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Introducción
Las ideas delirantes son relativamente frecuentes en la población geriátrica,
afectando aproximadamente al 10% de los ancianos no demenciados que
residen en la comunidad (1, 2)
Esta ideación delusoria en los ancianos presenta notables particularidades en
cuanto a su fenomenología y, probablemente, fisiopatología; por lo cual supone
en la actualidad un importante objeto de estudio e investigación. Más aún
cuándo quedan tantas cuestiones por responder: ¿existe realmente una
vulnerabilidad delirante en los ancianos?, ¿existe un sustrato orgánico uniforme
en este desarrollo delirante?, ¿qué papel desempeña la dinámica, la
psicobiografía, la personalidad previa...?, ¿qué procesos cognitivos intervienen
en esta génesis delirante?, ¿cómo se desencadena el proceso?... Las
definiciones clásicas de idea delirante, que enfatizaban en “la convicción
extraordinaria y la incorregibilidad de la misma” (3), más adaptadas a la
génesis delirante en la población adulta joven y a los cuadros psicóticos
crónicos, han sido cuestionadas en los estudios fenomenológicos más
recientes. De hecho, actualmente, ya no se considera que las ideas delirantes
sean “incorregibles”, sino que pueden ser reducidas a través de intervenciones
específicas cognitivo-conductuales e incluso el grado de preocupación y la
ansiedad concomitantes fluctúan a lo largo del tiempo(4).
Desde este punto de vista, abierto e integrador, las ideas delirantes en los
ancianos adquieren una dimensión más amplia y permiten participar del
concepto a algunas manifestaciones delirantes muy propias (aunque no
exclusivas) de las personas mayores. De esta manera, cuando nos estemos
refiriendo a las ideas delirantes en los ancianos podremos incluir también las
falsas identificaciones, las confabulaciones, los falsos recuerdos, las ideas
estructuradas en torno a alteraciones de la senso-percepción...
Delirios Paranoides:
Aunque no se trate de lo más característico de la fenomenología delirante en
los ancianos, sí podemos decir que las ideas paranoides son las más
prevalentes en este grupo de población. Hasta en el 6% de las personas
mayores de 70 años (1) y el 7% de los mayores de 85 años (2), no
demenciados, aparecen ideas delirantes de tipo paranoide. La explicación de
esta elevada prevalencia debemos dirigirla hacia los factores de riesgo para la
aparición de ideas paranoides. Al deterioro cognoscitivo, focalizado en áreas
específicas que determinan la formación de las ideas (7,8); debemos añadir
otros factores que con frecuencia se “acumulan” en los mayores: el aislamiento
social, el nivel educativo relativamente bajo, la comorbilidad somática o los
síntomas depresivos (1). En personalidades predispuestas (esquizoides o
esquizoparanoides) contemplamos con relativa frecuencia cómo, al hacerse
mayores, sus dolencias físicas son atribuidas a “enemigos”, vecinos o
familiares, que pretenden producir daño o sufrimiento en el paciente. Así una
enfermedad somática, un dolor o una disfunción corporal, pueden
desencadenar en una estructura delirante de tipo paranoide. En este caso una
conducta de enfermedad no adecuada favorecería el desarrollo paranoide; en
otros casos se genera un trastorno de adaptación depresivo. Un tema de
radical importancia en el desencadenante paranoide de los ancianos son las
deficiencias sensoriales. Se ha descrito la denominada Paranoia de los sordos
(9). Parece ser que la aparición de las ideas paranoides tiene más que ver con
un defecto de información, ya que se ha demostrado que, aunque las ideas
paranoides sean 4 veces más frecuentes en las personas con deficiencias de la
audición, no se acompañan de una presencia más significativa de
alucinaciones auditivas (10) Hemos observado también en algunos pacientes
cómo la alucinosis visual secundaria a trastornos de la visión (síndrome de
Charles Bonnet) ha desencadenado un entramado delirante paranoide de
personajes que visitan al paciente, especialmente en horario nocturno, con la
idea de producirle algún tipo de daño; sin embargo es de destacar que aún en
estos casos debe existir un sustrato cognitivo, psicológico y social que
favorezca el desarrollo delirante paranoide a partir de la alucinosis visual (11)
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