civil argentino :
"El mandato, como contrato, tiene lugar cuando una parte
da a otra el poder, que esta acepta, para representarla, al
efecto de ejecutar en su nombre y de su cuenta un acto
jurídico, o una serie de actos de esa naturaleza."
171
STITCHKIN : 1975 p. 33
172
CASTRO SALINAS : 1987 P.406
Por otra parte, STITCHKIN : 1978 p.34 menciona que en
Tales legislaciones no aceptan la distinción inicialmente

doctrinal, planteada a fines del siglo pasado por autores

alemanes como WINDSCHEID y LABAND; sobretodo éste último autor

que señalaba : " De donde se deduce que el mandato y el poder

no son el lado interno y externo de una misma relación

jurídica, sino dos relaciones jurídicas entre sí, que

únicamente coinciden de hecho en muchos casos.

Constituye por tanto, una necesidad jurídica hallar la

separación rigurosa de estos dos conceptos.

Se trata de dos negocios jurídicos completamente

distintos, basados en supuestos diferentes, y de contenidos y


173
efectos diversos. "

Sobre la distinción entre el contrato de mandato y el

poder de representación, posteriormente profundizaremos [ al

estudiar la representación como uno de los elementos del

mandato ] ; dejando sentado en esta parte de nuestro trabajo,

que la distinción entre ambas instituciones jurídicas o su

tratamiento en conjunto, como una identidad, es lo que provoca

la existencia de dos grupos de legislaciones sobre las mismas.

Para el sistema Argentino, aún conociendo la distinción

doctrinaria mencionada, BORDA manifiesta que hay una

exageración en la insistencia con que hoy se destaca la

derecho comercial francés existe la institución denominada "


prête nom " o comisión a nombre propio, en este supuesto el
mandatario " presta su nombre " para ejecutar el acto que el
mandante le ha encargado, allí no hay representación, y en
contra de lo que generalmente afirman los franceses; ellos lo
reconocen como un mandato.
173
citados por CASTRO SALINAS : 1987 p. 402 en base al texto
de HUPKA : 1930 " La representación voluntaria en los negocios
jurídicos ".
diferencia entre el mandato y la representación.

Para este autor; es necesario que haya representación del

mandante por el mandatario pero admite que puede haber mandato

sin representación (mandato oculto) de tal manera que : " el

mandato es casi siempre representativo y aún en los casos en

los que no lo es, la gestión que realiza el mandatario debe ser

de una índole tal que pueda ser objeto de representación."174

Para el sistema Español, el cual acepta la diferencia

entre mandato y representación, encontramos autores como

ALBALADEJO, quien plantea la hipótesis del mandato

sustancialmente representativo argumentando : ya que el

mandatario, al cumplir el encargo, obra siempre por cuenta del

mandante y ya que es esencia de la representación que el

representante obre por cuenta del representado ( y que además,

lo haga o nó en nombre de éste, sólo da lugar a que la

representación -que insisto, la hay en los dos casos -sea

directa o indirecta ), es claro que el mandato es siempre

representativo, pues siempre da lugar a representación (obrar


175
por cuenta de otro)."

Nuestro Código Civil de 1936, siguió la tendencia

establecida por su homólogo francés y no aceptó la autonomía e

independencia de ambas figuras; mandato y representación.

Así en su artículo 1627 definía al mandato : " Por el

mandato una persona encarga el desempeño de ciertos negocios, a

otra que los toma a su cargo. Este contrato se perfecciona por

la aceptación del mandatario."

174
BORDA : 1979 p. 709, 710.
175
ALBALADEJO : 1987 p. 257
Este código no regula la representación en forma separada,

sino consideraba a la misma como un elemento que integraba el

mandato, así el artículo 1640 expresaba ello con claridad al

decir que : " El mandatario está obligado a expresar en todos

los contratos que celebre, que procede a nombre de su

mandante."

Con lo cual el mandato será siempre representativo.

De acuerdo a tal perspectiva, el contrato de mandato

adquiere determinadas características producto de su síntesis

con la representación, reseñadas por el doctor OLAECHEA en las

actas de sesiones de la comisión reformadora del código civil

de 1852 manifestando que : " Así considerado, el mandato es un

acto preparatorio que sólo autoriza a contratar en nombre de

otro. No tiene un fin principal. Sírve de preliminar a otros

actos y se traduce de un estado jurídico de carácter previo


176
establecido para utilidad del mandante".

Se convierte el mandato en lo que el doctor SOLF y MURO,

denominaba como un " contrato de representación ".177

Incurre así nuestro código en el error de confundir las

nociones de mandato y representación e incluso al decir de

CARDENAS QUIROZ concibió al mandato como fuente auténtica de la


178
representación.

B) Legislaciones que distinguen mandato de representación:

176
ACTAS DE SESIONES DE LA COMISION REFORMADORA : citado por
DE LA RIVA ROSSI : 1964 p.24.
177
ACTAS DE LA COMISION REFORMADORA : citado por DE LA RIVA
ROSSI : 1964 p.25.
178
CARDENAS QUIROZ : 1985 p. 485
Según MUÑOZ es en Alemania, donde se empieza a distinguir
179
entre mandato y poder de representación.

CASTRO SALINAS designa al código de comercio Alemán como

el primer cuerpo legal, en conceptuar ambas nociones como dos


180
relaciones jurídicas autónomas.
181
El Código Civil Alemán o BGB también lo haría.

A partir de allí, siguieron en dicha posición las

codificaciones civiles de Italia; que en su artículo 1703

define al mandato, distinguiéndolo de la representación, la

Mexicana; que lo hace en su artículo 2400, la Venezolana; que

lo hace en su artículo 1684, la Suiza; que lo hace en el

artículo 394, la Española; en su artículo 1709 y la Peruana; en

su artículo 1790 del Código Civil de 1984. (182)


179
MUÑOZ : 1960 p. 19
180
CASTRO SALINAS : 1987 p. 401
181
El BGB Alemán ó " BURGERLICHES GESETBUCH " del 18 de
Agosto de 1896, entró en vigencia el 1 de Enero de 1900.
Su artículo 662 define al mandato, sin relacionarlo con el
actuar a nombre de otro o representación, del siguiente modo :
" Por la aceptación de un mandato, el mandatario se obliga
a gestionar gratuitamente para el mandante un negocio que éste
le ha confiado".

182
Artículo 2400 del código civil mexicano :
" El mandato es un contrato por el que el mandatario se
obliga a ejecutar por cuenta del mandante los actos juridicos,
que éste le encarga."
Artículo 394 del código Federal suizo de las
obligaciones :
" Le mandat est un contrat par lequel le mandataire
s'oblige, dans les termes de la convention, a gérer l'affaire
dont il est chargé ou a rendre les services qu'il a promis.
Une rémunération est due au mandataire si la convention ou
l'usage lui en assure une."
Artículo 1709 del código civil español :
Nuestra vigente legislación, separa sistemática y

sustancialmente las nociones del contrato de mandato y del

poder de representación.

Mientras que la primera es considerada un contrato

nominado, modalidad de la prestación de servicios (artículo

1756) la representación está regulada dentro del libro II del

acto jurídico.

En cuanto a sus diferencias sustanciales, nos remitimos a

la parte correspondiente en el presente trabajo; dejando

establecido, por ahora que nuestra actual ley civil pertenece a

este segundo grupo de legislaciones.

Dentro de dicho grupo de legislaciones, en las cuales el

mandato no es esencialmente representativo; se distingue entre

mandato y comisión.

A continuación estudiaremos ambas figuras, a fin de

demostrar la viabilidad de su regulación unificada.

" Por el contrato de mandato se obliga una persona a


prestar algún servicio o hacer alguna cosa, por cuenta o
encargo de otra."
Artículo 1703 del código civil italiano :
" El mandato es el contrato por el cual una persona se
obliga a realizar uno o más actos jurídicos por cuenta de
otra."
Artículo 1790 del codigo civil peruano :
" Por el mandato el mandatario se obliga a realizar uno o
más actos jurídicos, por cuenta y en interés del mandante."
II.2 CONTRATO DE MANDATO Y DE COMISION :

A) ETIMOLOGIA DE DICHOS CONTRATOS :

A.1 ) ETIMOLOGIA DEL MANDATO :

El vocablo " MANDATO " proviene como la gran mayoría de

nociones jurídicas, del latín " Mandatum " la cual a su vez se

deriva de la palabra " MANUSDATIO " equivalente a " dar la mano

"; evidenciando la confianza existente entre las partes de

dicha relación.

A.2) ETIMOLOGIA DE LA COMISION :

La palabra "COMISION" deriva del latín " commisío" el cual

alude a la acción de cometer, incurrir en falta, culpa o yerro.

Pero tal no es el único significado del término "comisión"

sino más bien goza de múltiples acepciones nosotros las

describiremos, a fin de señalar a cual de ellas nos referiremos

a lo largo de nuestro trabajo.

Al respecto, el diccionario de la Real Academia Española,

circunscribe la palabra comisión al ámbito mercantil [comisión

mercantil] otorgándole dos significados :

1) Mandato conferido al comisionista sea o no dependiente

del que le apodera (concepto que no compartimos como se

observará más adelante).


183
2) Retribución de esta clase de mandato.

183
DICCIONARIO DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Madrid, 1984
Vigésima Edición. refiriéndose al vocablo "comisión " en
general, le asigna tres acepciones :
1) Acción de acometer.
2) Orden o facultad que una persona da por escrito a otra
Nosotros, estimamos conveniente distinguir entre estas dos

acepciones; ya que nos referiremos en principio a la comisión

mercantil, como el acuerdo de voluntades en contraposición al

mandato; estudiaremos su naturaleza jurídica, concepto y

elementos.

Pero, por otra parte al contrastar ambos contratos

afrontaremos el tema de la retribución de los mismos,

retribución que tiene el apelativo también de comisión en el

medio mercantil y por lo general consiste en un porcentaje, en

bienes o dinero de lo manejado por el comisionista al realizar

el encargo.

Habiendo hecha tal salvedad, analizaremos los antecedentes

del contrato de comisión y del mandato.

para que ejecute algún encargo o entienda en algún negocio.


3) Encargo que una persona da a otra para que haga alguna
cosa.
Como se observa, es en los dos últimos significados, donde
resalta, la característica de ser un contrato que coopera en la
realización de actos o negocios jurídicos ajenos.
B) ANTECEDENTES :

B.1) Antecedentes del contrato de Mandato :

De acuerdo a SANCHEZ URITE el origen más remoto del

mandato estaría en el código de Hammurabi, el cual desarrolla

tal institución desde los artículos 100 al 107 dicho código

data del año 1,750 A.C.; aproximadamente 10 siglos (= 1,000

años) antes de la fundación de Roma.

En el código de Hammurabi, se alude expresamente al

mandato mercantil o comisión de acuerdo a las tres traducciones

al respecto, ya que son los comerciantes sus primigenios

usuarios con la finalidad de encargar a otros colegas, la


184
compra o venta de mercancías en lugares remotos.
184
SANCHEZ URITE : 1986 p. 247 y ss. las tres traducciones
en las cuales dicho autor basa sus observaciones son las
siguientes :
BONILLA Y SAN MARTIN : Código de Hammurabi, Madrid, 1909.
CASTRO DASSEN Y GONZALEZ SANCHEZ : Código de Hammurabi,
Buenos Aires 1982.
LARA PEINADO : Código de Hammurabi, Madrid 1982.
A continuación citamos la traducción que realizan dichos
autores sobre un mismo artículo, el número 100 del código de
Hammurabi y podrá apreciarse la estrecha vinculación entre la
actividad de los comerciantes y el mandato o comisión.
Artículo 100 : BONILLA Y SAN MARTIN :
"(...) el comisionista anotará los intereses del dinero,
según lo haya recibido, y contará sus días, y pagará al
negociante."
CASTRO DASSEN Y GONZALES SANCHEZ :
"Si un negociante dió a un delegado dinero para vender
(prestar a interés) y comprar y lo puso en ruta (lo designó
viajante), el comisionista en viaje hará fructificar la plata
que se le ha confiado ... si en el lugar de destino obtuvo
beneficios sumará los intereses y lo que ha recibido, deducirá
los gastos de sus días (de viaje) y pagará a su negociante."
FEDERICO LARA PEINADO :
"Si un mercader ha confiado plata a un traficante para
vender y traficar y lo despacha con una misión (comercial) el
traficante en el transcurso de la misión que se le ha sido
confiada, comerciará. Si adonde ha ido, ha obtenido beneficio
apuntará todo el beneficio obtenido y hará el cálculo (de los
Es pertinente subrayar que nuestro interés al aludir al

añejo código de Hammurabi no es de una recopilación histórica,

a fin de engrosar nuestro trabajo; no, nosotros buscamos

resaltar el hecho que la aparición del mandato, también estuvo

vinculada a las necesidades del comercio; y no constituye de

esta manera una institución sustentada necesaria y únicamente

en la amicitas romana y la consiguiente gratuidad.

Así, en dicho cuerpo legal se presentan casos típicos,

originados en la actividad comercial de la época; en los cuales

se vendían mercancías por " encargo " de otro o se recibía

dinero con el " encargo " de adquirirlas.

Posteriormente, el mandato es extensa y profundamente

desarrollado en Roma.

En Roma, se consideraba al mandato como un " contrato

consensual, imperfectamente bilateral, en el que uno de los

contratantes (mandatario) se obliga a cumplir gratuitamente el

encargo que el otro (mandante) le hace; de llevar a cabo un

servicio determinado o la total gestión del patrimonio de dicho

mandante", según la opinión de ARIAS RAMOS.185

Tal concepto es compartido por otros romanistas como :


186
BONFANTE, IGLESIAS, HERNANDEZ TEJERO y PETIT.

gastos) de sus días, y resarcirá a su mercader."

185
ARIAS RAMOS : 1966 p. 650
186
BONFANTE : 1959 p. 502 : " Es un contrato consensual,
bilateral imperfecto, por el cual una de las partes
(mandatario, is qui mandatum accepit, o procurador, procurator)
se obliga gratuitamente a efectuar una prestación o administrar
un negocio por cuenta de la otra parte (mandante, mandator o
principal, dominus negotii) de la cual ha recibido el encargo."
IGLESIAS : 1965 p. 61 : " Mandato -mandatum- es un
De acuerdo, a las definiciones de dichos romanistas

podemos señalar como características del mandato en dicha época

a :

1) El mandato era un contrato gratuito por esencia :

En Roma, el carácter gratuito del mandato lo diferenciaba

de la prestación de serevicios y tenía como fundamento que el

mandato se establecía por la amistad o confianza de las partes,

era "la mano" que el daba un amigo a otro, aludiendo a su

etimología.

Dentro de esa misma óptica, SANCHEZ URITE agrega que el

mandato se consideraba gratuito " porque no se concebía que

entre amigos pudiera pretenderse una remuneración por el


187
cumplimiento del mandato".

En las fuentes, se alude directamente al carácter gratuito

del mandato como diferenciador del mismo respecto de los demás

contratos, así en I.3.26.13 se afirma que : " el mandato si no

es gratuito, se transforma en otro negocio (...) si se

constituye en precio, se hace arrendamiento."188.

contrato consensual, bilateral imperfecto, por virtud del cual


una persona -mandatario, is qui mandatum accepit, o procurador,
procurator- se obliga a efectuar gratuitamente el encargo o
gestión encomendada por otra -mandante, mandans, dominus
negotii- y que atañe al interés de ésta o de un tercero."
HERNANDEZ TEJERO : 1966 p. 363 : " Es un contrato
consensual, bilateral imperfecto, de buena fe y gratuito, por
el cual una parte (mandante) encarga a otra (mandatario) la
realización de una gestión."
PETIT : 1980 p. 517: " El mandato es un contrato por el
cual una persona da encargo a otra persona, que acepta, de
realizar gratuitamente un acto determinado o un conjunto de
operaciones."
187
SANCHEZ URITE :1986 p. 258
188
ORTOLAN : 1986 p.118
La presencia del elemento gratuidad, guiará toda la

regulación del mandato; aún con posterioridad a la sociedad

Romana (dentro de la cual dicho elemento estaba plenamente

justificado, por el valor y fuerza que los romanos daban a la

amicitas romana).

La extrapolación del mandato esencialmente gratuito, en

legislaciones posteriores en las cuales no existe la amicitas

romana y asumiendo que la noción de tal contrato fuese

necesariamente inmutable desde Roma (por ejemplo el B.G.B)

acarreará inconvenientes; los cuales analizaremos al estudiar

el elemento gratuidad como integrante del concepto de mandato.

