Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En: http://www.fts.uner.edu.ar/catedras03/tfoi/recursos/el_ensayo_
%20forster.htm
Desd
Qué se entiende por "ensayo"?
e la filosofía,
La más generalizada de las definiciones dice que "el ensayo es
Ricardo
literatura de ideas". Esto significa que a la preocupación estética y la
Forster en
creación de recursos expresivos se le suma un objetivo utilitario: el
su libro
planteamiento y debate de temas de interés actual.
Crítica y
Tomás Abraham, desde el campo de la filosofía, dice que "... el
Sospecha,
arte del ensayo es un modo esporádico de la práctica filosófica. Su
plantea un
ejercicio es transdisciplinario y de un género mestizo de escritura.
enfoque
Incluye, además, al que lo practica, en tanto delega en un sustantivo y
interesante
un verbo una subjetividad que habla desde una posición. El ensayo no
acerca del
es una teoría porque no es explicativo sino mostrativo. No es teoría
Ensayo
porque tampoco es un cuerpo organizado sino desmembrado. El
como
ensayo se ofrece con un estilo de escritura, porque el estilo es lo que
género de la
devela la opacidad del lenguaje. Y tiene una voluntad de verdad pero
Modernidad.
de una verdad contingente, coyuntural, conjetural, y ocasional."
a - Explicitar la intención
En cualquier trabajo de redacción se comienza explicitando el propósito. Esto
ayuda a determinar el enfoque que debe darse, el nivel de análisis y profundidad, los
recursos necesarios, etc. Normalmente el ensayista desliza en los primeros párrafos
de su escrito la intención o el propósito:
Esta contribución quiere poner el acento en el impacto del compromiso
intelectual y social de Michel Foucault sobre la acción y el pensamiento crítico. (Pierre
Lascoumes 2000)
Me apoyaré principalmente sobre la "relectura" sociológica de una coyuntura
particular que se inscribe en un trabajo más extenso sobre la revolución neoliberal y la
producción de la ideología dominante. (Frederic Lebaron, 2000)
En los ensayos que por alguna razón deben ser breves, por ejemplo los textos
periodísticos o literarios, muchas veces no se estila explicitar la intención. Sin embargo
es casi imprescindible que quien se dispone a realizar uno, lo haga como primer paso;
de esa manera servirá como guía a lo largo del trabajo evitando posibles
desplazamientos.
c - Elaborar un diseño
Se denomina diseño a la disposición que el autor decide darle a la información
en el texto. Se trata de tomar decisiones en la organización de la información, por
ejemplo, empezar por una contextualización para incluir, posteriormente, el argumento
central; presentar detallados antecedentes y pasar luego a un análisis puntilloso,
desarrollando una por una las partes del planteo del argumento; etc.
La manera en que se dispongan las ideas en el texto puede ser muy personal,
tiene que ver con el estilo que cada uno va tomando. Sin embargo, es posible
proponer una guía, repetimos, no se trata de recetas. La siguiente es una estructura
aplicable al ensayo.
c.3 - Inventario. Un recurso que ayuda mucho, es enumerar los asuntos que
se tratarán, sobre todo en los textos y discursos extensos.
El inventario de los puntos por tratar predispone a la comprensión y
permite seguir el hilo expositivo del ensayo.
Muchos ensayistas, los más clásicos, ubican la motivación, la
proposición y el inventario, todos juntos, en un apartado introductorio, que
puede o no llamarse Introducción.
d - Esquema de redacción
Siempre es conveniente preparar un esquema de redacción.
Es necesario pensar en algún tipo de ordenamiento de las ideas: presentarlas
cronológica y/o históricamente, en orden deductivo o inductivo, de manera
contrastante o comparativa, etc. El armado de un esquema (que posteriormente puede
transformarse en el índice) es imprescindible para la generación de un texto extenso.
Muchos ensayistas sostienen que el tiempo invertido en desarrollar un buen esquema
se recupera ampliamente en el momento de la escritura.
e – Redacción
Se sostiene que lo normal es que se requieran varios borradores sucesivos
antes de llegar al resultado final, y a veces es necesario dejar pasar algunos días entre
una versión y otra. Es muy probable que no se pueda evitar realizar profundas
modificaciones, supresiones, ampliaciones, etc.
Existen algunos recursos específicos de redacción que nos pueden ayudar:
f - ¿Cómo empezar?
