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Tecnología de los Alimentos. Facultad de Veterinaria. Miguel Servet 177. 50013, Zaragoza, Spain.
calvoreb@unizar.es
RESUMEN
PALABRAS CLAVE
ABSTRACT
The mines, and also the mining-related organizations, have used, and in some cases still
use, tokens for material control or for internal equivalent to legal tender money, and medals for
conmemorative purposes. The study of these pieces, combined with the documents related to
them, may allow to obtain data on the operation of mining companies and on livelihoods of
workers. In this paper, the different types of tokens and medals will be classified, describing
some examples.
KEYWORDS
Mining numismatic, token, medal
INTRODUCCIÓN
Las piezas de numismática minera se pueden clasificar en varios grupos, en función del
tipo de uso, clasificación que ya fue utilizada en el primer intento de sistematizarla (Erns,
1885). Uno de estos grupos está formado por las "fichas" destinadas a la gestión de materiales o
herramientas propiedad de la empresa, para el control de tareas o producción, o para el control
de la presencia del personal en determinados lugares De este grupo, las más conocidas son las
fichas de lampistería, que todavía se utilizan, a pesar de la introducción de los sistemas
informatizados de gestión. Entre ellas se podrían incluir también, como un caso especial, las
fichas de asistencia, que fueron una forma de retribución de las empresas y asociaciones por la
asistencia a las reuniones de sus juntas directivas o a las asambleas generales de accionistas.
XII CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE PATRIMONIO GEOLÓGICO Y MINERO
La empresa Preussag AG, inicialmente minera y ahora, con el nombre de Tui AG, con
intereses económicos globales, ha reunido una enorme colección de numismática minera (la
segunda, a partir de 1950, ya que la primera se perdió al final de la II Guerra Mundial), que ha
sido catalogada por Müseler (1983). A pesar del importante sesgo de esta colección, que
excluye a la mayoría de las piezas "humildes", como son las fichas-salario y vales, e incluye
monedas alemanas de curso legal de las ciudades y estados mineros, los catálogos son una
enorme fuente de información de lo que "existe" en este campo, especialmente en medallas. La
colección se encuentra actualmente en un museo privado en Hamburgo, visitable con cita
previa.
FICHAS
Desde la Edad Media se utilizaron a gran escala en Europa los "jetones de cuentas",
fichas monetiformes destinadas a llevar la contabilidad, especialmente en instituciones
oficiales. En algunos casos, esas instituciones estaban relacionadas con la minería, por lo que
estas piezas pueden incluirse entre la numismática minera. Por ejemplo, los acuñados a partir
de finales del siglo XV en la "Saulnerie de Salins", la industria de obtención de sal de Salins les
Bains, en el Franco Condado. En 1548 este territorio, como Condado de Borgoña, pasó a
formar parte del Imperio Español, y en la segunda mitad del siglo XVI los jetones de cuenta
están a nombre de Carlos V y de Felipe II. (FIGURA 1). En esa época, la "Saulnerie" contaba
con unos 250 trabajadores, y obtenía unas 5.000 toneladas de sal al año. Este territorio fue
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conquistado por Francia en 1674, y anexionado definitivamente a ella en 1678, aunque el título
de conde de Borgoña todavía pertenece nominalmente a los reyes de España.
En las salinas se han utilizado con frecuencia fichas para el control de la tarea del
transporte de la sal, que en muchos casos solía realizarse de forma manual, y eso hasta época
reciente. En la FIGURA 5 aparecen los porteadores de sal de las salinas de Araya, en el estado
de Sucre, Venezuela, recibiendo la ficha por el cesto de sal que han depositado en los montones
justamente un momento antes. Estas salinas fueron explotadas primero por la Corona Española,
construyendo incluso una gran fortaleza para defenderlas, hasta que en 1725 quedaron muy
dañadas por un huracán. En 1792 pasaron de nuevo a ser explotadas por la Corona. Desde la
independencia de Venezuela y hasta 1872, en que pasaron al Estado venezolano, fueron
explotadas por particulares. En la época en la que se realizó la fotografía (año 1955), con la
salina en manos del Ministerio de Hacienda, cada ficha equivalía a unos 15 centavos de dólar
USA.
