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Universidad nacional sede Medellín

Autor: Richard A. Reina Martínez


Pregrado en ciencia política.
i-mail: rreina@unal.edu.co

ANALISIS COMPARATIVO DE LA CRISIS DE LOS PARTIDOS EN RELACIÒN CON


LA REFORMA POLÌTICA DE 2003. Commented [JACS1]: Sí, el trabajo cumple con lo que
había solicitado. Creo que algunos elementos teóricos vistos
OBJETIVO en el curso se ignoran en el escrito a pesar de la importancia
que tienen para el análisis.
Esta ponencia escrita surge a partir de un primer acercamiento al trabajo de Fernando Giraldo
Calificación 45
G. politólogo Director de la Carrera de Ciencia Política de la Pontificia Universidad Javeriana
de Cali y José Daniel López J. politólogo Investigador del Programa Congreso Visible, del
Departamento de Ciencia Política de la Universidad de los Andes; quienes tempranamente
analizan los efectos de la reforma política de 2003 sobre el sistema electoral y de partidos
basados en los resultados de los comicios de 2002-2006 y 2006-2010 para cámara de
representantes con el fin de abordar desde su perspectiva de análisis la problemática de la
crisis de representación de los partidos políticos en Colombia, en relación con la reforma
política de 2003 tomando como base los importantes cambios que introduce al sistema
electoral y de partidos, desde una perspectiva comparativa de los resultados en los comicios
para la elección de candidatos a la corporación de cámara desde la implementación de la
reforma hasta la actualidad, evaluando así, la realización de su objetivo en términos de la
conformación partidista de la corporación y la persistencia del fenómeno de pérdida de
credibilidad en los partidos políticos y su posible relación con el incremento de las
candidaturas por grupos significativos de ciudadanos. Este análisis se desarrollará en torno a
dos cuestiones principales: la primera de ellas tiene que ver con el éxito o fracaso de la
Reforma Política en su intento por garantizar mayor representatividad en los cargos de
elección popular, en este caso, las curules de la Cámara de Representantes; y en segundo
lugar, se examinará la evolución de la participación electoral, los votos en blanco, los votos
válidos, los votos nulos y las tarjetas no marcadas, y con el objetivo de, en un futuro cercano,
dar continuidad a la línea de trabajo de los autores que busca analizar el comportamiento de
los partidos, este trabajo se inspira en el artículo ‘‘El comportamiento electoral y de partidos
en los comicios para Cámara de Representantes de 2002 y 2006: un estudio comparado desde
la Reforma Política’’.
CUERPO DE LA PONENCIA
La representación política establece una relación entre pueblo, Estado y gobierno. Esta
relación comienza desde el momento mismo en que hay una vinculación racional, emotiva o
tradicional con la persona o colectivo de personas, los representantes, a quienes se les
atribuye una serie de cualidades y capacidades que se juzgan positivas para el
direccionamiento de la sociedad, es decir, al votar por un determinado partido o persona se
puede indicar un interés propio, un impulso irracional, un juicio moral, un ideal ético de
sociedad, etc.
Así, se puede decir que al votar por los representantes hay una serie de acciones que se espera
que realicen en función de las cuales se responderá o no a las demandas de los distintos
grupos que integran la sociedad. Por lo tanto, al abordar el problema de la crisis de los
partidos es fundamental tener en cuenta múltiples variables tales como: el porcentaje de
abstención de las elecciones generales, la cultura política del país en lo referente a los
mecanismos de participación, la opinión de los ciudadanos sobre la efectividad de las
instituciones y de los miembros que las integran (confianza) y ,como ha demostrado la
historia política de nuestro país, incluso la procedencia de los dineros que financian las
campañas. Además, es “fundamental que un sistema político posibilite la eficacia de una
relación vinculante y sobre determinante del que vota sobre aquel a quien se le confiere el
poder, que garantice la expresión de la voluntad popular y el ejercicio deliberativo de los
electores” (Restrepo, 1999).
Para iniciar el análisis del sistema de partidos me fue necesario apoyarme en los datos del
comportamiento de los actores en las últimas elecciones de congreso, poniendo énfasis
principalmente en la cámara de representantes y en la consecuente configuración partidista
de esa corporación. De esta primera recopilación de datos se trata de extraer
comparativamente información cuantitativa que permita inferir algunas posibles
explicaciones cualitativas del comportamiento del sistema.
Las distintas reformas al sistema electoral de 1991 se han propuesto reorganizar el sistema
político y fortalecer los partidos a través de incentivos para las coaliciones preelectorales
entre candidatos de mayor afinidad (técnicamente se incluyen aquí la lista única, el sistema
D’Hondt y el umbral electoral con la reforma política de 2003) y el fortalecimiento de las
mismas con las modificaciones introducidas por la reforma de 2009 al equilibrio de poderes
y que cumplieron su principal objetivo reflejado en la real disminución de unidades
partidistas que integran las corporaciones, como es el caso de la cámara de representantes
cuyo número de unidades partidistas por años electorales desde el 2002 se ha reducido
significativamente como se muestra en el siguiente gráfico.
Al analizar los resultados vemos que continúa la tendencia a la reducción de unidades
partidistas iniciada desde la abrupta disminución de 55% en el periodo 2002- 2006, que para
2010 pasa de 23 unidades partidistas a 14 unidades partidistas, lo que implica una reducción
del 39.13%; en cuanto al porcentaje de partidos que obtuvieron una o dos curules representan
el 50% de las unidades partidistas que alcanzaron representación en la corporación. Por otro
lado, los resultados de 2014 arrojan una cifra de unidades partidistas similar (15), es decir,
un aumento partidista de 6.66% en total, de las cuales 33.33% alcanzaron entre 1 y 2 curules
y una reducción de 16.67% de la dispersión y personalización. En 2018 tenemos 13 unidades
partidistas con representación, una reducción de 13.33%, con respecto a los comicios
anteriores, de las cuales el 53.84% obtuvieron entre 1 y 2 curules, con una dispersión de
20.51%. Cifras que dan cuenta de que el fenómeno de dispersión y personalización que hasta
entonces sigue siendo alarmante en el contexto electoral colombiano y se puede explicar por
la creciente suma de pequeños movimientos políticos con presencia principalmente regional
y candidaturas unipersonales por firmas. Commented [JACS2]: En esta parte del análisis las reglas
para contar pueden ser de gran utilidad.
En cuanto a la abstención, si bien en 2014 la cantidad de votantes fue del 43,58 % y en 2018
fue de 47,8 %, es decir, el abstencionismo es, hasta el momento, menor, aun así, hay que
tener en cuenta que para 2014, la cifra de personas habilitadas para votar fue de 32.835.856,
es decir, 3,6 millones menos que para los comicios legislativos de este año. Así pues, pese a
que tuvo lugar un aumento del 9.8% en el número de personas habilitadas para votar sólo
hubo un aumento de 8.8% en el número de votantes por lo tanto ni siquiera aumentó en
proporción al aumento en el número de personas habilitadas para votar en 2018.
Como se muestra anteriormente, el aumento de la disciplina de los partidos ha traído consigo
la búsqueda de líneas de fuga, entre las cuales, la alternativa predilecta han resultado ser las
candidaturas por firmas o grupos representativos de ciudadanos, como evidencia el siguiente
gráfico, que muestra su aumento como forma alternativa a las formas de candidatura por
listas de partido.

