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LA FENOMENOLOGÍA Y LA ARQUITECTURA

La fenomenología tiene su origen (en cuanto a describir que es) a principios del siglo XX,
donde de acuerdo con una corriente de pensamiento filosófico, se pretende romper con
todos los paradigmas de lo ya existente y conocido frente al mundo, las sensaciones que
transmite y los procesos o mecanismos para percibirlos las personas que ante ellos estén.

Fenómenos existen en todas las áreas posibles y en diversas disciplinas, que han llevado
a los estudiosos a lo largo de la existencia, a buscar explicaciones que nos acerquen a
comprender lo incomprensible.

Los fenómenos derivan en juicios, sensaciones y emociones para cada individuo de


forma diferente, y puede estar asociado a ciertos preconcepciones previamente
adquiridas por cultura, por conocimientos técnicos o por emociones que naturalmente,
pueden ser las más constantes para los receptores.

Emociones inherentes a quienes perciben estos fenómenos pueden implicar un juicio


relativo de acuerdo a su estado de ánimo, al cansancio, expectativa o al fenómeno que le
suceda, lo que conlleva a tener una percepción no sólo diferente por ser algo personal,
sino que puede esta apreciación cambiar y tener una sensación disímil, de acuerdo al
momento o al sentimiento que se esté experimentando.

Siendo así, podría decirse que los fenómenos son subjetivos, por la cantidad y calidad de
emociones que intervienen en su valoración. La conciencia a unísono con lo que se es,
permite que exista una reflexión única y privada de lo que se siente, se admira, impacta
en el mundo que lo rodea. Esa percepción del fenómeno es solo de cada uno. Y si se da
de esa forma, podrían existir menos insatisfacciones, más emociones reales, pero llenas
de subjetividad armoniosa.

Los estudiosos de la corriente filosófica de la fenomenología proponen un acercamiento a


los fenómenos sin aprehensiones y a retomar el mundo con ojos desprovistos de
conocimientos, vivencias o teorías predeterminadas.

Este propósito invita a la conciencia a percibir de forma natural, como se ve, como se
siente en el primer instante, el impacto que produce a los sentidos, a la mente consiente
pero limpia de cualquier raciocinio o lógica que interfiera en la posibilidad de reproducir o
materializar un elemento limpio para ser reproducido o materializado con la belleza más
natural sin ocasionar la opinión y pero si la sensación.

Ciertas reacciones y muchos comportamientos humanos son casi que estandarizados. Se


llevan estadísticas de lo que los individuos hacen o dicen frente a una situación
determinada. Si llega una nueva moda, como lo afecta el clima, que piensa del sabor de
una comida, que le produce sentir una planta áspera o suave, que le inspira conocer un
nuevo lugar o una nueva persona, que se le viene a la mente cuando escucha un trueno,
o cuando ve un rayo detonando en la tierra. En fin, cantidad de todas las emociones y
percepciones son casi que ya generalizadas.

La arquitectura es una de las profesiones que permite disfrutar en cada estructura la


creación del arte, de la belleza del concreto, de la armonía en el diseño, materiales,
colores y luces convergen para crear la magia en el proceso de construir.

Si bien la arquitectura no es la que motiva el estudio de la corriente de la fenomenología,


sus conceptos y trabajo, son los que influyen en el desarrollo de los proyectos
arquitectónicos. Despojarse de todo lo técnico para dejarse tocar en pleno por la belleza
de lo que mueve los sentidos permitiendo a los arquitectos conectarse con el esplendor
de una creación que complementa la existencia del hombre y cautiva a su vez a quien por
esta misma obra se deja sorprender.

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