Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Apego en El Embarazo y El Primer Año de Vida
Apego en El Embarazo y El Primer Año de Vida
La interacción del bebé con la madre suele fluctuar en un equilibrio dinámico que se divide en
cuatro conductas: el bebé desarrolla la conducta exploratoria (o de juego) en presencia de la
figura de apego para obtener información del entorno, pero cuando no se encuentra la madre,
la conducta que prima es la de apego.
En el recuadro siguiente se exponen los diferentes sistemas de conducta con los que cuentan el
niño y la madre para interaccionar recíprocamente:
La intensidad del vínculo afectivo está muy relacionada con la interacción que haya realizado el
bebé con su madre y con el entorno, y con el tiempo que se haya tardado en recoger a éste del
llanto.
La figura de apego actúa como base de seguridad para el niño, que la considera incondicional,
estable, accesible y duradera; a la vez que le permite explorar el mundo, alejarse y acumular
experiencia.
El concepto de “interacción” en la Teoría del Apego también es importante, el desarrollo del
bebé depende del ambiente, es decir, de la figura de apego. Existen una serie de estrategias que
los seres humanos llevamos a cabo para conseguir un cierto estado de bienestar y armonía. Estas
destrezas son de dos tipos
Estrategias primarias: son las respuestas incondicionales y sensibles, que producen una
sensación de tranquilidad.
Estrategias secundarias: se dan cuando no hay respuesta de la figura de apego, o la
respuesta es negligente, insegura e insatisfactoria.
La motivación que impulsa al bebé al contacto con la madre se expresa mediante el sistema de
conductas conformado por la interacción de la genética y el ambiente con el objetivo de la
supervivencia individual, y como consecuencia, de la especie.