Está en la página 1de 11

El Derecho a la Salud

El artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, indica que el Derecho a la


Salud es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano:

“Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su
familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la
asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los
seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de
pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su
voluntad” (ONU, 1948)

Ya en 1948, la Organización Mundial de la Salud definió que "La salud es un estado de completo
bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades"
(OMS, 1948).

La Conferencia de Alma Ata (1978) reafirmó que entiende la “salud” como aquel estado de total
bienestar físico, social y mental, y no simplemente la falta de enfermedades o malestares, siendo
un derecho humano fundamental y convirtiendo a la búsqueda del máximo nivel posible de salud
en la meta social más importante a nivel mundial, cuya realización requiere de la participación de
otros sectores sociales y económicos en adición al sector salud. (Alma Ata, 1978)
Mirar la salud desde un enfoque de Derechos Humanos apunta a garantizar el derecho a la
salud y de otros derechos relacionados con ella, sin distinción de edad, etnia o raza, sexo,
género, orientación sexual, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o
social, posición económica, nacimiento, o cualquier otra condición social.

Los elementos del derecho a la salud son los siguientes:

Número suficiente de establecimientos, bienes y servicios públicos de


DISPONIBILIDAD salud, centros de atención de la salud, personal de salud y especialistas,
así como de programas específicos para las necesidades de la población.

Dimensiones: no discriminación, accesibilidad física, accesibilidad


ACCESIBILIDAD económica y accesibilidad de la información.

Respeto a la ética médica, culturalmente apropiados (cultura de las


personas, las minorías, los pueblos originarios, los migrantes), género y
ACEPTABILIDAD
etapa del ciclo de vida.

Apropiados desde el punto de vista científico y médico, buena calidad.


CALIDAD
Derechos humanos de las mujeres
En los años 70 se formulan derechos específicos de las mujeres, al reconocer que a pesar de la
vigencia de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, siguen siendo objeto de
importantes discriminaciones, lo que viola los principios de la igualdad de derechos y de respeto
de la dignidad humana, establecidos en ella.
En 1979 los Estados aprobaron la Convención sobre la Eliminación de toda forma de
discriminación contra la Mujer (CEDAW), principal instrumento jurídico internacional relativo a
los derechos de las mujeres como derechos humanos, es decir, explicita los derechos
humanos de la mitad femenina de la humanidad en sus distintas manifestaciones. Reafirma la
fe en los derechos humanos fundamentales, en la dignidad y el valor de la persona humana y
en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, define el significado de la igualdad e indica
cómo lograrla.
Aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 18 de diciembre de 1979 (1975
Primera Conferencia mundial sobre la Mujer – México), se fundamenta en que, a pesar de la
vigencia de la Declaración Universal de los DDHH (1948), "las mujeres siguen siendo objeto de
importantes discriminaciones" y subraya que esa discriminación viola los principios de la
igualdad de derechos y del respeto de la dignidad humana. Constituye no sólo una declaración
internacional de derechos para la mujer, sino también un programa de acción para que los
Estados Partes garanticen el goce de esos derechos. Entró en vigor a nivel internacional en
septiembre de 1981 y fue ratificada por Chile en 1989.

LA Convención sobre la Eliminación de toda forma de discriminación contra la Mujer (CEDAW),


define la discriminación contra la mujer como:

“La expresión ‘discriminación contra la mujer’ denotará toda distinción, exclusión a


restricción basada en el sexo que tenga por objeto o por resultado menoscabar o
anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer, independientemente de
su estado civil, sobre la base de la igualdad del hombre y la mujer, de los
derechos humanos y las libertades fundamentales en las esferas política,
económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera” (CEDAW, 1979, Art. 1).

