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UNIVERSIDAD INDUSTRIAL DE SANTANDER

ESCUELA DE EDUCACIÓN
LITERATURA E INFANCIA
EDISSON G. DELGADO MEDINA

Los cuentos infantiles y las animaciones de Walt Disney

Cuando una persona lee los cuentos originales de los Hermanos Grimm, Charles Perrault o

Hans Christian Andersen, se da cuenta que las historias vendidas por la industria Walt

Disney Compañy al espectador no tienen nada que ver con la original. Los Hermanos

Grimm y Charles Perrault han sido fuentes recurrentes de adaptaciones de Disney, porque

como dice Jorge Francisco Mestre (2017) “al adaptarla la productora conserva mayor parte

del relato y agrega detalles” de acuerdo a lo anterior, algunos detalles como el beso

romántico, el príncipe azul y las hadas benevolentes son imágenes heredadas del folclor

europeo, recogida y modificada en obras literarias, y a su vez manoseadas por las

productoras estadounidense. Entonces, el presente texto aparte de indagar en la forma

comercial que la compañía Disney hizo de los cuentos tradicionales, busca además analizar

el rol de la figura femenina a través de la historia de estas obras.

Ahora bien, la empresa de Walt Disney en el siglo XX estaba en decline tras la muerte

de su creador; los autores de animación no tenía ideas, habían perdido el rumbo en materia

creativa; no obstante, aparecen los hermanos Bass que inyectaron una cifra cuantiosa a la

compañía para quedarse con un porcentaje de ella, e inmediatamente contrataron a Michael

Eisner y a Jeffrey Katzenberg, quienes con otros miembros formaron el “ Disney Team”

sobre este equipo de trabajo Maestre (2017) dice “Por más de una década, este equipo

diseñó la estrategia comercial y, sobre todo, el perfil de los personajes que admiraría la
naciente generación millenial. Idearon, además, la operación global que hoy en día le

resulta familiar a cualquiera.” (pág. 23).

Su fórmula capitalista fue la siguiente: distribución masiva de productos y atracciones

fabricados con base en las películas, para convertir a los imberbes espectadores en

incansables consumidores. Entonces la gente ve el filme, compra la mercancía y va al

parque de diversiones, un bucle, que se repite una y otra vez. Sin embargo, esta estrategia

dio sus frutos hasta en el año 1989, donde el Disney Team tuvo su primer triunfo, siguiendo

una de las formulas infalibles: Las princesas de cuentos de hadas, como es el caso de la

sirenita.

La compañía suprimió muchos detalles de los cuentos tradicionales en sus adaptaciones

cinematográficas por el hecho de que algunos elementos ya podían ser escandalosos a

comienzos del siglo xx. Las historias que inspiraron a las películas favoritas de los niños

son en realidad más oscuras. Hasta las más parecidas a las versiones de Disney tienen sus

partes macabras.

Por ejemplo en Blancanieves de los Hermanos Grimm, una madre celosa envidia la

belleza de su hija e intenta una serie de asesinatos que obligan a la princesa a buscar refugio

en casa de unos enanos, (en los cuentos de los hermanos Grimm, la casa de los enanos

siempre está aseada, limpia, confortable) muerde la manzana envenenada y muere; un

príncipe ocioso que pasaba por allí ofrece dinero a los enanos por el cuerpo de la princesa.

Al llevarla de camino, se levanta insólitamente tras escupir el pedazo de manzana atorado

en la garganta porque los siervos hicieron caer la caja ferretea. La mamá entonces es

condenada a bailar en zapatos de hierro encendidos hasta que muera. En cambio en la


adaptación cinematográfica de Blancanieves y los siete enanitos (1937) se suprimen don

intentos de homicidio, la mamá es convertida en bruja y reemplaza la oferta de compra del

cadáver por un beso romántico de amor. Todo esto fue un éxito para la historia de Walt

Disney, ya que fue el primer largometraje animado con color y sonido, toda una experiencia

de progreso y fantasía para la época.

Respecto al personaje como rol, Iglesias y Zamora (2013) comentan lo siguiente:

A pesar del rango de princesa que posee Blancanieves, su estadio de sumisión

frente a la reina no le permite ostentar el mismo, siendo encomendada a realizar

labores de limpieza propias de la servidumbre. Un símbolo de su evadida

potestad es la falta de la corona dorada –que alude a fuerza y poder–

característica de la realeza en los cuentos, ausencia que suple con el lazo en su

pelo. Por tanto, es una mujer oprimida por las normas de la microsociedad en la

que vive (Pág.128).

Entonces se puede observar cómo era el estereotipo que vendía la compañía sobre la

mujer en aquel entonces, y cómo era generadora de dos posibilidades: los buenos y los

malos; idea que gira en torno a los personajes de los cuentos. Dorfman y Mattelar citados

por Tovío Meneses (2013) lo refieren así:

A la mujer únicamente se le concede dos alternativas (que no son tales) ser

Blanca Nieves o ser la Bruja, la doncella ama de casa o la madrasta perversa.

Hay que elegir entre dos tipos de olla: la cazuela hogareña o la poción mágica

horrenda. Y siempre cocina para el hombre, su fin último es atraparlo de una u

otra manera (pág.31).


Lo que pasa en estas películas (Blanca nieves, la Cenicienta, y la Bella Durmiente) es

que se mantiene la misma trama de los cuentos originales, aunque reemplazan la crueldad

por jovialidad hogareña. Por ejemplo en Cenicienta el final justiciero del cuento, cuando las

aves les sacan los ojos a las hermanastras y cojas por cortasen los pies para que la zapatilla

encajara; mientras que en las adaptaciones Cenicienta está es con productos de aseo para

dejar el piso y las baldosas relucientes.