El saldo de fichas de cada tipo establecía las cargas entregadas y la corrección del
proceso. Otras empresas utilizaron probablemente sistemas distintos, con menor número de
fichas. Generalmente las fichas del siglo XVII y XVIII son de pequeño tamaño, pero bien
acuñadas, para evitar falsificaciones, y suelen tener como temática en el anverso motivos
heráldicos y en el reverso el apellido o monograma de las familias propietarias de las minas
(FIGURA 4). Estas fichas de control se utilizaron hasta mediados del siglo XIX. Las más
modernas, fechadas en la década de 1830, son de mayor tamaño, y en muchos casos tienen
ilustraciones mineras o de sistemas de transporte, carretas o barcos.
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Son las destinadas al control del acceso y movimiento de trabajadores dentro de las
instalaciones mineras. De entre ellas los más destacables son las fichas de lampistería. Aunque
habitualmente el minero la entrega a cambio de un objeto, la lámpara, su misión fundamental es
la de servir de control del personal presente en las galerías, especialmente para caso de
accidentes. Su característica fundamental es que llevan estampado un número que identifica a
cada trabajador. En Gran Bretaña las fichas de lampistería se utilizaron extensamente en las
minas de carbón en la segunda mitad del siglo XIX. La más antigua fechada con seguridad es
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de 1882, pero probablemente aparecieron ya una o dos décadas antes. Hacia 1900 eran de uso
general, y desde 1913 se hicieron obligatorias.
La forma de utilización de las fichas de lampistería difiere según los países y las minas.
En el sistema más sencillo y más habitual, prácticamente el único utilizado en España, el
minero tiene una sola ficha con su número, que deja en la lampistería cuando recoje allí su
lámpara. En muchas minas de Gran Bretaña y en algunas minas de carbón francesas se
utilizaban sistemas con dos o tres fichas distintas por cada trabajador, de diferente forma o
material. Cuando se utilizaban dos fichas, o bien el minero dejaba una al recoger la lámpara y
entregaba otra al encargado del ascensor al bajar, fichas que recuperaba posteriormente al subir
y al devolver la lámpara, o bien recibía dos fichas con la lámpara, y entregaba una al bajar y
otra al subir, que el encargado del ascensor devolvía a la lampistería. En el sistema con tres
fichas, el oficial para los servicios de emergencia de las minas de carbón de Gran Bretaña,
diseñado por el "National Coal Board", se utilizaban tres fichas con el mismo número, una de
plástico rojo, otra de plástico amarillo y una tercera de latón. La primera se entregaba a cambio
de la lámpara, la segunda se entregaba al encargado del ascensor al bajar a la mina y la tercera,
la metálica, provista de una cinta, la llevaba el minero encima para su identificación en caso de
un eventual accidente.
Habitualmente las fichas de lampistería son de latón o cobre, redondas y con un agujero
para colgarlas en un tablero situado en la lampistería. En la década de 1940, y especialmente
durante la Segunda Guerra Mundial se fabricaron también de aluminio. También existen de
hojalata, hierro esmaltado, plástico o madera. En su diseño, encontramos desde el simple trozo
de chapa con unos números estampados a martillo a piezas más o menos elaboradas con el
nombre de la empresa, textos descriptivos de la forma de uso o símbolos mineros. En general,
las fichas de lampistería tienen el reverso en blanco. En las de latón o cobre fue bastante común
el que se reutilizaran, especialmente en épocas de escasez de estos metales, como en los
periodos bélicos, tapando el número con estaño y estampando uno nuevo.
En las minas del sur de Gales se utilizó un tipo especial de ficha de lampistería,
conocida localmente como "polo", más grande que las habituales y con un gran agujero en el
centro (FIGURA 7). Todas ellas se utilizaron con el sitema de una sola ficha a cambio de la
lámpara, y probablemente se hicieron así para que no se confundieran con una moneda. En
muchas minas inglesas que utilizaban una sola ficha, ésta iba unida mediante un remache a un
soporte de cuero, probablemente con el mismo objetivo.