Esta Convención pide a los Estados Partes que tomen "todas las medidas apropiadas, incluso de
carácter legislativo, para asegurar el pleno desarrollo y adelanto de la mujer, con el objeto de
garantizarle el ejercicio y el goce de los derechos humanos y las libertades fundamentales en
igualdad de condiciones con el hombre". (CEDAW, 1979, Art. 3)
Incorpora los derechos reproductivos de las mujeres y la obligación de entregar información,
educación, asesoría para la planificación de la familia y de crear códigos sobre la familia que
garanticen el derecho de las mujeres "a decidir libre y responsablemente el número de sus hijos
y el intervalo entre los nacimientos y a tener acceso a la información, la educación y los medios
que les permitan ejercer estos derechos”. (CEDAW, 1979, Art. 10 h)

Los Estados quedan obligados a colaborar a la modificación de los patrones


socioculturales de conducta de hombres y mujeres para eliminar "los prejuicios
y las prácticas consuetudinarias y de cualquier otra índole que estén basados en
la idea de la inferioridad o superioridad de cualquiera de los sexos o en
funciones estereotipadas de hombres y mujeres”. (CEDAW 1979, Art. 5)

La CEDAW obliga a los gobiernos, entre otras cosas, a:

Asegurar igualdad y protección jurídica de los derechos de las mujeres.


Tomar medidas para eliminar la discriminación contra la mujer practicada por cualquier
persona, organización o empresa.
Tomar medidas para asegurar el pleno desarrollo y adelanto de las mujeres.
Modificar patrones socio-culturales de conducta de hombres y mujeres para
alcanzar la eliminación de prejuicios y las prácticas basadas en la idea de
inferioridad o superioridad de los sexos.
Promover la maternidad como función social y reconocimiento de la responsabilidad
común de hombres y mujeres respecto de los hijos/as, derecho a definir número y
espaciamiento de hijos/as, impedir la discriminación por maternidad.
Eliminar la discriminación en la atención médica y asegurar acceso a planificación
familiar, dar atención especial a la mujer rural.
Asegurar igualdad de derechos y responsabilidades en el matrimonio y su disolución
Penar la trata de mujeres y su explotación sexual.
Asegurar la participación en actividades de esparcimiento, deportes y cultura.
Por su parte, la Declaración de la Conferencia Internacional de Derechos Humanos de Viena (1993)
específica:

“Los derechos humanos de la mujer y de la niña son parte inalienable,


integrante e indivisible de los derechos humanos universales. La plena
participación, en condiciones de igualdad, de la mujer en la vida política,
civil, económica, social y cultural en los planos nacional, regional e
internacional y la erradicación de todas las formas de discriminación
basadas en el sexo son objetivos prioritarios de la comunidad
internacional”. (Art. 18)

En esta declaración, se señala que la violencia y todas las formas de acoso y explotación sexuales
son incompatibles con la dignidad de la persona humana e insta a los gobiernos, las
instituciones intergubernamentales y las organizaciones no gubernamentales a que
intensifiquen sus esfuerzos en favor de la protección y promoción de los derechos humanos de la
mujer y de la niña.

Al suscribir estos convenios y acuerdos internacionales, Chile se hace parte del


objetivo de avanzar en igualdad entre mujeres y hombres, lo que supone disolver
las jerarquías de género y reconocer a todas las personas como sujetos titulares
de derechos, impidiendo que las diferencias originadas por el sexo y por la
capacidad reproductiva de las mujeres se transformen en desigualdad y
discriminación.

El diseño y aplicación de las políticas públicas exige considerar, valorar y favorecer las diferencias
en las necesidades, intereses, comportamientos y aspiraciones de mujeres y hombres,
independientemente de sus orientaciones sexuales e identidades de género, respecto a los
mismos e iguales derechos.

Derechos humanos y relaciones de género


Como ya se señaló, la igualdad entre mujeres y hombres, entre niñas y niños, está en el centro
mismo de los derechos humanos y los valores de las Naciones Unidas. Para garantizar de manera
eficaz los derechos humanos de las mujeres y las niñas es necesario, en primer lugar,
comprender las estructuras sociales y culturales y las relaciones de poder que condicionan no
sólo las leyes y las políticas, sino también la economía, la dinámica social y la vida familiar y
comunitaria.
El derecho a la igualdad de género en salud exige que los Estados (OPS, 2011):

