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Acerca del ensayo

En: http://www.fts.uner.edu.ar/catedras03/tfoi/recursos/el_ensayo_
%20forster.htm

Desd
Qué se entiende por "ensayo"?
e la filosofía,
La más generalizada de las definiciones dice que "el ensayo es
Ricardo
literatura de ideas". Esto significa que a la preocupación estética y la
Forster en
creación de recursos expresivos se le suma un objetivo utilitario: el
su libro
planteamiento y debate de temas de interés actual.
Crítica y
Tomás Abraham, desde el campo de la filosofía, dice que "... el
Sospecha,
arte del ensayo es un modo esporádico de la práctica filosófica. Su
plantea un
ejercicio es transdisciplinario y de un género mestizo de escritura.
enfoque
Incluye, además, al que lo practica, en tanto delega en un sustantivo y
interesante
un verbo una subjetividad que habla desde una posición. El ensayo no
acerca del
es una teoría porque no es explicativo sino mostrativo. No es teoría
Ensayo
porque tampoco es un cuerpo organizado sino desmembrado. El
como
ensayo se ofrece con un estilo de escritura, porque el estilo es lo que
género de la
devela la opacidad del lenguaje. Y tiene una voluntad de verdad pero
Modernidad.
de una verdad contingente, coyuntural, conjetural, y ocasional."

Los textos denominados "ensayos" son escritos pertenecientes a muy diversos


campos: historia, filosofía, política, etc. En este tipo de producción se presentan
algunos rasgos relacionados con:
 la extensión, que oscila entre sólo algunas páginas a varios cientos de
ellas;
 la rigurosidad de los planteamientos, que va desde un análisis de
contexto hasta un minucioso marco conceptual;
 el vehículo de comunicación, que puede ser desde un periódico o
revista, hasta un deslumbrante libro, pasando por una ponencia o un
trabajo final para alguna materia;
Otra de las características de la mayoría de los ensayos es presentarse como
aproximaciones, como esbozos iniciales.
Se considera que esta clase de materiales, constituye uno de los principales
recursos de la cultura moderna. A través del ensayo se debaten las ideas más
influyentes, se conocen los últimos aportes de la ciencia, se forma opinión, se produce
discrepancia productiva.

Comparación con otros géneros


Si se tiene en cuenta la extensión o el tema, el ensayo se parece mucho a la
monografía o el artículo científico. Sin embargo, si se considera que este último es el
informe del proceso integral de una investigación, lo cual implica dar cuenta del marco
teórico, del proceso metodológico, de la historia natural etc., puede apreciarse una
gran diferencia. Aún así, los alcances de un determinado proceso de investigación
expresados en el formato de informes, pueden ser analizados y profundizados en
ensayos. Algunos consideran que el artículo periodístico es una de las variantes del
ensayo.
Como ventaja, puede mencionarse su agilidad, es decir, su capacidad de
comunicar en forma directa una idea. No hay que mostrar el proceso de investigación
utilizado y las citas bibliográficas son reducidas; valen más las ideas que sus
representaciones. Claro, estas no son restricciones taxativas: la libertad del género lo
permite ocasionalmente.
El ensayista se dirige a un público no especializado para quien interpreta un
tema. Esto implica presentar, lógicamente orquestadas por la suya, las opiniones de
quienes se han ocupado del tema. Su carácter es persuasivo. El ensayo se utiliza para
impulsar ciertas ideas y para convencer de ciertas posiciones con respecto a
determinados hechos. Para cumplir este carácter, en el ensayo se ordenan los datos y
los conceptos de manera que resulte evidente una tesis.
Debido a su particular manera de tratar un tema, puede observarse en el
ensayo una determinada función ideológica. Si bien son múltiples las definiciones de
ideología; un concepto (de bolsillo) que podría ser aceptado para esta ocasión es el de
concepción de la realidad desde una perspectiva particular. Por lo tanto, esta función
se manifiesta en el texto del ensayo como un interés-aspiración que tiene el escritor de
persuadir con respecto a su manera de ver las cosas. De manera contundente, dos
ensayos dicen en su inicio:
El Planeta Tierra vive un período de intensas transformaciones técnico-
científicas como contrapartida de las cuales se han engendrado fenómenos de
desequilibrio ecológico que amenazan, a corto plazo, si no se le pone remedio, la
implantación de la vida sobre su superficie. (Félix Guattari 1990, "Las tres ecologías")
¿Tiene la identidad gay un provenir? La respuesta no va de suyo. En efecto,
por una parte, estos últimos diez años hemos visto crecer la aceptación social de las
lesbianas y gays, es decir nuestra progresiva integración en la sociedad, precisamente
a partir de nuestra "identidad", en tanto que miembros de un grupo principalmente
definido por un rasgo identitario: ser lesbiana o gay. (David Halperin 2000, "Identidad y
desencanto")