Fichas de asistencia
Las fichas de asistencia, o "jetons de presence" son una forma de retribución de las
empresas y asociaciones por la asistencia a reuniones de juntas directivas o a asambleas
generales de accionistas. Fueron muy populares en Francia a finales del siglo XIX, y de hecho
en ese país el término "jeton de presence" ha pasado a designar el pago realizado por los
motivos indicados, aunque se efectúe, como es normal actualmente, mediante abono en cuenta,
sin un objeto físico por medio. En la mayoría de los casos las fichas de asistencia son de plata,
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FICHAS-MONEDA
monedas de cobre por cuenta de la Corona. En 1811 se reprodujo el fenómeno, pero esta vez
con una duración más corta, ya que la acuñación de monedas particulares se prohibió al año
siguiente (Calvo, 2007). A partir de la segunda década del siglo XIX, la utilidad de las
acuñaciones particulares cambió, de modo que las fichas-moneda pasaron a ser utilizables
solamente en los establecimientos de venta de productos propiedad de la misma empresa. En el
Reino Unido, estas fichas recibieron el nombre de "truck", y se utilizaron en diversas
industrias, no solamente en la minería y metalurgia, hasta su prohibición total en 1887. En
Francia, a principios del siglo XIX también se utilizaron fichas-moneda en algunas minas, entre
ellas las de carbón de Litry y de Aniche, con los valores expresados en "sous" (un sou equivalía
a 5 céntimos de franco), y de confección bastante tosca. No está clara su finalidad, aunque
posiblemente se utilizaran como "propina" por trabajos extra a algunos mineros, sobre el
salario pagado en moneda de curso legal.
13). Las fichas están acuñadas a nombre de la propia empresa o, en el caso de algunos estados
con limitaciones legales, a nombre de una tienda concertada, supuestamente independiente,
pero que en la realidad casi nunca lo era.
En teoría, las empresas carboneras empleaban sus vales o monedas exclusivamente para
el pago de los anticipos solicitados por los trabajadores antes del día de paga general, pero los
sistemas de pago eran muy perjudiciales para los trabajadores. Si la empresa pagaba cada
quince días, no pagaba la quincena vencida, sino la inmediatamente anterior, de modo que un
trabajador que entrara en la empresa el día 1 no cobraba hasta el día 30, y entonces solamente
los salarios correspondientes a los días del 1 al 15 del mes que había trabajado. En el sistema
de pago mensual, el salario se pagaba el día 20 del més siguiente al que correspondía, es decir,
el minero estaba trabajando 50 días antes de recibir su primera paga. Con este sistema, y
especialmente en los tiempos de la Gran Depresión, la necesidad de solicitar "anticipos" era
evidente. El remanente del anticipo en fichas no utilizado podía eventualmente canjearse, al
menos en teoría, por moneda de curso legal el día de paga, y muchas monedas incluyen textos
alusivos a estas condiciones de uso (FIGURA 13). En un número significativo, sin embargo, se
indica que solamente se pueden utilizar para compra de mercancías, sin decir nada sobre la
posibilidad de cambio por moneda oficial. En cualquier caso, la situación de los mineros hacía
que muchas veces no quedara nada de su sueldo disponible al llegar el día de la paga, y
tuvieran que sobrevivir a base de anticipos en fichas de forma casi indefinida. El recorte de
poder adquisitivo que representaba el monopolio de suministros por parte de la compañía
carbonera también contribuía a ello.
Las empresas mineras francesas utilizaron con frecuencia las fichas moneda, para pagos
en economatos y cantinas de empresa, especialmente a lo largo del primer tercio del siglo XX,
aunque en este caso las condiciones de uso eran diferentes a las de los casos anteriores.
Generalmente, la utilización de estas monedas representaba una ventaja para los trabajadores,
ya que estos economatos solían tener precios inferiores a los de las tiendas ajenas a la empresa.
El sistema fue "exportado" a las colonias francesas, y también a otros países en los que
actuaban empresas francesas. En España, las empresas francesas con explotaciones en el
Pirineo, como la “Societe des Mines de Parzán”, " Mines d'Uretz" y "Mines d'Aran" acuñaron
sus propias fichas moneda (FIGURA 18). Sin embargo en España se utilizaron relativamente
poco, siendo rechazadas frontalmente por los trabajadores en la mayoría de los casos. Durante
la segunda mitad del siglo XIX se habían hecho muy frecuentes los abusos en el pago con vales
(generalmente simples notas en trozos de papel) y en la obligación de utilizarlos en tiendas
concertadas, que imponían precios abusivos y productos de mala calidad, por ejemplo, en las
zonas mineras de Vizcaya y de la Sierra de Cartagena, y no resultó fácil convencer a los
mineros de las ventajas de los economatos de empresa.