El carácter gratuito del mandato, no resta inmutable para

los romanos; los cuales admiten la posibilidad de una

retribución para el mandatario, pero ésta nunca constituirá una

contraprestación del mandante respecto de la actuación del

mandatario.

Así, para reclamar tal retribución, el mandatario sólo

podrá accionar " extra ordinem " y no mediante la " actio

mandati contraria ", que era la que tenía el mandatario para


189
exigir al mandante las obligaciones derivadas del mandato.
189
Al respecto MOSSET ITURRASPE, 1979 p. 15, 16; grafica la
transformación del elemento gratuidad en Roma y sus
fundamentos, así indica que : " el cumplimiento del encargo
como liberalidad encuentra explicación en los tiempos de Roma
anteriores al desenvolvimiento del comercio internacional, vale
decir en la Roma pastoril, férreamente unida al suelo; pero a
partir del siglo III a.c., la institución que había vivido por
largo tiempo en el dominio íntimo y privado de los buenos
oficios, tomo un gran impulso. La nación romana, nos dice
BONET, tomó desenvolvimientos gigantescos que concluyeron por
situarla en el primer rango de las naciones; y ese
desenvolvimiento no sólo se debió a las guerras de conquista,
sino a los negocios, transacciones, las peregrinaciones; la
necesidad de sustituirse por representantes se multiplico;
2) El objeto del mandato abarcaba tanto las obligaciones

de realizar actos jurídicos como la de ejecutar actos

materiales :

El encargo que realizaba el mandante podía consistir, como

se expresa en I.3.26.13, en dar : " vestidos al batanero para

limpiarlos o cuidarlos o al sastre para repasarlos, sin

constitución ni promesas de precio, hay acción de mandato ".

Para BONFANTE, el objeto del mandato debía ser " una obra

honesta y de posible ejecución y que ofrezca interés para el

mandante, no para el mandatario exclusivamente, al menos según


190
la regla general".

La cita anterior, nos permite referirnos a la importancia

que asignaban en Roma al interés en juego al celebrarse el

mandato.

Los romanos clasificaban, los distintos tipos de mandato

de acuerdo al interés.

Así, habrá mandato en el sólo interés del mandante : " si

alguno te da mandato para administrar sus negocios, comprarle


debió ser difícil entonces -agrega el jurista valenciano-
encontrar amigos dispuestos a administrar en pura pérdida, para
no beneficiarse más que del reconocimiento platónico de su
mandante, de los negocios numerosos, absorbentes y difíciles
de administrar. Esa vulgarización del mandato, en estrecha
relación con la realización de actos de comercio, que entraña
la persecución de un beneficio económico, condujo a la
retribución de la labor del mandatario. Empero, los romanistas
insisten en que los servicios no eran pagados sino
recompensados; que no había onerosidad sino gratuidad; es el
cambio de un buen oficio contra un buen oficio; no se tiene en
cuenta el valor del encargo cumplido para fijar la retribución.
Para distinguir esta retribución del salario de quien cumple
servicios -locador de servicios- se habla de " honor ", de "
honorario " y en caso de servicios se emplea el vocablo "
merces " que significa un precio."(el subrayado es nuestro).
190
BONFANTE : 1959 p. 503
un fundo o hacerte fiador por él." tal como se expresa en

I.3.26.1.

Habrá mandato en interés del mandante y del mandatario,

por ejemplo : " si te da mandato de prestar dinero a interés a

alguno que lo toma para los negocios del mandante", según

I.3.26.2 .

Existirá un mandato, en el interés de un tercero; " si

alguno te manda administrar los negocios de Ticio " como se

ejemplifica en I.3.26.3 .

También existirá el mandato, en el interés del mandante y

en el de un tercero; si te " manda desempeñar negocios comunes

del mandante y de Ticio, o hacerte esponsor por Ticio y el

mandante " señalado en I.3.26.4 .

No habrá mandato, sino más bien un consejo (consilium)

cuando sólo exista interés del mandatario. En tal caso, dicho

consejo no es obligatorio " pues cada quien es libre de

apreciar de su interior el mérito de los consejos que se le han

dado " de acuerdo a I.3.26.6.

3) El contrato de mandato no tenía carácter representativo:

Mediante el mandato, el mandatario debía dar cuenta a su

mandante de la gestión realizada, transfiriendo al patrimonio

del mismo todas las adquisiciones hechas como consecuencia del

encargo dado. En tal sentido, no había eficacia directa del

actuar del mandatario en la persona del mandante. Asimismo, al

actuar el mandatario, lo hacía en su propio nombre.

Al estar excluída la representación directa, el nexo

obligacional se establece entre el mandatario y el tercero que


con él negocia y no entre éste y el mandante. Posteriormente,

fueron introducidas "acciones útiles" a favor o en contra del

mandante.

Para los juristas romanos, al decir de CASTRO SALINAS, "

constituía una imposibilidad jurídica que un acto jurídico

pudiera crear Derechos y obligaciones para otras personas que

aquellas que habían tomado parte en él.191

B.2) Antecedentes del contrato de Comisión :

El contrato de comisión como figura contractual, en

paralelo a la del mandato, surge, como es lógico, con

posterioridad a la aparición de éste, el cual ya era conocido

en Roma y en el código de Hammurabi.

En opinión de GARRIGUES, la comisión aparece en la Edad

Media, siglos XIII y XIV y surge cuando " el comercio se hace

sedentario, en el sentido de que el comerciante no necesitaba

acompañar sus propias mercancías ni entregarlas al que viaja

por país extranjero y admite de sus compatriotas mercancías

para venderlas durante su viaje, obteniendo una determinada

retribución (antiguo contrato de commenda)".192

BOLLAFIO-ROCCO-VIVANTE, atribuyen también un papel

importante al comercio lejano, como el aliciente para el

surgimento de la comisión, recalcando que son los negocios de

compra y de venta aquellos que por lo general, son encargados

al comisionista.

Así, la comisión es la adaptación del mandato a las

191
CASTRO SALINAS : 1987 p. 390
192
GARRIGUES : 1947 p. 452
peculiares necesidades del sector comercial, flexibilizando las

formalidades del Derecho civil y permitiendo la onerosidad del

mandato en lugar de su tradicional gratuidad.

En tal sentido compartimos la opinión de GARRIGUES, quien

expresa : " no hay una institución mercantil independiente,

llamada comisión, que se ponga al lado del mandato civil, sino

que (...) la comisión es, sencillamente, el mandato

mercantil".193

193
GARRIGUES : 1947 p.453
C) LOS CONTRATOS DE MANDATO Y DE COMISION EN LA LEGISLACION

EXTRANJERA CONTEMPORANEA :

Los antecedentes antes descritos, tanto en la legislación

Romana como en el código de Hammurabi, nos permiten utilizarlos

como puntos de referencia y observar como estas características

iniciales posteriormente fueron modificadas.

Las características del mandato en dichas épocas, estaban

plenamente justificadas por las exigencias sociales que

regulaban y en las cuales era utilizado el mandato. No siendo

conveniente que tales caracteres del mandato se extrapolen y se

instauren en otras sociedades, distantes temporal y

espacialmente.

De acuerdo a lo anterior, las características y concepto

del mandato en tales épocas, no nos permitirán adoptar un

concepto actual del mismo. En consecuencia concordamos, en lo

expresado por LEON ALONSO, en que : " las citadas referencias

históricas, no permiten afirmar la existencia institucional del

mandato, sino sólo el uso de su idea en una particular

aplicación a las figuras legalmente contempladas de modo que

practicamente, sólo es con la realidad de los códigos modernos,

cuando el mandato obtiene tanto su reconocimiento como

institución específica y unitaria, como su definitiva

inteligencia y consagración como esquema normativo básico de

todo el fenómeno de la representación."194

Por tal razón, pasaremos a estudiar las legislaciones

contemporáneas, con mayor influencia en el código civil actual;

194
LEON ALONSO : 1980 p. 20
con el propósito de conocer el concepto que del mismo se han

formado en dichas legislaciones y de este modo tener

suficientes elementos para establecer una definición del

mandato en nuestra vigente legislación.

Desde esa perspectiva tendremos como objetivo los

contratos de mandato y de comisión tal como son vistos en la

doctrina foránea.

Nuestro propósito, es demostrar que la comisión carece de

una sustantividad propia que la distinga del mandato.

Tanto el mandato y la comisión, son contratos que

colaboran en la realización de actos jurídicos ajenos.

Y al colaborar, lo pueden hacer utilizando la facultad

representativa (a nombre del representado) o sin ella (a nombre

propio) o para cierto tipo de actos jurídicos (compraventa,

transporte) los cuales constituyen matices de la cooperación en

la conclusión de actos jurídicos por cuenta ajena y no sustenta

una separación radical entre el mandato y la comisión.


C.1) EN EL CODIGO CIVIL ALEMAN DE 1900 :

El código civil alemán ó BGB que en vigor a partir del 1

de Enero de 1900; fue el primer código civil en plantear

legislativamente la distinción entre el contrato de mandato y

la representación.

De acuerdo a dicha posición, se legisla sobre la

representación como parte integrante de la doctrina general del

negocio jurídico, desde el artículo 164 hasta el artículo 176

de dicho cuerpo legal.

Al desarrollar el tema de la representación, incluye tanto

la voluntaria como la legal, asignándoles efectos comunes.

El BGB define al mandato en su artículo 662, respecto a

dicho artículo SANCHEZ URITE cita dos traducciones, la primera

a cargo de GARCIA MORENO que traduce del siguiente modo : " Por

la aceptación del mandato, se obliga el mandatario a cuidar

gratuitamente el asunto que el mandante le haya encargado " por

otro lado MELON INFANTE traduce la misma norma de la siguiente

manera : " Por la aceptación de un mandato, el mandatario se

obliga a gestionar gratuitamente para el mandante un negocio

que éste le haya confiado ".195

Señalando las características del contrato y buscando dar

con el elemento que lo distingue de las demás figuras

contractuales desarrolladas en el mismo código, ENNECCERUS

manifiesta sobre el mismo : " el mandato es un contrato, pero

no bilateral, pues las obligaciones que muy frecuentemente

surgen a cargo del mandante (por ejemplo, de abonar gastos, de

resarcir un daño producido por culpa del mismo) no constituyen


195
LEON ALONSO : 1980 p.286
una remuneración o contrapartida de las obligaciones asumidas

por el mandatario. En el sistema alemán, la gratuidad, sirve

para distinguir al mandato de otras figuras, como el contrato

de servicios y el contrato de obra. En cuanto al objeto del

mismo, pueden ser negocios de cualquier naturaleza, de hecho o

de Derecho; en cuanto a la forma no está sujeto a normas

pudiendo celebrarse tácitamente. "196.

De la anterior cita, podemos deducir los tres elementos

principales que caracterizan al mandato en el sistema alemán:

1) La gratuidad : El contrato de mandato para el sistema alemán

es esencialmente gratuito.

2) La unilateralidad de las prestaciones : las cuales sólamente

son de cargo del mandatario.

3) El contenido de las prestaciones del mandatario, tienen un

amplio espectro, pudiendo ser tanto de hecho como de Derecho,

así el encargo puede consistir en realizar actos jurídicos o

simplemente actos materiales.197

Refiriéndonos a la distinción que establece el BGB entre

el mandato y la representación, HEDEMANN resume la posición de

su código, señalando al respecto que hay que diferenciar

claramente la relación interna y la relación externa (mandato y

poder); el mandato es sólo una relación interna entre el

mandante y mandatario y las relaciones del mandatario con los

terceros surgen de un apoderamiento o representación.

196
citado por SANCHEZ URITE : 1986 p. 287
197
ENNECCERUS : 1934 p. 330 señala a modo de ejemplo :
"dibujar un plano, vigilar a los obreros, concluir un negocio
jurídico, administrar una finca; así, pues, todos los asuntos
que puedan ser objeto de contratos de servicios o de obra."
Ciertamente, poder y mandato coinciden en la mayoría de

los casos, pero ambas relaciones jurídicas pueden también ir

separadas, eventualmente, de tal modo que el poder (y con él su

eficacia exterior) subsiste interiormente mientras el mandato


198
es revocado y por tanto queda extinguida la relación interna.

Una característica adicional que tiene el mandato en el

sistema jurídico alemán y que no se deduce de sus normas, sino

más bien es reflejo de su utilización; es la poca aplicación

práctica de dicha figura contractual.

El mandato no es muy utilizado en la sociedad alemana,

dicho hecho intenta ser explicado por FRITZ SCHULTZ en su obra

Derecho romano clásico; dicho autor explica que el mandato

regulado por el BGB tiene tan poca aceptación en la práctica,

por la misma circunstancia que le daba la importancia al

mandato en el Derecho romano : la gratuidad.

El problema no está en la diferencia entre el mandato

romano y el mandato alemán, sino que se trata de la distancia

que media entre la amicitia romana y la amistad moderna.

La amicitia romana, daba lugar a deberes serios y

sustanciales, lo que los antiguos amigos romanos pedían unos de

otros, bastaría para que los modernos amigos rompieran su

amistad sin demora. En la roma republicana era considerado un

oficium de cada cual sostener al amigo hasta el límite de lo

posible.

En dicha cualidad social, se apoyaba la técnica jurídica

que negaba recompensa a quien ejecutaba un servicio para un

amigo y que consideraba a éste verdaderamente obligado por lo

198
HEDEMMAN : 1958 p. 427 a 430.
prometido. De tal manera, la misma base explica que en nuestro

tiempo, el encargo de hacer algo sin la recompensa ( de modo


199
gratuito), tenga tan escaso relieve.

Haciendo una valoración de conjunto y a pesar de que la

noción de mandato en el sistema alemán, retorna a la concepción

anteclásica romana LEON ALONSO considera que la normativa del

BGB constituye el más completo y logrado concepto desde el


200
punto de vista de técnica jurídica.

En el Derecho Alemán, existe la figura de la PROKURA, que

constituye el poder general de comercio de carácter jurídico-

comercial y de índole especial, que sólo puede ser otorgado por

un comerciante de pleno Derecho. Se trata de un poder formal,

independiente de la relación que le sirve de base.201

La prokura confiere facultad para realizar todos los actos

jurídicos relacionados con la explotación comercial, de suerte

que por ella el apoderado no suele limitarse a lo común, ni

tampoco a una empresa comercial en concreto, de manera que el

apoderado puede realizar negocios ajenos a la empresa del

patrón. MUÑOZ dice gráficamente que el prokurist en carbones,

puede comprar papagayos.202

A tenor de la legislación alemana, la prokura se extingue

en consideracion a la naturaleza del poder y no a la relación

en que se basa.

199
SCHULTZ : citado por SANCHEZ URITE : 1986 p. 288 y ss.
200
LEON ALONSO 1980 p. 23
201
Párrafos 48, 49, 50, 52, 53 del código de comercio alemán
o HGB.
202
MUÑOZ : 1960 p. 100, 101.
También existe el mandato mercantil o para actos

comerciales denominado Handlungsvollmacht, en el que únicamente

el comerciante lo puede otorgar dentro de su esfera comercial,

pudiendo ser general o especial.

Como se observa, la separación entre el mandato civil y el

mercantil se establece fundamentalmente en la condición

personal de las partes (comerciantes o no); la cual determinará

la existencia o no de remuneración (el mandato civil es


203
gratuito, mientras el mercantil es oneroso).

Para el otorgamiento de este mandato, no rige ninguna


204
norma del Derecho comercial.

203
Según SATANOWSKY : 1957 p. 200 : " el legislador alemán
creyó que con esa comercialización del derecho civil,
desaparecía la necesidad de legislar sobre los actos aislados
de comercio -que figuraban en el código de 1861- y que, en
consecuencia, la materia mercantil debía limitarse a los actos
de los comerciantes, es decir, actos exclusivamente
profesionales. Pretendió crear asi, el código de comercio de
1900 -puesto en vigor en la misma fecha que el civil- un
verdadero derecho de los comerciantes, exclusivamente para los
comerciantes que ejercen una industria mercantil y para los
que, sin ejercerla, se inscriban en el registro de comercio,
cuando su explotación por su forma o volumen, requiere una
organización comercial. A estos ultimos se les llama
comerciantes aparentes. De acuerdo, pues, con el sistema del
código alemán, existen dos clases de comerciantes, los que lo
son por el ejercicio de la industria y los por razón de su
inscripción."
204
MUÑOZ : 1960 p. 102.
C.2 EN EL CODIGO CIVIL ITALIANO DE 1942 :

El código civil italiano de 1942, el cual ejerce

influencia en nuestro código civil de 1984, define al contrato

de mandato en su artículo 1703 :

" El mandato es el contrato por el cual una persona se

obliga a realizar uno o más actos jurídicos por cuenta de

otra."

