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UNIONES CONVIVENCIALES Art.

510 – Comentario
No es obligatorio la registración de las uniones convivenciales. No
constituye una formalidad solemne. Los conviventes con la registración
acreditan su existencia, y contarán con un instrumento público que
demostrará la convivencia y el tiempo de subsistencia como medio
probatorio exclusivo frente a terceros. Los convivientes podrán optar no
registrarse, y el hecho de la convivencia se prueba por cualquier medio
de prueba

RIVERA COMENTARIO: II.COMENTARIO


Se prevé la registración de este tipo de uniones en un registro
exclusivamente a los fines probatorio, sin embargo en algunos otros
artículos se requiere la inscripción para el reconocimiento de efectos.
No surge del texto si el registro debe ser uno nuevo a crearse en cada
jurisdicción provincial o se trata del Registro del Estado Civil y
Capacidad de las Personas. Del texto del artículo siguiente se infiere que
se trataría de un registro especial de uniones convivenciales que deberá
ser creado en cada provincia y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Cada una de ellas deberá dictar una regulación especial para la
registración que establecerá el modo en el cual la autoridad de
aplicación debe verificar los requisitos para el reconocimiento de
efectos de estas uniones, en especial cómo se probará el período mínimo
de convivencia establecida. La norma no resuelve la cuestión de la
registración de las uniones existentes mientras estos registros no
entren en funcionamiento. Es de destacar que el artículo señala que la
inscripción es al solo efecto probatorio. Sin embargo, en algunos casos
la registración opera como requisito para el reconocimiento de
derechos. Así el art. 522 establece que ella es necesaria para otorgar los
efectos previstos para la protección de la vivienda familiar. El art. 517
establece la necesidad de la inscripción de los pactos, su modificación y
rescisión como así también de los efectos extintivos del cese de la
conviviencia para que éstos sean oponibles a terceros. También se
requiere la registración en cuanto a la transmisión o gravamen de la
vivienda afectada (art. 250). Se prohíbe la inscripción de una nueva
unión sin la cancelación de la preexistente. Y esto es así ya que el art.
510 no admite dos uniones convivienciales
simultáneas, también acorde a su carácter singular. Sin embargo no está
resuelto el caso en el cual una persona posea dos uniones registradas al
mismo tiempo, esto es posible porque al sugerirse la organización de
registros locales y no estableciendo un sistema de comunicación entre
ellos sucederá al igual que con los matrimonios celebrados en diferentes
jurisdicciones. Si bien el caso es poco común puede presentarse. Como
eventual solución podrían aplicarse analógicamente las normas
previstas para el caso de bigamia matrimonial. Por último se ha
agregado por el Congreso un último párrafo que establece la
obligatoriedad de concurrir ambos miembros de la pareja a los efectos
de la inscripción de la unión. Ello viene a resolver una omisión del
Proyecto. Siendo la registración al solo efecto probatorio, entendemos
que si uno de los miembros de la pareja quiere hacer valer los derechos
que nacen de ésta, podrá hacerlo por cualquier medio de prueba aun
cuando no se haya producido la inscripción. Con la salvedad de aquellos
derechos que requieren de la inscripción para su operatividad.

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