www.razonpublica.com, elaborado a partir de datos de la Registraduría Nacional del


Estado civil.

“Una razón de tanta aspiración por firmas es la falta de credibilidad de los partidos políticos
a pesar de varias reformas, incluida la reforma política de 2003, orientadas a fortalecerlos.
En la última Gran Encuesta con una muestra de 1.030 personas, en 47 municipios entre el 11
y el 17 de agosto del 2017, Según el Observatorio para la Democracia de la Universidad de
los Andes, la confianza en los partidos políticos se encuentra en uno de los niveles históricos
más bajos, 20 por ciento. Son las instituciones que generan menos credibilidad, seguidos en
desfavorabilidad por la Corte Constitucional. ¡A los partidos políticos no les fue bien! No
sólo padecen esa desconfianza los tradicionales liberales y conservadores, que existen hace
más de un siglo. También los partidos menores de diez años como Cambio Radical, Polo
Democrático, Alianza Verde y hasta Centro Democrático, creado apenas en julio del año
pasado. Para Miguel García, codirector del Observatorio de la Democracia de la Universidad
de los Andes, “a lo que están respondiendo los políticos es a una ciudadanía con entidades
partidistas débiles. La gente dejó de confiar”. Pero ¿A qué se debe la baja capacidad de los
partidos para captar el interés de los electores y para materializarla en participación?
El Centro Nacional de Consultoría hizo una encuesta para identificar lo que la gente espera
de ellos y cuáles generan más confianza. La principal conclusión es que los ciudadanos
quieren que hablen de progreso, entendido como empleo, crecimiento económico e
infraestructura, más que de convivencia, seguridad y justicia social, que es precisamente lo
que más encuentran en las ofertas partidistas”. (El ranking de los partidos políticos y la
confianza de los colombianos, 2017). Lo que sugiere que los partidos deben volver su
discursiva y su acción hacia los intereses cambiantes de la sociedad y permanecer
actualizados, de cara a sugerir propuestas enfocadas a atender las demandas prioritarias para
la sociedad, aun cuando ello no implique la inexistencia de otras problemáticas urgentes.
CONCLUSIONES
Si bien los resultados de las elecciones de cuerpos colegiados con un número de escaños
superior a veinte han llevado a una mayor coordinación preelectoral dentro de los partidos y
a un mejor control de los avales ofrecidos a los candidatos de procedencia dudosa. Por las
posibles consecuencias que esto trae a partir de la reforma del 2009, el aumento del umbral
para acceder a las curules y la proporcional distribución de las mismas entre las unidades
partidistas no satisface la presión de pérdida de legitimidad del sistema de partidos como
instituciones trasmisoras de las demandas sociales, debido a que las personas no se
identifican con sus programas y no confían en su efectividad, lo cual se evidencia en la
persistencia de bajos niveles de participación. Por otro lado, se hace necesaria la
implementación de regulaciones más estrictas a las candidaturas por firmas y la actualización
de mecanismos más efectivos para conocer prontamente los cambios en las tendencias de las
demandas de la ciudadanía.
BIBLIOGRAFÍA
“El ranking de los partidos políticos y la confianza de los colombianos” (2017), Semana,
Tomado de: https://www.semana.com/nacion/articulo/propuestas-de-los-partidos-no-
coinciden-con-las-prioridades-de-los-votantes/537715 (consultado 10 de abril del 2019)
Restrepo, W. (1999) “Problemas de la representación política en Colombia”, Estudios
Políticos (15).
Giraldo, F. y López J. D. (2006) “El comportamiento electoral y de partidos en los comicios
para Cámara de Representantes de 2002 y 2006: un estudio comparado desde la reforma
política”, Colombia Internacional (64).

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