En dicho artículo, se observa la diferencia entre el

arrendamiento de servicios y el mandato basándose en un

criterio objetivo, las prestaciones del mandatario, sólo pueden

consistir en la realización de actos jurídicos.

De tal modo, tendremos arrendamiento de servicios cuando

deba prestarse una actividad de contenido no negocial sea

material intelectual. (artículos 2222 y 2230 del código civil


205
italiano).

Para BARBERO la diferencia del mandato con el contrato de

obra (cuando éste consiste en un servicio) y también con el

contrato de transporte, radica en la singularidad de su objeto

y de su prestación. Esta consiste, en el cumplimiento no de

cualquier servicio sino de actos jurídicos y eso caracteriza al


206
mandato.

El código civil italiano de igual modo que su homólogo

alemán, regula la representación en forma separada del contrato

de mandato; estableciendo la distinción entre ambas figuras.

Regula tanto la representación legal como la voluntaria a

partir del articulo 1387 del mismo código.

205
SCAEVOLA QUINTUS : 1957 p. 34
206
BARBERO : 1967 p. 233
Al respecto MESSINEO agrega : " en el mandato se encuentra

incluído de ordinario, pero no necesariamente, el conferimiento

(al mandatario) del poder de obrar, no sólo por su cuenta, sino

también en nombre del mandante ( mandato con representación);

pero tal poder deriva de una relación autónoma (procura)

distinta de la relación de mandato, de donde resulta que puede

haber también mandato sin representación, asi como el

conferimiento de poderes se distingue, de la actividad de


207
gestión ( o trabajo de gestión) propia del mandato."

BARBERO en una nota de su obra y discrepando de la opinión

de DE RUGGIERO señala al respecto : " No podemos aceptar la

idea de que el mandato sea la principal fuente del poder, (DE

RUGGIERO Instituciones ...tomo III p. 424, tomo II p. 122) no:

el mandato es un contrato; el poder es un acto unilateral que

contiene no una obligación de hacer, sino la autorización o

facultad (...) para utilizar al hacer, el nombre del

representado; y podrá estar contenido en el contexto del


208
mandato, pero como acto continúa distinto de él."

En el sistema italiano a diferencia del alemán, el mandato

puede ser tanto gratuito como oneroso; el artículo 1790 del

Código civil Italiano establece la presunción de onerosidad :

" El mandato se presume oneroso. La medida de la

compensación si no ha sido establecida por las partes, se

determina a base de las tarifas profesionaales, a los usos; en

su defecto, se determina por el juez."

Según SANCHEZ URITE se explica la lógica de tal artículo,

207
MESSINEO : 1971 p. 37 tomo VI.
208
BARBERO : 1967 p. 237 tomo IV.
en tanto el código civil italiano unifica las obligaciones y

contratos civiles y mercantiles atribuyendo la presunción de

onerosidad al mandato, con lo que el mismo se ajusta

perfectamente al tráfico moderno y de ese modo se evita a

diferencia del código civil alemán, que éste contrato deje de


209
ser utilizado y pierda utilidad.

En cuanto a las prestaciones a cargo del mandatario y del

mandante, según MESSINEO el mandato debe ser considerado

contrato " con prestaciones por una sola parte y por

consiguiente no es susceptible de los remedios relativos al

contrato con prestaciones recíprocas : (exceptio inadiplenti

contractus, resolución, etc.) pudiendo el mismo ser gratuito,

la onerosidad, aunque se haya convertido en el carácter normal,

no es su carácter esencial; y por tanto, la compensación debida

al mandatario no asume el carácter de correspondencia de la

prestación del mandatario."210

Nosotros discrepamos, con el respeto que se merece, de la

opinión del profesor MESSINEO, ya que la confrontamos con la

opinión de MINERVINI, quien sustenta la posición contraria.

Para MINERVINI el mandato remunerado constituye un

contrato de prestaciones recíprocas (aunque en su texto lo

denomine bilateral); sustenta su argumento de la siguiente

manera, algo extensa pero acertada : " MESSINEO se basa en el

hecho de que en el mandato (...) la retribución no es elemento

esencial del contrato, como lo es (...) el deber de realizar

actos jurídicos por cuenta del mandante (artículo 1705). Se

209
SANCHEZ URITE : 1986 p. 288, 289.
210
MESSINEO : 1971 p. 38 tomo VI.
trata de un elemento accidental (1709) que por lo general, no

asume la función de contraprestación.

Estas afirmaciones a nuestro entender, ofrecen el vicio de

valorar erróneamente lo que por otro lado es una verdad

indiscutible : la "indiferencia" del mandato a la onerosidad o

la gratuidad. Tal indiferencia significa la admisibilidad tanto

de una causa onerosa del mandato, como de una causa gratuita,

pero no que sea irrelevante la presencia de una u otra causa.

Cuando ésta última es onerosa, la retribución es, sin duda

alguna, un essentiale negotii y la contraprestación debida por

la actividad jurídica desplegada por el mandatario. Pero de

todas formas, aunque -y ello no lo admitimos- el aserto de

MESSINEO relativo a la naturaleza de la retribución fuere

exacta, no sería lícito deducir del mismo, las consecuencias

que el citado autor quiere inferir. Partiendo del criterio

metodológico, según el cual, la clasificación de las ciencias

jurídicas debe responder a la finalidad de permitir la

determinación de las normas que han de aplicarse a las

singulares especies (único criterio aceptable) es indudable

que, para determinar la naturaleza de un contrato, no es lícito

acudir, sin más, al tipo regulado en la ley, sino que debe

tenerse en cuenta el contenido que efectivamente le atribuyen

las partes, mediante la inserción de elementos accidentales

dotados de relieve y eficacia similar a la que poseen los

elementos esenciales del tipo. Por tanto, las afirmaciones de

MESSINEO, no bastan para sostener la tesis que niega que el

mandato oneroso pertenezca a la categoría de los contratos

bilaterales; su inclusión en la citada categoría, es indudable,


a nuestro modesto entender."211

Recapitulando :

Podemos señalar que las principales características del

mandato en el código civil italiano, son las siguientes :

- La prestación del mandatario, consiste únicamente en la

realización de actos jurídicos por cuenta del mandante.

- El contrato de mandato, es " indiferente " respecto a su

condición de oneroso o gratuito; pueden presentarse una u otra

condición.

- Se presume la onerosidad del mandato, con lo cual se

recoge lo que generalmente ocurre en la vida cotidiana. No se

apega a la noción romana de la gratuidad del mandato, como lo

hace el BGB.

- En caso se pactarse una retribución por la actividad del

mandatario, ésta tiene el carácter de contraprestación por el

encargo que se realiza. Así, el mandato se constituiría como un

contrato de prestaciones recíprocas, y por ende le son

aplicables; los "remedios" de dichos contratos.

- El mandato es un contrato que genera obligaciones a

cargo de las partes; es una relación base, que puede ser

acompañada de la relación de procura o apoderamiento; la cual

sólo autoriza al mandatario a actuar en nombre de su

poderdante. Ambas son dos relaciones autónomas, con orígenes

distintos.

Respecto a la relación que guardan entre sí los contratos

de mandato y comisión; señalaremos que en el codigo civil

italiano, se establece una relación de género (mandato) a

211
MINERVINI : 1959 p. 58-59.
especie (comisión).

La comisión es definida en el artículo 1731 del siguiente

modo :

" El contrato de comisión es un mandato que tiene por

objeto la adquisición o la venta de bienes por cuenta del

comitente y en nombre del comisionista."

Según MESSINEO, (opinión que respetuosamente no

compartimos) está plenamente determinada, la autonomía jurídica

de dichos contratos, en " tanto los mismos constituyen figuras

cualificadas de mandato, habida consideración al contenido

específico (negocios de adquisición o de venta; negocios de

transporte), de los cuales el comisionista y, respectivamnete,

el expedicionista son encargados, en comparación con los

genéricos "actos jurídicos", de los cuales trata el artíulo

1703, a propósito del encargo confiado al mandatario."212

Asumiendo la posición contraria BARBERO señala que tanto

la comisión (mandato que tiene por objeto la adquisición o

venta de bienes) y la expedición (mandato que tiene por objeto

la conclusión de un contrato de transporte y el cumplimiento de

ls operaciones accesorias), son sub-especies del mandato


213
definido en el artículo 1703.

Consideramos que ésta es la posición más coherente, en

tanto el hecho que se concerte una comisión o expedición para

la conclusión de un determinado tipo de acto jurídico, venta,

transporte; de por sí, no altera la naturaleza de dicho

contrato ni lo contrapone de modo claro y distinto respecto del

212
MESSINEO : 1971 tomo VI p. 55
213
BARBERO : 1967 p. 233
contrato de mandato que persigue la realización de todo tipo de

actos jurídicos; en todo caso, se trata como acertadamente lo

señala BARBERO de sub-especies, pero no de contratos de

diferente naturaleza.

Consideramos que la legislación italiana, en este punto

ejemplifica una regulación dual del mandato (mandato civil y

mercantil) y sobre la cual, sus comentaristas no encuentran

sustento a dicho tratamiento por separado, salvo el apego

tradicional a la dualidad civil y mercantil, así, MINERVINI

critica, esta separación expresando : " La comisión, que en el

proyecto de código de comercio de ASQUINI de 1940 era

considerada como un mandato mercantil para la conclusión de

negocios en nombre del comisionista, vió eliminado el elemento

cualificador de comercialidad, por la deliberada unificacion de

dos disciplinas civil y mercantil, de los contratos, resultante

de la negación de autonomía a la materia comercial. Pero los

redactores del código, no quisieron eliminar la categoría, el

nomen de la comisión y desenfadadamente sustituyeron el

elemento cualificador mercantil, por el constituido por la

limitación a la compraventa de los contratos objeto de la

comisión. Ahora bien, las normas establecidas para regir el

renovado instituto de la comisión, fueron cabalmente todas las

delineadas en el código de comercio (proyecto ASQUINI de 1940)

las que se adscribieron al contrato de comisión, sin

preocupación alguna de coordinarlas con la disciplina genérica

del mandato; otras -no obstante su emplazamiento- expresan

principios de alcance general a todo contrato de mandato, sea

cual sea su objeto y las poquísimas de naturaleza


verdaderamente excepcional respecto de la disciplina del

mandato, no responden a las exigencias postuladas por la

peculiaridad del subtipo, sino a un supuesto -y en la

actualidad inexistente- carácter mercantil de la institución.

Realmente puede afirmarse que la sistematización de la

materia en cuestión, no es un modelo de técnica legislativa."214

MINERVINI, señala que existe una división tripartita del

mandato ; así tendríamos :

1) El mandato civil.

2) La comisión simple.

3) La comisión de transporte o expedición.

La distinción que la normativa italiana establece entre

las mencionadas figuras contractuales, se basa en dos aspectos:

a) El tipo de negocio gestorio encomendado.

b) Modalidad de actuación del mandatario, necesariamente a


215
nombre propio en la comisión ordinaria y en la de transporte.

Como se puede observar, no se establece diferencias

sustanciales entre las tres modalidades de mandato.

En la exposición de motivos del código italiano; se

fundamenta la separación por " la tradición y la práctica, que

siempre han referido la comisión esencialmente a los negocios

de compraventa; por otra parte la otra forma de comisión que se

aplica a los transportes, viene disciplinada separadamente bajo

el nombre de expedición."216

Todos esos contratos, tienen en común en que colaboran en

214
MINERVINI : 1959 p. 450
215
MINERVINI : 1959 p. 24
216
citado por SCAEVOLA QUINTUS : 1957 p. 46.
la realización de actos jurídicos ajenos o por cuenta del

mandante.

Los diferentes modos de colaboración, ya se realicen con o

sin representación o cuando el encargo consista en una

compraventa o en un contrato de transporte, no representan

diferencias de contenido o naturaleza ya que siempre se estará

prestando un servicio por cuenta de otra persona.


C.3 EN EL CODIGO SUIZO DE LAS OBLIGACIONES DE 1881 :

Como señalaramos en la primera sección de nuestro trabajo,

el Código Civil Suizo incluye en su estructura al código

federal de las obligaciones, el cual regula de modo unificado

los contratos civiles y mercantiles.

Sin embargo, tal cuerpo de normas separa los contratos de

mandato y de comisión.

El contrato de mandato está definido en el artículo 394

del código federal suizo de las obligaciones; cuya traducción

realizamos :

" El mandato es un contrato por el cual el mandatario se

obliga de acuerdo a los términos de la convención, a gestionar

el negocio que se le encargó o realizar los servicios que ha

prometido.

Una remuneración es debida al mandatario, si la convención


217
o el uso se la asegura."

El contrato de comisión, también está definido en dicho

cuerpo legal en el artículo 425 :

" El comisionista en materia de venta o compra es aquél

que se encarga de actuar en su propio nombre, pero por cuenta

de su comitente, la venta o compra de bienes muebles o títulos

valores, con un Derecho de comisión (provisión).218


217
Artículo 394 del código Federal suizo de las obligaciones
:
" Le mandat est un contrat par lequel le mandataire
s'oblige, dans les termes de la convention, a gérer l'affaire
dont il est chargé ou a rendre les services qu'il a promis.
Une rémunération est due au mandataire si la convention ou
l'usage lui en assure une."
218
Artículo 425 :
" Le commissionnaire en matiere de vente ou d'achat est
celui qui se charge d'opérer en son propre nom, mais pour le
Las reglas del mandato son aplicables al contrato de

comisión salvo las derogaciones resultantes del presente

título."

Podemos deducir los elementos principales que caracterizan

al mandato en el sistema Suizo :

1) El mandato tiene como objeto, la obligación de realizar

negocios jurídicos por cuenta del mandante y además la

prestación de servicios en general. El contenido de las

prestaciones del mandatario tienen un amplio espectro pudiendo

ser tanto de hecho como de Derecho, así el encargo puede

consistir en realizar actos jurídicos o simplemente actos

materiales.

2) En el mandato, puede o no existir onerosidad.

La comisión tiene como caracteristicas básicas, de acuerdo

a la definición citada :

1) Sólo se puede tener como objeto la conclusión de los

negocios de venta y compra de bienes muebles y títulos valores.

2) El comitente deberá actuar por cuenta de su mandante, y

además en su nombre necesariamente. (comisión representativa)

La distinción se establece de modo formal y no sustancial,

puesto que no se contraponen dos contratos con naturaleza

diferente sino cada uno es calificado de acuerdo al tipo de

obligación que tiene como objeto; así, el mandato tendrá como

objeto todo tipo de obligaciones incluyendo la obligación de

prestar servicios, mientras que la comisión sólo podrá ser

compte du commettant, la vente o l'achat des choses mobilieres


ou de papiers-valeurs, moyennant un droit de commission
(provision).
Les regles du mandat sont applicables au contrat de
commission sauf les dérogations résultant du present titre."
utilizada para la conclusión de negocios de compra y venta.

Como se observa, los negocios que se le asignan a la

comisión son especies del género negocios jurídicos los cuales

son objeto del mandato y no ostentan distintas cualidades.

Por la remisión que hace el citado artículo 425 del código

Suizo de las obligaciones, percatamos que la comisión, como

ocurre en todas las legislaciones analizadas en nuestro

trabajo, constituye una especie o modalidad del mandato ya que

le son aplicables las reglas del mandato, salvo las excepciones

planteadas en dicho título.


II.3 ESTRUCTURA DEL MANDATO EN EL CODIGO CIVIL DE 1984 Y DE LA

COMISION EN EL CODIGO DE COMERCIO DE 1902 :

En esta parte de nuestro trabajo, pretendemos realizar una

comparación entre el mandato y la comisión en base a los

distintos elementos que encontramos en dichos contratos.

En tal sentido, estudiamos sus estructuras en base a la

normativa del código civil y de comercio.

Entendemos que comparar es como lo define DUVERGER

examinar simultáneamente las semejanzas y diferencias; ya que

no se pueden comparar dos cosas idénticas ni dos cosas

absolutamente diferentes.219

El mandato y la comisión, tal como están concebidos en

nuestra legislación poseen ciertos puntos en común, pero son

positivamente diferenciados; en base a ello los comparamos. Sin

embargo, al examinar las "diferencias" existentes, nos

percataremos que son artificiales sin sustento suficiente para

configurar dos instituciones jurídicas contrapuestas

conceptualmente. Mandato y comisión, tienen una misma finalidad

: colaborar en la realización de actos jurídicos ajenos. Es por

ello que un tratamiento único de ambas instituciones, sería de

gran utilidad.