Los derechos reproductivos


Los derechos reproductivos son derechos humanos relacionados con la reproducción y las
decisiones y prácticas reproductivas de las personas. Promueven la capacidad de decidir
autónomamente sobre la reproducción y garantizan que cada persona tenga acceso a las
condiciones y los medios que permitan la realización y expresión de sus decisiones
reproductivas, sin coerción, discriminación o violencia y en un contexto respetuoso de la
dignidad.
Como tales son universales, indivisibles, interconectados e interdependientes de los otros
derechos humanos reconocidos.
La Convención CEDAW aborda el derecho de procreación y señala que "el papel de la mujer en
la procreación no debe ser causa de discriminación". Destaca el vínculo entre la discriminación y
la función procreadora de la mujer, abogando por "una comprensión adecuada de la maternidad
como función social", lo que requiere que ambos sexos compartan plenamente la
responsabilidad de criar los/as hijos/as.
De esta forma, la reproducción no es abordada desde la perspectiva de la planificación
familiar, sino desde la óptica de los derechos individuales y la libre opción, en torno a
la sexualidad y la reproducción. En consecuencia, las disposiciones relativas a la
protección de la maternidad y el cuidado de los hijos se proclaman como derechos
esenciales y se incorporan en todas las esferas que abarca la Convención, ya traten
éstas del empleo, el derecho de familia, la atención de la salud o la educación. La
obligación de la sociedad se extiende a la prestación de servicios sociales, en especial
servicios de guardería, que permitan a los padres combinar sus responsabilidades
familiares con el trabajo y participar en la vida pública. Se recomiendan medidas
especiales para la protección de la maternidad que "no se considerará
discriminación". (CEDAW, 1979. Art. 4).
De este modo, la CEDAW incorpora los derechos reproductivos de las mujeres y la
obligación de los Estados Partes de entregar información, educación, asesoría para la
planificación de la familia y de crear códigos sobre la familia, que garanticen el
derecho de las mujeres a decidir libre y responsablemente el número de sus hijos/as y
el intervalo entre los nacimientos y a tener acceso a la información, la educación y los
medios que les permitan ejercer estos derechos". (CEDAW, 1979. Art. 1 h y Art. 16 e).
Por otra parte, la Convención amplía la interpretación del concepto de los derechos
humanos al reconocer formalmente el papel desempeñado por la cultura y la
tradición en la limitación del ejercicio por la mujer de sus derechos fundamentales.
Reconoce que la cultura y la tradición se manifiestan en estereotipos, normas y
costumbres más o menos institucionalizados que van moldeando las características
y atributos de las relaciones entre los géneros y, en particular, han ido construyendo
una situación de subordinación y subvaloración para las mujeres, así como roles y
estatus que las ubican en una posición de discriminación.

Expresamente señala:

Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para


eliminar la discriminación contra la mujer en la esfera de la atención
Artículo 12, párrafo 1
médica a fin de asegurar, en condiciones de igualdad entre
hombres y mujeres, el acceso a servicios de atención médica,
inclusive los que se refieren a la planificación de la familia.

Sin perjuicio de lo dispuesto en el párrafo 1 supra, los Estados


Partes garantizarán a la mujer servicios apropiados en relación con
Artículo 12, párrafo 2 el embarazo, el parto y el periodo posterior al parto, proporcionando
servicios gratuitos cuando fuere necesario, y le asegurarán una
nutrición adecuada durante el embarazo y la lactancia.
Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para
eliminar la discriminación contra la mujer en las zonas rurales a fin
de asegurar, en condiciones de igualdad entre hombres y mujeres,
su participación en el desarrollo rural y en sus beneficios, y en
Artículo 14, párrafo 2 particular le asegurarán el derecho a:
b) Tener acceso a servicios adecuados de atención médica, inclusive
información, asesoramiento y servicios en materia de planificación
de la familia.

Los Estados Partes adoptarán todas las medidas adecuadas para


eliminar la discriminación contra la mujer en todos los asuntos
relacionados con el matrimonio y las relaciones familiares y, en
particular, asegurarán, en condiciones de igualdad entre hombres y
mujeres:
c) Los mismos derechos y responsabilidades durante el matrimonio y
con ocasión de su disolución;
d) Los mismos derechos y responsabilidades como progenitores,
Artículo 16, párrafo 1
cualquiera que sea su estado civil, en materias relacionadas con sus
hijos; en todos los casos, los intereses de los hijos serán la
consideración primordial;
e) Los mismos derechos a decidir libre y responsablemente el
número de sus hijos y el intervalo entre los nacimientos, y a tener
acceso a la información, la educación y los medios que les
permitan ejercer estos derechos.