Las fichas-moneda mineras más recientes son las de la empresa estatal rusa Artikugol,
explotadora de algunos de los yacimientos de carbón de las islas Spiztbergen, que forman parte
del territorio noruego. En este caso, el uso de una forma de pago particular resultaba
imprescindible. Los salarios de los trabajadores de la empresa soviética, en rublos, eran del
orden de una décima parte del de los trabajadores de las empresas noruegas, por lo que la
empresa debía suministrarles los bienes necesarios para su consumo a un precio
proporcionalmente menor al del comercio local, incluso inferior al de coste. Pero el uso de
rublos de curso general hubiera provocado un enorme contrabando de esta moneda, no
convertible entonces, para poder comprar a los precios extremadamente bajos de esos
establecimientos. La única solución viable fue la adoptada, el uso de monedas y billetes
particulares. La empresa comenzó su actividad en 1932, utilizando billetes propios entre esa
fecha y 1979, mientras que de fichas metálicas se acuñaron dos series, una en 1946, en
Leningrado, con cuatro valores, y otra en 1993, en Moscú (FIGURA 19). La serie de 1993
circuló muy poco, ya que Noruega protestó formalmente por lo que consideró un
cuestionamiento de su soberanía, forzando su retirada. Posteriormente se han realizado otras
emisiones, ya exclusivamente para su venta a coleccionistas. Actualmente el pago de los
trabajadores de Artikugol y sus compras en los establecimientos de la empresa se llevan a cabo
exclusivamente con medios electrónicos, sin utilizar efectivo de ningún tipo.
VALES
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Las empresas mineras han emitido en ocasiones vales por distintos productos
alimentarios para facilitar el aprovisionamiento de sus trabajadores. Con algunas excepciones,
como pueden ser los vales de explosivos en las minas de carbón estadounidenses, su efecto
sobre la economía del trabajador solía ser beneficioso, ya que le permitían tener garantizado el
suministro de algunos bienes escasos, obtener otros a precio más bajo del corriente en la zona,
o conseguir ventajas sociales a añadir al salario.
Vales alimentarios
Los más antiguos conocidos con precisión son probablemente los utilizados en las
minas del Arzobispado de Salzburgo, ahora en Austria. A lo largo de todo el siglo XVII, y
hasta 1732, los gobernantes locales (arzobispos con poder secular) emitieron vales
monetiformes para que los mineros pudieran obtener tres tipos de productos, vino, carne y
paño, a precios controlados. Los más comunes, los de vino, llevan habitualmente la
representación de un racimo de uvas (FIGURA 20). En este caso, el objetivo era evitar las
subidas incontroladas de precios, por problemas momentáneos en el suministro, acaparamiento
o acuerdos entre comerciantes locales, que podrían dar lugar consecuentemente a demandas de
incremento de salarios por parte de los mineros. También se utilizaron vales con el mismo
objetivo en las minas de plata de La Croix Aux Mines, en la región de Los Vosgos, en Francia.
El reglamento de la sociedad que las explotaba en 1721 establecía la existencia de vales, que se
entregaban a los obreros el día de pago, cada quincena. Existen referencias a vales de pan,
carne (fresca y cocida), vino, caldo e incluso "eau de vie".
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Las cantinas de algunas empresas mineras también utilizaron vales concretos para
distintos alimentos o bebidas. El caso de la utilización de fichas moneda y de vales por parte de
las minas de pirita de Sain-Bel, en Saint-Pierre-la-Palud, Rhone, Francia, es especialmente
notable por el gran número de tipos diferentes que se acuñaron, por lo extenso de su uso y
porque, bastantes años después del cierre, en las ruinas de las instalaciones, se recuperaron
prácticamente todas las fichas empleadas, muchos miles de piezas de decenas de tipos distintos.
Estas minas fueron explotadas desde la prehistoria para obtener cobre. En 1840, la sociedad
"Perret et ses Fils", que había desarrollado un sistema de obtención de ácido sulfúrico a partir
de pirita, y que ya utilizaba la que había sido abandonada en las escombreras, compró la mina
de Sain-Bel.
