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Ley que afirma que la utilidad marginal de un bien para cada consumidor decrece cuando cada
unidad extra del bien consumido provoca un aumento menor en su utilidad.
A mediados del siglo XIX se vio aparecer en varios países de Europa una corriente de ideas que,
haciendo a un lado consideraciones de tipo histórico e institucional, pero también formas de
organización de la producción, se proponía explicar el valor de los bienes a partir de la sicología
individual. Dicho de otra manera, la concepción “objetiva” del valor - construida sobre los costos de
producción, particularmente en trabajo - se abandonó en beneficio de un enfoque “subjetivo”
basado en el comportamiento del consumidor, determinado por sus “gustos” y sus recursos.
Para quienes son los fundadores de esta nueva corriente, el inglés Stanley Jevons (1835-1882),
el austríaco Karl Menger (1840-1921) y el francés León Walras (1834-1921), existiría, mas allá de la
diversidad de los gustos individuales, una ley psicológica, según la cual la satisfacción lograda
mediante el consumo de un bien aumenta con el incremento del consumo, pero tal aumento de
satisfacción se produce a un ritmo cada vez más débil, de tal manera que se presenta una saturación
progresiva, pero jamás total.
Tal “ley psicológica”, que para algunos como Jevons se explica por razones meramente
sicológicas, ha sido denominada ley de la utilidad marginal decreciente; en este caso la palabra
“utilidad” designa la satisfacción o el placer conseguido, en tanto que el adjetivo “marginal” subraya
el hecho de que la utilidad de la última unidad consumida disminuye en tanto el consumo aumenta.
Así, para dar un ejemplo simple, si el consumo de una manzana otorga una utilidad de 10, la de
dos manzanas una utilidad de 15 y la de tres manzanas 18, entonces la utilidad marginal de la
segunda manzana es igual a 15-10, es decir 5, en tanto que la de la tercera manzana es de 18-15, o
sea 3. Ahora, como 3 es menor que 5, la ley de la utilidad marginal decreciente se ha verificado, al
menos en este ejemplo.
Resaltemos que esta ley no se expresa por una fórmula clara, contrariamente a lo que pasa en
física, por ejemplo; de tal manera no se precisa a que tasa decrece la utilidad marginal en tanto
aumenta el consumo ya que ésta varía de un individuo a otro; se contenta con dar el sentido de tal
variación, la cual se supone igual para todo el mundo. Ahora, el hecho de enunciar hipótesis
cualitativas -sentido de la variación, forma de la curva- mas que cuantitativas a
es típico en microeconomía, donde la diversidad y la complejidad vuelven problemática toda medida
cuantitativa.
UTILIDAD MARGINAL
Dicha ley postula que a medida que un individuo consume unidades adicionales de un Bien, la
satisfacción o Utilidad total que obtiene aumentará, pero en una proporción cada vez menor, hasta
llegar un momento en que consumir más unidades de dicho Bien le ocasionará una desutilidad, es
decir, molestias.
Como ejemplo de ello, considere la gran satisfacción que brinda beber un vaso de agua fría en un día
caluroso, y tal vez también un segundo vaso. Pero después de diez vasos de agua posiblemente
tengamos más molestias que satisfacción.
UTILIDAD MARGINAL
En otras palabras, esta ley establece que el valor que confiere un consumidor racional a las sucesivas
unidades de una determinada mercancía disminuye de forma progresiva, a medida que aumenta el
consumo total de dicha mercancía, ceteris paribus.
Una vez consumidas, se le continúan ofreciendo de una en una, de forma que poco a poco se va
llenando y la satisfacción que obtiene con cada galleta adicional que come es menor.
Llevado hasta el extremo, habrá un punto en el que el consumo de otra galleta le podría producir un
empacho (desutilidad): Precisamente para esa cantidad la función de utilidad total habrá alcanzado
su máximo y la utilidad marginal comienza a ser no sólo decreciente, sino negativa.
La utilidad derivada de la última unidad adicional del bien consumida va decreciendo hasta llegar al
punto X0 : En éste, el consumidor estaría saturado y una unidad más no sólo le reportaría menos
satisfacción, si no que le desagradaría, la UM comienza a ser negativa.
El ritmo decreciente de la utilidad marginal se acepta como norma general, esto es como pauta que
se cumple en la mayor parte de los casos.
Sin embargo, hay situaciones en los que ésta puede ser constante en algunos intervalos o incluso
creciente.
P.ej., para algunos economistas el dinero tiene una utilidad marginal constante entre determinados
tramos.
P.ej., la utilidad marginal de un buen coleccionista de sellos probablemente sea creciente, puesto
que la satisfacción que experimenta cada vez que consigue un nuevo sello, casi único en el mundo,
lejos de disminuir aumenta.
Señalar también que la ley de utilidad marginal decreciente está ligada al enfoque cardinal de la
medida de la satisfacción en la teoría de la conducta del consumidor.
TEORÍA DE LA UTILIDAD
• Las características del bien determinan su utilidad y por tanto afectan las decisiones
del consumidor.
• El consumidor busca maximizar su satisfacción total (utilidad total), y por tanto gasta
todo su ingreso.
La teoría económica del comportamiento del consumidor se topa con un problema importante
(llamado el problema central de la teoría del consumidor), el cual es la imposibilidad de
cuantificar el grado de satisfacción o utilidad que el consumidor obtiene de los bienes. No
existe una unidad de medida objetiva de la satisfacción. Este problema se ha enfrentado a
través de dos enfoques distintos:
• Enfoque cardinal: Supone que si es posible medir la utilidad, o sea que si se dispone
de una unidad de medida de la satisfacción.
Enfoque cardinal:
Ejemplo: Suponga que un consumidor percibe los siguientes niveles de utilidad total y
marginal por el consumo de chocolates:
Q UT UM
0 0 -
1 8 8
2 18 10
3 26 8
4 32 6
5 36 4
6 38 2
7 38 0
8 36 -2
Supóngase que el consumidor puede comprar dos bienes A y B. Entonces deben cumplirse
dos condiciones para maximizar la satisfacción total:
I = Pa· Qa + Pb · Qb