No tendrán ningún efecto jurídico los esponsales y el matrimonio de


niños y se adoptarán todas las medidas necesarias, incluso de
Artículo 16, párrafo 2 carácter legislativo, para fijar una edad mínima para la celebración
del matrimonio y hacer obligatoria la inscripción del matrimonio en
un registro oficial.

Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de El


Cairo
La Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo del Cairo (CIPD), realizada
en 1994 por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), entiende la salud
reproductiva como un estado de absoluto bienestar físico, mental y social en todos los
aspectos relacionados con el sistema reproductivo, sus funciones y procesos.
El su programa de acción se instala por primera vez el enfoque de derechos
humanos, por sobre la impronta demográfica que anteriormente tuvieron las
políticas de población. Desde la nueva perspectiva, reconoce las desigualdades de
género a través del ciclo vital y enfatiza en que reflejan carencia de poder e
insuficiente ejercicio de derechos de las mujeres.
Al respecto señala:

“La habilitación y la autonomía de la mujer y el mejoramiento de su condición política,


social, económica y sanitaria constituyen en sí un fin de la mayor importancia. Además
son indispensables para lograr el desarrollo sostenible. Es preciso que mujeres y
hombres participen e intervengan por igual en la vida productiva y reproductiva,
incluida la división de responsabilidades en cuanto a la crianza de los hijos y al
mantenimiento del hogar. …Las relaciones de poder que impiden que las mujeres
tengan una vida sana y plena se hacen sentir en muchos planos de la sociedad, desde
el ámbito más personal hasta el más público.” (CIPD, 1994)

En lo referido a los derechos reproductivos, entre otros objetivos plantea “poner


servicios de planificación de la familia de buena calidad y aceptables al alcance y
disposición de cuantos los necesiten y desean, manteniendo su carácter confidencial”.

La CIPD plantea que, el poder tener y ejercer una salud reproductiva también
debe incluir la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y la
capacidad de procrear. De este modo, la salud reproductiva debe asegurar el
disfrute de esta vida sexual satisfactoria sin riesgos, considerando además, que
las personas tienen derecho al nivel más alto de disfrute de lo que son los
beneficios del progreso.

Consenso de Montevideo sobre la Población y Desarrollo


(2013)
Aprobado en 2013, incluye más de 120 medidas sobre ocho temas identificados
como prioritarios para dar seguimiento al Programa de Acción de la Conferencia
Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD) de las Naciones Unidas,
realizada en El Cairo en 1994.
El primer tema prioritario fue derechos, necesidades y demandas de los niños, niñas,
adolescentes y jóvenes. Respecto a este punto los países acordaron garantizar a todos
estos grupos las oportunidades para tener una vida libre de pobreza y de violencia,
sin ningún tipo de discriminación. También se acordó invertir más en juventud,
especialmente en educación pública, así como implementar programas de salud
sexual y reproductiva integrales y dar prioridad a la prevención del embarazo en la
adolescencia y eliminar el aborto inseguro, entre otras.
El tercer tema se relaciona con el acceso universal a los servicios de salud sexual y
reproductiva, contempla promover políticas que aseguren que las personas puedan
ejercer sus derechos sexuales y tomar decisiones al respecto de manera libre y
responsable, con respeto a su orientación sexual, sin coerción, discriminación ni
violencia.Asimismo los países se comprometen a revisar las legislaciones, normas y
prácticas que restringen el acceso a los servicios de salud reproductiva, y garantizar su
acceso universal. De igual forma, acordaron asegurar la existencia de servicios seguros
y de calidad de aborto para las mujeres que cursan embarazos no deseados en los
casos en que el aborto es legal, e instar a los Estados a avanzar en la modificación de
leyes y políticas públicas sobre la interrupción voluntaria del embarazo para
salvaguardar la vida y la salud de mujeres y adolescentes.
En el cuarto tema prioritario, sobre igualdad de género, los delegados acordaron entre
otras medidas cumplir con el compromiso de incrementar los espacios de
participación igualitaria de las mujeres en la formulación de las políticas en todos los
ámbitos del poder público, hacer efectivas las acciones preventivas que contribuyan a
la erradicación de todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas,
garantizando la corresponsabilidad del Estado, el sector privado, la comunidad, las
familias, las mujeres y hombres en el trabajo doméstico y de cuidado no
remunerado, integrándolo en los sistemas de protección social.
Sobre la migración internacional y la protección de los derechos de todas las personas
migrantes, se acordó garantizar la plena inclusión de todos los asuntos relacionados
con este fenómeno en las agendas y estrategias mundiales, regionales y nacionales
para el desarrollo post-2015, brindando asistencia y protección a las personas
migrantes, respetando cabalmente sus derechos y promoviendo la suscripción de
convenios bilaterales y multilaterales de seguridad social, que incluyan a los
trabajadores migrantes.
El séptimo tema relevante se relaciona con los pueblos indígenas, interculturalidad y
derechos, en el cuál se acordó respetar las disposiciones de la Declaración de las
Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, así como las del
Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), exhortando a los
países a ratificarlo. Asimismo, se insta a garantizar los derechos territoriales de los
pueblos indígenas y a prestar especial atención a su movilidad y desplazamientos
forzados y desarrollar políticas que permitan el consentimiento libre e informado en
los asuntos que les afecten.
En relación a los afrodescendientes, derechos y combate al racismo y la
discriminación racial, los países recomiendan aplicar las disposiciones de la
Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las
Formas Conexas de Intolerancia y abordar las desigualdades de género, raza y
generacionales, especialmente la discriminación que sufren las mujeres y jóvenes de
este grupo poblacional.
Finalmente, se aprobó entonces una Agenda regional en población y desarrollo para
América Latina y el Caribe. Posteriormente se estableció un mecanismo de
monitoreo y rendición de cuentas en el que Chile participa.

