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Prof. Diego Marín Villarreal mixo05@hotmail.

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EDUCACIÓN AUDITIVA

1. EDUCACIÓN AUDITIVA

1.1. Objetivos

discriminar los parámetros del sonido (intensidad, timbre, altura y duración).


Potenciar la capacidad de concentración auditiva, creando hábitos de escucha.
Desarrollar la atención y la memoria auditiva.
Favorecer el descubrimiento del mundo sonoro con una actitud abierta.
Desarrollar el gusto por las audiciones musicales.
Potenciar, aumentar los periodos de escucha activa-pasiva.
Disfrutar con las actividades auditivas.
Cuidar y mantener el material sonoro.
Respetar las actividades de los demás.

La audición es la base de la educación musical y debe desarrollarse a partir de la


planificación adecuada de actividades desde las edades más tempranas, por lo que es
necesario tener presente una serie de advertencias previas para el desarrollo de la
percepción auditiva (Berhmann, 1978, p.11).
1. el niño debe oír antes de que pueda utilizar lo que oye. Cuando hay duda, debe
requerirse una evaluación audiometría.
2. prestar atención a los dialectos (tanto del niño como del maestro).
3. que los ejercicios sean breves y puedan servir de soportes a otros ejercicios.
Adaptar, modificar las propuestas en función de la manera peculiar de cada
uno.
4. Adaptar las actividades a diferentes niveles, según la edad, etc. Graduar los
ejercicios haciéndolos más fáciles o difíciles según convenga en cada momento.
5. Los niños son únicos, no todos son capaces de aprender lo que el maestro
desea, ni de la misma forma. Es necesario ofrecer otros estímulos, visuales,
táctiles, de contexto, para reforzar la habilidad auditiva.
6. Es necesario tener presente que el entrenamiento del habla y el adiestramiento
Auditivo corren parejos.
7. No estancarse; trabajar en periodos cortos; cambiar de actividad a menudo.
8. Que el profesor sepa controlar sus propuestas; las respuestas incorrectas de los
niños suelen resultar de la comunicación defectuosa del maestro.

Existen muchos objetos de uso cotidiano que producen sonoridades muy ricas y
variadas, y sirven como instrumentos sonoros para el desarrollo de la discriminación
auditiva. Los niños pueden coleccionarlos, siempre que no implique ningún tipo de
riesgo, tales como: llaves, envases de diferentes tamaño y material (cartón, plástico,
vidrio, metálicos), trozos de madera o metal, piedras y semillas, entre otros, también
puede aportar otros como cascabeles, sonajeros, diversos tipos de silbatos, cencerros,
sirenas, etc., que con la manipulación y reconstrucción se convierten en material muy
asequible para el reconocimiento de las cualidades, parámetros, del sonido.
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1.2. El desarrollo de la sensorialidad auditiva.

“Si hemos creado el término sensorialidad, es para designar el hecho de vivir en lo


sensorial, de obrar y reaccionar sensorialmente” (Willems, 1984, p. 58).

El ambiente sonoro, el entorno que rodea al niño, está lleno de sonidos que irá
descubriendo con toda naturalidad y es importante que desde los primeros años
aprenda a escuchar, ya que de esta manera se desarrollan, además de la atención, la
abstracción, la reflexión y la concentración.

La importancia de la pedagogía de la escucha se presenta como tema de estudio de


autores como Abadie y Gillie (1973), entre otros, que señalan que su objetivo consiste
en desarrollar las facultades de concentración y de atención marcando las diferencias
entre los que entendemos que oír, percibir a través del sentido del oído, y escuchar,
que supone entender, comprender, prestar atención. Las técnicas que se utilizan van a
permitir al niño aprender a escuchar, y pasar de una escucha global, superficial,
preparatoria, a otra más subjetiva, con la que se intenta identificar de manera más
precisa el sonido.

Estamos viviendo unos momentos en los que los ruidos del exterior nos invaden de
una manera extrema, este universo sonoro que nos rodea esta produciendo el hábitos
de “Cerrar los oídos” para poder aislarnos de esas sensaciones tan molestas. Este
cerrarse puede ocasionar perjuicios que pueden ser corregidos a través de juegos
sonoros, enseñando al niño a tener conciencia auditiva sobre los parámetros del
sonido, de los ruidos exteriores e interiores del cuerpo, de escoger entre los sonidos
agradables y desagradables, de descubrirla calidad del silencio y sus beneficios. En la
medida que los niños aprenden a descubrir las fuentes del sonido, están aprendiendo a
diferenciarlos, de ahí la necesidad de estimular el sentido auditivo.

