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FACULTAD DE ADMINISTRACION DE

EMPRESAS
RESUMEN: DABBAWALAS DE INGENIERIA EN GESTION DE
MUMBAI TRANSPORTE
MATERIA: ANALISIS DE SISTEMAS DE SEMESTRE: OCTAVO
TRANSPORTE
NOMBRE:
SANTIAGO VIZUETE
CODIGO: 263
DABBAWALAS DE MUMBAI
INTRODUCCION:

Son cerca de 5.000 hombres en Mumbai reparten a pie, en bicicleta o en


transporte público, una media de 200.000 comidas al día, son los dabbawalas,
los repartidores de almuerzos caseros. Estos repartidores recogen la comida en
la casa del cliente, una comida que habrá hecho su mujer, y se la lleva a su lugar
de trabajo.

Los repartidores utilizan una especie de código postal de colores y letras que
conocen perfectamente.

Hacen uso de un compartimiento de carga del metro de Mumbai donde colocan


los recipientes de los almuerzos dependiendo del área a donde se dirijan. Un
recipiente de comida puede pasar por las manos de hasta cuatro dabbawalas y
recorrer hasta 70 kilómetros.

Los clientes, muchos de ellos oficinistas, que solicitan este servicio reciben en
muchas ocasiones la comida aún caliente, siendo la puntualidad otra de sus
virtudes. Los almuerzos deben estar repartidos antes de las doce y media, y tres
horas son las que se necesitan para repartir y más tarde recoger esos 200.000
almuerzos. De hecho, se dice que su margen de error es de 1 por cada
16.000.000 de entregas.
SISTEMA DE REPARTICION
A las ocho y media de la mañana, alguien en casa del cliente, posiblemente su
esposa, ya ha preparado y guardado la comida en un recipiente térmico de metal,
o fiambrera, llamado dabba. Las dabbas constan de varios compartimentos
colocados uno sobre otro, que se mantienen unidos mediante cierres metálicos.
El dabbawala recoge varias fiambreras en una zona, las carga en su bicicleta o
su carrito y se dirige rápidamente hacia la estación de tren, donde se reúne con
los demás repartidores de su grupo. Allí clasifican los recipientes de acuerdo con
su destino, como hacen los carteros con el correo.
A las ocho y media de la mañana, alguien en casa del cliente, posiblemente su
esposa, ya ha preparado y guardado la comida en un recipiente térmico de metal,
o fiambrera, llamado dabba. Las dabbas constan de varios compartimentos
colocados uno sobre otro, que se mantienen unidos mediante cierres metálicos.
El dabbawala recoge varias fiambreras en una zona, las carga en su bicicleta o
su carrito y se dirige rápidamente hacia la estación de tren, donde se reúne con
los demás repartidores de su grupo. Allí clasifican los recipientes de acuerdo con
su destino, como hacen los carteros con el correo.

El coste de este servicio para el cliente es de unas 10 dólares al mes, y el


repartidor puede ganar al mes de unos 110 dólares.
Se dice que este tipo de repartos es una tradición que viene desde hace 120
años, donde los indios empleados por las compañías británicas empezaron a
utilizarlo.

Los dabbawalas llevan un carné que los identifica, y se les reconoce fácilmente
por su atuendo característico: camisa y gorra blancas y pantalones sueltos. Si no
llevan la gorra, llegan tarde, se ausentan sin una buena razón o los sorprenden
bebiendo alcohol mientras trabajan, se arriesgan a una multa.
Cada fiambrera tiene asignado un código compuesto de letras, números y
colores que indican el lugar de procedencia, la estación de tren más cercana y
la de destino, además del nombre del edificio y el piso donde hay que entregarla.
Se juntan todos los recipientes destinados a cierta zona y se colocan —hasta 48
de ellos— en largos armazones de madera. Cuando llega el tren, se cargan en
un compartimento especial cerca de la cabina del conductor. Entonces siguen
viaje, y cuando el tren arriba a una estación de enlace importante, se vuelven a
clasificar las fiambreras y se envían a la estación de destino. Allí las reorganizan
por última vez y las entregan a los clientes utilizando bicicletas o carritos.
La excelente labor que realizan los dabbawalas no ha pasado desapercibida.
Algunas organizaciones han analizado su sistema de reparto a fin de aplicar la
técnica en otros campos. Se han grabado documentales sobre ellos.
En la actualidad, los dabbawalas utilizan computadoras y teléfonos celulares
para recibir los pedidos y llevar la contabilidad. Pero su sistema de reparto sigue
siendo el mismo. Cuando aprieta el hambre al mediodía, muchos oficinistas de
Bombay tienen la tranquilidad de saber que está a punto de llegar a su mesa, y
sin retrasos, una comida caliente preparada en casa.

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