Respecto de la clásica noción de elementos esenciales,


220
naturales y accidentales de un determinado contrato;
219
DUVERGER : 1974 p. 412
220
CASTRO Y BRAVO : 1985 p. 54 la define del siguiente
modo : " Se entiende esenciales los elementos o requisitos sin
los cuales el negocio no puede existir (por ej. precio y cosa
determinada, en la compraventa); por naturales, los elementos
que normalmente acompañan al negocio, por ser los propios de su
naturaleza (...); y por accidentales, los que se añaden a los
anteriores voluntariamente por las partes (de los que se
considerada indudable por más de un siglo; debe tomarse en

cuenta el comentario de CASTRO Y BRAVO; sobre su actual


221
abandono.

Nosotros optamos, por señalar todos los componentes del

mandato y la comisión, sin prejuzgar sobre su relevancia; la

cual será establecida conforme los desarrollemos.

Nuestro análisis, más que exegético de la normatividad

civil-mercantil; tiene el propósito de poner en evidencia las

similitudes normativas entre la comisión y el mandato.

mencionan generalmente "dies","conditio" y "modus", pero en los


que se comprenden también cualquier "adminículo" o claúsula
especial establecida."
221
CASTRO Y BRAVO : 1985 p. 54 indica al respecto que :
" La doctrina que ya mostraba sus reservas respecto de la
clasificación, hoy en general la critica y abandona. Con razón
se ha senalado su incorrección lógica, ya que para grupo se
utiliza distinto criterio . Los elementos esenciales no se
refieren siquiera a los del negocio en general, sino a los de
cada tipo (segun su causa) de negocio; los llamados elementos
naturales no son elementos o requisitos, sino que consisten en
los efectos atribuidos por las leyes o normas dispositivas; en
fin los accidentales, que ya son elementos (esenciales también
para su eficacia) no del negocio en general, sino de cada
negocio en concreto."
222
A) GRATUIDAD Y ONEROSIDAD EN EL MANDATO Y LA COMISION :

Bajo este epígrafe, estudiaremos dos puntos :

1) La onerosidad no es elemento indispensable ni del

mandato ni de la comisión; ambos contratos son indiferentes a

la onerosidad; la onerosidad puede o no estar presente en

ambos.

2) Por el modo como se determina la retribución, (cuando

falta pacto expreso) tanto para el mandato como para la

comisión, no se puede diferenciar conceptualmente ambos

contratos.

Los cuales desarrollamos a continuación :

A.1) La onerosidad no es elemento indispensable ni del

mandato ni de la comisión; ambos contratos son indiferentes a

la onerosidad; la onerosidad puede o no estar presente en

ambos.

Nuestro código civil establece la presunción de onerosidad

222
Entendemos de acuerdo a lo establecido por el doctor DE
LA PUENTE que un contrato oneroso es : "aquél en que cada una
de las partes tiene a su cargo una prestación (que puede ser a
favor de la otra o de un tercero), de tal manera que, en
realidad, a la prestación de una parte corresponde una
contraprestación de la otra. En el contrato gratuito, en
cambio, sólo una de las partes se obliga a ejecutar una
prestación, sin derecho a una contraprestación.". Para evitar
la confusión entre los contratos gratuitos y los onerosos con
los unilaterales y bilaterales, el mismo autor opina que : "el
criterio válido para establecer la disparidad entre los dos
grupos es la reciprocidad, que juega un rol determinante en los
contratos unilaterales y bilaterales y no así en los contratos
gratuitos y onerosos. El uso de la prestación en vez de ventaja
para determinar la naturaleza de los contratos gratuitos y
onerosos no atenta contra la esencia de estos contratos.
del mandato en su artículo 1791 cuyo texto es el siguiente :

"Artículo 1791 : El mandato se presume oneroso.

Si el monto de la retribución no ha sido pactado, se fija sobre

la base de las tarifas del oficio o profesión del mandatario; a

falta de éstas, por los usos; y, a falta de unas y otros, por

el juez."

Y es explícito al establecer el pago de la retribución

acordada al mandatario en su artículo 1796, inc. 2.

"El mandante está obligado frente al mandatario: (...)

Inciso 2: A pagarle la retribución que le corresponda y a

hacerle provisión de ella según los usos."

Nuestro código de comercio, se refiere a la retribución,

porcentaje o comisión que se otorga al comisionista en su

artículo 271 que a continuación transcribimos :

" Artículo 271 : El comitente estará obligado a abonar al

comisionista el premio de la comisión, salvo pacto en

contrario.

Faltando pacto expresivo de la cuota, se fijará ésta con

arreglo al uso y práctica mercantil de la plaza donde se

cumpliere la comisión."

Como se observa, encontramos una retribución, tanto en la

comisión, como en el mandato.

Al referirnos al código civil Italiano de 1942 y a la

presunción de onerosidad que el mismo establece, en su artículo

1790; señalamos la lógica de dicha presunción, que puede

asimismo, ser aplicada a nuestro código civil.

Dicha presunción de onerosidad, atendía a que dicho cuerpo

legal, unificador de obligaciones civiles y mercantiles busca


proteger el tráfico moderno, recogiendo lo que en la práctica

es cotidiano, es decir, la inmensa mayoría de mandatos que se

celebraban, incluían una claúsula donde se establecía una

retribución al mandatario, en contraprestación por la actividad

que éste se comprometía a realizar.

Actualmente, ya no se celebra el mandato únicamente con un

basamento amical, tal como ocurrió inicialmente en Roma y como

lo establece contemporáneamente el BGB. En el caso del BGB

legislar al mandato, como esencialmente gratuito, provoca que


223
este contrato sea poco utilizado.

Nuestro anterior código civil de 1936, establecía la

presunción de gratuidad del mandato, desligándose de la regla

general. Así, lo señalaba su artículo 1635 : " El mandato se

presume gratuito, a falta de estipulación en contrario.

Empero, si el mandatario tiene por ocupación el desempeño de

servicios de la clase a que se refiere el mandato, se supone la

obligación de retribuirlo."

SANCHEZ URITE critica el tránsito del mandato gratuito

romano al mandato oneroso; que se realiza en las legislaciones,

porque ésta no se hace de modo coherente. Así, la economía del

contrato de mandato en Roma, sufrió un profundo cambio con la

aparición del código civil francés de 1804, el cual permitía

pactar una retribución para el mandatario en su artículo 1986

(224) dicha transformación, se hizo sin adecuar el resto de la

legislación al nuevo y fundamental cambio que se le hacía. Se

223
SANCHEZ URITE : 1986 p. 286 y ss.
224
Artículo 1986 del código civil francés :
" El mandato es gratuito si no hay convención en
contrario."
mantuvieron como en Roma, las obligaciones del mandante y del

mandatario, las causas de cesación del mismo, etc.; pero tal

estructura no podía jugar de la misma manera, cuando se le

había quitado uno de sus caracteres fundamentales; la


225
gratuidad.

La gratuidad del mandato, pasa a ser la excepción mientras

que la onerosidad se considera hoy la regla general.

Nuestro código civil, no expresa una unificación del

Derecho privado de la envergadura que encontramos en su

homólogo italiano; sin embargo, establece la presunción de

onerosidad en el mandato, recogiendo un dato de la realidad a

la cual en ultima instancia están subordinadas las normas.

Los mandatarios actuales, constituyen verdaderos gestores

profesionales (en la mayoría de casos), estando habituados a

tales labores (realizar actos jurídicos por cuenta ajena) y en

virtud a dicha profesionalidad y experiencia, cobran una

retribución.

La existencia de esa profesionalidad en los mandatarios

actuales, a diferencias de aquellos amigos romanos que

realizaban los encargos gratuitamente permite señalar que la

tradicional confianza o carácter intuito personae del mandato,

ha sufrido transformaciones.

Con ello, no queremos decir que ya no consideremos al

mandato como un contrato de confianza, sino que ésta ya no se

afinca en la amistad entre mandante y mandatario y más bien en

la experiencia, reputación, buen nombre o prestigio del

mandatario. Habrá sin duda excepciones a lo antes dicho,

225
SANCHEZ URITE : 1986 p. 259, 260.
pudiendo el mandante elegir a su mandatario, por vínculos

amicales y sin pactarse una retribución.

En el caso del mandato mercantil o comisión este contrato

lógicamente se apoya en la onerosidad; el comisionista es

retribuído, generalmente con un porcentaje que aplica sobre el

monto de lo que compre o venda (ésta es otra acepción del

término "comisión" no sólo es un contrato, sino tambien una

forma de retribuir).

Sin embargo, tal planteamiento no es absoluto ya que

existe el supuesto en el que un comisionista, no perciba su

porcentaje o retribución, una vez realizado el encargo. Por

ejemplo; si al celebrar el contrato, renuncia a su retribución,

o no lucra en dicha operación, por promocionarse y obtener

clientela futura, es lógico que el comerciante tenga ánimo de

lucro pero la ley no lo obliga a siempre obtener ganancia.

El código de comercio colombiano, es explícito, al

respecto y señala en su artículo 333 el cual define a la

comisión que éste es : " Un contrato, por el cual una persona

encarga la ejecución de uno o más negocios lícitos de comercio

a otra, que se obliga a administrarlos gratuitamente o mediante


226
una retribución y a dar cuenta de su desempeño."

El que tenga o no ganancia, no altera que haya realizado

un encargo por cuenta ajena así, tanto para el mandato civil

como para el mercantil, la onerosidad o gratuidad no pueden

establecerse como punto de discrepancia entre dichos contratos.

Al contemplar el Código Civil la presunción de onerosidad para

el mandato (artículo 1791) y al establecer el código de

226
ESTEFAN : 1962 p. 13
comercio, la retribución o porcentaje para el comisionista,

salvo pacto en contrario (artículo 271); es factible en primer

lugar, la presencia de retribución por el cumplimiento del

encargo y en segundo lugar, también es posible su ausencia.

Ninguno de ambos códigos, estipula a la retribución como

esencial para que estemos ante un mandato o ante una comisión.

Es pertinente citar a MINERVINI, el cual define la

indiferencia del mandato a la onerosidad en el mandato italiano

" Tal indiferencia significa la admisibilidad tanto de una

causa onerosa del mandato, como de una causa gratuita pero no


227
que sea irrelevante la presencia de una u otra causa."

La onerosidad presunta coadyuva a plantear la unificación

del mandato con la comisión, representando un punto en común;

dicha presunción tradicionalmente se afincaba dentro de lo

mercantil y ahora también se presenta en la disciplina civil.

No debe confundirse la onerosidad del mandato y la

comisión, la cual se funda en la ventaja económica que reciben

las partes; con la entrega de los medios necesarios para el

cumplimiento del encargo, los cuales en muchas ocasiones

consisten en dinero; por ejemplo en un mandato para comprar.

Sobre este punto, tanto el Código Civil como el Mercantil

plantean respuestas similares.

Así, sobre la entrega de las anticipaciones o provisiones

que sean necesarias para el cumplimiento del encargo: nuestro

código civil la desarrolla como una de las obligaciones del

mandante en su artículo 1796:

Artículo 1796: El mandante está obligado frente al

227
MINERVINI : 1959 p. 59
mandatario:

1: A facilitarle los medios necesarios para la ejecución del

mandato y para el cumplimiento de las obligaciones que a tal

fin haya contraído, salvo pacto distinto.

Las denominadas "anticipaciones" o "provisión de fondos",

constituyen aquellas sumas de dinero (por lo general, aunque

pueden ser bienes) que se dan al mandatario para que proceda a


228
la ejecución del encargo, tal como lo señala CARDENAS QUIROZ.

Debe observarse que las denominaciones antes señaladas,

son las mismas expresamente empleadas en nuestro Código de

Comercio, con lo cual que se pone de relieve el vínculo entre

ambas legislaciones.

Nuestro Código de Comercio es más explícito que su

contraparte civil, ubicándose en los supuestos en que dichas

anticipaciones deban ser entregadas por el comitente y en el

caso en que las mismas son asumidas por el comisionista.

Dichos artículos son los siguientes :

" Artículo 243 : No será obligatorio el desempeño de las

comisiones que exijan provisión de fondos, aunque se haya

aceptado, mientras el comitente no ponga a disposición del

comisionista la suma necesaria al efecto.

Asimismo, podrá el comisionista suspender las diligencias

propias de su encargo, cuando, habiendo invertido las sumas

recibidas, el comitente rehusare la remisión de nuevos fondos

que aquél le pidiere.

Artículo 244 : Pactada la anticipación de fondos para el

desempeño de la comisión, el comisionista estará obligado a

228
CARDENAS QUIROZ : 1985 p. 500
suplirlos, excepto en el caso de suspensión de pagos o quiebra

del comitente."

La norma mercantil, más que diferir de la civil en estos

supuestos; los explicita, permitiendo que el desempeño del

comitente y del comisionista esté regulado lo más completamente

posible.

A.2) Por el modo como se determina la retribución, (cuando

falta pacto expreso) tanto para el mandato como para la

comisión, no se puede diferenciar conceptualmente ambos

contratos.

Lo que si parecería ser distinto es el mecanismo de pago

del monto de dicha retribución, cuando no se haya pactado

expresamente; tal como se establece en los artículos siguientes

"Artículo 1791 del Código Civil : El mandato se presume

oneroso.

Si el monto de la retribución no ha sido pactado, se fija sobre

la base de las tarifas del oficio o profesión del mandatario; a

falta de éstas, por los usos; y, a falta de unas y otros, por

el juez."

" Artículo 271 del Código de Comercio : El comitente

estará obligado a abonar al comisionista el premio de la

comisión, salvo pacto en contrario.

Faltando pacto expresivo de la cuota, se fijará ésta con

arreglo al uso y práctica mercantil de la plaza donde se

cumpliere la comisión."

Mientras que para el Código Civil la prelación para


determinar cúanto pagarle al mandatario es la siguiente :

1) Lo pactado expresamente.

2) Las tarifas del oficio o profesión del mandatario.

3) Los usos.

4) Determinación por el juez, a falta de 2) ó 3).

La prelación establecida en nuestra ley mercantil, es :

1) Lo pactado expresamente.

2) De acuerdo al uso y práctica mercantil, del lugar donde

se desempeñe la comisión. Como es lógico a falta de los usos,

las partes acudirán a que un juez determine la retribución.

En ambos casos, se observa el común elemento de la

costumbre delegada, la ley se apoya en los usos tanto para el

caso del mandato como en el de la comisión, con el propósito de

llegar a resolver la discrepancia.

El elemento dispar, estaría constituido por la remisión

que el Código Civil hace a "las tarifas del oficio o profesión

del mandatario"; las cuales no son consideradas por la ley

mercantil.

Estas tarifas, es lógico que sean las señaladas por los

respectivos gremios (un sólo profesional o comerciante no puede

señalar los precios a cobrar por todos); los cuales

establecerán una tabla de honorarios mínimos o porcentajes, tal

como lo hace el Colegio de Abogados y otros colegios

profesionales.

A manera de ejemplo podemos señalar una asociación de

martilleros o subastadores, una agrupación de vendedores de

diarios y revistas, los cuales establecen un porcentaje de

comisión, por cumplir el encargo de vender publicaciones, las


asociaciones de consignatarios o comisionistas en la venta de

autos, o de obras de arte, asociación de galerías, las cuales

establecen porcentajes de ganancia, por las obras que se les

encargan vender, etc.

Consideramos, que la referencia del código civil a dichas

tarifas del oficio o profesión del mandatario, nos permite

realizar las siguientes afirmaciones :

- El código civil, está reconociendo la presencia de

mandatarios "profesionales" habituales en dichas tares y que

cobran por ello. Se adecúa a lo que efectivamente ocurre en la

realidad que regula, en donde son la excepción los mandatos

gratuitos mientras que los onerosos constituyen la regla.

- El hecho de que el código de comercio, no recurra a las

tarifas del oficio o profesión del mandatario, no establece una

separación sustantiva entre ambas legislaciones.

- El código civil al hacerlo reconoce la presencia y

gravitación de asociaciones y gremios profesionales, muchos de

ellos inexistentes durante la dación del Código de Comercio de

1902.