Es necesario interesar al niño de la escucha de las pequeñas o fragmentos, creando


hábitos de atención y formando poco a poco el buen gusto y el sentido estético. Es
conveniente que el especialista posea un amplio repertorio de audiciones o
fragmentos apropiadas a cada caso, ya que nunca será excesiva la importancia que
debemos al hecho de escuchar bien, es preciso despertar en el niño la apetencia del
sonido y la atención al fenómeno sonoro, con el fin de establecer las bases de la
imaginación auditiva que, como diría Willems (1976, p. 64), es la clave de la audición
interior, la base de la inteligencia auditiva.

Tanto la familia como el especialista de la Educación Infantil han de saber despertar el


interés, el estímulo, la curiosidad y la atención auditiva de los niños hacia el fenómeno
sonoro, como una meta para sensibilizar el oído y prepararlo para la comprensión y
ejecución musical.

No pretendemos que sena músicos, pero si, que sena capaces de improvisar, escuchar
y sentir placer con la música, -clásica, concreta, electro-acústica, o folclórica- y para
ello es necesario conceder a la audición musical la importancia que precisa y tener en
cuanto a los objetivos hacia los cuales se ha de dirigir la actividad; el objetivo no es que
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adquieran nociones, o la técnica musical, sino desarrollar un conjunto de conductas,


teniendo en cuenta que estas conductas aparecen por sí mismas, sin que debamos
provocarla, en el curso de la evolución normal del juego del niño bajo una forma que
no es específicamente musical: la exploración sensorio-motora de las fuentes sonoras,
la expresión sonora (Delalande, 1995, p. 1619).

Tres aspectos de naturaleza deferente consideran Williems y Chapuis (1993, p. 19) en


el desarrollo auditivo:
1. El desarrollo de la sensorialidad (la receptividad del órgano auditivo como
reacción al sonido y a los impactos sonoros).
2. el despertar y el desarrollo de la sensibilidad afectiva emotiva (la experiencia
vivenciada de los intervalos y por consiguiente de la melodía)
3. la inteligencia auditiva, que concierne a la vez al conocimiento intelectual de los
fenómenos sonoros, de los intervalos y de los acordes. En función del proceso:
escuchar, reconocer, reproducir.

Escuchar se convierte en el primero y más importante, se trata de “abrir” al niño al


mundo sonoro general.

Reconocer no significa, en principio, desarrollar la consciencia del niño respecto al


sonido, sino despertar el interés por las experiencias sonoras; aprender a escuchar
y a estar en silencio será el primer paso para reconocer.

Reproducir tras haber escuchado y reconocido los objetos. Considerando la


importancia del proceso más que del resultado en sí.

Es importante que los niños lleguen a reconocer las diferencias fundamentales de


los parámetros del sonido: altura, intensidad, timbre y duración, al tiempo que
sean capaces de sentir y valorar el silencio. Las actividades al respecto han de
centrarse en juegos con objetos y materiales sonoros, en los instrumentos de
percusión determinada, la flauta dulce, etc., y a través de entonaciones y
fragmentos de audiciones seleccionadas.

El desarrollo de la percepción sonora ha de seguir el siguiente proceso:

Escuchar → identificar → retener → reproducir

Teniendo presente que:

OÍR ………………………………ESCUCHAR
ESCUCHAR…………………. PERCIBIR
PERCIBIR ……………………. SENTIR
SENTIR………………………… IMAGINAR
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Proponemos actividades basadas en:

- Reconocer y discriminar los sonidos del cuerpo y del entorno.


- Descubrir y reproducir sonidos nuevos.
- Interiorizar sonidos.
- Distinguir entre sonidos agradables y desagradables.
- Discriminar sonido/silencio. Experimentar el silencio.
- Diferenciar sonidos agudos, graves y medios. Series ascendentes y
descendentes.
- Identificar voces habladas y cantadas.
- Reconocer sonios fuertes, suaves y medios (crescendo/diminuendo).
- Diferenciar sonidos largos-cortos.
- Conocer algunos instrumentos de percusión y familiarizarse con ellos.
- Inventar, construir, manipular objetos sonoros.
- Localizar la direccionalidad del sonido.
- Emparejar sonidos iguales, asociar sonidos según el material que los
produce.
- Reconocer canciones por su melodía.
- Representar sonidos gráficamente.
- Reconocer frases musicales en canciones, audiciones y danzas. Formas:
AAA./ A-B-A./ A-B-A-B./A-B-A-C-A-D-A-. (Reconocer de esta última solo
A.).
- Expresar con el cuerpo el tempo, la dinámica y el carácter de la música.
- Inventar historias según lo escuchado.
- Sonorizar pequeños textos (rimas, cuentos, retahílas, etc.).