Buena pregunta. Hasta aquí todo parece bastante sencillo, sin embargo no son
pocos los que nos advierten del pánico de la hoja en blanco o del cursor titilando sin
parar en la pantalla de la PC. Acá se terminó esta ficha de cátedra, solo queda traer a
cuenta a Harry F. Wolcott, que en un fragmento de su libro "Mejorar la escritura de
investigación cualitativa" nos dice:
"… En el momento en que generas oraciones que podrían aparecer en el
escrito final, has comenzado la redacción. Que tus primeros intentos sobrevivan a los
recortes y reformas posteriores es asunto diferente y de poca monta; si aquello que
estás escribiendo pudiera de pronto encontrar puesto en el manuscrito final, puedes
mirar con orgullo a quien sea y decir que ya (¿finalmente?) empezaste a escribir….
Existen toda clase de palabras elegantes para describir lo que haces antes de escribir:
organizar, conceptualizar, esbozar, rumiar o "cranear", pero mientras tu lápiz no haya
comenzado a formar oraciones sobre el papel o hayas logrado el efecto equivalente
por medio de algún milagro de la tecnología moderna, no tienes motivos para reclamar
la simpatía o admiración de tus familiares, amigos o colegas por haber comenzado
realmente a escribir."
g - Material complementario
Si necesitas ampliar más sobre el ensayo, puedes visitar el siguiente sitio:
http://www.ucol.mx/dgems/comoensayo.htm
www.upb.edu.co/eescritura/clavesparaescribirunensayo/clavesparaescribirunen
sayo.htm
Los siguientes sitios tienen contenidos referidos a la escritura y redacción en
investigación, no es exactamente apropiado para investigación cualitativa, pero es
orientativo:
Cómo preparar una ponencia: http://www.arrakis.es/~cule/pon.htm
Cómo escribir un artículo científico: http://www.arrakis.es/~cule/art.htm
Guía de redacción y publicación científica:
http://galeon.hispavista.com/pcazau/guia_red.htm
El estilo en las citas de los recursos electrónicos:
http://entomologia.rediris.es/aracnet/num1/estilo.htm
i - Ejemplo
Fragmento
Forster,R (2003) Crítica y Sospecha. Los claroscuros de la cultura
moderna. Paidós. Buenos Aires. Pag. 11-13 (Prólogo)
El ensayo ha sido, he intentaré hacerme cargo de esta afirmación, el género de
la modernidad. Desde Montaigne y Walter Benjamin hasta George Steiner y, entre
nosotros, Martínez Estrada y Jorge Luis Borges, ésa ha sido la escritura que mejor ha
representado una travesía histórica caracterizada por la continua tensión entre sus
aspiraciones universalistas y la crisis que no ha dejado de martirizarla desde sus
comienzos. El ensayo, en todo caso, se instaló en el ojo de la tormenta, no eludió la
responsabilidad de interrogar por esos claroscuros de una cultura que había nacido
para destituir, de una vez y para siempre, los dominios de la barbarie y de lo irracional.
Escapando de las grandes narraciones que buscaron darle una explicación final a la
marcha de la historia y al orden de la naturaleza, el ensayo habitó la hondura de la
crisis sabiendo que allí era donde podría tomarle mejor el pulso a la época. Pero
también supuso, en el inicio mismo de la aventura moderna, apenas girando el
Renacimento hacia las complejidades del Barroco, la apertura a una tradición a
contrapelo de los discursos hegemónicos, aquellos que se desplegaban por el nuevo
tiempo de la historia proclamando su dominio, construyendo, hacia atrás y hacia
adelante, el relato de una marcha homogénea y lineal que venía a consolidar el
grandioso edificio de la cultura moderna. El ensayo, en cambio, se convirtió en una
artesanía de la sospecha, pacientemente fue girando alre- dedor de la pregunta como
fuerza elemental desde la que situarse estratégicamente para pensar las fisuras de
ese edificio que se presentaba tan sólido e indestructible. El ensayo, como género
moderno, ha llevado, desde el inicio, la marca de la interrogación crítica, ha hecho
suya la inquietud y la sospecha intentando colocar su indagación por fuera de los
cánones establecidos y más allá de las gramáticas al uso. Entre la sospecha y la
crítica, el ensayo abrió el juego de una modernidad ya no deudora de una única y
excluyente visión del mundo, sino convertida en la expresión de una escritura
desfondada, abierta, multívoca y celosa amiga de la metáfora y compañera, en sus
mejores momentos, de la intensidad poética.