Posteriormente la empresa pasó a llamarse "Perret Freres", luego "Perret Frees &
Olivier", y en 1872, se fusionó con la empresa "Saint -Gobain". La "pension alimentaire" de la
empresa, con tienda y cantina, estuvo activa entre 1848 a 1911, utilizando fichas-moneda con
diversos valores nominales para la tienda y vales por distintos alimentos, concretamente caldo,
potaje, legumbres, carne, tocino, postre, pan, vino y café para la cantina. Cada uno de estos
alimentos contaba al menos con una ficha propia (FIGURA 23), con su nombre en el anverso, y
las siglas de la empresa (que furon cambiando) en el reverso. Existen dos series de fichas, una
acuñada en latón y otra en zinc (A.C.J.M., 1999). La utilización de tienda y cantina era
voluntaria, de modo que el día de pago cada trabajador podía solicitar la parte de su salario que
quisiera en fichas-moneda, y con ellas adquirir en la tienda los productos disponibles y los
vales para la cantina. El sistema paternalista de la empresa, que también construyó alojamientos
para sus trabajadores, resultó eficaz, ya que entre 1840 y 1872 no se produjo ninguna huelga en
las minas.
Vales de explosivos
MEDALLAS
Como es lógico, las medallas representan un grupo extenso y sumamente variado dentro
de la numismática minera, dado que su carácter conmemorativo o de homenaje puede
entenderse en un sentido muy amplio. Incluso se han acuñado medallas "docentes", como la
clasificación mineralógica o los esquemas de máquinas que aparecen en una serie de medallas
de Thomason acuñadas hacia 1825 (Calvo, 2007b). Muchas de las medallas representan hechos
de cierta trascendencia, y son además obra de los mejores grabadores de cada época, por lo que
cada una de ellas podría ser objeto de un estudio individual.
Medallas conmemorativas
institución, la entrada en producción (son habituales las medallas acuñadas con el primer metal
extraído), un hito productivo, una mejora tecnológica, o incluso el cese de la actividad.
Una de las más notables es la medalla acuñada con el oro obtenido en la mina de La
Gardette, cerca de Bourg d'Oisan, en los Alpes franceses. Aunque se había obtenido algo de oro
anteriormente, el interés por este yacimiento, del que se extraían informalmente cristales de
cuarzo, volvió a despertarse a partir de 1778, cuando Schreiber, director de las minas de
Allemont, observó la presencia de oro en un ejemplar de cuarzo. A partir de 1781, la mina de
oro de la La Gardette fue explotada, bajo la dirección de Schreiber, por cuenta del conde de
Provenza, futuro Luis XVIII y hermano del rey Luis XVI, reinante entonces. Según indica
Dolomieu, en un manuscrito publicado por Lacroix (1919), autor que también incluye una
fotografía de la medalla en su magna obra "Les Mineraux de la France...", la mayor parte del
oro obtenido formaba parte de ejemplares notables mineralógicamente, y Schreiber lo
distribuyó como tales ejemplares, que actualmente se conservan en muchos museos.
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Una de las imágenes de la numismática minera más conocidas es la del minero en plena
faena, obra de Oscar Roty, para las minas de Lens, que ha sido el anverso de diversas medallas,
cambiando el reverso, y que se distribuyeron extensamente como "regalos de empresa", tanto
en bronce plateado como, en menor medida, en plata. La primera, emitida en 1899, solamente
marca el hito de las fechas, conmemorando la fundación de la empresa en 1852.
Posteriormente, se emitieron otras con hitos de producción como el de 4 millones de toneladas
en 1913 (Calvo y Calvo, 2006), y la última de ellas, en 1925, señalando la recuperación de las
minas tras su destrucción durante la I Guerra Mundial (FIGURA 30). Los daños en las minas
no fueron solamente materiales. La misma placa del minero, fundida en bronce en gran tamaño,
es el motivo principal del monumento, situado en la carretera Lens - Bethune, construido para
recordar a los 906 trabajadores de las minas de Lens que murieron en ese conflicto.
También las empresas e instituciones mineras han acuñado medallas para conmemorar
acontecimientos ajenos. En 1784, el "Gremio de Mineros" de Méjico encargó la acuñación de
una medalla para celebrar el nacimiento en septiembre de 1873 de Carlos Francisco y Felipe
Francisco, hijos gemelos del entonces Príncipe de Asturias, el futuro Carlos IV. En el anverso
aparecen Carlos III, el Príncipe de Asturias y su esposa, y los gemelos, y en el reverso el rey
con un conjunto de mineros, en un paisaje minero, presidido por el sol y con los niños
descendiendo del cielo en una nube. Difícilmente podría calificarse de oportuna esta acuñación.