Preparación del ensayo


A continuación se presentan algunas recomendaciones para aquellos estudiantes que
quieran explorar las posibilidades que brinda el género del ensayo. Son notas tomadas
de diferentes autores, no son recetas, y apuntan a que cada uno vaya encontrando su
propia estrategia en la manera de expresar lo que produce.

a - Explicitar la intención
En cualquier trabajo de redacción se comienza explicitando el propósito. Esto
ayuda a determinar el enfoque que debe darse, el nivel de análisis y profundidad, los
recursos necesarios, etc. Normalmente el ensayista desliza en los primeros párrafos
de su escrito la intención o el propósito:
Esta contribución quiere poner el acento en el impacto del compromiso
intelectual y social de Michel Foucault sobre la acción y el pensamiento crítico. (Pierre
Lascoumes 2000)
Me apoyaré principalmente sobre la "relectura" sociológica de una coyuntura
particular que se inscribe en un trabajo más extenso sobre la revolución neoliberal y la
producción de la ideología dominante. (Frederic Lebaron, 2000)
En los ensayos que por alguna razón deben ser breves, por ejemplo los textos
periodísticos o literarios, muchas veces no se estila explicitar la intención. Sin embargo
es casi imprescindible que quien se dispone a realizar uno, lo haga como primer paso;
de esa manera servirá como guía a lo largo del trabajo evitando posibles
desplazamientos.

b - Investigar los antecedentes y la bibliografía


La bibliografía y los antecedentes, son el sustento de lo que se va a desarrollar
en el ensayo. Su propósito está dirigido a ampliar criterios, comparar y contrastar con
posiciones de otros, de manera que es necesario conocer los antecedentes de la
discusión al respecto. Hay que destacar que las ideas derivadas de la bibliografía
pueden ser muy importantes, pero es necesario que lo sean aún más las del propio
ensayista. Por lo tanto, el trabajo que se haga debe realizarse en función de un
argumento (que sirva de plataforma), y a partir de allí se irá incorporando, para ilustrar,
contrastar o comparar, las ideas de otros autores.

c - Elaborar un diseño
Se denomina diseño a la disposición que el autor decide darle a la información
en el texto. Se trata de tomar decisiones en la organización de la información, por
ejemplo, empezar por una contextualización para incluir, posteriormente, el argumento
central; presentar detallados antecedentes y pasar luego a un análisis puntilloso,
desarrollando una por una las partes del planteo del argumento; etc.
La manera en que se dispongan las ideas en el texto puede ser muy personal,
tiene que ver con el estilo que cada uno va tomando. Sin embargo, es posible
proponer una guía, repetimos, no se trata de recetas. La siguiente es una estructura
aplicable al ensayo.