En relación a los derechos reproductivos, los gobiernos comprometieron,


expresamente:

Eliminar las causas prevenibles de morbilidad y mortalidad materna,


incorporando en el conjunto de prestaciones integrales de los servicios de salud
sexual y salud reproductiva medidas para prevenir y evitar el aborto inseguro,
que incluyan la educación en salud sexual y salud reproductiva, el acceso a
métodos anticonceptivos modernos y eficaces y el asesoramiento y atención
integral frente al embarazo no deseado y no aceptado y, asimismo, la atención
integral después del aborto, cuando se requiera, sobre la base de la estrategia
de reducción de riesgo y daños. (párrafo 40)
Asegurar, en los casos en que el aborto es legal o está despenalizado en la
legislación nacional, la existencia de servicios de aborto seguros y de calidad
para las mujeres que cursan embarazos no deseados y no aceptados e instar a
los demás Estados a considerar la posibilidad de modificar las leyes,
normativas, estrategias y políticas públicas sobre la interrupción voluntaria
del embarazo para salvaguardar la vida y la salud de mujeres y adolescentes,
mejorando su calidad de vida y disminuyendo el número de abortos. (párrafo
42)
Asegurar el acceso efectivo de todas las mujeres a la atención integral en
salud en el proceso reproductivo, específicamente a atención obstétrica
humanizada, calificada, institucional y de calidad, y a servicios óptimos de
salud de la mujer durante el embarazo, parto y puerperio, así como a servicios
que integren la interrupción del embarazo en los casos previstos por la ley y
garantizar el acceso universal a técnicas de fertilización asistida. (párrafo 43)
Garantizar el acceso efectivo a una amplia gama de métodos anticonceptivos
modernos, basados en evidencia científica con pertinencia cultural, incluyendo
la anticoncepción oral de emergencia. (párrafo 44)
Formular planes para fortalecer los mecanismos de detección de alteraciones
del embarazo, incluida la preconcepción, elevar la calidad de atención prenatal
con enfoque intercultural, garantizar la provisión de sangre segura para la
atención del embarazo, parto y puerperio, y mejorar la atención humanizada del
parto y el nacimiento y los cuidados perinatales integrales, teniendo en cuenta
las necesidades de las mujeres, los niños, las niñas y las familias. (párrafo 45)

Avanzar en igualdad entre mujeres y hombres supone disolver las jerarquías de


género y reconocer a todas las personas como sujetos titulares de derechos,
impidiendo que las diferencias originadas por el sexo y por la capacidad
reproductiva de las mujeres se transformen en desigualdad y discriminación. Sin duda
la implementación de políticas que aseguren los derechos de las mujeres ha
permitido ir disminuyendo esta brecha, pero debemos tener en cuenta que aún falta
mucho por recorrer.

También podría gustarte