La escritura del ensayo es provisional, va tanteando el territorio por el que se
desplaza sabiendo que no existe rumbo fijo, camino seguro hacia la certeza.1 Ensayar,
experimentar con extraños cruces, tensar de la cuerda sabiendo que puede romperse,
mezclar lo que se rechaza entre sí, incursionar en el campo del enemigo, son algunos
de los modos y de las estrategias del ensayo. Pero también lo es su radical fragilidad,
la conciencia de sus límites y la presencia siempre amenazante de la equivocación.
Dicho más crudamente: el ensayo siempre tiene una dimensión opaca y equívoca que
le permite atravesar mundos conceptuales muchas veces opuestos, extrayendo de esa
experiencia del umbral su componente más interesante y vital, su razón de ser.
"Escribe ensayísticamente -señaló Max Bense- el que compone experimentando, el
que vuelve y revuelve, interroga, palpa, examina, atraviesa su objeto con la reflexión,
el que parte hacia él desde diversas vertientes y reúne en su mirada espiritual todo lo
que ve y da palabra a todo lo que el objeto permite ver bajo las condiciones aceptadas
y puestas al escribir."2 Caminante de cornisas, el ensayista sabe de extravíos y de
deslizamientos hacia zonas peligrosas. Claro que ese juego con lo extremo, ese tocar
el fuego con riesgo de quemarse, no significa que su escritura sea expresión de
diletantismo, apenas un juego irresponsable de quien no tiene nada mejor que hacer
que manipular elementos inflamables sin hacerse cargo de los peligros que entraña.
La tradición ensayística ha implicado, desde sus lejanos inicios, una fuerte toma de
partido, un impulso crítico y una profunda interrogación respecto a las condiciones de
su propia época. Pero esa búsqueda experimentación de las fisuras del discurso
oficial, fue el resultado de la oscura tensión que desde sus comienzos atravesó el
espíritu de la modernidad. Tal vez por eso el ensayo sea la escritura del sujeto
moderno, manifestación de sus extraordinarias inquietudes y de sus soledades. Lejos
de cualquier forma de consolación, el lenguaje provisional y crítico volvió sobre sus
propios pasos, se encargó de hurgar en el interior de sus fantasmas, e impidió que la
lógica expansiva de una subjetividad arrasadora se desplegara por la historia libre de
cuestionamientos. El ensayo ha sido la escritura de la sombra, el revés de la luz
racional, la fisura en el muro de la certeza cartesiano, la poética de la hegeliana
"noche del mundo" o el intento de seguir tras las huellas huidizas del "mal radical"
apenas pronunciado por Kant. Viaje hacia los confines de una época caracterizada
como homogénea que, sin embargo y a la luz crítica de cier- tos pensadores del límite,
nos devuelve sus opacidades, sus formas fantasmagóricas, sus extrañas pesadillas,
sus insondables cavernas en las que naufraga su deber ser. El ensayo se detuvo
pacientemente a indagar esas zonas turbias de un sujeto ya no sólo deudor de
saberes arrogantes e incuestionables, solidificados alrededor de una racionalidad
inexpugnable, sino que emergía como insospechado deudor de sus propias
oscuridades.
1 - En una notable reflexión sobre 'El ensayo como forma' Theodor W Adorno
ha insistido en esta profunda diferencia entre la comprensión "científica" y la
ensayística: "Los ideales de limpieza y pureza, comunes a la filosofia orientada a
valores de eternidad, a una ciencia internamente organizada a prueba de corrosión y
golpes y un arte intuitivo desprovisto de conceptos, son ideales que llevan visible la
huella de un orden represivo. Se exige del espíritu un certificado de competencia
administrativa, para que no rebase las líneas-límite culturalmente confirmadas de la
cultura oficial. Y al hacerlo se propone que todo conocimiento pueda traducirse
potencialmente en ciencia". (T. W. Adorno, "El ensayo como forma", trad. de Manuel
Sacristán, Pensamiento de los confines, Nº1, segundo semestre de 1998, pp. 247-
259).
2. Max Bense, 'Uber den Essay und seine Prosa", Merkur, año 1947, nº 3,
9418. Citado en T.W Adorno, ob. cit.