c.1 - Motivación. Con la provocación de Joaquín Sabina para ponerles


títulos a sus canciones, y sin caer en el sensacionalismo de Crónica TV, es
necesario realizar una entrada llamativa. Ningún discurso será escuchado ni
material escrito alguno leído, si su receptor no está lo suficientemente
motivado. El recurso de un buen título y una buena entrada no se debe
despreciar si es que se quiere persuadir al lector.
No morirá la flor de la palabra. Podrá morir el rostro oculto de quien la
nombra hoy, pero la palabra que vino desde el fondo de la historia y de la
Tierra ya no podrá ser arrancada por la soberbia del poder. (Subcomandante
Marcos)
Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. Todas las
fuerzas de la vieja Europa se han unido en santa cruzada para acosar a ese
fantasma: el papa y el zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los
polizontes alemanes. (Marx y Engels. "El manifiesto comunista")
No sé si debo hablaros de mis primeras meditaciones; son tan
metafísicas y tan poco vulgares que seguramente no serán del gusto de todos.
Y, sin embargo, tal vez esté obligado a ocuparme de ellas para que podáis
apreciar la consistencia de mis razonamientos. (René Descartes. "El discurso
del método")
Con frecuencia, se capta la atención del lector a través de una cita textual. Esto
es lo que se denomina un epígrafe, y se ubica después del título.

c.2 - Proposición del argumento central. Es la mención de la tesis central


que se pretende impulsar. Ese recurso suele presentarse en los primeros
párrafos del ensayo. Los siguientes son algunos ejemplos:
Este ensayo acerca del gobierno de la educación superior explora el
tema de una coordinación del sistema sin hacer uso de mecanismos pesados
de autoridad central. El tema se contrapone a la corriente central de
pensamiento acerca de la coordinación. Si bien en el estudio de los Sistemas
de Educación Superior (SES), la mayoría de los observadores están
dispuestos a otorgarle un lugar a conceptos tales como pluralismo, autonomía,
voluntarismo, e incluso mercado, desde el momento en que vuelcan la mirada
a la necesidad de coordinación -y la mayoría de los observadores
latinoamericanos ven la necesidad de aumentarla significativamente- la
conciben de una manera que va en contra del significado de estos conceptos.
(Daniel Levy 1993. "El gobierno de los sistemas de educación superior")
Lo que voy a presentar es el argumento central acerca de los
significantes vacíos. Al mismo tiempo, voy a tratar de decir algo acerca de la
forma en que la dimensión retórica se presenta como estructurante de la
objetividad, siguiendo algunos de los argumentos que he desarrollado con mi
colega Joan Copjec en el programa que tenemos en Buffalo, que es sobre
retórica, psicoanálisis y política. (Ernesto Lacau 2003)

c.3 - Inventario. Un recurso que ayuda mucho, es enumerar los asuntos que
se tratarán, sobre todo en los textos y discursos extensos.
El inventario de los puntos por tratar predispone a la comprensión y
permite seguir el hilo expositivo del ensayo.
Muchos ensayistas, los más clásicos, ubican la motivación, la
proposición y el inventario, todos juntos, en un apartado introductorio, que
puede o no llamarse Introducción.

c.4 - Desarrollo. Cada uno de los puntos propuestos para el ensayo se


desarrollará en el orden que convenga para una mejor comprensión. Si son
muchos los puntos a desarrollar, a veces es necesario realizar una articulación,
colocando al final de cada uno de ellos, un párrafo anticipatorio del apartado
que vendrá.

c.5 - Conclusión. Es el apartado donde se repasa los aspectos fundamentales


del desarrollo del ensayo. Puede llamarse "conclusión" o no, pero debe estar al
final del trabajo con el propósito de ligar los cabos sueltos y dar un cierre. Aquí
se puede advertir al lector, aquellos puntos que quedaron sin abordar en el
trabajo, y se puede prometer o no que se abordará en un futuro trabajo.

d - Esquema de redacción
Siempre es conveniente preparar un esquema de redacción.
Es necesario pensar en algún tipo de ordenamiento de las ideas: presentarlas
cronológica y/o históricamente, en orden deductivo o inductivo, de manera
contrastante o comparativa, etc. El armado de un esquema (que posteriormente puede
transformarse en el índice) es imprescindible para la generación de un texto extenso.
Muchos ensayistas sostienen que el tiempo invertido en desarrollar un buen esquema
se recupera ampliamente en el momento de la escritura.

