DE MENDIGO

A PRINCIPE

Chango, A. 2013
 Chango, A. 2013
DE MENDIGO A PRÍNCIPE

Estamos viviendo días donde la inflación está tan fuerte que el dinero no alcanza casi
para nada, el mundo está corrompido, lleno de maldad; pensamos “Dios se olvidó de
mí, se olvidó de todo lo que me prometió, para qué orar si todo está tan mal” y nos
olvidamos que Dios hace memoria de todas nuestras oraciones.

II Samuel 4:4 relata la vida de un niño llamado Mefi-boset, nieto de Saúl, hijo de
Jonathan, quien fue el mejor amigo del Rey David. Su padre y su abuelo mueren
teniendo él solo 5 años de edad, al escuchar la noticia en el palacio, la nodriza (niñera)
corre buscar al niño y en el apuro, en medio de la circunstancia Mefi-boset se cae y
debido a un fuerte golpe queda lisiado desde ese momento de los pies, siendo él de un
linaje real comienza a vivir como un mendigo y lleno de muchos traumas.

¿Qué es un trauma?
Viene de una palabra griega y significa “mantener una herida”
Un trauma psicológico se considera como una interferencia suficientemente fuerte para
no permitir que una acción original suceda.

¿Qué te ha eliminado de tu posición de príncipe?

Tal vez un trauma, una decepción, un divorcio, una violación, un abuso, un pecado, la
muerte de algún familiar, la pérdida de alguna propiedad, un impedimento físico...

A Mefi-boset lo traumó la muerte de su padre, la pérdida del reino y su impedimento

físico, era un coleccionista de traumas, su vida giraba en torno a ellos.
Mefi-boset estaba viviendo en una ciudad llamada Lodebar. Lodebar era un lugar donde
vivía lo peor, los apartados, los leprosos…lo que nadie quería.

Lodebar era para el “la tierra del nunca jamás”, jamás a sus sueños, sus anhelos, el
reino, era la tierra de la desdicha y de sus frustraciones, viendo como los demás podían
disfrutar de caminar, correr, saltar, de poder ir de un lugar a otro. El nombre Lodebar
significa sin pasto, sin pasturaje. Sin frutos, una tierra árida y seca desértica.
Es en Lodebar, donde habitan todos los Mefi-boset de la tierra, cuando están lisiados.
Es en esa tierra árida y seca donde habitamos, y donde por más que busquemos, no
encontramos ni pasto ni frutos.
A Mefi-boset lo comenzaron a llamar ISHBOSET (el hombre de la vergüenza), estaba
viviendo sin fe, sin fuerzas, y cuando se sentía que estaba viviendo la peor etapa de su
vida, cuando sentía que ya no podía más; el Rey lo mandó a llamar.

II Samuel 9:1-3 Dijo David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga
yo misericordia por amor de Jonatán?

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Y había un siervo de la casa de Saúl, que se llamaba Siba, al cual llamaron para
que viniese a David. Y el rey le dijo: ¿Eres tú Siba? Y él respondió: Tu siervo.
El rey le dijo: ¿No ha quedado nadie de la casa de Saúl, a quien haga yo
misericordia de Dios? Y Siba respondió al rey: Aún ha quedado un hijo de
Jonatán, lisiado de los pies.

El rey se acordó de él, el rey lo llamó…

Al presentarse Mefi-boset ante el rey David, éste le dijo “No tengas temor, porque yo
a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te
devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa”. II
Samuel 9:7 a pesar de que Mefi-boset se sentía como lo peor de lo peor, como un
perro muerto, el rey no prestó atención a sus palabras, en cambio, le devolvió todas las
tierras de su padre y mantuvo su palabra de que siempre comería con él.
Cada día en la mañana, en la tarde y en la noche Mefi-boset se sentaba a la mesa con
el Rey y el mantel y la mesa cubrían sus piernas y nadie se daba cuenta que Mefi-boset
tenía un trauma en sus piernas.

Y hoy el Rey te está llamando a ti.

Hoy el Rey te extiende la invitación y te dice “comerás para siempre de mi mesa”.
Hoy no es un mantel y una mesa la que están cubriendo tus traumas. Hoy lo que cubre
todos esos traumas y nuestras fallas es la sangre de Cristo y esa sangre está disponible
cada día para cubrirte y sacarte de ese estado de mendigo y ponerte como un príncipe
y una princesa.