A través del oído es como los niños entran en comunicación con los demás. Dominar la
escucha es la función de nuestros oídos y si escuchamos en actitud receptiva dejando
que los sonidos vengan a nosotros, que nos invadan, notaremos que todos no nos
afectan de igual manera ni nos producen las mismas sensaciones; unas veces pueden
ser apaciguadoras, otra motivadoras, de tensión, etc. Los sonidos, las melodías,
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pueden llegar al corazón (campo afectivo), a la cabeza, a los pies, como si todo el
cuerpo fuese capaz de escuchar y no solamente el oído.

Este tipo de actividades precisa de un ambiente tranquilo, relajado y silencioso;


aquellos sonidos que se produzcan tanto en el interior como en el exterior de estas
actividades, es necesario comenzar con ejercicios o actividades previas que favorezcan
la relajación y concentración: un ambiente silenciosos; permanecer sentados (o
tumbados) en círculo con las manos en las rodillas, y con las palmas hacia arriba (o con
los brazos junto al cuerpo); con los ojos cerrados, oír pequeños fragmentos de música,
permitiendo que la musica venga a nosotros, abriendo nuestros oídos para que
puedan entrar.
1.3. Actividades para la discriminación auditiva
1.3.1 Localización de los sonidos en el espacio

Orientación espacial

Ubicación de los sonidos dentro del espacio:


 Dentro-fuera.
 Cerca-lejos.
 Arriba-abajo.
 Delante-detrás.
 A un lado- al otro lado.
 Alrededor- en medio.

Es importante que los niños se orienten al sonido, que ubiquen la procedencia sonora
(han de reconocer auditivamente donde esta el sonido: dentro de la sala, fuera de ella,
en la calle, arriba, abajo), tendido en cuenta que todos los juegos auditivos precisan de
mucho silencio y concentración.

Jugando a la gallinita ciega, con los ojos vendados, han de buscar los objetos que
suenan, y/o seguir las huellas del sonido. También es importante que canten, sin
hablar, cantos interiores que desarrollan la memoria y la interiorización del sonido.
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Procedencia del sonido

Comenzar con juegos muy simples, localizando un único sonido, en el mismo o en


diferentes lugares, después dos sonidos iguales o diferentes, etc., e ir complicándolo
en función de la edad de los niños.

Buscar el sonido escondido

Esconder una cajita de música, si el niño es muy pequeño, dejarle ver donde la hemos
guardado, después trataremos de confundirle cambiándola de lugar, de manera que lo
obliguemos a confiarse de su oído más que de nosotros, y pedirle que la localice por su
sonido. También puede buscarse con los ojos vendados; posteriormente paras a
esconder dos objetos sonoros iguales, y/o diferentes, tres, etc., que suenen
simultáneamente.

Seguir un sonido (variante de ejercicio anterior)

El niño con los ojos vendados seguirá el sonido que ira produciéndose en diferentes
lugares del aula. O bien que puede ir trasladándose de manera que el niño lo persiga
hasta cogerlo, después dos, etc.

Averiguar quien ha cambiado de lugar

Sentados en círculo, en el centro un niño con los ojos vendados ., ante una señal otro
con el mayor sigilo cambiará de lugar y él que está el centro deberá averiguar el
cambio producido.

Encontrar y averiguar el instrumento que suena


Un niño con los ojos vendados ha de reconocer cual es el instrumento, u objeto que
suena y donde se encuentra; en función de la edad, comenzamos por encontrar un
instrumento, posteriormente pasaremos a varios que simultáneamente puede estar
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sonando. Los instrumentos que intervengan ha de ser de timbres muy diferenciados,


estas actividades admiten muchas variantes, tanto en el reconocimiento de la
procedencia sonora, como en el número o en la descripción del orden como se han
escuchado.