e – Redacción
Se sostiene que lo normal es que se requieran varios borradores sucesivos
antes de llegar al resultado final, y a veces es necesario dejar pasar algunos días entre
una versión y otra. Es muy probable que no se pueda evitar realizar profundas
modificaciones, supresiones, ampliaciones, etc.
Existen algunos recursos específicos de redacción que nos pueden ayudar:

e.1. Ordenamiento de la información


Las maneras de ordenar más corrientes en el ensayo son tres: cronológico,
comparativo, causa-efecto.
El orden cronológico permite distribuir la información según un criterio
temporal. Se caracteriza por una serie de nexos que ayudan a reforzarlo:
inicialmente, posteriormente, luego, finalmente, de inmediato, después, con
posterioridad, con anterioridad, al principio, seguimiento, al final.
Tenemos además el orden comparativo, es decir, el procedimiento que
relaciona la información según semejanzas y diferencias. Se dice que es una
expresión típica de todos los razonamientos de contraste. El orden comparativo
se refuerza en el texto a través de los siguientes enlaces: por otra parte, más
bien, contrariamente, a diferencia de, no obstante, sin embargo, en
contraposición, en cambio, etc.
Por último, se llama causa-efecto aquella manera de ordenar un texto
en el que se mencionan las razones y las consecuencias de una determinada
situación. El orden causa-efecto no es de los más utilizados en las ciencias
sociales, ya que por lo general las ideas se presentan en relaciones más
complejas. Sin embargo, sus enlaces pueden llegar a ser útiles, ellos son: por
tanto, en consecuencia, debido a ello, por esto, como resultado de ello.
El uso de los nexos en la redacción de un ensayo, permite presentar mejor las
relaciones entre las ideas; sin embargo, aconsejan tratar con moderación este tipo de
recurso.

e.2 - Recursos retóricos


Este tipo de recurso generalmente se lo asocia con la oratoria, ya que a ésta se
la vincula con objetivos fundamentalmente persuasivos. Y como el ensayo, es
una forma de literatura en la que sobresale el afán de convencer, tiene a la
retórica como uno de sus herramientas principales.
Tenemos dos tipos de recursos retóricos: las figuras de dicción y las
figuras de significación.
Las figuras de dicción adornan el texto en su nivel fónico o sea su
sonido, por lo tanto no tienen un papel fundamental en un ensayo, pero sí en la
poesía. En cambio, las figuras de significación, son las que permiten resaltar
una idea, y poseen participación especial en el ensayo. Ellas son:
Sentencia. Es la afirmación concisa y enérgica de un determinado
argumento.
Gradación. Se expresan los argumentos o las ideas en forma
ascendente o descendente.
Antítesis. Contrapone unos argumentos a otros, unas ideas a otras para
que resalte más la principal.
Interrogación. Se plantea una pregunta cuya respuesta no se ignora.
Hipérbole. Exagera o insiste sobre un argumento para persuadir con
más fuerza.
Prosopopeya. Da vida a los seres inanimados. Un lápiz o una PC nos
habla, un libro o un cuaderno nos abraza.
Los expertos aconsejan no exagerar con las figuras retóricas, deben
usarse justificadamente al servicio de las ideas principales que se quieren
expresar.

e.3 - Estilo del ensayo


El ensayo refleja el sentido contemporáneo de determinadas ideas, por lo tanto,
su lenguaje debe ser directo, sencillo, actual; exige rigurosidad e información precisa
sin detalles superficiales.

