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Una completa descripción y recorrido histórico de uno de los evento más importantes de la danza Andina en Colombia, realizado por Luis Ignacio Muñoz quien ha seguido por diez años la realización de este festival. Se destaca su importancia y colorido que a lo largo de 28 años lo convierte también en evento bandera de esta fría zona cundinamarquesa.
Una completa descripción y recorrido histórico de uno de los evento más importantes de la danza Andina en Colombia, realizado por Luis Ignacio Muñoz quien ha seguido por diez años la realización de este festival. Se destaca su importancia y colorido que a lo largo de 28 años lo convierte también en evento bandera de esta fría zona cundinamarquesa.
Una completa descripción y recorrido histórico de uno de los evento más importantes de la danza Andina en Colombia, realizado por Luis Ignacio Muñoz quien ha seguido por diez años la realización de este festival. Se destaca su importancia y colorido que a lo largo de 28 años lo convierte también en evento bandera de esta fría zona cundinamarquesa.
Un grupo de mujeres y hombres desfilan en medio de la tarde lluviosa bailando por la calle sexta con sus trajes típicos que se componen de faldas negras y alpargatas. Los hombres con sus sombreros y camisas remangadas y el machete colgando de la cintura que a veces desenfundan para rascar sobre el pavimento y hacer sonar el metal en señal de reto recuerdan la vida campesina del altiplano cundiboyacense. El cortejo amoroso que representa esta danza, pero a la vez el desafío del hombre hacía el que le quiere quitar la pareja recuerda también actividades de labranza y violencia y el papel que ha desempeñado el machete como arma y herramienta en la historia nacional. La escena se repite a lo largo del trayecto que recorre la comparsa que hace unos minutos inició el desfile por la avenida principal que atraviesa todo el pueblo hacía el coliseo. Y a medida que empiezan a desplazarse las diferentes delegaciones aumenta el colorido de los vestuarios que muestran los trajes típicos de otras regiones de Colombia más alegres y menos frías que el de esta zona sabanera, aumenta también la música desde las carrozas y desde los instrumentos que tocan algunos bailarines y participantes. Los andenes suelen verse llenos de público que sale de las casas y se acerca a ver como se presenta este año el Festival, que muestran los diferentes grupos que han venido mientras toman fotos con las cámaras y los celulares. El desfile no se detiene y por momentos los danzantes crean un bello juego de imágenes cuyo telón de fondo son las fachadas de las construcciones más antiguas que aún quedan en el centro de Nemocón. Algunas achacadas por el tiempo con sus paredes de cal y sus tejados de barro. Esto nos recuerda que Nemocón ha sido un pueblo colonial y que hace poco cumplió 418 años de su fundación hispánica y que ha sido a lo largo de estos siglos un territorio prospero por sus minas de sal, sus fincas ganaderas, su agricultura y sus habitantes que han sabido amar estas tierras. Antes de la llegada de los españoles fue territorio de indígenas Muiscas que resistieron con fiereza a los conquistadores. Su papel en la historia posterior ha sido relevante en la época de la Revolución Comunera en 1783 y en la naciente República. Buena parte del casco urbano está rodeado de montañas y por momentos llegan como oleadas las ráfagas de un viento frio así no sea época de lluvias. Sin embargo los días del Festival de Danza Andina parecen espantar con sus bailes el frio y las personas salen de sus casas y paradas en los andenes esperan el paso de la comparsa donde vienen diablos que tienen el color de las llamas y pasan representando historias y leyendas de algunos lugares de los pueblos de tierras calientes. Pasa el grupo de muchachos que han venido del Tolima con sus vestidos largos que tiene el tricolor de la bandera, las camisas azules y rojas y los pantalones blancos de los varones con sombreros. Pasa un grupo acompañado de la música del pasillo bogotano de la Gata golosa con sus trajes