Érase una vez un hombre, común y sencillo como otros, que su
meta en la vida era dejar una marca para ser recordado como alguien importante, así fue como emprendió un viaje en la medicina pues esa era su pasión. Los años fueron pasando y solo encontrabas hechos que ya habían sido mejorados por otros expertos, pero él no se daría por vencido y así fue como este señor ya con 27 años regreso a rio de janeiro a seguir con su investigación.
3 años después, de mucho esfuerzo, dedicación y con suerte llegó a
un instituto mandado por sus jefes a investigar sobre una epidemia que estaba atacando a los trabajadores y diferentes personas, en especial a las mujeres que lo que hacía era succionar la sangre durante la noche en la cara de sus víctimas u otras áreas del cuerpo y así provocar mareo, desmayos, palpitaciones, dolor en el pecho, fatiga, estreñimiento y dificultad para tragar
Todo empezó cuando este señor llamado Chagas tuvo la sospecha
que esa epidemia que atacaba a estas personas, no era malaria como decía el resto de doctores, sino algo nuevo, algo que no se había descubierto. Claro está que esto era lo que más anhelaba Chagas que empezó a profundizar más la enfermedad hasta llegar a una conclusión y con esfuerzo a una cura.
Fueron pasando los meses y este cada vez llegaba más a la
conclusión de que era un insecto nuevo poblando esa ciudad, hasta que un día conoció a una bebe de tan 3 años que tenía los síntomas y todo lo que él estaba investigando, esa fue la comprobación de su teoría, también observó inclusiones parasitarias en el cerebro y el miocardio que podrían explicar algunas de las manifestaciones clínicas en personas enfermas, y cerró el ciclo vital del parásito propuesto, sugiriendo que el armadillo podría ser su reservorio natural.
Para completar su trabajo sobre esta nueva enfermedad, Chagas
describió 27 casos de formas agudas de la enfermedad y realizó más de 100 autopsias a pacientes que exhibían la forma crónica.
Los años pasaron y Chagas cumplió su sueño de ser reconocido por
el gran esfuerzo que hizo al hallar esta nueva enfermedad, mas jamás encontró una cura, tratamiento o algo que la combatiera y así salvar miles de vidas en especial a las mujeres en embarazo que eran las que más afectadas. Su investigación duro hasta el día de su muerte que sin éxito hallo cura.
Fueron años y años y nadie encontraba una cura o algo que la
combatiera, hasta en el año 1960 que lograron desarrollar un medicamento que hoy en día no es una cura pero si un tratamiento para evitar ciertos síntomas.
El trabajo de chaga es único en la historia de la medicina, puesto
que fue el único investigador en describir completamente una nueva enfermedad infecciosa: su patógeno, su vector, su hospedador, sus manifestaciones clínicas y su epidemiología.
Para chagas la enfermedad tenia diferentes transmisiones como
vectorial: Cuando el insecto pica a una persona para alimentarse con su sangre, defeca muy cerca de la picadura. En las heces que deposita sobre la piel se encuentra el parásito, que pasa a la sangre cuando la persona se rasca. Esta forma de transmisión se conoce como transmisión vectorial. La vertical: Una mujer embarazada que tiene el Chagas puede transmitirlo a su bebé
Transfusiones y trasplantes: persona que reciba una transfusión de
sangre (o derivados) o un trasplante de órganos de una persona que tenga la infección podría contraer la enfermedad de Chagas.
Oral: También es posible contraer el Chagas al ingerir comida o
bebida contaminada por el parásito.
Su ciclo de vida de la vinchuca El insecto se reproduce por huevos, que
miden de 2 a 3 mm, de color blanco, que cambian a rosado cuando se completa la evolucion del embrion. Desde que sale del huevo hasta que alcanza el estado adulto, la vinchuca pasa por cinco etapas de crecimiento, con cambios graduales de tamaño y sin alas. En cada cambio pierde su pelecho. Desde el estado de huevo a la etapa adulta, el ciclo evolutivo de la vinchuca puede variar de 8 meses a 1 año. A partir del estadio adulto la vida de este insecto se prolonga entre uno y dos años.