Está en la página 1de 4

HISTORIA ARGENTINA:

ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA DECLARACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN NACIONAL


El Congreso Constituyente de Santa Fe
La victoria de Caseros no hizo olvidar a Urquiza la promesa hecha al país en mayo de 1851, pues
pocos días después comisionó al doctor Bernardo de Irigoyen para que visitase a los gobernadores
más distantes y les explicase el propósito perseguido de organizar constitucionalmente al país,
siguiendo lo expresado en el manifiesto del pronunciamiento y lo establecido en el Pacto Federal o
Tratado del Litoral del 4 de enero de 1831.

El Congreso General Constituyente se instaló en la ciudad de Santa Fe, el 20 de noviembre de 1852 y


eligió presidente a Facundo Zuviría, salteño. El ministro De la Peña leyó el discurso inaugural de
Urquiza, ausente en campaña, que preparó José M. Gutiérrez. Enumeraba las disposiciones
adoptadas para pacificar el país y fomentar la prosperidad general.

En uno de sus párrafos dice: «Porque amo al pueblo de Buenos Aires, me duele la ausencia de sus
representantes en este recinto. Pero su ausencia no quiere significar un apartamiento para siempre;
es un accidente transitorio. La geografía, la historia, los pactos, vinculan a Buenos Aires al resto de la
Nación. Ni ella puede vivir sin sus hermanas, ni sus hermanas sin ella. En la bandera argentina hay
espacio para más de catorce estrellas, pero no puede eclipsarse una sola».

La mayoría de los diputados que concurrieron al congreso fueron nombrados por los nuevos
gobernadores surgidos de movimientos locales contra los gobernadores de la época de Rosas, salvo
algunas excepciones, como las de Tucumán y San Juan, cuyos caudillos eran sostenidos por Urquiza.
El grueso de los diputados del Congreso Constituyente de Santa Fe eran personas acreditadas por
sus condiciones personales, por su saber, por su autoridad moral. Buena parte de ellos pertenecían a
los proscriptos, otros eran federales que habían sabido mantener su independencia y su integridad.

Figuraban entre ellos escritores, juristas y algunos sacerdotes.


Los diputados constituyentes fueron, por Santa Fe:-Manuel Leiva y Juan Francisco Seguí,
federalistas vinculados desde hacía muchos años a los esfuerzos en favor de la organización
nacional. Por Entre Ríos fueron nombrados Juan María Gutiérrez y José Ruperto Pérez, este último
periodista, redactor principal de El Federal Entrerriano, y el primero fundador, junto con Echeverría,
Alberdi y López, de la Asociación de Mayo. Córdoba eligió a Santiago Derqui, de larga y destacada
actuación en la resistencia a Rosas, y a Juan del Campillo, acreditado jurista.

Por Santiago del Estero fueron José Benjamín Lavayssé, sacerdote, hijo de un militar de Napoleón, y
José Benjamín Gorostiaga, uno de los jóvenes de mayores conocimientos en materia económica y
financiera. Mendoza eligió a dos proscriptos jurisconsultos, Martín Zapata y Agustín Delgado.
Corrientes estuvo representada por Luciano Torres y Pedro Díaz Colodrero. San Juan designó a
Ruperto Godoy y a Antonio Aberastain; éste asintió de buen grado a la designación, pero, hallándose
en Chile y al lado de Sarmiento, renunció y en su lugar fue enviado Salvador María del Carril, ex
gobernador de la provincia y ex ministro de Rivadavia.

Tucumán designó a fray José Manuel Pérez y Salustiano Zavalía. San Luis fue representada por Delfín
B. Huergo y Juan Llerena. Salta eligió a Facundo Zuviría y Eusebio Blanco. Catamarca nombró por
insinuación de Urquiza a Pedro Ferré, promotor del pacto del Litoral en 1831, y al presbítero Pedro
Zenteno. Jujuy envió a José Quintana y La Rioja a Regis Martínez.
Como no fue posible que todas las provincias designasen a sus representantes en el plazo fijado, el
Congreso hubo de ser postergado para noviembre. Así fue como el 20 de noviembre el gobernador
Crespo, con De la Peña, ministro de Relaciones Exteriores de la Confederación, y una comisión de
diputados, llegó al Cabildo y ocupó el sitial reservado. Luego pidió permiso para que el ministro De la
Peña leyera el discurso de Urquiza.

LA CONSTITUCIÓN DE 1853

Los congresistas se alojaron en casas principales de la ciudad y en los conventos. Los correntinos y
algunos de otras provincias ocuparon las celdas del patio de los naranjos en e! antiguo colegio de los
jesuitas.