- En ambos casos la comisión y el mandato constituyen

contratos que cooperan en la realización de actos jurídicos por

cuenta del mandante o comitente.

- El modo de establecer la retribución, no afecta la

identidad conceptual entre el mandato y la comisión.

- La referencia en el código civil a "las tarifas del

oficio o profesión del mandatario"; es un ejemplo de la llamada

"generalización" del Derecho Mercantil; tradicionalmente el

código Mercantil sería el más indicado en hacer referencia a


las tarifas profesionales de los mandatarios (serían

comerciantes de servicios) pero al hacerlo el código civil, se

reconoce que es un asunto sin ninguna característica especial

que lo haga ser propio del ámbito mercantil y más bien es un

asunto general o común para la sociedad en general.


B) OBJETO :

EL OBJETO DE LOS CONTRATOS DE MANDATO Y DE COMISION

CONSISTE EN LA OBLIGACION DE REALIZAR ACTOS JURIDICOS POR


229
CUENTA E INTERES DE SU MANDANTE :

Conviene antes de abordar esta temática enunciar los

conceptos de obligación, prestación y el contenido de dichas

nociones.

Consideramos, en concordancia con lo señalado por DE LA

PUENTE que : " Debe considerarse como obligación a la relación

jurídica (algunos prefieren la expresión "vínculo jurídico"

para destacar mejor la diferencia entre el Derecho de

obligaciones y los demás Derechos patrimoniales) establecida

229
Estimamos conveniente realizar una atingencia respecto al
uso de los términos acto y negocio jurídico que utilizamos
indistintamente a lo largo de nuestro trabajo, sobretodo en el
presente acápite.
Ambas nociones, son separadas conceptualmente por la
doctrina tanto nacional como extranjera, generándo diversidad
de opiniones, así CASTRO Y BRAVO en su obra EL NEGOCIO
JURIDICO, indica p. 23 que " se ha preguntado si la figura del
negocio jurídico es uno de los grandes descubrimientos de la
ciencia jurídica o si, por el contrario, es más bien una
aberración. (...) La respuesta puede ser la de uno cualquiera
de los cuernos del dilema, según y respecto en qué ordenamiento
y cómo se utilice el concepto."
Nuestro código civil, aparentemente muestra respeto por la
tradicional denominación; "acto jurídico" y no la reemplaza por
la de negocio jurídico.
Por cuanto nuestro trabajo, sencillamente se limita al
estudio de dos tipos contractuales y no intenta en ningún
momento, sumergirse en la temática amplia y no por ello menos
interesante de la naturaleza y concepto del negocio jurídico,
no profundizamos al respecto ya que excederíamos los linderos
de nuestra investigación.
entre dos o más personas, en virtud de la cual una o varias de

ellas -el deudor o deudores- quedan sujetas al deber de

entregar a la otra -el acreedor o los acreedores- una

prestación".

También sostiene dicho autor, de conformidad con VODANOVIC

que la prestación es el " comportamiento o conducta que, en

interés del acreedor, debe observar el deudor (...). En tal


230
sentido puede consistir en dar, en hacer o en un no hacer."

En consecuencia, " en una obligación de dar una cosa, el

contenido de la obligación sería la actividad del sujeto de dar

y el objeto de la prestación sería la cosa que el deudor debe

dar."

MORALES resume las observaciones del doctor DE LA PUENTE

indicando : " un contrato crea una relación llamada obligación,

la cual tiene como contenido una actividad o conducta llamada

prestación que puede ser de dar, hacer, o de no hacer.

Asimismo, la prestación tiene un objeto que por ejemplo en el

caso de las prestaciones de dar sería la cosa que el deudor

debe dar."231

CARDENAS QUIROZ, lo grafica de la siguiente manera : " el

código civil de 1984 distingue lo que muchas veces ha sido

motivo de confusión y separa adecuadamente el objeto del

contrato, el contenido de la obligación y el objeto de las

prestaciones, según sean de dar, hacer o no hacer. En la

compraventa, el objeto de ella es la creación de una

obligación, que para el vendedor es la trasmisión de la

230
DE LA PUENTE : 1983 p. 486, 487.
231
MORALES : 1990 p. 194.
propiedad del bien que vende, y para el comprador, el pago del

precio convenido. El contenido de la obligación, a su vez, es

una prestación de dar. Y el objeto de ésta última está

representada por el bien materia del contrato y la suma de

dinero que se abona respectivamente. La fórmula adoptada es,

pues, doctrinariamente sólida y prácticamente conveniente."232

Partiendo de dichas premisas, estimamos que nuestro Código

Civil vigente establece en su artículo 1790, como objeto del

contrato de mandato únicamente la obligación de realizar actos

jurídicos, dicho artículo es explícito : " el mandatario se

obliga a realizar uno o más actos jurídicos".

Nuestro Código de Comercio, es menos claro y correcto al

respecto señalando en su artículo 237 que la comisión tiene

"por objeto un acto u operación de comercio".

Concordando dicho artículo con la noción de objeto del

contrato establecida en el artículo 1402 de nuestro Código

Civil (233) válida para todos los contratos de Derecho privado,

consideramos que lo adecuado será decir que el objeto del

contrato de comisión es la obligación de realizar actos

jurídicos mercantiles o de comercio - por cuenta e interés de

su comitente -; pero no que el objeto sea acto u operación de

comercio.

De tal manera, una vez celebrado el contrato el mandatario

estará obligado a realizar actos jurídicos (objeto del mandato)

y en virtud a ello, ejecutará una prestación de hacer

(contenido de la obligación).
232
CARDENAS QUIROZ : 1987 p. 156 y 157.
233
Artículo 1402 Código Civil 1984 : El objeto del contrato
consiste en crear, regular, modificar o extinguir obligaciones.
Con el propósito de graficar la exposición que

realizaremos, un esquema será útil.

OBJETO DEL CONTRATO ------------> LA OBLIGACION DE

DE MANDATO. REALIZAR ACTOS

JURIDICOS POR

CUENTA Y EN INTE-

RES DEL MANDANTE.

DICHA OBLIGACION DEBERA SER LICITA.

CONTENIDO U OBJETO

DE LA OBLIGACION. --------------> PRESTACIONES

DE HACER UN

SERVICIO Y

LA PRESTACION

DE DAR UNA

RETRIBUCION

(SI ES UN MANDATO ONEROSO Y DE PRESTACIONES RECIPROCAS).

DICHAS PRESTACIONES DEBERAN SER POSIBLES : FISICA O

JURIDICAMENTE.

En concordancia con el artículo 1402 y 1403, la obligación

(objeto del contrato) deberá ser lícita. Ya que si es

contraria al orden público o a las buenas costumbres y en

general, a las normas imperativas, sería ilícita (contraria a

la ley) y se produciría su invalidez a tenor de los artículos;

V, 140 y 219 del Código Civil.

MOSSET citado por CARDENAS QUIROZ señala que el género del


contrato ilícito abarca tres especies diferentes : a) el

contrato ilegal o contrario a normas imperativas, b) el

contrato prohibido o contrario al orden público y c) el

contrato inmoral, o contrario a las buenas costumbres.234

El mandatario, no podría obligarse a comprar cocaína por

ejemplo, por cuanto el tráfico de dicha sustancia es ilícito.

La prestación de hacer a cargo del mandatario, (el

servicio) asimismo, sólo puede ser posibles o imposibles desde

el doble punto de vista físico o jurídico.

HEDEMANN piensa que sobre la imposibilidad de la


235
prestación existen dos conceptos; uno lógico y otro jurídico.

El concepto lógico de imposibilidad; no habla de

imposibilidad en tanto alguien puede cumplir la prestación de

cualquier modo que sea, incluso con desproporcionados

sacrificios. Cita el ejemplo de que es posible transportar

mercaderías sobre el río Elba totalmente congelado, con un

barco rompehielos y aunque su costo sea elevadísimo.

El concepto jurídico de imposibilidad; es más flexible y

conduce a la interpretación del acto oponiendo a la valoración

lógica; la razón práctica. Equipara la imposibilidad a la no

exibilidad de otra conducta. No se le puede exigir al deudor un

esfuerzo superior al correspondiente a la obligación.

Jurídicamente la prestación es imposible, porque según el

contenido del contrato sólo se puede exigir al deudor un

esfuerzo hasta un límite razonable. Dentro de una línea de la

buena fe.

234
CARDENAS QUIROZ : 1987 p. 159
235
HEDEMANN : 1958 p.168-169.
La imposibilidad jurídica, se subdivide asimismo en :

a) Imposibilidad jurídica en sentido estricto : Es cuando

existe una prohibición legal, por ejemplo se prohíbe exportar

determinados objetos; piezas arqueológicas (huacos) o importar

otros como :productos dañinos contra la salud o medio ambiente,

etc.

b) Imposibilidad jurídica como no exibilidad económica :

Al deudor no se le puede exigir un sacrificio material o

económico demasiado elevado. Por ejemplo el navegar por un río

congelado. Es difícil delimitar dicho sacrificio económico;

deberá hacerse para el caso concreto. Si para el obligado a

ejecutar la prestación, cumplirla le significase su exterminio

económico o ponerlo al borde de la ruina, entonces no se le

puede exigir dicha prestación.

Así, a un mandatario no podrá encargársele realizar el

servicio, de adquirir una rueda cuadrada, la cual es

inexistente. La imposibilidad física debe ser objetiva o

absoluta, al decir de LOHMANN, lo cual consistiría que no puede

ser salvada por nadie.236

En otra parte de su trabajo, este autor señala que la

imposibilidad física se refiere tanto a bienes como a

conductas. La imposibilidad física de los bienes se centra en

un existir o [no] existir y la de las conductas en poder

comportarse de un modo determinado. Por eso, la imposibilidad

respecto de los bienes puede mirar hacia atrás (venta de una

cosa desaparecida o destruida); pero la imposibilidad de la

conducta siempre apunta hacia el futuro, como un deber (caminar

236
LOHMANN : 1986 p. 397
sobre el agua, sólo con los pies).237

Tampoco cabría, que se realice un servicio imposible

jurídicamente; es decir, que el mandatario realice la

prestación de comprar por cuenta del mandante, por ejemplo, las

ruinas de Machu Picchu, las cuales son un patrimonio de la

nación y está fuera del comercio de los particulares.

Para PLANIOL, el mandato se ha especializado en la

ejecución de actos por cuenta ajena, de tal manera que la idea

de mandato ha llegado a ser inseparable de la idea de acto

jurídico.238

Precisamente, al referirse el objeto del mandato

únicamente a la obligación de realizar actos jurídicos, podemos

distinguirlo de otros contratos de prestación de servicios;

como ocurre respecto de la locación de servicios; definida por

el Código Civil; en el artículo 1764: " Por la locación de

servicios el locador se obliga, sin estar subordinado al

comitente, a prestarle sus servicios por cierto tiempo o para

un trabajo determinado, a cambio de una retribución." O con el

contrato de obra, definido en el artículo 1771 : " Por el

contrato de obra el contratista se obliga a hacer una obra

determinada y el comitente a pagarle una retribución."

ALBALADEJO, citado por CASTRO indica que : el mandato sólo

puede tener por ebjeto la celebración de actos jurídicos. Allí

es donde se diferencia del arrendamiento de servicios en que el

arrendador se obliga a la realización de un trabajo (material o

intelectual) o de una obra; es decir que puede por objeto la

237
LOHMANN : 1986 p. 63
238
citado por STITCHKIN : 1975 p. 43
prestación del trabajo o de la obra. El obrero o el empleado

trabaja para quien los contrató; el mandatario obra

jurídicamente (celebra contratos, hace pagos y cobros) por

cuenta del mandante.239

En el caso de la comisión, se tendrá como objeto de dicho

contrato también la obligación de realizar actos jurídicos,

pero una especie de ellos; de acuerdo al artículo 237 del

código de comercio, estos deben ser actos jurídicos mercantiles

o de comercio.

Pero debe recordarse que los clásicos actos de comercio,

como la compraventa mercantil, la permuta mercantil, el

depósito mercantil, la fianza o afianzamiento mercantil y el

mutuo mercantil; ya no existen en nuestra legislación porque el

artículo 2112 del Código Civil los unificó, es decir se han

vuelto comunes, civiles.

Así, apegándonos al Código de Comercio de manera literal,

no habrían actos de comercio que pueda el comisionista

obligarse a realizar por cuenta de su comitente. Y lo que es

más grave; por sus antecedentes el contrato de comisión está

estructurado para cooperar en la realización de negocios de

compraventa mercantil preferentemente. Y ahora ya no lo puede

hacer (ya que este contrato mercantil, no existe). Los

comerciantes encargaban a otros colegas para que les vendan

mercancías en lejanos mercados o recibían la comisión de

adquirir ciertos bienes a cambio de lo cual eran recompensados.

Si el contrato de compraventa mercantil ya no existe; y

éste es el principal acto jurídico que se encarga realizar a

239
CASTRO SALINAS : 1987 p. 426
través del contrato de comisión; deja de ser coherente lo

estipulado por el artículo 237 que ciñe el objeto de la

comisión a sólo la obligación de realizar actos de comercio.

Si tuviéramos una legislación unificada respecto del

mandato y la comisión; éste problema estaría resuelto; ya que

el objeto del mandato, sería la obligación de realizar todo

tipo de actos jurídicos.


C) " POR CUENTA DEL MANDANTE ":

MANDATO Y COMISION SON MODALIDADES DE LA PRESTACION DE

SERVICIOS :

Nuestro Código Civil, al definir el contrato de mandato en

su artículo 1790 señala : " Por el mandato el mandatario se

obliga a realizar uno o más actos jurídicos, por cuenta y en

interés del mandante."

En esta parte de nuestro trabajo, desarrollaremos el

significado del elemento : "actuar por cuenta del mandante".

Generalmente los estudios doctrinales inciden, en el

objeto del contrato : la obligación de realizar actos

jurídicos; pero debe recordarse que tal realización de actos

jurídicos, sólo puede llevarse a cabo "por cuenta del mandante"

para que se configure mandato.

Es importante el objeto del mandato, ya que permite

distinguir al mismo de otras figuras jurídicas pero su

importancia surge al poner en funcionamiento también el

elemento "actuar por cuenta del mandante".

En el Código Civil italiano, también se alude al elemento

bajo estudio, de la siguiente manera :

" Artículo 1709 : Noción :

El mandato es el contrato por el cual una persona se

obliga a realizar uno o más actos jurídicos por cuenta de

otra." (el subrayado es nuestro).

Como se observa, la única distinción entre la noción

italiana del mandato y la nuestra, es la alusión al interés del

mandante que hace el Código peruano. Este es un elemento que

será estudiado en el acápite siguiente.


Son pertinentes los comentarios de la doctrina italiana

para entender el significado, del actuar por cuenta del

mandante.

Un autor que analiza detenidamente la noción de mandato y

sus elementos, es MINERVINI quien considera a la prestación del

mandatario como una actividad de cooperación ajena o externa; "

Realizar por cuenta de una persona un acto jurídico, frente a

la misma, es algo sin significado, que no responde a ninguna

función práctica, por cuanto desviándose -directa o

indirectamente- los efectos conseguidos por el mandatario a la

esfera jurídica del dominus, se obtiene en definitiva, la

realización por parte de este último, de un acto jurídico

frente a sí mismo.

La actividad de cooperación jurídica es aquí siempre una

actividad de cooperación externa".240

Esta prestación del mandatario, consistente en una

actividad de cooperación externa, tiene asimismo, otro

significado : pertenece a la noción jurídica de trabajo en

sentido lato.

Dicha aseveración se formula, teniendo como base el origen

y concepto de la expresión "por cuenta ajena", el cual

MINERVINI señala : " La fórmula " por cuenta ajena " revela

paladinamente su origen contable en el ámbito de las relaciones

comerciales : un comerciante que obre por cuenta de tercero,

abre una cuenta y anota las partidas activas y pasivas

relativas al negocio acreditando o adeudando al titular de la

cuenta el saldo activo o pasivo. El núcleo jurídico que el

240
MINERVINI : 1959 p. 56
citado procedimiento envuelve, consiste en la desviación del

resultado de la actividad de una persona a otra; o -visto el

fenómeno desde el opuesto ángulo de vista- en la incidencia en

la esfera jurídica de una persona del resultado del facere de

una persona diversa. (...) el mandatario obra por cuenta ajena,

en el sentido de que el resultado de su facere se adquiere por


241
tercera persona."