Los dos niños murieron ese mismo año con escasos meses de diferencia, aunque nació otro, el
que sería Fernando VII. El "Gremio de Mineros" retiró la medalla de circulación y acuñó otra
nueva (FIGURA 31), modificando el anverso para que apareciera un sólo niño, y eliminando en
el reverso el descenso del cielo, que podría interpretarse a la inversa, como una premonición.
Ambas medallas se acuñaron al menos en plata y en bronce y, naturalmente, la primera es
mucho más rara que la segunda.
Medallas de homenaje
A finales del siglo XIX se extendió ampliamente, sobre todo en Francia, pero también
en otros países europeos, no así en España, la acuñación de medallas de homenaje a personas
consideradas importantes en su campo. En general, los participantes en el homenaje aportaban
una cantidad de dinero que permitía el encargo del grabado de una medalla a un artista más o
menos conocido, y la acuñación de un ejemplar en oro para el homenajeado y de un cierto
número de ejemplares en plata, bronce o bronce plateado (el metal dependía de la cantidad
aportada por cada uno) para los participantes. El diseño general de estas medallas suele ser muy
convencional, con el retrato del homenajeado, habitualmente de perfil en el anverso, y una
imagen más o menos alegórica, a veces simplemente un texto, en el reverso. La calidad de cada
artista se refleja en la viveza del retrato y, en su caso, en la elección y ejecución, relativamente
libre, del tema del reverso. Muchas sociedades mineras acuñaron medallas de homenaje a sus
fundadores o directivos, y también lo hiciron escuelas de minas u otras instituciones. En la
FIGURA 32 aparece la medalla de homenaje a Paul Schneider, realizada en 1904 por iniciativa
de la "Compagnie des Mines de Douchy", por los 25 años como presidente de la sociedad. La
dureza del trabajo de las mujeres, reflejado con realismo en el reverso, permite dudar si su
autor, Corneille Theunissen, nativo de la ciudad minera de Anzin y buen conocedor de la
realidad de las minas, estaba pensando en un homenaje o en una crítica.
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gran estudioso de la geología de Asturias, sí cuentan con medallas, pero emitidas en Francia
(Calvo y Calvo, 2006).
Premios
La medalla entregada al premiado era en todos los casos de bronce, pero tenía derecho a
encargar otra, a su costa, acuñada en el metal nominal del premio. El "Cuerpo de Ingenieros de
Minas" de España obtuvo una medalla de oro por la colección de minerales españoles que
presentó, mientras que la colección de un particular, Piquet-Dumont, obtuvo medalla de plata.
Entre otros expositores españoles, Neufville, de Linares, y la "Compagnie Royale Asturienne"
obtuvieron medalla de oro, mientras que la empresa de Tharsis la obtuvo de plata. (Zeiler,
1881). Entre los expositores españoles mencionados sin detalles en el catálogo, se encuentran la
"Compañía de Escombreras", las minas de Hiendelaencina y Ceferino Avecilla. Este último,
que fue uno de los fundadores de la empresa "La Minería Española", y su gerente desde 1866,
obtuvo una medalla (FIGURA 33), probablemente "de bronce", por el contenido de su estand,
formado por planos y otras informaciones sobre las minas de El Horcajo, y también por, hemos
de suponer, magníficos ejemplares de piromorfita.
BIBLIOGRAFIA
Calvo, M. 2007.Transformar el metal en dinero. Los peniques acuñados por minas e industrias
inglesas a finales del siglo XVIII y principios del XIX. De Re Metallica, 9, 29-40.
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Ambientales de la Minería Española. Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas,
Madrid. 267-271
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Calvo, M. 2009. Dinero no veían, sólo fichas. El pago de salarios en las salitreras de Chile
hasta 1925. De Re Metallica, 12, 9-30.
Espinosa, I. 1990. Fichas, Vales y Billetes Salitreros de Chile, Perú y Bolivia. Ediciones
Espinosa, Santiago de Chile. 275 pp.