negros representando la elegancia del cachaco que el paso del tiempo ha ido desapareciendo de la capital y poco a poco el desfile es más largo a medida que avanza cada delegación que va rumbo al coliseo donde los jurados del festival evalúan la participación de cada grupo que lleva a cabo su presentación después con cada baile para así coronar su aspiración de ganar los premios que se han establecido por cada categoría. La asistencia masiva de público a las calles a ver pasar la comparsa que se sucede generalmente en sábado, luego la numerosa asistencia al coliseo a ver a los bailarines que han venido de otras regiones de Colombia y los grupos invitados de otros países que desde hace ya varios años se vienen presentando hacen de este Festival el evento bandera del municipio dándole una identidad propia y a la vez lo proyecta como único a nivel regional. Álvaro Murcia, el instructor de danzas del municipio con su buen humor que lo caracteriza, el hombre que más saluda la gente en las calles por donde va, recuerda que el proyecto surgió de un grupo de estudiantes del Colegio Departamental Alfonso López por el año de 1990. Era en los tiempos en que la Danza era materia obligada dentro del programa escolar y entre mejor se desempeñara como bailarín la nota llegaba a ser más alta. Allí empezó todo, este era un grupo exclusivo de estudiantes de esta Institución que representaba al municipio en los eventos a los que eran invitados e iban financiados por la Alcaldía. Recuerda también que fue en esos inicios del bachillerato en que le empezó a nacer ese gusto por las danzas folclóricas en su afán por obtener una buena calificación. Sus años de estudiante transcurrieron entre ensayos, salidas, presentaciones y las clases normales de cada día. Se destacó desde entonces no solo como bailarín sino como líder de este grupo de jóvenes y luego de graduarse de bachiller le fue encargado por el municipio la dirección e instrucción del grupo de danzas que ya dejó de ser sólo el grupo del Colegio Departamental Alfonso López, para ser más diverso, es decir que no perdía su esencia juvenil pero empezó a reunir estudiantes de los demás colegios y habitantes de las veredas, lo cual llevó a masificar en unos pocos años la danza en la zona nemoconense. Recuerda también que en sus comienzos convocaban a Casas de la cultura y uno de sus propósitos era el de fortalecer los nacientes programas de Escuelas de formación que desarrollaban actividades en el departamento de Cundinamarca y otros departamentos del país. Así fue como empezaron a consolidarse las danzas en el municipio y a crecer de una manera rápida y progresiva. Hay varios factores importantes que influyeron, el primero de ellos, el apoyo permanente de la Administración municipal, el segundo, la inmensa acogida por parte de los habitantes de Nemocón en su zona urbana y rural que han sentido desde entonces como suyo el Festival y lo acompañan año tras año y la dedicación y empeño que maestros como Álvaro han puesto de manera incondicional. Este es el Festival número XXVI nos recuerdan los avisos publicitarios y el año anterior se conmemoraron los primeros 25 años. Ya ha transcurrido un cuarto de siglo con proyección a una larga vida, sin embargo la fecha oficial de creación no coincide con la verdadera pues inició dos años antes, durante la alcaldía de José Gregorio Rincón y la recién creada Corporación de Cultura y Turismo. En este periodo de gobierno se realizaron los dos primeros festivales que se llamaba en ese entonces Concurso de danzas. Fue en el siguiente periodo administrativo en que se oficializó como evento cultural y artístico y para el 2002 se creó el Acuerdo Municipal No 10 en el que institucionalizó el Festival de Danza Andina para que de esta manera cada gobierno de turno lo sostenga y asigne el presupuesto necesario. Y se estableció que cada grupo participante venga de donde viniere debe presentar en sus bailes dos danzas andinas para ser evaluadas por el jurado que lo integran tres personas de reconocida trayectoria nacional. También los habitantes de Nemocón recuerdan que antes se