1.3.2. Cualidades del sonido

Timbre

 sonido/ruidos.
 Voces.
 Objetos que suenan.
 Instrumentos musicales.

El timbre es la característica particular de cada voz o instrumento, el “el color” del


sonido, que nos permite reconocer e identificar que in lo produce. Se determina o el
número y la intensidad de los armónicos que acompañan al sonido principal o
fundamental.

El timbre es la cantidad de l sonido más sugiere, lo que hace que sintamos preferencia
o fascinación por escuchar un determinado instrumento, o voz y no otro. Los niños
también suelen demostrar sus preferencias tímbricas desde edades tempranas, sobre
todo porque se interesan más por la naturaleza del objeto revelada por el timbre, que
por el sonido en sí.

Tradicionalmente se ha clasificado los instrumentos en familias: viento, cuerda y


percusión. Desde la aparición de la música concreta, y con las investigaciones de
autores contemporáneos como Pierre Schaffer, entre otros, sobre ruidos y sonidos, se
trata de incorporar otros conceptos a esta realidad musical, y hablamos de textura,
forma materia.
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Al trabajar con objetos sonoros, su calidad irá en función no solo del material, también
de la manera de tocarlos. Un mismo instrumento puede producir diferencias tímbricas
en función de como o quien lo toque, lo que abre campo grande de posibilidades de
trabajo e investigación; ya que se trata de que lleguen a descubrir las diferentes
posibilidades de los objetos e instrumentos sonoros preciso a partir de su
manipulación.

 ¿QUÉ SUENA?
Voces familiares. Padres, hermanos, compañeros, etc. Con los ojos vendados, o
detrás de una cortina, el niño ha de reconocer la voz (o voces) de la persona
que habla, o graba voces de los compañeros, sillas que se arrastran, abrir
puertas, ventanas, etc. Sonidos que se producen fuera del aula, del exterior,
automóviles, motos, golpes. Identificarlos, descubrirlos.
Mi cuerpo suena. Producir sonidos con el cuerpo, descubrir otros nuevos, co
parar, imitar los sonidos que producen los otros. Podemos asociar a cada niño
un sonido corporal, palmas, pies, manos sobre rodillas, chasquear con la boca
etc., y pedir que se conteste a la propuesta dada el que tenga el sonido
asociado.
Emparejar sonidos. Rellenar botes por parejas, de igual tamaño, formas y color,
con diferentes objetos, semillas, piedras, botones, agua y buscar pareja. Dejar
dos botes vacíos que representan el silencio.
Describir situaciones sonoras. A través de imágenes u otras representaciones
plásticas.
Manipular instrumentos de percusión. Comenzando por pocos instrumentos,
advertiremos a los niños que solo pueden contestar aquellos.
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Altura

Sonidos graves –agudos


Serie ascendentes –descendentes
Sonidos repetidos (unisonos )

La altura de un sonido depende de la longitud de la onda y la frecuencia. Cuanto las


alta sea la frecuencia, mayor numero de vibraciones, más agudo será el sonido; cuanto
más baja, menor números de vibraciones, mas grave.

Son muchas las posibilidades a trabajar respecto a la altura del sonido. Los niños
tienen diferentes voces, las de hablar, cantar, jugar, y aquellas otras que utilizan en
determinadas ocasiones como suplica, llanto, dolor. Es sorprendente como llegan a
combinarlas en función de los factores del ambiente; incluso como llegan a imitar las
propuestas dadas por los adultos. Es necesario desarrollar este potencial, desde
pequeños, ello es juegan con su voz, realizan sonidos agudos y graves intuitivamente;
cuando regañan a su muñeco los hacen con voz más grave que cuando le proponen
que duerma. Al jugar, en sus relatos, continuamente están subiendo, bajando y
modificando la voz.
Es importante trabajar otros aspectos como los glissandos imitar sonidos de cohetes,
de sirenas. Son muchas las actividades en las que pueden expresar los sonidos agudos
y graves, como ya hemos señalado, pueden subir o bajar los brazos , el cuerpo,
acompañándolo con el gesto de la mano, o dibujarlo, pero lo importante es que
lleguen a expresar que lo ¨grave ¨ esta ubicado en el espacio por debajo, mientras que
lo ¨agudo está arriba. En el segundo ciclo de la educación infantil un niño, que
reconoce estos ascensos y descensos en sonidos contratados, puede expresar el
sonido de un sirena de los bomberos o de la policía (ni-no-ni –no) y representarlo
gráficamente de esta manera.