De ahí que a mediados del siglo xx muestran a las jóvenes princesas como verdaderas

amas de casa, felices y satisfechas con su laboriosa vida. No solo Cenicienta se dedica a las

labores del hogar como sacadas de un comercial de productos de limpieza, sino que

Blancas Nieves limpia y hace un pastel en casa de los enanos de modo que se siente

realizada. Maestre (2017) dice que esto tiene una posible explicación, como lo demostró

Betty Friedan en la mística de la feminidad y es que tras el regreso a casa, los

excombatientes de la segunda guerra mundial que ingresaron al mundo editorial

promovieron la divulgación mediática, por más de veinte años, de una imagen de la mujer

como esposa perfecta y complaciente ama de casa, de sexualidad pasiva, sumisa. (Como es

el caso de la bella durmiente, inmóvil, receptiva) esta representación de la mujer fue una

eficacia mercantil: la infelicidad de las amas de casa, las hacía compradoras insaciables.

(Pág.24).

Para observar esta idea de Friedan, Francisco García (2007) la deja entrever en el ensayo

que realiza sobre la obra de Friedman, donde comenta lo siguiente:

De acuerdo con la mística de la feminidad, la mujer no tiene otra forma de crear

y de soñar en el futuro. No puede considerarse a sí misma bajo ningún otro


aspecto que no sea el de madre de sus hijos o esposa de su marido. Y los

artículos documentales presentan reiterativamente a las nuevas amas de casa de

la nueva generación que ha crecido bajo esta Mística, a las que ni siquiera se les

plantea ese problema en su interior.

De acuerdo con esta idea, en los años de Walt Disney en la producción, la mística de la

feminidad que habla Friedman, fue el telón de fondo para personajes pasivos que, más allá

de cocer, cocinar y limpiar, solo se permitían desear ser salvadas mediante el recurso

infalible del príncipe azul; en el contexto norte americano, ese príncipe azul viene siendo el

soldado que está en tierras distantes luchando por su país, un marine que regresa del frente

de guerra, con el cual podría cumplir el sueño de toda princesa de Disney: casarse, tener

hijos y vivir felices para siempre.

En este sentido Macalla y Veillon (2016) dicen:

La elaboración de los modelos femeninos a través del cine, es reflejo del

carácter machista de la industria cinematográfica. El cine clásico

hollywoodense se ha encargado de desarrollar, a través, de los años, los

esquemas a los que se ha supeditado el papel de la mujer en la realidad social.

Hasta ahora hemos visto como ha sido estas adaptaciones cinematográficas de los

cuentos tradicionales donde se censuran en gran parte hechos que configuran lo oscuro y

macabro que suelen ser; asimismo, la imagen de la mujer en las adaptación de los cuentos

originales donde se ve reflejado el estadio de pasividad y sumisión de la mujer. Ahora lo

que queda por ahondar, es cómo se ha ido transformado el rol de las princesas de Disney

para un público que cada vez estaba más inmerso en los derechos de la mujer.
Vamos a ver varios ejemplos donde el estereotipo tradicional de la mujer/princesa se

rompe a pesar de que a Hollywood le costara tanto trabajo adaptarse a este fenómeno; con

Pretty Woman (1990) las productoras se dan cuenta de que el público no censuraba el

hecho de que la protagonista fuese una prostituta, abrió un nuevo terreno para crear

historias de otro tipo. Otro ejemplo, Mulan, primero se viste de geisha para atrapar a un

hombre, fracasa, entonces decide alistarse en el ejército, donde encuentra una identidad

femenina guerrera. En esta película la tensión del género se refuerza en dos momentos:

primero cuando Mulan se disfraza de hombre y segundo cuando los compañeros de batalla

para entrar al palacio imperial se visten de mujeres; Macalla y Veillon (2016) comentan

que: “en «Mulan» aparentemente se rompen moldes porque una mujer, contra todo

pronóstico y transgrediendo la norma establecida, decide luchar, como un guerrero

profesional, ocultando su condición femenina”. pág. 12

Entonces este cambio de roles femeninos fue agudizando los momentos que atravesaba

en materia de inclusión las productoras cinematográficas. Veamos otros ejemplos, en

workin class, la princesa es negra; en pocahontas, es una indígena. Disney hace estos

cambios en materia de género porque el público mucho más receptivo de su realidad exige

una posición de la mujer en la sociedad.

Para terminar Maestre sugiere que:

Al adaptar de nuevo viejas películas animadas y al hacer versiones cada vez

menos fieles de los cuentos que narran, las princesas de Disney y la compañía

misma no solo han tendido a distanciarse del cuento de hadas europeo sino que
se han congraciado con un público preocupado por su representación en el cine

y otros medios en temas de raza, género y respeto cultural.

Finalmente, ese folclor recogido de Europa se va disipando con las ideas que los

cineastas norteamericanos tienen para un público que ha despertado del letargo machista

que impero durante décadas, y en donde hacían ver el rol de la mujer de forma paciente y

mansa, sumisa y abnegada; no obstante, lo realizado por estas compañías al entrar en la

nueva forma de hacer las películas donde no se vulnere el estado de la mujer, fue hacer

representaciones del folclor de la realidad en la que vivimos.

Referencias Bibliográficas

Grimm, J., & Grimm, W. (1985). Cuentos escogidos de los hermanos Grimm.

Macaya, A. L. (2016). Facultad de Comunicaciones Carrera de Periodismo Seminario de

Investigación (Doctoral dissertation, Universidad del Desarrollo).

Meneses Tovío, D. (2013). Estereotipos femeninos en las películas animadas de

Disney (Master's thesis, Pregrado en Comunicación Social y Periodismo).

Mestre, F. (2017) y fueron feministas para siempre. Malpensante, volumen 190, pág. 22-27.

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