Para el sistema jurídico español, DIEZ PICAZO define en

que consiste el actuar por cuenta ajena; en concordancia con la

opinión de MINERVINI así, el autor hispano indica : " la

prestación del mandatario se hace "por cuenta o encargo del

mandante". Con ello se quiere significar que el resultado final

de su actuación incidirá en la esfera jurídica del mandante.242"

Para MOSSET " La expresión "por cuenta ajena", apunta a

destacar que los efectos del acto gestorio, resultado del

facere del mandatario, incidirán en la esfera jurídica del

mandante."243

En tal sentido señalaremos, que el actuar por cuenta del

mandante tiene el siguiente significado :

1) Es una actividad (se prestan servicios), en la cual;

2) Hay una desviación de los resultados de tal actuar, a

una persona diversa del mandatario.

Esta desviación se podrá efectuar de modo directo o

indirecto; pero en definitiva, los efectos del actuar del

241
MINERVINI : 1959 p.34
242
DIEZ PICAZO : 1986 (SISTEMA DE DERECHO CIVIL) p. 458 vol.
II.
243
MOSSET : 1979 p. 121
mandatario no descansarán en su persona, su actividad de

cooperación siempre será externa, dirigida hacia terceros.

3) Por lo antes expresado, consideramos que esta actividad

"por cuenta ajena" tiene la naturaleza de trabajo, en sentido

amplio; tratándose de un trabajo no subordinado.

Por ello es correcta la ubicación sistemática que realiza

nuestro Código Civil colocando al mandato, dentro de los

contratos de prestación de servicios como una modalidad de los

mismos (artículo 1756) junto a la locación de servicios, el

contrato de obra, el depósito, el secuestro.244

Como ya lo señalaramos, de modo referencial, existen dos

mecanismos a través de los cuales el mandatario puede colocar

su actividad "a cuenta" del mandante; es decir desviar hacia la

persona del mandante los efectos de los actos jurídicos

realizados en cumplimiento del encargo :

1) Así, el mandatario puede primeramente desviar hacia su

mandante de modo indirecto su actividad, esto acarrea que sea

en la persona del mandatario o comisionista, donde recaigan

directamente los efectos de los actos jurídicos que celebra por

cuenta de su mandante o comitente.

Tanto la regulación civil, como la mercantil, describen de

modo similar (empleando términos distintos para aludir a lo

mismo) este vínculo indirecto entre la actividad que realiza el

mandatario por cuenta ajena y la persona del mandante.


244
Artículo 1756 del Código civil 1984 :
" Son modalidades de la prestación de servicios nominados:
a. La locación de servicios.
b. El contrato de obra.
c. El mandato.
d. El depósito.
e. El secuestro."
Esto se produce si el mandatario o comisionista realizó el

acto jurídico, obrando frente al tercero en nombre propio; así

ninguna relación existirá entre el tercero y el mandante.

El mandante sólo tendrá Derecho, a que el mandatario le

transfiera los Derechos y acciones por el contrato realizado.

El código civil, regula este mecanismo en el sub-capítulo

del mandato sin representación. En sus artículos 1809 y 1810,

señala :

" 1809: El mandatario que actúa en nombre propio adquiere

los Derechos y asume las obligaciones derivados de los actos

que celebra en interés y por cuenta del mandante, aún cuando

los terceros hayan tenido conocimiento del mandato.

1810: El mandatario queda automáticamente obligado en

virtud del mandato a transferir al mandante los bienes

adquiridos en ejecución del contrato, quedando a salvo los

Derechos adquiridos por los terceros de buena fe."

Entendemos, que el artículo 1810 al mencionar bienes,

limita indebidamente el actuar del mandatario, éste no sólo se

limita a realizar compras de bienes por cuenta de su mandante,

(con lo cual debe entregar bienes al mismo) sino que puede

realizar otros actos jurídicos; puede vender, alquilar,

hipotecar, prendar, suministar, adquirir todo tipo de

obligaciones por cuenta del mandante. De esta manera,

exclusivamente no se transferieren bienes al mandante. Por

ello, interpretamos dicha norma extensivamente, incluyendo

dentro de los bienes a las obligaciones que el mandatario, deba

transferir a su mandante.

Por su parte, el Código de Comercio expresa la misma idea


en sus artículos 238 y 239 :

" Artículo 238 : El comisionista podrá desempeñar la

comisión contratando en nombre propio o en el de su comitente.

" Artículo 239 : Cuando el comisionista contrate en nombre

propio, no tendra necesidad de declarar quien sea el comitente,

y quedará obligado de un modo directo, como si el negocio fuese

suyo, con las personas con quienes contratare; las cuales no

tendrán acción contra el comitente, ni éste contra aquéllas,

quedando a salvo siempre las que respectivamente correspondan

al comitente y al comisionista entre sí."

2) El segundo procedimiento de poner " a cuenta " del

mandante o comitente la prestación del mandatario; es de manera

directa.

Esto ocurre cuando paralelamente al mandato celebrado, el

mandante o comitente otorga poder de representación a su

comisionista o mandatario; a fin de que éste último actúe no

sólo por su cuenta, sino también en su nombre.

Nuestro Código Civil, no refiere expresamente este

mecanismo (a diferencia de su homólogo mercantil, el cual lo

regula en detalle) pero se infiere, al remitir a la normativa

de la representación, como está indicado en su artículo 1806 :

" Artículo 1806 : Si el mandatario fuere representante por

haber recibido poder para actuar en nombre del mandante, son

también aplicables al mandato las normas del título III del

libro II.

En este caso, el mandatario debe actuar en nombre del

mandante."

Su contraparte mercantil, norma tal supuesto en su


artículo 240 :

" Artículo 240 : Si el comisionista contratare en nombre

del comitente, deberá manifestarlo; y, si el contrato fuere por

escrito, expresarlo en el mismo o en la antefirma, declarando

el nombre, apellido y domicilio de dicho comitente.

En el caso prescrito en el párrafo anterior, el contrato y

las acciones derivadas, del mismo producirán su efecto entre el

comitente y la personas o personas que contraten con el

comisionista; pero quedará éste obligado con las personas con

quienes contrató, mientras no pruebe la comisión, si el

comitente la negare, sin perjuicio de la obligación y acciones

respectivas entre el comitente y el comisionista."

Una vez mas observamos, que las soluciones normativas

civiles y mercantiles, con el propósito de poner en marcha el

mandato y la comisión, son las mismas.


D) INTERESES DE LAS PARTES Y DE TERCEROS :

El artículo 1790 de nuestro Código Civil, al definir al

mandato, menciona el interés del mandante :

" Por el mandato el mandatario se obliga a realizar uno o

más actos jurídicos, por cuenta y en interés del mandante."

Podría llevarnos a considerar, que el interés del mandante

formaría parte imprescindible y exclusiva del mandato (es

decir, si no existe interés del mandante, no tendremos

mandato).

En esta parte de nuestro trabajo analizaremos el interés

de las partes tanto en el mandato civil como el mercantil.

De acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española de

la Lengua, el vocablo interés deriva del latín interesse que

significa importar; asignándole seis significados :

1) Provecho, utilidad, ganancia.

2) Valor que en sí tiene una cosa.

3) Lucro producido por el capital.

4) Inclinación más o menos vehemente del ánimo hacia un objeto,

persona o narración que le atrae o conmueve.

5) Bienes de fortuna.

6) Conveniencia o necesidad de carácter colectivo o individual,

en el orden moral o material.245

El análisis que realizamos, versará sobre la primera y la

sexta acepción del vocablo interés.

Así en principio; el mandatario actuará en conveniencia,

beneficio, provecho o por necesidad (material o moral) del


245
DICCIONARIO DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA DE LA LENGUA :
1984.
mandante.

Sin embargo, como lo veremos más adelante ese beneficio,

provecho, necesidad o conveniencia del actuar del mandatario,

no será exclusividad del mandante; sino que podrá compartirlo

(interés colectivo) ya sea con el mandatario o con un tercero.

Ante la interrogante de : ¿ Qué constituye el interés de

las partes en un contrato ? El conocido doctrinario IHERING

responde con valiosas orientaciones (las cuales suscribimos)

sobre dicho tema : " el interés en el sentido subjetivo,

designa el sentimiento que se tiene de las condiciones de la

vida. Si me intereso por una persona, por un objeto, por una

situación, es porque yo siento que dependo de ella, desde el

punto de vista de mi existencia o mi bienestar, de mi

satisfacción o mi felicidad. El sentido en el cual tomamos aquí

la noción de la condición de la vida, es completamente

relativo; lo que para uno constituye parte de la vida en su

plenitud, es decir el bienestar, está desprovisto de todo valor

para otro. Y esto es verdad, tanto para los pueblos como para

los individuos, y hasta para las diversas fases de la

civilización de un mismo pueblo. Con los intereses del pueblo

se modifica también el Derecho, cuya misión consiste

precisamente en asegurar por la coacción exterior las

condiciones indispensables de vida de la sociedad. La medida de

los intereses es, por tanto variable, y sería realmente

desconocer por completo la importancia del asunto el pretender

tratar abstractamente la cuestión de los intereses que se deben

proteger jurídicamente, como si fuera posible llegar a la misma

solución para todos los pueblos y todos los tiempos" (el


subrayado es nuestro).246

Asimismo, encontramos el término interés, cuando en la

doctrina, se conceptúa a la parte contractual; así MESSINEO

considera parte contractual : " ... un centro de intereses que,

por regla general, resulta integrado por una sola persona que

persigue el interés determinado y frente a la que existe otra

con respecto a la cual haya una relación y a la que se denomina


247
comúnmente contraparte. "

Los intereses que llevan ambas partes al contratar, y en

base a los cuales se forma la voluntad común; son generalmente

distintos, lo cual no debe confundirse con que sean opuestos, o

contrarios, es conocida la brillante argumentación, del doctor

DE LA PUENTE, en contra de la teoría de los intereses

opuestos, señalando que ; " la contraposición de intereses

opuestos es una noción ajena al Derecho civil, que oscurece y

pone trabas innecesarias a la contratación, ya que según ella

no podrían quienes están inicialmente de acuerdo entre sí

recurrir a la institución del contrato para que su acuerdo

cobre fuerza obligatoria ".248

Es evidente que tanto mandante como mandatario, llevan

ciertos intereses a la celebración del contrato, los cuales

buscan satisfacer al ejecutar las prestaciones, pero no son los

únicos intereses en juego dentro de dicho contrato.

Nuestro Código Civil, en su artículo 1803 en forma

indirecta reconoce la existencia de intereses de terceros.

246
IHERING : 1947 p. 68
247
citado por CARDENAS : 1987 p. 39
248
DE LA PUENTE Y LAVALLE : 1983 p. 113
Dicho artículo señala :

" La muerte, interdicción o inhabilitación del mandante no

extinguen el mandato cuando éste ha sido celebrado también en

interés del mandatario o de un tercero."

En tal sentido, entendemos que el mandato puede celebrarse

en interés conjunto del mandante, el mandatario o con terceros.

Respecto del mandato en interés único o exclusivo del

mandatario estimamos que no es posible de celebrarse.

Sería como el consilium o consejo romano. El código civil

argentino (el cual no plantea una clara y sustancial diferencia

entre mandato y representación, como si la hace nuestro Código

Civil) no permite el mandato en interés exclusivo del

mandatario; MUÑOZ afirma al respecto que para muchos autores

se trataría de algo distinto al mandato, como vemos en BAUDRY-


249
LACANTINIERE Y WHAL, LAFAILLE. LLERENA, MACHADO, etc. .

Respecto del interés del mandante, éste siempre estará

presente ya sea de modo directo o indirecto según la

terminología de LOHMANN.250

Carece de lógica que se encargue la realización de un acto

jurídico por su cuenta, en el cual el encargante no tenga

ningún interés. En consecuencia, estamos de acuerdo con MOSSET,

249
MUÑOZ : 1960 p. 26
250
LOHMANN : 1986 p. 122
Para ITURRIAGA ROMERO : 1974 p. 26 refiriéndose al interés
del representado, señala que, éste muy bien puede ser indirecto
o mediato, y no necesariamente directo o inmediato, pero estará
siempre presente en él.
Respecto a la importancia de la noción del interés, el
mismo ITURRIAGA ROMERO añade que : "El interés mediato se halla
siempre en el representado, aunque puede concurrir con el
inmediato; su señalamiento tiene sólo utilidad teórica y no
práctica."
el cual manifiesta que :

" El interés del mandante sea de índole pecuniaria o

moral, no puede faltar; la ausencia total de interés quita

sentido al encargo y, por ende, veda la posibilidad de ejercer

acción alguna que en él se origine; empero, ello no implica que

deba ser un interés exclusivo, único. Puede el interés en la

celebración del negocio, en consecuencia, ser compartido : a)

entre las partes en la relación gestoria, encargante y

encargado; y, b) entre el encargante y un tercero, extraño a la

relación gestoria, a favor de quien, en todo o en parte

-siempre que el mandante tenga un interés moral en ello- se

estipulará el negocio.

No cabe encargo en el exclusivo interés del encargado :

haz esto porque a tí te conviene; se configura en la hipótesis

un "consejo" o bien la "incitación" a un quehacer, que al menos

en principio, no compromete a quien aconseja o incita ni obliga

a quien recibe uno u otra".251

Nuestro Código de Comercio, en la parte de la comisión

mercantil no contiene norma que aluda a los intereses de las

partes; incluso su presencia no estaría justificada, en tanto

su lugar está en el Código Civil, por regular éste al género

mandato, mientras el Código de Comercio norma la especie de

dicho género : comisión; con sus particularidades respectivas.

Todos los comentarios realizados en esta sección, no deben

ser entendidos de exclusiva aplicación al mandato civil; sino

también son aplicables al mercantil o comisión ya que su

calificación como mercantil en contraposición al civil está

251
MOSSET ; 1989 p. 122.
dada por un elemento objetivo, que el objeto del contrato de

comisión sea la obligación de realizar actos mercantiles o de

comercio y uno subjetivo que una de las partes sea comerciante

o agente mediador de comercio. Y no por la presencia, ausencia,

distinto contenido o relevancia que se otorgue a los intereses

de mandante, mandatario, comitente, comisionista y terceros.


252
E) REPRESENTACION :

LA REPRESENTACION PUEDE O NO ESTAR PRESENTE EN EL MANDATO Y LA

COMISION :

E.1) CONCEPTO DE REPRESENTACION :

A fin de plantear las diferencias entre mandato y

representación, asumiremos un concepto de representación

adecuado a nuestra realidad legislativa.

Nuestro código civil de 1984 trata de la representación en

el libro II del acto jurídico, a partir del artículo 145 hasta

el artículo 187.

En dicho articulado no se define legalmente que se

entiende por representación, regulándose tanto la

representación voluntaria como la legal.

Nosotros asumiremos una definición de la representación

voluntaria a fin de diferenciarla del contrato de mandato y de

comisión.

LOHMANN, comentando estos artículos plantea su concepto

expresando que es " aquella que tiene su origen y fundamento en

la voluntad del representado, que confiere ante el

representante facultad de actuación ante terceros -dentro de

las atribuciones conferidas- en su nombre y con intención de

252
DIEZ PICAZO : 1986 p. 683 señala que la palabra poder
goza de múltiples acepciones, aunque próximas entre sí, que son
las siguientes : " el acto o negocio por medio del cual se
otorga al representante la representación; el documento en el
que consta la representación conferida; la situación en virtud
de la cual el representante influye o puede influir con sus
actos en la esfera jurídica del representado." Todas ellas se
dirigen evidentemente al fenómeno de la representación.
que valga para el representado (si es representación directa,

en su interés (aunque no es exclusivo) y por su cuenta ".253

En otra parte de su obra esclarece su concepto: " Podemos

definir el negocio de apoderamiento, como aquella declaración

de voluntad unilateral y recepticia por la cual una persona

autoriza a otra (u otras) para que actúe en su nombre y de tal

modo que los efectos de esta actuación recaigan en el


254
poderdante."

Por otro lado, en la exposición de motivos del

Anteproyecto DE LA PUENTE-ZUSMAN, del cual proviene el

articulado referente a la representación; se define a la misma

como : " la sustitución, que el ordenamiento jurídico faculta,

de la voluntad de la persona, llamada representado, por la

voluntad de otra, llamada representante, no obstante lo cual,

los efectos de la declaración de voluntad, o de la recepción de

una declaración de voluntad ajena, no recaen en la esfera

jurídica del representante, sino en la del representado."255

Dentro de la doctrina italiana, STOLFI define la

representación aludiendo a los sujetos intervinientes : " se

denomina representante aquél que declara su propia voluntad (o

recibe una declaración de voluntad) en nombre e interés


256
ajenos."