f - ¿Cómo empezar?
Buena pregunta. Hasta aquí todo parece bastante sencillo, sin embargo no son
pocos los que nos advierten del pánico de la hoja en blanco o del cursor titilando sin
parar en la pantalla de la PC. Acá se terminó esta ficha de cátedra, solo queda traer a
cuenta a Harry F. Wolcott, que en un fragmento de su libro "Mejorar la escritura de
investigación cualitativa" nos dice:
"… En el momento en que generas oraciones que podrían aparecer en el
escrito final, has comenzado la redacción. Que tus primeros intentos sobrevivan a los
recortes y reformas posteriores es asunto diferente y de poca monta; si aquello que
estás escribiendo pudiera de pronto encontrar puesto en el manuscrito final, puedes
mirar con orgullo a quien sea y decir que ya (¿finalmente?) empezaste a escribir….
Existen toda clase de palabras elegantes para describir lo que haces antes de escribir:
organizar, conceptualizar, esbozar, rumiar o "cranear", pero mientras tu lápiz no haya
comenzado a formar oraciones sobre el papel o hayas logrado el efecto equivalente
por medio de algún milagro de la tecnología moderna, no tienes motivos para reclamar
la simpatía o admiración de tus familiares, amigos o colegas por haber comenzado
realmente a escribir."
g - Material complementario
Si necesitas ampliar más sobre el ensayo, puedes visitar el siguiente sitio:
http://www.ucol.mx/dgems/comoensayo.htm
www.upb.edu.co/eescritura/clavesparaescribirunensayo/clavesparaescribirunen
sayo.htm
Los siguientes sitios tienen contenidos referidos a la escritura y redacción en
investigación, no es exactamente apropiado para investigación cualitativa, pero es
orientativo:
Cómo preparar una ponencia: http://www.arrakis.es/~cule/pon.htm
Cómo escribir un artículo científico: http://www.arrakis.es/~cule/art.htm
Guía de redacción y publicación científica:
http://galeon.hispavista.com/pcazau/guia_red.htm
El estilo en las citas de los recursos electrónicos:
http://entomologia.rediris.es/aracnet/num1/estilo.htm

h - Material bibliográfico consultado


- Abraham, T. 1996. El último oficio de Nietzsche. Editorial Sudamericana.
Bs.As..
- Escuela de Ciencias del Lenguaje ITCR.. 1996. "Un concepto de ensayo".
Redacción de documentos científicos, informes técnicos, artículos científicos, ensayos.
México.
- Orna E. y Stevens G. 2001. Cómo usar la información en trabajos de
investigación. Gedisa Editorial. Barcelona.