Fajardo, M.A. 2006. Fichas Mineras de Chile. Ediciones ColeccionArt, Santiago de Chile. 64
págs.
Finlay, M. 2006. The Mining and related Tokens of West Cumberland and their Issuers. Plain
Books, 196 pp.
Florange, J. 1904. Essai sur les jetons et médailles de mines françaises. Annales des Mines, 10
ser, 5. Tirada aparte,
Müseler, K. (1983). Bergbaugepräge. Dargestellt auf Grund der Sammlung der Preussag
Aktiengesellschaft. Hannover, 2 vols sin paginar. En 1998 se publicó un tercer volumen.
Zeiller, M.R. (1881). Exposition Universelle Internationale de 1887. Rapport sur les Produits
de l'Explotations des Mines et de la Metalurgie. Section I. París, Imprimerie Nationale, 108
págs.
FIGURAS Y FOTOGRAFÍAS
Todas las piezas que aparecen fotografiadas forman parte de la colección de Miguel
Calvo. Se hallan a partir de la página siguiente
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FIGURA 2. Obreros de las salinas de Araya (Venezuela), en 1955, recibiendo una ficha de control de
tareas tras depositar el contenido de su cesto en los montones de sal. Fotografía de autor desconocido,
distribuida en la época por Wide World Photo. Archivo M. Calvo.
FIGURA 3. Jeton acuñado en 1643 a nombre de Madame de Bullion, viuda del superintendente general
de minas de Francia. Plata, 28mm.
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FIGURA 4. Ficha para el control del transporte de carbón de las minas de Whitehaven, en la época de
explotación por John Lowter. Finales del siglo XVII Cobre, 23 mm.
FIGURA 5. Ficha para el control del trabajo utilizada en la segunda mitad del siglo XVIII en las
"Mines du Vieux Condé", Francia. Bronce, diámetro mayor, 28 mm.
FIGURA 6. Ficha de carretada de la oficina Lagunas North Nº 3 Chile. Reverso igual al anverso.
Cuproníquel, longitud mayor, 58 mm.
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FIGURA 7. Ficha de lampistería del tipo conocido como "polo", con forma de corona circular. Latón,
49 mm.
FIGURA 8. Fichas de lampistería de minas españolas. La ficha de la derecha fue utilizada en la última
época de actividad de las minas de Reocín, y es de plástico negro (33 mm). El resto están fabricadas en
latón. El reverso es liso, excepto en el caso de la ficha delas minas de Rubielos de Mora, en la que
FIGURA el número asignado al trabajador.
FIGURA 9. Ficha de asistencia, "jeton de presence", de la "Sociéte des Mines de Malfidano". Hacia
1880, plata, 42 mm.
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FIGURA 10. Ficha de "N.U.M. Agecroft Branch", repartida en las reuniones sindicales como un vale
para cerveza. Latón, 25 mm.
FIGURA 11. Ficha moneda de un penique acuñada por cuenta de la "Parys Mine Company" en 1787.
Cobre, 34 mm.
FIGURA 12. Ficha moneda de la oficina salitrera "La Valparaiso". El número en relieve, asignado a la
serie por el fabricante, indica que se emitió hacia 1893. Vulcanita ocre, 35 mm.
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FIGURA 13. Ficha moneda acuñada para la empresa "Jevwell Ridge Coal Co", de Virginia, con
reverso patentado de "Orco". Hacia 1950. Cuproníquel, 31 mm.
FIGURA 14. Ficka moneda emitida en 1926 (aunque la fecha es de 1922) por la empresa "Kryolith
Mine-og Handels Selskabet" para su mina de Ivigtut, en Groenlandia. La emisión de esta ficha (10
coronas, el valor más alto de la serie) fue de 10.706 piezas. Cuproníquel, 31 mm
FIGURA 15. Fichas moneda de la empresa sudabricana "De Beers Consolidated Mines Ltd." La de la
izquierda, de una forma peculiar, con la contramarca de una oveja como corresponde a su valor de seis
peniques, se utilizó en la mina Wesselton (sin troquel) y lade la izquierda, troquelada, con la
contramarca de un león para 1 chelín, en Bultfontein. Ambas, acuñadas en cinc, con reversos lisos, han
perdido el niquelado original. Diámetro de la ficha redonda, 26 mm.