Para el sistema jurídico español, DIEZ PICAZO considera

como clásica en materia de representación, el siguiente

253
LOHMANN : 1986 p. 130
254
LOHMANN : 1986 p. 136.
255
citado por VIDAL RAMIREZ : 1985 p. 170.
256
STOLFI : 1959 p. 231.
concepto : " La representación es la celebración de un negocio

jurídico por medio de otra persona, que actua en nombre del

representado y de manera tal que los efectos jurídicos del

negocio se produzcan siempre de modo directo en la esfera

jurídica del representado y nunca en la del representante."257

Tal noción, es luego criticada, por el mismo DIEZ PICAZO,

en tanto pretende incluir dentro de ella a la "representación

indirecta", para formar así un concepto unitario de

representación.258

La argumentación de DIEZ PICAZO, en busca de un concepto

unitario de representación, no afecta la noción de ésta que

asumiremos; en tanto que nos referiremos solamente al supuesto

de representación voluntaria directa.

Con dicha salvedad, asumimos a la representación

voluntaria directa, como el negocio o acto jurídico unilateral

y recepticio por el cual una persona (representante) actúa en

nombre de otra (representado).

Como consecuencia de dicha actuación, los efectos

jurídicos del negocio realizado por el representante se

producirán de modo directo en la persona del representado.

Respecto al interés que guíe el actuar del representante,

LOHMANN, afirman que es improcedente elevar a dogma


257
DIEZ PICAZO : 1986 p. 673
258
DIEZ PICAZO : 1986 p. 673 y ss. Por tal motivo, expresa
que resultaría inadecuado conceptuar la representación como un
actuar en nombre ajeno, en tanto que, en la representación
indirecta, tal supuesto, no se llega a producir.
DIEZ PICAZO profundizó sus argumentos en busca de un
concepto unitario de representación, válido para todos los
supuestos, representación legal, voluntaria, directa o
indirecta, en su obra : "La representación en derecho privado"
1979.
incontestable el interés del representado como el único en

guíar el actuar del representante; ya que la realidad desborda

tal planteamiento, puesto que el representante puede actuar en

su propio interés o en el de un tercero. Sin embargo, el


259
interés del representado será siempre indirecto.

De tal modo, serán tres los pilares de la representación

directa y voluntaria que asumimos :

1) El actuar en nombre ajeno (en el del representado)

también conocido como contemplatio domini.260

2) La eficacia directa del actuar del representante en la

persona del representado.261

3) Normalmente, el representante actuará en interés del

representado, pero perfectamente cabe que actúe en interés

conjunto del representante con el representado o con un

tercero. Sin embargo, el representado, tendrá siempre un

interés indirecto o mediato.

E.2) DIFERENCIAS ENTRE LA COMISION, EL MANDATO Y LA

REPRESENTACION:

259
LOHMANN : 1986 p. 134
260
ALBALADEJO : 1987 p. 138 señala otra acepción de
contemplatio domini; la cual constituye el obrar en nombre y
por cuenta ajena.
LOHMANN : 1986 p. 130, en la cita transcrita de dicho
autor, también alude al actuar por cuenta ajena, cuando define
la representación.
Ambos autores, no justifican el agregado, de actuar por
cuenta del principal.
261
DIEZ PICAZO : 1986 p. 673 lo denomina también (suponemos
que con propósito de graficar tal noción) : "eficacia directa
de la gestión representativa en la esfera jurídica del
representado".
La separación conceptual entre el poder y el contrato de

mandato (tanto civil como mercantil), es de suma importancia,

para comprender la evolución de tales instituciones jurídicas.

Asimismo, permitirá, señalar el ámbito del mandato en aras

de su conceptualización autonóma.

El mandato y la comisión (o mandato mercantil), gozan de

las mismas características que los separan de la

representación.

La comisión se distingue positivamente del mandato en base

a la comercialidad de las obligaciones que serán objeto de

dicho contrato, [deberán ser obligaciones consistentes en

realizar un acto jurídico comercial o mercantil] y en la

condición personal de las partes, cuando menos una de ellas

será comerciante o agente mediador de comercio [a tenor del

artículo 237 del código de comercio] (262) pero ambos contratos,

mandato y comisión coinciden en ser contratos de cooperación en

la realización de negocios o actos jurídicos por cuenta ajena.

En consecuencia, las diferencias de la representación con

el mandato son de plena aplicación a la comisión, que es

considerada una sub-especie del contrato "fuente" mandato.

De acuerdo a DIEZ PICAZO, la separación entre el poder y

el mandato, fue obra inicialmente de IHERING y luego

profundizada por LABAND en su obra " Zetschrift fur

Handelsrecht " publicada en 1866, el cual se basó

fundamentalmente en la diferencia establecida por WINDSCHEID en

262
Artículo 237 del código de comercio :
" Se reputará comisión mercantil el mandato cuando tenga
por objeto un acto u operación de comercio, y sea comerciante o
agente mediador del comercio el comitente o el comisionista."
su "Derecho de las Pandectas", en una somera nota a pie de

página.

Dicha distinción, no ha sufrido mayores alteraciones

posteriores por los doctrinarios; salvo que la de considerar al

apoderamiento o representación más que un contrato consensual

(como lo creía LABAND) como un negocio jurídico unilateral


263
(consideración actual).

De acuerdo a LABAND " (...) conviene perfilar la

distinción; es cierto que mandato y poder pueden coincidir : en

el mandato que yo confiero a otra persona para que celebre un

negocio jurídico "por mi cuenta" existe con frecuencia el poder

para que lo celebre "en mi nombre". Acaso sea posible, incluso

afirmar que se presume que todo mandatario, si lo contrario no

está prescrito expresamente por la ley o exigido por la

naturaleza de la relación, está "autorizado" para actuar como

representante del mandante. Sin embargo es menester conservar

clara la idea de mandato y poder sólo coinciden de manera

ocasional, pero no necesariamente y que de ninguna manera puede

decirse que constituyen el lado externo y el interno de una

misma relación, porque en realidad son relaciones distintas.

Así, puede existir un mandato sin poder, es decir, un encargo

que el mandatario deba ejecutar de manera que contrate él con

el tercero en su propio nombre. Además cabe, un poder sin

mandato. El factor, el socio colectivo, el presidente de una

sociedad anónima, el naviero y otros tienen un poder de

representación lo mismo si existe que si no existe el mandato.

En la literatura anterior se suponía que en estos casos existe

263
DIEZ PICAZO : 1979 p. 36 y 37.
un mandato general y tácito, pero esta explicación no es

suficiente, pues cuando el principal prohíbe al factor la

realización de determinados negocios o le ordena un negocio

opuesto, lo hecho por el factor contraviniendo la orden obliga

al principal. El factor puede ser responsable frente a su

principal; pero los terceros que contratan con él adquieren

Derechos frente al principal incluso en el caso de que supieran

que el representante contravenía el mandato que se le había

dado. El poder otorga la posibilidad de obligar por medio de

los contratos concluidos en nombre ajeno, lo mismo si el

dominus ha ordenado la conclusión de dicho negocio que si no lo

ha hecho así. El mandato es, para la facultad de

representación, irrelevante. Lo decisivo es el poder, que se

confiere en forma distinta y se revoca en forma distinta

también.

De ello resulta, que hay mandatos sin poder, poderes sin

mandato y, por último, que el poder y el mandato pueden

ocasionalmente coincidir. Por ende, una aguda separación de

estos dos conceptos es una necesidad jurídica.

Hay dos negocios juridicos -mandato y poder- que tienen

diferentes presupuestos, diferente contenido y diferentes


264
efectos."

Para el autor chileno STITCHKIN las diferencias entre

mandato y poder pueden ser resumidas del siguiente modo :

" a) el mandato se origina siempre en una relación contractual;

es siempre un acto jurídico bilateral porque requiere acuerdo

de voluntades; el poder de representación puede ser legal o

264
citado por DIEZ PICAZO : 1979 p. 36 y 37.
voluntario, si tiene su origen en el acto o declaración de

voluntad del poderdante;

b) el mandato es un acto jurídico bilateral, es un contrato.

El poder voluntario emana de un acto jurídico unilateral que no

requiere la aceptación y ni siquiera el conocimiento del

apoderado;

c) el mandato engendra obligaciones recíprocas entre las partes

que lo acuerdan. El poder de representación no crea por sí

solo, obligaciones de ninguna especie ya que su propósito

consiste simplemente en facultar, capacitar al apoderado para

afectar un patrimonio ajeno a las resultas de los actos o

contratos que ejecute o acuerde en tal carácter. En caso alguno

impone al apoderado la necesidad jurídica de hacer uso de tal

poder;

d) el mandato determina las relaciones jurídicas que se

produzcan entre el mandante y el mandatario; el poder de

representación da origen a la representación, que determina las

relaciones jurídicas entre el poderdante y los terceros;

e) el mandato es un contrato principal, pues subsiste por sí

mismo, sin necesidad de otra convención; el otorgamiento de

poder también es un acto jurídico principal, pero

ordinariamente va unido a otro acto o contrato que puede ser

cualquiera de los nominados o innominados que conocemos;

compraventa, arrendamiento, sociedad, mandato, etc.265


265
BORGA : al definir la voz mandato, en la enciclopedia
OMEBA, distingue entre el poder o representación y la relación
de fondo; citando a ROSENBERG señala que : " En la actualidad
es indiscutida la diferenciación del poder de su relacion de
fondo o de obligación. Mientras vienen en cuestión muchas
relaciones de fondo (por ejemplo el mandato, contrato de
servicio, o de obra, o sociedad) el poder es siempre único y el
f) el mandatario debe actuar a nombre propio, si carece de la

facultad de representar al mandante; el apoderado siempre debe

actuar a nombre del poderdante. Si omite esta circunstancia no

opera la representación."266

En el sistema jurídico italiano, tambien se distingue

entre mandato y poder; así, MESSINEO afirma :

" En el mandato se encuentra incluído de ordinario, pero

no necesariamente, el conferimiento (al mandatario) del poder

de obrar, no solo por cuenta sino también en nombre del

mandante (mandato con representación); pero tal poder deriva de

una relación autónoma (procura), distinta de la relación de

mandato -de donde resulta que puede haber también mandato sin

representación-, así como el conferimiento de poderes se

distingue de la actividad de gestión (o trabajo de gestión),

propia del mandato."267

Recogiendo los aportes de los autores antes mencionados, y

poniendo de relieve que nos encontramos ante dos institutos

jurídicos autónomos; se distinguen a nuestro entender en que :

- Se generan de modo distinto, uno es un contrato, el otro

es un acto jurídico unilateral.

- Por ello, el mandato se celebra, mientras que la

representación se otorga o concede.

- Por ser el mandato un contrato, el mandatario deberá

mismo. La relación de fondo no necesita obligar a un obrar por


representación; el poder es sólo para eso. La relación de fondo
es casi siempre la consecuencia de un contrato; el poder se
otorga siempre mediante declaración unilateral. La relación de
fondo y el poder tienen distintas causas de extinción."
266
STITCHKIN : 1975 p. 38, 39
267
MESSINEO : 1971 p. 37
ejecutar ciertas prestaciones por cuenta del mandante.

- La representación, por no constituir una relación

contractual, no obliga al representante a que ejecute

prestaciones en favor de su representado.

- El mandatario actúa esencialmente, por cuenta de su

mandante, pudiendo además hacerlo indiferentemente, a nombre de

su mandante, (mandato con representación) o a nombre propio

(mandato sin representación).

- En la representación, el representante actuará siempre a


268
nombre de su representado (representacion directa).

- El modo de poner término a ambas relaciones jurídicas,

es distinto; las obligaciones surgidas del mandato se

extinguirán por un nuevo acuerdo de voluntades: mutuo disenso

(ó mutuo consenso).

- Para poner fin a la representación, basta la mera

voluntad unilateral ya sea del poderdante el cual revocará el

poder, o del apoderado, el cual renunciará a la representación

concedida.

Tales diferencias, son por entero aplicables al contrato

de comisión, el cual no es conceptualmente separado del

mandato, en base a la presencia o ausencia del elemento

representación, en una de dichas relaciones jurídicas.

268
Para el caso de admitirse la representación indirecta;
el representante si bien actúa a nombre propio como en el
mandato, no tiene ningún vínculo obligacional con su
representado como si lo tiene el mandatario con su mandante.
II.4 CONCEPTOS:

Estableceremos los conceptos de modo sencillo, en tanto

nuestro interés consiste en clarificar la comprensión de ambas

figuras; poniendo en relieve sus semejanzas.

A) CONCEPTO DE MANDATO EN EL CODIGO CIVIL DE 1984 :

Definir un contrato es determinar sus elementos

constitutivos.

En nuestro trabajo, hemos desarrollado todos los elementos

que generalmente son vinculados con el contrato de mandato; la

gratuidad y la onerosidad, el actuar por cuenta ajena, la

representación, el objeto del contrato, el interés del mandante

en el contrato.

Aquí, señalaremos la gravitación de tales componentes al

conformar el mandato.

Consideramos que la definición planteada en el artículo

1790 del código civil merece ciertos comentarios. Según ella :

" Por el mandato el mandatario se obliga a realizar uno o


más actos jurídicos, por cuenta y en interés del mandante."

Siendo pertinentes las siguientes atingencias :

- El interés directo y exclusivo del mandante no es

indispensable para constituir al mandato; en la medida que

puede celebrarse dicho contrato también en el interés común del

mandante, del mandatario, o de un tercero.

Así, es posible que existan los siguientes intereses :

- Del mandante.

- Del mandante y del mandatario.

- Del mandante y de un tercero.


- Del mandante, mandatario y del tercero.

- La definición dada por el Código Civil debería dejar en

claro que el interés no es exclusivo del mandante.

- Sin embargo, reconocemos que el mandante en todos los

supuestos antes mencionados, tendrá siempre un interés

indirecto o mediato en la culminación del encargo pero no

excluye la presencia de otros intereses en el actuar del

mandatario.

Sería ilógico que una persona encargue por su cuenta la

realización de un acto jurídico a otra, sin que la primera no

tenga ningún interés (directo o indirecto) en tal asunto.

- Es irrelevante la existencia o ausencia de retribución,

para el mandatario por el encargo realizado. La onerosidad o

gratuidad del mandato no afecta su existencia. En ese sentido

la definición del Código Civil es acertada al no hacer mención

a la onerosidad o gratuidad del contrato.

- El mandato es una modalidad de la prestación de

servicios que coopera en la realización o conclusión de actos

jurídicos ajenos. Los contratos de cooperación o colaboración

como el mandato civil y el mercantil o comisión; son aquellos

destinados a prestar apoyo para la realización de toda clase de

actos jurídicos.269

- Para el mandato, será indiferente si exista o no

representación directa. No se requiere este elemento para la

269
CARDENAS QUIROZ : 1987 p. 72
Ejemplifica a los contratos de cooperación o colaboración
mencionando al comodato; desde que " en forma gratuita y en
vida el comodante se desprende temporalmente de un bien para
ser utilizado por el comodatario. Por ello se identifica al
comodato como el contrato de la amistad".
constitución del mandato ni su ausencia lo afecta.
B) CONCEPTO DEL CONTRATO DE COMISION EN EL CODIGO DE

COMERCIO DE 1902 :

Nuestro código de comercio define a la comisión o mandato

mercantil en su artículo 237 :

"Artículo 237 : Se reputará comisión mercantil el mandato

cuando tenga por objeto un acto u operación de comercio, y sea

comerciante o agente mediador del comercio el comitente o el

comisionista."

La comisión es una especie del género mandato, de acuerdo

a su definición legal y es calificada como tal por la presencia

de dos elementos :

a) Que el mandato "tenga por objeto un acto u operación de

comercio" -dato objetivo-.

El cual hemos criticado en su enunciación.

Consideramos, al tratar sobre el objeto del mandato, que

lo más adecuado será decir que la comisión deberá tener por

objeto la obligación de realizar actos jurídicos comerciales o

de comercio -por cuenta del comitente-, a tenor de lo señalado


270
por nuestro código civil vigente en su artículo 1402.

b) Que el comisionista o comitente sea comerciante o

agente mediador del comercio -dato subjetivo-.

En cuanto al dato objetivo, se observa amplitud ya que

puede consistir en la obligación de realizar cualquier acto

jurídico comercial.