i - Ejemplo

Fragmento
Forster,R (2003) Crítica y Sospecha. Los claroscuros de la cultura
moderna. Paidós. Buenos Aires. Pag. 11-13 (Prólogo)
El ensayo ha sido, he intentaré hacerme cargo de esta afirmación, el género de
la modernidad. Desde Montaigne y Walter Benjamin hasta George Steiner y, entre
nosotros, Martínez Estrada y Jorge Luis Borges, ésa ha sido la escritura que mejor ha
representado una travesía histórica caracterizada por la continua tensión entre sus
aspiraciones universalistas y la crisis que no ha dejado de martirizarla desde sus
comienzos. El ensayo, en todo caso, se instaló en el ojo de la tormenta, no eludió la
responsabilidad de interrogar por esos claroscuros de una cultura que había nacido
para destituir, de una vez y para siempre, los dominios de la barbarie y de lo irracional.
Escapando de las grandes narraciones que buscaron darle una explicación final a la
marcha de la historia y al orden de la naturaleza, el ensayo habitó la hondura de la
crisis sabiendo que allí era donde podría tomarle mejor el pulso a la época. Pero
también supuso, en el inicio mismo de la aventura moderna, apenas girando el
Renacimento hacia las complejidades del Barroco, la apertura a una tradición a
contrapelo de los discursos hegemónicos, aquellos que se desplegaban por el nuevo
tiempo de la historia proclamando su dominio, construyendo, hacia atrás y hacia
adelante, el relato de una marcha homogénea y lineal que venía a consolidar el
grandioso edificio de la cultura moderna. El ensayo, en cambio, se convirtió en una
artesanía de la sospecha, pacientemente fue girando alre- dedor de la pregunta como
fuerza elemental desde la que situarse estratégicamente para pensar las fisuras de
ese edificio que se presentaba tan sólido e indestructible. El ensayo, como género
moderno, ha llevado, desde el inicio, la marca de la interrogación crítica, ha hecho
suya la inquietud y la sospecha intentando colocar su indagación por fuera de los
cánones establecidos y más allá de las gramáticas al uso. Entre la sospecha y la
crítica, el ensayo abrió el juego de una modernidad ya no deudora de una única y
excluyente visión del mundo, sino convertida en la expresión de una escritura
desfondada, abierta, multívoca y celosa amiga de la metáfora y compañera, en sus
mejores momentos, de la intensidad poética.
La escritura del ensayo es provisional, va tanteando el territorio por el que se
desplaza sabiendo que no existe rumbo fijo, camino seguro hacia la certeza.1 Ensayar,
experimentar con extraños cruces, tensar de la cuerda sabiendo que puede romperse,
mezclar lo que se rechaza entre sí, incursionar en el campo del enemigo, son algunos
de los modos y de las estrategias del ensayo. Pero también lo es su radical fragilidad,
la conciencia de sus límites y la presencia siempre amenazante de la equivocación.
Dicho más crudamente: el ensayo siempre tiene una dimensión opaca y equívoca que
le permite atravesar mundos conceptuales muchas veces opuestos, extrayendo de esa
experiencia del umbral su componente más interesante y vital, su razón de ser.
"Escribe ensayísticamente -señaló Max Bense- el que compone experimentando, el
que vuelve y revuelve, interroga, palpa, examina, atraviesa su objeto con la reflexión,
el que parte hacia él desde diversas vertientes y reúne en su mirada espiritual todo lo
que ve y da palabra a todo lo que el objeto permite ver bajo las condiciones aceptadas
y puestas al escribir."2 Caminante de cornisas, el ensayista sabe de extravíos y de
deslizamientos hacia zonas peligrosas. Claro que ese juego con lo extremo, ese tocar
el fuego con riesgo de quemarse, no significa que su escritura sea expresión de
diletantismo, apenas un juego irresponsable de quien no tiene nada mejor que hacer
que manipular elementos inflamables sin hacerse cargo de los peligros que entraña.
La tradición ensayística ha implicado, desde sus lejanos inicios, una fuerte toma de
partido, un impulso crítico y una profunda interrogación respecto a las condiciones de
su propia época. Pero esa búsqueda experimentación de las fisuras del discurso
oficial, fue el resultado de la oscura tensión que desde sus comienzos atravesó el
espíritu de la modernidad. Tal vez por eso el ensayo sea la escritura del sujeto
moderno, manifestación de sus extraordinarias inquietudes y de sus soledades. Lejos
de cualquier forma de consolación, el lenguaje provisional y crítico volvió sobre sus
propios pasos, se encargó de hurgar en el interior de sus fantasmas, e impidió que la
lógica expansiva de una subjetividad arrasadora se desplegara por la historia libre de
cuestionamientos. El ensayo ha sido la escritura de la sombra, el revés de la luz
racional, la fisura en el muro de la certeza cartesiano, la poética de la hegeliana
"noche del mundo" o el intento de seguir tras las huellas huidizas del "mal radical"
apenas pronunciado por Kant. Viaje hacia los confines de una época caracterizada
como homogénea que, sin embargo y a la luz crítica de cier- tos pensadores del límite,
nos devuelve sus opacidades, sus formas fantasmagóricas, sus extrañas pesadillas,
sus insondables cavernas en las que naufraga su deber ser. El ensayo se detuvo
pacientemente a indagar esas zonas turbias de un sujeto ya no sólo deudor de
saberes arrogantes e incuestionables, solidificados alrededor de una racionalidad
inexpugnable, sino que emergía como insospechado deudor de sus propias
oscuridades.

1 - En una notable reflexión sobre 'El ensayo como forma' Theodor W Adorno
ha insistido en esta profunda diferencia entre la comprensión "científica" y la
ensayística: "Los ideales de limpieza y pureza, comunes a la filosofia orientada a
valores de eternidad, a una ciencia internamente organizada a prueba de corrosión y
golpes y un arte intuitivo desprovisto de conceptos, son ideales que llevan visible la
huella de un orden represivo. Se exige del espíritu un certificado de competencia
administrativa, para que no rebase las líneas-límite culturalmente confirmadas de la
cultura oficial. Y al hacerlo se propone que todo conocimiento pueda traducirse
potencialmente en ciencia". (T. W. Adorno, "El ensayo como forma", trad. de Manuel
Sacristán, Pensamiento de los confines, Nº1, segundo semestre de 1998, pp. 247-
259).

2. Max Bense, 'Uber den Essay und seine Prosa", Merkur, año 1947, nº 3,
9418. Citado en T.W Adorno, ob. cit.

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