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FIGURA 16. Ficha moneda de cien céntavos (un peso) de la cantera "La Movediza", explotada por
Domingo Conti en Tandil, Argentina. Latón, 31 mm
FIGURA 17. Ficha-moneda de dos marcos de la mina "Mansfeld", en Langendreer, Bochum, Alemania,
utilizada para el pago del trabajo de prisioneros de guerra durante la Primera Guerra Mundial. Cinc
niquelado, 31 mm.
FIGURA 18. Anverso y reverso de fichas-moneda utilizadas en las minas de Parzán y de Uretz durante
su explotación por empresas francesas, durante la década de 1920. Latón, 28 mm.
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FIGURA 19. Fichas moneda utilizadas por la empresa soviética Artikugol. La de la fila superior,
acuñada en 1946, es de 10 kopek (latón, 21 mm) y la inferior, de 1993, de 50 rublos (cuproníquel, 24
mm).
FIGURA 20. Vale de vino para los mineros de Salzburgo. 1720, gobierno del arzobispo Franz Anton
von Harrach. El agujero, frecuente en las piezas de un kreutzer, se hizo probablemente para enfilar la
ficha en un cordón y evitar que se perdiera, dado su pequeño tamaño. Cobre, 17 mm.
FIGURA 21. Vale para agua del Mineral de Caracoles, en Bolivia (posteriormente Chile). Incusa.
Reverso en negativo. Las iniciales FR DO corresponden a la mina "Flor del Desierto". Cinc, diámetro
mayor, 48 mm.
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FIGURA 22. Vale para 3 kg de pan de la cooperativa de la "Fábrica de Mieres S.A.". Aluminio, 30 mm.
FIGURA 23. Algunos vales de alimentos de la cantina de la mina de Saint Bel, en Saint-Pierre-la-Palud
(Francia). Los reversos llevan las iniciales de la empresa propietaria en cada momento. Latón. Longitud
mayor del vale de "legume", 28 mm.
FIGURA 24. Vale de sopa para de la cantina de la empresa "Société Anonyme des Houillères et du
Chemin de Fer d'Epinac". Latón, 25 mm
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FIGURA 25. Vales de explosivos. Los dos de la fila superior, en latón, con el reverso liso, fueron
utilizados por la empresa "Keystone Coal & Coque Co." en su mina de New Alexandria, en
Pennsylvania. En la fila inferior, anverso y reverso de un vale por un "cardox", artefacto explosivo
basado en la gasificación explosiva de CO2 líquido. Latón, 25 mm.
FIGURA 26. Vale para el pago de la escuela emitido por "Pilsley Colliery", Derbyshire, en Gran
Bretaña. Bronce, 27 mm de diámetro.
FIGURA 27. Vale de utilización desconocida de las minas de la "S.A.N. Cogne", en Italia. Latón, 29
mm
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FIGURA 28. Copia realizada a finales del siglo XIX por la La Monnaie de París, utilizando los cuños
originales, de la medalla acuñada en 1784 con las "primicias" del oro de la mina de La Gardette.
Bronce, 70 mm.
FIGURA 29. Medalla entregada a los responsables de la empresa estadounidense de "Nicaro", en Cuba,
con el nombre de cada persona grabado en el reverso, para celebrar el incio de la producción de níquel
en 1943. Níquel, 31 mm
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FIGURA 30. Medalla de las minas de Lens conmemorando su reconstrucción en 1925 tras la Primera
Guerra Mundial. Anverso, Oscar Roty, ya utilizado en medallas anteriores de la misma empresa.
Reverso, Hippolite Lefebure. Plata, 67 mm de alto.
FIGURA 31. Medalla acuñada en 1784, por el "Gremio de Mineros" de Méjico para conmemorar el
nacimiento del futuro Fernando VII. Bronce, 63 mm.
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FIGURA 32. Anverso y reverso de la medalla de homenaje a Paul Schneider, obra de Corneille
Theunissen, realizada en 1904 por iniciativa de la "Compagnie des Mines de Douchy". Bronce
plateado, lado mayor 66 mm
FIGURA 33. Medalla de premio de la Exposición Universal de París de 1878, otorgada a Ceferino
Avecilla por su exhibicióón de planos, estudios y minerales de las minas de El Horcajo (Ciudad Real).
Bronce, 69 mm.
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