Sin embargo, como lo indica URIA hay dos operaciones

mercantiles, especialmente aptas para ser encargadas de

realizarse a través de la comisión : la compraventa y el


270
Artículo 1402 : El objeto del contrato consiste en crear,
regular, modificar o extinguir obligaciones."
transporte.271

La comisión de compraventa que es el histórico y clásico

supuesto de la comisión y la lectura de los preceptos que el

código español y el nuestro le dedican a este contrato, muestra

fácilmente que estan pensados para servir de marco legal a este

prototipo de comisión.

Pero existe el inconveniente de que la compraventa como

acto de comercio (compraventa mercantil) ya no existe en

nuestra legislación, en virtud al artículo 2112 del Código

Civil.

Consideramos que la unificación del mandato civil y el

mercantil solucionaría este problema; ya que apegándonos

literalmente a nuestra normativa, la comisión tendría reducido

su ámbito al contrato de transporte.272

Las normas mencionadas, no alteran la noción de comisión o

mandato mercantil; sino le dan una peculiaridad a dicha

regulación; la cual es muy detallada, incluyendo las diversas

modalidades de mandato mercantil a diferencia de la regulación

271
URIA : 1987 p. 566
272
Se refiere a la comisión de transporte, en su artículo
268 bajo la denominación de expedición y a la llamada comisión
de garantía en sus artículos 266 y 267. Artículo 266 del código
de comercio :
" Si el comisionista percibiese sobre una venta, además de
la comisión ordinaria, otra llamada de garantía, correrán de su
cuenta los riesgos de la cobranza; quedando obligado a
satisfacer al comitente el producto de la venta en los mismos
plazos pactados por el comprador."
Artículo 267 del código de comercio :
" Será responsable de los perjuicios que ocasionen su
omisión o demora, el comisionista que no verificare la cobranza
de los créditos de su comitente en las épocas en que fueron
exigibles, a no ser que acredite que usó oportunamente de los
medios legales para conseguir el pago."
civil.

Sería positivo que nuestro Código Civil, adoptara dichos

tipos de comisión.

Respecto de la condición personal de comerciante o agente

mediador de comercio, exigida por el contrato de comisión;

nuestro Código de Comercio señala quienes son considerados

comerciantes en su artículo 1, el cual citamos :

"Son comerciantes, para los efectos de este código :

a) Los que, teniendo capacidad legal para ejercer el

comercio se dedican a él habitualmente.

b) Las compañías mercantiles o industriales que se

constituyen con arreglo a este código."

En dicho artículo se establecen en resumen dos requisitos;

- Capacidad (que se determina por le Derecho civil y se

adquiere por regla general a los dieciocho años

- Un elemento de hecho, la realización de actos

comerciales de modo habitual, es decir repetidos continuamente

y no ocasional o esporádicamente.

El artículo 237 que define a la comisión también señala a

los agentes mediadores de comercio, los cuales estaban

regulados en la sección sexta del código de comercio bajo el

epígrafe : " De los agentes mediadores de comercio y de sus

obligaciones respectivas". Tal sección fue abrogada por el

artículo 10 del d.l. 18353 del 4 de Agosto de 1970.

Actualmente la materia cubierta por esta sección está

regulada por el D.LEG. 211, LEY NORMATIVA DEL MERCADO BURSATIL,

del 12 de Junio de 1981. Esta ley no utiliza la denominación de

"agentes mediadores de comercio" sino señala a los agentes de


bolsa como los únicos intermediarios que pueden actuar como tal

en el mercado búrsatil.273

En consecuencia, la materia relativa a los antes

denominados "agentes mediadores de comercio" hoy se encuentra

totalmente regulada en la ley del mercado bursátil. Es más, tal

denominación ha dejado de existir jurídicamente. Por ello,

consideramos que no puede ser enarbolada como elemento

diferenciador y característico de la comisión con respecto al

mandato.

Como lo indica MONTOYA, no se establece diferencias en

cuanto al volumen o significación económica de las actividades

comerciales. Tan comerciante es un ambulante o informal, como


274
una gran empresa.

Nuestro código de comercio, no obliga la inscripción de

los comerciantes individuales en el registro mercantil


275
(artículo 17) .

Debe remarcarse que los sujetos habilitados para ser

partes de un contrato de comisión (comerciantes) tal como están

definidos en el código de comercio, no son sujetos con

diferentes características, ni se les exigen requisitos

273
Articulo 17 del D.LEG. 211 : " El agente de bolsa es la
persona natural facultada para desempeñarse como intermediario
en la negociación de valores mobiliarios. Es el único
intermediario que puede actuar como tal en el mercado
bursátil."
274
MONTOYA : 1986 p. 134
275
Artículo 17 del código de comercio :
" La inscripción en el registro mercantil sera potestativa
para los comerciantes particulares, y obligatoria para las
sociedades que se constituyan con arreglo a este código o a las
leyes especiales, y para los buques."
distintos, del común de las personas que día a día celebran

mandatos.
SECCION III : NECESIDAD DE UNIFICAR EL MANDATO Y LA COMISION EN

NUESTRO CODIGO CIVIL :

El proceso unificador de contratos obligaciones civiles y

mercantiles, se dió inicialmente en los países directamente


276
afectados por la revolución industrial.

Las influencias de la revolución industrial y el

maquinismo, llegaron a nuestro continente con posterioridad, y

hasta hoy esta parte del mundo se mantiene a la zaga en cuanto

a desarrollo económico y tecnológico.

Sin embargo, estimamos que actualmente existe suficientes

razones para llevar adelante la unificación en concreto del

mandato civil y mercantil.

Son dos los basamentos que sustentan nuestra hipótesis,

los cuales están agrupado en las dos primeras secciones: el

impulso del proceso unificatorio y la unidad conceptual del

mandato civil y mercantil.

Las razones en que nos apoyamos, son de contenido (que es

el mismo en ambos contratos), lógicas (no tiene sentido

276
Conviene recordar, que en tales naciones (Inglaterra,
Estados Unidos, Italia, Suiza), la unificación se realizó
gradualmente de acuerdo a las condiciones económicas, la
producción masiva de bienes y servicios, la participación
masiva de las personas dentro del circuito económico, la
extensa aplicación de los instrumentos o instituciones
mercantiles que dieron cabida a la generalización del derecho
mercantil y la llamada "comercialización" del derecho civil
llevando a que comprendan la unidad de la vida económica, la
cual obligaba a un tratamiento común al respecto.
distinguir mediante nociones jurídicas sin sustento material

(277) lo que en la realidad aparece como un solo fenómeno, tal

como lo reconoce el proceso unificador) y utilitarias (carece

de provecho mantener una doble legislación sobre el mismo

aspecto), no olvidemos que lo importante para el Derecho no es

el por qué de las instituciones jurídicas, sino el para qué nos

sirven; la necesidad de una legislación eficiente que otorgue

seguridad jurídica a los ciudadanos no es exclusiva de los

países más desarrollados tecnológica y económicamente.

La unificación dejará el panorama mas despejado y adecuará

la normativa a lo que se produce en su ámbito de aplicación.

Por ende, como se trata de un fenómeno general que no

exige una regulación por separado de la que rige el actuar del

común de los ciudadanos en nuestra sociedad, tal unificación,

debe afincarse en el Derecho Civil, el Derecho común por


278
definición.

Plantear la unificación, en el Código Civil es reconocer

que se está revitalizando dicha disciplina.

Todas las nociones jurídicas, son históricas; hasta hoy,


277
Nos referimos a la noción del acto objetivo de comercio
el cual ha demostrado hasta hoy, ser insuficientes (en nuestro
país y en el extranjero) para deslindar lo mercantil de lo
civil.
278
Es conveniente recordar la sentencia de GARRIGUES : 1971
p.126, quien asevera categóricamente que " la realidad del
tráfico jurídico, desentendiéndose de nuestros esquemas
legislativos y de nuestras disputas de vecindad, [refiriéndose
al deslinde entre la materia civil y la mercantil] ha
demostrado que ya no es exacta la calificación del Derecho
Mercantil como un Derecho especial. Ha demostrado que las
normas que inicialmente integraban ese derecho especial de los
comerciantes han dejado de ser normas representativas de
intereses de clase y se han convertido en normas de aplicación
general".
ningun jurista ha creado el concepto inmutable por excelencia,

y si lo creara, dejaría de ser jurídico, ya que esta rama del

conocimiento exige de sí misma adecuación a los hechos y no que

los hechos encajen en las elucubraciones.

Es en virtud a esa historicidad de las nociones jurídicas

que éstas varían; si las condiciones que motivaron su

nacimiento desaparecen, tales conceptos y normas correrán la

misma suerte.

Esto ha ocurrido, con la regulación de la comisión y el

mandato, las diferencias tradicionales [acto de comercio, la

presencia del comerciante, la onerosidad de la comisión

contrapuesta con la gratuidad del mandato clásico] hoy no son

aceptadas; no por el surgimiento de nuevas nociones, sino

simplemente porque los hechos [participación masiva de la

sociedad en la economía, objetivación de las normas

mercantiles, ya no son únicamente para los comerciantes,

onerosidad en el mandato] le dan la espalda a tales conceptos

dejándolos sin sustento.

A pesar de todo lo anterior, nuestra legislación continua

separando el mandato y la comisión.

Así a tenor de los artículo 1790 del Código civil y 237

del Código de comercio, tenemos que la distinción está basada

en la naturaleza civil y mercantil de cada uno de dichos

contratos.279
279
Los artículos pertinentes sobre ambas nociones son :

NOCION DE MANDATO :
ARTICULO 1790 : Por el mandato el mandatario se obliga a
realizar uno o más actos jurídicos, por cuenta y en interés del
mandante.
NOCION DE COMISION :
Sin embargo, ambos contratos pueden referirse a idéntico

tipo de actos jurídicos : de adquisición, de enajenación, o

transporte.

Radicando la diferencia en dos notas precisas, con las

cuales se califica al mandato de comisión :

a) Que el mandato tenga por objeto la obligación de

realizar actos jurídicos mercantiles o de comercio -dato

objetivo-.

b) Que el comisionista o comitente sea comerciante o

agente mediador -dato subjetivo-.

En consecuencia, para nosotros el mandato del Código

Civil, se refiere a todo tipo de actos jurídicos y cualquier

persona lo puede celebrar; mientras que el mandato del Código

de Comercio denominado comisión, sólo puede referirse a un tipo

de actos jurídicos; los actos de comercio y los celebrantes

solo pueden ser comerciantes.

La separación, a nuestro criterio se basa en elementos

externos (el acto jurídico que se encarga realizar, la

condición personal de los contratantes) y de oscura definición

(actos de comercio).

En modo alguno, se configura en el Código de Comercio a la

comisión como un contrato, de naturaleza distinta al del

mandato.

Tales criterios, hacen imperiosa la unificación de normas,

ya que nuestro Derecho ganaría en claridad y coherencia.

ARTICULO 237 : Se reputará comisión mercantil el mandato


cuando tenga por objeto un acto u operación de comercio, y sea
comerciante o agente mediador del comercio el comitente o el
comisionista.
En el sistema jurídico Argentino, también existe una

regulación dual sobre el mandato, sentando la diferencia entre

el mandato civil y el mercantil; también en aspectos externos,

incidiendo así en la denominación que se les da a los

contratos, sin constituir una verdadera separación, así ZAVALA

RODRIGUEZ, citado por SANCHEZ URITE comenta : " La diferencia

entre el mandato y la comisión es externa, existe sólo con

respecto al tercero, con quien se celebre el negocio; en el

mandato hay representación, la operación se realiza en nombre

del mandante y la relación de Derecho se establece entre éste y

el tercero, permaneciendo ajeno a la misma el mandatario; en la

comisión, por el contrario, no hay representación el negocio se

realiza entre el comisionista y el tercero, por lo cual no

existe relación de Derecho entre éste y el comitente. Entre

comitente y comisionista la situación jurídica, es exactamente

la misma que entre mandante y mandatario. En otros términos :

el mandato con representación se llama en nuestro Derecho

comercial positivo, mandato, y el mandato sin representación

comisión".280

La legislación Española, fundamenta el tratamiento por

separado del mandato y la comisión en dos aspectos, según

URIA : " a) El mandato es gratuito, salvo pacto en contrario

(1711 código civl), mientras que la comisión es retribuída (277

Código de Comercio).

b) La índole del servicio, encargo u operación que

constituye su objeto, será en la comisión de carácter

280
SANCHEZ URITE : 1986 p. 186, 187.
necesariamente mercantil."281

Como señalaramos anteriormente [II.3.1]; la onerosidad u

gratuidad no son elementos esenciales o imprescindibles para

configurar al mandato, éste es indiferentemente oneroso o

gratuito, no pudiendo establecerse discrepancias con la

comisión en este punto.

Resulta paradójico, que el mismo URIA afirme para el

ordenamiento legal español, la identidad sustancial del mandato

y la comisión al comentar el artículo 244 del código de

comercio español [que por otra parte, es idéntico a nuestro 237

del Código de Comercio] :

" Artículo 244 Código de Comercio Español : Se reputará

comisión mercantil el mandato, cuando tenga por objeto un acto

u operación de comercio, y sea comerciante o agente mediador

del comercio el comitente o el comisionista.

De este precepto se desprende inequívocamente la

identificación sustancial entre comisión y mandato.

La comisión es sencillamente el mandato mercantil, es

decir, un mandato cualificado por la naturaleza mercantil del

acto u operación que constituye su objeto y por la intervención

de un comerciante, al menos, en el contrato."282

No encontramos, a lo largo de nuestro trabajo, luego de

contrastar los elementos, las características y los conceptos

del mandato y de la comisión; sustento como para establecer una

esencial separación entre ambas nociones. Tampoco hemos

encontrado obstáculo formal que impida nuestro propósito,

281
URIA : 1987 p. 564
282
URIA : 1987 p. 563
siendo entonces no sólo factible dicha unificación, sino

también necesaria ya que nuestro Derecho sería más claro,

distinto y eficiente.
CONCLUSIONES

1. Nuestro Código Civil vigente debe unificar el tratamiento

del Mandato y la Comisión.

Los fundamentos del proceso unificador de contratos

civiles y mercantiles y la comprobación de que Mandato y

Comisión tienen igual contenido; sustentan el tratamiento común

de dichos contratos.

2. El proceso unificatorio de los contratos civiles y

mercantiles en el Código Civil, consiste principalmente en la

adecuación del Derecho Civil a las exigencias planteadas por

los fenómenos de :

- Objetivación y generalización del Derecho mercantil.

- "Comercialización" del Derecho Civil.

- Unidad de la vida económica.

3. Las diferencias establecidas entre la Comisión y el

Mandato:

- El objeto de la comisión consiste en la obligación de

realizar actos jurídicos comerciales.

- La presencia necesaria de un comerciante.

Están desvirtuadas por el proceso unificador de contratos

civiles y mercantiles, permitiendo un tratamiento común a tales

contratos.

4. La objetivación del Derecho Mercantil, consistente en la

utilización de la noción objetiva del acto de comercio para


delimitar el ámbito civil del mercantil; produjo la expansión

del Derecho Mercantil; más allá de un Derecho exclusivo de un

sector social [comerciantes] y no separó de manera nítida la

materia civil de la mercantil.

5. El Código Civil de 1984 separa sustancial y

sistemáticamente las nociones de Representación y Mandato.

No cabe distinguir al Mandato de la Comisión por la

presencia del elemento representación; ya que éste puede o no

estar presente en dichos contratos, sin alterar sus conceptos.

6. Tanto el Mandato y la Comisión, son contratos de

colaboración en la realización de actos jurídicos ajenos,

pudiendo celebrarse a título oneroso como gratuito. La

onerosidad no es elemento indispensable ni del mandato ni de la

comisión, facilitando su tratamiento unificado.

7. El actuar por cuenta del mandante, elemento siempre

presente en el Mandato y la Comisión determina que :

1) Mandato y Comisión sean contratos de prestación de

servicios.

2) Exista una desviación de los resultados de tales

servicios a una persona distinta del mandatario o comisionista.

8. El proceso unificador no "mercantiliza" ni "civiliza" los

Códigos Civiles o Mercantiles respectivamente. No existe

primacía de un tipo de normas sobre otras; sino que éstas se

ajustan a los comportamientos y exigencias de la sociedad que


regula. La unificación en el Código Civil reconoce la

generalización de las normas mercantiles que perdieron su

carácter particular y es una exigencia al Derecho Civil para

que cumpla su rol de derecho común.


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