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Hola,

Me dijeron que tu nombre es Carol Vanessa, y me contaron que vives en la vereda Peñalisa.
Mucho gusto, mi nombre es Diego, y vivo en Bogotá.

Carol yo espero que tengas una muy bonita navidad: que sepas darte cuenta de todos los regalos
que te rodean. A diferencia de los que vivimos en las ciudades, las zonas rurales del país, el campo,
está lleno de regalos que puedes disfrutar todos los días. Una tierra fértil que puede producir
alimentos, agua, aire mucho más limpio que el de las ciudades, calma, el cantar de los pajaritos,
otros animales que puedes observar, árboles que te ofrecen sombra cuando la necesitas y muchas
otras cosas que a lo largo de la vida vas a ir descubriendo.

Te cuento que en la ciudad, y sobre todo en esta ciudad que resulta un poco monstruosa, parece
que olvidamos lo importante, lo esencial… Parece que ahora solo nos importa el dinero, y es como
si creyéramos que todo podemos comprarlo con papeles de colores, como si en algún momento
de la historia pudiéramos comer billetes o monedas. Olvidamos la importancia que tiene un árbol,
la belleza que ofrece el suelo, la tranquilidad que puede producir el agua… Olvidamos que lo que
se encuentra en nuestros platos todos los días viene de regiones ricas como la que habitas. Viene
de manos que trabajan la tierra, tal vez como las de tus padres y seguramente como la de alguno
de tus vecinos.

Aprovecho en esta carta para pedirte perdón por lo que no se ha hecho, porque en el país no
hemos hecho lo suficiente para que tú y tu familia estén en una mejor situación, una situación que
reconozca la riqueza que tienen, que les respete sus formas de vivir y les permita ser quienes
quieran ser…. Que te permita a ti entrar en la mejor escuela, estudiar la historia de tus padres, tus
abuelos y los de ellos, y no una historia de padres y abuelos que no son nuestros, como si lo
fueran; que te permita intentar ser la mejor en todo lo que tú quieras, que te permita tener las
oportunidades que tal vez yo he tenido y que nos permita tener las oportunidades que otros
tienen… Que te permita vivir.

Estamos en temporada navideña, y nos acostumbramos a celebrarla con regalos y reuniones, en


mi casa acostumbramos a reunirnos en familia, hablar, comer y entregar detalles. Regalos como si
la vida misma no estuviera repleta de ellos, entregamos regalos materiales, juguetes, ropa y
muchas otras cosas, cuando a diario entregamos regalos como un saludo, un abrazo, una sonrisa,
un te quiero… A diario recibimos regalos de la tierra, un buen día soleado, la lluvia, el aire, el agua
que bebemos, los alimentos que consumimos… Regalos que en las ciudades olvidamos valorar, y
regalos que pueden perderse por los regalos materiales, regalos que están siendo explotados por
esos otros regalos, todos los días queremos más y más y más, sin importar el costo…
Acostumbrados a una idea de que más siempre es mejor, olvidándonos de que a veces significa
MÁS sequía, MÁS contaminación, MÁS miseria, MÁS y MÁS…

Con esta carta no quiero que dejes de disfrutar los regalos, por el contrario, quiero que sepas
disfrutarlos… valorar los regalos que la tierra te entrega a diario, que tus padres, tus amigos,
familiares, vecinos y conocidos te entregan a diario, aquellos pequeños detalles que más allá de
presentarse con belleza y abundancia se entregan con sencillez, humildad y alegría… Aquellos
regalos que no puedes comprar con dinero, y por supuesto, aquellos que se consiguen con dinero,
como lo es el juguete o la ropa que utilizas… Es ahí donde radica la grandeza, en hacer mucho con
poco, en disfrutar la vida con humildad alegría, en construir felicidad con humildad, en defender
los regalos que nos ofrece la vida y la tierra y en buscar la justicia, la equidad y la felicidad, en
defender lo propio, lo natural, lo esencial. Defender las verdaderas riquezas, las naturales y las
culturales.

Te agradezco a ti por los regalos que desde tu vereda, tu región o tu hogar llegan a una ciudad
como esta, la cantidad de productos que comemos, la riqueza cultura que ofrecen al país y muchas
otras.

Todos estos regalos que te menciono se encuentran hoy amenazados por circunstancias que, tal
vez, estas muy joven para entender pero son circunstancias de las que tenemos culpa también
esta y otras generaciones anteriores, son deudas que tenemos con la historia, y deudas que
seguramente tu generación en algún momento tendrá que asumir… Te pido perdón también por
eso. Pero te invito a ser feliz disfrutando y defendiendo esos regalos que te ofrece la vida. Esos
regalos que por más que intenten jamás podrán arrebatarnos, porque como dice un gran escritor,
que espero que conozcas algún día, “podrán cortar todas las flores pero jamás acabaran la
primavera”.

Carol te deseo una muy feliz navidad, al lado de los tuyos, y al lado de las riquezas que te rodean.
Que disfrutes de todos los regalos, los que recibirás hoy y los que has recibido y recibirás todos los
días, te invito también a defenderlos, valorarlos, cuidarlos y apreciarlos.

Que tengas un gran día, y una gran vida, y no solo tú, sino todos allegados.

Con mucho cariño, un gran abrazo.

Diego.

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