Intensidad

Sonidos fuertes –suaves


Crescendo y decrescendo

La intensidad depende de la amplitud de las vibraciones de la onda, un sonido fuerte


produce una mayor amplitud de onda que un sonido débil y va referida a las
diferencias en el volumen y la energía que se utilice en su producción. Está muy
relacionada con el tamaño, material y manipulación.

Los niños pueden reconocer auditivamente todas las diferencias que plantea el matiz
de intensidad y llevarlas a la practica vivenciándolas a través de actividades donde
utilice la voz, las percusiones corporales o instrumentales, e incluso llegar a
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representarlas gráficamente. Es frecuente que asocien el tamaño del instrumento u


objeto sonoro con la intensidad, de tal manera que grande equivale a fuerte, y
pequeño a suave. Es necesario trabajar los diferentes contrastes a partir de las
siguientes actividades:

Tocar en un mismo instrumento sonidos fuertes y suaves (después medio


fuertes) y pedir que digan si son iguales .
Realizar acciones diferentes en función de la intensidad sonora en un mismo
instrumento (caminar de puntillas si el sonido es suave, y pisar enérgicamente
cuando sea fuerte. )
Contar cuentos, historias o representar animales, asociándolos con la
intensidad.
Buscar un objeto escondido en función de la intensidad de las palmas con que
sus compañeros guíen la búsqueda ( el conocido juego ¨ frio – caliente ¨, se
convierte ahora en suave –fuerte )
En función de la distancia, también los niños pueden apreciar la diferencia de
intensidad. La voz, el sonido, si está lejos se oirá suave, mientras que se percibirá cada
vez mas fuerte cuando más nos acercamos a la fuente productora; comparar
distancias, acercarse-alejarse, creciendo -disminuyendo

Duración

Sonidos largos – cortos


Silencios Largos – cortos

La duración de los sonidos ( largos –cortos ), es el tiempo que transcurre entre el


principio y el final de la vibración; determina el ritmo, proceso alternado de sonidos y
silencios de igual o diferentes duraciones.

Los niños han de sentir, vivir la duración de los sonidos, y en función de la esdad
pueden realizar actividades como:

Jugar a oír los sonidos largos y cortos ( pueden imaginar que le quitan los hilos a
su jersey y simulan la extensión de los hilos en función de la duración del
sonido )
Dibujar líneas más largas o cortas según la duración del sonido
Moverla mano mientras suena el sonido y dejarla quieta cuando este cese.
Reconocer y sentir la ausencia del sonido
La música necesita del silencio, ausencia de sonido, para su configuración y equilibrio.
Todos necesitamos del silencio para apreciar el sonido; la búsqueda del silencio
desarrolla la audición interior y permite sentirse a sí mismo. Estar en silencio conduce
a la escucha, no hay escucha sin silencio, y sobre todo en los niños es necesario
desarrollarla para que tomen conciencia del medio ambiente sonoro y se habitúen a la
audición (activa –pasiva ).
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Hay que fomentar la escucha, los niños tienen unos periodos de atención muy cortos, y
es necesario que, a través de juegos de silencio bien planificados, se amplíen esos
momentos. Hay audiciones de corta duración muy apropiadas, estos ejercicios para
jugar a escuchar el silencio y después contar lo que han oído, desarrollan no solo la
atención sino también la memoria, la imaginación y la creatividad.

La sensibilización musical también ha de contar con juegos de movimiento y danzas, el


maestro ha de buscar y seleccionar un repertorio apropiado, familiar, con canciones
para moverse (círculos , para bailar, par contonearse, buscar parejas etc. ) y danzas (
locales, regionales, del mundo ) donde la audición se traduzca en movimientos
coordinados en parejas o grupos.

Los niños comienzan a conocer los objetos sonoros y las relaciones entre ellos a base
de su manipulación , este ¨manipuleo auditivo ¨ le va a permitir discriminar el material
sonoro y familiarizarse con él, usando las más variadas posibilidades del sonido para
manifestarse.
Aprovechando materiales de desecho, poco costosos o fáciles de conseguir, podemos
despertar en los niños la exploración y manipulación sonora. Ellos disfrutan
enormemente construyendo sencillos instrumentos, que pueden llegar a ser muy
atractivos, y a la vez pueden solucionar el problema de la falta de material en la
escuela.

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