realizaba en septiembre y que otro acuerdo municipal del 2016 modificó el número 10 quedando establecido para el 2017 realizarlo en agosto el fin de semana que se lleva a cabo la fiesta de La Asunción de La Virgen. Son días de trajín para los empleados de la Administración municipal y el personal de Casa de la Cultura. Hay que estar pendientes del alojamiento de las delegaciones, de las comidas de los participantes, de los detalles del evento, el sonido, el desfile de la comparsa, la organización en el coliseo, la taquilla, las porterías. Hay mucho vuelteo, dice Álvaro y sigue recordando esos años anteriores. Tantas anécdotas le llegan a la memoria pero prefiere recordar una en especial aquel año en que faltando dos meses para el Festival uno de sus grupos consolidados decidió independizarse y participar por su cuenta y lo puso a correr a conformar uno nuevo que con la cooperación de las personas que lo conocían lo dejó en marcha en unos días y pudo realizar una excelente presentación ante el municipio y las delegaciones visitantes. Recuerda también esos años juveniles en que manifiesta su vocación por las danzas y la oposición familiar porque al igual que muchos parientes de artistas consideraban que esto no tiene futuro. Pero continua con sus danzas y habla de esos tiempos mientras mira el retrato del profesor Luis Antonio Orjuela en el pasillo de la Casa de la cultura y dice que fue un modelo inspirador en su juventud, en que además otras personas con algunos años y gran conocimiento se hicieron cargo de la Casa de la cultura y proyectaron desde las Artes plásticas, el Teatro y la Danza un nuevo horizonte para Nemocón. Estamos de nuevo en agosto, esta vez del 2018 y ha empezado un nuevo Festival de la Danza Andina que va a ser exitoso y la asistencia masiva a las diferentes presentaciones. Álvaro sigue recordando cuanta gente pasó por sus clases y le llegan a la memoria los nombres de muchos que ahora son profesores, otros se desempeñan como profesionales en diferentes áreas, si mi chinito querido, dice y otros han sido hasta alcaldes, recuerda que Renzo Sánchez, el actual mandatario hizo parte de uno de sus grupos de danzas y los demás instructores del municipio, otros de seguro son mejores seres humanos desde entonces y son padres y madres de los nuevos alumnos suyos. La charla se desvanece con la mañana lluviosa mientras van llegando las delegaciones de bailarines de otros lugares de Colombia y murmuran que hace frio este año el pueblo y los funcionarios de la Alcaldía van asumiendo sus funciones en estos tres días de trajín porque se trata de que estos visitantes se sientan bien durante el tiempo que permanezcan en Nemocón.
RESEÑA BIOGRAFICA ACTUALIZADA
Escritor y profesor de literatura. Ha participado en talleres de literatura en la Universidad de los
Andes 1990, 1995, Taller de escritores Universidad Central de Bogotá y Escuela de Poesía de Medellín. En el 2002 fundó el Taller Letras Itinerantes en Zipaquirá. Ha sido realizador de programas de radio cultural regionales, integrante del consejo departamental de cultura, jurado en varios concursos de cuenteria y narración oral. Ha publicado poemas y cuentos en las revistas Maguaré, Universidad Nacional, Revista Trans-Fugas de Bogotá, Hojas Sueltas de Neiva y 7LUNE de Venecia, un poema traducido al Italiano por Silvia Favareto, Italia, 2015. En el año 2006 se publica el libro de poesía Reloj de Aire, en 2014 Cuentos para rato y en 2016 Inocencia de la noche. Participó en el 2014 en el Festival Internacional de Poesía de Medellín. Ha hecho parte de las publicaciones Espiralipse, de Zipaquirá, 2009 y en la recopilación de leyendas e historias de la Tradición oral de Nemocón, Contaban nuestros abuelos, 2015. Algunos poemas han sido incluidos en tres antologías de autores cundinamarqueses. Premio departamental de narrativas, 2016 por parte de la gobernación de Cundinamarca y el IDECUT. En el 2018 y 2019 ha sido publicado en las revistas internacionales de carácter virtual BREVILLA, E-KUOREO, PIEDRA Y NIDO, LETRAS DE CHILE, IKARO, DELATRIPA, LOS RAROS, FANTASTIQUE, EN PEQUEÑO FORMATO.