El 21 de noviembre fueron designadas dos comisiones: una encargada de estudiar el discurso


inaugural del Director Provisional y el mensaje sobre las causas que impidieron acudir
personalmente a la instalación del Congreso, como hubiera sido su deseo; la otra encargada de
proyectar el reglamento interno.

El 24 de diciembre, a propuesta de Manuel Leiva se nombró una comisión para redactar el proyecto
de Constitución. En ella figuraron hombres de diversa ascendencia, pero ninguno de actuación
rosista ni comprometido en toda su actuación en una orientación que no fuese republicana. Algunos
de ellos habían conocido la emigración, el destierro, y todos tenían una personalidad definida en el
campo jurídico, en la vida política, en las letras.

La comisión que preparó el proyecto de Constitución lo presentó en la sesión del 18 de abril de 1853.
Dos días más tarde, por pensar que el país seguía convulsionado y estaba lejos de ofrecer el
ambiente de tranquilidad y orden necesarios, Zuviría pidió el aplazamiento a las tareas, pero los
convencionales lo rechazaron. La sesión del 20 de abril señala el momento crítico del Congreso, a
punto de malograrse por las vacilaciones de su presidente.
Tras sesiones agotadoras con horarios continuos, en diez días subsiguientes sólo se trataron los
artículos considerados importantes; los otros se aprobaron a «libro cerrado», tal los presentó la
Comisión redactora, constituida por siete miembros.

Finalmente el texto fue sancionado y firmado el 1.° de mayo y-Urquiza, dada la significación del caso,
lo promulgó el 25 de mayo, y el 9 de julio se efectuó la jura solemnemente, en toda la Nación,
menos en Buenos Aires.

La Constitución de 1853 constaba de 107 artículos. Posteriormente se le agregaron diversas


enmiendas.
El gobierno de la provincia de Buenos Aires, dentro de la ciudad sitiada, no sólo rehusó la aprobación
de la Constitución, sino que tampoco quiso recibir a los diputados Del Carril, Gorostiaga y Zapata,
que habían sido encargados por el Congreso para presentarla al gobierno de Buenos Aires. Se hizo
una moción para que el pliego recibido pasase a estudio de una comisión especial junto con la
correspondencia entre el gobierno y el general Urquiza, que acababa de levantar el sitio a Buenos
Aires.

El pliego que contenía la Constitución y las leyes anexas, de la capital, municipalidad y aduana,
llevaba una nota amistosa de los comisionados al gobernador, fechada el 13 de julio. Fue necesaria
la derrota de Cepeda para que se sometiese el pliego al examen de la convención provincial de 1860.

Las fuentes principales de la Constitución de 1853 fueron la Constitución de Filadelfia, Estados


Unidos, redactada en 1788, la Constitución Chilena de 1833, el libro ¿as Bases de Alberdi, el Dogma
socialista de Esteban Echeverría, y otras cartas constitucionales extranjeras, como la de Suiza de
1844, las constituciones unitarias de 181 9 y 1 826, los pactos preexistentes y el Acuerdo de San
Nicolás.

La legislación civil, comercial, penal y de minería es nacional en la Constitución argentina, mientras


en la de Estados Unidos es provincial o estatal; además en 1853 no existía, en aquel país, la igualdad
ante la ley y la condena a la esclavitud.

La Constitución argentina comprendía un preámbulo y constaba de dos partes: la primera, las


declaraciones, derechos y garantías. La segunda, con el enunciado de las autoridades de la Nación,
subdividida en dos títulos: Gobierno Federal y gobiernos de provincias.

El Gobierno Federal estaba integrado por tres poderes: El Legislativo, el Congreso, compuesto de dos
cámaras, la de diputados elegida en proporción al número de habitantes, por el término de 4 años, y
la de senadores a razón de 2 por provincia, que duraban 9 años.
El Poder Ejecutivo, formado por presidente y vicepresidente, eran elegidos en forma directa por
electores, ocupaban el cargo durante 6 años y no podían ser reelectos de inmediato. El presidente, a
su vez, nombraba a sus ministros.

El Poder Judicial estaba a cargo de una Corte Suprema de Justicia y de los tribunales y jueces
federales. Los gobiernos de provincia eran autónomos en su elección local y con los poderes no
delegados al gobierno nacional, pero la Constitución era la Ley Suprema de la Nación y ninguna
constitución o ley provincial podía contener disposiciones que le fueran contrarias.

La Constitución de 1853 rigió el país, con pequeñas enmiendas, hasta la reforma de 1949, y fue
restablecida el 1.° de mayo de 1956.

También podría gustarte