Está en la página 1de 6

JUNTOS LO LOGRAREMOS

Todo comenzó en la bella ciudad de Huanta, caracterizada por ese color verdoso
cual esmeralda reluciente, ese silencio hogareño que adornaba la ciudad incluso
en las noches más frías, ese compañerismo y amabilidad que caracteriza a los
pobladores. Él se llamaba Julián era un chico de apenas 12 años que se acababa
de mudar a la ciudad a causa de que su padre el señor Rodrigo consiguió trabajo
a tiempo completo en una construcción, lo cual significo que Julián debía mudarse
de su pequeño pueblo en las lejanías de la ciudad Ica, abandonar a su pequeño
colegio también a sus grandes amigos y compañeros de la infancia, esto puso a
Julián muy triste pero el entendió que se trataba de un nuevo algo para la mejora
de su familia. La mañana resulto larga, en la ruta, Julián despertó muy temprano
en la mañana en el autobús, logrando visualizar a lo lejos grandes montañas
escarpadas llenas de rocas combinadas con árboles que se veían cual lunares
verdes, empezó a visualizar a la distancia una ciudad que relucía como una joya
en medio de las montañas emocionado pregunto a su padre por dicha ciudad a lo
cual él respondió.

-Es donde viviremos ahora- con una sonrisa.

Julián estaba desesperado por ver donde viviría, al bajar del taxi su padre señalo a
una casa de dos pisos blanca ubicada a media cuadra del parque de los Héroes
en el centro de la ciudad, Julián ayudo a su padre a desempacar las cosas que
habían traído e inmediatamente se dirigió al parque, logro llegar y sentir un
ambiente nostálgico, se le venían a la mente recuerdos con su pueblo, sentía la
frescura y pureza del aire el cual bailaba en su nariz de manera repetitiva, veía lo
verde de los árboles que se reflejaba en lo brillante de sus ojos y lo enorme de su
sonrisa, al volver a casa empezó a relatar a su padre lo enorme del parque y esa
hedor especial que provocaban los árboles que lo acompañaban , al terminar ya
era de noche Julián veía la calle a través de la ventana de su dormitorio, le
sorprendió el silencio y calma que adornaba la noche reluciente y lo claro del cielo
con pequeñas estrellas que acompañaban a la enorme luna que relucía como
nunca vestía de un color seguro la noche. Julián recordó que su padre le comento
que al día siguiente por la mañana llegarían a su nuevo colegio, Julián estaba muy
emocionado quería seguir conociendo la ciudad, en ese pensar se quedó dormido,
por la mañana no apartaba la mirada de la ventana del taxi al ver los diferentes
colores que adornaban la ciudad, acompañado de un cielo gris que imponía su
espíritu helado por la mañana, al llegar a su destino se sorprendió al ver tantos
niños ingresando a un inmenso portón de fierro oxidado, acompañado de
pequeños dibujos animados en las paredes logro visualizar en lo más alto un
nombre leyéndolo en una voz silenciosa como un murmullo -José María Arguedas-

-¡Muy bien!, ese es el nombre de este colegio, tú nuevo colegio- dijo su padre en
un tono alegre.

Julián estaba muy nervioso, su padre lo presento con el director el cual lo recibió
con una sonrisa, el auxiliar lo guio a su salón mientras se reflejaba en sus ojos un
brillo al ver los trabajos en el colegio los dibujos en las paredes, los juegos en el
área de recreación, esos arcos oxidados que adornaban dando una sensación
distinta al inmenso patio escolar, la bandera en lo más alto del colegio reluciendo
como nunca, al llegar a su aula salió a recibirlo su profesora Roxana la cual se le
acerco con una sonrisa preguntando por su nombre para luego acompañarlo al
aula del 1er año de secundaria, Julián estaba muy nervioso de ver tantas
personas reunidas en un solo lugar tantas miradas las cuales lo tenían como
blanco y centro de atención durante minutos, que para el eran los más largos de
su vida, se presentó normalmente comentando su gran admiración por la lectura,
Como también por deporte, su profesora al escuchar esto saco de su carpeta un
cuento de título “El caballero Carmelo” del autor peruano Abraham Valdelomar, el
rostro de Julián cambio a una sonrisa acompañado de un fuerte abrazo en
agradecimiento a la profesora, se sentó en la última carpeta del salón tenía mucho
miedo de hablar y equivocarse al participar en el aula. Le encanto ese asiento
porque se encontraba junto a la ventana y podía ver a las aves bailar al compás
del viento que reflejaba los rayos cálidos del sol en las hojas de los arboles más
coloridos cual arcoíris a su vez el baile de los arboles también al compás del
viento, el día paso muy rápido Julián se fue a casa muy triste porque no había
logrado hablar con nadie incluso en la hora del recreo el prefirió quedarse a ver el
paisaje por la ventana, a la hora de salida al llegar a su casa junto a su padre le
comento acerca del regalo de la profesora emocionado terminando de lavar los
trastes corrió rápidamente por las escaleras llegando a su cuarto acercando una
silla a la ventana acompañada de los cálidos rayos del sol también con la
tranquilidad de la calle empezó a leer el libro, al paso del tiempo la noche se hizo
presente, había pasado toda la tarde leyendo. Al día siguiente en el colegio se
acercó a un grupo de su salón, hablo con Juan el cual le comento el plan que
tenían para el recreo de jugar un partido de futbol, además el de ir después de
clases a jugar a las cabinas de internet Julián acepto sin pensarlo quería tener
amigos, a la salida se fueron a las cabinas a jugar, paso toda la tarde ahí ya era
de noche su padre estaba muy molesto lo regaño:

-No siempre todos son buenos amigos, no vuelvas a hacer algo así me tenías muy
preocupado – con un tierno abrazo

Al día siguiente Juan se le acerco otra vez proponiéndole lo mismo del día
anterior, aunque ahora la respuesta fue un ¡no! rotundo por parte de Julián que
pensó en las palabras de su papá, al rato el vio en la carpeta de su compañero
también al final de la fila, un libro en su casillero, con el título de “Warma Kuyay”
de José María Arguedas, nombre el cual despertó curiosidad en Julián, al
relacionarlo con el nombre del colegio, el dueño del libro se llamaba Carlos un
joven muy tímido pero con una mirada muy tierna, se pasaron todo el recreo
hablando de como leían o lo que más les gustaba de hacerlo, Julián sentía que
por fin podía comentar las cosa que más le apasionaba como es leer, con alguien
que también pudiera entenderlo de la misma manera. Julián pudo conocer a José
María Arguedas o imaginarlo de la manera como lo describía Carlos, causo tanta
emoción en Julián que decidieron intercambiar sus obras por un tiempo, a la hora
de salida Julián corrió a casa para almorzar ,para después ir en compañía del olor
de la calle, a través de su ventana junto a su nuevo libro las horas pasaron entre
capitulo tras capitulo, imaginando suceso tras suceso, viviendo y sintiendo el
personaje, tanta fue esa sensación que se la paso leyendo toda la noche también
logrando terminar la obra en un día, al día siguiente comento a Carlos el impacto
que había tenido en él la obra y lo genial que le había parecido, al término de la
primera hora de clases Carlos le dijo:

-Creo que eres uno de los nuestros- con una sonrisa misteriosa

En la hora de recreo Carlos se llevó a Julián a un lugar junto al patio en un salón


abandonado donde había un grupo de chicos cada uno con una obra en mano,
primero Julián se presentó con la obra que tenía en mano después

-- Me llamo Luis mi obra favorita y la única que tengo es “El mundo es ancho y
ajeno” de Ciro alegría mi autor favorito--

-- Me llamo Carmen y me encanta la poesía por eso mi poemario favorito es


“Trilce” de Cesar Vallejo mi autor favorito —

-- Me llamo Fernando mi autor favorito es el nobel peruano Mario Vargas Llosa y


mi obra favorita es “La ciudad de los perros”—

Julián se llenó de emoción al saber que él no era el único con un gusto por la
lectura, y claro que por fin había encontrado los amigos que tanto buscaba,
amigos que compartían su pasión por la lectura como nadie más. Cada día se
reunían en el recreo y comentaban acerca de sus libros lastimosamente por
dificultades económicas eran los únicos que podían tener. Una tarde calurosa
Julián logro percibir un afiche fuera del colegio el cual decía en letras mayúsculas
“Huanta lee” un concurso cuyo premio era una computadora junto a un número
considerable de obras literarias, Julián emocionado comento la idea al día
siguiente con sus amigos del “club de lectura” como él los había denominado,
explico que el concurso consistía en comprar obras mensualmente y dar un
examen sobre esa obra el mismo mes, todos respondieron apenados que no
tenían los recursos para pagar esas obras acompañado de la mirada triste e
impotente de Julián que tampoco disponía de los medios, entonces Carlos dijo –
Podríamos vender caramelos o cualquier cosa en los recreos cosa que podríamos
comprar las obras- Julián sonrió y dijo que estaba dispuesto a hacer lo que haga
falta. Y así fue cada día el grupo de lectura vendía caramelos y galletas de salón
en salón por las mañanas para poder primero pagar la inscripción y la obra,
mientras que por las tardes iban a sus casas en grupo para poder tener un
espacio para ellos, poder leer juntos, incluso algunos días iban juntos a leer al aire
libre que era los que más los apasionaba, el poder leer en conexión con la ciudad
el ver el hermoso paisaje huantino y combinarlo con la descripción del autor a
través de palabras tan estéticas para luego compartirlo entre amigos. Así fue cada
mes Julián daba el Examen y compraba una nueva obra, esta la compartía con
sus compañeros del club y juntos compartían las ideas y lo que más les gustaba,
esto hacía sentir confianza a Julián sentía que lo hacía todo junto a sus amigos,
pensaba en ellos en todo momento al dar el examen, así paso el tiempo llego el
último examen Julián salió con una sonrisa del salón sus amigos del club lo
esperaron como sorpresa y juntos felices por lo que habían logrado juntos,
orgullosos de sus esfuerzos. Por la noche al ver los resultados Julián derramo una
lagrima la cual caía de manera lenta a través de una sonrisa en su rostro al ver
que había ganado, al ser llamado subió al escenario recibió el premio
agradeciendo a su padre, a sus compañeros y a su querido colegio también a su
vez a su autor favorito de manera especial, bajando del escenario se abrazó con
sus compañeros del club de lectura entre llantos de felicidad por todo el esfuerzo
que pusieron. Ellos se quedaron con las obras mientras que la computadora la
regalaron al colegio acción la cual despertó la felicidad del director el cual en
forma de premio los alago de forma especial en la hora de izamiento, de manera
aún más especial les dio la autorización de poder usar en las tardes cualquier
salón para la reunión del “club de lectura”.

También podría gustarte