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El IDH fue considerado pionero en la década de 1990 ya que establece que no solo debe

medirse el ingreso per cápita como había sido la práctica desde hace mucho tiempo sino
que también debía incorporarse indicadores como salud y educación. El énfasis en estos
índices fue puesto por el PNDU “para la adopción de soluciones y políticas en todos los
países el mundo” ya que los datos entregan visiones generales de las tendencias alrededor
del mundo. Información sobre ingresos, salud, educación sientan bases confiables de
comparación entre las naciones. Sin embargo, el factor de la desigualdad cada vez toma
más fuerza en estudios macro estructurales debido a que si se redujese la desigualdad el
IDH mundial aumentaría en una quinta parte (PNUD, 2018). Para ello se establece
indicadores en tres dimensiones básicas como tener una vida larga y saludable, la
capacidad de adquirir conocimientos y un nivel de vida digno. El primero establece como
indicador la esperanza de vida que se refiere al número de años que se espera que viva un
recién nacido si los patrones de tasa de mortalidad se mantienen constante, el segundo
tiene relación con los años esperados de escolaridad y que se refiere a los años de
escolaridad que puede recibir un niño en edad de comenzar la escuela si las tasa de
matriculación por edad se mantiene vigentes, en tercer lugar está el Ingreso Nacional Bruto
per cápita que son los ingresos totales de una economía generados. Así mismo en 2010 se
establecieron tres índices: Pobreza Multidimensional, Desarrollo Humano ajustado por la
Desigualdad y el Índice de Desigualdad de Género lo que implica nuevos desafíos a la hora
de evaluar el índice (PNDU, 2018). Estos índices surgen debido a las nuevas necesidades
que tiene la población así como a las brechas que debe enfrentar el mundo actual.

En cuanto a la medición antropométrica estos buscan evaluar el bienestar biológico de la


población mediante el uso de registros del ejército ( Llorca, 3) y de niños ( texto, 6) o
analizando las estaturas de las mujeres (texto, 2) , en ellos se evalúa cual ha sido la
fluctuación de la estatura de acuerdo a diversos indicadores como es el ingreso económico,
el estrato social, la raza o la región que habita la población. Algunos autores han llegado a
la conclusión que existe una correlación entre la estatura y el ingreso económico,
estableciendo claras diferencias entre los países de América latina (texto , 1), en cambio
otros han explicado que un mayor crecimiento y exportación de la economía no implica un
mayor desarrollo en el bienestar humano y que inclusive implica una disminución en la
estatura promedio de la población (texto 3)

Para Llorca la estatura no es solo un complemento a los indicadores convencionales, sino


que en muchos aspectos es un indicador superior de prosperidad, debido a las limitantes
propias del PIB.(citar texto 4 ). La estatura por lo tanto, es una medida directa del bienestar
y no indirecta como el PIB. De modo que se puede distinguir que la primera se le asigna
un bienestar biológico mientras que la segunda adquiere un carácter de bienestar
económico. Así mismo se puede establecer que la estatura está relacionada a condiciones
de salud y nutrición mientras que lo económico tiene estrecha vinculación con el poder de
compra.

Si bien es cierto ambos indicadores buscan establecer el bienestar de las personas, estos
son abordados de diferentes maneras, ya que el IDH ha tenido que incorporar nuevos
índices con la finalidad de abordar las temáticas contingentes a la actualidad. Cabe
destacar que este índice viene siendo realizado desde 1990 lo que significa que aún es un
dato reciente comparado con los valores antropométricos que son tomados desde hace
aproximadamente tres siglos.

Además los valores antropométricos intentan refutar las relaciones entre altura y
crecimiento económico, lo que es abordado por el IDH mediante Índice de Desarrollo
Humano ajustado por desigualdad. Por lo tanto dependiendo de la serie de tiempo se puede
evaluar que indicador es propicio a la hora de analizar el bienestar humano, ya que las
mediciones antropométricas han ayudado a establecer políticas públicas con la finalidad de
mejorar las condiciones de salud en la población. Un ejemplo de ello es que en 1940 se
comienzan a establecer medidas con el objetivo de crear mejores condiciones de nutrición
y salud, especialmente a las zonas urbanas más pobres, mediante la implementación de
programas de vivienda combinados con una inversión sustancial en infraestructura urbana,
como redes de alcantarillado y agua potable en áreas urbanas, que experimentaban un
crecimiento sustancial de la población junto con una creciente industrialización que
ayudaron a mejorar los niveles de estatura de la población (citar texto, 6)

Por otro lado, las mediciones antropométricas deben siempre luchar contra problemas
metodológicos ya que al trabajar con registros militares, que es la principal fuente de datos
se enfrentan ante problemas de sesgos debido a que la muestra tiende a truncarse hacia
el lado izquierdo debido al requisito de estatura mínimo impuesto por el ejército. Por otro
lado la edad máxima de crecimiento aún no está clara en la literatura con lo cual se dan
amplios márgenes de datos.

De este modo si bien es cierto el IDH engloba gran parte de los indicadores debido a su
extensión y actualización, al momento de necesitar una serie de tiempo es mejor utilizar los
indicadores antropométricos debido a que da cuenta de la evolución histórica y las medidas
adoptadas por políticas públicas.

IDH 1990
Construcción de Indicadores Indicador Período Fuente
Salud Esperanza de vida 1990 ONU
Educación Promedio de escolaridad 1990 UNESCO
Vida Digna Ingreso Nacional Bruto 1990 BANCO MUNDIAL/FMI
IDH 2010
Pobreza IPM 2010 PNDU
Desigualdad IDH-D 2010 PNDU
Empoderamiento de las mujeres Índice de desigualdad de género 2010 PNDU
Medidas antropométricas
Estatura Cm XVIII Registro del ejercito/registro de niños
Desigualdad Estrato socioeconómico XIX Registro del ejercito/registro de niños
Raza Blanco/Negro/Mulato XVIII Registro del ejercito/registro de niños
Región Norte/Centro/Sur XVIII Registro del ejercito
Baten, J. y Scott, C. (2010). “Latin American anthropometrics, past and present- An
overview”. Economics and Human Biology 8 pp. 141- 144.

Challúa, A. y Silva, S. (2016). “Towards and anthoropometric history of latin America in the
second half of the twentieth century.” Economics and Human Biology 23 pp. 226- 234.

LLorca, M. Navarrete, J. Droller, F. y Araya, R. (2018a). “Height in eighteenth-century


Chilean men: Evidence from military records, 1730-1800”. Economics and Human biology
29 pp. 168- 178. (Llorca et., 2018a)

Llorca, M. Araya, R. y Navarrete, J. (2018b). “Antropometría histórica de Chile: evolución


de la estatura de la población en el largo plazo, siglos XVIII-XXI”. Estudios atacameños 60,
pp. 161-191. (Llorca et., 2018b)

Llorca, M. Navarrete, J. Araya, R y Droller, F. (2018c). “The Physical Stature of Men in 19th
– Century Chile: Another Case of Stagnation During an Export Boom”. Revista de historia
económica, pp. 1-32.( Llorca et., 2018c)

Núnez, J. y Perez, G (2015). “The trends in physical stature across socioeconomic groups
of chilean boys, 1880-1997”. Economics and Human Biology 16 pp. 100-114

PNUD, (2018). “Human Development Indices and Indicators 2018 Statistical Update”

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